El sueño 20

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Capítulo 20 — Heridas Edward POV Corría con Bella en brazos completamente desesperado, no sabía exactamente a donde me dirigía, solo estaba buscando la mente de Carlisle entre todos los árboles que nos rodeaban. El corazón de Bella latía con dificultad, y su respiración era cada vez más pausada. Sabía que no quedaba mucho… había visto en la mente de James como se había golpeado contra aquel árbol y lo más probable es que tuviese alguna costilla rota y esta le perforase un pulmón por eso le costaba respirar. "Emmett tiene que tranquilizarse, Demetri no se anda con juegos" La voz mental de Carlisle por fin llegó a mí. Grité llamando su atención, solo quería que se acercara y me ayudase, yo sólo no podría lidiar con eso. No tardó en aparecer y al vernos sus ojos se abrieron como platos. Yo no podía hablar, no podía pronunciar ni una sola palabra, sabía que en cuanto abriera la boca saldrían sollozos desgarrados, no soportaba ver a Bella en ese estado y menos por mi culpa. Agradecí su rápida reacción y antes de que casi pudiese darme cuenta ya estábamos frente a las puertas del hospital. Un par de enfermeros la arrancaron de mis brazos y yo sentí un vacío terrible. Carlisle fue tras ellos y a mí me guiaron a una sala de espera con más humanos, todos estaban cabizbajos y sus pensamientos eran tan abrumadores como los míos propios. En ocasiones como esta era cuando me lamentaba no saber más sobre medicina, no tener la misma fuerza de voluntad que Carlisle para hacer frente a la sed y poder soportar el olor de la sangre humana. Si no fuese tan débil podría estar tras aquellas puertas ayudando personalmente a Bella. Podía ver todo lo que le estaban haciendo en la mente de los 2


médicos y oía su corazón latiendo lentamente, eso era lo único que me mantenía de una pieza… mientras continuase latiendo, yo seguiría en pie luchando por los dos. Carlisle apareció un tiempo después, no sé exactamente cuánto porque ya había perdido la noción de todo, lo único verdaderamente importante para mí estaba tras aquellas puertas luchando por sobrevivir. Me extendió una bolsa y al mirar el contenido bufé. —Alice sólo se preocupa por ti —me susurró mi padre— no te has dado cuenta del aspecto que tienes, pero todos te miran asustados, hasta yo puedo notar eso sin leer mentes. Me metí en un baño y miré mi reflejo en el espejo. Tenía las ropas desgarradas y ensangrentadas. Correr por el bosque tras James me había dejado con harapos cubriendo mi piel. Bajé la mirada y vi mis manos cubiertas de sangre… la sangre de Bella. Agudicé de nuevo el oído y los latidos de su corazón continuaban siendo lo único que anclaba la cordura a mi cuerpo. Miré mis manos de nuevo y, sin saber muy bien por qué, alcé una de ellas y olí el aroma de la sangre que la impregnaba. Cerré los ojos ante la impresión, la ponzoña se acumuló en mi boca y el monstruo comenzó a rugir… abrí el grifo tambaleándome ligeramente, el monstruo amenazaba con ser más fuerte que yo, pero no se lo permitiría. Metí mis manos bajo el agua y vi como esta poco a poco iba tiñéndose de rojo eliminando los restos de sangre. Al ver como la sangre desaparecía por el sumidero el monstruo rugió. Me miré sorprendido al espejo y mis ojos estaban más negros que el carbón. Me cambié de ropa en unos segundos y al volver a ver mi imagen en el espejo mis ojos continuaban negros, mi mandíbula estaba completamente tensa y mis manos cerradas en puños. El teléfono vibró en el bolsillo del pantalón que me acaba de quitar y lo cogí a regañadientes. Antes siquiera de que pudiese hablar una voz sonó al otro lado. 3


