Torola, Rio de los Guayabos. Memoria oral de sus pobladores

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Torola

“Rio de los guayabos�

Memoria oral de sus pobladores


Agradecimiento a los pobladores de la zona de Torola por transmitirnos la memoria oral que atesoran con orgullo.


“Rio de los guayabos”

Memoria oral de sus pobladores

De vez en cuando camino al revés Es mi modo de recordar Si caminara solo hacia adelante Te podría contar como es el olvido. Humberto Aq’ab’al



Indice Presentaciรณn

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Introducciรณn

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1. El municipio de Torola

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2. Recursos naturales

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3. Religiosidad

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4. Usos y costumbres de ayer y de hoy

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5. Alimentaciรณn

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6. Vivienda

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7. El comercio

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8. Agricultura

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9. Aspectos culturales

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10. Cรณmo hablamos

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11. Mitos y leyendas

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12. El aporte de Ayuda en Acciรณn al desarrollo del municipio

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13. Testimonios de personajes del municipio

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Presentación Ayuda en Acción se complace en ofrecer al lector el documento titulado: “Torola: Río de los Guayabos”, el cual rescata la importancia de las tradiciones y los valores culturales del pueblo de Torola.  La tradición es importante no sólo porque transmite, en el tiempo, un conocimiento cultural y patrimonial único que es cada vez más importante para la historia de un pueblo y una memoria que nos permite  ubicarnos en el tiempo como seres históricos y con finalidades específicas, si no también porque permite que cada ciudadano se identifique con su propia cultura. Ayuda en Acción reconoce que uno de los fines de la educación, es inculcar en la niñez y los adultos el respeto de su propia identidad cultural, a la vez que se permitan espacios para que las personas puedan participar libremente en su vida cultural y en las artes. Para ello, deben crearse las oportunidades apropiadas, es por eso que la publicación de este tipo de documento, contribuye a promover los derechos culturales de la niñez.

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Este legado cultural,  testifica la experiencia humana y ofrece a cada ser humano la oportunidad del descubrimiento propio. Deseamos que puedan disfrutar de su lectura y enriquecerse con la cultura y las tradiciones del pueblo Tororla, donde Ayuda en Acción ha acompañado  durante 10 años, procesos de desarrollo para el bienestar de la niñez, sus familias y la comunidad Ana Lorena de Orella Directora  Nacional Ayuda en Acción


Introducción A iniciativa de Ayuda en Acción y la Fundación para el Desarrollo Educativo Morazán en Acción (FUNDEMAC), se ha elaborado el presente documento titulado: “Torola: Río de los Guayabos. Memoria oral de sus pobladores”, bajo la dirección del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI). La publicación tiene por propósito llevar a las nuevas generaciones lo que nos enseña la memoria oral de sus pobladores, llevándonos de la mano para conocer como son nuestros valles y montañas, la religiosidad, los mitos y leyendas, la vida cotidiana, en fin todo lo que la memoria colectiva nos trasmite como parte de nuestro pasado histórico y nuestra cultura, la cual alimenta a la comunidad en sus sueños por una vida con desarrollo y dignidad. El documento nos ayudará a conocer mejor la historia de Torola, a obtener un conocimiento más integral de la sociedad y a entenderla mejor, reconstruyendo el pasado, a partir de los recuerdos de sus pobladores.

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Hola, soy Licha Chicas... Y quiero invitarles a que me acompañen a descubrir algunos cosas bien interesantes sobre nuestro municipio Torola. ¿Querés que te cuente el cuento de nuestro pueblo Torola? Pues el cuento te lo cuento contenta. Para comenzar por el comienzo ¿Sabés qué significa Torola?

1. El Municipio de Torola En la lengua Potón, que hablaban nuestros antepasados los indígenas Lencas, Torola significa tres cabezas, pues proviene de toro, que significa cabeza y lagua, que quiere decir tres. Aunque otros estudiosos afirman que Torola significa Río de los Guayabos: toróro que es guayabo, y guala, río.

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Torola es una población muy antigua... fue fundada hace muchos años por los Lencas, que según la tradición se asentaron primero en la planicie de “El Zapote Ruco”, ubicado a menos de un kilómetro hacia el norte del poblado actual. Pero tenía la desventaja que el agua estaba lejos, posiblemente por este motivo los moradores decidieron el traslado hacia el borde de la meseta en que se encuentra hoy día. En 1550, el poblado en ese entonces llamado Santiago Torola, estaba habitado por 500 indígenas, que se dedicaban a labores agrícolas. Dos siglos más tarde, en 1740, apenas tenía unos cuarenta habitantes, según informó a la Real Corona el Alcalde Mayor de San Salvador.


