ESDC19

Page 1

1


Capítulo 19 — Planes Italianos. Narrador POV Cuando el sol despuntaba en el horizonte, tapado por unas gruesas nubes negras. Edward miró dormir a Bella, su pelo caía en cascada sobre la almohada y sus labios estaban entreabiertos dejando salir en pequeñas respiraciones su cálido aliento. Se preguntó que podría hacer sin ella si algo llegara a pasarle, si por alguna circunstancia tenía que separarse de su lado… un horrible dolor en el pecho le confirmó lo que ya sospechaba desde hace tiempo, Bella se había vuelto para él más importante que su propia vida y si tenía que ponerse en riesgo por protegerla no dudaría ni un solo segundo en hacerlo. Bella despertó y medio adormilada se acercó a su novio vampiro y se acurrucó en sus brazos, aspirando su aroma e intentado mantener en su retina la imagen de un Edward perfecto, de su eterno salvador y la persona a la que más amaba. Minutos después una deslumbrante vampira rubia sentada al volante de un también impresionante descapotable rojo, aparcó frente a la casa de los Swan, Edward besó desesperadamente a Bella intentando llevarse con él algún recuerdo más de los que ya tenía y salió para hablar con su hermana antes de partir a un destino que desconocía. —Cuídala, si le pasa algo te haré responsable —sentenció el chico con voz dura. —Eso no tienes ni que pedirlo, sabes que haré hasta lo imposible — aseguró Rosalie devolviendo también una mirada sombría en la que no había lugar a dudas. Edward salió corriendo hacia su casa, serpenteando entre los árboles de aquel bosque que tan bien conocía, correr era una de sus pasiones, pero en esta ocasión sentía un peso insoportable en el corazón, se enfrentaba a tres vampiros desconocidos que 2


amenazaban con hacer tambalear su mundo, además uno de ellos había atentado anteriormente con la vida de su otra hermana, la pequeña e hiperactiva Alice, ates de conocer a Bella ella era una de las personas más importantes de su mundo y si algo la amenazaba, él también se sentía afectado. Al llegar a la mansión Cullen todos estaban esperándolo en el garaje. Carlisle buscaba algo entre unos cajones, hoy había pedido el día libre en el hospital, teniendo que posponer una importante operación, pero nada era más importante que la seguridad de su familia y antepondría cualquier cosa ante eso, incluso una vida humana si fuese necesario, aunque este no era el caso. Alice y Jasper estaban en una esquina, abrazados y dándose consuelo mutuamente, a ellos casi más que a ningún otro miembro de la familia les estaba afectando en sobremanera esta situación, Alice por fin había descubierto cual era su pasado y el motivo de su conversión, y en lugar de sentirse tranquila, solo pensaba en despedazar al culpable de ello con sus propias manos. Quizá Jasper, su marido, tenía algo que ver en esos sentimientos, su empatía hacía que su mal humor se reflejara en cada uno de los presentes, hacía que sus ansias de venganza se incrementasen con creces. Él mismo estaba deseando arrancarle la cabeza a aquel monstruo que había abandonado a su mujer en mitad de la conversión, dejándola totalmente desamparada y sin conocimientos de lo que le estaba sucediendo. Emmett estaba sentado en su Jeep, miraba hacia todos lados nervioso y excitado, tenía ganas de pelea, ansiaba poder poner en práctica todas las nuevas técnicas que había aprendido con Jasper a lo largo de los años, además echaba de menos poder utilizar toda su fuerza sin tener que pensar en no dañar nada a su paso. Sus músculos estaban en tensión y preparados para saltar sobre su adversario y despedazarlo antes de que pudiese darse cuenta si quiera de su presencia. 3


