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la construcción de un monstruoso

Poder O Militar Y De Un Orden Financiero Fetichizador Y Depredador Del Binomio

naturaleza-humanidad

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Cuarta transformación

Amayor nivel de desorganización política, cultural e ideológica de los trabajadores como clase, el capital perfeccionaba una imponente maquinaria de dominación en todos los órdenes de la vida: desde la conquista de una cotidianeidad consumidora y reproductora de los discursos hegemónicos, hasta la construcción de un monstruoso poderío militar y de un orden financiero fetichizador y depredador del binomio naturaleza-humanidad. La guerra contra el narco sintetiza trágicamente estas derivas del gran capital para imponerse, pero sobre todo para reproducirse y dar salida militarizada a la crisis en su episodio 2009. Pero la resistencia a esta potencia destructiva, tomaba privilegiadamente al escenario electoral para continuar o romper con el neoliberalismo, esto es, con la dominación de la oligarquía financiera.

Una gran víctima de las políticas neoliberales fue el sistema de salud pública, y ahí se tornó brutal. Lo mismo en la educación, acceso a los servicios públicos. El viejo desarrollismo (1940-1970) volcaba importantes excedentes para fortalecer por vía de la inversión pública, al mercado interno: incorporaba a la ficcional clase media, burocracia y contingentes asalariados como invitados de un artificial consenso. Desde luego, sin graciosas dádivas y sí al calor de la lucha social protagonizada por sindicatos, organizaciones campesinas, movimiento estudiantil e incluso importantes batallas de corte ciudadano. Lo mismo desde el movimiento armado derrotado por la guerra sucia, y sin faltar, la irrupción del EZLN.

Esta agenda pendiente, acrisoló en un frente heterogéneo al movimiento lopezobradorista de larga data. Sin considerar sus episodios regionales como el Éxodo por la democracia, en el plano nacional se desarrolla desde el desafuero a López Obrador en 2005, atraviesa la presidencia legítima en 2006 contra el fraude electoral calderonista, la defensa del petróleo, y en suma tres campañas por la presidencia de la República hasta su actual ejercicio de gobierno desde 2018. Sin abundar en ello, se puede apreciar ahí una lucha por la hegemonía en México.

Al erosionarse los sindicatos como crucial referente de cohesión respecto de los trabajadores, se desmantela la contratación colectiva, y aquí, de la salud pública. En términos generales, aquí se define una importante dimensión para abaratar la fuerza de trabajo en cuanto a la atención de padecimientos, la medicina preventiva, el aprovisionamiento de fármacos, entre otras cuestiones vitales, literalmente. El capital socializa así estos costos de reproducción de la fuerza de trabajo, pero como no hay relaciones lineales, la clase explotada también se apropia de porciones de la riqueza por medio de la seguridad social.

Se desactiva la exigencia de elevar los salarios, si se carga fiscalmente al sistema de salud pública la mejora en las condiciones de la reproducción de la fuerza de trabajo. Es así hasta cuando aparece el programa de la privatización de la salud pública: subrogación de servicios médicos, de producción de fármacos y vacunas, combinada con la subcontratación de trabajadores para tareas conexas. Además de todo, con el desfinanciamiento de las instituciones y la transferencia a la banca privada de los fondos para el retiro de los trabajadores. No es necesario estirar hasta el extremo del esquema sanitario en Estados Unidos, para encontrar la cara feroz de la privatización. Brevemente, se trata del pasaje de las jubilaciones a las Afores, y de los servicios universales al seguro popular, y de este al Instituto de Salud para el Bienestar.

Es el pasaje yermo donde la pandemia sienta sus reales para la devastación de las condiciones de vida al sacrificio a las deidades de la oligarquía financiera: individualismo exacerbado, ganancias extraordinarias, monopolio, depauperación generalizada.

Guerra económica

El programa de inversiones públicas actual, no lo dirige la cúpula empresarial, forzada a aceptar el incremento al salario mínimo en términos reales (en caída desde 1976), pero favorecidos en el mercado interno con las transferencias desde los programas sociales de cobertura universal. Grandes tensiones se provocan para redirigir el curso de la apropiación de los ingresos públicos.

Una ojeada al discurso de los medios financieros es harto elocuente de cómo los intereses afectados por el programa económico de la Cuarta Transformación, se expresa en la coyuntura.

Hasta ahora, el gobierno federal solo ha anunciado apoyos en créditos por 25,000 millones de pesos (mdp) a microempresas pero ningún apoyo fiscal concreto para el sector formal de la economía. Esta decisión ha sido criticada por distintos bancos como Bank of America y Goldman Sachs, quienes han dicho que la falta de estas medidas contracíclicas serán un lastre para la recuperación económica (Expansión; 2020).

