Diario Sebastián

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Diario Sebastiรกn


colofon © Una edición de la Fundación Michaël De Witte www.michaeldewitte.be p/a Willem De Witte Reinpadstraat 227 3600 Genk Bélgica Traducción de Dagboek uit El Salvador Michaël De Witte Redacción revisada por Karin Lievens Imprimido en octubre 1989 por la Casa Editorial EPO Lange Pastoorstraat 25-27, 2600 Berchem, Amberes, Bélgica Gracias por la traducción a Alberto, Claudia, Jo, Felix, Luisa, Roos y Karin Gracias por las fotografías a Dirk Holvoet Impresión: EPO, Amberes Bélgica


Indice

Prefacio – 5 Las Crucitas Tres Calles – 9 Testimonios de combatientes – 11 La juventud – 17 Cartas – 37

Diario año 1983 – 45 Diario año 1984 – 83 Diario año 1985 – 135 Testamento político – 163 Diario año 1986 y 1987 – 189

Sebastián – 203



Prefacio Hace 20 años murió Michaël De Witte (nombre de guerra:Sebastián) en El Salvador (Centroamérica). Una granada de mortero puso fin a una vida valiosa, entregada y comprometida hasta las últimas consecuencias. Michaël pasó cinco años con los compas del Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN) dando lo mejor de sí mismo como persona y como médico. El Comandante Carmelo, quien fue durante un buen tiempo el encargado del Frente Sur Oriental “Comandante Gonzalo” donde permaneció Michael la mayor parte del tiempo, escribe en su testimonio: “sus aportes fueron integrales como revolucionario, en el campo técnico y político. Con su muerte tuvimos una gran pérdida al no seguir contando con sus aportes directos. Pero sí contamos con las experiencias que nos dejó en la formación de gente con capacidad técnica y sus aportes políticos e ideológicos. Con su muerte perdimos a un revolucionario y a un buen compañero”. También para nosotros: compañera, familia, hermanos, hermanas y amigos, fue una pérdida irreparable, pero estamos felices y agradecidos de haberlo conocido de tan cerca y de poder conmemorarlo con este diario. La Fundación Michaël De Witte nació pocos meses después de la muerte de Michaël y tuvo como uno de sus principales objetivos editar las notas/diario de Michaël/Sebastián para que sus ideas encontraran suelo fértil para otra gente que quiera compromoterse con los más débiles en este mundo. Desde que llegué a conocer a Michaël siempre lo vi escribir en su diario. Se había vuelto una práctica diaria. Dondequiera que estaba siempre anotaba sus experiencias y reflexiones. Así también en El Salvador. Emilio, un médico mexicano que lo conoció en El Salvador y trabajó junto a él, también lo recordaba escribiendo a la luz de una vela y con su libra de azucar a la mano. No tenía ningunas ambiciones literarias, sino que lo hacía para reflexionar sobre lo que pasaba a su alrededor, sobre lo que hacía. Quería vivir muy conciente y tomar decisiones muy premeditadas. Vivir y no dejarse llevar por la vida o por las circunstancias. En el diario de El Salvador, no encontrarás muchas anécdotas sobre la vida en la guerra, sino sobre todo reflexiones alrededor de su aporte como médico y como revolucionario.


Estando en un frente de guerra, resultó muy difícil enviar cartas a Bélgica, pero Michaël logró enviar algunas. También pudo enviar una parte de su diario a través de la Cruz Roja Internacional, y desde Ginebra llegaron a manos de su hermano Willem. Este mismo hermano fue a El Salvador en junio de 1988 a traer los restos de Michael y ahí mismo fueron entregados unos 10 cuadernos que estaban enterrados. Faltan los primeros 8 meses de su estadía (octubre 1982 hasta abril 1983) y se perdieron los cuadernos que abarcaron el período entre noviembre 85 y agosto 86. Pero con el material que estaba se pudo hacer una selección representativa de lo que escribió y meditó Michaël. El diario fue editado en neerlandés en 1989 por la editorial EPO y en varias visitas a El Salvador de Willem y su hermana Roos salió la inquietud de los compañeros de poder leer el diario en español. Y aquí está el diario, gracias al esfuerzo de los traductores Alberto, Claudia, Jo, Felix, Luisa y Roos y gracias al esfuerzo de los hermanos que pertenecen a la Fundación Michaël De Witte y de la editorial EPO que se demostró dispuesta a editar el diario en un tiempo record. Como se conmemora este año el vigésimo aniversario de su muerte, nos pareció idóneo hacerlo en este momento. Estamos convencidos que, aparte de mantener viva la memoria de Michaël, este diario puede significar algo para los hermanos de El Salvador y otros países en América Latina que continúan luchando por un mundo mejor. Cuando éramos estudiantes, Michaël tenía, como muchos en los años 70, colgado en la pared de su cuarto un gran póster de Che Guevara. Pero para él el Che era más que un ídolo, él quería SER como el Che. Después de la lectura de su diario te darás cuenta de que llegó muy muy cerca de este sueño, de que realmente llegó a ser un buen revolucionario. En una última carta que recibí, me escribió: “No sé por qué, pero siento que no voy a volver a ver a mi país, que no voy a volver a verte, que no voy a ver el triunfo. Pero lo importante no es, que yo voy a ver el triunfo, sino que el pueblo salvadoreño llegue a celebrar su triunfo. Me quedo aquí , a pesar del peligro. Con gusto doy todo lo que puedo, hasta mi vida si es necesario, para poner fin a la explotación del Tercer Mundo por el imperialismo de los Estados Unidos”. Hoy día, en 2007, sigue vigente ese imperialismo (aunque no suele llamarse más así). Basta recordar lo que pasa/pasó en Afganistan, Irak, en Palestina y tantos lugares del mundo. Los EE.UU. siguen interviniendo en las elecciones en América Latina, como recientemente en Nicaragua, tratando de establecer gobiernos pro-americanos. Año 2007 sigue habiendo ciudadanos de


primera, de segunda, de tercera y hasta de cuarta. La lucha sigue vigente, tal vez no de la misma forma, porque las injusticias siguen de pie. Por suerte hay un nuevo auge en América Latina. En diversos países han llegado gobiernos más democráticos al poder, con más preocupación por los pobres (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Ecuador, Nicaragua). Y también hay Gobiernos más radicales, como el caso de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia que no temen la confrontación directa con los Estados Unidos. Pero también en los países de Centro-América, hay gente que ha aprendido de las revoluciones y luchas de los años 70/80 y que continúa con otras formas de lucha para llegar a construir un país en donde todos tienen iguales derechos y posibilidades. Muchas veces la gente me ha preguntado si valió la pena haber participado en esta lucha de liberación, si el sacrificio de Michaël no fue en vano. Pues, la respuesta es: SI valió la pena y NO, no fue en vano. Nuestra participación fue la consecuencia de una convicción, no sólo quisimos pensar y hablar sobre la revolución pero quisimos dar nuestro aporte, hasta la última consecuencia. Hasta vencer o morir. Espero que este diario pueda inspirar a otra gente/jóvenes de hacer lo mismo.

Karin Lievens (Laura) febrero 2007



Las Crucitas, Tres Calles 8 de febrero de 1987 Son las seis de la tarde. Sebastián se prepara, como todas las tardes, para subir al cerro a ver las noticias televisivas en el puesto de mando, cuando un mensajero anuncia que el ejército está planeando un ataque con morteros. El anuncio en sí no era muy importante, porque diariamente hay ataques con morteros. Sin embargo, Sebastián no estaba tranquilo, le parecía que la clínica no estaba suficientemente segura, porque estaba ubicada en un valle y por esta razón decidió ir a dormir, junto con su equipo, un poco más arriba. Felizmente, no había heridos, lo cual facilitó un poco la mudanza. Sólo estaban las brigadistas, Chayo y Rosa, el inseparable Boonerge o “Mister” y Nico, el hazlotodo. Eran las seis de la tarde y estaba lloviendo suavemente. Sebastián se sentía cansado, porque había trabajado duro todo el día: dos reuniones y muchas consultas. Los caminos eran muy resbalosos y ya estaba oscuro. Además, nadie podía utilizar la linterna, porque este mismo día se había señalado una patrulla enemiga en la zona y no se sabía dónde exactamente se encontraba ahora. Decidieron instalarse bajo un gran palo de mango que los protegería un poco de la lluvia y allí levantaron sus tiendas de campaña. Unos palitos en el suelo y encima un gran pedazo de plástico. No les quedaba más que ponerse a dormir y esperar los morteros. Sebastián no logró dormirse inmediatamente y pensó en mil y una cosas: en la actividad política del día siguiente; acababan de armar un pequeño teatro con el colectivo y pensó que aún había que trabajar bastante para hacerlo “presentable”; en el primer aniversario de la UNTS, el sindicato; en el paro de tráfico que tenía bloqueado casi al país entero; y en los morteros anunciados. Pero estos últimos le preocupaban poco, porque generalmente no alcanzaban sus objetivos. Nueve de la noche. El equipo de la clínica duerme en el lugar abierto, bajo el mango. En San Marcos Lempa el batallón de paracaidistas se prepara para el ataque de artillería. Exactamente a las nueve horas disparan el mortero 105mm. Los compas debajo del mango se despiertan por la explosión, siguen el silbido de la granada y esperan a saber donde va a caer. De repente se produce una explosión ensordecedora, las ramas se quiebran y se oyen quejas. Rosa se levanta, medio


ensordecida por la explosión, mira a su alrededor y se da cuenta que todos a su alrededor están muertos. Oye a Nico, quien estaba acostado al lado de ella, quejarse y ve que su cabeza está partida en dos. Corre como loca hacia el puesto de mando para ir a buscar a Federico, que es médico. Unos minutos más tarde, están de regreso. Federico constata que Nico ha muerto y a toda prisa se dirige hacia los demás. Sebastián y Mister están gravemente heridos. Sebastián tiene los dos brazos rotos, una esquirla en el vientre y otra en la cabeza. Cuando Federico saca el material de su mochila para empezar a atenderlo, Sebastián dice con voz débil: “Esta vez fue mi turno. Ya no gastes medicamentos en mi, otros pueden necesitarlos.” Diez minutos más tarde, se muere. A Mister, quien también está gravemente herido, lo llevan a toda prisa al hospital de las FPL, pero fallece en el camino. Antes había dicho: “Yo siempre acompaño a Sebastián y, si lo matan a él, también es el fin para mi”. Chayito llegó al hospital y se salvó. A la mañana siguiente entierran a Sebastián, junto con Nico. Tres días más tarde, cuando todos están de regreso en la zona, se organiza una conmemoración política y sus compañeros deciden darle su nombre a la campaña de alfabetización que estaba iniciando. Quince días más tarde se produce un golpe de mano contra el Atonal en San Agustín. Los compas matan a diez soldados y conquistan tres fusiles. Esta acción le fue dedicada. Así es como los compas honran a alguien. No hay llantos ni quejas sino una respuesta combativa. Exactamente como a él le hubiera gustado.

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Testimonios de combatientes Odilio (combatiente lisiado) Yo conocí a Sebastián y a su compañera cuando entraron al país en 1982 por el Brazo del Niño en el Departamento de San Miguel. El casi no podía hablar español, pero poco a poco aprendió de nosotros. Y lo primero que aprendió a decir fueron groserías, como hijo de puta y cabrón. Me hirieron dos veces y dos veces me atendió Sebastián; la segunda vez el ya podía hablar más el español y se le entendía bien. Él siempre preguntaba sobre nuestra experiencia en los combates: cómo se peleaba, si no teníamos temor, cómo se siente uno, etc. Como él era médico, no se enfrentaba al enemigo. El bromeaba con todo, no de manera ofensiva, pero con todos bromeaba. Era bien cariñoso con todo el mundo. A nadie le hacía mal, ni hacía las cosas de mala gana. El siempre daba todo lo que tenía. Lo conocí una vez que andaba con los zapatos rotos y supe que él había entregado sus botas buenas a un compañero que fue a combatir y él se quedó en la clínica con los zapatos rotos. La última vez estuve con él en la clínica unos tres meses y pude ver bien cómo Sebastián trabajaba. Cuando había una invasión del ejército, se preocupaba mucho por la comida de los compañeros heridos y él se quedaba sin comer por darnos a nosotros. También, en una de las operaciones vi que se sacó sangre para darle a un compañero herido. Pensé muchas veces que él era un verdadero revolucionario: venir de un país tan lejano a pelear aquí y siempre me llamó la atención que el trataba a la gente con tanto cariño, calor humano, como si nos hubiéramos conocido desde siempre. Sebastián era muy popular entre los compas, porque bromeaba con todos, pero también porque era muy buen médico. Yo conozco muchos compañeros a quienes les salvó la vida. Le teníamos mucha confianza porque nunca buscaba la solución más fácil. Si no había necesidad de amputar, el no lo hacía. Prefería operar toda la noche en lugar de amputar rápidamente una mano o un pie. Él siempre buscaba la forma de que el compañero quedara lo mejor posible después de una herida. También se llevaba bien con los brigadistas, se preocupaba por que aprendieran mucho y siempre explicaba lo que estaba haciendo cuando operaba o curaba a alguien. Pero no soportaba que hubiera relajo en la clínica. Nos sentíamos mucho más seguros cuando salíamos a combatir, porque sabíamos que allí estaba Sebastián y que él nos podía curar si resultábamos heridos.

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Vicente (combatiente lisiado) Todos lo admirábamos mucho. La última vez que me hirieron, fue en la zona costera y Sebastián estaba en Tres Calles. Pisé una mina y mi pie estaba hecho pedazos, pero estaba convencido de que Sebastián me hubiera amputado más abajo o que quizás no me hubiera amputado. Deseé mil veces que él hubiera estado allí… El mismo siempre decía que lo que más le gustaba era venir donde nosotros, las unidades militares, para revisarnos, y lo hacía muy regularmente. Se pasaba entonces un día con nosotros en el campamento y revisaba a todo el mundo, nos daba medicamentos contra la malaria o nos vacunaba contra el tétanos, por ejemplo: “esto es para cuando les den un balazo”, bromeaba él. Pero siempre lo decía con buenas intenciones, porque lo que le animaba en todo lo que hacía era siempre salvarle la vida a los compañeros. También siempre aprovechaba el tiempo, cuando estábamos en la clínica, para enseñarnos temas políticos. No sólo lo hacía con los brigadistas sino también con los heridos.

Gustavo (combatiente lisiado) Aparte de ser muy buen médico, Sebastián también era un verdadero revolucionario. En el último período, justo antes de que me hirieran, él acompañaba más a las unidades militares de la guerrilla y en todos lados combinaba su trabajo médico con el trabajo de organización política. El revisaba la gente en los pueblos, les daba medicamentos,pero también les explicaba las razones de la lucha. Me recuerdo bien, después del ataque a Berlín en el 83, cuando tuvimos nueve heridos: Sebastián estaba en la costa con aquellos heridos y, durante la primera semana, casi no durmió, porque se ocupaba constantemente de ellos, a cada rato los revisaba, porque no quería que nadie se muriera. Desde el inicio supimos de qué madera estaba hecho. Me recuerdo que él mismo estaba enfermo, que tuvo que vomitar mientras estuvo operando. Salió rápidamente un ratito y luego siguió. El operaba en aquel entonces junto con otro médico, José Luis, y más tarde los escuché mientras estaban bromeando y Sebastián contaba que se había orinado en el pantalón, mientras estaba operando. En esta misma zona, yo vi cómo Sebastián caminaba kilómetros y kilómetros, descalzo, porque sus zapatos viejos estaban rotos y aún no le habían llegado los nuevos. Y en ese momento un compa fue gravemente herido y Sebastián no dijo “traigan el herido para acá, yo no voy porque me duelen los pies”. No, él se fue descalzo 12


a buscar al herido, porque sabía que, si pasaba más tiempo, el compa podía morirse. Cuando un herido llegaba a sus manos, casi con seguridad se salvaba, a menos que fuera realmente un caso perdido. Tenía una manera muy especial de tratar a los heridos. Nunca lo escuché desanimar a alguien diciendo que estaba mal herido o cosas así; al contrario, siempre les decía que los iba a ayudar a curarse. O sea que confiábamos mucho en él. Esto sí, se enojaba cuando un herido no estaba quieto. Le explicaba entonces que un herido debe aportar mucho de si mismo si quiere curarse, que un herido debe tener tanta disciplina en la clínica como en su unidad militar si quiere ponerse bien rápido. Le interesaba mucho lo relacionado con las estructuras. Una noche, cuando revisaba las guardias de la clínica, vio que un compa se había quedado dormido. Le quitó el arma sin que lo notara y lo llevó con el responsable del compa. Esa era su manera de enseñarle al compa que había puesto en peligro la seguridad de la clínica al dormir durante su tiempo de guardia.

Gerardo (combatiente lisiado) Sebastián me amputó la pierna y me dió de su sangre durante la operación. Esta es la razón por la cual sigo vivo. Me recuerdo muy bien cómo siempre trataba de darnos ánimo por medio de lo que decía y gracias a sus atenciones. Así es cómo el me decía que no me tenía que preocupar por mi pierna perdida, que yo seguía siendo igual de importante para la revolución, porque aún tenía mi cabeza para pensar... La sola presencia de Sebastián en la clínica bastaba para animarnos. Por su actitud, Sebastián nos mostró que él entendía perfectamente el sufrimiento de nuestro pueblo y que él quería ser parte del pueblo. Antes de que me hirieran, yo había hecho varias caminatas largas con Sebastián. Durante los descansos, él siempre bromeaba, de manera que todos olvidaban el cansancio. No creo que será fácil encontrar a otra persona como él, alguien que abandona todo en su país para entregarse completamente a la revolución.

Carmelo, comandante del Frente Sur Oriental “Comandante Gonzalo” Para nosotros, Sebastián es totalmente irremplazable, como médico y como militante. Personalmente, he aprendido mucho de él. Sebastián tenía mucha cultura y grandes conocimientos políticos y siempre insistía con nosotros para que estudiáramos más y leyéramos más textos políticos y libros. Leímos 13


juntos el Manifiesto Comunista y toda una serie de otras obras de Marx y Lenin. Tampoco olvidaré nunca que, una vez que le enviaron 100 dólares desde Bélgica, se los dió inmediatamente al partido. Le insistí en que se los quedara, porque le gustaba fumar de vez en cuando. Pero él decía que había otras cosas más importantes que comprar. Sebastián nació y creció en un país en donde las condiciones sociales y económicas eran muy diferentes de las nuestras; aquí vivimos en un frente de guerra, en donde no existen las facilidades de la ciudad y en donde todo es diferente. Y, sin embargo, Sebastián logró adaptarse y convivir con los combatientes, quienes en su mayoría son campesinos con un bajo nivel cultural. Lo logró gracias a su alto nivel de empatía humana y porque poseía las cualidades del verdadero revolucionario: sencillo, entregado, perseverante y valiente. Sus cualidades revolucionarias hacían que él no mirara a los demás desde arriba, desde su origen de clase; al contrario, él sabía que sus compañeros habían vivido intensamente la injusticia social y siempre quería aprender de ellos. Esto le permitió ir entendiendo paulatinamente las justas razones de nuestra lucha; y esto lo llevó a convertirse, desde un internacionalista que viene un tiempo a dar su contribución, en un revolucionario que terminó por sentirse parte de esta revolución salvadoreña: hizo de ella su proyecto de vida. Su muerte significó para nosotros una enorme pérdida, porque ya no pudimos contar con sus aportes directos, pero seguimos aprovechando las experiencias que él nos transmitió a través de las formaciones que nos dio tanto a nivel médico-técnico como a nivel ideológico y político. Con él perdimos un revolucionario convencido y un camarada en quién se podía confiar totalmente.

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La juventud ¿Quién era Michaël a final de cuentas? ¿Cómo llegó a la decisión de salir hacia El Salvador? Son preguntas que he escuchado muchas veces, y no tengo respuestas claras. Es muy difícil explicar el carácter de Michaël a gente que no lo ha conocido bien. Solamente puedo compartir con Ustedes mi opinión muy personal sobre Michaël, porque la tengo profundamente grabada en mi memoria. Desde que nací, cuando Michaël tenía siete años, hemos compartido el mismo cuarto durante once años. Sentí siempre una gran admiración hacia mi hermano mayor, quien narraba historias sin cansarse y quien siempre estaba dispuesto para aventuras nuevas. Era un gran aficionado del bricolaje, de aviones hasta casas rodantes a escala, y también miraba apasionadamente por su microscopio durante horas seguidas. Pero Michaël también adoraba el esfuerzo físico, a veces con demasiado entusiasmo e imaginación. Cuando sus hermanos mayores decidieron que el arenal del jardín sería una piscina, Michaël (tenía ocho años) lo tomó en serio y se dió un tremendo clavado en la “piscina” sin agua y sólo con arena. Resultado: el brazo roto y enyesado, lo que no le impedía seguir subiéndose a los árboles los días siguientes. En el quinto año de primaria Michaël entró a la KSA (movimiento juvenil católico), pero no se quedó más que dos años, porque prefería jugar en el amplio jardín de la casa. El fútbol era su pasatiempo favorito: “mi pasión y mi vida”, escribió en una redacción escolar. “Sobre todo me gusta jugar partidos.” Con su hermano Lodewijk no se perdía ningún partido en casa del Deportivo Zwevegem, el equipo del pueblo donde nació (jugaba en cuarta división). “Nos damos un brinco de alegría cuando anotan.” Recorta los reportajes y las fotos del periódico sobre Club Brujas, su equipo favorito de la primera división. Michaël también fue un chico bastante emocional. Cuando su hermano menor sufrió un accidente de tráfico y su vida pendía de un hilo, Michaël lloraba y lloraba día tras día sin consuelo, más que los otros de la familia. Pero se mordió los dientes con gran valentía cuando, a los nueve años, fue víctima de una grave osteomielitis (infección de hueso o de la médula ósea). Durante tres semanas no podía caminar y perdió todo un trimestre en la escuela. Pero se recuperó totalmente de esta enfermedad muy seria, una primera prueba de su gran resistencia y aguante. 17


Su gran confianza en si mismo a temprana edad es otro indicio de lo que seguiría en su vida. Pero por el momento sigue siendo un chico bueno. “¿Todo bien con los negritos?”, pregunta en una carta a su tío misionero en Zaire (hoy Congo, en África). “Espero que la conversión al catolicismo de los negros continúe viento en popa.” Mucho más tarde firmará sus cartas hacia mí con “saludos de tu hermano misionero” … pero otro tipo de misionero. En los últimos años de la secundaria, la crítica social de Michaël ya se vislumbraba de manera más clara, sin llegar a ser un dirigente o luchador juvenil. Michaël optó por estudios de latín y matemáticas, la rama más difícil de la secundaria, pero su gran capacidad para analizar y organizar le daba buenos resultados. En las vacaciones se iba a Irlanda para aprender inglés.

Karting Pero antes que todo está su nuevo pasatiempo favorito: el karting. Michaël dedicaba casi todo su tiempo libre a su kart. Por falta de dinero no podía comprar buenas piezas, por lo que peleaba en la cola durante las carreras. Eso no lo desanimaba, sino que le daba más perseverancia para arreglar su kart con gran empeño y poner su mejor esfuerzo en las carreras. En las vacaciones salía a trabajar y ganaba algo de dinero para su kart. Las paredes de nuestro cuarto estaban llenos de afiches de los bólidos de la Formula Uno, otra gran pasión de Michaël. Cuando Michaël terminó la secundaria y entró en la universidad, abandonó el karting con mucho pesar, porque sabía que no le podría dedicar el tiempo y el dinero necesario para obtener buenos resultados en las carreras durante los próximos años. Se inscribió para un curso de verano de paracaidismo. Cuando nadie se atrevió a ponerse adelante en la cola para saltar, en el primer vuelo de verdad que hacían, Michaël no dudó en lanzarse primero y sin miedo del avión. Michaël continuó con el paracaidismo como pasatiempo en los años siguientes y también se compró una moto. Nunca fue un imprudente, pero sí le gustaba tomar riesgos medidos y ampliar sus límites. Sobre todo gozaba del vertiginoso sentimiento de libertad que uno siente cuando cuelga de su paracaídas o cuando corre a toda velocidad en la moto. Michaël desde temprana edad fue un chico inquieto y agitado. Sabía desahogar su energía y agresividad excedente en el deporte y trabajando en el 18


jardín. Michaël siempre me pareció el “perpetuo móvil” en carne y hueso, un hombre que no puede estar quieto, porque está lleno de planes y metas. Alguien que siempre quiere llegar más allá y corregir sus puntos débiles. Lo que también le llevaba a ser duro con los “flojos” y “pasivos” de su alrededor. Cuando Michaël cumplió dieciocho años y estaba a punto de terminar la secundaria, ya quedaba claro que se comprometería muy enérgicamente con lo que pasaba en el mundo. No dudaba en pelearse con su profesor titular por temas políticos y participaba con muchas ganas en las protestas escolares contra la compra de nuevos aviones de guerra por el gobierno belga del primer ministro Van den Boeynants en 1974, el famoso “No a los treinta mil millones” (de francos belgas para los aviones). En el curso de historia, hizo un remarcable análisis del nacional-socialismo, que demostraba una gran madurez para un chico de su edad. Su interés en problemas como el racismo y el imperialismo aparecían por primera vez en el primer plano, aunque no se enmarcaban todavía en una clara simpatía por la izquierda. Sobre todo destacaban su gran capacidad para estructurar temas y su espíritu crítico. En una carta a una amiga, Michaël escribió: “No tengo idea si Dios existe. Me imagino que Jesús habrá sido un hombre magnífico en muchos sentidos, pero la interpretación católica que se le da está equivocada. Por esta razón estoy contra el matrimonio como institución, aunque sí quiero comprometerme con alguien a largo plazo.” En la misma carta, Michaël expresó sus dudas si estudiaría para médico o para abogado en la universidad el año siguiente. “Los estudios de derecho me parecen más interesantes, pero como médico puedes actuar más directamente. El objetivo de mi vida es trabajar en los barrios pobres o como médico en una fábrica. Pero como abogado también puedes luchar contra la injusticia ante el juez.”

La mentalidad correcta Al final se decidió por la medicina y en octubre de 1974 empezó con sus tres años de candidatura en la Universidad Católica de Kortrijk. Esta sucursal de la Universidad de Lovaina estaba a unos quince minutos en bicicleta de la casa paterna, por lo que se quedó a vivir allí el primer año. Pero el segundo y 19


tercer año, se mudó a una casa comunitaria de estudiantes en Kortrijk, donde tomaba la vida en común muy en serio. Eso se nota en un texto que Michaël redactó al respecto. Donde estaba, apuntaba muchas notas, en todo tipo de reuniones y para ordenar sus propios planes e ideas. Casi siempre para uso propio, así que totalmente ilegible para no-aptos, como se acostumbra con la escritura de un médico. Pero pude descifrar con mucho esfuerzo su nota sobre la vida en una casa común, porque me pareció que valía la pena resumirla brevemente. “Esta es una reacción a la crítica que siempre se escucha”, empezó Michaël, “que los jóvenes protestan mucho pero hacen poco, que destruyen mucho pero lanzan pocas alternativas, que ahora te pones muy rebelde pero en un par de años como médico rápidamente te adecuarás al sistema. A lo que uno responde obviamente que los otros se adaptarán, pero yo mismo nunca jamás en mi vida. Pero cuando uno intenta ser realista, se da cuenta que será muy difícil no rendirse.” “Por eso tienes que construirte la mentalidad correcta ahora mismo, y no plantear que eso es algo para más tarde. Si ahora no puedes denegarte para los demás, si ahora no puedes dedicar parte de tu tiempo a los marginales, ¿cómo te imaginas que lo podrás hacer más adelante? Si ahora no puedes mantener una buena relación con tus compañeros de la casa común, respetando los acuerdos que tomaron juntos, entonces ¿cómo podrás trabajar bien y conjuntamente con los otros médicos en un consultorio común?” “Es muy interesante e importante plantear desde ahora y muy claramente cómo querrás vivir más adelante, en qué dirección quieres evolucionar. Eso te ayudará a entender lo que te toca hacer ahora para lograr la mentalidad correcta. ¿Y cómo se logra eso? Aspirando a una vida común utópica en la casa de estudiantes.” Para Michaël este asunto no se quedaba en palabras nada más, lo intentaba en serio. Desde el primer año participaba activamente en Médica (la organización estudiantil de su facultad), en la parroquia universitaria y en el sindicato estudiantil. Además trabajaba cada semana durante unas horas en las Tiendas del Mundo de Oxfam (que venden mercancía de los países pobres a un precio justo para el pequeño productor), y dedicaba una tarde de cada semana al trabajo voluntario en una institución para minusválidos sociales. 20


No alardeaba de estas actividades, pero exigía la misma entrega de sus compañeros de la casa común. Le parecía que esta casa no tenía que limitarse a ser un punto de descanso común, sino también un estímulo para el compromiso compartido. Michaël creía muy fuertemente en la sensibilización de los demás y en el cambio. La casa común debía funcionar como un buen ejemplo de democracia de base. Cenar juntos era solamente un mínimo. Michaël no se tragaba sus críticas hacia sus compañeros de casa que no se comprometían tan enérgicamente como él. Bueno, de hecho nunca se comía sus críticas, para nadie. Escribió una carta furiosa contra las “huevadas” que se publicaban en la revista estudiantil. Cuando el cura llegó a un campamento de la parroquia estudiantil con naranjas sudafricanas de la marca Outspan (durante la época del apartheid), Sebastián lo mandó inmediatamente de vuelta a la tienda para comprar otras. Pero no le gustaba a Michaël pelearse. Cuando se enojaba, normalmente se encerraba en si mismo y se iba. Muy raras veces insultaba a otros. Nunca llegaba a los puñetazos, porque estaba a favor de los argumentos racionales, no los “manuales”. Durante las manifestaciones formaba parte del equipo de seguridad, de ninguna manera iba a lanzar piedras.

Chico de acción La vida de Michaël en la casa común estudiantil fue fascinante y tormentosa, entre otras razones porque en el tercer año vivía en una de las primeras casas “mixtas” (hombres y mujeres) en Kortrijk. Una decisión muy consciente, que llevaba a muchos cuestionamientos en círculos universitarios. Debatieron mucho y fuerte en la casa, pero también salieron mucho y fuerte a divertirse. Además hubo mucho énfasis en el deporte: para Michaël una buena condición física siempre fue primordial. Sus compañeros de la casa se recuerdan de Michaël como un chico de acción, no de la romántica. Una figura dominante, que amaba instigar a los demás y lograba convencerlos con sus argumentos. Alguien que siempre caminaba sin titubeos hacia su objetivo, pero con una gran capacidad para adaptarse y muy apto para comunicarse con la gente común de la calle. Michaël era muy abierto y muy cerrado a la vez. En sus estudios y sus actividades estaba solo muy seguido. Pensaba mucho, escribía mucho, elaboraba sus propias opiniones, no escamoteaba tiempo para criticarse a si mismo. Pero 21


esta actitud justamente irradiaba en los demás. Por otro lado, Michaël podía lucirse muy jovial y eufórico. No se guardaba sus comentarios agudos hacia los demás. Sobre todo durante los descansos de sus estudios estaba muy animado. Aunque nunca le gustaron los chismes sobre los ausentes. No acostumbró ventilar su intimidad. “Narcisismo vanidoso”, lo llamaba, “hay cosas mucho más importantes de qué hablar que de uno mismo.” Escondía muy bien sus propios sentimientos, le costaba mucho hablar de ellos. Eso no le impedía demostrar una gran empatía hacia los demás. “Uno se sentía muy bien al lado de Michaël, aunque era bien complicado expresárselo”, lo resume una compañera de casa. Michaël era y seguía siendo un joven muy sensible. Eso salió a la luz por ejemplo cuando su hermana mayor murió joven. Michaël, que tenía veinte años cuando ella falleció, se sintió totalmente destruido por su muerte. Lloraba desconsoladamente, pero quiso superarlo solo, no quiso que los otros lo consolaran. Siempre mantenía un vínculo muy estrecho con su familia; aún cuando estaba en El Salvador, escribía muchas cartas. Mostraba mucho interés y amor para los hijos de sus hermanos y hermanas. Durante su segundo año de estudiante en Kortrijk, Michaël empezó una relación amorosa con Karin, quien estudiaba filología germánica en la misma universidad y quien también era muy activa en las luchas estudiantiles. En este escenario se habían conocido un año antes. Michaël nunca estuvo interesado en aventuras amorosas pasajeras. Su relación con Karin se mantuvo y se volvió más profunda con los años. Pero Michaël no quería hablar mucho de su relación. Cuando sus compañeros de casa intentaban averiguar más, él cambiaba de tema o se salía con una ocurrencia. Opinaba que no tenía que debatir con otros sobre su relación con Karin. Michaël logró su título de candidatura en medicina sin mayores problemas, aunque cada año tenía que repetir algunos exámenes en segunda sesión. Pero esto se debía sobre todo a que él mismo planificaba pasar sus exámenes repartidos entre las dos sesiones. Esto le permitía dedicarse no solamente a sus estudios, sino también a varias actividades sociales durante todo el año. Mostraba una dedicación fervorosa durante sus exámenes, porque los buenos estudios le parecían de suma importancia. Tenía un esquema muy rígido y 22


estricto para estudiar, con pausas muy breves pero intensivas para relajarse, incluyendo cinco comidas puntuales al día. Se molestaba mucho cuando una comida se servía diez minutos tarde. Para asegurarse de la tranquilidad y la puntualidad necesarias, prefería estudiar en la casa de sus padres, pero la casa común de estudiantes le gustaba más para las pausas de relajo. Eso le llevaba a mudar regularmente todos sus libros, sus discos y sus plantas de una casa a otra para cambiar de ambiente. Yo le ayudaba a instalar todas sus cosas en nuestra casa de familia, y dos días más tarde todo el ritual se repetía de nuevo en su casa de estudiantes. Un verano Michaël buscó y encontró la tranquilidad perfecta para estudiar sus exámenes de segunda sesión (en septiembre) mudándose con sus libros hacia los lagos de Finlandia (al extremo norte de Europa). Los años después repitió esta experiencia exitosa en las montañas de la isla de Córcega (al sur de Francia) y en las colinas del País de Gales (al oeste de Inglaterra), pero ya no para estudiar. También visitó Londres y Berlín. Amaba viajar, un rasgo familiar que heredó.

Lovaina En octubre de 1977 Michaël comenzó el primero de sus cuatro años de doctorado en medicina en la Universidad Católica de Lovaina (a 120 kilómetros de su pueblo natal), donde también viviría en una casa común de estudiantes. El primer año en una casa en el centro de Lovaina con su hermano Jozef, el segundo año en una casa en las afueras de Lovaina, el tercer y cuarto año con amigos en unas casitas de obreros en un callejón de Lovaina. En Lovaina el dinamismo de Michaël llegó al tope. En primer lugar dentro de la organización estudiantil Médica, donde se dedicaba plenamente a las reformas de la carrera de medicina. Participaba en la lucha contra una ley que proponía limitar cada año la entrada de nuevos alumnos a esta carrera y también poner cuota al establecimiento de egresados de la carrera como médicos reconocidos por su gremio y el estado. El segundo año de su doctorado, Michaël salió elegido como vicepresidente de Médica, representando a su facultad en el Consejo Social de la universidad. Junto con sus compañeros de la directiva (muy progresista) de Médica, animaba a los estudiantes de su facultad a participar en muchas actividades 23


de protesta, pero también lúdicas, así que Michaël se divertía bastante. Le dedicaba por lo menos tanto tiempo a Médica que a sus estudios. Al final de 1978 se agregaba a todo eso la lucha “No a los diez mil” (francos belgas para la inscripción anual en la universidad). Como dirigente participaba en reuniones contra este aumento inaceptable, repartía volantes, organizaba huelgas y marchaba en las manifestaciones en Lovaina y Bruselas (la capital). Era una lucha por la democratización de la educación superior y para ahorrar gastos en proyectos de lujo de la universidad. Para convencer a los otros estudiantes de su facultad a participar en esta lucha, Michaël daba el buen ejemplo. Cuando los estudiantes ocuparon la biblioteca universitaria, el se quedó a dormir allí toda una semana. Durante sus primeros meses en Lovaina, Michaël asistía a reuniones de iniciación de la Liga Marxista Leninista (MLB), el movimiento estudiantil del partido maoísta Todo el Poder a los Obreros (AMADA, ahora se llama Partido del Trabajo de Bélgica - PTB). El MLB era la organización de izquierda más fuerte en estos años, mientras que el AMADA se hacía conocido y popular entre muchos estudiantes de medicina por lanzar sus primeras iniciativas de consultorios comunes (gratis para los pobres). Michaël seguía bastante convencido de que, después de sus estudios, quería trabajar como médico en una fábrica, para conocer mejor a los trabajadores y ayudarlos a organizarse. Encontraba muchos elementos positivos en los consultorios comunes del Partido del Trabajo: un buen tratamiento médico, la misma tarifa que el seguro social devuelve al paciente, la lucha contra el gremio (muy derechista) de los médicos, contra la industria farmacéutica, contra la contaminación del medio ambiente, contra el desmantelamiento del seguro social. Más adelante Michaël trabajaría unos meses como practicante en un consultorio del Partido del Trabajo. Pero Michaël decidió no afiliarse al MLB o al Partido del Trabajo. Tenía algunas críticas hacia sus ataques contra la Liga Revolucionaria Obrera (RAL, trotskista) y contra el Partido Comunista (KP, línea de Moscú). Tampoco compartía totalmente su centralismo democrático y su defensa de la política exterior de China. En grandes líneas estaba de acuerdo con la ideología de Partido del Trabajo, pero prefería mantener su libertad y opinaba que ya tenía bastantes actividades de por sí. De todas maneras visitaba las fiestas del primero de Mayo del Partido del Trabajo en Bruselas. 24


Por mientras, vivió dos años más en una casa común de estudiantes, pero ya no quedaba mucho de las altas expectativas que tenía cuando todavía estaba en Kortrijk. “Michaël nunca estuvo totalmente a gusto en una casa común, porque sus valores apuntaban demasiado alto para sus compañeros de casa”, explica uno de sus amigos. De todas maneras lo intentó de nuevo el segundo año en las afueras de Lovaina, con unos ex-compañeros de la casa en Kortrijk. Este año, como vicepresidente de Médica, su lucha dentro de la organización estudiantil era primordial, así que no pasaba tanto tiempo en casa. Pero cuando estaba, participaba en debates encendidos sobre el rol de la universidad y de la sociedad. Muchos amigos se recuerdan de esta imagen de Michaël, pedaleando fuertemente cada día en su bicicleta destartalada, ida y vuelta a Lovaina, la camisa afuera del pantalón. También se le veía mucho en los cafés de Lovaina, no para emborracharse, sino para discutir arduamente entre una cerveza y otra. Iba muy seguido al cine, pero no le gustaban las películas con un final feliz “porque te impiden seguir pensando en la historia después de que termine la película”. Michaël era un visitante asiduo de fiestas pro fondos de varios grupos de acción, también de conciertos de rock en Lovaina y el festival anual de Werchter. Con el tiempo se adquirió una impresionante colección de discos: Doors, Who, Gruppo Sportivo, Bad Company, Pink Floyd, Boomtown Rats, Kinks, … Sobre todo rock sólido. Obviamente el deporte no se quedaba atrás. Como gran amante de la naturaleza, Michaël salía regularmente a correr en los bosques. También empezó con el karate y a veces continuaba con el fútbol, la natación y el tenis. Seguía esforzándose por tener una buena condición física, lo que le resultaría muy oportuno cuando estaría en El Salvador. También en el deporte Michaël exigía el máximo de si mismo y de sus compañeros de equipo. Mantenía su interés en la Formula Uno y en el fútbol profesional a través de los medios de comunicación, pero muy pocas veces iba al estadio. El tercer año de doctorado en medicina (el sexto en total) era un año de pura práctica. Los primeros meses, Michaël trabajó en una clínica de Kortrijk, donde ponía en práctica de manera muy concienzuda sus principios: nada de tratamiento rutinario, sino que mucho interés por los problemas personales de los pacientes. Aunque no se tragaba sus críticas cuando discutían el fun-

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cionamiento de la clínica, Michaël era bien visto por los otros médicos y por los pacientes, porque tomaba en serio su trabajo.

Ruanda De Enero a Mayo de 1980, Michaël cumplió la segunda parte de su práctica en Ruanda (África Central). Su primera experiencia laboral en un país pobre tuvo un fuerte impacto en Michaël. En Ruanda constató por primera vez con sus propios ojos las grandes necesidades de los países pobres y cómo se podían solucionar. Michaël aprendió muchísimo en Ruanda. En la capital Kigali trabajó en cirugía, en una maternidad, en una pediatría y en un dispensario. Así aprendió muchas “técnicas” médicas, porque le dieron mucha responsabilidad. Pero, por la terrible miseria de los pacientes y la pasmosa indiferencia de los médicos locales, su práctica en Ruanda resultó en una experiencia bastante negativa. “Existe una escasez de materiales, de medicinas, de sangre, de todo”, repetía Michaël en sus cartas. “Pero lo más grave es la manera bestial en la que los médicos tratan a sus pacientes. Les ladran y hasta les pegan. Los pacientes no reciben ninguna explicación sobre su tratamiento y son operados sin anestesia.” “A veces me dan ganas de llorar cuando veo el pésimo trato. Los médicos de la maternidad tienen flojera para aplicar una cesarea, por lo que los bebés mueren. Las mujeres se quedan solas en la maternidad durante el fin de semana y son víctimas de violación por el equipo de limpieza.” Michaël era el único que trabajaba horas extras. Se sentía sumamente feliz cuando un paciente le agradecía por el buen trato. Pero estaba remando solo contra la corriente. “Más que nunca odio los comentarios que escuché en Bélgica antes de salir”, escribió Michaël, “que no pasa nada cuando te equivocas durante una operación como médico en África, porque sobran negros.” Intentaba hablar con sus colegas ruandeses sobre la situación política, pero ellos eran muy desconfiados por la represión. “Un médico ruandés tiene que ganar mucho dinero para mantener a toda la familia. Si juega al tonto idealista, toda su familia se le va encima porque ven peligrar sus ingresos.” “La burocracia y la corrupción engendran una mentalidad de: yo trato de sobrevivir y que los demás se las arreglen. No existe solidaridad, los practicantes 26


ruandeses se burlan de los pacientes como campesinos estúpidos. También me molesta mucho el lujo increíble que tienen los pocos blancos. Lo único que les interesa es despilfarrar su dinero en comida europea, mucho alcohol y viajes bonitos.” De todas maneras es con mucho dolor en el corazón que Michaël salió de Ruanda en Mayo. “¿Qué harán los otros médicos ahora que yo ya no voy a estar para controlarlos?” Michaël se sintió muy motivado para regresar a otro país pobre por un tiempo largo, donde podría aportar su granito de arena para lograr cambios estructurales, junto con maestros y agrónomos. Se sentía contento que sus estudios casi terminaban, porque ya no aguantaba más para entrarle de lleno a su trabajo de médico. Pero antes tenía que cumplir su cuarto y último año de doctorado (el séptimo año de medicina). En el verano de 1980 Sebastián intentó trabajar por unas semanas en Argelia o Tunez, pero no lo logró.

Último año en Lovaina Así que en septiembre regresó a su casita de obreros en el callejón en el centro de Lovaina. Aunque vivía en común allí con sus amigos de muchos años, pasaba muchos momentos solo en su casita. Se desilusionó de la vida en común con amigos. Leía mucho, para intentar ampliar cada vez más su bagaje cultural e intelectual. Dedicaba mucho tiempo a pensar profundamente en lo que haría después de sus estudios. Michaël siempre ha sido un lector ávido. Aparte de los periódicos belgas, también leía “Le Monde” (periódico francés) y “Vrij Nederland” (periódico holandés), además de “Solidario” (revista del Partido del Trabajo). Se informaba bien a través de muchos libros de izquierda. Pero también leía muchas novelas, de escritores belgas como Lampo, Vandeloo y Ruyslinck, al igual que escritores extranjeros como Camus, Sartre, Huxley y Neruda. Durante su último año de estudios, Michaël se volvió un poco más serio y sombrío. ¿Era porque ya estaba rumiando mucho sobre el gran paso sin regreso que estaba a punto de tomar? ¿Entendía que sus años libres y alegres como estudiante se estaban acabando definitivamente? Michaël nunca fue una persona fácil de calar sus pensamientos. Era difícil seguirle el paso cuando estaba muy entusiasmado en sus actividades y sus planes para el futuro. 27


Era muy abierto para expresar sus opiniones, lo que a veces lo llevaba a chocar con otros. Tenía un sentido del humor seco y sarcástico, que mucha gente no entendía. Podía ser muy agudo hacia sus amigos. Del otro lado era muy tolerante, dejaba a los otros ser como eran. Sus lazos de amistad eran muy libres, sin ninguna obligación de ambos lados. Algunos dicen que era terco, porque era muy obstinado en seguir sus propios planes y convicciones. Michaël gozaba de una manera muy profunda de su libertad, no dejaba que nada ni nadie lo encerrara. Vivió la alegría y la tristeza de manera muy intensa, pero siempre sin perder de vista la realidad. Al final de su último año de doctorado, en marzo y abril de 1981, Michaël trabajó como practicante en la ciudad de Genk, en el consultorio común de “Médicos para el Pueblo” (ligado al Partido del Trabajo de Bélgica (P.T.B.)). Fue una lucha muy difícil para que la Universidad Católica de Lovaina reconociera este consultorio “revolucionario” como lugar de práctica, una decisión que revocaron posteriormente. Michaël escribió un diario durante esta práctica, que deja traslucir que fue una experiencia muy grata. Era muy feliz al constatar que los médicos no se apuraban con los pacientes durante las consultas y las terapias, sino que las adaptaban a las personas. No solamente ayudaban a la gente en la esfera médica, sino también en sus problemas familiares. Como opositor convencido de la sobremedicación, Michaël estaba contento de ver que los médicos no llenaran a los pacientes de medicinas. Todo eso resultaba en un juicio positivo sobre la manera de trabajar de este consultorio en Genk. Del otro lado, los médicos del consultorio también tenían una muy buena apreciación de Michaël, como un hombre inteligente y con grandes dotes de organización. El año después, justo antes de viajar a El Salvador, Michaël trabajaría algunos meses más en el mismo consultorio. Allí estrechó sus lazos son su hermano Willem, quien también trabajaba para el Partido del Trabajo y con quien ideológicamente Michaël se acercaba más.

Zimbabwe En el verano de 1981, terminó su doctorado y sus siete años de medicina. Antes de empezar sus estudios de seis meses como especialista en el Instituto de Medicina Tropical en Amberes, viajó por seis meses a Zimbabwe (sur de África) con su novia Karin y su amigo Jan. 28


Karin iba como reportera para la “Agencia de Prensa de Liberación” (BPA, agencia belga progresista que dejó de existir). Michaël y Jan la acompañaron para averiguar cómo funcionaba el sistema de salud en un país pobre donde la revolución socialista acababa de triunfar. En 1980 el presidente Mugabe había conquistado el poder de los blancos. Michaël también había pensado visitar Nicaragua, donde la revolución sandinista venció un año antes que en Zimbabwe. Karin le había contado mucho sobre su viaje a Cuba. Pero al final decidieron viajar a Zimbabwe. Cuando Michaël llegó a Zimbabwe, Médicos Sin Fronteras (MSF) buscaba justamente en este momento y urgentemente un reemplazante por otro médico que se había ido. Aunque Michaël había ido para conocer el país y la revolución, no dudó un segundo en ofrecerse como voluntario. Así fue enviado a un puesto de misioneros en medio de la selva tropical, en la frontera con Mozambique, manejado por un jesuita alemán bastante excéntrico. Allí trabajó tres semanas y con mucho gusto, porque el puesto médico funcionaba bien. Las otras tres semanas Michaël, Karin y Jan viajaron con un médico de MSF que realizaba una gira de inspección por el país. Michaël se guardó muy buenos recuerdos de Zimbabwe, pero mucho menos de MSF. Opinaba que la entrega de sus médicos se quedaba corta. En El Salvador ampliaría sus críticas hacia la posición neutral y sin compromisos de MSF. De regreso de Zimbabwe, Michaël entró al Instituto de Medicina Tropical de Amberes. Allí también se instaló en una casa común, con Karin. Amberes era una ciudad mucho más grande y diferente a Lovaina. Como viviría solamente seis meses allí, nunca logró sentirse plenamente integrado en Amberes. Además, sus planes de futuro lo tenían mucho más preocupado que la vida estudiantil en Amberes. En febrero de 1982, terminó sus estudios de medicina tropical y trabajó dos meses más en el consultorio en Genk. En mayo salió con Karin para un viaje de tres meses en moto por toda Europa. “Nuestra despedida del continente”, lo llamaba él mismo. En ese momento ya estaba más decidido que nunca que saldría a trabajar al extranjero. Francia, España, Portugal, Italia, Austria, Checoslovaquia, … Michaël disfrutaba mucho de todos los rincones más bonitos de Europa, y también del paseo en moto. Había tenido varias motos en el transcurso de los años y siempre 29


le había gustado mantenerlas y mejorarlas. Hizo su viaje por Europa en una BMW 600. A su regreso, Michaël y Karin ya estaban 100% decididos que saldrían a El Salvador en septiembre. Michaël empezó a aprender el castellano a ritmo forzado. Se escuchaban las frases del Asimil en alta voz por la casa familiar, donde el castellano se instaló momentáneamente como lengua franca. Michaël y Karin ya se conocían siete años, su relación se había profundizado mucho. La mejor prueba de eso es justamente la decisión común de partir hacia El Salvador, una decisión difícil y con graves consecuencias. Por un lado, Michaël siempre era bastante exigente hacia Karin, porque opinaba que una relación amorosa no era solamente para divertirse, sino que también para estimular el compromiso político del otro. Por otro lado, tenían una relación muy libre, ninguno de los dos quería dejarse atar por el otro.