Y Esme, la dulce Esme, ella estaba apoyada junto a la puerta del coche de su marido Carlisle. Miraba a cada uno de los miembros de su gran familia y rogaba a todos los Dioses que conocía para que ningún miembro de ella resultase afectado, así como la frágil Bella, aquella humana se había hecho un hueco enorme en su corazón y no soportaría perderla, porque además de su dolor propio sabía que con ello también perdería a su hijo Edward. Edward suspiró y se colocó al lado de su hermano Emmett, necesitaba su optimismo para sentirse seguro en ese momento, no soportaba haber dejado a Bella con Rosalie, hubiese preferido protegerla él mismo, pero no podía hacerlo si también quería acabar con aquella vampira pelirroja que había visto en la mente de su novia. El pánico que Bella sentía hacia ella era suficiente para que las alarmas de Edward se activasen y solo pensase en deshacerse de ese peligro, para que su chica estuviese tranquila y feliz. Alice caminó lentamente hacia el centro del garaje y no hizo falta ninguna otra señal para que los demás Cullen la siguiesen adentrándose corriendo en el bosque. Buscaron el rastro de los lobos, que se habían pasado toda la noche patrullando buscando algún rastro del trío de nómadas con el que ambos bandos quería acabar, no tardaron en encontrarlo y lo siguieron hasta un claro en mitad de la nada. Mientras se acercaban al lugar podían escuchar como alguien estaba luchando. Edward estaba escuchando las mentes de todos los involucrados y se sintió realmente excitado al darse cuenta de que la manada de chuchos apestosos, como su familia se refería a los licántropos de La Push, estaba despezando y desgarrando a uno de los nómadas. En la mente de Laurent, uno de los componentes de aquel trío, podía leerse el pánico y la desesperación que sentía en ese momento, pero Edward no sintió lástima ante él, nadie que osase atentar contra Bella sería digno de despertar en él cualquier otro sentimiento que no fuese rabia y odio. 4


Los lobos estaban disfrutando de su cacería, era el primer vampiro real que estaban matando desde que se había transformado por primera vez y disfrutaban de cada zarpazo y cada mordisco que sus garras y dientes propinaban al duro cuerpo de mármol del chupasangre que tenían enfrente. Sam miraba todo desde una distancia prudente, sintiéndose totalmente orgulloso de su raíces, aunque estás le habían jugado alguna que otra mala pasada. Estaba atento a cada uno de los movimientos de aquella sanguijuela preparado para entrar en escena si fuese necesario, pero dejando que sus hermanos disfrutasen de la lucha que estaban llevando a cabo. Jacob no disfrutaba con eso, mordía y desgarraba la carne del vampiro con el asco reflejado en su mirada, él no había pedido eso, él no quería ser aquel monstruo, pero ver a la indefensa Bella temblar de miedo ante sus ojos le hizo replantearse su destino y ahora ya no veía tan mal el proteger a personas que, como ella, no merecían acabar su vida en manos de criaturas sin corazón como aquellas. No muy lejos de allí, cerca de la casa de los Swan, otros tres vampiros caminaban sigilosos acercándose a su destino. El cabecilla de ellos, más conocido como Aro, se frotaba las manos esperando que sus planes llegasen a buen término, esperaba que todo hubiese salido como él esperaba, quería que los Cullen protegiesen a aquella humana como había pasado anteriormente, necesitaba a esa humana en perfectas condiciones para poder conseguir lo que más anhelaba. Dentro de la casa, Rosalie contestó su teléfono con su muerto corazón en un puño, había pasado el día imaginando que Emmett y toda su familia acabarían con esa amenaza y todo en sus vidas volvería a ser igual de tranquilo que siempre, pero que equivocada estaba, la voz de Alice despertó sus peores miedos. —Saca a Bella de ahí, James se nos ha escapado y se dirige hacia esa dirección, Bella huele demasiado bien y querrá darse un festín antes de seguir huyendo de nosotros. 5


Rosalie se estremeció al pensar que algo podría pasarle a su amiga humana, no sabía el por qué, pero sentía que debía protegerla con su propia vida, ya no solo porque sus sentimientos hacia ella, ni por los de su hermano, en su mente solo se hacía eco un solo nombre: Nessie. Ese bebé que todavía no existía pero que era una de las pocas razones de su existencia y sabía que antepondría su vida antes de que algo pudiese afectar al futuro de esa criatura. Subió a Bella a su espalda y se encaminó hacia la puerta para salir de esa casa cuanto antes, pero al abrirla pudo observar dos figuras con capas negras que observaban la casa fijamente, se estremeció al darse cuenta de quienes eran esos dos vampiros, dos miembros de la guardia de los Vulturis. —¡Mierda! —maldijo sin poder evitarlo. Giró sobre sus pasos y se encaminó a la puerta trasera de la casa, si había alguna posibilidad de salir de allí tenía que encontrarla, pero se congeló en su lugar cuando en el patio trasero otra figura las miraba sonriendo. Escondió a Bella dentro de un armario y salió por la puerta a trasera a toda la velocidad que sus piernas podían alcanzar, algo andaba mal, no entendía porque los Vulturis hacían acto de presencia en un pueblo tan pequeño como lo era Forks. Los Cullen desviaron su camino, adentrándose más entre el bosque, siguieron el rastro de los otros dos vampiros dividiéndose entre ellos. Carlisle acompañado de su esposa y de Emmett, persiguieron a la vampira pelirroja llamada Victoria, que parecía tener un don para escabullirse entre la maleza sin que nadie pudiese darle caza, y Alice, Jasper y Edward siguieron el rastro de James, el vampiro del que los tres querían su cabeza en bandeja. Pero el maldito también parecía escabullirse. Saltaba de árbol en árbol despistando a la batida que lo perseguía y consiguiendo deshacerse de ellos pasados unos minutos.