La revista contrasta estas medidas con las adoptadas en EU, Reino Unido y Francia, además de algunos países de América Latina (como Argentina, Brasil y Colombia). Y recetan un pronóstico de caída en el PIB del orden de hasta 8 por ciento. Revelan la agonía de la concepción neoliberal sus fuentes y su enorme sesgo normativo. Señala, además, citando a Bank of Amerika, su advertencia: “la baja en la calificación soberana de México será de forma más rápida a lo anticipado y asegura que las perspectivas de las agencias calificadoras solo pueden ser negativas”. (Id) ¿Análisis científico? ¿Rigor teórico? La predicción del oráculo se hace de la mano de la econometría y de modelos matemáticos sofisticados, cuya implementación denota ya una determinada postura ideológica. Los dueños del Olimpo lo son también del oráculo de Delfos.

Como dato adicional Moody’s bajó la nota a México a “Baa1” (con la anterior de A3); acoplándose a la recalificación de Fitch, también a la baja. Evidentemente, el anunciado por AMLO, no-rescate del gran capital (en particular del financiero), hace palpable cómo las valoraciones de las agencias no constituyen una ciencia exacta ni mucho menos

Nadie debe pedirle eso a la principal entidad del capital bancario estadounidense. Señalar las muy próximas notas de las agencias calificadoras, es autorreferencial (“espejito, espejito…”). Grandes bancos, fondos de inversión, bolsas de valores y agencias calificadoras juegan en el mismo equipo, pero también son el árbitro y quienes ponen las reglas en el Monopoly del capital ficticio, ordenado globalmente desde la City neoyorquina (y también londinense). Notas volátiles en cuestión de días, pero se irán yendo a la baja, mientras no funcionen como medida de presión para modificar el rumbo de la redistributiva en curso.

Se trata de posturas coordinadas desde un su centro neurálgico, es decir, el FMI. El Fondo requiere seguir inundando de deuda a los países en la coyuntura de larga recesión. Su discurso, contranatura a sus políticas, ahora adquiere dramático acento humanitario. Sí. El mismo organismo financiero que ordenó recortes en el gasto público, seguidos paso a paso por gobiernos partidarios de salvar al capital mediante la privatización de la educación, la salud, la seguridad social y los servicios públicos. Y dice:

A medida que este financiamiento de apoyo a presupuestos públicos sumamente restringidos llega a los países necesitados, apelamos a conceder máxima prioridad al gasto sanitario. El pago de los salarios de médicos y enfermeras, el respaldo a hospitales y salas de emergencia, el establecimiento de clínicas de campaña improvisadas, la compra de equipamiento de protección y equipos médicos esenciales, la organización de campañas de sensibilización pública sobre medidas sencillas como el lavado de manos: todas estas son inversiones críticas para proteger a las personas contra la pandemia (Georgieva, K., y Adhanom T. 2020).

Lo público-lo público-y-al final: lo público. Se quebraron las institucione s de atención sanitaria en una acometida casi bélica contra la recuperación de la fuerza de trabajo asalariada para ponerse en condiciones psíquicas y fisiológicas de seguir siendo explotada (por ende, abaratándola), con carga al erario público.

Esta redefinición hegemónica ha colocado en el frente mediático a un contendiente de primer orden, en sus intelectuales orgánicos y sus voceros en el periodismo digital, impreso y electrónico. Otros regimientos importantes se conforman por investigadores, creadores en el ámbito cultural y académicos. Las fake news son apenas una expresión al alcance de quienes pueden acceder a internet.

No obstante, en esa disputa los partidarios de la guerra económica y del derribamiento de la presidencia de AMLO, no han podido apropiarse de un baluarte bien significativo como lo es la lucha contra la corrupción. Su pervivencia da cuenta de la dupla neoliberalismo-corrupción para sostener la expropiación de los expropiados hasta magnitudes dignas de las mejores prácticas en su ejercicio a nivel global.

Los grandes capitalistas en México tienen una disyuntiva: derribar a un gobierno con consenso, y que se mueve en la institucionalidad o pactar con él para evitar un desbordamiento social. Máxime, cuando en la Constitución se tiende a rebasar la democracia formal representativa, al aprobarse figuras como las de revocación de mandato en una pugna por alcanzar vías más vinculadas a democracia participativa.

Expansión. (2020). México está rezagado en apoyos fiscales para reactivar su economía. Recuperado de: https://expansion. mx/economia/2020/04/08/mexico-rezagado-apoyos-fiscales-para-reactivar-economia Georgieva, K., y Adhanom T. (2020). Algunos dicen que la disyuntiva es salvar vidas o salvar empleos, pero se trata de un falso dilema. Recuperado de https://www.imf.org/es/News/Articles/2020/04/03/vs-some-say-there-is-a-trade-off-save-lives-orsave-jobs-this-is-a-false-dilemma

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