Conforme a lo escrito por el Arzobispo don Pedro Cortés y Larraz, este pueblo pertenecía en 1770 a la parroquia de Osicala, y tenía 70 habitantes. En 1807 su población ascendía a 201 indígenas. En esos tiempos nuestros antepasados cosechaban el jiquilite, la planta del cual se extraía el añil, un producto utilizado como colorante. Si le preguntas a tus abuelos, te hablarán de los lugares donde se extraía el añil, llamados obrajes. Si exploras las orillas de los ríos, seguramente encontrarás las ruinas de alguno de ellos Torola es uno de los 26 municipios que conforman el departamento de Morazán. Su cabecera municipal es la población de Torola, localizada a 28 km. al noroeste de San Francisco Gotera, la cabecera departamental. Torola se encuentra situada a una altura de 730 metros sobre el nivel del mar. Al norte colinda con Honduras; al noreste, con el municipio de San Fernando; al este, con Jocoaitique y San Fernando; al sur, con San Antonio, en el departamento de San Miguel, y San Isidro; al suroeste, con San Simón y San Isidro; al sureste, con Jocoaitique; y al oeste, con San Antonio. El municipio está compuesto por cuatro cantones: Agua Zarca, Cerrito, El Progreso y Tijeretas. Éstos se dividen en 25 caseríos.

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2. Recursos naturales Torola posee abundantes fuentes de agua de excelente calidad, los manantiales brotan del cerro se llaman El Volcán y originan las quebradas: Agua Zarca, El Picacho, El Barrancón, Maragua, El Chongue, El Muyo, El Cacalote y El Brujo. La flora silvestre ofrece árboles como el quebracho, el güiligüiste, el madre cacao, el salamo y el laurel, para las construcciones. El botoncillo, el jimilile, el pie de venado, la aguja de arra, proporcionan la vara que ha de sostener la teja de los techos y la tierra de las paredes. El bejuco de corral puede servir para el amarre de la madera y de la vara. La piñuela se emplea en cercos. El jiote y el tempate procuran el “brotón”. Del pino maduro se extrae el ocote y del pochote el algodón para almohadas. El mozote limpia de impurezas, el caldo de la caña y la hoja del chaparro se utiliza en el lavado de los trastos. El aceituno produce el fruto para el jabón y la “huerta”, la ceniza para extraer lejía. Son comestibles la flor de churla, el fruto de siguampero, la granadilla silvestre, el quiscamote. Se atribuyen propiedades medicinales a la valeriana, la quina, el chichipate, la ipecacuana. La fauna en el campo incluye venados, conejos, armadillos, tepescuintes, ardillas, “guatusas” y aves. En ríos y quebradas se encontraban guapotes, chacalines, camarones, cangrejos, mojarras y bagres. Desafortunadamente, algunos de estos animalitos están en peligro de extinción por la caza y la pesca realizada de una forma inadecuada.

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3. Religiosidad Les cuento que el actual párroco de Torola es el padre Rogelio Pónsele, un sacerdote muy querido por las comunidades por todo lo que él ha hecho por la gente. Mi abuela me cuenta que él tiene casi 30 años de estar en estas tierras, y que durante la guerra, fue uno de los poquitos que en esta zona se mantuvo llevando el mensaje cristiano, aún en medio de las bombas. Al padre Rogelio lo tenemos cada domingo dando misa y ayudando a los más necesitados.

11 Las festividades religiosas más importantes son: El 20 de enero, cuando se conmemora a San Sebastián, la festividad mayor es dedicada al Apóstol Santiago el 25 de julio, el 18 de octubre se celebra a San Lucas, y el 8 de diciembre a la Virgen de Concepción. Mi abuela cuenta que en un comienzo la iglesia de Torola se construyó en otro punto más cerca de El Volcán, pero la imagen del Apóstol Santiago se regresaba, lo llevaban de nuevo, y de nuevo se regresaba, así que decidieron trasladar al pueblo a donde se encuentra actualmente. Otra pasada que cuentan es que durante la guerra, unos soldados querían sacar del templo a la imagen del Apóstol, pero no pudieron moverlo. “Santiaguito de a caballo” se resistió... y allí sigue, en nuestra bonita iglesia... bien cuidada por el padre Rogelio.


