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Imprime: «La Voz de Galicia. S. A.» División de Artes Gráficas. La Coruña I.S.B.N.: 84 - 600 - 2037 - 1 Depósito Legal: C . 308 - 1980


MUSEO ARQUEOLÓXICO E HISTÓRICO

VOL. 2

ACORUÑA

1981


DIRECTOR HONORARIO: Manuel Chamoso Lamas DIRECCiÓN: Felipe~Senén López SECRETARíA: Begoña Bas López MONTAXE: X. Raul López Naya

BRIGANTIUM trócase con publicacións especializadas en Arqueoloxía, Prehistoria, Historia, Etnografía, Arte, Epigrafía e Numismática

Diríxase a correspondencia a: Secretaría Boletín Brigantium Museo Arqueolóxico e Histórico Castelo de San Antón A Coruña (Galicia)




Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2 pp. 7-26

RELACION ENTRE LA DISTRIBUCION DE MAMOAS

y EL MEDIO FISICO EN LA ZONA DE SOBRADO-CURTIS FELIPE CRIADO BOADO MAR IAN O GRAJAL PI. Portugal, 6. A Coruña

Resumen: Después de la publicación en el número anterior de esta revista de la carta de mámoas de esta zona, acometemos en el presente trabajo el estudio de las relaciones entre el medio físico y la distribución megalítica. Con ello intentamos descubrir qué posibles condicionamientos operan sobre la situación de las mámoas. Previamente se presenta un estudio detenido que intenta comprobar la validez del mapa actual de dispersión de mámoas.

Abstract: The relation between the distribution of dolmen burial mounds and the physical environment in the Sobrado-Curtís zone. After the publication in the last number of this magazine of the papers about «mámoas» from this area, we are going to present in this work the relation between the physical midle and the megalithic distribution. We try with it discover what possibles condition operate over the «mámoas» situation. Previous presents a detailed work which try to demostrate the validity of the actual map of the dispersion of the «mámoas».

1.

INTRODUCCION

1.1

Después de la prospección de mámoas en la zona a la que este trabajo se refiere, hay un hecho consumado, cual es la elaboración de un determinado mapa de distribución de los túmulos. (CRIADO BOADO, 1980). Ante él conviene caer en la cuenta de: 1.° Dentro de la amplia zona catalogada hay áreas con muchos túmulos y otras donde no aparece ningún ejemplar. 2.° Se distinguen hasta cinco áreas principales de localización de mámoas: -El amplio grupo situado entre Torrelavandeira-Teixeiro-Queimada. - Las medoñas, mucho más dispersas que las anterior~s, comprendidas en la mitad oriental del municipio de Curtis. - Las articuladas alrededor del Camiño Real Gorxá - Ciudadela. - Las de la parroquia de Grixalba, Sobrado. - Por último, las existentes en la Sierra de O Bocelo. 3.° Las mámoas ocupan zonas de monte bajo incultas: ellas y las tierras de labor se excluyen mutualmente. 7


1.2 OBJETIVO DEL TRABAJO Si esta distribución es así, lógicamente deberá responder a unas causas: es lícito reconocer que especiales razones determinaron la localización geográfica de los túmulos dolménicos tal y como hoy se conocen. El hecho de que, de primera intención, estas condiciones no aparezcan claramente, no puede hacernos negar sin más que no existiesen. Debidamente «interrogados» los datos de los que se dispone y observándolos en relación con un amplio espectro de posibilidades, pueden salir a la luz las razones de que la distribución de las mámoas sea así y no de otra manera.

1.3 IMPEDIMENTOS DE INVESTIGACION Ahora bien, previamente a esta búsqueda, hay que contar con las dificultades que impone una importante limitación: Estamos tratando de discernir las causas de un determinado hecho, y lo primero con lo que hay que contar es con que este hecho puede aparecer fragmentado e incompleto; que la forma con la que se encuentra en la actualidad no se corresponde con la forma originaria, por lo menos en sus líneas generales, con lo cual el intento que aquí se plantea está ya invalidado desde el comienzo. Por ello, el primer punto a cuestionar es el actual mapa de distribución de los túmulos, viendo qué posibles alteraciones ha podido sufrir, la importancia de éstas y las correcciones que se le podrían añadir para acercarnos a un «mapa originario» de mámoas. Es tópico de la bibliografía sobre mámoas el hablar de la destrucción de los túmulos por faenas agrícolas, de su ausencia en las tierras de labor, y, en definitiva, de su aislamiento a zonas de monte. Así, por ejemplo: «En los llanos fértiles y cultivables la labor destructiva de los agricultores ha sido general y decisiva», (RODRIGUEZ COLMENERO, 1971).

1.4 SOLUCIONES PROPUESTAS Para comprobar la validez de esto y su acción sobre lo que ahora nos interesa, será bueno observar: - La relación de las mámoas existentes con el paisaje y aprovechamiento agrario actual. - Las variaciones de esta misma interrelación a lo largo de los siglos. Para uno y otro punto será necesario: 1) Caracterizar la actual distribución de las mámoas. 2) Examinar la regionalización, la intensidad y los tipos de aprovechamiento agrario presente. 3) Localizar en documentación medieval y del siglo XVII referencias a mámoas en esta zona. 4) Por último, definir lo mismo del punto 2), para los diferentes momentos cronológicos, es decir, remitirse a los datos de la Historia Agraria. 8


2. SITUACION ACTUAL DE LAS MAMOAS

2.1 Como queda dicho al principio, las mámoas se circunscriben principalmente a áreas de monte, no trabajadas en la actualidad. Ocupan el típico paisaje de «chaira» en Galicia: relieve regular, descampado, con monte bajo, tojales y brezos. Hay una palabra de origen desconocido que define este' paisaje con gran claridad: «Páramos)), pero sobre este punto se insistirá más adelante (epígrafe 2.2.1.2). Fuera de estas zonas faltan siempre en terrenos de valle o labradío; también se tratará con posterioridad sobre si esto es o no es lo originario, ahora lo que importa destacar es que no' son terrenos cultivados todos aquellos en los que en la actualidad no hay mámoas. Es más, las tierras de labradío ocupan una extensión mucho más reducida de la que queda libre de mámoas, aparte de que los terrenos cultivados son amplias islas casi incomunicadas entre sí, COl') grandes porciones de monte entre ellas. (A este respecto puede verse el mapa de aprovechamiento agrario de la cuenca del Deo -todo el cuarto NW de la zona catalogada-. En concreto, el porcentaje de tierras cultivadas de esta área es de 33% (MAPA 4 ... ) Así, pues, el monte inculto cubre la mayor parte de las tierras de la zona prospectada, incluyendo desde paisajes de cima de sierra a porciones de valle al lado de los ríos. Queda por ver si otras dos actividades que se realizan en los montes pueden afectar al mapa de las mámoas.

2. 1. 1 Cavas de Roza Hasta que la presión demográfica disminuyó en el campo debido a la emigración, la economía campesina se compensaba con la explotación ocasional de los montes: son las ((cavas de roza)) que, por los testimonios recogidos tuvieron una importancia considerable en todos los puntos del área de trabajo. Sin embargo, como se puede observar sobre el terreno, ninguna mámoa sobre la que se realizó esta actividad ha desaparecido (véase el epígrafe 2.1.3; también más adelante volveremos a referirnos a esto para la época Moderna).

2.1.2 Repoblaciones En los últimos años los montes gallegos han servido de base a grandes repoblaciones, y sabido es de todos «los buscadores de mámoas» hasta qué punto éstas no sólo dificultan su localización, sino que también las destruyen. Ahora bien, en la zona del trabajo, repoblaciones forestales de buenas proporciones sólo se han realizado en la sierra de A Cova da Serpa, algunas en las cercanías de Montesalgueiro, en el monte O Enxameado (Sta. Eulalia de Curtis) y a la izquierda de la carretera Sobrado - Teixeiro. 9


2.1.3 Destrucción por el campesinado Por último, es lícito recurrir al recuerdo y testimonio oral de los campesinos, ya que cubre perfectamente un período de hasta 30-40 años con todas las variaciones que el paisaje ha podido sufrir. Gracias a los datos que de esta forma se recogieron ya se han introducido en la carta de mámoas de esta zona ejemplares que de otra forma se hubiesen perdido. Fueron todos monumentos situados en las proximidades de otros túmulos y que en los últimos cinco años se desmantelaron por la ocupación de tierras nuevas, nunca antes trabajadas, que ha debido de hacerse ante las variaciones de la demografía y la necesidad de explotaciones agrarias más intensas. Su destrucción se efectuó aplicándoles tractores con arados profundos o excavadoras. No recuerdan, en cambio, los campesinos, ninguna mámoa roturada con anterioridad a la introducción de estas técnicas. Sin embargo, se mantienen recuerdos muy vivos de la realización de rozas sobre determinados túmulos y los ejemplares así afectados en ningún caso han desaparecido; como mucho y esto sí se puede reconocer para algunas mámoas, éstas han visto disminuida su altura y prominencia. Pero apenas nada más pueden alterar en una mámoa los tímidos «arañazos» efectuados con el «ligón». 2.2 DESTRUCCION DE MAMOAS POR LABORES AGRICOLAS PRETERITAS El problema está en plantearse qué variaciones impondrían a la distribución original de mámoas los eventos de la Historia Agraria en los diferentes siglos. . Aunque el trabajo agrícola presente no afecte demasiado a las mámoas, ¿qué cambios les imprimieron 4.000 años de historia, 4.000 años de

explotación agraria? Para acercarse a una clarificación de este problema ya se dijo anteriormente que se contaba con dos caminos (1.4): la reconstrucción de la historia agraria y la búsqueda de localizaciones de túmulos dolménicos efectuadas en el pasado. 2.2.1. Referencias a mámoas en documentación antigua Han sido 18 las referencias encontradas sobre mámoas en documentación antigua. Estas citas de medoñas tienen dos procedencias: - Por un lado, pertenecen a extractos sacado,s de los Tumbos del Monasterio de Sobrado de los Monjes. Se encontraron todos en documentos medievales de los siglos XI al XII (LOS CERTALES DE GARCIA, 1976). - Por otro, están sacados de los procesos de Vázquez de Orjas, a principios del XVII con numerosos paisanos sobre apertura de mámoas (MARTINEZ SALAZAR, 1909). Previamente a la localización geográfica de las referencias de interés, 10


hubo que proceder al inventariado de todas ellas, ya que su número era bastante elevado y su dispersión notoria. Tras una serie de cribas, eliminando aquellas citas que no hacían mención de mámoas en la zona catalogadé), la muestra válida finQI comprende 18 notas (ver cuadro). Las diez primeras fueron sacadas de la documentación medieval y las ocho restantes de la documentación del XVII. Una primera puntualización se precisa: la cifra de 18 referencias no quiere decir que las mámoas fuesen estrictamente 18. Su número podría subir, ya que en algún caso la cita textual habla de mámoas, en grupo, y sin posibilidad de establecer su número. De estas 18, en 16 se pudo hacer una identificaCión geográfica bastante fiable y exacta. En algunas, incluso se puede precisar una mámoa actual. En otras el lugar geográfico es muy aproximado, pero no se puede determinar si la mámoa referida es tal o cual. Sólo en dos casos nos tenemos que conformar con la cita, sin poder acercarnos de ningún modo a su verdadera identificación. Ello ocurre para las citas número 6 y 18, que no dando dato de ningún tipo, hacen imposible aproximarse a su localización. No se procederá a una descripción detallada de los resultados y las razones de las identificaciones de las 16 referencias, ya que ello sería una larga e insípida labor, por otro lado, todos los datos aparecen esquematizados en el cuadro final, al tiempo que se encuentran cartografiados en el mapa 1.

2.2. 1. 1 Destrucción humana El interés inmediato del anterior trabajo sería comprobar hasta qué punto han sido destruidos los túmulos por acción humana, tratándose con ello de aproximar al paisaje y distribución originaria de las mámoas. Sin embargo, al pronto, tal objetivo queda interrumpido por la escasez de datos. De las 16 citas sabemos, con toda seguridad, que no han sido destruidas S (2, 3, 11, 12 Y 14); con igual certidumbre se puede afirmar que fueron destruidas las número 1, 5, 15, 16 Y 17, en total otras cinco. El problema son las otras seis citas, frente a las cuales no se pueden tomar posturas de ningún tipo. En este estado de cosas, sólo queda ensayar otros dos posibles caminos para sacarles algún rendimiento a los datos.

2.2.1.2 Reconstrucción de la situación El primero será intentando reconstruir la situación y el entorno (paisaje) de las mámoas citadas e n las notas anteriores. Para ello se cuentan con las referencias al aprovechamiento del suelo que acompañan a casi todas estas citas. Así, de las número 1 y 6, se dice expresamente que son «villa», es decir, pequeñas aldeas, lo cual sitúa a las mámoas que les dieron el nombre entre tierras de cultivo. 11


e

E

J

FGH

A

B

1.

1230

1206

Villa de Antas

Aldea de Antas

2.

I 145

1145

Mamonam Maiorem

S 37

X

Montes

3.

I 171

-

Mamoa de O Lombario

S 33-S 36

X

Montes

4.

1404

-

Arcam que est in monte super Vilarino

Comienzos de O Bocelo

5.

I 435

-

IIlam mamuam in prono ad Campelos

SE. de la aldea de Campelos (S. Lorenzo de Carelle, Sobrado)

6.

1464

1190

Vila de Mamua que est in S. Eulalie de Curtis

En algún punto de esta parroquia

X

7.

I 171

1190

Archa de Taixario

Cerca de las aldeas de Lagoa y Cencasas

X

8.

1464

-

Archa antiqua

Cercana a la aldea de A Lagoa (Grixalba, Sob)

X

9.

1408 y 409

-

Mamula de Paranio

Cercana a la aldea de Paraños (Grixalba)

X

Páramo

Mamulas de S. Marina

Quedan en algún punto de la zona entre las iglesias de Foxado y Grixal-

X

Montes

M. de Trás de Paradela

Al Sur de esta aldea

X

Labradro

S 1

X

Monte

-

10.

I 152

11.

BRAG. tomo 111 pág. 194

1167

D

Vila

X

X

Montes Labradíos

X

Villa

siglo XVII

12.

pág. 122

XVII

Mámoa do Golpe

13.

pág. 193

XVII

Mámoa de Paraños

14.

pág. 145

XVII

M. de A Pena da Lebre

15.

pág. 123

XVII

Mámoa de Mourengos

16.

pág. 194

XVII

Mámoa de Pereiro

17.

pág. 194

XVII

Mámoa de Valiño

18.

pág. 193

XVII

Mámoa de Monte Vicente

Próxima a la aldea de Paraños. No debe ser la misma que el n.O 9 En las fincas de A Pena da Lebre, cercanas a la aldea de Dombrete En los montes de esta aldea del Ayunt. de Vilasantar Próxima a la aldea de S. Andrés de Roade, Sobrado Próxima a la aldea de Sta. Marina de Foxado, Curtís Imposible localizar

X

Monte Monte

X X

Monte

X

Labradio

X

Labradío

Montes

LEYENDA: A.-Numeración. B. - Bibliografía (hasta el n.O 10, «Tumbos de Sobrado»; desde el n.O 11, Bol. de la Real Academia Gallega). C.- Fecha del documento. D.-Cita textual, como aparece en el documento. E. - Localización actual. F.-Se conserva en la actualidad. G.-No se conserva. H.-Indeterminado. J. - Dedicación de las tierras que rodean la mámoa en el momento de redacción del documento. CUADRO ESQUEMATICO CON TODAS LAS REFERENCIAS RELATIVAS A MAMOAS DE LA ZONA LOCALIZADAS EN DOCUMENTACION ANTIGUA.

12


Entre la documentación de Vázquez de Orjas, se sabe expresamente que estaban en terrenos de labradío ((eras)) y «Ieiras)) dicen los textos) las números 11, 16 Y 17. Todas ellas situadas al lado de las aldeas que, además, les prestan el nombre. Es un entorno que, sin embargo, no difiere nada del de la mayor parte de las mámoas de esta zona, con la salvedad de que está «humanizado» y se aprovecha agrícolamente. Entre la documentación medieval sólo la número 5, por su cercanía a núcleos de poblamiento, es probable que estuviera entre campos cultivados. En zonas de monte estarían todas las demás (12), esto se sabe con toda seguridad de algunos ejemplares de los que expresamente se dice que estaban en ((chousas)) (12, 13 Y 15) o en montes (18, 14, 10). Como ya se adelantó en 2.1., en este sentido es también interesante la referencia ((páramo)) que acompaña a la cita número 9.

2.2. 1.3 Grupos de mómoas señalados por la documentaci6n La segunda línea de investigación, la más fructífera, pero también la que habrá que tomar con más precaución, consiste en abstraer los datos de los que se dispone, generalizándolos a nivel de zonas, en vez de concretarlos a nivel de cada mámoa. Es llamar la atención sobre un hecho que se constata al observar la distribución en el mapa de las 18 referencias a mámoas de la documentación moderna y medieval: si se exceptúan dos casos (5 y 15), las otras 16 se sitúan en evidente relación con las áreas actuales de distribución de mámoas. Es decir, olvidándose de la conservación o destrucción de un determinado túmulo y de su localización geográfica precisa, lo más válido es que, a nivel general, estas identificaciones no señalen áreas de túmulos que ahora no hayan sido catalogadas. Ello es tanto más válido cuanto más improbable resulta que grupos importantes de mámoas, cuya antigua existencia verificarían las identificaciones de las citas modernas y medievales, fueran destruidas en su totalidad. Ya para terminar, valdrá la pena completar estos· datos con alguna otra nota. Al contrario que la documentación del XVII, selectiva en cuanto ofrece unos datos tomados al azar, la medieval puede resultar doblemente válida desde el siguiente punto de vista: es una documentación que aparece por igual para todos los alrededores de Sobrado en un radio de 8 a 10 kilómetros; es más, con mucho las zonas mayormente tratadas en la documentación de los Tumbos son la situada directamente al E de Sobrado (parroquias de Pousada, Codesosos y Roade) y la situada hacia su W (parroquias de Armental, Vilariño, Présaras, Folgoso, Carelle y Nogueira). Entre la documentación que representa ambas zonas se encuentran inventarios de propiedades, actas de venta o donaciones y descripciones de límites de propiedades, que son el tipo de documentos en los cuales normalmente aparecen las referencias a mámoas. Procediendo negativamente, es significativo que, para las dos zonas citadas, apenas aparezca una sola cita a «mánioas» o ((mámulas)). 13


Conforme a los objetivos y metodología expuestos en 1.4, quedan por exponer los datos que sobre la relación mámoas - agricultura, aporta la historia agraria de la zona.

2.2.2 Edad Media Estos, para la Edad Media (siglos IX al XII!), son bastante accesibles desde la aparición de la Tesis de M. DEL CARMEN PALLARES (1979), sobre el Dominio del Monasterio de Sobrado. Aquí aparecen los datos de demografía y aprovechamiento agrario que conviene tener en cuenta para el presente trabajo. «La ocupación del área de Sobrado llegó a ser muy intensa, a base de un crecimiento constante desde el siglo IX, que, aunque se encontró con frenos importantes impuestos por las condiciones estructurales y coyunturales, no parece interrumpirse a lo largo del período». Lo verdaderamente importante es el tipo de poblamiento que resulta de estas condiciones demográficas: «durante los siglos IX y X, el habitat se presenta formando una red heterogénea, dentro de la cual hay un predominio de la concentración sobre la dispersión». Por lo anterior, y a la vista del mapa 1, donde aparecen cartografiados, según Paliares, los núcleos de poblamiento medieval, se obtiene la impresión de que el trabajo agrícola que acompañó a estas aldeas debió desbaratar la distribución originaria de mámoas; así parece indicarlo el hecho de que hábitats y mámoas se excluyan mutuamente, ocupando éstas zonas marginales respecto a las aldeas. Esta misma observación la apoya también (ver mapa 1) la distribución de los castros con relación a las mámoas. Sin embargo, esta primera apreciación hay que verificarla sobre hechos más concretos: por un lado está lo dicho en 2.2.1.3, tanto sobre la distribución de las citas identificadas en la documentación medieval y moderna, como sobre las lagunas de esta documentación; por otro lado, para analizar esto en buenas condiciones, hay que ir directamente a los datos que hablan sobre la forma e intensidad del aprovechamiento agrario: «La primera distinción que salta a la vista en la documentación y también la primera distinción que nosotros hemos de hacer aquí, es la que separa las tierras cultivadas de las no cultivadas. El predominio de las segundas parece claro y ello por dos razones. La primera, el hecho de que en la época actual, y teniendo en cuenta el conjunto de Galicia, el terrazgo sigue siendo pequeño, aún después de haber ganado muchos terrenos al monte, puesto que solamente supone algo más de un cuarto -el 27,8% para ser exactos- de la superficie total de Galicia. La segunda razón es la propia distribución de las menciones documentales que hacen referencia a uno y otro tipo de espacio. El 57,1 % de las mismas corresponde a las zonas incultas y el 42,8% restante a las cultivadas. Indudablemente el porcentaje real debió de favorecer mucho más a los espacios de monte y bosque». 14


A este respecto, nada nuevo se puede decir aquí fuera de lo ya dicho en el epígrafe 2.1. La dedicación de estas tierras no trabajadas iba desde monte alto y bajo a prados y pastos. Respecto a las tierras cultivadas, deben ser tenidos en cuenta otros dos factores que indican una intensidad del laboreo sistemático no demasiado exagerada: 1. Tal y como indica Paliares, los árboles frutales tenían un importante papel dentro de la producción agrícola, en especial el manzano (demanda de sidra). 2. También se podría suponer una labor muy fuerte de las obras de roturación a base de desmantelar túmulos, pero sobre este punto explica textualmente Paliares: «El más claro síntoma del crecimiento de la población era el aumento de la superficie cultivada, consecuencia de lá conquista de tierras al monte, merced a las roturaciones. Ahora bien, estas roturaciones fueron llevadas a cabo exclusivamente por los pequeños propietarios campesinos, o, al menos, es éste el único tipo de roturación del que ha quedado constancia en nuestras fuentes».

2.2.3 Edad Moderna Al contrario de lo que ocurre con la Edad Media, no existe para la Edad Moderna un estudio monográfico sobre esta área, del cual se pudiesen sacar los datos sobre Historia Agraria suficientes para observar la evolución de la relación mámoas - agricultura durante los siglos XVI, XVII Y XVIII. Ante esta laguna, sólo se pueden traer aquí dos breves notas acerca de esta cuestión; ambas añaden nuevos datos a lo que se ha dicho hasta ahora sobre la posible destrucción de mámoas por labores agrícolas. La primera sirve para completar hacia el pasado lo expuesto en 2.1.1 y 2.1.3 sobre la alteración de túmulos como consecuencia del trabajo en los montes comunales. Una vez vista la inexistencia de este proceso en el presente, se trata de verificar ahora si una actividad de este tipo continuada durante siglos pudo desmantelar diversas mámoas. Para conseguir esto, se buscaron en el CATASTRO DEL MARQUES DE LA ENSENADA todas las referencias a extensión y aprovechamiento de los montes comunales de esta zona. Sin embargo, los datos finales con los que se puede trabajar son mínimos, ya que hubo que contar, por un lado, con la documentación extraviada, que alcanzaba a cuatro parroquias de las dieciocho que comprende este trabajo (Fisteus, Sobrado y Lourdes -Sobrado- y Carelle - Curtis-) y, por otro, con el hecho de que muchas de las otras catorce parroquias no poseyesen montes vecinales (siete en total: Cidadella, Cumbraos, Grixalba, Nogueira y Porta -Sobrado-, S.E. de Curtis -Curtis- y S. V. de Curtis -Vilasantar-). Entre las siete parroquias restantes (Codesoso, Folgoso, Pausada y Roade -Sobrado-; Vilariño - Vila15


santar-; Capela y Monte - Toques-), se han encontrado dos ejemplos muy claros de terrenos de explotación comunal, con mámoas sobre ellos: es el caso de las parroquias de Pausada (ayuntamiento de Sobrado) y A Capela (ayuntamiento de Toques). Los montes vecinales de ambas están lindantes, separados por el Camiño Real que hace de límite de los dos municipios; se sitúan sobre la sierra de O Bocelo y en ellos se encuentran, entre otras numerosas mámoas, el célebre Forno dos Mouros. Lo interesante es que conste expresamente que las terceras partes de la extensión del monte vecinal de la segunda parroquia se dediquen a cultivo de centeno. Así pues, parece verificarse, una vez más, lo afirmado con anterioridad (2.1.1. y 2.1.3): el laboreo agrícola de tipo tradicional no ha influido decisivamente en el desmantelamiento de mámoas. Como colofón de lo anterior se añade ahora el segundo dato anunciado al principió de este epígrafe. La cita número 11 de apariciones de medoñas en documentación antigua (concretamente recogida de los procesos de Vázquez de Oriás, publicados por MARTINEZ SALAZAR, 1909), nombra una mámoa que se situaba al lado de la aldea de Paradela (municipio de Curtis). Por su cercanía a esta aldea, 100 metros escasos, y por la propia forma como aparece nombrado en el texto «Ieira», es un hecho cierto el que se situaba en tierras dedicadas, desde comienzos del siglo XVII, por lo menos, a labradío continuo. Sin embargo, su perfil todavía resulta muy prominente, destacándose hacia el Sur de la aldea; la única particularidad que presenta es haber sido usada como linde de, fincas. RESOLUCION FINAL

2.3. Por lo tanto y como evaluación final de todo lo anterior, si la extensión de la superficie cultivada en esta área nunca alcanzó un porcentaje alto del total de las tierras, y si la intensidad y tecnología tradicional del laboreo agrícola apenas dañaron las mámoas, entonces, salvado el problema expuesto en 1.3, se puede afrontar ahora el problema de las posibles causas de distribución de las mámoas, tal y como se planteaba en 1.2. 3. ESTUDIO DEL MEDIO FISICO En este apartado se estudian todos los temas relacionados con el punto de vista físico - ambiental que pudieran influir en los desarrollos del hábitat de la zona objeto de estudio. Es por ello por lo que se estudian, con cierta importancia, la climatología de la zona, la geología y el aspecto edafológico - agrícola.

3.1 Climatologia Para el estudio climático de la zona de estudio se han tenido en cuenta los datos recogidos en los centros meteorológicos a la zona objeto de estudio, con los que se intentará tener una idea de las temperaturas, precipi16


taciones, humedad relativa y funcionamiento del viento. Para ello se han tenido en cuenta los siguientes centros meteorológicos:

Sobrado de los M. Présaras Betanzos Guitiriz

Longitud

Latitud

Altitud

Duración

Estación

4°19' 4°26' 4°31 ' 4°11 '

43°2' 43°4' 43°17' 43° 11'

515 460 38 460

12 años 45 años 7 años

T.P. T.P. T.P. T.P.

Temperatura Ségún se aprecia en el cuadro adjunto, la temperatura media anual varía de 8° a 12°, siendo en agosto de 14° a 17°. Independientemente de los datos anteriores, tenemos los siguientes para la zona de Sobrado de los Monjes: -Temperatura máxima absoluta: 31,5° -Temperatura mínima absoluta: -10,5° - Media de las máximas de los tres meses más cálidos: 21 ° - Media de las máximas del mes más cálido: 21,9° - Media de las mínimas de los tres meses más fríos: -1 ,6°

Precipitación Al analizar la precipitación, en el mes de agosto, ésta varía de 36 a 80 mm., siendo la media anual de 1.200 a 1.420, con la diferencia de Betanzas con 871, pero al analizar detenidamente la zona, la precipitación de Betanzos es en las zonas muy próximas al núcleo del pueblo, aumentando a medida que se asciende en cota.

Humedad relativa media La humedad relativa media varía en el mes de agosto de 77 a 88°, siendo la media anual de 84 a 87%.

Vientos Para un análisis del viento se ha hecho un estudio para cuatro meses típicos del año. En el mes de enero, la dirección más frecuente del viento es la N y N E en los centros meteorológicos de El Ferrol, Punto Centro y Otero de Rey, mientras que en los de La Coruña, Aeropuerto de La Coruña y Aeropuerto de Santiago y Monteventoso, es más frecuente la Sur, SE y SW. 17


En el mes de abril, la dirección más frecuente es la N E en Monteventoso, El Ferrol, Punto Centro, la N en el Aeropuerto de La Coruña, la N y SW en el aeropuerto de Santiago y Otero de Rey, donde también es muy frecuente la NE. En julio, la dirección más frecuente es la N, en La Coruña, Aeropuerto de La Coruña, Aeropuerto de Santiago, Otero de Rey, siendo la NE en Monteventoso, El Ferrol, Punto Centro y junto con la N en Punto Centro, aunque no tan frecuente. En octubre, la dirección más frecuente es la N E en El Ferro\, la N E y SW en Monteventoso y Punto Centro, la S en Otero de Rey, Aeropuerto de La Coruña, la N en La Coruña y la SW en el Aeropuerto de Santiago. Al tener en cuenta todas las medias mensuales, se llegó a la media anual obteniéndose dos direcciones típicas; por un lado, S y SW, y por otro lado, la N y NE, ambas direcciones con un porcentaje de frecuencia muy aproximado.

TEMPERATURA MEDIA MENSUAL Y ANUAL

Enero Febrero Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

SOBRADO DE LOS MONJES

4,2

3,1

6,4

7,6

11,0

12,6

14,9

PRESARAS

6,2

9,9

9,5

9,4

11,8

14,7

16,6

BETANZOS

7,6

3,2

9,8

11,0

12,3

14,6

16,8

GUITIRIZ

5,6

6,1

8,6

3,9

11,8

15,2

17,3

Agosto Septiemb. Octubre Noviemb. Diciemb.

Año

SOBRADO DE LOS MONJES

14,0

11,6

9,2

4,4

2,3

8,4

PRESARAS

16,5

15,7

13,7

9,3

7,7

1 1,7

BETANZOS

16,9

15,7

13,4

10,8

8,5

12,4

GUITIRIZ

16,9

15,0

12,4

8,9

5,9

11,0

18


PRECIPITACION MEDIA MENSUAL Y ANUAL Enero

Febrero

Marzo

SOBRADO DE LOS MONJES

245,4

138,0

153,2

PRESARAS

131,6

143,0

256,8

134,1

BETANZOS

85

84

99

70

61

41

21

175

180

116

63

103

65

12

GUITIRIZ

Abril

Mayo

Junio

Julio

70,1 ' 101,9

112,5

22,8

101,0

40,1

92,3

Agosto Septiemb. Octubre Noviemb. Diciemb.

Año

SOBRADO DE LOS MONJES

36,8

35,3

50,1

104,0

159,6

1.229,5

PRESARAS

84,3

90,1

39,7

104,2

195,5

1.412,7

BETANZOS

39

58

82

113

118

871

GUITIRIZ

37

74

90

190

213

1.318

3.2 Geología El interés de este apartado de Geología viene determinado por la importancia que pudiera existir entre los materiales en los que se asienta la mámoa y los utilizados en la construcción de su cámara, por lo que se ha hecho un mapa de los distintos materiales que aparecen en la zona. Estos son: 1) Pelitas, metagrawacas.-Son rocas que se alteran en arcillas, pudiéndose encontrar acumulaciones arcillosas en grietas y oquedadas, encontrándose entonces zonas muy plásticas. Estas rocas son muy fisibles y más fácilmente alterables que todas las demás. 2) Cuarcitas areniscas y conglomeradas.-Las cuarcitas son rocas muy difíciles de labrar. Además de no ser una roca muy abundante. Los conglomerados, al ser un conjunto de cantos concentrados, no sería el material más recomendado para ser labrado. Las areniscas son rocas silíceas, pero en un ambiente muy húmedo sufren fuerte erosión. 19


3) Granitos y granodioritas.- Se han agrupado en una sola al no existir grandes diferencias litológicas. En estas rocas la erosión diferencial actúa redondeando los materiales y produciendo superficies rugosas, pero no creando direcciones preferentes. Desde el punto de vista del estudio, son rocas con las que se podía trabajar en la época de las mámoas. 4) Gneises.-En estos materiales, debido a las variaciones graduales de litología dentro de un mismo paquete, se producen efectos de erosión selectiva, los cuales producen la disgregación y alteración de los mismos, existiendo entonces la posibilidad de aparición de bolsadas de tipo arcilloso, incluidas dentro de la formación rocosa, saturada y con una plasticidad muy elevada. Estas rocas se pueden labrar como el granito, pero se alteran más fácilmente. 5) Rocas básicas, ultrabásicas y metabáticas.-Son rocas más difíciles de labrar que las anteriores, necesitándose utensilios más perfectos. 3.3 Edafolog ía Afortunadamente se disponen de detallados estudios edafológicos sobre esta zona, que forman una base excelente para permitir ver la interrelación medio edafológico - distribución de las mámoas, DALDA, G. 1977). Teniendo en cuenta que la valoración de la capacidad agrológica de los suelos «tiene por objeto definir la intensidad máxima de explotación a que puede someterse un suelo sin merma de su capacidad productiva», se han clasificado los suelos del mapa de clases agrobilológicas 1 :50.000 en ocho clases. A continuación se detalla la potencialidad agrícola de cada una de estas clases: -Clases 1, 2 Y 3: permiten laboreo sistemático. En el caso de 1 y 2 sin merma de su capacidad productiva, y pudiendo cultivarse «una amplia gama de plantas o cualquier otro tipo de aprovechamiento con alta productividad». Al contrario, en el caso 3 se deben tomar «medidas técnicas severas para evitar la pérdida de capacidad productiva». -Clase 4: sólo da pie a laboreo ocasional. Son terreno aptos para praderas en rotación con cereal. -Clase 5, 6 Y 7: son terrenos no cultivables. La explotación idónea para la clase 5 son pastos o bosques; la 6 «puede dedicarse a sostener una vegetación permanente, herbácea o leñosa», los suelos de la clase 7 «están en el límite económico de la mejora, por lo que suelen considerarse como suelos forestales». Tomando en consideración la clasificación anterior, se ha tenido en cuenta en la elaboración de nuestro mapa de clases agrobiológicas el 20


que los números 1, 2 Y 3 son aptos para el cultivo agrícola, el número 4 es apto para cultivo esporádicamente, mientras que los terrenos con números 5, 6 Y 7, no son aptos. 4. RELACIONES DEL MEDIO FISICO CON LAS MAMOAS

4.1 Relación de las mámoas con la climatología Al analizar la situación de las mámoas con la climatología hay que tener en cuenta aquellos factores que por una parte pudieran influir en la destrucción de la mámoa desde este punto de vista. En primer lugar hay que tener en cuenta las diferencias climáticas existentes entre Teixeiro y Sobrado con respecto a las sierras del límite de provincias. Si bien en Sobrado se recogen medias anuales de temperatura bastante bajas con respecto a zonas litorales de la provincia, hay que tener en cuenta que en el límite de provincias son condiciones climáticas más duras. En ,cuanto a la precipitación, es una zona de las más lluviosas de Galicia. Atendiendo al viento, las direcciones más frecuentes del viento son la N, NE Y SW, lo cual es un buen indicio a tener en cuenta si las mámoas están situadas en el fondo del valle o en zonas de hombreras y oteros. Además de indicar, por una parte, donde pueda existir mayor alteración de la roca madre y de la mámoa así como indicar un lugar para su emplazamiento. En cuanto a la zona del límite de provincias desde el punto de vista climático no es muy aceptable la existencia de mámoas debido a las cotas a las que se llega, aunque puede darse muy raramente, y por tanto a la crudeza del clima.

4.2 Relación entre las mámoas y la geología El interés de comparar los aspectos geológicos del terreno con la situación de mámoas viene determinado por la importancia que pudiera haber primero, en cuanto a la situación de mámoas y segundo, en cuanto a las técnicas que pudieran existir en la época de construcción de las mámoas. 1. 8 Hay que destacar la abundancia de mámoas situadas entre Teixeiro y la CN-6 en rocas graníticas. 2. a La gran' abundancia de mámoas en las proximidades de Melide y camino real que pasa a la izquierda de la carretera comarcal. (Solo 19 3. 8 Entre Teixeiro y el límite de la provincia con Lugo aparecen aisladamente y en predominio de terrenos gneísicos y / o graníticos. 4. 8 A la izquierda de la carretera entre Sobrado y Teixeiro en rocas ultrabásicas y metabásicas existe una gran ausencia de mámoas, apareciendo raramente y en casos aislados y siempre en las proximidades del antiguo camino real que pasaba a la izquierda de la carretera comarcal. (Solo 19 ejemplares de los 211 descubiertos, aparecen en esta zona de rocas básicas que constituye bien una cuarta parte del área prospectada). 21


Analizando estos aspectos, se llega a las siguientes conclusiones: 1.° Las cámaras megalíticas generalmente son de materiales graníticos y gneísicos, con algunas excepciones de dólmenes de rocas ultrabásicas, metabásicas, etc. 2.° Estos megalitos graníticos se asientan bien sobre la roca puramente granítica, tal como sucede al Norte de Teixeiro, o sobre roca gneísica al Sur de Sobrado, ahora bien, también, aunque esporádicamente, se encuentran estos ejemplares sobre rocas ultrabásicas y / o meta básicas como sucede al Sur de Teixeiro (Curtis). 3.° Los dólmenes de materiales graníticos que aparecen sobre rocas meta básicas y / o ultrabásicas señalan un cierto transporte. En concreto, sólo un dolmen que haya sido construido con materiales graníticos sobre terrenos de rocas básicas ha sido localizado. En este caso el transporte de las losas· se ha debido realizar desde una distancia mínima de 2 ó 3 kms. 4.° En el lugar señalado en el mapa 1 se localizó ya hace años un probable conjunto de cistas, una de las cuales proporcionó lo que según la descripción de sus descubridores pudiese ser un puñal de espigo. Esta cista fue construida con rocas básicas traídas desde 5 ó 6 kms. cuando menos. Lo importante es señalar, no tal transporte, ya que dado el pequeño tamaño de las losas no constituía un trabajo desmesurado, sino el cambio que supone con la tradición megalítica, por usarse un material que en el momento anterior era despreciado y que es extraño al área inmediata al emplazamiento de la tumba.

4.3 Relaciones de las mámoas con la edafología El interés de comparar la distribución de las mámoas con el tipo de suelo sobre el que se asientan, estriba en la posibilidad de ver reflejadas en las características de cada suelo específico circunstancias de tipo económico que influyeran en la distribución megalítica. Sin embargo, esta forma de proceder debe ser tomada con precaución, ya que, si para la elección del emplazamiento de un túmulo cuentan: a) posibles razones de tipo cultural b) imposiciones del medio geológico. las condiciones del suelo serán antes consecuencia de lo anterior, que de la actividad económica que realizasen los constructores del megalito. A saber: el suelo en el que se asientan será de tipo bastante pobre, puesto que en él predominarán, por ejemplo, las pendientes (propensas a la erosión de la cobertura húmica) y las afloraciones de roca madre (sin apenas capas de tierra sobre ella). A continuación se tratará de verificar este punto, y de concretar la relación entre el medio edafológico y la situación de las mámoas. 22


4.3. 1 Datos disponibles Haciendo el cómputo del número de medoñas que se asienten sobre cada clase agrológica, el resultado final queda como sigue: -clase 2 -clase 3

2 28

-clase 4

32

-clase 6

31

-clase 7

38

Es decir, en «terrenos cultivables» hay 62 ejemplares, y en «terrenos no cultivables» pocos más, 69. Pero, como se acaba de decir, esto no es exacto sin seguir buscando nuevos datos. Si se toma algún ejemplo concreto se comprenderá la invalidez de tomar a ciegas el anterior cómputo: en una y otra margen del río Deo, poco antes del punto donde éste es cruzado por la carretera de Teixeiro - Castellana, se levantan sobre una superficie no muy extensa 26 mámoas. Por situarse estos ejemp,lar-es en amplios cerros (outeiros), a más altura que los terrenos circundantes, y con importantes pendientes, los terrenos que ocupan están definidos con la clase 7, es decir, la clase menos capacitada de todas para la explotación agrícola. Sin embargo, la extensión de los terrenos de clase 7 de esta zona es muy pequeña, apenas 3 km 2 • Lo que de verdad puede ser ilustrativo es la clasificación de todas las tierras que rodean la porción anterior: en este caso, todas de clase 2, una clase que no tiene restricciones de ningún tipo para su trabajo sistemático. Otros ejemplos de lo anterior pueden ser las 15 mámoas situadas en la' margen derecha del río Mandeo a la altura de Teixeiro y también el que gran parte de las mámoas estén sobre Protoranker; ello se debe, simplemente, a la búsqueda de afloraciones de roquedo cerca, para materia prima de los monumentos.

4.3.2 Consecuencias Todo lo anterior demuestra que, tal como era lógico esperar, predominan los condicionamientos constructivos para la elección del emplazamiento del monumento, y, por otro lado, como los megalíticos no vivían sobre la falda de sus mámoas, es inútil extraer conclusiones de las características del terreno que soporta el túmulo (4.3). Al contrario, será más concluyente la observación de la edafología de las tierras que rodean a las mámoas. Por ello se determina que la gran mayoría de las mámoas están en relación con terrenos definidos como de clase 3 ó 4, tierras que, como ya previamente se dijo (epígrafe 3.3) son aptas para el cultivo de cereales en rotación con pradera. 23


4.3.3 Mámoas y tipos de suelos de la cuenca del río Deo Antes de concluir precipitadamente será bueno completar estos datos con los que se desprenden de la observación de la distribución de mámoas y tipos de suelos de la cuenca del Deo. A la vista del anterior mapa surgen algunas conclusiones claras: -Se puede decir que las mámoas «escapan» de los terrenos anmooriformes, poco aptos para el cultivo, salvo drenaje hecho con técnicas modernas, en cuyo caso se transforman en terrenos idóneos para la agricultura. - Las tierras de vocación ganadera (sólo aptas para sostener pastos y praderas), las componen los suelos tipo Gley y la tierra parda oligotrófica. Aunque en conjunto ocupen una superficie muy extensa, no se puede decir que sean muchas las mámoas que se asientan sobre ellas o busquen su cercanía. -Al contrario, es un hecho claro, que muchas medoñas están en evidente relación con tierra parda eutrófica y mesotrófica, tierras de eminente vocación agrícola y la primera especialmente apta para cereales. - La circunstancia de que muchos túmulos estén sobre roquedo, proto-ranker o ranker distrófico ya fue señalada más arriba, así como sus razones. Llegados a este punto, y con las anteriores conclusiones, es interesante constatar la fuerte relación que guardan las mámoas con las tierras cultivadas en la actualidad. 5. CONCLUSION GENERAL Después de analizar los capítulos anteriores y ver los factores del medio físico que condicionan los factores de emplazamiento de mámoas además de un estudio detenido sobre documentación de muy variada procedencia, para verificar la validez de los datos utilizados, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

1,8 Las mámoas aparecen en zonas de cultivo antiguo, en zona de monte antiguo y en zonas de roquedo.

2. 8 Aparecen generalmente en altos de los cerros en zonas planas y elevadas y raramente en los fondos de los valles, lo que indica un aspecto cultural para que destacase la mámoa. 3. 8 Estas mámoas se asientan alrededor de antiguos caminos reales (teniendo en cuenta que los caminos reales en algunos casos se asentaban en límites de antiguas propiedades); b) en grupos y c) aisladamente. 4. 8 Los dólmenes son de materiales graníticos y gneísicos y muy raramente de rocas básicas o ultrabásicas. 5. 8 Desde un punto de vista agrícola no se asientan sobre suelos de rocas básicas, lo cual puede deberse a las mayores dificultades que tienen los suelos que se desarrollan sobre este tipo de rocas para el trabajo agrícola. 24


6. a Aparecen independientemente del lugar de su situación en zonas muy próximas a tierras de laboreo agrícola o tierras muy aptas para el cultivo. Como es natural, estas conclusiones corresponden a la zona objeto de estudio. Convendría estudiar casos parecidos en otras zonas de Galicia, para después de relacionarlos, llegar a una conclusi6n general más acertada. A Coruña Marzo 1980

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BIBLlOGRAFIA CRIADO BOADO, F., 19BO, Catalogación de mámoas en los municipios de Curtis y Sobrado y tierras adyacentes. Brigantium, 1, 13-40, A Coruña. DALDA GONZALEZ, G., 1972. Vegetación de la Cuenca del río Deo. Publicaciones de la Universidad de Santiago. LOS CERTALES DE GARCIA DE VALDEAVELLANO, P., 1976, Tumbas del Monasterio de Sobrado de los Monjes, (2 tomos). Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural, Madrid. MAPA y MEMORIA DE CLASES AGROLOGICAS DE GALlCIA, hoja 72. MARTI N EZ DE SALAZAR, A., 1909-1910. Sobre apertura de mámoas a principios del siglo XVII, B.R.A.G., tomo 111, A Coruña. PALLARES MENDEZ, M. de C., 1979. El Monasterio de Sobrado: un ejemplo del protagonismo monástico en la Galicia Medieval. Diputación Provincial de La Coruña. RODRIGUEZ COLMENERO, F., 1971, La cultura megalítica en el Alto Buba!. Bol. Auriense, 1, Ourense.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2. pp. 27-38

OS MACHADOS PUIMENTADOS DA COLECCION LA IGLESIA RAMON FABREGAS VALCARCE San Pedro de Mezonzo, 39 - 8. 0 Santiago de Compostela

Resume: Estudo dos machados de pedra puída pertencentes á colección La iglesia, actualmente depositados no Departamento de Prehistoria e Arqueoloxía da Universidade de Santiago de Compostela. Trátase de 10 pezas de procedencia diversa, estudadas dende un punto de vista morfolóxico e cultural.

Abstract: Smouth edged axes from the co//ection of La Iglesia. A study of polished stone axes from La Iglesia's collection, actually stored at the Department of Prehis'tory and Archeology at the University of Santiago de Compostela. They are ten objects with a several provenances. The study of these pieces is carried out in a morphological and cultural viewpoint.

INTRODUCCION No presente traballo imos estudar os machados de pedra puída pertencentes á Colección La Iglesia, actualmente depositados no Departamento de Prehistoria e Arqueoloxía da Universidade de Santiago de Compostela. Istes materiais, froito das exploraciós realizadas na zona Norte de Galicia polos señores Mato Vizoso e Santiago de la Iglesia, foron catalogados sumariamente por este último (LA IGLESIA, 19G8); con posterioridade o profesor Monteagudo ordenou as pezas en base ao devandito catálogo. Verbo da descripción morfolóxica basámonos nos criterios esbozados por FANDOS (1973), LEROI-GOURHAN (1972) e SOUVILLE (1974). De cara a observar posíbeis trazas de uso, a superficie das pezas foi examinada mediante unha lupa de 8x e un estereoscopio de 12,5x. DESCRIPCION DOS MATERIAIS

Machado n.o 1. (Fig. 1.1) Procedencia: castro de Vixil (Boizán, Villalba). Material: anfibolita. Lonxitude: 142 mm. Anchura maxlma: 63 mm. Espesor máximo: 34 mm. Anchura mínima: 51 mm. Espesor mínimo: 27 mm. Peso: 505 grs. Color: verde oscuro, 27


Forma xeral: trapezoidal. Dimensións: largo, ancho i espeso. Caras: unha de él as é curva convexa, a outra é curva cóncavo-convexa. Bordes: planos e curvos. Aristas: converxentes e curvilíneas. Bisel: doble convexoasimétrico. Fío: convexo-asimétriCo. Técnica: totalmente puído pero con mais cuidado na zona do bisel. Talón: redondeado. Sección transversal: irregular de tendencia oval. Accesorios: nunha das suas caras e no seu lado dereito o perfil do machado presenta unha gran entalladura que comenza a 2 cm. do talón e prolóngase cara ao gume nunha lonxitude de 8 cm., acadando unha anchura máxima de 2,5 cm. Esta irregularidade é anterior á manufactura da peza pois presenta un pulimentado primario. Observacións: non se descubriron huellas de uso.

Machado n.o 2. (Fig. 1, 2) Procedencia: c astro de Carballido (Villalba). Material: fibrolita. Lonxitude: 39 mm. (está fragmentado). Anchura: 47 mm. Espesor: 18 mm. Peso: 56 grs. Color: marrón con vetas claras e grisáceas. Forma xeral: triangular ou trapezoidal. Dimensións: estreito. Caras: curvas convexas. Bordes: planos e rectos. Aristas: converxentes e rectilíneas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: moi desgastado, probablemente convexo-simétrico. Técnica: moi ben puído tanto nas caras como nos bordes. Sección transversal: rectangular convexolínea. Observacións: non se conserva do machado mais que a parte distal que está dañada no fío e nun borde. Detectáronse en toda a peza finísimos sulcos que discurren multidireccionalmente.

Machado n.O 3. (Fig. 11, 1) Procedencia: Villalba (Lugo). Material: xisto. Lonxitude: 127 mm. Anchura máxima: 31 mm. Espesor máximo: 34 mm. Anchura mínima: 30 mm. Espesor mínimo: 32 mm. Peso: 250 grs. Color: verde oscuro. Forma xeral: rectangular. Dimensións: largo, estreito e moi espeso. Caras: plano-convexas. Bordes: planos e rectos. Aristas: paralelas e sinuosas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: convexo-simétrico (áchase moi desfeito). Técnica: bon puído nas caras e mais sumario nos bordes. Talón: truncado. Sección transversal: subcuadrangular. Observacións: no tercio proximal da peza as aristas foron puídas en bisel mentras que no resto do machado son lixeiramente romas. A única parte ande se atopan estrías é na zona próxima ao talón, desenrolándose tanto nas caras como nos bordes e agrupadas nunha dirección oblicua ao eixo principal do útil.

Machado n.O 4. (Fig. 11, 2) Procedencia: foi atopado nunha finca de Fene (A Coruña). 28


29


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Fig.2

3

30


Material: granito serpentínico (según o catálogo de La Iglesia). Lonxitude: 75 mm. Anchura máxima: 36 mm. Espesor máximo: 17 mm. Anchura mínima: 30 mm. Espesor mínimo: 14 mm. Peso: 60 grs. Color: azulado na parte puída e ocre na zona desgastada. Forma xeral: trapezoidal. Dimensións: corto, estreito e pouco espeso. Caras: curvas sinuosas. Bordes: planos e curvos. Aristas: converxentes e subrectilíneas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: convexo-simétrico. Técnica: soio ten puimento nas facetas do bisel pero posiblemente o tiña en toda a peza pois ésta sufríu unha forte meteorización que afectou grandemente á sua superficie, ficando, fora do bisel, soio unha pequena zona perta do talón ca puído primitivo. Talón: redondeado. Sección transversal: subrectangular irregular. Observacións: Detectáronse dous tipos de estrías no bisel: unhas que arrancan do fío e discurren paralelamente ao eixo do útil, e outras mais finas que se dispoñen perpendicularmente a aquel.

Machado n.O 5. (Fig. 11, 3) Procedencia: galega. Material: fibrolita (7). Lonxitude: 71 mm. Anchura máxima: 44 mm. Espesor máximo: 18 mm. Anchura mínima: 37 mm. Espesor mínimo: 15 mm. Peso: 90 grs. Color: amarelo con vetas blancas e marróns. Forma xeral: trapezoidal. Dimensións: corta, ancha e pouco espesa. Caras: curvas convexas. Bordes: planos e rectilíneos. Aristas: converxentes e curvilíneas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: convexo-simétrico. Técnica: bon puimento en caras e bordes. Talón: está fracturado, probablemente redondeado. Sección transversal: rectangular convexolínea. Observacións: tanto o gume como o talón presentan fracturas, as caras presentan melladuras sobre das cales pasou o puimento. Distínguense na superficie do machado grupos de finas estrías orientadas multidireccionalmente.

Machado n.O 6. (Fig. 111, 1) Procedencia: g alega. Material: basalto. Lonxitude: 121 mm. Anchura máxima: 36 mm. Espesor máximo: 16 mm. Anchura mínima: 25 mm. Espesor mínimo: 12 mm. Peso: 110 grs. Color: ocre. Forma xeral: triangular. Dimensións: largo, ancho e pouco espeso. Caras: planas subconvexas. Bordes: planos e rectos. Aristas: converxentes e rectilíneas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: rectilíneo. Técnica: bon puimento en caras e bordes. Talón: redondeado e afiado. Sección transversal: subrectangular. Accesorios: No lado dereito dunha cara, no seu tercio distal, aparece unha pequena entalladura puimentada de contornos moi regularizados, mide 25 x 9 mm. Observacións: Nunha das caras o gume foi avivado, sin alterar significativamente o perfil da peza. Non se detectou ningún tipo de estriacións inda que a estructura do mineral e a forte pátina que posee poden contribuir a enmascaralas. 31



Machado n.O 7. (Fig. 111, 2) Procedencia: castro ao pé do camposanto (Villa Iba). Material: rocha metamórfica (hornblendita7) Lonxitude: 94 mm. Anchura máxima: 45 mm. Espesor máximo: 26 mm. Anchura mínima: 28 mm. Espesor mínimo: 17 mm. Peso: 162 grs. Color: verde claro. Forma xeral: triangular. Dimensións: corto, ancho i espeso. Caras: curvas convexas. Bordes: planos e curvos. Aristas: converxentes e subrectilíneas. Bisel: doble plano-simétrico. Corte: convexo-simétrico. Técnica: bon puído no bisel e nos bordes, mais sumario no resto da peza. Talón: redondeado. Sección transversal: ovalada. Observacións: O fío está moi mellado e asimesmo a peza ten bastantes irregularidades nas suas caras. As facetas do bisel son moi acusadas, rachando abruptamente ca contorno da peza. Nunha das facetas do bisel detéctanse finas estrías que discurren transversalmente, na outra faceta aparecen estrías mais grasas cunha orientación casi vertical.

Machado n.O 8. (Fig. 111, 3) Procedencia: formaba parte da colección Mato Vizoso de Villalba. Material: pórfido diorítico (7) Lonxitude: 64 mm. (está fragmentado) Anchura: 45 mm. Peso: 160 grs. Color: claro con vetas grisáceas. Forma xeral: triangular. Dimensións: moi espeso. Non hai diferenciación entre caras e bordes. Técnica: bon puimentado. Talón: apuntado. Sección transversal: circular. Observacións: Soio se conserva da peza a parte proximal que no seu remate ten unha pequena fractura. Non se detectou tipo ningún de estrías.

Machado n.O 9. (Fig. IV, 1) Procedencia: galega. Material: serpentinita con impurezas de magnetita. Lonxitude: 136 mm. Anchura máxima: 40 mm. Espesor máximo: 13 mm. Anchura mínima: 20 mm. Espesor mínimo: 10 mm. Peso: 110 grs. Color: blanco con vetas mauras. Forma xeral: triangular. Dimensións: largo, estreito e pouco espeso. Caras: plano-convexas. Bordes: planos e rectos. Aristas: converxentes e rectilíneas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: convexo-simétrico. Técnica: finísimo puimentado en toda a peza. Talón: apuntado. Sección transversal: subrectangular. Accesorios: a 30 mm. do talón realizouse unha perforación bicónica que ten 10 mm. de diámetro na sua parte externa e 5 mm. na interna. O eixo da perforación é perpendicular ás caras do machado e o furado foi moi ben puído e terminado. Observacións: Non se distingue ningunha estría. Iste machado ven citado por Murguía na sua Historia de Galicia 33



como «conservado 1901, lám. 1, 3).

en

la

Universidad

de

Santiago))

(MURGUIA,

Machado n.o 10. (Fig. IV, 2) Procedencia: Vilapedre (Villalba). Material: serpentinita marmorizada. Lonxitude: 134 mm. (fáltalle un anaco na parte proximal). Anchura máxima: 54 mm. Espesor máximo: 11 mm. Anchura mínima: 30 mm. Espesor mínimo: 9 mm. Peso: 130 grs. Color: verde veteado. Forma xeral: triangular. Dimensións: largo, ancho e pouco espeso. Caras: plano-convexas. Bordes: casi lineales. Aristas: converxentes e rectilíneas. Bisel: doble convexo-simétrico. Fío: convexo-simétrico. Técnica: finísimo puimentado en toda a peza. Talón: posiblemente apuntado. Sección transversal: biconvexa. Accesorios: a 34 mm. do talón realizouse unha perforación bicónica que ten unha anchura de 8 mm. O eixo da perforación é oblicuo respecto das caras do machado, isto débese ao feito de que no se encetou aquela exactamente á mesma altura en ámbalasduas caras, senon cunha desviación de 3 mm. entre elas, o que obrigou a realizar as perforacións tanxencialmente ca fin de converxer no centro. Observacións: distínguense algunhas estrías finísimas nos bordes. CONCLUSIONS O estudo dos machados arriba descritos pódese facer en duas vertentes: 1) funcional, tentando de coñecer o emprego que tiveron ises mate"riais; 2) cultural, entendendo como tal a inserción de aqueles nun momento determinado de evolución das formas. Verbo da funcionalidade das pezas estudadas e cós medios de que dispúñamos, non pudemos observar rasgo significativo ningún en forma de huellas de uso que nos permitira definir o emprego instrumental dalgún machado. Somentes no caso da peza n.O 1 pódese aventurar, tendo en canta a asimetría do bisel e inda a das caras, que puidera ter unha utilización como aixola. A disimetría que presenta tamén no fío inda que é unha característica común dos machados taladores non é exclusiva deles, pudéndose deber ao emprego da ferramenta mediante golpes oblícuos (SEMENOV, 1970) Parece problemática a utilización práctica do machado n.O 4 debido á dondura do material no que foi feito. No caso dos machados perforados o seu carácter ornamental ou votivo ven avalado polo feito mesmo da perforación (que fai presumible unha finalidade suspensoria), polo material escollido que permite un acabado de gran beleza formal e, por último, pala perfecta conservación do gume e da peza en xeral que non presenta un só desconchado. Parte distas características pódense aplicar ao machado n.O 7 cuia sección aplanada (igual á dos machados perforados) fai moi problemático calquer uso práctico. 35


Os grupos de finas estrías observados na meirande parte dos machados descritos pódense atribuir ao puimentado levado a cabo durante a fabricación distes, o cal explicaría a anarquía existente na distribución sobre da peza e a orientación sumamente variable das ditas estrías. Resulta bastante aventurado asignarlle unha cronoloxía determinada a un obxeto fora de todo contexto definido, máis ainda cando se trata dun elemento de larga pervivencia. Istas observacións son perfectamente aplicábeis aos machados que estamos a estudar, emporiso é factíbel tentar de encadralos nun horizonte cultural aproximado. Os machados núms. 1, 3 e 7, palas suas forma xeral e sección (oval ou cuadrangular), inscríbense nunha tradición megalítica plena. Os úteis núms. 2, 4 e 5 son encadrábeis nun tipo de machados caracterizados polo seu pequena tamaño, seccións aplanadas e uso de materiais que permiten un fino puimentado (calcedonia, fibrolita ou cuarcita). Istas pezas teñen un carácter serodio dentro do megalitismo do NO, aparecendo xunto con cerámica campaniforme nunha anta de corredor (Parxubeira) (RODRIGUEZ CASAL, 1980) ou na compañía de langas machados planos e mazas de combate achados en mámoas con cistas rectangulares ou con cámaras de estructura non definida (VAZQUEZ VARELA, 1980, 88). A peza n.O 6 amasa unha gran semellanza formal con machados pIanos en cobre do tipo Ib1 de Monteagudo. Na zona de Villalba foron atopados un machado (no castro de Carballido) e un molde (nun dolmen en Santiago de Samarugo) pertencentes ao tipo lb, moi semellante ao Ib1, istes machados teñen unha cronoloxía incerta, do Calcolítico medio ou tardío (MONTEAGUDO, 1977, tafo 3 e 131). O machado n.O 8, de sección circular, ten escasos paralelos nas antas do NO inda que é un tipo frecuente no megalitismo do Sur do Douro. CuevilIas considera ós machados de sección circular como unha aportación serodia provinte da zona do Tejo (L. CUEVILLAS, 1956, 157-158). Os machados núms. 9 e 10 teñen bastantes paralelos no Noroeste tanto en contextos megalíticos como en achádegos aillados e ainda en poblados castrexos como é o caso de Pendía (Asturias) (O E B LAS e MAYA, 1974, 11). Pezas diste tipo asoelláronse na anta da Santa Cruz (Cangas de Onís) (JORDA, 1977, 186), nunha mámoa do Monte das Cabras (Lalín) (G. ALEN, 1970) e xá mais ao Sur nunha anta de Figueira da Foz (Portugal) (LEISNER e RIBEIRO, 1968) Xeralmente considérase aos machados perforados como elementos de carácter votivo cunha cronoloxía tardía, nun momento en que na nasa área cultural empézase a popularizar a metalurxia do cobre. (JORDA, 1977, 187; F. SANTAREM, 1952, 109). Tres das pezas descritas niste artículo foron achadas en castros (núms. 1, 2 e 7). Non é infrecuente atopar machados puídos dentro de nudeos castrexos; en Galicia os principais lugares con este tipo de achádegos son: Castro de Meirás: na sepultura n.O IV 'asoellouse un machado de sección subrectangular (LUENGO, 1950, 74). Castro de Elviña, aquí saiu un 36


machadiño de arenisca verde (LU ENGO, 1954-1955, 93-94). Castro de Cameixa, no nivel V, xá romanizado, atopouse «un machado neolítico» (CUEVILLAS, 1952, 80 e 1948, 305). Castro A Cibdá de Armeá: achouse un machado usado .posiblemente como «mano de almirez)) (CONDE-VALVIS, 1950-1951, 59). «Castro Grande» do Neixón: aquí saiu na campaña de 1974 un machado de pedra puida (1), Ademais apareceron ¡stas pezas en outros moitos castros como o de Sancobade (Villalba), o de San Breixo (Barro), etc. Nun recente traballo sobre dos machados puídos atopados en castros asturianos (DE BLAS e MAYA, 1974), os autores resumen as posíbeis orixes de aqueles, que serían ben fruto do expolio dos megalitos, ben procedentes de estratos de ocupación anteriores a Edade do Ferro ou, por último, contemporáneos dos castrexos. As duas últimas posibilidades non teñen sido demostradas, o que non quere decir que non señan factíbeis. En apoio da primeira posibilidade enunciada hai que citar os achádegos de cerámica castrexa en mámoas galegas (FRAGUAS, 1953, 145-146; L. CUEVILLAS, 1930, 74) Probablemente os machados puidos terran diversas utilizacións nos poblados castrexos, dende aquelas de orden puramente práctico (mans de muiño, goznes de porta, cuñas, como instrumentos deforestadores, etc.) até as de orden máxico, relacionadas cecais co culto aos martas (caso de Meirás) ou con creencias que chegan deica os nasos di as como é o caso das «pedras da chispa». Non deben descartarse tampouco motivacións puramente estéticas na presencia de algúns tipos concretos de machados.

(1) Información dada polo Profesor Acuña Castroviejo.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2 pp. 39-48

NUEVOS HALLAZGOS DE CAMPANIFORME EN LA PROVINCIA DE A CORUÑA J. M. VAZQUEZ VARELA FELIPE CRIADO BOADO Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Santiago de Compostela. Galicía

Resumen: Se presenta el estudio de recientes hallazgos de cerámica campaniforme, posiblemente asociados con habitats, en la provincia de A Coruña. Estos materiales pertenecen a la Variedad Lineal del campaniforme Internacional. Uno de los ejemplos analizados (Os Pericos) presenta, también, un metivo de triángulos en su decoración.

Abstract: New findings of be//-shaped objects in the province of A Coruña. Presents the study of news Bell beaker appeared in the province of A Coruña. May be they ara asociated with habitats. These pie ces belong to Lined Variety of the Marítime Bell beaker. One of the analized examplers presents a triangles motive in its decoration too.

A los tradicionales ejemplares de cerámica campaniforme de la pro-· vincia de A Coruña, los de Pontes de García Rodríguez y de Fisterra, y a los aún inéditos del dolmen de Parxubeira, hay que unir, ahora, unos nuevos hallazgos que hemos tenido la oportunidad de examinar. Estos fragmentos estudiados aquí, proceden de dos localidades diferentes. Como rasgo original presentan el ser las primeras piezas de campaniforme, exceptuando las encontradas en O Regueiriño (COSTA IGLESIAS, 1979), que están vinculadas a posibles lugares de hábitat. BARBANZA Gracias a la amabilidad de Domingo Regueira, llegó a nuestro poder este fragmento de campaniforme hallado en el abrigo de «Os Pericos», parroquia de Aguiño, ayuntamiento de Ribeira, en el extremo SW de la península de Barbanza. Es probable, por lo tanto, que, tal como se dijo más arriba, este hallazgo se relacione con una ocupación del abrigo. Sin embargo, por el hecho de que no se haya documentado hasta a hora en Galicia, no se puede dejar de considerar la posibilidad de que, en realidad, el fragmento verifique un enterramiento en abrigo. 39


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Situación de «Os Pericos» y «Morcigueira», en la actual Galicia administrativa.