—Todos estamos en la sala de espera, ve a cazar tranquilo que te esperamos —la voz de Alice sonaba tranquila, aunque podía notar un deje de preocupación. Cerré el teléfono de un golpe y lo volví a guardar en mi bolsillo. Abrí una de las ventanas del baño y miré a un lado y al otro, cuando creí que nadie podría verme salté y luego me adentré corriendo en el bosque. Cace unos cuantos ciervos que intenté no saborear del todo, su sangre no era tan dulce y apetitosa como lo era la que minutos antes cubría mi manos. Deambulé tranquilamente, intentado serenarme antes de volver, mi familia no merecía mi mal humor, tenía que estar tranquilo para no hacer pagar a nadie con mi irritación. Un ruido proveniente de mi espalda llamó mi atención y al girarme vi a Black a unos metros de distancia. Nos observamos en silencio durante unos minutos. Su postura era rígida y su cara no mostraba ningún tipo de emoción. Sus pensamientos eran tranquilos y pacíficos aunque el nombre de Bella sobresalía entre todos ellos. No tenía fuerzas para enfadarme con él, ponerme celoso de que ese perro pensase en mi Bella, no era mi prioridad en ese momento. —¿Qué quieres? —pregunté en un susurro con voz dura. "¿Cómo está?" Sólo esas palabras se hicieron eco en su mente y mi rostro se contrajo de dolor al recordar el estado en el que la había dejado James... y todo por mi culpa. —No lo sé, voy al hospital a comprobarlo —contesté apesadumbrado. Me di la vuelta y corrí hacia el hospital. Cuando llegué a la sala de espera todos estaban allí excepto Carlisle, busqué su mente por todo el edificio y lo encontré atendiendo a Bella, estaba suturando una de las heridas que tenía en la cabeza, pero ella continuaba inconsciente. 4


Me dejé caer pesadamente en una de las sillas y esta crujió un poco por el golpe… tendría que controlarlo mejor la próxima vez. No era necesario alzar la cabeza para saber la cara con la que todos me miraban y de repente unos muy conocidos pensamientos comenzaron a desfilar por mi mente. Me tensé en la silla y el miedo comenzó a hacer mella en mí, Jazz lo captó al instante y se sentó a mi lado poniendo la mano en mi hombro. —¿Qué pasa? —preguntó en un susurro. Los demás nos miraron prestándonos su total atención. —¿Os habéis ocupado de todo? —pregunté en un susurro. —¡Oh sí! —dijo Emmett sonriendo. —¡Emmett! —lo regañó Esme—. Bella ha sufrido un accidente de tráfico… ha visto su camioneta destrozada de camino al hospital — ahogó en sollozo en una de sus manos y bajó la cabeza fingiendo ocultar sus lágrimas. El jefe Swan pasó a la velocidad de una bala por el pasillo y se dirigió hacia una de las enfermeras que estaban tras el mostrador de información. Tras hablar con ella se giró y al levantar la cabeza sus ojos se cruzaron con los míos. Tuve que bajar la mirada avergonzado, si Bella estaba en esa situación sólo era por mi culpa. Se dirigió hacia donde nos encontrábamos en cuestión de segundos, me puso una mano en el pecho y cerrándola en un puño intentó alzarme, le ayudé un poco poniéndome en pie para no hacerle sentirse peor. —¿Qué le ha pasado? —preguntó con voz fría. Nunca había visto al jefe Swan tan preocupado y que estuviese descargando su ira en mí solo me hacía sentir peor, él me culpaba por lo que le había pasado a Bella y yo sumaba su culpa a la mía que ya era desmesurada. Fui incapaz de decir nada, ni en mi defensa ni 5