Y ahora quiero contarles sobre algunas celebraciones, de antes y de hoy: Las Floreadas Se realizan en Mayo, mes de María y de “Las Floreadas” en honor de la Virgen. El 31 de Mayo, se realizaba el cambio anual de mayordomos y ayudantes. Luces para la Virgen El 7 de Diciembre, una celebración que en el pasado congregaba a muchísima gente que bajaba de El Volcán a la hora del Ángelus, portando muchas luces para la Virgen de Concepción. Los “velorios” de Santiaguito En los habitantes de la región existe una gran fe en “Santiaguito de a caballo”, como le llamamos. En situaciones desesperadas se le ofrece la promesa de un “velorio”, a cambio de un “milagro”. En los años sesenta el maestro Lisandro Argueta escribió: “En horas vespertinas del día señalado, la imagen de Santiaguito se llevará en casa del oferente. Un repique de campanas indica la salida del “patrón”. Vecinos del cantón han venido a llevarlo. Don Chinto los acompaña, sonando la campanilla. Y también Simeón López, con redobles a tambor. Se acerca la comitiva a la casa del “velorio”. A la hora gris, cohetes para recibir a Santiaguito. Pasa la noche con sus gentes, que le dedican tres rosarios. Para los concurrentes: cigarrillos, café con pan y tamales, cena con arroz de “velorio”. Noche de vigilia. En la mañana del siguiente día, Santiaguito de regreso a su templo.

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El tambor de Simeón y la campanilla de don Chinto anuncian la marcha. Repique de campanas para indicar el retorno. La imagen de Santiaguito, la más solicitada para visitar las residencias cantonales. Además, todos los domingos, en horas de la mañana, recorre las vías urbanas, al son de la campanilla, para guardar el orden y recibir las limosnas que se le ofrezcan.”


4. Usos y costumbres de ayer y hoy Velorios Son actividades que se hacen de noche, dedicadas a Dios, la Virgen, los Santos, o los difuntos. En las casas se pone un altar con imágenes o una cruz. Al frente la concurrencia reza y canta “alabados” bajo la dirección del “rezador”. Entre los rosarios, se obsequia pan o tamales con café. La celebración se completa con música y cohetes, excepto cuando es dedicada a difuntos. Vestuario Algunas mujeres de los cantones, por comodidad y economía, se calzan a la entrada del pueblo y se descalzan a la salida. Muchos usan el caite. El sombrero, es de palma o de fieltro de acuerdo a las posibilidades económicas. El de palma presenta variedad: “chilanga”, “ilama”, “junco” y es de fabricación moderna. Trabajo El campesino dispone de su equipo mínimo: “el machete calaboz”, “la piedra de afilar”, “el calabazo con agua” y “eslabón con mecha”, para encender el cigarrillo de papel o “tusa”, de confección casera. Dar gracias a la tierra Otra de las antiguas tradiciones de Torola, era la del sacrificio de un chompipe para dar gracias a la tierra y pedirle por buenas cosechas. Un anciano del pueblo dirigía la ceremonia, mientras un tropel de gente subía hacia la cumbre de El Volcán con el “chompipe” destinado a la ofrenda, y las canastas con las mazorcas de maíz “destuzado”. El anciano tomaba a la víctima y la degollaba con un puñal de obsidiana, en medio de oraciones a la madre tierra, la sangre del ave bañaba la tierra y cada quien acercaba la canasta para recibirla en las mazorcas.

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5. La alimentación En Torola, el maicillo y el maíz constituyen las fuentes de alimentación más generalizadas. Están en segundo plano el frijol y el arroz, los huevos de gallina y los productos lácteos. El alto precio de la carne limita sensiblemente su demanda. Por hábito y economía, se recurre al café, como sustituto de la leche. La sal y el “dulce” complementan la alimentación. En otros tiempos, el “Sábado de Gloria” era de rigor el reparto público y gratuito de “alborotos”. En Semana Santa se come pescado, tortas y pan. Cuando se inicia la época de lluvias, los motates complementan el menú. En agosto se generaliza la preparación de alimentos basados en el maíz tierno: elotes, atole, tamales y riguas. En su tiempo de cosecha, los aguacates invaden la mesa torolense. Y claro, nunca faltan los riquísimos tamales, que en opinión de los visitantes, son los tamales más sabrosos del mundo, humm.. ya se me hizo agua la boca...

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6. La vivienda La cabaña pajiza heredada de nuestros antepasados Lencas, aún predominaba a fines del siglo XIX. La presencia del conquistador español influenció en la construcción de la vivienda, con el empleo de teja, adobe, ladrillo y clavo de hierro. El templo de Torola constituye la expresión más cabal de la influencia arquitectónica española en el lugar. Mientras que en el área rural hay uniformidad en las casas de las personas con ciertos recursos: caballote corto, cuatro aguas, corredores en torno del cuerpo central, techo con altibajos y cubiertos de teja, paredes de bahareque o adobe, puertas de tabla cordoneada, piso de tierra o ladrillo de barro. Tanto en el campo como en el sector urbano, los propietarios prefieren la casa de salón único y forma rectangular. En el interior se mezclan las camas de pita, las mesas, las sillas, las trojes y demás objetos domésticos, incluyendo la piedra de moler, el maíz, la hornilla, el tapexco para los cántaros e implementos de cocina.