DESCRIPCION

El fragmento, perteneciente sin duda a un vaso, corresponde al final del cuello y parte más sobresaliente de la panza; según todos los indicios, ésta debía ser muy prominente; su diámetro reconstruido es de unos 160 mm., lo que indica que el vaso completo debía ser de buenas dimensiones. la decoración está formada por una amplia franja de 14 líneas paralelas puntilladas, separadas entre sí 2 mm. En el interior de ésta, justo bajo la 40


quinta y novena línea contando desde la parte superior, hay otras dos líneas de zizag, de tal modo que dividen la franja de decoración en tres pequeñas secciones, la primera, comenzando por arriba, de cinco líneas paralelas, la segunda de cuatro y la tercera, o inferior, de nuevo de cinco líneas. La decoración puntillada de las líneas paralelas fue realizada con un peine de púas de sección cuadrada tirando a rectangular, cuya impronta se percibe claramente en ocasiones, aun cuando el puntillado es muy poco.nítido. Las líneas de zigzag están, en cambio, realizadas muy posiblemente con un punzón. El color, que es uniforme en todo el fragmento, tanto en sus superficies externa e interna como en la fractura, es un siena tostado agrisado muy pálido. En la pasta aparecen, como desgrasantes, mica y cuarzo, en ocasiones en granos de considerable tamaño. MORCIGUEIRA Las piezas que estudiamos a continuación, están depositadas en el Museo Arqueolóxico e Histórico de A Coruña, donde las pudimos examinar. Llegaron allí remitidas por el grupo arqueológico Trísquele de la villa de Melide, al cual habían sido entregadas por la persona que localizó estas piezas en el monte del lugar de A Morcigueira, parroquia de A Capela, ayuntamiento de Toques. Según los datos que nos facilitó el descubridor de los fragmentos, éstos aparecieron al remover un tractor unas tierras, a poca distancia del lugar citado, y a una cota de 730 m. de altura s. n. m., en la margen Sur de la Sierra de O Bocelo. Al llegarnos la noticia de estos hallazgos, nos trasladamos al lugar de localización al objeto de realizar una pequeña prospección visual que nos diera más datos sobre los materiales descubiertos, así como sobre las circunstancias de su localización. Fruto de esta prospección fue el descubrimiento de numerosos nuevos fragmentos cerámicos, todos ellos sin decoración, en un área bastante extensa, de unos 30 ó 40 m. de lado. Teniendo en cuenta las condiciones de estos hallazgos, concentrados en un área amplia, llana, bien orientada, y justo al lado de un manantial natural, creemos que se puede dar este yacimiento como un posible habitat al aire libre, aunque tal punto quede pendiente para su confirmación, de la conveniente prospección arqueológica en el lugar, antes de que continúen allí las obras y pueda ser destruido el yacimiento. DESCRIPCION DE LOS FRAGMENTOS Los dos fragmentos decorados pertenecen a dos cacharros distintos: 1. El primer fragmento pertenece a la panza y parte baja del cuello de un cacharro campaniforme. Tal atribución que, dadas las pequeñas dimen41


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2 Cerámicas campaniformes con decoración de zigzags en Galicia: a) Os Pericos b) Parxubeira c) Tecedeiras

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3 Cerámica campaniforme con decoración de líneas puntilladas paralelas: d) Buriz a) Mugueimes y Maus de Salas b) Oirós e) Lousada, mámoa n.O 1 f) Morcigueira c) Parxubeira

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siones del fragmento (42 mm. de largo por 30 de ancho) pudiera parecer dudosa, se verifica tanto por la forma claramente campaniforme del fragmento como por su tipo de decoración. Las dimensiones que se pueden reconstruir del cacharro son las siguientes: diámetro máximo de la panza, 107 mm.; en el cuello 95 mm.; grosor en la panza, 8 mm. y 5 mm. en el cuello. La forma es difícil de precisar, aunque es posible que perteneciese a una cazuela. La decoración es de líneas paralelas puntilladas, separadas entre sí 2 mm. Presenta dos bandas independientes: una formada por tres líneas, justo sobre la carena de la panza, y otra, de la que se conservan sólo dos líneas, en la parte estrecha del cuello. La pasta es homogénea, fina y de buena calidad. Tiene un color uniforme, pardo negruzco, presente en las dos caras que no varía en la fractura. 2. El otro fragmento decorado es de tipo muy especial. Tiene también una decoración puntillada a base de líneas paralelas, quince en total, separadas entre sí 2 mm. El peine con el que se realizó la decoración era de púas grandes de sección rectangular. La decoración es mucho más cuidada y meticulosa que en el fragmento estudiado en primer lugar. Lo más original de esta pieza es su forma, que parece alejarla de la clasificación de campaniforme, a la que, en cambio, le acerca su tipo de decoración. El fragmento pertenece, sin duda, a la parte más sobresaliente de la panza del cacharro. Tiene una pared muy inclinada que gana su máxima anchura en la parte inferior del fragmento, donde, repentinamente, se encuentra una angulosa carena que cambia la orientación de la pared en casi

90°. Las dimensiones del fragmento son: 43 mm. de largo, 38 mm. de alto, 3 mm. de ancho en la parte superior y 6 mm. junto a la carena. El diámetro reconstruido en ésta sería de unos 180 mm. aproximadamente, ya que no se pudo evaluar bien, dado el mal estado de conservación del fragmento. La pasta es de buena calidad. En su fractura se observa una alternancia cromática muy clara, ya que tiene un color rojo muy oxidado en las paredes, y es más negruzca, en cambio, en su interior. Como se dijo anteriormente, aparecieron muchos otros fragmentos de cerámicas sin decorar, que no aportan nada nuevo ya que, salvo un borde, no presentan características definidas. PARALELOS EN GALlCIA La decoración que presentan estos últimos fragmentos, que, como se ha dicho repetidamente, es lo que, además de su tipo de pastas, más los vincula al campaniforme, se encuentra ampliamente representada en el repertorio de temas decorativos del campaniforme gallego. 43


4

44

Mitad superior: cerรกmica de Morcigueira. Mitad inferior: cerรกmica de Os Pericos.


En el estado actual de nuestros conocimientos, el motivo de líneas simples puntilladas paralelas, aparece en los vasos campaniformes de Buriz (EL IDEAL GALLEGO, 1972); (GARCIA MARTINEZ, 1979), Parxubeira (RODRIGUEZ CASAL, 1980), Oirós (SIERRA RODRIGUEZ, 1979), Maus de Salas (FERRO COUSELO, 1972), y Lousada, mámoa núm. 1 (BOUZA BREY, CARRO OTERO Y GARCIA MARTINEZ, 1973). Dentro de esta utilización general del motivo, se pueden distinguir varios temas, según el modo de combinarse entre sí las líneas. Por un lado encontramos la agrupación de las líneas paralelas en bandas, lo cual le da una apariencia muy similar al campaniforme Internacional; esta decoración aparece en Galicia en trece vasos (incluyendo el núm. 1 de Morcigueira). Por otro lado, tenemos el tema donde aparecen las líneas paralelas continuas, sin estar agrupadas en bandas; tal tema se presenta en el vaso de la mámoa 1 de la necrópolis de Lousada y en el cacharro núm. 2 de Morcigueira. Otra utilización secundaria de este motivo que ahora nos ocupa es su asociación al estilo Internacional, donde se usa para dividir en espacios iguales las bandas lisas que separan las franjas de decoración Internacional, así aparecen en la mámona 3 de Lousada en el túmulo 242 de Pontes de García Rodríguez (LA IGLESIA, 1907; PERICOT y GARCIA, 1927; MACIÑEIRA, 1941), y en el caso de Tecedeiras (BOUZA BREY, MARTINEZ LOPEZ y GARCIA MARTINEZ, 1973). Otra variante de este motivo de las líneas puntilladas paralelas, es aquella donde asociadas a éstas aparecen líneas de zigzag. Es la decoración que encontramos en el fragmento del abrigo de Os Pericos estudiado en este mismo trabajo. Tal combinación está, en el estado actual de conocimiento del campaniforme gallego, muy poco documentada, ya que sólo aparece, además de en este fragmento, en uno de los vasos campaniformes del dolmen de Parxubeira. En general, el tema de las líneas de zigzag es muy poco frecuente en Galicia, ya que, además de en los dos casos presentados, sólo aparece de nuevo en el vaso y cazuela de Tecedeiras, aunque aquí los zigzags están vinculados a unos motivos estilísticos de tradición diferente al que aquí nos ocupa: el de las líneas paralelas puntilladas. PARALELOS EXTERIORES Al considerar los paralelos exteriores de estos campaniformes tenemos que afrontar el problema de su filiación estilística, ya que sobre ellos no se ponen de acuerdo los diferentes autores. Las dos teorías en boga sobre la decoración de líneas paralelas puntiliadas se reducen a aquellas que las hacen depender del campaniforme Internacional y las que las consideran una variación, o especie de esqueuomorfa, del AOC o campaniforme cordado. 45


Así, HARRISON (1977), las considera como la ((/ined variety» del Internacional; también LEITAO, NORTON, ZBYZEWSKY y VEIGA FERREIRA (1978) dicen de ellas «las líneas simples paralelas representan la reducción del motivo internacional a su más simple expresión». En sentido contrario a estos autores se pronunciaba GU ILAI NE en 1967, que consideraba este estilo aparte del Internacional, relacionado con el AOC, y que aparecería en la Fase del campaniforme de los Pirineos, al mismo tiempo que el Internacional y el Cardado. En el mismo sentido se solían definir los autores centroeuropeos. Ultimamente, el mismo GUILAINE (1976), se corregía, reconociendo que el campaniforme de líneas paralelas estaría en unos casos ligado al Cardado y en otros al Internacional. En suma, la tendencia es a darle una vinculación estilística determinada según el contexto regional en el que aparecen. Este es precisamente el camino que debemos seguir para aclarar el problema con respecto a Galicia. También GARCIA MARTINEZ, en un trabajo reciente planteaba estas dos tendencias interpretativas de la filiación estilística de este tipo de campaniforme, sin pronunciarse definitivamente por ninguna de ambas hipótesis. Para avanzar en la resolución de este problema debemos tener en cuenta que:

1.° Los escasos hallazgos de campaniforme cardado en la península se ciñen exclusivamente al cuadrante NE de la misma. 2.° No tenemos, en Galicia, ningún elemento que nos ponga en relación al NW en estos momentos iniciales del campaniforme con el oriente peninsular, además de no existir en toda la Meseta ningún ejemplar de campaniforme que use en su decoración bandas de líneas paralelas puntiliadas. 3.° El tema de las líneas paralelas puntilladas es muy frecuente en el Centro y Norte de Portugal (CORREIA, V., 1914; VAULTIER, M., y ZBYZEWSKY, G., 1951; DO PACO, A., 1961; LEISNER, V., DO PACO Y RIBEIRO, L. 1964). Por lo tanto, podemos concluir que en Galicia, este tipo de decoración a base de líneas paralelas puntilladas está estrechamente vinculada al campaniforme Internacional, con lo cual tendrá una cronología paralela, o sólo ligeramente posterior a la de este estilo. CRONOLOGIA Lo dicho anteriormente es especialmente válido para los ejemplares de tipo más puro con este tipo de decoración (Maus de Salas, Mugueimes, Parxubeira). Sin embargo, no se puede ocultar que los fragmentos que hemos estudiado en este trabajo presentan diferencias notables con esos ejemplares prototípicos. Ello ocurre en especial con la cerámica de Morcigueira; aunque el mismo fragmento de Os Pericos, ya sea en pasta o en forma general, tiene bastantes rasgos de tipo local. Se puede, por tanto, consi46


derar que estas piezas corresponden, en realidad, a una reelaboración local sobre los modelos anteriores. Resulta interesante constatar esto que sería una vigorosa pervivencia y asimilación de las formas y técnicas campaniformes en Galicia. Serían, de este modo, posteriores a la llegada de los prototipos de campaniforme a Galicia desde Portugal. La falta de datos de contexto procedentes de una excavación fiable no nos permiten establecer una fecha exacta para estas piezas. Sin embargo, creemos acertado proponer una datación entre el 2000 - 1900 a. C. y el principio de Bronce Inicial en Galicia. Con todo, ésto dependería también de la corrección de las fechas que haya que realizar según el calibrado del C 14. Santiago de Compostela Febrero de 1981

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2 pp. 49-71

LA ADMINISTRACION ROMANA DEL N. O. DE LA PENINSULA IBERICA HASTA FINALES DEL SIGLO I d. C. NARCISO SANTOS YANGUAS Departamento de Historia Antigua. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Oviedo. Resumen: La división provincial de Augusto del año 27 a. C., que incluía toda la región septentrional hispana en la Tarraconense, obedeció a la necesidad de conquista de dicho territorio. La finalización de esta fase de conquista traerá consigo la integración de la zona en la organización administrativa romana. Sin duda la segunda reorganízaci6h de Augusto y la división en distritos de la Hispania Citerior son los hechos básicos para comprender la integración del N. O. en la política romana. Un paso más lo constituye la división, en tiempos de Vespasiano, de todo este territorio en conventus como circunscripciones administrativas que tendrán vigencia al menos hasta la época del emperador Caracalla.

Abstract: Roman administration in the northwestern part of the Iberian Peninsula to the end of the last century A. D. The provincial division, made by August in the year 27 B. C., which included all the spanish northern region in the Tarraconensis, was dued to the need of conquering such territory. The end of this conquering stage will bring along the integration ~f the area in the roman adminístrative arder. The second reorganization of August and the division into districts of the Hispania Citerior are undoubtely the main facts in arder to understand the integration of the north-west ward into roman policy. GOihg a stop further another main point is the division, in the age of Vespasian of all this territory in conventus as administratíve circunscriptions which witl be valid at least till the age of emperar Caracalla.

La incorporación del suelo peninsular ibérico al Estado y administración romanos trajo consigo el establecimiento de una administración sobre él. Las características propias de esta administración y las transformaciones que, a lo largo de los siglos, se fueron produciendo en ella estuvieron vinculadas directamente con la política general romana, encaminada a someter a su gobierno a cuantos territorios dominaba por las armas (1). En el año 206 a. C. dio fin el período de dominio cartaginés en la Península Ibérica; desde el año siguiente, una vez conquistadas las regiones meridionales y orientales ibéricas, los romanos comenzarían, sin duda, a organizar la administración de estas áreas. Sin embargo, desde su desembarco en Ampurias en el 218 hasta el año 197 no contamos con noticia alguna (1) M. VIGIL: Historia de España Alfaguara 1: Edad Antigua, Madrid, 1975 2 , pp. 400 Y ss.

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acerca de una división administrativa operada en territorio peninsular con anterioridad a esta última fecha. Las enormes dificultades planteadas por los constantes enfrentamientos bélicos, llevados a cabo por parte de los romanos contra los cartagineses e indígenas en un primer momento y contra estos últimos solamente a partir del año 206, así como la gran extensión del suelo ibérico conquistado, obligaron a los romanos a establecer un mando militar doble, en mano de los procónsules, con el objetivo concreto de hacerse cargo de los asuntos peninsulares. Tomando como base esta doble jefatura de carácter militar, se llevará a cabo algunos años después la primera división territorial de Hispania en dos provincias (197 a. C.): la Citerior y la Ulterior, gobernadas cada una de ellas por un pretor (2). La Hispania Citerior comprendía toda la zona oriental de la Península Ibérica hasta el S. de la ciudad de Carthago Nova, mientras que la Ulterior abarcaba los territorios situados al S. del sa/tus Castu/onensis (Sierra Morena), especialmente el valle del Guadalquivir y la costa meridional. De acuerdo con E. ALBERTINI (3), en el año 197 tuvo lugar la división del territorio hispánico en dos provincias distintas, según podemos deducir de diversos pasajes del historiador Tito Livio (4). Se nos plantea· ahora el problema de descifrar la naturaleza y el significado administrativos de la provincia: A. ERNOUT y E. METLLET (.5) definen la palabra provincia como un término del derecho público, cargo confiado ~ un magistrado, de donde procede, por derivación, provincia. Además, en el lenguaje común tiene el sentido general de cargo, función o misión. Durante mucho tiempo este término se aplicó únicamente en el lenguaje oficial a aquellas regiones en que se llevaban a cabo operaciones bélicas y a los comandos militares (6), así como a la parte de atribuciones correspondientes a un cónsul, que derivaba de su poder militar y judicial, indisoluble en el imperium (7). Con posterioridad habría servido para designar el límite del dominio en que cada magistrado ejercía su imperium, con exclusión de sus colegas. Según la etimología propuesta por HEISTERBERGK (8) existía una prerrogativa común a todas las regiones administrativas denominadas provincias, consistente en el hecho de que eran echadas a suerte. De cualquier forma, y fuera cual fuera su verdadero sentido primitivo, el término provincia acabó por designar, casi de manera exclusiva, a un territorio poseído y gobernado directamente por los romanos, que se encontra(2) Cf. A. V. MICHOULlNE: «La penetración de la administración romana en España (en ruso»), VOl n.O 27,1949, pp. 40-56. (3) Les divisions administratives de I'Espagne romaine, París, 1923, p. 11. (4) XXIX, 2, 1: Romani quoque imperatores L. Lentulus et L. Manlius Acidinus, neglisceret prima neglegendo beIlum; XXX, 2,7: Hispaniae cum exercitibus imperioque veteribus imperatoribus, L. Lentulo et L. ManlioAcidino...; y XXX, 41, 4: Quod ad Hispanias attineret, aliquos annos iam ibi L. Cornelium Lentulum et L. Manlium Acidinum esse; ...is ex duobus exercitibus... (5) Dictionnaire étimologique de la lengue latine. Histoire des m ots, París, 19674; p. 54. (6) Liv. IIJ, 4,7: Bellum inde haud dubium habere, Sp. Furius consulum alter, cui ea provincia evenerat, profectus in Acquos, Hernicorum in agro populabundum hostem invenit... (7) Liv. 11,40, 14; 111, 10,9 Y VII, 6, 12. (8) En Revue de Philologie XIV, 1890, pp. 629 Y ss.

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ba fuera de Italia (aunque esta característica cesó en tiempos de Diocleciano) y que estaba sometido al impuesto romano. Además, cada provincia contaba con su propia carta o Lex provinciae, predispuesta para la total incorporación de dicho territorio a la República romana por parte del general que lo había conquistado. No obstante, ésta podía ser modificada o completada por medio de las leyes romanas o del edicto del gobernador provincial (9). A su vez cada provincia estaba dividida en distintas circunscripciones administrativas, generalmente bien diferenciadas de las divisiones anteriores y que reposaban sobre la etnología propia de cada región o los intereses políticos. Por lo que respecta a los gobernadores y a sus subalternos, tanto su número como sus atribuciones variaron en gran medida a lo largo de los siglos. Desde el año 227 a. C. la administración romana contaba con 4 pretores, de los cuales dos eran nombrados para Sicilia y Cerdeña, a los que se unieron, a partir del 197, dos nuevos para las provincias hispanas (10). Con posterioridad a la Lex Babia del año 181 eran e.legidos alternadamente 4 ó 6 (11), permaneciendo en sus funciones los pertenecientes a Hispania durante el período de dos años. Por su parte, años después, de acuerdo con la Lex Cornelia de provinciis ordenandis, obra de Sila en el año 81, los pretores estaban obligados a permanecer en Roma durante el año en que desarrollaban sus funciones, habiendo ascendido, además, su número a 8. Al año siguiente a cada uno de ellos se les asignaba, una vez prorrogado su mandato, una provincia, al tiempo que pasaba a ser pretor (12). Con posterioridad, en tiempos de César y por medio de la Lex Pompeia de provinciis del año 52 debía de transcurrir un intervalo de 5 años en el desempeño de la pretura o el consulado y la función de gobernador provincial (13). Finalmente, Augusto, realizó la división del Imperio en provincias senatoriales e imperiales; de ellas, las senatoriales eran las pacificadas, por lo que estaban desprovistas de tropas, mientras que las imperiales contaban todas ellas con guarniciones imperiales. Los gobernadores de las provincias senatoriales eran llamados procónsules, porque no contaban con ningún gobernador por encima de ellos; sin embargo, en realidad sólo dos de ellos habían sido cónsules anteriormente, los gobernadores de Asia y Africa, mientras que los demás habían ejercido únicamente la pretura en Roma (14). Junto a esto, el emperador gobernaba personalmente todo el conjunto de provincias imperiales, no siendo los gobernadores de las mis(9) Cf. J. SANTOS: Estructuras indígenas del N. O. peninsular y los cambios de las mismas del siglo I a. C. alll p. C.. Diss. Oviedo. 1977, p. 315. (10) Liv. XXXII, 27, 6: sex praetores illo anno primum creati crescentibus iam provinciis et latius patescente im-

perio. (11) Liv. XL. 44, 2. (12) Cf. E. BADIAN: «Notes on Provincial Governors from the Social War down to Sulla's Victory»,PACA " 1958, pp. 1-18. (13) Cf. 'J. P. V. D. BALSDON: «Consular Provinces under the Late Republic, 1: General Considerations», JR5 XXIX, 1939, pp. 57-73. (14) Dio. Cass. L1II, 13; Suet., Aug. XLVII y Plin., N. H. XIV, 22.

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mas de hecho más que delegados suyos, y de ahí el nombre de lega ti Au-

gusti pro praetore que se les asignaba (15). Respecto a la división provincial del territorio ibérico en el año 197 a. C. contamos con las referencias de Estrabón (16) en la parte de su obra redactada con anterioridad a la nueva reorganización provincial realizada por Augusto; un poco más adelante aparece ya descrita (111,4,20) la nueva división administrativa: «Ahora que las provincias han sido asignadas, unas al pueblo y al Senado, otras al emperador, la Bética fue atribuida al pueblo y se le envía un pretor con un cuestor y un legado; su límite oriental se ha fijado en las cercanías de Castulo. El resto pertenece al emperador: éste envía dos legados, uno pretorio y el otro consular; el pretorio con un legado gobierna la Lusitania, que limita con Bética y se extiende hasta el Duero y su desembocadura; dicha región conserva en la actualidad el mismo nombre y en ella se encuent"ra la ciudad de Emerita. La parte restante de Hispania, y la mayor, está regida por el legado consular, que dispone de un ejército considerable, compuesto por tres legiones, y tiene a sus órdenes 3 legados, de los cuales uno, con 2 legiones, guarece toda la región del N. del Duero, llamada antes Lusitania y ahora Gallaecia; añadíase a ésta la parte septentrional con los astures y los cántabros ... La región que se extiende desde allí hasta los Pirineos la gobierna el segundo legado con la otra legión. El tercer legado administra la parte interior, que comprende los pueblos llamados ya «togados», como si dijéramos pacificados y que han adoptado, junto con la toga, la civilización y el modo de vida itálicos; son éstos los celtíberos y los que habitan a ambos lados del Ebro hasta el mar». Esta división administrativa de Hispania en tiempos republicanos venía marcada por una línea que iba desde Carthago Nova, a través del saltus Castulonensis y Sierra Morena hasta la actual provincia de Guipúzcoa, incluyendo en la provincia Ulterior a Andalucía, Portugal, Extremadura, gran parte de Castilla la Vieja, Galicia, Asturias, Cantabria y Vascongadas; por su parte la Hispania Citerior abarcaba el resto peninsular. LA DIVISION PROVINCIAL DE AUGUSTO Partiendo de esta primera división administrativa provincial del año 197 a. C. se llevarán a cabo las divisiones posteriores a través de la rectificación de los límites existentes entre las diversas provincias; de esta forma, en el momento en que Augusto conquistó la zona septentrional peninsular realizó una nueva división administrativa, debido a las necesidades bélicas, la enorme extensión de los territorios que abarcaban las dos primitivas provincias y la nueva reestructuración del sistema administrativo romano en (15) El título de lega tus pro praetore tuvo su origen en época republicana, posiblemente en tiempos de Lúculo (el L x IV, 2218 = ILS 37) a quien le fue conferido el gobierno de un territorio muy extenso en Asia Menor, por lo que se procuró un legado. (16) 111, 4, 19"

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todas las provincias del Imperio (17). De este modo tuvo lugar una nueva división administrativa por parte de Augusto en el año 27 a. C. en tres provincias: la Bética, en manos del Senado e inerme, y la Citerior Tarraconense y Lusitania, bajo control imperial y con tropas de guarnición en sus respectivos territorios: «Cuando el imperium le fue confirmado (a Augusto) por el Senado y el pueblo, no queriendo aparecer poco popular por ello, aceptó la responsabilidad total del Estado, como si éste tuviera necesidad de cuidados particulares. Declaró que no tomaba el poder en todas las provincias y que, allí donde lo hiciera, no sería para siempre: las menos importantes, las que conocían la paz interior y no tenían enemigos en sus fronteras, las entregó al Senado; las más importantes, las que estaban poco seguras y expuestas a los peligros, ya porque tuviesen vecinos belicosos, ya porque fuesen susceptibles de conocer nuevamente grandes revueltas, las conservó. Lo hizo aparentemente para que el Senado desempeñase sin temor su autoridad sobre las ciudades más tranquilas, mientras que él se reservaba las penas y peligros. Bajo este pretexto dejó al Senado sin armas y sin ejércitos, y él solo tenía las armas y disponía de los ejércitos» (18). De esta forma tuvo su origen la creación de una nueva provincia, Lusitania, con territorio perteneciente anteriormente a la Ulterior; esta nueva provincia tenía su límite con la Citerior en el río Sella e incluía, por consiguiente, dentro de sí a Asturia y Gallaecia, según se desprende de varios pasajes de Plinio (19). Las opiniones acerca de los territorios que abarcaba la nueva provincia están diversificadas y, en especial, en lo referente a su límite con la Citerior: así ALBERTINI (20) ha tratado ampliamente este problema, que resuelve mediante la inclusión en Lusitania de las tierras de los astures situados al O. del río Esla, que separa a astures y vacceos, mientras que por el N. coloca la línea separadora en Villaviciosa (Asturias actual). Por su parte A. SCHULTEN (21) incluye en el marco de la provincia Citerior Tarraconense las tierras situadas al N. del Duero, a cuyo error une igualmente la afirmación de que «esta nueva división de España la describe detalladamente Estrabón», cuando en realidad, como veremos después, la división a que hace referencia el geógrafo griego en el texto que consideramos, es la segunda división realizada por Augusto; sin embargo, en un trabajo posterior este mismo autor rectificó su error (22). Junto a ellos, L. HARMAND (23), siguiendo prácticamente al pie de la letra las indicaciones de Albertini, sitúa el límite fronterizo en el Esla y la ría de Villaviciosa, haciendo especial hincapié en el hecho de que Lancia, la (17) Cf. J. J. VAN NQSTRAND: «The Reorganization of Spain by AugustuS», University of California. Publications in History IV, 2, 1916, pp. 83-154. (18) Dio Cass. L1I1, 12. (19) N. H. 111, 1, 6: In ea prima Hispania terrarum est, Ulterior appelata, eadem Baetica, a fine Murgitano Citerior... ulterior in duas per longitudinem provincias dividitur, si quidem Baeticae latere septentrionali praetanditur Lusitania..., y IV, 118: Lusitania cum Asturia et Callaecia patere... Agripa prodidit. (20) Dp. cit., pp. 24 Y ss. (21) FHA V, Barcelona, 1940, p. 184. (22) A. SCHULTEN: Los cántabros y astures y su guerra con Roma, Madrid, 1962 2 , pp. 240 Y ss. (23) L'Dccident romain. Gaule-Espagne-Bretagne-Afrique du Nord (31 a. C. - 235 d. C.j, París, 1960, p. 122.

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plaza fuerte de los astures, que se hallaba emplazada al E. de dicho río, debía estar incluida en Lusitania. En cuanto a la datación de esta división provincial, tanto Albertini como Schulten la sitúan en el año 27 a. C., mientras que MARCHETTI (24) da la fecha del año 25 para esta reorganización administrativa. Nosotros creemos que esta división provinCial debe de ser fechada en el año 27, apoyándonos precisamente en el significado y las consecuencias de este año en relación con las guerras de conquista del N. O. peninsular por parte de Augusto: se trata del momento en que dan comienzo las principales operaciones bélicas y en que Augusto toma el mando personalmente (24 bis). En cuanto a las causas que incidieron en esta reorganización provincial F. J. LOMAS (25) piensa que la más importante se halla en el hecho de que el principal enemigo a los ojos de Roma eran los cántabros, por lo que se hacía necesario unificar el mando contra ellos, mientras que el territorio colindante de los astures y el de Ga/laecia los situó bajo el mando de un legado pretorio. Respecto a este punto la explicación que nos parece más congruente es la de HARMAND (26) cuando afirma: «Las dos solas provincias legadas por la República (se refiere a la división del año 197 a. C.) eran incapaces de responder durante más tiempo a una situación tan poco homogénea. Una medida de este tipo parecía dictada no sólo por la geografía -no se podía hacer abstracción de una barrera como la Sierra Morena, interpuesta entre Bética y Lusitania - , ni por consideraciones históricas y culturales, que confirmaban la oposición de estas dos unidades, sino también por planteamientos estratégicos: Lusitania, que lindaba al N. con GaIlaecia, estaba destinada a convertirse en un territorio militar». De este modo, pues, la causa más importante de esta división administrativa fue de índole militar, consistente en el hecho de poder disponer de dos ejércitos que se movieran en dos frentes distintos, aunque estuvieran dependiendo ambos de Augusto en última instancia. El fundamento de esta adscripción de Asturia y Gallaecia a Lusitania se encuentra en el desarrollo mismo de los sucesos bélicos, de acuerdo con lo que ya apuntaba SCHULTEN (27). Un factor importante de esta nueva división provincial lo constituye la existencia de un frente amplio de ataque, lo que es admitido de forma general por toda la historiografía contemporánea que se ha ocupado de estas guerras, para lo que se basan en los testimonios de Floro (28) y Orosio (29), así como en el hecho de que no poseemos ninguna referencia de que toda la región N. peninsular haya sido conquistada por los romanos en una época distinta a ésta. La existencia de un frente amplio de ataque viene avalada, además, por una serie de hechos: (24) (iHispania», en Dizionario Epigrafico, p. 342. (24 bis) ef. N. SANTOS: «La conquista romana del N. O. de la Península Ibérica» Latomus (en prensa). (25) Asturia prerromana y altoimperial, Sevilla. 1975, p. 142. (26) Op. cit., p. 121. (27) Los cántabros y astures..., p. 241.

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- En la época en que tuvieron lugar estas guerras no sólo 'estaba sin pacificar la zona de los cántabros y astures, sino tampoco la zona interior de los galaicos, como se ve al analizar las luchas de Décimo Junio Bruto y de César contra ellos; -la división provincial llevada a cabo por Augusto en la Península en el año 27 a. C. en tres provincias: Bética, inerme, y Tarraconense y Lusitania, con guarniciones militares, englobando en el marco de Lusitania a Asturia y Ga/laecia (30). Debido a ello opinamos que, mientras que Augusto luchaba contra los cántabros, otras unidades militares, bajo el mando del legado de Lusitania, atacarían la región de Galicia y Asturias. La reorganización administrativa realizada posteriormente por Augusto, que coincide plenamente con su segundo viaje a territorio hispano, una vez finalizada la lucha (31) apoya nuestra hipótesis. A partir de este momento el territorio de Lusitania da comienzo en el Duero, centralizándose en el mando de la Tarraconense (Citerior) todo el N. O. peninsular ibérico, que aún suponía un peligro. Con el fin de vigilar cualquier posible levantamiento de estas poblaciones, que tenían como rasgo común su ruralidad, se hacía necesario un mando único, el del gobernador de la Tarraconense, quien, además, se encontraba más cerca de Roma, y - por último el hecho de que las fuentes históricas asignen una importancia decisiva a las hazañas de Augusto en la zona de los cántabros obedece al carácter propagandístico que presentan estas mismas fuentes, que resaltan precisamente esta lucha contra los cántabros por encontrarse Augusto al frente de ella. Por otro lado, junto a la existencia de un frente bélico amplio, nos hallamos con que esta 'división posibilitaba, al mismo tiempo, la realización de ataques sucesivos o simultáneos, haciendo desaparecer de este modo la posibilidad de que unas poblaciones prestaran ayuda a otras en estos momentos conflictivos. Precisamente es con respecto a este punto donde sur_gen mayores discrepancias a la hora de hacer una interpretación de los testimonios de Floro-Orosio y Dión Casio sobre el desarrollo de las campañas, manifestándose dos opiniones contrarias: la de quienes propugnan un ataque simultáneo (MAGIE, SCHULTEN, GONZALEZ ECHEGARAY y SCHMITTHENNER) y la de quienes mantienen ataques sucesivos (AGUADO BLEYE y BOSCH GIMPERA, HORRENT, SYME y LOMAS) (31 bis). Además de esto contamos con otro hecho claro, que nos Ile,va a afirmar que la causa principal de esta división administrativa era de índole militar: el poco tiempo que tuvo vigencia, puesto que, una vez finalizadas las (28) 11,33,48: ipse venit Segisamam, castra posuit, tripertito exercitu totam Cantabriam amplexus efferam gentem ferarum quasi quadam cogebat in dagine. (29) VI. 21,3: igitur Caesar apud Segisamam castra posuit, tribus agminibus totam paene amplexus Cantabriam. (30) Plin .. N. H. IV, 118; Strab. 111, 4, 20; Dio Cass. L111, 12, 4. Cf. E. ALBERTINI: op. cit., pp. 26 Y ss. (31) R. SYME en CAH X, p. 345 yen «The Conquest of North-West Spain», Legio VII Gemina, León, 1970, p. 105 apoya estas fechas. Sin embargo, en «The Spanish War of Augustus (26-25 B. C.)>>,AJPh 1934, p. 300 la sitúa en el año 9 d. C. (31 bis) Para un estudio detallado de las hipótesis planteadas por cada uno de estos autores d. N. SANTOS: «La conquista romana del N. O. de la Península Ibérica», Latomus (en prensa).

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guerras de conquista, el propio Augusto llevó a cabo una nueva reorganización en la división provincial. No obstante, a estas causas de un· tipo eminentemente militar hemos de añadir otras de carácter administrativo, ya que el Estado romano en estos momentos dominaba casi por completo la Península, mientras que en el momento de realizar la división administrativa de tiempos de la República (197 a. C.) aún no estaban anexionadas las regiones de Celtiberia y Lusitania. Por otra parte, a causa precisamente de su carácter militar, esta división se basaba en gran medida en las unidades gentilicias, a pesar de que procuraba situar en provincias distintas a los dos grupos gentilicios indígenas con los que aún no se había enfrentado el ejército romano, es decir, los cántabros y los astures. LA NUEVA REORGANIZACION DE AUGUSTO Igualmente impregnada de un acusado matiz militar, pero contando con una base económico-administrativa clara, se llevó a cabo por parte del mismo Augusto una reorganización de las provincias hispanas con posterioridad a la finalización de las guerras de conquista del N. O. de la Península. La realización de esta nueva división, posterior a la establecida por Augusto en tres provincias en el año 27 a. C., se halla confirmada por el testimonio de Plinio (32): Durius amnis a maximis Hispaniae, ortus in Pelendonibus et

iuxta Numantiam lapsus, dein per Arevacos Vaccaeosque, disterminatis ab Asturia Vettonibus, a Lusitania Gallaecis, ibi quoque Turdulos a Bracaris arcens... A Douro Lusitania incipit. Igualmente debe de ser esta la división recogida en el siguiente pasaje de Mela (33): tribus autem est distincta (Hispania) nominibus, parsque eius Tarraconensis, pars Baetica, pars Lusitania vocatur, al igual que la que aparece descrita en Estrabón y a la que hace referencia equivocadamente Schulten (34), puesto que en el pasaje estraboniano se remarca claramente que a los habitantes de la otra parte del Duero los antiguos llamaban lusitanos, lo que derivaba, sin duda, de la anterior división en que Lusitania incluia aA sturia y G allaecia, mientras que los actuales los llamaban galaicos. Basándose en las noticias aportadas por el naturalista Plinio, la mayor parte de los historiadores que se han ocupado de este tema admiten como límite de separación entre las provincias de Lusitania y Citerior, con posterioridad a la segunda división de Augusto, el río Duero; así HARMAND (35) opina que en este momento tuvo lugar una modificación doble: por una parte se amplió la provincia Citerior hasta el extremo nordoccidental de Galicia, a expensas de la provincia de Lusitania, englobando por consiguiente a galaicos y asture~;· y abarcando igualmente la región ,de Bracara, y por otra se (32) (33) (34) (35)

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N, HIV, 112-113, 11, 6, 87, Strab, 111, 4, 20. Cf. FHA V, Barcelona, 1940, p. 184.

Op. cit., p. 123.


desplazó hasta el O. del límite de la Bética, incluyendo dentro de la Tarraconense la zona oriental de Sierra Morena, es decir, la región de A cci y muchos de los territorios que los romanos denominaban saltus. Se plantea una marcada diversidad entre los historiadores contemporáneos a la hora de fechar esta segunda división de Augusto; vamos a resumir las opiniones principales por orden cronológico: ·-ALBERTINI (36) propone el año 7 a. C. como datación de esta reorganización administrativa; en contra de esta hipótesis se manifiesta el testimonio de Dión Casio (37), a través del cual podemos deducir que en el año 14 a. C. Augusto puso fin a la reorganización de Hispania. - Por su parte SYM E (38) coloca esta división adm inistrativa en el año 9 d. C., aunque en trabajos posteriores admite como reales las fechas propuestas para el nuevo viaje de Augusto a Hispania, es decir, entre el 16 y el 13 a. C. (39). -En cuanto a C. SANCHEZ ALBORNOZ (40) señala la fecha comprendida entre los años 7 y 2 a. G. como el momento en que se alteró la división administrativa del año 27, con la separación de la provincia de Bética del territorio cercano a Carthago Nova, y de la provincia de Lusitania del suelo correspondiente a Asturia y Gallaecia, cumpliendo el objetivo de incorporarlos a la Hispania Citerior. Su afirmación de que esta división se había realizado ya en el año 2 a. C. está basada en una inscripción de Lucus Augusti, a través de la cual se deduce que esta población pertenecía ya en aquella época a Hispania Citerior (41): Caesari / Paulus Fabius / Maximus / legat(us) Caesaris. Sin embargo, este legado, de rango consular, nunca gobernó Lusitania, regida a lo largo de toda su historia por pretores o propretares. -A. SCHULTEN (42) no asigna una fecha determinada a esta nueva división administrativa, a pesar de que, en su opinión, está claro que debió realizarse con posterioridad a la confección del mapa de Agripa, en el que tanto Asturia como Gallaecia pertenecían a Lusitania. Debido a ello propone dos fechas como posibles: la de los años 15/14 a. C., momento en el que se produjo la nueva estancia de Augusto en Hispania, y la del año 8 a. C., puesto que los miliarios más antiguos de Augusto en territorio hispánico datan precisamente de esa fecha (43). -Al mismo tiempo L. HARMAND (44) sin aducir razón alguna, se (36) (37') (38) (39)

(40) (41) (42) (43)

(44)

Op. cit., p. 36. L1V, 25. <iThe Spanish War...», p. 300. «The Northern Frontiers under Augustus. 11: Spain and Africa», CAH X, pp. 343 Y SS., Y «The Conquest...», p. 105. <iDivisiones·'tribales y administrativas del solar del reino de Asturias en época romana», El reino de Asturias, Oviedo, 1972, 1, p. 88. CILII,2581. Los cántabros y astures..., p. 241. CIL 11, 4920-4923: Viae Canventus Caesaraugustani: IMP XII-TRIBVNICIA POTESTATE XVI; CIL 11, 4931: Viae Castulanenses: TRIBVNICIA POTESTATE XVI / IMP XIII; CIL 11, 4936: Viae a Carthagine Nova execuntes variae: TRIBVNIC. POTESTAT. XVI / IMP XliII; CIL 11, 4938: Ibidem: IMP XlIII. L 'Occident ramain..., p. 123.

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muestra partidario de la fecha del 2 a. C. para la doble modificación de la Hispania Citerior. - Por otro lado LOMAS (45) cree, basándose en el texto de Dión Casio, que esta nueva reorganización administrativa habría tenido lugar entre los años 16 y 13 a. C., coincidiendo con el segundo viaje de Augusto a Hispania, una vez dadas por acabadas las guerras del N. O. Para nosotros la fecha de realización de esta nueva división está en función directa de las causas que la motivaron. Por ello, antes de pasar a pronunciarnos acerca de una datación concreta, vamos a analizar las causas que condujeron a Augusto a llevar a cabo esta nueva división administrativa. En este sentido para ALB ERTI N I (46) esta nueva reorganización fue motivada por razones militares; con esta opinión están prácticamente de acuerdo todos los escritores que han tratado posteriormente dicho problema. Además, SANCHEZ ALBORNOZ (47) afirma que las reorganizaciones operadas en la frontera nordoccidental y suroccidental de la Hispania Citerior Tarraconense con Lusitania y Bética, respectivamente, tuvieron como objetivo concentrar todas las zonas inseguras bajo control directo del legado consular de la Hispania Citerior, es decir, la región montañosa que se extendía entre el alto valle del Guadalquivir y la zona de Asturia y Gal/aecia, de fidelidad dudosa, puesto que el territorio restante de la provincia de Lusitania, situado al S. del Duero, se hallaba pacificado, al igual que la Bética. Por su parte SCHULTEN (48), apoyándose en las opiniones de ALBERTINI y SANCHEZ ALBORNOZ anteriormente reseñadas, asegura que la causa principal de la separación de la región de Gal/aecia y Asturía de la provincia de Lusitania hay que ponerla en el hecho de que Gal/aecia y Asturía, al igual que Cantabria, tenían necesidad de abundantes tropas para su vigilancia, mientras que la zona de Lusitania situada al S. del río Duero no las necesitaba por estar ya totalmente pacificada. Para HARMAND (49) las causas más importantes de este nuevo y doble cambio en la división administrativa de la Península Ibérica son de un marcado carácter estratégico, ya que la unidad de mando resultaba indispensable para ejercer un control eficaz sobre todos estos grupos tribales recientemente pacificados (galaicos, astures y cántabros), así como sobre el sector oriental de Sierra Morena. De acuerdo con LOMAS (50) esta nueva reorganización administrativa de las provincias responde, en último término, al mismo principio que la operada en el año 27 a. C., es decir, la unidad de mando, haciendo depender del gobierno centralizado en la Tarraconense a cántabros, astures y galaicos, que suponían un peligro tanto por su ruralidad como por su apartamiento (51). (45) Op. cit., p. 142. (46) Les divisions administratives..., p. 36. cit., p. 88. (48) Los cántabros y astures..., p. 142. (49) Op. cit., p. 123. (50) Op. cit., pp. 142-143. (51) Strab. 111,3,8. (47) Op.

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A todas estas razones o motivaciones de índole político o estratégicomilitar hemos de añadir posibles causas de orden económico-administrativo, especialmente en lo referente a la anexión de Gallaecia y Asturia a la provincia Tarraconense. Para ello nos basamos de forma especial en dos testimonios: el texto de Floro y una inscripción referida a un procurator Caesaris Augusti in Hispania provincia per annos X. El primero de dichos documentos históricos hemos de entenderlo (52) en el sentido de que Augusto lo que hace es acelerar la producción indígena y explotar de forma intensiva los recursos del suelo, que los romanos habían ido descubriendo en el transcurso de las guerras. Dejando al margen las inconcreciones cronológicas del historiador Floro, hemos de situar esta referencia en una época inmediatamente posterior a la finalización de las guerras de conquista del N. O. hispánico (53). A este primer testimonio hemos de añadir el de un procurator Caesaris Augusti (54): Q(uintus) Octavius L(uci) f(ilius) C(ai) n(epos) L(uci) pron(epas) Ser(gia tribu) / Sagitta / I/vir quinq(uennalis) 111, praef(ectus) fab(rum), praef(ectus) equi(tum), / trib(unus) mil(itum) a populo, procurator Caesaris / Augusti in Vindalicis et Raetis et in valle Poenina per annos 1111, et in Hispania provincia / per annos X, et in Syria biennium; dicho procurator debió desempeñar sus funciones en Hispania entre los años 12/11 y 3/2 a. C., estando referido, indudablemente, a la Hispania imperial, es decir, a las provincias de Lusitania y Tarraconense, y no a la división provincial del año 27, como quiere ver LOMAS (55), sino a la segunda división de Augusto, de la que estamos tratando. Por todo ello podemos afirmar que esta segunda reorganización administrativa de Augusto, además del carácter militar que ya vimos que había sido dominante en la del año 27 a. C., revistió un claro carácter administrativo, por lo que tuvo mucha más duración que la primera, manteniéndose prácticamente en todas sus líneas durante el Alto Imperio. Además, esta nueva división administrativa logró centralizar en la provincia Citerior no sólo la jurisdicción militar, sino también la administración referente a las explotaciones mineras del N. O., que fueron apuntaladas de forma intensiva con posterioridad a la finalización de las guerras. Por lo que respecta a la datación de esta nueva división contamos con algunos términos ante quem para situarla: así, sabemos que en el año 2 a. C. estaba ya realizada, según se desprende de la inscripción de Paulo Fabio Máximo anteriormente analizada, y de acuerdo con el pasaje de Estrabón en el que se afirma que en tiempos de Tiberio ya se había realizado esta misma división. En cuanto al término post quem algunos investigadores han opinado que debe fecharse en el 12 a. C., año en que muere Agripa, (52) Floro 11, 33, 60: ttaque exerceri sotum iussit sic Astures nitentes in profundo opes suos atque divitias dum

atiis quaerunt nosse coeperunt. (53) J. SANTOS: op. cit., pp. 329-330. (54) A. E. 1902, n. D 189 - ILS 9007. (55) Op. cit., p. 190.

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quien recoge en su mapa la división administrativa del 27 (56), aunque la muerte de este personaje no puede ser tomada como datación absoluta. Tomando como base de nuestras conclusiones las causas político-militares y económico-administrativas que estuvieron implícitas en esta nueva división, la fecha que proponemos es la del segundo viaje de Augusto a Hispania, una vez finalizadas las guerras de conquista. LOS DISTRITOS DE LA HISPANIA CITERIOR EN LA NUEVA DIVISION La segunda división administrativa de Augusto se vio completada por otra que atañía exclusivamente a la provincia Citerior, en tres distritos, al mando de cada uno de los cuales había un legado pretoriano, según se desgaja del pasaje de Estrabón a que ya nos hemos referido (57). ¿ Qué opiniones se han aducido acerca de esta división? En primer lugar TH. MOMMSEN (58) asignó el nombre de diócesis a las circunscripciones administrativas a que hace referencia el texto estraboniano, considerando que estaban administradas por legati iuridici (59). El problema que se planteaba era que estaba atestiguado el legado de la primera circunscripción (Iegatus iuridicus Asturie et Cal/aeciae) y de la tercera, si interpretamos los que en las inscripciones aparecen como legati iuridici Hispaniae Citerioris Tarraconensis como referidos a la circunscripción de la Tarraconense y no a Hispania Citerior, pero no así para la segunda. Estas circunscripciones administrativas tuvieron existencia, según MOMMSEN, durante toda la época imperial, estando situado al frente de ellas un legatus iuridicus; sin embargo, estos legati iuridici se nos muestran con una finalidad distinta y sin estar circunscritos al marco del distrito. Además, la interpretación de Mommsen, en la que mezcla ambas divisiones, que no se dieron a la vez y cada una de las cuales presenta un carácter distinto, fue heredada por buena parte de los historiadores contemporáneos. Mientras que en las denominadas diócesis el factor militar es dominante, en los conventus, como analizaremos después, los factores esenciales son de índole jurídico-administrativa y religiosa. Igualmente J. MARQUAR DT (60) llama diócesis a las circunscripciones que aparecen descritas en el texto estraboniano, situando al frente de cada una de ellas a un legatus Augusti, quien posteriormente aparecería, en su opinión, con el nombre de iuridicus. En su interpretación del pasaje en cuestión las circunscripciones que en él aparecen son las de Asturia y Ga(56) Cf. A. SCHULTEN: Los cántabros y astures..., p. 241, Y C. SANCHEZ ALBORNOZ: «Divisiones tribales... », op. cit., p. 88 Y nota 182. (57) 111, 4, 20. (58) Le droit public romain 1, 1887, p. 264 Y nota 4, (59) F. J. LOMAS (op. cit., p. 143) cree que es incorrecto el término diócesis por ser griego, no ser utilizado nunca por Estrabón y cuya univocidad sólo puede servir para Oriente. Además, el término que aparece en las inscripciones griegas que hacen alusión a Hispania Citerior no es más que una aproximación (cf. IGRR IV, 1307 = ILS 8842, perteneciente a un senador del siglo 111 d, C.). (60) «Organisation de l'Empire romain», Manuel d'Archéologie IX, 1892, p. 70.

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lIaecia, cuyo legado estaba al frente de dos legiones y tenía el título de legatus Augusti per Asturiam et Callaeciam, según aparece en las inscripciones; Tarraconensis, cuyo legado comandaba una legión, y la circunscripción administrativa de Carthago Nova, que no contaba con ejército y de cuyo legado no poseemos noticias. No obstante, esta interpretación en el sentido de que un legado tendría su sede en Cartagena y otro en Tarragona no es válida, puesto que lo que Estrabón asegura es únicamente que «el procónsul (gobernador de la Citerior) suele invernar en la costa, residiendo generalmente en Carthago Nova o Tarraco», mientras que «en el verano recorre la provincia inspeccionando las cosas que requieren corrección». Frente a ellos, R. K. McELDERRY (61) cree en la existencia de distritos, a los que continúa denominando diócesis, aunque distingue claramente ambas realidades, tanto política como militarmente, que representan las diócesis y los conventus, acercándose de este modo a la interpretación que creemos correcta. De acuerdo con M. MARCH ETTI (62) existieron en la Citerior los tres distritos administrativos de que habla el geógrafo griego, aunque reducidos únicamente a dos en tiempos del emperador Claudia: Asturia-Callaecia y Tarraconensis, incluyendo el segundo distrito de Estrabón en este último y resaltando el carácter marcadamente militar de estas circunscripciones. No obstante, vuelve a mezclar los dos niveles histórico-políticos al hablar de con ventus, puesto que asegura que éstos representan divisiones menores dentro de las diócesis, con carácter militar y dejando en el olvido sus funciones político-religiosas y administrativas.

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Fue ALBERTINI (63) el que separó en primer lugar de forma clara las diócesis de los conventus jurídicos, planteando el problema en términos concisos. Continuando con la interpretación de McELDER RY llega a la conclusión de la irreconciliabilidad de la división en diócesis, tal como aparece en Estrabón, y de la- división en conventus, según nos describe Plinio. Hay que destacar, además, la interpretación de estos distritos, que presentan, según él, un claro matiz militar, a cuyo frente se encontraban los legati, cu'ya función consistía en mantener el orden y la paz conquistados, y que no guardan relación alguna, ni en cuanto al tiempo ni a sus funciones, con los legati iuridici que aparecen más tarde. No admite una subdivisión fija y estable de la Citerior en dióceªis, puesto que para él la organización que plasma Estrabón no duró más que unos 50 años, desapareciendo en el momento en que Hispania dejó de poseer fuerzas militares importantes en su territorio (64). Por su parte C. H. V. SUTHERLAND (65), siguiendo las opiniones de KORNEMAN (66) y en total desacuerdo con ALBERTINI, comenta el pasaje (61) <iVespasian's Reconstruction of Spain. Addenda», JRS IX, 1919. pp. 86 Y ss. (62) (iHispania». Dizionario Epigrafico, pp. 811 Y ss. (63) Op. cit., pp. 45 Y ss. (64) Cf. J. SANTOS: op. cit., p. 335. (65) The Romans in Spain, 217 B. C. - A. D. 117, Nueva York, 1939 (reimpresión 1970), p. 142.

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de Estrabón de la forma siguiente: establece el primer distrito en Gallaecia, con un legado que contaba con dos legiones, el segundo abarcaría Asturia y Cantabria, con un legado y una legión, y el tercero comprendería el territorio restante perteneciente a la Citerior, sin tropa alguna y con un legado civil. No se trata de una interpretación fiel al texto estraboniano, puesto que él mismo incluye en el primer distrito a Asturia y Gallaecia, con una legión y dos legados. En cuanto a C. SANCHEZ ALBORNOZ (67) afirma que, durante los primeros años del emperador Tiberio, la Hispania Citerior estaba, si no dividida en tres diócesis, al menos bajo la autoridad de tres legados. En la misma dirección interpretativa que McELDERRY y ALBERTINI, M. 1. HENDERSON (68) ha hecho destacar el marcado carácter militar de las circunscripciones administrativas asignadas a los legati, que no tienen que ver nada con las funciones jurídicas concretas de los conventus, limitando así la naturaleza y funciones de ambas divisiones. SCH U LTEN viene a ocupar un lugar intermedio (69) al interpretar el pasaje estraboniano como que había tres distritos o circunscripciones: la de G allaecia-Asturia, la región N. h asta el Pirineo y la zona restante de la provincia Citerior, al tiempo que hace hincapié en los criterios necesarios para incluir en' el primero de dichos distritos a Asturia, aduciendo las siguientes razones: -porque el geógrafo asegura que la diócesis del segundo legado daba comienzo en el río Melsas y Noega, es decir, en la parte E. de Asturias;, -porque en todo momento Asturia estuvo unida a Gallaecia y no a Cantabria; -y porque no hubiera sido lógico que Gallaecia contara con dos legiones y Asturia y Cantabria con una sola. Sin embargo, si Gallaecia y Asturia contaban con dos legiones y Cantabria con una, esta situación correspondería a la proporción de territorialidad, abarcando Gallaecia con A sturia dos tercios del territorio y Cantabria solamente uno. De acuerdo con SCHULTEN, J. GONZALEZ ECHEGARAY (70) se muestra partidario de la división en circunscripciones, según se describen en el texto de Estrabón, a las que llama diócesis, situando la residencia del legado del segundo distrito en luliobriga; no obstante, no aborda el problema de la relación entre diócesis y con ven tus. Hace un~os años L. HAR MAN D (71) explicó la necesidad de la creación de estos distritos administrativos de que nos habla Estrabón a través de la complejidad que presenta la provincia Tarraconense y de su gran ex(¡Die Diozesen der Hispania Citerior», Klio 111, 1903, pp. 323 Y SS., Y «Dioecesis», RE V, col. 716 y ss. «Divisiones tribales ...», op. cit.. pp. 88 Y ss. (dulius Caesar and Latium in Spain», JRS XXXII, 1942, p. 4. FHA V, Barcelona, p. 203: propone que, aunque no tenemos noticias sobre el legado del segundo distrito, éste debía ser conocido como legatus per Cantabriam: cf. Los cántabros y astures.... pp. 242-243, (70) «Posición política de la ciudad de lulíobriga», Altamira 1952, pp. 42 Y ss., Y «Las noticias históricas sobre el pueblo cántabro», Altamira. 1960, pp. 62 Y ss. (71) L'Occident romain. pp. 124-125.

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tensión; al mismo tiempo, en conexión con Albertini, distingue con claridad las dos épocas de la historia administrativa de Hispania representadas respectivamente por las diócesis y los conventus: las diócesis corresponderían a tiempos de Augusto, mientras que los conventus no remontarían más allá de Claudio. Al igual que GONZALEZ ECHEGARAY sitúa la capital de la segunda circunscripción en luliobriga (actual Reinosa). Finalmente LOMAS (72) se muestra acorde con las interpretaciones de Albertini y Harmand, excepto en lo referente a la época de la creación de los conventus, cuya reorganización, frente a la fecha del reinado de Claudio propuesta por dichos autores, sitúa en tiempos de Vespasiano. Para nosotros la existencia de estos tres distritos en la Citerior está claramente testimoniada en el texto estraboniano, único documento con que contamos acerca de esta reorganización administrativa. Partiendo del análisis de dicho pasaje, así como de lo expuesto con anterioridad al analizar la segunda división de Augusto y de la comparación de las distintas opiniones de los historiadores contemporáneos sobre dicho problema, podemos concluir que tuvo lugar al mismo tiempo que la reorganización de Augusto, una vez terminadas las guerras de conquista del N. O. De esta forma, la reorganización provincial de Augusto se basaba en tres provincias, dos de las cuales, Bética y Lusitania, no contaban con tropas, a pesar de que esta última seguía dependiendo aún del emperador, y la Tarraconense, dependiente igualmente del emperador y gobernada por un legado de rango consular, bajo cuyas órdenes se encontraban las tres legiones estacionadas en estos momentos en Hispania (73). Sin embargo, frente a la tesis de LOMAS (74), estos tres legados de rango pretoriano, dependientes del gobernador de la provincia Tarraconense, no se hallaba cada uno de ellos al mando de una legión, sino que de uno de los mismos, el que tenía asignado el distrito de Gallaecia-Asturia, dependían dos legiones (la VI y la X), mientras que del legado de la segunda circunscripción de que habla Estrabón, que comprendía a Cantabria, dependía la legión IIII Macedónica, estando sin tropas el distrito restante. La primera de dichas circunscripciones, la del N. O., se hallaba limitada por el río Duero al S., el Mare Oceanum al O. y el Cantábrico al N., mientras que por el E. su límite coincidía con el propio de astures y cántabros, o sea, los ríos Sella y Esla, según testimonian otros autores greco-latinos (75): englobaba, por consiguiente, lo que más tarde serían los conventus

Asturum, Lucensis y Bracarum. La presencia de dos legiones en este distrito se apoya en una base militar, explicable a través de la cercanía en el tiempo de las recientemente finalizadas guerras astur-cántabras y la participación en las mismas de po(72) Op. cit., p. 146. (73) Cf. J. M. ROLDAN: Hispania y el ejército romano. Contribución a la historia social de la España antigua, Salamanca, 1974, pp. 159 Y ss. (74) Op. cit., p. 143. (75) Ptol. 11, 6, 5-6; MELA 11" 13; PUN., N. H. IV, 111 ...

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blaciones de dicha zona, pero de forma especial en una base económica, la enorme riqueza minera descubierta por los romanos según se iban apoderando de dicho territorio y la explotación intensiva a que lo sometieron (76). Estas razones económicas contribuyeron a mantener durante bastante tiempo a las dos legiones estacionadas en dicho distrito, puesto que hasta el año 62 d. C. no salió del mismo la legión X, permaneciendo la VI Victrix como única tropa de guarnición en la Península y siendo reemplazada posteriormente por la legión VII Gemina, que estuvo estacionada durante muchos años en el N. O. ibérico, concretamente en el campamento que dio origen y nombre a la actual ciudad de León. Al mismo tiempo la explotación económica del N. O., así como los problemas fiscales y administrativos que llevaba aparejados, contribuyeron a que la residencia habitual de los procuratores de Hispania Citerior se estableciera en Asturica Augusta, centro administrativo del N. O., y a la creación de la procuratela per Asturiam et Ca-

Ilaeciam. Ahora bien, el carácter eminentemente militar de esta división se manifiesta a través de dos hechos muy concretos: su realización inmediatamente después de la finalización de las guerras de conquista del N. O., y su progresiva desaparición a medida que la paz en dicha zona era una realidad y las legiones fueron saliendo de Hispania. Simultáneamente a esta deca. dencia de las circunscripciones administrativas de carácter militar irá apareciendo la necesidad de nuevas divisiones, en las que las funciones jurídicoadministrativas y político-religiosas pasarán a ser dominantes (los conven-

tus iuridici). Además, a causa del carácter militar que reviste esta segunda reorganización de Augusto, el trazado de los límites de los diferentes distritos no está apoyado en las unidades gentilicias indígenas, puesto que, por otro lado, se hace uso de la antigua división entre Lusitania y Tarraconense para delimitar los distritos primero y segundo. LA DIVISION ADMINISTRATIVA DEL N. O. DURANTE EL SIGLO I d. C. Con los emperadores Flavios (segunda mitad del siglo I d. C.) no se llegó a una total romanización de la región septentrional de la Península Ibérica, pero se pusieron en funcionamiento los factores necesaríos para la misma, es decir, la participación de los indígenas en las unidades militares del ejército, la concesión del ius Latii, la división administrativa en conven(76) Cf. M. CARDOZO: «A proposito da lavra do ouro na provincia de Tras-os-montes durante a epoca romana», RG LXIV, 1954, pp. 113 Y SS.; C. DOMERGUE: «Introduction ti I'étude des mines d'or du Nord-Ouest de la Péninsula Ibérique d'ans I'Antiquité», Legio VII Gemina, León, 1970, pp. 253-286, Y «La mise en valeur des gisements d'alluvions aurif8res du Nord-Ouest de I'Espagne dans I'Antiquité: une technique d'exploitation romaine», XII CAN, Zaragoza, 1973, pp. 536-576; F. DE ALMEIDA: «Minas do ouro na Gallaecia portuguesa», Legio VII Gemina, León, 1970, pp. 287-301, Y «Mineral;ao romana en Portugal», La minería hispana e iberoamericana, León, 1970, " pp. 195-220; P. R. LEWIS y G. B. D. JONES: «Roman Gold-Mining in NorthWest Spaim>, JR5 LX, 1970, pp. 169-185, Y R. F. JONES y D. G. BIRD: «Roman Gold-Mining in North-West Spain, 11: Workings on the rio Duerna», JR5 LXII, 1972, pp. 59-74.

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tus, la explotación intensiva de las mimas... (76 bis). No obstante, en el pIano administrativo no tienen lugar grandes cambios: tras la segunda reorganización llevada a cabo por Augusto, que fijó las tres provincias que se mantendrían durante el Alto Imperio, únicamente se completó dicha obra con Vespasiano al fragmentar en conventus cada una de ellas; desde este momento no se produjo modificación alguna hasta la creación por Caracalla de la provincia nova Citerior Antoniana, que no duró mucho, tiempo.

Por otra parte, en tiempos de los Flavios, es cuando se crea la procuratela per Asturiam et Callaeciam, cuya importancia administrativa y fiscal para el N. O. va a ser grande. Además, pertenece igualmente a época flavia el primer testimonio epigráfico de un sacerdote de conventus nombrado flamen provincial (77): (Lucio) Pomp(eio) L(uci) f(¡lio) Quir(ina tribu( / Faventino / praef(ecto) coh(ortis) VI Astur(um) / trib(uno) mil(itum) leg(ionis) VI Vic(tricis) pra(efecto) / equitum alae (11 Fla)v(iae) (H)i(sp)a(n)o(rum) donis / donato corona aurea hasta pur(a) / ... ab imp(eratore) div(o) Vespasiano, (f1amini) / pro vin cia(e Hispaniae Citerioris sacerdoti) urbis Romae (et Augusti) / Va(leria) C(ai) f(¡lia) Arabica... (78). Esta situación nos lleva a relacionar la división en conventus con el establecimiento del culto imperial del conventus, intermedio entre el culto local o municipal, no testimoniado en el N. O., Y el culto provincial. La división administrativa que se opera en el interior de las tres provincias establecidas por Augusto (79) presenta un carácter distinto del propio de las diócesis, que constituían divisiones eminentemente político-militares, con las que son totalmente incompatibles. Ahora bien, ¿qué entendemos por conventus iuridicus? C. HUMBERT (80) hace destacar dos aspectos fundamentales del significado del término conventus: desde el punto de vista jurídico se denomina conventus en derecho romano a las reuniones que los gobernadores celebraban de forma periódica en los principales núcleos urbanos de cada provincia; desde el punto de vista administrativo los conventus suponían circunscripciones concretas en el marco de las provincias, que contaban, además, con un centro jurídico-administrativo y político-religioso, la capital de los mismos, así como con un centro de reunión periódica, la capital de la provincia. La primera definición de conventus la encontramos en TH. MOMMSEN (81), para quien el término equivale a una circunscripción real, natural y en modo alguno ficticia, que agrupa a conjuntos humanos homogéneos. Según esto (76 bis) Cf. A. MONTENEGRO: «Problemas y nuevas perspectivas en el estudio de la Hispania de Vespasiano», HAnt V, 1975, pp. 7-88. (77) CIL 11, 2637. (78) Cf. M. PASTOR: «El culto imperial en el conventus Asturum», HAnt IV, 1974, p. 213, cuya reconstrucción es incorrecta, y G. ALFOLDY: Flamines provinciae Hispaniae citerioris, Madrid, 1973, n.O 50. (79) Plin., N. H. 111, 18: nunc universa provincia dividitur in conventus VII, Carthaginensem, Tarraconensem, Cae-

saraugustanum, Cluniensem, Asturum. Lucensem, Bracarum. (80) «Conventus», Dictionnaire des Antiquites (Daremberg-Saglio) 1,2, pp. 1.496-1.497. Cf. R. WIEGELS: «Das Datum der Verleihung des ius Latii and die Hispanier. Zur Personal - und Municipalpolitik in den ersten Regierungsjahren Vespasians», H CVI, 1978, pp. 196-213. (81) «Die Conscriptionsordnung der romischen Kaiserzeit», H XIX, 1884, p. 47.

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podemos pensar que los romanos, al establecer estas circunscripciones, se vieron obligados a ello a causa de la existencia de grupos gentilicios homogéneos, lo que no es cierto. Sin embargo, de acuerdo con ALBERTINI (82), la división conventual se halla en una relación más estrecha con la realidad indígena prerromana que las divisiones en provincias y diócesis, que responden básicamente a las necesidades políticas, militares y administrativas de los territorios conquistados en un momento dado. La naturaleza propia de los conventus está en conexión con las funciones que realizan: 1) Destaca, en primer término, su función administrativa. Como testimonio de la misma contamos con los miliarios de las vías romanas; en este sentido J. DE CASTRO NUNES (83), tomando como base el estudio de los miliarios de Nerva aparecidos en Ga Iicia~ asegura que las distancias referidas en los miliarios de las principales vías están medidas tomando como punto de partida la sede del con ven tus en cuya jurisdicción territorial se encuentran. Igualmente apoyándose en el estudio de los miliarios, M. D. N. E. ALVAREZ (84) ha analizado la división conventual de Gallaecia, afirmando que para un mismo emperador y dentro de un mismo conventus se mantiene un tipo de texto con escasas variantes, texto que cambia al penetrar la vía en otro conventus diferente. Un segundo indicador importante de la función administrativa del conventus lo encontramos en la residencia de los procuratores en la capital del mismo, en el caso del conventus Asturum en A sturica Augusta, desde donde se administraba la riqueza minera del N. O. En tiempos de Vespasiano, concretamente en el año 73 d. C., aparece un procurator, Cayo Plinio Segundo, residente normalmente en Asturica Augusta (85), según podemos deducir de la minuciosa descripción que él mismo realiza sobre las labores mineras y el producto extraído en su tiempo, que cifra en 20.000 libras de oro en Asturia, Gallaecia y Lusitania (86). Por otra parte, en el 79 d. C. aparece el primer procurator Augusti Asturiae et Callaeciae, L(ucius) Arruntius Maximus (87), con jurisdicción concreta sobre las zonas del N. O. de explotación minera. Desde este momento la capital del conventus Asturum pasa a convertirse en sede del procurator, cuyas funciones estuvieron centradas en el N. O. hasta bien entrado el siglo 111. 2) No menos importancia que la función administrativa reviste la función religiosa del conventus, que han destacado, en especial, R. ETI EN N E (88), C. SANCHEZ ALBORNOZ (89), quien hace hincapié en el culto impeLes divisions administratives..., pp. 52 Y ss. ¡¡OS miliarios de Nerva na Cailaecia», CEG V, 1950, pp. 161-174. ¡¡Notas para la delimitación de los conventus jurídicos en Hispania», Zephvrus IX, 1958, pp. 51-57. Plin., N. H. XIX, XXIII, XXXI Y XXXV. Plin., N. H. XXXIII, 66-78. CIL 11, 2477 (5616) = ILS 254. Cf. A. BALlL: «Funcionarios subalternos en Hispania durante el Imperio romano», Emerita XXXIII, 1965, p. 306. (88) Le culte impérial dans la Péninsule Ibérique d'Auguste Dioclétien, París, 1974 2 . (89) «El culto al emperador y la unificación de España». AILC 111,1946, pp. 1 Y ss. (= Miscelánea de estudios históricos 111, 1970, pp. 59 Y ss.).

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rial como factor de unificación, F. RUSSEL CORTEZ (90), referido al conventus Bracarum, y finalmente C. TORRES (91) para el caso de Galicia. Dicha función religiosa del conventus se halla relacionada directamente con la necesidad de la administración romana de controlar a las poblaciones del N. O., rurales y primitivas. Sin embargo, esta función religiosa parece encubrir una clara función política y administrativa, es decir, el conventus como una realidad a medio camino entre la provincia y la civitas, elementos básicos de la administración romana. En este sentido asegura LOMAS (92) que por lo que respecta al N. O., no fue la civitas la superestructura a través de la cual los indígenas se entendían con Roma, según quiere ver J. MANGAS (93), sino que la unidad política que destaca es el con ven tus. Bien es verdad que el conventus juega el papel predominante en el culto imperial, pero no en lugar de la ciudad, como afirma LOMAS, sino junto a ella y como intermediario entre ésta y la provincia (94). Nuestra opinión se basa en el análisis de la documentación epigráfica, en que se nos nombran sacerdotes y flamines del culto imperial (95). En todos estos casos podemos resaltar los siguientes puntos (96): -únicamente llegan al sacerdocio o flaminado los ciudadanos, bien fueron itálicos o indígenas latinizados, con tria nomina y adscritos a una tribu; -casi todos estos individuos siguieron una carrera similar: cargos municipales -sacerdos del conventus - flamen provinciae Hispaniae Citerioris, al margen de otros cargos básicamente militares. De esto podemos deducir que la función de sacerdote del conventus es intermedia entre los cargos municipales y el flaminado de la capital provincial (Tarraco); y - por último, las personas que cumplieron las funciones de sacerdote del conventus en el N. O. no procedían solamente de la capital del mismo, sino también de otros núcleos urbanos de la región, concretamente de los que se beneficiaron en tiempos de Vespasiano de la concesión del ius Lati; (97). De esta forma contamos con uno de ellos que procede de Lancia (98): L(ucio) lunio BI(aesi) / f(ilio) Quir(ina tribu) / Maroni Aem(ilio) / Paterno, Lancien(si), / omnib(us) in re publica / sua honorib(us) functo, /I/vir(o) bis, sacerd(oti) Rom(ae) et / Aug(usti) convent(us) Asturum, / adlecto in quinq(ue) decuri(as / le)gitume Rom(ae) iudicantium f1amini augustali p(ro(90) (¡o culto do Imperador no conventus Bracaraugustanus», Bracara Augusta 11, 17, 1951, pp. 368-382; 111, 18.1951, pp. 16-30, Y 111,19,1951, pp. 147-165. (91) (¡El culto al emperador en Galicia», CEG XII, 1952, pp. 197-230. (92) Op. cit., p. 155, nota 84. (93) ¡¡Un capítulo de los gastos en el municipio romano de Hispania a través de las informaciones de la epigrafía latina», HAnt 1, 1971, pp. 105 Y ss. (94) Cf. C. H. V. SUTHERLAND: «Aspects of imperialism in Roman Spaim). JRS XXIV, 1934, pp. 32-40 Y The Romans in Spain, 217 B. C. - 117 A. D., Nueva York, 1970, pp. 165 Y ss. (95) Cf., entre otras. CIL 11,2637,2638,4223,5124 Y 6094 = C. ALFOLDY: Flamines provinciae Hispaniae citerioris, núms. 50, 45, 36, 42 Y 24, respectivamente. (96) Cf. J. SANTOS: op. cit., pp. 383-384. (97) R. K. McELDERRY: «Vespasian's Reconstruction of Spain», JRS VIII, 1918, pp. 75 Y ss. (98) CIL 11. 4223 = ILS 6932.