en mi contra. El brillo fiero de sus ojos me dejó sin palabras, sabía que su dolor en este momento no se comparaba al mío, pero también estaba sufriendo bastante y yo era el único culpable. Mi padre apareció de repente y separó al Charlie de mí, me dejé caer de nuevo en la silla y enterré mi rostro entre las manos. Unas suaves caricias en mi cabello me dejaron fuera de juego durante unos segundos. —Estará bien —susurró Alice en mi oído. —Nada estará bien —mi voz sonó amortiguada por mis manos, pero aun así podía sentirse el dolor en cada silaba pronunciada. Alice suspiró y fue a sentarse con Jasper unas sillas a mi izquierda. Me conocía perfectamente, sabía que si continuaba presionándome estallaría y no era lo mejor en ese momento, ni en ese lugar. Esme ocupó su lugar a mi lado y pasándome una mano por los hombros hizo que dejase descansar mi cabeza sobre sus rodillas. Acariciaba mi cabello mientras yo cerré los ojos y fingí dormir un rato. Cuánto deseaba poder hacerlo en verdad… evadirme del mundo por unas horas y dejar todo el sufrimiento y los problemas atrás. Aunque lo más seguro que si lo hiciese en ese momento tendría pesadillas con lo que estaba viviendo. Un tiempo después, no sé exactamente cuánto, Charlie volvió a la sala de espera y se sentó al lado de Esme. —Lo siento —susurró a mi madre. —No te preocupes… te entiendo —lo tranquilizó ella—. Todos estamos preocupados. ¿Hay alguna novedad? Charlie suspiró con fuerza y clavó la mirada en el suelo. —La están operando, tenía una fractura abierta en una pierna. —Estará bien —dijo Alice con una sonrisa—, Bella es fuerte. 6


En su mente comenzó a formarse una imagen de Bella haciendo rehabilitación para poder volver a caminar y yo suspiré aliviado, al menos seguiría con vida. Un par de horas después Carlisle apareció y se llevó a Charlie con él. "Todo está bien Edward, en un rato podrás verla" Pensó antes de desaparecer de nuevo por aquellas puertas seguido de Charlie. Me enderecé en la silla y miré a todos, agradeciéndoles silenciosamente por estar allí conmigo, apoyándome cuando menos lo merecía. Concentré de nuevo mi atención buscando a Bella. Encontré el latido de su corazón, ahora parecía tener algo más de fuerza y su respiración era más acompasada. Me levanté y me puse a dar vueltas por la sala de espera. Los humanos que había apenas me prestaban atención inmersos en sus propios problemas. Y mi familia me dio mi espacio para pensar y serenarme antes de ver a Bella. Charlie reapareció unos minutos después, en cuanto apareció nuestras miradas volvieron a cruzarse y sus ojos estaban enrojecidos a causa de algunas lágrimas que seguro que se esforzó en ocultar, aunque tenía un brillo de tranquilidad y esperanza en ellos. —Edward —susurró Carlisle apareciendo tras él. Charlie solo volvió a mirarme y asintió con la cabeza, seguí a Carlisle con la mirada clavada en el suelo, caminamos por varios pasillos y nos cruzamos con personas a las que no les presté atención. Me estaba preparando mentalmente para la imagen con la que me encontraría, pero sabía que ninguna preparación serviría de nada en cuento la viese. Y así fue, Carlisle me indicó cual era la puerta de su habitación, vacilé con mi mano en el pomo durante unos segundos, los latidos de su corazón continuaban siendo mi música de fondo y lo único que me mantenía con los pies sobre la tierra. Respiré profundamente y abrí la puerta lentamente. 7


Caminé unos pasos y me detuve de repente. Allí sobre la cama descansaba ella. Su cabello estaba peinado entorno a su cabeza. Sus manos estaban extendidas a ambos lados de su cuerpo, uno de sus brazos tenía una vía por donde le estaban inyectando algunos medicamentos y por el otro brazo le estaban haciendo una transfusión de sangre. Una de sus piernas estaba vendada, tenía una gasa cubriendo una zona de su cabeza y su rostro reflejaba tranquilidad, sólo tenía un pequeño rasguño en la frente que indicaba que la había pasado algo. Suspiré, intentado reprimir los sollozos que querían abrirse paso en mi pecho, di dos pasos más hacia delante y fijé mi vista en sus ojos, ahora cerrados… como añoraba verme reflejado en esos dos pozos chocolate, deseaba volver a ver su mirada con esa chispa de alegría que los hacía verse más vivos. Estaba pálida e inmóvil y solo podía pensar en lo hermosa que estaba cuando se sonrojaba y bajaba la mirada cuando se sentía avergonzada. Era mi Bella la que estaba en esa cama, era la parte de mi corazón que había estado buscando durante décadas. Era mi alma que creía perdida, esa a la que ningún monstruo tiene derecho, pero yo la había encontrado. Y como un estúpido dejé que la dañaran, dejé que otro monstruo quisiera llevársela de mi lado. Caminé los dos últimos pasos que me separaban de su cama, me acerqué lentamente y besé su frente con cuidado. Aspiré su aroma y no pude evitar arrugar la nariz. Su olor había cambiado, ya no era el mismo, alcé la cabeza y vi la bolsa de sangre que le estaban transfiriendo: A+, bufé… quien había donado esa sangre no tendría a muchos vampiros tras él, su olor no era muy atrayente. Me senté en una silla a su lado y tomé una de sus manos entre las mías, casi esperé que se estremeciera ante mi tacto frío, pero no hubo ninguna respuesta en su cuerpo. Me quedé observándola de nuevo, parecía dormir como la había visto tantas otras veces… parecía tener un sueño tranquilo y reparador, pero la verdad era bien 8