El Salvador ¿Por qué El Salvador? Michaël lo explicó en su diario: “Porque la lucha del pueblo salvadoreño es justa y porque es el lugar donde yo puedo dar lo mejor de mi mismo.” Una casa propia con jardín nunca fue el ideal de su vida. El dinero y la carrera no le interesaban. Quería ir a donde él sería lo más útil. Antes de irse a El Salvador, Michaël y Karin vendieron sus pocas pertenencias. Michaël no tenía miedo de sufrir, si era a favor de los demás. Trabajar mucho y duro nunca fue un problema para él. Quería evolucionar y aprender todo el tiempo, que su compromiso político mostrara una línea recta hacia arriba. Los contratiempos tenían como único efecto motivarlo aún más. No quería estancarse, sino vivir una vida intensa. Sentía un fuerte impulso hacia la libertad personal, por lo cual difícilmente hubiera encontrado un tubo de escape en la sobrenormalizada Bélgica. Me recuerdo muy bien que Michaël siempre se informaba sobre mis planes de futuro. El quería que los demás también hicieran algo útil con su vida. De ninguna manera partió a El Salvador por deseo de aventura. Fue una decisión muy bien ponderada, que llevaba años de planificación y preparación. Estaba claro que quería funcionar como médico en un país pobre. Aún así, consideró la posibilidad de trabajar primero por algunos años en una fábrica 30


en Bélgica o en un consultorio común de Médicos por el Pueblo. Pero borró estos planes para poder salir lo antes posible. Pero regresemos a la misma pregunta: ¿por qué El Salvador? Después de su mala experiencia en Ruanda, Michaël no quería regresar de ninguna manera a un país parecido. Quería establecerse en un país donde no solamente podía curar a los enfermos, sino también lograr cambios estructurales. En primera instancia mejorar los servicios de salud del país, poniendo más atención en la higiene, las vacunas, la orientación, la prevención, la instalación de postas médicas, … Michaël tenía una fe inquebrantable en la revolución como base sólida de estos cambios estructurales. Pero entonces, ¿por qué escogió afiliarse a un movimiento de liberación y no irse a un país donde la revolución ya había triunfado: Cuba, Nicaragua, Zimbabwe, Angola, …? Porque el reto le parecía más grande en un país donde esta nueva estructura de salud todavía tenía que construirse desde cero, que en un país donde ya estaba en marcha. En este sentido, Michaël me hace pensar en el Che Guevara, que dejó Cuba con su revolución triunfante, para irse a Zaire (Congo) y luego a Bolivia, con el propósito de empezar otra revolución. Con este criterio, le quedaba escoger entre los siguientes movimientos de liberación mejor organizados: la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Líbano (a donde fue su amigo de estudios Jan Cools), la resistencia de Afganistán contra la ocupación soviética (lo que escogió su buen amigo Paul Ickx), el New People’s Army (NPA) en las Filipinas, el African National Congres (ANC) en África del Sur, o el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador. El Partido del Trabajo quiso enviarlo a Afganistán o a las Filipinas, pero ­Michaël lo rechazó, aunque le tomó bastante tiempo escoger entre el NPA de las Filipinas y el FMLN del Salvador. Posiblemente llegó a la conclusión que lograría su máximo rendimiento en El Salvador, porque la brecha cultural entre este país y Bélgica era más estrecha que con otros países. ¿Quizás estaba simplemente más interesado en la lucha de El Salvador? La entrevista en una revista belga con otro médico belga, que se afilió unos meses antes al FMLN, también lo puede haber influenciado. De todas maneras, fueron necesarias muchas reuniones con delegaciones del FMLN en el extranjero, entre otras en Paris, para que Michaël y Karin fueran 31


aceptados por el FMLN, que se cuidaba mucho de no enlistar posibles espías. Michaël no se paseaba vanagloriándose de su decisión. No hablaba mucho de eso con otras personas que Karin. Sentía que muchos amigos y familiares no se daban cuenta qué tan difícil fue esta decisión, qué grandes eran los peligros. Se molestaba mucho que algunos se atrevieran a llamarlo un aventurero. Las últimas semanas antes de irse a El Salvador, Michaël demostró más que nunca su inquietud e impaciencia. Como la decisión ya estaba tomada, quería salir lo más antes posible. La inseguridad sobre su fecha de salida lo volvió muy nervioso. Al final se alegró que esta fecha se adelantara al 10 de Septiembre.

Despedida Unos días antes, Michaël y Karin organizaron una fiesta de despedida cerca de Lovaina, donde reinaba un ambiente algo angustioso. Para ambos era obviamente un momento muy difícil. Querían partir absolutamente a El Salvador, pero la despedida de los amigos y de la familia les pesaba mucho. Seguramente la gran duda estaba dando vueltas en sus cabezas: “¿alguna vez volveremos a verlos?” Muchos otros presentes en la fiesta tenían la misma duda tácita. ¿Pero cómo se podía contar eso a ambos? Michaël probablemente se hubiera salido por la tangente con humor: “¿Por qué no vienen a visitarnos entonces?” Yo no estaba presente en esta fiesta, entre otras razones porque la despedida de Michaël no me parecía una “fiesta” y por eso no estaba con ánimo de festejar. Aunque después me arrepentí no haber ido a la fiesta. Tampoco me despedí de Michaël y Karin en el aeropuerto de Bruselas, porque decirles adiós allí me hubiera resultado demasiado doloroso emocionalmente. De esta manera se fueron, ya no estaban. Solamente me quedaba escribirle a Michaël en mis cartas cómo lo admiraba por todo lo que hacía en El Salvador, pero obviamente esperaba poder contárselo en vivo y en directo algún día. Una esperanza en vano. “Siempre intenta actuar de manera honesta y sincera, siguiendo tus propios criterios y convicciones, sin importar cuales sean las consecuencias”, me escribió Michaël en su última carta desde El Salvador. Algo que me parecía más fácil decir que hacer. Pero Michaël sí lo hizo. Hasta la última consecuencia, hasta la muerte. ` Felix De Witte, octubre 1989 32


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Cartas El 10 de octubre, Michaël y su compañera Karin llegaron a El Salvador. Se perdieron los primeros 7 meses de su diario. Pero en este período Michaël también escribió una serie de cartas a su familia y a sus amigos. Aquí reproducimos partes de estas cartas para así presentarles sus pensamientos y sentimientos de estos primeros meses.

Managua, 21 de septiembre de 1982 Compañeras, compañeros: Aquí les mando una primera carta desde Managua. Estamos preparando de lleno nuestra salida. Ya sabemos con más precisión qué vamos a hacer. Karin trabajará en parte con Radio Vencere­mos. La radio es muy importante porque permite romper la información unilateral. Radio Venceremos informa diariamente sobre la lucha de liberación, presenta análisis políticos, imparte clases sobre nutrición, alfabetización, etc. También se brinda bastante importancia a la política internacional y a la manera cómo funcionan los comités de solidaridad en el extranjero. Al lado de esto, Karin también colaborará en la campaña de alfabetización y en la construcción de una de las organizaciones de masa. Yo mismo haré trabajo médico tanto curativo como preventivo: medicina general, partos, operaciones … y formación de promotores y trabajadores de salud, vacunas y trabajar en el mejoramiento de la “situación general” (alimentación, higiene, viviendas). Es decir, trabajar en el mejoramiento de la situación de la salud. Lo que esto significa exactamente ya se lo escribiré en una carta siguiente, después de haber trabajado un rato. Hace calor aquí, tanto en el sentido literal como figurado. Mientras que en Líbano se sigue asesinando al pueblo palestino (hemos escuchado las noticias sobre las matanzas perpetradas, con la ayuda del ejército israelí, en los campos palestinos de Sabra y Chatila), la represión en Guatemala, Honduras y El Salvador deja cada día víctimas. En Guatemala, cuatro guerrilleros fueron fusilados esta semana por el ejército de Ríos Montt, después de un simulacro de juicio. Sin hablar de los muchos muertos que caen sin ninguna forma de juicio. En Honduras las preparaciones de la guerra contra Nicaragua están en plena marcha. En El Salvador se sigue asesinando diariamente de 20 a 30 personas de la manera más horrible. Las contradicciones internas al interior del gobierno y del ejército aumentan cada vez más, pero aparentemente los Estados Unidos logran aún reparar los daños. En ocasión de la fiesta de la 37


independencia en El Salvador, grupos de élite estadunidenses marcharon abiertamente en el desfile. Pero, por el otro lado, también es esperanzador ver cómo la resistencia logra organizarse mejor y cómo gana adeptos. Esperamos recibir de vez en cuando noticias de Bélgica, Muchos saludos, Karin y Michaël

Domingo, 5 de diciembre de 1982, zona “Tres Calles” Queridos todos, Por fin una primera carta después de dos meses en este pequeño país. Esta vez sólo escribo yo, porque ya no estamos juntos, ya que Karin trabaja en otra zona. Es decir que yo trabajo en otra área que la originalmente planeada. Porque aquí la necesidad de tener un médico es mucho mayor. Antes no había médico aquí. Mi trabajo consiste en levantar una clínica desde la nada: consultas a la población y a los guerrilleros, campañas de prevención contra la desnutrición, enfermedades como piojos, sarna, micosis, ...), capacitación de enfermeros y enfermeras para la clínica, para lugares lejanos y para el ejército guerrillero. Y levantar un equipo quirúrgico: yo como cirujano, un anestesista, un asistente, un instrumentalista y un hazlotodo. En fin, va a haber mucho trabajo. Ahora bien, ¿cómo es esta zona? Muy, muy tranquila. Aunque se oigan día y noche los balazos y los bombardeos, en la clínica la situación es muy tranquila. No te das cuenta que la guerra está tan cerca. El único peligro consiste en una posible invasión del ejército gubernamental, pero esto sólo pasa algunas veces al año y cada invasión dura cuando mucho diez días. Fuera de esto, aquí reina la paz. Pero... vemos llegar a los heridos, vemos cómo tropas de la guerrilla salen y regresan, o a veces no regresan... El apoyo de la población es enorme. Les dan comida, ropa, papel y plumas, ... todo. Procuran que nadie le cuente al ejército quiénes son los guerrilleros, en dónde están, cuántos son. Actualmente la guerrilla lleva una ofensiva que ya dura dos meses: conquistaron muchos pueblitos, conquistaron muchas armas, apresaron a 270 soldados, el tráfico fue paralizado... todo esto con el fin de obligar al gobierno a un diálogo. Un diálogo que debe llevar a la formación de un gobierno de unidad nacional y que debe poner un término a la guerra, un término a este baño de sangre. Ya hubo más de 40.000 muertos desde 1979, entre los cuales más de 95% de civiles. 38


Y yo tengo que ocuparme en dar solución a las necesidades médicas de la población civil y del ejército guerrillero. Es una tarea muy pesada, es mucho trabajo. Pero pienso que lo voy a lograr. Hoy me llegaron las primeras cartas desde Bélgica, entre las cuales dos de mamá. Esto me da mucho ánimo. Espero recibir más cartas. Les deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo. Y hasta pronto. Michaël

Sábado, 8 de enero de 1983 Queridos todos, Les deseo un feliz año nuevo. ¿Cómo pasaron las fiestas? Pensé muchísimo en la casa y en la familia durante estos días. Aquí festejamos con un mítin político, un baile y comida rica: pastel de queso, tortillas con pollo y muchísimo café. Aquí toman café por libras... increíble. No es por nada que este país es el país cafetalero por excelencia de América Central. Tengo muchísima curiosidad por saber cómo están todos, ya que las últimas noticias que tengo datan de finales de octubre... lo que me parece muy lejano. Espero con ansias una carta de la familia para saber cómo están todos. Desde hace tres días reina un ambiente algo pesada en esta zona, porque se instalaron muchas tropas gubernamentales en los alrededores y porque la amenaza de una invasión es muy grande. Esto significa bombardeos, abandonar la clínica, enterrar todo en escondites bajo tierra y todo el equipo médico sale junto con la guerrilla y la población que también huye. Para nosotros casi no existe ningún peligro; durante las invasiones del ejército gubernamental en esta zona en el curso de los dos años pasados no murió ningún guerrillero de esta organización. Pero, para la población la situación es distinta. Cada vez más el ejército se dedica a asesinar: las mujeres son violadas, los recién nacidos y los niños pequeños son macheteados, los ancianos son asesinados y decapitados. Horrible. O sea que la población es la mayor víctima. En julio y agosto asesinaron de esta manera a 20 personas. El pánico es enorme entre la población. ¿Y mi trabajo? No me recuerdo si les conté en mi carta anterior sobre el guerrillero que operé de un balazo en el vientre. Ahora ya se está paseando tranquilamente y dentro de un mes retomará sus actividades militares. Operé varias personas más que habían recibido balazos. Esta semana capacité a otras diez personas como trabajadores de salud (primeros auxilios, prevención de diarreas, sarna, y diagnóstico y tratamiento de 39


las veinte enfermedades más frecuentes)... También capacité a otras personas como encargados de los centros de salud, enseñé cómo sacar dientes, capacité a otros como anestesistas o como asistentes en las operaciones. Y, mientras, hay que tratar de organizar todo lo mejor posible para tratar de conseguir la mayor cantidad posible de medicamentos y de material médico. Y, claro, lo más importante: las consultas y la curación de los pacientes admitidos en la clínica. También preparamos campañas contra la malaria, la desnutrición, la diarrea, enfermedades de la piel... en fin, un montón de trabajo. Espero que mis cartas lleguen a pasar bien y rápido. Debido a la ofensiva que está por iniciarse, se espera mucho trabajo; sin embargo, trataré de escribirles regularmente una cartita. Esperando noticias de casa, Hasta pronto, Michaël

Zona costera, sábado, 5 de marzo de 1983 Queridos todos, Por fin me volví a sentar a escribir. Quise esperar hasta recibir unas cartas de casa para así contestarlas de una vez, pero la última carta que recibí es la del 22 de octubre del año pasado. No sé exactamente a qué se debe que el correo pase tan difícilmente, pero la situación general de guerra explica mucho. Y también el hecho de que a menudo me mudo dentro de la zona. Pero me puse a escribir. Con cientas de preguntas en la cabeza. ¿Si recibieron bien mis últimas cartas? ¿Si reciben mucha información sobre la situación aquí, por medio de la televisión, la radio, periódicos y revistas? ¿Y qué cuentan estos periódicos y revistas, la radio y la televisión sobre El Salvador? Me gustaría mucho saberlo... Saber si sólo retoman las noticias de la agencia de prensa del ejército, que siempre cuenta sobre cientos de guerrilleros muertos, mientras que yo mismo puedo ver que mueren muy, pero muy pocos compañeros. ¿O si también retoman las noticias de la guerrilla? Y también tengo muchas preguntas sobre cómo están Ustedes, sobre cómo estuvo el invierno, sobre la situación política, económica y social (ya que no tengo la radio de onda corta, Karin la tiene) en mi patria. Y quisiera conocer los resultados deportivos. En otras palabras: estoy deseando mucho una cartita de casa. Me encantaría que Ustedes me mandaran regularmente artículos sobre todo esto. Porque, a nivel de información internacional, aquí es pura pobreza, sólo están las emisiones internacionales. Así es como me enteré de que mañana habrá elecciones muy importantes en Alemania. Y mañana el papa visitará este país. 40


¿Y cómo está la situación acá? Cuando decidí venir aquí, la guerrilla estaba en una posición muy defensiva: a nivel político, debido a la gran campaña en torno a las elecciones del año pasado, el 28 de marzo de 1982; a nivel diplomático, porque muchísimos países apoyaban esas elecciones; a nivel militar, porque el ejército gubernamental tomaba la iniciativa. Cuando llegué aquí, las fuerzas estaban en equilibrio: a nivel militar, había iniciativas de ambos lados; a nivel político y diplomático también. Ahora la situación es muy clara: esta guerra será ganada por la guerrilla, es decir por la población casi entera. Porque es el enorme apoyo de la población entera el que fortalece tanto al FMLN. Morazán y Chalatenango, dos provincias norteñas, están casi completamente liberadas. Y las acciones del FMLN se multiplican y crecen, porque cada vez más gente se da cuenta de que la victoria del FMLN es segura y la gente quiere contribuir a ella. Por medio de la radio internacional, me enteré de que un editorial del Washington Post planteó lo siguiente: la victoria del FMLN y de la población entera es un hecho, sólo es una cuestión de tiempo. Y ese tiempo no será muy largo. A nivel político y diplomático, el apoyo a un diálogo entre los partidos no asesinos (demócratas cristianos, el sector privado entero...) y el FMLN-FDR crece cada día. Si este diálogo no se establece rápidamente, lo que habrá es una victoria militar del FMLN. Y luego, finalmente, después de 50 años de dictadura, explotación, masacres... ¿paz y justicia? !Esperemos! Y, mientras, ¿qué hice yo? Conformé un equipo quirúrgico, di capacitación sobre primeros auxilios y enfermería a un gran número de personas e implanté y fortalecí el sector médico entre la población. Todo esto en unos escasos dos meses. Porque después se inició una acción de los compas en esta zona: liberaron los pueblos de San Francisco Javier y San Agustín, así como la ciudad de Berlín. No sé en qué medida Ustedes recibieron noticias sobre estas acciones. Vi en ambos pueblos y durante la invasión de Berlín un equipo de la televisión francesa. Esto me deja suponer que Ustedes reciben imágenes de lo que está pasando aquí. Durante esa ofensiva, yo siempre acompañaba a los compas durante la conquista de los pueblos y de la ciudad. Me encontraba a media hora de la línea de fuego, del foco. Y todos los compas heridos eran transportados hacia donde estaba yo, y les dábamos los primeros auxilios y de allí los transportaban hacia nuestra clínica para una eventual operación y mayores cuidados. Tuvimos bastante trabajo, aunque para mi sigue siendo un misterio el que caigan tan pocos compas. Sí hubo algunos muertos y también hubo muchos heridos, pero casi todos se recuperaron. Tuve que abrir más vientres para sacar balas. 41


Y esto en circunstancias inaudibles. El material y las condiciones de trabajo son terriblemente frustrantes. No hay laboratorio, no hay radiografías, y trabajamos sin yeso, sin bolsitas de sangre, sin suero... y esto duele mucho: el hecho de no poder ayudar a algunos heridos por falta de material. Fue en Berlín donde la situación fue peor. La fuerza aérea bombardeando sin cesar y matando a muchos civiles. En Berlín y San Francisco Javier murieron muchos niños. Esto duele. Después de cada conquista, yo acompañaba a los compas cada vez hasta el centro del pueblo o de la ciudad liberada. Para dar consultas a la población, para curar tanto a personas de la guerrilla como a soldados presos. Durante esos días, uno vive bajo una tensión sentimental tremenda: la tristeza por los muertos y los heridos, la presión hacia uno mismo para aguantar, y finalmente la alegría por las conquistas. La población que distribuye galletas, refrescos, cigarrillos… Escenas indescriptiblemente bellas. Durante los días que duraron esas acciones, tuve que trabajar muchísimo en el hospitalito. Entre otras cosas, operamos tres días y tres noches seguidas, con apenas cuatro horas de sueño. Unos días más tarde me mudé con los heridos más graves hacia la zona costera. Porque el hospitalito de la zona en donde estaba yo originalmente era demasiado inseguro. Los heridos se fueron primero, yo les seguí dos días después. Y, efectivamente, durante esos dos días, bombardearon el hospitalito. Que suerte que se había transportado a los heridos, sino esto hubiera sido un baño de sangre. Ahora: nada. Fue una experiencia nada agradable. El avión sobrevoló una primera vez y arrojó la primera bomba a cincuenta metros del hospitalito, luego arrojó la segunda bomba sobre el hospitalito y luego regresó unas diez veces más para ametrallar. Después del primer sobrevuelo, todos nos escondimos en los escondites y las trincheras. Y esta bomba y estas ametralladoras no se sienten nada agradables. Pero, afortunadamente, no hubo ningún herido. Y, unos días después, otra bomba cayó a veinte metros de donde yo estaba. El golpe de la onda de explosión, los pedazos volando por todos lados, ... Como ya dije, ahora trabajo en la zona costera. La travesía del camino principal, la carretera litoral, también fue toda una experiencia. Unos segundos antes de que íbamos a atravesar la carretera, apareció una columna del ejército. Nosotros, que eramos unas treinta personas, nos quedamos parados completamente silenciosos a unos 50 metros de la carretera, mientras pasaron uno, dos, ... nueve camiones. ¡Uf! No nos vieron. Es una zona extraña aquí. Completamente plana. Muy cerca del mar, en donde seguramente iré a nadar uno de estos días. Esta zona se llama el manglar: es una zona llena de riachuelos y canalitos y ríos... y todo el transporte se realiza por agua. No hay caminos. Todo por el agua, que tiene sus mareas 42


altas y bajas. Cuando es marea baja, no llegas a ningún lado, puesto que los ríos están bloqueados por árboles caídos; cuando hay marea alta, el agua sube de uno a un metro y medio. El hospitalito se encuentra muy bien escondido en medio de este laberinto de ríos y islitas. Hasta ahora, los soldados nunca han venido a esta zona pantanosa. En esta zona la situación es la misma: mucha desnutrición, gran falta de higiene… con todas las enfermedades que acompañan estas carencias. La pequeña clínica funciona bien. La semana que entra voy a ir a recibir material médico. También es posible que siga el viaje hasta otra zona, para ayudar allí a reestructurar la clínica y capacitar a los/as enfermeros/as. Y sigo esperando que algún día podré ir a Morazán. Para adquirir más experiencia médica, para hablar con los comandantes políticos, y ... para volver a ver a Karin. No la he vuelto a ver desde el 10 de noviembre. Y las cartas de la zona en donde ella está pasan difícilmente. Es una zona muy aislada. Sigo estando muy entusiasmado con mi trabajo aquí. Por nada del mundo quisiera ir a otra parte. Aún si extraño muchísimo noticias de casa, aún si aspiro muchísimo a volver a ver a la familia y a los amigos ... lo cual no es posible en la situación actual. Ojalá y la victoria ya no tarde mucho y entonces invitaré a un montón de personas para que vengan a visitar a este pequeño país liberado. Son sueños para el futuro… Por mientras sigo comiendo tortillas y frijoles y… pescado y cangrejo. Los cuales abundan aquí. Sigo resistiendo a la tentación de fumar. Todos fuman aquí, porque es la única distracción. Junto con el café. El cual sí tomo, porque es la única bebida caliente. Té, chocolate caliente, leche ... no son para nosotros. La buena comida no me hace falta, pero lo que sí me hace falta es literatura: es por esta razón que les pedí artículos. Siempre pueden tratar de enviarme libros, aunque dudo que pasen. Si me mandan libros, no me los manden junto con los artículos y las cartas, porque es un hecho que entonces no va a llegar nada. Unos buenos puros junto con los libros y estoy en el séptimo cielo. No quiero nada más. Los contactos sociales siguen siendo escasos. Todos los demás internacionalistas y todos los comandantes y políticos están en otras zonas; así que siempre me pongo muy contento cuando pasan algunos. La zona en donde trabajaba y en donde trabajo ahora son efectivamente zonas nuevas o más aisladas. De allí también que llega tan poco correo. No me acuerdo cuándo escribí mi última carta, pero creo que fue como hace dos meses. Seguramente que se me olvida escribir un montón de cosas, pero les contaré muchas más cosas a mi regreso. Hasta pronto, Michaël 43


El 11 de Diciembre de 1981, en el pueblo “ El Mozote” 900 civiles fueron masacrados por el batallón Atlacatl del ejército salvadoreño. Esta masacre es conocida como la peor crueldad de la historia moderna de América Latina.

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Diario año 1983 Domingo 1 de mayo de 1983 Primero de mayo. He estado pensando en mi tierra natal y en Karin. Hace un año inciamos nuestro viaje en moto a través de Europa saliendo de París. Todo esto parece ahora muy lejano. Por fin me tomé un placentero baño en el río, luego me dejé cortar el pelo por un compa (ciertamente con unas tijeras desafiladas), platiqué con Andrés sobre las acciones de las tropas especiales de la cuarta seccion. Me gustaría estar con ellos, ya que representan de alguna manera la imagen que teníamos en Europa de los guerrilleros. Me gustaría acompañarlos como médico, pero estoy muy consciente de que no es possible, porque las acciones que ellos realizan son demasiado arriesgadas. Rigo va bien, menos la infección de su herida que me preocupa. Se me hace difícil dejarlo irse, pero no hay otra alternativa, aquí no podemos atenderlo como es debido.

Martes 3 de mayo de 1983 Rigo de momento no se va, porque hay una amplia concentración de tropas a la altura del pueblo de Jucuarán, pero se encuentra estupendo, a pesar de que no logró recuperar el volumen normal de su pulmón derecho, lo que para él significará una invalidez permanente. Tengo muchas ganas de regresar a Tres Calles, porque me preocupa la clínica de la zona de la costa en donde me falta capacitar a muchos brigadistas. ¿Qué me traerá el futuro? ¿Volveré a Tres Calles? ¿Me quedaré en Jucuarán? ¿Me iré más hacia el Norte? Sigue siendo una gran incógnita, sólo puedo especular y esperar. Ayer y hoy charlé mucho con Danilo, Rubén, Ernesto y otros compas y aprendí algo sobre explosivos. Lo agradable de este frente es que hay muchos interlocutores interesantes y que hay bastante lectura, cosas que echo de menos en Tres Calles. Aunque mi corazón sigue estando allí.

Viernes 6 de mayo de 1983 La estancia en Jucuarán es como un período de vacaciones en plena guerra y lo aprovecho de lleno para elevar un poco mi insumo intelectual, con textos de Martha Harnecker, un librito de Lenin sobre “el trabajo con las masas”. 45


Siento que he madurado mucho aquí, que mis “principios e ideas de izquierda” del inicio han sido confirmados en su confrontación con la realidad y, debido a esta práctica, regresaré a Bélgica totalmente cambiado.

Martes 10 de mayo de 1983 Hoy hice una larga caminata y visité casi todos los campamentos, los cuales a veces están a muchos kilómetros el uno del otro. Jucuarán es una región muy bonita, las montañas me hacen pensar mucho en Ruanda. Desde una de las montañas se puede ver el mar y se me derritió el corazón de ganas de bajar allí para ir a nadar, pero semejante estupidez puede costarte la vida aquí. Buenas perspectivas: perspectiva de buenas acciones militares, perspectiva de conseguir material, de recibir cartas de casa y de Karin desde Morazán. Rigo aún no se ha marchado. Estuvo esperando más de una semana en el sitio donde lo vendrían a recoger y le dio otra vez temperatura. Radio Venceremos anuncia invasiones en San Vicente y en Usulután. Esta última nos afectará a nosotros. También habría una acción de búsqueda en la zona del litoral, por lo menos según Radio Chaparastique. Mientras, sé que existe una diferencia enorme entre lo que el enemigo dice y la realidad, pero esto no me impide preocuparme por la costa y su clínica. Mientras tanto, he elaborado un plan de restructuración médica para esta zona, pero Gabriel y Amilcar me retienen mucho, lo cual es bastante frustrante. Aún me topo bastante con las barreras culturales y encuentro pocos compas con los que puedo llevar una conversación sólida.

Sábado 14 de mayo de 1983 En la mañana se tomó de manera repentina la decisión de regresar a Tres Calles. Estoy contento, pero también siento el dolor de la despedida de esta zona y de los compas que se quedan. Desde aquí envié a Karin en Morazán dos meses de mi diario. ¿Cuándo los recibirá? Nos echamos a caminar, a un ritmo muy acelerado, porque teníamos que cruzar la carretera del litoral antes de la madrugada y la costa se encuentra a gran distancia. Primero caminamos unas cinco horas de un tirón hasta San Felipe, luego descansamos un poco, comimos y seguimos caminando, a un ritmo muy veloz. Y, aún así, ya casi era de madrugada cuando finalmente cruzamos el litoral, todos agotados, pero felices de que todo hubiera pasado bien. En el primer río nos tomamos un baño refrescante (después de 12 horas de caminata) y luego seguimos hasta La Granada. Esto es ya la zona de la costa, 46


y no encontramos huella de la invasión anunciada por la radio.Volví a ver a Faustino, Mauricio y Jacobo; esperamos con paciencia unas horas más y luego seguiremos caminando hacia la zona de Tres Calles. Nos espera otra noche de caminata.

Lunes 16 de mayo de 1983 No obstante el hecho de que caminamos de noche, hace un calor sofocante. Sudé como un caballo y mis pies están muy maltratados porque otra vez tengo zapatos que me quedan chicos. Y, a lo largo de la caminata, siempre el mismo suplicio: sed, sed y más sed, y entonces me puse a pensar en una cerveza fría, un yogurt o un jugo de frutas. Al llegar a la zona, me sequé el sudor y me fui inmediatamente a dormir, soñando y deseando tener cerca a Karin. Me sorprendí hoy cuando por primera vez en meses me miré en el espejo: me sorprendieron mis ojos azules, ya que sólo veo ojos oscuros a mi alrededor. Me alegro de estar de vuelta en la zona, en terreno familiar.

Domingo 22 de mayo de 1983 El ambiente en la clínica es muy agradable, porque el colectivo de trabajo es relativamente reducido y porque todos trabajan bien. No hay grandes problemas ideológicos que absorben horas de reuniones, de manera que tenemos más tiempo para dar formación y estudiar. Desde mi estancia en Jucuarán tengo muchas ganas de marchar con las tropas, de estar en movimiento, pero estoy amarrado aquí en la retaguardia y esto no cambiará pronto. ¿Y cuándo me tocará ir a otra zona? ¿Morazán, Santa Ana o Guazapa? El contacto con mi tierra natal es muy escaso, ya llevo siete meses sin noticias; las noticias desde Morazán también son escasas y, mientras no vengan compas de allá para acá, eso no cambiará.

Lunes 23 de mayo de 1983 Tres Calles es una zona bonita: unos alrededores preciosos. Reina mucha paz aquí, no obstante las amenazas de invasión y de bombardeos. La clínica está muy activa y hay mucho trabajo. Puesto que se habla de una posible campaña militar muy intensa, tenemos que prepararnos adecuadamente para recibir a los heridos graves. Hoy instalamos una “sala” de operación en una cueva, para así poder seguir operando durante los bombardeos. 47


En toda la zona se colocan tiendas de campaña entre los árboles, ya que las casitas que aún están de pie, no son suficientes. Y, por mientras, la campaña en Morazán sigue adelante.

Miércoles 25 de mayo de 1983 Acabo de tomarme un baño refrescante cerca del manantial, después de un día de arduo labor. ¿Qué significa esto? Excavar medicinas, seleccionarlas, volver a enterrarlas y entre tanto controlar los curaciones que realizan los brigadistas, hacer consultas, sacar dientes y finalmente hacer unas exploraciones en torno al campamento. Hoy constaté de nuevo que aquí se necesitan muchos más conocimientos de lo que se aprende en la universidad en los cursos de formación de medicina familiar: conocimientos quirúrgicos (muy importante), saber sacar dientes, saber organizar el sector médico, dar formación y capacitación, ... sin tomar en cuenta todas las tareas que conlleva una guerra.

Jueves 26 de mayo de 1983 Hoy se eliminó al asesor más importante de los Estados Unidos en San Salvador. Durante los últimos días se produjo una verdadera escalada en la guerra: se hizo volar el puente, la muerte del asesor, el derribamiento del A-37 y, según Roberto, que acaba de regresar de Morazán, el oriente es como una fruta madura que en cualquier momento le puede caer en las manos del FMLN. Y, una vez que esté liberado el oriente, se puede decir que la guerra ha entrado en una fase decisiva. Estaba decepcionado de que Karin no hubiera venido con ellos de Morazán. ¿Cuándo volveré a verla? He vuelto a pensar en las innumerables discusiones que tuve en Bélgica con mis hermanos y amigos sobre lo que es primero: una vida como revolucionario o una vida en donde el desarollo personal es lo más importante. Para mi, lo primero es primordial, aunque una combinacion de ambas sería evidentemente lo ideal. Pero, en situaciones como éstas, muchas veces se debe escoger entre ambas. Por la noche seguí trabajando un rato en poner en orden la sala de operaciones, hasta que de repente nos asustamos por una lluvia de balas. Al mismo tiempo estalló un combate y hubo fuertes gritos. Me fui a toda velocidad hacia la clínica, que desde luego estaba toda revuelta. Rápidamente preparamos todo para irnos, ya no hubo tiempo para enterrar cosas, así que nos limitamos a medio esconder algunas cosas y nos llevamos el res48


to. Posteriormente resultó que un comando había penetrado en la zona, hasta cerca del campamento, pero, para nuestra suerte, se toparon con una patrulla de compas, huyeron y nosotros nos quedamos en nuestro campamento. Si tal acción hubiera ocurrido durante las primeras semanas de mi estancia aquí, seguro que me hubiera causado mucho miedo, pero ahora ese miedo se ha convertido en agresividad. Obviamente, uno nunca se deshace totalmente del miedo, pero ya no te paraliza. Mañana salgo por tres días para la costa, de hecho para cerrar la clínica allí.

Martes 31 de mayo de 1983 Finalmente salimos para la costa, después de una semana de retraso. Esta es verdaderamente una zona extraña, con sus propias características y por lo visto también con sus propias leyes. Aquí siempre me llama la atención la falta de mando sólido; la clínica otra vez está hecha una verdadera porquería; por suerte solamente hay tres pacientes. Esta clínica siempre me da dolores de cabeza.

Jueves 2 de junio de 1983 Estamos en camino hacia la zona, con un herido. Esta mañana hicimos un primer intento por cruzar la carretera del litoral y en el camino nos encontramos con unas personas que nos dijeron que había soldados. Nos regresamos con el herido y en ese mismo momento rompió a llover balas, aunque bastante lejos de nosotros. A mediodía hicimos un segundo intento y de nuevo hubo soldados. Nicolás, el herido, caminaba valientemente, aunque sobre carne viva, ya que su pie está herido; también Alberto, con su pierna coja, hacía lo imposible; verdaderamente, son dos héroes. Un tercer intento consistió en tratar de subir por la vía del tren, pero, cuando llegamos allí, llegó un tren con soldados y esta vez las balas volaron alrededor de nuestras cabezas. Fue una situación que me hizo recordar el recibimiento que nos brindaron, hace ocho meses, en el volcán de San Miguel, cuando entramos al frente. Parece que escogimos el día equivocado para ir a la zona. Me pregunto por qué de repente hay soldados por todas partes: ¿será una coincidencia o estará relacionado con algún plan? Esta noche lo intentaremos de nuevo, con menos personas, como si fuera una acción de comando, lo cual no es sin peligro; por esta razón Nicolás y Alberto se quedarán más tiempo en la costa, hasta que la carretera esté de nuevo segura. 49


Viernes 3 de junio de 1983 Estoy contento de estar de nuevo en tierra conocida. Esta noche por fin logramos cruzar la carretera, sin problemas. Pero yo estaba muy tenso. Esta noche tuve una reunión con Checo (cuadro) sobre la clínica de la costa, donde se decidió que, a pesar de todos los problemas, tiene que seguir abierta, aún si no tiene pacientes, porque se avecina una campaña militar y tenemos que estar preparados para poder acoger bien a eventuales heridos graves. Ambas clínicas, tanto la de aquí como la de la costa, pueden funcionar sin mi, excepto si hay que operar, lo cual es muy positivo. Hoy tuvimos de nuevo “visita” de los aviones. Bombardearon, pero no cerca de nosotros.

Domingo 5 de junio de 1983 Hoy perdí mis papeles de identidad, por lo cual me he convertido en un clandestino completo. En Jiquilisco un compa fue herido gravemente; fui a buscarlo junto con Yarol, ensillamos un caballo y nos fuimos. Selmín se veía muy mal: una herida fea en la pierna, un brazo paralizado y una herida en la cabeza, a consecuencia de la cual hablaba incoherencias. Fue todo un trabajo traerlo a lomo de caballo hasta aquí. Lo estuve curando casi toda la tarde y noche, sacando esquirlas, eliminando cascotes de granadas: fue un trabajo de mucha precisión y exasperante. Me preocupa sobre todo la herida de la cabeza, me temo que no se va a recuperar del todo.

Martes 7 de junio de 1983 Hoy me dijo un compa, que vino de Morazán, como si nada, que Karin le había dado su diario para entregármelo, pero que se lo dio por equivocación a otro médico, que además está en Morazán... Espero que por lo menos se lo regresen rápidamente a ella. Me da rabia de impotencia... Esta tarde tuvimos una reunión, un análisis de la situación actual, basado en el discurso radial de la Comandante Luisa: sobre el papel de los Estados Unidos, las últimas victorias del FMLN, gracias a su estrategia de primero conquistar pueblos pequeños y atacar unidades pequeñas del ejército y después atacar grandes guarniciones por medio de la concentración de las tropas. El plan de eliminar un batallón de élite fue abandonado. Además de esto, siguen el sabotaje a la economía, el control de las vías más importantes y la destrucción de los centros de comunicación del volcán Cacahuatique y Jucuarán. 50


Habló también sobre el papel de las masas durante la ocupación de las ciudades. Me parece bueno que la organización está convencida de que el ejército de los campesinos solo no podrá conseguir la victoria, sino que es necesaria una gran contribución de parte de las masas de las ciudades. También se enfatizó la importancia de la unidad del FMLN. Y el ERP critica su propio triunfalismo de los años anteriores y plantea que la victoria no llegará a través de una batalla decisiva o a través de la destrucción de un batallón de élite, sino que plantea que se conseguirá a través de un proceso durante el cual deben transcurrir varias etapas distintas y necesarias. Cada vez me asombra la flexibilidad con la cual el ERP analiza sus propios errores, propone nuevas ideas, busca nuevas estrategias... Los compas empiezan a tirarme muchas bromas porque aun no tengo otra compañera, pero no tengo ganas de iniciar un romance que no ofrezca per­ spectivas; además, sigo esperando que Karin se venga para acá.

Miércoles 8 de junio de 1983 Estamos en pleno invierno, esto significa que llueve continuamente, que la naturaleza se pone de color verde intenso, es increíble lo rápido que cambia el panorama. Pero también significa patullar en el lodo, desambular con ropa empapada... Esta será mi primera temporada de lluvia aquí.

Sábado 11 de junio de 1983 Con Booneerge fui a Pueblo Viejo y a Tres Calles y por fin pude llenar una vez más mi estomago. Comí sopa y pollo, lo cual fue un cambio grato comparado con los eternos arroz y frijoles. Coyote regresó de una acción de comando. Me sigue asombrando el ingenio de los compas: provocar un combate, eliminar a muchos soldados y ellos mismos salir sin un rasguño. En Morazán, el batallón Atlacatl sufrió 80 pérdidas y tres de sus soldados fueron hechos presos por los compas. He tenido reuniones que deberían de darle un nuevo impulso a la clínica. Y, por lo demás, me siento algo deprimido, por la falta de impulsos, la falta de buen material de estudio y de buenos interlocutores.

Lunes 13 de junio de 1983 Durante los últimos días estuve totalmente fuera de batalla: me mareaba, estaba cansado y con dolor en los miembros y tenía poco apetito. Probablemen51


te son parásitos. Carlos, el brigadista de la zona de la costa, vino de paso, con buenas noticias sobre el funcionamiento de la clínica. Dentro de poco tendré que cruzar otra vez para allá, llevándome a los heridos de aquí. Entre tanto, por fin pude suturar la herida de la cabeza de Selmín y sancioné a los brigadistas porque me dejaron solo para hacerlo todo y propagaron falsos rumores sobre una invasión del GN en la zona. Esta tarde nos sobrevoló un avión, tirándonos propaganda por medio de folletos e incitando con altavoces a los compas a desertar. Son situaciones muy locas que me hacen pensar en películas que he visto sobre Vietnam.

Miércoles 15 de junio de 1983 Hoy cumple años mi madre. Son días que me hacen pensar mucho en mi familia. A pesar de la tranquilidad que reina en el campamento, seguimos estando en guerra; esto se nota al otro lado del río (San Vicente, volcán de Chichontepeque): aviones, bombas, fuego de metralletas, columnas de humo, explosiones. Allí claramente se produjo una invasión. Hoy los compas compraron grandes cantidades de maíz; ésta es una señal de que van a llegar tropas. Checo me contó también que los soldados se acercaron a 500 metros de la casita de los compas en La Granada, los observaron, pero no se atrevieron a atacarlos. Esto demuestra claramente cuán baja está la moral de los soldados. Vi televisión en el nuevo puesto de mando: vi las noticias y una película. Fue muy extraño: ver una película te extrae por un rato de la realidad de la guerrilla y, al darle vuelta al botón, te vuelves a encontrar con la dura realidad.

Viernes 17 de junio de 1983 Poco a poco me recupero: el dolor de cabeza ya pasó, el cansancio disminuyó, pero la falta de apetito sigue. Los compas destruyeron el tercero de los cuatro centros de comunicación en el oriente: La Antena (Cacahuatique), Pacayal y Torrecillas; queda solamente Conchagua. Aparte de esto, siguen con el sabotaje de la cosecha del café y del algodón, el volar de diferentes puentes. Todo esto no es una coincidencia, sino un plan bien estructurado para liberar el oriente, paso a paso. Y, en el momento en que estamos enterrando medicinas, llega gente que está escapando de los soldados. Esto significa que también aquí habrá una invasión. 52


Espero que no encuentren ningún escondite de medicinas. La invasión resulta ser mínima. Todos los combatientes ya regresaron sin heridas. Todo sigue estando tranquilo.

Lunes 20 de junio de 1983 No nos queda más que esperar. Esperar a ver qué rumbo tomarán los soldados y qué harán. Los combatientes se encuentran cerca de los soldados, pero tampoco provocan combates; seguramente recibieron la orden de desperdiciar la menor cantidad posible de municiones. Los morteros caen con la regularidad de un reloj, pero sin causar efectos.

Martes 21 de junio de 1983 Anoche abandonamos la zona, ya que por lo visto los soldados decidieron instalarse durante un rato en nuestros sitios. Los compas hacen bromas al respecto: que los soldados están celosos, que también quieren jugar al guerrillero por un ratito y vivir en nuestros campamentos. A pesar de la inseguridad y la poca comida que tenemos ahora, conservamos nuestro buen humor. Pasamos la mayor parte del tiempo charlando, riendo, haciendo bromas... Y constato una vez más que he aprendido mucho aquí, por ejemplo distinguir los momentos en que tienes que ser agresivo, tomar iniciativa o ser paciente, como ahora. Hambre.

Jueves 23 de junio de 1983 Hoy regresaron los primeros compas al campamento, que los soldados abandonaron de nuevo, aunque se siguen encontrando en la zona. Los compas hicieron huir una compañía que se encontraba abajo cerca de la carretera. Así que fue de nuevo la invasión clásica: duró unos seis dias y no hubo pérdidas (por lo menos con nosotros, porque los soldados fueron atacados varias veces).

Viernes 24 de junio de 1983 Esta madrugada nos fuimos caminando, de regreso a la zona. Fue una caminata tranquila y bonita. Me fui primero a San Agustín para encontrarme con la gente de la Cruz Roja Internacional, aunque el encuentro no trajo muchos beneficios. Luego regresé con la sección de Matías y en el camino nos involucramos en un tiroteo con el Atonal. El combate estuvo duro: el Atonal 53


tuvo ocho pérdidas, siete heridos graves y un herido ligero. De nuestro lado, Giovani fue herido de gravedad. Me temo que va a ser necesaria una amputacion. Y, al regresar a la zona, nos esperó otra sorpresa. La clínica fue completamente bombardeada y nuestro escondite totalmente vaciado. Perdimos mucho material y medicinas, maldita sea. Pero no podíamos llevarnos más en nuestras mochilas. Roberto nos manda de nuevo a La Montaña, para montar allí una clínica pequeña y curar al herido, ya que no nos podemos quedar aquí, porque el enemigo conoce demasiado bien este lugar.

Sábado 25 de junio de 1983 Esta mañana llegué a La Montaña y, para mi gran sorpresa, me encontré con Jonathan, el otro médico belga que está aquí, Marc Ingelbrechts: fue un reencuentro muy agradable. Junto con él preparamos la operación de Giovani y operamos tranquilmente. Después charlamos sobre Bélgica, los amigos, la solidaridad... y sobre la unidad dentro del FMLN. Ahora estoy muerto de cansancio: una operación en semejantes condiciones y con semejantes medios primitivos no es fácil; luego estar atento a la evolución del paciente, construir la nueva clínica, etc... Giovani está asombrosamente bien, Selmín tambien.

Domingo 26 de junio de 1983 La clínica que construimos con toda velocidad deja aún mucho que desear; los compas están acostados en el piso y no hay agua cerca. Hoy descubrí gusanos en la herida de Giovani. Esta tarde, cuando estaba regresando, cayó un mortero a 10 metros de mi. Escuché la tremenda explosión y no vi nada a mi alrededor por el polvo y las nubes de humo. Es un milagro que haya salido ileso. Otro día de hambruna: ni tortillas, ni pan. Ya perdimos todo nuestro sobrepeso.

Martes 28 de junio de 1983 Por fin pude tomar un buen baño en el río y me tomé un día de descanso. Hoy volvieron las tropas de Morazán con, entre otros, Jonás, Javier y Calín, con muchas novedades pero sin cartas de Karin, ni sus diarios. Hoy cayeron de nuevo morteros, muy cerca. Selmín necesita un transplante de piel, Giovani necesita rayos equis y una operacion del pecho, Nacho rayos 54


equis y una operación ortopédica... pero, no podemos hacer nada de todo esto aquí, tenemos que luchar con lo que tenemos.

Viernes 1 de julio de 1983 Esta tarde hubo otro combate fuerte. Los compas atacaron el puesto de mando del Atonal con RPCG-2. Resultado: doce soldados eleminados y apoderamiento de un gran botín. Pero cayó un balde de agua fría sobre nuestra alegría al aprender que Jonás, el jefe del pelotón, murió en combate. Jonás era un verdadero guerrillero de raza con años de experiencia, con una capacidad innata de liderazgo. Es el segundo hermano que Boonerge pierde en la lucha.

Lunes 4 de julio de 1983 Hoy fui a operar a dos compas del PRTC que se encuentran en esta misma zona, pero sin material médico, y Jonathan no se atrevió a operar solo. No fue una operación tan dificil, pero sí fue larga. Un compa tenía más de 20 perforaciones en el intestino por esquirlas de granadas, así que tuvimos que cocer todas las heridas, eliminar pedacitos de intestino y volver a coser todo. El PRTC ya llevó a sus heridos a la costa, nosotros aún no.

Martes 5 de julio de 1983 Estoy agotadísimo, muerto de cansancio. Los parásitos me causan muchos problemas, sigo sin apetito (no soy capaz de ingerir ni tortillas ni frijoles), tengo diarrea, dolor de cabeza y, además, duermo mal por la lluvia, las pulgas, el frío y el ruido de los morteros, que los soldados disparan de noche. En momentos como éstos quisiera tener a Karin cerca de mi. Y de repente nos viene la noticia de que hay dos batallones en la Panamericana y que llegaron 33 camiones con soldados a Berlín. Esto significa que quieren mandar unas cinco mil tropas hacia esta zona y que la invasión, que inició el 18 de junio, seguirá o entrará en otra fase. Llama la atención el hecho de que están aplicando la misma táctica en diferentes zonas: primero un período de hostilidades y luego la propia invasión con miles de soldados: es el famoso plan CONARA. La segunda fase fue anunciada por el coronel de Usulután, así como por la “Voz de los EE.UU”, la radio Americana. Esto demuestra en qué medida esta guerra está americanizada.

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Viernes 8 de julio de 1983 Los compas de la cocina empezaron a hacer tortillas a las dos de la mañana y a las cinco nos pusimos en camino. Mi mochila y la de los brigadistas están llenas de material médico. Volví a ver a Jonathan que salió hacia la costa con “sus” heridos. Caminamos hasta las cuatro de la tarde, todo seguía tranquilo. Los ciudadanos y los heridos, que nos acompañaban, siguieron hasta la costa; ellos ya están a salvo. Y tambien hay buenas noticias hoy: Karin está en camino hacia aquí.

Domingo 10 de julio de 1983 A medianoche nos pusimos en camino hacia la costa. Cruzamos la carretera al amanecer, entre dos postas de guardia del éjercito. Tanta gente que tenía que pasar por allí, sin hacer ruido... Y esta mañana llegamos a la costa. Me tomé un baño fabuloso y reina aquí una paz bienvenida. Pero aún no me siento nada bien. Lo que más me fastidia es la falta de energía.

Lunes 11 de julio de 1983 Fui a la clínica con Calín y Faustino. Las primeras horas las pasé muy mal y vomité varias veces. Vamos a reorganizar la clínica. Estaremos de nuevo en el manglar, entre los mosquitos y el agua salada, nada agradable. En la mañana hubo de nuevo disparos y bombardeos; parece que tambien aquí va a haber una invasión.

Viernes 15 de julio de 1983 Los días pasan y yo sigo amarrado en la costa. Hay que mudar el hospital hacia un lugar más seguro: esto significa adentrarnos más en el manglar y con­ struir casitas sobre palos, en medio del agua salada. Normalmente echo manos a la obra para ayudar a construir, pero ahora solamente puedo mirar desde mi hamaca, porque estoy completamente aniquilado: no tengo apetito, una taza de agua llena mi estomago, tengo diarrea y dolor de estómago. Puesto que ya tomé todos los posibles medicamentos contra parásitos, sólo me queda esperar. Don Pacento, un viejito que es famoso aquí por sus masajes, vendrá a darme tratamiento. Los compas hacen bromas porque el médico no logra curarse a sí mismo y necesita un “curandero”. 56


Esta noche soñé con mi reencuentro con Karin. Estaba durmiendo cuando el chele Lino me vino a despertar para decirme que había llegado de Morazán junto con Karin. La noticia me produjo un choque muy emocional. Al despertar me realicé que sólo fue un sueño...

Miércoles 20 de julio de 1983 El tiempo vuela y descuido mi diario por mi enfermedad y por la falta de noticias. Ya llevo diez días sin comer, el menor esfuerzo me deja agotado. Me empiezo a preocupar seriamente. Entre tanto zumban las noticias: sobre la próxima invasion aquí, que compas de Jucuarán ya estarían en camino hacia aquí y que nosotros nos iríamos a Jucuarán... Por muy fea que esté esta zona, tambien tiene sus encantos: la tienda de Pioquinto en medio del manglar donde se puede hasta comprar helado, las tormentas tropicales, los monos que trepan y gritan en las ramas, los cangrejos que surgen por todos lados, etc... .

Jueves 28 de julio de 1983 Hoy tuve un ataque de malaria con fiebre muy alta mientras hubo un combate entre los compas y el Atonal, en el cual el Atonal sufrió grandes pérdidas y un compa recibió un balazo en una mejilla. A pesar de la malaria, no hay más remedio de que me ponga a operar. Boonerge llevará esta noche el herido a la costa. La clínica y el hospital siguen siendo débiles allí, principalmente porque no hay nadie que le invierta toda su energía o que sea capaz de mantener el negocio funcionando. Tila, la brigadista puede sola con la mayoría de los pacientes, pero cuando se presenta la más mínima complicación ya no sabe qué hacer. Sin embargo, dejaré sola a Tila a propósito, para que así aprenda a tomar iniciativas y a buscar soluciones.

Miércoles 3 de agosto de 1983 Hoy caminé hasta el Jícaro (a dos horas de Jucuarán): fue un paseo muy agotador. El herido, Matacho, nos impidió avanzar rápidamente, porque tenía que descansar regularmente. Lo llevamos en turnos sobre nuestros hombros. Siempre es reconfortante ver la solidaridad y la camaradería que reinan entre los compas. Los heridos los llevan sobre las manos de manera figurativa y literal. Pero parece que este paseo me hizo bien al estómago descompuesto. En el camino comimos muchas golosinas: naranjas, sandías, mangos, etc... y, cuando 57


llegamos a El Jícaro, nos comimos un plato de sopa de frijoles con pan blanco: estuvo riquísimo.