6


De repente unos gritos se hicieron eco en la mente de Edward, detuvo en seco su carrera y escuchó horrorizado lo que su hermana Rosalie estaba gritando mentalmente. —¡Los Vulturis! ¡Edward están aquí! En casa de Bella. No fue necesario que se lo repitiese dos veces, salió corriendo hacia la casa de su chica sin que nadie lo pudiese evitar, sus piernas, que se movían casi a la velocidad de la luz, le parecían demasiado lentas en ese momento. En su mente solo se reflejaba el miedo y la angustia que sentía, no soportaría que algo le pasase, no soportaría vivir sin ella. En otro lugar de su mente las dudas eran cada vez mayores, ¿qué hacían los Vulturis aquí? Bella sabía demasiado y acabarían con ella sin pensarlo, así como con su familia por desvelar su secreto. Eso pintaba mal… muy mal. Aro sonrió con malicia cuando escuchó una respiración agitada y un corazón bombeando demasiado deprisa. La boca se le hizo agua y se le llenó de ponzoña al oír aquel gorgojeo constante de sangre. Pero la tragó estoicamente y se encaminó al interior de la casa. Abrió las puertas de aquel armario que ocultaban a la humana que ahora el centro de sus planes y la sacó de su interior agarrándola por un brazo, la dejó en el suelo y la miró con ambición, sopesando el hecho de tener a alguien con ese potencial entre sus filas… pero con el tiempo todo llegaría. Bella echó a correr aterrada, escapando de uno de los vampiros que más la habían hecho sufrir en su sueño, pero este, haciendo uso de su velocidad sobrehumana, se interpuso en su camino y le cortó el paso haciendo que la pequeña chica chocase con su cuerpo y como consecuencia cayese al suelo. Aro la miró con desdén desde la altura que los separaba, no soportaba esa situación, pero era necesaria. —Vaya, vaya, pequeña Bella… al fin nos vemos las caras… de nuevo —bromeó internamente con sigo mismo, pensando que ella no entendería el juego de palabras que había utilizado. 7


Agarró a la frágil humana por el cuello y la levantó mirándola con superioridad. La respiración se le cortó a Bella y comenzó a forcejear en busca de aire. Aro, asustado por hacerle más daño del que pretendía, la soltó de golpe y la dejó caer pesadamente contra el suelo una vez más. Bella temblaba de miedo, la última vez que había visto a ese ser despreciable, ella era una vampira poderosa, no una significante humana sin poder defenderse ante él. Ahora no podría hacer otra cosa que esperar su sentencia, fuese cual fuese... —Solo venía comprobar que todo saliese según lo planeado… — continuó hablando Aro— veo que los Cullen no te protegen del todo bien. Se agachó para ver los asustados ojos de la joven que lo miraban aterrada. Sus dos guardas se pusieron tras él y sonrió internamente pensando que si quisiese hacerle daño, no necesitaría la ayuda de su gente para acabar con la vida de esa inocente chica. —Aro... —susurró débilmente Bella. Él tembló, casi imperceptiblemente para Bella, pero no para su guardia que se puso alerta en ese mismo momento. La chica parecía conocerlo, algo estaba fallando. Y mientras barajaba las posibles dificultades que eso podría ocasionar se dio cuenta de un detalle que había pasado por alto. El don de esa chica siendo vampira bloqueaba su mente completamente, era una fisura demasiado grande en sus planes, pero no sabía hasta que punto podía afectar eso al buen término de ellos. —¿Me dejas comprobar algo? —preguntó el vampiro extendiendo la mano ante Bella, quería saber hasta qué punto llegaban sus conocimientos, si es que podía acceder a ellos. No podía arriesgarse a que sus planes se fuesen al diablo sólo por haber olvidado aquel pequeño detalle. Bella extendió su mano asustada, pero resignada, sabiendo que no tenía otra opción. Por su mente pasó la posibilidad de que si ahora 8