distinta y ese olor de la sangre que le estaban inyectando no hacía más que recordarme una y otra vez todo lo que había pasado. Y mientras las agujas del reloj hacía una vez más su camino incansablemente, yo permanecí sentando, con una de sus manos entre las mías, dejando que su calor templase mi cuerpo. Dejando que los latidos de su corazón llenasen mi mente, acompasando el ritmo de mi respiración con el suyo… Ya no escuchaba a nadie, en mi mente sólo estaba el vacío que había dejado su inconsciencia. Necesitaba oír su voz, verla sonreír, incluso prefería verla enfadada conmigo u odiándome que en ese estado. Una mano se posó en mi hombro y no necesité alzar la cabeza para saber de quién se trataba. —Jazz estoy bien desmesuradamente.

—susurré,

aunque

estaba

mintiendo

—Sólo venía a decirte que me voy, sabes que estoy contigo hermano —"ya no soporto estar aquí…" —Entiendo... no te preocupes —intenté sonreírle, pero no fui capaz. Se acercó a Bella, colocó un mechón de su pelo detrás de su oreja y deslizó un dedo por su mejilla con delicadeza. "Cuídala" Pensó antes de dar media vuelta e irse. No necesitaba que nadie me lo pidiese. Cuidaría de Bella con mi propia vida, si es que se le podía llamar a vivir a lo que yo hacía. Lo pensé durante unos instantes. Yo sí vivía, pero solo desde que Bella se había cruzado en mí camino, ella le había dado sentido y color a mi existencia,

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convirtiendo cada día en una nueva aventura a su lado, no en uno más entre tantos como era antes de conocerla. Y con esa epifanía revoloteando en mi mente volví a mirarla, me acerqué de nuevo a ella y imitando a Jasper acaricié su mejilla. Los latidos de su corazón aumentaron de velocidad y no pude evitar sonreír ante eso. Incluso completamente inconsciente mi Bella sabía que yo estaba a su lado y me reconocía entre los demás. ¿Podría alguien amarla más que yo? Era algo que dudaba en sobremanera. Los días continuaron pasando lentamente, pasé al lado de Bella todas las horas posibles. Tenía que guardar las apariencias, ningún humano podría pasarse las veinticuatro horas del día pegado a una cama. Durante las noches fingía dormir cuando alguna enfermera entraba en la habitación, y durante el día hacía algún viaje esporádico al baño para nada en especial, sólo miraba el espejo y rememoraba una y otra vez los días al lado de mi Bella. Bajaba a la cafetería tres veces al día y compraba algún que otro café en la máquina. No salí a alimentarme durante días, mis ojeras prominentes y mis ojos oscurecidos eran prueba de ello, pero nadie consiguió arrancarme de su lado para algo tan poco circunstancial como salir a cazar. Lo importante era Ella… siempre sería Ella. Bella llevaba cuatro días inconsciente y su estado no parecía cambiar. Sus heridas estaban curando favorablemente excepto su pierna, que como bien había predicho Alice, lo más probable es que necesitase hacer rehabilitación para poder caminar. Mis hermanos también pasaban gran parte de su tiempo con ella en el hospital. Alice solo se sentaba a su lado e imaginaba las cosas que comprarían en cuanto ella despertase y pudiese caminar sin dificultad. Jasper simplemente la miraba, dejaba su mente en blanco y centraba su atención en sus emociones, no captaba mucho, solo atisbos de lo que podía sentir. Cariño cuando sentía a alguien preocupándose por ella, vergüenza cuando Carlisle revisaba sus 10