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vinciae) H(ispaniae) c(iterioris), / p(rovincia) H(ispania) c(iterior); otro originario de Brigaecium (99): P(rovincia) H(ispania) C(iterior) / L(ucio) Fabio L(uci) f(i/io) Quir(ina tribu) Si/oni / Brigaecino / l/viro, sacerdoti / Rom(ae) et Aug(usti) / convent(us) Asturum, / ad/ecto in dec(urias) V / iud(icantium), / Rom(ae) f/amini/p(rovinciae) H(hispaniae) c(iterioris); un /imicus (100): P(rovincia) H(ispania) C(iterior) / M(arco) F/avio M(arci) f(i/io) / Quir(ina tribu) Sabino, / Limico, I/vir(o), / sacerdoti / convent(us) / Bracari, / f/amini / p(rovinciae) H(ispaniae) c(iterioris); uno procedente de Bergidum F/avium (101): C(aio) Va/ferio) Arabino / F/aviani f(i/io) Bergido F(/aviensi), / omnib(us) hon(oribus) in re p(ub/ica) / sua func(to), sacerdoti / Romae et A ug(usti) p(rovinciae) H(ispaniae) c(iterioris) / ob / curam tabu/ari / censua/is fide/iter / administrat(am), statuam / in ter f/amina/es / viros positam ex / ornandam univers(i) / censuer(unt); o, finalmente, uno originario de Aquae F/aviae( 102): C(aio) Ceraecio / C( ai) f(i/io), Quir(ina tribu) / Fusco, A quif/(aviensi) / ex convent(u) Bracaraug(ustano) / omnib(us) h(onoribus) in r(e) / p(ub/ica) sua funct(o) f/amini p(ronviciae) H(ispaniae) c(iterioris) / p(rovincia) H(ispania) c(iterior).

De aucerdo con esto podemos concretar la naturaleza del conventus como una realidad civil a medio camino entre la provincia y la civitas; esta realidad civil se deriva de su carácter jurídico, religioso y económico, presenta una situación unitaria clara puesto que se administra justicia por medio del gobernador de la Tarraconense o de los /egati iuridici Asturiae et Ca//aeciae y se rinde culto al emperador a través de la asamblea del conventus y de los sacerdotes asentados en él. Todo ello se realiza teniendo como centro su capital, incluidas las relaciones económicas y sociales (103). Los historiadores actuales no están de acuerdo a la hora de fechar esta división administrativa, situándola desde tiempos de Augusto hasta la época de Vespasiano. En este sentido hemos de dejar de lado la hipótesis de ALB ERTI NI (104) quien asegura la existencia en Hispania de conventus ya desde la cuestura de César, basándose para ello en un pasaje de Suetonio (105), Y cuya opinión es igualmente compartida por SANCH EZ ALBORNOZ (106). Podemos descubrir con claridad que la naturaleza de los conventus que aparecen en este texto suetoniano y la de los conventus iuridici es completamente distinta, puesto que los primeros no incluyen, bajo ningún concepto ni las funciones jurídico-administrativas ni las político-religiosas. (99) CIL 11, 6094. (100) CIL 11, 4215 = ILS 6931. (101) CIL 11, 4248 = ILS 6937. (102) CIL 11, 4204. (103) Cf. R. ETIENNE: Le culte impérial..., pp. 121 Y SS.; C. H. V. SUTHERLAND: «Aspects of imperialism ...», op. cit., pp. 31 Y SS.; R. K. McELDERRY: «Vespasian's Reconstruction of Spain», p. 93, Y A. D'ORS: «Sobre los origenes del culto al emperador en la España romana», Emerita X, 1942, pp. 204 Y ss. (104) Op. cit., p. 54. (105) lul, VII, 1: Quaestori ulterior Hispania obvenit, ubi cum mandatu praetoris iure dicundo conventus circumi-

ret Gadisque venisset... (106) «Divisiones tribales ...», p. 93.

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Por su parte H EN DERSON (107) asegura que la fórmula empleada por el naturalista Plinio es de tiempos de Augusto, aunque puesta al día cada cierto tiempo. SCH U LTEN (108) es de la opinión de que los conventus jurídicos existían ya durante la administración de Augusto y que correspondían a distritos encomendados a la jurisdicción de los legados de las provincias Citerior y Lusitania, así como al procónsul de la Bética. Sin embargo, no puede dar solución al problema que le plantea la existencia simultánea de diócesis y conventus iuridici y la relación que guardan entre sí. Igualmente A. D'ORS (109) establece la época augustea como la de la implantación de estas divisiones, a las que se acomoda el culto imperial. ALB ERTI NI piensa que la división administrativa a que se refiere el texto de Estrabón, al tratarse de un régimen temporal, marcadamente militar, desaparece durante el reinado de Claudia, momento en el que en el N. únicamente quedan dos legiones como guarnición (110); de esta época arranca precisamente la división en conventus, ya que ambas estructuras políticas, al ser excluyentes, no pueden convivir juntas en ningún momento. B asa su opinión en los siguientes hechos: -las monedas descubiertas en Si/bilis, pertenecientes a Augusto, Tiberio y Calígula, y en las que aparece este centro urbano como municipium, con sus duoviri (111); de ahí que el status de colonia con que aparece en Plinio lo alcanzaría durante los primeros años del emperador Claudia o, a lo máximo, en los últimos de Calígula (112); -el texto de Plinio que diceAmanum portus,'ubi nunc F/aviobriga colonia (113) no aparece incluido en el libro 111 a causa de emplear el autor una fórmula anterior a la época de fundación de Fa/viobriga por Vespasiano (114); a causa de ello la fórmula de enumeración de las colonias en Plinio resulta ser anterior a la época de Vespasiano; - igualmente el tercer hecho aparece relatado en Plinio (11 5); el que los habitantes de /cosium, en Mauritania se encuentren adscritos a /Iici nos hace pensar que sería con anterioridad a la anexión y organización de la provincia por parte de Claudia. SUTHERLAND (116), siguiendo la tesis de ALBERTINI, asegura que hemos de afirmar una datación c1audiana para el texto de Plinio, siendo, por tanto, Claudia quien reemplazó las diócesis, de evidente carácter militar,' por un orden civil, implícito en los conventus, y que se había establecido (107) (108) (109) (110) (111) (112) (113) (114) (115)

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<i1ulius Caesar ... », pp. 1 Y ss. Los cántabros V astures..., p. 243. Epigrafía jurídica de la España romana, Madrid, 1953, p. 138. Les divisions administratives..., pp. 52-53. Cf. A. VIVES: La moneda hispánica, Madrid, 1926, láminas CXXXVIII, CXXXIX 1 a 5, correspondientes a Augusto; CXXXIX 5 a 9, a Tiberio, y CXXXIX, 10 a Callgula. N. H. 111,24. N. H. IV, 110. Cf. J. M. SOLANA: Flaviabriga, Castro Urdiales, Santander, 1977. N. H. 111,19: reliqua in ora flumen Tader, colanis inmunis Ilici, unde llicitanus sinus in eam cantribuuntur Icasitani. The Romans in Spain..., pp. 117 Y ss. (117) L'Occident ramain..., p. 132.

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con anterioridad en el resto de Hispania. L. HARMAN D (117), al igual que hemos visto con relación a otros aspectos, se muestra partidario de la tesis de Albertini y asegura que el emperador Claudio disolvió las diócesis, buscando en los conventus la forma de dar solución al problema de la distancia y el espacio. Por su parte McELDERRY (118) cree en la convivencia de diócesis y conventus en tiempos de Vespasiano, lo que resulta imposible, dado que las diócesis, a causa de su carácter militar, desaparecieron de hecho una vez pacificado el N. O. No obstante, se muestra inclinado a fechar la aparición de los conventus en tiempos de Vespasiano. Igualmente LOMAS (119) critica en profundidad la tesis de Albertini: las fórmulas empleadas por Plinio, aun siendo reales, no tienen una vinculación directa con los conventus jurídicos. Este autor propugna la utilización de una fórmula de tiempos de Claudio, aunque inscribiendo dentro de ella las subdivisiones en conventus, creación, según él, de época de Vespasiano. Las objeciones más importantes que se pueden atribuir a ALBERTINI son las siguientes (120): - no podemos probar que Bilbilis fuera una colonia tomando como base el texto pliniano (121) puesto que ex colonia está referido únicamente a Celsenses y no a Bilbilitanos. Por otro lado, Bilbilis se nos muestra en las monedas a que hemos hecho referencia como municipium, y dado que las amonedaciones en todas las cecas hispánicas cesan con Calígula (122) no podemos asegurar si se produjo o no un cambio de status jurídico para dicha ciudad; -la salida del territorio hispánico por parte de la legión IV Macedónica no supone un testimonio suficiente para la desaparición de las diócesis y la creación de los conventus; de esta forma hemos de pensar en un sincronismo entre la aparición de los conventus jurídicos y el culto oficial centrado en él; -además, los habitantes de Icosium pudieron continuar unidos a /lici tras la anexión de Mauritania, puesto que, al pertenecer los dos gobernadores de dicha provincia al orden ecuestre (123), no se produciría conflicto jurisdiccional alguno con el gobernador de la Tarraconense, de rango superior. Según esto, Lomas asegura que Plinio se sirve de dos tipos de información: una un poco anterior a Vespasiano, constituida por la enumeración actualizada continuamente de las civitates y otra de tiempos de dicho em(117) (118) (119) (120) (121)

L'Occident romain ... , pág. 132. <iVespasian's Reconstruction of Spain. Addenda», JRS IX, 1919, pp. 86 Y ss. Op. cit., pp. 148 Y ss, J. SANTOS: op. cit., pp. 388-389. N. H. 111,24: Caesaraugusta colonia inmunis, amne Hibero adfusa, ubi oppidum antea vocabatur Salduba, regionis Edetaniae, recipit populos LV: ex his civium Romanorum Bilbilitanos, Celsenses ex colonia, Calagurritanos... (122) Cf. M. GRANT: «The Decline and Fall of City-Coinage in Spaim>, NC 6th. Ser. IX, 1949, pp. 93-106. (123) Dio Ca ss. LX, 9, 5, Cf. D. FISWICK: «The Annexation of Mauretania», Historia XX, 1971, pp. 467 Y ss.

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perador, la división provincial en conventus y los nuevos núcleos urbanos beneficiados del ius Latii. Tras analizar las distintas fechas propuestas por los historiadores actuales, creemos que la más adecuada datación pa ra la creación de los conventus jurídicos la constituye el reinado de Vespasiano por las siguientes causas: en el año 62 d. C. (época de Nerón) únicamente permaneció en Hispania de guarnición la /egio VI Victrix, al partir la X Gemina hacia Carnuntum; por ello opinamos que, hasta dicha fecha, no se puede colocar la desaparición de la diócesis, al menos la primera de las tres que aparecen en el texto estraboniano; -el primer sacerdos de con ven tus, además de f/amen provinciae Hispaniae citerioris, de que tenemos referencias, se fecha en tiempos de Vespasiano, con cargos militares (124); - una gran parte de los f/amines provinciae Hispaniae Citerioris desempeñaron cargos municipales o el sacerdocio del conventus o ambas funciones (125); -los individuos que desempeñaron el cargo de sacerdote conventual con anterioridad al del flaminado de la provincia Hispania Citerior no proceden todos ellos de la capital del conventus, sino también de otros núcleos urbanos, en concreto de los que recibieron un status jurídico superior con Vespasiano (Lancia, Bergidum F/avium, Aquae Flaviae...), en los que fueron duoviri o desempeñaron todos los cargos en su municipio correspondiente: esto nos lleva a relacionar la creación de los conventus con el establecimiento del culto imperial conventual y la municipalización del N. O., obra de Vespasiano (125 bis); -igualmente en tiempos de Vespasiano un procurator, Cayo Plinio Segundo, tiene su residencia habitual en el N. O.; al mismo tiempo, desde el año 79 d. C., en que aparece el primer procurator Asturiae et Callaeciae (126), hasta el año 238, en que se fecha el epígrafe más tardío referido a Julio Silano Melanio (127), no faltarán ya procuratores. Por lo que respecta a los límites geográficos de los conventus jurídicos del N. O., el conventus Asturum contaba como límite con el E. al Cluniensis y con el S. a Lusitania, aunque dicha línea fronteriza venía marcada por el río Duero, mientras que por el O. limitaba con los conventus Lucensis y Bracarum. Por su parte el conventus Lucensis contaba como líneas divisorias, por el O. al conventus Asturum y por el S. al Bracarum, y finalmente este último distrito administrativo disponía de límites comunes al conventus Lucensis por el N., al Asturum por el E. y a Lusitania por el S. (124) CIL 11, 2637. I (125) De los 16 procedentes del N. O., de acuerdo con R. ETlENNE Y G. ALFOLDY, 9 fueron sacerdotes del culto conventual, y otros 4 probablemente también. (125 bis) Cf. G. FABRE: «Le tissu urbain dans le nor-ouest de la Péninsule Ibérique», Latomus XXIX, 1970, pp. 314-339. (126) CIL 11, 2477 = ILS 254. (127) CIL 111, 2732 Y 1729. Cf. H. G. PFLAUM: «La parte prise par les chavaliers romains d'Espagne I'administration impériale». Les empereurs romains d'Espagne, París, 1965, p. 276, n.O 190.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2 pp. 73-82

SINCRETISMO DE LA RELlGION INDIGENA

y LA RELlGION ROMANA VISTO A TRAVES DE LAS ESTELAS ANTROPOMORFAS (*) M.a PILAR RODRIGUEZ ALVAREZ Departamento de H.B Antigua. Facultad de Geografla e Historia Universidad de Santiago de Compostela

Resumen: Un grupo de estelas antropomorfas halladas en el N. O. Peninsular nos permite abrir nuevas perspectivas en el estudio de la relación entre la religión popular indígena y la religión que traen los conquistadores. Se trata de grandes piedras con cabezas humanas, existentes ya antes de la conquista, que cuando no llevan inscripción son llamadas estatuas-menhir. Sobre estas estatuas aparecen algunos textos funerarios perfectamente romanos, en sí mismos carentes de todo rasgo indígena. Un complejo mundo de creencias y cultos funerarios se superpone a otro complejo mundo de creencias indígenas. Ni exclusión ni pervivencia: lo indígena parece ser un marco referencial, propio ya del subconsciente colectivo, sobre el que se asienta lo nuevo.

Abstract: Sincretism of the indigenous and Roman religions as seen in the anthropomorfic stelas. A group of anthropormorphic steles found in the north-west area of the Iberian Peninsula lead us to find out some new perspectives on the relations between the popular native religion and that one brought by the roman conquerons. These steles are big stones ending on the top in the form of a human head. Some of them have no roman inscription at all, being them called Menhir-Statues. Some others have funeral roman text, with the normal form, structure and onomastic. We can see Iike a complex world of believes and funeral practices -the roman- is so superimposed on another one -the native pre-roman-. There is not exclusion nor survival of the native religion: it seems rather to be a referencial basis of the community-subconscience on which the new practices are issued.

En todo pueblo que ha sufrido una dominación, se produce un choque entre las estructuras políticas, sociales, económicas y religiosas de ese pueblo dominado y su conquistador. En la antigüedad cuando un pueblo era conquistado estaba expuesto a todo tipo de influencias, ya fuesen directas (cultos implantados por el estado o por los colonos venidos de Italia), o indirectas (las nuevas zonas conquistadas eran ocupadas por viajeros, comerciantes y soldados que traían con ellos su cultura y sus costUmbres). Un dato a tener en cuenta es el grado de evolución del conquistador y el de las religiones de los pueblos conquistados. Así por ejemplo, como ha señalado J. (*) Deseo expresar mi agradecimiento al Profesor Gerardo Pereira Menaut, con el cual he discutido detalladamente este trabajo y cuyas observaciones me han servido de gran ayuda.

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BEAUJ EU (1): Oriente es muy distinto de Occidente. En Occidente los pueblos son llamados bárbaros por los romanos, tienen un modo de vida más rudo, instituciones menos elaboradas; además dentro de Occidente unas regiones eran más impermeables que otras a las influencias venidas del exterior, así las zonas montañosas, poco urbanizadas, medios refractarios a la romanización por razones étnicas, políticas o religiosas como los judíos o los druidas de la Galia. En este contexto aparecen dos conceptos claramente delimitados: el de religión popular y el de religión oficial. Ambos conceptos y el binomio que componen tienen una transposición clara, en los territorios provinciales y en particular en el N. y N.O. de la Península, en el binomio religión indígena-religión romana, al menos mientras no se produce una romanización absoluta de las mentalidades y de las prácticas sociales. Es sabido que la religión romana forma parte fundamental del aparato del estado, especialmente en el culto a la triada capitalina (2), y en el culto al emperador (3). Por referencia a estos cultos, las creencias y los cultos indígenas representan el substrato popular, la religión al margen del estado. El conflicto a modo de relación entre los dos términos del binomio se ha entendido habitualmente en toda la literatura existente sobre el tema, o bien 1.-Como una implantación de la religión romana con la consiguiente desaparición de la indígena; esto se ve claramente en la Bética, en donde no hay más que raras supervivencias de cultos indígenas (4), y hay una gran extensión de los cultos propiamente romanos como el culto al Emperador. 2. - Como una mezcla o asimilación de lo indígena con lo romano, aunque más que asimilación podríamos hablar de adaptación de las divinidades indígenas a las romanas (5). Así en Gallaecia existen numerosos dioses romanos acompañados de un epíteto indígena como Coso Mars (6), o Júpiter, que aparece asociado a ciertas divinidades Galaicas que llevan nombres de montes, como lupiter Ladicus (CIL 2525) o 1. O. M. Candiedus (CIL 2599) (7). 3.-Como una convivencia entre ambas religiones, es decir, una pervivencia de lo indígena más o menos intensa, más o menos solapada por los nuevos cultos y prácticas. De esta forma en la Galia Meridional han coexistido al lado de los dioses importados romanos, divinidades indígenas, a (1) Cultes locaux et cultes d'empire dans les provinces d'Occident aux trois premieres siecles de notre era. Assimilation et resistance la culture gréco-romaine dans le monde ancien. Travaux du VI.o Congrés Internationel d'études classiques. Madrid, 1974, págs. 432-443. (2) Vid. Lex Ursonensis cap. 71. (3) R. ETIENNE: Le culte imperial dans la Peninsule lbérique d'Auguste a Dioclétien. BEFAR 191, París, 1958. ALFOLDY: Flamines Provinciae Hispaniae Citerioris. Madrid, 1973. (4) J. BEUJEU: Op. cit., pág. 437. (5) J. BEAUJEU: Op. cit., pág. 438 con más literatura. (6) Acerca de Marte y sus epitetos véase en el libro de J. C. BERMEJO BARRERA: La sociedad en la Galicia Castreña, Santiago, 1978, el capítulo de «Mars y Hércules», págs. 48-62, donde recoge la bibliografía sobre el tema. (7) M. L. ALBERTOS: Organizaciones suprafamiliares en la Hispania Antigua. Studia Archaeologica 37, Santiago-Valladolid, 1975.

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menudo en los mismos santuarios respetados por los romanos: en Glanum en los capiteles de un edificio de culto del siglo I antes de Xto., las divinidades célticas se codeaban con las del panteón greco-romano (8). ¿ Qué sucede en Gallaecia? ¿ Existe una resistencia a la religión romana o se produce una asimilación entre ambas? La literatura es abundante sobre el tema y numerosos autores (9) han señalado el bajo nivel de romanización del N. O. de la Península, donde las estructuras económicas, sociales y religiosas prerromanas se habrían mantenido. Las supervivencias indígenas parecen ser numerosas y no hay en ningún momento una ruptura definitiva entre la tradición de la civilización de los castros y el nuevo mundo romanizado (10). Así pues coexisten dos civilizaciones: la romana y la indígena, representadas cada una de ellas epigráficamente: la romana por una epigrafía cuidada, urbana y a veces de carácter público; la indígena por el contrario es más burda y la mayoría de sus ejemplos son estelas funerarias o aras con dedicaciones privadas a divinidades, que traducen toda la rudeza y pobreza de la técnica de las poblaciones indígenas (11). En Gallaecia hay una resistencia de la religión indígena frente a la ro-· mana, resistencia que puede entenderse ya sea a través del culto a sus propios dioses rechazando a los romanos, o adaptando selectivamente las formas cultuales romanas integrándolas en el contexto galaico por medio de una asimilación entre ambos dioses o por medio de una reinterpretación de los dioses romanos (12). Así en el culto a los Lares Viales numerosos autores, entre ellos J. C. BERMEJO BARRERA (13), han visto que tras esta denominación puramente latina se ocultan ciertas primitivas divinidades indígenas que sobrevivieron en la época romana, convirtiendo este culto según J. Alarcao; R. Etienne y G. Fabré en: «una etapa en el camino hacia una romanización total y hacia la transformación de su mentalidad» (14). Lo mismo sucede con el culto a Júpiter. Justino (15), hablando de GalIaecia dice que en los confines de ella hay un monte santo que no puede ser cavado con instrumentos de hierro, pues eso es sacrílego, pero que si cae un rayo y abre la tierra, entonces sí que está permitido recoger el oro puesto al descubierto, el cual es considerado por los pueblos como dádiva (8) G. BARRUOL: La resistan ce des substrats préromains en la Gaule meridionale. En Assimilation et resistance la culture gréco-romaine dans le monde ancien. Travaux du VI Congrés International d'etudes c1assiques. Madrid, 1974, pág. 404. (9) J. M. BLAZQUEZ: La romanización de la Penfnsulalbérica. Actas del coloquio internacional sobre el bimilenario de Lugo. Lugo, 1977. Assimilation et resistance la culture gréco-romaine dans le monde ancien. Travaux du VI Congrés International d'etudes c1assiques. Madrid, 1974. Varios: Historia de España Antigua. T ti, Hispania romana. Ed. Cátedra. Madrid, 1978. (10) F. ARIAS VILAS, P. LE ROUX y A. TRANOY: Inscriptions Romaines de la province de Lugo. Paris, 1979, pág. 1-26. (11) P. LE ROUX et A. TRANOY: Rome et les indigenes dans le Nord-Ouest de la Peninsule IMrique. Problémes d'epigraphie et d'histoire. Melanges de la casa de Velázquez. T. IX, 1973, pág. 178-231. (12) Véase para Africa M. BENABOU: Résistance et Romanisation en Afrique du Nord sous le haut-Empire. En Assimilation et resistance la culture greco-romaine dans le monde ancien. Madrid, 1974, pág. 367-375. (13) J. C. BERMEJO BARRERA: Op. cit., pág. 77. (14) Le culte des Lares a Conimbriga. CRAI, 1969, pág. 231. (15) Epit. historiarum, XLIV, 111.

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de los dioses. Esto, según F. L. Cuevillas presupone la existencia en la montaña de un numen al que le eran debidos veneración y obediencia, destacándose su carácter tempestuoso capaz de dirigir y dominar el rayo (16), lo que está en relación con la asimilación de ciertas divinidades indígenas galaicas que llevan nombres de montes como Júpiter, señor de las alturas y amo del rayo. Así lupiter Ladicus (CIL 112525), l. O. M. Candiedonus (CIL II 2599), l. O. M. Anderus (CIL 11 2598) y muchos otros más. Lo mismo sucede con Marte, ya citado anteriormente. Además de esta asimilación, o como dijimos anteriormente, adaptación de la religión indígena a la romana, también se puede observar en GalIaecia una resistencia de la religión indígena a la romanización manifestada en las numerosas inscripciones dedicadas a dioses indígenas: dedicaciones a Aegimuniaego (CIL 11 2523), Cosus (CIL 11 2418), Degante (CIL 2672), Laroco y muchos otros (17). Por último, En Gallaecia existen algunos testimonios que prueban la coexistencia entre la religión romana y la indígena; en una inscripción de Peñafiel, estudiada por P. LE ROUX y A. TRANOY (18), inscripción que es muy significativa ya que se trata de la primera lista de sacrificio hallada en Hispania, aparece, al lado de divinidades indígenas como Nabia Corona o Lida, regulado el culto a Júpiter, hecho que manifiesta el sincretismo de ambas religiones (19). Un grupo de estelas antropomorfas halladas en el N. O. Peninsular nos permite abrir nuevas perspectivas en el estudio de la relación entre la religión indígena y la religión que traen los conquistadores. Son 4 estelas localizadas en la provincia de La Coruña y Pontevedra: - Estela anepígrafa de Troitosende, Negreira (La Coruña) (Fig. 1). Tiene forma discoide, en la parte superior presenta estilización de la cabeza, cón ojos, nariz y boca, estando todo esto inscrito en dos círculos concéntricos. En el cuerpo tiene dos diagonales cruzadas. Mide 1,42 metros de altura por 0,40 m. de ancho. Esta estela, a pesar de no presentar ninguna inscripción, la incluyo en esta serie debido al parecido formal que tiene con las

(16) F. L. CUEVILLAS e R. DA SERPA PINTO: Estudos sobre a Edade do Ferro no N. O. da Peninsula. A relixión. Arquivos do Seminario de Estudos Galegos. Vol. VI. Santiago de Compostela, 1934. (17) J. D'ENCARNACAO: Divinidades indigenas sob o dominio romano en Portugal. Lisboa, 1975. J. M. BLAZQUEZ: Religiones primitivas de Hispania. T. 1. Fuentes literarías y epigráficas. Madrid, 1964. (18) Contríbution a I'etude des regions rurales du N. O. Hispanique au Haut-Empire: Deux inscríptions de Peñafiel. Actas do 111. Congreso Nacional de Arqueologfa. Vol. 1. Porto, 1974, págs. 249-258. (19) Es muy interesante la similitud estructural entre los cultos oficiales de una comunidad peregrina, expresados en la inscripción de Penafiel, y los de la colonia romana de Urso (Lex Ursonensis cap. 71). Los cultos oficiales ( ann(o) et dom(o) actum ... curator(ibus) Lucretio Vitulino Lucretio Sabino Postumo Peregrino) de los Danigi parecen tener una organización similar a los de Urso, pero en versión indlgena. Los editores de la inscripción se esfuerzan en demostrar un paralelo funcional entre estas divinidades indlgenas y algunas romanas, pero la información es demasiado escasa; nótese al respecto el modo potencial de sus expresiones. La única divinidad romana del panteón de los Danigi es Júpiter; sobre la imposición de su culto a las comunidades peregrinas vid. P. Le Roux y A. Tranoy: Rome et les indigenes..., pág. 178-231. Sobre la similitud de la organización y funcionamiento entre las comunidades con estatuto privilegiado (colonias, municipios) provinciales y las comunidades peregrinas, Vid. B. GALSTERER-KROLL: Zum ius Latii in den Keltischen Provinzen des Imperíum Romanum. Chiron 3, 1973, pág. 277-306, con más bibliografla.

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Figura 1. - Estela de Troitosende

Figura 2. -Estela de Bermes

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otras, y a su organización estructural que es típica de muchas estelas hispano-romanas del norte de la Península. - Estela funeraria de 8ermés (Lalín), Pontevedra (Fig. 2). Forma superior casi discoidea, decorada con unas líneas que parecen formar el esqueleto de la cabeza de un ciervo. Cuerpo con líneas horizontales y con dos diagonales en forma de aspa que lo dividen en sectores en los que hay una decoración a base de círculos con otros temas cuyo significado es desconocido aunque alguno de ellos presentan cierto parecido con las letras latinas. La estela es de granito, y la parte posterior no está trabajada. El espesor de los lados es irregular, más estrechos en la parte de la «cabeza» que abajo. - Estela funeraria con inscripción procedente de Paradela (A Estrada) Pontevedra (Fig. 3). La parte superior es de tipo discoideo con un grabado muy tosco y borroso para indicar someramente los rasgos de la cabeza. Tiene 0,98 m. de alto y un ancho máximo de 0,39 m. Hecha en granito, presenta un dibujo muy rudo en la cabeza y hombros. Contiene la siguiente inscripción: DD(is) Ma(ibus) / Colup / ata an(norum) / LlX. - Estela funeraria de Ouzande (A Estrada) Pontevedra (Fig. 4). En la parte superior presenta una ruda estilización del rostro envuelto en dos círculos concéntricos y con indicaciones someras de la nariz, ojos y boca. Tiene una altura de 1,88 m. y un ancho de 0,54 m. Hecha en granito. En el cuerpo presenta la siguiente inscripción: An(norum) LXII / Man(ibus) / Dibus; y entre la cabeza y el cuerpo presenta un arquillo semicircular. Todas estas estelas presentan grandes similitudes entre sí, y su datación es tardía, no anterior al s. II o incluso III (20). Este tipo de estelas tienen paralelos en toda España, aunque en GalIaecia es donde más se concentran y adquieren mayor relevancia; así una hallada en Forniellu (Ribadesella) Asturias, cuya parte superior tiene forma discoidea y un esbozo muy tosco de una cara humana con ojos, nariz y boca (21). También en Vizmanos, Soria (22) aparece una inscripción en cuya parte superior está dibujada una rudimentaria cara humana; aunque no es antropomorfa ni tiene forma discoidea puede presentar alguna similitud con las que aquí estudiamos. Todas estas estelas antropomorfas tienen un carácter indígena en su propia forma (23). No son romanas ni traídas por los romanos. Pero eso no quiere decir que su origen nos sea completamente desconocido; se puede (20) El tipo de letra, formulario (la fórmula dis manibus en su particular expresión), la estructura del texto, la onomástica impiden absolutamente una datación anterior al s. 11. Véase G. PEREIRA MENAUT y J. SANTOS YANGUAS: Sobre la romanización del N. O. de la Penlnsula Ibérica. Las inscripciones con mención delorigo personal. Actas do Seminario de Arqueología do Noroeste Peninsular. Vol. 111, Guimaraes 1980, pág. 117. 130, con la bibliografía. Textos similares también sobre estelas en la provincia de Lugo han sido datados con cierta prudencia en el siglo 111 por F. ARIAS VILAS, P. LE ROUX y A. TRANOY. Inscriptions romaines... » (21) F. DIEGO SANTOS: Epigrafla romana de Asturias. Oviedo, 1959. (22) A. JIMENO: Epigrafla romana de la provincia de Soria. Colección temas Sorianos, n.O 2. Soria, 1980. (23) La preocupación mayor de los historiadores de la antigüedad ante el hallazgo de una piedra ha sido siempre el estudio de la inscripción que lleva, sin pararse a analizar la forma de ese monumento ni sus posibles significados, hecho ya constatado por J. M. LASSERE: Recherches sur la chronologie des epitaphes paiennes de l'Africa. Antiquités Africaines 7, 1973, pág. 7-171.

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Figura 3. -Estela de Paradela

Figura 4. - Estela de Ouzande

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rastrear una filiación entre estas estelas y las llamadas estatuas-menhir(24), con lo que nos asomamos a un horizonte mucho más amplio del viejo fondo cultural Mediterráneo, esto es tanto así que cuando estas estelas no tienen inscripción son llamadas estatuas-menhir y son adscritas a épocas y culturas mucho más antiguas. Así la de Troitosende ha sido datada hasta ahora en el final del Neolítico (25), o en la cultura dolménica (26). Sin embargo VAZQUEZ VARELA, en un estudio reciente ha demostrado que es de época romana (27). Podemos afirmar que si no tuviesen inscripción serían llamadas estatuas-menhir y datadas, como lo han sido, en épocas muy anteriores. Un caso a destacar es el de la estela de Bermés, estela que no es romana por su forma, decoración y símbolos, pero que sin embargo estatigráficamente sí es romana ya que ha aparecido en una excavación ocasional de una necrópolis romana junto a otras estelas cuya tipología y decoración es típicamente romana. Particularmente interesante es también el caso del ídolo fálico de Chaves, ídolo que presenta paralelos con otras estatuas-menhir como la estatua-menhir de Va ldefuentes de Sangusín (Salamanca), con la de Faioes (Chaves) e incluso con otras de Córcega, y que apunta hacia la figura humana, ya que en su parte superior se destaca nítidamente, para representar la extremidad de un falo, que a través de los otros atributos grabados en ella, se identifica con la cabeza de un personaje (real o mítico) al que se pretende honrar; dichos atributos le confieren un carácter guerrero, representado por las tres armas que lleva grabadas (28). Así, pues, en estas estatuas-menhir la figura humana empieza a surgir de los simples bloques de piedra que eran los menhires, lo que puede ser indicio de que el mundo de creencias y símbolos reflejados por las estatuas-menhir y por estas estelas funerarias puede haberse superpuesto, uniéndose la idea de la fertilidad y de la muerte. Es un hecho perfectamente establecido en la Historia de las Religiones en general, y en la Historia de las Religiones antiguas en particular, que existe una estrecha relación entre las nociones y las divinidades de la fecundidad y de la muerte. Las diosas de la Tierra, como Gea, los dioses infernales, como Hades y Perséfone, y los dioses cthónicos en general son a la vez guardianes y protectores de los muertos -en el caso de la Tierra la diosa acoge en su seno a los muertos- y dispensadores de la fecundidad de los campos, de los ganados y de las nociones de riqueza. Nos encontramos así con unas inscripciones funerarias que presentan la conjunción de dos mundos de creencias y de pensamientos completa(24) Sobre las estatuas-menhir Vid. J. ARNAL: Les statues-menhirs, ha mm es et Dieux. Toulouse, 1976. (25) J. CABRE AGULO: El arte rupestre en España. Madrid, 1915. (26) H. BREUIL: Las Peintures Schématiques de la Péninsule Ibérique. T. IV. Sud-Est et Est de L·Espagne. Lagnym, 1935. (27) La Estela de Troitosende: Uso y abuso de los paralelismos en el arte Prehistórico. Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1980, Vol. 1, págs. 83-91. (28) V. OLlVEIRA JORGE e C. A. FERREIRA DE ALMEIDA:A estátua-menhir fálica de Chaves. Porto, 1980, pág. 5-24.

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mente distintos (29). Las piedras sin los textos nos llevan a un mundo netamente indígena, los textos sin las piedras nos llevan a un mundo romano, a un complejo mundo de creencias y cultos romanos incluyendo su forma de creencia en el más allá, en la pervivencia de las almas de los muertos, el culto a los dioses manes, etc. ¿ Cómo se realiza esta conjunción? Me atrevería a presentar la siguiente hipótesis: la piedra se mantiene como parte de las propias tradiciones indígenas, de sus creencias y cultos, pero seguramente ha perdido estas referencias para la gente que ahora, manteniendo su función, las utiliza como estelas funerarias propias de otro momento cultural, religioso, etc. Así se puede decir seguramente que la piedra ya es un elemento del subconsciente colectivo (30), desprovisto de verdadera significación, mientras que el texto es parte de las nuevas ideas y creencias importadas, consciente y lleno de significado.

Figura 5. - Estela de Tines

(29) Véase para Africa: P. CORBIER: Hercule Africain, Divinité Indigene? Dialogues d'histoire ancienne, vol. 12, 1974, pág. 95-107 en donde analiza el culto a Hércules en época romana, y llega a la conclusión de que este Hércules es una interpretación romana de un dios anterior y «un effort de syncrétisme OÚ se refiéte toute una gamine de nuances posibles». (30) No utilizo aquí la expresión subconsciente colectivo en un sentido específico tal y como lo ha acuñado en la teoría del subconsciente C. Jung. Sino que designo con este término el conjunto de elementos de tipo simbólico que toda cultura conserva sin ser consciente de su verdadero significado. Normalmente los objetos de este tipo suelen conservarse y reutilizarse porque la ignorancia de su verdadero significado y el hecho de que posean un carácter exótico les confiere prestigio como testimonios de un pasado más o menos imaginario o creaciones de unos seres extraños.

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Una última inscripción, la de Tines (Fig. 5), nos sirve de extraordinario contraste para esta hipótesis: una estela como las anteriores sirve ahora de soporte a una inscripción cristiana. El fenómeno que quiero presentar no podía hacerse más evidente: dos elementos antitéticos aparecen juntos. Pero probablemente esta antítesis no era ya sentida ni por unos ni por otros de los paganos o los cristianos. No se trata, por tanto, ni de asimilación ni de pervivencia ni tampoco podemos hablar tajantemente de sincretismo entre dos mundos, simplemente lo indígena parece ser un marco referencial propio ya del subconsciente colectivo sobre el que se asienta lo romano.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2 pp. 83-104

A ROSACEA: ARQUEOLOXIA E SIMBOLOXIA DUNHA FIGURA XEOMETRICA FELIPE - SENEN

Museo Arqueo/óxico e Histórico. Caste/o de San Antón. A Coruña

Resume: A «rosácea», figura xeométrica feita a compás, é un dos elementos máis enxebres e de máis longa pervivencia na arte popular da Galiza. Introdúcese eiquí ao significado máxico-relixioso dalgunhas figuras que, inicialmente tiñan ise valor usual, pero que co paso do tempo quedan reducidas, unicamente a elementos decorativos feitos cunha certa destreza técnica. A «rosacea» aparece moi representada na Cultura Castrexa: escultura, orfebrería. Ca romanización o seu uso espállase: musivaria, estelas funerarias ... tradición que se sigue ca cristianización, tomando novos xeitos e diferentes significados, pero sempre vencellada ao cosmos, ao Paradiso Astral. Así déixase en herdo ao periodo Prerrománico e Románico, pervivindo na actualidade na arte rural. A perfección xeométrica da figura lévanos xa ás doctrinas filosóficas gregas, relacionadas ca aritmética, ca xeometria, astronomía e música, esencialmente o pitagorismo, sectas que espallaron as suas teorias por toda a area de influencia clásica.

Abstract: The «rosacea», geometric figure drawn with a compass, constitutes one of the most longlasting representative elements in popular Galician arto Here it is introduced into the magical-religious significance of some figures which initially had this value but with the passing of time have been reduced only to decorative elements of some technical skill. The «rosa cea» is fraquently expressed in the Castro Culture: sculpture, gold and silver craftsmanship. Its use becomes widespread with the Romanization: mosaic studies, funerary stelas... This tradition continues during the Christianization assuming new forms and different meanings, but always linked to the cosmos, astral paradise. In this way it was carried over to Preroman and Romand periodis and still exists today in rural arto The geometric perfection of the figure, takes us back to Greek philosophical doctrines related to arithmatic, geometry, astronomy, music, essentially Pythagoreanism, sects which spread their theories throughout the area of classical influence.

INTRODUCCION AO MOTIVO ORNAMENTAL DA ROSACEA Un dos temas máis representados na arte popular da Galiza dos nasos dias, elemento simbólico con fonda vida de tradición, é a figura xeométrica da rosácea, que asimesmo recibirá outros nomes: roseta, rosa, estrela, flor... Como motivo ornamental aparece vencellado á mesma arquitectura, nalgúns casos nos encintados das casas ou dos cabaceiros, así como grabada na carpinteiria das follas das portas ou xanelas, e por suposto xa no interior da casa aparecera no moblaxe: uchas, alzadeiros, escanos... así como na mesma ferramenta do traballo cotidian: cangas, trebellos do tear, man83


gas de ferramentas. Pero tamen se representará a figura da rosácea nos tecidos, como cobertores ou encaixes, panas... e hastra grabada ou pintada nos mesmos zocos, por poñer algúns exemplos. Non hai dúbida de que o que hoxendía vemos cos ollas da sociedade de consumo como algo «ornamental», tivo ainda non hai moitos anos caracter profiláctico, esa era a sua función eJemental, o considerarse enseña protectora dos elemento.s en relación ca casa, ca graneiro, ca traballo tanto no agro como na beiramar. Veleiquí como no motivo xeométrico da rosácea hai un símbolo que tera relación ca fecundidade, ca renovación e o cotian devalar das causas e da mesma vida. Idea que calle millar pulo de reafirmación ao atopar o tema da rosácea vencellado con elementos da liturxia, e sobar de todo en todo aquelo que ten relación ca pasamento, ca morte. Insistéuse dende sempre en que o simbolismo da rosácea tiña que ver ca Paradiso Astral, ca Cosmos, ca dialéctica sol-Iua, porén ten que haber un contexto cultural que amañou, fixo sua e espallóu esta idea. Si reparamos na area xeográfica pala que se atopa o motivo da rosácea, alcontrarémonos con que non somentes é a Galiza a area na que se dá iste motivo, sinon que encanto á peninsua teremos a rosácea esparexida por todo o Norde, Pais Vasco, Burgos, Santander, Asturias, León, Soria, Portugal Norte e deica o extremo Sur, Cadiz... No que se refire a Europa atopámola en Irlanda, Francia, Alemania, Suiza ... reaparecendo con máis forza nos pobos Mediterraneos (1). Esto lévanos a teimar na pescuda do orixen da rosácea, aspectos que trataron, non ben a fondo, investigadores como Riegl, Cumont, Fortes, Balil, Dolores Juliá, Sara Rodríguez, etc., ainda que deténdose no caracter ornamental e deixando entrever o ambente social no que se dá tal símbolo. Temas abondantes cabos saltos no intre de tentar clarexar o orixen e máis o significado da «rosácea», na filosofia e no sentimento máxico-relixioso que condicionou esta enseña artificial, elemento gráfico, abstracto e ideal pra representar a complellidade, a inmensidade infinda e a armonia do Cosmos, sempre en continuo devalar. O mundo das estelas galaico-romanas será o baril punto de partida pra poñernos en relación cas filosofias gregas, especialmente ca doctrina de Pitágoras ecos movimentos posteriores, que a sua vez, inspirados nas culturas orientais, influiran fonda mente na sensibilidade román, pobo que fai súas e espalla estas ideas, pra ser mudadas e revitalizadas ca filosofía cristiana, ca mundo musulman, con movimentas herexes que na Outa Edade Meia deixaránse sentir en toda a area romanizada, e por suposto no Noroeste da Peninsua. Priscilianismo, culturas suevicas e visigodas, cruzadas e pelengrinaxes a Compostela, templarios, rosacruz... iran dándolle pulo e mantendo o latexo simbólico e ornamental da rosácea.' (1) Compriria precisar en traballos vindeiros as areas xeográficas nas que se dá o motivo da rosácea, especificando asimesmo o seu contexto material e ideolóxico.

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DENDE A FUNCION SIMBOLlCA Á ORNAMENTACION Enxergar o significado de determinados elementos que enriquecen a ornamentación de moitas formas populares non é sinxelo, pois supón, por unha banda descender no tempo, facer arqueoloxía sin excavación, reparar nas formas herdadas; supón, por outra banda, mergullarse en diferentes contextos filosófico-culturais de distintos pobos e tempos; interrelacionar e tirar datos que ás veces poden ser dubidosos, pero que non deixaran de dar luz pra seguir o fio deicao orixen. As' formas trocan o seu senso primitivo, tinxen seu valor funcional, seu uso, que neste caso é o contido simbólico, profiláctico, propio das sociedades precapitalistas e que co esparexer do comercio, do trafego e das importacións culturais diferentes, o valor simbólico, funciona-' ¡rase mudando somentes en elemento ornamental dentro do conxunto decorativo das cousas, m antendo, eso sí, a destreza técnica. Xa dixemos arriba que no folclore galego fican enseñas suficientes pra voltarnos aos orixenes, ao símbolo, entendendo por talo intento de definición de toda realidade abstracta, sentimento ou idea indivisibel aos sentidos pra facer desta forma unha imaxen. Así, poi s, o símbolo é unha imaxen que permite un ha relación antre dous niveis do sentido. (BEIGBEDER, 1971, p. 6 ss.). O símbolo corresponde a un ha etapa de asociación de ideas, a unha concepción filosófico-máxico-relixiosa do mundo, tinxindo a este co caracter animista, típico nas sociedades primitivas. (TYLOR, 1977, p. 41 ss.) (2). Raros son os fenómenos máxico-relixiosos que non impliquen cadeseu simbolismo. Devólvesenos ao traveso do símbolo o coñecemento do ambente relixioso e incluso ideolóxico e social dos devanceiros. A forma e o contido do mesmo símbolo mudarase pola influencia dos diferentes contactos culturais, así como polo paso do tempo. Os símbolos poderíamolos clasificar en naturais e artificiais. Os primeiros entrarian dentro do mundo das imaxes tomadas da mesma natureza: animais, vexetais, elementos da xeografía e a paisaxe, astros... Namentras que as imaxes artificiais serian as creadas polo home, antre as que, por suposto, estarian as formas xeométricas. Nuns e noutros símbolos o particular representaría ao xeral. Unha vez máis isto reafirma a tesi de Cirlot que a arte de pensar en imaxes precedeu a arte de pensar en palabras e artellar conceptos abstractos con pretensións a un valor de universalidade (CI RLOT, 1979, p. 7). O código do símbolo sera sempre unha referencia no intre de xuzgar ou afondar no porqué das cousas. Os mesmos xeitos do vestir, os colores, os acenos son códigos de comunicación. No mesmo mundo animal a variedade de formas amóstralle aos homes que as decoracións son as que dife(2) Hai anos as teorias de Tylor consideráronse desacreditadas. Nembargantes a Escola de Piaget reactualizóu o problema do animismo aplicado á psicoloxía infantil (DELVAL, 1975, p. 19 ss.).

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renciarán a unhas castas de outras, coutan os dereitos territoriais e suliñaran as connotacións de casta, rango e patrimonio, así como as connotacións de forza, poder, crueldade... (SIGURTA, 1976, p. 34). O estudo dos fenómenos da moda debe levarnos ao estudo das transformacións socio-culturais, eixo fundamental que moverá múltiples efectos. Todo cambio socio-cultural cadra con un novo estilo, cunha moda diferente que transforma e tamen refuga dos elementos herdados. Teremos en conta que os símbolos poden ser ambivalentes, nalgún caso poden representar cousas diferentes, opostas: vida-morte, sol-lúa, etc., ainda que por outra banda teñan un significado xeral. Esta particularidade terémola sempre enconta respecto aos símbolos que fan alusión aos astros ou a determinadas cosmogonias, antre eles a figura da rosácea (BEIGBEDER, 1971, p. 17). A representación do microcosmos e do macrocosmos sera unha teima pro Mundo Antigo. Marcel Eliade di que o simbolismo preséntase como un linguaxe, como un feito solidario co cosmos. Establecer o vencello antre o micro e o macrocosmos sera un obxetivo nas figuras xeométricas. A figuración xeométrica considérase como un espello ideal pra representar a perfección do cosmos, entendido iste como orden, armonia, número ao que se lIe opuxo o concepto caos. Tentarase, entón, que as figuras xeométricas estean en relación ca armonia aritmética, dende as máis sinxelas como o cuadrado, o triángulo ou a circunferencia deica as formas máis complellas como as figuras poligonais ou as combinacións circulares, antre as que está a rosácea. Riegl di que as configuracións xeométricas con fins simbólicos presupoñen unha fase evolucionada (RIEGL, 1980, P, 26). A habilidade pra técnica da configuración xeométrica presupón, por unha banda certos coñecementos, e pola outra de determinados materiais auxiliares de certa precisión, escuadra, compas ou sistemas semellantes (3). A figura xeométrica, partindo das formas sinxelas, pode acadar, polo sistema de repetición infinda, ou polo sistema de entrelazos ou multiples combinacións, moi complellas figuracións, nas que se busca, dediante de todo, o caracter ornamental ou decorativo. Iste é o caso máis dado na orfebreria protohistórica (LEN ERZ - de WILDE, 1979). Sistemas xeométricos que alcontramos na cultura castrexa, escultura e orfebreria, na arte musivaria romana e nos alicatados musulmans, así como na arte Prerrománica. ARQUEOLOXIA DA ROSACEA A figura xeométrica da rosácea ten unha longa vivencia, renovada deica hoxendía pola arte popular. Porén teremos que repasar os diferentes in(3) Na cultura Castrexa compr6base o coñecemento do compás e do sacapuntos, amáis por exemplares aparecidos en excavaci6ns arqueol6xicas, o que persoalmente comprobei na campaña de 1974 no Castro de Viladonga - Lugo.

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tres culturais nos que iste motivo simbólico-ornamental alcontrou maior representatividade:

*Cultura Castrexa: Atópase na orfebrería, cilíndros decorados elementos arquitectónicos, moimentos funerarios elementos da casa, do traballo, pezas de tipo militar. ..

*Romanización: Revive a tradición da rosácea en estelas funerarias, mosaicos (figura composta, repetición) complementos da arquitectura cerámica, na «sigillata» abonda en forma de roseta. *Primeiras comunidades Cristiáns: Toma outro caracter simbólico; arquitectura funeraria, obxetos lutúrxicos... *Culturas Suevo e Visodogo: Profusión como alegoría: Arquitectura: frisos, canceles... Funerario, litúrxia ... *Románico: Renóvase o simbolismo astral, cosmos, universo... Na arquitectura, porticos, frisos... Na pintura e na miniatura... A rosácea chega así, dempois dun longo percorrido deica a arte popular dos nosos dias, onde prevalece vencellada a todo o que arrodea a casa, a economía e a mesma relixión popular. Piaget di que «existe unha coherencia funcional no pensamento simbólico)), o que máis abaixo levaranos a -afondar nos movimentos filosóficos preocupados polo símbolo. Suliñando, unha vez máis, que todo símbolo aspira a integrar e unificar o meirande número posibel de zonas e sectores da experiencia antropomórfica. Todo símbolo tende a identificarse co maior número de obxetos, situacións e modalidades (ELlADE, 1974, t. 11, p. 242). Os símbolos presentaránse como coherentes e sistemáticos, ainda dentro do ambente máxico-relixioso que permitirá ao home transformarse en sím- bolo. Todos os sistemas i experiencias antropocósmicas son posibles entanto, e ncanto o home mesmo se convirte en símbolo. O home consideraráse como un microcosmos vivo. A rosácea, como calisquer outro símbolo sería propiedade de certas sectas, incluso estas con carácter esotérico. O paso do simbolismo culto ao popular daríase, tendo enconta o proc~so de racionalización, degradación e infantilización que sofriría o mesmo símbolo ao ser interpretado nos planos máis baixos; chegando a ser popular, pero cun orixen culto, cosmolóxico neste caso (ELlADE, 1974, t. 11, p. 233). 87


Afirma Lévy Bruhl que a maioria dos símbolos primitivos son participacións ou sustitutos do que se considera elemento relixioso, formando parte da litúrxia funcional. Remitirnos, pois a unha filosofia orixinaria diste tipo de símbolos, formará parte do obxetivo deste traballo, ainda que denantes haxa que suliñar que Riegl considera que todo arte, e por tanto tam én a arte decorativa está en comunión ca natureza. ((Todo producto artístico traduce outro natural, xa seña no estado inalterado que ofrece na natureza, ou modificado polo home para seu beneficio ou placer (R IEG L, 1980, p. 9). A~ ft>rma da rosácea e a da roseta inspíranse na natureza e siguen o principiCi filosófico pitagórico de que todas as cousas son número e que todo número podería construirse ca regla e máis co compás. Nefeuto, os números estan na natureza, según tamén comprobaría Fibonacci: Si miramos a disposición das follas dun talo atoparemos cunha relación perfecta na que entrarían en combinación o sol que fai xirar as follas, o talo e as series de números, según vemos no dibuxo (fig. 1) (WARUSFEL, 1968, p. 97). A busqueda da ((divina proporción», do ((número aureo» é unha constante no pensamento pitagórico, algo que se porá en relación ca astronomía, co' cosmos e que se representará ao traveso do número, da xeometría e a música. O estilo xeométrico será fiel ás leises da simetría e do ritmo, levaráse ás formas da cestería, das tecedeiras, da cerámica, da orfebrería, da madeira e a pedra, contando cos condicionantes dos elementos técnico-materiais a empregar que influirán no diseño e variacións das formas. As culturas orientais imitaron as formas vexetais, en Exipto a flor de loto creou series, según se mirase, asi é que vista de frente resulta sacarse a figura da roseta (fig. 2), tema que será moi representado antre asirios, fenicios e gregos, e que pasará ao arte grego-romano (AUBET, 1971, p. 14). En Exipto, no Imperio Antigo a roseta é un tema ornamental e simbólico moi repetido, incluso nas diademas imperiais, sendo, xunto ca palmeta, no primeiro milenio denantes de Cristo, o elemento máis representativo da arte asiria, a inda que o seu orixen poidéramolo levar deica as Culturas Mesopotámicas (RIEGL, 1980, p.62). A rosácea aparece asimesmo representada directamente na natureza, lembrémonos do trebo, enseña de San Patricio, apóstol de Irlanda, quen aproveita o vello símbolo pra darlle un ha nova relación cristián que tera que ver ca Santísima Trinidade. As follas do trebo partidas pola sua mitade daránnos a figura da roseta de 6 pétalos. Tamén encol do fungo dalgunhas medusas das costas occidentais do Atlántico aparece, en color rosado, a silueta da roseta. A simplificación xeométrica da figura da rosácea require unha serie de pasos pra facela, tendo enconta a rosácea de seis pétalos, que é amáis empregada no contexto galego, anque tamen se daran as de catro pétalos, 8, 1 e 12, así como a roseta, entendendo esta como a unión de pétalos sin deixar espacios intermedios ceibes.

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*A.- Tendo enconta que o radio dunha circunferencia é igual ao da sexta parte do seu perímetro pódese dividir esta en seis partes iguais (Fig. 3 A). *B. -Si facemos centro en cadeunha das seis divisións da circunferencia, ca medida no compás do mesmo radio da circunferencia, trazando arcos que toquen os puntos da circunsferencia, teremos así a aplicación xeométrica da rosácea de seis pétalos. (Fig. 3 B). *C.- Partindo da forma simple, e polo sistema de repetición infinda podemos obter un interesante conxunto repetitivo. Tema moi empregado no mundo romano, sobor de todo na arte musivaria. (Fig. 3 C). *D.-Conqueriránse, asimesmo, outras figuracións máis complellas, encadrelados, entrelazos, combinacións circulares... temas que veremos na Cultura Castrexa e incluso nas acróteras das eirexas románicas.

o TEMA

DA ROSACEA NA -GALlZA

Referente á aparición da rosácea hai diversas teorías: Unhas fan referencia ao aporte directo dende as culturas orientais, aparecendo xa denantes da romanización na Cultura Castrexa. Outras, como Caumont, García Bellido insisten en que o simbolismo da arte funeraria dos romanos queda dentro da tradición helénica, influenciada esta, a sua vez, polas culturas orientais, e que foron os soldados do exército romano os que introduxeron estas creencias con alicerces nos pobos orientais (RODRIGUEZ LAGE, 1974, p. 63). Cabería unha teoría intermedia, pois por unha banda coñecemos que nos estractos anteriores á"romanización da Cultura castrexa aparece xá o motivo da rosácea, concretamente na orfebrería en remates dalgúns torques, nos que son frecuentes os temas xeométricos: Nun torques da Provincia de Lugo (Museo Arqueolóxico-Lugo), tema que se repite con máis pureza técnica e filigrana nos exemplares de Lebu<;ao, reiterándose no brazalete deste mesmo lugar, Code<;ais (fig. 4). Asi como tamén aparece co xeito da roseta no polémico carneiro alado de Ribadeo (Museo Arqueolóxico Lugo) (BLANCO FREIJEIRO, 1976, p. 4 ss.). O que induqa.belmente, e sin entrar no tema do orixen de semellantes pezas de orfrebería (4) pónnos en relación casculturas orientais, afeitas a opoñer as suas divinidades e filosofia máxico-relixiosa. símbolos ou signos. Elo pónnos tamén en relación cas culturas do Sur da PeniJlsua que poideron servir de ponte, pois semellanzas ca orfrebería da Galiza atópanse en Villena, Carambolo, Cortixo de Evora ... (KUKAHN, 1971, p. 110 ss.). Non hai dúbida de que as influencias orientais favorecen ás tradici6ns indíxenas e aos herdos culturais de tipo céltico, o que pervivirá cos aportes sirios, coptos recollidos na Edade Media polas pelegrinacións e as cruzadas. No século IV florece o paganismo tradicional, c'unha volta de iniciación aos misterios gregos e orientais. O emperador Juliano representa a volta ao paganismo, facendo do monoteísmo solar o elemento fundamental da relixión oficial. Con Trajano e a conquista de Persia supón retornar ás influencias orientais e a relixión con inspiración astral (LOPEZ CANEDA, 1966, p. 186). 90


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Poden ser tamen representativos da existencia da rosácea na Cultura Castrexa os cilíndros graníticos decorados con motivos xeométricos que aparecen nestes asentamentos: espirais, trisqueles, nos, e a mesma rosácea ... elementos aos que se lIe vé o seu carácter profiláctico (fig. 5 - cilindro castrexo - Museo Ourense) (4). A rosácea aparece tamén, non moi frecuentemente, na cerámica, tal é o caso dun testo provinte da Cividade de Terroso (Museo do Porto) onde está impresa a figura da rosácea (5) (CARDOZO, 1972, p. 180). En períodos do asentamento romano o motivo da roseta aplícase na «sigillata» con carácter ornamental e de xeito moi abondante. Asimesmo o tema da rosácea aparece vencellado ás furnas funerarias en forma de casa; son interesantes os exemplares provintes de Poza de la Sal, Burgó.s, (GOMEZ MORENO, 1951, t. CXXVIII). Pero será a partir da romanización, antre os séculos I-IV, cando a figura da rosácea ocupe millor espacio na simboloxía e na ornamentación. Ao traveso do estudo de pezas do período galaico-romano poderemos reafirmar o seu carácter profiláctico e a sua ambivalencia en relación co Cosmos, co mundo astral, no que a dialéctica sol-lúa poráse de relevo. As estelas funerarias distes períodos son ben representativas: os complellos do País Vasco, Santander, Asturias, León, Burgos, Zamora, Extremadura, Portugal Norte, e incluso no Sul da Penínsua, xunto ca Galiza darán un material importantísimo pra achegarnos ao coñecemento da simboloxía e dos movimentos sociais e relixiosos que a condicionaron. ' As influencias da arte importada, do simbolísmo revitalizado vese no ((estilo Provinciano» dos exemplares (RODRIGUEZ LAGE, 1974, p. 56). Os elementos indíxenas, abstractos, con un simbolísmo idealista misturaránse, ao mesmo ~empo, co realismo herdado das culturas gregas. Xurde así unha arte particular que se verá condicionada pola im itación da arte culta, así como pola técnica e polos materiais do país a empregar, xeralmente o granito: Abstracción, descoñecemento do canon, ansia simbolista levarán á teima da xeometrización das formas. Exemplares son o grupo de estelas atopadas no barrio do Areal en Vigo no ano 1953, as da Provincia da Coruña, Troitosende, Pontedéume, Maz·arelas. Na provincia de Burgos, Poza da Sal, Lara dos Infantes ou a tessera de Sasamón (ano 239) ... puntos que indudablemente estarán en relación cas vias, guarnicións e asentamentos portuarios, de influencia romana (fig. 6 A - Lara de los Infantes. B - Vigo). Nestas pezas a tradición escultórica galega seguirá sendo fiel aos temas non figurativos, predominando a influenciada cesteria, da cerámica e da talla na madeira. Influencias que terán moito que ver ca arte musivaria romana, con exemplos en Coimbra, Clunia ou Lugo, onde as figuras de esquema a compás tomarán formas repetitivas de fermosos conxuntos (fig. 7 - Mosaico - Lugo). (4) Merecen estudarse os exemplares do Museo de Ourense, Tegra, Briteiros nos que o tema da rosácea é o máis insistente. Descoñécese a sua función, ainda que parece que son elementos da mesma arquitectura. cun carácter protector, ou en relación cas crencias funerarias. (5) Kendrick pon en relación este anaco con outro da Gallen Priory (Irlanda).

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Progresivamente o tema da rosácea collerá unha sensibilidade diferente á orixinaria, ca implantación do cristianismo a través das primeiras comunidades posiblemente constituídas por soldados romanos (DIAZ y DIAZ, 1976, p. 109) (6). Pode ser tesi acertada o que da rosácea de catro pétalos, nacera a

cruz inscrita na circunferencia, que posteriormente dará lugar ao Crismón (fig. 8). Pois xa nos cilindros decorados dos Castros aparece iste motivo, como no Castro de Santo Tomé, Ourense (7). Na arquitectura i elementos liturxicos paleocristianos, no prerrománico, nos caonceles e nas celosías, síguese repetindo o tema da rosácea. No moimento de Santa Eulalia de Bóveda aparece tamén a rosácea, vencellada á figuración da lúa no couce: grabura nunha pedra reaproveitada de banzo, representación que nos devolve ao simbolísmo das estelas do areal de Vigo. O carácter profiláctico, a relación astral permanecerá niste símbolo, que a sua vez será anovado polo mundo musulmán, herdeiro das filosofías orientais e coñecedor do pitagorísmo. Dende os modillóns mozárabes e visigóticos deica os tímpanos e rosetóns do románico a rosácea reaparecerá co simbolísmo cósmico, astral que sempre a caracterizóu (fig. 9 A - Churiu, Betanzos, rosácea incrustada na parede. B - Mandaio, Betanzos, acrótera. C Eiré, porta). UNHA REPRESENTACION DO PARADISO ASTRAL: A PERFECCION XEOMETRICA Todo o Baixo Mediterráneo, Xermánia, Pannoia, Lusitánia, antre outros pobos romanizados teñen antre os seu s motivos ornamentais a rosácea (JULIA, 1971, p. 24). Iste tema xeométrico coincide, asimesmo ca ocupación militar romana, porén a existencia da rosácea denantes da romanización somella demostrarse, o cal quere decir que denantes diste período xa chegaron a Galiza influencias orientais, ben traidas directamente polos navegantes gregos, fenicios, cartaxineses, ou a través de portos intermediarios do Sul da Penínsua, tradición esta comentada por poetas, xeógrafos e cronistas romanos, e reafirmada pola revisión de materiais castrexos: EIviña, Castromao, Ponte da Lima ... Encanto aos temas representados n as estelas funerarias correspondentes aos tempos do asentamento difinitivo romano, debemos reparar no caracter alegórico dos rexistros labrados na parte superior aos datos epigráficos. Atoparemonos, pois, que os temas terán que ver con animais: cervo, xabarín, cabalo; con banquetes, esceas da vendima, ca caza, co tear, cos instrumentos do canteiro ou do carpinteiro, cas follas de edra, arbres, em-

(6) As recentes excavacións dirixidas por Chamoso Lamas en Iria Flavia, parecen confirmar estractos cristianos anteriores ao século 11. (7) «La Región», de 26-111-78 recolle, por Blanco Guerra, istes achádegoso

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barcacións, abondando os temas xeométricos.~ as aspas, a cruz inscrita na circunferencia, o cadrado, o triángulo, a circunferencia, a rosácea, a silueta da lua no couce, as portas... Poida que en todos istos temas haxa algo de común e será a filosofía que os inspiróu, unha filosofía que descubriremos no pitagorísmo, como xa defendeu Castro Nunes, referente á estela de Sárria, na que se representa unha embarcación, querendo ver nela o pensamento neoplatónico: a alma do difunto en ruta cara ao Paradiso Astral. Namentras que Balil suliña o caracter pitagórico da representación (TABOADA CHIVITE, 1965, p. 25). O que non hai dúbida e que Platón crea as suas teorías filosóficas cun conglomerado herdado, ideas tiradas do chamanismo nórdico e por suposto, cos contactos cos pitagóricos no 390, misturándo racionalismo e ideas máxicorelixiosas, sufrindo un proceso de transformación (DODDS, 1980, p. 197). O contido simbólico das estelas funerarias está inspirado na filosofía de Pitágoras, nas que se trata de representar a alma en ruta, en «Katharsis», en ((askesis)) de purificación deica chegar ao Paradiso Astral, a misturárse co Cosmos (Dddds, 1980, p. 151). As portas, a arbre, a edra, a barca, a dialéctica dos dias, sol-lúa, dia-noite, as fases da lúa, o cervo, o cabalo, a escuadra do carpinteiro, o tear... son enseñas dise devalar de purificación. Antre as formas xeométricas a rosácea reúne unha chea de contidos, non esquenzamos que nela armonízanse os contrarios, fundíndose na media, principio fundamental da filosofía pitagórica (THOMSON, 1970, p. 41). Pois pra trazar esta figura precísase dividir en partes proporcionais o perímetro da circunferencia, creando unha forma poligonal (exágono, no caso da rosácea de seis pétalos), paso intermedio ·antre o cuadrado e a circunferencia. A armonización é base nas filosofias de Pitágoras e Platón, acudindo á constante dos símbolos: Sor-lúa, luz-oscuridade, dia-noite, vida-morte... O pitagorísmo pon a célebre dicotomía na natureza humana, o que levará, posteriormente a Platón a distinguir antre o mundo sensible e o mundo intelixible. Así como a concepción de Pitágoras de que os números son a esencia das cousas, esto preparará o camiño á doctrina Platónica das ideas. A obra de Platón foi, pois, modelar as ideas de Pitágoras someténdoas ao método socrático: A beleza diste mundo é símbolo da beleza verdadeira, do mundo intelixible, do Un. Exipto, Mesopotamia, o Oriente latexan neste pensamento (CIRLOT, 1979, p. 8). Asi os símbolos adequiren, amáis da significación moral e escatolóxica un valor ornamental e comunicativo, sempre en relación co Alen-morte, ca renovación e o Cosmos. Eis, pois, o simbolísmo da rosácea, sempre en relación cos dous astros que marcan o devalar do calendario, o sol e a lúa; ca estrela Venus, a primeira da mañan e a primeira da tarde, enseñas do renovar das cousas, da feliz resurrección (BEIGBEDER, 1971, p. 26). Semeliante representación témola na filosofía oriental de quen a tomará o cristianismo, tal é o simbolísmo do havo Cósmico, orixen das cousas, representado polo círculo ((mandala)) que aparecerá aureolando aos Pantocrator do Románico, enseña do Cosmos, do Universo, do Paradiso Astral. 98


Remexendo na tradición astral da Galiza, atoparémonos con iste culto no Megalítico, na orientación dos moimentos, ritos que chegan á Cultura Castrexa. Estrabón fala do culto á lúa decindo que os pobos do Norte, os celtíberos, danzaban dediante das portas das suas casas nas noites de lúa chea, ainda que logo especificará que os Galáicos eran ateos, contradición dificil de explicar, a non ser que naquel tempo o nome de «Gallaici» se aplicase a unha tribu, antre as moitas que existían na Galiza. A lúa na mitoloxía universal é o receptáculo rexenerador das almas, aspecto tomado polo pitagorísmo. O espacio lunar non era máis que unha etapa na ascensión; había outras: sol, vía láctea, Venus... As almas dos xustos purificábanse na lúa, namentras o corpo volta á terra, e a razón ao sol (ELlADE, 1974, p. 207). Tradicións collidas do mundo Asirio-babilónico, fenício, hitita, Anatolia, e que se transmiten a Grecia e Roma, o que reafírma as relacións antre Galiza con Africa e Oriente (JU L1A, 1971, p. 37). Asimesmo a lila dos Benaventurados proxectarase encol dos planos celestes. Diste xeito comprobaremos como os símbolos manteran a sua ambivalencia, sempre en relación co poder, ca soberanía, a iniciación, élites no aspecto social, prefigurando o Alen-morte, en relación co retorno e a felicidade eterna. O home tentará integrarse no Cosmos, por eso mesmo acudirá aos símbolos, e isto non pode realizarse máis que si o home conquire armonizarse cos dous ritmos astrais, lúa-sol, centros de enerxía sacro-cósmica; tentarase esto ao traveso do símbolo. Cecais por esto mesmo predomine en algunhas estelas como motivo único e central a rosácea, elemento ambivalente que resume o concepto sol-lúa, Paradiso Astral (CUMONT, F., 1942). A lúa verase como «tecedeira)) velaí que se represente en algunhas estelas otear (ELORZA, 1970, p. 235), ou o peine, co símbolo de tecer destinos, de vencellar armonías, simetrías, participacións, ritmos lunares que marcaran a secuencia dos meses e dos anos ao traveso das suas fases (ELlADE, 1974, p. 15). Esas mesmas fases que estan tan marcadas na tradición popular, que influien tanto na regulación das augas, vexetación e no mesmo home (8). Por outra banda no folclore galego consérvase este culto astral: fogueiras rituais que marcan as estacións do ano, e por suposto nos motivos ornamentais como a rosácea, elementos neopitagóricos vivos, ideas escatolóxicas. A rosácea é centrg de concentración doutras circunferencias, punto de interseción de niveis cósmicos (ELlADE, 1974, p. 159, t. 11), en relación cos intervalos que separan as órbitas e que teñen antre iles as mesmas proporcións armónicas que as notas da ganma (SOUBIRAN, 1979, p. 176). En astronomía as velocidades e as distancias dos corpos celestes estan rexidas por proporcións dunha armonía que se chamaría «armonía das esferas)). As (8) Na Galiza as fases da lúa márcanse popularmente como: Arregoada, no devalo, couce, nova.