Sábado 6 de agosto de 1983 Llegamos a Jucuarán. Ya vi a mucha gente de Morazán, menos a Karin que se quedó en Santa Elena (El Tigre). Hablé mucho con Rogelio Ponseele, que es exactamente como me lo imaginaba, y con Emilio, un médico mexicano. Por fin pude intercambiar “experiencias médicas”, lo que me cayó muy bien, después de tan largo aislamiento. Ambos, tanto Rogelio como Emilio, son personas muy agradables. A mediodía fuimos con un grupo de compas a El Espino, un pueblecito cerca del mar. Fue un verdadero alivio nadar en el mar, olvidar por un momento la guerra, comer cocos, pancitos con queso, refrescos... en fin, una fiesta. Por la noche, muertos de cansancio, caminamos de regreso.

Lunes 8 de agosto de 1983 Han sido otra vez días de mucha emoción. Hoy fui a La Cruz para completar mis provisiones y para visitar a Enrique (médico ecuatoriano) y en el camino me encontré con Karin quien iba camino a Jucuarán. El reencuentro, después de nueve meses de separación, me causó una fuerte impresión porque llegó de manera inesperada, aún si yo sabía que ella andaba por la región. Pudimos hablar un cuarto de hora, pero ¿qué dice uno en 15 minutos después de nueve meses de separación? Ella siguió su camino y yo el mío. Parece que va a regresar dentro de un mes pero ya no lo creo mucho.

Miércoles 10 de agosto de 1983 Durante los últimos días he estado pensando mucho en mis tareas aquí y en cómo voy a salir de esta lucha, probablemente muy cambiado y más maduro. Después de todas las experiencias vividas acá, mi capacidad de aguantar habrá seguramente aumentado mucho y mi personalidad será más fuerte. No hay de otra: aquí o bien te hundes o bien sales fortalecido y es obvio que yo quiero lo último. Para mi, es nuevo poder trabajar en un colectivo de médicos. En Tres Calles estaba solo, ahora discutimos todo con Enrique y Emilio y el personal de la clínica. Sin embargo, espero poder regresar a Tres Calles. ¿Será que yo también ya me haya convertido en un “localista”? 58


Tres Calles, con todas sus aspectos muy propios, me ha enseñado cosas que probablemente no hubiera aprendido en otra zona: el terreno de trabajo más amplio, una mayor responsabilidad... aunque me gustaría también ir a Morazán y colaborar con otros médicos, como Eduardo el cirujano, con quién seguramente aprendería mucho. Pero tengo confianza en los comandantes que seguramente tomarán la decisión más adecuada. Por otra parte, sigo convencido de que, después de dos años, debería de regresar por un tiempo a Bélgica, para actualizarme un poco, completar mi bagaje intelectual y cultural, establecer contactos sociales, etc... Y la gran pregunta es: ¿Qué después de un descanso eventual en Bélgica? ¿Quedarme allí para trabajar al interior del partido? ¿O regresar acá? ¿O participar en otra lucha de liberación en otro país? Lo bueno es que tengo tiempo para seguir reflexionando sobre esto.

Domingo 14 de agosto de 1983 De hecho, debería de seguir el ejemplo de Rogelio quien lleva ya más de diez años viviendo aquí, lleva más de cuatro años sin regresar a casa e hizo de la revolución aquí su proyecto de vida.

Lunes 15 de agosto de 1983 Tuvimos una buena reunión con el equipo médico completo y seguimos batallando para fijar responsabilidades “estrictas” en la clínica. Lo bueno es que Emilio y Enrique me apoyaron totalmente en cuanto a mi propuesta de reorganización de la brigada médica. Me siento lleno de energía ahora que hay tanta actividad: la “construcción” de un hospital nuevo, la complementación del material médico, las consultas, mucha lectura y, sobre todo, una buena colaboración con los otros médicos. Cada noche seguimos platicando hasta muy tarde, escuchamos siempre la misma música de Silvio Rodríguez y todo el mundo está de buen humor. El reencuentro con Karin de quince minutos de hace una semana me sigue dando vueltas en la cabeza: ¡cómo me gustaría platicar con ella aunque fuera un solo día!

Jueves 18 de agosto de 1983 Ayer fue un día muy ocupado. Levanté grupos sanguíneos, hice el inventario del material médico y me ocupé de Netali, quien murió esta noche de malaria del cerebro. No dormí mucho, pero me levanté muy animado, con la inten59


ción de trabajar duro, pero... nos vinieron a avisar que teníamos que enterrar todo porque allí venían los soldados. Era de esperar, porque hace tiempo que el ejército ha de saber que en Jucuarán hay muchos compas que están preparando algo. Con esto se nos echaron a perder nuestros planes para la clínica así como los planes de los comandantes. Emilio es enviado a la línea de fuego, Enrique acompaña la clínica ambulante y yo acompaño a Roberto y Cirilo. Van a ser días en los que voy a tener que aprender a tener mucha paciencia.

Sábado 20 de agosto de 1983 Estamos a una hora de distancia de El Jícaro. Así es como pasan las cosas durante una invasión. Marchamos más o menos una hora, máximo dos horas y el resto del día nos quedamos en el mismo lugar. Esa es la lógica de las invasiones, en donde los compas no quieren desperdiciar muchas municiones, y menos ahora. Dejan hacer a los soldados, los atacan acá y allá, para que regresen con heridos y muertos, y después de un tiempo éstos abandonan la invasión. Es como dicen los comandantes: ellos no nos van a obligar a combatir, nosotros combatimos cuándo y dónde queremos. Y, mientras, yo arrastrándome con esta mochila pesadísima. Pero esta mochila mía tan famosa ha demostrado de nuevo ser muy útil. Esta tarde llegó un médico de las FAL para que le ayudara a operar a dos heridos: un compa tenía una herida abierta en la pierna y otro tenía heridas en la cara. El médico no tenía ningún material, esto me enoja muchísimo, pero los heridos no pueden ser víctimas de esta inconciencia, así que yo los operé y después los envié a nuestra clínica para que los siguieran atendiendo.

Lunes 22 de agosto de 1983 Hoy llegó Checo de la zona de Tres Calles y nos contó que la invasión allí se está desarrollando igual de tranquila como la de acá. Tampoco en Tres Calles desperdiciaron municiones; sólo hubo dos heridos ligeros y causaron pérdidas al Atonal, el cual se pasea por la zona sin saber muy bien para qué ni adónde. Después regresamos al campamento de base y a la clínica. Fue un paseo maravilloso; desde uno de los cerros teníamos una vista magnífica sobre la costa, el golfo de Fonseca y las montañas nicaragüenses... y todo esto acompañado de una brisa muy refrescante; hasta parecía un paseo turístico.

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El reencuentro con el equipo de la clínica fue muy agradable. También nuestro primer baño después de la invasión fue una verdadera fiesta: sientes que toda la suciedad, el sudor y el cansancio se te deslizan por el cuerpo. Vamos a tener que aguantar unos días más con una tortilla por comida: mientras los compas no puedan ir al pueblo para hacer compras, seguiremos sufriendo hambre. Después de un mes de casi no comer nada, debido a mi enfermedad, tengo ahora un hambre tremenda que no logro apaciguar ni con tres o cuatro tortillas.

Sábado 27 de agosto de 1983 La situación, en la que continuamente tenemos que estar listos contra un posible ataque, sigue. El día entero la situación ha sido muy intranquila: balazos, morteros y esta noche un bombardeo. Enrique le teme a los aviones, yo le temo más a las balas. Probablemente porque él ha curado más heridos por bombardeos y yo he atendido más compañeros heridos por bala. Las buenas noticias de Radio Venceremos nos caen muy bien y rompen un poco la monotonía. En Guazapa, los compas causaron 89 pérdidas al enemigo; la electricidad está interrumpida en 70% del país. Aquí los compas se ponen impacientes por entrar en combate, pero tienen que esperar el momento indicado. La “temperatura” empieza a subir mucho; el diálogo entre el FDR y el delegado estadunidense, Richard Stone, salió en la prensa mundial. La prensa nacional habla mucho de una ofensiva próxima de la guerrilla y el Washington Post escribió un artículo sobre el fracaso del Plan Conara desde su inicio. La moral de la mayoría de los soldados estaría muy baja. Fumo para acallar el hambre. Pero, a pesar de todo, me siento muy bien aquí.

Viernes 2 de septiembre de 1983 Esta mañana tuve una reunión muy agradable con Filomena y la brigada médica, que fue interrumpida a mediodía porque todo el mundo tenía que prepararse para las acciones próximas. Por fin. Emilio y Enrique van a salir con las tropas y yo me quedo aquí en la clínica, para recibir a los eventuales heridos graves. Cerca de cinco batallones revolucionarios se acercan al objetivo y esta noche empieza la fiesta. Los escasos compas que se quedan en la zona se van a mudar a un lugar más seguro, porque es un hecho que, después de la acción, nos tocará una buena invasión. Otra vez admiro la buena organización: las tropas estuvieron listas en un mínimo de tiempo y la retaguardia es muy móvil y fue eficazmente puesta en resguardo. Esto me gusta mucho. 61


Domingo 4 de septiembre de 1983 Esta noche se inició la campaña militar “Independencia, Libertad y Democracia para El Salvador” con un ataque fulminante contra el cuartel de la tercera brigada en San Miguel. Se dispararon más de 150 morteros contra el cuartel y el ejército tuvo más o menos 300 pérdidas; aparte de esto, se volaron tres puentes, se destruyeron una hacienda y un tanque; éstos son los primeros resultados. El puesto de mando ya me anunció que vienen llegando los primeros heridos. Casi todos los brigadistas se fueron, la única buena asistente que se quedó es Julia. Y esta noche nos mudaremos otra vez con la clínica y los heridos: hay dos que pueden caminar, dos en caballo y uno en litera.

Martes 6 de septiembre de 1983 El paseo no fue nada divertido: estaba totalmente oscuro, llovía a cántaros y los caminos eran terriblemente resbalosos, y así tuvimos que caminar, subiendo y bajando cerros, con los heridos... Sino, todo va muy bien acá. Gabriel es muy ordenado y tiene mucha iniciativa, pone a trabajar a los compas: preparar una farmacia, construir una casita contra la lluvia, mantener limpio el terreno, esterilizar material ... Da gusto ver las ganas de trabajar de los compas. Sólo los heridos son un poco difíciles. Estoy muy celoso de Emilio y Enrique quienes están en medio de las actividades militares; tal parece que mi destino está fijado: siempre quedarme en la retaguardia. Es difícil para mi aceptarlo. En tales momentos me siento muy solo y me dan muchísimas ganas de fumar y comer dulces, pero, como no hay nada de esto aquí, me pongo a comer azúcar. Aquí se come azúcar en grandes cantidades, sobre todo porque les gusta endulzar todo: el café, los refrescos, pero todo el mundo también come azúcar para calmar el hambre. El enemigo bombardeó hoy nuestro campamento de base anterior; que bueno que salimos de allí. ¿Y dónde estará Karin ahora? ¿Habrá estado implicada en las acciones o se habrá quedado en El Tigre? Emilio y Licho se fueron para allá, porque parece que las acciones se van a intensificar.

Jueves 8 de septiembre de 1983 Desde nuestra casita admiro un cuadro muy bonito: un grupo de niños va a la escuela, haciendo mucha bulla, y en sentido contrario viene un grupito de ancianos con caballos, muy cargados de municiones. 62


Hoy fue un día de mucho trabajo: visité a los pacientes, fui a buscar provisiones, en el puesto de mando platiqué un rato con Calín, tomé choclate con Ernesto y finalmente fui al campamento de base. Ahora se siente bien la guerra: el ejército bombardeó los caseríos en los alrededores e hizo huir a los civiles; los soldados se retiran de Jucuarán, gracias a un ataque de la guerrilla. Los compas atacaron hoy el puente Delirio, pero parece que no fue un éxito. Emilio llega con cuatro heridos. Concentramos toda nuestra atención en Marco. Emilio quería amputar, yo no... hice una operación limpia de un paciente en estado de schock. Murió a las tres de la madrugada, de manera totalmente inesperada. Normalmente, se puede parar un schock con suero y sangre, pero nos fue imposible encontrar una vena y parece que las condiciones del transporte hasta acá también habían sido muy duras.

Sábado 10 de septiembre de 1983 El entierro de Marco. Triste. Me hace recordar el primer entierro que me tocó en el volcán San Miguel. En aquel entonces me afectó muchísimo. Ahora, la muerte de un compa me sigue afectando mucho, pero ya reacciono de otra manera.

Domingo 11 de septiembre de 1983 Justo después de un año de nuestra salida de Bélgica volví a ver a Karin. Otra vez fue un reencuentro breve. Pero esta vez fue muy agradable. Fue breve porque en la tarde nos tuvimos que ir huyendo y nosotros, con la clínica, teníamos que ir en una dirección, mientras que los de prensa y propaganda, con los que trabaja Karin, tenían que ir en otra dirección. Pero ahora hay buenas esperanzas de que nos podamos volver a ver más tiempo y más tranquilamente, porque estaremos en la misma zona. Con esta seguridad, nos separamos tranquilamente.

Lunes 12 de septiembre de 1983 Ayer en la noche caminamos y caminamos con los heridos: tres en literas, cinco a caballo y, puesto que estamos en temporada de lluvia, los caminos eran verdaderos lodazales. A las tres y media llegamos a este lugar nuevo y me acosté inmediatamente, con la ropa mojada, en el lodo. Esta mañana temprano, me tomé un baño refrescante, me afeité y después a trabajar duro: a atender a todos los heridos. 63


Martes 13 de septiembre de 1983 Hoy tuve que regañar otra vez a los brigadistas, porque aún no habían fabricado “camas” para los heridos. Además, yo exijo que se les brinde atención correcta y a tiempo, que se les lave a diario, porque la higiene es de enorme importancia aquí para evitar infecciones. Esta noche otra vez nos vamos caminando, porque parece que los soldados quieren venir aquí. Tuvimos tiempo para preparar todo tranquilamente. Es increíble ver la valentía de los compas acostados en las literas. Se les transporta de acá para allá y, como los compas que llevan las literas, a menudo se resbalan en los caminos mojados, los heridos reciben seguido golpes. Pero aprietan los dientes y no se quejan, porque saben que para los cargadores es una tarea muy pesada tener que caminar así. Yo también cargué a un herido hoy, pero después de dos horas tuve que abandonar porque estaba completamente agotado. Estos compas son los “héroes silenciosos”. Hacia medianoche nos encontramos con las otras estructuras que venían desde la otra dirección. En medio de un aguacero. Me volví a encontrar con Karin en la lluvia y juntos esperamos el amenecer.

Miércoles 14 de septiembre de 1983 Me pasé toda la mañana en el flanco de un cerro, atendí a los heridos y platiqué con Karin. Hacía más de un año que no había podido hablar a corazón abierto, abrirme completamente, sin temor a que mis palabras fueran mal interpretadas. Y, ahora que empezamos, siento que necesitaremos muchos días más para hablar de todo. Y todo esto en medio de la invasión: los aviones ya nos están sobrevolando otra vez esperando encontrarnos; cada dos horas hay fuego de morteros.

Jueves 15 de septiembre de 1983 Ahora estamos en un lugar (momentáneamente) seguro, sin haber sufrido percances. Me empiezan a preocupar seriamente los heridos; estan exhaustos, hambrientos y sus heridas empiezan a infectarse porque no los podemos atender debidamente. También me falta la necesaria agresividad como para llevar a cabo la atención a los heridos de manera perfecta, en medio de las tormentas. Además, la tensión y el cansancio me están afectando. A mediodía algunas cocineras fueron a un pueblito aquí abajo para hacer tortillas, pero fueron hechas presas por el ejército, que invadió repentinamente el pueblo. 64


Esto significa que otra vez tenemos que cambiar de lugar, puesto que el ejército pudiera obligarlas a contar en donde estamos. O sea que otra vez a caminar, la patrulla adelante, después la cocina y la población civil, después los caballos y las literas con los heridos y finalmente el resto de las estructuras; y así tuvimos que caminar durante una hora por el flanco de un cerro completamente al descubierto. Llenos de inseguridad sobre si el enemigo nos iba a ver o no, y con una quebrada muy honda del lado izquierdo. Nada divertido para los cargadores, con el peligro de resbalarse. Estoy muy contento de que Karin también esté acá; gracias a la invasión tenemos por fin mucho tiempo para dedicarnos el uno al otro: hablamos juntos, caminamos juntos, dormimos juntos...

Sábado 17 de septiembre de 1983 Quiero llevar lo antes posible el trabajo a buen fin para luego regresar con Roberto a Tres Calles. Hoy, por fin pudimos atender bien a los heridos. Dimas tenía gusanos en la herida. Fue una curación que tomó tres horas y que fue muy enervante, pero creo que lo hice bien, a pesar del hambre, el cansancio y el desgane.

Lunes 19 de septiembre de 1983 Los combatientes de Tres Calles se fueron todos para su zona, yo iré más tarde. ¿Pero, qué me va a traer el futuro? ¿Me quedaré aquí o regresaré a Tres Calles o iré a otra zona? ¿Se queda Karin aquí o también se volverá a ir?

Viernes 23 de septiembre de 1983 Ya llevo casi una semana aquí en El Caracol, en donde se encuentra el hospital; aún no he podido ir al campamento de base en La Cruz para platicar un poco con Enrique, Karin y otros compas. Sin embargo, estos contactos me hacen mucha falta, porque estoy otra vez muy aislado aquí. En la tarde fui a un lugar imposible ubicado en un cerro, con selva baja, sin agua ...

Domingo 25 de septiembre de 1983 Pero, lo que en un inicio me pareció un lugar imposible, se transformó en el curso de un día en un nuevo campamento guerrillero, gracias a la iniciativa y la energía de los compas. Se levantaron dos tiendas de campaña, que sirven 65


de hospital y de cocina, se construyó una casita que sirve de farmacia, una letrina. Y tenemos una cantidad de medicinas y comida como para aguantar unos 15 días acá. Nos encontramos en condiciones verdaderamente típicas de guerrilla: curar a los heridos en el piso, constantemente buscar los medicamentos en la mochila.

Martes 27 de septiembre de 1983 Tengo que aprender a no perder la paciencia y a no enojarme tan rápido con los brigadistas. Cuando estoy cansado física y mentalmente, me enojo rápidamente; ya se me ha reprochado esto varias veces. Tengo que cuidarme, porque los compas y los heridos pasan por situaciones igualmente difíciles y hasta más difíciles y yo no tengo el derecho de descargar mi mal humor por el cansancio en ellos. Recibí una carta de Karin que me animó mucho. Ella sigue en La Cruz y se irá a Tres Calles, junto conmigo, para montar allí un taller de propaganda. ¡Qué buenas noticias!

Sábado 1 de octubre de 1983 Recibí una carta y una cajetilla de cigarros de Enrique. Fue una grata sorpresa. Cuando piensas que algo tan pequeño te da tanta alegría, me da pena la sociedad de consumo en la que se vive en Bélgica. Aquí todo tiene una dimensión diferente en comparación con la vida “normal”. Todo se vive de una manera mucho más intensa: la alegría, la tristeza, el amor... todo es muy intenso. Y por medio del mensajero aprendí que sigue habiendo mucha gente en el campamento, también los comandantes siguen allí. O sea que la fiesta aún no ha terminado. Dentro de unos 15 días nos mudaríamos entonces a Tres Calles, sólo espero que no me dejen solo y abandonado acá. El campamento ya está bien instalado: las comidas son regulares y bastante buenas; hay camas para los heridos; hay mesas para trabajar; hay regularidad en la atención a los heridos y en la administración de los medicamentos y además me queda tiempo para leer y estudiar. Pero el aislamiento me pesa, sobre todo ahora que sé que hay tantos compas en el otro campamento con quienes platicar...

Lunes 3 de octubre de 1983 Hoy me llamaron de repente del puesto de mando y Enrique viene aquí a la clínica. Me voy con la conciencia tranquila, porque todos los heridos van 66


bien. Ya sólo quedan cinco. En el camino (cuatro horas de marcha) me pregunto constantemente qué me espera. Y, una vez llegado al puesto de mando, todo se aclara: me regreso a Tres Calles, porque la campaña ahora se iniciará allá. Estoy muy contento y Filomena me “reprocha” que soy un “localista”. La única sombra en mi alegría es que Karin aún no me puede acompañar y que sólo nos queda una tarde y una noche para volver a despedirnos. Pero, según Chico, ella nos alcanzará en 15 días. Ya veremos.

Martes 4 de octubre de 1983 Desde temprano en la mañana nos marchamos con una escuadra hacia el punto de contacto, en donde otra escuadra me estaría esperando. Me fui un poco frustrado porque ya no pude ver a Enrique para informarle sobre los heridos y también muy frustrado por el muy breve tiempo que pude estar junto a Karin. Justo antes de que me marchara, Karin logró reir a través de sus lágrimas y me emocioné mucho. La guerra es dura, pero aún así me siento contento frente a las perspectivas de trabajo. En el lugar de la cita nadie apareció. Estuve esperando durante horas, decepcionado. Sólo nos quedó regresarnos. A pie hasta cerca de Zamurai y luego en carro hasta Jucuarán. Y de allí otra vez a subir al cerro hasta el campamento, en donde me cuentan que la escuadra que me iría a recoger sigue estando en la costa. Toda la noche hablé con Enrique y Karin.

Sábado 8 de octubre de 1983 Estoy en San Emilio, esperando la escuadra de Tres Calles. Hoy hace exactamente un año que llegamos a El Salvador. La caminata de ayer estuvo pesada, debido al calor sofocante y a mis zapatos rotos. Después dormí muy bien, porque no me tocó hacer posta. Esta mañana caminamos hasta el río, fue una distancia de tres horas que hicimos en seis horas. El río está hirviendo y lleno de mosquitos. Esta noche haremos el trayecto hasta La Granada. Pero antes pasaré por la costa en donde me esperan unos heridos.

Lunes 10 de octubre de 1983 La Granada. Caminamos toda la noche. El camino fue largo, pero aún así me pareció corto, probablemente porque ya lo conozco y así lo voy repartiendo en pedacitos. Durante la marcha estuve pensando en muchas cosas: recuer67


dos del año pasado cuando llegamos al volcán San Miguel y cuando atendí a mi primer herido, Camilo; pensé en mi relación con Karin, quien, a pesar de que nos veamos tan poquito, significa para mi un apoyo enorme; sus críticas hacia mi son muy constructivas y aún puedo aprender mucho de ella, de su sencillez, su paciencia, su aguante y su perseverancia... La Granada es un contraste fuerte con Jucuarán; aquí todo es plano, seco y hay mucho polvo; y hay muchísimos enfermos entre la población. La malaria hace muchos destrozos aquí. Mañana salgo para el hospital en la costa.

Jueves 13 de octubre de 1983 El hospital ha cambiado muy poco desde que lo dejé hace dos meses. Sólo construyeron dos casitas más y el mejoramiento de las casitas existentes no se llevó a cabo. Tila, Silvia, Evelyn y Alberto siguen trabajando de la misma manera: lento, pero Tila me sigue sorprendiendo con sus capacidades como anestesista. Matilde, la nueva doctora que llegó acá, es agradable, pero sus conocimientos médicos son más bien ecasos. Había tres pacientes en la clínica cuyo diagnóstico no logró hacer: una epilepsia, una tuberculosis y la infección de una herida. Pero es muy reconfortante saber que en esta zona ya hay otro médico.

Sábado 15 de octubre de 1983 Hoy me puse a trabajar: me reuní con Matilde, me reuní con los brigadistas y con la gente de la cocina y después me fui para El Hulechacho, en donde se encuentra el puesto de mando. Así, por fin logré aprender que me consideran como un “cirujano” y que por esta razón nunca marcharé junto con las tropas y que siempre tendré que recibir a los heridos. Por lo menos esto está claro. Aún si la idea no me agrada. A Balta le gustan las bromas. Esto me ha llamado muchas veces la atención, el hecho de que todos los comandantes siguen siendo muy humanos, que hacen bromas, que son personas agradables. Muy diferentes de nuestros revolucionarios aburridos en Bélgica.

Martes 18 de octubre de 1983 Me enoja mucho el hecho de que no se hagan esfuerzos por convertir este hospital en un lugar un poco más agradable; sólo es una cuestión de tomar la iniciativa, de trabajar y de poner a los demás a trabajar. 68


Matilde sólo trabajará un rato como médico, para trabajar después como cuadro. Debido a la falta de cuadros, casi todos los médicos salvadoreños trabajan como cuadros: Federico, Ramón, Manuel, Fidel; sus puestos son asumidos por médicos extranjeros. Este hecho me pone a pensar: ¿siempre van a reducir mi papel al de médico, porque soy un extranjero? ¿Sólo me puedo hacer útil como médico? ¿Mi papel aquí es sólo técnico? Me cuesta creerlo. Y todo esto me pone a pensar en qué hacer después de la revolución: ¿trabajo político en Bélgica? ¿Trabajar a favor de otra revolución? ¿O trabajar aquí en la construcción del nuevo Salvador? Muchas ideas que me gustaría discutir con Karin. Por el momento tengo que funcionar lo mejor posible como médico: tomar iniciativas para mejorar la organización médica, formar personal médico, redactar folletos para los brigadistas. Admiro a los compas que están heridos y constantemente hablan del futuro y de lo que van a hacer a favor de la revolución. Tienen una moral admirable: Alberto, Jorjón, Jorgito, Nacho, Carlos, Vicente, Oscarón, Abel.... todos estos compas que ya no pueden marchar con las tropas, pero que de alguna manera seguirán contribuyendo a la revolución.

Jueves 20 de octubre de 1983 Estoy en camino hacia la zona de Tres Calles. Salí temprano en la mañana, a las tres y media, del hospital, en una lancha que estaba agujereada, a consecuencia de lo cual mi mochila se mojó. Menos mal que todo el material y las medicinas estaban bien envueltas en plástico. El Lindero, El Amarillo,... caminar con una mochila pesadísima, sanguijuelas, zapatos que aprietan, calor...

Viernes 21 de octubre de 1983 Pasamos la noche en La Granada, que se ve muy abandonada. Y en la madrugada seguimos caminando. La clínica es buena: hasta tiene mesitas y una verdadera silla, de manera que puedo escribir, planear tranquilamente... con la radio cerca. Estamos a 45 minutos del aprovisionamiento y a 15 minutos de los manantiales, lo cual es ideal. Hace justo un año que llegué por primera vez a esta zona, como novato. Entonces también me habían encargado organizar el sector médico, pero yo ni sabía por donde empezar. Ahora tengo muchos planes y he adquirido muchísimos conocimientos y experiencia. Siento que he cambiado mucho durante este año de guerra y que he aprendido muchísimo. 69


Y me puse a pensar en la casa: ¿Cómo estarán mi papá y mi mamá, mis hermanos y hermanas, mis sobrinos y sobrinas? Espero poder regresar un rato a Bélgica después de dos años.

Domingo 23 de octubre de 1983 Hay un montón de trabajo por hacer. Fui a la clínica “vieja” y constaté que el material que enterramos allí sigue sin tocar; fue algo que me dio mucho gusto, porque ya me había hecho a la idea de encontrar un gran hoyo vacío. Ahora tenemos que hacer nuevos escondites cerca de la nueva clínica, un trabajo poco agradable. También es urgente que les dé formación a los brigadistas, tengo que hacer consultas generales a los combatientes, ir a comprar medicamentos en San Agustín y establecer contacto con la Cruz Roja, hacer el inventario, construir otra sala de operación, etc. La clínica parece una colmena, entra y sale gente constantemente, reina un ambiente relajado, aunque yo quisiera un poco más de disciplina, porque así no nos da tiempo para trabajar.

Lunes 24 de octubre de 1983 Estamos en pleno invierno: fuertes aguaceros alternados con sol. Estos aguaceros son muy agradables cuando estás abrigado en una casita, pero lo son mucho menos cuando estás caminando o en un campamento guerrillero en donde duermes debajo de los árboles. Hoy nos tocó un fuerte aguacero justo cuando terminamos de excavar un escondite. Estos aguaceros llegan de manera tan repentina que difícilmente se pueden prever: de repente surge un viento fuerte e inmediatamente después llega el aguacero. Boonerge está lleno de energía, que bueno. Ya hizo una letrina y ahora vino por mi para excavar otro escondite.

Viernes 28 de octubre de 1983 Fui a San Agustín para encontrarme con la Cruz Roja Internacional. No fue un encuentro muy agradable porque siguieron insistiendo en los soldados hechos presos. El pueblito mismo se ve bastante triste: no se ven ni ancianos ni niños jugando en la calle, sólo comercios y tienditas. En oriente ya hay muchos pueblos

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liberados, según la radio unos 30, y esto en un país tan pequeño en donde los puestos del ejército siempre están muy cerca. Hoy me di otra vez cuenta de que los compas tienen una relación diferente con el tiempo: no quieren ponerle a fuerzas una fecha a la victoria, como nosotros siempre queremos hacerlo. Simplemente siguen combatiendo, seguros de que van a ganar, el cuándo no importa tanto.

Domingo 30 de octubre de 1983 Sonia, la doctora de la RN pasó para pedir consejo sobre un herido, quería material (yeso, antibióticos) y un libro de cirugía... Todas cosas que nosotros tampoco tenemos. Fue muy frustrante.

Martes 1 de noviembre de 1983 Un nuevo mes, una nueva campaña:”yanquis fuera de Grenada y de Centro‑América”. Una campaña que inició con la ocupación de Ciudad Barrios (San Miguel) en Tejutepeque; se sacó al ejército de estos pueblos, se conquistaron 10 armas de apoyo y más de 100 fusiles. En Ciudad Barrios se incorporaron 117 nuevos compas. En el cerro de Cacahuatique hay dos nuevas columnas, que se preparan militarmente y que ahora pasaron por su primera prueba de fuego, a saber el ataque de Ciudad Barrios. Boonerge, Claudia, Evelyn y Brando van a un mítin y un baile en San Agustín, de manera que la formación de los brigadistas otra vez se pospone. Esta tranquilidad repentina que reina aquí de hecho no me satisface. Es como dice Cirilo: es mejor estar constantemente en movimiento, porque de otra manera la vigilancia se afloja. Y esto se nota bien aquí: no se hacen ejercicios matutinos, no se hacen guardias, todos duermen como angelitos y luego se levantan preguntándose si va a seguir la tranquilidad... Hace mucha falta que retomemos la vida guerrillera.

Viernes 4 de noviembre de 1983 Hoy pasó una doctora del PRTC, Margarita, y me prestó un libro de cirugía, que me va a ser muy útil porque es algo que exige mucho práctica y yo no soy un especialista. Es realmente algo para mi. Margarita estaba impresionada con nuestra clínica.

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Miércoles 9 de noviembre de 1983 Esta noche tuve un sueño muy bonito, aunque confuso, pasando de una escena a otra: vi a Karin, con cabellos largos y ondulados y llevaba mi suéter azul; después estaba en un curso de medicina tropical; después sobrevolé una zona guerrillera en helicóptero; después una reunión familiar en el jardín de la casa de mis padres... y todo esto a todo color. Hoy fue un día de alegría pero también de decepciones. Alegría por la llegada de los compas de la costa, que fueron dados de alta en la clínica y van muy bien; por los medicamentos que recibimos de la Cruz Roja; por los brigadistas que trabajan duro y por la clínica que funciona bien. La decepción: Balta y Roberto regresaron de Jucuarán sin Karin quien se quedó allá. Es una verdadera lástima, porque ahora es un momento tranquilo para volvernos a ver. Balta y Roberto tienen gripa y vienen a la clínica, hacen bromas y cuentan sobre los grandes progresos en Jucuarán, en donde cientos de nuevos compas se incorporaron (entre los cuales muchas mujeres), en donde los compas se desplazan en carros, etc... Pero también les preocupa seriamente una posible invasión de Estados Unidos.

Viernes 11 de noviembre de 1983 Hay otra vez muchas enfermedades entre las tropas: gripa, hongos (sobre todo en los pies), sarna, parásitos y malaria. Yo mismo no me siento muy bien y sufro de hinchazón en las piernas. Todo esto no es muy bueno, pensando en la campaña que viene.

Sábado 12 de noviembre de 1983 Por primera vez desde que estoy en esta zona, la estructura médica funciona como debido: cada sección, cada pelotón tiene su brigadista, el hospital tiene un equipo quirúrgico (incluido una anestesista) y aparte hay un equipo móvil que puede hacer cirugías pequeñas (para trabajar cerca de la línea de fuego y recibir a los heridos). Además, el nivel técnico de los brigadistas es bastante elevado.

Martes 15 de noviembre de 1983 La Cruz. Poco después de las seis empiezan los combates. Me quedo a unos 300 metros de la carretera. Un camión cargado de soldados, vestidos de civil, es atacado y al mismo tiempo se ataca una posición del ejército. Primer resul72


tado: tres muertos y tres fusiles conquistados y la huida de los soldados. Después se ataca la posición del Atonal y ellos también salen huyendo. Me llega un compa, Vidal, que recibió un balazo en la cara que le sacó un montón de dientes y le despedazó la lengua. Lo bueno es que lo pude atender inmediatamente aquí en la Cruz y coser sus heridas. Primero las cosí con anestesia local. Después me empecé a preocupar porque su lengua no paraba de sangrar. Así que tuve que anestesiarlo completamente, pero a las siete de la mañana entró en schock. Felizmente, logré controlar las dos arterias sangrantes y logré detener la sangrada. Me preocupé bastante, pero pude salvarle la vida porque lo pude operar dentro de las ocho horas después de que fue herido y no como Camilo (primer herido en el volcán de San Miguel), Chamba y Marco quienes murieron porque perdieron demasiada sangre. Y otra vez me molesté mucho porque no tenemos el material necesario para definir el grupo sanguíneo; es urgente darle un litro de sangre a Vidal. El transporte hacia el hospital fue muy lento, a pesar de que fuimos de San Chico a San Agustín en carro.

Miércoles 16 de noviembre de 1983 Inmediatamente después de llegar al hospital, atendí la herida de Vidal. Porque me da miedo de que vaya a volver a sangrar, le di sero. Al rato iré al PRTC, para ir a buscar reactivos sanguíneos. Espero que la herida no se infecte. O sea que logré atender bien al primer herido de la campaña y esto me da confianza en mi mismo. Los compas bromean sobre un “desarme general” (desarmar completamente un arma para limpiarla) y dicen que yo hago exactamente lo mismo con los pacientes. Pero estas bromas me demuestran que confían en mi.

Jueves 17 de noviembre de 1983 Vidal va bien, sólo tiene un poco de fiebre. Temo una infección. Los compas regresaron, con los presos y con historias fuertes. Primero fueron atacados por el Atonal en la espalda (cayó un compa, Ronnie), pero voltearon inmediatamente la situación y rodearon a los soldados y aquí están con sus 18 fusiles y nueve presos. Siempre me sorprende el hecho de que traten a los presos de manera muy humana, a pesar de que sean sus enemigos. Pero, una vez desarmados, éstos aparecen lo que realmente son: pobres muchachos que por quien sabe cual razón se incorporaron al ejército o fueron obligados a hacerlo. 73


Viernes 18 de noviembre de 1983 Fui a San Agustín para encontrarme con la Cruz Roja y estoy determinado a conseguir reactivos sanguíneos nuevos. Me fui caminando con mis zapatos rotos, ya no tengo suelas y, sin embargo, caminé tres o cuatro horas como si nada. La Cruz Roja Internacional no llegó porque el ejército no la dejó pasar. Ya hace una semana que me anunciaron la llegada de Karin pero no viene. ¿Por qué?

Sábado 19 de noviembre de 1983 Estuve hablando con Checo sobre la falta de cuadros políticos. No faltan militares, pero sí muchos políticos. Probablemente es la causa de que haya tan pocas incorporaciones en esta zona y de que aquí no sentimos nada del ambiente pre-insureccional que reina en las otras zonas. Tres Calles, el patito feo. ¿Se adaptará Karin en este nido? Además, los mosquitos no me dejan dormir y me quitan la energía necesaria para trabajar duro durante el día.

Miércoles 23 de noviembre de 1983 Hoy fue un día agradable porque recibimos café y cigarros; porque los escondites están finalmente terminados; porque Vidal va bien; y porque siento que Karin está cerca. Las conversaciones de los compas cada vez me ponen a pensar. Así como ahora puedo servir como “cirujano”, después de la guerra pudiera servir muy bien como traumatólogo (después de unos cursos de especialización, obviamente). Las heridas psíquicas que los compas adquieren también son importantes: debido a que viven constantemente al borde de la muerte, a la imposibilidad de construir una relación buena y estable, a las condicones de vida en general, a la separación de su familia, etc... Es increíble lo bien que se portan ahora, pero esto se debe sin duda a que están aquí de manera voluntaria y a que saben por qué están aquí. A veces me da la impresión de que estamos viviendo aquí en otra dimensión, una dimensión que no se puede encontrar en la “vida normal”.

Viernes 25 de noviembre de 1983 Esta mañana fui otra vez al pueblo. Esta vez tuve resultados positivos: vi a la Cruz Roja Internacional y logré arreglar la evacuación de Selvín y Wilber; también recibí algunos medicamentos. Un poco después, llegó caminando un 74


pelotón con Carmelo y Karin. Estaban todos agotados y aún les faltaba una caminata de tres horas hasta el campamento. Karin estaba completamente exhausta, porque estaba en compañía de verdaderos combatientes, que marchan sin parar y, además, tuvieron que subir y bajar quebradas para despistar a los soldados. Así estuvieron caminando durante doce horas, sin parar. Tomamos una coca-cola (buena publicidad para Coca-Cola: guerrilleros agotados, llenos de polvo y sucios que se toman una coca-cola y luego siguen caminando muy valientes) y salimos hacia la zona. Karin y yo nos sentimos un poco extraños, aún no podíamos creer que finalmente trabajaremos juntos en el mismo lugar. A primera vista, la zona de Tres Calles le pareció poca cosa a Karin, no hay montañas, sólo cerros muy bajos. Ella también me contó con mucho entusiasmo sobre la zona de Jucuarán y el Tigre. Vidal se recupera sorprendentemente rápido y finalmente inicié un nuevo curso de anestesia para los brigadistas, pero hay poco tiempo para dar clases y para estudiar, porque los brigadistas también deben cocinar, ir por agua, atender a los heridos, dar consultas, de manera que siempre empezamos muy tarde o que el curso a menudo se interrumpe. Karin tiene también mucho trabajo, porque debe empezar desde cero y aún tiene que capacitar a todos los compas que trabajarán con ella. Nos vemos a mediodía y en la noche. Nos pasamos juntos pocos momentos, pero son momentos muy intensos.

Lunes 28 de noviembre de 1983 Corren rumores de que del otro lado del río, cerca del volcán Chichontepeque, inició otra invasión. O sea que tenemos que preparar otra vez las mochilas, esterilizar el material, etc.

Miércoles 30 de noviembre de 1983 Me llamaron para ir al encuentro de un herido grave. Fue el inicio de una experiencia frustrante. A final de cuentas, resultó que había dos compas heridos, uno del ERP y otro del PRTC. Uno tenía una bala en el bajo vientre desde las diez de la mañana y sólo llegó a la clínica a las cinco de la tarde: ¡pasaron siete horas! Alrededor de las ocho empezamos con la operación. Al abrirle el vientre la sangre salió a borbotones, mezclada con el contenido del intestino grueso. Debido a la infección grave desde el intestino grueso y la gran pérdida de sangre, falleció poco después de la operación. El otro compa tenía despedazada la espinilla; 75


esto también pasó en la mañana, perdió muchísima sangre; al principio no logré detener la sangre y justo cuando lo logré, falleció. Dos heridos que mueren después de una operación en la clínica. ¡Una terrible desilusión! No sólo para mi, sino también para los brigadistas y el resto de los combatientes. ¿Qué falló? En primer lugar, la intervención quirúrgica se hizo demasiado tarde. En segundo lugar, no se pudo administrar sangre a tiempo. Y en tercer lugar el suero administrado pasó por el hueso. El transporte demasiado lento de los heridos sigue causando problemas. Me siento terriblemente mal, aún si hicimos lo imposible por salvarlos. La guerra se siente muy dura en tales momentos. Sabía perfectamente bien lo que teníamos que hacer en teoría, pero la práctica sigue siendo muy diferente. Pensé realmente que iba a poder salvar a ambos: primero atender a Ismael, después operar a Colorado, pero las heridas de ambos fueron mucho más graves de lo que pensé al inicio. Estaban tan gravemente heridos que ni una buena atención médica, según las normas guerrilleras, logró salvarlos. Me siento muy frustrado por ello, porque trabajé rápido y de manera agresiva pero ni esto funcionó; el equipo quirúrgico trabajó muy bien y, sin embargo, hubo dos muertos. Y, mientras estoy escribiendo, Colorado aún está aquí frente a mi en la mesa de operación, listo para ser enterrado. Murió porque los compas quisieron otra vez conquistar armas y lo lograron; conquistaron 10 armas y un M‑79 y le causaron 16 pérdidas al ejército. Nosotros tuvimos dos muertos. Ahora voy a dormir porque estoy agotado. Por lo menos, si lo logro. Karin ayudó durante la primera operación a detener las linternas (operamos a la luz de linternas de mano), pero se fue para la segunda operación porque no se sentía bien.

Diciembre de 1983 Ahora que el año casi está llegando a su fin, me doy cuenta que tengo cada vez más fe en esta revolución, que pienso cada vez menos en un “descanso” después de dos años; estoy cada vez más convencido de que esta lucha no es un trampolín, sino que es mi vida misma; que esta revolución no me sirve de aprendizaje para después participar en otras revoluciones, sino que en sí misma vale una vida.

Miércoles 7 de diciembre de 1983 Ayer se entregaron los presos a la Cruz Roja Internacional en San Agustín, en presencia de las televisiones francesa y estadunidense. Diez de los presos 76


decidieron quedarse aquí e incorporarse a la guerrilla. ¡Cómo las cosas se llegan a invertir! Caminé hasta La Mora con Mister (Boonerge); parece mi guardia personal. A donde voy yo, él me acompaña. Me contó mil cosas sobre Ahuachapán de donde es originario. Llegó a esta zona porque siguió a sus dos hermanos (ambos ya cayeron). En El Tigre, el Atonal, los Cazadores y la tercera brigada están llevando a cabo una invasión. Los compas ya les infligieron decenas de pérdidas. ¿Significa esto que la acción planeada otra vez será pospuesta? Aunque parece que esta invasión es más que nada defensiva: para asegurar la cosecha del café, que ya empezó. Son cosas de las cuales el ejército no se debería de ocupar. Ahora están vigilando cinco plantaciones importantes de café.

Martes 13 de deciembre de 1983 La BRAZ hizo hablar de si. El oriente sigue siendo un campo de batalla. Hoy los compas de Morazán recuperaron La Antena (centro de comunicación del ejército en el Cerro Cacahua­tique). El batallón Tecana fue prácticamente eliminado: 63 muertos, 75 heridos y nueve presos; se conquistaron 41 fusiles y diez armas de apoyo. ¡Increíble! Pero también pagamos un precio alto: se murieron 13 compas. Otra vez es un día en el cual uno se puede sentir muy alegre por las victorias, pero en el cual también te enfrentas con la muerte. Los compas de esta zona atacaron la Hacienda San Juan, a la altura de la carretera, hicieron huir a 60 soldados y causaron 18 pérdidas al enemigo. Los compas regresaron con un caballo cargado de fusiles y con un muerto: Danilo. La liberación de este país exige sus muertos: ¿cuántos más?

Miércoles 14 de deciembre de 1983 Karin tiene dificultades con su equipo: Giovani se ha vuelto muy cínico desde que perdió un brazo; Haydée llora por su novio Danilo y otros dos compas trabajan sin ganas. Visto que esta zona no está exenta de machismo, muchos compas, y sobre todo los combatientes, consideran la tarea de prensa y propaganda como inferior.

Martes 20 de diciembre de 1983 Hoy me fui para la costa, no muy a gusto porque sentí que no era realmente necesario: ya mandaron todos los medicamentos desde la costa para acá y, 77


según la cartita de Matilde, están trabajando de lleno en la construcción del hospital.

Miércoles 21 de diciembre de 1983 Pasamos un día agradable en la clínica, con visitas de los comandantes Chico, Licho y Cirilo que hablan como pericos. También me encontré otra vez con la Cruz Roja, que vino a hacer consultas en la zona. El médico que viene ahora es una persona agradable que realmente se esfuerza por ayudar. Pero para él tiene que ser una experiencia extraña: en un mismo día trabajar tanto con la guerrilla como con el ejército; encontrarse con compas y con soldados y procurar que todos estén contentos. Yo no podría hacerlo. Y siguen llegando más compas, que luego salen a explorar. Llegó también el equipo de cine, así como Emilio. Hay mucho movimiento.

Domingo 25 de diciembre de 1983 Noche Buena y Día de Navidad. Aquí estos días no son muy diferentes de los otros días, sólo que la cena estuvo muy rica. Pero la mayoría de los compas están de “misión” y las preparaciones para las grandes acciones siguen su curso. Por esta razón no se festeja, para evitar que la población y los soldados se den cuenta de que hay tantos compas aquí.

Sábado 31 de diciembre de 1983 Festejamos la noche de San Silvestre en el bosque, con un montón de comida que trajeron desde la costa: pescado, frutas, queso, etc… Sólo pensar que los soldados se pasean por la zona sufriendo hambre y sin conseguir nada. Y nosotros tenemos muchas razones para festejar, porque los compas de Chalatenango atacaron ayer el cuartel de El Paraíso en Chalatenango. Los resultados provisorios no son malos: 200 soldados eliminados y otros 200 hechos presos, entre los cuales varios oficiales y dos asesores estadunidenses. Este es el mayor golpe que libraron los compas en cuatro años de guerra. Chico está muy feliz, sobre todo porque la acción tuvo lugar en Chalatenango, lo que demuestra que los compas de las FPL también son fuertes y complementan las acciones de la BRAZ (Brigada Rafael Arce Zablah). Este ataque tendrá muchas consecuencias, sobre todo a nivel político: hacia la administración Reagan, que se va a preguntar qué está pasando con sus millones de ayuda pero sobre todo hacia las masas que se sentirán motivadas para luchar. 78


Radio Venceremos dice que 1984 será el año de la integración de las masas en la lucha. Chico argumenta que este golpe llevará la guerra a otra etapa, que la etapa de la conquista de puntos estratégicos y la eliminación de la mayor cantidad posible de enemigos ya no es letra muerta, sino un hecho. Entraremos caminando al año nuevo, porque otra vez nos vamos. ¿A la costa? ¿A Jucuarán? A cada uno se le da su porción de tortillas, queso, huevos y azúcar para el camino. Este cambio de año es muy diferente del cambio de año en Bélgica. Pero esta vez no siento nostalgia del cambio de año en Bélgica; la situación aquí es demasiado rica. Son los primeros días de fiesta que paso aquí en compañía de Karin y nadie sabe cómo serán las cosas dentro de un año...

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Diario año 1984 4 de enero de 1984 La situación está muy tensa. Durante la noche los soldados estuvieron explorando la zona; una patrulla de reconocimiento de los compas cayó en una emboscada; constantemente sobrevuelan aviones; hay soldados en San Agustín y hay unos 2000 soldados en la carretera del litoral. Eso huele a una nueva invasión. Estuve platicando mucho con Emilio, Gaspar, Ernesto, Augusto, Arman­do... y me siento un poco extraño, porque nunca he estado en Morazán así que no puedo participar en la conversación. Cada quien tiene su visión sobre el partido, pero nadie la discute realmente a fondo. Siento que ya me identifiqué mucho con esta vida de pobreza (pobre tanto materialmente como en cuanto a contactos sociales) y siento poca nostalgia de la vida lujosa europea (libros, discos, comer rico...). Y quiero seguir creciendo y evolucionando mucho aquí, quiero alcanzar niveles más altos y diferentes: dedicarme a sacar dientes, curar heridas, dar clases, dar consultas... me parece un poco limitado. Quisiera hacer más trabajo organizativo, también quisiera hacer trabajo político o militar, es decir que quisiera hacer trabajo más integral. Tengo muchísimo interés en discutir con el partido sobre el partido, en intercambiar experiencias sobre lo que sé del partido en Bélgica, etc. Sigo buscando una evolución y la tarea que ahora cumplo me satisface en la medida que sigo evolucionando. No quisiera concentrarme únicamente en mis tareas de médico sin ampliar mi visión hacia otras tareas. Soy ahora el responsable del sector médico aquí y en la zona costera. Esta responsabilidad significa que estoy enclavado aquí y que difícilmente podré ir a otra zona. Pero estoy dispuesto a asumir mi responsabilidad y aún pudiera asumir mayores responsabilidades si el partido me lo pidiera, aún si esto significara mayor sacrificio. Por otra parte, el partido no reparte fácilmente responsabilidades, hay que merecerlas.

5 de enero de 1984 Impaciencia, intranquilidad, cansancio. En la clínica seguimos “bailando en la cuerda floja”. Los brigadistas van y vienen (Claudia fue sustituida por Rosa), los pacientes van y vienen. Hay otra vez demasiados pacientes en la clínica. Los voy a examinar bien a todos para ver quién se puede ir. Algunos compas simplemente se quedan aquí porque están a gusto o porque comen bien o porque se enamoraron de 83


alguna de las brigadistas. Y esto daña el reposo de los que realmente están enfermos.

6 de enero de 1984 Hoy llegaron otra vez tropas desde Morazán. Jaime se fue y Amanda (enfermera francesa) lo sustituyó. Ella forma parte del grupo de dirección médica de Morazán. ¿Cómo será el trabajo con ella: conflictivo, agradable? Hasta ahora, Emilio y yo estamos prudentemente satisfechos porque aplica las líneas y los métodos del partido, trabaja de manera colectiva, pero a veces les tememos a los métodos de trabajo muy ortodoxos. Me incluyeron en el grupo de dirección médica y así, a través de las reuniones, aprendo mucho sobre trabajo organizativo y liderazgo, pero siempre hay cosas con las que no estoy de acuerdo. Entonces doy mi opinión, pero tampoco me peleo. Ya aprendí a ser tan paciente que dejo que la realidad demuestre si tenía razón o no. Me preocupa a veces el ambiente que reina entre los cuadros: envidia, monotonía… cosas que me recuerdan a los miembros de AMADA, que son tan ortodoxos que ya no logran divertirse. Para ellos el trabajo no puede ser divertido, sino que debe ser un peso que hay que cargar con mucha paciencia. Pero, como ya dije, afortunadamente Amanda no es así. Por un lado me siento muy ansioso por asumir más responsabilidades, por trabajar como miembro del partido, con todo lo que esto implica, pero por otro lado no me quiero convertir en un “partícrata” seco y aburrido.