Edward podía leer su mente por momentos, quizás Aro también podría hacerlo y eso la aterró aunque no lo demostró exteriormente. Y no se equivocaba, Aro, con una sonrisa triunfal estaba accediendo a todos los recuerdos de la muchacha, sorprendiéndose gratamente de hasta dónde podía llegar la magnitud de su don y anhelando el día de poder contar con él para su beneficio. Cuando repentinamente el flujo de pensamientos se detuvo y su mente se volvió un papel en blanco. Aro maldijo internamente y su sonrisa se borró, su don, aunque debilitado, continuaba siendo demasiado fuerte para poder acceder a todos los recovecos de su mente. Dudó un segundo, si todos los esfuerzos que había realizado habían sido en vano lo lamentaría ante sus hermanos, especialmente con Marco, que nunca estuvo de acuerdo con sus planes. Pero ya estaba hecho, ahora solo quedaba esperar que todo continuase por el buen camino y por lo que había llegado a ver en la mente de Bella, todo marchaba según lo previsto, aunque había unos pequeños inconvenientes, un trío de nómadas que estaba amenazando con echar todo a perder. —Vaya, vaya, vaya… algunas cosas han cambiado, aunque no del todo. ¿Verdad Bella? —dijo Aro clavando su roja mirada en ella, provocando que se estremeciese. La figura de la vampira rubia salió de entre los árboles y la guardia de Aro se puso alerta impidiendo que llegase a donde se encontraba su amo. Rosalie lamentó eso, estaba totalmente impotente a lo que aquel despiadado vampiro pudiese hacer con Bella, y la miró disculpándose por no poder hacer más. Aro no reparó en la nueva presencia y continuó escrutando a la humana con su mirada más penetrante, no quería ponerla nerviosa, no quería asustarla. Sólo pretendía visitar a su amigo Carlisle y comprobar que todo marchaba bien sin llamar demasiado la atención, pero ahora no se lamentaba de haber desviado ligeramente 9


su objetivo y encontrarse frente a ella personalmente. Así sería más fácil corroborar lo que quería saber. —No te preocupes pequeña. Tu… Nessie esta…rá perfectamente, no temas —bromeó de nuevo jugando con las palabras, sabiendo que ella no entendería nada, pero riendo ante su propia broma personal. Alzó la mano y colocó un mechón de pelo detrás de la oreja de una temblorosa y asustada Bella, reparando en la calidez que emanaba su cuerpo, e intentando no caer en la tentación de probar su sangre y echar por tierra todo por lo que estaba luchando. —Demetri —gritó Aro poniéndose en pie—, ve al bosque y busca a los Cullen, ayúdalos a librarse de esos… inconvenientes, después trae a Edward aquí. —Edward no tiene nada que ver con esto —murmuró Bella sacando un coraje que no parecía tener. Aro la sujetó por el brazo y la alzó de nuevo para tenerla a su altura, si quisiese podría matarla en ese mismo momento, solo haciendo un poco más de presión sobre su delicado brazo haría que su hueso se partiese en mil pedazos provocándole un inmenso dolor. Pero no podía hacerlo, su impertinencia lo estaba poniendo nervioso, pero quería acabar con todo eso cuanto antes, volver a la seguridad de Volterra e informar a sus hermanos que todo iba según lo previsto. —Claro que tiene que ver, sin él los planes no saldrán como deberían. Felix, suéltala y ve a ayudarles tú también, yo tendré una conversación más extensa con mi… amiga Bella. Aro soltó a la humana de nuevo con una expresión de asco, no soportaba la tentación de tenerla tan cerca y no poder matarla. "Es necesaria" repetía mentalmente, "Su don es muy poderoso, más que la atracción de su sangre" Su mente buscaba excusas para evadirse de su