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formas e as superficies que delimitan os corpos tanxibles representaránse nos movimentos filosóficos, qué parten do pitagorismo, polas figuras perfectas da xeometría (CORNFORD, 1980, p. 58). Tamen na figura da rosácea de seis pétalos pretendemos ver unha relación co número seis que se consideraba perfecto: 6 (= 1 + 2 + 3). Seu cuadrado 36 era circular e o cubo, 216, esférico, e pola sua naturaleza estaba dotado de poder palingenésico (PRAECHTER, 1911, p. 470 ss.). Coñecementos moi vivos na Edade Media, considerándo ao círculo como a figura perfecta empregada polo cristianismo, cosmogonias heréticas como o Priscilianismo, reforzadas por influencias sirias e coptas de cruzados e pelengrins, prefiguradas no mesmo Cristo como alfa e omega, principio e fin, símbolo que se recollerá sintetizado nos crismóns, nas acróteras, participando outros movimentos tamén cun amplo sustrato pitagórico; nos templarios, coñecedores da astronomía e do principio de que o único cambio que pode ser continuo e perpetuo é o movimento circular no espacio. OS MOVIMENTOS PITAGORICOS E A RELACION CO TEMA DA ROSACEA Analizamos xá unha serie de símbolos que inspirados no pitagorismo eran enseñ'as da ((askesis)). De Pitágoras somentes se coñecen textos ao traveso dos seus discípulos, trozos soltos que seran modificados constantemente. A vida de Pitágoras vai dende o 572 ao 492 a. C. establecendo o centro do seu pensamento na Magna Grecia, tendo, poi s, unha zona de referencia e unhas datas pra coñecer millor o esparexer desta corrente simbolista. Alcmeón de Crotona é un discípulo que nos da abondantes datos, por suposto teran moito que ver co interés pola xeografía, astronomía, aritmética, xeometria, música ... o que condicionará unha serie de xeografos, aventureiros, filósofos con ansia de curiosidade que caracterizará ao século IV a. C. A filosofía pitagórica era matemática pero a sua inspiración mística e relixiosa está levada por un grupo pechado, esotérico de industriais e negociantes ricos (THOMSON, 1970, p. 36), cunha serie de prácticas traidas de Exipto. A cosmogonía pitagórica exprésase en relacións numéricas, a ((tetraktis)) é a xeneración dos números que parten da ((mónada iniciah), é sosten, fonte da sempre fluinte natura, identificada ca armonia cósmica (MELERO BELLI DO, 1972, p. 12). En todo elo hai unha base órfica que ao mesmo tempo seran os alicerces do pitagorismo. A transmigración das almas, a reencarnación en ciclos, seran pasos que na filosofía pitagórica levaran á purificación e liberación, creencia asimesmo popular na Galiza, lembrémonos da sona que ten o Santuario de San Andrés de Teixido, onde se pon meta ao pelengrinaxe de purificación das almas en forma de reptís. O ascetismo pitagórico será un xeito de vida, unha filosofía que debemos ter enconta no intre de analizar moitos símbo100


los en relación ca morte, ca purificación cara ao Cosmos. En grego o termo de ((Cosmos)) significa beleza, orden, armonía, en oposición a ((caos))q ue é o desbaraxuste. Foi tamen Pitágoras o primeiro en empregar iste nome (CORNFORD, 1980, p. 58). Sintetizar a representación do Cosmos foi unha constante teima pra filosofía pitagórica, e nada millor que as figuras xeométricas e combinacións circulares pra tal representación. No xenio de Pitágoras había un principio baseado na simplificación, na economia dos símbolos da natureza. Nesta filosofía, o alma do mundo esta amáis templada polas proporcións e os números, en relación ca armonia musical. O corpo das cousas está limitado e conformado por figuras xeométricas (CORNFORD, 1980, p. 68). A xeometría e a astronomía, son os únicos xeitos pra preguntarse sobre a configuración do Universo. Así o pitagórico Alcmeón de Crotona compara a vida humana co calendario, xa que o ano volta sempre ao seu punto de partida, e que unha nova primavera sigue ao inverno, máis no home á vellez non lIe sigue unha nova infancia, a non ser na creencia pitagórica. Tema este que o atopamos na estela de Mazarelas-Oza dos Rios (Museo Arqueolóxico - A Coruña): Un aspa divide en catro compartimentos o rexistro, en cada un dos cales ten tres símbolos, alternando nun e noutro rexistro a rosácea co circulo concentrico, enseña do devalar sol-lúa, o decorrer do tempo do verau e os invernos, a vida, que nos levará ao rexistro superior, onde se figura ao difunto cas formas máis perfectas da xeometría, o cuadrado e a circunferencia, abstracción pitagórica que nos remite q «askesis», o camiño cara ao Paradiso Astral (9). Polas citas de Hiceta de Siracusa (sc IV a. C.L que coñecemos según Cicerón, xunto cos pitagóricos Heráclides e Ecfanto, decían que aterra xiraba no centro do Universo, o que limitaba os seus coñecementos e condicionaba o seu simbolismo. Aspectos que axiña a astronomía clásica foi contradecindo cos novos descubrimentos (VERNET, 1974, p. 41). A idea do centro vai parella tamen co simbolismo da rosácea e o cristianismo fará uso dela para a simboloxía da cruz, eixo do mundo que establecerá as relacións antre o mundo terrestre e celeste. Na cruz realízase a conxunción dos contrarios: positivo-negativo, vertical-horizontal, superior-inferior, vida-morte. Suliñaremos tamén que o crismón e a cruz do temple participan desta mesma idea, así como os entrelazos das acróteras románicas, o simbolismo das pernas en X das esculturas deste mesmo periodo... (BEIGBEDER, 1971, p. 116) (fig. 10, Churiu - Betanzos). Por outra banda o simbolismo da rosa está perto do significado do circulo e da roda, rosetóns do Románico, rosa dos ventos, roda da fortuna ... inspiracións monásticas cun senso cosmolóxico. Os primeiros movimentos critianos teñen antre as suas normas a ascesis. Exemplar na base pitagórica pode ser o priscilianismo, movemento herético que tenta sintetizar as vellas tradicións do Noroeste co novo senso cristiano. É difícil precisar que forzas determiñaron o orixen deste movimen(9) Aconsella leerse a noticia de esta estela dada por Francisco Fariña (FARIÑA, 1975, p. 601 ss.).

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to ascético. O que si esta claro é que os ideais dos ermitaños exipcios influían fondamente nas provincias occidentais, engadíndolle o vello herdo da cultura castrexa. A ascesis priscilianista busca a integración do home dentro dos ritmos astrais e o drama cósmico, do que cada individuo non é máis que unha reproducción (LOPEZ CANEDA, 1966, p. 183). Itacio que foi quen acusou publica mente ao priscilianismo baseábase nos ritos máxicos rurais, relacionados co tempo, cos conxuros sobre as colIeitas e os ritos de consagración con ungüentos ao sol e á lúa, seguindo seus eclipses e ciclos, oficiando dediante de certas penedas (CHADWICK, 1978, p. 80). A bruxería practicábase ca lua nova e chea. Os amuletos, a simboloxía era algo moi espallado antre os priscilianistas, así como o misticismo numérico, seguindo recursos habituais da antiga astroloxía. Os priscilianistas tiñan o seu calendario solar-lunar, asignándolle á festa de Pascua o domingo que sigue á primeira lúa chea, dempois do equinocio da Primavera (CHADWICK, 1978, p. 107). O corpo distribuíase en doce partes, idea tomada do maniqueísmo e tamén da inspiración astral, en relación co zodiaco. Encanto ao problema da alma nos priscilianistas, temos algúns datos sacados dunha carta do 412 de Xeróme a Marcelino e Anapsyquia: «Si o alma caeu do Ceo, como coida o filósofo Pitágoras e todos os platónicos e Oríxenes, ou é unha emanación da sustancia de Deus, como supoñen os estoicos, Manes e máis o herexe Prisciliano; ou si as almas unha vez creadas por Deus, gárdanse nun tesouro, como algúns escritores ortodoxos afirman estupidamente» (CHADWICK, 1978, p. 269). Predomina a idea de que as almas peregrinan ao traveso dos circos celestes, influencia maniquea. Existindo, dempois do apresamento da alma polos eones, un pacto antre os Principes da Luz e das Tebras, ou seña, o <(fatalismo sideral», influencias de tipo oriental que reafirman o significado da utilización dun codigo simbólico en relación con istas ideas. (LO PEZ CANEDA, 1966, p. 139). Influencias que se espallan pola Outa e Baixa Edade Media, movimentos de tipo esotérico recollen o tema da rosácea e transformano en cruz, templarios, rosacruz. Nembargantes no Renacimento os movimentos inspirados no pitagorismo perden forza e somentes se manten no sustrato popular; o símbolo desaparece e fica a forma ornamental, ainda aplicada a elementos da casa e mais do traballo que teñen relación ca fecundidade e ca morte. Exemplares resultan as «lIarri» do Pais Vasco, pedras de difunto nas que predomina a rosácea, «ilargi», ou luz dos mortos (BA~ANDIARAN, 1980, p. 5). O simbolismo lunar e solar será unha constante que nos remitirá ás vellas filosofías orientais difündidas polo pitagorismo e modificadas por movimentos posteriores que gardaron relación na escatoloxía co cosmos, co Paradiso astral, fin co que se identifica o home, mostra do eterno devalar. 102


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LA NAVE ROMANA DE LA ESTELA DE VILAR DE SARRIA (LUGO) FERNANDO ALONSO ROMERO Departamento de Inglés. Universidad de Santiago de Compostela

Resumen: Se trata de identificar el tipo de embarcación romana representado en la estela de Vilar de Sarria (Lugp) (siglo I1I d. de C.) Se hace un breve resumen de las caracteristicas principales de las naves de carga romanas y se llega a la conclusión de que se trata de una oraria navis de pequeñas dimensiones. Se efectúa también una reconstrucción ideal de la nave.

Abstract: The Roman nave of the stela in Vilar de Sarria (Lugo). This is an attempt to identify the type of Roman vessel carved on aRoman stela from Vilar de Sarria (Lugo (111 A. D.) I have made a brief summary of the main characteristics of the Roman cargo ships and have concluded that this Roman vessel is a small oraria navis. I have also attempted to draw an imaginative reproduction of the vessel as suggested by archaeological evidence.

La estela romana de Vilar de Sarria se encontró en esta localidad en el año 1923 Y fue ya ampliamente estudiada e interpretada, recientemente por F. ACUÑA CASTROVIEJO, que realizó un excelente estudio sobre su significado funerario y la fechó en el siglo 111 d. de C. Dice ACU ÑA CASTROVI EJO que la embarcación que aparece en esta estela se podría considerar como el medio utilizado por el difunto para llegar al otro mundo (1) (figura XI). Otros autores ven en ella una representación del mito de Ulises y las sirenas, tema muy repetido en el arte clásico (figuras I y 11) (2). Como no pretendo en este estudio hacer un análisis del significado de esta estela voy a pasar por alto otras interpretaciones (3) no menos dignas de valor pero cuya mención me apartaría del fin de este artículo.' ACUÑA CASTROVIEJO es consciente de que para una datación más precisa de la estela sería nece(1) ACU ÑA CASTROVI EJO. F., 1976. Sobar da representación do tema «Ulises e as Sireas» na estela de Vilar de Sarria (Lugo). Boletín Avriense. Año VI. Tomo VI. Orense. Págs. 107-113. (2) Ver STANFORD, W. 8. and LUCE, J. V., 1974. The Quest for Ulyses. Phaidon Press. London, y CASTRO NUNES, 1958. Unha estela lucense de inspiracao neo-platonica. Zeph;'rus, IX, citado por ACUÑA, F., op. cit., pág. 109. (3) Otra posible interpretación de esta estela me la sugiere la lectura del tróbajo de CASSON, L., 1978. Odyseus AND Scylla. The International Journal of Nautical Archaeology and Ur\derwater Exploration. Vol. 7, n,O 2, págs. 99-104, que analiza el famoso mito del paso de la nave de UlIses entre dos monstruos marinos, Charybdis y Scylla. Para ello deberiamos considerar al pez, que Acuña Cal troviejo opina que es un delfín, como la representación de Scylla, con su cola de triple aleta semejante a la cllla del pez que se ve en la estela de Vilar de Sarria que no parece ser la de un delfín.

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Figura l. - Ulises atado al mรกstil de su embarcaciรณn que navega a la vista de las sirenas (siglo 111 d. de C. Museo Nazionale della Terme. Roma. Relieve de la tapa de un sarcรณfago).

Figura 11. - U Iises, atado al mรกstil de su embarcaciรณn en actitud gesticulante. parece pedir a sus tripulantes que lo liberen (Odisea, 12: 192-4). (Relieve de terracota de la Campania. Siglo I d. de C.)

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sario efectuar un estudio más detenido de los personajes togados que aparecen en ella, así como también del tipo de embarcación que se representa. Dejo el tema de las vestiduras para un especialista y paso a ocuparme solamente de dicha embarcación para intentar averiguar qué tipo de embarcación es. Merece la pena este esfuerzo porque es la única representación de una nave romana que hasta la fecha ha aparecido en Galicia, a pesar del importante pasado marítimo romano que tuvo el noroeste peninsular, como así lo atestiguan las numerosas ánforas romanas aparecidas en varios fondos marinos a lo largo de toda la costa galaica, y la existencia de probables pecios romanos, aún no explorados, con los cuales he confeccionado una carta arqueológica submarina que conservo como valioso tesoro hasta el día en que se le preste la atención debida al estudio y protección del patrimonio subacuático gallego, que tantas incógnitas podrá aclarar en la investigación del pasado del noroeste peninsular. Todos sabemos que en la estela de Vilar de Sarria está representada una nave. Pero ¿ qué tipo de nave? Vamos a ver si es posible averiguarlo con la ayuda de la información que se conoce sobre los tipos de naves que tenían los romanos. Esta procede de tres fuentes: a) los textos clásicos que nos hablan de diferentes embarcaciones utilizadas con fines bélicos o de transporte. b) Las pinturas, grabados y otras obras de arte en las que se muestran embarcaciones. c) los restos de antiguas naves romanas hundidas. Gracias a toda esta información hoy se sabe que los romanos eran unos grandes constructores navales aunque poco creativos, con raras excepciones la construcción naval romana se caracteriza por las mejoras efectuadas en las técnicas de construcción naval de los griegos. Como navíos de guerra utilizaban trirremes, y como embarcaciones de carga y comercio las naves onerariae llamadas también naves redondas o rotundae (4). (Ver figuras 111, IV YV). Todas las embarcaciones romanas se construían a tope, y como sistema de unión de las planchas de madera del casco se utilizaba el machihembrado con ranuras y espigas, según una antigua técnica que parece ser originaria de Egipto (5) (figura VI). La construcción del barco se comenzaba con la colocación de las planchas del casco y después se ponían las cuadernas. Era este un sistema de construcción naval de una tradición muy antigua, ya que había sido utilizado también por los egipcios. El empleo de la técnica de construcción naval denominada de esqueleto, es decir, la construcción primero de la quilla y de las cuadernas, parece ser que se empezó a utilizar al terminar el imperio romano (6). Para construir el casco de una embarcación de carga los carpinteros romanos hacían primero la quilla, la cual les servía de guía para trazar las proporciones de la nave. Des-

(4) ABAD CASAL, L., 1975. El Guadalquivir, vla fluvial romana. Diputación Provincial de Sevilla, pág. 60. Cita de MERRIEN, J., 1960. Historia de los buques. Pág. 251. (5) THROCKMORTON, P., 1973. Roman shipwrecks and modern Aegean ships. The Mariner's Mirror, n.O 50, pág. 207. (6) THROCKMORTON, P. & J., 1973. The Roman wreck at Pantano Longarini. The InternationalJournal o, Nautical Archaeology and Underwater Exploration. Vol. 2, n.O 2, pág. 246.

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Figura ///. - Una de las representaciones más claras que se conocen de una nave mercante romana del siglo 11 d. de C. Se encuentra en un relieve de un sarcófago hallado en Sidón (Líbano), que se conserva en el Museo Nacional de Arqueologia de Beirut.

Figura IV. - Relieve funerario de Narbonne. Representa una embarcación tipo corbita de carga. (Albert Grenier Le matériel de la navigation. Les types de bateaux (Manual d' Archélogie Gallo - Romaine. Vol. 6. Part. 11. 1934. Pág. 587). Las corbitas eran cargueros de gran tamaño por lo que navegaban siempre a vela; se utilizaban para transporte de mercancías en singladuras oceánicas.

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Figura V. - Embarcación de carga tipo corbita procedente de Narbonne. A pesar del mal estado del relieve, se advierten trazos de un pequeño mástil a proa para el artemon. En la popa lleva un ancla. (Emile Espérandieu, Recueil General des bas-reliefs de la Gaule Romaine (París 1907. Pág. 418).


pués colocaban la roda y el codaste, y finalmente unían a esta estructura las planchas de madera que formaban los costados. Las cuadernas y el armazón interior se colocaban posteriormente. La resistencia longitudinal del casco se reforzaba además con dos o más cintas, o falsas bordas de madera, que seguían toda la curvatura del casco desde la línea de flotación hasta la borda misma (ver figuras III y V). A veces el casco se forraba bajo la línea de flotación con planchas de plomo para proteger la madera y también a modo de lastre. Las naves de comercio tenían una construcción muy sólida

Figura VI. - Sistema de unión por medio de ranuras y espigas de las planchas de madera de las em-

barcaciones romanas.

pero debido a su ancha manga eran muy lentas. En su construcción se empleaban maderas de pino, ciprés y cedro, aunque las cuadernas solían ser de roble, al igual que las espigas, porque en estas piezas se necesitaban maderas más resistentes. Como sistema de unión, además de las espigas y ranuras, se utilizaban clavos que podían ser de hierro o de cobre. Eran clavos de espiga cuadrada y cabeza redondeada, muy semejantes a los que todavía se emplean en los astilleros de ribera italianos (7). Los romanos te-

(7) TH ROCKMORTON, P., 1972. Roman on the sea. In A History of Seafaring based on Underwater Archaeology. Editada por G. F. Bass. Thames & Hudson. London, pág. 72.

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Figura VII. - Embarcación romana de un solo mástil y vela cuadrada, representada en la tumba de Kalleinikos. Se encontró en Constantiniplo. (Siglo 111 d. de C.) (L. Casson, Ships and Seamanship in the Ancient World. Fig. 143). Sobre la verga puede verse una vela triangular que va de la cabeza del palo a los extremos de la verga.

nían dos tipos diferentes de naves onerariae; uno adecuado para la navegación fluvial y el transporte en aguas poco profundas, y otro al que pertenecían naves de mayor tamaño como la que puede verse en la figura 111, que se utilizaban para efectuar las relaciones comerciales entre todos los países marítimos del imperio. Estas naves podían llevar hasta 10.000 ánforas, y desplazaban 340 toneladas. Debido a su gran tamaño, alrededor de 40 metros de eslora, no se podían varar en las playas, por lo que era necesario el empleo de pequeñas embarcaciones para descargar las mercancías en aquellos lugares donde no existían instalaciones portuarias. Las velas de las embarcaciones de carga eran velas cuadra, en algunas se utilizaba también una vela triangular situada sobre la verga de la vela mayor (figura VII). Con este tipo de vela cuadra no es fácil que las naves romanas pudieran ganar el barlovento, por ello se solfa utilizar también otro tipo de vela denominado el artem6n (ver figuras 111 y VIII) que iba en un pequeño mástil o bauprés que partía de la proa y que servía para poder gobernar la nave contra viento. Este tipo de vela de trinquete inclinado, sin llegar a ser un auténtico bauprés, se utilizó desde el siglo VI a. de C. perfeccionándose posteriormente hasta convertirse en el artem6n (8). Con estas velas (8) CASSON. L., 1971. Ships and Seamanship in the Ancient World. Princeton University Press. pág. 240.

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Figura VIII. - Embarcación de vela romana representada en un sarcófago del siglo III d. de C. (Se encuentra en la Ny-Carlsberg Glyptothek. Copenhagen). Está dotada de dos mástiles; el de proa es el artemón, muy útil para corregir la deriva de este tipo de embarcaciones dotadas de vela cuadrada. En la proa y popa se ven dos cabezas y cuellos de ganso, adorno típico de las embarcaciones romanas, sobre todo en las mercantes. Este tipo de remate de las proas y popas en cabeza de ganso posee una antigua tradición en el Mediterráneo, siendo por ello difícil precisar su origen y lugar de procedencia original. En casi todas las representaciones de naves, esta cabeza de ganso -o cisne- está mirando hacia popa, es decir, en sentido contrario a la marcha del navío, lo cual es un hecho curioso, como señala Patrice Pomey, Les Navires de Commerce Romains (L' dossiers de L' Archéologie, núm. 29. 1978. Pág. 26). Los obenques y escotas están erróneamente representados, al igual que la posición de la vela, lo cual se debe al probable desconocimiento del artista de la ubicación exacta de la jarcia, según hizo notar ya A. Steven Toby en su estudio Another /ook at the Copenhagen sarcophagus (International Journal of Nautical Archaeology and Underwater Explotarion, vol. 3. N.O 2. 1974. Pág. 208).

las embarcaciones de carga podían alcanzar con viento favorable unos seis nudos de velocidad. . Después de esta breve pero necesaria introducción podemos pasar ahora a examinar con claridad la nave romana de la estela de Vilar de Sarria. Varios aspectos me llaman la atención. En primer lugar fijémonos en la característica proa y popa con cabeza de cisne típica en las embarcaciones romanas; ¿pero cuál es la popa y cuál la proa? Según ACUÑA CASTROVIEJO la proa es la representada con la terminación en cabeza de cisne (9). Si (9) ACUÑA CASTROVIEJO, F., op. cit., pág. 110.

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esto es así debemos considerar a esta representación de nave romana como un ejemplo bastante raro, pues son escasas las representaciones de naves roman'as en las que la característica cabeza de cisne de la proa esté mirando hacia el mar; lo normal en todas las naves es que la cabeza de cisne de la proa mire hacia la nave (ver figuras VIII, 11, III Y IV). Personalmente no me parece que esta sea la proa de la nave porque si así fuera la vela debería ir delante del mástil, y no detrás como se ve en la representación. A esto debo añadir que la última figura humana de la derecha, es decir, la inmediata a la cabeza de cisne, está un poco más elevada que las demás, posición normal del timonel que iba siempre en un nivel más alto de la cubierta (10). El artista que efectuó esta obra realmente no fue muy generoso en datos, no está representado el timón, o espadilla, por lo que podemos pensar también en la posibilidad de que la colocación de la vela detrás del mástil se deba a un error de realización, posiblemente motivado por una débil memori-

Figura IX. - Embarcación de vela utilizada para el transporte de carga costero. A veces, cuando las bodegas iban repletas, las mercancías se ubicaban también en la cubierta, como podemos ver en este relieve de una embarcación romana que transporta ánforas. Estas embarcaciones de navegación costera se denominaban oraria navis e iban provistas de un solo mástil. Existían varios tipos de oraría navis, pero solamente se han identificado dos: las llamadas caudicaria y las prosumia, ambas embarcaciones eran de vela solamente. La caudicaria iba provista de vela tarquina. Estas embarcaciones también podían ser remolcadas río arriba por el sistema de sirga. Este relieve es uno de los pocos en los que se puede ver una embarcación en la que la característica cabeza de ganso de la proa está vuelta hacia el mar. (Relieve del siglo 111 d. de C. descubierto en la catacumba de Praetextatus. Roma).

(10) ¿Quiere esto decir entonces que la nave no navega en la misma dirección que nada el supuesto delfln, como señala ACUÑA CASTROVIEJO (1976, pág. 110) Y si es así realmente, ¿tiene esto algún significado diferente? Con certeza no lo sé. Quizás la posibilidad de que el pez sea Scylla pudiera dar lugar a otra interpretación como señalo en la nota 3; pero de todos modos esto no es el tema de mi trabajo.

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Figura X. - Reconstrucci贸n de la embarcaci贸n romana representada en la estela de Vilar de Sarria

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Figura XI . -L a embarcaci贸n de la estela de Vilar de Sarria.

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zación del aspecto general de la nave en la realidad. Esto es un fenómeno muy frecuente en las representaciones de naves (ver figura VIII) que casi siempre se efectuaban de memoria. Los obenques del palo tampoco están bien situados, pues van a un extremo en lugar de ir al costado. Las líneas que van de extremo a extremo de la embarcación pueden interpretarse como las características cintas o refuerzos longitudinales de las naves de carga romanas (ver figuras III y V). La nave lleva una sola vela cuadra, carece de artemón, lo cual unido al hecho de que en ella sólo están representadas cuatro figuras humanas nos hacen pensar en que se trata de una nave de carga de pequeñas dimensiones, una oraría navís de construcción parecida a la corbíta (figuras IV y V) aunque de menor tamaño (11). Las oraría navís eran embarcaciones que llevaban una sola vela, como podemos ver en la figura IX. De modo que la nave de la estela de Vilar de Sarria si se quisiera representar con más precisión vendría a tener probablemente un aspecto muy semejante al que se ve en la figura X, según la reconstrucción ideal que efectúo de ella para poder tener una imagen más clara de cómo eran las embarcaciones de carga romanas de tamaño pequeño, que suponemos navegaban por las costas gallegas en el siglo III d. de C. Poco más creo que se puede decir de esta nave de Vilar de Sarria, solamente el descubrimiento futuro de otras representaciones de embarcaciones podrán ayudar a ver con más certeza el tipo de naves que navegaban por las costas de Galicia durante la dominación romana.

(11) Sobre las embarcaciones romanas de carga utilizadas para navegaciones costeras es muy útil el trabajo de CASSON, L., 1965. Harbour and river boats of ancient Rome. Journal o{ Roman Studies, vol. LV, págs. 3139 Y también el artículo de GREN IER, A., 1934. Le materiel de la navigation. Les types de Bateaux. Manuel D'Archéologie Galo-Romaine, vol. 6, par 11, págs. 585-600.

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BIBLlOGRAFIA ABAD CASAL, L., 1975. El Guadalquivvir, v/a fluvial romana. Diputación Provincial de Sevilla. ACUÑA CASTROVIEJO, F., 1976. Sobor da representación do tema «Ulises e as Sireas» na estela de Vilar de Sarria (Lugo). Boletln Auriense. Año VI, Tomo VI, Orense. BASS, G. F., 1972. A History of Seafaring based on Un derwa ter Archaeology. Thames & Hudson, London. CASSON, L., 1965. Harbour and river boats of ancient Rome. Journal of Roman Studies, vol. LV, págs. 31-39. 1971. Ships and Seamanship in the Ancient World. Princeton University Press. 1978. Odysseus and Scylia. The Internatíonal Journal of Nautícal Archaeology and Underwater Exploratíon, vol. 7, n.O 2, págs. 99-104. CASTRO NUNES, 1958. Unha estela lucense de inspirayao neoplatonica. Zephyrus. IX. GRENIER, A., 1934. Le materiel de la navigation. Les types de Bateaux. Manuel D'Archéologie Ga//o-Romaine, vol. 6, par. 11, págs. 585-600. MERRIEN, J., 1960. Historia de los buques. STANFORD, W. B. and LUCE, J. V., 1974. The Quest for Ulysses. Phaidon Press. London. THROCKMORTON, P., Roman shipwrecks and modern Aegean ships. The Mariner's Mirror, n.O 50. 1973. The Roman wreck at Pantano Longarini. The International Journal of Nautical Archaeology and Underwater Exploration, vol. 2, n.O 2. 1972. Romans on the sea. En la obra de G. F. Bass, op. cit.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 117-126

AS ÁNFORAS ROMANAS DE A CORUÑA (1) JUAN NAVEIRO Museo Arqueo/óxico e Histórico. Caste/o de San Antón. A Coruña

Resume: Estudo dos restos de ánforas depositadas no Museo Arqueolóxico de San Antón, procedentes do entorno da cidade coruñesa (basicamente da bahía). Tipolóxicamente diferenciamos tres grupos: a) ánforas clásicas do tipo Dressel 1; b) ánforas próximas á forma Beltrán 1, e c) un tercer grupo de ánforas cilíndricas de tipo africano (Almagro (51 a) y Panella Tripolitana 11), inclúense tamén algunhas pezas de difícil identificación, quizabes enmarcabeis no heteroxéneo mundo tardo-romano.

Abstract: Roman amphoras of A Coruña. A study of the remains of the amphoras kept in the Museo Arqueolóxico de San Antón, originating from the surroundings of the city of A Coruña (basically from the Bay). Typologically they are divided into three groups: a) c1assical amphoras of the Dressel 1 type; b) cylindrical amphoras of the African type (Almagro 51 a and Panella Tripolitana 11). Also included are pieces which are difficult to identify, perhaps fitting into the heterogeneous late Roman world.

No presente artigo tentamos facer algunhas puntualizacións sobre do material anfórico xa publicado, e ó tempo engadir algunhas pezas novas, coa finalidade de completa-lo cadro dos envases deste tipo, aparecidos na cidade e arredores até a data (1). lodalas pezas estudadas están depositadas no Museo Arqueolóxico Provincial de A Coruña. Suman un total de vinte pezas, ningunha delas totalmente enteira, o que atranca en moitos casos a súa identificación. A meirande parte proceden das prospeccións levadas a cabo na Bahía Coruñesa durante os anos 76 e 77, e 'que foron dadas a coñecer por F. Senén López no primeiro volume desta publicación (SENEN LOPEZ, 1980); exceptúase un fragmento de labre achado contra a casa n.O 5 da rúa do Príncipe, perto do Parrote, lugar da bahía que presenta unha maior concentración de ánforas, posíbel emprazamento dun porto de época romana (BALlL, 1980). Incluimos, ademáis, un fragmento de panza procedente do castro de Elviña, dada a veciñanza coa nosa cidade. INVENTARIO

Bahía Coruñesa. Case todas estas pezas presentan o lóxico desgaste polo efecto do sal e organismos mariños. N. o 1. Fállanlle panza e pivote, ademais de unha das asas. Arxila ocre clara, de grao moi fino, coa superficie de tonalidade amarelenta. A altura 117


conservada é de 40,2 cm.; anchura do labre 5,4 cm.; 13,4 cm. de diámetro na boca; e o grosor das paredes ven senda de 1,3 cm. (Lám. 1, 1). Non se ven indicios de carena, e parécenos que a panza se estreitaba progresivamente até a inserción inferior das asas, pra constituirse lago un langa cuello cilíndrico, que se exvasa finalmente pra encaixar nunha boca, de labre vertical inclinado cara ó interior, e de sección triangular. Pala asa que se conserva, podemos ver que éstas eran grasas e lixeiramente flexionadas, con dous sulcos na súa cara externa, que só aparecen na parte superior, moí adondados polo desgaste da peza. N. ° 2. So mentes conserva a parte superior, fallando panza e pivote. Arxila de color parda rosada, sin engobe ningún. Revestimento interno impermeabilizante, de resina ou pez. Ten unha altura de 37,4 cm. (dende a carena); anchura do labre de 6,2 cm.; 1,2 cm. de grosor da parede no arranque da panza, e 6,6 x 2,7 cm. de sección das asas (Lám. 1, 2). Os ombreiros remárcanse cunha acusada carena, ande comeza un langa cuello cilíndrico que se estreita lixeiramente cara á boca. Esta derradeira peza ten o diámetro meirande có cuello, formándose un escalón nas paredes internas que sen dúbida faría mais doado o encaixe da tapa. O labre é vertical, e baixo del insértanse as asas, grasas e moi flexionadas, de sección plano-convexa, recorridas ó langa da súa cara externa por tres sulcoso N.O 3. Unha boca, con parte do cuello e arranque dun asa. Arxila parda rosada de grao medio. Revestimento interno resinoso. O diámetro da boca é duns 14,5 cm., a anchura do labre de 5,5 cm. e o grosor das paredes do cuello de 1 cm. aproximadamente (Lám. 1, 3). Boca semellante á das dúas pezas anteriores, porén as asas insértanse mais baixas ca naquelas. N.o 4. Unha panza sin cuello nin pivote. Arxila de grao fino, de color parda rosada e revestimento interior resinoso. Conserva 57,5 cm. de altura; 36 cm. de diámetro máximo; o diámetro do cuello na súa base é de 13,2 cm., e o grosor das paredes de 1,2 cm. aproximadamente (Lám. 1, 4). Presenta panza case cónica, moi voluminosa, e con marcado lomba, pro sen marcar carena. Fállanlle o pivote macizo e as asas, que atendendo ó punto de inserción sobre do lomba debían de ser verticais ou moi poco flexionadas. N.O 5. Parte baixa dunha panza e pivote incompleto. Arxila parda rosada, sin engobes nin revestimentos internos. Este fragmento ten 28,7 cm. de altura, un diámetro máximo de 24,2 cm. e 1,2 cm. aproximadamente de grosor das paredes (Lám. 1, 5). A parte conservada fainos pensar nunha panza estreita de forma cáseque cónica. N.o 6. Unha boca e parte do cuello e as asas. Arxila ocre tostada, de grao moi fino, compacta e cunha superficie puída, case satinada. Ten unha altura de 16,6 cm.; un diámetro na boca de 16,4 cm., e 5 cm. a banda do labre (Lám. 11, 6). 118


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Peza moi ben traballada, de labre vertical inclinado cara fóra. O cuello ensánchase pala base e as asas, que se insertan moi preto do labre, son de sección ovoide con acanaladura central. N. ° 7. Peza case completa, fallando soamente a boca. Arxila pardo rosada con engobe marelo claro e manchas negras ailladas (quizabes resultado de organismos mariños). Mide 30,3 cm. de altura; diámetro máximo de 1 9,2 cm., na boca de 5,8 e 6 cm. na base; cun grosor de paredes de 0,8 cm~ (Lá m. 11, 7). O seu carpo é ahusado de panza alta e rematado nunha base plana. O cuello é curto, practica mente cilíndrico e vai ensamblado na panza como vemos no perfil interno. Deste arrancan as asas, de ombreiros marcados, case dispostas en ángulo recto, que se van insertar ó lomba; teñen sección oval. N.O 8. Asa e fragmento de panza. Arxila pardo rosada, pouco compacta, de color ocre marelo no exterior. Revestimento interno resinoso. Deduci- . mas un diámetro máximo de 35 cm. aproximadamente; asas de 12,5 cm. de langa con sección oval de 2,7 x 1,6 cm.; grosor de paredes entre 1,2 e 1,5 cm. (Lám. 11, 8). Este fragmento lévanos a supor unha volumosa panza e algo abombada. As asas son pequenas, de sección ovoide e insértanse enteiramente na panza. N.O 9. Un fragmento de panza. Arxila rosada de grao moi fino, con engobe ocre e revestimento interno resinoso. Calculámoslle un diámetro máximo de 26 cm. aproximadamente; as paredes teñen un grosor medio de 1,2 cm. (Lám. 11, 9a). Ó naso parecer, a peza correspondería a unha panza case cilíndrica, ou escasamente abombada, a xuzgar polo seu perfil recto. Pódese ver nela un grafito, moi pouco lexibel, quizabes 1M (Lám. 11, 9b).

N. ° 10. Un fragmento de panza. Arxila pardo rosada, con fractura grisácea, e grao fino. Calculámoslle un diámetro máximo de 28 cm.; grosor de paredes moi variabel, de 1,2 a 2 cm. (Lám. 11, 10). Corresponde a unha panza cónica. N.O 11. Un fragmento da parte baixa da panza con pivote. Arxila de color ocre rosado, pouco compacta, con engobe ocre esluado. Conserva unha altura de 12,4 cm., e o grosor das paredes é de 1,2 cm. (Lám. 11, 11). A peza, aínda que é pequena, parece corresponder a unha panza abultada, mais ou menos ovoide. Núms. 12 a 18. Sete fragmentos de asas (Lám. 111, 12 a 18). As pezas 12 e 13 teñen a sección plana con estrangulamento central; a primeira de arxila ocre marela, e a segunda pardo rosada con fractura gris. As pezas 14, 15 e 16 son de sección triangular. As dúas primeiras, de arxila pardo rosada, presenta unha forma moi semellante, lixeiramente curvadas. A última, de arxila ocre alaranxada, é de codo marcado e soerguido. A 17 é un asa rectilínea, de 26 cm. de langa, partida polo codo; con sección circular e arxila pardo rosada. 121


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derradeiro destes fragmentos, o n.O 18, de codo pouco marcado e sección ovoide, tamén pertence a un asa rectilínea; conserva uns 17 cm. de longo, e é de arxila ocre rosada, con fractura grisácea.

Cidade Vella

N.O 19. Un fragmento de boca acampanada. Arxila ocre, de grao fino, pro con cantidade de materiais extranos que Ile confiren unha superficie rugosa. Calculamos un diámetro na boca de 16,5 cm.; a altura do labre é de 5,7 cm. (Lám. 111, 19). Castro de Elviña. Luengo, ó publica-los resultados da excavación realizada neste castro (LUENGO, 1956), cita o achádego de varios fragmentos de ánfora, sin dar detalles ó respecto. Estes materiais non os puidemos localizar. A peza seguinte, depositada no almacén do Museo dende hai varios anos, sen referencia ningunha, puidera ser parte dese material. N. o 20. Un fragmento de panza ovoide. Arxila ocre rosada, bastante porosa, con engobe ocre branco. Conserva unha altura de 28 cm.; calculámoslle un diámetro máximo de 33 cm.; o grosor das paredes varía entre 1 e 2 cm. (Lám. 111, 20). TIPOLOXIA A identificación tipolóxica entraña bastantes dificultades, non pra tódalas pezas, pro sí pra maior parte dos elementos aillados, como as asas, ou pequenos fragmentos, especialmente os da panza. A forma mais nidiamente representada é a Dressel 1, tanto pola conservación coma polo número de pezas. Entre éstas contamos un asa rectilínea que se inserta no lombo (n.o 17), e unha voluminosa panza decrecente cara a base (n.o 4) incluíndoas dentro da variante 1B, na que encaixan perfectamente estas panzas de grande capacidade e acentuado lombo. Esta característica esváese na seguinte variante, 1C, de formas mais estilizadas, e á que cremos pertencen os cuellos n.O 1 e 2, a boca n.O 3, case con toda seguridade, a parte baixa dunha panza de escaso diámetro (n.o 5). A marcada carena da peza n.O 2, achéganos á variante B, porén, a morfoloxía do resto dos seus elementos, ou sexa, a flexión das asas, a panza estreita, o progresivo engrosamento do cuello cara a súa base e o perfil do labre, son propios da terceira variante. Dentro da 1C cita Beltrán unha peza moi semeliante á nosa, procedente de Diógenes - Ciudad Real (BELTRAN, 1970, p. 320). Non vemos tan crara a identificación do fragmento de asa n.O 18, se ben pola súa forma rectilínea, inclinámonos preferentemente pola 1B. Outra forma representada entre estes fragmentos é a Beltrán I á que asignamos unha boca e cuello (n.o 6) cunhas características, tales como a sección da asa con acanaladura central ou o perfil do labre, que non presentan dúbidas. O mesmo Beltrán amostra un exemplar de Algeciras cun modelo de labre moi semellante (BELTRAN, 1970, p. 399). 123


A este mesmo tipo pertence a boca acampanada n.O 19, con paralelos de preto nas lilas Británicas (Camulodunum - Colchester) e, con cativas diferencias, no Sul da Península (Puerto Real), moi achegados todos á forma Dressel 8 (BELTRAN, 1970, p. 402). Quizabes se deba incluir tamén, na Beltrán 1, o pivote n.O 11, e a panza ovoide n.O 20, ainda que esta última peza moi ben puidera atoparse entre outros tipos, como os de Dressel 24 e 25. Son as semellanzas entre todas estas formas as que levan a Joncheray a consideralas xuntas nun único grupo de «Anforas ovoides do Alto Imperio» (JONCHERAY, 1971, p. 26). Estes problemas de identificación intensifícanse nos fragmentos da panza n.O 9 e 10. O primeiro corresponde a unha panza cilíndrica que leva inciso un grafito, aínda que este non resulta aclaratorio en absoluto, pois aparece ilexibel e nonsó polo desgaste, xa que, ó noso parecer, foi borrado adrede. A peza n.O 10, parte dunha panza cónica, posibelmente estea próxima á variante A da forma 51 de Almagro.· Moito mais interesante é o fragmento de panza con asa n.O 8. A inserción de asas pequenas enteiramente na panza, é algo característico das ánforas de tradición púnica, probabelmente resultado evolutivo do tipo C da clasificación de Mañá (MAÑA, 1951). Esta peza en concreto, parécemos moi próxima a certas variantes da forma 18 de Dressel, e acudindo á tipoloxía de C. Panella, mais precisa pra este tipo de pezas, incluiriamola na forma Tripolitana 11 (PANELLA, 1973). A esta misma forma atribúese algún exemplar pompeyano de características semellantes a este fragmento (PANELLA, 1977, Táv. LXIX). Dentro da heterodoxia tipolóxica das formas mais serodias, situamola pequena anforiña de base plana n.O 7, sin paralelo entre as formas mais definidas. Por fin quédanos cinco fragmentos de asas de secciones planas e triangulares, de moi dubidosa filiación. A asa de codo moi marcado n.O 16 é posibel que non pertenza ó mundo romano, e quizabes non sexa a única. De calquera maneira, incluímolas no presente artigo coa finalidade de completármo-Ia publicación dos materiais da Bahía. CRONOLOXIA E PROCEDENCIA O grupo mais antigo de pezas constitúeno as de tipo Dressel 1 (n.o 1 a 5, 17 e 18), características da produción itálica que se datan no principado de Augusto; aínda supoñendo algunhas variantes mais serodias, non sobardarían as primeiras décadas do S. I da Era. Un segundo grupo estaría composto pola forma I de Beltrán e outras formas ovoides (n.o 6, 11, 19 e 20) situadas cronoloxicamente nos séculos I e 11, de orixe bética. O labre n.O 6 ten paralelos na época de Claudio (BELTRAN, 1970, p. 399), e o n.O 19, mais serodio, aparece como xa se dixo en ánforas procedentes de Colchester. Ambalas dúas pezas poderían ter algo que ver no comercio coas lilas Británicas. 124


o

grupomais novo dos séculos 111 e IV, fórmano as pezas n.O 7, 8, 9 e 10. A n.O 8 non cremos que presente dúbidas sobre da súa orixe africana, e quizabes a mesma orixe haxa que atribuir ás pezas n.O 9 e 10. Non sabemos ren da procedencia da peza n.O 7 e que seguramente sendo de cronoloxía aínda mais avanzada, mesmo podería chegar ós séculos V ou VI. Non nos imos meter cos contidos. Preferentemente atribúense á Dr. 1 funcións vinarias, o mesmo cá Be!. I é pra salazóns, as formas africanas pra aceite ou olivas, etc. Pro carecemos de datos concretos que confirmen estes supostos xerais. Doutra banda, pensamos que grande parte das pezas serían reutilizadas cando non se dispoñía dun centro de produción destes envases perto. Volvemos cita-lo caso do grafito da peza n.O 9 borrado adrede con raspaduras perpendiculares ó trazado das letras, que confirma até certo ponto a devandita reutilización dos recipientes. Hai recubrimentos internos nalgunhas pezas de pasta negra brillante, que non analizamos pro supomos de moi semellantes características á capa bituminosa citada por Beltrán, como procedente da piroxenación da resina mástica (lentisco), e que este autor considera propia de envases vinarios (BELTRAN, 1970, p. 65). Sendo así, as pezas con esta característica (n.o 2, 3, 4, 8 e 9) terían sido empregadas pró transporte do viño nalgunha ocasión. De calquera maneira, está por ver que este tipo de recubrimentos impermeabilizantes sexa exclusivo de contenedores de viño. Quizabes o panorama se nos aclare cando se estude en fondura o material anfórico do N. O. Peninsular.

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BIBLlOGRAFIA BALlL, A., 1980. ¿Restos de un puerto romano en La Coruña? Brigantium, vol. 1, pp. 167-171. A Coruña. BELTRAN, M., 1970. Las ánforas romanas en España. Caesaraugusta, anejo tomo VII. Zaragoza. JONCH ERAY, J-P., 1971. Essai de classification des amphores découvertes lors de fouilles sous-marines. Impremerie Louis-Jean. Mónaco. LUENGO, J. M., 1956. Noticia sobre las excavaciones del Castro de Elviña (La Coruña). N. A. H., t. III-IV, pp. 90-101. Madrid. MAÑA, J. M., 1951. Sobre tipologra de las ánforas púnicas. Crónica del VI Congreso Arqueológico del Sudeste, Alcoy, 1950, pp. 203-210. Cartagena. PANELLA, C., 1973. Appunti su un gruppo di anfore della prima, media e tarda etá imperiale (s. I - V d. C.). Studi Miscellanei, 21, Ostia 111. Roma. PAN ELLA, C., 1977. Anfore Tripolitane a Pompei. Quaderni di Cultura Materiale, 1, pp. 135149. Roma. SENEN LOPEZ, F., 1980. Arqueoloxra sobmariña: os materiais procedentes da Badra Coruñesa. Brigantium, vol. 1, pp. 139-165. A Coruña.

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8rigantium. 801. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 129-139

A COMUNIDADE MARIÑEIRA DA PARROQUIA DE CA5TIÑEIRA5 (CORUÑA): UNHA ANALl5E ANTROPOLOXICA SANTIAGO LAGO CANZOBRE SUSANA GENDE FEELY MIGUEL SIMON LOPEZ Durán Loriga, 8 - 6.°. A Coruña

Resume: Este estudo é a descripción dunha comunidade mariñeira. Dá-se-lIe unha especial importáncia ás relacións que existen entre os membros desta comunidade nos temas relacionados co mar e o comércio do produto da pesca. Tratará-se tamén de descreber o moceo e o casa mento de carácter homogámico, asi como reseñar a importáncia da trasmisión de bens por manda matrilineal e o tipo de residéncia matrilocal. Por último afondará-se no tema das relacións intra-parroquiais e interparroquiais. todo ¡so enmarcado na época que decorre entre os anos 30-50. Abstract: The seafaring community of the parish of Castiñeiras (Coruña): an anthropological analysiso This paper describes a seafaring community. Relationships among members of this community are given particular importance concerning subjects related to the sea and fishing trade. It also describes «flirt» and homogamic marriage as well as the transfer of goods through the maternalline, matrilineally, and matrilocal residence. Finally, it deals with intra-parochial and inter-parochial relationships during the period between the 30's - 50's.

INTRODUCCION Este estudo formou parte dun traballo de curso realizado para a asignatura de Antropoloxia incluida na carreira de Psicoloxia (Coléxio Universitário de A Coruña), no cal intentabamos de estudar as características dun pobo mariñeiro baseando-nos nos coñecimentos adquiridos e nos dados recollidos durante as nosas visitas á parroquia de Castiñeiras. Estas visitas distribuiron-se ao longo do curso 79-80 en tres estáncias: Nadal, Semana Santa e Setembro. Para a obtención de dados efectuamos un traballo baseando-nos na entrevista directa cos membros desta comunidade. Estas entrevistas foro!') efectuadas a un número máximo de persoas tanto no porto e tabernas como en casas particulares, a maioria persoas relacionadas co mar, mariñeiros, carpinteiros de ribeira, atadoras de redes, e tamén aos párrocos de Castiñeiras e Aguiño. A meia de idade das persoas entrevistadas oscila entre os 30 e 70 anos, persoas ás que agradecemos sumamente a sua colaboración sen a cal este estudo seria inviábel. 129


Este estudo ten un carácter retrospectivo, xa que as costumes das que nos estamos a ocupar achan-se na sua maioria perdidas a causa da rapida adquisición doutras mais a tono coa nosa cultura actual. Todos os dados seguintes refiren-se a epoca que abranque os anos 30-50. SITUACION A parróquia de Castiñeiras acha-se situada no marco xeográfico da península de Barbanza, onde se dividen as rias de Noia e Arousa, no extrémo S. W. da província de A Coruña, entre os 42° 33' de latitude norte e os 5° 8' de lonxitude oeste. Pertence ao municipio de Santa Uxia de Riveira, o mesmo que as parróquias confinantes de Carreira e Aguiño. A parroquia de Castiñeiras constituiu-se como talo 31 de decembro de 1967 dependendo anteriormente das parroquias de Santa Uxia de Riveira e de Carreira. Os límites sinalados no arquivo parroquial son: -«N. Desde Pedra Tomada, en línea recta, pasando por el alto de la Garita hasta el río Castro, en el límite actual entre Aguiño y Carreira». -«O. Desde este punto y siguiendo el río Castro ya citado, hasta llegar al mar». -«S. El litoral hasta llegar a Peña Aeiro». -«E. Desde Aeiro, -en línea recta, hasta Pedra Tomada». Estes límites acollen os lugares de Castiñeiras (núcleo) e Ameixida (lugares de xente mariñeira), e os lugares de Aldea, Fonterramil, Mosqueiras, Poi, Os Páramos, Pedra Raia (lugares de xente labrega). Estes dous grupos, mariñeiros e labregos, forman dous elementos irreconciliabeis, de agora en adiante ocuparemo-nos de analizar a comunidade de mariñeiros de Castiñeiras, cuxa economia, é evidénte, depende do produto da pesca. A vida da xente de Castiñeiras xiraba, e xira, en torno ao mar, ao que lIe adican a sua vida a maioria dos homes e mulleres. É común en todos os vellos mariñeiros o relembrar as penalidades pasadas noutros tempos, restando-lIe moito mérito ao faenar na actualidade, xa que hoxe cos adiantos técnicos (radar, sonda, novos aparellos) «pesca calquera)). Hai cousa de 50 anos estes homes comezaban as saidas ao mar sendo moi novos, aos oito ou dez anos, co pai ou con algún familiar. Tamén podian embarcas con algún patrón que estivera a traballar para algunha fábrica dona da embarcación e dos aparellos. Estas fábricas normalmente pertencian aos «catalanes)). Moitas veces a explotación do mar facia-se coa «dorna do xeito» que as máis das veces pertencía a unha fábrica. Os- mariñeiros cobraban un soldo á semana ou ao mes, amis de perceber o «quiñón», que é unha cantidade variabel de peixe que se lIe daba ao mariñeiro para consumo próprio ou para vende-lo. Convén diferenciar este «quiñón» do soldo que gana o mariñeiro polo seu traballo, que tamén leva este nome. A metade do dineiro produto da 130


pesca fica para o barco e os aparellos, e a outra metade reparte-se entre os mariñeiros. O rapaz que vai na dorna e axuda aos mariñeiros é o que fai a limpeza da mesma, polo que cobra «meio quiñón», pero se os mariñeiros ollan que é traballador pode acadar ((O cartón», co que o seu beneficio ascende a 3/4 de quiñón. A venda do peixe facia-se moitas veces na alta mar nuns galeóns unicamente adicados a transportar o peixe desde o banco ás factorias en terra. Todos estes temas son comúns a moitos pobos do litoral (CALO LOURIDO, 1978). Cando a pesca se facia por própria conta dos mariñeiros, en «dornas polveiras», levaba-se a terra e logo vendia-se no Mercado e na lonxa polas mulleres que colaboraban cos seus homes tamén nas tarefas da pesca remendando as redes estragadas ou preparando as nasas antes de sair ao mar recollendo-as ao voltar. Os nenos desde moi pequenos educaban-se para seguir os pasos de seus pais e embarcaban-se encanto tiveran a idade suficiente. Comezaban a colaborar nas tarefas de terra e máis tarde pasaban a embarcar con algun patrón da parroquia ou con seu pai se tiña barco próprio. Antigamente non habia escola na parróquia polo cal a maioria dos mariñeiros de idades próximas aos 50 e 60 anos eran analfabetos. O que non houbera escola era a causa de que as idades de embarque fosen moi baixas, non se podia ter a un elemento na casa que non produce-se. A infáncia xa que logo ficaba reducida ao minimo, até os dez anos. Hai vários anos na parróquia estableceu-se unha escola, ((a das monxas)), que en principio só impartia clases ás nenas, admitindo máis tarde aos nenos, pero só até os catorce anos. Para as rapazas ao rematar os estudos a única saida era a de costureira ou traballar nunha fábrica e o matrimónio. A muller casada tamén axuda na pequena horta que normalmente teñen todas as casas, de feito é ela e os seus fillos-as os que realizan a maior parte das tarefas necesárias. Os produtos mais cultivados son patacas, repolos, cebolas, allos, tomates e millo. Ademáis da horta é usual que algunhas familias teñan un porco e algún outro animal. MOCEO E CASAMENTO Como na maioria das culturas, o home fai xirar a sua vida en torno a un núcleo de persoas veciñas unidas por lazos sanguineós ou afectivos, isto é o que se coñece co nome de família. A persoa integra-se na família no momento de nacer, ao tempo que o fai tamén na cultura e na sociedade que a rodea e que lIe impón as suas regras (MEN DRAS, 1974). Este proceso de socialización e integración na família comeza en Castiñeiras coa posta do nome (bautizo) ao novo membro, nome que soen escoller os padriños, sendo normal que se é neno leve o nome do padriño e se 131


é nena o nome da madriña. Logo, o novo membro segundo vai avanzando en idade identifica-se máis coas normas imperantes que esixian un determinado comporta mento para cos outros membros de comunidade e na família.

Na parroquia existían uns dias determiñados para «ir ás mozas»; os martes, xoves e sábados, amais dos dias santos. O resto da semana, ainda que o mozo vivera «porta con porta» da moza, non podia falar con ela, as mais das veces nen saudaba cando a via. Os mozos aproveitaban para verse cando elas ian a fonte por auga, co que se producia un «ir e ViD> enchendo e valeirando os caldeiros até ·a aparición do rapaz. Os dias de moceo levaban-se as mellores roupas -os que as tiñan. Na parróquia de Castiñeiras hai duas bandas totalmente irreconciliabeis: os lugares de labregos e os de mariñeiros. Cando se facia festa nos lugares de labregos, os mariñeiros ian todos xuntos ((as mozas», pois os primeiros considerabanos intrusos e o baile remataba as mais. das veces «a paus», de feito os casamentos entre xente de mar e labregos son moi escasos. Isto poderia-se interpretar como unha endogámia ou a exixéncia de casar dentro dun determinado grupo. LlSON TOLOSANA (1974) fala do matrimonio endogamico como característica xeral en Galicia. Dado o grande número de casamentos que se dan dentro da mesma parróquia poderia-se chegar facilmente a conclusión de que este tipo de estrutura ou de relación, se daba en Castiñeiras, xa que no posibel evitaban-se os casamentos con ((xente de fora» da parróquia, e mesmo dentro da mesma parróquia evitaban-se con xente dos lugares de labregos. Isto último destrui esta idea de endogámia a nivel parroquial, como tamén o fai o feito de que os matrimónios con xente doutras parroquias sexa permitido, tal é o caso que acontece coas persoas de Carreira, con quen o matrimónio non tiña grandes proibicións. As explicacións desta escolla ou preferéncia por un sitio rexeitando outro pode atopar-se no conceito de homogámia, que e a esixencia de matrimonio entre grupos de persoas homoxéneos xa sexa a nivel de clase social, de status economico, de nivel cultural, etc., que funcionan a xeito de condición para estabelecer esa unión. Asi a xente de Castiñeiras procurará esta homoxeneidade non nos labregos, senón na xente mariñeira coa que se teña un tipo de relacións positivas, como é o caso da parroquia de Carreira, que ainda que se ache situada en terra adentro os seus homes adican-se a pesca. Diria-se que o criterio de homoxeneidade e xeografico, seguindo a terminoloxia de MENDRAS (1974) e profesional. Existian unhas preferéncias marcadas con respeito aos casamentos con xente da misma comunidade, isto era debido a que dentro dos límites desta comunidade todos os membros se coñecian e se sabia con quen non era conveniente o matrimónio. Polo xeral os matrimonios eran por libre escolia dos noivos e non por imposición paterna, ainda que os pais podian por reparos ou impedir o casa mento se o noivo-a non lIes era de agrado. 132


Actualmente, se o noivo é unha persoa de fóra da parróquia, os pais poñen algúns reparos, ainda que non proiban a boda. Este caso dá-se cada vez con máis frecuencia, xa que os mozos sain moito mais que antes dos límites da parroquia. Isto é debido a duas razóns principalmente, o incremento dos meios de comunicación e a emigración ou embarque en barcos extranxeiros. As relacións entre mozos e mozas están moi vixiadas polos pais, procurando sempre que os fillos non o saiban. Entre os mariñeiros existia e ainda existe, a costume de pedir «semellas» do futuro xenro ou nora, e da sua familia. Entre os labregos atopa-se a costume de buscar e elexir a familia coa que se vai emparentar, costume esta que non se da estrictamente entre os mariñeiros. O noivado sinala-se coa palabra (dalar»: ((O rapaz fala-lIe a rapaza» quer dicer que son noivos. A entrada na casa da moza facia-se so cando xa estaba siñalada a data da boda. A etapa do servizo militar significa o paso da mocedade á madurez por iso ten unha grande trascendéncia na vida da comunidade. Grácias a isto o mozo sai do seu núcleo familiar e da sua comunidade atopando-se no centro de atención da mesma. Nalgunhas parróquias existia a costume de que os veciños pasaran pola casa do rapaz a despedi-Io, ainda que en Castiñeiras era o mesmo rapaz o que ia de casa en casa a despedir-se. E ás veces cruzaba a ria en dirección a outros portos para despedir-se dos seus amigos. Hai cousa de meio século os mozos casaban ao voltar do servizo militar. Unha vez sinalada a data da boda comezan-se a facer as convidadas, isto recibe o nome de «chamar a boda». A boda é un acto público popular, que afecta a toda a familia e a comunidade. A festa da boda facia-se na casa da noiva despois da cerimonia na eirexa. Xuntabase a familia e os amigos. A comida normalmente compuña-se dunha caldeirada de ((bon peixe» (maragota ou ben outro pescado fino), viño e carneiro. ... «a boda facia-se na casa, compraban-se uns carneiros, era unha boda caseira, magnífico, veña viño, veña todo... Moito mellor que as de agora. Agora con catro mexillonciños e catro ameixiñas... ao mellor dunha boda pasada» Despois da boda, cada un dos noivos volvía á casa de seus pais por unha ou duas semanas traba liando para as suas casas e incluso o trato era o mesmo que durante o noivado. No momento de comezar a viver xuntos o novo matrimonio, no caso de que foran viver nunha casa distinta á de seus pais, estes facian cadaquén os seus aportamentos segundo as suas posibilidades. Asi existia a costume de que o pai da noiva lIes mercara o dormitorio e os pais do noivo lIes regala133


ran unha dorna ou ben axudaran con cartos a consegui-Ia. A noiva adoitaba levar algunhas cousas e obxetos uteis da sua casa. USON TOLOSANA (1976) refirindo-se a Galicia nos di: «La dote .aportada por la novia al matrimonio es muy variable, dependiendo de la costumbre local y de la posición económica de su familia principalmente, pero siempre consta, al menos del ajuar: ropas blancas, utensilios o algún mueble». SISTEMA MATRIUNEAL E MATRILOCAL

É un feito común a moitos pobos do País Galego, e en Castiñeiras en concreto, o traslado de bens de pais a fillos mediante a mellora. En Castiñeiras a mellora ten caracter matrilineal: quen leva a mellor parte da herdanza é a muller, normalmente a filia mais pequena, isto é comun a moitos pobos do litoral coruñes (USON TOLOSANA, 1974). É normal que á hora de facer a mellora os pais miren polo seu futuro e melloren a unha filia, xa que é a filia e non un filio, que traeria unha nora á casa, a que mellor os pode coidar. Un caso típico de herdanza dentro dunha familia nuclear (pai, nai, filio-a) pode admitir o seguinte exemplo: O home deixa á muller un terzo máis unha parte dos bens gananciais, sempre e cando non volva a casar, xa que senon a sua parte pasaria aos fi-

o: MULLER ~: WOrtE

= :ALIANIA rL.., : FI LIACION 134

GRAFICO 1


1I0s. Estes normalmente levan o resto do herdo, sendo a filia, na maioria dos casos, a que resulta mellorada. ... ((é a nai a que fai forza pra que a que quede na casa sexa a filia» ... No caso de que o matrim6nio tivera máis dunha filia poderia-se plantexar o problema de a cal delas mellorar. Xeralmente, como xa dixemos, a favorecida e a mais nova. Isto pode-se explicar polo feito de que os primeiros en casar son os fillos máis vellos, co que no caso de mellorar afilia mais vella os pais atoparian-se con moita xente na casa ao traer esta ao seu home e fillos. A escolla da filia mellorada depende tamén do manexo estratéxico das relacións familiares. A filia mellorada fica cos pais, o home ven de fora e reside na casa da muller. Os fillos e filias non mellorados casan f6ra. Seguindo a ROBIN FOX (1979) esta estrutura poderia-se representar da seguinte maneira: No cadro I reflexa-se a situaci6n da casa. Na casa conviven tres xeracións: os pais, a filia mellorada co seu home e a terceira xeración constituida polos fillos deste matrimonio. Do devandito desprende-se que o tipo de residencia e matrilocal. O lugar deixado polos fillos que se van da casa é ocupado por un home que vai casar «uxorilocalmente» (á casa da muller), isto provoca unha certa tensi6n nas relaci6ns entre o xenro e os sogros, que é maior no caso de que o home non fixera un bon aporta mento ao casamento. Poderia-se dicer que o seu aportamento fai-no despois de casado traballando para a casa dos sogros, ((eu non son desta casa, son de f6ra» A muller xoga un importante papel na economía familiar, xa que ela é a dona da casa e o home está supeditado as normas que nela imperen. É normal que o home, ao, chegar aterra, fixera entrega do pescado á muller para que ésta o vendese en Riveira no mercado, ficando ela cos cartos resultado da venda, co calo home vi a-se obrigado a pedir-Ile diñeiro para os seus pequenos gastos. Ademais a muller tiña unha fonte de ingresos própria xa que traballaba nas fábricas ou era costureira. Demostra-se asi o papel predominante da muller derivado desa matrilinealidade e matrilocalidade, ela é dona da casa e ten unha autoridade igual ou maior á do home, que a representa de ((portas afora», e isto xeraliza-se a toda a area litoral coruñesa, e mesmo galega (USON TOLOSANA, 1976). As decisi6ns que normalmente afecten a casa ou aos fillos toma-as a muller sen a consulta do home (que está no mar ou na taberna), as decisi6ns importantes son tomadas por acordo común. A muller, amais destes labores da casa e traballar na fábrica ou de costureira, axuda ao home en algunhas tarefas relacionadas coa pesca: repara-lIe as nasas, prepara-as para ir ao mar, axuda-lIe a recoller os apare1I0s ao voltar ou repara as redes como «atadora». A COMUNIDADE Na comunidade é de especial importáncia salientar dous tipos de rela135


cións, as que manteñen os mannelros con labregos doutros lugares da parróquia e as que manteñen os mariñeiros entre si. Estas relaci6ns van ser analizadas a dous niveis: - intra-parroquial (relaci6ns entre os diversos lugares da parroquia). -inter-parroquial (relaci6ns entre parroquias veciñas). Por principio existe unha falta de cooperaci6n entre a xente de mar e a xente de interior: asi existe unha frase tipica dos mariñeiros... «eso que o arreglen os de terra»... A oposici6n entre mariñeiros e labregos reflexa-se nas murgas do Antroido. As murgas son coplas que se cantan no tempo do Antroido e normalmente van dirixidas á xente do interior. Procuraba-se calquer escusa para bulrar-se deles, aproveitaba-se a morte dunha res para ridiculizar ao dono ou os problemas que se daban co gado á hora de mete-lo nos camións da feira, etc. A maioria destas murgas eran ferintes e a miudo facian alusión a desgracias persoais, malformaci6ns físicas, amores malfadados, etc. ...«ibamos cantar al pueblo e despois veña lio, lio de que as familias non l/e gostaba, pero como era el pueblo habia que achantar o mico»...