8 de enero de 1984 Después de un año, por fin recibí correo de casa, del cual destaco sobre todo las cartas de Willem, Felix y Anne. También recibí algunas revistas, como Newsweek, que se luce por sus maniobras ideológicas y que aporta tan poco. Mis ganas de tomar vacaciones se reducen cada vez más. Tengo muchísimas ganas de volver a ver a mi mamá, a los sobrinos y sobrinas, pero me parece que el momento no ha llegado aún. Es una verdadera lástima que el correo sea tan terriblemente lento, porque me gustaría mucho animar a los que se quedaron en casa con noticias sobre el frente, noticias desde esta lucha de liberación, que les pudieran enseñar muchísimo. Karin y yo tenemos que seguir peleando para lograr pasar un poco de tiempo libre juntos. Ambos estamos tan ocupados, hay tantas personas que tenemos 84


que atender de alguna manera, pero ambos estamos convencidos de que vale la pena invertir tiempo en nuestra relación. Hoy salieron tres columnas al combate: dos de las nuestras y una del PRTC: ¿qué van a hacer?

12 de enero de 1984 Algunos compas regresaron con pollos (Pollo Campero), refrescos y leche, todo en grandes cantidades. Todo esto lo “conquistaron” en la calle e inmediatamente se decide organizar una fiestecita de año nuevo. Los compas del aprovisionamiento se fueron a San Agustín para comprar hielo y para encontrar una instalación de música prestada. O sea que la fiesta va a estar grande. Hablé con Amanda sobre las dificultades con unos brigadistas. Y no puedo deshacerme de la impresión de que existe una distancia demasiado grande entre “los pecadores y los curas”, una distancia demasiado grande entre los cuadros y los compas, de tal manera que la crítica suena demasiado a regaño en lugar de hacerse a nivel de camaradas. Me gustaría tener un fin de semana libre para ir a pasear con Karin; para escribir cartas a casa, para caminar, para lavarme tranquilamente y nadar en el río, para pasear por los pueblitos… pero no va a ser posible este mes, debido al alto ritmo de trabajo y la campaña... Pero el alto ritmo actual significará el reposo después, porque todo este trabajo deja un sello, el cual podrá ser aprovechado muy bien después. Mucha gente se volvió a ir: los periodistas, Juancito y la escuela militar, la columna de Sánchez con Boonerge y Tony, todos regresaron a El Tigre.

15 de enero de 1984 Ayer hubo baile. Todos estaban muy contentos y alegres. Primero comimos bien y después hubo baile con verdadera música que sonó muy fuerte. Estoy seguro de que nos escucharon hasta San Agustín. Los compas bailan de manera muy chistosa, con el fusil en la espalda, aún con ritmos modernos. En tales momentos la guerra parece estar muy lejana. Pero esta sensación no dura mucho, porque al día siguiente todo vuelve a la “normalidad”. En la clínica estamos muy apretados: de treinta a cuarenta personas bajo un solo techo y todos muy ocupados. Lo mismo pasa en la unidad de prensa, así que es verdaderamente difícil para Karin y mi aislarnos un poquito. Si vamos a bañarnos a los pozos, hay por lo menos doce compañeros más, etc. La única privacía que tenemos acá es el hecho de que podemos hablar en neerlandés, sin que nos entiendan. 85


Además los compas son muy curiosos. Cuando estoy escribiendo algo en mi diario, me vienen a preguntar constantemente qué estoy haciendo.

23 de enero de 1984 No escribí nada durante una semana, debido al trabajo. Estoy ahora a la altura de un río, con siete heridos en literas. Los brigadistas están lavando a los heridos y esterilizando el materal médico y yo aprovecho un momento libre para relatar los sucesos de la última semana. Estamos sumergidos de lleno en una invasión masiva. Esta tarde reemprendemos la marcha: formamos una larga columna con siete literas y otros enfermos, la escuela de la milicia, cocinas y la columna de Goya, en una marcha larga y peligrosa hacia la costa. Lo más probable es que Karin siga en la zona, así que otra vez nos encontramos separados, espero que no sea por mucho tiempo. Esta mañana aún escuchamos tiros de mortero en la zona. Y mientras que nosotros aquí “tenemos ocupados” a los soldados, en otras zonas la BRAZ lleva combates fuertes. En San Miguel ocuparon algunos barrios de la ciudad, destruyeron el beneficio de café más importante del Oriente y conquistaron Moncagua ... Durante los últimos días seguí pensando mucho en la estructura médica. El gran problema sigue siendo la falta de una base científica, no sólo en las operaciones, sino también en la estructura, en la organización. El sector médico debe crecer a la par del ritmo de la guerra. Nosotros, los médicos, debemos dominar mejor la anestesia y la traumatología; tenemos que ver cómo lograr más y mejor material médico, porque esto es esencial para una mejor atención de los heridos. Por ejemplo, el caso de Chibolón, a quien una bala le atravesó el brazo. Para él yo necesitaría un clavo de huesos; con esto él se recuperaría bien y rápido, pero no lo tenemos, así que su brazo va a quedar dañado. Hay mucha buena voluntad, pero falta el material adecuado. Y luego hubo la invasión, que empezó el jueves de la semana pasada. Algunos compañeros, que están siguiendo una formación militar, fueron sorprendidos por el Atlacatl, que entró en la zona sin ser detectado. Así que tuvimos que huir a toda prisa y los aviones ya nos estaban sobrevolando cuando nos estábamos yendo. Pero esta vez los compas resistieron y se combatió duro con fuertes bombardeos y fuego de morteros. Cayeron muchos muertos y heridos en el Atlacatl pero también nosotros tuvimos algunos muertos y heridos durante los dos primeros días. Esta vez no estábamos preparados para una invasión. En el momento mismo tuve que llenar las mochilas de los brigadistas y formar los equipos médicos. 86


Justo cuando habíamos enterrado todo el material bajo tierra, llegó Guadalupe con un brazo que le sangraba muchísimo; no le pudimos atender en ese momento porque teníamos que marcharnos. Nos fuimos para Casera, camufleados con ramas, y avanzamos muy despacio. Teníamos que evitar a toda costa que los aviones nos descubrieran. Cuando llegamos a Casera, pudimos finalmente atender a los heridos: el brazo de Guadalupe, la herida del vientre de Esterión (afortunadamente no en la cavidad) y Chibolón que tiene el brazo despedazado. Curé el brazo de Chibolón hasta medianoche, mientras los aviones estaban haciendo círculos encima de nosotros; estaban disparando luces de bengala, de manera que a veces estuvimos durante varios minutos a plena luz y no podíamos movernos en lo más mínimo. A la mañana siguiente nos levantamos temprano y otra vez hubo bombardeos y morteros muy intensos, pero ya no cerca de nosotros. Avanzamos muy lentamente pero de manera segura y al anochecer atravesamos el río Lempa. Seguimos caminando toda la noche, hasta el lugar en donde nos encontramos ahora. A pesar de los heridos (ya hay siete) no estamos tan mal. El único caso realmente grave es el de Chibolón. Si llegamos pronto a un lugar seguro, los demás pacientes se repondrán rápidamente. Ya no volví a ver ni a Karin ni al resto de los compas desde que abandonamos la zona, porque ellos se fueron en otra dirección. Se me hizo realmente un nudo en la garganta cuando dejé a Karin y no logré decir nada sensato. Era como si no la fuera a volver a ver nunca más. ¿Por qué? ¿Le va a pasar algo a ella o a mi?

24 de enero de 1984 Esta noche nos fuimos caminando con los heridos hacia el Norte. Una columna de San Vicente nos esperaba para llevar a los heridos a Morazán. Otra vez me sorprendió gratamente la buena organización y coordinación y de nuevo pude constatar que los comandantes se preocupan realmente por los compas heridos y siempre se organizan para llevarlos a los lugares en donde mejor pueden ser atendidos. Y así estoy otra vez libre para recibir a eventuales nuevos heridos. Porque está claro que habrá más combates. Después de mediodía me regresé caminando tranquilamente.

26 de enero de 1984 Han sido días con muy poca cosa que hacer; he estado pensando en el pasado, en el futuro; hablé con Amanda quien cuenta sobre las grandes invasio87


nes de antes (a principios de 82) cuando la población aún acompañaba a la guerrilla con todos sus enseres y los bebés llorando y a veces hasta con pollos y puerquitos. En aquel entonces, las invasiones aún se parecían más a huidas, mientras que ahora la situación es muy diferente. Ahora la guerrilla se empodera inmediatamente de la situación y decide si se entra en combate o no y dónde se entra en combate, mientras que antes a menudo tenía que interrumpir una acción para poner en seguridad a la población civil. Sino, ésta era completamente eliminada por los soldados. En aquel período, los soldados asesinaron en la región de Tres Calles a un grupo grande de civiles.

28 de enero de 1984 Un paseo nocturno hacia El Lindero. Bajamos hacia la carretera del litoral de manera extremadamente lenta y llegamos a la carretera depués de medianoche. La columna se movía muy lento, casi durmiéndose… y yo estaba pensando que todo estaba demasiado tranquilo cuando de repente se oyeron los primeros balazos. Una emboscada. Nos lanzamos rapidísimo a la zanja y nos retiramos, dimos una vuelta para hacer otro intento y de nuevo estaban allí los soldados. Entonces tuvimos que abrirnos un camino a través de los arbustos, brincar barreras… hasta que llegamos a un camino. Y, durante todo el resto del camino, pura tensión: ¿nos iban a seguir los soldados? ¿Nos estarían esperando cerca del río? La columna se dividió en dos. Nosotros caminábamos enfrente con la clínica y no nos dimos cuenta que los demás ya no nos seguían y se habían perdido. Cerca del río descansamos una hora y esperamos a los demás hasta que el sol nos despertó. Pasamos el río nadando y nos pasamos un día en la playa, como si no hubiera pasado nada. Comimos y bebimos rico en El Marillo y así fue como regresamos otra vez a la zona costera. Una área en donde por lo pronto sigue habiendo tranquilidad.

29 de enero de 1984 Visité la clínica para ver a los enfermos y a los brigadistas y para hablar con Matilde y Manuel. El sol quema y los bichos nos atacan. El trabajo médico en la costa es deprimente; hay poco trabajo y estamos lejos de las zonas de combate y de las actividades políticas. Me siento aún débil después de 10 días de vagabundeo. Los mosquitos son tan agresivos que tengo que parar de escribir. 88


2 de febrero de 1984 Me tengo que volver a acostumbrar a una nueva situación. Nosotros, los compas de Tres Calles, estamos otra vez solos. Se siente cierto vacío, después de tanta bulla. Esto significa que podemos seguir con la campaña interna hasta que volvamos a regresar a la zona.

5 de febrero de 1984 La formación médica me sigue frustrando debido al bajo nivel cultural de los compas por una parte y por otra parte porque nos falta tiempo para explicar las cosas de manera más lenta y sencilla. Sigo sin encontrar un método realmente bueno para capacitar a los brigadistas y parece que en Morazán tampoco existe. Finalmente, logré encontrar un pizarrón, lo cual es un enorme paso adelante. Lo que falta sobre todo es un manual y mucho tiempo. Las discusiones políticas me animan para profundizar mucho más las cosas, pero con el colectivo de la clínica esto es imposible, por las mismas razones que di anteriormente. El librito “Por qué lucha el FMLN” de Joaquín Villalobos me parece un material excelente para estudiar en los movimientos de solidaridad, porque da una respuesta a toda una serie de preguntas que probablemente se plantean en Europa: ¿por qué la lucha armada? ¿Por qué el sabotaje? ¿Por qué las elecciones no son la solución? ¿Habrá una intervención de los Estados Unidos? ¿Quién está realmente ganando? ¿Y qué después de la victoria? ¿O me estoy haciendo ilusiones al pensar que en Bélgica les preocupan estas preguntas?

7 de febrero de 1984 El poco dinero que aún tenía se acabó, así que dependo ahora completamente de lo que me dan aquí. Recibimos dinero de casa, pero tanto Karin como yo decidimos entregarlo, para que sea mejor gastado que en cigarrillos y dulces. Me siguen faltando personas con quienes poder entablar conversaciones de nivel; las pláticas aquí son generalmente muy superficiales, a menos que logres hablar con alguien del mando, pero ahora todos los comandantes se han ido. Rosa, por ejemplo, habla sin parar pero no pasa de las superficialidades. ¿Por qué será tan difícil para mi hacerme de buenos amigos? ¿Por las diferencias culturales? ¿Debido a la situación de guerra que limita mucho los con89


tactos? Me parece que Karin tiene menos problemas que yo en este sentido y tiene varios amigos: Rogelio, Armando.... Estoy contento por la derrota de los Estados Unidos en Líbano y porque tuvieron que retirarse de la región, después de los Israelitas. ¿Qué consecuencias traerá esto para América Central? Después de esta lección, ¿se quedarán en casa o mandarán las tropas liberadas para acá?

11 de febrero de 1984 Hoy Karin y los otros compas regresaron de las zonas cafetaleras. Estuvimos separados durante un mes, pero de esta manera logro aprender mucho sobre otra zona en la que aún no he estado. Para Karin es su primer contacto con la zona costera. Si nuestra relación no tuviera una base tan fuerte desde Bélgica, pienso que ya nos hubiéramos separado desde hace tiempo, porque aquí no hay tiempo para trabajar una relación. Pero, por otro lado, tampoco se puede vivir eternamente sobre la base del pasado, así que tendremos que aprovechar el poco tiempo que tendremos para profundizar nuestra relación. Unos cuantos fragmentos de sus escritos me hacen reflexionar: “Cuando estás en medio de las maniobras, no sientes que la revolución avanza, pero esto es falso. Mientras los soldados te pisan los talones, los compas les pisan los talones a ellos en otros lados. Mientras estás caminando y esperando, en otros lugares hacen trabajo organizativo y afilian a nuevos miembros”. Es como ella dice, siempre hay que mirar más allá de la propia situación, más allá de la zona en la que te encuentras y en esto a veces me equivoco terriblemente. Pero también se debe a que ella ha conocido muchos más frentes y situaciones que yo. Otra reunión con Matilde de sentido único. ¿Por qué toma tan pocas iniciativas?

14 de febrero de 1984 Se hará más trabajo político en esta zona, con el fin de aprovechar mejor el tiempo. Ahora que Karin está aquí me llega más información: sobre el porqué de la estancia de los compas en El Taburete, sobre los planes para los próximos meses, sobre las principales noticias de las radios internacionales, etc. Pero quizás esto no vaya a durar mucho, porque le encargaron organizar un taller dentro del manglar, es decir: un lugar difícilmente accesible. Realmente, es la caverna de Pluto. Espero poder ir a ver a Karin más tarde, aunque esto signifique batallar en el lodo durante hora y media. 90


16 de febrero de 1984 Estoy en la casita de Prensa y Propaganda, con velas, el radio de onda corta y esperando a Karin, quien fue a bañarse. Los demás compas están muy ocupados en sacar propaganda con la máquina de esténciles y yo aprovecho el tiempo para escribir algo. La clínica, que más bien es un puesto médico, se encuentra al lado del puesto de mando y allí es donde paso la mayor parte del tiempo, mientras Matilde está en el hospital.

21 de febrero de 1984 Esrcribí poco durante los últimos días, porque estoy enfermo y porque invierto toda mi energía y tiempo libre con Karin, quien también dispone de más tiempo ahora. Se mudaron para acá, porque en este momento no hay razones para seguir escondidos en el manglar. Pero tienen lista allí una casita para cualquier caso de emergencia. Pero a nadie le gusta vivir en el manglar.

24 de febrero de 1984 Los soldados están de regreso en la zona; parece que se trató únicamente de un cambio de tropas; ahora son los Cazadores y desde el primer día ya sufrieron cuatro pérdidas. Seguramente que el Atlacatl está en este momento curándose las heridas en el cuartel o también es posible que los hayan mandado a otra zona. El ejército quiere garantizar las elecciones en lugares tales como Jucuarán, Perquín, San Agustín y San Francisco Javier... entonces esto significa que deberán seguir con sus operaciones militares por lo menos hasta el día de las elecciones, o sea el 25 de marzo. Hoy realicé una gira médica por todas las estructuras de la costa. Primero fui a la escuela, en donde están concentradas unas 30 mujeres, en su mayoría muchachas jóvenes que no han gozado de ninguna capacitación y que se incorporaron muy recientemente. Antes de que se les designe tareas, deben haber recibido un mínimo de formación, tal como alfabetización. Matilde o yo también les damos cada tercer día un curso sobre higiene, prevención, etc. Después fui al manglar, al depósito de los materiales, y finalmente regresé por el pueblo Las Mesitas, así que fue un día muy ocupado. Karin también se fue por un día con Armando y algunos otros compas de las armas de apoyo; es un grupito muy divertido. 91


Armando es uno de los pocos compas que vinieron de Morazán y que se quedaron acá. Apenas lleva 6 meses en el frente; antes trabajaba como comando urbano, pero en la ciudad la situación se volvió demasiado peligrosa para él, así que tuvo que venir hacia el “interior”. Se quedó un tiempo en Tres Calles (y ahora en la costa) como instructor militar.

7 de marzo de 1984 Llevo mucho tiempo sin escribir nada. Seguimos en el mismo lugar, lo cual es algo extraordinario en este frente sureste. El ejército dejó tropas en casi todos los pueblos, con miras hacia las elecciones futuras. Según Roberto, casi todos estos reclutas son nuevos (incorporaciones obligatorias), con poca experiencia y moral baja. Hay invasiones en casi todos los frentes, porque la estrategia del ejército consiste en tratar de hacer retroceder al FMLN hacia el Noreste (Morazán) y Chalatenango, con el fin de impedir el boicoteo de las elecciones. Las declaraciones de las autoridades del ejército demuestran que temen los planes secretos del FMLN. No dejan de advertir contra los golpes que el FMLN está planeando y que quieren evitar a toda costa. Karin tiene de nuevo mucho trabajo; tiene que preparar mucha propaganda en torno a las elecciones y yo aprovecho la tranquilidad para redactar algunos folletos médicos. Es un plan que tenía desde hace mucho, pero hasta ahora no había tenido tiempo para hacerlo. Empecé con un folleto sobre anti-concepción, porque éste es el curso que ahora estamos dando; y después me falta elaborar todos los cursos para los brigadistas. La relación con Karin sigue siendo muy intensa; sin embargo, últimamente hemos discutido un poco, probablemente porque yo me siento algo “desempleado”, mientras que ella está muy ocupada. Y reflexioné sobre el alto grado de intensidad que la guerra le da a la vida. Debido a que uno vive tan cerca de la muerte, todo se vuelve mucho más intenso. En la vida normal, una relación de muchos años puede llevar al aburrimiento, pero aquí uno no tiene la oportunidad de sentir este cansancio. No tienes la oportunidad de hacer las cosas “por costumbre”. Cada día es diferente y trae consigo cosas nuevas.

11 de marzo de 1984 Llevo varios días quebrándome la cabeza sobre cómo pudiera cambiar la situación en la clínica. Los brigadistas no están muy animados, sobre todo Zulma, Rosa y Tila. Matilde está en el hospital y no iré allá mientras no sea necesario. 92


Y sigo preguntándome cuánto tiempo más durará la guerra. Siento que el FMLN está muy fuerte, pero lo que falta es la capacidad para poder dar golpes estratégicos muy seguidos. Ya pasó todo un tiempo sin que se haya dado ningún golpe significativo; los compas se limitan a llevar a cabo acciones pequeñas. Y mi pregunta es: ¿se trata de una nueva política o más bien es la incapacidad de seguir dando golpes grandes? Ya planteé esta pregunta un par de veces, pero nadie me la contesta. ¿Cuándo se pondrá en marcha el tren? La incorporación masiva que se dió poco después de y durante las campañas anteriores casi se detuvo por completo y esto me parece lógico, porque hay que motivar a la población para que se incorpore al FMLN. Realmente, tengo la sensación de que la dinámica, que se había iniciado gracias a la campaña anterior en el oriente, ha sido interrumpida. Espero realmente que la coyuntura electoral conlleve algunos cambios en este sentido.

14 de marzo de 1984 Estoy en el hospital en el manglar. Nos mudamos hace dos días, debido a una invasión. Una invasión que arrancó de una manera muy lenta; los soldados avanzaban muy despacio, de manera que nos sobró tiempo para prepararnos. Pero, a pesar de eso, los compas que se encontraban en Las Mesitas fueron sorprendidos. Silvia, de la radio, cayó en manos de los soldados debido a su falta de resistencia. El auto de los compas fue ametrallado camino al campamento y no les quedó otra solución que bajarse y irse corriendo. Silvia no logró correr tan rápido y fue hecha presa y asesinada. Estamos ahora más de cuarenta personas como sardinas en una lata en un pequeño pedazo de tierra seca en medio del manglar. Alrededor de nosotros sólo hay agua.

16 de marzo de 1984 Hoy me levanté muy tenso ya que dormí muy mal. Los mosquitos no me dejaron dormir. Seguimos en el manglar, pero por el momento todo está tranquilo: no hay aviones, no hay morteros, el enemigo no se nos acerca. Las elecciones se aproximan: los compas se apoderaron de Suchitoto y fue un hecho al cual se dio mucha importancia porque murió un periodista extranjero. Al mismo tiempo atacamos otra vez a la Tercera Brigada de San Miguel, mientras que otros compas controlaban las carreteras principales. La acción no fue tan grande como la vez anterior, pero logró sembrar el pánico entre los militares. 93


Aquí en la zona el Batallón Belloso pisó una mina, lo que causó tres muertos y doce heridos. Esto recompensa nuestra estancia en este nido.

22 de marzo de 1984 Ayer en la noche se murió Armando. Estaba solo y cayó en una emboscada en las afueras de San Francisco Javier. Según los testimonios de la población que lo enterró tenía cinco balas en el cuerpo y los soldados se llevaron su mochila y lo abandonaron. Karin está muy afectada, ya que era muy buen amigo suyo. Este tipo de compas dejan un gran vacío; así también Walter, jefe de columna, quien cayó hace poco en El Tigre. Extrañamos mucho a todos estos compas ahora, pero también se les extrañará después de la victoria. Me da una sensación momentánea de impotencia, una sensación de amargura, pero al mismo tiempo te obliga a trabajar aún más y mejor por la revolución.

24 de marzo de 1984 Estamos en la víspera de las elecciones. Admiro a Karen quien, a pesar de su enorme tristeza por la pérdida de Armando, sigue trabajando de manera muy intensa. Para ella vale el mismo principio que para mi, es decir comprometerse aún más en favor de la revolución. Pero es muy duro…

25 de marzo de 1984 Hoy es el día de las elecciones. En 51 de los 80 municipios orientales no se votó. En cuanto a los números a nivel nacional: en 84 de los 262 municipios las elecciones no se llevaron a cabo. Los compas atacaron de manera simultánea a los soldados en doce lugares; en todo el país no hubo electridad debido a la campaña nacional y a que los centros de comunicación de El Paisnal y Los Torrecillas fueron dañados. Además, la incompetencia del CCE (comité de elecciones) causó que las elecciones a nivel nacional se convirtieran en una enorme farsa. La RN nos trajo un herido: Diego está paralizado desde la cintura para abajo y es muy difícil atenderlo en las actuales circunstancias de guerra. Dos muchachitos de la población de más o menos diez años fueron heridos por esquilmas de morteros; ambos tratan de controlar valientemente su dolor durante la curación. Dos víctimas inocentes del ejército: es algo que me enoja muchísimo. 94


2 de abril de 1984 Después de cuatro intentos seguidos para atravesar la carretera del litoral hacia la zona, Javier me mandó de regreso a la costa. Es una lástima, porque me hubiera gustado verificar la situación médica de los compas de la columna de Chomo. Pero los días que estuve en camino con los compas de Javier fueron de mucho provecho para mi: por fin otra vez tierra firme bajo los pies y contacto con un ambiente diferente. Desde que regresé acá casi no he tenido descanso: reuniones con Matilde y los brigadistas y con Roberto. Randy de la prensa se pasó al enemigo con materiales y con mucha información sobre esta zona: quiénes están aquí, el lugar en donde está el hospital, etc. ¿Tendremos que mudar otra vez? Roberto piensa que no.

5 de abril de 1984 Javier ya está en la zona, pero en el camino cayeron dos veces en una emboscada, menos mal sin consecuencias desastrosas. Tuvimos aquí en la costa una reunión con los médicos del FPL para ver cómo colaborar mejor.

9 de abril de 1984 Dejamos la costa después de haber realizado una serie de cambios muy positivos. Las milicias están bien entrenadas militarmente, el trabajo político tuvo un muy buen arranque, se está limpiando la zona de elementos contrarrevolucionarios; en fin, nuestra estancia aquí tuvo buenos resultados. Durante los días pasados, los aviones bombardearon dos veces los alrededores de los pueblos; menos mal que no hirieron a ningún civil. El hecho de que la represión contra la población civil va en aumento es también un parámetro que demuestra que la zona se ha convertido políticamente en un nuevo problema para el enemigo. Porque esto es lo que hacen cuando sienten que pierden el control sobre cierta área: aterrorizar a la población para que se vaya de allí. Esta lucha de liberación empieza poco a poco a hacerse más sangrienta, intensa y prolongada en el tiempo, también debido a la intervención cada vez mayor de los Estados Unidos. Los Estados Unidos invierten más dinero en esta guerra, se meten en la planificación de la guerra, “prestan” pilotos para capacitar a los salvadoreños, en fin un montón de elementos que llevan hacia una intervención directa. 95


10 de abril de 1984 Ayer traté de escribir una carta a casa, pero no logré plasmar sobre papel mi visión personal sobre esta guerra. Siento que caigo cada vez más en eslógans y esto no gusta en Europa. El contacto con mi país de origen es cada vez más escaso y supongo que en casa lo interpretarán mal y que no entenderán que no tengo un canal para escribirles. Quisiera volver a ver a mi padre, mi madre, mis hermanos y hermanas, mis amigos y amigas, aunque fuera un ratito, sólo para ver qué hace y qué no hace cada quien con su vida.

13 de abril de 1984 Mañana salimos hacia la zona. Solamente me llevo a Rosa y Tila como brigadistas y Matilde se vuelve a quedar en la costa. Recorrimos juntos las cosas que faltan por hacer acá: construir una farmacia sobre palos para guardar los medicamentos, escarbar un canal para esconder la lancha y llenar otra lancha con agua dulce para tener una reserva durante las invasiones (aquí sólo hay agua salada y se debe ir a buscar el agua dulce en lancha, lo cual no es posible cuando hay una invasión porque entonces los helicópteros y los aviones nos podrían descubrir), formar nuevos brigadistas, construir embutidos (no se pueden hacer debajo de la tierra, debido al agua, así que hay que construir un tipo de cabañita con troncos gruesos que pueda resistir a los impactos fuertes de bombas y morteros). Es muy probable que sólo estaremos poco tiempo en la zona, porque la situación sigue estando muy intranquila allí, ya que es una verdadera zona de guerra.

15 de abril de 1984 Estoy de regreso en Tres Calles después de tres meses. Es verdaderamente maravilloso sentir de nuevo tierra firme bajo los pies, bañarse en un riachuelo y tener mucho trabajo. Karin se quedó en la zona costera con su equipo, sigo sin entender por qué. Además están otra vez en el manglar. No será para ella un período agradable: aislamiento, soledad, aburrimiento… Espero que nos van a alcanzar pronto. También la escuela de mujeres se quedó allí así como la escuela militar.

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19 de abril de 1984 Estamos al final de la temporada seca y la zona se ha transformado en un maravilloso paisaje otoñal que despierta en mi muchos recuerdos: el otoño en casa; el calor, las frutas; la casita me recuerda a Ruanda; el olor de tierra caliente y de hojas quemadas me recuerdan a Zimbabwe, aún si el ambiente es totalmente diferente acá. El ambiente me recuerda nuestra llegada al volcán San Miguel, debido a la inseguridad de la situación, el constante estar sobre aviso, porque los soldados nos pueden sorprender aquí en cualquier momento.

21 de abril de 1984 Invasión: efectivamente, con tres batallones. Combates fuertes a la altura del campamento de las FPL e intensos bombardeos. En el curso de la tarde, nos replegamos tranquilamente, junto con las masas. Y en la noche cruzamos la carretera, otra vez de camino hacia la costa. La bonita canción otra vez se acabó. Caminamos toda la noche para llegar a las seis de la mañana a terreno conocido: la casita de la clínica. Dormí toda la mañana hasta que Karin me vino a despertar a mediodía.

22 de abril de 1984 Karin y yo habíamos planeado ir juntos a Las Mesas para “festejar” mi cumpleaños, cuando de repente llegó el médico de las FPL, René, para decir que tienen dos heridos leves y un herido grave y en este momento no disponen de un hospital, así que deben ser acogidos y operados por nosotros. Entonces, en lugar de ir a Las Mesas, vamos a El Hulechacho, al encuentro de los heridos. Hacemos el primer tramo en camión, pero éste se descompone al ratito y lo abandonamos allí. Después pasamos el resto del día en el hospital para operar, junto con René y Sandra. De esta manera aprendí bastante sobre cómo quitar un trozo de intestino y cómo pegar pedazos de intestino, pero, a pesar de todos nuestros esfuerzos, el paciente falleció.

25 de abril de 1984 Esta mañana salimos con toda tranquilidad hacia El Hulechacho, en donde se encuentra Karin; los soldados no siguieron su invasión más allá de El Lindero. Hoy tampoco hubo aviones ni morteros, sólo se escuchaban lluvias de balas. 97


Les sigo teniendo miedo a los soldados invasores y a las balas, mientras que a los aviones y los morteros no: ¿por qué será? Calor extremo, bichos y el murmullo del mar nos acompañan. Leí en la casita de Prensa “Le Nouvel Observateur” y “Newsweek”. Hojear, hojear y leer sobre películas, Chrissie Hynde y los Pretenders.... olvidar el tiempo y el lugar, sumergirme en la lectura para después preguntarme como un tonto: ¿en dónde estoy? Son dos mundos completamente diferentes y yo he vivido en ambos. Por lo pronto, escojo el mundo de la pobreza, las malas condiciones de vida, el peligro, la muerte, la valentía y la camaradería.

27 de abril de 1984 El enemigo ya se retiró completamente, fue solamente una invasión leve y breve. Según Roberto sólo quisieron averiguar un poco. Así que todo el mundo puede regresar a su “viejo” sitio. Roberto también me avisó que yo tenía que arreglar todo con Matilde porque iba a tener que viajar. Fui a hablar con Sonia y Blas de las FPL quienes vinieron a buscar a sus heridos y estaban contentos por el buen entendimiento. Es una buena base para que en el futuro por fin pensemos en un hospital común. Karin se siente deprimida porque ella aún no tiene una perspectiva para salir de la zona costera, espero que aguante. Es difícil para mi ayudarla, sobre todo porque no estaré presente los próximos días. Es una lucha que tendrá que llevar sola; no será nada fácil, porque las condiciones de vida y el ambiente no son nada agradables acá. Pero estoy totalmente convencido de que vencerá esta crisis y que saldrá de ella más fuerte y más revolucionaria. Porque, como ya se ha dicho mucho aquí, es en los momentos difíciles cuando se reconoce a los verdaderos revolucionarios. No es difícil ser revolucionario cuando toda va sobre ruedas o cuando la victoria está a la vista, pero sí lo es cuando inicia un período difícil y que logres superarlo.

1 de mayo de 1984 En todo el mundo hay fiesta y nosotros vamos caminando con un pequeño grupo en dirección a El Tigre. Me gusta mucho caminar con un grupo reducido, todo va mucho más rápido. Casi todas las estructuras internas siguen en la costa. Así que yo tengo suerte. Un pensamiento que a menudo me cruzó la mente mientras caminábamos: ¿saldré vivo de esta guerra? Desde la muerte de Armando, pienso que no. Pero es mejor morir por esta revolución que no oponerme a otra agresión imperialista más. 98


5 de mayo de 1984 Pasé la mayor parte de los últimos días caminando así que no tuve mucho tiempo para escribir. Los soldados nos pisaron los talones casi sin cesar y también en El Tigre hay en este momento una invasión así que estuvimos atrapados unos cuantos días a la altura de San Chico. Pero, a pesar de la tensión constante, son caminatas bonitas: las numerosas fincas, las pendientes, las guardias, sentir la cercanía del enemigo, moverse entre la población y los pueblos. ¡Qué contraste con la tranquilidad casi aburrida de la zona costera! Ayer en la noche cruzamos la carretera entre Usulután y Santiago de María; en la madrugada encontramos el camino hacia California y de allí fuimos en dos autos y un bus a la Hacienda Miramar y finalmente volvimos a caminar hasta Arenales. El Tigre: se trata de una zona completamente diferente de Tres Calles, Jucuarán y la costa. Es una verdadera zona guerrillera. Aquí todo el mundo está constantemente sobre aviso, listo con la mochila para irse caminando. No hay tiempo para construir cabañitas ni para enterrar cosas. Los compas viven de manera alternada en una finca o en otra, nunca más de tres días en el mismo lugar. Volví a ver a muchos viejos conocidos: Calín, Fito, Augusto y Ernesto Púas, el Negro William, Emilio y Enrique, Marcos, etc. Todo un grupo que se ocupa principalmente en acciones militares y trabajo político.

6 de mayo de 1984 Segunda vuelta de las elecciones. Licho y sus tropas, acompañados de Emilio, entraron esta noche en San Miguel y causaron mucha bulla en la ciudad. Y, como ya dije, el ejército nos está siguiendo de cerca. Esta mañana, algunos compas, que se estaban bañando en la finca Las Marías, fueron sorprendidos. Un compa cayó en manos del enemigo y fue asesinado. Y nosotros seguimos nuestra caminata. Nos encontramos ahora en las fincas cafetaleras, esperando a ver lo que viene. Hay muy poca comida y agua. Rosa es muy buena compañía pero Tila se pone a veces insoportable.

7 de mayo de 1984 La segunda farsa electoral también pasó: no se votó en una tercera parte de los municipios y en los demás poca gente votó, así que Duarte será el presidente de menos de la mitad de los Salvadoreños. 99


10 de mayo de 1984 Seguimos mudándonos de una finca a otra. Los soldados nos han dejado tranquilos desde hace casi una semana y estoy muy contento de conocer esta zona. El ambiente aquí es muy agradable por el contacto constante con la población y ya me acostumbré al “peligro”. El único problema es que aquí no tengo nada que hacer. Por mientras llegó el comandante Jonás y ya no podré contactar a Roberto durante los días que vienen porque estarán reunidos constantemente.

12 de mayo de 1984 Salgo de una reunión informativa con Jonás en la cual aprendí mucho: un análisis profundo de la situación actual a nivel político, militar y económico así como a nivel internacional. Explicó que el FMLN, por medio de sus acciones antes, durante y después de las elecciones, logró impedir un plan de intervención de los Estados Unidos. El plan militar consistió en replegar completamente a la BRAZ hacia la zona de Morazán para luego darles el golpe final con la ayuda de 17.000 tropas estadunidenses (vía Honduras y desembarques con helicópteros), pero no lograron llevar a cabo su plan porque ni siquiera lograron cumplir el primer requisito, a saber el repliego completo de la BRAZ hacia el Norte. A nivel socio-económico el país está por los suelos y las elecciones que supuestamente debían reconciliar a los partidos políticos sólo lograron hacer relucir aún más las contradicciones entre Arena y el PDC. Es decir que el FMLN sigue tomando en cuenta de manera muy seria una intervención de los Estados Unidos. El ERP sigue poniendo el acento en el oriente. Su planteamiento es que, si el oriente es liberado, el resto del país seguirá rápidamente. Para liberar al oriente, hay que actuar a nivel nacional y por esta razón se reabrieron los frentes de Guazapa y Santa Ana. Para liberar al oriente se deben de asegurar dos posiciones claves: el Norte de San Miguel y El Tigre y esto es lo que se está haciendo ahora. En Morazán se está construyendo el socialismo de manera muy activa y la intención es que en todas las zonas controladas se empiece a vivir sobre bases socialistas. Esto y muchas otras cosas más aprendí, demasiado para poder escribirlo todo, pero me siento muy feliz y aliviado debido a todas estas buenas noticias y planes. Por eso es que me gusta mucho el ERP, porque sabe analizar cada nueva situación, porque cuestiona, corrige y combate errores. 100


La excursión (porque de hecho esto es) hacia acá me ayudó a avanzar mucho y me volvió a dar mucha energía para trabajar duro en la zona. Ya estoy impaciente por contarle todo a Karin, para que ella también agarre fuerzas para seguir sin decansar. Ella también tenía varias críticas en contra del partido: la falta de respeto y promoción de las mujeres, la lentitud y la pereza en el trabajo y la falta de vida partidaria. Pero ahora se trabajará en esto. O sea que son muy buenas noticias. Un respiro, un alivio.

15 de mayo de 1984 Estoy completamente fuera de combate debido a un ataque de malaria, pero esto no me afecta la moral. Espero que los soldados nos dejen tranquilos porque en este momento no se me antoja caminar… Por mientras ya conseguí algunos documentos: sobre el contexto internacional, sobre la lucha de 1932; la lucha de 69 a 81 (un período que me gustaría mucho haber vivido) y el texto del FMLN que habla de la nueva situación, en donde dice que lo que se debe hacer es crear una nueva situación revolucionaria a partir de la cual crear la posibilidad de tomar el poder. Estoy muy animado para seguirme compremetiendo y veo que Roberto también está lleno de energía. Efectivamente, la zona costera es la caverna de Pluto: no hay vida partidaria, no hay información adecuada ni formación política e ideológica, pero es un hecho que esto va a cambiar a partir de ahora.

20 de mayo de 1984 Estoy de regreso en la zona de Tres Calles y me dio otro ataque de fiebre. A mediodía Roberto salió inmediatamente para la costa, con Pepe y Javier. Yo me quedé aquí debido a una cita con la Cruz Roja Internacional y para revisar los embutidos; aunque esta vez hubiera preferido regresarme a la costa, sobre todo para dar un nuevo impulso al trabajo médico y para volver a ver a Karin. Lo bueno es que le pude enviar una carta y un librito y además hay buenas posibilidades de que todo el grupo se venga pronto para acá. El lugar en donde nos encontramos ahora no me parece nada agradable; es un valle, rodeado de muchas alturas y demasiado cerca de San Agustín. Hoy fui en búsqueda de un primer escondite y no lo pude volver a encontrar, por falta de experiencia mía y también porque el entorno está completamente cambiado. Cuando hicimos el hoyo, era temporada seca pero ahora ya llovió y han crecido muchas plantas. Para los compas que saben orientarse por medio de un palito o un árbol esto no significa ningún problema, pero, para un Europeo que ha vivido lejos de la naturaleza, significa un problema grande. 101


Pero solicité que me mandaran a Jacinto (quien está ahora en Morazán), que nos ayudó a hacer todos los escondites, porque él es indispensable acá.

27 de mayo de 1984 Estoy de regreso en el viejo hospitalito de La Montaña. Estoy contento de disponer de una mesita en la cual trabajar, una casita y protección contra la lluvia. En el camino hacia acá hablé mucho con Mister: pienso cada vez más que no habrá oportunidad para tomarme unas vacaciones, visto la evolución de la situación acá y la tremenda falta de médicos; también hablamos sobre la reunión con Jonás y todo el trabajo práctico que nos espera... La costa me parece estar muy lejos. Parece que allí a los soldados les fue mal su desembarque por helicópteros, porque tuvieron que llevarse diez muertos. No sé cuándo los compas vendrán para acá, pero anhelo mucho ver a Karin, sobre todo porque tengo tantas cosas para contarle.

28 de mayo de 1984 Ya llevo varios días de regreso en la zona sin haber logrado realmente arrancar. Los combatientes, al contrario, ya emprendieron varias pequeñas acciones e inflijen diariamente unas siete a diez pérdidas al ejército (sólo en esta zona); son acciones que les dan mucha confianza en si mismos, puesto que ellos no sufren pérdidas. Y aquí seguimos trabajando con este falso sentimiento de seguridad: no hay aviones, no hay helicópteros, no hay patrullajes del enemigo. Aproveché el tiempo libre para escribir algunas cartas, que no me convencen mucho, porque no logro realmente expresar lo que pienso y siento, porque son cartas breves, esquemáticas y anecdóticas y porque no dan una imagen real de todo lo que está pasando aquí o de cómo yo veo la situación aquí. Con un nudo en la garganta, también escribí que, después de dos años, no regreso, aún si sé que unas breves vacaciones me caerían muy bien para hablar con el partido, con los comités de solidaridad, con Oxfam y demás. También para hablar con la familia y los amigos, para leer y estudiar mucho, pero ahora es imposible. También escribí que estoy más decidido y convencido que nunca de seguir el camino emprendido, de seguir comprometido en esta lucha de liberación hacia la victoria o la muerte. Y, después de la victoria, por un lado el porvenir estará abierto aunque por otro lado también estará definido. Abierto en el sentido de que realmente no sé si después de la victoria me quedaré aquí o si iré a luchar en otro país o si me regreso a trabajar a Bélgica; pero también determinado, porque estoy se102


guro de que mi vida seguirá estando en el signo de la lucha anti-imperialista y de la construcción de una sociedad justa, con todas sus consecuencias, como por ejemplo el abandono de mis proyectos personales. La victoria: al principio me preoccupaba mucho por ponerle una fecha y me sorprendía que a los compas esto los dejaba bastante indiferentes, pero ahora entiendo que no era indiferencia sino que la lucha de liberación es toda su vida. Y en la medida de que esta lucha también se ha convertido en mi vida, también me preocupo menos por una victoria pronta. La única razón por la cual quisiera que llegara rápido es para poner un alto al gran número de muertos.

2 de junio de 1984 Hoy me informaron que debo ir a la costa, mientras que al mismo tiempo recibí noticias de que Karin y Roberto se vienen para acá. ¿Otra vez sólo vamos a cruzarnos en el camino? Aquí se habla de nuevo de una invasión, pero hasta ahora los soldados se limitaron a la toma de San Chico y San Agustín. Sea lo que sea nos vamos para la costa. Será otra noche de patullar en el lodo, porque últimamente ha estado lloviendo mucho, sobre todo durante la noche.

3 de junio de 1984 Fue una caminata rápida. Nos fuimos acompañados de una escuadra; al caer la noche, atravesamos de manera rápida y tranquila la carretera y a las diez de la mañana ya estábamos en Zamorán. De allí nos bajamos en tractores. Y ahora ya estamos en El Lindero, en donde me sorprendió ver el gran número de compas que se encuentran aquí. Dos pelotones completamente nuevos y muchas milicias. Y tal parece que llegué en medio de una invasión. Casi todo el mundo está en el manglar. Karin sigue en Hulechacho y aún no la he podido ver. Tuve inmediatamente una reunión con Roberto y Matilde. Vine acá para asegurar la formación de unos brigadistas y para arreglar unos asuntos pendientes. Tal parece que se están aplicando algunos elementos del nuevo plan: una escuela militar, en donde los novatos deben quedarse dos meses y también hubo bastante trabajo político e ideológico. Por mientras esta zona también se ha convertido en una verdadera zona de guerra. Hoy los compas eliminaron un comando de la marina que había ido a Las Mesitas para aterrorizar a la población. Un comando de 24 hombres, 103


armados hasta los dientes con todo tipo de material novedoso, tales como pequeñas granadas, mosquiteros para las manos y la cabeza, cajitas especiales de primeros auxilios (que nos sirven mucho), con entre otras cosas sierritas para amputar y muchos materiales de sobrevivencia. Llegaron en una lancha y se fueron inmediatamente a Las Mesas. Realmente un comando que uno sólo piensa poder ver en las películas. Menos mal que los compas lograron rodearlos antes de que tuvieran tiempo de molestar a la población y todo su material fue confiscado. Resultado: trece muertos y cinco presos, entre los cuales unos heridos graves. Fue una acción que levantó mucho la moral de los compas y fue muy importante porque logramos evitar una masacre de la población civil. La mayor parte de la población de Las Mesas se fue y otros se incorporaron: ésta es una muestra de la radicalización de la guerra: la población se ve obligada o bien a tomar las armas o bien a mudarse a zonas en donde la guerra aún está menos presente.

5 de junio de 1984 Los comandos muertos y heridos fueron enviados en camión hacia San Marcos Lempa. Uno de los presos falleció esta noche a consecuencia de sus heridas. Tenía una bala en el vientro y me llamaron demasiado tarde para operarlo, porque no lograron medir la gravedad de la herida. Fui en la noche a El Lindero para curarlo, pero llegué demasiado tarde. Los demás presos sólo tenían heridas leves, se les trató y se les envió al cuartel, junto con los muertos. A los presos se les interrogó y de estas interrogaciones resultó que efectivamente habían venido para masacrar la población de Las Mesas... O sea que era un comando asesino. Y, sin embargo, la guerrilla los entrega. Y luego también mandaron al batallón Arce para acá para buscar venganza. Junto con Chomo nos fuimos para el manglar, pero los soldados nos estaban siguiendo de muy cerca. Nos alcanzaron y Chomo me dijo de avanzar solo, mientras que ellos opusieron resistencia a los soldados durante un tiempo. No me sentí nada seguro avanzando solo en estas circunstancias; menos mal que ya no estaba lejos y me estaba esperando una lancha para llevarme al manglar.

6 de junio de 1984 Otra vez estoy enfermo: no tengo apetito, no tengo ganas de café ni de cigarros, estoy muerto de cansancio y sin energía. Además, aquí, en el campamento de las provisiones, estamos todos amontonados como ratas, sin posibi104


lidad de lavarse o de dormir. Pero todo el mundo sigue de muy buen humor, menos yo. Karin está en el campamento del hospital y no soy muy agradable compañía para ella.

13 de junio de 1984 Pasó una semana y perdí la cronología. En breve: los compas eliminaron el comando; dos días más tarde apareció el batallón Arce; los compas obligaron al ejército a sacar su artillería de Zamorán; hicieron explotar un camión y mataron a muchos soldados. Después siguió la reacción más fuerte del ejército: Arce marchó hacia El Manza­nillo, El Cebollal y La Miliana y depositó paracaidistas en la playa de La Tirana (en donde vamos a buscar nuestra agua dulce y nos bañamos) y en Hulechacho, en donde está la Prensa. Es decir que de hecho habían entrado al manglar. La marina los apoyó con ataques de mortero. Todo el día pasaron aviones y helicópteros bombardeando todo. En la tarde cayó Fredy en un bombardeo e Israel fue herido. Al día siguiente esperamos muy tensos a ver si el enemigo iba a seguir su invasión hacia el lugar en donde nos habíamos replegado, en una superficie de aproximadamente un kilómetro cuadrado. Pero, en lugar de seguir su invasión, se retiraron. Era muy claro que tenían mucho miedo, porque sabían donde estábamos pero no se atrevieron a seguir. Durante su retiro, mataron a los guías que habían llevado, ex-compas que se habían pasado a los rangos del enemigo. Fueron días de mucho temor pero que terminaron con una gran victoria. Evitamos la masacre de los civiles de Las Mesas; eliminamos a los comandos y conquistamos sus materiales; repelimos una ofensiva de dos batallones de élite, lo cual fue en gran parte la obra de las milicias; nosotros mismos sufrimos pocas pérdidas pero infligimos muchas pérdidas al enemigo y, sobre todo, obtuvimos una victoria moral, puesto que el enemigo se retiró sin alcanzar sus objetivos.

21 de junio de 1984 Durante el ataque a Las Mesitas, dos compas fueron gravemente heridos: Aniceto, herido por un mortero que por así decir le arrancó el brazo, y Alex que recibió un balazo que le rompió unas costillas. Me voy al encuentro de los heridos e inmediatamente me doy cuenta de que es necesario operarlos. Así que los llevamos rápidamente al hospital. Primero, le administramos sangre y suero a Anicteo y luego le cosimos la herida a Alex; pero mientras le seguíamos dando sangre y suero a Aniceto; sin embargo Aniceto entró en 105


acidósis ... no había bicarbonato de sodio y empezó a suspirar y temblar peligrosamente. Empezamos a operarlo pero después de diez minutos falleció. Al día siguiente, dudé largamente sobre si había que operar a Alex y finalmente lo hice, pero, por falta de materiales, no pude hacer gran cosa. Pasó bien la operación, pero no así la transfusión de sangre; se le empezó a fallar la respiración, empezó a temblar y se le dio hepatitis. Todo esto era una señal clara de que se iba a morir, puesto que no podíamos conseguir ni una diálisis de la sangre, ni una reparación de la función de los riñones. A pesar de esto, aplicamos aún una toraco-centesis, que fue un éxito: los pulmones se expandieron rápidamente y las heridas no se infectaron; sin embargo, después de tres días, falleció. Fue muy duro para mi: perdimos a Aniceto por falta de bicarbonato de sodio y perdimos a Alex por un accidente de transfusión de sangre: su sangre y la de Rosa no eran compatibles. Debido a la muerte de estos dos compas, me deprimí tremendamente durante dos días, aún si desde el punto de vista médico no me podía reprochar nada. Las operaciones y el seguimiento médico se desarrollaron como debido, pero las circunstancias de la guerra nos llevan a esto. Dos compas que, en otras circunstancias, por ejemplo en un hospital adecuado, se pudieran haber salvado, aquí se murieron.

22 de junio de 1984 Siento que en todo este tiempo he cambiado bastante, que estoy mucho más tranquilo cuando hay bombardeos y balazos, que estoy mucho más decididido en cuanto a “vencer o morir”; es algo que vivimos en cuerpo propio cuando estábamos esperando a ver si el enemigo iba a atacarnos o retirarse.

2 de julio de 1984 Dejé descansar mi diario porque estuve muy mal. Físicamente, pero esto tiene su repercusión en lo psíquico. Fue lo mismo como hace un año. Seguí curando a los heridos de la última invasión; todos son heridos leves y seguí pensando en Aniceto y Alex y maldiciendo mucho que se murieran. También se murió Ulises, en la zona, debido a la fiebre tifoidea. Es muy raro que alguien se muera debido a una enfermedad, a pesar de las muchas epidemias que reinan aquí y a pesar de las malas condiciones de vida y de la mala alimentación. Sin embargo, puede pasar. Mis tareas aquí en la costa están poco a poco llegando a su fin, así que después regresaré a la zona, pero en este momento no tengo las fuerzas sufi106


cientes como para emprender este viaje. Karin ya se fue con Roberto, sin que hubiéramos tenido tiempo para pasar un rato solos tranquilamente, desde que regresé de El Tigre. Además, debido a mi enfermedad, la tensión de la invasión y los muertos, yo no era muy buena compañía que digamos. Felizmente, a nivel político y miltar las cosas van bien. Duarte ya lleva un mes en el poder y ya logró pelearse con el ejército, la iglesia, la oligarquía y los sindicatos. Está bailando en la cuerda floja. Los compas se apoderaron de Cerrón Grande e infligieron 500 pérdidas al ejército. Lo cual demuestra que el FMLN sigue teniendo la capacidad de golpear fuertemente, a pesar de la propaganda del ejército que pretende que no es así. Es cierto que los ataques del FMLN son muy espaciados, pero esto es porque aún no ha llegado el momento. Al lado de esto, se está llevando a cabo una gran campaña de sabotaje para evitar la siembra del algodón. Esta campaña se concentra en la zona costera, que es la zona del algodón. El FMLN emitió un decreto en donde les prohibe a los trabajadores del algodón sembrar, debido a que el algodón constituye uno de los productos de exportación más importantes que sólo aprovecha a la oligarquía; el FMLN exige que mejor se cultiven granos básicos.