heridas, amor cuando yo estaba a su lado… y diversión cuando Emmett susurraba algo gracioso en su oído. Charlie comenzó a mirarme con otros ojos, o al menos, no lo hacía con el mismo odio del primer día. Sabía que era un hueso duro de roer y, aunque supuestamente lo que le había pasado a Bella era un accidente de tráfico y su padre no me culpaba, yo sí lo hacía. Bella estaba ahí porque yo era lo que era y porque alguien de mi mundo quiso acabar con ella. Si hubiese estado solo un poco más atento… si no me hubiese centrado solo en la venganza a James y me preocupase por protegerla… —¡Ya basta! —susurró Jasper a mi lado—. No lo soporto, Edward. — ¿Qué pasa? —pegunté sin apartar mis ojos de Bella… como cada día. —No es tu culpa, ¿me entiendes? —casi gritó—. Fue ese maldito James, tú no has tenido nada que ver, si no fuese por ti, Bella no estaría en esa cama. —Luchando por vivir… es por mi culpa por lo que está ahí — susurré clavando mi mirada en el suelo. —¿Cuándo lo entenderás? —preguntó mirándome. Alcé la cabeza y lo miré inquisitivamente. "Bella te ama" pensó, "Y te amaría igual si fueses de color verde y tuvieses antenas, no eres un monstruo, eres el amor de su vida, métetelo de una vez en esa cabeza tan dura" Lo miré fijamente durante unos segundos… bufé y desvié la mirada de nuevo hacia Bella. —No evadas mis pensamientos… sabes que tengo razón —volvió a decir. —Bella no merece eso… —murmuré. 11


—¿Qué quieres decir? —Esta dispuesta a perder su alma por mí… y no lo merezco. El monitor de los latidos corazón de Bella se disparó y Jasper y yo nos pusimos en pie de un salto al lado de su cama. "Está muy nerviosa… nos está oyendo Edward" pensó a mi lado. Miré a Jasper asustado, se dio media vuelta y salió de la habitación buscando a Carlisle. Miré a Bella, no se había movido, los latidos de su corazón seguían demasiado acelerados y sus mejillas se habían sonrojado ligeramente. Acaricié una de ellas, su calor me embargó una vez más… desde el día que la había llevado al hospital no había vuelto a tocarla, no me sentía digno de ello y el volver a sentir su piel, cálida, tersa, suave bajo mis dedos... fue la mejor medicina para mi ansiedad. —Estoy aquí mi amor —susurré en su oído—, estaré siempre a tu lado. Mis dedos se perdían entre su pelo, y casi sin darme cuenta comencé a tararear aquella canción, la que ella había llamado su nana una vez. Su corazón fue normalizando su ritmo lentamente hasta que sus latidos eran normales. Carlisle entró en la habitación con cara de preocupación. —¿Qué ha pasado? —preguntó revisando el monitor. —He dicho algo que la ha puesto nerviosa —admití cabizbajo. Carlisle negó con la cabeza y se acercó a Bella acariciando su mejilla. —¿Qué vamos a hacer con él? —le preguntó teatralmente— Eres demasiado necio Edward —dijo ahora dirigiéndose a mí. El monitor hizo dos pitidos extraños, como si Bella estuviese de acuerdo con lo que acaba de oír. Bufé fingiendo indignación y Carlisle se volvió hacia mí. 12