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Zona

negativas positivas


As murgas son un reflexo das rivalidades existentes entre os veciños. ...«non habendo contra non se preparaban, aqui andabamos a paus constantemente, cousa da rivalidade»... As murgas facian-se tamén entre os mesmos mariñeiros. Asi, no lugar de Castiñeiras habia dous «grupos de murga)), nas respectivas zonas, Sorrúa e Portonovo. Tamén no Antroido se facia o enterro de «O Felipe». Este era un boneco feito con paus e palla, coberto cun traxe de augas. Por riba botaba-selle gasolina, petróleo ou calquer outro elemento inflamabel. O Felipe situaba-se nun lugar céntrico; cada lugar da parroquia tiña o seu Felipe e os mozos dunha parte intentaban queimar o boneco dos outros antes do dia do enterro. As relacións dos mozos dun lugar coas mozas doutro (dentro da mesma parróquia) non estaban ben vistas, podian xerar algúns problemas ou rozaduras, moitas veces buscando abertamente o enfrenta mento, tal é o caso do «furacán». Cando un rapaz falaba cunha rapaza doutro lugar os compañeiros desta considerábano unha intromisión dentro do seu territorio, xa que ela lIes pertencia, enton o que facian era coller ao intruso e voltario ao seu territorio e dar-lIe uns «paus)). A) RELACIONS INTRA-PARROQUIAIS Debense considerar relacións intra-parroquiais ao conxunto de cohesións e disensións que se dan entre os diversos lugares da parróquia. Estes poden agrupar-se en dous bloques, por unha banda os lugares de interior cuxos habitantes son labregos (Aldea, Fonterramil, Areiros, Os Páramos, Poi, Pedra Raia, A CarreteiraL e por outra os lugares da costa cuxos habitantes son mariñeiros (Ameixida e Castiñeiras, lugar este último dividido en duas zonas, Sorrúa e Portonovo). As relacións que manteñen as duas zonas de Castiñeiras son de carácter negativo, isto traduce-se á realidade nas rixas que se producian durante o Antroido entre os diversos grupos de murga. Nos tempos de festa duas zonas loitaban por ter a mellor orquesta e o maior número de xente. Cando se trata das relacións entre os lugares de mariñeiros (Castiñeiras e Ameixida) a división antes existente de Sorrúa e Portonovo dilui-se nunha cohesión de Castiñeiras en contra dos veciños do lugar de Ameixida. (Isto olla-se cando no Antroido se facia o enterro de «O Felipe)) ou ao facer o <duracán)) cos mozos veciños). As relacións entre os dous lugares de mariñeiros é positiva cando se trata de diferéncias cos lugares labregos (Fondevila, Aldea, Os Páramos, etc.). Esta relación positiva deixa-se ver sobre todo nas relacións que afectan a pesca. Os mariñeiros traballan no mar con certa independenza, sobre todo cando a pesca é nunha «dorna polveira», xa que cada un ten as suas pró137


prias ((marcas)) (referéncia que delimitan un determinado fondo onde cada mariñeiro faena). Pero a saida do porto como o regreso fai-se en conxunto, xa que é necesária a colaboración de várias persoas para sobir as dornas á praia (non se deixan fondeadas). Cando é hora de voltar a terra o mariñeiro que remata a faena pon-se de pé indicando así que volta ao porto, entón os compañeiros comezan a recoller os seus aparellos nas respectivas dornas para asi voltar todos xuntos. Hai unha necesidade de colaboración entre todos os mariñeiros nos asuntos do mar que lIes afectan en común; asi, en dias de temporal toca-se unha buguina para avisar a todos os homes e sobir desde a praia á estrada amparando-se asi dos embates do mar. Nesta solidaridade fundaba-se unha costume: a ((Festa da Dorna)), celebrada o 24 de xullo. Nesta festa efetuaba-se o sorteo dunha dorna completamente equipada, pagada polos donos das fábricas. Normalmente este sorteo estaba trampullado para que o barco recai-se na persoa máis necesitada, por tel-a perdido nun temporal ou calquer outra causa, e non poidese mercala. Actualmente esta festa xa non ten o sentido primixénio. B) RELACIONS INTER-PARROQUIAIS As relacións inter-parroquiais son as que se dan entre Castiñeiras e as parróquias circunveciñas (Aguiño e Carreira), é o mesmo que as relacións intra-parroquiais as «inter» poden ser positivas ou negativas, segundo entre que parróquias se manteñen estas, o cal axuda a dar unha maior cohesión intra-parroquial. As relacións que se dan entre Castiñeiras e a parróquia de Aguiño son de caracter negativo, é a oposición de dous pobos mariñeiros que compiten na pesca, o número de capturas, o numero de fábricas instaladas no seu territorio, etc. Carreira e unha parróquia do interior, pero a maioria dos seus homes son mariñeiros que teñen as suas dornas na praia do Castro que se acha na parroquia de Aguiño, cuxos habitantes pensan que isto supón unha invasión do seu território. Isto provoca que as relacións entre Carreira e Aguiño sexan de carácter negativo. Ocorre entón que Carreira e Castiñeiras teñan un rival común, Aguiño, sendo entón as suas relacións positivas.

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BIBUOGRAFIA CALO LOURIDO, 1978. La cultura de un pueblo marinero: Porto do Son. Ed. Universidad de Santiago, pp. Santiago. USON TOLOSANA, C., 1974. Antropologla cultural de Galicia. Ed. Siglo XXI, pp. 409. Madrid. USON TOLOSANA, C./ 1974. Perfiles simbólico-morales de la cultura gallega, Ed. Akal, pp. 205. Madrid. USON TOLOSANA, C./ 1976. Temas de antropologla española. Ed. Akal, pp. 159-190. Madrid. USON TOLOSANA, C., 1977. Invitación a la antropologla cultural de España. Ed. Adara, p. 202. La Coruña. MENDRAS, H., 1974. Elementos de sociologla. Ed. Laia, p. 294. Barcelona. FOX, R., 1979. Sistemas de parentesco y matrimonio. Ed. Alianza Universidad, p. 253. Madrid.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 141-1 77

MuíÑos DE MARÉS DA RíA DE AROUSA BEGOÑA BAS LOPEZ Museo Arqueo/6xico e Hist6rico. A Coruña

Resume: Estudo etnográfico de tres muíños de marés, no que se tratan os aspectos seguintes: antigüedade: o Muíño de A Seca, construido no século XVII; no mesmo século pódese datar o Mulño de As Aceñas, mentres que do Mulño do Cura non se pode precisar, de momento, mais que no pasado século xa estaba construido. Propiedade: particular na actualidade e anteriormente. Datos xerais de localización. Descrición coas denominacións dos elementos construtivos e mecánicos, e funcionamento. A moenda: o sistema de cobro, costumes, descrición de muiñadas e cántigas. Mantenementoo Problemática que deriva da situación actual destes mulños: Mulño do Cura, en ruinas; Mulño de A Seca, en bon estado de conservación; Mulño de As Aceñas, en non moi bon estado pro en funcionamento. Abstract: Tidemi//s in the Ria of Arousa. An ethnographic study of three tidemills in which the following aspects are examined: Age: the mili in A Seca was constructed in the XVllth century as was the mili in As Aceñas, while the mili Do Cura cannot be pinpointed as veto It is known, however, that it was already constructed in the XIXth century. Property: They are currently private property as in the pasto General information on location. A description with the denomination of the constructiveand mechanical elements and how they work. Milling: forms of payment, customs, description of the «muiñadas» and songs. Maintenance. Problems that derive from the present situation of these milis: the mili Do Cura is in ruins; the mili in A Seca is well preserved; and the mili in As Aceñas is not in very good condition but it is in working order.

INTRODUCIÓN Dentro das construcións populares, o muíño forma parte das adicadas á produción agrícola, tendo un papel importante no proceso de elaboración do pan; este é -e maiormente foi- un elemento básico na mantenza tradicional, e prá súa confección precísase todo un proceso no que están en relación as eiras, os hórreos, os muíños e os fornos. A importancia do muíño non está só en que é unha mostra da a rquitectura e enxeñería, senón tamén no papel económico xa que a finalidade económica é clara; pro tamén o é a importancia das relacións de tipo social que teñen lugar no muíño, o valor que representa no plano do folclore. En Galicia, da mesma maneira que existen varios tipos de muíños - moas manuais, muíños de regato, aceas, muíños de marés ou de mar, muíños de vento -'-, existen tamén finalidades distintas pra esté;ls construcións: muíños de aceite, moas pra moe-Io chumbo do vidrado das vasillas, 141


muíños que producen enerxía eléctrica, muíños papeleiros, etc. (BAS LOPEZ, 1980, e manuscrito; LORENZO FERNANDEZ, 1962). O campo de estudo que presenta o tema dos muíños é moi amplo, pois amais do dito da funci6n econ6mica, da importancia social e de seren mostras das construci6ns populares, no terreo da lingüística ofrece interesante informaci6n, pois as variaci6ns nas denominaci6ns dos distintos elementos e nas do muíño mesmo -mulño, muln, muño... - preséntanse moi a miúdo en distintas comarcas ou áreas. Os diferentes sistemas de propiedade, así como os sistemas de disfrute, constitúen un aspecto importante á hora de coñecer e estudar estas construci6ns. O folclore a que dan lugar as muiñadas, e o tema do muíño en xeral maniféstase nos contos, adiviñas, cántigas e ditos que teñen este tema e que tan espalladas están por toda Galicia. A investigaci6n hist6rica é un campo do que o seu estudo en Galicia aínda non está case encetado. O emprego das moas manuais coñécese xa cos muíños planos, anteriores 6s circulares; destes tense afirmado que se deben á romanizaci6n en Galicia, pro a cuesti6n non está abondo clara. Este tipo de muíño ten continuidade até case os tempos actuais, empregándose paralelamente 6s outros tipos de muíños. Que este tipo de moas estiveran moi espalladas é 16xico, xa que son un instrumento de tipo familiar cun emprego sinxelo e doado prá economía da casa, o que en moitos casos permitiría non ter que ir moer Ó muíño do señor (1). Amais da forza humana, os muíños m6vense por outras como a auga, o vento e a forza animal. No tocantes a esta última, LORENZO FERNANDEZ (1962) mostra a existencia dun muíño de aceite movido por un cabalo, pola Terra do Larouco (2). En Portugal coñécese a roda vertical de propulsi6n superior dende o século XI, pro quizabes aplicada 6s fol6ns e 6s enxeños de aceite (GALHANO, 1978). O mesmo autor afirma que na mesma época é cando aparece o muíño de maré, que acada grande espallamento no século XVIII, e que os muíños de vento están documentados no ano 1303, se ben a súa introduci6n debeu ser anterior. No tocantes á introduci6n en Galicia dos muíños hidráulicos -de rodicio ou de regato, de marés e aceas- e de vento, LORENZO FERNANDEZ (1962) afirma que os de rodicio deberon existir na Alta Edade Media, mentres que as aceas e os de vento serían de introduci6n relativamente moderna. Un estudo da documentaci6n medieval e moderna dará resultados interesantes. No tema concreto dos muíños de marés, a informaci6n que ofrece a diferente bibliografía no tocantes 6s aspectos hist6ricos é ben escasa, polo que se imp6n un estudo nas fontes pra coñecer este tema. Tanto neste aspecto coma no da localizaci6n actual dos muíños -non s6 de marés-, a toponimia pode ofrecer un primeiro dato de achegamento. (1) No Medievo, espállanse os muiños hidráulicos nas terras dos señores e, o mesmo ca outros elementos dos dominios señoriais, os campesiños estaban obrigados a pagar un censo polo seu emprego (DUBY, 1968). (2) As molae asinariae de Pompeia poden ser un exemplo, moi particular, dos muiños movidos por forza animal (GALHANO, 1978).

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GALHANO (1978), referíndose á orixe dos muíños de marés, afirma que dado que no Mediterráneo as marés teñen moi pouca amplitude, haberá que supoñer que xurdiron no Atlántico ou no Mar do Norte, e neste mesmo senso exprésase LORENZO FERNANDEZ. A Associa<;ao Portuguesa de Amigos dos Moinhos (1965) afirma que na documentación medieval portuguesa xa aparecen referidos na península de Troia, en Setúbal. Pois, na costa atlántica da Península Ibérica constátanse muíños de marés: no sur de Portugal (DIAS, 1964; GALHANO, 1978) con exemplares activos, polo menos en 1965, nos esteiros do Tejo, Vilanova de Milfontes e no Algarve (Associa<;ao..., 1965). Tamén na costa cantábrica compróbase a súa existencia, onde en Euzkadi hai localizados, de momento, sete ou oito (3). Galicia tamén conta coa existencia de muíños de marés: a lonxitude da beiramar -uns 1.200 km.- e a conformación en rías, o que favorece a existencia de ensenadas e formación de secas, permite o emprazamento destes muíños. O estado actual dos distintos muíños que deste tipo hai en Galicia é moi diferente, xa que mentres algúns xa desapareceron, outros están en ruinas e outros en bon estado, e mesmo témo-Io caso do Muíño de As Aceñas que está en funciona mento. Por citar algúns, hai muíños de marés en Anido (Ría de Muros), en Xubia (Ría de Ferro!), na Ría de Ortigueira, etc. Diferentes testemuños e comunicacións sinálanno-Ia existencia de muíños, hoxe desaparecidos, nalgunhas zonas de Galicia, como por exemplo en Samil (Ría de Vigo), na Ría do Burgo (o topónimo Haciadama procedería de Acea da(o) mar, que indicaba o emprazamento dun muíño de marés nesta localidade); GU ILLÉN (1957) dá unha cita que reproducimos: «En 1803 se autorizó a D. José de Elexalde, profesor de Arquitectura civil e hidráulica, el construir tres molinos que moleran con el flujo, reflujo de la mar, dos de ellos flotantes sobre barcas planas, o pontones; y el uno de pie firme. Este para fábrica de papel, y cartonerfa, y aquéllos para moler toda especie de granos, en la ría del Burgo (Coruña)>>. MÉTODO A Ría de Arousa presenta unhas características interesantes no tocantes a posibeis emprazamentos de muíños de marés; esta é a Ría mais ampla, cuns 25 km. de lonxitude dende Sálvora até a desembocadura do río Ulla, e do orde dos 230 km. 2 de superiicie total, unha profundidade media de 19 m., e 2,7 m. de rango de marés. As diferentes ensenadas favorecen a formación de secas, nas que se poden instalar este tipo de muíños. Como zona de estudo escolleuse a banda sur desta ría, centrándonos en tres muíños: O MuíÑo DE A SECA, O MuíÑo DE AS ACEÑAS e O MuíÑo DO CURA. Os dous primeiros están emprazados na Ensenada de Cambados e na Ensenada da Brava (lila de Arousa) respectivamente, e o Muíño do Cura áchase na ampla área de confluencia das augas do río Ulla e as do mar. (3) Como pers. A. Aguirre Sorondo.

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N

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escala 1:200.000

Figura 1. -A Ría de Arousa coa localización dos tres mulños.

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Pró estudo dos m uíños fixéronse enquisas pola zona, consultouse a bibliografía existente sobre deles (BAS LOPEZ, 1980; LORENZO FERNANDEZ, 1959; LLANO, 1980) así como o Diccionario de MADOZ (18451850) e o Catastro de ENS ENADA (1751-1 754) pola posibel aportación de datos relativos á antigüedade dos muíños. Asimesmo, consultouse o Libro de Registro de Molinos do Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA) correspondente á provincia de Pontevedra, e diversa documentación do Registro de la Propiedad, e privada. A cartografía empregada foron as Cartas Marinas, correspondentes á Ría de Arousa, do Instituto Hidrográfico de la Marina, onde veñen sinalados os muíños de A Seca e de As Aceñas. As follas 120, 151 e 152 do Mapa del Servicio Geográfico del Ejército, escala 1 :50.000, nas que veñen localizados os tres muíños como: Molino (Muíño de A Seca), Molino del Cura (Muíño do Cura) e o Muíño de As Aceñas ven só sinalado. A realización deste traballo baseouse principalmente no traballo de campo con toma de datos directa, levado a cabo ó longo do ano 1980 e primeiros meses de 1981. Neles tomáronse datos de localización, aspectos construtivos, historia, funcionamento e denominacións, folclore, mantenemento, etc. Os principais informantes foron: D. Manuel Castañeda Ochoa. Exerceu o oficio de barqueiro durante 48 anos, no paso do muelle da fábrica vella (Catoira), preto do Muíño do Cura, a Isorna. D. José Paz Mariño. 61 anos. Muiñeiro e propietario do Muíño de As Aceñas. D. Manuel Piñeiro Señoráns. 64 anos. Muiñeiro do Muíño de A Seca dende hai 35 anos. D. Valentín Riveiro Lajos, Vixiante da fábrica próxima ó Muíño do Cura. D. José Vázquez Rodríguez. Propietario do Muíño do Cura. Amais destes informantes, tamén proporcionaron diversos datos outras persoas, nalgúns casos vencelladas familiarmente ós anteriores. Da información e colaboración proporcionada por todos eles depende u en grande parte a elaboración deste traballo, que sin a súa axuda non tería sido posibel. LOCALIZACiÓN E DATOS XERAIS

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Muíño de A Seca emprázase no lugar de A Seca, parroquia de San Mamede de Corbillón, entre a Punta de Tragove e Fefiñáns, na Ensenada de Cambados. O acceso, pola parte do lugar de Riveiro, faise por un camiño que remata no mesmo muíño, se ben a presa comunica este con outro camiño que enlaza con Fefiñáns (fig. 2). Poi s, o muíño aproveita a seca que se forma e instálase no interior da ensenada, na parte mais estreita, onde forma a presa. Esta mide aproximadamente uns 600 m. como distancia máxima cara ó interior, sendo o ancho do muro da presa de 51 m. A orientación do edificio é N E-SO. A seca vai dar un regato ó final do que se empraza un muíño do que hoxe non quedan mais cás ruinas. 145


Figura 2. - Plano xeral do Muíño de A Seca: 1. presa; 2. muro da presa; 3. comportas; 4. edificio do muíño; 5. camiño.

Este muíño forma un conxunto con dúas edificacións destinadas hoxe a cortes e alpendre. O edificio domuíño é tamén vivenda e mesmo inclúe construcións adxectivas como por exemplo as cortes. Consta de catro plantas, con acceso exterior á terceira. O estado de conservación é bon, observándose algunha modificación actual no interior. Hoxe en día non está en funciona mento, xa que dende hai uns nove anos non moe. O Muiño de As Aceñas, emprázase no Sur da lila de Arousa, na parte norte da Ensenada da Brava -entre a Punta Quilme e Punta Revello-, no lugar denominado As Aceñas. Comunícase coa parte norte da lila por medio de varios camiños e pala estrada que remata nel mesmo; esta estrada atravesa a presa do muíño que mide aproximadamente uns 170 m. de langa. O 146


Figura 3. -Plano xeral do Muíño de As Aceñas: 1. presa; 2. muro da presa; 3. comportas; 4. edificio do muíño; 5. muro de construción actual con gradillas pró paso da auga; 6. estrada con canos pró paso da auga.

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muro que forma a presa poderfase decir que está formado por tres tramos: o primeiro onde se instala o edificio do mufño; de eiquí sae outro que chega até unha zona de rochas que o interrumpe, e un terceiro, xa menor. Pois, a primeira parte da presa está dividida en tres partes tamén, que corresponden ás tres partes do muro, comunicadas entre sí. En total, todo o frente da presa, no que se inclúe o muro, o edificio e as zonas de rochas, mide uns 130 m. Próximo ó muíño está a vivenda dos propietarios, que ten adosada unha edificación que é un bar, e o conxunto complétase cun piorno e outra construción adxectiva. Pola parte traseira da vivenda erguía un muíño de vento que se desfixo en 1936 pra amplia-lo edificio desta, non quedando hoxe mais ca outro muíño de vento na lila. O Muíño de As Aceñas está hoxe en funciona mento, e este é un dato moi interesante que, segundo a nosa información, podería se-lo único dos de marés en Galicia que se achara nesta situación. O seu estado de conservación non é moi bono O interior estaba denantes dividido, formando na parte alta a vivenda na que vivían os abós do actual muiñeiro; hoxe esta división non existe, non apreciándose mais cá parede intermedia que divide o espacio en planta. Neste muíño fixéronse varias modificacións -como mais adiante veremos- e polo exterior tamén se fixo algunha reparación. Asimesmo fixéronse modificacións no muro da presa pechándose as comportas; na presa ergueuse un muro, perpendicular ó anterior (fig. 3), que ten unhas gradillas de ferro a diferente altura que permiten o paso da auga; esta modificación debeuse ó emprego da presa como criadeiro de mariscos. Na zona da confluencia das augas do Río Ulla co mar, na parroquia de Catoira, emprázase o Muíño do Cura. Ó fondo da presa vai da-lo Río Catoira -no que existen varios muíños de rodicio-, co que o nivel da auga acumulada nela mantense co caudal deste. Cómpre suliñar que o estado actual deste muíño é ruinoso, e que o seu entorno está moi modificado entre outras causas debido ó paso da vía do ferrocarril que comunica esta zona con Santiago e Pontevedra, atravesando parte da presa, e ós verquidos da fábrica próxima emprazada no Puntal de Prado (fig. 4).

Ó muíño accédese pola estrada que atravesa o ferrocarril e logo por un camiño que no seu último tramo xa vai conformando a presa; este último tramo mide uns 53 m. até chegar á comporta. O frente da presa, pois, fórmase coa última parte do camiño e zona de comporta, o edificio, e outro tramo de muro de 12 m. que en total ofrecen un frente de aproximadamente 92 m. Debido ás alteracións das que xa se falou, non é doado da-las dimensións da presa xa que o que hoxe se aprecia non é o orixinal -polo que tampouco representa interés dar este tipo de dato-o O muíño non ten outras edificacións mais cá propia, na que tamén existiu unha parte adicada a vivenda. Non hai moitos anos instalouse preto unha molinera, da que hoxe non quedan restos. O muíño deixou de funcionar hai uns 45 anos. Actualmente existe unha construción recente adosada 148


Figura 4. - Vista xeral do emprazamento do Muíño do Cura (sinalado cunha frecha).

á parede NO do edificio, que pertence ás instalacións da toma de augas da fábrica de preto. Na denominación dos tres muíños vemos tres exemplos diferentes: - Muíño de A Seca: ten o nome do fenómeno que se produce en baixamar. Cómpre sinalar que a denominación de A Seca é eiquí topónimo, dando nome a este lugar. - Muíño de As Aceñas: a parte da Ensenada da Brava onde se empraza o muíño recibe o nome de As Aceñas, sin dúbida pola instalación do mesmo. Este nome é unha das maneiras de denomina-los muíños: as aceas son os muíños dos ríos con roda motriz vertical, que se denominan azenhas en Portugal e aceñas en castelán. Quizabes co tempo transformouse a denominación, perdendo o significado o nome de A ceñas, e así Muíño de As A ceñas é, neste senso, como unha repetición. - Muíño do Cura: O nome provén seguramente dalgún propietario que tiña tal condición, pro hoxe se descoñece o dato preciso así como se esta denominación é a orixinaria do muíño. PROPIEDADE E ANTIGÜEDADE As fontes consultadas pra obter datos sobre da antigüedade e historia destes muíños foron varias. Un dos aspectos a que se atendeu foi a toponimia, naqueles casos onde non foi doado achar información concreta do muíño. No tocantes ó Muíño de A Seca, segundo información de D. Manuel 149


Piñeiro Señoráns, o muiñeiro, o propietario na actualidade é D. Luis Prego Trillo, sogro do anterior. Este muíño pertenceu ós señores de Fefiñáns e, segundo LLANO (1980) nun manuscrito firmado por Amaro Alonso no ano 1622, construíuse por encargo de Gonzalo de Valladares y Sarmiento, e o construtor foi Francisco Grie, maestro de cantería que construíu unha grande parte do Pazo de Fefiñáns. O muíño non ven citado no Catastro de ENSENADA nin no Diccionario de MADOZ. Tampouco se acha referencia do Muíño de As Aceñas no Catastro de ENSENADA, mentres que MADOZ sinala: «Al S. ~a lila de Arous~ se estiende la primera península de las dos que forma esta isla con una lengua de tierra hasta el igual de la v. de Cambados, y da frente al Grove; en el estremo de esta prolongación se encuentra la punta Yestelas inmediato á la cual hay unos molinos harineros denominados de la Seca». Probabelmente se refira ó Muíño de As Aceñas, xa que non se ten coñecemento de que na Punta Xastelas existiran muíños, e que a localización sexa errónea. Pro hai que sinalar que a denominación que MADOZ recolle de «Seca» non se coñece pró Muíño de As Aceñas, e é o nome que recibe o muíño anterior, emprazado na parroquia de Corbillón. No Libro de Registro de Molinos do SENPA non están rexistrados ningún dos tres muíños. Se atendemos á toponimia, RODRIGUEZ (1976) sinala: «MUIÑO DA AUGA, entrante estrecho del mar al SE de la punta da Cruz, cerrada por un muro para contener el agua en la bajamar y mover un molino. A aquel paraje llegan las Aceñas» e «ACEÑAS, AS, arcaduces que elevan el agua al Muíño da Auga»; o mesmo autor recolle o nome de «Muíños» pra ensenada onde está emprazado o M uíño de As Aceñas. No Arquivo Universitario de Santiago de Compostela, no legaxo 534, Bienes Nacionales do Fondo San Martín Pinario, na Pieza 7. 8 do Foro de los Anovados de la Ysla de Aroza de 1681, aparecen os topónimos: Camiño as Aceñas, Mar das Aceñas, Lagoa das Aceñas, se ben nos foros de 1609 non aparecen (4). Por isto, pode que se construíra entre estas dúas datas. Na nota de D. Domingo Fontán no Diccionario de MI ÑANO (18261829), na voz «Arosa ó Arouza», tomo 11-suplemento, dí: «En esta isla hay varios establecimientos de pesca y salazón de sardina, molinos harineros en favor de la marea, y uno de viento muy útil para los pueblos del Grove y de la parte oriental de la ría». No Boletín Oficial de la Provincia de Pontevedra de 7-X-1842, fálase deste muíño: «Un establecimiento de molinos de marea, que dista de la iglesia cerca de média légua...». No Registro de la Propiedad de Cambados non existe mais información cá referente á compra da finca, só até 1952, sendo que o muíño non aparece siquer mencionado. O propietario do muíño actualmente é D. José Paz Mariño. No tocantes ó Muíño do Cura, o Catastro de ENSENADA e o diccionario de MADOZ nada informan, como tampouco o fai o de MIÑANO. RODRI(4) Como pers. M. Loxo Nieto.

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GUEZ (1976) sinala como top6nimo «MUIÑO DO CURA, punta en la parte S. del Catoira». Polo de agora, non coñecemos sen6n que o muíño é anterior á construci6n da liña do ferrocarril Santiago-Carril, realizada en 1873, xa que esta liña atravesou a presa. O actual propietario, D. José Vázquez Rodríguez, ostenta tal propiedade de familia, que adquiríu o muíño seica xa neste século -como no caso de As Aceñas-. Así como do Muíño de A Seca existe documentaci6n -no Pazo de Fefiñáns e tamén no Registro de la Propiedad de Cambados- dos outros dous muíños non é doado precisa-la data da súa construción. De tódolos xeitos, non damos por concluido o tema do que agardamos poder dar mais datos próximamente. DESCRICIÓN Os muíños de marés presentan, en xeral, unha construción forte e sólida, e a miúdo de grandes dimensi6ns. Os tres muíños presentan unhas características xerais comúns que responden a un mesmo esquema, pro as diferencias tamén existen tanto nos elementos construtivos coma mecánicos. Pois, describiremos estes tres muíños e veranse estas semellanzas e diferencias. Nesta descrici6n, polo xeral non se darán medidas mais ca en casos concretos, dado que os planos, alzados e secci6ns levan indicada a escala.

Muíño de A Seca A presa do muíño fórmase polo muro que ten distinto ancho segundo o tramo (mínimo de 1,90 m. e máximo de 2,60 m.); pola parte que dá ó mar ergue todo 6 longo un pequeno muro duns 50 cm. de alto. As comportas son de madeira e ábrense 6 enche-Io mar, por medio dun eixo de ferro horizontal, e péchanse ó estar chea a presa. Estas comportas son cinco se ben hoxe están inutilizadas dúas delas; as catro primeiras forman dous grupos

Figura 5. - Muíño de A Seca: fachada cara ó mar e muro da presa (obsérvese o muro de protección do edificio e as comportas).

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(J1

4. entradas da auga ás canelas e cubos.

Figura 6. -M uíño de A Seca: fachada cara ó interior da presa: 1. muro da presa; 2. comportas (a dereita hoxe pechada); 3. soportes das laxes do paso exterior;

1m


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1m

Figura 7.-Muíño de A Seca: planta primeira (en base a planos de LLANO, 1980): 1. muro da presa; 2. comportas; 3. comportas no edificio; 4. as canelas de entrada da auga; 5. os cubos (obsérvense os rondicios e as mesas dos rondicios); 6. o sartén; 7. muro de protección coas saídas da auga.

Figura 8. - Muíño de A Seca: planta segunda (en base a planos de LLANO, 1980): 1. cortes; 2. tremiñado; 3. pés e capas; 4. comportas.

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de dúas e a quinta aparece soa -segundo información de D. Manuel Piñeiro o primeiro par de comportas denantes non eran senón unha moi ancha cun eixo de ferro vertical-. O muro fórmase con grandes sillares pola parte que dá ó mar e con cachote e tamén sillar polo interior. O edificio do muíño ten os seguintes elementos construtivos: os muros constrúense con cachote concertado nun coidado encintado. A comunicación co exterior -portas, escaleiras e fiestras, aparte das propias de entrada e saída da auga - fórmanse con boas pezas de cantería; as fiestras están colocadas a espello, mentres que os vans pequenos, a xeito de buratas, xa están algo mais empotrados no muro. O acceso á terceira planta faise por unha escaleira exterior -e outra interior- de pedra cun pequeno patín. A cubrición é a unha soa auga, sen veiril, e de tella. Cómpre suliña-Io muro de protección que protexe a parte da saída de auga que se leva a cabo pola abertura de dous grandes arcos. Tamén suliñamo-Io esquinal formado polas caras SO e NO no que as cabezas non quedan a nivel senón que sobresaen deste.

Á altura da primeira planta existe un laxeado que permite o paso á presa sin entrar no muíño; este paso ten catro colunas como soportes, situadas de maneira que non interrumpan a entrada da auga ó muíño (cfr. fig. 6). As plantas do edificio teñen unha parede que as divide en dous espacios iguais. A distribución das distintas plantas é a seguinte: - Planta primeira: é pola que entra e sae a auga pra poñer en movemento mecanismo de rotación. A au'ga entra por catro condutos -que se abren e pechan cunhas comportas - e sae polo arco da parece e o muro de protección que ten catro aberturas. Esta parte inferior do muíño denomínase sartén, e onde se instalan os rodicios, os cubos (fig. 7). - Planta segunda: neste nivel é onde están por unha banda as cortes e por outra os espacios destinados ós muíños. O que hoxe se emprega como corte denantes era o sitio onde a xente que viña moer deixaba as bestas mentres se moía (LLANO, 1980). Os dous espacios propios do muíño teñen o tremiñado, que é a parte sobre da que se instalan as moas e que ten o piso de pedra, e outra parte co piso de madeira. Accédese por dúas portas: unha do lado do muro da presa, e outra común co acceso ás cortes. Na primeira sala hai unhas escaleiras que levan á terceira planta. O muíño ten catro moas, dúas en cada sala, se ben é a sala dereita a que se conserva hoxe en mellores condicións pra moer; isto poderíase deber quizabes a que denantes de deixar de funcionar o muíño, puidéronse empregar só estas dúas moas debido á menor actividade (fig. 8). - Planta terceira: accédese polas dúas escaleiras xa mencionadas -a exterior e a interior-; é a adicada á vivenda; a división en dous espacios mantense como na planta segunda e neles están as demais divisións das distintas dependencias. - Planta carta: se ben nun tempo se empregou como vivenda, hoxe xa non cumpre tal función. 154


Mufño de As Aceñas

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muro da presa deste muíño, como xa se dixo, está dividido en tres tramos, senda no primeiro ande se empraza o edificio e mailas comportas; este muro está construido con fortes sillares tendo tamén partes de cachote; o seu ancho varía, oscilando entre 1 m. e 2 m. Como se pode observar na fig. 3, a liña recta non se segue en t6dolos tramos do muro. As comportas non son mais ca dúas situadas a ámbolos dous lados do edificio, tendo unha anchura de 1,20 m. e 1,30 m. Hoxe estas comportas están pechadas, entrando a auga á presa polos condutos de saída que moven o mecanismo de rotaci6n. As portas de madeira estaban situadas pala parte interior do muro e, como se observa na fig. 11, o sistema pra abrilas e pechalas era diferente 6 descrito no Muíño de A Seca, pois palas dúas canles que teñen a ámbolos dous lados habería que erguelas pra que quedaran abertas. Na comporta primeira existen tamén indicios de que puidera ter unha porta de madeira no medio do muro, pois existe unha marca de ter pechado un espacio (cfr. fig. 12). Todo o edificio do muíño está protexido do mar cunhas grandes pedras que o arrodean e que forman un recheo polos costados. Pala parte da segunda comporta existía unha comunicación Ó langa de todo este recheo dende aquela até o comezo deste; esta canle está hoxe tamén pechada pro p6dese observar como era unha obra traballada. O edificio do muíño está construído con sillares de granito e algúns cachotes, sin encintado hoxe pro se sup6n que orixinalmente o tería; entre os sillares aparecen restos de cunchas de ostra que se empregaron como recheo nas xuntas. A comunicaci6n ca exterior consiste en dúas portas de

Figura 9. - O Muíño de As Aceñas: fachada cara ó interior da presa. Obsérvese: o muro da presa coas comportas inutilizadas; o muro de construcción actual (á esquerda); as entradas da auga ó muíño (a da esquerda de meirande altura, entrada común que se bifurca -cfr. fig. 14-).

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Figura 10. -O Muíño de As Aceñas: fachada cara ó mar: 1. muro da presa; 2. portas pechadas; 3. arco de saída da auga, e hoxe tamén de entrada ó estaren inutilizadas as portas do muro da presa.

1m


Figura 11.- Muíño de As Aceñas: planta primeira: 1. muro da presa; 2. portas; 3. canle, hoxe pechada e cuberta de pedra; 4. portas; 5. canaletas; 6. puzos.

1m

Figura 12. -M uíño de As Aceñas: planta segunda: 1. portas; 2. tremiñado; 3. mecanismos de tritura-

ción (só fica o da esquerda; ó lado está a base doutro; á dereita, sinálanse en liña discontínua os dous mecanismos hoxe inexistentes); 4. forno; 5. plataforma sobre da que ergue o forno.

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acceso á segunda planta e as fiestras que non van a espello. A cubrici6n é a dúas augas con bastante inclinaci6n e sen veiril; a tella é do país e vai en dobre capa e con pequenas pedras por riba pra que non as leve o aire. O edificio compoñíase de tres plantas, sendo a derradeira un sobrado que hoxe non existe. - Planta primeira: poderiamos falar de dúas partes: a primeira -á esquerda no plano da fig. 11 - ten duas canaletas de entrada da auga, que pasando polos puzos nos que se instalan os elementos do mecanismo de rotaci6n, sae pola abertura dun arco común ás duas. Como se pode ver, as duas canaletas son simétricas. A parte da dereita está hoxe toda chea de cuncha de mexil6n no espacio da sarda da auga, polo que non é doada a súa observaci6n. D. José Paz informounos de que neste lado existiron dúas moas -que hoxe polo modificado que está o murño non se poden observar mais cás antigas estruturas construtivas- e que a da dereita instalouse pra que funcionara 6 enche-Io mar, pro que 6 non dar resultado abandonouse. Pola parte interior que dá á presa p6dese observar unha canaleta común que tería unha única comporta (fig. 14); despois este conduto bifúrcase, indo un pra move-Io mecanismo dunha moa que foi pra trigo, cunha comporta 6 comezo; o outro tería tamén unha comporta 6 comezo que hoxe presenta un tapiado que impide observa-la súa continuación, pro que se supón non formaría canaleta si é que se construíu pra que funcionara a moa 6 enche-Io mar. No espacio da saída da auga, debido ás cunchas alí depositadas, p6dese observar soamente a parte superior do conduto de sarda da auga do puzo da esquerda. Por todo isto, hai dificultades pra precisar como é esta estrutura, pro se pode supoñer con certa seguridade polo que se pode observar e pola informaci6n do propietario. Os muros son nesta planta mais grosos ca na segunda, como ocorre tamén con algúns do Murño de A Seca. - Planta segunda: está dividida en dous espacios que teñen o piso de pedra na parte onde se instalan as moas e de madeira pola parte que dá ó frente. Eiquí a denominaci6n tremiñado non se refire mais c6 fondo da ampla caixa na que se instalan o pé e a capa. No segundo espacio emprázase un forno que ergue sobre dunha especie de plataforma duns 10 cm. de alto. O acceso a esta planta faise por dúas portas colocadas nos lados opostos. Hoxe s6 funciona unha moa, e non queda das demais mais cá estrutura; na primeira sala é onde se instala esta e onde estaba a segunda moa; ámbalas dúas están instaladas sobre dunha especie de plataforma que ergue do chan uns 30 cm. (fig. 12). Das outras dúas moas da segunda sala non quedan restos e pode ser que si estiveran sobre dunha plataforma esta fose de madeira. Na fig. 12 sinálanse estas antigas moas cunha liña discontínua pra indicarmo-Io seu emprazamento, o mesmo c6s puzos correspondentes na fig. 11. - Planta terceira: hoxe inexistente. Sería unha planta sin muro diviso158


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1m

Figura 13.-Muíño de As Aceñas: sección: 1. a porta co sistema de suxección na parte superior; 2. canaleta (cf. fig. 11,5); 3. puzo (cf. fig. 11,6); 4. o roducio; 5. a mesa; 6. o eje (o veo introdúcese na parte superior); 7. capa e pé (obsérvese a segorella introducida na capa); 8. a quenlla coa tarabela sobre da capa; 9. o tempero.

Figura 14. - Entrada da auga que se bifurca e vai dar ós puzos dos muíños que hoxe non existen (As Aceñas).

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rio, xa que a parede central que divide a segunda planta en dous espacios interrúmpese á altura dos muros exteriores, e a esta altura estaría situado o piso desta planta. Foi a vivenda dos muiñeiros.

Muíño do Cura Polo seu emprazamento reviste unhas características algo distintas. O feito de que á presa deste muíño vaia da-lo río Catoira, fai que esta nunca estivera completamente seca, e que as augas deste río contribuíran a enche-Ia presa xunto ao mar. O que constitúe en sí muro da presa, ou estanco, ten unhas dimensións pequenas se o comparamos cos dous muíños anteriormente descritos. Ó muíño chégase polo camiño que en parte fai de presa. Denantes do edificio existe unha parte ben ancha onde estaba instalada a comporta (fig. 17); esta, pois, sitúase nunha canle duns 90 cm. de ancho por 7 m. de longo. A 20 cm. da comporta cara 6 mar, a canle ten uns metidos de sección circular moi pouco fondo -uns 15 cm.- dos que descoñecemo-Ia finalidade. A canle está cuberta cunhas laxes dende esta ó interior, tendo a parte primeira 6 descuberto. O outro lado do edificio continúa un muro 6 mesmo nivel có do frente deste, existindo outro perpendicular que nace onde remata este frente e que é de escasa elevación. O edificio está construído con sillares nos muros das plantas segunda e terceira correspondentes á vivenda, mentres que na planta primeira e nas paredes do espacio destinado a moer emprégase o cachote e tamén o sillar. A planta non é rectangular sen6n que ten unha parede de esguello en relaci6n coas demais. O acceso ó interior faise por medio de dúas portas na fachada N E; un ha dá ó espacio onde están as moas e a outra á parte da vi-

Figura 15. - O Muíño do Cura: vista x!3ral do interior da presa; o río Catoira verte a esta as augas.

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venda. As fiestras constrúense con boas pezas de cantería, e algunhas hoxe están pechadas; a maior parte están instaladas na zona de vivenda. Tiña cubrición a dúas augas. Polo seu emprazamento, este muíño escusa de ter protección contra do temporal. A altura da primeira planta hai un laxeado interrumpido ó final, pro que carece do tipo de soporte que ten o Muíño de A Seca, xa que pousa no mesmo muro da planta que se prolonga. O edificio tiña tres plantas, se ben quizabes no espacio onde estaban as moas, o muíño propiamente, non houbera mais ca dúas. - Planta primeira: neste muíño tamén se pode falar de dúas partes. Na primeira, ten dúas entradas de auga pra mover dous rodicios; estes cubos -dos que a parte mais estreita se chama billa- seguen o mesmo esquema ca nos outros dous muíños, e vemos cómo neste caso e no do Muíño de A Seca son paralelos, mentres que no do Muíño de As Aceñas levan distinta dirección. A auga entra pois por estes dous cubos, pasa polo sartén, e sae polo espacio que deixa o arco de saída. Na segunda parte desta planta baixa, existe unha canle pro de características distintas: non ten a forma das que se empregan normalmente e non segue unha liña recta; está ben construído con cantería, e ten pola parte de diante un estreito onde estaría a comporta; esta canle, que está feita a un nivel un pouco mais alto cás outras dúas, está interrumpida por un muro que é de cantería na parte inferior e de ladrillo na superior, e que non chega a ocupar toda a altura da canle; neste muro hai dúas pequenas saídas de auga semellantes ás canelas dalgúns muíños de regato (figs. 16 e 25). A información recollida no tocantes a esta canle foi prácticamente nula, e o que está claro é que eiquí houbo instalado un muíño e que a existencia do muro que interrumpe a canle coas dúas canelas se debe a que a auga ó pasar pola canle tan ampla non colle presión, polo que si se lIe fai sair por unha sección tan pequena como a das canelas este problema soluciónase. - Planta segunda: ten dous espacios con accesos diferentes. No primeiro instálanse as dúas moas no tremuñado, que están nun nivel superior xa que existen dúas pezas de pedra en cada lado do sartén e sobre das que se instalarían as moas (fig. 18). Cara ó frente hoxe non hai mais ca un espacio valeiro pro probabelmente iría un piso de madeira que quedaría ó nivel das moas -polos indicios das trabes que o soportarían-o Arredado deste espacio por medio dun muro, está o outro que formaría parte da vivenda e no que estaría tamén a moa correspondente á canle denantes descrita; neste senso, hoxe no piso de pedra non hai mais testemuña ca uns indicios dunha posibel comporta que cadra coas marcas nas paredes da canle; un pouco mais ó interior existe un buraco nas laxes -de mala feitura- que podería ser por onde baixara o eixo que comunica a moa co rodicio. Outro problema que presenta este muíño é o de unha peza instalada transversalmente na parede que separa os dous espacios (figs. 18 e 20); trátase dunha peza traballada en cantería que ten dúas concavidades con cadansúa canle; a parte na que están as concavidades sobresae da parede cara á sala das 161


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Figura 16. -M uíño do Cura: fachada cara ó exterior da presa: 1. muro da presa; 2. comporta; 3. arco da saída da auga; 4. canle cun muro interior.

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Figura 77. -M uíño do Cura: planta primeira: 1. muro da presa; 2. comporta; 3. comportas interiores: 4. o cubo; 5. a billa; 6. o sartén; 7. canle cun muro, 8, e comporta, 9.

1m

Figura 78; - Muíño do Cura: planta segunda: 1. entradas; 2. comportas; 3. espacio ande se situaban os pés e as capas, e soportes laterais de pedra; 4. posibel piso de madeira; 5. peza que se supón prá maquía (cfr. fig. 19); 6. forno; 7. comporta da canle da fig. 17, 7.

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~ Figura 19. -O Muíño do Cura: sección: 1. cubo de entrada da auga; 2. suposta comporta; 3. rodicio, varón, pé e capa, supostos que se sitúan no sartén; 4. suposto piso de madeira; 5. saída da auga polo arco da parede exterior. .

Figura 20. - Peza que se supón pra bota-la maquía. Obsérvese o estado xeral do muíño.

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moas e toda a peza ten unha inclinaci6n cara 6 outro espacio, onde van dar as canles; as dimensi6ns desta peza son: 1,20 m. de longo, cun ancho de 70 cm. e 45 cm. na parte das concavidades e na das canles respectivamente; as primeiras miden 25 cm. de ancho por 35 cm. de longo, tendo as dúas canles 75 cm. de longo e 7,5 cm. de ancho na parte superior cun aumento de 1 cm. na inferior; o alto da peza pola parte superior é de 25 cm. Respecto a ela non se nos soubo dar informaci6n, pro quizabes se trate dun elemento no que se botara o gran de cobra-la maquía, depositándoo nas concavidades pra que caíra polas canles a un caix6n ou outra peza onde se recollería; mesmo a existencia de dúas canles e dúas concavidades pode obedecer a que fosen pr6 millo unha e outra pr6 centeo; deste xeito, dende o muíño propiamente poderíase pasa-la maquía á vivenda. No ángulo que forma esta parede, na que se instala a peza descrita, e a do frente instálase un forno de moi pequenas dimensi6ns. - Planta terceira: a parte destinada a vivenda conserva hoxe os muros exteriores que indican a existencia desta terceira planta, pro pola parte onde están as moas non está tan claro; quizabes isto sexa debido á peor fábrica desta parte que fixo cae-los muros, ou ben que neste lado non houbera mais cá segunda planta, o que parece mais probabel. - Planta carta: non sería propiamente unha planta sen6n un faiado formado entre as dúas augas da cubrici6n. FUNCIONAMENTO Unha vez descritos os elementos construtivos, a distribuci6n e algunhas peculiaridades, imos describi-Io sistema de funcionamento dos muíños. Dado que o sistema é o mesmo, ou moi semellante, pr6s tres, farémolo común indicando as particularidades e as denominaci6ns empregadas en cada caso; usaránse as siglas (S) pr6 Muíño de A Seca, (A) pr6 de As Aceñas, e (C) pr6 do Cura (5). O funcionamento xeral dos muíños é o seguinte: Unha vez chea a presa polo sistema de comportas -ou polasmesmas canles dos rodicios actualmente (A)-, ábrense as comportas (S, C) ou portas (A) interiores da maneira seguinte: -(S) (fig. 21): dun cravo da parede pendura unha roldana e desta dúas cordas: unha engancha nunha madeira empotrada na parede e a outra leva un cravo ben grande no seu cabo. Unha trabe con buracos verticais vai unida á comporta e nestes buracos métese o cravo. Pra ergue-Ia comporta ponse unha cuña pra facer palanca cunha vara de ferro coa que se vai ir pinzando a trabe nos buracos: faise así palanca e sobe a comporta e vaise amarrando coa corda da roldana 6 cravo. Así sucesivamente até que queda aberta a comporta. (5) Nalgún caso a denominación dunha determinada peza non é a exacta, pro expoñémola tal como a recollemas.

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Figura 21. - D. Manuel Piñeiro pinzando a comporta do Muíño de A Seca.

.~. .·4iÁ Figura 22. - Porta do Muíño de As Aceñas.

-(A) (fig. 22): O sistema é semellante, pro non existe roldana, e os buracos nos que se pinza están feitos na mesma pedra da parede. -(C): non temos descrición exacta nin testemuños do sistema, pro sí a información de que as comportas se abrían pinzando cunha vara chamada atelladoiro; na parede non hai indicios de buracos pra pinzar, polo que se supón que se seguiría un sistema semellante ó do Muíño de A Seca. Tanto as comportas do muro da presa coma as do interior dos muíños eran denantes de carballo e mesmo de sobreira, pro agora fanse de eucalipto. Abertas as comportas, a auga entra poi as canelas (S), cubos (C) ou canaletas (A), que ó final se estreitan pra que ó disminuí-la sección a auga saia con mais presión; esta parte é a denominada billa (C). A auga vai dar ó

cubo (S), puzo (A)

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sartén (C).

Unha vez que a auga chega eiquí, ponse en funciona mento o mecanismo de rotación que consiste no seguinte: unha roda horizontal: o rendicio ou rondicio (S), roducio ou ronducio (A), rodicio (C), cun eixo vertical: a vara (S), o eje (A), varón ou eixe do rodicio (C); este eixo é de madeira na parte inferior, e pola superior introdúcese outro que pode ser de ferro (S, C) ou de madeira (A), e recibe o nome de eixo (S) e veo (A). Este eixo de ferro vai suxeito ó de madeira cunhas argolas que os cinguen por fóra: son as anillas (S, C). O rodicio pousa nunha forte trabe, a mesa (S), o traveso (C); nesta vai a ran (S, C) cunha concavidade sobre da que vai xirar o grilo (S) ou o aguillón (C). No Muíño de As Aceñas estas dúas pezas denomínanse os 166


Figura 23. - Esquema do rondicio de A Seca.

Figura 24. - Esquema Aceñas.

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de

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Figura 26. - Grilos e rans do Muíño de A Seca.

Figura 25. - Rodicio de madeira que se acha no Muíño do Cura, que pode ou non pertencer a este muíño. Obsérvese o mure da canle con dúas saídas da auga.

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piñóns, se ben coñecen tamén os nomes de rana e agulla, pro estas non son senón unha introdución. O rodicio do Muíño de A Seca é de ferro e ten oito palas cun aro ó redor; a sección da parte central onde vai metida a vara é cad rada (fig. 23). O do Muíño de As Aceñas é tamén de ferro fundido e mesmo ten oito palas, pro a sección central é circular, e o fondo é aberto ó pé de cada pala (fig. 24). No Muíño do Cura, na canle ancha, hai hoxe un rodicio de madeira co eixo partido, que poida que pertenza a este muíño ou non, xa que puido ser traído polo mar (fig. 25); neste muíño informóusenos de que os rodicios eran de carballo, e polas descricións que deles fixeron poidera ser que se tratase dun deste muíño. Denantes de describi-Io sistema de trituración, cómpre detérmonos nas denominacións grilo e rán (moi espalladas por toda Galicia); o feito de que as pezas descritas reciban estes dous nomes, débese a que o primeiro se introduce na segunda, e faise así alusión á unión dun macho e unha femia; que sexan estes dous os animais escollidos pra lIes dar nome, é unha cuestión que até o momento descoñecemos. Todo este mecanismo comunica o movemento ás moas da seguinte maneira: a parte superior do eixo atravesa o pé (S, A, C) e vai dar á capa (S, A, C), onde se introduce a segorella (S, A, C); esta é unha peza colocada horizontalmente e que xira coa capa (cfr. figs. 13 e 19). O pé e maila capa son de pedra e circulares, estando o pé fixo e xirando a capa facendo un rozamento polo que se moe o gran; a altura do pé é meirande cá da capa e esta ten a superficie superior algo inclinada. O gran métese na moega (S, C) ou quenlla (A); esta, no caso do Muíño de A Seca, ten unha armazón de madeira que pousa sobre da caixa que rodea ó pé; do de As Aceñas, pendúrase dunha viga do teito por medio dunhas cordas. As moegas son moi semellantes: de madeira, mais estreitas na parte inferior, que vai dar a unha quenlla (S), quenlle (C), pola que vai caíndo o gran e introducíndose, polo centro, entre a capa e o pé, onde se moe. O gran cae a modo pola quenlla debido ó movemento que lIe transmite o tenxedoiro (S), a tarabela (A), ou as varas (C): - O tenxedoiro: é unha peza de madeira que empata na segorella -polo tanto xira con ela- e métese na quenlla de xeito que lIe transmite un certo movemento pra que vaia caíndo o gran. -A tarabela: é unha rodiña cunha madeira que engancha na quenlla e que ó pousar por riba da capa móvese con ela e move así a quenlla tamén (fig. 28). -As varas: eran dous paus que se amarraban á quenlle e pousaban sobre da capa, polo que o sistema ven sendo, en esquema, o mesmo có anterior. A fariña munda vai caendo nunha caixa de madeira que hai ó pé do mecanismo de trituración, no caso do Muíño de A Seca. No de As Aceñas, a fariña cae no tremiñado que forma unha grande caixa que arrodea á capa e ó pé, e no do Cura parece ser que existía unha caixa ó redor tamén destas dúas pezas -pro seguramente serían das empregadas comunmente nos muíños de regato- e a fariña ía caendo noutra caixa que estaría no piso. 168


Figura 27.-lnterior do Muíño de As Aceñas: obsérvese: a quenlla (a posición non é a de moer); a tarabela; a capa e a caixa que a arrodea (no interior fórmase o tremiñado) e os soportes de pedra onde pousan; o puzo e o veo que se introduce no eje do roducio; obsérvese tamén o tempero.

Figura 28. - Detalle da quenlla. coa tarabela. e capa e pé (As Aceñas).

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Pra que a fariña saia mais fina ou mais munda, hai que baixar ou ergue-Ia capa, e pra isto hai un mecanismo que consiste no seguinte: - O fuso e o volante (S): no fuso está empotrada a mesa na que pousa o rodicio; na parte superior deste fuso vai un volante que o fai subir ou baixar, e con el sube e baixa a mesa e todo o mecanismo de rotación -o rodicio e o eixo-; como o eixo leva 6 remate a segorella que se empotra na capa, 6 subir ou baixa-Ia primeira o mesmo pasa con esta. -O tempero (A): na fig. 27 p6dese observar en qué consiste o tempero do Muíño de As Aceñas. A viga vertical que vai polo puzo vai dar á mesa e, metendo unhas madeiras por baixo da táboa horizontal que atravesa esta viga, súbese e báixase; mantense nunha determinada posición por medio dunhas cuñas. Parece ser que este tempero sustitúe a un volante anterior. -A cruz (C): «Tiña unha palanca á que lIe iban metendo cuñas pra subila e baixala. Metíanlle o atelladoiro». Quizabes fose o mesmo sistema có empregado en As Aceñas.

O funciona mento dos muíños baséase nas marés, sendo que 6 encher é cando se acumula a auga na presa e 6 baixar é cando se pode moer. O intervalo medio entre as marés cheas ou as baixas é de 24 horas e 25 minutos, e a amplitude pode variar 6 longa dos días do mes e 6 longo do ano, en relación coa disposición do sol e da lúa. SÓ sinalar, a título indicativo, o feito de que cada 15 días haxa marés vivas e que ó longo do ano danse as marés equinociais de primavera e outono, nas que acontece a meirande amplitu-de. Deste xeito, a diferencia do nivel da auga entre amaré chea e a baixa pode variar entre arredor de 1,50 m. e 4 m. segundo o día e a época do ano. No caso do Muíño de A Seca, o muiñeiro informounos que moía unhas 3 horas cun rendemento máximo por muíño de 200 kg. En As Aceñas informousenos de que como máximo se poderían moer 100 kg. se ben este cálculo non é doado facelo pois este mUíño moe moi poucas cantidades dende hai xa tempo. A MOENDA

É coñecido o papel que os muíños desenrolaron nas relacións de tipo social e todo o folclore que os acompaña. No caso -dos tres muíños que se están a estudar, este tipo de datos non se puideron recoller dunha maneira directa, xa que ou ben xa non moen -como nos casos do Muíño de A Seca e no Muíño do Cura- ou s6 se moe pr6 consumo da casa e unha pequena cantidade pra f6ra, como no Muíño de As Aceñas. Por isto, toda a informaci6n que se puido recoller foi a base das lembranzas das distintas persoas que podían participar nas moendas. O Muíño de As Aceñas con ser hoxe o único que está en funciona mento é onde menos lembran estes aspectos pois dende que quedou 6 frente o muiñeiro actual, no caso de moer pra fóra, a xente deixa, e deixaba, os sacos e íbaos recoller despois. 170


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gran que se levaba 6 muíño podía ser millo, trigo ou centeo, e pra estes tiñan distintas moas, segundo fose pra moe-Io primeiro ou os segundos. As capas que moen o millo son «mais bravas, mais duras» mentres que as de trigo ou albeiras «son a prop6sito, son mais finas». As capas pró millo «son da pedra do país, que é mais dura» polo que se traen dous arredores (de Baión, no Muíño de A Seca, «dos montes de eiquí, de Catoira», no Muíño do Cura). A capa de trigo ven de f6ra: «a de trigo é mais fina e veu de Portugal; se non a había en Portugal, habería que traela de Francia, pois eiquí non as hai». O Muíño de A Seca ten catro muíños, sendo tres de millo e un de trigo; o Muíño de As Aceñas tiña tamén o mesmo número e distribuición, e hoxe non queda mais ca unha capa pr6 millo; no Muíño do Cura, unha era do país e outra albeira, e da terceira capa, que estaba no espacio da vivenda, descoñecémo-Ias súas características, soamente que era de menor tamaño. A xente chegaba cos seus sacos de gran ó muíño: «viñan en barcas, en mulas e carros con sacos cheos de gran». Cada persoa coñecía o seu saco, e non se empregaban marcas, non ser que «un facíalle unha trenza, outro atábao distinto», «un saco era mais grande...» Nestes tres muíños sempre o home era o encargado de moer, facéndoo a muller s6 accidentalmente, pro axudando sempre. O muiñeiro denantes de moe-Io gran cobraba a maquía, ou descontaba a maquía. Este é un sistema de cobro no que se toma unha parte proporcional á cantidade de gran que se vai moer. Na fig. 29, do Muíño de A Seca, pódese ver unha maqula e a media maqula ou medio choupln; a primeira

Figura 29. - Maquía e media maquía, ou medio choupín, do Muíño de A Seca.

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era a que se empregaba pra un ferrado de gran e a segunda pra medio ferrado (6); neste muíño tamén se cobraba en diñeiro «era en reales». No Muíño de As Aceñas e no do Cura descontábase a maquía cunha cunea, que era un recipiente de madeira; cobrábase unha cunca por ferrado. Dentro destas normas xerais, había que precisar se non eran cantidades mais ou menos exactas ou se «o ferrado era a cogulo, osea completo, ou ferrado rebolado, así ó ras, pasándolle un rebolo por riba do millo». Nas épocas de escasez de millo, os muiñeiros sempre cobraban en gran.

Figura 30. - O forno do Muíño de As Aceñas.

No tocantes ó tema das muiñadas, pola diversa información, vese que estas existiron pro que se deixaron de facer hai xa tempo, aínda que se seguira moendo no muíño. «Viñan moer mais mulleres ca homes, pero polas noites viñan todos, homes e mulleres, e armábana boa, bailando, decindo... así cousas... Unhas veces iban á bodega; mandábaos eu porque si non era moito aquí. .. con baile e eso... ; na bodega armábana cun acordeón ... había un que tocaba e bailaban» (A Seca). «Co meu pai, quedaban no muíño e estaban de foliada» (As Aceñas). «Cando iban pola noite, facían festas e lume» (Muíño do Cura). Cando remataba a moenda, a xente marchaba coa fariña; esta non é (6)

o terrado de trigo e centeo equivale, nas tres parroquias, a 15,58 1. e 12 cuneas; o de millo ten en Corbillón 20,86 1. e 14 cuneas, e en Catoira 20,36 1. e 14 cuneas. (Com. pers. 1. Sierra Franco).

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toda igual, pois hai tres tipos, aínda que se misturen os tres e formen unha soa: «o óleo, que é a que cae pegadiña ó pé; a fariña, e a caspa do gran, que é a casca» (As Aceñas). Os muíños non sempre funcionaban coa mesma intensidade; dependía das marés, da época do ano e da xente que fose a eles. «Cando a época da fame viña menos xente». A xente, pois, marchaba coa fariña pra face-Io pan. Segundo fose mais viva ou mais munda, facfase un pan de distinta calidade ou gusto e se a fariña ía viva «tiña que ferve-Ia auga pra face-Io pan, que era moi bón». Pouco a pouco, estes muíños deixaron de ser tan frecuentados; a economía, os costumes, o xeito de vida, foron cambiando; os muíños eléctricos fóronse instalando nas casas. 6 lado do Muíño do Cura «púxose unha molinera que non funcionou mais ca uns poucos anos. A ela viñan mesmo de Rianxo, e pasábaos eu [o Sr. Manolo, o barqueir~ e as mulleres vendían despois a fariña por cuncas, mesmo pra facer os bolos do lar». No tema da,s cántigas, recollemo-Ias seguintes en Catoira, que, como se vé, non están referidas en concreto ó Muíño do Cura: «O muíño troula, troula, a auga faino troular; os amoriños primeiros son moi malos de olvidar» (7) «O muíño troula, troula, a auga faino troulare; a filia do muiñeiro rabea por se casare» «6 muíño do meu pai eu ben lIe sei o tempero; cando está alto, baixalo, cando está baixo, erguelo». Estas dúas cántigas, recitadas por D. Valentín Riveiro, son ben coñecidas en Galicia e recollidas en numerosos cantigueiros. MANTENEMENTO DO MuIÑo Tódolos muíños, sexan do tipo que sexan, precisan unha serie de coidados pró seu mantenemento. Por unha banda, estarían os propios de calquera edificación; estes, nos muíños de mar, haberán de ter certa importancia xa que os temporais poden facer estragos nos elementos construtivos, e de ahí a existencia de proteccións -muro ou pedras- nos dous muíños (7) Recitada pola filia de D. Manuel Castañeda; vese cómo hai mistura de dúas cántigas.

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Figura 31. - Pé e capa do Muíño de A Seca, con dúas das cuñas das catro coas que se ergue a capa pra tirala e picala.

Figura 32. - Peza coa que se erguen as capas pra pica Ias.

mais expostos a este perigo. Pro o que eiquí interesa son os coidados propios dos distintos elementos do muíño, que, como decimos, son moi semel/antes en tódolos tipos, se ben nalgúns aspectos concretos é nos muíños de mar nos que se poden producir mais estragos dado a corrosión que produce este. As pezas que esixen mais atención son o grilo e a rán, o rodicio e a capa. Os primeiros, amais do desgaste propio, sofren a corrosión da auga do mar por estar en contacto con ela. No Muíño de As Aceñas os piñóns son de ferro fundido. No de A Seca empregouse primeiro unha rán que era un croio, pro ó sofrir moito desgaste cambiouse, esta e mailo grilo, por outros de bronce; como estes «comíanse en quince días e era moi caro», fixéronos de ferro «que dura moito mais». As do Muíño do Cura «os dous eran de seíxo negro, como os do Miño. Facíanlle un buraquiño á rán pra que entrara o aguillóm>. Os rodicios son de ferro, no caso dos muíños de A Seca e As Aceñas, e no de Catoira eran de madeira. Os rodicios de madeira foron moi empregados nos muíños de toda Galicia e aínda hoxe os podemos atopar en bastantes deles. Pra cambia-la rán e o grilo e facer algún arranxo no rodicio, hai que tira-la capa, e con ela fóra, retíranse as argolas que cinguen a vara e o eixo, pra turrar deste pra arriba; deste xeito, xa se pode baixar e tira-lo rodicio e logo a vara e face-Io arranxo. Outro dos coi dados que precisa o muíño é o de pica-la capa, xa que esta vai perdendo o gran. Pra picala cómpre tamén retirala e isto pódese facer de dúas maneiras: a) Métense catro cuñas (fig. 31) de xeito que a capa se erga un pouco, e pínzase coa vara de pinza-las comportas; así, pódese meter un rolo, que é unha madeira longa cilíndrica que vai posta nun pasador, pra que rode a capa por ela e, deste xeito, poder retirala. b) Co emprego dunha peza determinada (fig. 32). Observámola en Catoira, preto do muíño, pro non podemos asegurar que se empregara no Muíño 174


do Cura. Esta peza emprégase nalgúns muíños por toda Galicia. Os informantes descoñecían o nome. O seu funciona mento é o seguinte: instálase nunha especie de pé de madeira que na parte superior ten outra madeira horizontal; desta pendúrase a peza, que se sube e baixa co fuso que ten na parte superior e que amarra a capa pois fai como unha especie de tixeira. Unha vez retirada a capa, pfcase cos picos. Esta operación faise segundo o funcionamento do mufño e segundo o tipo de pedra. En A Seca picábanse como moito cada 15 ou 20 dfas, estando en máximo funcionamento. Xa picada a capa, instálase de novo sobre o pé e, denantes de moer pra fóra, botábase un ferrado de millo pra que limpara o picón de area que quedaba, sendo que esta fariña non servfa, pois levaba deste picón. As comportas son pezas sobre das que tamén traballa o mar, polo que hai que arranxalas e cambia las, e xa se dixo que a madeira mellor era a de carballo e sobreira e que agora se emprega o eucalipto. CONSIDERACIÓNS FINAIS A existencia dos distintos tipos de mufños constátase en Galicia, e os tres dos que eiquf tratamos son unha mostra dos de marés. De momento, non se pode precisa-la data de aparición deste tipo de mufño en Galicia, pro vimos cómo xa no século XVII existfan; estes datos e os das investigacións próximas que realizaremos axudarán a precisar mais este aspecto. Nos tres mufños estudados vemos tres situacións diferentes: un en ruinas, outro bastante ben conservado, e outro en non moi bon estado pro en funcionamento. E ó tratarmos deles, non podemos deixar de plantaxa-Ia problemática que existe non só ó redor deles, senón de tódolos mufños en xeral, e da arquitectura popular en Galicia. A situación actual destes mufños non hai que vela só no aspecto construtivo, senón que a problemática se presenta en varias facetas: existe por unha parte o estado xeral da edificación en si; tamén hai que considerar cómo estes mufños de ser un lugar moi importante nas relacións veciñais pasaron a estar completamente desprazados por outros novos; os costumes, pois, só se lembran, non están vivos; as denominacións vanse esquencendo e confundindo; o folclore só o lembran os mais vellos, etc. Vemos cómo os aspectos son varios, polo que ó analizarmo-Ia situación hai que telos todos en conta. Os diferentes criterios que sobre desta problemática existen, ofrecerán distintas propostas. Actualmente, a postura conservacionista é criticada e cómpre ofrecer alternativas pra non perder estas importantes mostras de arquitectura popular. A Comisión de Defensa do Patrimonio Arquitectónico e Arquivo Histórico do COAG, solicitou o pasado ano a declaración de monumento do Mufño de A Seca -á Dirección General del Patrimonio Artfstico, Archivos y Museos-, cunha proposta de convertilo en museo comarcal, e outra pro175


posta prá protección do entorno monumental. ALONSO ROMERO e ROMAN I (1980) propuxeron a alternativa de converti-Ios muíños de marés en centrais de enerxía eléctrica. As alternativas poden ser variadas e corresponderán lóxicamente a distintos criterios e concepcións. O que está claro é que, de calquera maneira, os muíños non se poden recuperar, xa que son -ou eran- bastante mais <?a unha edificación. Pro, por outra parte, se queremos conservar algo da arquitectura popular galega hai que estudar alternativas e percura-Ias mais axeitadas.

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BIBLlOGRAFIA .ALONSO ROMERO, F. e ROMANI, A, 19BO. Las Rlas Bajas, zonas idóneas para obtener electricidad a partir de la fuerza de las mareas. Articulo publicado en La Voz de Galicia (5-IX-1980). ASSOCIA<;AO PORTUGUESA DE AMIGOS DOS MOINHOS, 1965. Informa{oes e factos sobre moinhos e a sua prote9ao, p. 6, Lisboa. BAS LOPEZ, B., 1980. Construcións populares galegas. Ed. por Bankunión, pp. 147. A Coruña. BAS LOPEZ, B. (no prelo). Arquitectura popular de produción agrfcola. Problemática actual. Comunicación presentada nas 111 Xornadas de Arquitectura Galega. BAS LOPEZ, B., (manuscrito). Consideracións xerais pró estudo dos muíños en Galicia. DIAS, J., 1964. Moulins portugais. Revista de Etnograffa, n.O 6, pp. 307-361. Porto. DUBY, G., 1968. Economfa rural y vida campesina en el Occidente Medieval. Ed. Penlnsula, p. 546. Barcelona. GALHANO, F., 1978. Moinhos e azenhas de Portugal. Associac;;ao Portuguesa dos Amigos dos Moinhos, pp. 132. Lisboa. GUILLEN, J., 1957. Molinos. El Museo de Pontevedra, t. XI, p. 115. Pontevedra. LORENZO FERNAN DEZ, X., 1959. Muiños de maré. Trabalhos da Antropologia e Etnologia, vol. XVII, pp. 249-255. Porto. LORENZO FERNANDEZ, X., 1962. Etnograffa. Cultura material. En Historia de Ga/iza. Ed. Nós, p. 741. Buenos Aires. LLANO, P. de, 1980. O muiño de mar de A Seca. Comisión de Defensa do Patrimonio Arquitectónico do COAG, pp. 22. Santiago de Compostela. MADOZ, P., 1845-1850. Diccionario geográfico-estadfstico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. XVI tomos, Madrid. MIÑANO, S. de, 1826-1829. Diccionario geográfico-estadfstico de España y Portugal. 11 tomos. Madrid. RODRIGUEZ RODRIGUEZ, M., 1976. Hidrotoponimia de la Rfa de Arosa. Seminario Fontán-Sarmiento de Hagiografla, Toponimia y Onomástica de Galicia, p. 138. Santiago de Compostela.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 19B 1, vol. 2 pp. 179-197

OS CRUCEIROS NO VAL DE ARINES (SANTIAGO DE COMPOSTELA) JaSE RAMON RUIBAL DEL CASTILLO I.N.E.M. «Alfredo Brañas», de Carballo (Coruña)

Resumo: Estudo dos sefe cruceiros que se atopan no Val de Arines, sito ao sudeste da cidade de Santiago de Compostela (A Coruña). Cinco teñen a cruz figurada, un sen ela e outro sen figuración. Artísticamente dous seguen modelos tradicionais, con grande popularismo na sua concepción; pola contra os outros tres son de boas mans, realizados por escultores moi ligados ao circulo de Xosé Ferreiro, demostrando unha vez máis o grande influxo deste artista na arte galega. Etnoloxicamente os costumes e tradicións recollidas veñen a demostrar a grande relación que existe entre os cr\lceiros e a relixiosidade popular da Galiza.