6 de julio de 1984 Mi crisis pasó, estoy otra vez lleno de energía y estoy muy animado para hacer mil cosas. Estoy muy convencido de que quiero seguir en la lucha, a pesar de todos las altibajas y las dificultades. El Salvador se encuentra actualmente en la cima de la lucha de liberación y anti-imperialista en América Latina. No sabemos cuánto tiempo podrá durar la lucha, pero al mismo tiempo pienso que es necesario pedir unas vacaciones, tarde o temprano, con el fin de no apartarme completamente de la lucha en mi propio país, porque tampoco es correcto que yo me aísle y sobrestime el trabajo acá. Es necesario hacer todo en su tiempo debido.

14 de julio de 1984 Esta semana, el lunes 9 de julio, el FMLN impuso un paro del tráfico, que ahora ya lleva cinco días y que ha tenido más impacto político que los paros anteriores. Los compas se dirigen diariamente a la carretera para poner emboscadas y para averiguar si el paro del tráfico está siendo respetado. Siguen siendo acciones “hit and run” (“pega y corre”), en donde los compas disparan unas 500 balas y luego salen corriendo. De esta manera le causan 107


muchas pérdidas al enemigo sin sufrir pérdidas propias y sin gastar muchas municiones. Verdaderas tácticas guerrilleras, pues. ¿Y cómo está Karin? En el curso de los últimos meses, pasamos muy poco tiempo juntos: ella estaba en la zona, mientras yo estaba en la costa; yo fui a El Tigre, mientras que ella se quedó en la costa; y ahora ella está en la zona, mientras que yo estoy en la costa... y así seguimos, siempre esperando volvernos a encontrar pronto. Y cuando lo logramos, se presenta una invasión, de manera que de nuevo no tenemos tiempo para estar juntos.

16 de julio de 1984 Casi en todos lados, a nivel nacional, las acciones guerrilleras siguen afectando la moral de los soldados: el batallón Arce perdió 22 hombres en El Tigre, nueve en Guazapa, tres en el Norte de San Miguel y otros más en San Miguel mismo y en Jucuarán y ayer los soldados, completamente desmoralizados, abandonaron una posición en La Colonia. No estamos hablando aquí de combates grandiosos; sin embargo, presentan problemas serios para el ejército, puesto que sus tropas se adelgazan de manera lenta pero segura. Aquí en la costa el ejército atacó una lancha pesquera y mató a uno de los hombres que estaban pescando e inmediatamente después hubo un bombardeo, que tuvo como resultado un herido, felizmente no muy mal herido. Ya que era un civil, no lo pude llevar al hospital (debido a la clandestinidad) y lo atendí en El Lindero, mientras unos cuantos compas estaban haciendo guardia. Un nuevo ataque del ejército o un bombardeo eran muy posibles. Unos compas nos abandonaron y es cierto que ellos conocen muy bien la ubicación del hospital; esto significa que tenemos que volver a mudarnos, porque pudieran servir de guías para el enemigo y no podemos correr este riesgo. Algunos compas empiezan a quejarse, porque no están llevando a cabo grandes golpes militares; ellos están inquietos por luchar, pero tengo la impresión de que la estrategia del FMLN está cambiando mucho, sólo que no sé en cual sentido. Otra vez estoy pasando por un período malo; me siento exactamente como Karin, cuando me fui para El Tigre. Ella lo superó, lo que demuestra su fortaleza y sé que yo también conoceré tiempos mejores.

20 de julio de 1984 Alberto, Wilfredo y Kerwin están construyendo el nuevo hospital.

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Hoy hablé con Manuel sobre la radicalización de la guerra. Muchas zonas de guerra se han convertido en zonas de guerra pura, sin la presencia de población civil, como es el caso de la zona de Tres Calles y del Cerro San Pedro. Gracias a sus múltiples invasiones, el ejército logró que la población huyera de las zonas, lo cual de hecho está en contradicción con el plan Conara, ya que el objetivo principal de este plan era hacer huir a la guerrilla y ganarse a la población civil. Pero muchos jóvenes no huyeron y se incorporaron a la guerrilla. En la zona este proceso está en pleno auge: Montecristo, La Tirana, las Mesas.... están completamente vacíos. San Juan, Las Arañas, El Marillo y Cuchemonte aún no, pero si siguen las invasiones estos poblados probablemente correrán la misma suerte. Esta conversación también demostró que estamos en una fase medio muerta a nivel militar, que la comandancia del FMLN decidió utilizar unos ocho meses (de enero a septiembre) para prepararnos políticamente y militarmente a una nueva fase de la guerra. Pero esto significa también que este período está llegando a su fin. Y, después de este período, ¿habrá crecido mucho la BRAZ y estará técnicamente bien preparado? Por mientras, la tensión en torno a una nueva invasión o acción de un comando va en aumento.

22 de julio de 1984 Matilde me dice que en la noche estuve gritando en mi sueño. Y, efectivamente, me acuerdo que en mi sueño estaba frente a un pelotón de soldados que dirigían sus fusiles hacia mi. Este sueño es una señal clara de que hay mucha tensión aquí. Tensión debido a los helicópteros que nos sobrevuelan, debido a los combates que se libran casi diariamente. Ayer el pelotón de Carmelo se fue a patrullar y descubrieron que los soldados habían establecido un campamento en San Juan; en la noche se les entregó un mortero y toda la noche estuvieron lanzando tiros; todo esto es una señal de que están preparando una invasión. No me siento muy seguro, porque el nuevo hospital aún no está listo y porque lo más probable es que los soldados conocen la ubicación del hospital actual. Me paso ahora casi todo el tiempo en el hospital con el fin de acelerar la construcción del nuevo hospital. Pero, a pesar de esta tensión creciente, no siento realmente miedo, al contrario, más bien me siento agresivo y combativo. Si realmente llegan a atacar a este hospital lo defenderé hasta lo último. Y esto no es puro discurso, sino que lo digo en función de la cruda realidad de que no estamos jugando aquí.

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23 de julio de 1984 Lunes en la mañana. Morteros a la altura de la costa, un desembarque y combates a la altura de Las Mesitas y San Juan. Hay pocos combatientes aquí, ya que casi todos se fueron para la zona. Estamos a la espera, llenos de tensión. Lunes en la tarde. Muchos helicópteros nos sobrevuelan a alturas muy bajas. Nuestros nervios están muy tensos. Pienso en la invasión anterior, cuando estuvimos esperando todos muy tensos a ver si los soldados se iban a adentrar en el manglar. Hoy es seguro que ya no nos invadirán, ¿pero mañana?

25 de julio de 1984 La invasión se pospone y la tensión bajó un poco, porque entretanto entendimos el objetivo de tanto movimiento del ejército. Duarte pretendió que, vía la isla Montecristo, se estaban introduciendo armas y es por esta razón que los soldados instalaron allí durante varios días un campamento y que escarbaron más de cien trincheras a lo largo de la playa. Por eso es que hubo tanto movimiento de helicópteros. Pero obviamente no encontraron nada. Si el gobierno realmente está convencido de que están entrando armas por la costa, es seguro que van a querer limpiar esta zona de guerrilleros. Esta razón, junto con el hecho de que se cultiva mucho algodón acá, y el hecho de que estamos cerca de la carretera del litoral, convertirán esta zona en una verdadera zona de guerra. Normalmente nos tocaba mudarnos hoy hacia el nuevo hospital, pero se pospuso por algún tiempo. Tenemos que organizar una relación buena y clandestina entre el aprovisionamiento y el hospital, puesto que nos vamos a adentrar más aún en el manglar. Aún nos falta construir una casita para los heridos leves así como escondites. Es decir que aún nos falta trabajo por unas seis semanas. Hoy recibí una carta de Karin que me animó mucho: cuenta sobre la situación en la zona, sobre sus dificultades con compas tales como Patricia, Romeo y Alfredo, que trabajan con ella, y yo la admiro por su paciencia y su perseverancia. Ya estamos otra vez separados desde hace un mes.

27 de julio de 1s984 Casi todas las mujeres que estaban aquí en la escuela de mujeres se han incorporado al trabajo político organizativo. Esto significa un importante paso 110


adelante para estas muchachas que ya no sólo tendrán que estar en la cocina y también es una prueba de la importancia que se le está otorgando al trabajo político organizativo. Porque, ¿cómo alcanzaremos una nueva situación revolucionaria si las masas no juegan su papel? Y me enojé con Matilde porque no respeta ni las mínimas medidas de seguridad para al hospital nuevo.

30 de julio de 1984 Después de casi un mes de encierro en el manglar, me fui de visita a El Lindero, en donde me contaron que dentro de poco regresaré a la zona. Edelnilson se vino desde la zona para acá con todo tipo de noticias y me regresaré para allá junto con él. Por fin volveré a ver a Karin, Roberto, Javier, Matías.... y por fin algo de movimiento. Mientras tanto, ya terminamos e instalamos el nuevo hospital, así que me puedo ir tranquilamente.

1 de agosto de 1984 El hospital se mudó. A primera vista, parece un lugar repulsivo, pero si seguimos invirtiendo un poco de energía en la mejora del entorno y en hacer un poco más agradable la casita misma, no estará tan mal. No es la primera vez que un lugar totalmente inhospitalario se convierte en un campamento. Las casitas son mucho más grandes que en el hospital anterior, pero el lugar está aún más aislado y más adentrado en el agua, de manera que constantemente andas aquí con los pies mojados y con hongos entre los dedos de los pies. Y otra vez hay una invasión, lo cual significa que no podré irme muy pronto de la costa.

5 de agosto de 1984 La invasión ya lleva cuatro días, pero hoy en la tarde ya se sentía el punto de ruptura. Ayer ya sólo hubo morteros y esta mañana hubo una escaramuza a la altura del río Lempa. A mediodía los compas ya estaban de regreso en Las Mesas. Fue otra invasión “en menor”, cuyo objetivo consistió en arruinar los campos de maíz y en aterrorizar la población de El Marillo.

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9 de agosto de 1984 Desde anteayer los soldados ya están únicamente en El Lindero y de allí hasta la costa vía el río Lempa. Se trata del batallón Bracamonte, 600 efectivos, así como la mitad del batallón Belloso. Pero el ejército está proclamando sus proezas por medio de la radio nacional. Como si por este medio obtuvieran victorias. Aquí lograron dos veces nada, aparte del hecho de que tuvieron que evacuar muertos y heridos. Para nosotros todo estuvo muy tranquilo, no hubo ningún herido, de vez en cuando morteros y a veces unos balazos a lo lejos. Pero me estoy aburriendo muchísimo, porque no puedo salir del hospital. La administración Reagan y el mando supremo del ejército entraron en pánico porque simplemente no logran eliminar a la guerrilla, porque sienten que la guerrilla está más fuerte que nunca, que está creciendo, que se está preparando para una ofensiva grande, que tiene cada vez más influencia sobre la población... Por eso Duarte le pide mayor apoyo a los Estados Unidos; El Salvador consiguió 70 asesores más y fabricaron una película sobre los supuestos transportes de armas vía Nicaragua (en la película enseñan algunas mulas cargadas de sacos... como si se pudiera hacer una guerra con esto). El enemigo espera una gran ofensiva para septiembre y desde ahora ya se está perdiendo en declaraciones nerviosas. Espero que tengan razón, no deseo nada más.

12 de agosto de 1984 Ya son seis semanas desde que Karin se fue y por fin estamos en camino hacia la zona. A pesar de que el batallón Bracamonte sigue aún en El Lindero, pero también se está preparando para marcharse. ¿Hacia dónde? Al atardecer avanzamos hacia Las Mesas. El recorrido hasta El Marillo estuvo muy tenso, porque en cada momento nos podíamos encontrar con soldados; finalmente alcanzamos nuestro destino a través de campos y lodazales. Mi mochila está muy cargada y pesa como plomo. Esta misma noche quisimos aún atravesar el litoral, pero la escuadra que nos iba a esperar nunca apareció. O sea que tuvimos que esperar la mañana. En Cuchemonte. Dejé cuatro heridos en la costa: Orlando que pronto podrá quitar su yeso (la pregunta es: ¿logrará volver a caminar bien?); Franklin, que podrá regresar a su sección dentro de una semana; y Francis que sigue con bastante fiebre, su herida es muy dolorosa, caliente e hinchada: ¿desaparecerá la infección? ¿No le está apretando demasiado el yeso la herida? Y, finalmente, Gonzalo, 112


la herida de su pierna se está curando bien, pero su brazo sigue sangrando… Y así siempre hay alguien por quien seguirse preocupando. Y siempre este sentimiento de dejar algo “a medias”.

14 de agosto de 1984 Hoy me encontré con la Cruz Roja Internacional y recibí muchas medicinas. También me visitaron Manuel y Ñuñuco; ambos trabajan en esta zona y nos advirtieron de que los soldados estaban muy cerca. En el momento en que nos retiramos se acercaron a 200 metros de nosotros y pudimos ver pasar los tanques, mientras que un avión nos sobrevolaba. Nos salvamos por poco. Por esta razón tuvimos que hacer todo un rodeo para alcanzar el litoral. Alcanzamos la carretera en el momento en que el ejército recogía sus guardias. Nunuco y sus compas salieron primero para reconocer el terreno y después nosotros atravesamos tranquilamente el litoral.

16 de agosto de 1984 Todo el tiempo sentimos a los soldados muy cerca; sin embargo, llegamos sanos y salvos “a casa”. Pero aquí tampoco la situación está tranquila. La semana pasada los compas le infligieron fuertes pérdidas al Atonal y como consecuencia hay patrullajes casi a diario. Pero no me preocupo por una invasión, porque por lo menos aquí uno se puede mover libremente, no es como en la costa en donde uno está clavado en el manglar y que no hay a dónde irse. Me espera mucho trabajo: los escondites, las reuniones con las FPL, la revisión médica de las tropas y el almacenamiento de los medicamentos. La estructura médica en la zona es una perla en comparación con la de la costa: cada escuadra, cada pelotón, cada sección y columna tienen su brigadista; hay un equipo quirúrgico y se trabaja la prevención (higiene, pastillas contra la malaria, etc.); hay una buena reserva de materiales (aún si me parece que tenemos que cuidarlos aún más). El reencuentro con Karin fue difícil. Porque tenemos muchas cosas que contarnos y no sabemos cómo empezar. Porque cada uno tiene su propia vida y que nuestros caminos sólo se cruzan de vez en cuando. Pero ambos lo tomamos con más calma, porque ambos partimos de la idea de que no forzosamente tenemos que estar juntos todo el tiempo y porque queremos sacar lo máximo de los momentos en los que sí estamos juntos. Pero esto no siempre es posible, debido a las circunstancias y la cantidad de trabajo. 113


20 de agosto de 1984 Hoy llega un nuevo comandante, pero aún no sabemos quién es. Y nos preguntamos si Roberto aún va a regresar o si se va a quedar en Morazán, porque está muy mal de salud (sobrecansancio, peligro de quedarse ciego...). A pesar de la confianza en Roberto, pienso que un soplo nuevo sería bueno para la zona. ¿Y cuándo me van a mudar a mi a otro lugar? Si yo mismo pudiera escoger, sería Guazapa o Santa Ana, porque en Morazán ya tienen suficientes médicos. Santa Ana me llama mucho la atención por su pasado revolucionario y porque es un gran desafío volver a levantar el trabajo allá. Vamos a mudarnos un poco más allá en la zona, a Los Horcones. A cada rato llegan por aquí “políticos” y, según cuentan, esta zona se está extendiendo mucho, por lo menos el control político sobre la zona. Esto significa que el enemigo también debe ocuparse de una zona cada vez más extensa. Y, por lo demás, el tiempo pasa rapidísimo, cada día hay muchas cosas por hacer: solamente para bañarte y para lavar tu ropa, necesitas mucho tiempo, sin hablar siquiera del trabajo mismo. Hoy hablé con Karin sobre mis planes para el futuro. Casi es seguro que no me quedaré en Bélgica, pero me gustaría regresar algún tiempo para recibir mayor formación, después de lo cual lo más probable es que optaría por otra lucha de liberación “en el terreno”. Lo que también me hace falta es un buen entrenamiento militar. Pero quizás y me lo den acá, si tengo un poco de paciencia. Pero, claro, la gran pregunta es: ¿saldré vivo de esta guerra?

6 de septiembre de 1984 Hoy llegué con Karin a la conclusión de que tenemos que renunciar a lo que nuestra relación fue antes, porque vivimos en circunstancias completamente distintas. Debemos vivir de manera más autónoma ya que la realidad es que pasamos más tiempo solos que juntos, tendremos que solucionar solos muchas dudas y problemas, tendremos que analizar muchas cosas solos, pero tenemos que investir mucho en los momentos que pasamos juntos. Todavía tenemos muchísimo que ofrecernos el uno al otro, pero de una manera diferente a como lo hacíamos antes. Ambos crecimos y maduramos mucho (de manera independiente) pero felizmente nos seguimos llevando y complementando muy bien. Una primera reunión con los responsables de las diferentes estructuras de esta zona: Checo, Peche, Paco (comunicación), William (aprovisionamiento), Edelnilson (taller de explosivos), Karin (prensa) y yo (clínica). Estudiamos el análisis del FMLN sobre la situación actual. Un análisis que lleva a la conclu114


sión de que hay que poner el acento principal en el trabajo político, tanto a nivel interno como externo. Es necesario que las masas en las zonas controladas y en las zonas en disputa conozcan las causas de la guerra y el contenido del socialismo. En otras palabras, es necesario educar a la población hacia el socialismo y procurar su integración en la lucha (incorporándose al ejército guerrillero o otros medios de colaboración). Un segundo punto fue el revivir del trabajo sindical en las ciudades y el tercer punto las dificultades con las que lucha Duarte. Durante las ofensivas anteriores, nos acercamos a la victoria, pero para que la situación fuera determinante, faltó un gran factor: las masas. Y esto hay que resolverlo. Pero esto significa una prolongación de la guerra, porque esto no es algo que se consigue de hoy a mañana. Pero, como dice Karin, vale la pena que la guerra se prolongue algo, si de esta manera se logra asegurar la victoria y asegurar el apoyo incondicional de la población en el momento en el que sea necesario. Es mucho mejor trabajar en favor de una victoria lenta pero segura que conseguir una victoria rápida y luego tener que enfrentar una población que no está madura. Yo siempre soy demasiado impaciente. Yo quisiera que la gente se incorpore ya el día de hoy, que se abran nuevas zonas políticas, que el trabajo en la capital rinda más, pero estos frutos sólo los conseguiremos después de meses y eventualmente años de trabajo.

8 de septiembre de 1984 Estamos otra vez en pleno operativo, porque el batallón Belloso fue señalado en los alrededores, aunque más bien parece que quieren invadir otra vez la zona de expansión política (Taburete). El Taburete es una zona llena de perspectivas para nosotros, es una zona de fincas que recibe mucha atención de parte de los políticos. El batallón Cuscatlán se desmembró debido a las numerosas pérdidas que sufrieron y el batallón Atonal va por el mismo camino. Las acciones diarias de la guerrilla los afectan muy seriamente y el ejército se ve obligado a incorporar por la fuerza a jóvenes en sus rangos. Según Radio Venceremos una intervención de los Estados Unidos es poco probable. Los Estados Unidos nunca se imaginaron que la guerrilla urbana y el sindicalismo combativo fueran a revivir, pero lo están haciendo. Estados Unidos pensó aislar al FMLN de las masas y pensó que varios sectores se iban a reagrupar alrededor de Duarte (como centro), pero en esto se equivocó completamente: la iglesia sigue criticando, la justicia y la economía siguen en manos de la oligarquía, el ejército no quiere someterse a la “autoridad” de 115


Duarte... de manera que Estados Unidos no dispone de una base política ni diplomática para una intervención. Hoy estuve pensando otra vez en que no quisiera terminar esta guerra como médico del frente de guerra, que quisiera seguirme desarrollando a nivel médico pero también a nivel político y militar, para que después pueda prestar mejores servicios en otra lucha anti-imperialista, ya sea en Bélgica o en otro país.

9 de septiembre de 1984 Está lloviendo muchísimo desde hace dos días y seguimos a la expectativa en cuanto a una invasión del batallón Belloso. Una maniobra en tales circunstancias no es muy agradable: caminar en la lluvia, dormir en la lluvia, llevar ropa constantemente mojada... pero también tiene sus ventajas, porque desmoraliza mucho al enemigo. Por ahora les perdimos la huella, así que pudiera ser que estén preparando una acción ofensiva rápida. Pero estamos preparados y de todas maneras tales acciones tienen poco sentido. Y, mientras, seguimos trabajando tranquilamente: dar clases, pláticas políticas, reuniones, consultas, ...

10 de septiembre de 1984 Buenas y malas noticias. Las buenas noticias son que los soldados siguen sin aparecer y que nos dejan trabajar tranquilamente; que el pelotón de Carlos salió para Morazán para asistir a la escuela militar y que va a venir un pelotón de allá para acá. La mala noticia es que dos compas, Farabundo y Reflejo, se dejaron apresar en estado de ebriedad en la calle. Esto es malo, porque tienen mucha información y, si estaban borrachos, seguro que habrán soltado mucha información a los soldados: la ubicación del campamento actual, los hábitos y los caminos hacia la costa, conocen a muchos de los civiles que colaboran con nosotros... temo mucho lo que pueda pasar. Casi cada noche se oyen balazos en San Marcos Lempa. No es posible que cada noche se ataque al pueblo; lo más probable es que, por pura nerviosidad, los soldados empiezan a disparar desde que oyen algún ruido sospechoso.

15 de septiembre de 1984 Toda América Central festeja su independencia. Estamos ahora en otro hospitalito temporalmente; no me gusta mucho porque es muy pequeño y entra la lluvia por todos lados. Sólo estaremos aquí por un tiempo, pero a pesar de esto debemos trabajar para que la casita sea 116


habitable. Hay que hacer un baño y una cocina y así todo el mundo está otra vez ocupado en traer y clavar tablas. El agua está lejos de aquí y, debido a las fuertes lluvias, nadie tiene ganas de irse a bañar. Pasé por el pelotón de Giovani, que antes era el “primer pelotón”, pero, desde que se fueron Farabundo y Reflejo, fue degradado. Está claro que aquí se necesita una mano fuerte, sobre todo en cuanto a la educación política, porque sigue siendo un grupo que es machista y que hace demasiada bulla. Recibir un mes de educación en Morazán les vendría muy bien. Después seguí hasta San Agustín para encontrarme con la Cruz Roja Internacional, que no me pudo ayudar con material ni para operar hernias, ni para limpiar cataratas (muchos compas sufren de esto debido a la gran cantidad de polvo y de viento), ni para curar fracturas. Los médicos de la Cruz Roja Internacional se preguntan cuándo va a iniciar la ofensiva de la guerrilla y me dicen que en la capital todo el mundo habla de esto. Durante los días pasados Mister habló mucho sobre la gran cantidad de buenos compas que murieron y sobre algunas deserciones que se produjeron en la costa. En estos momentos te das cuenta de que la guerra es larga y dura, pero lo bueno es también que regularmente llegan noticias sobre “nuevos” compas que se incorporan: Fredy trajo a su primo; Clarita trajo a su hermana; hay dos muchachas nuevas de San Agustín, etc. Y aparte hay una gran cantidad de personas que colaboran de una u otra manera y que se van a incorporar cuando las cosas se pongan serias. U otros que aún están esperando alguna motivación, como una gran ofensiva, por ejemplo.

18 de septiembre de 1984 Estamos en una finca en la zona de El Taburete. Venimos aquí con El Peche y también Daniel llegó de la costa con los novatos de la escuela militar y con Edelnilson, Alex y Nico. Según los rumores, el batallón Belloso se encuentra en la zona, en donde están buscando muy activamente nuestros escondites, y en San Agustín. Los compas los esperaron justo fuera del pueblo y los provocaron para que se salieran del pueblo, disparando al aire y luego esperándolos en el camino. De esta manera los soldados sufrieron seis pérdidas: cuatro muertos y dos heridos graves. Pero nosotros nos quedamos tranquilamente en la finca, hasta que de repente llegó Checo y nos ordenó irnos inmediatamente porque los soldados estaban a 15 minutos. Por mientras, nuestro grupo creció mucho, porque casi todos los compas que estaban dispersos en la zona vinieron a concentrarse acá. Pero sólo se trata de “estructuras internas”, no hay ningún combatiente, 117


ya que éstos se encuentran en la zona para infligirle pérdidas al enemigo. Esto significa que, si nos topamos con una unidad del ejército, nos tenemos que defender solos. Caminamos tranquilamente unas dos horas hasta cerca de Berlín. El solo hecho de que podamos caminar tan tranquilamente en esta zona demuestra que algo ha cambiado, en el sentido de que nuestro espacio para movernos se ha extendido mucho. ¿Será éste el resultado del trabajo de los compas políticos, que llevan meses trabajando aquí?

21 de septiembre de 1984 Estamos de regreso en el viejo campamento. Ayer regresamos a la zona, pasamos muy cerca de los soldados, nos abrimos un camino a través del monte y así llegamos al lugar en donde los soldados durmieron la noche anterior y fueron asaltados. Es decir que los estamos siguiendo mientras que ellos piensan que nos están siguiendo. Todo está muy tranquilo. Aquí sólo se encuentran las estructuras internas y la escuela militar, los combatientes persiguieron a los soldados para darles otro golpe y los políticos se quedaron en sus zonas, en donde, según Checo, están haciendo trabajo político-militar según el principio de la unidad guerrillera. Esto es algo muy diferente de lo que eran anteriormente las actividades de la BRAZ. Los combatientes ya no están en las zonas sino que están también en la zona de expansión, de tal manera que aquí nosotros ya solamente formamos la retaguardia. Solamente recibimos noticias del exterior por medio de los visitantes. Pero se trata de una retaguardia agradable, no es como en la costa. Finalmente planeé terminar de una vez por todas los folletos para los brigadistas. Es una lástima que no haya nadie con quien pueda revisar el contenido y el método y que no haya otro médico en los alrededores con quien hacer esto.

24 de septiembre de 1984 Hoy llegó Calín desde El Tigre, en donde la guerra de guerrillas bate su pleno: operan en pequeñas unidades, sin retaguardia y sin estructuras internas, son todas unidades guerrilleras que cada noche duermen en un lugar diferente, evitan los caminos, surgen de repente y vuelven a desparecer sin dejar huellas, se aprovisionan completamente con la ayuda de la población que les da comida y ropa. La semana pasada fueron duramente afectados debido a la muerte de Sánchez (jefe anterior de columna y segundo responsable de 118


la zona). Era un guerrillero con largos años de experiencia y que conocía la zona como su bolsillo. Fue atacado cuando estaba subiendo un cerro con la responsable de la radio para emitir una comunicación por radio. Ambos murieron en el acto. El Tigre es muy peligroso porque el comandante de la Tercera Brigada, Domingo Monter­rosa, quiere recuperar este terreno cueste lo que cueste. Él es uno de los pocos comandantes del ejército que acompaña a sus tropas en sus asaltos para estimularlos. Está muy claro que el carácter de algunas zonas, tales como esta zona y la del Tigre, están en pleno cambio; y que el carácter de la guerra también está cambiando. ¿Quién sabe cómo esté Morazán, tradicionalmente la vanguardia?

1 de octubre de 1984 El sábado llegaron los compas de Morazán, con e.o. Jonás, Carmelo y Roberto y una sección bajo las órdenes de Francis. El frente del sur se refuerza y el comando de este frente primero se va a reunir acá. Mientras, nosotros también ya tuvimos una primera reunión en donde se explicaron la nueva situación y la nueva estrategia, pero yo necesito madurar estas cosas antes de poderlas integrar. Dicho en pocas palabras, significa que tenemos que prepararnos mejor y durante más tiempo para librar golpes estratégicos; que debemos vincularnos otra vez más fuertemente con las masas y que debemos aprender la táctica guerrillera. Muchas cosas suenan muy bonitas: la lucha de masas, la unidad dentro del FMLN, la guerra de extenuación y desintegración contra el ejército, la expansión del campo de la guerra hacia el occidente y las ciudades... Empiezo a entender bien los cambios en la situación, pero no así los cambios en la estrategia; pero supongo que seguiremos discutiendo ampliamente estos puntos. Aún no sé cuál va a ser mi lugar al interior de todos estos cambios, pero sí sé que tendremos que ser más móviles, que tendremos que hacer más trabajo político-ideológico hacia la estructura médica y hacia la población, que tendremos que ser más militares y que tendremos que defendernos solos en caso de invasiones, sin depender de los combatientes (de hecho así ya fue cuando la última invasión). Hay muchos compas en la zona, lo cual también significa que escuchamos muchos relatos: relatos sobre el Norte, sobre la “escuela revolucionaria” en donde se forma a los cuadros, relatos sobre la táctica guerrillera en El Tigre... Nos hace mucho bien escuchar hablar de lo que está pasando en otras zonas y así abrir un poco nuestras perspectivas. 119


4 de octubre de 1984 Hubo otra invasión breve. Durante toda la invasión, los comandantes seguían reuniéndose y nosotros seguíamos estudiando con los brigadistas. Todo esto sólo se interrumpió en el momento en el que tuvimos que empezar a caminar. El gran tema de conversación entre los compas es el hecho de que ahora todos, en algún momento, tendrán que ir a Morazán para tomar cursos en la escuela revolucionaria. Me pregunto si será cierto esto, y, si realmente es así, ¿también me enviarán a mi? En la costa, Arnoldo y Ricardo caminaron sobre una mina anti-personal que el ejército dejó: ambos perdieron un pie. ¿Lograrán Matilde y Manuel hacer esta operación o me mandarán a mi a la costa?

7 de octubre de 1984 La reunión sigue. Nosotros también nos hemos reunido mucho. Todas las estructuras, tales como las tropas, la propaganda, el aprovisionamiento se acercan más a la población, pero la clínica seguirá en el mismo lugar, debido a sus características. Los brigadistas, que acompañan a las tropas, se encargarán de la atención a la salud de la población y sólo en casos graves llamarán a un médico.

8 de octubre de 1984 El tema de conversación de hoy: la propuesta de diálogo emitida por Duarte, que llegó de manera inesperada y que fue aceptada por el FMLN‑ FDR. ¿Qué obligó a Duarte a hacer esta propuesta? ¿Debilidad? ¿Presión externa? ¿O hacerle una mala jugada al FMLN? Estuvimos trabajando en nuestra tarea de volver la clínica más móvil. Hicimos una mochila para los productos farmaceúticos y aligeramos mi mochila, porque, si vamos a caminar mucho, yo ya no podré cargar una mochila tan pesada.

11 de octubre de 1984 Para cambiar, aparecí otra vez en el periódico. Esto fue hace tres semanas como consecuencia de la traición de Farabundo y Reflejo quienes hablaron sobre mi; y ahora aparecí otra vez porque captaron en la costa a la brigadista Marla quien aparentemente también soltó información. 120


14 de octubre de 1984 Hoy se lleva a cabo un primer contacto entre Duarte y el FMLN‑FDR en La Palma, Chalatenango. Y nosotros pasamos el día en San Agustín, en donde la gente es muy abierta y de buen humor, casi en ambiente de fiesta. Quizás piensan que por fin va a llegar la paz, pero, por otro lado, por lo que dicen, también constatamos que no se hacen ilusiones. El diálogo significa una verdadera ruptura para el FMLN‑FDR, puesto que de esta manera se le reconoce como verdadero interlocutor. Esto ya había quedado claro cuando se intercambió al coronel Medina‑Garay por 60 compas heridos que pudieron salir del país y ahora otra vez debido a este diálogo. Al mismo tiempo el terreno de trabajo se abre para los compas, tanto a nivel interno como internacional. Ofrece más posibilidades para entrar en la arena política y diplomática. Me informaron que tendré que ir a la costa porque Ricardo necesita una segunda intervención y Matilde no se atreve a hacerla.

18 de octubre de 1984 Estoy de regreso en la costa. Ayer salí de la zona, hasta cerca del litoral en donde esperé a Oscarón quien vendría a buscarme. Logré dormir un rato, porque Oscarón sólo llegó a la una y media de la noche. Bajamos corriendo y cruzamos el litoral sin exploración previa ni medidas de seguridad. Dormimos una hora en El Morón y luego hicimos el resto del camino. La lancha nos llevó hasta el hospital, en donde estoy ahora: patullando en el lodo, muy cansado y mis zapatos hechos pedazos. Arnoldo va muy bien, tanto a nivel médico como moral, pero Ricardo no. Mañana lo volveré a operar.

19 de octubre de 1984 Operé a Ricardo. Primero le di dos bolsitas de sangre, también sangre mía. La operación misma no tuvo problemas, pero aún me falta mayor rapidez en la oclusión de los vasos sanguíneos. El reconocimiento de las estructuras me fue más fácil de lo que había pensado: los grupos musculares, los huesos, los vasos sanguíneos y los nervios. Sin embargo, casi estoy convencido de que la herida va a producir pus, porque ya tenía pus, porque la operación no se pudo hacer de manera suficientemente estéril y porque Ricardo presentó ataques de fiebre. Pienso que Matilde pudiera haber realizado esta operación. 121


22 de octubre de 1984 Ya llevo tres días en Cuchemonte, esperando para atravesar el litoral. Como siempre, es más fácil llegar a la costa que salir de ella. Por fin vamos a salir. Yo, con mis zapatos rotos, caminando a una velocidad máxima porque nos esperan urgentemente en Los Horcones. Y, cuando llegamos, muertos de cansancio, me informan que debo acompañar inmediatamente a las tropas que esta misma noche van a llevar a cabo una acción en Santiago de María. Lo único que me preocupa son mis zapatos, puesto que mis pies ya están llenos de heridas y en ningún lugar encuentro un par de zapatos a mi medida (¡grande!). Los compas me dicen que sin falta me van a conquistar un par en Santiago de María... Según Radio Venceremos hay una gran invasión en Mora­zán, llamada “Torola 4”, que tiene entre otras cosas el objetivo de eliminar nuestra Radio.

23 de octubre de 1984 Ha sido un día de grandes victorias. La acción en Santiago de María fue un éxito. El ejército perdió 15 hombres entre los cuales un preso, se conquistaron cuatro fusiles y un montón de municiones y también se capturó a un “rico”. Todo esto sin muertos ni heridos de nuestro lado. Menos mal, porque yo tenía poco material de curación, puesto que no había previsto que tuviera que acompañar a los compas. Pero me hizo mucho bien estar tan cerca de los combates. Desde Morazán nos llegan las primeras noticias sobre el derrumbe de un helicóptero, lleno de militares importantes, entre los cuales Domingo Monterrosa y Herson Calito, comandante del batallón Atlacatl. Dos verdaderos asesinos. Apenas ayer se derrumbó otro avión de reconocimiento con cuatro asesores estadunidenses; y en Morazán los compas hicieron explotar un tanque. Y éste no es el fin, porque el FMLN está lleno de planes nuevos y atrevidos, que poco a poco llegamos a conocer. Aquí en la zona se trabajará sobre todo en el sabotaje de la cosecha del algodón y en el sabotaje de la vía del tren. Urge que se incorpore más gente. Los compas volverán a aprender la táctica guerrillera, operarán en pequeñas unidades, trabajarán con explosivos, buscarán protección e información con la población... Un elemento nuevo importante del análisis es que son las masas las que deben llevar a cabo la lucha y que ellas determinarán el momento de la victoria. En 1981, la lucha de las masas fue muy fuerte, pero faltaba el brazo político para asegurar la toma del poder. El ejército revolucionario actual surgió de esas masas y ahora se trata de volver a levantar otra vez un ejército político organizando de nuevo a las masas. La colaboración entre ambos es la garantía 122


de la victoria. Si el FMLN funciona como una unidad, si se logra cansar suficientemente al ejército, si las organizaciones y las incorporaciones avanzan bien, entonces la victoria llegará. Pero no será para mañana. El análisis de la situación y los cambios estratégicos del FMLN son la prueba de una gran flexibilidad y capacidad mental; elaborar e imponer las consecuencias de estos cambios exige mucho coraje y mucha osadía. Pero éstas son cualidades propias del FMLN, a saber esta capacidad de volver a analizar siempre y de inventar cada vez nuevas cosas. La situación de guerra obliga a los comandantes a nunca bajar la guardia. Aquí reina el lema: quien no avanza pierde. La revolución es una verdadera escuela, de la cual yo saco mucho más de lo que pienso: los principios y la aplicación de la lucha de clases, de la organización de las masas, de la guerra de guerrillas, son el plato de cada día, son realmente una cuestión de vida o muerte. Hoy Karin y yo hablamos con Carmelo sobre unas eventuales “vacaciones” y de la conversación saqué que mis vacaciones no serían oportunas en este momento, debido a la gran falta de médicos y a las actividades militares que se avecinan. Como dijo Carmelo: el FMLN no tiene aquí médicos o ciriujanos que se pueden encargar de y expander el sector médico; si yo decido irme, se verán obligados a buscar otros médicos. Así de sencillo. Y yo decidí quedarme. Al contrario, el regreso de Karin sí se juzga oportuno, porque podría significar un gran aporte a la solidaridad. Y si Karin logra capacitar rápidamente a unas cuantas personas, ella tranquilamente puede irse por un tiempo. Pero Karin dice que ahora tampoco tiene ganas de cruzar el océano.

26 de octubre de 1984 Durante los últimos días, hablé varias veces con Carmelo, que aparentemente se va a quedar en esta zona. Estas conversaciones me dieron mucha tranquilidad y me ayudaron a entender aún mejor mi papel en esta lucha. El hecho de que ahora no tome vacaciones puede significar que aún pasaré varios años aquí, porque la victoria no es para mañana; pero también puede significar que ya no regresaré nunca jamás, por ejemplo si llegara a morir acá. Pero de esto no me preocupo ahora, porque siento y sé que ahora mi lugar está aquí.

1 de noviembre de 1984 El martes a mediodía nos llegó la noticia de que el Atonal se encontraba en San Agustín y se movía hacia acá. Así que otra vez tuvimos que esconder todo rapidísimo. Hacia las tres de la tarde los soldados se toparon con los com123


pas de Daniel en El Jocote y hacia las cinco de la tarde estaban en El Congo. Nosotros nos retiramos cruzando algunos cerros. Hubo mucho caos, porque había bastantes viejitos y niños del otro lado del río, en donde también había una invasión. Y, al lado de esto, nuestro secuestrado de Santiago de María, el preso y Reflejo, quien esta vez fue hecho preso por los compas, y todas las estructuras internas. Roberto y Carmelo se encuentran en la costa. Todos los políticos y combatientes, menos un pelotón, están en la zona del café. Así que estamos completamente solos. El miércoles en la mañana tuvimos que salir corriendo porque los soldados se acercaban mucho más rápido de lo que pensamos. Los morteros caían muy cerca, un mortero se cayó justo en medio del grupo de los compas del mando y de la cocina, pero por suerte no estalló. Pero, después de esto, el enemigo no siguió su invasión. En la noche caminamos tranquilamente hacia una finca en los alrededores de Berlín. Los viejitos y los niños se fueron hacia el otro lado del río Lempa, porque allí todo estaba tranquilo. El ejército está otra vez llevando a cabo invasiones en casi todo el país, porque quieren evitar cueste lo que cueste una acción del FMLN. Es una táctica defensiva pura, pues. Y, además, no saben que para este período el FMLN no ha planeado ninguna gran ofensiva. El ejército sigue con su viejo esquema en la cabeza y, cuando finalmente se den cuenta del cambio de estrategia del FMLN, la guerrilla ya habrá pensado de nuevo en otras cosas nuevas y, así, el ejército siempre viene un pasito atrás. Volví a hablar con Karin sobre qué sería lo más sensato: seguir luchando aquí, por muy largo que pueda ser el camino, o quedarme aquí un tiempo limitado, suficiente como para capacitar a una serie de personas, suficiente para impulsar el sector médico, para luego ir a otro país para hacer lo mismo. El problema es que puedes hacer bonitos planes para capacitar a la gente y para impulsar el sector médico, pero la guerra siempre viene a cruzar estos planes. O bien se muere el brigadista con el que ya has trabajado dos años, o bien te mandan a otra zona. En fin, muchas cosas hacen que no puedes trabajar aquí “normalmente” y por eso estoy convencido de que mi presencia aquí sigue siendo muy necesaria. Por esta razón decidí quedarme y, después de dos o tres años, volveré a hacer un balance. No en función de donde sea más agradable trabajar, sino en función de las mayores necesidades.

11 de noviembre de 1984 No escribí nada durante más de diez días. 124


Estamos de regreso en el campamento, pero nos ausentamos más tiempo de lo que había pensado. Todas las casitas del campamento fueron destruidas, pero los compas construyeron rápidamente algunas casitas nuevas, así que estamos protegidos de la lluvia. Perdimos un escondite, lo que me preocupa mucho, porque ahora tengo que encontrar lo antes posible material nuevo. De los otros frentes recibimos puras buenas noticias. En diferentes lugares se está combatiendo duramente. Así, por ejemplo, en Morazán que sufre una nueva invasión, llamada Torola 5. Aún no se reponen bien de los duros golpes que sufrieron durante Torola 4 y ya deben enfrentar nuevos golpes. En Suchitoto los compas derrumbaron tres helicópteros, dañaron otros tres y dispararon a un A‑37. ¡Se habla de un total de 148 pérdidas del lado del ejército! Durante los últimos días, los Hondureños penetraron otra vez varias veces en territorio salvadoreño (Morazán) y una unidad de la división A-82 se encuentra en Honduras. Nicaragua llamó a una moviliza­ción general; todo esto hace pensar en una intervención directa de Estados Unidos. Aparentemente ya no se habla de diálogo; tal parece que fue una maniobra de distracción de parte de Duarte en su afán de coadyudar en la reelección de Reagan. El movimiento de huelga sigue y todas las acciones de los compas (por lo menos en esta zona) giran en torno al sabotaje de las cosechas de algodón, café y caña.

14 de noviembre de 1984 Otra amenaza de invasión. Karin escondió sus materiales. Nosotros aún no. Aprovechamos la situación para estudiar un primer folleto de la “escuela revolucionaria” con nuestro colectivo: Yarol, Alberto, Karin y Patricia, Nelson y yo. “Las clases sociales en El Salvador” es un buen documento para empezar, pero a mi entender está presentado demasiado en blanco y negro, demasiado simplista. Pero, debido al bajo nivel cultural de la mayoría de los compas, es un buen folleto.

17 de noviembre de 1984 Roberto fue a San Agustín para organizar un mítin. Nosotros trabajamos todo el día en los escondites, ya que tenemos que terminarlos ya, porque todo el tiempo corren rumores sobre una nueva invasión y no nos podemos arriesgar a perder los medicamentos recién adquiridos. 125


Mientras estaba trabajando, pensé en mi conversación de anoche con Roberto sobre la situación en la costa. Ya no hay nadie en el manglar (aparte del hospital); todos se repartieron en la región. Cada pelotón ocupa cierta zona y hace allí trabajo político, acciones de sabotaje y de vez en cuando pequeñas acciones militares. De esta manera alcanzan a mucho más personas que antes. Lo mismo pasa en la zona del café y en las zonas aquí cerca. Ahora sólo le faltan a la guerrilla cuadros políticos experimentados para guiar, organizar y orientar a la población; por eso la “escuela revolucionaria” de Morazán. Roberto está convencido de que esta estrategia traerá muchas incorporaciones en el futuro y que la población se involucrará cada vez más en la lucha (no sólo militar). Sobre la amenaza de intervención de los Estados Unidos: los Estados Unidos nunca han dejado que se desarrolle tranquilamente una revolución, ni en Guatemala, ni en Cuba, ni en República Dominicana, ni en Chile, ni en Granada... así que es un hecho que tampoco dejarán tranquilos a Nicaragua y El Salvador. Aunque la situación internacional no es tan propicia para una intervención militar. Un nuevo viento “democratizador” está soplando sobre América Latina (Venezuela, Argentina, Bolivia), hay movimientos guerrilleros fuertes en El Salvador, Perú, Colombia, Filipinas y un movimiento fuerte de protesta en Brasil, Uruguay y Chile.

18 de noviembre de 1984 De manera paulatina pero segura, la situación en el país está evolucionando hacia una nueva “madurez revolucionaria” y esta vez la toma de poder se llevará a cabo, sólo que aún no está claro cuándo ocurrirá. Otra vez constaté que la combatividad y la moral están sorprendentemente elevadas. En cinco años de guerra ya murió una generación entera de revolucionarios, dirigentes políticos y cuadros militares. Sin embargo, se sigue la lucha. Ahora se forman nuevos cuadros, de los cuales se sabe de antemano que la mitad caerá en la lucha, pero no es una razón para desanimarse, al contrario. Los “revolucionarios europeos”, para quienes ser de izquierda o de derecha no es una cuestión de vida o muerte, pueden aprender mucho de lo que pasa aquí. Sobre todo en cuanto a la moral revolucionaria. Para mi, “moral revolucionaria” significa seguir luchando por la revolución sin importar si la situación en el momento sea buena o mala. Pero tampoco significa para mi una sumisión acrítica a todas las líneas emitidas por el partido. Quiero seguir reflexionando y emitiendo críticas hacia el partido. Hay momentos en los que dudo de ciertas líneas, que dudo sobre las posibilidades

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reales de la toma del poder, pero NUNCA tengo dudas en cuanto a la justicia y a la necesidad de la lucha misma. Por ejemplo, es difícil para mi juzgar sobre la fortaleza o la debilidad del enemigo y a este nivel confío mucho en los comandantes, porque ellos disponen de muchas más fuentes de información que nosotros, ya que nosotros dependemos casi únicamente de los programas de radio locales, además llenos de propaganda gubernamental.

22 de noviembre de 1984 Es la última semana de noviembre. Supongo que en Bélgica ya está haciendo bastante frío. Ha pasado mucho tiempo en que no he sentido el aire helado, pero aún lo recuerdo muy bien así como su contraste con el calor agradable dentro de las casas. Aquí, la cosecha del café está llegando a su fin y se acercan la cosecha del algodón, los vientos calientes del Norte, la sequía de los ríos, los bichos…...

30 de noviembre de 1984 Hoy tuvo lugar la segunda ronda del diálogo, la cual tuvo mucho menos impacto que la primera. Esta vez se hizo en Ayagualo. El FMLN‑FDR presentó su proyecto de “gobierno provisional de amplia participación”. Lo que quiere decir que la guerrilla quiere participar en un gobierno en donde también sesionen todo tipo de otros sectores (menos la extrema derecha), por medio de la vía del diálogo y de la negociación. Duarte, por su parte, exige la rendición incondicional de la guerrilla. Lo cual obviamente es imposible y demuestra que Duarte no está interesado en lo más mínimo en negociaciones. Ni siquiera se presentó en Ayagualo sino que envió a su “representante”. Los discursos de Facundo Guardado y Rubén Zamora eran aceptables, porque no mienten a la gente o no les están presentando ilusiones falsas.

2 de diciembre de 1984 Después del diálogo, la guerra continuó más fuerte que nunca. El balance militar y político es otra vez muy positivo. Hoy el batallón Arce salió de Morazán, después de 48 días de “invasión” y durante su retroceso aún cayeron cuatro veces en una emboscada. En total perdieron 257 (¡!) hombres, sin lograr infligirnos un golpe fuerte o estratégico.

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También en Chalatenango conseguimos varias victorias, esta vez de los batallones Felipe Peña, Ernesto Morales y un batalllón guerrillero nuevo: 60 muertos, 40 heridos y 40 presos. El botín: 104 fusiles, 5 ametralladoras, 13 radios verdes, 2 lanza-granadas y un cañón de 90 mm. Aquí los compas están en pleno sabotaje de la cosecha del café. La cosecha está casi paralizada, porque a los trabajadores no les gusta trabajar cuando los soldados están cerca; además muchos no quieren trabajar mientras no se les garantice el pago del salario acordado. Y de manera paulatina pero segura los compas extienden el control político sobre la zona. A nivel interno el partido está pasando por una purificación, desagradable pero necesaria. Debido a la situación del momento, la actividad relativamente reducida a nivel militar, el nivel elevado de estudio y de preparación, etc. hay muchos compas que están perdiendo de vista la perspectiva de la victoria o que no se sienten capaces de enfrentar la prolongación de la guerra y prefieren retirarse. El partido opina que aquéllos que prefieren retirarse lo hagan, de tal manera que los que se quedan sean realmente personas en las cuales se puede confiar plenamente. Además, ahora hay muchas otras tareas por cumplir y así muchos compas que ya no quieren vivir en los campamentos pueden ser útiles de manera diferente. Hoy, por ejemplo, Alfredo, que trabajaba en Prensa, se fue. Ya desde hace tiempo él tenía problemas y Karin ya había propuesto despedirlo y encargarle otras tareas. Ahora él se fue solo sin hablarlo con el partido y esto es una lástima. También Matilde y Manuel se vinieron para acá, parece que para entregar su “renuncia”, porque no aguantan más las duras condiciones de vida. Ambos son de la capital e intelectuales y yo entiendo que la vida es muy dura aquí para ellos; sin embargo, me molesta pensar que son médicos y salvadoreños y que no entienden la necesidad de su presencia y trabajo aquí.

3 de diciembre de 1984 Los soldados están en los alrededores de Berlín y en San Agustín y San Chico. El campamento está siendo atacado constantemente con morteros. Durante las noches pasadas, constantemente hubo tiros a la altura de San Marcos, Tierra Blanca y la carretera. Hoy llegó Oswaldo, un activista que trabaja en la zona de Gualache, con una pierna rota. Fue herido durante una emboscada y fue acogido y atendido por la población. Hubo soldados en los alrededores durante toda una semana, de manera que no lo pudieron transportar antes. Realmente, es una señal de mucho valentía de parte de la población, porque saben perfectamente bien 128


que, si los soldados descubren que tienen a un guerrillero en casa, ellos mismos son hechos presos o asesinados.

5 de diciembre de 1984 Hoy el Atonal quiso adentrarse en nuestra zona, pero a la altura de La Bomba se toparon con una mina y con nuestros buenos tiradores, que les causaron siete pérdidas, lo que los obligó a retirarse inmediatamente. Para nosotros la situación seguía estando tranquila, descontando los morteros y los helicópteros que nos sobrevolaban. Nos llama la atención que el ejército también empieza a moverse en unidades más pequeñas y que trabaja ahora sobre todo con patrullas. Parece que ya se adaptaron a la táctica guerrillera, pero por otro lado esto los hace muy vulnerables, porque para los compas es muy fácil eliminar estos pequeños grupos. Hay muchos activistas políticos en la zona, que vinieron a tomar cursos. La Cruz Roja Internacional vino hoy a distribuir medicamentos a la población y el ejército los esperó en San Chico, no los dejó solos ni un minuto y quiso que se fueran lo más rápido posible.