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7. Comercio Un dato curioso, el 9 de enero de 1957, por primera vez ingresaron tres jeeps a la población de Torola, trayendo algunas mercaderías. Los mayores nos cuentan cómo el ocote en haces llegaba de Perquín y San Fernando. Campesinos de Honduras cargaban en cacaxtles las granadillas, las papas y los repollos. Marcala enviaba sus naranjas. Comerciantes hondureños traían las cebollas de Lejamaní, el tabaco en rama y los puros de Copán. Con frecuencia aparecían vendedores de sombreros, perrajes, machetes, caites. La sal había que comprarla en Pasaquina, las medicinas en San Miguel y las mangas en Sensuntepeque. Hace muchos años, se veía a campesinos cargando la jarcía y el añil recorriendo largas distancias en busca de compradores. Desde el 18 de julio de 1943, las ferias dominicales de Torola centralizan el comercio de la región fronteriza con Honduras. El 24 de julio de 1945 se puso en servicio la casa-mercado. En el transcurso de 1963 se estableció el tiangue. Hoy en día, concurridas y animadas, las ferias dominicales de Torola se desarrollan en la mañana.

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8. Agricultura Los productos agrícolas más cultivados actualmente son el maíz, el maicillo, el frijol, henequén y la caña de azúcar; sus industrias más importantes son: la fabricación de panela y jarcia. Actualmente, una planta que explotan los vecinos de Torola es el maguey, pero antes se cultivó abundantemente el jiquilite, la planta de donde se extrae el añil, y esto lo sabemos porque todavía se encuentran las ruinas de unos 30 obrajes para elaborar el añil. El Henequén es importante para la economía regional pues con su fibra se producen hamacas, matatas, alforjas y otras artesanías. ¿Sabés cómo se trabaja el Henequén? Pon mucha atención: El sacador, es un quien extrae la fibra del henequén, bajo la sombra de un árbol. Allí cerca, tendidas las pencas, unas junto a las otras. Se toman de cinco en cinco, se sostienen con la mano izquierda y se procede a seccionarlas por la base, con el hendedor de hueso. Atado al tronco de un árbol, esperan su turno de trabajo el banco de madera horizontal y las estacas en forma de huso. El sacador toma la penca, separa con la izquierda la primera sección, la coloca entre ambas estacas, aprieta éstas, tira hacia él, violentamente, y aparecen las blancas fibras, junto a la corteza verde. Descabezadas numerosas pencas, habrá que descolarlas. El haz de fibras en torno de un tortol, pendientes de la mano derecha las porciones apuntadas de las pencas, y repetición de los movimientos rutinarios. Extraída la fibra entera, habrá que formar los haces, doblados y retorcidos. Al final de la jornada, sobre el hombro del sacador, va el mescal para su lavado en el agua. El día siguiente estará tendido en lazos para recibir el sol. Luego habrá que pesarlo, para venderlo en la feria dominical, por docenas o cargas.

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9. Aspectos culturales El primer periódico Torolense ¿Sabés que uno de los primeros periódicos de Torola se llamó Avance Cultural? Pues te cuento que fue fundado por don José Avelís Llanes y fue editado con regularidad durante los años 1953 y 1954. Torola ha sido cuna de hombres y mujeres que se han superado, bien mediante sus propios esfuerzos autodidactas, o cursando diversos estudios, como medicina, ingeniería, derecho, docencia, administración de empresas, periodismo o agronomía. ¿Sabés? Actualmente hay varios jóvenes de Torola estudiando en varias Universidades... Desafortunadamente, algunos jóvenes, por falta de oportunidades se han tenido que ir a buscar trabajo a los Estados Unidos. Es una lástima porque de esa manera los familiares quedan separados por largo tiempo. Yo prefiero quedarme en mi municipio... estudiando, para hacerlo mejor. ¿Tiene Torola una canción?

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Cuando nos hicimos esta pregunta, todos me dijeron, Andá preguntale a doña Rosa, la mamá del Alcalde, seguro que se la sabe. Y así hicimos, tomamos el camino a la quebrada de Maragua, subimos y bajamos lomas, hasta llegar a la casa de Doña Rosa quien alimentaba a unos pollitos. “Diasledédios” doña Rosa. ¿Es cierto que Torola tiene una canción? ¿Nos la puede cantar? Doña Rosa peinó su pelo cano, entrecerrando sus ojitos y con dulce voz cantó:


Canto a Torola Hay en El Salvador un rincón que nos hace soñar visto con esplendor y en las noches se le oye cantar... Sentimos la emoción y hay enjambres de felicidad late mi corazón y está envuelto en sublimidad. Es Torola un rincón tan soñado que Natura lo supo adornar; sus montañas juegan de amor con el sol que es todo un primor... Y en las noches con sus plenilunios los naranjos exhalan su olor, y en toditas las barriadas hay guitarras que lloran de amor... —Ya está, ya se la canté niña Licha, éste es un poema de Juan Isolino Rosa, maestro y poeta, aquí vivía en el pueblo cuando le dedicó esta canción. Le agradezco a Doña Rosa su amabilidad por haberme cantado la canción. Y me fui de regreso al pueblo. En la gran cuestona comencé a sudar, y para distraerme, recité un poema que me enseñó mi maestra en la escuela: “La virgen se está peinando con el rumor del Torola. Dos luceros hondureños en sus sienes se deshojan...”