Abstract: Wayside crosses in the Valley of Arines. Study of the seven stone-crosses in the Valley of Arines placed in the S.E. of Santiago de Compostela (La Coruña). Five of these stone-crosses have the figures of Christ and Mary, one of them hasn't any figures and the other one has no cross. Two stone-crosses follow an artistic traditional model with a very popular conception. On the other hand the other three stone-crosses are very refined carved by sculptors deeply attached to the style of José Ferreiro, showing once again, the great influence of this sculptor on the art in Galicia. From an ethnological point of view the customs and traditions gatheret here come to prove the deep relation between the stone-crosses and the popular religious aspect in Galicia.

INTRODUCCION

o tema do presente traballo corresponde ao estudo dos cruceiros dunha bisbarra moi concreta: o Val de Arines (1 ), sito ao sudeste da cidade de Santiago de Compostela (2). Nel atopan-se duas parroquias, a do Eixo e a de Arines (3), ambas pertencentes ao arciprestazgo do Giro de la Rocha, da diócese de Santiago de Compostela, e ao concello e partido xudicial de Santiago de Compostela (4). (1) Este traballo forma parte da Tese de Licenciatura «El Arte Religioso en el Valle de Arines» que presentei na Facultade de Xeograffa e Historia, de Santiago de Compostela, en setembro de 1978, baixo a dirección de D. Ramón Otero Túñez. (2) Esta bisbarra ven a ser a cabeceira do val de Santa Lucia, formado polo rio Santa Lucia. Mais dada a toponimia localista, chama-se no seu,primeiro tramo val e rio de Arines, para mudar despois do seu paso xunto á ermita de Santa Lucia, por val e rio de Santa Lucia, que vai desembocar na bisbarra do Ulla. (3) Estas duas parroquias contan con catro igrexas: a parroquial de Eixo, San Cristobal, e a de Arines, San Martín, e dentro de aquel a duas capelas, o Santuário de Santa Lucía en Piñeiro, e o de Nosa Señora das Ermitas na Urceira. (4) BARRAL IGLESIAS, A. Y ARDIOUS NEO, J. M., 1965, Gula de la Archidiócesis de Santiago de Compostela. Santiago, pp. 199 e 280.

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Dividiu-se o estudo dos cruceiros en dous apartados: un dedicado ao aspeito artístico, tratando de ver a posíbel filiación da obra, e outro dedicado ao aspeito etnolóxico, completamente necesário para entender o significado dos cruceiros. É de destacar neste ponto a escasez de dados atopados, o que ven a demostrar a perda, cada vez máis precipitada das tradicións e ritos populares na Galiza, debida á influéncia da cultura urbana industrial. Cicais isto se vexa máis patente nestas parroquias próximas a unha cidade que noutras situadas máis cara o interior, máis o que é innegábel é que estas tradicións acabarán por desaparecer, polo tanto urxe que se recolIan, dentro de moi pouco xa non se poderá realizar. A.-PARROQUIA DE SAN CRISTOBAL DO EIXO 1.-CRUCEIRO DO EIXO

Situaci6n: Atopa-se nun cruce de camiños, xunto á escola, a uns 100 m. da igrexa parroquial. Descripci6n: Levanta-se sobre tres peldaños octogonais. Ten basamento cúbico, rematado por un touro e unha escocia e fuste octogonal, ainda que nos seus extremos é cuadrangular. O capitel e a cruz faltan, pois caeron-se hai uns anos e racharon-se (fig. 1). O basamento leva unha inscripción no lado W. que dá a data da sua construción: AÑO

E)

1808

Esta data e o estar situado xunto á escola, 'leva-nos a pensar que debeu ser levantado por quen fundou dita escola, D. Domingo Cepeda, grande benefactor desta parroquia entre finais do século XVIII e comezos do XIX (5).

2.-CRUCEIRO DO ADRO DA IGREXA PARROQUIAL

Situaci6n: Está colocado sobre o muro do adro que rodea a igrexa parroquial.

Descripci6n: Consta de basamento cuadrado, formado por un touro e unha escocia, fuste cuadrado na parte inferior e octogonal, co remate dos brazos bifurcados. Non está figurado (fig. 2). Carece de inscripcións, polo que é difícil coñecer a sua cronoloxia. Establecémos a modo de hipotese, a data de comezos do século XIX porque pudo ter sido tamen custeado por D. Domingo Cepeda, estando incluido nas obras de reconstrución da igrexa. (5) Conta nos libros parroquiais que este señor levou a cabo as obras de reconstrución da igrexa parroquial e o retablo maiar,

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Figura

Figura 2

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3.-CRUCEIRO DO EIXO DE ABAIXO

Situaci6n: Atopa-se no lugar de Eixo de Abaixo, xunto dun camiño viciñal e sobre o muro de peche dunha casa particular. ' Descripci6n: É do ano 1901, data que está grabado no muro, xustamente baixo o cruceiro. Sobre o basamento, cúbico e achaflanado no borde superior, levantase o fuste octogonal, ainda que se inicia de forma cuadrada. Nesta parte e na sua cara frontal hai a seguinte inscripción: EL PRI NCIPIOD LA SABI DURIA E S EL SA NTO TE MOR DE DIOS Remata cun capitel dórico sobre o que vai a cruz, que é de brazos octogonais, rematados de forma cilíndrica (fig. 3). No anverso está Cristo crucificado con tres cravos, e no reverso a Dolorosa coas mans xuntas ao peito e a espada cravada no corazón (figs. 4 e 5). Aspeito artístico: Realizou este .cruceiro Manoel Nieves Seoane, dono da casa na que está situado o cruceiro e coñecedor do ofício de canteiro (6). Estas figuras seguen os modelos tradicionais mostrando un grande popularismo nas formas. Observa-se a simetria na disposición do manto da Dolorosa que tamén cobre a sua cabeza, asi como certa tosquedade na talla dos rostos, mans e anatomias. Aspeito etnol6xico: A neta do autor dixo-nos que levantou o cruceiro pola sua grande devoción, o cal parece demostrá-Io a inscripción do fuste. Tamén dixo que antes era costume que parasen os enterros a rezar algun responso, e que a xente se santiguaba ao pasar. 4.-CRUCEIRO DE PIÑEIRO

Situación: Atopa-se no lugar de Piñeiro, nun cruce de camiños viciñais.

Descripción: Levanta-se sobre catro gradas e un basamento cúbico, rematado por un touro e unha escocia. Nel hai unha inscripción que non se conserva na sua totalidade, mais ten importáncia porque nos dá a data da sua construción. Está repartida en dous dos lados do basamento, no do W. e S., que é o que se corresponde ao anverso: EN ESTE LUG / AR DE PIÑEIRO AÑO DE / 1806 (6) Esta información foi recollida da neta de Manuel Nieves Seoane. actual propietaria da casa.

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Figura 4

Figura 5

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o fuste é cuadrado na parte inferior, despois octogonal para terminar en forma circular, que se remata nun fino capitel dórico (fig. 6). A cruz redonda con alguns nós, leva no seu anverso a Cristo crucificado con tres cravos e no reverso unha Dolorosa apoiada sobre unha peana no capitel (figs. 7 e 8). Aspeito artístico: Desde este ponto de vista é un dos mellores cruceiros da zona, pois debeu-no realizar un bon escultor neoclásico galego. Cristo aparece morto, coa lanzada ben marcada, e inclina a cabeza para diante e a dereita. Tanto a anatomia como a cabeza e o pregado do pano da pureza, presentan unha talla extraordinária e unha elegancia na estilización das suas formas, que non acostuma ser comun entre os cruceiros galegos. Estilisticamente este Cristo está ciar amente inspirado nos de Xosé Ferreiro. A cabeza inclinada á dereita, o clasicismo do rostro e a disposición do pano da pureza, caendo solto pola dereita, e o trata mento anatómico con biceps moi desenrolados e marcando a diferenza entre o duro costelame e a brandura do ventre, son receitas claramente ferreirianas, cuxo principal exemplo é o Cristo do Desencravo de Santo Domingo de Santiago (7). A Dolorosa viste túnica e manto, que tamén cobre a cabeza. Leva as mans xuntas é as dirixe cara á sua esquerda, onde iria a espada que hoxe lIe falta, e a cabeza ladea-se lixeiramente cara a dereita. É unha figura que se afasta dos modelos tradicionais nos que predomina a simetria tanto nas actitudes como na disposición dos panos. Aquí están dispostos dunha forma máis lóxica e natural, co manto terciado e cun plegado natural e ben tallado, adaptando-se á estructura corpórea que envolven, polo que remarcan a sua posición en forma de S. Esta figura, pola colocación dos brazos e do manto e pola serenidade do rostro, enmarcado polo manto, está relacionada coas obras do escultor Manoel de Prado, sobre todo coa Dolorosa de Lestrove (Padrón). Desta forma temos que o Cristo segue un modelo de Ferreiro e a Dolorosa fórmulas de Manoel de Prado. Hai que ter en conta que este coñecia perfeitamente a obra de Ferreiro, pois traballou no seu taller, sendo o seu mellor discípulo (8), polo que a sua obra está repleta do ensino e receitas do mestre. Por iso pode-se chegar a pensar que as figu ras deste cruceiro foron realizadas polo taller de Manoel de Prado. A cronoloxia, 1806, os paralelos artísticos e a calidade artística, inducen-nos a soster tal atribución. Aspeito etnol6xico: Ao estar ilexíbel parte do letreiro do basamento, non se pode saber a razón da construción. O único que queda aclarado é a sua ubicación nunha encrucillada co fin de protexé-Ia, o cal é moi frecuente nos cruceiros galegos. Un señor duns 50 anos, viciño do lugar, contou-nos alguns dos costumes relacionados co cruceiro. Dixo que a xente vella ainda se santigua ao (7) OTERO TUÑEZ, R., 1951, «Un gran escultor del siglo XVIII: José Ferreiro». A. E. A., T. XXIV, n.O 93, pp. 41 e

42. Madrid. (8) OTERO TUÑEZ, R., «Un gran escultor... », p. 46.

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Figura 7

Figura 6

Figura 8

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pasar, e que, mesmo hoxe en dia, se respeta o lugar como zona sagrada. Tamén que os enterros acostumaban a pasar xunto del para rezar algun responso. Outro costume relatou-no con estas palabras: <<A xente vella, cando un neno pequeno collia o aire do gato, levaban-no ao pé do cruceiro e untabanlIe todo o corpo coa borralla para que saira o encantamento. Daba-se cuns trapos, e despóis Iimpaban-no e saian-lIe os pelos do gato no trapo». Estas histórias e costumes poñen de releve a relación que hai entre os cruceiros e a relixiosidade e crenzas populares. Consideran-se como algo sagrado, e a el recurre-se para rezar polas almas do Purgatório e para que se curen os nenos pequenos. 5.-CRUCEIRO DE SANTA LUCIA

Situación: Atopá-se xunto dun santuário, no campo onde se celebra a romaria de Santa Lucia, perto do lugar de Piñeiro. Descripción: Montado sobre tres gradas, posui un basamento cuxa parte inferior é cúbica, e a superior ten un chaflán en forma de gola invertida. O fuste, no principio cuadrado, resulta despois octogonal ao achaflanarse as suas esquinas. Remata-se nun capitel composto con doble fila de folias de acanto estilizadas e cunha roseta en cada cara (fig. 9). A cruz, cilíndrica, presenta no anverso a Cristo crucificado con tres cravos, e no reverso á Dolorosa cunha espada de metal que penetra no seu peito (figs. 10 e 11). Non ten ningunha inscripción, mais está documentado no libro de contas do Santuário. Foi realizado no ano 1798 en Santiago (9), e pintouse un ano máis tarde (10). Actuálmente poucos restos quedan da policromia que dera por última vez en 1865 Xosé Antonio Arceo (11). Aspeito artístico: Estilisticamente as figuras deste cruceiro están inspiradas na mesma fonte que as do cruceiro de Piñeiro, é dicer, a arte ferreiriana, ainda que este fora feito oito anos antes. O Crucificado volve a repetir o modelo do Cristo do Desencravo de Santo Domingo de Santiago, tanto nas composturas como na serenidade, tan neoclásica, que emana da sua face. A Dolorosa, igual que a de Piñeiro, está máis próxima ás fórmulas de Manoel de Prado, polo cobrir a cabeza co manto, ao clasicismo do rostro e por ese recollimento que embarga a toda a figura. O esquema é o mesmo que o da Dolorosa de Piñeiro, coa salvedade de que en lugar de recoller o manto á sua dereita, fai-no á sua esquerda. Ainda que ambas obras están inspiradas na mesma fonte, é evidente que non son da mesma mano Aqui non hai a estilización de formas que pre(9) Libro de Santa Lucia, fol. 35 v.o Archivo parroquial. Eixo. (10) Libro de Santa Lucia, fol. 37. Archivo parroquial. Eixo. (11) Libro de Santa Lucia, fol. 87 v.O Archivo parroquial. Eixo.

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Figura 10

Figura 9

Figura 11

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sentaban as figuras de Piñeiro. Estas son máis equilibradas e con certa tosquedade na talla, sen deter-se tanto no detallismo pictórico da anterior. A documentación non nos dá o nome do artista que efectuou a obra, pero non cabe dúbida que debeu ser feita por outro xoven discípulo da escola ferreiriana, coñecedor das normas neoclásicas e das tendéncias do taller do mestre. Un deles, Xoán Pernas, vai estar bastante ligado con este Santuário, pois realizará tres obras para el ao longo da sua vida (12), e non seria raro que fixera esta; en cuxo caso seria unha obra de xuventude, pois en 1798 Pernas só contaba con 24 anos (13). Aspeito etnolóxico: Con respeito ás tradicións do cruceiro, somente se ten recollido o testemuño dun señor duns 50 anos de Piñeiro, de que pasa a procisión de Santa Lucia xunto a el, mais non o rodea, nen se deten a comitiva a rezar, como acostuma ocorrer noutras partes. Asi todo se considera a zona onde está situado como un lugar sagrado, e a xente cando pasa por ali so e-se santigar. B.-PARROQUIA DE SAN MARTIN DE ARINES 6.-CRUCEIRO DE TORREBLANCA I

Situación: Atopa-se no lugar de Torreblanca, no cruce de tres cam iños viciñais.

Descripción: Levanta-se sobre unha grada e consta de basamento, vara, capitel e cruz figurada (fig. 12). O basamento, cúbico e cun touro no borde superior, ten a seguinte inscripción aorredor, dividida nas suas catro caras: ANDRES SEOANE y SU / MUJER JOSEPHA FERNANDES / HICIERON ESTE CRUSERO / POR SU OVaN / O fuste é cuadrado nos extremos e octogonal no resto, ao achaflanarse as suas esquinas. Na cara S. da parte inferior está grabada a data: AÑO 1699 Nas outras tres caras continua a inscripción seguinte: MORADORES / EN ESTA / CASA O capitel presenta un modelo derivado do composto, coas caras decoradas por: unha caveira sobre duas tibias cruzadas, no anverso aos pés do Cristo, simbolizando o Pecado Orixinal; unha cabeza con azas no reverso, baixo a Virxe; e nas outras caras a figura de San Francisco, de meio corpo predicando, e na outra un corazón. A cruz cilíndrica e con nós, leva no anverso a Cristo crucificado con (12) No 1806 un San Ramón Nonato, en 1826 unha Santa Lucia para o altar maior e en 1831 unha Santa Lucia, en pedra. para a fachada. As tres obras están documentadas no libro de Santa Lucia, fols. 42, 51 v.o e 53 v.o (13) COUSELO BOUZAS, J., 1932, Galicia artlstica en el siglo XVIII y primer tercio del XIX, pp. 525 e 526, Santiago de Compostela: «Era hijo de Antonio y de Nicolasa Gambino. bautizado en 1774 en la parroquia de San Juan Apóstol ... »

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Figura 13

Figura 12

Figura 14

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tres cravos e con coroa de espiñas, e no reverso á Virxe co Neno, sobre unha peana de nubes con un querubín. Esta é unha figura moi hierática, vestida con túnica e manto, cuxas pregas descenden simetricamente (figs. 13 e 14). Aspeito artrstico: As figuras do cruceiro seguen os modelos tradicionais, mais a pesar do seu esquematismo o canteiro debia coñecer o oficio ben, demostrando-o na inclinación da cabeza de Cristo cara adiante e moi separada da cruz, nun alarde técnico pois está traba liada no mesmo bloco. O esquematismo da anatomia, cabelo, vestimenta, etc., é o normal neste tipo de cruceiros, pero que está sempre en función da inspiración de cada canteiro (14). . Aspeito etnolóxico: A construción, como ben indica o letreiro do basamento, é debida á devoción dun matrimónio particular, co fin de gañar indulxencias. Forma parte, polo tanto, dese esparcimento de cruceiros que se dá na Galiza, durante os séculos XVII e XVIII, como froito da nova conceición do cristianismo a partir de Trento. Daí a inclusión da figura de San Francisco nunha cara do capitel, e na outra unha «almiña», para asi exaltar ao Purgatório e o valor das indulxencias. Tema, este, moi frecuente na iconografia popular galega, tanto nos cruceiros e «petos das ánimas» como nos «retablos de ánimas», debido ao grande fervor que o pobo galego sinte polas «almiñas» do Purgatório (15). Conservan-se algunhas tradicións relacionadas co culto popular, as cais foron recollidas dunha señora de 90 anos, viciña do lugar. Dixo que aos nenos pequenos, cando non se desarrollaban ou tiñan algunha enfermidade, levaban-nos até o cruceiro, e unha vez ali espindo-os deixaban a roupa ao pé do cruceiro, para que collesen «o asombramento» dun cadaver e sandasen. Tamén nos informou doutros costumes máis xeralizados, como o santigar-se ou rezar a xente cando pasa xunto ao cruceiro, e que os enterros sempre se detiñan xunto a el para rezar responsos polo finado. 7.-CRUCEIRO DE TORREBlANCA II

Situación: Está ao pé do cruce de dous camiños no mesmo lugar de Torreblanca, a uns 500 m. do anterior. Descripción: levanta-se sobre tres degraus. O basamento, cúbico, está achaflanado no seu borde superior, onde leva esta inscripción repartida nas catro caras: DOMo B SEOANE / y MARIA MORUllO / SU MVGER HISIERO / ESTE CRUSERO / Os extremos do fuste son cuadrangulares e o resto octogonal, levando no lado N. da parte inferior a data da construción: 1756. O capitel, tamén cuadrangular, recorda ao dórico, e leva nas suas ca(14) RODRIGUEZ CA5TELAO, A., 1975, As cruces de pedr8 n8 G8/iz8, pp. 153 e 154. Madrid. (15) RODRIGUEZ CA5TELAO, A., 1975, op. cit., pp. 131 a 136.

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Figura 15

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Figura 16

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ras estas figuras: no anverso San Francisco ofrecendo o cordón, no reverso Santo Domingo como fundador, coa cruz e o libro da Regra, e as outras duas caras con sendas cabezas de anxos con azas. A cruz, redonda e con nós, ten a Cristo crucificado con tres cravos e coroado, e no anverso á Virxe coas mans unidas en actitude de orar, das que cai un rosário (figs. 15, 16 e 17). Aspeito artfstico: Resulta unha obra moi interesante, con gran calidade, e se a data do fuste, 1756, é tamén a do capitel e cruz, que será o máis probábel, adquiriria maior importancia artística, pois o resultado seria facilmente unha obra de Ferreiro, e polo tanto amáis xuvenil de todas cantas até agora se coñecen, realizando-a aos 18 anos, pouco despois de ingresar no taller de Gambino (16). As características que imos ver delatan que somente pudo ser Ferreiro quen teria esculpido esta obra nesta data. No crucificado nota-se xá o modelo que vai seguir máis adiante. Suxeito á cruz con tres cravos, inclina a cabeza cara a dereita, buscando un adecuado ponto de vista; hai serenidade no seu rostro, e observa-se xa a típica flexión dos brazos; anatomia ben trazada, marcando moito os biceps; e por último, aparece o pano da pureza sen corda, cou nós á dereita desde onde cae solto. Este é o esbozo do que será o seu posterior Cristo do Desencravo, de Santo Domingo de Santiago de Compostela (17). A figura da Virxe non presenta ainda o rostro, tantas veces repetido polo artista, de Fermina Gambino, coa que se casará dous anos máis tarde (18). Mais a sua suavidade e clasicismo, asi como o cabelo enmarcando o rostro., anticipan cousas futuras. O xuntar as mans ao peito non será moi peculiar en Ferreiro, mais a disposición do mando si: cai polas costas en amplo pregado que cruza por diante e recolle-se baixo o brazo esquerdo, de onde xurde a outra ponta caendo en diagonal cara afora. Esta disposición é a mesma que ten o manto de Santa Quíteria (Carmen de Abaixo, Santiago), obra tamén xuvenil feíta dez anos despois; en 1766, considerada até agora como a primeira da sua produción (19); Está perfeitamente claro que ambas figuras reflexan características de Ferreiro, mais podeda-se pensar que se trata dunha cruz engadida, realii:a~ da por un escultor que segue os seus modelos. Porén, eremos que non é es~ te o caso, xa que contra esa posibilidade están as figuras do capitel, outro elemento de xuízo moi importante. A parte de que as figuras tamén teñen relación con Ferreiro, o capitel é cuadrangular, seguindo as mesmas liñas do fuste, no que aparece grabada a data, cuxa intersección está marcada por un baquetón e apófise, sen observar nengunha anomalía neste ponto. As figuras do capitel son pequenas, maia moi interesantes. San Fran~ cisco dobra hacia atrás o pé direito e apoja~se no ésquerdo, oonseguendo (16) Ferreiro naceu en Nóía en 1138, pasando a víver a Santíago sendo ainda adolescente, ingresa'ndo no talier de Gambirto, en OTERO TUNEl, ~., 1951, «El escultor Ferréiro», CEe]'" t. Xii, pp. 1 e 2. Santiago de Compostela. (17) OTERO TU El, R., «Un gran eséultor,.,», p. 42. (18) OTERO TU El, R., «El escultor... », p. 2. (19) OTERO TU El, R., «~I escultor.. ,», p. 5.

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un gracioso movimento na figura que se perfeccionará en futuras obras, asi como o aceno dos seus brazos, que va moi de acordo coa serea e doce personalidade do artista, recollendo un ao peito e extendendo o outro cara adiante para mostrar o cordón. Pero máis ferreiriano é o Santo Domingo, ao levantar o brazo direito para soster a cruz, e apoiar co esquerdo descendido o libro da Regra contra a cintura. Disposición, esta, case idéntica que a do desaparecido Santo Domingo de San Francisco de Betanzos, á sua vez inspirado no Santo Domingo de Pedro Gros, de San Pedro de Roma, segundo xa observara Otero Túñez (20). Aqui unicamente varia o manto, que en vez de cruzar por diante, cai solto desde o brazo e separado do corpo. Fai-se fincapé, polo tanto, a formación de Ferreiro no taller de Gambino a base de estampas e modelos italianizantes. O trata mento do ropaxe empeza a ser o de pregado aristado e profundo, ainda que de momento se mantén unha certa redondez. En troque, o revelar as estruturas corpóreas continuara-se en toda a sua obra, asi como a liña de caida do pregado. Finalmente, as duas cabezas de anxos, das outras caras do capitel, volven a confirmar todo o exposto até agora. O perfil, o modelado e ese gracioso sonriso que esbozan, anticipan as suas posteriores criacións infanti s, cara as que sempre mostrou grande inclinación. Visto todo isto, e se a obra non é un engadido, a sua importancia é fundamental para a artegalega, pois suporia ser a obra máis xuvenil, até agora coñecida, de Ferreiro, e na que aparecen prantexados modelos e solucións que levará a cabo nun futuro próximo. Permitindo saber que xa aos seus 18 anos, no pleno período formativo, aparece esbozada a personalidade que o vai caracterizar cando realice as suas grandes obras. E que tecnicamente xa domina a arte da escultura en pedra, ainda que as reducidas dimensións da obra non permitan excesivos alardes nen minuciosidades, sobretodo nas mans e faces, que teñen certa tosquedade, ao que tamén teñen contribuido a erosión de máis de dous séculos. No entanto, nas cabezas dos anxos, de maior tamaño, advirte-se un modelado no rostro moito mellor, resolto con grande soltura. Esperemos que todo isto, posíbel en teoria, sexa certo na realidade, para asi axudar a coñecer mellor os escuros primeiros pasos do escultor Xosé Ferreiro, nos que parece mostrar-se xa moi precoz. Aspeito etnol6xico: A inscripción do basa mento indica que foi levantado por un matrimónio particular co fin de gañar méritos para unha morte futura. Isto está perfeitamente relacionado co sentido iconográfico, que resulta de grande interese. A figura de San Francisco aparece con moita frecuéncia nos cruceiros galegos (21), debido a que el chegou predicando até

(20) OTERO TUÑEZ, R., «El barroco italiano en la obra del escultor Ferreiro», Compostela. (21) RODRIGUEZ CASTELAO, A., 1975, op. cit., pp. 170 a 172.

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a.v.c., n.O 66, p.

110. Santiago de


Galiza, onde fundou vários conventos, labor que continuaron os seus seguidores (22). Daí o grande influxo popular do franciscanismo na Galiza. Isto xa xustifica a presencia de San Francisco neste cruceiro, pero matizando máis, o que apareza aos pés do Cristo, ven dado sen dúbida por ser durante a sua vida o imitador de El, chegando a receber os estigmas das suas chagas. A iconografia do reverso é xa máis extraña nas representacións dos cruceiros. A relación é ben clara: a Virxe co Rosário e abaixo Santo Domingo como fundador, facendo alusión á aparición de Albí, no que a Virxe lIe entregou o Rosário (23). A presenza deste tema aqui, posibelmente se deba á devoción hacia este culto por parte do matrimónio que fixo erguer o cruceiro. Porén, os dominicos tamén gozaron de grande popularidade en Galiza, onde levantaron grande cantidade de conventos, mais sen chegar a ter a aceitación dos franciscános. Resumindo, neste cruceiro aparecen representados os fundadores destas duas Ordes Mendicantes, a Franciscana e a Dominica, que basan as su as predicacións na Cruz e no Rosário respeitivamente, instrumentos ambos ideais para atinxir a futura salvación, pois mediante a devoción ao Rosário e ao Via Crucis, conseguen-se indulxéncias durante a vida que redimirán as posíbeis penas do Purgatório. É esta unha iconografia típica da Contrarreforma, na que se realza o valor das indulxéncias e a autenticidade do Purgatório. É claro que estas razóns de fé e a sua devoción, é o que moveu ao citado matrimónio para construir este cruceiro. No referente ás tradicións populares, non se nos comunicou ningunha que ti vese importáncia. Unicamente o santigar-se a xente ao seu paso e o deter-se os enterros para pregar pola alma do finado. CONCLUSIONS Aspeito artístico: O de Torreblanca I e o do Eixo de Abaixo son os típicos cruceiros que seguen modelos tradicionais, e nos que se aprecia un grande popularismo na sua conceición. En troque, os de Torreblanca 11, Santa Lucia e Piñeiro, son moito máis cultos e de bons escultores. Estes dous últimos seguen modelos ferreirianos e son da sua escola, podendo atribuir-se o de Santa Lucia, de 1798, a Xoán Pernas, que traballará noutras tres ocasi6ns para dita capela. O de Piñeiro, de 1806, cunha excelente estilización nas suas formas, parece estar máis relacionado co círculo de M. de Prado. O de Torreblanca 11 é'o máis importante, tanto desde o ponto de vista artístico como iconográfico. Se a data do fuste, 1756, é a mesma do capitel e cruz, seria un achadego importante porque permitiria esclarecer dados sobre a formación dun artista trascendental na arte do século XVIII e posteriores en Galiza e en España, Xosé Ferreiro. (22) SAMUEL EIJAN, F., 1930, Franciscanismo en Galicia, páginas primeras. Santiago de Compostela. (23) MALE, E., 1932, L:4rt religieux aprés le Concile de Trente, pp. 455 e 456. Parfs.

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En todas as figuras que aparecen na obra, tanto as da cruz como as do capitel, aprecian~se as características da obra de Ferreiro, ben na disposición da ropaxe e composicións, ben nos rostos, polo tanto seria el o único que pudo esculpir a obra nesa data, en cuxo caso estariamos ante a sua obra máis xuvenil até o momento coñecida, realizando-a aos 18 anos. Idade na que xa aparece espertada a sua pesonalidade, pois esboza modelos que repetirá máis adiante na sua produción. Aspeito etnoI6xic:o: Os costumes e tradicións recollidas veñen demostrar a grande relación existente entre os cruceiros e a relixiosidade popular en Galiza. Xosé C, Valle nun coñecido traballo chega a unha série de conclusións moi interesantes neste aspeito, e a el nos irnos remitir na seguinte análise (24). Aa estar colocados cinco de eles en cruces de camiños para asi protexer ás personas que por ali pasen, ven a demostrar o sentido que a xente galega dá os cruceiros como «meio de sacralización do lugar no que se manifesta o sacral negativo» (25). Os outros dous non participan desta idea, pais. se atopan no adro das igrexas, tendo como misión o santificar dito lugar, o cal parece ser bastante frecuente en Galiza. O sentido que se lIes dá como instrumento de curación dos nenos, observado no de Piñeiro e Torreblanca 1, asi como aos costumes máis xeraliza~ dos de santigar..,se ao seu paso, pregar e deter-se as comitivas fúnebres, ten como fundamento o considerar ao cruceiro como «elemento cargado de forza sacral positiva» (26). Finalmente, a relación «cruceiro e idea da morte» (27), patentiza-se nos motivos que maven aos particulares para ergué~los, observado nas inscripcións dos dous de Torreblanca. Isto dá-se na Galiza a partires da Contrarreforma pala nova conceición do cristianismo, que vai revalorLzar a existéncia do Purgatório. O fiel realiza cantas máis obras pias poda, ca gallo de atinxir indulxéncias que rediman as penas do Purgatório. A este propósito Castelao di estas palabrQS: «os cruceiros, pois, son obxetos de culto popular..., desenralados no naso pais por infruxo do novo cristianismo, e cada cruceiro é unha oración petrificada, a perpetuidade, que se aprica en sufrax,io das almas. Os. oruceiros, en fin, son os tempros erguidos pol-o pobo galego, ben por manda testamentaria ou por precaución de pecadores, nos que o Deus de bondade espande a sua benz6n» (28).

(24). VALLE PEREZ, J. C., 1976, «Los cruceros. en la parroquia de ~ourente (Pontevedra»>, GALLAEC/A, n.O 2, pp. 201 ~ 2'3.3. Santiago df;l Compostela. (25) VAl,.lE PER.EZ, J. {:., 1976, op. cit., pp. 217 e Z18. (26} VALLe PEREZ, J. 1976, op. cit., pp. 218 e 2Hl. (27) VA.l-LI; PEREZ, J. C., 1976, op. cit., pp. 220 e 221. (28J RODHIGU~Z CAS;rEI,AO, A., 1975, op. cit., pp. 1Z2 e 123.

e.,


BIBLlOGRAFIA CITADA BARRAL IGLESIAS, A. Y ARDIOUS NEO, J. M., 1965. Gula de la Archidiócesis de Santiago de Compostela. Santiago. COUSELO BOUZAS, J., 1932. Galicia artlstica en el siglo XVIII y primer tercio del XIX. Santiago de Compostela. MALE, ,E., 1932. L'Art religieux aprés le Concile de Trente. Paris. OTERO TUÑEZ, R., 1951. «Un gran escultor del siglo XVIII: José Ferreiro». A.E.A., T. XXIV, N.o 93. Madrid. OTERO TUÑEZ, R., 1957. «El escultor Ferreiro», C.E.G., T. XII. Santiago de Compostela. OTERO TUÑEZ, R., 195B, «El barroco italiano en la obra del escultor Ferreiro», 8.v.e., n.O 66. Santiago de Compostela. RODRIGUEZ CASTELAO, A., 1975. As cruces de pedra na Galiza. Madrid. SAMUEL EIJAN, F., 1930, Franciscanismo en Galicia, Santiago de Compostela. VALLE PEREZ, J. C., 1976, «Los cruceros en la parroquia de Mourente (Pontevedra)>>, GALLAEelA, n.O 2. Santiago de Compostela.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 201-220

LA ICONOGRAFIA DE LOS TRES TIMPANOS DE SANTA MARIA DEL CAMPO DE LA CORUÑA Jaime Delgado Gómez Profesor de Historia e Historia del Arte del Seminario Diocesano de Lugo

Resumen: Se estudia la iconografla de los tres TIMPANOS de Santa Maria del Campo de La Coruña. La originalidad del trabajo está en tres puntos, principalmente. Trata de confirmar con argumentos serios la titubeante hipótesis de la escena de Santa Catalina del timpa no Norte. Rechaza las hipótesis sobre la escena del tlmpano Sur, intentando abrir un nuevo camino más lógico, iconológica mente hablando, a favor de la existencia de una escena monacal. Como apéndice de esta segunda parte, se inserta el estudio de los dos capiteles historiados de esta puerta, viendo en ellos una probable escena de enseñanza. La tercera parte está dedicada al tímpano Oeste de la puerta principal. Lo nuevo aquí es el descubrimiento del significado iconológico de los dos edificios-torres: uno, la ciudad de Jerusalén, «Ecclesia ex circumcisionis» y el otro, la de Belén, «Ecclesia ex gentibus». Y se inicia también en esta tercera parte, un estudio del tema de la A doraci6n de los Magos, partiendo de la postura o gesto del primer Rey Mago.

Abstract: The iconography of the three tympanums of Santa Marfa del Campo in La Coruña. The originality of the study mainly Iies in three matters. The research tries to prove, by means of weighty arguments, the weak hypothesis about the scene of Santa Catalina's North tympanum. We reject the hypothesis about the scene of Santa Catalina's South tympanum, trying to open a new and more reasonable way of study (from an iconological point of view) on supporting the theory about a monastic scene. As a supplement of this second part, a study of the two capitals with human scenes of this door is inserted. Here, the capitals are considered as a probable scene of learning. The third part deals with the West tympanum of the main door. The originality of this study lies in the discovery of the iconological meaning of the towers-buildings, one of them, Jerusalem city, '«Ecclesia ex circumcisionis», the other one, Bethlehem, «Ecclesia ex gentibus». Also, we started here a study about the development of the theme of the Epiphany, begining with the first Wise King's posture.

INTRODUCCION En mis varias visitas a Santa María del Campo de La Coruña (fig. 1), hoy conocida con el nombre de «La Colegiata», me llamó siempre la atención un elemento singular del tímpano de la puerta principal. Se trata de dos especie de torres, esculpidas una a cada lado, que, con la escena de la Epifanía, componen la parte iconográfica del tímpano. Revisada minuciosamente la bibliografía, se constata una laguna. Como se verá, esta laguna esconde algo de valor nada despreciable para quienes no se conforman con lo estrictamente iconográfico, sino que quieren comprender lo que iconológica mente allí se esconde. 201


Figura ,. - Vista general de Santa María del Campo

En esta misma línea de lo iconológico, vemos también lagunas en los estudios que tratan de los otros dos tímpanos, Norte y Sur, de esta misma iglesia. Considerado todo esto, creí un deber, en mi condición de arqueólogo cristiano, esclarecer estas lagunas, en la medida de lo posible. Antes de pasar adelante, debo concretar que solamente la iconografía de estos tres tímpanos y el sentido profundo escondido en esta iconografía, será el objeto del presente trabajo. Como al resto de la iconografía y al aspecto arquitectónico e histórico del templo, nada original podría añadir en este momento, en todo lo que a estos dos aspectos se refiere, me remito a la bibliografía que en la primera nota se recoge (1). TIMPANO NORTE (fig. 2) Sobre la representación iconográfica y su significado, se expresan con reticencias o con manifiestas dudas los pocos autores que tocan este punto. (1) G. E. STR EET. La arquitectura gótica en España lEdo Miss. King, 1914; no he podido revisarla). Ed. Saturnino Calleja, Madrid (sin fecha). pp. 150-153. ANGEL DEL CASTILLO, en Geograffa del Reino de Galicia. Generalidades. Barcelona (sin fecha). pp. 924925. . ID. La Colegiata de La Coruña, en Revista Mariñana, número extraordinario, febrero de 1926, pp. 9-10. E. CARRE ALDAO en Geograffa del Reino de Galicia. Provincia de La Coruña. Barcelona (sin fecha) pero la colección está hecha entre 1920 y 1930). t. 1, pp. 524-532. LAMPEREZ y ROMEA, V., Historia de la Arquitectura Cristiana Española en la Edad Media. Madrid, 1930, t. 11, pp. 204-206. MANUEL MURGUIA, Galicia (España, sus monumentos y arte, su naturaleza e historia), Barcelona, 1888, pp. 336-342. GALlCIA, volumen 2 de la serie lfLa España Románica», Ediciones Encuentro, 1979. El titulo original es lfGalice Romane)), 1973. Zodiaque, Sto Leger Vauban, Francia); en la edición española, pp. 501-503: Santiago y Santa Marfa de La Coruña.

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Figura 2. - Tímpano Norte, con la escena de Santa Catalina

STREET escribe escuetamente: «La portada Norte es semejante a la anterior (se refería a la Sur), con la imagen de Sta. Catalina en el «tímpano». E. CARRE ALDAO se expresa así: «El de la puerta N. parece ser Santa Catalina, por lo de la rueda». MURGUIA, a su vez, nos dice: «...tanto que el de la puerta N. apenas puede el curioso formarse idea de lo que representa, aun cuando se supone es Santa Catalina por la rueda y demás». Y, por último, en la reciente obra de «La España Románica», en el volumen 2 dedicado a Galicia, nos pone un interrogante: «Ambos tímpanos (N. y S.) son historiados, aunque no se puede asegurar cuál sea el asunto que presentan: ¿el martirio de Santa Catalina en el tímpano Norte 7» D. ANGEL DEL CASTILLO lo pasa por alto, lo mismo que el de la puerta Sur. Sin duda que las dificultades que todos ellos encontraron para la recta interpretación se debía a la calo suciedad. Hoy, aunque los relieves están muy erosionados, no dan lugar a la duda y ésta, creo, debe quedar totalmente eliminada. Se trata de una narración sintética de la leyenda del martirio de Santa Catalina de Alejandría. Hagamos una síntesis de la misma, sacándola directamente de la obra italiana «Le piú belle Leggende Cristiane» (2). (2) GUIDO BATTELLI, Le piú be/le Leggende Cristiane, Milano, 1928, pp. 330-338. Cfr. J. GONZALEZ VILLANUEVA, en Año Cristiano, vol IV de la edic. BAC, Madrid, 1959. Trata de nuestra Santa en las páginas 459-466. Pone el martirio en tiempos de Maximiano, padre de Majencia. En la biograf[a que hace no aparecen datos que son esenciales para la completa y recta interpretación del tlmpano. Tampoco nos cita, entre las seis fuentes que usa, ni a G. BATTELLI ni a Francesco ZAMBRINI, Leggende inedite, Bolognía, 1855, 2 vals.; este autor trata de la Santa en el 2. 0 vol., p. 141 ss. y en él basó Battelli las preciosas noticias que nos ofrece.

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Santa Catalina era hija del rey Corto de Alejandría. Muerto su padre, ella queda como dueña y señora del palacio y de sus riquezas. Estando en Alejandría Magencio (muerto después ahogado en el Tíber, en la famosa batalla del Puente Milvio contra ·Constantino en el año 312), ordenó un espectacular sacrificio a los dioses, en el que hace también intervenir a los cristianos bajo pena de muerte. Allí se presenta Catalina para convencerle de sus errores y convertirle. El, terminado el sacrificio, la hace comparecer en el Palacio y allí empiezan un diálogo en el que no puede defenderse de la sabiduría de la Santa. La enfrenta entonces con los más sabios, pero ella pide ayuda a Dios y el Señor le envía un ángel que le da tales ánimos que tampoco los sabios son capaces de resistir su sabiduría: Les demostró con tal evidencia que Jesús era Dios y que los ídolos eran demonios, que ellos mismos se convirtieron e inmediatamente fueron martirizados. Admirado de tanta grandeza, el Emperador la quiere hacer suya; al ver que eran inútiles sus intentos, mandó castigarla y meterla en prisión, prohibiendo que se le diese bebida ni alimento alguno. Una paloma se encarga de traerle especial sustento. Estupefacto queda el Emperador de encontrarla con vida. De nuevo intenta hacerla su mujer, pero de nuevo sufre el rechazo de la Santa. Fuera de sí Magencio, manda preparar cuatro ruedas con salientes cuchillos, para con ellos descuartizar su cuerpo y aterrorizar a los cristianos. Dios se preocupa de su hija Catalina y manda a un ángel que rompió las ruedas, exterminando con ellas a cuatro mil paganos que estaban allí para presenciar el espectáculo. La propia mujer del Emperador y el alto militar Porfirio, con muchos de sus caballeros, se convirtieron y sufren el martirio. Desesperado Magencio, mandó decapitarla. Todavía continúan otros datos curiosos, pero que no interesan para la interpretación del tímpano. Después de esta síntesis de la leyenda, nos resulta fácil comprender el contenido iconográfico. Aparece de pie, vestido conforme a su importante categoría, un personaje. Este pudiera ser el mismo Emperador Magencio o quizá, mejor aún, uno de aquellos sabios, caracteritado por una amplia calva y larga barba. Es difícil precisar más detalles, no obstante, da la impresión de que está en diálogo haciendo el gesto de la palabra con su mano derecha. Detrás de este ilustre señor se ve a otra persona mucho más pequeña, pero a la misma altura, por estar esculpida más arriba. Es de dura y burda presencia y parece estar desnudo. Este debe ser o el ídolo al que se hizo el sacrificio o, más bien, el espíritu del mal que con el mismo gesto de su derecha está instigando al personaje que tiene delante. Frente 'a estos dos, y como figura preeminente, está Catalina. La vemos de pie y con las manos juntas y elevadas, en postura de oración a Dios. Va vestida como corresponde a su rango, con túnica larga y ceñida en la cintura. No parece llevar corona, aunque suele representársele con ella para indicar su realeza. Bajando del cielo y frente a su faz, aparece la paloma que 204


milagrosamente le alimentó en la prisión; efectivamente, si bien se observa, se ve que trae algo colgando del pico. A la vista están las cuatro ruedas. Suelen representarse siempre con los cuchillos y ya rotas; dos detalles estos que faltan aquí y cuya ausencia no es fácil de explicar. Pero ahí está el ángel, detrás de la Santa, que baja del cielo; tiene entre las manos un objeto roto, que ciertamente es un gran cuchillo cuya hoja adopta la forma de llama, como si fuese de rayo fulgurante que ya está tocando una de las ruedas; las cuatro ruedas, tocadas de un poder misterioso, se romperán y quizá ese cuchillo roto por el ángel y en forma de llama, evoque el prodigio que aún se ,va a realizar. Es de observar que el ángel tiene una posición paralela a la del ídolo o ángel del mal, como si fuesen dos ejércitos enfrentados: el del Bien y el del Mal. En el ángulo de la derecha aparece un lis o lirio, símbolo de la pureza de que se encu~ntra adornada la virgen Catalina; si no es también una alusión al Paraíso Celeste. Ahí tenemos, pues, esculpidos los elementos fundamentales de la leyenda. Magencio o la «sabiduría», con las fuerzas del mal por detrás; frente a ellos, Santa Catalina en oración con las fuerzas del bien: la paloma y el ángel, y, por último, las ruedas que se van a romper por la fuerza del ángel que ya está rompiendo el cuchillo. TIMPANO SUR (fig. 3) Si dudoso resultó para los estudiosos el tímpano Norte, mucho más lo fue el de la puerta Sur. La dificultad aquí no sólo está en el tímpano, sino también en la interpretación de los dos capiteles historiados. Las noticias que de ambas cosas nos dan, son muy escuetas. STREET sólo hace mención de unos «capiteles historiados» y sigue diciendo: «muestra nuestro dicho tímpano una figura con báculo de peregrino, probablemente el Apóstol peregrino y otras figuras más». Murguía escribe: «...en el de la puerta S. no se alcanza a otra cosa que a reconocer un personaje en pie y apoyado en un báculo, que muy bien puede ser Santiago, y a su lado figuras también en pie». CARRE ALDAO, a su vez, nos dice: «...y el del S. sólo deja ver un personaje en pie apoyado en un báculo. Quizás represente a Santiago. A su lado hay otras figuras en pie. Los capiteles, tampoco dejan ver otra cosa sino que son historiados». Y en «GALlCIA», vol. 2 de la ESPAÑA ROMANICA, lo mismo que hizo para la puerta Norte, también aquí responde con un interrogante: «¿ Jesús predicando a las turbas en el tímpano Sur? Hay algunos detalles -sigue diciendo- que podrían avalar estas suposiciones, sobre todo para la puerta Norte, pero no es seguro». y esto es todo lo que se dice respecto a esta puerta, en cuanto a su iconografía. Como se ve, se proponen dos hipótesis y ambas sobre el tímpano. La que podría.mos llamar hipótesis tradicional de que se trata de Santiago pe205


regrino, y la que propone la de Jesús predicando a las turbas. Ambas teorías son incompletas, ya que en el tímpano aparecen otros personajes. Además no nos dicen una palabra siquiera sobre los capiteles, que sin duda contienen escenas específicas que pudieran tener alguna relación con el tímpano. El tema completo merecería un estudio más reposado. Pero para poder dar ahora una opinión y ésta fundamentada en las realidades iconográficas que allí aparecen, empecemos por examinar con cierta minuciosidad cada uno de los elementos. Y aunque dijimos que el trabajo se iba a concretar tan sólo en el estudio de los tímpanos, es conveniente, sino obligado, decir también algo sobre los capiteles historiados de esta puerta. La tarea completa no es fácil, dado lo desgastados y sucios que se encuentran los relieves. A) EL TIMPANO (fig. 4) Ocho personajes se distribuyen simétricamente en torno a uno central y preeminente. También es de notar cierta relevancia en los más cercanos al principal. Todos se tocan con capucha monacal, que, evidentemente forma parte de la capa o manto con que se cubren. Es esto de la capucha un dato muy importante, pues, además de inusitado, ciertamente alude a un tipo muy concreto de personas. Y todos, sin excepción, incluido el central, tienen la capucha puesta, extendiéndose en casi todos hacia atrás en forma de cono.

Figura 3. - Tímpano Sur y capiteles de esta puerta

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Figura 4. - Tímpano Sur con una escena monacal

La figura central, de talla superior aun a los dos más inmediatos, por ocupar el centro del tfmpano en toda su altura, apoya su mano izquierda en un bastón que le llega hasta el pecho, mientras que la derecha la eleva delante del costado con el gesto de «bendecir». Va vestido con túnica larga en cuyo fondo hace varios repliegues, y manto que recoge algo y lo aprieta entre los brazos y el cuerpo. Las dos primeras figuras que le acompañan, una a cada lado, son iguales en talla pero tienen detalles diversos. En el de la derecha (3) parece como si su manto fuera una gran casulla, de la que la delantera cuelga por debajo de los brazos, cuyas manos se ponen a la altura del pecho; la derecha señala un libro cerrado que sostiene la izquierda. Esta especie de casulla también podrfa ser algo asf como la «escápula» del hábito de los benedictinos, cubierta después con la capa. El simétrico de la izquierda parece ir vestido de un modo parecido al central, si bien recoge más la capa debajo de los brazos, cuyas manos, en este caso, se juntan delante del pecho sujetando lo que se asemeja a un libro abierto. Los otros dos personajes que siguen, también uno a cada lado, disminuyen de tamaño por el menor espacio de que disponen. Es curioso notar que también se distingue el uno del otro. La ropa debe ser la misma: túnica y manto; pero el de la derecha junta sus manos para sostener algo, ¿ un pa-

(3) Siempre que se use la palabra izquierda o derecha entiéndase la del espectador.

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necillo 7..., mientras que el de la izquierda apoya la mano derecha sobre un personaje agachado que tiene al lado y cbn su izquierda sostiene lo que pudiera ser un cáliz o copón. La tercera pareja, que ocupa los ángulos inferiores del tímpano, adoptan ambos una postura rara y violenta. El escultor aprovechó el poco espacio disponible para meterlos fuese como fuese. El de la derecha está casi destruido; lo que mejor se conserva de él es la capucha que se alarga hacia atrás en forma de cono. Tanto esta figura como su simétrica están puestas como agachadas o, quizá mejor aún, sentadas en el suelo. La del lado izquierdo se agarra a la ropa del que tiene a su izquierda, mientras que éste, como ya dijimos, le apoya la derecha sobre la cabeza. Por último, asoman a uno y otro lado del central, a la altura de los hombros, los otros dos que faltan por describir. Aparecen sólo de medio cuerpo, como si viniesen volando. El de la derecha se encuentra tan arruinado que no es fácil detallarlo; sólo conserva bien la capucha. El de la izquierda aparece con las dos manos juntas, o más bien con los dedos entrelazados. Después de esta presentación detallada de cada uno de los elementos, parece que lógicamente deben descartarse las dos hipótesis propuestas. Ni es aceptable la figura de un Santiago peregrino en un encapuchado y rodeado de encapuchados, aunque ese mismo bastón esté recordando al Santiago del Pórtico de la Gloria y al de otras figuras románicas más. Ni mucho menos lo es la de un Cristo en el Sermón de la Montaña, ya que en vez de capucha tendría un nimbo crucífero y no llevaría bastón, puesto que nunca aparece con él. Resumimos. Toda la escena da la impresión más bien de que allí- se encuentra un abad rodeado de ocho monjes, puestos por orden de dignidad, indicando seguramente el oficio que desempeñan en las funciones litúrgicas o, incluso, dentro de la vida monacal. ( Vistas las cosas así, nos pondría en la pista de una iglesia posiblemente de origen monacal. De este modo no deja de ser significativo su nueva dedicación a Colegiata desde el 1441, en la que de nuevo aparece, y en la que perdura hasta hoy, la figura del abad, como nos afirma la bibliografía reseñada. Una reposada y ponderada lectura de lo que escribe el sagaz arqueólogo D. Angel del Castillo en la citada revista «Mari.ñana», abre un amplio campo para esta bien fundada sospecha y quizá un estudio más exhaustivo de las fuentes literarias podría confirmarlo. B) LOS CAPITELES (figs. 5 y 6) Son dos los historiados, uno por cada lado. Debemos decir inmediatamente que también aquí y en ambos, hay una misma temática. En uno y otro capitel vemos dos personajes a cada lado de otro principal que se encuentra sentado, aunque no se ve la c·átedra. Pero sin embargo varían en los detalles. 208


Figura 5. -Capitel derecho de la puerta Sur

Figura 6. -Capitel izquierdo de la puerta Sur

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Todos dan la impresión de ir vestidos con túnica larga y manto, aunque éste aparece en ellos puesto de distinto modo con relación al de la figura central. En los dos capiteles el personaje central está sentado con un libro abierto sobre las rodillas, pero con la variante de que el de la izquierda coge el libro con su izquierda y con la derecha apresa el manto. Mientras que el de la derecha, al que le falta ya todo el medio cuerpo superior, coge el libro con las dos manos. Dato importantfsimo es que el completo también tiene capucha, como los del tfmpano, si bien aparece más disimulada. Las otras dos figuras que están uno a cada lado de cada uno de los dos personajes sentados, aunque los cuatro van igualmente vestidos, también varían en los detalles. Los dos del capitel derecho sostienen, uno, el más interior, un libro cerrado con la izquierda y lo señala con la derecha a la altura del pecho; el otro coge una cartela por la parte de arriba con la izquierda y con la derecha la toca por el centro. Los del capitel izquierdo ambos agarran el manto al modo clásico con la mano izquierda y el más interior lleva la derecha sobre el pecho para sujetar también con ella el manto; pero el más exterior sostiene algo en la mano izquierda que pudiera ser un libro cerrado; está tan deteriorado que no se puede precisar. No podemos confirmar que lleven capucha, pero tampoco se puede excluir; en este caso sería una capucha más pequeña. Todavfa nos queda en cada capitel otra pareja. Ocupan los ángulos extremos superiores. No tienen espacio más que para un medio cuerpo. Es curioso notar que en ambos capiteles la figura que está en la parte exterior toca con las manos al personaje que está a su lado, mientras que los que están en el lado interior se encuentran totalmente separados y hasta sin los brazos visibles. Sobre si llevan o no capucha, debo decir lo mismo que de los anteriores. Hecha la descripción, se puede proponer una muy probable escena de enseñanza. Era este un tema muy corriente en la iconograffa romana pagana y que se metió ya a finales del siglo 111 en los sarcófagos cristianos, continuando hasta principios del IV. La escena, cuando se hizo cristiana, intentaba recordar, aunque muy ocultamente todavfa, a Cristo Maestro (4). Esta escena de enseñanza de Cristo Maestro fue desapareciendo para evolucionar, hacia finales del siglo IV, en el Cristo Legislador, aclamado por los Apóstoles, y en las escenas llamadas de la «Traditio Legis» y de la «Traditio Clavis». Después, en todo el alto medioevo, dará lugar al Cristo Legisla-

(4) Cfr. J. WILPERT, I sarcofagi Cristiani (3 vals.), Roma, 1929-1936. Cfr. F. W. DEICHMANN - G. BOVINI - H. BRANDENBURG, Repertorium der christlich - antiken Sarkophage (Roma und Ostia), Wiesbaden, 1967. Como vamos a citar repetidas veces a cada uno de estos repertorios que recogen, el Wilpert todos los sarcófagos cristianos conocidos hasta entonces y el Repertorium todos los de Roma y Ostia, los citaremos ya desde ahora en adelante, con las siglas de WS. para el primero y de REPERT para el segundo. Sarcófagos con escenas de doctrina, pero sin otras escenas cristianas: WS. 1, 1 (REPERT. 66, 1-2); WS. 1,3; WS. 2, 2; WS. 2, 3 (REPERT. 994); WS. 7,5; WS. 2, 1 (REPERT. 151); REPERT. 21; REPERT. 159; etc. Sarcófagos que tienen también otras escenas cristianas: WS. 1,2; WS. 3, 4; WS. 220,1 (REPERT. 747; 811; 773 respectivamente); REPERT. 117; REPERT. 130; REPERT. 123; etc.

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dor y Juez Supremo, que, de pie o sentado en su trono o cátedra y dentro del «Cielo Empíreo», estará rodeado, al modo de una corte imperial, de ángeles, apóstoles y santos. Hasta que se perfila el Pantocrátor de la última etapa medieval (5), éste casi siempre entre el «tetramorfos» o símbolos de los cuatro Evangelistas (6). Pues bien. Aun siendo cierto que la representación iconográfica de estas escenas de enseñanza quedaban ya muy atrás, no se debe olvidar que ahora estamos en el gran resurgimiento cultural que dio origen a las universidades y en el que las escuelas monacales y episcopales tuvieron un papel decisivo. Esto y el relieve en sí, nos induce a creer que aquí se dé una nueva escena de enseñanza, en la que el maestro se sienta en medio de los discípulos con un libro abierto. La representación nos hace recordar la figura del «Maestre-escuela», dignidad de canónigo que todavía subsiste hoy en los cabildos, aun cuando haya desaparecido su función específica. En nuestro grabado, lógicamente, debe aludir un «Maestre-escuela» monacal, en consonancia con la escena del tímpano, todo lo cual viene a sumarse a lo que dice CARRE ALDAO: «... desde sus principios se constituyó esta iglesia en centro de enseñanza». TIMPANO OESTE (o de la puerta principal (fig. 7) Al estudiar este tímpano debemos hacer un doble enfoque. Dedicaremos la primera parte a la escena de la Adoración de los Magos, partiendo de la iconografía pictórica del siglo 111 y de la escultórica de principios del IV. Así iremos viendo la evolución de este tema y así podremos resaltar el detalle de que el primer rey intenta ponerse de rodillas, detalle que solamente nos recuerda Murguía. En segundo lugar tocaremos lo que podríamos decir que es el punto focal de este trabajo sobre el tímpano y que fue precisamente el motivo de todo este estudio de los tres tímpanos de Santa María; se trata de esas dos torres de las que apenas nadie se preocupó y que sin embargo encierran un rico contenido de tipo histórico-teológico. a) La escena de la A doraci6n de los Magos

Es esta una escena clara y así, aunque de un modo muy somero, nos la describen todos cuantos tocaron de alguna manera la iconografía del templo. La Virgen ocupa el centro de la escena. Está sentada en trono y va coronada como reina. Viste la tradicional túnica y la «palla» clásica. Sobre su regazo presenta a la adoración de los Magos, el Niño también coronado como Rey de reyes. (5) No se incluyen las citas de los monumentos porque resultarlan de una extensión exagerada. El tema merecerla un estudio aparte. (6) Cfr. J. DELGADO GOMEZ. Un tetramorfos en Eiré (Lugo), extraordinario «unicum» románico, en Archivo Español de Arte. T. UII, n.O 209 (Año 1980), pp. 57-68.

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Figura 7. - Tímpano de la puerta principal con la escena de la Adoración de los Magos

Detrás de la Virgen aparece San José. Está de pie y con su izquierda agarra un bastón sobre el que apoya el codo del brazo derecho para tocar con la mano a la cara, en ademán de reposo. Sobre la larga túnica lleva él manto que cuelga un poco sobre el brazo que apresa el bastón. Es barbado y de cabellera larga. Los tres reyes magos caminan en fila con los dones en las manos. El primero aparece un poco más bajo porque está intentando arrodillarse con la pierna derecha. Es interesante resaltar este detalle sobre el que volveremos más tarde. Van vestidos con túnica larga y manto y cubren sus cabezas con corona real. Este tema de la Epifanía es uno de los más antiguos y más repetidos en la iconografía cristiana de todos los tiempos. Hasta quince veces aparecen los magos en las pinturas de las catacumbas, en las que se representan siempre tres, a excepción de una vez que, por motivos de simetría, se ponen sólo dos y en otra cuatro (7). En la iconografía de los sarcófagos habrá siempre tres. Todas estas representaciones fueron las que dieron lugar a la tradicional creencia de que eran tres; pues bien sabido es de todos que los textos sagrados no hablan del número (8). Esta. escena entra en la escultura que se desarrolla en los sarcófagos,

(7) Cfr. A. NE5TORf. R'epertorio Topografico delle Pitture delle Catacombe Romane; Cittá del Vaticano, 1975. (8) Mat. 2,1-12.

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a partir de los primeros años del siglo IV, decreciendo su representación una vez mediado este mismo siglo. El número de veces, de cuantos se conocen, es superior a 65, número éste controlaqo en una simple y rápida ojeada de W. S. y REPERT. Es digno de notarse aquí que esta escena la encontramos también en la tapa de sarcófago de Temes, el único paleocristiano de Galicia hecho en Roma (9). Tanto en las pinturas catacumbales como en los sarcófagos paleocristia nos, el tema se desarrolla de un modo muy similar. Hay siempre dos elementos invariables, cuales son el de la Virgen sentada en trono, vestida más o menos del mismo modo y con el Niño sobre las rodillas y el otro es el de los magos que vienen casi siempre de prisa y portan los dones. Es rara la figura de S.José en los sarcófagos e inexistente en las pinturas. Tampoco aparecen siempre ni los camellos ni la estrella. Dentro de esta temática común, es lógico que cada artista o cada taller y en cada época pongan rasgos y detalles que los caracterizan y en los que nos apoyamos a la hora de datar estos monumentos, detalles paleocristianos que ahora no interesan en nuestro trabajo. La misma escena sigue representándose en las primeras etapas de la época medieval, sin que se interrumpa ya más en todo el correr de la historia. Aunque no hacemos aquí cita de estos monumentos, sí debemos recordar que al irrumpir el románico vuelve a ser esta una de las escenas bíblicas más preferidas. Desde aquf en adelante es necesario que recordemos algunas. Nos concretaremos a una serie de ellas casi exclusivamente españolas que ocupan, sobre todo, los capiteles y los tímpanos de las iglesias de esta época (10). Es ahora en el románico cuando se va introduciendo en la escena una nueva modalidad que veremos ya perfilada en la última etapa del gótico o gótico flamígero, al que pertenecen los últimos monumentos reseñados. En la primera etapa, o época del románico e inicio de la transición al gótico, se dan los primeros pasos en la renovación de esta temática. Son pasos imprecisos, conjugando lo tradicional con lo nuevo al aire de cada artista. Tratan de introducir tres elementos; la figura de S. José que, después (9) J. DELGADO GOMEZ. Tapa de sarcófago paleocristiano en Santa Maria de Temes -Carballedo- Lugo (España), en Rivista di Archeologia Cristiana, 3-4, 1976, Roma, pp. 303-324. La tapa está datada entre 312325, por lo que tiene el honor de ser hasta la fecha el documento más antiguo del cristianismo en la actual Galicia. (10) a) Capitel de la iglesia de Frómista, cfr. Castilla/1, volumen 1 de la serie LA ESPAÑA ROMANICA (colec. ya citada). 1978, foto 149. b) Capitel de una columna parteluz del claustro de la catedral de Tarragona, cfr. ARS HISPANIAE, t. V, fig.

170. c) Capitel de Santo Tomé de Zamora, cfr. ARS HISPANIAE, t. V, fig. 366. d) Tlmpano de S. Pedro el Viejo (Huesca), cfr. ARS HISPANIAE, t. V, fig. 245. e) Trmpano de la Ermita de Santiago, en Agüero (Huesca). cfr. ARS HISPANIAE, t. V, fig. 272. f) Portada de la iglesia de Peralta de Alcolea (Huesca). ARS HISPANIAE, t. V, fig. 304. g) Tlmpano de la portada sur de S. Juan del Mercado, Benavente, cfr. ARS HISPANIAE, t. V, fig. 436. h) Sepulcro de los Santos Vicente, Sabina y Cristina de la basllica de S. Vicente de Avila. i) Capitel de la iglesia de Balboa (Lugo). cfr. Boletln de la Comisión de Monumentos de Lugo, VII, pp. 4547. Sobre la iconografia de este templo románico aparecerá en breve un trabajo del que éste suscribe. j) Capitel en el interior de la iglesia de Santa Maria de La Coruña (es la iglesia a la que pertenecen los tlmpanos. El capitel no lo he visto publicado, pero lo cita de corrido la última obra de la bibliografla dada).

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de un primer titubeo, aparece casi siempre; la corona para los reyes magos y también para la Virgen y el Niño y el gesto de adoración del primer mago. Veamos esto plasmado en algunos monumentos. En Frómista, primicia del románico español, en uno de los capiteles de la nave, aparece una Epifanía con ciertas originalidades, pero muy cerca aún de la forma tradicional. Los magos van tocados con lo que más parece todavía un'gorro que una corona y tampoco la Virgen y el Niño están coronados, pero sí está presente la figura de San José. En el capitel de una columna parteluz del claustro de la catedral de Tarragona, ya van coronados los reyes pero están todavía de pie con la particularidad que uno se encuentra a un lado y dos al otro, teniendo a la Virgen con el Niño en el medio. En esta misma forma aparecen en el capitel de Santo Tomé de Zamora. Haciendo genuflexión se encuentra el primero de los magos del tímpano de S. Pedro el Viejo, pero continúa coronado como los otros dos; aquí aparece la figura de San José y la Virgen y el Niño no llevan corona. Estas mismas características se observan en otro tímpano, éste en la Ermita de Santiago, en Agüero (Huesca), con las diferencias de que aquí la Virgen va coronada y el primer rey, en vez de hacer genuflexión, está postrado casi totalmente por tierra. Aunque tiene una serie de originalidades, las dichas características anteriores las vemos también en la portada de la iglesia de Peralta de Alcolea, con la diferencia de que aquí el primer rey só.lo hace genuflexión y no postración. Lo mismo del anterior se diga del tímpano de S. Juan del Mercado de Benavente, pero aquí el primer rey sólo inicia la genuflexión y esto mismo sucede en el sepulcro de los Santos Vicente, Sabina y Cristina de la basílica de San Vicente de Avila. y terminamos esta primera serie de innovaciones con el capitel de Balboa (Lugo), donde, dentro de lo tradicional, vemos algo diverso de todos los demás. No aparece la figura de S. José, los magos se tocan con gorro y la Virgen y el Niño no van coronados, pero el primer mago hace la ofrenda puesto de rodillas, anticipando un gesto que será muy posterior. En la etapa del primer gótico y gótico clásico se nota una clara reafirmación de los tres detalles antes señalados. La presencia de San José se k) Sepulcro de la infanta doña Berenguela, muerta en 1269, Monasterio de las Huelgas, Burgos; cfr. Historia del Arte (Salvat). t. 4, Barcelona, 1971, p. 81. 1) En el púlpito del Baptisterio de Pisa, obra de Nicola Pisano, muerto h. 1278, aparece también la escena de la Epifanla de la forma que ahora nos importa resaltar. m) En S. Esteban de Ribas de Miño (lugo). hay un relieve de un rey mago, sin duda el primero, despiezado de un conjunto hoy en parte desaparecido, del que debió formar parte la magnifica Virgen con el Niño. La pieza del rey mago está todavla sin publicar. Para la Virgen cfr. Boletln de la Comisión de Monumentos de Lugo, 111, pp. 107-113. n) Relieve del claustro de la Catedral de León. o) En el baldaquino flamlgero despiezado del Museo de Lugo (sin publicar). p) Relieve de la Catedral de Orvieto (Italia). obra de MAITANI, entre 1310-1330; cfr. Historia del Arte (Salvat). t. 5, Barcelona, 1972, p. 15. q) Trascoro de Notre-Dame (Parls). belllsima piedra policromada del siglo XV, obra de Le BOUTELLlER; cfr. Historia del Arte (Salvat). t. 4, Barcelona, 1971, p. 45. r) En el célebre cuadro de la Anunciación de Fra. Angelico del Museo del Prado, en uno de los recuadros que enmarcan la escena aparece la Adoración de los Magos. Hemos presentado tan sólo los más representativos y de fácil comprobación para el lector.