10 de diciembre de 1984 Estoy casi solo en la clínica y aprovecho para seguir escribiendo un poco. Tila, que ya tuvo su bébé, está de regreso y se encuentra en el viejo hospital del manglar. Pienso que voy a trabajar alternativamente con ella y con Nelson, para que ambos lleguen a conocer la situación en la costa. Pienso que Tila es capaz de sustituir a Matilde. Me siento mal y me temo que tenga hepatitis, ya que mis ojos están amarillos y que mi urina tiene el color de la coca-cola. No me extrañaría porque ya he tenido varios pacientes con hepatitis. Hoy hablé con Karin sobre la idea de tratar de sacar mis diarios de aquí antes de que se pudran en el suelo. No es que sean tan importantes, pero pienso que pueden ser útiles para algo o para alguien. Me doy cuenta de que son muy personales, que escribo muy pocos análisis o críticas, que desarrollo demasiado poco los aspectos médicos (pero para esto tengo otro cuadernito) y que describo demasiado poco las cosas, porque no tengo realmente talento de escritor. Pasan tantas cosas por mi cabeza, pero no siempre logro ponerlas en el papel. Siento que aprendí muchísimo a nivel político e ideológico. No me quejo para nada de haber venido acá y sigo convencido de que me quedaré largo tiempo más, aún si la situación tomara un giro negativo, aún si la muerte se acercara... También siento que crecí a nivel social, a pesar de la enorme pobreza social. 129


12 de diciembre de 1984 Los soldados salieron de los pueblos durante un solo día y ya están de regreso. Parece que su objetivo es “dejarnos morir de hambre”. Esta mañana el Atonal concentró sus tropas supuestamente para meterse en la zona, pero hasta ahora no los hemos visto. Sin embargo, estamos muy atentos, pero los cursos políticos y el estudio siguen. En las fincas del café sigue el juego del gato y el ratón con los soldados y el sabotaje a las cosechas del café y del algodón sigue, mientras que el enemigo sigue sufriendo pérdidas en la zona de Jiquilisco, en el litoral y aquí en la zona, debido a las minas. También la costa se ve totalmente diferente. Los compas son muy agresivos y siguen constantemente de muy cerca a los soldados y están cerca de la población. Es tiempo de que vaya otra vez un rato para allá. Según Carmelo, que acaba de regresar de Jucuarán, la situación en El Tigre se ha tranquilizado un poco, desde la muerte de Monterrosa y desde que el ejército se está enfrentando en todos lados con unidades guerrilleras. Me puedo imaginar que, si en todas las zonas las cosas se pasan como acá, el ejército se ha de sentir en serios problemas.

20 de diciembre de 1984 Karin también tiene hepatitis, así que ambos estamos bastante débiles. En Bélgica casi nunca me enfermaba, pero las circunstancias y la mala nutrición te afectan la salud. Hoy el Atonal se retiró, pero inmediatamente después llegó el Bracamonte, cansado después de la invasión en Jucuarán, para sustituirlo. Está claro que, mientras dure la cosecha del café, deben dejar tropas acá. Y, en tales circun­ stancias, a nosotros nos va mal: no tenemos azúcar, ni café, ni cigarrillos, muy pocos medicamentos, no hay velas (así que sólo puedo escribir de día), ...

23 de diciembre de 1984 La zona empieza paulatinamente a llenarse porque todos van a venir acá a pasar las fiestas de Navidad y hoy los compas del aprovisionamiento, reforzados con unos cuantos compas de cada estructura, salieron para irse de compras, puesto que el Bracamonte se estableció en los alrededores de Berlín. Pepe hasta logró traer un par de puerquitos. Así comeremos rico, lástima que ahora estoy sin apetito. Karin está muy sensible los últimos días, en parte debido a la enfermedad, en parte también porque ahora debe decidir si se va a arriesgar a hacer el viaje a Bélgica o no. 130


29 de diciembre de 1984 El Bracamonte pasó las fiestas de Navidad en las plantaciones de café. La noche de Navidad se acercaron a San Chico y Los Horcones y el día después de Navidad pasaron por San Agustín. Después, supuestamente iban a atravesar la zona para dirigirse a la litoral; sin embargo, no lo hicieron, aún si el comandante le comunicó por radio verde a su jefe haberlo hecho. O sea que las tropas de élite ya no son lo que fueron antes. Sencillamente no cumplen las órdenes recibidas. Y hoy el Atonal volvió a surgir en los alrededores de Berlín. Los discursos navideños presentaron una evaluación de la situación política, militar y general del FMLN. A nivel militar, se lograron grandes avances en el curso del año. Se logró frustrar los planes y la agresión de los Estados Unidos. Se frustró la intervención inminente de los Estados Unidos y se aniquilaron los planes de la CONARA, en gran parte gracias a la aplicación de la táctica guerrillera. Se dieron varios golpes estratégicos (el puente Cuscatlán, la toma de Cerrón Grande, la eliminación de helicópteros y de mandos estratégicos...), se fortaleció el control en las zonas existentes y se extendió hacia nuevas zonas; se reabrió el frente occidental y hay de nuevo presencia militar y política en las ciudades. A nivel político el gran avance consiste en el fortalecimiento de los lazos con las masas así como el trabajo organizativo en las ciudades y en las zonas rurales. Y el diálogo. Carmelo planteó en su discurso que El Salvador sigue a la cabeza de la lucha anti‑imperialista. La ingerencia y la agresión de los Estados Unidos van en constante aumento, pero la decisión firme del pueblo salvadoreño de seguir la lucha crece en la misma medida. Patricia, a quien Karin había estado formando desde que llegó acá, se fue. Se fue tras de Roberto, quien se fue para la capital. Karin está furiosa, completamente impotente.

31 de diciembre de 1984 Fue una víspera de año nuevo sin muchas coronas. Me fui al pueblo para encontrarme con la Cruz Roja Internacional y me encontré con un periodista italiano que a fuerzas quería adentrarse en la zona. Pero no le pude dar este permiso. Me parece extraño que esta persona salga al campo la víspera de año nuevo en lugar de dedicarse a emborracharse en el hotel junto con sus compañeros. Ha de haber sido buena persona.

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Radio Venceremos recuerda a los muertos: Cecilia, Sánchez, Ramón, Maritza­, Silvia, Claudia, Gustavo, Carlos, Moreno, Davichón, Walter, Samue­l... y tantos otros. Solamente en esta zona ya son unos veinte. La guerra sigue exigiendo muchos sacrificios.

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Diario ãno 1985 Jueves 3 de enero de 1985 El campamento se encuentra aún flotando en el espíritu fiestero y el Atonal aún ronda sin causarnos mucha molestia. Hoy estudiamos con la clínica « el plan estratégico del enemigo » después de haberlo discutido ayer con todos los responsables. Muchos compas aún tienen sus dudas acerca de la nueva táctica, yo también al principio, pero cuando examinas bien los planes del enemigo, entonces constatas que el FMLN de nuevo tiene la razón. Pero, ¿cómo traspasas esta certeza a los otros compas? Mientras más analizas la situación, más te convences de que vamos por el buen camino, que el proceso en este país es muy importante y que el FMLN está en la vía correcta para poner en jaque al imperialismo de los Estados Unidos.

Martes 8 de enero de 1985 Volví a la clínica después de una breve maniobra que realizamos en el curso de los últimos días. Fue otra vez una invasión que se desarrolló de forma muy tranquila. Pero no parece ser así al otro lado del rio, en el volcán Chichontepeque. Durante toda la noche dispararon luces de bengala. Esta mañana temprano hubo fuego de morteros desde el Ingenio Jiboa, después aviones y un desembarque de helicópteros. Y ahora bombas sin cesar, morteros y fuego de ametralladoras. Es un poco extraño ver todo esto a distancia y tratar de imaginarse cómo está la situación en la zona. Me imagino que debió haber una concentración de compas, que ahora resisten fuertemente, porque normalmente el ejército ya no realiza este tipo de invasiones. Seguramente es una respuesta a la seria derrota que sufrió el batallón Tehuacana en « El Chile »: 15 muertos y 24 heridos (¡según fuentes del ejército!). Por un lado, me preocupo por los compas en la zona, pero por otro lado tengo confianza en que ellos resisten a las invasiones del ejército tan bien como lo hacemos nosotros. Y también existe la posibilidad de que sólo sea un balón inflado destinado a subir la moral de los soldados. Aquí seguimos siendo muy cautos, siempre muy móviles - lo que resulta difícil con tantas estructuras internas. Pero una movilidad como en « El tigre » no es necesaria aquí, porque ésta es una zona de retaguardia. La situación en la zona cafetalera de Berlín, donde sólo se encuentran algunas unidades de la guerrilla, es muy diferente. Karin sigue acompañada de Matilde y Manuel, que esperan su partida y no tienen nada que hacer. Da la impresión de que la estructura de Karin es con135


siderada como un refugio para los casos difíciles y perdidos. Menos mal que ella tiene mucha paciencia.

Jueves 10 de enero de 1985 Una fecha importante para el FMLN: el cuarto aniversario de la ofensiva final y el nacimiento de Radio Venceremos. Cuando pienso que la guerra aquí ya dura cuatro años, entonces me parece que la segunda guerra mundial en Europa fue breve en comparación. Aunque la diferencia entre una guerra convencional con armas de destrucción masiva y esta guerra de guerrillas es muy grande. La situación sigue tensa a causa del constante patrullaje del Atonal, que cada tercer día se nos acerca, sin realmente atacarnos. Según las conversaciónes y las órdenes por la radio verde, tienen orden de entrar en la zona cada tercer día , para así tenernos caminando sin cesar, pero no lo hacen. ¿Por qué? ¿Por miedo a las minas y a los francotiradores? ¿Porque les falta la moral? Tila, que está en la costa, sigue insistiendo en que la examine, porque se siente muy enferma; es hora de que vaya otro rato para allá.

Martes 15 de enero de 1985 En el hospital de la costa reina un ambiente de tranquilidad enorme y de compañerismo entre los compas. La mayoría es gente adulta y madura que puede vivir con esta falta de higiene y en este aislamiento. El lugar es mucho más agradable que el antiguo hospital y mucho más seguro. Fue una sorpresa agradable ver como todo se desarrolla aquí de manera ordenada gracias a las capacidades médicas, ideológicas y organizativas de Tila. Me preocupa la hinchazón de su vesícula que necesita una operación a la que no me arriesgo por los muchos riesgos ligados a ella. Tendremos que arreglar de forma urgente su traslado a la capital. Lástima que con eso el hospital quedará otra vez abandonado a su suerte. ¿O regresamos Nelson o yo a trabajar allí? Aquí me siento como si estuviera de vacaciones; se oyen los enfrentamientos y la guerra, pero de lejos. Sólo los zancudos son una verdadera peste.

Jueves 17 de enero de 1985 Una mañana calurosa. La bulla de los pescadores y cazadores de cangrejos se está apagando. No hay morteros ni balas. 136


Ayer en la mañana trajeron un herido que por accidente había pisado una mina de los compas. Las heridas son superficiales, pero, después de dos dias, aún no se recupera del trauma. Ayer fui con Oswaldo (recuperado ya) a Cuchimonte para arreglar con Javier el traslado de Tila y otros pendientes más. Allá supe que para el domingo se planea una acción grande: el asalto a una fábrica de algodón donde se encuentran unos 75 soldados fuertemente armados. Por consiguiente me quedaré aquí porque pudiera haber heridos. Mientras tanto, Mister hizo un poco de humo quemando plasta de vaca; sin esto, los zancudos nos hacen la vida imposible. Por el momento hay que esperar las actividades de los compas y mientras tanto paso el tiempo dándoles clases a los brigadistas y organizando reuniones sobre la situación política y militar actual. Este pequeño hospital sólo existe desde hace tres semanas y ya está “quemado”, a pesar de las estrictas y respetadas medidas de seguridad. Seguido pasan pescadores en sus embarcaciones y ellos habrán notado que hay compas en el lugar. El año cuenta sólo 15 días y según Radio Venceremos el ejército ya perdió 256 hombres. Hoy hubo una manifestación de los cooperativistas en la capital, se destruyó un beneficio del café y para el domingo ya hay un programa. El año empezó bien.

Lunes 21 de enero de 1985 Por la noche y también esta mañana oímos disparos de fusiles y morteros. Tengo curiosidad por saber cómo se desarrolló nuestra acción y espero que no haya habido ni heridos graves ni muertos de nuestro lado. Ayer finalizó la acción «Torola 5» en Morazán con poco éxito, porque los compas destruyeron el puente sobre el río Torola y de esta forma separaron a los soldados que se encontraban en la zona de su puesto de mando y del resto de las tropas, lo que ocasionó pánico y el rescate inmediato por helicóptero de los soldados rodeados. El vientre hinchado de Tila me hace dudar: ¿cálculos biliares? ¿Cálculos renales? ¿O tiene que ver algo con su embarazo anterior? Trabajar sólo en base a datos clínicos es difícil a veces. Moris (el que pisó la mina) se recupera, pero de forma lenta y está paralizado del lado izquierdo. ¿Por qué? ¿Tal vez una esquela entró en el cerebro? ¿Tal vez recibió un golpe en la nuca? Espero que se recuperará por completo.

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Hablé con Cesarito de lo que muchas veces también ya discutí con Karin, a saber que he tomado la decisión de pelear contra toda injusticia y de construir un mundo justo, y que esto es lo que estoy tratando de hacer ahora y aquí, sin que este lugar sea necesariamente el último. Peleo hoy aquí porque se trata de una lucha crucial que se está llevando de forma correcta. También me di cuenta de que últimamente le temo menos a la muerte o a caer herido. Estamos en guerra y siempre se corre peligro, pero lo considero como un mérito poder morir peleando por la liberación de este pequeño país. Mientras tanto, hemos recibido la noticia de que la acción de los compas transcurrió sin problemas: destruyeron dos depósitos de algodón y se retiraron con toda calma. No pudieron infligirles pérdidas a los soldados porque éstos salieron corriendo.

Domingo 27 de enero de 1985 Pasó otra semana y estoy de vuelta en la zona. Vi a algunos compas «nuevos» que llegaron desde Morazán, sobre todo políticos. Federico viene también para acá para poner en marcha una escuela revolucionaria. En toda la semana no hemos sentido reales amenazas por parte de los soldados, así que en el campamento reina un clima relajado. Leí algunos folletos nuevos que posteriormente estudiaremos con el colectivo: sobre el Che y Rafael Arce Zablah, sobre la lucha armada y la lucha de masas, sobre el imperialismo... Y, por lo demás, llenamos el tiempo con tareas rutinarias: examinar a los hombres, controlar escondites, reponer medicinas, consultas, sacar dientes y reuniones. Ayer, a la altura de Jiquilisco, los compas volaron dos locomotoras. Esto quiere decir que también en la costa siguen siendo activos y esto me alegra. El balance de este mes es bastante positivo y se caracteriza sobre todo por las acciones de sabotaje que le han proporcionado pérdidas millonarias al régimen. Además, las tropas del enemigo se reducen cada vez más y el ejército se ve obligado a actuar sólo en forma defensiva: la protección de la cosecha de algodón y café. Los compas tienen ya muy bien dominadas las técnicas guerrilleras.

Jueves 31 de enero de 1985 Estoy de nuevo en la costa. Parezco un judío andante. Ahora que Tila se encuentra muy enferma y que Matilde se va, tendré nuevamente que estarme moviendo más a menudo. 138


Aproveché mis pocos días en la zona para conversar mucho con Karin quien se volverá a ir pronto. ¿Cuándo volveré a verla? El traslado de Tila no nos ha resultado tan fácil como lo habíamos pensado, por el hecho de que no dispone de ningún papel de identificación. Ojalá lo logremos este fin de semana. Y este fin de semana comenzaremos también la construcción de un nuevo hospital, porque este lugar ya no cuenta con las medidas de seguridad necesarias. Lo que es una lástima porque la ubicación de este hospital era ideal. Esto quiere decir que tendré que permanecer aquí unas dos o tres semanas más hasta que todo esté terminado.

Domingo 3 de febrero de 1985 Esta mañana me desperté asustado por el fuego de morteros y ametralladoras que se oía muy cerca. Pensé de inmediato en una acción de comando, pero el fuego se concentraba en el Manglar, al otro lado del río. Esto de todas maneras demuestra que el ejército sabe de nuestra presencia aquí y esto hace aún más urgente la mudanza hacia un nuevo hospital. A pesar de todo el caos de la guerra, sigue habiendo civiles en busca de garobos o cangrejos y otros vienen a pescar. Debido a que el río cambió su curso, seguido hay sequía y la población se acerca cada vez más a donde hay agua. Toño, Alberto, Julián, Ñuñuco y Mister están muy ocupados en la construcción del hospital nuevo. Oswaldo y Lety parten ambos hacia la zona a pesar de que aún cojeen. Les di una carta para Karin; en tales momentos me doy cuenta que la voy a extrañar muchísimo cuando se vaya. Tila también se fue hoy, justo un mes después de haber sufrido su primera crisis. Estoy muy preocupado por ella y de verdad espero que la traten bien y que pronto pueda volver.

Miércoles 6 de febrero de 1985 Mañana los fundamentos de las casitas tienen que estar listos y después sigue lo más crucial: la mudanza del material, del barco y de la reserva de maíz, y todo se tiene que hacer en secreto... Es verdaderamente urgente, porque se habla de una invasión y no nos podemos permitir ser sorprendidos por el enemigo. Hoy me sentí enormemente lejos de la zona, tanto en tiempo como en distancia. Será porque aquí no se oyen ni balas, ni morteros, ni bombas. Aquí estamos realmente cortados de la realidad. Debería aprovechar mi estadía aquí para escribir a casa, a mi hermano Willem, para explicarle por qué me quedo aquí. 139


Domingo 10 de febrero de 1985 Estoy en una hamaca, en el nuevo hospital. Hay casitas con piso de madera; agua dulce y limpia fluye por debajo y aquí no hay ni sanguijuelas ni zancudos. Cuando se terminen los puentes, será aún más agradable. El hospital tiene como única protección su clandestinidad. Fuera del personal, los heridos y Javier, nadie conoce su ubicación. Solamente se puede llegar o salir de noche. El camino es sumamente malo, en algunos lugares te hundes hasta la cintura en el lodo. Esto no es problema si vienes para acá porque después te puedes lavar, pero si te vas de aquí resulta problemático. Estamos completamente aislados del mundo exterior. Aquí necesitamos verdaderamente una radio para saber en dónde se encuentran los compas y el enemigo. El viernes desmontamos completamente la vieja casita y toda la noche trasladamos tablas, láminas y sacos. Todos estaban muertos de cansancio, pero a pesar de esto todo el sábado seguimos descargando y transportando materiales. Hoy arreglé el cuarto de operación y la farmacia, puse en marcha la cocina y por fin estoy descansando un poco. Toño, Alberto, Alfredo y Julián trabajaron como burros. De verdad no sé de donde sacan las fuerzas y la resistencia. Maldijeron a medio mundo y todo pero nunca se quejaron. Sin refunfuñar, cargaban cinco a seis tablas en la espalda y así patullaban por el lodo. No pude seguirles el ritmo. Cuando terminamos, quería llorar de cansancio. Es la primera vez que tengo que hacer tanto esfuerzo físico aquí y lo sentí tan pesado porque aún no me he repuesto de la hepatitis. Tuve que apretar los dientes y es en esos momentos me pregunto: ¿qué podría aún desesperarme en Europa? Siento que de aquí en adelante puedo resistir a todo.

Martes 12 de febrero de 1985 Son las siete y media de la noche y me encuentro solo en el hospital con los heridos. Tendría que haber salido hacia la zona pero mi salida fue retrasada por dos días; ¿Por qué? ¿Se estará planeando otra acción? El FMLN realizó ayer una acción coordinada de sabotaje de la electricidad a nivel nacional. Fue un tipo de ejercicio para todo lo que aún es posible hacer en el futuro. En la zona se está llevando a cabo una invasión y los bombardeos se oyen hasta aquí, en este nido abandonado. Espero que no caigan heridos graves, ahora que estoy tan alejado. ¿Cómo estará Karin? 140


En la radio escuché una buena entrevista con Gutiérrez, el fundador de la teología de la liberación. Gutiérrez explica que no quiere escribir libros gruesos sobre teología y revolución, sino que prefiere participar activamente en la revolución. Explica que hay lucha de clases en todos los países latino­americanos y que con la gente él no habla sobre la teología de la liberación, porque esto no les aporta mucho, sino que habla sobre las tareas concretas de la revolución. El habla como un Carmelo, sin muchos tapujos, aclarando y explicando la situación. Esas son personas a las que uno quiere, personas de pocas palabras, pero que actúan de manera consecuente. Por fin alguien que también dice que es mejor morir luchando que envejecer analizando.

Miércoles 13 de febrero de 1985 El viento del norte hace tambalear las casitas. Federico llegó aquí para arreglar algunos asuntos. Trae nuevas instrucciones a nivel político, militar y organizativo, que deben darle un nuevo impulso a la zona. Me temo que esto seguramente prolongará mi estadía acá. La verdad es que ahora preferiría ir a la zona, porque Karin puede irse en cualquier momento y me gustaría mucho despedirme de ella, quien sabe por cuánto tiempo.

Domingo 17 de febrero de 1985 Sigo en la costa. Un poco en contra de mi voluntad, puesto que mi trabajo aquí ya está terminado. Revisé toda la tropa, los heridos están mejorando, el hospital está terminado. Ahora sólo me queda esperar a Federico para ir a la zona.

Sábado 23 de febrero de 1985 El desembarque estaba planeado para la costa. La marina atacó a la altura de la isla Méndez. Todavía no nos llegan más noticias, aunque pienso que no fue nada serio. A la altura de esta zona, el Atonal y el Bracamonte siguen dando vueltas, pero el ambiente está muy tranquilo. Estudiamos y nos reunimos mucho. Y tengo que terminar urgentemente varios folletos para los cursos para los brigadistas. Karin está muy ocupada en formar a Raquel y yo me ocupo sobre todo de la formación de Chayo, Chofa y Rosa. 141


Jueves 28 de febrero de 1985 Hoy se termina el paro del transporte. Los compas de Morazán tomaron el centro de comunicaciones de la Torrecilla, eliminaron a 43 soldados y se apoderaron de diez fusiles y una radio. El Bracamonte y una parte del Atlacatl están en San Agustín, pero aún no está claro si entrarán en la zona.

Viernes 1 de marzo de 1985 La amenaza de una invasión permanece. Tanto Karin como yo estamos muy ocupados. Pronto ella partirá hacia el norte para posteriormente desde allá partir rumbo a Bélgica. Estoy un poco celoso, pero aún así ahora no quiero salir de aquí.

Martes 5 de marzo de 1985 Estamos en la Hacienda El Coroz. Hace ya tres días que salimos de la zona porque el Atonal vino a buscarnos, pero fue nuevamente el prototipo de una invasión tranquila. Mientras, la clínica cuenta algunos pacientes más: Vicente recibió un balazo a través de su mochila, que afortunadamente no penetró profundamente; William recibió un balazo en la pierna y Chico se torció el pie. De nuevo fue una invasión con poco movimiento y, mientras, los políticos siguen trabajando normalmente en su zona. Hasta fui al pueblo junto con Peche donde la Cruz Roja Internacional nos contó que Médicos sin Fronteras también va a trabajar en El Salvador, entre otros en el Jocoro, Tierra Blanca, es decir en donde el enemigo tiene cuarteles. Personalmente no me convence mucho esta iniciativa. Yáñez, el coronel de Usulután, fue trasladado por corrupción hacia Argentina como agregado militar: un premio en lugar de una sanción. Así funciona este mundo, en donde tanto los políticos como los militares son profundamente corruptos.

Miércoles 6 de marzo de 1985 Ya llevo cuatro días en el mismo lugar y no puedo seguir dando el curso porque Chayo se encuentra en el puesto de mando. No me queda más que seguir trabajando en la redacción de nuevos cursos. Así el tiempo vuela.

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Ayer Federico regresó con la noticia de que habían excluido a Mister a causa de sus problemas alcohólicos. Yo personalmente no estoy de acuerdo con esta decisión y hablaré con Carmelo para que se retracten, porque él nos puede seguir siendo muy útil si sigue trabajando con nosotros y si no se le abandona a su suerte. Hoy tuvimos unos momentos de pánico porque llegaron aún más soldados a San Agustín y al mismo tiempo hay mucho movimiento de aviones y helicópteros, pero por lo pronto todo sigue estando tranquilo. Mientras tanto, Karin ya sabe que va a salir por San Miguel y Guazapa. Esto significa una buena caminata, pero a ella no le importa porque al mismo tiempo será una oportunidad para conocer varios otros frentes.

Domingo 11 de marzo de 1985 Primero pasé cuatro dias en El Coroz y ahora ya llevo cuatro días en Los Canales, bastante cerca de San Agustín. La operación del Atonal tiene claramente como objetivo la destrucción de los campamentos y la recuperación de materiales. Según los periódicos ya encontraron mucho, pero sólo sabremos si es cierto cuando regresemos a los campamentos, porque generalmente los periódicos están llenos de mentiras. El Atonal ya sufrió muchas pérdidas, sobre todo a causa de las minas. Siguen siendo días sin mucho que hacer y los lleno reescribiendo el manual de la brigada médica. En momentos de espera como éstos, me siento tan inútil, aún si sé que no lo soy. Además, Chofa está de mal humor: está embarazada y quiere ir a Morazán; y, además, Chayo es combatiente y está en la clínica en contra de su voluntad. Pero lo que más me desespera es el no poder hacer nada, mientras planeamos tantas cosas y hay tantas cosas que hacer.

Miércoles 14 de marzo de 1985 Desde ayer estoy de vuelta en mi lugar viejo y conocido. El lunes, el Atonal abandonó la zona, rapidísimo, de manera que nos sorprendió. Los compas aún les causaron cinco bajas y nosotros también tuvimos un muerto, mientras que Pacita recibió un balazo en la mandíbula. Tuvimos que irnos rápidamente y operar a Pacita en el camino. El martes en la mañana los soldados llegaron hasta el lugar donde habíamos dormido la noche anterior y abrieron el fuego con un .50 y un mortero de 60 mm. Fue un caos tremendo, pero de todas maneras pudimos llegar al campamento sin problemas, donde permanecemos ahora. Estamos en el mismo lugar donde se encontraba la clínica el año pasado, un lugar muy aislado. 143


Lo positivo es que no tenemos que construir casitas y esto significa que podremos comenzar nuestro trabajo de inmediato. Felizmente, toda la propaganda sobre el descubriemiento por los soldados de nuestros medicamentos fue pura mentira y todos nuestros escondites están intactos. La operación de Pacita fue un éxito, pero se quedará mutilada, porque gran parte de su mandíbula estaba hecha pedazos. Es un duro golpe psicológico para ella.

Sábado 16 de marzo de 1985 Son días de mucho trabajo. De la evaluación de la última maniobra resultó que las estructuras internas deben aprender a manejar mejor las minas, para así causarle mayores pérdidas al enemigo. Ayer fui al pueblo y por fin recibí dos libros muy buenos de medicina de la Cruz Roja Internacional. Regresé al campamento muy cargado y a mi vuelta aún saqué dientes e hice consultas. Karin iba a irse hoy, pero su salida fue otra vez pospuesta debido a una invasión en el norte de San Miguel. Hoy fue otro día de triunfos: se eliminó a una compañía en el volcán de San Salvador y se destruyó un centro de comunicaciones. En Jucuarán los compas ocasionaron 12 bajas al enemigo y seis en el norte de San Miguel. En San Vicente sabotearon un beneficio del café y en Usulatán una vía de tren... Le han pegado duro al ejército. Aquí el Atonal se retiró llevándose muchos muertos y heridos. Mientras, ya están de regreso en la zona. Así que nuevamente tuvimos que enterrar todo, pero seguimos trabajando. Espero que los soldados nos dejen tranquilos unos cinco días más para así poder terminar todos los asuntos pendientes, pero así no es como funciona la guerra...

Lunes 18 de marzo de 1985 Estamos en El Cedro, en medio de la zona y nuevamente en maniobras. Es evidente que se acercan las elecciones, municipales esta vez, y el ejército se las juega por hacer que todo marche ‘normalmente’. Los políticos partieron esta mañana hacia sus zonas y la gente de la costa también se fue. Hubo muchos disparos durante la noche, a la altura del litoral y en otros lugares de la zona. Posteriormente se supo que eran los soldados que fueron sorprendidos por cuzucos.

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Martes 19 de marzo de 1985 Estoy de regreso en la clínica. Desde hace dos días duermo fuera de la casa. El Atonal abandonó hoy la zona y perdió por lo menos veinte hombres, nosotros ninguno. Un balance muy positivo. Por mi parte, así pueden regresar cuantas veces quieran, para que nos den aún más oportunidades para proporcionarles pérdidas. Cuando hoy regresamos al campamento, me quedé sorprendido por lo cercano que estaba. A pesar de que ya haya pasado un par de años en esta zona, casi siempre en el mismo entorno, todavía no la conozco como la palma de mi mano. Fuimos recibidos con un intenso fuego de morteros.

Jueves 21 de marzo de 1985 Hasta que terminen las elecciones, la tensión de los soldados a nuestro alrededor, las maniobras y las pérdidas, seguirán. Acabo de recibir la noticia de que tenemos que prepararnos para un fuego cruzado de morteros (desde cuatro direcciones); los soldados nos rodean en forma de medio círculo. Pero a nadie parece perturbarle mucho esto, todos se preparan tranquilamente. Poco a poco nos hemos acostumbrado a esta otra manera de vivir. El tiempo de la retaguardia tranquila, que sólo subía una invasión cada tres a cuatro meses, se ha acabado. La guerra ha cambiado totalmente de carácter. El ejército tiene que abarcar mucho más territorio que hace un par de años y le resulta difícil realizar grandes invasiones con un número grande de tropas. La mayoría de las veces se limitan a patrullar porque de esta forma logran repartir mejor sus tropas. Pero éste fue precisamente el obejtivo del FMLN, porque, a partir del momento en que el ejército estará verdaderamente muy fragmentado, será fácil eliminar unidades enteras. Hoy tuvimos que hacerle un aborto a una compa que trató de abortar sola ingiriendo toda una mezcla de hierbas. Sigue sangrando mucho y esto me preocupa.

Domingo 24 de marzo de 1985 Una mañana de domingo sin pacientes ni brigadistas en la clínica, porque todos se fueron a un acto. Yo me quedé aquí para así poder trabajar tranquilamente y pasar algún tiempo con Karin, porque, aunque su partida cada día se posterga más, ella puede irse en cualquier momento. Karin tuvo una larga conversación con Carmelo, sobre la importancia de su partida, sobre la importancia de explicarles nuestra situación a la gente en Eu145


ropa, sobre la importancia de la solidaridad, sobre todo a nivel político. Su tarea más importante será actuar en contra de la abrumadora desinformación.

Martes 26 de marzo de 1985 Pacita se recupera de manera sorprendente y pronto podrá partir rumbo a su casa en la costa. Pero G. regresó después de que expulsó el feto y el resto de la placenta. Ella requiere de mucha atención y de muchos cuidados. Tiene fiebre y está muy debilitada; mi preocupación es que la placenta no fue expulsada completamente, pero confío en que todo saldrá bien. Recibí una carta animadora desde la costa: los heridos están bien, Tila quizás volverá pronto, Nelson trabaja bien, pero Manuel cada día decae un poco más. Aquí no tengo un minuto de descanso: enterrar y desenterrar, los cuidados de Pacita, la formación de los brigadistas, el estudio político y, mientras tanto, estoy estudiando el libro sobre cirugías urgentes. De nuevo estoy pensando en escribir un ‘testamento’, es decir, poner en papel todo lo que he aprendido hasta ahora, explicar mi convencimiento y motivos para trabajar aquí, el porqué del estudio y análisis, el porqué de la organización, el porqué de la politización, por qué llegar hasta las últimas consecuencias, por qué no hacer compromisos consigo mismo... Lo escribiré para mi, para Karin y para cualquiera que piense poder aprender o reconocerse en algo de lo que hago. Espero que, si muero aquí, Karin se encargue de hacer un libro con todos mis apuntes. No es que pienso que lo que hago aquí sea tan importante, pero tal vez haya unas cuantas personas en esta tierra que encuentren un mensaje en mis escritos y se animen a actuar de forma consecuente.

Viernes 5 de abril de 1985 Semana Santa. Una semana de mucho trabajo, con las consecuencias de las elecciones municipales que terminaron en menores. Radio Venceremos acusó a la CIA de haber orquestado las elecciones para ayudar al PDC a ganarlas. También el ejército cooperó y envió sus batallones de élite para asegurar las elecciones en Usulatán, San Miguel, La Paz y Chalatenango. Las acusaciones hicieron que los partidos políticos se pelearan aún más entre ellos. El CCE (Consejo Central de Elecciones) y el ejército emitieron muchos comunicados para desmentir la acusación. Después de las elecciónes, la actividad militar disminuyó un poco. Rosa fue hoy al pueblo y volvió con muchos medicamentos, aunque hay otros medi146


camentos muy difíciles de conseguir. Y yo tengo un dolor de muelas que me paraliza. Mi dentadura poco a poco se está echando a perder. Me siento desolado, pensando mucho en la partida de Karin, que se acerca cada vez más. Cuando ella se vaya, tendré que arreglarmelas solo, porque aquí es difícil encontrar a alguien como ella para conversar. En casa no me faltaban interlocutores (Harrie, Jan, Anne, Willem y otros hermanos...), pero aquí es mucho más difícil encontrarlos. La consigna aquí es ‘camaradería’, vivir y trabajar en grupo; pero, a pesar de esto, a menudo me siento solo.

Lunes 8 de abril de 1985 El tiempo vuela. Invertí mucho tiempo en el curso de los brigadistas, el curso político y en Karin que se fue hoy. Comienza una nueva etapa para mi, pero me siento tranquilo y lleno de energía.

Martes 9 de abril de 1985 La guerra, las circunstancias, las tareas cambian constantemente. Continuamente hay que analizar, evaluar, y el que no lo hace, peligra. Joaquín Villalobos es uno de esos hombres que siempre se adelantan al tiempo. En un análisis en la Radio decía que el desafio más grande para el FMLN no es el ejército salvadoreño (porque militarmente ya está vencido), sino lo que mantiene en pie al ejército: el apoyo estadunidense. Sin este apoyo, la situación en El Salvador ya estaría decidida. De ahí que lo más importante para el FMLN en este momento no es asestar golpes espectaculares, sino enfocarse hacia una guerra efectiva de extenuación. Hoy el FMLN hizo una nueva propuesta de diálogo, a alto nivel. Se trata de reunirse el 21 de este mes en Perquín (Morazán). La propuesta del FMLN pasa por el abandono del sabotaje económico, con la condición de que ambas partes renuncien a la adquisición de nuevas armas. En Jucuarán (Usulatán), los compas causaron 24 bajas, mientras que los comandantes del ejército estaban discutiendo entre si. Demasiadas cosas buenas...

Jueves 11 de abril de 1985 Hoy he podido trabajar tranquilo: reuniones con los brigadistas, con los activistas políticos y hasta he sacado dientes y eliminado esquirlas. 147


La clínica se ha quedado casi vacía, porque los brigadistas se fueron junto con las bases de la guerrilla. Algo se aproxima nuevamente. Los soldados se encuentran en las lomas de Berlín y los guerrilleros planearon una nueva acción de comando. He reflexionado sobre algunas críticas que tengo hacia el partido. Lo que más me molesta es la formación muy dirigida de los cuadros, que deja muy poco espacio a la iniciativa, a la verdadera discusión y al desarrollo personal; lo cual a mi también me frena mucho a la hora de pensar, de discutir y de tomar iniciativas. En resumen, es una manera de trabajar demasiado vertical. Hoy me tocaron algunos asuntos agradables: el campeonato de fútbol de los compas, al cual se entregaron al 100% y esto mientras un helicóptero estaba sobrevolando; el estudio político, al cual se entregan con tanto entusiasmo; la vista sobre San Marcos Lempa y su puente a la hora de la puesta del sol; la calma y el relajamiento en el campamento; la amistad entre Chayito y Doris en la clínica; el gran número de mujeres en los rangos de la guerrilla.... En resumen, muchas cosas que te hacen pensar y sentir: éste es un buen lugar para trabajar y para morir.

Domingo 14 de abril de 1985 Este mes está pasando rapidísimo. Tuvimos una reunion de evaluación de la situación actual: la situación del imperialismo, los partidos políticos, las masas y el FMLN. En cuanto a este último: la tarea del FMLN es la toma del poder para la construcción del socialismo. Una primera condición es la unidad dentro del FMLN; la segunda es la continua extenuación del enemigo en el ámbito económico, político, militar y diplomático; y la tercera condición es la frustración de una intervención directa de los Estados Unidos. Estamos bien en todos estos terrenos. Pero, ¿cómo se producirá la toma del poder? En primer lugar se debe formar un ‘ejército político’, formar a las masas organizadas para que alcancen la madurez revolucionaria. O sea que la primera tarea y la más urgente es la organización de las masas. La cuarta condición es la consolidación de los rangos militares y la atracción de nuevas fuerzas. Aquí nos queda mucho trabajo por hacer. Fue una de esas reuniones buenas, que te ayudan a fortalecer la moral. Después de la reunion me quedé conversando y bromeando con los compas.

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Lunes 15 de abril de 1985 Esta mañana me reuní con los brigadistas y constatamos que fallamos en muchos aspectos: la formación es insuficiente, la escucha en conjunto de Radio Venceremos se posterga muchas veces, no se elabora el periódico mural, la construcción de la casa no está terminada, se deben revisar los escondites, etc. Los últimos días he recibido muchas críticas: que soy demasiado emocional (algo que me dijeron por primera vez a los 14 años y que aún no he superado); que soy demasiado radical (expreso lo que pienso de manera demasiado abierta) y que he formado demasiado pocas personas: apenas dos realmente buenos brigadistas en dos años. En cuanto a lo último, no estoy totalmente de acuerdo: a pesar del hecho de que el partido me enviaba a menudo compas con un nivel cultural e ideológico bajo, he dado mucha formación a los brigadistas. Pero, bueno, la crítica me motiva a trabajar aún más duro. Hoy fui al pueblo a hablar con MSF (Médicos sin Fronteras). Sin mucho resultado. Había dos muchachas en ropa de playa que no hablaban ni una palabra de español y no sabían nada de la situación en el país. Verdaderas turistas. Además, están establecidas en Tierra Blanca, donde el ejército también se encuentra. Me pregunto qué cuenta esa gente en Europa sobre El Salvador...

Martes 16 de abril de 1985 Hoy aseguramos los escondites contra la lluvia; esto quiere decir que ponemos todo en bolsas de plástico y que después tapamos muy cuidadosamente el hoyo para que la lluvia no llegue. Es un trabajo pesado. También di clase de política y tuvimos buenas discusiones. Chayo se preguntó si finalmente estábamos ganando o no. Yo le di el ejemplo de Rusia y Cuba, que tampoco lograron el triunfo en el primer intento; también conocieron períodos de desanimación, fracasos y depuración interna; pero que la persistencia en la lucha nos acerca cada vez más a la victoria. Sería bueno que los compas estudiaran un poco más de historia, sobre todo relacionada con otros procesos revolucionarios.

Viernes 19 de abril de 1985 Hoy conocí en el pueblo a un médico de la Cruz Roja Internacional, un ortopedista algo mayor. Tuvimos una conversación agradable. El conoce también 149


al padre Stephens de Zimbawe y estaba muy sorprendido por el hecho de que yo ya llevaba tanto tiempo en este lugar, sin contacto con el mundo exterior. A la gente de afuera le cuesta imaginarse que un extranjero pueda permanecer y trabajar durante tanto tiempo en tales condiciones. Una conversación así rompe con tu aislamiento y sentí fuertemente lo mucho que extraño el intercambio de experiencias con otros médicos. Tengo que proponerle a Carmelo organizar urgentemente una reunión con los médicos de las otras organizaciones que se encuentran en esta zona. Ayer, durante un desembarque de helicópteros en el cerro de San Pedro (San Vicente), tomaron presa a Nidia Díaz. Un golpe duro para la zona. ¿Y qué le pasará a ella? Ojalá y no le pase lo mismo que a la comandante Filomena, que, después de su arresto, fue torturada tan terriblemente que se murió.

Lunes 22 de abril de 1985 Un cumpleaños solitario. Esta mañana hubo enfrentamientos serios, más arriba en la zona, que se terminaron en el curso de la mañana. Seguramente fue otra vez solamente una patrulla. Entonces, seguimos trabajando tranquilamente: enterramos un gran barril con medicamentos, terminé el curso, vacuné a unos veinte compas contra el tétano, tuvimos reuniones, estuve meditando...

Viernes 26 de abril de 1985 El Atonal abandonó la zona la noche pasada. Se fueron en la tarde y llegaron a la una de la mañana al puente del río Lempa. Se fueron con la moral baja y cinco heridos. Nosotros regresamos al campamento de base con un herido leve. Los compas estaban contentos pero reclamándoles a los soldados por haberse retirado sin darles la oportunidad de causarles más bajas aún. La máquina de propaganda del ejército trabaja a todo vapor. COPREFA habla todo el tiempo de deserciones por parte de la guerrilla, de recuperaciones, de la falta de golpes estratégicos, etc. Debido a la falta de triunfos reales en el campo de batalla, ellos buscan de esta forma decepcionar a los compas y animar a sus propias tropas. Radio Venceremos denunció hoy la desaparición y el asesinato de innumerables personas en las zonas de conflicto, como parte del plan de los Estados Unidos para aterrorizar a la población y obligarla a abandonar esas zonas. También es el caso en esta zona: hay un gran número de muertos y desapa150


recidos entre la población, y no es por coincidencia, sino que es un plan bien trazado. Radio Venceremos juega un papel muy importante en la denuncia de esta política del ejército y del régimen. Si no lo hiciera ella, ¿quién lo haría?

Domingo 28 de abril de 1985 Un verdadero domingo: tranquilidad completa en el campamento. Todavía no hemos experimentado nada de los nuevos planes del enemigo. En los seis meses pasados tuvimos apenas dos invasiones, en las que tuvimos que caminar sólo un par de horas. Manolo no está muy bien y el problema es que no tenemos inyecciones de anti-inflamatorios para tratarlo. ¡Esta constante falta de material médico! De vez en cuando me pongo a soñar en lo mucho que aprovecharíamos una máquina de radiografías para rastrear las balas y esquirlas en los cuerpos de los heridos. Hoy volví a reflexionar sobre mi contribución aquí, escribí algo para enviar a casa como testamento político. Lástima que no esté Karin para discutir con ella. ¿Dónde estará ahora?

Lunes 29 de abril de 1985 Hoy fue un día desgraciado. Boonerge se fue al pueblo y aún no regresa. Todavía no logré encontrar el buen promedio entre una conducta estricta y flexible. Rosa tuvo un ataque de cólera que no pude contrarrestar de inmediato. Es un grupito de compañeros extraño el de la clínica: los cuatro M: Matías, Mauricio, Manolo y Moris... un grupito ameno. Mandé una invitación a los médicos de otras organizaciones para programar un encuentro.

Miércoles 1 de mayo de 1985 Ha empezado la época de lluvias: sopla un viento helado del norte y tenemos chubascos ocasionales. Me recuerda la humedad de Bélgica. ¿Cuándo volveré a dar un paseo por los bosques y campos belgas, a echarme un trago en un bar, a dar una vuelta en coche o en moto, a desterrar la soledad saliendo con amigos, a salir al cine o al restaurante, a trabajar en mi jardín ...? Lo añoro todo tal como añoraría el ambiente en el que vivo ahora porque ya forma parte de mí. 151


Dos compañeros, Lito y Mauricio, fallecieron ayer en una emboscada. Así es la guerra ... pero duele mucho.

Viernes 3 de mayo de 1985 Ayer, a eso de mediodía, pasaron unos helicópteros y aviones. Enseguida pensamos en un desembarque y preparamos todo para el escape. Fui al puesto de mando y al regresar a la clínica estaba todo preparado para marcharnos y estábamos todos tranquilos. Es un buen equipo: tienen disciplina y toman mucha iniciativa. Al reducir el material para heridos de ocho a tres no pesa tanto mi mochila. Resulta mejor para la movilidad. Últimamente el ambiente es bastante relajado en la clínica. Los brigadistas se atreven a decir públicamente que soy ‘bravo’, lo que significa que confían en mí. Rosa es buena trabajadora y Chofa también. Me agrada ver cómo se empeñan. En una siguiente fase podríamos formar un colectivo con Rosa y Chayo para que puedan asumir más responsabilidad y tomar más iniciativa. Hoy me han traído una carta de Karin del norte de San Miguel. Me alegro, así me entero de la situación en otros frentes. Ahí son muy activos y los compas lograrán obstaculizar el último plan de los gringos (Plan Mil) haciendo prisioneros a los alcaldes en favor del Plan. Tienen que eliminar ‘el poder local’ de las autoridades y sabotear la infraestructura (hospitales, comunicaciones telefónicas, redes de electricidad).

Sábado 4 de mayo de 1985 En ‘Radio Venceremos’ oí el discurso de Joaquín Villalobos en el que hacía el balance de nueve meses de política guerrillera. Un verdadero empujón. Siempre me pregunto cómo hacen los comandantes tales análisis y siguen ingeniándose siempre nuevos planes. El Pentágono dispone de un “thinktank” y de un sinfín de consejeros y no obstante no pueden con la creatividad y la inteligencia de nuestros hombres/mujeres. Me confirma que necesito continuar a trabajar aquí a pesar de la pobreza, del aislamiento, de la lentitud del proceso. Parece que mi contribución, por pequeña que sea, es mucho más importante que la palabrería y los debates sin fin en mi patria. Echo de menos a Karin. Con ella puedo hablar y los buenos interlocutores no son fáciles de encontrar aquí. Tanta gente solitaria en esta guerra. Muchos compas saldrán deformados.

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Domingo 5 de mayo de 1985 Hoy ha habido una reunión con los médicos de otras organizaciones. Queremos realizar mejor colaboración y mejor intercambio ... pero de modo realista ... lo que significa que no habrá ni hospital ni administración común porque ya no corresponde a la táctica guerrillera. Cada zona seguirá trabajando de manera autónoma pero con el mismo objetivo y dentro del mismo marco. En esta zona mantendremos dos hospitales móviles y dos puestos médicos. Hay progreso en la unidad y en concreto se nota.

Viernes 10 de mayo de 1985 Rosa y Mister salen al pueblo a celebrar el día de la Madre. ¿Cómo estará mi madre? ¿Y los demás familiares? Ocurre mucho en este país. El alcalde de Alegría (Berlín) ha sido secuestrado. Así se hundirá el Plan Mil y aportamos todos nuestro granito de arena. Jonás nos explicó lo del Plan y cómo piensa reaccionar el FMLN a ello. La situación está totalmente americanizada y el FMLN piensa frustrar cualquier plan de Estados Unidos. Me parece bien que secuestren a los alcaldes. En Jucuarán continuamos a causar importantes pérdidas al ejército. Aquí la situación está más tranquila pero seguro que cambiará. La sexta brigada ha trasladado su base de San Agustín a El Tablón, más allá, pero los compas los encontrarán. Es una zona de expansión y ahí siempre hay compas presentes. Seguimos con el diálogo pero en el extranjero. Es muy probable que no conduzca a nada puesto que Duarte es una marioneta de Estados Unidos. Y éstos no quieren diálogo. La economía, el ejército y también las decisiones políticas están en manos de los estadunidenses así que tendría que ser un diálogo con Estados Unidos. El proceso revolucionario va evolucionando. La lucha sindical se intensifica y se politiza cada vez más. También se hacen escuchar las cooperativas pero al mismo tiempo aumenta la represión. Tan sólo esta semana han sido asesinados tres sindicalistas. En el plano militar continúa el sabotaje y el ejército sufre importantes pérdidas en Jucuarán, en San Miguel y en la ciudad de Usulután.

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Domingo 12 de mayo de 1985 Hoy es domingo y aprovecho la ocasión para acabar el folleto de primeros auxilios, el n° 8 de la siguiente lista: 1] ¿Cómo asegurar la higiene? – 2] La medicina preventiva – 3] Las 10 enfermedades más comunes – 4] ¿Cómo curar y suturar heridas? – 5] Anatomía – 6] Fisiología - 7] Anestesia. Cuesta mucho concentrarme aquí con toda la gente que me rodea, por el calor y por el hambre ... constante.

Lunes 13 de mayo de 1985 Un día exasperante. No me caen bien las reuniones latinas. Prever todo un día para una reunión que se podría concluir en dos o tres horas ... El nivel cultural de la mayoría de los compas deja marcada esta lucha de liberación ... Y yo con mi impaciencia europea ... Al hablar con Mister adquiero la certeza de que esta lucha debe cambiar definitivamente de rumbo dentro de un plazo de dos años. Ya se me había olvidado pensar en el día de la victoria ... pero me parece que no tardará mucho. El cúmulo de un crecido y radical movimiento de masas, un ejército desangrado, un Duarte desenmascarado y un experimentado FMLN podrían llevar a la toma del poder. Ojalá me den la razón.

Domingo 26 de mayo de 1985 El jueves terminé una serie de clases: la explotación capitalista, el curso de anatomía y fisiología y el curso de matemáticas. Y ahora me toca preparar otra serie ... Es un trabajo exigente. El viernes por la mañana estábamos en plena reunión cuando oímos una enorme explosión y unos minutos después vinieron a buscarme porque se les había explotado a José y a Elsa una mina en las manos. José había perdido los antebrazos y el rostro. Lo cuidamos bien, le aliviamos el dolor pero murió al cabo de dos horas. Menos mal porque las heridas que tenía en el rostro eran atroces. Elsa había perdido una mano, un antebrazo y un ojo (o quizás ambos ojos) y tuvimos que operarla. Al amputarle el brazo me costó localizar la arteria (todavía me queda mucho que estudiar de anatomía) y luego le amputamos la mano. A las diez me fui a hablar con Carmelo. Elsa entraba cada vez más en schock. Sobre medianoche empezamos a suministrarle sangre pero murió por haberlo hecho demasiado lento. Desde un punto de vista médico podríamos haber salvado 154


a José pero dadas las circunstancias fue imposible. Podríamos haber salvado a Elsa. Los brigadistas vieron que actuamos a tiempo y con eficacia, que no pegué ojo mientras velaba por ella ... pero murió porque tardamos con la transfusión. Me sorprende que no me atemoricen las operaciones salvo cuando tuve que cuidarle el rostro a José. No me agrada la idea de tener que atender a malheridos pero tampoco me descontrola. El equipo quirúrgico hacía su trabajo: Rosa se ocupaba de la anestesia, Mister me daba los instrumentos, Chayo le tenía la mano a Elsa y Nico sujetaba la lámpara. Al principio me puse nervioso porque iba todo muy lento pero enseguida me calmé. Hoy he asistido a una reunión de la R.N. (Resistencia Nacional, otra organización del FMLN) y he hablado con Carmelo quien me ha dicho: nunca más te dejaremos marcharte de aquí. Como médico he adquirido una inconcebible experiencia: he aprendido a diagnosticar enfermedades y heridas no sólo en el plano quirúrgico y en el plano de la medicina general sino también en el plano organizativo e ideológico. Un domingo como hoy no se siente la guerra. La amenaza de la PRAL, los morteros, los tiros ... y no obstante lo tomo con calma mientras que José y Elsa me persiguen. ¿Cuándo tiraré yo la toalla? Sé que hay buena posibilidad de que ocurra y de que ocurra en un instante: un mortero, una emboscada, un asalto, ... ¡Cuánto me gustaría ir a otra zona, Occidente por ejemplo, y dejar esta zona en manos de otro médico!