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10. Cómo hablamos Cotorra

Objeto en forma de rueda.

Calabazo

Tecomate.

Currucha

Pan de harina de maíz.

Cheje

Pájaro carpintero.

Chichinguaste Planta herbácea medicinal. Sombrero viejo. Churuco

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Güisute

Macana.

Jito

Cariñosamente así llamamos a un niño.

Jimilile

Vara delgada y en forma de caña.

Mascabado

Azúcar en polvo.

Muscurra

Pan de harina.

Muñiga

Estiércol seco de ganado vacuno.

Maicillar

Cortar maicillo.

Nuco

Sin cuernos.

Quitacalzón

Árbol de la región.

Ruco

Sin dientes.

Talete

Especie de frijol.

Zúngano

Zunzapote.


11. Mitos y leyendas ¿Sabés que las mujeres juegan un papel muy importante en nuestra región, por ser transmisoras de nuestra cultura? Por ejemplo, mi abuela sabe todo sobre Torola, y ella lo trasmite a sus nietas y nietos. Ella se sabe todos los mitos y leyendas. La que más me gusta es la Leyenda de “El Partideño”. “El Partideño” era un bandido generoso que robaba a los ricos para favorecer a los necesitados. Mi abuela me contó que éste era un joven que se dedicaba a arriar partidas de ganado por todo el oriente salvadoreño. Y que cuando estaba a punto de casarse, un rico hacendado le secuestró a la novia y desapareció con ella. Desde ese día se convirtió en un asaltante de caminos, que sólo robaba a los que tenían pisto, para luego repartirlo entre los pobres... por ello es un personaje recordado y querido por la gente. Cuenta mi abuela que por el llamado Volcán de Torola existe una cuevona, donde están dos argollas de oro, donde amarraba su hamaca “El Partideño”. Y ahora, leamos en el libro “La Terquedad del Izote”, sobre otra leyenda bien bonita...

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La leyenda de El Chongue “En varias oportunidades me habían hablado sobre la existencia de El Chongue, una alta cascada que se precipita desde la meseta de Torola. En torno a este lugar se tejen innumerables historias mágicas y reales. No aguanté la curiosidad, desde el campamento de El Pedrero hasta Torola tardé unos 20 minutos. Atravesé el centro del pueblo y seguí en busca de la cascada, crucé quebradas y potreros, di vueltas entre los charrales sin encontrar el objetivo. Desanimado, emprendía el regreso cuando encontré a un muchacho, pequeño y delgado. Mostraba una pequeña expresión de asombro en la mirada. Platicamos sobre el verano, los gusanos que friegan a los terneros, y lo rico que estaban las frutas de estación. Me contó que había estudiado hasta cuarto grado y se llamaba Arnoldo. Por supuesto, no tardé en preguntarle por la cascada que buscaba. El muchacho tartamudeó, emocionado: -¿Lo que busca es El Chongue?... pero si está cerquitilla, venga, lo voy a llevar. Tomamos el cauce de una quebrada de grandes rocas pulidas por el tiempo. Caminamos hasta llegar al filo de la meseta donde desaparece el paisaje, en un abrupto barranco. Es allí donde el agua de la quebrada se arremolina en una hermosa poza, para luego caer hacia un precipicio de decenas de metros. El viento bate el agua y levanta una fina llovizna sobre la cual se dibujan numerosos arco iris. Arnoldo se coloca al borde de la roca, no parece sentir vértigo al mirar hacia el fondo del precipicio. -Mi maestro nos dijo que aquí le llaman El Chongue, porque en el habla de los indios, quiere decir llovizna de agua. Mi abuela me contaba que hace muchísimos años, en el tiempo de los antiguos, tenían la costumbre de adorar al sol. Una vez al año venían a este lugar. Escogían a una de las cipotas vírgenes, entonces el brujo la bañaba en esta poza…aquí, ¿ve? Después la paraban en esta piedra y la tiraban al barranco. Cuentan que una vez escogieron a una princesa india, pero cuando ya el brujo la tenía chuloncita y lista para tirarla desde aquí, la cipota se negó, le dijo que no, que ella no quería ser mujer del sol ni que ocho cuartos, que ella estaba enamorada de un cipote de Torola. ¡Ja!, el brujo se encachimbó. Entonces le echó una maldición:

