Estos trabajos indagan sobre la fragilidad aparente de ciertas labores femeninas, destinadas a permanecer confinadas en un ámbito doméstico. De estas labores y el prolongado tiempo que demanda su ejecución, Cecilia ha tomado las operaciones mínimas que las mujeres han repetido durante siglos, y con ellas realiza desplazamientos sutiles hacia soportes no tradicionales, frágiles, efímeros pero que justamente, desde su aparente inconsistencia nos hablan de unas temporalidades fuera del tiempo, una eternidad que conocen las arañas tejedoras y los insectos que construyen su propio hábitat.