Martes 28 de mayo de 1985 Me doy cuenta de que probablemente no salga nunca de esta pequeña contribución técnica, por mucho que me agrade sobre todo porque es estratégica mi tarea y porque no hay nadie quien pueda sustituirme. Puedo profundizar la formación política e ideológica de aquí pero no podré nunca desarrollarme en otro plano que no sea el plano médico. Una tarea muy técnica. No han disminuido mis aspiraciones de ser activo en el partido y en la organización pero tampoco me siento frustrado por mi labor. Mi pequeña, limitada contribución es de gran importancia para la guerra de liberación. Hay bastantes líderes militares y políticos y encima me parece mejor que continúe con mi trabajo por ser tan europeo (por mi apariencia, mi lenguaje, mi manera de trabajar) aunque siempre estaré dispuesto a encargarme de cualquier otra tarea.

Viernes 31 de mayo de 1985 El mes de mayo se ha acabado y sigo con los mismos achaques. Es el tercer año que el inicio de la época de lluvias me afecta, cada vez de otra manera, 155


enfermedades que no sé identificar, pero que van minando mi salud. Debo tener cuidado de no descargar mi mal humor sobre los demás. Hoy he estado pensando en que debería movilizarme más en la vida del partido, es decir abrirme a las iniciativas del dirigente del partido al mismo tiempo que las aplique de manera más agresiva. Debo, en fin, abandonar aquella idea fija de que sólo tengo que ejecutar órdenes superiores. Yo mismo tengo que hacer que los objetivos se realicen y ofrecer más apoyo a los demás responsables: Peche, Lino, William, Edelnilson, Lety, etc. Hoy hemos tenido una reunión acerca de cómo realizar nuestro objetivo de aumentar el nivel de la zona. Mis tareas en la clínica: el reclutamiento ideológico de Rosa y Mister, la formación médica de Chayo, así como la formación de Nico y la autonomización del equipo. Yo por mí tendría que concederles más responsabilidad a Chayo y Rosa; y sobre todo, aprender a expresar mis experiencias y mis convicciones, pensando en las palabras de Carmelo: el revolucionario puede morir a condición de que esté convencido de que lo entienden los demás, y que su convicción siga viva. Por lo cual quiero apuntar algunas ideas mías, antes del fin del año, para enviarlas a Bélgica; y deducir, a partir de las experiencias que he vivido aquí, la definición de una sociedad superior en si como la de la misión de un grupo o una organización determinados en ella... Y cada vez llego a la misma conclusión de que las iniciativas concretas del partido tienen una base fundamental y lo suficientemente general; que la revolución sólo es posible con revolucionarios profesionales, con personas que se esfuercen un 100% y para siempre. Yo por mí sé que me han reclutado para la lucha anti-imperialista, y sé que no la abandonaré nunca. Es ésta la lucha que estoy entablando ahora y aquí, en El Salvador, pero que, en un momento dado, podría llevarme a “otra parte”. Por eso sé que siempre llevaré una vida difícil, tanto física, psíquica como socialmente. Y por eso sé también que moriré joven pues el que lucha de tal manera nunca se hará viejo. Estoy cada día más convencido de que es correcto lo que decía Lenin: no hay mejor escuela que la lucha revolucionaria. Al principio me pesaba la falta de libros ... mientras que ahora ya no me preocupa mucho, ya que esta revolución es una escuela de lo real. Está claro que algunos libros... no vendrían mal, pero aquí uno va aprendiendo más de la realidad cotidiana. Para un revolucionario tanto los fracasos como los éxitos son instructivos, a condición de que él no deje de analizarlos e integrarlos en los nuevos planos. He estado pensando en una frase que figura en el folleto y que trata del imperialismo: “convencer a los compas de que tenemos la misión estratégica de derrum156


bar el imperia­lismo y que tenemos las capacidades para hacerlo”. Es así que este pueblecito, que el FMLN pueden triunfar. El FMLN, unido, y una vez la concientización y la formación del pueblo llevadas a cabo, será un ejército invencible. Pero por mucho que me identifique con esta lucha, nunca olvidaré la lucha en mi patria.

Domingo 2 de junio de 1985 Ayer hice un chequeo en El Jocote del pelotón de Ricardo y aproveché la ocasión para jugar un partido de fútbol con los compas. Tanto en los periódicos como en la radio se van escuchando las declaraciones del traidor Miguel Castellanos, diciendo que el pueblo ya ha dejado de rebelarse y que el momento culminante de la guerrilla también ya ha pasado. ¡Qué malogrado! Para un revolucionario no existe acto peor que la traición. Milton y Garrión, dos compas a quienes hicieron presos en la costa hace poco no dijeron nada y murieron. Tal vez no fueran grandes héroes pero por lo menos fueron revolucionarios de verdad. Ni una vez me he arrepentido de haber entablado esta lucha. Es una lucha justa y la llevamos correctamente: contribuye a la consolidación de la revolución nicaragüense al mismo tiempo que al aplastamiento del imperialismo americano. La invasión de la zona de la costa se ha acabado, pero ahora nos encontramos en un ambiente de pre‑invasión: toda clase de rumores, estar preparado, estar alerta a la PRAL. No tengo miedo, pero la falta de una formación militar podría serme fatal. Si uno logra evitar las primeras balas, y con un poco de experiencia y capacidad ya llegará, pero ahora yo no sé cómo hacerlo.

Miércoles 5 de junio de 1985 Alta tensión. Yarol ha descubierto huellas sospechosas durante su exploración y todos hablan de la PRAL. También a nivel político están pasando cosas. Hoy más de 5000 personas han invadido las calles, a pesar de la interdicción de manifestación, a favor de la liberación de los sindicalistas presos. Duarte, por su parte, ha empezado una campaña de propaganda intensiva en la radio y en la tele, en que acusa a los huelguistas y manifestantes de militantes del FMLN. Y encima el FMLN amenaza con otra paralización del tráfico. 157


Martes 11 de junio de 1985 Desde hace unos cinco días estamos en otro campamento. Jueves por la tarde dos helicópteros sobrevolaron muy bajo y ametrallaron la clínica. Pero fue todo. Por la noche decidimos mudar el campamento, porque hace tiempo ya que estamos aquí y tal vez el enemigo nos haya ubicado. Primero montamos unas tiendas de plástico y después comenzamos a construir una casita que tendrá que servir de clínica y cocina. Fuimos a buscar chapas de hierro para el techo, pero casi todas estaban acribilladas a balazos (lo hacen los soldados para desanimar a los compas), de manera que ya no servían. La paralización del tráfico ha resultado muy efectiva, casi todos los compas participaron alrededor de la carretera del litoral y de la Panamericana. Además iba acompañado de una gran campaña de sabotaje contra la electricidad. El ejército sufrió grandes pérdidas y también en Santa Ana hicieron estragos. Hay más unidad, el enemigo está quedándose agotado, las masas están organizándose mejor y radicalizándose a la vez... falta sólo el incremento de nuestras filas. Pero ello no mina mi fe en la victoria final. Este año, ya mi tercero con la guerrilla, se va volando y me gustaría terminar el año completando el arsenal de formaciones médicas y teniendo un equipo médico que sepa funcionar con cualquier médico. En este caso continuaré dos o tres años más, a no ser que haya estirado la pata antes, para después analizarlo todo bien: si ir a luchar en otro país (eventualmente Bélgica) o si seguir trabajando aquí. Es siempre lo mismo: siento un incremento de convicción y dedicación a favor de la revolución y que debería intentar guardar... hasta la victoria o la muerte. He logrado sentirme bien aquí con los compas, a pesar de su carácter a veces algo rudo. Admiro su sencillez, su conciencia de pertenecer a una determinada clase y su dedicación incondicional a la revolución y al partido. Pues la verdad es que a mí no siempre me va así tan fácilmente lo de dedicarme de forma incondicional; mi espíritu crítico tan europeo se rebela, sigo considerándome como el consejero técnico que ha venido de apoyo meramente médico. Lo de hacerse el revolucionario no resulta siempre tan romántico como les gusta hacer creer en las novelas, a veces no me es nada fácil ser consecuente.

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Testamento político 12 de junio de 1985 Esta carta contiene algunas páginas de mi diario. Las ideas son aún confusas pero constituyen un primer intento de testamento político-ideológico. El objetivo es buscar la línea correcta al nivel político y definir las tareas tanto de una revolución como las de un revolucionario. No pretenden contener la verdad suprema; quiero que inciten al crecimiento continuo tanto a nivel teórico como práctico.

Domingo 28 de abril de 1985 Hoy me he dado cuenta de que mi tarea técnica y de hecho bastante limitada como médico podría, no obstante, ser más importante y más útil en esta lucha decisiva contra el imperialismo como estadio supremo del capitalismo que cualquier cargo político en mi país natal. Esta idea quiero pasarla a la gente que se ha quedado en mi país para que ella entienda y apoye mi trabajo aquí. Después de haber obtenido un éxito o de haber sufrido un fracaso deberé, siempre, seguir analizando para, luego, seguir luchando contra el imperialismo y el capitalismo, y de este modo cumplir con mi misión, que ésta sea en mi país natal o en otro país. Así estaba pensando: si hubiera vivido en los años 30, la lucha decisiva habría sido la lucha antifascista en España, en los años 40 habría sido la resistencia antifascista en Europa contra Hítler o la lucha en China, en los años 50 la lucha en Corea, en los años 60 en Vietnam, en los años 70 en Nicaragua y en estos años 80 en El Salvador – o en el Oriente Medio, en el África del Sur o en las Filipinas. Y en mi país natal: combatir la ideología individualista y organizar a la gente en la lucha anticapitalista: sindicalismo de lucha y trabajo político e internacionalismo basados en el marxismo­leninismo. Como decía el Che: “No importa dónde la muerte nos sorprenda, pero que sea en la lucha contra el imperialismo”. Este combate en cientos de frentes se puede librar, ya sea en su país natal o allí donde se pueda dar una patada decisiva al imperialismo, y que de este modo sea un paso más adelante hacia su definitivo aplastamiento. Es éste el caso ahora en El Salvador. 163


Hubo batallas decisivas también en la España de los años 30 que resultaron en una derrota, el aplastamiento del fascismo, la lucha en China, en Corea, Vietnam, Cuba, Nicaragua y ahora en El Salvador. No importa que termine en victoria o derrota, mientras se trate de una lucha estratégica, habrá que entablarla, hasta vencer o morir. Quiero que este testamento político traduzca la (mi) convicción anticapitalista y anti-imperialista, la convicción de que tenemos que construir una sociedad más justa. Y por eso prefiero contribuir no tanto a la realización de un superhombre al nivel espiritual y físico, sino a la de una sociedad siempre más desarrollada. ¿Por qué? ¿Cuál es la misión de un revolucionario en la vida humana? Consiste en catalizar la evolución en el mundo hacia un modo de vida superior. Y eso no lo puede conseguir un individuo. No, este paso sólo es posible a medida que evoluciona la humanidad, ya que ésta prima sobre el desarrollo del individuo. Hay un lazo histórico y dialéctico entre el individuo y la sociedad. Nuestra misión es la de desarrollar la sociedad con el fin de desarrollar el individuo y no lo contrario. ¿Cuáles son las características de un revolucionario? Su conciencia de clase y su ética revolucionaria, su compromiso. ¿Cómo llegar a ellas? No dejando nunca de desarrollarse ideológicamente tanto a nivel teórico como práctico. Lo que escribe es su trabajo teórico y su compromiso en esta lucha es el trabajo práctico. Su madurez teórica llevará siempre consigo consecuencias a nivel práctico. Por eso hay que seguir estudiando, pensando, analizando... siempre. Estas frases no pretenden contener la verdad, son sólo reflexiones destinadas a todos los que quieran leerlas con el objetivo de crecer ideológicamente y llegar a percibir cuál es su misión y cómo ejecutarla.

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Martes 28 de mayo de 1985 Hoy he estado pensando. Me está quedando claro que mi misión aquí es la de ser médico, porque se necesitan cirujanos y porque me parece que lo estoy haciendo muy bien... Mientras que la de construir el partido les toca a otras personas. Se trata de un trabajo muy técnico y no lo digo con desdén, pues es indispensable. He cambiado mucho, de tal modo que este trabajo mío, casi puramente técnico, ya no me frustra.

Martes 4 de junio de 1985 Este tercer año como guerrillero va muy rápido. Con las lluvias se va volando. Me gustaría terminarlo con un testamento revolucionario: uno puede morir a condición de que esté convencido de que su convicción siga viva; así como el arsenal de formaciones médicas completado y teniendo un equipo médico que sepa funcionar con cualquier médico. Quiero continuar aquí dos o tres años más, a no ser que haya estirado la pata antes. Después lo analizaré todo: si seguir luchando aquí o si buscar a alguien que me pueda suceder mientras yo esté combatiendo en otro país, por ejemplo en mi país natal, Bélgica. Es siempre la misma canción: hacen falta una conciencia y una capacidad revolucionarias así como una madurez revolucionaria siempre mayores. Pase lo que pase tendré que seguir desarrollándolas... hasta la muerte. Esperando una respuesta de ustedes o hasta que nos veamos. Michaël

Sábado 15 de junio de 1985 Esta mañana me he levantado con un dolor de muelas. Me han sacado una muela que, la verdad, me dolía desde hace algún tiempo, ¡pero Rosa me ha sacado una buena! Así que sigo con el mismo dolor y, encima, un dolor de cabeza que parece que me va a estallar.

Martes 18 de junio de 1985 El Atonal está en la zona, pero de momento estamos bien. Ha vuelto a comenzar la época de las ofensivas del gobierno, pues los gringos han ido

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ideando otro plan (hasta ahora todos han fallado), pero es siempre la misma canción: la misma música, sólo que ha cambiado la letra. Les gustaría despoblar alguna que otra zona, así como el norte de Morazán, la zona de la costa y Jucuarán y, luego, hacer retroceder a la guerrilla a unas zonas aisladas para, finalmente, darle el golpe de gracia. Nos hallamos en una fase parecida a cuando el plan Conara y el período de Domingo Monterrosa. Acabo de hablar con Mister sobre los compas caídos. Es la guerra, es decir que inevitablemente caen compas, pero tenemos que ser conscientes de que morir en esta revolución es un honor. Si uno de estos días caigo yo por alguna imprudencia o por puro azar, que así puede ser, tal muerte vale mucho. Hoy han vuelto a decirme que no puedo fallar, más que nada para que no se quiebre la moral de los compas, pues la falta de un médico sería lo último. Me he dado un susto al escuchar en la radio que una belga resultó herida en un bombardeo en Guazapa - pensé inmediatamente en Karin -, pero Carmelo me ha dicho que ella sigue por el norte. Pero entonces, ¿quién es ella?

Sábado 22 de junio de 1985 Jacinto ha vuelto de la costa y ha traído nada más que buenas noticias: que Tila volvería, que Nelson está trabajando muy bien, que Elmer ha mejorado, que Ricardo está bien y que Ricardito también está mejor. Estos días no he hecho casi nada, más que nada porque el Atonal está cerca. Nada de excursiones a La Montaña, ni de dar clases... nada más que tareas prácticas. Los compas del pelotón de Javier siguen insistiendo en que les procure tranquilizantes por lo que me hallo en una situación difícil, pues a menudo es difícil saber quién sí y quién no los necesita realmente. Los compas (y seguramente este pueblo) tienen una cultura de pastillas. Cuanto más pastillas les des, mejor médico eres. Cuanto más fuerte su color, mejor la pastilla. Es algo que está arraigado en ellos. Acontece a menudo que vienen para una consulta y son ellos que te dicen las pastillas que necesitan. Al principio me resistía y era mal médico. Ahora parece que me han conferido más confianza y que entienden que no les prescribo pastillas cuando no las necesiten verdaderamente. Además, la escasez de medicamentos nos obliga a economizar. Estos últimos días he estado pensando en mudar a otra zona así como en cambiar de trabajo (¿político?), pues parece que me está embotando lo de siempre el mismo sitio y siempre el mismo trabajo. 166


Martes 2 de julio de 1985 He tenido mucho trabajo y por eso hace tiempo ya que no escribo nada. El viernes estábamos en una reunión con las diferentes estructuras, cuando nos amenazaron con morteros, dirigidos exactamente al campamento y al lavadero. Es decir que finalmente Enano se ha incorporado al ejército y que nos ha traicionado. Hacía ya más de un año que el enemigo no consiguió ubicarnos, pero ahora les sobrarán informaciones. Yo no me pongo nervioso pero sí me enfado. Hacía tiempo ya que Enano formaba un problema, a lo mejor habíamos tenido que mandarlo a pasear mucho antes, de manera que no hubiese tenido que irse él. Durante todo el día nos acribillaron de morteros, cada dos horas unos cinco tiros. A pesar de las informaciones, no son efectivos. Tal vez sigan unas dos semanas más difíciles, pero después el enemigo volverá a quedarse agotado y las informaciones adquiridas ya no valdrán, pues mientras nos hallaremos en otro sitio y ellos tendrán que volver a ubicarnos. En este momento se está procesando una depuración natural, los más débiles abandonan la lucha, van desertando. Pero estas deserciones no llegan a influir en el proceso revolucionario, al contrario. Siempre hay de estas personas que no evolucionan y que se incorporaron a la guerrilla por razones muy particulares, pero que no se preocupan realmente por la revolución o que han perdido ya la perspectiva de una victoria. En esta fase de la guerra no nos podemos permitir que haya compas entre nosotros que dañen a la organización, que cometan actos como exigir comida sin pagar o no respetar a los otros ciudadanos. La organización invierte mucho tiempo y energía en la formación ideológica y política de sus miembros, pero si éstos no quieren, preferimos que se marchen, eventualmente en una tentativa de convertir su deserción en una misión específica. No todo el mundo puede con la vida dura en el monte, y ya que ahora mismo hay bastantes tareas que cumplir es mejor atribuirles tareas que correspondan a sus capacidades. Por supuesto, es mejor para la guerrilla que tenga a su servicio la cantidad de personas más grande posible, pero, por otra parte, ella también sabe que no hay que exigir de las personas lo que no son capaces de dar. Yo por mí estoy bastante tranquilo, a pesar de las enemistades a nuestro alrededor. Tengo mucha confianza en la cúpula así como en el partido mismo y apoyo plenamente su enfoque ideológico, duro, es cierto, pero sabio. Tenía dudas pero éstas han desaparecido completamente y quiero dedicarme cien por ciento a una tarea importante: la formación de revolucio­narios. Como dijo Francisco: la formación de técnicos es fácil, la de revolucionarios al contrario... Yo por mí, curar a los heridos es fácil, reclutarlos para la revolución es cosa más difícil.

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Hoy he tenido otra reunión aún, con los pacientes. Algunos entre ellos no están de acuerdo con que no les den pistolas, pero yo entiendo por qué el mando ha tomado esta decisión. Con sólo acordarme de aquel compa que me amenazó con su pistola cuando yo quise darle una inyección.

Miércoles 3 de julio de 1985 Hoy ha sido un día tranquilo lleno de todo tipo de tareas. Sólo que más morteros, esta vez apuntados con bastante precisión; dos morteros cayeron donde solíamos lavarnos, menos mal que nos mudamos antes. La nueva casita está casi terminada, falta taparla por un lado. Ha quedado muy agradable, en comparación con la otra: dentro hay una chimenea, dos camas grandes y tres hamacas, es una pena que seguramente vaya a durar poco. Lo que echo de menos es un buen radio para poder escuchar las noticias belgas e internacio­nales.

Viernes 5 de julio de 1985 Ayer el Atonal salió del pueblo y según los habitantes salieron con el rabo entre las patas. Inmediatamente mandé a tres brigadistas para ir a comprar y ellos se toparon con un bombardeo. A las seis de la mañana empezó el circo, un desembarque de un helicóptero exactamente donde se encontraban las tropas de Francis. Rexona hirió al ametrallador de un helicóptero que iba volando muy bajo. Cuando aterrizaron y quisieron avanzar, chocaron con dos minas, lo que impidió su marcha. Luego después otra mina, que arrancó un pie y de este modo impidió un segundo avance. Los soldados no querían continuar a no ser que recibiesen refuerzos del batallón completo (tres compañías) o artillería más pesada así como apoyo aéreo. Ni siquiera querían ir a San Agustín por la simple razón de que allí el Atonal sufrió pérdidas considerables. Los helicópteros llegaron para recogerlos, pero no sin que les fuesen tirando encima. Y evidentemente seguían los bombardeos: por impotencia. Pero significa otra victoria más, y no sólo militar, sino sobre todo moral. Queda clara la situación en que se halla la moral de las tropas y, por otro lado, la combatividad y la creatividad de los nuestros. Contamos con tal sólo un herido. Hoy seguíamos charlando en el mando durante un buen rato, todo en un ambiente muy agradable. ¡Nos sentimos sucios como chanchos, agotados, pero felices!

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Lunes 8 de julio de 1985 Hoy nos hemos mudado a otro campamento, un poco más hacia abajo, cerca del agua. Aquí ha quedado alguna que otra casita aprovechable. La mudanza fue rápida. Ha acontecido otra cosa importante hoy, a saber la conferencia de prensa de los comandantes Joaquín Villalobos y Schafik Handal en Perquín. Ha sido otra victoria política más: el hecho de que los periodistas negaron la prohibición de llegar al departamento de Morazán, demuestra que el FMLN es una autoridad, al igual que el gobierno. Las cinco organizaciones revolucionarias del FMLN se reunieron en Morazán hace poco y la conferencia de prensa es consecuencia de ello. Un paso más adelante hacia la unidad, y, por supuesto, hacia la victoria. Los compas han vuelto a ponerse activos en las ciudades, con una lucha reivindicativa y con acciones militares. Ayer hubo una gran manifestación en la capital, participaron unas 30 a 40 mil personas. Me gustaría seguir estudiando un poco la situación actual, una pena que no esté Karin: pensarlo todo solo, ir averiguando solo las cosas, dormir solo...

Miércoles 10 de julio de 1985 He vuelto al pueblo. Pero daba una impresión triste, desolada, poca gente en la calle. Durante su estancia los soldados fueron construyendo fortificaciones por todos lados. Y durante una visita de éstas te das cuentas de que la guerra está por todas partes, y no solamente en nuestras zonas. El camino hacia el pueblo se ha convertido en una cadena de agujeros de bombas. Cada vez me pregunto: la cantidad de toneladas de bombas que hay y, sin embargo, tan pocos heridos y muertos... Como los campesinos suelen decir: no puede ser o Dios está con la revolución.

Sábado 13 de julio de 1985 Dentro de unos tres días iré a la zona costera; esto significa: preparar debidamente al equipo que se queda aquí para su trabajo. Estoy un poco preocupado: José sigue cojeando, Jacinto está débil, derribado por la ictericia y Chayo todavía tiene que aprender a ser líder de un equipo. Pero creo que realmente lo lograrán. Todo esto me hace soñar con tomar otras responsabilidades aparte de las médicas. Me absorbe demasiado el trabajo médico al faltar otro trabajo y eso es válido para los brigadistas también. Me gustaría cambiarlo pero entonces tendría que tomar la iniciativa y es “andar en la cuerda floja”. 169


Hoy volvió a empezar el paro del tráfico mientras un comando liberaba a centenas de presos de Mariona, entre los cuales se encuentran varios presos políticos. En la radio: Bruce Springsteen en concierto. Otro mundo.

Domingo 14 de julio de 1985 Un día de descanso. Reunión con el colectivo de los brigadistas y conversaciones con los pacientes, un conjunto muy variado. Me pregunto a veces lo que la organización piensa de mí, para esto no son muy abiertos. Siento por muchas cosas que me aprecian bastante, pero nunca me dicen francamente lo que hago mal o lo que opinan de mí. Parece que ahora va cambiando con Federico, intuye muy bien cuál es la situación de la clínica y no ve los problemas como específicos para la clínica sino como problemas generales de la zona. Sopla un viento fresco, en todos los campos.

Lunes 15 de julio de 1985 Hemos tenido una reunión importante que me dio mucha claridad. Los responsables aquí constataron una gran falta de formación política e ideológica en esta zona. Durante un rato funcionó, cuando nos reuníamos y estudiábamos cada día, pero últimamente resulta que no lo hacemos mucho. Luego me criticaron a mí: que soy un excelente técnico pero que fallo en la formación y la educación política e ideológica. Una parte viene de mi insistencia en los conocimientos técnicos que tengo que transmitir y también de la barrera cultural. Me alegro de que el problema se plantee claramente y al analizarlo de más cerca parece que no es sólo un problema mío sino que atañe a toda la zona en general. Además constato que mis análisis y mi crítica son objetivas y justas: falta de vida de partido (como se lo dije a Carmelo) y falta de formación en el campo político e ideológico. A veces pienso que en Morazán ya habría alcanzado otro nivel o ¿me estaré engañando? Los meses que vienen voy a esforzarme más. Si logro romper la barrera cultural aquí, puedo hacerlo donde sea, así que tengo que aprovechar por completo las posibilidades que me proporcionan aquí. Federico también expresó muy bien lo que es el gran problema de la revolución, es decir la falta de cuadros y eso precisamente da mucha importancia a la función de la formación. Muchas revoluciones fallaron por falta de cuadros y eso no nos puede ocurrir a nosotros. 170


Jueves 18 de julio de 1985 Hoy recibí una larga carta de Karin, del norte de San Miguel. Ella también habla de la nueva situación -al parecer el optimismo es tan grande en todas partes- y de la importancia de su traslado a Bélgica en el marco de una nueva línea internacional. Pero parece no tener prisa para salir y ya ha aprendido a ser útil en todas partes. Su carta demuestra que lo tiene bien claro: sabe cuál es la tarea de un revolucionario y cuál es su tarea en esta revolución. Una carta que me hace mucho bien y me anima, pero me deja hambriento: me gustaría saber más sobre las nuevas líneas.

Domingo 21 de julio de 1985 Un domingo de verdad, o sea pasear en el campamento, detenerme de vez en cuando para charlar, tomar café. Otra vez constato que es muy importante saber cuáles son las dudas, las críticas y las exigencias de los compas para liderar mejor. Para mí la fórmula ideal es estar atento, atender a las necesidades, pero al mismo tiempo ser exigente en cuanto al trabajo. Realmente quiero romper con mi trabajo médico; en la otra zona también hay médicos que desempeñan otras tareas aparte de la médica. Voy a empeñarme aún más en ganarme a Mister para la revolución para que no deserte. Pero lo más delicado sigue siendo mi trato con los pacientes, los heridos. Exigen mucha atención, a veces son muy caprichosos y muchas veces tienen la moral baja. Tengo que cuidarlos mucho e intentar recurrir a ellos para las actividades normales cotidianas de estudio, cuanto más mejor.

Jueves 25 de julio de 1985 Un día extremadamente tranquilo. Sólo hay dos heridos en la clínica. He trabajado mucho en un folleto médico y he estudiado los textos de Morazán. Me gustaría tener más de estas cosas en mis manos. Empiezo a abrirme un poco socialmente pero tengo que cuidar a que algunas mujeres no lo interpreten mal.

Miércoles 31 de julio de 1985 Otro mes pasó y es ahora, sobre las ocho y media, que cae el chaparrón cotidiano. La lluvia me hace pensar en la lluvia de mi tierra, en el paseo de las Teresianas, en la avenida Cogels-Osy, en la calle Osy. 171


Hoy en las horas de estudio tratamos el tema de lo que significa una “situación revolucionaria”, lo que es la base estructural y coyuntural, la dialéctica entre el movimiento de masas y la lucha armada. Eso significa que pude volver a activar unos conocimientos anteriores y analizarlos en este contexto nuevo. Tristes noticias de Morazán: Fidel, Omar y Mabel fallecieron. Tres personas maravillosas, dos bastante jóvenes todavía. Constato otra vez que esta guerra cobra un precio elevado y mató a casi una generación entera de revolucionarios. Creo que muchos se sentirán muy solos y tristes en la victoria, pensando en los numerosos amigos entrañables de verdad que murieron. Una generación de revolucionarios que dieron su vida para facilitarle una sociedad mejor a la generación siguiente. Me podría pasar a mí también, pero no importa, vale la pena. Mi madre siempre me advertía que era temerario, pero esto no es temeridad, estoy convencido de lo que hago y conozco todos los riesgos.

Miércoles 7 de agosto de 1985 Un día muy duro. Alirio fue asesinado en la zona donde hace trabajo político, por tres infiltrantes; encima huyeron con su fusil, arnés y mochila. Claro que había subestimado la táctica y el trabajo del enemigo y no había entendido que esas personas trabajaban para el ejército. Me ha trastornado por completo, un sentimiento de rabia impotente. Te hace enfrentar la realidad. Con su muerte me doy cuenta y queda muy claro que para mí la perspectiva tampoco es ver la victoria. Boonerge me recordaba las palabras de Jonás: no me importa ver la victoria, importa que el pueblo vea la victoria. Los últimos días he estado pensando que yo también me siento así, que he evolucionado de tal manera que no me preocupo de saber si YO veré la victoria sino que lucho con convicción y compromiso para que el pueblo salvadoreño pueda vivir la victoria. Y me acordé de las palabras del Che: “ No importa morir si es contra el imperialismo... y por el socialismo.” No sé por qué pero siento que nunca veré la victoria, que no volveré a ver mi país, que nunca volveré a ver a Karin. Pero esta idea no me asusta, al contrario me hace más obstinado para luchar y trabajar cada día como si fuera el último.

Jueves 8 de agosto de 1985 Voy a concluir este diario hoy y sacarlo cuanto antes de aquí; hay cierto peligro en eso (que caiga en manos enemigas), pero por otra parte sería tonto enterrarlo (donde ya hay tantos) hasta que pudra o se descubre. Ya llevo 2 meses solo. 172


Sobre todo los últimos meses me estoy hundiendo totalmente en esta lucha de liberación, convencido por completo de dar todo lo que pueda y de abandonar los proyectos personales (como regresar o luchar en otra parte). Empeñarme completamente en esta lucha y en este partido y dejar la decisión sobre qué hacer luego a este partido y la necesidad de la lucha anti-imperialista. El mes pasado también di un paso importante en mi desarrollo de revolucionario. El proceso revolucionario va madurando, yo también. Intuyo que de vez en cuando aún desafino: me enojo, estoy de mal humor pero intento aguantarme y cambiar. Sobre todo me importa llegar a sacar estos escritos de aquí; quizás otros puedan sacar de ellos alguna lección, no porque yo anuncie la última verdad, pero para que los amigos en casa y otros revolucionarios puedan entender por qué lucho y me quedo aquí. Siempre me es difícil transmitir esta experiencia. Quisiera que todo el mundo entendiera que esta lucha es justa y necesaria y está cada vez más en buen camino; que el FMLN lidera esta lucha de manera correcta y por eso como miembro del ERP he decidido continuar esta lucha. Y mis ideas dan vueltas: sobre la lucha en el propio país, en otros países, la victoria. Estoy muy curioso de saber cómo está la situación en Europa, y particularmente en Bélgica. Pero últimamente he oído poquísimos análisis sobre ello, al faltar la radio y las lecturas. Me interesaría saber cómo el PTB analiza la situación y cuál es su estrategia y táctica y si hay una dialéctica, si coinciden las diferentes formas de lucha: sindicalismo de lucha, movimiento de paz, papel de las masas... Aquí en El Salvador secuestraron al presidente de Fedecores y también a un sacerdote norteamericano... siguen desaparecidos. Es trabajo de los escuadrones de la muerte o del ejército, lo que finalmente es lo mismo. A Duarte no le importa nada la política de los derechos humanos. Hoy todavía hubo bombardeos contra la población civil en Chalatenango; el líder de derecha de Arenas, el ex-coronel Ochoa, afirmó que quería utilizar bombas de napalm. También he enviado una notita breve a Karin: “No te preocupes por mí, no te preocupes con volverme a ver, no te preocupes si eventualmente no vuelves a verme nunca jamás... Pero preocúpate por la lucha anti-imperialista y la construcción del socialismo, como forma de sociedad más alta y justa, en cada momento de tu vida. Que la lucha antiimperialista sea tu vida completa, tu muerte y siga viviendo después de tu muerte. Por eso trabaja continuamente y con toda la energía que tienes en tu formación y desarrollo político e ideológico.” Si llego a morir este es mi testamento para ella y todos los amigos. 173


Viernes 9 de agosto de 1985 Encuentro con la Cruz Roja Internacional. Estos encuentros son muy diversos según las personas que vienen. Esta vez fue una decepción. Federico dijo algo que me cayó mal cuando me presentó como: “Sebastián, nuestro médico belga, el hombre técnico”. Pensaba justamente que ellos no querían verme sólo como un técnico, y yo tampoco lo quiero, ese período ya pasó. Quiero contribuir de manera integral, tanto técnica, política como ideológicamente. Sé que puedo lograr desarrollarme de manera integral en, por y con este partido.

Domingo 11 de agosto de 1985 Hoy ha empezado una reunión maratónica, para estudiar los textos que vinieron de Morazán. El análisis de la situación actual y las nuevas pautas para el futuro. Fascinante, pero tomará mucho tiempo para que todos se familiaricen con ello. El nivel cultural y a veces también político muy bajo de ciertos compas nos juega malas pasadas. En el campo internacional, África del Sur sigue en la actualidad. Una lucha también estratégica- que por fin despierta. Los Estados Unidos pondrán todos los medios ahí también para evitar que este país sea liberado y vaya a formar un frente con los demás países socialistas del sur de África.

Miércoles 14 de agosto de 1985 Me sorprende que, a pesar de que haya estudiado poca política y de que lleve tres años aislado, mis análisis no estén muy alejados de la realidad y que mi capacidad para razonar esté intacta. Gracias a estas investigaciones llego a entender de verdad lo que es el materialismo histórico y aprendo a aplicarlo en la práctica. Otra vez me convenzo de que los intelectuales que no tuvieron práctica difícilmente pueden entender a fondo a Marx y a Lenin. Carmelo y Federico tienen un nivel político asombroso, particularmente Carmelo, que asimiló la mayor parte de sus conocimientos a partir de la práctica. Me hace pensar en Karin que a menudo habla de chicos como Licho que no sabían leer ni escribir cuando entraron en la guerrilla y que ahora son líderes asombrosos, capaces de analizar cada situación nueva sin necesitar grandes teorías. Hoy he hablado con Carmelo de la situación belga, la estrategia del PTB, y si existe la posibilidad en Europa de una dialéctica entre lucha de masas y lucha armada; también sobre las tres contradicciones en Bélgica... 174


Sábado 17 de agosto de 1985 Llevamos casi cinco días de reuniones, a trompicones. Si vamos machacando, la gente sigue sin entender, pero, si lo hacemos tranquilamente, se aburren. No es sino buscar y tantear para encontrar el método adecuado. A pesar de los problemas y de la lentitud del proceso aprendo mucho. Federico dijo: “Si quieres ganar la revolución, la voluntad no basta, tienes que descubrir las leyes que rigen la revolución y aplicarlas a la situación concreta.” Los compas me molestan cada vez más diciendo que soy racista porque no quiero acostarme con una salvadoreña. Soy demasiado selectivo para intentar explicar que no tiene nada que ver con la nacionalidad o buscar un sucedáneo para reprimir la soledad. Encuentro difícilmente a alguien que me haga olvidar a Karin, además hay el nivel cultural muy bajo. A veces lo compensa un nivel ideológico muy alto pero aun así... No quiero una relación que me influya en lo negativo, sólo una que me lleve adelante, como la que tengo con Karin. Así que prefiero seguir “soltero” hasta que vuelva Karin.

Miércoles 21 de agosto de 1985 No he escrito nada los últimos días porque estaba muy ocupado de día y que por la noche los mosquitos no me dejaban en paz y la lluvia me molestaba. Acaban tres días de paro del tráfico. Hoy un avión ha venido de exploración, el enemigo debe de tener una idea de dónde nos ubicamos más o menos. Esta vez no nos trasladamos, porque seguramente vamos a hacer maniobras. Se desmantela entonces la clínica y se queda con el personal mínimo, es algo bueno y todos recibimos otras tareas. Pero yo estoy impaciente porque todavía no sé cuáles son las tareas que me añadieron y tengo que matar el tiempo poniéndome a la disposición de los heridos y enfermos. Por suerte ya he aprendido a ser paciente y también he aprendido a ser más flexible frente a las situaciones nuevas.

Martes 27 de agosto de 1985 El batallón Atonal ya lleva dos días en San Agustín. Ayer y hoy recibieron órdenes para entrar en la zona... Nosotros alertas pero no pasó nada. Sin embargo informaron que durante dos días habían rastreado la zona y que no habían visto ni un guerrillero. Su moral no es muy alta. El efecto de las minas es enorme, los soldados saben que, si entran en la zona, pueden tropezar con una mina y esto les asusta bastante. Hace pensar a menudo en Vietnam, don175


de pasaban cosas semejantes y algunas unidades mataban a sus superiores para no tener que seguir. Aquí también muchas tropas no quieren avanzar si no les preceden los oficiales. Parece que aprendieron algo de nuestros carteles: “Soldados, dejen al oficial ir delante, las minas son para él.”

Lunes 2 de septiembre de 1985 Una semanita de hostilidades con el batallón Atonal. Ellos en el pueblo y nosotros a una horita (a vuelo de pájaro aún menos). Los aviones sólo vinieron dos veces; los morteros volaron encima y al lado de nosotros. Primero llegó una patrulla en las afueras del pueblo, luego insistieron a la altura de una de las salidas del pueblo... y los compas no utilizaron minas, pero un soldado sí fue herido por un tirador. Esta mañana los soldados salieron otra vez y tropezaron con una mina, lo que les hizo retroceder inmediatamente. Todo el rato estuvimos listos para defendernos o hacer maniobras, pero sólo nos asustamos una vez cuando las balas de una metralleta nos rozaron. Los meses de invierno, es decir las lluvias, pasan rápido. Los últimos tres días no ha habido lluvia. Y en mi tierra es el primer mes del otoño, se me hace urgente escribir unas cartitas a casa, pero espero un momento oportuno: ¿mi tercer cumpleaños? ¿El año nuevo? Por el momento tengo una gran hambre mental, me gustaría transponer la enorme experiencia que he adquirido por la práctica en teoría, pero para eso no dispongo de la formación teórica suficiente. ¿Cuándo podré matar esa hambre? Ya que por el momento lo primero es la guerra y que todavía puede durar un rato, jamás quizás. También estoy ansiando cada vez más una formación militar; en cambio el ansia de formación médica disminuyó mucho. Experimentamos cada día que la guerra avanza continuamente, hoy Aníbal escapó por los pelos a la muerte. Todos estos muertos para solucionar un problema político... las leyes de la humanidad y de su desarrollo son tremendamente duras.

Viernes 6 de septiembre de 1985 Hoy hubo unos combates muy esporádicos, pero se nota que no son ataques organizados. Hicimos refugios antiaéreos para protegernos de los aviones y los morteros. El Atonal se concentró otra vez en San Agustín, acercó los morteros de 105 metros y consolidó las dos posiciones frontales. Unos helicópteros les abastecieron hoy no más, parece que no plantean largarse aún. Si 176


deciden hacer una invasión masiva aquí, esto se va a poner muy difícil: José a caballo, Orlando en la camilla, Aristides cojo, Jacinto y Xiomara enfermos. Aparte de eso he ido a buscar material y me he bañado en el río bien fresco. Pese a esta confusión he pensado hoy que es muy difícil aquí hacerse amigos de verdad. Hay un montón de gente agradable, de compañeros; pero muy pocos con los cuales construir una amistad verdadera. Otra vez me siento solo. Federico dice que tengo que aprender a hablar mejor el español. No entiende que el problema fundamental es que tengo que mejorar mi articulación en general. Ya es un problema antiguo y no se me va tampoco la R francesa.

Sábado 14 de septiembre de 1985 Hoy llegaron al campamento los activistas políticos y nos contaron sus experiencias durante la invasión. Operan en pequeñas unidades y por lo tanto pueden maniobrar con gran facilidad. Robertillo estuvo desaparecido durante 22 días, había perdido el rastro de su unidad, se escondió primero en un maizal y luego se mantuvo escondido en casa de varias personas. Marta, ocho días caminando sin rumbo, protegida por la población, y los dos otros compas, lo mismo, durante dos días. Muchas situaciones increíbles, en las que sin embargo ves cómo los compas consiguen escapar sobre todo porque pueden contar con el apoyo de la población, porque, de lo contrario, caminar así sin rumbo por estas regiones tan pobladas sería un suicidio. Daniel permaneció varios días en casa de un hombre quien al recibir la “visita” de unos soldados borrachos, quería matarlos en un impulso.

Lunes 16 de septiembre de 1985 Ayer, la celebración de la Fiesta Nacional transcurrió tranquilamente, al menos en el campamento. Israel regresó hoy de Guazapa y, a principios de septiembre, por lo visto Karin todavía estaba allí. Cinco meses han pasado desde que salió de aquí, por lo tanto aún tardará mucho tiempo hasta que volvamos a vernos, ¿o quizá nunca más? Le tengo un poco de envidia por haber podido conocer tantos frentes.

Martes 19 de septiembre de 1985 Esta mañana he amanecido mareado. ¿Parásitos intestinales? Parecía que iba a ser un día tranquilito, pero llegó una carreta llena de enfermos. Hoy no me siento muy bien, con el humor un poco contrariado, por el hecho de que me pongo muy nervioso cuando nos sobrevuelan aviones o heli177


cópteros y transmito mi tensión a los demás porque estoy constantemente refiriéndome a eso. Tengo que aprender a callarme esos comentarios y prepararme en silencio a una eventual invasión. Otra vez, soy demasiado impaciente. Por otra parte, también eso es debido a la situación, porque la formación política e ideológica se ve totalmente impedida por la situación, porque no nos reunimos y no se estudia y sobre todo a causa de la soledad. A menudo tengo la sensación de que me repliego totalmente sobre mí mismo, no sólo en el ámbito de mis asuntos personales, sino también porque no se producen intercambios en el trabajo, en el ámbito médico. Sigo pensando en Karin que no consigue salir del país y en mí mismo, que no puedo salir de esta zona, o del ámbito médico. Otra cosa en la que hoy me he quebrado el coco pensando todo el día: ¿Cómo puede ser que el FMLN sea tan fuerte, consiga tanto apoyo de la población, y sin embargo no consiga que esa gente se enliste de forma masiva? Supongo que toda la nueva línea del FMLN también se hace ese tipo de preguntas y por eso le dan tanta importancia a la organización del trabajo político. Las victorias militares son muy importantes y necesarias, pero no son suficientes.

Viernes 20 de septiembre de 1985 El miércoles fue un día muy productivo. Celebramos una reunión con el equipo médico de las demás organizaciones y hemos acordado que la colaboración es más un asunto de coordinación que una verdadera colaboración. Cómo me gustaría poder utilizar más la presencia de los demás médicos, como los dos cirujanos de las FPL, para poder ampliar más mis conocimientos y para poder aprender a operar mejor, pero en la práctica eso es difícil de organizar, por la situación bélica y la inestabilidad. Casi todos dan comentarios bastante entusiastamados sobre su funcionamiento a nivel de la organización política: muchos detalles, muchas anécdotas, muchas palabras alentadoras, demasiadas cosas para nombrarlas todas, pero todo ello demuestra una vez más que estamos en buen camino. Jonathan ha vuelto de nuevo a esta zona, pero aún no lo he visto. También he pensado que mi situación es delicada porque no hay aquí un segundo responsable. Otro médico vendría muy bien aquí o un buen brigadista a quien también podría traspasarle mi responsabilidad.

Sábado 21 de septiembre de 1985 Aún nos queda un mes de lluvia por delante. Estos meses de lluvia a menudo se hacen muy pesados, sobre todo en esta zona en que apenas quedan casas. Si se produce una invasión debemos dormir fuera, cubriéndonos con un plástico, pero en un abrir y cerrar de ojos te quedas empapado, o las largas 178


caminatas nocturnas, empapado ... no obstante, la temporada de las lluvias también tiene su lado positivo: menos calor y todo el entorno está verde, vegetación y matorrales en los que te puedes esconder ... En Europa se considera como un deporte el internarte un mes en la naturaleza, una relajación, aquí es una durísima realidad.

Domingo 22 de septiembre de 1985 Se ha aplazado mi salida a la costa, porque el Atonal se encuentra a alturas de Ozatlán. Supongo que el mando espera una dura invasión, de lo contrario no me dejarían aquí.

Miércoles 25 de septiembre de 1985 El Atonal aún no ha penetrado en la zona y por lo visto se ha concentrado en la “zona de expansión”; su objetivo principal parece ser la lucha contra la organización política. Pero los compas están constantemente en movimiento y están jugando al juego del gato y el ratón. Aún tengo achaques de disentería amébica, no puedo trabajar dos horas seguidas de pie y tengo que tumbarme cada dos por tres. Vaya situación.

Jueves 26 de septiembre de 1985 El Atonal está en las cercanías de San Agustín, pero, por lo visto, aún no nos han descubierto. Nacho dice que se han reforzado con otro batallón y Javier nos comunica una concentración de tropas a alturas de Tierra Blanca, o sea que muy probablemente vamos a tener movimiento. De todas formas, estamos preparados: trincheras, minas, explosivos ...

Sábado 28 de septiembre de 1985 La situación sigue igual. El Atonal sigue rondando a alturas de San Agustín y Berlín y los compas siguen desarrollando su labor, sólo que están muy atentos a la posibilidad de emboscadas y ataques sorpresa.

Lunes 30 de septiembre de 1985 Por fin he podido conseguir un radio y esta noche he podido escuchar todas las noticias posibles, como un hambriento que se echa encima de su plato de comida. Mientras que los morteros siguen cayendo en la zona, lejos de nosotros. 179


El Atonal aún seguirá patrullando unos quince días en la zona, para proteger la cosecha del café, porque la guerrilla ya ha anunciado que va a sabotear los cafetaleros que no quieren pagar el sueldo mínimo a los cosechadores de café tal como lo ha determinado el FMLN. Los soldados se esconden casi continuamente, de noche minan el terreno en el que duermen, cambian de lugar cada día, de tal forma que los compas realmente tienen que buscarlos para causarles bajas. El mundo al revés: la guerrilla buscando los soldados, y éstos adoptando tácticas guerrilleras. La moral del ejército está notablemente baja. De invasión, ni hablar, aunque sea lo que más quisiéramos, y ataques aéreos, tampoco, precisamente ahora que más queremos derribar aviones. Una propuesta de paz del FMLN fue rechazada por Duarte. La propuesta consistía, entre otros puntos, en el cese del sabotaje económico si el ejército paraba sus ataques aéreos. El gobierno está muy dividido por la cuestión del sabotaje, porque las reparaciones exigen gran parte del dinero que normalmente se destinaría a objetivos militares. Pero el ejército no parará nunca sus ataques aéreos, porque en ellos está basada toda la estrategia de la guerra y la moral de las tropas. Sin aviones o helicópteros no avanza ningún soldado. En general, hay buenas perspectivas, pero a menudo mi impaciencia europea vuelve a resurgir: quisiera que el proceso de maduración de la revolución fuera más rápido, pero eso no se puede forzar (y por otra parte sería un grave error y podría costar vidas humanas). Sé muy bien que mi impaciencia tiene su origen en mi ignorancia, porque estoy aquí aislado en estos montes y no tengo ni idea de lo que pasa en las demás zonas y en las ciudades y en el ámbito internacional; me ocurre sobre todo porque no siento realmente el estado de ánimo de las masas y su lucha sindical y política. Eso sí, oigo todo tipo de rumores positivos por parte de los compas que trabajan en “expansión”, pero no es lo mismo que si estás continuamente moviéndote entre la gente. Una impaciencia que es típicamente occidental.

Martes 1 de octubre de 1985 Otro de esos días típicos de la temporada de lluvias. Pensaba que iba a ser un buen día, pero la muerte de William “el gringo” le asestó un duro golpe al buen estado de ánimo. Chipopo dice que se están aferrando en torno al canjeo de la hija de Duarte, que ha sido secuestrada por el FMLN. A cambio de su liberación, el FMLN exige la liberación de prisioneros políticos y la posibilidad de dejar salir al extranjero a compas heridos graves o compas con amputaciones. Duarte ordenó 180


una prohibición de noticias en torno a su secuestro. ¿Acaso hará alguna vez tanta bulla el gobierno cuando se detiene y encima se tortura horriblemente a un líder sindical o a un simple campesino?

Viernes 4 de octubre de 1985 Estoy en la “mesa de operación” y escucho las noticias matutinas. Tengo los pies completamente hechos pedazos por estar constantemente andando con zapatos mojados, que además me quedan demasiado pequeños. Simplemente, ya no soporto los zapatos, o sea que otra vez ando cojeando. Menos mal que estos días no tenemos que ir caminando. Cayeron los dos responsables del pelotón de Tres Calles. Primero William y ahora Mario. Un duro golpe. William cayó cuando iba a informar a Mario que los soldados, que él ya había descubierto, estaban avanzando. Sólo tuvo una pequeña imprudencia, que le costó la vida. Esta noche, los soldados montaron una emboscada, que realizaron durante una larga y dura noche lluviosa y Mario cayó en dicha emboscada. Dos elementos claves, no eran así no más, eran dos hombres valientes. William decía a menudo: “Un guerrillero nunca muere, su cuerpo sí, pero su ejemplo y su lucha perduran”. Mario decía: “Nosotros todos no venceremos al enemigo, pero sí lo haremos con el pueblo, con su conciencia de clase y su moral”. Cayeron con la cabeza alta y nosotros tenemos que seguir en el camino que ellos nos han trazado. El Atonal sigue concentrado en San Agustín, siempre en sus trincheras; de vez en cuando tienden una emboscada, pero no se dejan ver.

Domingo 6 de octubre de 1985 Esta noche nos sacudió por sorpresa un tiro de morteros, algunos de los cuales cayeron muy cerca de nosotros. Es de suma urgencia que terminemos el túnel de refugio. Hoy de nuevo estuve pensando que también me gustaría combatir, me siento hiperprotegido, porque preferiría morir en una actitud ofensiva en lugar de caer por una simple bomba o un vulgar tiro de mortero. A pesar de todo, ha sido una apacible y buena tarde de domingo. Al parecer, las negociaciones en torno a la liberación de la hija de Duarte siguen buen curso. He oído en la radio una entrevista de la comandante Ana María sobre su visita a Angola, sobre la SWAPO ... otro mundo. En las noticias francesas: Prost, campeón del mundo de fórmula uno, un mundo totalmente diferente. 181


Martes 8 de octubre de 1985 Decimoctavo aniversario de la muerte de Che Guevara, el auténtico mito del revolucionario. Miles de guerrilleros siguen aquí su ejemplo, pero la lucha se ha adaptado aquí a los tiempos modernos y a las situaciones específicas. Y casi se me olvidaba: hoy hace justo tres años que estoy en este país. Seguro que Karin también se habrá acordado. ¿Dónde estará ahora? A ratos, la echo mucho de menos. Me siento muy alejado de casa y del PTB. Tengo que escribir unas buenas tarjetas de año nuevo para ellos, para los amigos y los familiares. ¿Siguen aún pensando en mí y qué piensan? ¿Que soy un inútil, un alocado, un fanático o me tienen respeto? ¿Comprenden la lucha que se está llevando a cabo aquí y entienden mi participación en la misma? Espero que Karin se lo explique bien.