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Desde ahora te maldigo cipota terca, te convierto en culebra, vivirás en quebradas y ríos.. así fue el volado. Y cabal, la cipota convertida en culebra con escamas de oro, sigue apareciendo en las quebradas… les sale a los solteros y los deja mediolocos… De regreso a Torola, sin perder el encandilamiento de su mirada, Arnoldo da extraños brincos, de piedra en piedra mientras grita: -¡Chongue!... ¡Chongue! Se me ocurre que a Arnoldo se le ha aparecido, la cipota embrujada que enloquece a los solteros.” (Tomado del libro “La Terquedad del Izote”, de Carlos Henríquez Consalvi, “Santiago”).


La leyenda del Pie del Gigante Otra curiosidad que rueda de boca en boca, trasladada de los más ancianos a los más jóvenes, es la de la existencia de una enorme huella formada en la superficie de una roca, en El Barrancón, que es igualita a la huella de un enorme pie humano, como de cinco metros de largo. La leyenda cuenta que allí puso su pie derecho un gigante, y a su paso por Torola, puso el pie izquierdo en el Cerro Brujo, unos 10 kms. al Oeste, en jurisdicción de Colomoncagua. Y hablando de curiosidades, El Pedrero es una de ellas, se trata de una interesante agrupación de grandísimas rocas, que se encuentra en el cantón Agua Zarca, entre el los caminos que de Torola conducen a San Fernando. A más de uno se le ha ocurrido que esas enormes rocas fueron colocadas allí por el gigante que pasó por la zona. Como dato curioso, podemos contarles que en El Pedrero estuvo unos meses el campamento de la Radio Venceremos, bien protegido de bombardeos por esos macizos rocosos, desde donde se aprecia todo el hermoso paisaje del norte de Morazán.

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La culebra encantada de Maragua La tarde que fui a la casa de Doña Rosa, recuerdo que ella me contó que cerquita de su casa, en la quebrada de Maragua, dicen que aparecía una gran culebra, con escamas de oro, y que todos los años la gente le hacía una gran celebración: le llevaban frutas, y luego aparecía la gran culebrona. Esto sucedió hasta que vinieron unos brujos de Cacaopera, metieron la culebra en una gran cajona, y se la llevaron para más nunca volver. Cuentan también los ancianos, que los brujos recogieron el agua en una cáscara de huevo, y así se formaron las lagunas. Existe la creencia que están encantadas algunas cuevas, barrancas, cerros. Las creencias populares, hablan de el Cadejo, el Duende, la Sihuanaba o Sucia y el Justo Juez de la Noche o Zipe. Otros dicen haber escuchado los escalofriantes chirridos de la Carreta Bruja recorriendo las calles de Torola. Bueno, y no les cuento más porque si sigo, segurito esta noche no van dormir de puro espanto...

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13. Aporte de Ayuda en Acción al desarrollo del municipio.

Me cuentan mi mamá y mi papá, que allá por el año de 1998, llegó a nuestra comunidad una organización española llamada Ayuda en Acción, la cual vino para mejorar las condiciones de vida de la niñez, las familias y las comunidades. Ellos han desarrollado muy  buenos proyectos, que han servido para mejorar la calidad de vida de nuestra gente.   Por ejemplo en el área de salud, en coordinación con el Ministerio de Salud y otras organizaciones que trabajan en ese campo, llevaron a cabo campañas de atención médica y dental, nos pusieron letrinas aboneras, nos enseñaron hábitos higiénicos que nos ayudaron a mantenernos sanos y evitaron que nos enfermáramos muy seguido, como antes nos pasaba. También han hecho muchas obras de infraestructura básica, construyendo y mejorando las condiciones habitacionales de muchas familias de escasos recursos económicos, como la mía. A las escuelas también se les ayudó, con el mejoramiento y ampliación de aulas escolares, se les construyeron cocinas-