"Guarda tus opiniones si sabes que van a afectarle, te está escuchando y necesita tranquilidad para recuperarse." pensó. Asentí, no quería que Bella se enterase de que teníamos una conversación mental… Los días continuaron pasando… el corazón de Bella se estabilizó desde aquel día. Hoy era domingo, Bella ya llevaba seis días inconsciente, y aunque no me importaría estar durante años a su lado esperando que despertase, quería que lo hiciese ya. Me preocupaba que no hubiese ningún signo de recuperación, se dio un fuerte golpe en la cabeza y me preocupaba que le hubiese afectado más de lo que los médicos aseguraban. Su esencia volvió a ser la misma, ya habían terminado de hacerle la trasfusión y su olor característico había vuelto a ella. Toda la habitación olía a ella, y era el mejor olor que me podría rodear. Yo también había visto sus pruebas en la mente de todos los especialistas que la trataban, mis conocimientos en medicina eran teóricos y muy básicos, pero al igual que los doctores no veía ninguna anomalía en sus exámenes. Por lo que no entendía porque se demoraba tanto en abrir sus ojos y mirarme solo como solo ella sabía hacerlo. La noche anterior, Alice había conseguido convencerme para salir a cazar. Fue algo rápido y solo lo suficiente para que mis ojos se viesen dorados de nuevo. Alice alegó que Bella al despertar debería encontrarse con Edward, no con un monstruo como el que la atacó. Me encogí de dolor ante sus palabras, no podía ser más ciertas… pero le hice caso y fui con ella para devorar unos cuantos ciervos para que dejase de atormentarme. En la mañana estaba mirando por la ventana, intentado evadir mi mente de todos los pensamientos que me abrumaban en el hospital. También se escuchaba algún llanto de bebé y respiraciones forzadas… era un hospital, ¿qué esperaba? Centré toda mi atención 13


en los latidos del corazón que tenía más cerca, ese único sonido que me mantenía cuerdo y sereno, sin él me habría vuelto loco hace mucho tiempo. En mi mente no paraban de desfilar las imágenes de lo que me gustaría hacer con Bella en un futuro, graduarnos, casarnos, irnos de viaje, tener a Nessie, comenzar la universidad… cada cosa que añadía a la larga lista hacía que mi sonrisa mental se ensanchase y mi pecho se expandiese de una imaginaria felicidad. Sólo me faltaba la pieza clave para poder realizar todo eso: Ella, necesitaba que despertase y escuchar su voz. Su corazón latió un poco más rápido de lo normal, me giré para mirarla ya que estaba dándole la espalda y vi que una de sus manos se cerraba en un puño. En un parpadeo estaba a su lado sujetándole la mano y esperando algún otro tipo de reacción. Apretó los parpados con fuerza y un ligero gemido abandonó su garganta. Una sonrisa se extendió en mi rostro. —Tranquila… ya todo paso —susurré en su oído sin poder evitar aspirar su esencia una vez más. Las comisuras de sus labios se alzaron en una leve sonrisa, y mi sonrisa se ensanchó todavía más… no cabía en mí de felicidad al ver que estaba despertando, que reconocía mi voz, que me sonreía a mí. Aunque me preocupaba su reacción al despertar, quizás ya no querría volver a verme. —Edward… — fue solo un susurro con voz ronca y pastosa, pero sonó como música celestial para mis oídos. Había pasado los últimos días anhelando ese sonido. —No hables, ya todo pasó, todo está bien y tranquilo —intenté tranquilizarla porque su corazón latía desbocado. Se puso todavía más nerviosa y comenzó a llorar… yo me puse histérico, ¿por qué reaccionaba así? ¿A qué le tenía miedo? —Aro —sollozó 14


—Tranquila Bella, Aro también se ha ido, no volverá en mucho tiempo. Tranquilízate por favor— le pedí mientras acariciaba su rostro con mis manos temblorosas. —¿Qué pasó? —preguntó después de unos segundos y ya un poco más tranquila. La pregunta que más temía… ¿Qué hacía ahora? ¿Le decía la verdad o le mentía? Mentirle no era una opción, su enfado en cuanto se enterase sería monumental, además, ella no lo merecía. —James te atacó —comencé a relatar bajando la mirada, me avergonzaba el haber sido tan poco cuidadoso con ella—, pero por suerte Jasper y yo llegamos a tiempo. Los perros se ocuparon de Laurent y Felix y Demetri acabaron con Victoria. Como ves, el peligro ha acabado. Suspiró y puso una mueca de dolor… le dolía, estaba sufriendo… por mi culpa. Dejé caer mi cabeza entre sus manos y comencé a sollozar con lágrimas secas. —Lo siento tanto Bella —estallé y solté todo lo que llevaba días guardando—. Tenía que haber tenido más cuidado, tenía que haber sido más prudente —continuaba diciendo. —Edward, Edward por favor, mírame —me pidió con voz dulce. Alcé la cabeza y la miré a los ojos… como había echado de menos ese brillo que tenía en ellos, ese rubor en sus mejillas… —Me has salvado, estoy aquí gracias a ti. Tú no has tenido la culpa de que James diese conmigo y si no fuese por ti y por Jasper, no lo estaría contando. —No —dije negando con la cabeza—. Soy un monstruo, mi mundo es el causante de que estés aquí, sino fuese lo que soy, tú estarías en tu casa tranquilamente disfrutando de un domingo cualquiera. —¿Es domingo? —preguntó desviando el tema. 15