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hace cosa normal. Los magos están siempre coronados, pero no la Virgen, y el Niño aún lo está menos veces. Y en el modo de hacer la adoración el primer rey al tiempo que ofrece su don, se advierten dos momentos; inicialmente aparecen haciendo simple genuflexión tan sólo, como era lo tradicional, pero más tarde se junta a la genuflexión el gesto de llevar la mano a la corona, descubriéndose o simplemente intentando descubrirse. Presentemos algunos monumentos. Haciendo simple genuflexión aparece en nuestro tímpano de Santa María (fig. 7); aquí tanto la Virgen como el Niño no están coronados. Con estas mismas características vemos la escena del sepulcro de la In(anta doña Berenguela y la del púlpito del Baptisterio de Pisa. Son de un gótico más avanzado seguramente el relieve de San Esteban de Ribas de Miño y el del claustro de la Catedral de León; en ambos se juntan ya los dos gestos de genuflexión y descubrimiento, pero con estas diferencias: el de Ribas de Miño llega con la rodilla al suelo y el otro no; por el contrario, el de León alza un poco la corona sobre la cabeza y el de Ribas de Miño sólo hace tocarla con la mano. Es de notar que ambas Vírgenes están coronadas, como también el Niño de Ribas de Miño; no sabemos cómo estaba el otro porque ya le desapareció la cabeza. En la última etapa del gótico, además de lo ya dicho sobre San José y lo de las coronas, queda fijado el modo de ofrecer el primer rey y esta es la principal característica. Lo hará ahora postrándose de rodillas y dejando la corona en el suelo, o de modo que no le estorbe para poder usar las dos manos al ofrecer. Así lo vemos en la escena del baldaquino del Museo de Lugo, en los relieves de la Catedral de Orvieto, en el trascoro del Notre-Dame de París, en el pequeño cuadro que con otros enmarca la extraordinaria Anunciación del Fra. Angelico del Museo del Prado, etc. Todo lo dicho sobre el desarrollo de la escena de la Adoración de los M agos, es un claro argumento que demuestra cómo una misma temática va evolucionando según el pensamiento vivenciar de la época, añadiéndole de algún modo ese pensamiento, al sentido inicial de la escena. No se olvide que es ahora precisamente cuando empiezan aquellas monarquías vencedoras del feudalismo y que al ir consolidándose en el poder, la historia las llamará «absolutistas», cuyo punto culminante lo alcanzarán en los siglos XVI y XVII. Esta postura de profunda adoración que adoptan los Magos (símbolos ahora, no sólo de un mundo pagano, sino también de aquellas realezas, para lo cual cambiaron los gorros frigios por coronas), esta postura, repetimos, es como una confesión pública de la inferioridad y sumisión plena de los Reyes al Señor de los señores y Rey de los que dominan (11). (11) No se intenta aqur hacer un estudio más o menos completo sobre el desarrollo de la escena. Simplemente se trata de abrir un camino aprovechando los motivos iconográficos de nuestro trmpano, especialmente los detalles de la presencia de S. José, de las coronas y de la genuflexión del primer mago.

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b) Las dos torre.s o ciudades del tfmpano oeste

Nadie que sea conocedor de la iglesia primitiva desconoce su doble origen: judfo y gentil. La Iglesia surge en el pueblo judío, tanto por su fundador Cristo, como por sus primeros jerarcas los Apóstoles y demás discípulos del Señor. Es una continuación de aquel «Pueblo de Dios», nombre que seguirá llevando al cambiarse la Antigua por la Nueva Alianza. Sólo en un segundo momento y siguiendo el mandato de Jesús (12), se incorporan a ella los ajenos al «Pueblo de Israel», esto es, los gentiles. Quien haya estudiado con alguna profundidad la primerísima etapa de la historia de la Iglesia, verá muy claro que esta incorporación del pueblo gentil (los que nosotros llamamos ahora paganos), a aquella iglesia inicial, trajo consigo serísimas dificultades y grandes conflictos. Era lógico, considerando que la primera iglesia había nacido en el pueblo judío, en una mentalidad y ambientación judías y de unos hombres judíos hasta los tuétanos, por lo menos algunos. Sabemos por los Hechos de los Apóstoles (13) que ya en el año 50 fue necesario todo lo que hoy llamamos «Concilio Ecuménico», para tratar a fondo esta cuestión y buscar las soluciones adecuadas. En efecto, en Jerusalén se reúnen todos los Apóstoles y con ellos algunos de los más importantes colaboradores y estudian muy en serio cuáles deben ser las normas a seguir con estos nuevos cristianos procedentes del paganismo, incorporados a la iglesia tradicional o primera, que era exclusivamente judía. No interesa ahora hablar de esas medidas adoptadas en el Concilio de Jerusalén, pero sí interesa seguir insistiendo que los conflictos no fueron pocos y pasajeros y que ocasionaron grandísimas tensiones. He aquí por qué desde el principio y sin que fuese superado durante los primeros siglos por ambas partes, se acuñó el término de «iglesia de la Sinagoga» e «iglesia de los gentiles» (14). También reciben otros dos nombres que aparecen en la iconografía y epigrafía: «Eclesia ex circumcisione» y «Eclesia ex gentibus» y el de «Iglesia de Jerusalén» e «Iglesia de Belén», como veremos enseguida. Esta división quedó muy metida en la entraña del pueblo, plasmando el hecho en una serie de monumentos, algunos de los cuales veremos. Prescindimos ahora de los documentos literarios que recogen esta problemática del tiempo apostólico y siguiente, remitiendo de nuevo al lector a la nota 14; el hecho es tan complejo que requeriría un estudio mucho más amplio, apoyado en las fuentes sagradas y en los primeros escritores (12) Mes. 16, 15: «y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura». O también Mt. 28, 18-19. (13) Hechos de los Apóstoles, 15, 1-33. (14) Cfr. NUEVA HISTORIA DE LA IGLESIA, t. 1, de Edic. Cristiandad, Madrid, 1964. Véase el cap. 111: La crisis del judeo-cristianismo, pp. 71-81. En este capitulo se hace una sintesis muy condensada de todo el problema. Aunque no habla de la duración y de su final, nos deja el campo abierto y podemos comprobarlo a través de los monumentos iconográficos y epigráficos que nos han quedado. Esto mismo puede verse también en otras Historias o Monografias buenas que hablen del asunto. (15) Estos dos nombres de «Jerusalén y Belén» se reservan concretamente para significar las dos ciudades en las que se quiere Incluir el concepto de cada una de estas dos iglesias.

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cristianos. Pero sí recordemos ahora que Jerusalén, Ia ciudad de David, la gran Sión, la capital del Hijo de la promesa Israel o Pueblo de Dios, es la síntesis o esencia misma del pueblo judío y es, sobre todo, el gran símbolo de la Ciudad Celeste adonde confluirán los hijos de Dios desde todas las partes del mundo (16). Belén, en cambio, fue siempre la ciudad de la Epifanía; allí se manifiesta el Mesías a los Magos y en ellos, a todas las gentes del mundo que no son hebreas. Veamos seguidamente algunos monumentos, aún existentes en la actualidad, que nos manifiestan este doble origen de la Iglesia, como un rescoldo, todavía no extinguido, de la doble mentalidad. Sea el primero el de la basílica romana de Santa María la Mayor (17). La parte que nos interesa de ella es el mosaico que cubre todo el arco triunfal. La obra es del Papa Sixto 111 (432-440), pues allí mismo está escrito su nombre con estas palabras: «XYSTUS EPISCOPUS PLEBI DEI». La obra es un canto de exaltación de la «Theotokos» o Madre de Dios, así aclamada sólo unos años antes en el concilio de Efeso del año 431. Son muchos los misterios de la Virgen que allf se representan, entre ellos también la de la Adoración de los Magos. Nosotros fijaremos la atención, en primer lugar, en las figuras de Pedro y Pablo que, a derecha e izquierda del Trono vacío puesto en el centro mismo del arco, están de pie y con un libro abierto en el que se lee: en el libro de Pedro, «Eclesia ex circumcisione» y en el de Pabo «Eclesia ex gentibus». Digamos inmediatamente que ambos apóstoles aparecieron siempre como las cabezas visibles de cada uno de los grupos, en los que no pocas veces se simbolizan estas dos iglesias. La segunda representación de esta basílica es la de dos ciudades. Están a uno y otro lado del arranque del arco. Correspondiendo con la parte derecha del Trono, y en el mismo lado de Pedro, se halla la de Jerusalén, con el nombre puesto en letras muy visibles: HIERUSALEM. En la parte opuesta está la otra, con el nombre de BETHLEM. En ambas, arracimadas y mirando todas hacia la puerta, se ven seis ovejas; aunque la suma total de ellas da el número del Colegio Apostólico, sin embargo son interpretadas unánimenente como símbolos de los fieles. Hoy no se duda siquiera en la interpretación del sentido de estas dos ciudades; «Hierusalem» es la «Eclesia ex circumcisione» y «Bethlem» la «Eclesia ex gentibus». Un segundo monumento es el de la basílica de Santa Sabina de Roma (18). La basílica fue iniciada siendo Papa Celestino I (422-432) y la con(16) Apocalipsis, XXI, 10-27. (17) Cfr. B. BRENK, Die fruhchristlichen Mosaiken in S. Maria Maggiore, zu Rom, Wiesbaden, 1975. Es una descripción documental histórica y artlstica de la obra de HEINRICH KARPP, Die Fruhchristliken und mitte/a/terlichen Mosaiken in Santa Maria Maggiore zu Rom, Baden-Baden, 1966. Aqul se halla cuanta bibliografla se necesite. De la primera hizo una magnifica recensión A. RECIO, en Rivista di Archeologia Cristiana, 52 (1975). pp. 327-332. Roma. (18) Cfr. TESORI D'ARTE CRISlIANA, n. 4, Roma/8asi/ica di S. Sabina, Bologlia, 1966. Cfr. F. CABROL-H. LECLERCQ, Dictionnaire D'Arche%gie Chretiénne et de Liturgie (en adelante lo citaremos con la sigla DACL).

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sagró el ya conocido Sixto 111 (432-440), de cuya época son seguramente los mosaicos que ahora nos interesan. En la parte interior de la fachada y a cada uno de los lados se conservan todavía dos matronas, ambas con un libro abierto en la mano izquierda y haciendo el gesto de la palabra con la derecha. Son la personificación de las dos iglesias de que estamos hablando; así nos lo dicen las inscripciones que tienen debajo: «ECLESIA EX GENTIBUS», la de la derecha y «ECLESIA EX CIRCUMCISIONE», la de la izquierda. También se sabe que en esta misma fachada existían las figuras de Pedro y Pablo y las de las dos místicas ciudades de Jerusalén y Belén. El tercer monumento es igualmente otra basílica de Roma, la de Santa Pudenciana (19). En la Historia del Arte citada en la nota 19 se escribe como comentario a la buena reproducción del mosaico del ábside: «El más monumental y grandilocuente de los mosaicos paleocristianos de Roma es el realizado a principios del siglo V en el ábside de Santa Pudenciana, iglesia elevada por el Papa Siricio en el lugar donde, según la tradición, las santas Pudenciana y Práxedes alojaron a los apóstoles Pedro y Pablo cuando su estancia en Roma. Representa al Cristo barbado, de tipo siríaco, sentado en un trono ya de gusto bárbaro, bendiciendo a los que le rodean. Estos son los apóstoles y dos santas mujeres, Pudenciana y Práxedes (o la Iglesia de los hebreos y la de los gentiles, según la interpretación más moderna), que coronan a Pedro y Pablo. Una Cruz destaca sobre el cielo tormentoso, en el que aparece el Tetramorfos del Apocalipsis». El Papa Siricio gobernó la Iglesia desde 384 a 399, pero los mosaicos se tienen por algo posteriores, es decir, del tiempo de Inocencio I (402-417). Debemos añadir también, por nuestra parte, que a uno y otro lado de la Cruz se encuentran edificios, aludiendo a las dos ciudades. A la derecha de la Cruz y encima de la figura de San Pedro, está la de Jerusalén y la otra es la de Belén. Estas ciudades no tienen el nombre, quizá porque no lo necesitaban entonces, ya que, según las opiniones más autorizadas, algunos de estos edificios eran como un diseño de los reales; así parece que el circular corresponde a la Anástasi o Santo Sepulcro, a cuyo lado está también la basílica, levantados ambos edificios por Constantino en Jerusalén; como igualmente parece verse en la ciudad de Belén la basílica que mandó construir el citado emperador. el t. XII,cols. 287-288; la fotograffa de las matronas puede verse también en t.IV, cols. 2227-2228 y en el t. XII, cols. 99-100, números respectivamente, 8536, 3977 Y 8471. Escribimos siempre la palabra «ECLESIA» con una sola «ce» porque asf está y esta es la grafia más antigua, cfr. DACL, XIV, cols. 2227 en voz PUDENTIENNE, al tratar de lo que se lee en el libro abierto que tiene el Cristo del ábside de esta basilica que inmediatamente trataremos, nos dice que Chacón (una gloria de nuestra España de finales del siglo XVI) hizo un diseño en el que se lee «ECLESIE», que debe tomarse como la escritura original, ya que la de «ECCLESIAE» que hoy vemos escrita, es fruto de una restauración del mosaico en el siglo XVII. (19) Cfr. Historia de/Arte (Salvat), Barcelona, 1971, t. 3, p. 18. Cfr. DACL, cols. 1967-1973, en voz PUDENTIENNE.

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También pudiera aludir a estas dos iglesias el sarcófago paleocristiano de Saint-Cannat (20). Tiene cinco arcadas; en la del centro está Cristo, a los lados de El Pedro y Pablo y en los extremos hay dos orantes. Las figuras de Pedro y Pablo y las de las dos orantes pudieran ser una bella idea de las dos iglesias unidas enCristo. La idea de las dos iglesias, como igualmente las figuras de Pedro y Pablo, teniendo de fondo esta idea de las dos ciudades que hemos expuesto, se siguen repitiendo en otros monumentos. Después de todo lo expuesto es fácil sacar una conclusión sobre el significado de esas dos torres-ciudades de nuestro tímpano en estudio. Bien identificada está la que representa a Belén (fig. 7), mediante esas tres cabezas de camellos que se asoman y parecen estar proclamándolo a gritos. Y por tanto la otra debemos identificarla con la de Jerusalén. Antes de terminar lo de este tímpano, queremos resaltar dos cosas que parecen un tanto originales, aunque son perfectamente explicables y normales si tenemos en cuenta «ese algo de originalidad» que tienen siempre los artistas. Es la primera el intentar aun reflejar algo que fue importante en su tiempo pero que ya no significaba nada o casi nada en la iglesia del siglo XIV, época ésta en que se sitúan los relieves según el parecer general y que no debe ser desacertado. La segunda cosa es la de meter la representación de las dos ciudades en esta escena de la Adoración de los Magos; aunque a primera vista parece caer bien y estar en consonancia con la Epifanía, sin embargo es esta la primera vez que veo las dos ideas juntas en una misma escena. CONCLUSION No hemos tocado aquí el importantísimo punto de la datación concreta de estos tres tímpanos, porque en este momento nada nuevo podríamos añadir a quienes con gran conocimiento de causa ya han dado su veredicto. La gran sagacidad de D. Angel del Castillo, dado su conocimiento del románico y gótico gallego, se inclina por ver dos tiempos muy marcados: el de un siglo XII avanzado y otro ya prácticamente del XIV. Lo que nos dice del siglo XII no aparece compartido en algunos, o sólo es aceptado con muchas dudas por otros. Aquí tendría que jugar un papel decisivo la iconografía y creo que, a través de ella, se puede aceptar, sin mayores dudas, una diferencia notable en el tiempo entre la puerta Sur y las otras dos. La del Sur tiene una impronta inconfundible de un románico muy avanzado, más o menos de la segunda mitad del siglo XII, como afirma D. Angel. Por lo contrario, las otras dos, y especialmente la principal, presentan una iconografía más idealizada y con la estética del elegante gótico. Un estudio minucioso de cada uno de los elementos, en todos sus detalles por pequeños que estos sean, y (20) Cfr. DACL, IV, cols. 2229-2230, fig. 3978.

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otro estudio comparativo entre estos elementos y los de otras iglesias paralelas, tienen que dar la luz suficiente para que se aclare el problema. Esperemos a otro que lo haga. Por nuestra parte, creemos que alguna luz hemos dado para la recta interpretación iconológica de tan interesantes y originales esculturas, sobre todo en lo que se refiere a los tímpanos Norte y Oeste. Nos duele no poder haber sido más luminosos para un definitivo conocimiento del contenido de la puerta Sur, pero nos alegra dejar un nuevo camino abierto a la investigación. LUGO, día de la fiesta de Santiago Apóstol de 1980

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp 223-245

HERALDICA DO ANTIGO COTO DE LEIRO SANTA MARIA DO CASTRO • MIÑO • A CRUÑA J. E. RIVADULLA PORTA XOSE ANTON GARCIA Museo Arqueolóxico e Histórico. A Coruña

Resume: No século XVI, Santa Marra do Castro (hoxe do Concello de Miño, partido Xudicial de Betanzos), pertenescia ao antigo Coto de Leiro, propiedade do Conde de Monterrei. No seo de esta parroquia estaba sito e encadrado o Coto de Bañobre, no cal habia duas principais casas señoriales, moi perto unha da outra, e que entroncaron antresi, dando logar por este e outros motivos a erros dos xenealoxistas que trataron este tema. Referimonos as Casas de BAÑOBRE E TENREIRO que estuda remos por separado, sin que deban trabucarse a unha ca outra. Abstract: Heraldry of the ancient Coto de Leiro. In the XVlth century Santa Maria de Castro (today the Municipality of Miño, Judicial Party of Betanzos) belonged to the ancient Coto de Leiro, property of the Count of Monterrei. In the heart of this parish was locatad the Coto de Bañobre, in which there were two main noble houses very c10se to one another. A connection was established between the two giving rise (because of this end other reasons) to errors made by genealogists who desit with this subject. We are referring to the Houses of BAÑOBRE and TENREIRO, which will be studied separately.

CASA DE BAÑOBRE.-Lope Garcra de Vilouzas, veciño e rexidor da cidade de Betanzos, conxuntamente ca sua dona Maria Ares de Figueroa, fundaron Vinculo e Maiorazgo de esta casa o 7 de outono do 1553, ante Xoan Rouco, escribano de númaro da devandita cidade. Lope Garcia era filio de Xoan L6pez Pardo de Vilouzas, e Marra Ares era filia de Fernán Reim6ndez de Figueroa, rexidor de Betanzos e Señor da Casa de Figueroa e de Doña Aldonza Rodrrguez de Villamarfn (1). Este Vinculo e Maiorazgo recaiu no filio primoxenito de ambos, chamado Xoan Reim6ndez de Figueroa, o cal casou con Doña Isabel de Cela e Figueroa. Este matrimonio tivo por filias a Don Xoan L6pez Pardo, que faleceu sen sucesi6n, e a Doña Aldonza de Figueroa, que faleceu celibata en I de xunio do 1577. O vinculo desta casa pasou a descendenza de Doña Elvira Ares de Montenegro, irmá de Fernán Reim6ndez, e filia de ambos petrucios e fundadores. Doña Elvira estaba casada con Don Rodrigo Freire de Andrade, Señor da casa dos seus apelidos (1) ANUARIO BRIGANTINa - 1951 - Testamento del regidor Fernán Reymóndez de Figueroa - D. Francisco Vales Villamarln.

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e veciño da cidade de Betanzos. Estes señores tiveron por fillos a Don Lope García de Vilouzas, que finou en Filipinas sen sucesión, e a Don Pedro Pardo de Andrade, que foi o que levou o Mariorazgo e estaba casado con Doña María de Soutomaior e Aro. Don Pedro era Xeneral das Naos do mar do . Sul, fixo testamento no Galeon SANTIAGO o 15 de agosto do 1592, a favor da sua filia Doña Xoana de Castro Vilouzas e Andrade, esta señora casou con Don Antonio Bermúdez Santiso, Tenente Xeneral de Artilleria do Reino de Galicia; era filio do Capitan de Infanteria Don Xoan Posse de Santiso, oriundo da casa do APLAZADOI RO - San Simon de Nande. Don Antonio Bermúdez mercoulle o Coto de Leiro a Don Bias de la Concha, que actuaba en nome do Ilmo. Señor Conde de Monterrei; sua data: A Cruña, 14 de xaneiro 1640. Poi-o seu testamento otorgado no Pazo de Bañobre en I de novembro do 1665, por ante Benito Gómez Vega, escribano de S. M. e veciño da cidade da Cruña, sabemos que: Mandouse sepultar na parroquia de Santa María do Castro, aman dereita da Capela Maior ao lado do Evanxelio, e sobor do seu sartego mandou poñer unha tarima provisional con unha baieta cas suas armas, e pasados dous anos, que sacasen os seus hosas e levaranos nunha caixiña como era costume e os puxeran dentro da sepultura onde estaba soterrada sua filia Doña Andrea de Aro e Acuña, que é no Coro da Capela Maior do Señor Sant-Iago da Cruña, ao lado do Evanxelio e que puxeran enriba da devandita sepultura unha pedra cas suas armas. Sua Dona, Xoana de Castro, testou o 19 de abril do 1651, ante Rodrigo Alvarez. Mandouse soterrar no Convento de San Francisco da cidade de Betanzos, onde estaban enterrados os seus pais. Foron seus testamentarios e cumpridores Don Xosé de Lamas e Soutomaior, seu sobriño, Canónigo da Santa Iglesia de Sant-Iago, e Don Xosé de Neira seu curmán. Don Antonio Bermúdez e Doña Xoana de Castro tiveron por filfos a: 1. Capitán de Infanteria Don Pedro Bermúdez de Castro Santiso e Freire de Andrade. 2. Doña Uxía de Castro e Andrade, que casou con Don Pedro Abraldes de· Quiros, veciño da cidade de Sant-Iago. 3. Dona Xoana de Castro e Andrade, que casou co Maestre de Campo Don Pedro Martínez de la Vega, veciño da Cruña, Gobernador de armas desta cidade, natural de Lucena, do Reino de Andalucía. O Capitán Don Pedro Bermúdez de Castro, herdou a Casa dos Freires na cidade de Betanzos por falecimento da sua curmá Doña Xoana de Castro, ·muller de Don Fernando de Valladares, que se finou estando de Gobernador en Ostende nos estados de Flandes, que a tiña herdado do seu irmán Don Pedro Freire de Andrade, Cabaleiro da Orden de Sant-Iago, que estaba casado con Doña Urraca de Mendoza, da cal non tivo sucesión. Ambolos dous eran fillos de Don Antonio Freire de Andrade, e netos de Don Pedro Pardo de Andrade e de Doña María de Soutomaior e Aro. Doña Xoana de Castro e Andrade poi-o testamento do seu pai Don Antonio Bermúdez Santiso, herdou o VINCULO E MAIORAZGO que este 224


fundou sobor dos bens do Coto de Leiro, Bañobre, e a sinecura de PorzomiIlos, e dous Oficios de Rexidores perpétuos, un da cidade da Cruña e outro da de Betanzos, ca obriga de ter que chamarse Doña Xoana Bermúdez de Castro e Andrade e o mesmo o que sucedese no dito Maiorazgo, e traguer as armas de Don Antonio o fundador, ao lado dereito. Esta dona testou na cidade da Cruña en 28 de xaneiro do 1657, deixou por herdeiro a seu marido Don Pedro Martfnez de la Vega, Maestre de Campo (non tiveron sucesión). Este Señor no 13 de xulio de 1660, concordase co prior da Colexiata da Cruña, Don Xoan de Aiala pra fundar perpetuamente unha misa diaria na Eirexa de Santa Maria do Campo, e pra elo fai entrega da cantidade de 2.000 ducados, 1.000 sobor da facenda raiz de BAÑOBRE, Leiro e Lubre, e os outros 1.000 sobor do Oficio de Rexidor da Cruña. A fundación de esta obra pia mermou considerabremente a forteza económica da Casa de Bañobre. O Vinculo e Maiorazgo de esta casa pasou a liña do Capitán Don Pedro Bermúdez de Castro, o cal estivo casado de primer matrimonio con Doña Ana de Miranda, ca que non tivo sucesión. De segund~s casou con Doña Ana de Taibo, filia dos señores Don Bartolomé Martínez e Doña Xacinta de Taibo e Moscoso, veciños de Santa Baia de Lians. Oeste matrimonio tivo duas filias, Doña Francisca, que casou con Don Manuel Varela, e Doña Xoana Bermúdez de Castro, que seguiu a liña e casou con Don Manoel Zabala, Capitán de Infanteria; ambos tiveron por filio a Don Antonio Zabala Bermúdez, Señor da Casa de Callobre. Doña Xoana ficou viuda e voltou a casar con Don Xoan Antonio Tenreiro Montenegro, ficando por este matrimonio entroncadas as duas casas principais do Coto de BAÑOBRE. HERALDICA DA CASA DE BAÑOBRE Pedra Armeira n.O 1. - Lugar de Viadeiro, situada na antiga Capela inmediata e pertenecente a mal chamada Casa de Leiro, que debe nomearse Casa de Bañobre. Esta pedra armeira está moi comesta polo tempo e paresce ser un escudo partido, que ben no seu orixen poido estar cuartelado en cruz. No primeiro cuartel vense as cinco follas de figueira dos Figueroa cos cinco crecentes, cas cinco estrelas dos Villamarfn. No segundo cuartel representanse unhas figuras moi erosionadas, que ben poideron ser o axedrezado cos veros dos Pardo, e cuarteladas as faixas e as duas cabuxas pasantes dos Vilouzas. Pedra Armeira n.O 2. -Situada na fachada principal do pazo, mais moderna ca anterior, podese datar do século XVII. Dividida en oito cuarteis e timbrada coa Serea dos Mariño da Serra de Outes, ainda que neste caso representa a vinculación ca casa do Aprazadoiro en San Simón de Nande. Primeiro cuartel: O axedrezado dos Bermúdez. Segundo cuartel: Os seis roeles dos Castro. Terceiro cuartel: Unha Albre con duas cabuxas, unha de elas empinada que representan os Santiso. Carto cuartel: A banda engolada de dragantes dos Andrade. Quinto cuartel: O brazo empuñando o estandarte dos Vilardefrancos. Sexto cuartel: As cinco follas de figueira dos Figueroa. 225


Pedra armeira n.o 1.

Pedra armeira n.o 2.

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Séptimo cuartel: O lobo dos Moscoso. Oitavo cuartel: As faixas escaqueadas dos Soutomaior. CASA DOS TENREIRO, CONDES DE VIGO O Vinculo e Maiorazgo de esta casa fundouno Xoan Martínez Tenreiro de Montenegro, Capitán de Infanteria (filio do Capitán Xoan Núñez Tenreiro de Montenegro), e sua muller, Doña Maria Piñeiro de Lago, veciños do Coto de Bañobre, a favor do seu neto Don Xoan Tenreiro de Montenegro, filio de Don Alonso Tenreiro de Lago e de Doña Teresa Franca de Aguirre, encol das Casas principais do lugar de Bañobre cas suas adegas, hortas, fornos, albres, plantados, etc., que tiñan dende a ponte de Baxoi deica o rio de Xario, e nombrano por patrono da Capela que tiñan incrusa na parroquial de Santa Maria do Castro, advocación da Nosa Señora, onde mandaron soterrarse cos seus bultos, coma ben podese ver no apéndice documental anexo a este traballo (do Vinculo e Maiorazgo) 11 de setembro do 1599, otorgado por ante Xoan de Serantes, escribano. Don Xoan Tenreiro de Montenegro, primeiro de este nome, casou con Doña María García de Vilouzas, os fillos de ambos tiñan preito por partixas no ano de 1632. O vinculo de esta casa recaiu no Capitán Don Xoan Tenreiro e Figueroa, que casou en 14 de xaneiro do 1630 con Doña Teresa de Castro Osorio, filia do Capitán Don Xoan Piñeiro de Narahio e de Doña Teresa de Castro Osorio, Señores da Casa de Boado, en Sant-Iago de Franza. No ano de 1667 era señor desta casa Don Xoan Tenreiro e Montenegro, rexidor e veciño da vila de Pontedeume, casado con Doña Baltasara de Ardeleiros, filia de Don Gonzalo de Ardeleiros e de Doña Antonia Sanjurjo, descendente de Gonzalo de Ardeleiros «O Vello», veciño da vila de Malpica. Estos señores tiveron por fillos a Don Xoan Francisco Jenreiro, Reitor de San Salvador de Leiro, e a Don Xoan Antonio Tenreiro Ardeleiros e Figueroa, que foi o que levou o Vinculo e Maiorazgo de esta casa, que casou con Doña Xoana Francisca Bermúdez de Castro, Señora da Casa e Pazo de Bañobre, viuva do Capitán Don Antonio Zabala. Con este matrimonio entroncaron e uniron as duas Casas Principais do Coto de Bañobre. Tiveron por filio o que seguiu a liña principal, Don Xoan Gabriel Tenreiro Montenegro, Bermúdez de Castro, Freire de Andrade, Pardo de Cela, Soutomaior, Ribadeneira, Bolaño, do Consello de S. M., Rexente da Reial Audencia do Principado de Asturias, Gobernador del Superintendente Xeneral de Rendas Provinciais, Aduanas, Salinas, Tabacos, Propios, Arbitrios, Correos e demais rendas reais, que estaba casado con Doña Apolinaria de la Hoz, Villegas, Carrión, Alas, Valdes i Nieto Fernández de Córdoba; eran Señores dos Pobos e Xurisdicións de San Breixome de Parga, Santa Leocadia, Anxeriz, Seisón, Santa María de Vilar Belote, Andel Rigueira, Vilacha e Callobre (a derradeira casa herdouna Don Xoan Gabriel do seu meio irmán Don Antonio Zabala Bermúdez). Tiveron por filio a Don Xoaquín Tenreiro Montenegro de la Hoz, quen casou con Doña María del 227


Rosario e Riveiro, filia de Don Francisco de Paula Acevedo e Tovar, Sarmiento de Soutomaior, Presno e Casariego Díaz e Tineo, Rexidor Perpétuo da cidade de Betanzos, e da Señora Doña Rosa Teresa Vivero, Sarmiento de Soutomaior, Carrasco Pardo e Muñoz Guzmán e Pumariño. A Don Xoaquín foille concedido o tiduo de Conde de Vigo (2) odia 18 de abril do 1810, Reial Despacho do 14 de setembro do 1818, ca Vizcondado previo de Bañobre. O devandito Señor foi o que costruiu o aitual Pazo dos Condes de Vigo. A escritura de matrimonio de Don Xoaquín e de Doña María do Rosario, foi otorgada na cidade de Oviedo, sua data: 2 de xaneiro de 1790. Este matrimonio non tivo descendentes, e no ano de 1805 Doña María do Rosario presentaba ante os tribunais demanda de divorcio por malos tratos do seu home. Don Xoan Gabriel finou na cidade de Betanzos o 6 de outono do ano 1834 (3), o cadavre foi inhumado e soterrado na parroquial de Santa María do Castro, na capela fundada polos seus devanceiros. Os dereitos do tiduo de Conde de Vigo, e o Vinculo e Maiorazgo da Casa de Bañobre, pasaron ao seu irmán Don Antonio Tenreiro Montenegro de la Hoz, casado con Doña Rita Cavadas Solares; de este matrimon io naceu o que chegou a ser o segundo Conde de Vigo, Don Antonio Tenreiro Montenegro e Cavadas (4), quen caso u con Doña María Xosefa Parada e Parada, filio de ambos e terceiro Conde, foi Don Xoaquín Tenreiro Montenegro, quen casou con Doña María dos Dolores García de la Hoz, e tiveron por filia única a Doña Xosefa, cuarta Condesa que finou sen descendentes, pasando os dereitos á descendenza da irmá do primeiro Conde, chamada Doña María de la O, casada con Don Xosé Antonio da Ponte Piñeiro e Mandia. Desta liña é descendente a aitual Condesa Doña Pilar da Ponte e Manera, casada con Don Luis Maria Chico de Guzmán Barnuevo. A aitual Cas@ dos Tenreiro ou dos Condes de Vigo, está hoxe convertida en centro de ensino impartido por monxas. HERALDICA DA CASA DE TENREIRO, CONDES DE VIGO Pedra Armeira n. o 3. -S ituada na fachada principal do Pazo dos Condes de Vigo ou Casa dos Tenreiro, componse de unha mesma peza granítica na calestan esculpidos dous escudos, que son os mais antigos da casa, embaixo deles encontrase a seguinte inscrici6n: <<ARMAS DE JUAN MARTINEZ TENREIRO y SU MUGER MARIA PINEIRO DE LAGO». Ambos escudos estan cuartelados en cruz. ESCUDO DA DEREITA primeiro cuartel: Torre Surmontada de unha figura humán con un arma na man dereita e aos seus pes un can ou lobo, que representan as armas dos Lago. Segundo cuartel: Tres froles de lis ben ordeadas con un roel, descoñecemos o seu siñificado. Terceiro cuartel: Un calice ca Diviña Forma, que atribuimos aos Piñeiro de (2) e (3) Documentos Históricos. Relación de los méritos y servicios de D. Joaquin Tenreiro Montenegro, primer Conde de Vigo. FRANCISCO VALES VILLAMARIN. B. R. A. G. Núm. 355. Diciembre de 1973. (4) C. Martinez Barbeito. Torres y Pazos de la Provincia de La Coruña.

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Pedra armeira n.o 3.

Pedra armeira n.O 5.

Pedra armeira n.O 4.

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Narahio, como ouservamos na casa de Timiraos-Santaia de Valdoviño, representando as armas, conxuntamente con outras figuras dos Condes de Narahio. Cuarto cuartel: O piñeiro co can ou lobo dos Piñeiro. ESCUDO DA ESQUERDA. Primeiro cuartel: Un escudete ca banda engolada de dragantes dos Andrade. Segundo cuartel: A eme coroada dos Montenegro. Terceiro cuartel: Os dous terneiros pasantes dos Tenreiro. Cuarto cuartel: Tres bastos cruzados dos Mandia, con tres roeis con unhas cruces nos seus centros, no sitio do habitual lebrel. Estas duas pedras armeiras deberon estar asentadas na primitiva casa. Pedra Armeira n.O 4. ---" Situada na fachada principal do devandito pazo, timbrada de ielmo de cabaleiro mirando ao frente, denotando notoria fidalguia, polo seu estilo artfstico e os apelidos que representa coidamos que data de fins do século XVIII. Mostra en lugar preferente e sobre o todo a M dos Montenegro en xefe cos terneiros pasantes dos Tenreiro. Primeiro cuartel: As faixas dos Valdes con unhas cruces en escudete, omitindose os roeles. Segundo cuartel: Un castelo e detrás un piñeiro, que representan os Piñeiro. Terceiro cuartel: A Banda engolada de dragantes dos Andrade. Cuarto cuartel: O año cos bolos dos Bolaño. Quinto, sexto e septimo cuartel: Os tres na sua bordura ostentan oito cruces, e representan un mesmo apelido, HOZ, como demostramos da seguinte maneira. Don Carlos I concedeu por privilexio dado en Palencia, 28 de setembro do 1534, a Don Xoan de la Hoz, escudo partido da seguinte maneira. Primeiro en campo de azur unha balsa de mar, e dentro de ela un home armado con unha espada. Xinete en cabalo natural. Un penedo ao natural armado con unha cruz de gules. Segundo, en campo de sinople un tigre aonatural. Bordura de gules con oito aspas de ouro.

OUTRAS PEORAS ARMEIRAS NO LUGAR DE BAÑOBRE Moi perto da Casa dos Condes de Vigo e seguindo o camiño que conduce a Eirexa hai unha casa que ostenta na sua fachada unha sinxela pedra armeira que representa un Caliz ca Sagrada Forma. Coidamos que fai alusión aos Piñeiro. Ver pedra armeira n.O 5. Según nos informaron uns veciños do lugar nunha casa non moi arredada da anterior habia outra pedra armeira que o aitual propietario tivo o mal gosto de vender a un señor ao parescer veciño da Cruña, privando ambolosdous con esta compra-venta de un estudo mais compreto da interesante heráldica de esta parroquia. HERALDICA E SARTEGOS DA EIREXA DE SANTA MARIA DO CASTRO Gracias a amabilidade do párroco Don Gumersindo Placer Pérez, o cal acompañounos na visita que fixemos a esta parroquia, e que con anterioridade informounos que no interior de dito tempro existian labras heráldicas e unha capela con sartegos, poidemos facer o estudo seguinte: 230


PEDRA ARMEIRA DO EXTERIOR DA CAPELA DE NOSA SEÑORA

Pedra armeira n. o 6. -S ituada domiñando a porta de ac'ceso da Capela de Nosa Señora, fundada a fins do século XVI por Don Xoan Martínez Tenreiro de Montenegro e sua muller Doña María Piñeiro de Lago. Esta labra e de feitura mais moderna polo seu estilo artístico podemos datala de comenzos' do século XVIII. Está timbrada con ielmo de cabaleiro, belidos lambrequins e ornamentos exteriores vexetales e vieiras propias da época. Divídese en oito cuarteles, e sobor do todo duas M coroadas dos Montenegro e os terneiros pasantes dos Tenreiro. Primeiro cuartel: Un cabaleiro que porta un caliz ca Sagrada Forma, que coidamos fai alusión ao cabaleiro de apelido Piñeiro de Narahio, que tirou das mans moriscas o estandarte que representaba as armas dos Galaicos. Segundo cuartel: Castelo surmontado de figura humán, aludindo aos Lago. Terceiro cuartel: Unha barra e sobor dela un león rampante que coidamos representa os Núñez. Cuarto cuartel: O piñeiro co can dos Piñeiro. Quinto cuartel: Tres cal ices, que poden ser do apelido Cora moi vinculado aos Montenegro. Sexto cuartel: Os Bolos co año dos Bolaño. Septimo cuartel: Tres froles de lis ben ordeadas e un león coroado, descoñecemos estas armas e qué apelido representan. Oitavo cuartel: A lousa enriba dos lagartos dos Losada. No retábulo de esta Capela, na sua parte meia e superior vese un escudo tallado en madeira que representa as mesmas armas que o devandito. Está policromado de unha maneira informal sin respetar os esmaltes que corresponden a cada cuartel. SARTEGOS.- Representa o seu descubrimento un hachádego interesante por non estar clasificadas nas obras que tratan o tema da escultura funeraria. En número de dous encóntranse ubicados aliñadamente na parte sul da dita Capela, moi prósimos ao Altar Maior. Cada un deles está labrado representando a un home e unha muller, en aititude orante e a xulgar pola sua vestimenta, pes descalzos e collins que serven de almofada, coidamos datan do século XVI (ver figuras 1 e 2). Foi grande nosa ledicia cando pescudando encol do apelido Tenreiro no Arquivo do Reino de Galicia, atopamos documentación que acredita que o cabaleiro e a dama representan ao Capitán Don Xoan Martínez Tenreiro de Montenegro e sua muller María Piñeiro de Lago (véxase Apéndice Documental). Na banda exterior do sartego de Doña Maria, descubrimos duas pedras armeiras caleadas e con vestixios de cemento as cales limpamos e puxemos ao descuberto e describimos a continuación. Pedra armeira n.O 7. -Cuartelada en cruz e representando o aguia dos Aguiar, ou ben a garza dos García, a M dos Montenegro, coa peculiaridade de estar formada por cordons, coma suliñando que a persoa que representan pertencia a Eirexa. O lobo dos Moscoso, e tres varas e tres roeles, dos cais iñoramos seu siñificado. Pedra armeira n. o 8. - De unha feitura moi antiga atopase deitada, e representa o apelido Andrade. Coidamos que estas labras estan fora do seu emplazamento antigo, pois esta Eirexa sufreu varias reformas e nunha delas foron parar onde hoxe se atopan. 231


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Pedra armeira n.O 6.

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Pedra armeira n,O 7.

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Figura 2.

Pedra armeira n.o 8

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PEORAS ARMEIRAS NO CORPO DA EIREXA Pedra armeira n.O 9. -Situada na parte central de un dos arcos que dan entrada a Capela de Nasa Señora, e unha labra cuartelada en cruz, que podese datar do século XVI. Primeiro cuartel: Unha albre que descoñecemas o seu siñificado, acompañado de unha frol de lis, que pode ser unha brisura. Segundo cuartel: As cinco follas de figueira dos Figueroa. Terceiro cuartel: Catro barras e unha cabra pasante, algo comesta polo tempo, que é unha variante dos Vilouzas. Cuarto cuartel: O castelo, un piñeiro e unha cabra, no lugar do can ou lobo que representa aos Piñeiro. Pedra armeira n.O 10. - Encontrase frente a porta do lado norte da Eirexa ao lado do Evanxelio, moi erosionada por estar no chan, de xeito que o rótulo que ten non é lexible e somentes podese ler a palabra MONTENEG ..., está partida representando no primeiro cuartelas cinco caldeiros dos Calderón, e no segundo a M coroada dos Montenegro e catro barras das cales descoñecemos o seu siñificado.

APENDICE DOCUMENTAL VINCULO E MAIORAZGO DA CASA DE BAÑOBRE En el nombre de Dios amen, queremos que sepan y sea manifiesto todo lo que la presenta carta de donación y titulo de mayorazgo vieren como nos Lope Garcia Pardo de Villou9as, vecino e Regidor de la ciudad de Betanzos y Maria Ares de Figueroa muger del dicho Lope Garcia de Villouyas que somos presentes, yo la dicha Maria Ares de Figueroa con licencia poder y facultad que ante todas cosas pido y demando a vos el dicho Lope Garcia de Villou9as, mi señor y marido para hacer y otorgar lo en esta carta de donacion contenida y lo que abajo se ara menciono La qual dicha licencia poder y facultad yo el dicho Lope Garcia de Villou9as doy y otorgo a vos la dicha Maria Ares de Figueroa mi muger para otorgar lo en esta escritura de Donacion vinculo de mayorazgo contenido y para todo lo que en ella se ara mencion del pedimento y recivimiento, de la qual yo escrivano ynfraescrito doy fe. Por ende nos los dichos Lope Garcia de Villou9as y Maria Ares de Figueroa usando de la dicha licencia decimos que por quanto vos Fernan Aeymondez de Figueroa sois nuestro hijo mayor y nos abeis echo muchos y muy buenos servicios y por que tengais buen principio y consigais buen medio y mejor fin y para que de nuestros decendientes y suscesores siendo nos de la casta calidad y generacion que somos aya perpetuamente memoria y tenga nuestra casa y renombre y recrescan y acrecenten el estado y por que nuestra voluntad es querer procurar y acrecentar en vos como nuestro hijo mayor y baron y en los demas decendientes que despues de vos vinieren, por la dicha obligacion que os tenemos y por otras muchas causas y respetos que alli entrambos a dos nos mueben y por que ansi es nuestra determinada voluntad y Iiberacion por esta presente carta en la mejor manera que podemos y de derecho debemos y puede aver y ay lugar otorgamos y conocemos que os damos gracia y donacion y traspasacion pura perfeta y acavada ynrebocable que es echa entre bibos a vos el dicho Fer234


Pedra armeira n.o 9.

Pedra armeira

n.O 10.

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nan Reymondez de Figueroa nuestro hijo que estais presente conviene a saber, que ansi os damos y donamos dende agora en vos traspasamos la nuestra Casa y Torre de Vanobre con su guerta de naranjos y con todas las vi単as y eredades arboles fragas y otros qualesquiera vienes rayces en qualquiera calidad que sean que nos ayamos y tengamos en el dicho coto de Vanobre feligresia de Santa Maria de Castro y en todas las dichas feligresias de Leyro y Perbes y otras qualesquiera cosas y vienes anejos y pertenecientes a la dicha Casa de Vanobre, y mas bos damos y donamos segun dicho es todos los vienes rayces casas y casares vinas guertas y eredades y otros qualesquiera vienes rayces que nos ayamos y tengamos e poseamos y nos pertenecen en las feligresias de San Jiao de Carantona San Cristobal de Minoferral y San Pedro de Villamayor ansi propias como las de fuero con las sincuras patrimoniales que nos tenemos y nos pertenecen en las dichas yglesias de San Pedro de Villamayor y San Cristobal de Minoferral y San Giao de Carantona, con mas os acemos donacion y damos segun dicho es la nuestra casa de Vigo con todas las vinas y eredades y otros qualesquiera vienes rayces ansi propios como de fuero que nos ayamos e tengamos y nos pertenezcan en las feligresias de Santa Maria de Vigo y San Vicen<;:o de Vigo Santaya de Canas segun que todo se coje en la dicha Casa de Vigo y mas damos y donamos en esta dicha donacion las nuestras Casarias y coto de Samil ansi lo propio como lo de fueron segun que fue de la Senora AI, don<;:a Rodriguez de Villamarin madre de mi la dicha Maria Ares de Figueroa y mas os acemos donacion y damos segun dicho es estas Casas en que al presente vivimos y moramos de alto y baxo con todas sus entradas y salidas segun y de la manera que fueron del Senor Juan Lopez Pardo de Villou<;:as padre de mi el dicho Lope Garcia. Con mas la nuestra guerta grande de la puente vieja toda enteramente segun ace frente en la dicha puente y sale al rio topa en guerta de Martin Panjon y por la tresera topa en el camino que ha para o juncal da reiga, con mas os damos y donamos el nuestro lugar de la puente vieja segun que lo hubimos y conpramos de la cofradia de los clerigos de esta ciudad, con mas os damos y donamos el nuestro molino de carrana en que al presente vive e mora como todo lo a el anejo y pertenesciente, de los qua les dichos vienes de suso declarados bos acemos donacion y bos los damos con el juro de presentar qua les quiera veneficios y otras qualesquiera cosas y vienes que ellos ansi tengan anejos y les pertenezcan para que los aya des y lIevades vos y vuestros erederos y sucesores para siempre jamas por virtud de esta donacion y por ra<;:on de mejora sobre otros qualesquiera nuestros hijos que nos tenemos y ubieremos dende aqui adelante porque si necesario es por el tenor de la presente carta vos amejoramos sobre ellos en la tercia parte de todos nuestros vienes muebles y rayces y otras qua les quiera cosas que nos tenemos y nos pertenezcan y pertenecer puedan, con mas la quinta parte de los dichos vienes con el cargo y cunplimiento de animas con que podamos testar los legatos gravosos que nos parecieren al tiempo del falescimiento de nos y de cada uno de nos que el derecho y leis deste Reino quiere que se aga por la dicha quenta al tiem236


po de nuestro falescimiento y de cada uno de nos, la qual dicha mejora y donacion de tercia y quinta de suso declarada azemos y donamos a vos el dicho Fernan Reymondez nuestro hijo mayor con tal pacto y condicion que ayades y lIevedes la dicha tercia y quinta ymas vuestra legitima en los dichos vienes de suso declarados y en esta escritura contenidos con los pactos y condiciones siguientes, que los dichos vienes y mejora de tercio y quinto anden siempre avinculados juntamente con vuestra lexitima y en el hijo mayor que vos el dicho Fernan Reimondez hubieredes el qual queremos que se llame Juan LĂłpez Pardo de Villou<;as, e si por caso no hubieredes hijo mayor sino hembra que sucedan todos los dichos vienes en la hija mayor de vos el dicho Fernan Reymondez y ansi despues de vuestros dias anden siempre en manera de mayorazgo en el descendiente mayor habiendolo baron y no lo habiendo sucedan en la descendiente aunque sea embra y ansi anden los dichos vienes y vuestra lexitima de vos el dicho Fernan Reymondez y mejor juntamente con ellos para siempre jamas sin se poder dividir ni partir entre descendientes algunos ni erederos que en ellos sucedieren, e si por caso vos el dicho Fernan Reymondez nuestro hijo no hubierades hijo ni hija los dichos vienes sucedan en Elvira Ares de Montenegro nuestra hija y a su falescimiento en el hijo segundo de la dicha Elvira Ares de Montenegro el qual se llame y nombre Lope Garcia de Villou<;as y si por caso no tubiere hijo segundo suceda en la hija la qual se llame y nombre Maria Ares de Figueroa y asi subcesibamente segun dicho es y si por caso no tivieren hijos lejitimos y matrimoniales que los dichos vienes sucedan en Juan NuĂąez Pardo de Cela nuestro sobrino y en su hijo mayor y ansi anden en los hijos del dicho Juan NuĂąez y en los erederos de ellos con los vinculas segun dicho es en el mayor y si por caso nos los hubiere que los dichos vienes sucedan en el pariente mas propinco de nuestra generacion con el pacto y condicion que vos y los que ansi suscedieren en los dichos vienes avinculadas que ansi ynstituymos por via de mayorazgo no los puedan vender trocar concambiar ni aforar ni enajenar por ninguna via modo ni manera ni partillos ni dibidillos en poca ni en mucha cantidad ni los puedan obligar ni hacer sobre ellos ninguna obligacion a ninguna persona de ninguna calidad que sea, ni a monasterio guerfana ni viuda ni de otra ninguna manera se puedan obligar enajenar y conque no se puedan perder ni confiscar por ningun delito que vos el dicho Fernan Reymondez ni los que de vos suscedieren hicieren y cometieren por mas grave que sea aunque sea crimen lexis, porque caso que lo agan y cometan y quebranten y bayan contra cada una de estas condiciones y parte dellas, dende aora luego llamamos a los dichos vienes queremos que los aya y lleve el descendiente mayor conforme segun y de manera y por la orden que van declarados a este dicho vinculo y mayorazgo con que reservamos para nos el usufruto de todos los dichos vienes en todos los dias de nuestras vidas y de cada uno de nos y desde ay dia de la fecha de esta carta de donacion y mejora en adelante nos quitamos y apartamos de la te necia y posesion senorio derecho voz accion y propiedad que nos avemos y tenemos y podemos tener y aver a los dichos vienes que

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ansi os damos y donamos y mejoramos a vos el dicho Fernan Reymondez y por la entrega y tradicion de esta carta que por nuestras manos os entregamos con nuestra vendicion os damos y entregamos la tenencia y posesion real autual seu cassi de los dichos vienes y poder para que por vuestra propia autoridad los podais tomar y entrar yacer dellos y en ellos como de vuestra propia cosa y decimos y confesamos que si de oyen adelante lIebasemos los dichos vienes es por vos y en vuestro nombre y como vuestros ynquilinos y plecarios poseedores que por tales desde agora nos constituymas como aquellos que no tienen los dichos vienes mas del usufruto, e nos obligamos con nuestras personas y vienes muebles y rayces avidos y por aver que agora ni en ningun tiempo de nuestras vidas nos ni alguno de nos no rebocara esta dicha donacion y mejora vinculo y mayorazgo por alguna manera ni diremos que nos aveis sido ingrato y desconado ni aun concurrido en vos ni en vuestros de~cendientes las calidades por donde las donaciones deven ser en si ningunas, ni que esta donacion que va azemos pasa ni eszede de los quinientos sueldos aureos que la lei dispone por quantas veces excedieren tantas donaciones os acemos e van apuntadas y dende aora las ynsinuamos y avemos por ynsinuadas y pidimos y suplicamos a qualesquiera juez y justicia ante quien fueren presentadas ynsinuen y ayan por ynsinuadas y los agan llevar devida ejecucion y nos obligamos segun dicho es que los dichos vienes vos seran echos sanos y de paz a todo tiempo y de todo embargo de qualquiera persona que bos los pidiese y demandare a que si algun pleito os sucediere sobre ellos o parte de ellos tomaremos por vos la voz y accion principal defension de los dichos pleitos asta estar pacifico y de paz en ellos y en todos y qualesquiera dellos y para mejor tener y cunplir y mandar todo lo contenido en esta carta yo la dicha Maria Ares de Figueroa juro a Dios nuestro senor todo poderoso y a una senal de cruz en que corporalmente en manos del escrivano de yuso escrito toco con mi mano derecha y alas palabras de los Santos quatro evangelios donde quiera que m as largamente estan escritos que agora ni en tiempo alguno ni por ninguna manera yre ni pasare contra esta dicha escritura ni la rebocare en poca ni mucha cantidad, antes siempre estare por ella y la abere por firme y valedera para siempre jamas ni deste dicho juramento pedire absolucion ni relajacion a nuestro muy santo padre ni a su nuncio ni su delegado suyo ni a otro perlado de la Santa Madre yglesia que poder y facultad tenga de me lo dar ni conceder y caso que me lo otorgue de hecho no sea oyda sobre ello de derecho y para mas validacion damos y otorgamos todo nuestro poder cunplido a todos y qualesquiera jueces y justicias seglares de los reinos y senorios de Su Magestad ante quien esta carta pareciere y de lo en ella contenido fuere pedido cumplimentar la justicia para que las dichas justicias y cada una de ellas ansi nos lo agan tener y guardar cumplir y pagar y estar por ello bien y tan cumplidamente como si esta carta y lo en ella contenido fuese sentencia definitiva de juez competente a nuestros pedimentos de nos y de cada uno de nos dada y pasada en cosa juzgada y por nos consentida y no apelada cerca de lo qual renunciamos toda ley y todo fuero de que en este 238


caso nos podamos aprovechar y la ley que dice ninguno puede renunciar al derecho competelle a que general renunciacion que lo me agan vala y la ley general la qual renunciamos en especial y todas las otras en general y demas de las dichas leyes yo la dicha Maria Ares de Figueroa renuncio a las leys de los emperadores senatus consultos Veliano e Justiniano que son e ablan en favor de las mugeres de las quales y de su tenor yo escrivano le abise en testimonio de lo qual otorgamos ende dello la presente carta de donacion y mejora e ynstitucion de mayorazgo en la manera que dicha es e para mayor firmeza lo firmamos de nuestros nombres en el registro de esta carta que fue fecha y otorgada en la ciudad de Vetanzos a siete di as del mes de otubre de mil y quinientos cinquenta y tres años estando presentes por testigos para ello llamados y rogados el señor Juan Nuñez Pardo de Cela vecino e regidor de la dicha ciudad de Vetanzos, el Licenciado Pena y Nuno Núnez Felpeto y Juan de Souto c1erigo y Juan Vizcaino vecinos y estantes en la dicha ciudad e yo escrivano doy fe conozco a los otorgantes y que son los mismos Lope Garcia-Maria Ares. Paso ante mi Juan Rouco Escrivano. VINCULO DOS TENREIRO En el lugar de banobre coto de leyro jurisdicion de su señoría el Conde de Monterrey Vi Rey de las Indias, por ante mi escrivano e testigos de yuso escritos perescieron presentes Juan Martinez Tenreiro de Montenegro Capitan de infanteria de la tierra ansi del dicho coto como de los cotos circunvecinos alrrededor por Su Magd y Maria Piñeira de Lago su muger vezinos de este dicho lugar de bañobre, la dicha Maria Piñeira de Lago con lizencia poder y facultad y espreso consentimiento (no se lee) que pidio y demando al dicho Capitan Juan Martinez Tenreiro de Montenegro su marido para hazer y otrogar juntamente con el lo contenido en esta escritura la qual dicha lizencia y expreso consentimiento el dicho Capitan dixo daba y conzedia a la dicha Maria Piñeira de Lago su muger segun y para aquello que ella se la pedia la qual ella dixo que recibia y recibio de que yo escrivano doy fe y usando de la dicha lizencia entrambos y dos marido y muger juntamente dixeron que acatando los merecimientos y persona de Juan Tenreiro de Montenegro su nieto hijo de Alonso Tenreiro de Lago y Montenegro su hijo difunto y su mucha virtud y bondad y al grande amor que le tienen y por averle sido siempre ovediente y procurado agradar y servir y por los servicios que de aqui adelante del esperan rescibir usando de la liberalidad que se debe usar y gratificando y remunerando al susodicho otorgaban y otorgaron por el tenor de la presente escritura que en la mejor via y forma que de derecho lugar hubiese azian ~ ¡cieron donacion pura mera parfeta e yrrebocable que llama el derecho entre vivos al dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto de las cassasprencipales donde ellos al presente viven en el dicho lugar de bañobre alto y bajo con sus casas traseras bodegas y forno y con 239


arboles y frutales questan alrredor de la dicha casa y con todo lo demas a la dicha casa anejo y pertenesciente con mas le dieron y donaron enesta dicha donacion toda la azienda raiz de viñas, heredades prados huertas pumares labradio y montesio arboles y plantados como se contiene y estan sitos y ellos los llevan y poseen desde la puente de bajoy eneste coto de banobre hasta el rio de xario segun y de la manera que ellos lo llevan y an llevado y poseido hasta oy dia de la fecha desta segun los dichos vienes y hazienda son conocidos y estan por sus marcos y devisiones conforme a las escrituras y recados que dellos tienen para que todo ello desde oyen adelante sea del dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto reservando como dixeron reservaban y reservaron en si el usofruto de los dichos bienes por todos los dias de su vida y despues de sus dias dellos queden al dicho su nieto pleno jure en propiedad y usofruto y desde luego dixeron se apartaban del derecho y dominio y voz y acion que a los dichos vienen podian aver y tener y abian y tenian a los dichos vienes y los zedian traspasaban y renunziaban en el dicho Juan Martinez Tenreiro de Montenegro su nieto questa presente y en sus suscesores quitado el dicho usofruto como arriba queda dicho y a mayor abundamento y para mayor firmeza del dicho Juan Tenreiro su nieto por la transcricion desta escritura que de su mano yzieron a la mano del dicho Juan Tenreiro de Montenegro le daban y dieron la posesion real zebil e natural seu quasi de los dichos vienes y hazienda que arriba van declarados y si por su persona la quisiere tomar y aprender corporalmente le daban y dieron poder cunplido y en forma que de derecho en tal caso se requiere para que por su propia autoridad la pueda tomar aprender y continuar y pedian por merzed atodos e qualesquiera juezes e justicias que desto puedan e devan conoscer le anparen e defiendan la dicha posesion que ansi tomare de los dichos vienes y desde oyen adelante dixeron se constituyan y constituyeron por ynquilinos y precarios poseedores del dicho Juan Tenreiro su nieto so la clausula de constituto forma y ansi mismo dixeron que por quanto ellos abian echo una capilla en Santa Maria de Castro donde son feligreses y a la dicha capilla abian dexado de sus bienes ciertas heredades que le rentan cada un año cinco o seis mila maravedis para que de ellos el que fuese patron de la dicha capilla despues de sus dias dellos le yciese dezir e dixese cada un año ziertas misas como se contiene en la fundazion y dotazion de la dicha capilla que ansi mismo era su voluntad y querian que el dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto quedase por patron de la dicha capilla y llevase la dicha rente conque por ella le dixese cada un año las dichas misas e hiziese la fiesta de Nuestra Señora que ellos al presente hazen cada un año y despues de sus dias del dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto quedase en su hijo mayor y que llevase la mayor parte de sus vienes la qual dicha donazion dixeron le hazian e hicieron con condicion y aditamento que los dichos vienes ni cossa ni parte elguna dellos el ni sus suszesores no los puedan ven'der trocar ni en manera alguna enagenar sino que sienpre anden y esten en pie y libres y despues de sus dias del dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto suzeda en ellos su hijo mayor y ansi suzesibamente 240


por la linea masculina y no aviendo hijo varan suzada henbra conque sienpre tenga en pie los dichos vienes y avinculados conque la tal henbra no se casi si no fuere con hijosdalgo prinzipales y si lo que Dios no quiera el dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto se muriere sin generacion de lexitimo matrimonio lo que Dios no quiera suzeda en el dicho vinculo y patronazgo Pedro Tenreiro de Lago su hermano ansimismo nuestro nieto y muriendo este ansimismo sin generacion baque y quede a las dichas damas sus nietas hermanas del dicho Juan Tenreiro preferiendose sienpre la mayor a la me:nor y el macho a la henbra y ansi suzesivamente unos en pos de otros y si por alguna via el dicho Juan Tenreiro o alguno de sus suszesores tentaren vender o enaxenar los dichos vienes a alguna cossa y parte dellos que por el mismo caso sea privado deste dicho vinculo y se pase al siguiente en grado y lo mismo si el tal que suszediere cometiere algun delito por donde los tales bienes se 路deban confiscar que por el mismo caso que tal delito se come-: ta sea privado el tal delinquente del dicho vinculo y sea visto tenello perdido veynte y quatro oras quel tal delito sea cometido y se pase al siguiente en grado y con estas condiziones y aditamentos dixeron azian e ycieron la dicha donacion al dicho Juan Tenreiro de Montenegro su nieto y no sin ellas y dixeron que en caso que la dicha donacion exceda de los quinientos sueldos aureos que el derecho dize y por esta causa deba ser ynsinuada tantas quantas veces exzediere tantas donaziones le azian y la abian por ynsinuada como echa y zelebrada en juizio y ante la justizia con la solenidad y autoridad que el derecho requiere y pedian y suplicaban todas e qualesquiera juezes e justizias destos Reynos ante quien esta dicha escritura de donacion pareziere la tengan por ynsinuada y zerca desto dixeron que renunciaban renunziaron la ley (no se lee) codize de donacion ibus y las mas leis y derechos ansi de derecho comun como de derecho real que zerca deste casso y los semejantes de las donaziones ablan y disponen para que no les valgan a los que esta dicha donazion quisieren contravenir y se oblgaban y obligaron con sus personas y todos los demas sus vienes muebles y raices abidos y pos aber de nunca contra esta donazion y vinculo ir ni pasar ni reclamar en tienpo alguno ni por algun casso de yngratitud que acaezca ny sobre ellos querian ser caydos ni admitidos y renunciaron cerca de toda ley generaliter codize dedonazionibus en todo y por todo como en ella se contiene y las mas que cerca de esta caso ablan y para la execucion y cunplimiento de todo lo suso dicho dixeron davan e dieron todo su poder cunplido a todas qualesquiera juezes e justizias seglares donde viven ya todas las demas destos Reinos de S Magd que dello puedan conozer conforme a la nueva prematica real para que ansi se lo agan cunplir guardar y estar por ello como si fuese dado por juicio y sentencia definitiva de juez conpetente pasada en cosa juzgada zerca de lo qual renunziaron todas y qualesquiera leis y derechosque sean en su favor para ir contra lo aqui contenido no les valgan ni agan fee en juicio ni fuera del = y la dicha Maria Pi帽eira de Lago dixo que para mas firmeza desta escritura renunciaba e renuncio el auxilio y lei del senatus consulto Veliano leis de Toro y la partida y las mas que son yablan 241路


sus huertas arboles y plantados alrrededor y con sus cortinas y ayra questa arriba de la fuente segun estan muradas y zercadas alrredor y con todas las en favor de las mugeres de cuyo efeto fue avisada y zertificada por mi el presente escrivano y como sabidora dellas las renuncio y aparto para que no le valgan ni aprovechen en juicio y fuera del para efeto de contrabenir esta donazion y añadiendo fuerza a fuerza juro a Dios nuestro Señor y a una señal de cruz que con su mano derecha izo estar y pasar por todo lo en esta escritura contenido y que ella y otro por si ni en su nonbre contra ella ira ni pidiran cossa alguna antes sienpre la abran por firme y bastante y lo contrario aziendo sea caer casso de menos valer y deste juramento no pedira ausiIiacion ni relaxacion a nuestro muy Santo Padre ni a su Nuncio delegado ni a otro perlado para se lo conzeder poder tenga y tantas quantas veces se lo conzediere tantos y un juramento mas azia y a la conclusion dixo, si juro y amen y renuncio la ley general que dize que general renunciacion de leis non valga = con que de manera de lo arriba dicho reservaban como reservaron demas del usofruto de los vienes desta dotazion y de la dicha capilla del usar del todos ellos por los dias de las vidas de cada uno dellos aprobando y ratificando como aprobaban y ratificaban la posesion que por esta escritura dan y conzeden al dicho Juan Tenreiro y despues a los suscesores como en ella se contiene a todos ellos y cada uno ansi como fueren suscediendo y heredando junten al dicho vinculo las herencias que heredaren para que se aumente esta mejora y su renta y esto suzesivamente como va dicho reservando para ellos y para que puedan dexar si quisieren que sean vienes partibles entre sus herederos al tienpo de su muerte la cassa que dicen do ferro y la que fue de Rosa arriba de ella y el otro lugar que fue de Alonso Martinez Tenreiro nuestro padre con sus servicios y ansimismo las viñas del chao de bañobre y barras de tras las bodegas la qual dicha dotazion y vinculo acion ycieron al dicho Juan Tenreiro de Montenegro yaliende de los vienes que le pertenecian por su lexitima como uno de los herederos que de los dichos dotadores fincaren al tienpo de su muerte del dicho Juan Martinez Tenreiro y su muger testimonio de lo qual otorgaron la presente escritura ante mi escrivano e testigos en cuyo registro el dicho Juan Martinez Tenreiro lo firmo de su nombre y por la dicha Maria Piñeira de Lago no saber firmar rogo a Pedro Diaz alabardero de la Real Audiencia deste Reyno lo firmase por ella de su nonbre presente el dicho Juan Tenreiro Montenegro donatario dixo azetaba y azeto esta donacion que en su favor sus merzedes los dichos sus abuelos le azian con las condiciones segun en ella se contienen y se obligo en forma de azer y cunplir todas las condiciones y editamentos que arriba en esta escritura por sus merzedes an sido dispuestas so las penas y gravamenes en ella declarados y de como ansi lo azetaba pidio a mi el presente escrivano se lo diese ansi por fee y testimonio y lo firmo de su nonbre y todas partes otorgaron esta escritura de su propia libre y espontanea voluntad =fecha y otorgada dentro de las dichas cassas de los dichos dotadores en el lugar de bañobre a onze dias del mes de setienbre de mili y quinientos y noventa y nueve años estando presentes por testigos el 242


dicho Pedro Diaz alabardero y Juan de Valcazer y Ruy Gil Varela y Rodrigo Mosqueira y Antonio Fernandez sastre vecinos y estantes en el dicho coto de ba単obre e yo escrivano doy fee conozco todas las partes otorgantes = Juan Martinez Tenreiro de Montenegro Pedro Diaz Juan Tenreiro Montenegro passo ante mi Juan de Serantes escrivano.

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BIBLlOGRAFIA E DOCUMENTACION ARQUIVO HISTORICO DO REINO DE GALlCIA -ano de 1595- legaxo 14684-4. MARTINEZ BARBEITO, C., 1978. Torres, pazos y linajes de la Provincia de La Coruña. Publicaciones de la Diputación Provincial de La Coruña, pp. 434, La Coruña. VALES VILLAMARIN, F., 1951. Testamento del Regidor Fernán Reymóndez de Figueroa. Anuario Brigantina. VALES VILLAMARIN, F., 1973. Documentos históricos. Relación de los méritos y servicios de D. Joaqufn Tenreiro Montenegro, primer Conde de Vigo. B.RA.G. n.O 355, pp. 24-29. A Coruña.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981. vol. 2 pp. 249-252

NOTAS EN TORNO AL «CAMPOSANQUIENSE» Julio M. Vidal Encinas Université de Bordeaux. Institut du Quaternaire, Bátiment de Géologie. 33405 Talence (Francia)

Resumen: A partir del análisis detallado de las publicaciones en torno al «camposanquiense» se desprende la escasa consistencia que su empleo tiene. Ningún argumento de tipo estratigráfico o tipológico han justificado el uso de tal denominación. Equiparado al «Ianguedocience» por Breuil y utilizado como cultura que rellenaba el hiato existente entre el paleolftico inferior y el asturiense en el Bajo Miño gallego su empleo debe, en nuestra opinión, revisarse, y, en todo caso, abandonarse de la nomenclatura prehistórica referida al N. O. peninsular. Abstract: Notes on the «Camposanquiense». A detailed analysis of the publications concerning the «Camposanquiam> shows that the use of this term is not c1ear. There are neither stratigraphic nor typologic basis to justify its use. Compared to the «Languedociam> by Breuil, the «Carilposanquian» was derived to fill a hiatus between the lower Palaeolithic and the Asturian in galician lower Miño. We think that the term «camposanquian» might be revised and abandoned.