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bodega para almacenar los alimentos que se sirven en los comedores estudiantiles, y algunas hasta se les hicieron áreas recreativas para practicar los deportes. Me cuentan que en la comunidad Maragua, introdujeron sistemas de agua potable, con lo que se mejoró la salud, al contar con agua limpia. ¡Ah¡ y me olvidaba de contarles que también se nos ha orientado mucho sobre el tema de ecuación sexual y la prevención del VIH-SIDA. En educación muchos niños, niñas y jóvenes, fuimos apoyados con paquetes escolares, que fueron un gran alivio económico para nuestras familias. Algunos de los cipotes y cipotas más estudiosos, recibieron hasta becas para continuar sus estudios de educación básica y bachillerato. Con ese apoyo estamos mejor preparados para enfrentarnos al futuro. Ellos nos han hecho conciencia sobre la importancia de la educación para que nosotros tengamos un mejor desarrollo. A muchas familias de la comunidad, también se les dio apoyo para establecer tanques de pescados, granjas de gallinas ponedoras y pollos de engorde y huertos caseros. También se apoyo a nuestras papás con la introducción de árboles frutales y semillas, para diversificar sus parcelas. Con esa ayuda se mejoró la dieta alimenticia de sus hijos e hijas, y a la vez algunas familias pudieron hasta comercializar algunos excedentes. En la parte de las artes y la cultura, apoyaron a grupos musicales y artísticos, para que pudieran fortalecer sus habilidades. Otra de las cosas buenas que han hecho, es que apoyaron la conformación y legalización de las Asociaciones de Desarrollo Comunal y también les dieron capacitación en temas de liderazgo, organización, formulación de planes y presupuestos y perfiles de proyecto. Además se trabajaron las temáticas de derechos y deberes de los niños y niñas, y tuvimos intercambios, foros, marchas, charlas, y reuniones informativas, en donde nos dieron la oportunidad de expresarnos, participar y tomar decisiones en cosas que nos atañen. Ellos nos dieron mucho en estos 10 años de trabajo que han estado con nosotros. Hoy han decidido retirarse porque los objetivos que se propusieron se han cumplido y piensan que nosotros estamos listos para seguir caminado por nuestros medios, y gestionar nuestro propio desarrollo. De todas formas, les agradecemos mucho todo lo que nos han dado y lo que juntos hemos aprendido. Jamás los vamos a olvidar.

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13. Testimonios de personajes del municipio Bien, ahora les invito a jugar el Juego de ser “periodista preguntón”... tomá un papel y un lápiz, y hazle preguntas a tus padres o abuelos... ¿Cómo era el Torola de antes?, que te cuenten pasadas sobre los personajes del pueblo, que te hablen los mitos y leyendas... juega a reconstruir la memoria histórica de nuestro querido Torola... así como voy a hacer ahora, juega conmigo... ¡Buenos Días Señor! Estamos entrevistando a algunos vecinos sobre cómo era el Torola de antes... ¿Podría decirme su nombre, de dónde es y en qué trabaja? Mire yo me llamó Alejandro Vigil, nací en el Cantón Agua Zarca, jurisdicción de Torola, en el caserío Tortolico. Bueno en lo que trabajaba era en hacer milpa o en hilar mescal. De cipote aprendí a aserrar, y ya no sacaba mescal, pues me gustaba más aserrar. ¿Y cómo era la vida antes, dónde compraban? Bueno, lo que era cosas de frijoles o sea todo lo que ya era sal, dulce, todo eso, veníamos a comprarlo a Jocoaitique. Para el maíz lo que hacíamos era que íbamos a comprar a Torola, porque aquí sacaban maíz bastante y era maíz cosechado, veníamos a traer alguna arroba, porque lo que pasa es que no teníamos dinero para comprar bastante, una arroba era lo más. Cultivábamos, pero el problema es que no nos ajustábamos, ya cuando era el mes de junio y se ponía caro, por ejemplo junio y julio se ponía caro, entonces ya no podíamos comprar bastante y ya no teníamos qué comer. Aquí se pasaba, y se pasa hambre todavía. ¿Y cuando se enfermaban qué hacían? Íbamos a la clínica de Jocoaitique, imagínese lo lejos que teníamos que caminar, con alguna enferma en el lomo... ¿Usted se acuerda de alguna historia que contaban sus abuelos en ese tiempo? Una costumbre que había, era que cuando una señora iba a tener un niño venía la partera de otra parte, me acuerdo que la traían, y yo ni me daba

