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Introducción

Colombia no solo ha tenido un prolongado conflicto armado, también tiene una larga trayectoria en la búsqueda de la paz. El primer acuerdo para alcanzar la paz se firmó en la finca bananera Neerlandia, entre Ciénaga y Aracataca, el 24 de octubre de 1902, con el que se puso fin a la guerra de los Mil Días. “Rafael Uribe Uribe, comandante de las tropas liberales en el Magdalena y Bolívar, reconoció que prolongar la lucha iba a conducir inevitablemente a su degeneración y entró en la búsqueda de condiciones de paz ‘decorosas y prácticas’” (Museo Nacional, 2018). A este tratado se sumó el de Winsconsin y el de Chinácota. Ambos pretendieron llegar a acuerdos sobre las garantías mínimas para la convivencia pacífica, la entrega de armas y la consolidación de la paz.

Posteriormente, el 24 de julio de 1956, se firmó el Pacto de Benidorm entre el liberal Alberto Lleras Camargo y el conservador Laureano Gómez, en representación de sus partidos, con el fin de poner término al periodo de La Violencia. Treinta y cuatro años después se firma el primer acuerdo de paz entre una guerrilla y el Estado colombiano: el 9 de marzo de 1990 se firmó el acuerdo de paz con el M-19, que llevó —entre otros factores— a la convocatoria y celebración de la Asamblea Nacional Constituyente, en la cual también participaron otras guerrillas1 que firmaron acuerdos para el mismo periodo.

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El más reciente acuerdo de paz se firmó en el 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP). Con este, se puso fin a la que era, en ese entonces, la guerrilla más antigua del continente, y se pactó una agenda social enfocada en la reforma rural integral, la participación política, la solución al problema de las drogas y los derechos de las víctimas.

Ahora bien, esta trayectoria de conflictos y acuerdos tiene una característica común: cada vez que se firma un acuerdo de paz, la violencia se intensifica y se torna más letal e indiscriminada. Por ello, y por primera vez, un gobierno se plantea hacer una Paz Total, bajo el entendido de que la paz fragmentada y sucesiva que hemos tenido a lo largo de varios años ha demostrado ser insuficiente.

La política de Paz Total, en palabras del senador Iván Cepeda Castro, presidente de la Comisión de Paz del Senado de la República y facilitador de varios procesos de paz llevados a cabo en el país, es una política que cuestiona, desarrolla y amplía conceptos con los que se venía tradicionalmente gestionando la paz de Colombia (2022).

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