En 1925 Joaquín FONTES, profesor de la Universidad de Lisboa, publica su artículo «La estación paleolítica de Camposancos)), en el que da a conocer unos hallazgos de objetos líticos efectuados por los Rvds. PP. A. da CRUZ y A. LUISSIER en la zona del Pasaje, próxima al pueblo de Camposancos (La Guardia). Aquéllos habían tenido lugar en un camino que, desde el barrio de Sáa, en Camposancos, iba hasta la carretera del Pasaje a La Guardia, así como en los taludes de la carretera del Pasaje a La Guardia. FONTES, en el artículo mencionado, realiza una descripción morfológica de los mismos y les atribuye una edad determinada (paleolítico antiguo o «chelense» de la época), y, en ningún momento, en este artículo, se refiere a ellos bajo la denominación de «camposanquiense». El primer problema queda ya planteado: ¿ dónde aparece por primera vez tal denominación? Nos parece conveniente señalar que de Camposancos proviene el único epónimo referido a una parte de la prehistoria de Galicia, es decir, aquélla que hace referencia a las primeras manifestaciones de la actividad humana, el Paleolítico. Los especialistas en el tema, al igual que los «amateurs avertis», saben muy bien que, desde un punto de vista estrictamente científico, el problema de la definición de «camposanquiense» ha constituido, y tal vez constituye, una especie de «bete noire» de la Prehistoria gallega. Nosotros vamos a intentar con estas breves notas señalar las múltiples y variadas vi249


cisitudes por las que tal denominación ha pasado, sin ocultar, sin embargo, nuestro propósito de llamar la atención de los especialistas sobre la escasa consistencia que su empleo tiene (para una mayor ampliación del tema remitimos al lector a la Bibliografía al final contenida así como, especialmente, a nuestro trabajo «El «Camposanquiense»: datos para una revisión críti-

ca). Posteriormente a la aparición del artículo de FONTES arriba mencionado tiene lugar una viva polémica entre prehistoriadores gallegos y portugueses alrededor de la verdadera edad de los artefactos hallados en Camposancos, polémica que marcó un hito muy importante en la historia de las investigaciones sobre el paleolítico de una y otra parte del Miño y que en más de una ocasión se vería terciada por personalidades de la autoridad científica de la época, como, por ejemplo, Hugo OBERMAIER o J. M. SANTA-O LALLA. FONTES, ya lo hemos dicho, pensaba que la edad de dichos hallazgos era paleolítica; esta misma opinión mantendrían años más tarde X. M. ALVAREZ-BLAZQUEZ y F. BOUZA BREY; M. FERNANDEZ COSTAS, por su parte, pensaba que no existían razones de ningún tipo que los hicieran diferentes del asturiense que, profusamente, cubría las playas del litoral atlántico; OBERMAIER y el P. JALHAY pensaron que entre los objetos provenientes de Camposancos había elementos que hacían pensar en la existencia de, por una parte, artefactos del paleolítico inferior y, por otra, piezas que eran semejantes a las del asturiense. SANTA-OLALLA expresó su convencimiento del carácter asturiense de los mismos y creía que éste se extendía incluso hasta los tiempos neolíticos. C. DE MERGELlNA, que llevó a cabo excavaciones en el Castro de Santa Tecla, próximo a La Guardia y Camposancos, al encontrar en el interior de las habitaciones castreñas objetos líticos tallados que semejaban mucho a los descritos por FONTES, pensó que eran, en consecuencia, contemporáneos de las mismas. A. VIANA, con pruebas también arqueológicas, opinaba que, en sentido amplio, lo que se denominaba «camposanquiense» era contemporáneo 'de las mámoas y, también, de los castros. Finalmente, M. FERNANDEZ RODRIGUEZ, que aceptaba la existencia del asturiense, negada por MERGELlNA, era también de la opinión de que los artefactos de Camposancos había que ponerlos en relación con los castros próximos, notablemente el de Santa Tecla, en donde este autor también había hallado industria lítica en el interior de las habitaciones castreñas. A finales de la década de 1930 llega a Portugal el Abad H. BREUIL; en colaboración con Georges ZBYSCEWSKI, geólogo en los Servicios Geológicos de Portugal, realizaría un completísimo estudio del Paleolítico portugués y su Geología del Cuaternario. BREUIL, unos años antes, había dado nombre a una industria hallada en las terrazas del Garona y que, durante sus trabajos en Portugal, encontraría a todo lo largo del litoral atlántico: el «Ianguedociense». Según BREUIL era la misma que la que FONTES había denominado «Camposanquiense». Paralelamente a estos momentos 250


que coinciden con la presencia de BREUIL en Portugal es cuando, aparentemente, la utilización de la denominación de «Camposanquiense» cobra contenido. Así, en 1949, cuatro años después de la aparición del segUndo tomo de «Contribution I'étude des industries paleolithiques du Portugal et de leurs rapports avec la Géologie du Quaternaire», de BREUIL y ZBYSCEWSKI, ALVAREZ BLAZQUEZ y F. BOUZA BREY publican el primer intento, y único hasta el momento, de síntesis sobre la caracterización cultural y la cronología de las industrias del Bajo Miño, ribera gallega. Tres años más tarde otro trabajo completaría el primero y quedan ambos, nos parece justo señalarlo, como las únicas guías del paleolítico de la zona. En el segundo de estos trabajos los autores gallegos mencionados, después de insistir en la equiparación del término «camposanquiense» al de «Ianguedociense», justifican el uso del mismo de la siguiente manera: «...non foi o dito termo empregado por nós por vez primeira senon que gostosamente o tomamos do ilustre arqueólogo portugués Prof. Fontes que foi quen fixó a súa introducción, e polos non menos ilustres H. Breuil e G. Zbyscewski que perseveraron no seu uso». Efectivamente, nosotros sabemos que cuando BREU 1L reconoció la industria de Camposancos a través de los dibujos de la publicación de FONTES vio en ella piezas achelenses por un lado y «Ianguedocienses» por otro. Desde este mismo momento el «Camposanquiense» como tal denominación cultural -cronológicamente era para BREUIL contemporáneo del musteriense- toma cuerpo en los trabajos de ALVAREZ BLAZQUEZ y BOUZA BREY. Estos lo consideraron, al igual que BREUIL con su «Languedociense», de edad paleolítica, y ello con un sólo objetivo: cubrir el hiato existente entre el paleolítico inferior - muy bien representado en el Miñoy el Asturiense, ya que un hecho había sido fácilmente constatado en esta parte de Galicia, a saber, la inexistencia de industrias musterienses y, sobre todo, de paleolítico superior. Hoy sabemos, gracias a los trabajos de Louis MEROC en las terrazas del Garona, que el «Languedociense» de Breuil es un neolítico inicial, y gracias a los de Jean MAURY en Portugal que lo que BREUIL llamaba tal no es sino asturiense. Al margen de la existencia o no en Camposancos de una industria que por sus caracteres tipológicos y por su posición estratigráfica merezca la denominación de «Camposanquiense» -solamente estudios realizados con las técnicas actuales lo podrán poner en evidencia - nosotros creemos, y este es el sentido de estas notas, que tal denominación se presta en la actualidad a múltiples observaciones y que, en consecuencia, su uso debe revisarse y, en cualquier caso, abandonarse de la nomenclatura de prehistoria del N. O. peninsular. Galicia, agosto de 1980

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PRINCIPALES REFERENCIAS BIBLlOGRAFICAS FONTES, J., 1925. La estación paleolltica de Camposancos. Boletín Arqueológico de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Orense (BACPMHAO), tomo VII, enero-febrero, núm. 160. Orense. OBERMAIER, H., 1925. El Hombre Fósil. Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, Mem. 9, Madrid. JALHAY, E., 1925. El Asturiense en Galicia. BACPMHA O, tomo VII, núm. 165, Orense. FERNANDEZ COSTAS, M., 1929. As Industrias Ilthicas d'A Guardia. Novas Estazóns. NOS, ano XI, núm. 64, abril. VIANA, A., 1956. Asturiense das Asturias eodo litoral minhoto. Libro Homenaje al Conde de la Vega del Sella, Oviedo, pp. 185-198. FERNANDEZ RODRIGUEZ, M., 1955. En torno al seudoasturiense de La Guardia. ZEPHYRUS, vol. VI, pp. 216-230, Universidad de Salamanca. BREUIL, H. et ZBYSCEWSKI, G., 1942, 1945. Contribution a I'étude des industries paleolithiques du Portugal et de leurs rapports avec la Géologie du Ouaternaire. Comunica90es dos Servicios Geológicos de Portugal. Vol. 1, tomo XXIII, 1942; vol. 11, tomo XXVI, 1945, Lisboa. ALVAREZ BLAZOUEZ, X. M. y BOUZA BREY, F., 1949. Industrias paleollticas de la comarca de Túy. Cuadernos de Estudios Galegos, tomo VI, vol. XIII, pp. 201-250, Santiago de Compostela. BOUZA BREY, F. e ALVAREZ BLAZOUEZ, X. M., 1952. Industrias paleolíticas do Baixo Miño (Concellos de A Guardia, O Rosal, Tomiño e Oya). Trabalhos de Antropología e Etnología. Publica9ao da Sociedade Portuguesa de Antropologra e Etnologra e do Centro de Estudios de Etnologra Peninsular. Vol. XV, Nova série, Porto. BREUIL, H., 1937. Terrasses et Ouartzites taillées de la Haute Vallée de la Garonne. Bulletin de la Societé Prehistorique Fran9aise, tomo XXXIV, pp. 104-130. MERGELlNA, C. de, 1939-1940. El seudo asturiense de La Guardia. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, fascs. XXII a XXIV, tomo VI, Valladolid, pp. 23-33. MAURY, J., 1977. L 'Asturien du Portugal. BAR. Supplementary Series, 21. MEROC, L., 1965. Le Languedocien de la Haute et Moyenne Vallée de la Garonne. Miscelánea en Homenaje al Abad Henri Breuil, tomo 11, Barcelona, pp. 149-172. SANTA-OLALLA, J. M., 1941. Sobre el Neolltico Antiguo en España. A TLANTlS, tomo XVI, Cuadernos I y 11, pp. 90-105. VIDAL ENCINAS, J. M., 1980. El «Camposanquiense»: datos para una revisión crítica. Actas del 11 Seminario de Arqueoloxía do N.O. peninsular. Santiago de Compostela, sept. 1980 (en prensa).

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 19B1, vol. 2 pp. 253-256

CARTA MARIÑA DE PECIOS E XACIMENTOS ARQUEOLOXICOS Fernando Alonso Romero Opt. de Inglés. Universidade de Santiago

Resume: Proposta de realización dunha carta mariña de pecios e xacimentos arqueolóxicos para a defensa e protección do património subacuático galego.

Abstract: A proposal to map out a submarine chart of wreckage in order to defend and protect the Galician underwater treasures.

Ao longo de toda a costa galega xacen baixo da mar numerosos restos de embarcacións procedentes de distintas épocas. Porén moi poucos están localizados, e a maioria nen sequer se sabe onde se atopan apesar de que existen testemuños do seu afundimento en augas galegas. Das naves dos romanos e outros pobos da Antiguidade apenas hai dados, se ben que se coñecen numerosos indícios sobre a probábel existéncia de vellos pecios, encobertos aos ollos profanos, pero espera de que mans expertas e mentes conscientes do valor e do significado do património subacuático galego, desvelen algun dia as incógnitas do noso grande pasado marítimo. A recente obra de Pedro Díaz Alvarez sobre as ánforas romanas atopadas na costa sur de Galiza corrobora a necesidad e destas investigacións (1). Felipe Senén no volume I de B rigantium mencionaba a po.sibilidade de realizar unha exploración sistemática do fondo submariño de Galiza co fin de confeccionar unha carta arqueolóxica. Neste sentido é digna de encómio a labor efectuada polo GIRAS (Grupo de Investigación e Rescate Arqueolóxico Submariño) para a realización dunha carta arqueolóxica da badia de A Coruña (2) que constitui un exemplo para a futura elaboración dunha carta arqueolóxica máis ampla. Unha iniciativa semellante é a que está a realizar o Grupo de Actividades Subacuáticas do Real Club Náutico de Vigo co propósito de localizar posibeis pecios e restos arqueolóxicos na ria de Vigo. Con estas actividades facilitará-se a labor dos futuros arqueólogos e, sobretodo,

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(1) PEDRO DIAZ ALVAREZ, Anforas romanas en los caminos del mar. Museo Municipal de Castrelos. Vigo, 1981. (2) FELIPE SENEN, Arqueoloxia Sobmariña: os materiais procedentes da badia coruñesa. Brigantium. Vol. 1. 1980.

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activará-se a urxente demanda de amparo ao património subacuático galego que constantemente está a sofrer atentados non só por parte de submariñistas desaprensivos do noso próprio pais, senón tamén debido as actividades de «deportistas» extranxeiros desde ¡ates privados. É evidente que coa realización desta carta arqueolóxica descobriránse tamén restos de embarcacións de época recente cuxo estudo arqueolóxico será tarefa de futuras xeneracións. De momento o noso interés deberá centrar-se principalmente en todas aquelas embarcacións cuxa antiguidade se estime en máis de cen anos. Para realizar esta tarefa compre en primeiro lugar recorrer as diversas fontes de información que nos podan facilitar datos sobre naufráxios e sobre calquer outro tema en relación coa navegación. Estas fontes son principalmente: -As noticias dos vellos periódicos locais que den conta dalgun afundimento, rota comercial, relato, etc., que faciliten algunha pista sobre a probábel existéncia dalgun pecio ou nave sinistrada. Debo relembrar aqui a frutífera labor efectuada por Xosé Baña Heim, mestre de Ca melle, que axudado por un grupo de alunos seus percorreu recentemente a Costa da Morte para escreber un libro sobre os naufráxios acontecidos nesa zona desde 1870 a 1972. Fruto da sua paciente labor en bibliotecas e ao longo de todo ese território, foi a localización de 148 naufráxios, amais da obtención de infinidade de dados sobre tradicións, lendas, relatos, etc., que fan que a sua obra teña un grande interés para este tipo de investigacións (3). -A información que sobre o comércio marítimo, rotas comerciais, construción de naves, enfrentamentos navais, etc., poda obter-se nos museu s, arquivos da Mariña, bibliotecas e documentos particulares. -A información oral fornecida polos vellos mariñeiros, patróns, carpinteiros de ribeira, etc., sobre embarcacións afundidas, rotas de navegación, fondos perigosos, achados ocasionais nas redes dos barcos pesqueiros: como ánforas, madeiros ou calquer outro obxeto que poda inducir a pensar na existéncia dun pecio. -As lendas, as tradicións e os contos mariñeiros. -A toponímia. É unha fonte de información moi importante. Nomes de lugar costeiros tan frecuentes como: A Nave, Punta Galeira, etc., ou que fagan referéncia a nomes de barcos, nomes próprios -por veces o dun capitán ou patrón, por exemplo, «A Pedra do Almirante», en Fisterra, chamada asi porque se esnaquizou contra ela un dos buques insígnia da Armada Invencíbel (4)- ou nomes tamén de obxetos, que aparentemente non teñen relación algunha co lugar xeográfico ao que se aplican, pero que poden ser <tlebidos a mercancias procedentes de naufráxios. En moitos casos a identificación dun topónimo cun antigo naufráxio, porto, ou nome de embarcación non é doada de ver debido as transformacións morfolóxicas dos nomes (3) JaSE BAÑA HEIM, Costa de la Muerte. (Historia y anecdotario de sus naufragios). Gráficas Venus. La Coruña. 1980. . (4) FRANCISCO DE RAMON y BALLESTEROS, Fantaslas y realidades de la Costa de la Muerte. Porto y Cia. Santiago, 1976, páx. 29.

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do lugar ao longo do tempo, como ben sinala Christer Westerdahl que se ten ocupado detidamente deste tema na Escandinávia; valorizando tamén moi positivamente as tradicións orais como axuda para a arqueoloxia submariña (5). -O estudo detido das cartas mariñas para localizar os baixos, rochas, . correntes, rotas frecuentes de navegación, caladeiros, etc. - En determinados fondos de augas claras pode ser moi útil tamén a fotografia aérea con polaroid, asi como o emprego doutros meios modernos máissofisticados, como detector de metais, sonar, escaner, etc., que amais de servir en calquer tipo de fondos mariños dan unha información moi precisa, pero o seu alto custe fai difícil o seu emprego. Con todas estas fontes de información pode-se acadar unha ampla série de coñecimentos non só sobre a localización dos pecios, senón tamén en moitos casos, sobre a carga que transportaban, características das naves, tripulación, etc. Desta maneira facilita-se enormemente a tarefa do arqueólogo submariñista. Unha vez confeccionada a carta arqueolóxica submariña na que moi probabelmente se teñan rexistrado afundimentos de grande interés non só científico senón tamén económico -Iembren-se, por exemplo, os tesouros recuperados nos galeóns afundidos nas costas de América- o paso seguinte deberá ser a exploración e escavación dos pecios, asi como a tarefa de recuperar todos os obxetos que se localicen para a sua posterior conservación nos museus. Ora ben, posto que unha escavación submariña é unha actividade moi delicada que require ademais un material moi costoso, e a existéncia dun equipo encarregado do tratamento e conservación dos obxetos recuperados -para evitar a sua destrución en contato coa atmosfera - non é doado que esta se poda levar a cabo con todo o rigor científico que se esixe. En consecuéncia, a solución factíbel na actualidade é a de manter en secreto a localización de ditos pecios para que non sexan destruidos ou roubados. Esta actitude aparentemente egoista esixe unha grande responsabilidade e honradez por parte dos que coñecen a existéncia destes achados, que deben esforzar-se pola sua protección e defensa mentras non se efectue a debida escavación e exploración submariña. Neste sentido, é responsabilidade da Mariña a tarefa de velar pola protección do património subacuático dacordo coa Lexislación vixente, ainda que esta obriga, por diversos factores que non vou analizar aqui, non se efectua con toda a eficácia que debia esperar-se, o cal urxe a necesidade dunha colaboración máis ampla entre a Mariña e o Ministério de Cultura co fin de crear un Organismo de vixiláncia do património subacuático, no que deberia incluir-se a participación da Universidade e dos Museus. En marzo do 1979 na primeira xuntanza do GANNO (Grupo de Arqueoloxia Naval do Noroeste) celebrada no Museu do Pobo Galego, fixo-se fincapé neste ponto como paso (5) CHRISTER WESTERDAHL. On oral traditions and place names. An introduction to the first stage in the establisment of a register of ancient monuments for the maritime cultural heritage. The International Journal of Nautical Archaeology and Underwater Exploration. 1980. 9.4: 311-329.

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primeiro para a. realización de posteriores traballos de arqueoloxia submariña. O coñecido arqueólogo galego, Felipe Senén, preocupado igualmente por este tema, reafirmou nun traballo publicado en 1980 (6) a urxente necesidade de chegar a un acordo co Ministério de Mariña para o estabelecimento das áreas de competéncia deste Ministério na defensa e protección do património subacuático. É evidente que o perigro de destrución que corren os pecios que xacen en augas fondas, ou de pouca visibilidade, non é tan grande como o de aqueles que se atopan en augas claras, a pouca profundidade, e expostos xa que logo non só as actividades dos submariñistas desaprensivos, senón tamén a todo tipo de labores portuárias, como construción de diques, peiraos, dragados ou outras actividades. É precisamente a estes pecios aos que hai que prestar unha maior atención para a sua protección debida, a cal non se poderá efectuar sen o coñecimento prévio da sua existéncia, circunstáncia que determina a necesidade da confección desta carta mariña de pecios e xacimentos arqueolóxicos. Despois de concluir a labor prévia de investigación en bibliotecas, museus, entrevistas, etc., pode-se xa pasar a realización do segundo proceso necesário para a confección da carta arqueolóxica submariña. Hai que elexir un bon dia no que as condicións atmosféricas e mariñas permitan efectuar a exploración submariña sen riscos inecesários. Debo mencionar que para a confección desta carta hai que explorar concienciosamente cada metro cuadrado do leito mariño, pois non só se trata de localizar grandes pecios senón tamén calquer obxeto ou instrumento que poda ter valor arqueolóxico, ou ser unha pista para o descobrimento de outros achados veciños. Sobretodo hai que ter presente que en calquer investigación científica que se efectue, o obxeto principal do estudo non é achado en si, senón o home que está detrás, a sociedade ou o pobo que fabricou ese obxeto. Hai unha frase do célebre arqueólogo inglés Sir Mortimer Wheeler, «o arqueólogo non descobre cousas senón persoas» (7), é dicer, trata-se en definitiva de descobrir ao ser humano que está detrás de cada instrumento ou obxeto por el creado, para poder ollar a sua cultura, os seus coñecimentos, as suas formas de vida e os seus feitos, e descreber deste xeito a história da evolución do home.

(6) FELIPE SEN EN LOPEZ, Arqueoloxia Sobmariña: os materiais procedentes da badia coruñesa. Brigantium, vol. 1, ano 1980. Museo Arqueolóxico e Histórico de A Coruña. Páx. 142. (7) WHEELER, R. E. M. Archaeology trom the earth. Oxford University Press, 1954. Citado por KEITH MUCKELROY. Maritime Archaeology. Cambridge University Press, 1978. Páx. 4.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 257-265

UNHA ESTELA ANTROPOMORFA DO CASTRO DE AS COROAS DE REIGOSA (PASTORIZA, LUGO) Felipe Arias Vilas Secci6n de Arqueoloxla e Prehistoria do I.E.G. P. Sarmiento. Santiago de Compostela

Resume: Dase a nova e descrébese o achado no castro de As Coroas de Reigosa, no límite Norte da Terra Chá lucense, dunha estela antropomorfa, insculturada con liñas xeométricas por unha soia cara e sen inscrici6n. Faise unha relación dos materiais aparecidos coa estela e analizase esta, comentando os seus posfbeis paralelos e apontando para ela unha datación en época galaico-romana, como mostra orixinal da arte galega indfxena dese momento.

Abstract: An anthropomorphic stela from the Castro in As Coroas de Reigosa (Pastoriza-LugoJ. The finding of an anthropomorphic stela in the Castro in As Coroas de Reigosa, on the northern boarder of the Terra Cha in Lugo is described. The stela is sculpted with geometric lines on only one side and bears no inscription. Materials appearing along with the stela are listed. The analysis of the stela ineludes a commentary on possible parallels and sets the date in the Galician-Roman periodo The stela is considered to be an original example of the indigenous art during this periodo

Localización e achado A comarca de Pastoriza, no extremo Norte da Terra Chá e por riba do arco que forma o Miño no seu primeiro tramo, ten numerosos xacementos castrexos, na súa maioría xa catalogados pero aínda inéditos (1 ), xa que a súa topografía, denantes de entrar nas alturas da Serra de San Martiño, con abundancia de pequenos outeiros e sendo unha zona ben regada, fai doada a existencia daqueles asentamentos. Un destes castros, na parroquia de Santiago de Reigosa, é o de As Coroas, (3 0 41' 1 O" lonx. W. M. - 43 0 16' 20" lat. N. na folla 48 do M. T. N. 1:50.000). Este xacemento foi derramado en mais da mitade da súa superficie e defensas debido ás obras de concentración parcelaria que o IRYDA realizou naquela zona. Hoxendía só pode observarse parte da súa croa, achaiada e cultivada, mentres que das defensas, murallas terreiras ao que (1) Poden citarse os de Baltar, A Guarda, Crecente, Castro dos Freires de Corvelle, ademais da Croa de S. Cosme de Píñeiro, con sinais evidentes de romanización, e os varios de parroquia de Bretoña, ou os de A Mudia de Loboso, Vián, Pastoriza e outros, xa fóra da Terra Chá. As noticias de restos megalíticos corresponden, en troques, mais ao Sul, no limite e no concello de Castro. de Rei. e na propria Terra Chá.

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parece, só quedan restos claros pola parte N. O. sendo derramado o resto para aproveitalo ao máximo para o cultivo. Hai uns oito anos, ao traballaren os propietarios da croa do castro (2), nun extremo desta, perto da muralla pola parte S. E., xa desfeita por labouras agrícolas e novas edificacións, apareceron, a uns dous metros de profundidade, nunha terra arxilosa misturada, asegún algunhas informacións, con terra cinzenta, os materiais e a escultura que agora se descreben (3). Descrición

Ademais da estela antropomorfa, e ondia ela, apareceu: (Fig. 1) - Unha peza dun muiño plano ou barquiform e, sen desbastar por abaixo e algo esnaquizada nos bordos, de pequeno tamaño (24 x 15 cm. de dimensións máximas). -Unha mitade dun catillus de muiño circular (diámetro 37,5 cm.). -Unha meta completa, pero cos bordos algo cacarañados (diám. 24 cm.). -Unha peza prismática cuadrangular, de pedra de grao como as anteriores, cunha perforación no centro e un pequeno burato nun lateral. Mais que para muiño, debeu server de asento dun esteo ou cousa semellante (18 x 24,5 x 20 cm.). - Dúas pedras de cantos rolados, cicais traba liados ou retocados e posibelmente utilizadas para afiar, machacar, etc. A datación destes materiais é, evidentemente, castrexa, sen maiores precisións, habendo representación de muiños planos e circulares. Adóitase dicer que os circulares poden ser sinal de «romanización» e semella claro que son posteriores aos planos, pero non o é tanto que se deban ao influxo romanizador; en todo caso, a súa difusión si sería definitiva a partires do cambio de Era (4). , Asoelláronse asimesmo once anacos de cerámica, moi grosa e con grauciños de mica e cuarzo, de cor grisácea, cun lene tono bermello ou ocre claro nalgún caso. Non teñen claras sinais de roda ou torno, pero creemos pode descartarse que foran feitos a mano Son cinco anacos de bordos, dous da parte do pescozo, ún de fondo e tres da parte da panza, todos eles sen decoración. Trátase de cerámica común castrexa, con tipos e pastas que teñen moita pervivencia no tempo (5). (2) D. Oscar Gómez Rivas e doña Visitación López Vázquez, a quen agradecemos a súa colaboración. (3) A primeira noticia do achado apareceu firmada por R. Vilaseca en La Voz de Galicia (ed. de Lugo). 7-V-1974. Todo o material aparecido entrou no Museo Provincial de Lugo en maio de 1979. Dado que a croa do castro segue a ser traballada, non se descartan novos achados, afnda que o nivel arqueoloxicamente fértil semella estar a mais de ún metro de profundidade. (4) Téñase en conta, non obstante, que noutras partes da Penlnsula Ibérica xa aparecen documentados muiños xiratorios a partires do s. 111 a. C., cfr. M. A. DE BLAS y J. L. MAYA. «El molino del Castro de la Picona y notas sobre la introducción de los tipos giratorios en Asturias», Bol. Instituto Estudios Asturianos, n.O 80, 1973, p. 717 ss., aínda que as súas conclusións non se poidan, por suposto, xeralizar. (5) Véx. fig. 2; tódolos dibuxos, con excepción do mapa, son de Luis G. Pacios, a quen 1I0s agradecemos.

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Había, ao parecer, algún outro resto cerámico que non chegamos a ver.

o achado principal e que motiva estas liñas era unha peza de pedra silícea moi dura (<<arenisca caliza»), partida en dous cachos (logo unida no Museo de Lugo) que responde a esta descrición: (Figs. 3 á 6). Mide de longo 102 cm., dos que 21 corresponden á cabeza, 44 ao corpo ou parte decorada e 37 ao pé ou parte para fincar, estando a peza, xa que logo, completa. As anchuras son 12,5 cm. no remate da cabeza e no pescozo, e 21,5 cm. no centro (case á altura da fractura que tiña ao ser atopada). De fondo ten 14-1 5 cm. de xeito irregular, xa que a parte posterior está sen desbastar e apenas mal cortada. (Véx. fig. 4). As incisións que presenta a peza son claras e como ben rematadas, diferenciándose moi ben a parte incisa da códia natural da pedra, o cal advírtese moito no pescozo e nos hombreiros, todos eles «repicados» de vello coa intención certa de marcaren ben a separación entre cabeza e corpo. Non se trata de sinxelas incisións ou picados, senón que a gravura é moi perfeccionada, completándose e facéndose mais ancha, seguramente cun sistema de abrasión, de maneira que, aínda non profundas, as gravuras están moi claras. lendo en conta a extraordinaria dureza da pedra (que non conseguiu ser furada por unha broca eléctrica de gran tamaño na operación de unir os dous trozos), o traballo de preparala e decorala debeu ser moi duro e costar o seu tempo. Na cabeza están gravurados os ollos, con círculo e ponto, e o nariz, case perfectamente triangular. No lugar da boca vai outra liña que rodea ao mesmo tempo ollos e nariz, como enmarcando toda a cara. O corpo compóñeno unha serie de liñas rectas en composición xeométrica facendo dúas aspas superpostas e unidas, de triple trazo paralelo, todo elo enmarcado tamén nun rectángulo case regular pero amoldado á conformación da pedra. A intención destas liñas, ademais do posíbel motivo decorativo, poidera ser indicar unha especie de vestimenta en liñas e/ou cruzado, cicais de carácter funerario, pois, como logo se dí, estas liñas en aspas tamén aparecen noutras estelas de claro fin funerario. O aspecto xeral da figura resulta moi expresivo e mesmo rechamante á primeira ollada, pola claridade dos rasgos e a súa propria configuración facial e antropomorfa (6). Comentario e paralelos Moi oportunamente, pero de modo casual, Vázquez Varela nesta mesma revista (7) fixo unha especie de prolegómeno explicativo e orientativo (6) Chegouse a pensar, incluso, na posibilidade de estarmos di ante dunha falsificación ou «pseudo-imitación» mais ou menos moderna, pero o contexto do achado, e dous metros de profundidade, cos materiais descritos e na croa mesmo do castro de As Coroas, ademais doutros datos complementarios e comparativos, flxonos desbotar aquela idea. (7) J. M. VAZQUEZ VARELA, «La estela de Troitosende», uso y abuso de los paralelos en el arte prehistórico», Brigantium, 1, 1980, p. 83 ss.

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para entendermos este tipo de pezas e, polo tanto, para este traballo. Pois, en efecto, mais aló dos simples paralelos formais, está o contexto arqueolóxico e histórico dos achados, e a análise demorada dos condicionamentos das expresións artísticas, sexan estas intencionadas ou non. Endeben, a aparición da peza en As Coroas de Reigosa afástase da explicación baseada na relativa proximidade xeográfica das estelas citadas por Vázquez Varela. O achado de As Coroas, segundo a terminoloxía que se ven usando (8), é unha laxe antropomorfa a xeito de estela mais ben pequena e estreita. Denominala, como cicais se poidera, estatua-menir contaría cos inconvenientes de que só está traballada por un lado e apenas sen desbastar por detrás e, ademais, menir faría referencia, sen dúbida, a algo arqueoloxica(8) Cfr. J. ARNAL, Les statues-menhir, hommes et dieux, Toulouse, 1976; A. D'ANNA, Les statues-menhir et steles antropomorphes du Midi Méditerranéen, Paris, 1977, e tamén C. A. FERREIRA DE ALMEIDA e V. OLlVEIRA JORGE, A estatua-menhir de Faioes (Chaves), (Trabalhos do Grupo de estudos arqueológicos do Porto, n.O 21. Porto, 1979, p. 5 s.

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mente considerado mais antigo do que pensamos para a peza que descrebemos. Aquí non hai representación de armas e a separación cabeza-corpo está moi ben marcada e non semella representar nin recordar significación fálica ningunha, xa que a disposición aproximadamente triangular da cara é invertida e contraria a como aparece nas estetuas-menir fálicas coñecidas (9). Os paralelos da estela de As Coroas están nas de Tins, Troitosende, Pa radela, Bermés e Ouzande, sinaladas no mapa (fig. 7) e reproducidas no traballo citado de Vázquez Varela a onde nos remitimos para a comparación gráfica. Non obstante, as semellanzas son somente relativas: a de Tins só ten un similar achego á forma antropoide, e a de Bermés, moito mais baixa e ancha, aseméllase unicamente no uso das aspas e na mentada disposición antropomorfa, polo menos intentada. As inscricións destas estelas apontan a unha mais fixa datación que na de As Coroas, que non ten epígrafe nin tan siquera lugar para colocalo (10). As estelas de Ouzande e de Paradela (lugares moi cercanos) tamén teñen inscrición e a forma antropoide é, relativamente, algo mais conseguida, pero non teñen liñas rectas en aspa. Con todo, é a estela de Troitosende a que mais rasgos formais ten de semellanza coa de As Coroas, non tanto na forma da cabeza, extremadamente peculiar e orixinal no caso lucense, como na utilización das aspas no centro da pedra. As dimensións destas últimas pezas son maiores que a de As Coroas, pero, neste caso, o tamaño non parece ser, evidentemente, 'demasiado importante (11). O que interesa resaltar é que este novo achado se aparta da zona occidental na que se localizan, con certa veciñanza, as outras pezas coñecidas. Cicais isto mesmo explique, en parte, as diferencias que existen e, desde logo, o diferente material que obriga (ou permite), pola súa banda, un sistema de gravura e de expresión distinta. Estes paralelos, sempre relativos e non determinantes, para non cair no erro denunciado por Vázquez Varela, vense, nembargantes, confirmados en parte polo seguinte: o contexto arqueolóxico de As Coroas e o lugar mesmo do achado, así como os materiais que o acompañaban e que, se ben non precisan moito a data dado o seu carácter común, si nos pon en disposición de pensar nunha época en que o muiño circular xa está difundido e a cerámica é feita a roda (12), ou sexa, a partires do s. II a. C., cando menos, e factibelmente, despois do cambio de Era. Todo elo, sen botar man (9) Vid. nota anterior. (10) Para a bibliografía sobre estas estelas, cfr. VAZOUEZ VARELA, Op. cit., passim. (11) Non consideramos como paralelos, polo menos de primeira intención, os outros exemplos aducidos por Vázq~ez Varela: a ara de Mixós, que non é estela nin antropomorfa aínda que si teña aspas como simple motivo decorativo, nin a estela de Mazarelas, pois nesta, a figura antropomorfa, as aspas e os outros elementos, de carácter astral, moi importantes e destacados, teñen unha disposición e creemos que intención diferiente, ben que se trate, en efecto, dunha estela romana moi tinguida de indixenismo. Fóra de Galicia, poden citarse, como paralelos da peza das Coroas, en Asturias as de Selorio (Villanueva) e sobre todo a de Molleda (Corveral. con cabeza circular clara e langa incisión de 5 liñas, ande o nariz é triangular e moi semellante. (Cfr. M. MALLO VIESCA, en S.ID.EA, 61, 1967, p. 9-11). (12) A exigüidade destes restos e, nalgún caso, o seu atipicismo poidera minguar o valor desta opinión, e a súa utilidade pode ser, no piar dos casos, ambigua.

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de modo directo, dos paralelos formais das outras estelas citadas, que veñen sendo datadas incluso en época tardorromana. Por outra banda, tendo en conta o xa dito, e pensando que se trata dunha es~ela funeraria antropomorfa anepígrafa, o seu recordo claramente indíxena non desbota a idea de súa datación en época romana, antes ao contrario, pode reforzar a afirmación da existencia dun terceiro grupo de escultura no Noroeste nesa época, isto é, o que se dá en chamar «arte galega en época romana», diferente de seu da arte culta, pero tamén, polos seus proprios caracteres de clientela e expresión, da arte «plebeia» definida por Bianchi-Bandinelli (13). Na estela de As Coroas, a técnica e a apariencia material e formal é claramente indíxena, con raiceiras mesmamente precastrexas (14), e de romano, aparte o contexto (con todo, non moi definido), somente quedaría a noción de estela funeraria co «retrato» do difunto. Porén, é evidente que este novo achado aínda pode ser analizado mais polo miudo, e as opinións poden variar moito, tendo en conta precisamente que non existen paralelos formais claros e exactos que nos dean mais luz, pois aínda que o paralelismo teña sido usado con abuso, o seu uso en arqueoloxía é obvio e necesario (1 5). Lugo, Abril 1981

(13) Cfr. P. A(cuña) F(ernández), F. C(alo) L(ourido) e F. F(ariña) B(usto) en Gran Enciclopedia Gallega, t. 10, s. v. Escultura romana. (14) Cfr. tamén a este respecto, FERREIRA DE ALMEIDA e OLlVEIRA JORGE, Op. cit., p. 21 ss., e IDEM IDEM, A estatua-menhir fálica de Chaves, (Trabalhos do G.E.A.P., n.O 6), Porto, 1980, p. 21 ss. (15) VAZQUEZ VARELA, Op. cit., passim.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 267-272

NUEVA ESTELA ROMANA DE TROITOSENDE (A BAÑA - CORUÑA) José Manuel Caamaño Gesto Departamento de Prehistoria y Arqueologla. Universidad de Santiago

Resumen: En este trabajo se da a conocer el hallazgo de una estela funeraria romana, encontrada en 1979, en el lugar de Vilacoba, parroquia de Troitosende (A Baña, Coruña). Se trata de una estela que presenta una decoración a base de arquerlas, que aunque es un tema muy frecuente en la Penlnsula, sin embargo no se conocen paralelos idénticos a los de esta estela. El formulario de la inscripci6n tampoco es muy frecuente, lo que nos lleva a pensar en la presencia de un lapicida indlgena poco conocedor del latln. El cognomen Fronto aparece con mucha frecuencia a lo largo de todo el Imperio Romano y es extraordinariamente frecuente en la parte Occidental de la Penlnsula Ibérica. Abstract: The new Roman stela in Troitosende fA Baña - Coruña). This paper announces the finding of aRoman funerary stela discovered in 1979 in the village of Vilacoba, parish of Troitosende (A Baña - Coruña). The stela is decorated with arcades, which although a common theme in the Peninsula, has no known identical parallels. The inscription form is also rare, which leads us to believe in the presence of an indigenous carver who knew little Latin. The cognomen Fronto appears frequently throughout the Roman Empire and is extremely common in the western part of the Iberian Peninsula.

La estela romana que damos a conocer en este trabajo fue encontrada en el paraje conocido por «Os Castros», en la falda Sur del castro del mismo nombre, perteneciente al lugar de Vilacoba, parroquia de Troitosende (1) ayuntamiento de A Baña. Las coordenadas geográficas del lugar de hallazgo son: 4° 58' 30" lat. N y 42° 56' 27" long. W de la hoja del M. T. N. E. 1.50.000 n.O 94 (Santiago de Compostela). Su descubrimiento se realizó en el año 1979 cuando el dueño del terreno realizaba labores agrícolas con un arado de tracción mecánica. Al ser extraído de la tierra se partió en dos, presentando fractura transversal, aproximadamente en su parte central. En la actualidad se guarda en el patio de la casa de D. José Senra Souto, su descubridor, que reside en el citado lugar de Vilacoba, parroquia de Troitosende (2). (1) En la misma parroquia y en las cercanlas del lugar del hallazgo de esta estela, apareció en 1908 otra estela anepígrafe publicada por FILGUEIRA VALVEROE, J. - O'ORS, A., Inscripciones romanas de Galicia. 111. Museo de Pontevedra. Santiago, 1955, p. 17, n.O 63. Recientemente fue objeto de estudio por VAZQUEZ VARELA, J. M., «La estela de Troitosende: uso y abuso de los paralelismos en el arte Prehistórico», Brigantium, 1, 1980, p. 84 ss. (2) Agradecemos a su propietario O. José Sema las facilidades dadas para su estudio, as! como al Dr. J. M. Vázquez Varela por la noticia de su hallazgo.

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Se trata de un bloque granítico de grano medio con feldespato y mica, posiblemente de procedencia local, que fue trabajado en forma de estela prismática con cabecera semicircular. Falta por fractura reciente la parte superior izquierda de su cabecera, así como varios fragmentos de su parte inferior correspondientes a la zona utilizada para ser hincada en el suelo. Su parte trasera está sin trabajar, tal como cuando fue extraída de la cantera. Este dato y el hecho de que la parte inferior esté intencionalmente más adelgazado que el resto de la piedra, nos lleva a pensar que esta estela estuvo hincada en el suelo y apoyada su parte trasera contra una pared de forma que sólo se vería su parte frontal. Su campo aparece dividido, siguiendo el orden de arriba a abajo, en tres registros, de los cuales solamente están bien marcados los dos superiores ya que el inferior, correspondiente a la parte hincable no se halla tan bien diferenciado. Por su morfología la estela corresponde a un tipo frecuente en las estelas romanas de Galicia (3). En el registro superior presenta tres arcuaciones superpuestas. La primera se halla encuadrada dentro de un rectángulo y consiste en un arco semicircular que tiene un diámetro de 0,32 m. Debajo de este arco y dentro del mencionado rectángulo se halla otro arco semicircular de las mismas características que el superior, pero de dimensiones más reducidas ya que sólo alcanza los 0,20 m. de diámetro y se halla cerrado en su parte inferior por un trazo horizontal. Debajo de estas dos arcuaciones y dentro del primer registro existe un trazo horizontal que separa este registro del de la inscripción y sobre el que se asientan dos arcos semicirculares cuyos extremos inferiores son tangentes entre sí. No están apoyados en columnas y no existe, por lo tanto, diferenciación de elementos. El motivo decorativo de arcuaciones aparece con mucha frecuencia en la decoración de las estelas romanas. Sobre su simbolismo se ha discutido (4), sin llegar a ninguna conclusión definitiva, ya que la posible interpretación puede variar con las zonas, puesto que un motivo que en un determinado lugar tiene un significado, al ser adoptado en otro, puede perderlo o adquirir otro nuevo. En lo referente a paralelos iguales a este motivo de la estela, tenemos que decir que no encontramos ninguno en la Península. El segundo registro que tiene una longitud de 0,57 m. sirve de campo epigráfico. Lectura. Di(s).M(anibus).S(acrum) Posi(t)Co(rnelius) Fronto, an(norum)XXX-

XliII (3) Cf. RODRIGUEZ LAGE, S., Las estelas funerarias de Galicia en la época romana, Orense, 1974, p. 13. (4) Para lo referente al simbolismo de las arcuaciones Cf. MARCOS SIMON, F., Las estelas decoradas de los conventos Caesaraugustiano y Cluniense, Zaragoza, 1978, p. 29.

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En su estado actual la estela mide: Longitud, 1,59 m. en su parte más larga y 1,47 en su parte más corta. Su anchura es de 0,45,5 m. y el grosor de 0,10 m. Las letras están toscamente grabadas y sus dimensiones oscilan entre 0,07 y los 0,9,5 m. No existen nexos. Hay interpunción en la primera línea entre DI,M y S Y también en la segunda entre POSI y ca. La lectura de esta inscripción presenta dificultades en la segunda línea, debido a que en ese lugar está fracturada la estela; pero sobre todo porque la interpretación de las letras y su correspondiente significado resulta difícil. Como se puede ver en el dibujo de la inscripción la primera letra de la segunda línea sería una P, a la que le falta parte del rasgo curvo superior. La segunda se trata de una O de tosca factura. La tercera, una S, que se aprecia con toda nitidez. La cuarta se trata de un rasgo vertical, que correspondería a una 1. A continuación aparece una interpunción muy clara e inmediatamente un rasgo curvo incompleto que interpretamos como una C. Termina esta línea con una O, que aunque está incompleta se puede leer con claridad. La interpretación que proponemos no es un formulario muy frecuente, aunque existen formularios parecidos en Galicia (5). Lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que posiblemente estamos ante un lapicida indígena poco conocedor del latín, como se puede ver en la utilización de DI por D y sobre todo la representación de la edad por cruces en vez de X. Paralelos de DI.M.S se encuentran recopilados en el elL, 11, 2464, procedente de Conimbriga. También en Guitiriz (Lugo) (6); en Barro (Noya Coruña) (7); en Monte Cildá (8), a las que hay que añadir una inédita encontrada en Antes, publicada en esta misma revista. Cornelius, abreviado como ca conocemos algunos casos, como son: un ara de Viana do Bolo (Orense) (9) y en Torrearévalo (Soria) (10), aunque es más frecuente la abreviación CORo El cognomen Fronto de la tercera línea aparece con mucha frecuencia en la Península Ibérica y en el CI L aparecen recopilados treinta y siete, a los que hay que añadir casi otros tantos que aparecen recogidos en publicaciones posteriores epigráficas y de cerámica. Su distribución geográfica, según Correia Borges (11) coincide fundamentalmente con la parte Occidental de (5) Cf. CASTILLO, A. - O'OAS, A., Inscripciones Romanas de Galicia. Supo l. Prov. de La Coruña, Santiago, 1960, n.O 23. El empleo de la Ifórmula Posuit y la dedicación a los Dioses Manes, hace que la inscripción más que funeraria, parezca una honorífica en la que el dedicante a los Dioses Manes, es el propio difunto. (6) VAZQUEZ SACO, F. - VAZQUEZ SEIJAS, M., Inscripciones romanas de Galicia. 11. Provincia de Lugo, Santiago, 1954, p. 81, n.O 51. (7) BaUZA BREY, F. - O'ORS, A., Inscripciones romanas de Galicia. l. Santiago de Compostela, Santiago, 1949, p. 45, n.O 19. (8) IGLESIAS GIL, J. M., Onomástica prerromana en la epigraffa Cántabra, Santander, 1974, p. 187. (9) LORENZO, J. - O'ORS, A. - BOUZA, F., Inscripciones romanas de Ga/ícia. IV. Provincia de Orense, Santiago, 1968, n.O 114. (10) JIMENO, A., Epigraffa romana de la provincia de Soria, Soria, 1980, n.O 113. (11) CORREI,A BORGES, N., «Nova leitura da inscric;:ao CIL 6275* (Penacova), Conimbriga, XV, 1976, p. 123.

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la Península Ibérica. Para Kajanto (12) este cognomen se extiende por todo el Imperio Romano y haría alusión a una frente pronunciada o prominente. Para la indicación de la edad por medio de cruces, conocemos el paralelo del sarcófago de Avitus, conservado en el Museo Provincial de Orense y que fue datado por Hübner en el siglo VIII y por F. Fita en el VI (13). Cronológicamente, según H. Solin (14), aparece atestiguado desde época Republicana hasta el Bajo Imperio.

1;-

(12) KAJANTO, l., The latin cognomina, Helsinki - Helsingtors, 1965, p. 236. (13) VIVES, J., Inscripciones latinas de la España Romana, Barcelona, 1971, n.O 120. (14) SOLlN, H., «Die innere chronologie des Romischencognomens», La onomastique latine, e.l.e.N.R.S., Parls, 1975, p. 119.

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8rigantium. BóI. Museo Arqu. Hist. COfuñá, 7981, vol. 2 pp. 273-280

LA ESTELA FUNERARIA DE ANTES (A CORUÑA) F. Acuña Castroviejo

R. Casal García Departamento de Prehistoria y Arque%gla. Universidad de Santiago dé Compostela R~sutnen: En el presente trabajo se estudia una nueVa estela funeraria aparecida en S. Cosrne de At'ltes. Cerca de Brandomil, donde se sitúa un importante establecimiento de epoca romana que al~ gunos identifican con la mansión Grandim/rum. L.a pieza destaca por la decoraciÓn antropomorfa debajo del epígrafe (DI.M/P.N III INA.MA/XIMO A/NNORV/M L111). Si bien a esté tipo de représenta~ ciones se les asigna en general una cronologia tardia (entre los siglos 111 y IV). teniendo eh Cuenta los sistemas inorgánicos y el tipo de letra, ésté ultimo factor es muy pObO preciso en tierras galaicas.

Abstrac:t: rhe funerary $t9la In Antes (A Corufía). This papel" studles a new funerary stela discovered in S. Cosme de Antes, near Brandomil, where an important Roman settlément was locatad which so~ me identify with the Grandlm/rum mansion. The piece stands ou beoause of Its anthropomorphlc de~ coration under the epigraph (DI.M/P.N. III INA.MA/XIMO A/NNORV!M. L(11). lf i in general, thls. type of representation Is assigned a late chronolo~}Y (between the IIlrd and IVth centurias), and beariñg in rnind the lnorganic soheneS ahd the kind of writing, it is Concluded tllat tlle last factor is very imprecise in Galiolan lands.

l. Localizaci6n

La presente estela apareció hace varios años en la parroquia de San

Cosme de Antes, ayuntamiento de Mazaricos, en la provincia de A Coruña, utilizándose como dintel en un alpendre situado al lado de la iglesia rectoral. Recientemente y como consecuencia de reformas efectuadas en la construcción en la que se encontraba; fue recogida por el cura párroco y el maestro de la localidad, los cuales nos comunicaron el hallazgo en el pasa~ do mes de febrero, tras lo cual y fruto de la visita efectuada al lugar, es el presente trabajo (1). 11. Ambiente arqueológico

La zona en la que apareció esta estela es bastante rica en restos arqueológicos de todo tipo; que, a pesar de haberse publicado total o parcialmente, necesitan de un estudio pormenorizado. (1l QUeremoS expresat aqul nuestro agradecimiento a D. Lois irigo Martihez, profeSót de E.G.S. del Colegio Nacional de AnteS, quien nos comuniCó el hallazgo, en 1980, y a O. Isidoro Millán por sus observaciones.

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Dentro de esta área destaca el lugar de Brandomil en el que se localizó por muchos autores la mansión Grandimirum perteneciente a la vía romana «per loca maritima». En este lugar y en sus alrededores, se encontraron multitud de restos romanos consistentes en lápidas, tégulas y ladrillos, así como un puente de tres arcos, posiblemente medieval, y un importante castro (2). De aquel lugar proceden un ara a los Lares Viales (3), otra dedicada a Coso (4) y dos estelas funerarias (5). Asimismo, de la comarca circundante, proceden otras dos estelas, concretamente del lugar de Santa Eulalia de Lañas en Negreira (6). 111. Descripción y características Se trata de una pieza paralepipédica de granito local, fragmentada en su parte inferior derecha, así como en su lado central izquierdo. Actualmente se conserva en dependencias de la casa rectoral de Antes. La pieza está recorrida por una veta que la cruza en diagonal desde la parte superior izquierda hasta la inferior derecha y por otra que, partiendo de la mitad central de la primera línea de la inscripción, cruza la estela hasta unirse con la anterior. Dimensiones: Altura, 2,15 metros; anchura 0,50 m.; grosor 0,15 m. Lectura: DI.M P.N. III NA.MA XIMO A NNORV M L111 Transcripción: D(is).M(anibus)

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Traducción: A los Dioses Manes. A máximo de 53 años... Características: La pieza está dividida en cuatro registros. En el superior, con un encuadre realzado, está la decoración ornamental formada por un creciente (2) Sobre esta posible mansión romana. véase P. RODRIGUEZ, «Grandimirum», Galicia Diplomática, 11 (18831884l. 140-141, 157-158, 168-169 Y 174-175; A. LOPEZ FERREIRO, Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela, t. 1, Santiago, 1898,274-275; A. MORALEJO LASO, «Sobre algunos topónimos de las v[as romanas de Galicia» CEG XXVIII (1973), 196-200. (3) IRG 1, 6. Sobre la importancia de este culto en Galicia véase F. ACUÑA CASTROVIEJO, «Los Lares Viales en la Galicia romana», Actas do 11 Congresso Nacional de Arqueologia, Coimbra, 1971,353-357 YJ. TABOADA CHIVITE, «Nuevos testimonios del culto a los Lares Viales en la Gallaecia», Ga/laecia, 2 (1976l. 193-200. Una interpretación reciente en J. BERMEJO BARRERA, La sociedad en la Galicia castreña, Santiago, 1978, 77-117. (4) IRG 1,7. (5) IRG 1, 22; IRG 1 Sup., 19. (6) IRG I Sup., 17 y 18.

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lunar con los cuernos hacia arriba, como es usual, sobre una triple arquería rehundida, ocupando todo el conjunto. Sobre ella un baquetón corrido de O,40 por 0,40 metros. El registro siguiente contiene el epígrafe distribuido en seis líneas. El campo ocupa 0,50 por 0,50 metros. Las letras oscilan entre los 0,04 y los 0,065 metros. Existen interpunciones en las tres primeras líneas y nexos, en la quinta. El tercer registro, de 0,70 por 0,50 metros, está ocupado por una representación figurada enmarcada. Se trata de una figura de hombre desnuda y frontal, ejecutada en relieve plano, con las manos a la altura de la cintura y con los dedos extendidos pareciendo que agarra un objeto que remata en dos esferas. Los pies están vistos de 'perfil hacia la derecha, con indicación de los dedos. La representación del rostro es muy sumaria, de forma circular, con dos puntos que indican los ojos y, la boca, marcada a base de un corto trazo recto, cuello grueso y recto del que parten unos anchos hombros, tórax cuadrado y piernas y pies desproporcionados en relación con el conjunto. El último registro está sin labrar, de forma lógica, ya que era el destinado a ser hincado en la tierra a la cabecera del enterramiento. IV. Consideraciones Esta estela reúne una serie de características tanto en su aspecto epigráfico como en lo decorativo (ornamental y figurado) que no son frecuentes en los ejemplares conocidos hasta el momento. Desde el punto de vista epigráfico lo primero que llama la atención es la forma de expresar la invocación a los Dioses Manes: DI.M ya que la fórmula corriente es D.M. o bien O.M.S., pero no es frecuente la aparición señalada. De todas formas este formulario se puede encontrar en varios sitios y, sin ir más lejos, en Guitiriz (7). En algunas ocasiones estas siglas se interpretaron como Dis Inferis Manibus (8), aunque en el caso que estudiamos no creemos sea probable ya que entre la D y la I no existe interpunción ni separación alguna. Otro rasgo de interés es la expresión de la edad con el término completo annorum, el cual suele figurar abreviado. Sin embargo, en algunos casos del territorio gallego (9) y en otros limítrofes (10) aparece como aquí (11). (7) IRG 11, 51. (8) Como por ejemplo la lápida citada en nota 7. Recientemente F. ARIAS VILAS, P. LE ROUX y A. TRANOY, Inscriptions romaines de la provincia de Lugo, Paris, 1979, n.O 79, interpreta Dis Manibus, que estimamos es lo correcto. (9) Véase IRG 1,10 Y 14; IRG I Sup., 22 y 23; IRG 11,29 Y 41; IRG IV, 124, 125 Y 132. (10) Como en Asturias (F. DIEGO SANTOS, Epigraffa romana de Asturias, Oviedo, 1959,23 Y 42); Cantabria (J. M. IGLESIAS GIL, Onomástica prerromana en la epigraffa cántabra, Santander, 1974,47 Y 601. León (M. C. FERNANDEZ ALLER, Epigraffa y numismática romana en el Museo Arqueológico de León, León, 1978,37); Bragan<;;a (F. M. ALVES. Guía Epigrafico do Museu do Abade de 8a(:al, Bragan~a, 1976, 12). (11) El fenómeno no es exclusivo del Noroeste puesto que aparece en toda la Peninsula y resto del Imperio como lo atestiguan diversos ejemplos que no es el caso incluir aquf.

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La edad viene expresada sin redondear las cifras. Hay que señalar también la falta de formulario final en esta clase de monumentos en los que se expresaba el deseo final para el difunto en forma de H.S.E., S.T.T.L., etc. El epígrafe no presenta dificultades de lectura pero sí de interpretación, a no ser en la parte del nomen que está muy desgastada. Las letras están bien grabadas. Las N son abiertas. Las interpunciones son circulares. La estela está dedicada a un personaje masculino llamado Maximo por un dedicante que desconocemos. En la segunda línea y parte de la tercera podría figurar este nombre, que sería femenino, precedido del praenomen P. También cabría la posibilidad de que el difunto tuv.ies~ los tria nQmina, o que la P. indicase p(osvit}. Estructura

La pieza es de tipo paralepipédico y de considerables dimensiones, acercándose en su remate superior -a la forma semicircular poco definida debido al desgaste de la piedra (12). Es poco frecuente el hecho de que la representación figurada se halle situada en la parte inferior, tras el epígrafe, ya que lo normal sería que se colocase entre la parte ornamental y el campo epigráfico. A pesar de todo, esta disposición aparece en algunas zonas, como por ejemplo, en Lara de los Infantes en escenas que representan generalmente un banquete funerario (13), pero no suele ser frecuente (14). Decoración

El creciente lunar, con los cuernos hacia arriba, es habitual en la decoración de las estelas funerarias y sobre su simbolismo se ha escrito bastante (1 5). Lo mismo ocurre con la triple arquería que, después del motivo anterior, es el más representado en las estelas del Noroeste en sus diferentes versiones (doble, triple y único) y que se ha interpretado como puertas de Hades, puentes, arcos honoríficos que conceden monumentalidad al conjunto, etc. ('16). En ocasiones estos dos símbolos aparecen asociados (1 7).

(12) Para este aspecto puede verse S. ROORIGU EZ LAGE, Las estelas funerarias de Galicia en la época romana, Orense, 1974; F. ACUÑA CASTROVIEJO, «Notas sobre la morfología y la decoración en las aras y estelas de Galicia en época romana», Studia Archaeologica, 32 (Valladolid, 1974), 17-31; A. LOZANO VELILLA, «Tipología de las estelas y la población de Hispania», Rev. Univ. Madrid, XXII, n.o 86 (1973), 90-114; F. MARCO SIMON, Las estelas decoradas de los Conventos Caesaraugustano y Cluniense, Zaragoza, 1978; J. M. IGLESIAS GIL, Epigrafia Cántabra. Estereometria. Decoración. Onomástica, Santander, 1976. (13) J. ABASOLO, Epigrafia romana de la región de Lara de los Infantes, Burgos, 1974, 149 Y 152 Y ss. (14) A veces lo que se dispone bajo el epígrafe es una figura animal, como en la zona de Braganc;:a (F. M. ALVES, op. cit., passim.). (15) Véase las obras clásicas de F. CUMONT, Recherches sur le symbolisme funeraire des Romains, París, 1942, 213; A. GARCIA y BELLI DO, Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid, 1949, 331. (16) Además de los trabajos citados en las notas 12 y 15 véase J. A. ABASOLO, M. L. ALBERTOS y J. C. ELORZA, Los monumentos funerarios de época romana, en forma de casa, de la región de Poza de la Sal (Bureba, Burgos), Burgos, 1975, 74-77. (17) IRG I Sup., 18 e IRG 111,43, para el ámbito gallego.

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En cuanto a la representación figurada existen en el Noroeste peninsular numerosos ejemplares, de entre los que destaca el numeroso grupo de Vigo (18) al que hay que añadir las estelas de Mazarelas (19), San Vicente de Fisteus (20), Cela (21), Atios (22), Araño (23), además de otras muy discutidas y de representación esquemática como las de Paradela (24), Ouzande (25) y Troitosende (26) que han sido últimamente objeto de un reciente trabajo (27). Los problemas iconográficos que nos plantea la representación figurada en la estela de Antes son varios. En primer lugar, el objeto representado entre las piernas puede considerarse como la representación de los órganos sexuales del individuo. Ahora bien, la disposición y forma que adopta esto semeja la plasmación de un puñal cuyas antenas serían las dos esferas que sobresalen por encima de las manos de la figura humana. En el primer caso nos encontraríamos con una representación de tamaño inusitado en la plástica de las estelas, teniendo que considerar entonces las dos protuberancias que aparecen encima de las manos como los pechos del individuo. En el hipotético segundo caso, no hay constancia ninguna de representaciones similares en la misma posición aunque no es raro encontrar, en representaciones funerarias, la aparición de armas asociadas al personaje. En cuanto al esquema organizativo de la figura hay que señalar la evidente desproporción entre las distintas partes del cuerpo, lo cual, por otra parte, es frecuente en las estelas del Noroeste hecho que como ya se dijo en otra ocasión, puede significar un reflejo de la tradición de los artistas prerromanos a la hora de representar en piedra la realidad; en este aspecto son significativas la desproporción entre las piernas y el tronco, la largura del cuello y la esquematización de la cabeza. , En general las estelas con representaciones figuradas suelen aparecer en Galicia en la costa o zonas próximas a ella, destacando como conjunto el ya citado anteriormente de Vigo. Partiendo de esto es posible pensar en la pertenencia de esta estela a una misma escuela, lo que por otra parte parece confirmar la existencia de arquerías, puesto que este es un motivo típico de zonas litorales.

(18) Como obra de conjunto D. JULIA, Etude epigraphique et iconographique des steles funeraires de Vigo, Heidelberg, 1971. (19) F. FARIÑA BUSTO, «Nueva estela funeraria en Galicia», BSAA, XL-XLI (1975),601-606. (20) IRG 1, 17. (21) F. FARIÑA BUSTO Y A. GARCIA ALEN, «La estela funeraria romana de Sabarigo (Sta. María de Cela, Pontevedra)>>, Gallaecia, 3-4 (1979). 317-326. (22) IRG 111, 50. (23) IRG 111, 42. (24) IRG 111, 47. (25) IRG 111, 56. (26) IRG 111, 63. (27) J. M. VAZQUEZ VARELA, «La estela de Troitosende: Uso y abuso de los paralelismos en el arte prehistórico». Brigantium, I (1980), 83-92.

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Cronologla A este tipo de representaciones se les asigna en general una cronolo~ gía tardía, entre los siglos 111 y IV, al tener en cuenta los esquemas inorgánicos y el tipo de letra, aunque hay que tener en cuenta que este último es un factor muy poco preciso en las tierras galaicas, como para poder ser utilizado como un elemento clave en la datación, puesto que tanto el material so~ bre el que está grabado, como la mayor o menor pericia del lapicida, hacen que no se pueden aplicar aquí las normas establecidas para á'reas o ambientes mucho más romanizados.

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Brigantium. Bol. Ml,Jseo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 281-282

DOUS GRABADOS DE EMBARCACIONS NUN MUIÑO DE RIAL (RIANXO, CORUÑA) Fernando Alonso Romero Departamento de Inglés. Facultade de Filoloxla. Universidade de Santiago de Compostela

Abstract: Two engravings o, boats in a mili in Rial. This paper studies the representation on the door of a mili in Rjal of two boats dating back to the last century. This type of engraving is the only one known to date on the door of a milI.

A uns pasos da beira do mar, na pequena ensenada de Río do Mar (Rial, Rianxo) hai un pequeno muíño de auga, construido en 1832, como se deduce dunha inscrici6n da pedra do dintel na que se pode ler: «Me hizo DN Baltasar Blanco en 1832» Os tableiros da porta, en bastante mal estado, conservan restos dunha pintura ocre que parece ser «casca», ou sexa, a tradicional pintura mariñeira empregada tamén antigamente pra tinxi-Ias redes e as velas. O interés desta porta está nos dous grabados, realizados probabelmente con coitelo ou navalla, nos que se representan dúas embarcacións de vela moi semellantes. Ámbalas dúas van arboladas con tres mastros, e un deles leva até catro vergas. Por mor da estilización das liñas pouco mais se pode decir. Solprende o tipo de «timóm>, que mais ben parece unha cruz cunha peana truncada, quizabes sin relación ningunha coas embarcacións pois, como se sabe, é frecuente a existencia de cruciformes nas pedras e portas dos muíños. É evidente que se trata de embarcacións do século pasado; semellan dúas fragatas, ou quizabes clippers, vistos dende a lonxanía; aquelas rapidísimas embarcacións que facían a ruta. americana levando emigrantes,. Este tipo de grabado é o único que se coñece até a data na porta dun muíño, e ademais do seu probabel significado simbólico é un testemuño popular do paso de grandes veleros pala Ría de Arousa.

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Brigantium. Bol. Museo Arqu. Hist. Coruña, 1981, vol. 2 pp. 283-284

UN PRIOR DE SAN ISIDORO DE LEÓN, DE ASCENDENCIA OURENSÁ José González Paz Valle Inclán, 6. Ourense

Abstract: A prior of San Isidoro de Leon of Orensano ancestry. This paper deals with the Orensano ancestry of the abbot of the Colegiata de San Isidoro in Leon, D. Juan de Leon y Cusanca, whose family came from San Cosme de Cusanca (Irixo, Ourense), toponym from which the last name is taken.

D. Juan de León y Cusanca foi abade da Colegiata de San Isidoro de León nos anos 1483 a 1509; descendía de familias ourensás con persoeiros moi significados na vida da cidade. Un tio seu, Frei Alonso de Cusanca, grande predicador e egrexio teólogo, bispo de Ourense e León, renunciou a este obispado pra se retirar, segundo a tradición, ó seu convento de Santo Domingo de Ribadavia no que morreu, recibindo sepultura no claustro baixo, á entrada da Igrexia, non consintindo, por humildade, que o enterraran na mesma. Unha lápida co seu escudo de armas cubría o seu sartego, desaparecendo o enterramento de tan grande varón no ano 1852 ó ser derrubado un dos lenzos deste c1 qustro. Un irmán de D. Alonso, Frei Juan de Cusanca, foi prior no mesmo convento dominicano, no que se enterrou o seu irmán, e logo foi Provincial en España da arde de Predicadores o ano 1411. Tivo en goberno este mesmo priorato durante os anos 1433 a 1441 outro membro desta familia: Frei García de Cusanca. Os Cusanca eran naturais da parroquia de San Cosme de Cusanca, axuntamento de Irixo, partido do Carballiño, e o apelido provén do topónimo. D. Juan de León y Cusanca, prior de San Isidoro, foi xeneroso mecenas daquela esgrevia igresa legionense: á súa xenerosidade débese a actual capela maior na que campa o seu escudo de armas, consistente nunha cruz flordelisada con bordura de oito castelos e timbrado con chapeu e cordón con borlas de dignidade eclesiástica. Este escudo é igual ó do seu tio, obispo D. Alonso de Cusanca, que figura na fachada da Igrexa do exconvento de Santo Domingo de Ribadavia co dos Sarmientos, condes da Vila, e as armas de Castilla e León. 283


BIBLlOGRAFIA FRAY AURELlANO PARDO VILLAR, 1939. Los Dominicos en Galicia. Santiago de Compostela. WALDO MERINO, 1974. Arquitectura Hispano-Flamenca en Le贸n. Le贸n.

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NORMAS ÓS AUTORES NORMAS XERAIS Os orixinais deberán ser inéditos. O(s) autor(es) indicará(n) o(s) enderezo(s) de cada un deles: centro de traballo ou, na súa falla, domicilio. Os orixinais deberán levar un resume no idioma en que vaian escritos e outro en inglés. O texto debe mecanografiarse sempre a doble espacio e paxinando as follas. Entregarase un orixinal. As palabras que vaian en cursiva no texto deben levar suliñado sinxelo e a negr!ta levará ~ As citas no texto deberán facerse polos apellidos dos autores con maiúsculas, ano de publicación e si se estima conveniente coa páxina do texto á que se fai referencia. A numeración das notas a pé de páxina será correlativa e sinalarase, no texto, entre paréntesis. As figuras, mapas e táboas deberán ir en papel vexetal e tinta negra, e as fotografías serán en branco e negro, agás casos excepcionais. Tódalas figuras levarán no dorso e a lápiz o seu núm.ero correlativo.

BIBLIOGRAFíA A bibliografía irá ó final do traballo e deberá limitarse ós autores citados no texto. Disporase por orde alfabético de apellidos dos autores e, dentro de cada autor, por orde cronolóxico. A referencia debe da-lo apellido e a continuación as iniciais dos nomes propios do autor ou autores, ano de publicación, título completo do traballo, nome da revista en abreviaturas usuais con suliñado sinxelo, tomo e páxinas primeira e última e lugar da edición. No caso de libros, suliñarase o título dos mesmos e a continuación porase a editorial, número de páxinas e lugar da edición, v. gr. ARIAS VILAS, F., 1979. Noticia dun tesouriño de moedas romanas no Cadramón (Valedouro, Lugo). Gallaecia, 5, pp. 325-327, Santiago de Compostela. OlAS, J., VEIGA DE OLlVEIRA, E. e GALHANO, F., 1961. Sistemas pri-

mitivos de secagem e armacenagem de produtos agrícolas. Os espigueiros portugueses. Centro de Estudos de Etnología Peninsular, pp. 291, Porto. CORRECCIÓNS 9s autores recibirán un xogo de probas de imprenta prá súa correción. As modificacións que se fagan ó texto serán as de tipo gramatical ou de erros de impresión. As probas de imprenta deberán ser devoltas no prazo de 15 días; transcurrido este sin recibilas, a Dirección decidirá entre apraza-Ia publicación do traballo ou face-Ia corrección do mesmo, declinando a responsabilidade sobor dos erros que se poideran cometer.

TIRADAS APARTE Os autores recibirán gratuitamente 25 exemplares do seu traballo. Os autores que desexen un maior número de exemplares terán que indicalo e correrá ó seu cargo o esceso de precio.

Os orixinais que non se axusten a estas normas devolveranse ós auto-





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