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cuenta cómo era eso, en qué forma, cómo sabían que iba a nacer, pero lo que a uno le metían también era que esa señora venía con una gran maleta en la cabeza, entonces le metían eso a uno de que la señora venia a dejar el niño, y que así nos decían que nacían los cipotes. Nos hacían creer que la partera era la que traía el niño, y uno creía que era cierto, porque al día siguiente ya amanecía, y como a uno lo mandaban a dormir no tenia que estar ahí, pero como al siguiente día amanecía el niño ya le decían: mirá lo que trajo la señora. ¿Se vivía mejor antes o ahora? Lo único que se vive mejor ahora es porque tal vez por el hecho de que ya no hay las dictaduras de antes, ahora uno puede decidir, tiene más libertad. Antes uno no podía hablar, pero hoy en ese sentido, pero también, por ejemplo, bueno hay más libertad, pero porque nos la ganamos con mucho esfuerzo. ¿Y qué problemas tiene ahora la comunidad? Los problemas que tenemos son los que se van dando, por ejemplo cuando estamos consumiendo muchos químicos, también los problemas que se van dando que vamos llegando ahorita, que no se pide opinión a la ciudadanía, todo eso, como eso del Tratado de Libre Comercio. Y yo lo que entiendo en cuanto a eso es que nosotros los pobres no vamos a aprovechar nada de eso, ahí solo los que son grandes empresarios. Bueno, muchas gracias, y hasta aquí.. esta entrevista... Y ahora vamos a entrevistar una persona que es muy conocida en Torola: ¡Buenos Días!... ¿Podría decirme su nombre, la fecha de su nacimiento y algunos de sus recuerdos? Mi nombre es Aníbal Orellana, nací el 13 de noviembre de 1913, es decir ya me voy acercando al siglo... ¿Y en qué trabajaba?

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En la agricultura, y en la ganadería. En ese tiempo el patrimonio de aquí, el principal era la ganadería, el henequén que la fibra es el mescal, el café no en gran escala pero había bastantito porque aquí la zona se presta para eso, tiene fresco y tierras áridas, aquí cuesta cosechar, quiere mucho trabajo. ¿Cómo era la vida antes en estas comunidades? Fíjese que siempre la pobreza es la que ha dominado a estos lugares, porque el lugar no es como en otras partes que la agricultura produce bastante, pero sin embargo se vivía mejor antes que ahorita. La gente se dedicaba más al trabajo y hoy la gente no quiere ni trabajar. ¿Y sabe a qué se debe?, es que los están chiniando mucho.


¿Cómo se vestía la gente, qué utensilios de cocina se usaban? Cuando mi juventud, no se conocía el zapato por estos lados, la mayoría de gente usaba caites, ahora no, pero es que la cosa ha cambiado. Había barro se vendía bastante, pero ya con el tiempo cambió todo, eso porque salieron los plásticos, ya hubo comercio y todas esas gentes quedaron sin trabajo, eran muy pocas de afuera, de Ojo de Agua, de ese lugar era la única parte que recuerdo yo que traían loza, cositas así para vender, no en gran cantidad, pero ellos eran los únicos que traían. ¿Alguna historia que contaban sus padres o abuelas? Lo que le quiero decir es que el pueblo no estaba aquí, estaba más arriba, de la salida para allá, por eso le dicen “Pueblo Viejo”, y dicen que la causa de haberlo cambiado de allí fue porque caía mucho rayo, dicen que quizá puede haber alguna vena de algún mineral.. ahí fue la cosa. ¡Chas gracias don Aníbal! Que Dios me lo lleve con bien...

Bueno, hasta esta parte del camino los acompaño.. y me despido con el último consejo para los niños y niñas de Torola... debemos sentir orgullo de nuestro pasado, de nuestras costumbres y forma de ser. Eso se llama identidad. Y la memoria histórica, que es la forma como nuestros abuelitos y abuelitas recuerdan los sucesos importantes del pasado, que han afectado a la comunidad. Pregúntale a los tuyos sobre sus recuerdos, y respeta esos recuerdos... Conocer las cosas del lugar donde nacimos, fortalece nuestro sentimiento de pertenencia, eso que nos hace identificarnos con nuestra tierra y su historia. Y nos ayuda a soñar un futuro mejor, tratando de resolver los problemas que tiene nuestra comunidad. Hasta pronto amiguitos y amiguitas... Juega aprendiendo... pregúntale a tus abuelos y abuelas y escribe la respuesta.

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¿Cuál es el recuerdo más antiguo que tienen de Torola? Pregúntales: ¿Sabe la leyenda de la culebra de Maragua?... Que te la cuente. Pide que te cuente alguna pasada de cuando eran jóvenes. Y ahora sí, de verdad, me despido... contándoles cual es mi sueño de cipota soñadora... así sueño a mi tierra: Que todas las personas que vivimos en el municipio de Torola podamos mejorar nuestras condiciones de vida, con mejores escuelas, que todos sepan leer y escribir, con salud, con trabajo para nuestros padres y madres. Que las niñas y los niños no tengamos que trabajar debido a la pobreza de nuestros padres, que no estemos desnutridos. Que seamos unidos para cuidar la naturaleza, no talar ni quemar la vegetación que nos da vida, y que tengamos agua potable y letrinas en nuestras viviendas, que seamos concientes de que juntos podemos salir de la pobreza.

Que juntos, con nuestro propio esfuerzo podremos resolver los problemas de la comunidad. ¡Soñar y estudiar, esa es la onda!. Y ahora sí, gracias por acompañarme hasta aquí, ahora sí, siacabuche...

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