10


sed, claro que esa humana era necesaria, quizás más de lo que pensó en un primer momento. Un ruido en el bosque alertó a los dos vampiros presentes, otro vampiro sediento se interpuso entre ellos y arrebató a Bella delante las narices de Aro y Rosalie, el sonido de varios huesos romperse hizo eco en el silencio que los envolvía y, sin que ninguno de los dos pudiese hacer nada para evitarlo, el vampiro y su carga humana desaparecieron entre los árboles internándose en el frondoso bosque. James se relamía los labios pensando en lo dulce que sería la sangre de su próxima víctima, no sabía si aquellos perros y los vampiros extraños de ojos dorados llegarían a dar con él, pero por si acaso, quería darse un último festín, sentir por última vez la calidez de la sangre humana descendiendo por su garganta. Después ya lidiaría con lo que fuese, en ese momento solo ese olor tan dulce estaba nublando sus sentidos. Edward llegó a la casa de los Swan y se detuvo cuando leyó la mente de Rosalie que, aunque había salido corriendo tras Bella, no dejaba de recordar lo que había sucedido con James solo unos segundos atrás. Aro miraba estupefacto y en shock hacia el lugar por donde aquel vampiro había desaparecido. Sólo despertó cuando una mano lo empujó y su cuerpo se desplazó varios metros hacia atrás. —¿Dónde está? —rugió Edward clavando su negra y fúrica mirada en el vampiro de ojos rojos. Aro no pudo contestar, otro vampiro de ojos dorados llegó y miraba a sus hermanos estupefacto, una vampira de pequeño tamaño llegó tras él y ninguno de los cinco fue capaz de decir nada. Edward gritó furioso, miró hacia el lugar donde Aro tenía la vista clavada un momento antes y, sin mediar palabra, echó a correr siguiendo el rastro de su amada mezclado con el de otro vampiro. Jasper lo siguió de cerca captando sus emociones, sintiendo la rabia y la furia que 11


carcomían el cuerpo de su hermano en ese momento y su sumándolas a la frustración de ese asqueroso vampiro se estuviese saliendo con la suya y encima se riese de ellos robándose a Bella en sus narices. Bella miraba los ojos de su agresor con miedo, pero una oleada de su propio valor salió a flote y susurró las palabras que sabía que serían su sentencia de muerte. Pero no podía hacer nada para evitarlo, tenía varias costillas rotas y eso sumado a que su fuerza no era nada comparada con la de su atacante, hacían de ella una débil presa en manos de un sediento James. —Acaba con esto de una vez —su voz salió en un murmullo, pero con la fuerza suficiente para dejar estupefacto a James, que solo anhelaba sentir su tibia sangre en su paladar. Un brillo iluminó su mirada, no solo sería divertido, sino que no opondría resistencia, demasiado simple. Quería jugar un poco con la comida antes de acabar con ella, así que… —Tus deseos son órdenes, preciosa —dijo susurrando cerca de su oído. Bella cerró los ojos esperando su final, esperando sentir el filo de aquellos afilados dientes traspasar su piel, pero en su lugar James aspiró con fuerza su aroma y tragó la ponzoña acumulada en su boca. Agarró sin demasiada fuerza los hombros de su víctima e hizo volar su cuerpo varios metros antes de estrellarse contra un árbol. El estruendo que provocó se oyó en la distancia, haciendo que Edward apurase más su paso si eso fuese posible. El cuerpo de Bella, totalmente desmadejado y fracturado en varios lugares, cayó desde varios metros de altura provocando otro fuerte ruido acompañado de un quejido que inevitablemente salió de sus labios. Edward, que estaba a una corta distancia del lugar, oyó como la razón de su existencia estaba sufriendo y vio en la mente de su verdugo lo que estaba a punto de hacerle. Un rugido de pura furia 12