Lo noté pero preferí ignorarlo, haría lo que ella me pidiese en ese momento. —Sí… has estado dormida desde el martes… —susurré. —¿Y qué ha pasado? —¿A qué te refieres? —pregunté confundido. —¿Qué le habéis contado a Charlie? La parte más difícil… desvié la mirada y me aparté unos pasos de su cama, no porque temiera que me hiciese daño, más bien porque ella se lo hiciese si intentaba golpearme. Nunca la había visto enfadada de verdad y no sabía cuál sería su reacción. —Ha sido idea de Emmett —murmuré. —¿El que ha sido idea de Emmett? —preguntó algo alterada. —Has tenido un accidente de tráfico, tus heridas tranquilamente podrían pasar por eso —dije atropelladamente. —¿Y? —inquirió. —Bueno… tuvimos que destrozar un coche para poder explicarlo. Desvié la mirada, sabía que Bella adoraba su Chevy… no querría verme en la piel de Emmett en ese momento. Los ojos de Bella llamearon y se clavaron en mí. Temblé un poco, me asustaba ver esa mirada en ella, aunque comprendía su furia, si algo le pasase a mi Volvo… —Edward, dime que no es lo que estoy pensando —dijo entre jadeos. —Lo siento… era la única solución —"maldito Emmett" Murmuré para mis adentros por haberle hecho eso a su coche. —¡No! —gritó— ¡Era mi coche! 16


—Era casi tan viejo como yo… piensa que ha tenido una vida plena y feliz y ha disfrutado de sus últimos días a tu lado —dije intentado quitarle algo de hierro al asunto. —Edward Cullen, en cuanto sea vampira patearé tu preciso culo de mármol —en cuanto oí esas palabras salir de su boca tuve que reprimir una carcajada. Como ya dije, nunca había visto a Bella enfadada y era algo digno de ver, sobre todo cuando su ira no tenía que ver conmigo, aunque fuese el blanco de sus blasfemias por estar cerca en ese momento. Y sus palabras se colaron en mi mente de repente. —¿Tengo un culo precioso? —pregunté divertido. Gruñó y desvió la mirada. —¿Quién fue? —preguntó pasados unos minutos. La miré sin entender a lo que se refería. —¿Quién destrozó mi coche? —preguntó algo sobresaltada. —Fue Emmett, he de reconocer que el cacharro era duro. Tuvo que estrellarse varias veces contra un árbol para poder siquiera hacer una marca en la carrocería —reprimí la sonrisa que se quería dibujar en mis labios, sabía que a Bella no le gustaría que ese hecho me causase demasiada gracia. Me miró con rabia… era como estar frente a un gatito rabioso, me encantaba verla en ese estado. —No te enfades amor —acaricié su mejilla— Te regalaré uno nuevo, ni te acordarás de ese cacharro dentro de un par de meses. — al fin se había librado de la bestia… Bufó e hizo un mohín… me derretí mirándola. —Pero que sea normal… nada de coches anti tanque ni nada parecido —me pidió haciendo un puchero. 17


—¿Coches anti tanque? —a que venía esa petición. —Mejor no me lo recuerdes Cullen, o te patearé el culo antes de tiempo. Sonreí de nuevo… esa era mi Bella, la que tanto amaba, la luz de mis días

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