Jueves 10 de octubre de 1985 Aniversario de la formación del FMLN. Un aniversario zumbante. Anoche, el FMLN atacó el cuartel de La Unión y comunica un total provisional de 200 bajas. Al mismo tiempo, llevó a cabo un ataque al centro de comunicaciones de El Pacayal y otro a la prisión de Mariona, en la capital. Continúa la paralización del tráfico, se sabotea la electricidad y las invasiones en Morazán, Chalatenango, Guazapa y Cerros de San Pedro se han saldado con fracasos. La línea del FMLN se resume en la práctica en lo siguiente: utilizar las invasiones del enemigo para causarle bajas, provocar enfrentamientos a alturas de las ciudades (en Berlín, por ejemplo) y asestar duros golpes a su retaguardia (capital y cuarteles) y, además, sumándole a eso el sabotaje y la colaboración con las masas.

Viernes 11 de octubre de 1985 He escuchado Radio Venceremos. El objetivo de la acción en La Unión era la detención de diez asesores estadounidenses y del coronel ... pero los pájaros ya habían volado. De esa forma, el FMLN hubiera podido demostrar claramente la inmisción de los EE.UU. en los asuntos interiores salvadoreños. Sin embargo, el otro objetivo sí se logró, es decir, la destrucción del cuartel y las bajas provocadas: 80 muertos y 150 heridos, entre los cuales, muchos oficiales. Continúa la congestión del tráfico y el sabotaje de la energía (Usulu­tán sin luz, sin agua y con escasez de alimentos). 182


Son días que les suben la moral a todos, los combatientes y las masas, y se demuestra claramente quién tiene la iniciativa de la ofensiva, quién está ganando la guerra. No con palabras, sino con actos. Las victorias del FMLN no son como las del ejército: en el papel. Por eso me gusta el ERP, porque es una organización que actúa. Si se plantea algo, también lo hace. En la práctica tanto como en los actos, demuestra lo valiosa que es una organización. La unidad en el seno del FMLN no resulta ser palabra vacía. En esta zona la colaboración ya ha tenido una seria progresión en comparación con hace unos meses. Por supuesto, las noticias de la BRT (la radio de Bélgica) no reportan la acción; por lo visto, la difusión de la información se realiza con base en los hechos que sólo tienen importancia para los belgas y los americanos. A causa de esta acción, se ha hecho el silencio en torno al secuestro de Inés Duarte. El Atonal no se rinde, pero sí se echa a correr cuando es atacado. Sólo dejó la artillería en San Agustín un día durante todo el período, por temor a que los compas la conquistaran. Lo que ahora me aterroriza es el hecho de que se avecina una epidemia mortal de dengue ... y aquí estamos hundidos de mosquitos. Ojalá no llegue hasta aquí; porque esto podría causar graves problemas. Me preocupa el estado de José y Griselda que están gravemente enfermos y no puedo determinar su enfermedad.

Lunes 14 de octubre de 1985 El sábado, el Atonal salió de San Agustín y el batallón Bracamonte protege la carretera del litoral, pero no entra en la zona. Continúa la invasión de Morazán, así como la paralización del tráfico. El ataque contra el cuartel de La Unión se saldó con un total de 272 bajas, 14 en nuestro bando, todos buenos compas que muy difícilmente pueden ser sustituidos dada su larga experiencia y sus años de formación. El asalto fue grande y bueno, pero la pérdida de los compas impide la alegría. Me sigue sorprendiendo la mentalidad y la entrega de estos jóvenes, quienes al inicio de una operación saben de forma casi certera que pueden morir, pero, optimistas como son, siempre piensan que salvarán el pellejo. Sacrifican sus vidas para la victoria de la revolución y de este pueblo. La tensión en el país sigue en su más alto nivel: Duarte puso a su familia en “seguridad” en los Estados Unidos; la paralización del tráfico y el sabotaje de la electricidad empiezan a hacer sentir sus estragos; la invasión de Morazán 183


agota al ejército; mañana se ha planeado una manifestación para exigirle el diálogo a Duarte.

Martes 15 de octubre de 1985 Una buena noticia: José y los dos amputados podrían salir de la zona al final de la semana próxima. Casi no me lo puedo creer; los tres días que faltan nos parecerán muy largos y esperamos que no pase nada imprevisto entretanto.

Sábado 19 de octubre de 1985 El miércoles fuimos de compras al pueblo, nos dio buen impulso a la moral. Por la tarde, al volver, nos cayó encima un aguacero tremendo. El jueves emprendí otro rastreo para buscar cosas que podríamos utilizar en la clínica. Ayer tuvimos una reunión con los médicos de la RN: un acontecimiento entusiasta y refrescante para poder intercambiar experiencias. Hoy leí la entrevista a Fidel Castro relativa a la deuda exterior. Un análisis claro de la situación de Latinoamérica. Fidel resalta que una reforma social es imposible sin una reforma económica. La justicia social exige una justicia económica, ello significa que primero se debe destruir la explotación capita­ lista para poder repartir el pastel equitativamente. El socialismo no es una reforma social, pero es esencial para llevar a cabo una reforma económica. Otro texto que me prestó Carmelo es el que se relaciona con la ayuda de los Estados Unidos a este pequeño país: la intención de la misma, de qué consta dicha ayuda y cómo se suministra. Un texto bueno y aclarador. También hoy empezaron a llegar poco a poco a la zona casi todos los compas que trabajan en expansión, o sea que montaremos una verbenita. Descansar un poco, para poder enfrentar los últimos meses del año con toda fuerza. Porque la cosecha del café y del algodón está al caer y eso significa que se avecinan tiempos muy intensivos: el ejército pone todo en marcha para proteger las cosechas y nosotros nos esforzamos por sabotearlas. Todos andan muy idealizados; en esta zona la deserción ha cesado completamente; por lo visto ha terminado el período de infiltración y ahora empieza de nuevo un período de incorporación ... pero no es un proceso muy rápido, sino paulatino que respeta una fase de crecimiento. Esta noche van a capturar al Enano. Espero de todo corazón que lo conseguirán, puesto que esto no sólo significaría el desmantelamiento de una red contrarrevolucionaria, sino que también supondría un apoyo moral para la población de San Agustín y para los compas: la afirmación clara de que los traidores no pueden escaparse. 184


Lunes 21 de octubre de 1985 Tengo que conseguir por fin que este cuadernito salga al exterior. Al parecer se ha pospuesto la liberación de los alcaldes y el traslado de los heridos, pero no se ha anulado. Me sentiré más tranquilo cuando esto se haya conseguido. El verdadero impacto del ataque contra el cuartel de La Unión y del secuestro de la hija de Duarte empieza poco a poco a quedar claro. Duarte ha perdido toda credibilidad: frente a las masas debido a que rompió el diálogo con el FMLN, frente a los empresarios porque se mostró incapaz de contarrestar el sabotaje económico, frente al ejército por enviar a su familia a Estados Unidos y por emprender negociaciones para liberar a su hija. Duarte está vacilando, se está enemistando con todo el mundo. Pasará sin duda esta crisis, pero probablemente ya no aguantará una siguiente. La perspectiva de una victoria popular ha adquirido una forma firme y concreta. Y todo va muy rápido.

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Aparte de su diario, escrito en neerlandés, Michaël redactó también un “Manual de Cirugía” con dibujos para sus brigadistas de salud.

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Diario años 1986 y 1987 Domingo 17 de agosto de 1986 Ya llevo casi dos meses como encargado de la estructura interna en la zona costera. En el curso de este período sufrimos una invasión seria del ejército así como una ofensiva más ligera y varios ataques aéreos. El primer mes trabajamos a buen ritmo, porque la situación estaba bastante tranquila, pero desde este mes la situación se ha vuelto bastante inestable. De tal manera que no pudimos dedicar el tiempo suficiente a la formación y la capacitación. Está claro que el enemigo sabe que se encuentra un hospitalito acá así como otras estructuras de retaguardia. Ahora hay dos posibilidades: o bien nos mudamos o bien ampliamos fuertemente nuestras actividades militares y nuestra presencia. Y así esta guerra sigue su curso. Ayer apenas los compas bajaron un helicóptero en Morazán; esto se está volviendo una costumbre. ¿Cuándo vamos a bajar uno aquí? El diálogo entre el FMLN‑FDR sigue estando a la orden del día. El Plan “Unidos para Reconstruir” lleva a la guerra a un estadio más elevado y más cruel; ahora, la confrontación entre las masas y el gobierno y el imperialismo queda mucho más clara; el proceso revolucionario sigue en ascenso, pero también la intervención estadunidense. En esta zona el año transcurrido ha sido bueno bajo todos los aspectos. Sin embargo, lo que me sigue preocupando es que la incorporación avanza muy lentamente (otra vez mi impaciencia eterna).

Lunes 18 de agosto de 1986 Ya es muy noche, cayó un aguacero refrescante y estoy bien abrigado en el hospitalito. Otra vez pasaron aviones durante todo el día y hoy Federico salió hacia la zona. Urge que organicemos reuniones en el campamento y tenemos que planear otro traslado más del hospital. Todo esto lo podemos organizar muy bien en una semana: volveremos a tener un campamento bien ordenado y luchador y un hospitalito bien protegido... y luego otra vez a trabajar, estudiar, hacer ejercicios o maniobras, no importa. Hoy volví a constatar que me gusta mucho más moverme por todos lados, de preferencia con pocas personas o solo. Cuando estoy en movimiento, generalmente me siento tranquilo y decidido, mientras que cuando estoy estancado en algún lugar o cuando no tengo nada que hacer, entonces no me siento nada bien, aunque en esto ya he cambiado bastante. Antes me la pasaba an189


gustiado contando las horas del día, ahora ya no; ahora estoy más tranquilo y dispuesto a enfrentar cualquier cosa. A nivel médico, me doy cuenta que tengo muchos automatismos, pero cuando alguien me hace una pregunta o cuando analizo bien lo que estoy haciendo, entonces constato que mis acciones se basan en un juicio correcto basado en la experiencia y el conocimiento, aún si muchas veces haga las cosas de manera inconsciente. A menudo tengo que decidir muy rápido sin tener el tiempo de pensar bien, debido a las circunstancias, pero rara vez me equivoco. Estos siete años de formación en Bélgica y la práctica aquí aparentemente me han dejado algo. Una de las cosas que añoro fuertemente es la falta de estudio y de discusión a nivel médico, ya que llevo mucho tiempo trabajando aquí como único médico. Adquirí mucha experiencia y conocimiento, pero la falta de retroalimentación impide que éstos se desarrollen más. No hay superación dialéctica entre teoría y práctica a nivel médico.

Lunes 26 de agosto de 1986 Estamos en un hospitalito “nuevo”, un verdadero lodazal. La semana pasada dejamos una lanchita en uno de los canales y los helicópteros reaccionaron inmediatamente. Así que tuvimos que mudar inmediatamente también. Espero que el mes entrante podamos regresar al lugar anterior, porque aquel es mucho más adecuado. Por lo demás todo sigue estando muy tranquilo. Hoy tuvimos una reunión con el colectivo, que me dijo que a veces soy demasiado estricto o esquemático; Lety está en pleito con su gente y Gladys perdió el norte en su trabajo. Así que todos aún tenemos mucho trabajo por delante...

Martes 2 de septiembre de 1986 Una reunión con el colectivo y con Federico, en donde estudiamos la situación actual. Todo suena muy optimista: tenemos que prepararnos para avanzar hacia la contra-ofensiva y el levantamiento popular. Sólo que me impacienté por la lentitud de la reunión. Ahora dicen que todas las estructuras irán a la zona y que yo me quedaré aquí en la costa. Parece que llegaron a un acuerdo con las otras organizaciones en cuanto a levantar una clínica común en la zona. Sin embargo, yo tengo que ir a la zona antes para preparar las cosas y es muy probable que, como siempre ha resultado anteriormente, me quede allí, porque hay más trabajo allí. 190


Yo me sigo planteando esta pregunta importante: ¿en dónde debe estar el médico? ¿En la retaguardia (como plantea el Che) o cerca de las tropas y del combate? Sigo convencido de que lo último es lo mejor y espero llegar algún día a convencer a Carmelo y Federico. El batallón Lempa está otra vez cerca. Estoy contento de estar cerca del combate.

Viernes 5 de septiembre de 1986 El enemigo se retiró muy rápido de la zona costera, después de que su marcha fuera detenida por dos minas. La herida de Ernesto se está curando muy bien y por eso tomé una decisión muy rara, a saber enyesarlo ya, puesto que la quebradura me preocupa más que la herida. Sin embargo, esto significa que tendremos que cambiar más a menudo el yeso. Tuve una reunión con Federico, que me dejó muchísimo: a saber que volví a caer en un montón de viejos errores: caudillismo (sobre todo en el hospitalito y en la cocina), que trabajo de manera desordenada (en relación con las estructuras y con el sector médico), que ando mucho por todos lados sin hacer nada concreto y que me debo incorporar de manera más activa en la formación política, militar y técnica. Fue otra vez una lección muy seria que me puso a pensar. ¿Cuál es mi perspectiva? Estoy convencido de que con el tiempo podré corregir todos estos errores, si me apoya en esto el partido. Federico me dijo que a lo mejor ya estoy “viejo” pero que aún soy joven en la organización y que por eso me queda mucho crédito. O sea que hay muchísimo trabajo por hacer, el reto es pesado y muy exigente. Sería mejor si me pudiera quedar unos 15 días más en la costa para poner en marcha las estructuras internas y para elaborar un plan coherente y concreto para el sector médico.

Jueves 11 de septiembre de 1986 Tuvimos una semana muy ocupada. Lety debería de irse hoy para la zona y Federico, Colocha y yo deberíamos de seguirle dentro de una semana. La dirección de las estructuras internas aquí en la costa sigue siendo una tarea ardua, porque muchos compas, que tienen problemas, no quieren cambiar y porque aquí no existe un colectivo de nivel hacia el cual elevarse. Federico es un apoyo muy bueno, porque continuamente te cuestiona y te corrige, pero me gustaría más que esto se hiciera de manera colectiva. Todo mi tiempo se va en la vida del campamento, en el apoyo a Lety, Colocha y David... de manera que estoy descuidando un poco el trabajo médico. 191


Lunes 22 de septiembre de 1986 Me temo que voy a perder para siempre el ánimo de seguir con este diario. Durante los últimos días anduve mucho por arriba y por abajo sin realizar gran cosa. Terminé un folleto sobre medicina, estudié algunos días con Nelson, Zulma y Rosa y reconocimos una parte de la zona. Otra vez me sorprendí de que la zona de retaguardia es muy pequeña aquí y por eso mismo no entiendo cómo es que el ejército nunca intenta penetrar en esta zona del río Lempa. Sólo vimos huellas de pescadores. El ambiente en el campamento es tenso y confuso. Tenso después de la ejecución de un infiltrante y la exclusión de otro compa y confuso debido a lo mucho que andamos por arriba y por abajo.

Lunes 29 de septiembre de 1986 Todo sigue igual. Lety, quien iba a ir a trabajar en el taller común en la zona, sigue aquí. Las cosas siguen estando tranquilas, aún si una unidad de la PRAL se nos acercó mucho, pero lo más probable es que no nos descubrió. En el Noreste otra invasión terminó con 320 bajas en el campo del enemigo y 20 muertos de nuestro lado. Doce de ellos murieron en el curso de una sola acción. Julio, el médico, cayó y me recuerdo de lo que me dijo Federico, a saber que casi todos los buenos cuadros y revolucionarios mueren y no ven la victoria. Así fue en Nicaragua, y parece que aquí también es así. Ya llevo cuatro años aquí y en este tiempo me identifiqué completamente con esta revolución y ya no me preocupo tanto por lo que haré “después” o por saber cuándo regresaré a Bélgica. Y si ayudo de manera consecuente y agresiva a ejecutar los planes del FMLN, la posibilidad de que yo también deje aquí la vida es grande, y grande es la posibilidad de que nunca más vuelva a ver a Karin y a mi familia. Pero no me preocupo por eso, porque sé que vale la pena. Porque sé que luché de manera consecuente y que gozo del privilegio de pertenecer al pequeño ejército de verdaderos revolucionarios. Las FPL descubrieron hace poco toda una red de infiltrados, que le pasaba información al enemigo en relación con las acciones planeadas de los compas y que también montó emboscadas muy buenas que llevaron a la muerte a muchos cuadros.

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Viernes 10 de octubre de 1986 Una fecha histórica: hace seis años las organizaciones revolucionarias se unieron en el FMLN. Seis años más tarde aún no hay un partido unificado, pero vamos por buen camino. Hace cuatro años llegué al volcán san Miguel, esto no es algo tan histórico. “Jugué” cuatro años a ser médico en El Salvador y no me he arrepentido ni un solo momento. Mi compromiso con esta revolución cada día se vuelve más grande y más sólido. Esta revolución es mi tarea en la vida, hasta la victoria o hasta la muerte. Este año un gran terremoto afectó sobre todo a San Salvador. Y esto empeora aún más la situación económica y social. Probablemente Duarte aprovechará esta situación para transformar a nivel internacional la ayuda a las víctimas de este desastre en apoyo político. Pero, vista la situación explosiva de las masas, seguramente no tendrá éxito.

Martes 28 de octubre de 1986 Estoy de regreso en la zona de Tres Calles, porque los heridos fueron transportados a otro lugar y porque el trabajo en la zona costera estaba más o menos en marcha. Llegué aquí con una escuadra del PRTC y una lluvia de balas nos sorprendió a la altura de la calle, pero pasamos bien. La zona ha cambiado mucho. El trabajo aquí consiste sobre todo en la capacitación, la organización de la logística, estructurar y dirigir. Para mientras ya fui dos veces a la clínica de las FPL para hacer una operación de hernia, y ahora es algo que también sé hacer, gracias a los médicos de esta organización. Aquí es donde se desangró la operación Herson Calito del ejército y ya van 15 días que nos dejan tranquilos. Ya es la tercera vez que un esfuerzo estratégico del enemigo no tiene ningún resultado. Por fin recibí unas cartas de casa, que Karin me mandó: de Willem, Trui, Anne y Marijke. Mi preocupación de que aquí me volveré tonto, por la falta de material de estudio, desapareció completamente, porque en el curso del último año y medio recibí una educación marxista-leninista profunda, entendí muchas actitudes y opiniones pequeño-burguesas y mi carácter maduró. Gracias a toda esta experiencia, entiendo fácilmente cualquier análisis y también logro hacer cualquier análisis. Gracias a esta formación ideológica, logro enfrentar de manera más tranquila y consecuente cualquier situación y estoy armado para seguir luchando aquí, hasta la victoria o hasta la muerte. 193


Domingo 9 de noviembre de 1986 Pasé los primeros días del mes con mis hermanos de las FPL en un curso para brigadistas. Lástima que los brigadistas de la costa no pudieron participar. Ahora estoy “listo” para ir a la costa, pero parece que esto va a tardar. El problema es que me necesitan tanto aquí como en la costa, de manera que siempre me es difícil irme. Sería bueno que llegara otro doctor acá, pero por mientras yo tendré que seguir yendo y viniendo. Y esto no es bueno para mi formación política-ideológica. Mientras, los cuatro heridos, que ya estábamos esperando desde hace algún tiempo, llegaron, todos en estado de buena recuperación: Rexona sin mano, Jaime con un solo pulmón, Beto con herpes y Miguel con una muñeca rota. Entonces, levantamos una pequeña clínica improvisada con los cuatro heridos, Mister, Nico y yo. Rosa por el momento ha sido excluida de la clínica debido a su comportamiento exhibicionista, su sentimiento de superioridad y por muchas otras razones. Está en “observación”, es decir que no ha sido excluida totalmente, le queda una oportunidad para reaccionar. Durante los últimos días hice un balance del trabajo médico de este año y, expresado en números, curamos hasta ahora 35 heridos, de los cuales sólo uno, Gerardo, finalmente murió. O sea que el resultado es positivo.

Lunes 17 de noviembre de 1986 Me da vergüenza leer mi diario porque mis garabatos se vuelven cada vez más ilegibles, pero esto se debe a que a menudo tengo que escribir en una posición muy incómoda. En los últimos días se descubrió una red de infiltrados que actuaba sobre todo en la costa. Algunos de ellos se escaparon mientras otros fueron ejecutados. Menos mal que fueron descubiertos pronto y que no lograron causar demasiado daño. Y siempre actúan de la misma manera: el ejército envía a un hombre (o una mujer) que busca a las personas más débiles para involucrarlas en su red de infiltración. Hacen lo mismo con la población, buscan personas que quieren aprovecharse por ambos lados, gente sin principios. En los juicios, se hace una diferencia entre los que llegan a implementar este trabajo y los otros que se dejan llevar. Yo mismo me puedo contar ahora entre los heridos, porque el 11 de noviembre pisé una mina. Es un milagro que no me haya muerto o que no haya perdido una pierna, porque este tipo de minas generalmente provocan la muerte o heridas graves. Me salvé con un oído sordo (debido a la explosión – ahora 194


estoy igual que Karin) y algunas heridas de granada en la pierna. Está claro que la mina estaba mal dirigida. Que suerte para mi.

Jueves 27 de noviembre de 1986 Un gran desembarque de helicópteros del otro lado del río. Y aquí preparaciones para un ataque. Inició una nueva campaña militar del FMLN. Las cosas se están moviendo. Aquí en el campamento se siente la tensión, el compromiso, la disposición a luchar. Ayer cayó Mauricio en la costa y Daniel fue herido durante un ataque de soldados mientras estaban en una reunión. Estas siguen siendo las consecuencias del trabajo de infiltración. Mauricio fue un compa de la primera generación de esta zona, uno de los primeros organizados de la zona de Tres Calles. Lo cual vuelve a demostrar que la guerra ya se llevó casi una generación entera de revolucionarios, pero a pesar de esto el pueblo sigue organizado y el proceso revolucionario sigue su curso. Mejor dicho, no “a pesar de” sino “gracias a”. Tendremos muchísimo trabajo, tanto acá como en la costa. Siempre seguir capacitando, organizar mejor el trabajo, bien distribuir y aprovechar el poco material del cual disponemos, y también mucho estudio ya que llegaron muchos libros. Pero ahora no hay velas, así que siempre hay algo que te limita. Por fin escribí una carta a Karin, pero tengo que lograr sacarla ahora.

Sábado 6 de diciembre de 1986 Esta mañana los compas tomaron Santa Rosa de Lima. Según Radio Nederland hubo 40 muertos en el ejército y se destruyó un depósito de armas. Es extraño que Radio Venceremos no mencionó nada. Y en otros lugares sigue lloviendo emboscadas, ataques sorpresa y sabotajes. El lunes se va a iniciar otro paro del tráfico; y todo esto apenas son “ejercicios de calentamiento”, como dicen los compas. También la incorporación de nuevos compas empieza a caminar bien acá (según compas que vienen de otras zonas, allí la incorporación ya lleva tiempo). Hoy vinieron otra vez 9 compas de la zona costera y otros más vinieron de Gualache. Las organizaciones de masa también empiezan a formarse de manera más clara, pero la represión de parte del gobierno y del ejército también aumenta. Casi no pasa un día sin ataques aéreos contra lugares poblados de civiles. Hace poco bombardearon los alrededores de Berlín. Otra forma muy frecuente de represión es el encarcelamiento de dirigentes sindicales. La lucha alcanza niveles cada vez más elevados, más crueles, pero nos acercamos claramente a la victoria. 195


Sigo sin irme a la costa. Checo se fue con varios compas y así me quedé otra vez solo con la responsabilidad por las estructuras internas que quedan aquí. Está mejor así, porque en este momento no hay mucho trabajo médico.

Martes 9 de diciembre de 1986 Normalmente me hubiera tenido que ir esta mañana para la costa, junto con el grupo y ya me había hecho a esta idea porque allí tengo que hacer varias cosas: dos operaciones de hernia, dos partos y la revisión de mi trabajo, pero Carmelo no me quiso dejar ir. ¿Por qué? Probablemente por dos razones: porque Checo no está y porque el Atonal está en San Agustín, lo que significa que probablemente va a haber una invasión. Y efectivamente hoy llegó el día. Los helicópteros nos vinieron a buscar, dieron vueltas en el cielo durante largo tiempo y descubrieron los compas de Matías. Y bombardearon, ametrallaron y más tarde invadieron y emprendieron combates por tierra.

Lunes 22 de diciembre de 1986 Desde el punto de vista militar han sido días calientes en la zona. La mayoría de los movimientos de tropas se acompañan ahora de desembarques desde helicópteros. Ayer la fiesta empezó con helicópteros volando muy bajo, bombas y ametrallamientos, combates. Nos llegó bastante pronto la noticia de que Quincho estaba gravemente herido y por esta razón me quedé cerca del puesto de mando. Efectivamente, Quincho estaba muy malherido, pero ni Nico, ni Rosa estaban en los alrededores para ayudarme en la operación. Ambos salieron corriendo, sin esperar una orden y así se habían aislado del resto de los compas. Menos mal que hoy reaparecieron y finalmente pudimos operar. La operación se llevó a cabo bajo cierta tensión porque, según las noticias, los helicópteros siguen estando en San Marcos Lempa y esto significa que pueden regresar. Y, reflexionando después, dejamos demasiado que nos desorganicen, pero aprendí mucho porque yo tomé la iniciativa. A nivel de la disciplina, fallé, porque no hice lo que me había dicho Checo: por ejemplo, no fui a los pocitos de agua para esperar a Quincho, porque me pareció un lugar demasiado aislado y también me pareció demasiado peligroso, así que lo estuve esperando en otro lugar. Pero aprendí mucho y esto es muy necesario, porque en cualquier momento yo mismo tendré que tomar las decisiones (por ejemplo, cuando no estén ni Checo, ni Carmelo, ni Federico, lo que sucede de vez en cuando). Así, por ejemplo, hay que aprender a calcular cuándo es necesario 196


retirarse; también aprendí que no hay que dejarse descubrir; que debes de desalojar inmediatamente el lugar en donde se bombardea, porque allí es en donde después los helicópteros depositan a los soldados; y aprendí que hay que retirarse donde no hay caminos, a la mitad de las pendientes, etc... De esta manera ni tiempo te da para tener miedo, porque estás demasiado preocupado por poner en seguridad a los demás. A pesar de los muchos momentos tensos, nunca me sentí realmente con miedo, pero sí preocupado. Ahora todo está tranquilo y Quincho va bien.

Lunes 29 de diciembre de 1986 Radio Venceremos hizo un balance del año y Carmelo lo aplicó a nuestra zona. Estuvo breve pero bueno; y hubo una rememoración en honor de los compas caídos. La función de teatro que armamos en último momento no estuvo tan mala. Y después hubo baile y con esto terminó otra fiesta de año nuevo. Cuánta diferencia con las borracheras y comilonas del mundo “civilizado”. La formación militar me puso otra vez a pensar: 12 compas que estaban presentes el año anterior y ahora faltaron. Muchas caras nuevas y luego tantos otros que no pudieron estar presentes porque están llevando a cabo otras tareas o porque están trabajando en la clandestinidad. Esto me llevó a dos reflexiones: una, que está claro que estamos avanzando y que la situación revolucionaria a finales del año próximo pudiera estar muy madura. La incorporación creciente es un hecho, la creciente organización de las masas también, así como el crecimiento cualitativo interno; así que tenemos todas las razones para ser optimistas. Mi segunda reflexión es que pudiera ser que el año próximo yo ya no estuviera allí. Este año tuve mucha suerte cuando el accidente de la mina, pero pueden pasar muchas cosas, porque la guerra se va a volver más intensa y más cruel… pero, yo sé que, si muero, otros compas están listos para retomar mi fusil. Ya llevo más de cuatro años en este país y mi compromiso con la revolución y con esta organización sigue creciendo. Ya eché por el bordo todos los proyectos personales y mi único deseo es que este año Karin pueda pasar por aquí. Esta tarde Quincho se fue para la costa y yo me quedé otra vez acá.

Jueves 1 de enero de 1987 Día de año nuevo. Todo está tranquilo en la zona. Y casi todo el mundo está haciendo planes. La comandancia está reunida, Checo hizo la planeación política-ideológica y yo la planeación médica. 197


Sentí otra vez la confianza y la camaradería, tanto de parte de los combatientes como de los responsables. Carmelo, Federico, Pepe, Checo a menudo vienen conmigo para charlar, así como los combatientes a quienes les gusta venir a bromear y que me vienen a proponer todo tipo de “novias”. Cuando comparo con cómo me sentía hace unos años, noto una diferencia inmensa y me imagino que aún puedo cambiar mucho. Lo rico de la vida aquí es que sientes que estás constantemente en desarrollo, porque no te dejan estancarte.

Viernes 9 de enero de 1987 En este momento el ejército está otra vez lanzando morteros de un cañón de 105 mm. El Atonal se acercó a una hora de aquí y esperamos que aún se acerque más para poderle dar una buena paliza. Todos los caminos por los cuales están avanzando están minados. Tuvimos una reunión con el colectivo y constatamos que casi todos estamos algo estancados en cuanto a nuestro desarrollo y que es urgente que se haga algo al respecto, en vista de las exigencias que el período futuro nos va a imponer. Carmelo indicó como mayor causa del estancamiento la falta de un entorno estimulante y la falta de una buena dirigencia. La perspectiva de la victoria existe (más que nunca), pero exige que todos tendrán que dar lo mejor de si. Para satisfacer las exigencias del momento, tendremos que trabajar mucho, no sólo a nivel técnico, sino sobre todo a nivel político e ideológico. Entre más se acerca la victoria, mayores serán las exigencias. Cuando la victoria esté a la vista, se tendrán que librar combates decisivos y esto impondrá grandes esfuerzos. Pero estos esfuerzos no me asustan, al contrario. Fui confirmado como militante del partido, pero esto aún no significa que para mi todo está arreglado. Tengo que seguir creciendo, pero, como dijo Federico, es una cuestión de coraje y de ser consecuente. En el colectivo me siguieron indicando los mismos errores, pero ya en mucho menor medida que antes, o sea que es una cuestión de perseverar hasta que ya no quede nada. Y para esto tengo todo el apoyo y las posibilidades que me brinda el partido. Y no sólo tengo que mejorar yo, sino que también tengo que ayudar a los demás a avanzar. En primer lugar, los compas que trabajan conmigo en la clínica. Se trata de dar el buen ejemplo y si tu no eres el impulsor, no obtienes nada. Y, mientras, los tiros de morteros aumentaron. Hace algunos días un helicóptero nos sobrevoló y disparó un cohete que cayó a cien metros de la clínica. 198


Miércoles 14 de enero de 1987 Ya llevo unos 15 días luchando contra una falta de apetito, cansancio y mareo. Otra vez parásitos. El Atonal está investigando la zona, con patrullas, con helicópteros; seguramente están preparando algo. El trabajo interno se desarrolló de manera algo irregular, así como la formación cultural. Hoy me pregunté otra vez por qué me siento tan bien como soltero. No siento la menor envidia hacia las parejas. Aparentemente, no pertenezco a los “necesitados sexuales” ; otros compas hablan a menudo de la necesidad sexual, pero yo no la siento tanto. A lo mejor se debe a que soy muy exigente en cuanto a una relación. Y porque debería invertir demasiado tiempo y energía en una nueva relación y esto sólo se podría hacer a costa del trabajo.

Domingo 18 de enero de 1987 Todo está muy tranquilo en el campamento porque la mayoría de los compas se fueron y los helicópteros que nos visitaron durante muchos días parecen haber sido barridos del cielo. Y aprovecho la tranquilidad para poner la última mano al estudio político. Mientras, a nivel médico, muchos de los planes ya han sido concretizados. En este cambio de año, adquirí una convicción férrea en la victoria y al mismo tiempo la convicción férrea de dar todo lo posible por contribuir a ella. A nivel militar, esto significa actuar de manera serena y agresiva; a nivel político, enseñar a los compas los principios del marxismo-leninismo; a nivel ideológico, combatir de manera tranquila y segura las actitudes erróneas; a nivel médico, funcionar a un nivel y un ritmo mucho más elevados para poder contribuir de manera valiente y consecuente. La situación es ahora más dura y exigente, pero los compas están a la altura de la situación y de esta manera el nivel de confrontación se agudiza así como el de las personas que juegan un papel activo. Esta tarde tuve muchísimas ganas de grabar una cinta para Karin para contarle sobre la situación actual del país y de la zona, sobre el campamento, sobre el nivel más elevado de la confrontación y sobre mi mismo, pero por lo pronto no logré encontrar una grabadora.

Martes 20 de enero de 1987 Ayer, a las dos de la tarde, estaba yo en la comandancia, cuando escuchamos una explosión fuerte, con luz cegadora y humo. Primero pensé que otra vez 199


había yo activado una mina, después pensé que fue un ataque, y después hubo silencio, silencio, hasta que alguien vino corriendo y gritando: “Gladys se jodió”. Gladys o Colochita tuvo un accidente con una mina. En mis largos años nunca había visto a alguién tan maltratado. Duele tanto perder a personas tan buenas como Gladys; la vamos a extrañar muchísimo, como explosivista, como militante del partido y para mi también a nivel personal, porque era la persona con quien tenía yo el contacto más cercano y en quién tenía la mayor confianza. Desde hace dos días corren rumores de que el Atonal anda por la zona, sin saber por qué. Hay tensión y tenemos que ser precavidos.

Jueves 22 de enero de 1987 Otra fecha histórica. Hace 55 años hubo un levantamiento popular. Hace siete años se llevó a cabo la mayor manifestación en San Salvador y la unificación del FMLN. Y hoy se inició un paro del tráfico muy efectivo así como una huelga de toda la industria privada. Duarte se encuentra en una situación difícil: por un lado un movimiento revolucionario cada vez más fuerte y por el otro lado la derecha que aprovecha esto para adquirir mayor influencia en la repartición del poder. La muerte de Gladys nos sigue afectando mucho, pero no nos impide seguir trabajando. Su responsabilidad ya fue retomada por otros compas, lo que demuestra que la preparación de los compas lleva frutos; que la muerte de un compa no desestabiliza o desmoraliza el funcionamiento.

Sábado 24 de enero de 1987 La huelga del sector privado terminó. El paro del tráfico, que fue efectivo en casi 100%, también. Esto demuestra que la derecha sigue teniendo mucho poder pero también que el FMLN se ha extendido en todo el territorio. Poco a poco empieza a evidenciarse el impacto real que ha tenido el asalto al cuartel de La Unión y el secuestro de la hija de Duarte. Este ha perdido toda credibilidad: con respecto a las masas, por la ruptura del diálogo con el FMLN; con respecto a los empresarios, por su impotencia en contrarrestar el sabotaje de la economía; con respecto al ejército, al haber mandado a su familia a los Estados Unidos y haber iniciado negociaciones para la liberación de su hija. Duarte se tambalea y está poniendo a todos en contra suya. Probablemente sobreviva esta crisis, pero quizás no la siguiente. La perspectiva de la victoria del pueblo ha tomado pues una forma sólida y concreta. Y todo está sucediendo muy rápidamente. 200


He seguido pensando mucho en la revolución. Cuando vi a Gladys, muerta, sentí de manera muy intensa que es algo que le puede pasar a cualquiera en cualquier momento. Pero también que la muerte de un compa no te puede desanimar. Maldices, estás triste, sientes un vacío, pero sigues luchando. También pensé en mi mismo; a los 15 años tomé la decisión de convertirme en un revolucionario, sin saber qué era el marxismo, sin saber qué significaba esto precisamente. Esta decisión fue aclarándose y madurando con los años. Al optar por estudios universitarios, escogí estudiar medicina. Durante mis estudios trabajé al estilo pequeño-burgués, por un lado debido a mis diferencias con el partido y por otro lado por falta de comprensión y madurez. Después de mis estudios llegó el momento en el cual tuve que optar claramente por una vida revolucionaria o una vida pequeña-burguesa. Siguiendo mi decisión juvenil, o bien podía hacerme miembro del PVDA o podía inscribirme en la lucha anti-imperialista. Opté por lo último, lo cual no excluye lo primero. Ahora ya llevo cinco años acá y estoy profundizando y depurando mi visión revolucionaria y ya adquirí cierta madurez. Ninguna persona, ningún contratiempo podrá desviarme de mi convicción de seguir luchando aquí. Y también pienso en Karin y me pregunto si ella también sigue en la misma línea (en sus últimas cartas está claro que sí). Espero que ella sepa que es muy probable que yo me muera acá, y, si esto pasa, será la última consecuencia de mi ser. Si llego hasta la victoria, seguramente no descansaré, sino que trabajaré doblemente en este país o en cualquier otro país, siempre en contra del imperialismo y por la construcción del socialismo. Seguiré luchando como Belga y como Salvadoreño (porque este pueblo me ha incorporado completamente). Son unos minutos antes de las seis de la tarde. Un avión 0-2 ronronea arriba de la zona. Estamos en guerra.

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Después de los Acuerdos de Paz en 1992, en el pueblo Las Marías en Usulután se estableció un Centro de Salud con el nombre de guerra de Michaël: Sebastián. Esta iniciativa vino de dos compañeros de Michaël, Emilio y Quique, dos médicos del FMLN, dos internacionalistas. Por falta de apoyo del Gobierno, este Centro de Salud ya no existe.


Sebastián Conocí a Sebastián en agosto de 1983. Ya para entonces, sabía que Sebastián era un médico bélga, internacionalista igual que yo y mi brother Quique, otro médico ecuatoriano. Todos los compas de Tres Calles, incluyendo la brigada médica, habían llegado de refuerzo a la zona de Jucuarán. En el aire se olía que la Comandancia de la Brigada Rafael Arce Zablah del Frente Oriental Francisco Sánchez, tramaba un buen desaguisado. A los trescalleños los ubicaron como a un kilómetro al Sur de la clínica donde Quique y yo acampábamos, les alojaron en unas casas de paredes de adobe y techo de tejas semidestruidas. En la tarde me mandó llamar Chamba, nuestro comandante para ordenarme que fuera a examinar a los compas de Tres Calles, pues casi todos estaban fuera de combate con calentura y fuertes dolores. En el camino íba pensando, que qué clase de médico sería ese Sebastián que, para atender a su gente, necesitaba de los servicios curativos de otro médico? Pero, grande fue mi sorpresa cuando vi entre aquellos compas acostados en posición fetal, doblado sobre su costado y tiritando de frío, a un chele enormemente largo, arqueado sobre sí mismo castañeando los dientes. A la puta, si Sebas, el médico, también está jodido, dije y me puse a platicar con él y concluíamos que el plasmodium falciparum o sea el parásito del paludismo más frecuente en la zona costa, era el causante de tanta baja militar, así que pusimos mano a la cloroquina y dispusimos que en la cocina se les hiciera sopa los tres tiempos de comida y así, al cabo de una semana, habíamos conjurado la epidemia palúdica. Al cuarto día recibimos la visita de Sebastián, venía con un compa llamado Bonerges quien era brigadista y asistente de él; era Bonerges un tío muy simpático. Cuando me paré a la par de Sebastián, pude ver cuán grande era, pero su estatura fue aumentando en la medida en que el Sebas nos contaba como él y su compa Laura se habían autoreclutado para ser parte de la revolución salvadoreña y en particular del errepé o sea del Ejército Revolucionario del Pueblo. Resulta que, como no tenían mucho pisto, se vieron obligados a vender todas sus pertenencias; hasta un loro que tenían de mascota mordió el polvo de la subasta y así, pidiendo dinero prestado con oferta de pago a largo plazo, ya fuera en efectivo o con bonos revolucionarios, pero prometiendo que más tarde que temprano saldarían sus deudas con todos aquellos que les apoyaron para que supuestamente realizaran un tour recorriendo las Europas. Viajaron en moto, en bicicleta, en patines, en bus, en tren, en barco y 203


por último saltaron el charco del Atlántico en el lomo de un pájaro de acero, que les depositó tembloroso en el Valle de las Hamacas o sea en la capital del Pulgarcito de América, es decir en San Salvador a principio de 1982. Unos días de tensa espera en un hotelucho sin estrellas, de esa calma aparente que desespera hasta el borde de la consternación, les tocó vivir en San Sevar, hasta que una tarde un guerrillero urbano clandestino les llevó la noticia de que pronto saldrían para el frente suroriental. En un pick-up Dodge doble cabina emprendieron pues el camino “Hasta la Victoria Siempre” devorando el asfalto de la carretera del Litoral; cruzaron el río Lempa por el entonces todavía famoso puente de “Oro” hasta llegar cerca del desvio del Delirio, por donde entrarían a la “Curruncha”, una zona de lava antigua, coagulada arrojada ya diítas, o sea hace mucho tiempo por el volcán Chaparrastique. Todo íba muy bien, los compas habían recogido al Sebas y a la Laura cabal, a la hora y en el lugar que de antemano se había acordado. ¡Ah! pero en la guerra como en el amor no hay que confiarse, porque en un santiamén, justo después de que bajaron una cuesta, se toparon a boca de fuego con los cuilios de la fuerza armada y ahí nomás se armó un pandemonium. Tronaron las ametralladoras punto sesenta, los eme dieciseís, los eme setentainueve, las eme uno y al poco rato de haberse formado aquel desvergue, apareció un helicóptero uacheunoache de fabricación norteamericana quien escoltó la comitiva guerrillera hasta el mismísimo cráter del volcán Chaparrastique a punta de puros rocketazos. Sudados, fatigados, hambrientos y asustados, los guerrinches descansaron en las faldas peladas de aquella gran montana. Ese fue el bautizo guerrillero de Sebastián y Laura y ese fue también el preludio de la separación entre ambos esposos y el desencanto, pues según ellos venían a la guerra para estar y aportar juntos, oh pobres sueños románticos, desviaciones de pequeños burgueses radicalizados, dijeron los/as comandantes/tas de la comandancia del errepé, brazo armado del perreese o, lo que es lo mismo, el partido de la revolución salvadoreña y al tal Sebastián le dieron pa’l frente suroriental Comandante Gonzalo o sea pa’ Tres Calles en Usulután y a la tal Laura le dieron rumbo al frente nororiental Comandante Clelia o sea pa’ las zonas liberadas de Morazán; ay Dios pasarían muchas noches y días, muchos veranos e inviernos con sus temporales, hasta que esos guerrilleros de lengua flamenca volvieran a encontrarse. Sebastián era mago. Cuando él llegó al frente no tenía ni un año de haberse graduado como médico general, es decir tenía muy poca experiencia práctica, pero la escuela de la guerra, los heridos, los fracturados, las laparotomías exploradoras, las toracotomías, el instrumental quirúrgico, las torundas, el 204


iodo y toda la asepsia y antisepsia hicieron de él un cirujano diestro y experimentado, veloz y certero, efectivo y eficiente, eficaz y sabio y su escalpelo plateado era su varita mágica y todo aquel compa moribundo que Sebastián tocaba con sus cheles dedos largos, por obra y gracia de Sebastián el mago, se salvaba. Tal era su experticia que su fama se fue convirtiendo en leyenda y, donde Sebastián estaba, estaba el hospital de guerra y los compas en la línea de fuego confiaban en su retaguardia, donde Sebastián el mago, impaciente, aguardaba. Luego, en las noches boca de lobo, Sebas encendía un pabilo, un grafito, una libra de azúcar y agarraba su cuaderno en el cual escribía con una letrita flamenca microscópica su vida diaria en el frente de guerra y así se estaba, dale que dale, escribiendo sus críticas políticas y revolucionarias a la dirección del errepé – perreese, hasta que amanecía y con la noche, Sebastián el mago, la libra de azúcar y la luz del pabilo, desaparecía. Sebastián era estóico, heróico; Sebastián era el hombre nuevo, era un revolucionario de convicción, de corazón, de principios, repleto y pletórico de solidaridad, de verdad. Sebas era tan magnánimo como su estatura corporal, como su corazón descomunal. Ay, pero también le tocó sufrir la separación, la lejanía de Laura, de Bruselas, y padeció las picadas inclementes de enjambres de zancudos y jejenes, y el agua salada de los manglares, cuidando compas heridos en hospitales clandestinos, de tablas, de “punches”, de bosques salados. Una vez al Sebastián lo curó del “empacho” un curandero que vivía en el caserío el Zúngano, del municipio de San Francisco Javier, o sea de la zona de Tres Calles en Usulután. Resulta que a Sebastián le agarró una dispepsia o, lo que es lo mismo, mala digestión; varios días pasó viendo la comida con ojos de rechazo, tenía naúseas y unos cólicos abdominales que lo mantuvieron sin apetito y empezó a adelgazar a tal grado que el enorme uniforme se miraba más grande y él, Sebastián el médico, que era infalible para diagnosticar y tratar la enfermedades infecciosas y parasitarias que afectaban la salud de los compas, se veía débil, cansino y con los ojos semihundidos. Bonerges le dijo que lo que tenía era “empacho”, que algo que había comido le había caído mal y que lo que necesitaba era unas sobadas en los brazos y en las piernas y salió apresurado en busca del curandero del Zúngano. Tres sesiones de sobadas lubricadas con aguardiente y ruda bastaron para que Sebastián recuperara el apetito. Su ánimo cambió, aumentó de peso y otra vez la sonrisa floreció en su rostro y volvió a entonar un estribillo de una canción de moda – dime poiqué, lo judo, lo judo, dime poiqué, estribillo que siempre andaba canturreando, hasta que algun compa aburrido le gritaba – a la puta Sebastián, ¿que no te sabés otra canción? –

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Una noche lo ví llorar como niño por la muerte de un compa que había atendido. El llanto de Sebastián era de dolor, de rabia, de impotencia, de tristeza, de lamento, de congoja. Se reprochaba, se recriminaba y decía pero si hubiera hecho tal cosa, a lo mejor lo hubiera salvado y él mismo se echaba la culpa por la muerte del compa y yo le decía, tratando de consolarlo, pero Sebas la herida era mortal por más que hubieras hecho no lo hubieras salvado, ni vos ni nadie. Sebastián el sensible, el humano, a pesar de todo, pasó deprimido varios días y más se deprimía cuando todas las mañanas, después del cotidiano ejercicio físico o sea del matutino, en la formación el comandante del campamento guerrillero gritaba a todo pulmón, ¡Compañero Fulano! haciendo homenaje al guerrillero caído en combate y toda la mara contestaba a una sola voz ¡Presente!, ¡Presente! Mucho tiempo después, precisamente en una de esas formaciones militares y después de cantar el “himno” (el FMLN nunca tuvo himno, lo que se cantaba en las formaciones militares más bien era un tango… el efeemeeleene vanguardia de un pueblo que luchaaa), se había ordenado que para romper fila y retirarse, había que extender la pierna derecha, dar un zapatazo y gritar !VENCEREMOS! y, al hacer eso Sebastián, quien no se había fijado que había un tronco debajo suyo, al dar el zapatazo, le dió al tronco y antes de que pudiera gritar venceremos, rodó por el suelo, cuan largo era; no sería honrado si omitiera decir que ver a Sebastián volar por los aires provocó entre nosotros los guerrilleros presentes una gran carcajada colectiva y general que enrojeció a Sebastián quien también se desternillaba de risa. Unas dos semanas antes de que Sebastián muriera, a los cuilios les agarró por mortarear al azar la zona de Tres Calles todas las benditas noches. Colocaban varias piezas de artillería a ambos lados del rio Lempa, para lanzar obuses cientocinco milímetros a diestra y siniestra desde las siete hasta las nueve de la noche. Los guerrilleros sabedores de la delicadeza de los cuilios para darles las buenas noches, se preparaban física y mentalmente para aguantar la andanada de mortíferos proyectiles, oían primero el ¡PUM! de salida de las granadas letales, después el siseo ¡SSIIIFFF! del proyectil al surcar el aire y por último el ¡BLAMM! del estallido final; calculaban la zona a donde había aterrizado el obús y, con base en esos detalles auditivos, buscaban protegerse del próximo morterazo. Después del último obuzaso, los guerrinches se disponían a descansar y algunos acudían al campamento de los logísticos para ver por televisión el noticiero de las nueve de la noche. Sebastián era un asiduo televidente del famoso noticiero. Pero, cuando el destino ya tiene echadas las cartas del futuro de uno, no hay forma de cambiar las cosas. Resulta que el día de la muerte de Sebastían, los mugrosos cuilios, en contra 206


de la rutina, dejaron de morterear a la hora acostumbrada, silencio, silencio. Sebastián, también en contra de la costumbre, no fue a ver el noticiero y junto con su equipo médico (Bonerges, Chayito y otro compa) se acostó al pie de un árbol de amate. Despuesito de las nueve de la noche se oyó un único ¡PUM! y ese artero proyectil de mala muerte fue a caer exactamente donde Sebastián y su grupo pernoctaban. Sebastián, herido mortalmente, antes de pensar en él mismo, hizo un último intento por salvar la vida de Bonerges y el otro compa, pero ya era demasiado tarde; la parca sesgó la vida de uno de los médicos más consecuentes de la revolución salvadoreña. Años después, cuando el conflicto armado terminó, haciendo un recuento de los logros alcanzados con la firma de los Acuerdos de Paz versus la gran cantidad de guerilleros muertos, dormidos en tumbas guerrilleras diseminadas a todo la largo y ancho del país, llegué a la conclusión de que tanta mortandad no había servido para gran cosa; pero, si bien era cierto que habían muerto cientos de revolucioonarios, una cosa me quedó muy clara, que la REVOLUCIÓN NO HA MUERTO y que Sebastián, el médico belga guerrillero, sólo se encuentra durmiendo el sueño eterno de los justos buenos, en espera del último asalto al cielo. Creo también que la forma tan absurda en que murió Sebastián le ha de haber provocado frustación, pues alguna vez que hablamos acerca de la forma en que nos gustaría morir en la guerra, ambos coincidíamos en que lo mejor sería morir combatiendo de frente al enemigo, como buen guerrero; pero, como uno propone y la guerra dispone, pues ni modo, así como murió Sebastián también mueren los héroes. Por último, a los que sobrevivimos a la guerra, sólo nos queda gritar a todo pecho: ¡COMPAÑERO SEBASTIÁN, HASTA LA VICTORIA SIEMPRE¡ Emilio Invierno de 2002

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Siglos UNTS

Union Nacional de Trabajadores de El Salvador

FPL

Fuerzas Populares de Liberacion uno de los cinco organizaciones del FMLN

PRTC

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ERP

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BRAZ

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PDC

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ARENA ? RN

Resistencia Nacional

PRAL

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