abarcó su pecho y sintió la rabia correr por sus venas, sus zancadas eran enormes y, saltando sobre un árbol y cogiendo impulso con sus fuertes piernas, dio un salto de varios metros cayendo en mitad del claro donde estaban sucediendo todos los hechos. Bella abrió los ojos para contemplar nuevamente a su asesino, quería recordar todas las facciones de su cara, para volver desde el infierno y hacerle pagar por todo el dolor que le estaba infringiendo a ella, y también a Edward, eso era lo que más le dolía, sabía que no podría soportar el vivir sin ella. Pero el dolor de sus heridas físicas fue más fuerte que ella y la inconsciencia se cernió sobre su cuerpo haciendo que perdiese cualquier contacto con la realidad. James rió triunfal, su carcajada se oyó a varios kilómetros, Edward sin pensárselo salto sobre su cuerpo y lo alejó de Bella todo lo que sus fuerzas le permitieron, con tan buena suerte que este cayó a los pies de Jasper, que seguía a Edward a un par de kilómetros. Él y Alice sonrieron con ironía y saltaron sobre él arrancando trozos de piel y músculo con la venganza latiendo por sus venas. Edward se acercó a Bella tembloroso, sabía que ya no había peligro porque sus hermanos se estaban ocupando de todo. Su única preocupación era la chica que yacía tendida en el suelo cubierta de sangre. Se sorprendió a sí mismo cuando su sed estaba controlada, cando su único objetivo era salvarla y no beber su sangre. La cogió en sus brazos y salió corriendo al único lugar donde podrían ayudarles a ambos… con su padre Carlisle. Felix y Demetri corrían por el bosque tras la vampira pelirroja, los Cullen se quedaron paralizados en cuanto los vieron, y la vampira resignada dejó de correr y se enfrentó a su destino. Todos los vampiros conocían a los Vulturis, sabían que escapar de ellos era absurdo, más cuando Demetri estaba detrás de ti, su rastreo era imparable y no cesaba hasta lograr su objetivo. Los dos vampiros de capas negras se abalanzaron sobre ella y arrancaron su cabeza y extremidades sin ningún signo de arrepentimiento. Carlisle observó 13


la escena sin mostrar ninguna emoción en su cara, Esme miró hacia otro lugar y Emmett maldijo por haberse perdido la diversión. Todos oyeron un grito de Edward a lo lejos y Carlisle sin perder un segundo se encaminó hacia donde su hijo lo llamaba inconsolablemente. Al llegar al lugar se paralizó ante la escena que había ante sus ojos. —Edward, al hospital, Emmett ocúpate de las pruebas —dijo el cabeza de familia sin perder la entereza. El rostro de Emmett se iluminó al pensar en un poco de diversión, el cuatro latas de Bella sería la víctima en esta ocasión, pero alguien tenía que ayudarle a deshacerse de los nervios que lo invadían en ese momento por no haber podido descargar su furia contra los nómadas. Él y Esme fueron hacia la casa de Bella, allí todos esperaban en torno al patio trasero de la casa de los Swan. Todos estaban en silencio, y Rosalie y Alice se encogieron ante las noticas que traían sobre Bella. Carlisle no tardó en llegar al lugar, después de dejar a Bella en buenas manos en el hospital, tenía que hacerse cargo de su familia, era un momento difícil y sabía que todos lo necesitaban. Emmett sonriendo con picardía y totalmente inconsciente del nerviosismo y el miedo de su familia, se dirigió hacia el Chevy de Bella y con un estruendo por parte del motor del viejo coche, se alejó del lugar dispuesto a llevar a cabo su trabajo. Alice y Rosalie temían a los Vulturis, sabían el riesgo al que se exponían con que Bella supiese tanto sobre su mundo. Sabían que su familia estaba peligro, que su amiga humana estaba en peligro también, aunque saliese con vida del ataque que acaba de sufrir. Miraban a Aro y a su guardia con miedo, temiendo escuchar la condena que acabase con sus vidas.

14


Carlisle miró con prudencia a su antiguo amigo Aro, este le devolvió una mirada temerosa, no quería que nadie de esa familia se enterase de sus planes, y tenía la inmensa suerte de que Edward no estaba presente para leer su mente y enterarse de todo. —Sólo estaba de visita, amigo Carlisle, lamento llegar en tan mal momento —dijo con falsa pesadumbre—. Espero que las cosas se solucionen, me iré y volveré en otra ocasión cuando las aguas hayan vuelto a su cauce. Carlisle asintió, no muy convencido de las palabras del antiguo vampiro, Bella le había advertido que no debía confiar en él, y aunque no le había explicado exactamente porque, sabía que algo en el comportamiento de Aro era muy extraño, pero sin darle demasiadas vueltas, se despidió de él y lo vio partir junto con los miembros de su guardia. Todos se miraron entre sí cuando los vampiros italianos se perdieron de vista, y sin decir nada se encaminaron hacia la mansión Cullen, para cambiarse sus ropas sucias y desgarradas e irse directos al hospital a apoyar a Edward, él era el eslabón débil en ese momento y no podían ni querían dejarlo solo ante ese mal trago

15


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.