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Capítulo 32 — Alianza Bella POV El viaje a la mansión Cullen sobre la espalda de Edward nunca me había parecido tan largo… podía ver todo a mi alrededor como si sucediese a cámara lenta… como si de verdad fuese vampiro y la velocidad a la que Edward corría fuese algo normal para mí. Por más que intentaba no era capaz de sacar de mi cabeza a los rumanos… ¿qué estarían haciendo aquí? Pero había algo que me inquietaba mucho más que el motivo de su visita… ellos eran vampiros, vampiros carnívoros y yo una humana… aunque contaba con siete vampiros a mi alrededor que me protegerían de cualquier cosa que pudiese llegar a pasar, eso me tenía un tanto intranquila. Cuando ya se podía ver la casa de los Cullen a lo lejos, Edward se detuvo y me bajó de su espalda. Se colocó frente a mí y cogió mis manos con ternura. Mi cuerpo temblaba violentamente, hasta ese momento no me había dado cuenta de cuánto, pero parecía una hoja en mitad de una tormenta. —¿Amor? —me susurró Edward— Todo estará bien… tranquila. No pude contestar, cuando intenté hacerlo y abrí mi boca para hablar un sollozo partió mi pecho en dos… no podía ni imaginar lo que estaba pasado, no podía predecir por qué ocurría todo eso. Nada era igual que en mi sueño, nada… eso me inquietaba, me hacía temer lo peor, sentía a Nessie muy lejos, no a solo unos meses de poder tenerla en brazos… no… era como si nunca pudiese llegar a tenerla y eso me estaba matando. No sé cómo pasó ni de donde salió, pero enseguida noté una mano en mi hombro y comencé a sentirme un poco más tranquila, alcé la mirada lentamente y Jasper estaba a mi lado con el ceño fruncido. —Todo está bien, Bella —me dijo con su tranquilizante voz. 2
Pero, aunque quise creerle, no pude hacerlo, nada estaba bien… nada podría estar bien hasta que yo fuese un vampiro y tuviese a Nessie conmigo. Negué con la cabeza bruscamente. —Me gustaría saber lo que pasa por tu cabeza en este momento — murmuró Edward besando mi pelo—, no puedo hacerlo desde que llamó Alice —dijo mirando a Jasper, supuse que contestando a alguna de sus preguntas mentales. Cuando me quise dar cuenta ya estábamos en la puerta de la mansión Cullen, que se abrió de repente mostrando a una Alice ansiosa, que se abalanzó sobre Jasper visiblemente nerviosa. Entramos en la sala y recargados en una de las paredes del fondo de esta estaban rumanos, uno frente al otro hablando entre ellos, Carlisle y Esme estaban sentados en el sofá, también teniendo una conversación privada, Emmett y Rosalie estaban en las escaleras con el ceño fruncido y visiblemente alterados. En cuanto entré en la habitación los seis vampiros miraron en mi dirección, los dos pares de ojos rojos me miraron con sorpresa y jadearon. Edward me sujetó por la cintura y me colocó tras su cuerpo, en un parpadeo Jasper y Emmett estaban a su lado formando una barrera frente a mí que me impedía poder ver a los rumanos. —¿Es una humana? —preguntó uno de ellos, realmente no podía decir quién era quien, además de no poder verlos, para mí eran casi como una única persona, pues ambos se comportaban prácticamente igual y acaban las frases del otro, solo contaban como uno. —No puede ser —murmuró el otro. —Ella era… no…
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El cuerpo de Edward se relajó, aunque me sujetó por la cintura y me atrajo hacia su cuerpo. Al girarse para mirarme pude ver preocupación y confusión en sus ojos, lo que fuese que estaban pensando los rumanos a Edward no le estaba gustando nada. —No le haremos nada… —Lo prometemos —uno finalizó la frase del otro, tal y como recordaba. Me estremecí por el sonido de sus voces. Frías, apagadas… era como escuchar a un viejo árbol, o una roca… me recordaron la tortuga gigante de "La Historia Interminable". Edward me empujó con cuidado y me hizo sentar entre Carlisle y Esme, esta última pasó un brazo por mis hombros y me atrajo hacia ella, no estaba segura si para consolarme o para protegerme de cualquier posible ataque. —Perdonad nuestra descortesía… —Pero cuando la otra vez luchamos juntos… —La señorita no era humana… —Solo estamos sorprendidos—dijeron los rumanos. Eso me hizo tensarme. "Cuando la otra vez luchamos juntos" Me enderecé un poco y miré a Carlisle, que me dedicó una mirada en la que me decía que él también había captado el mensaje. —¿La otra vez? —preguntó Emmett. —Sí... cuando los Vulturis querían matar a la semi vampira… —... para vénganse de tu familia, Carlisle —contestaron. Ante la mención de Nessie todos nos tensamos, comencé a temblar y Jasper se colocó tras el sofá sosteniendo mi hombro de nuevo, lo 4
agradecía, en ese momento necesitaba toda mi concentración para poder saber de que estaban hablando esos dos vampiros. —No… —susurré— Carlisle… El aludido tomó mi mano entre la suya, la sentí más fría que nunca, pero su frío me confortó, me hizo sentirme un poco más tranquila. —¿Qué quieren decir con eso? Explíquense, por favor —les pidió. —Hace más de un año, creaste un grupo de testigos para evitar que Aro acabase con los tuyos… —Todos nos salvamos gracias al don de la humana que está a tu lado … —Claro que en ese entonces era una vampira —dijeron. Miré los rostros de cada uno de los presentes, solo Carlisle y Edward conocían la historia completa de mi sueño, solo a ellos les había contado las intenciones de los Vulturis, solo ellos sabían lo que podría estar pasando por mi cabeza en ese momento. —No… no… no… —murmuraba yo incoherentemente. —Bella, tranquila —susurró Esme en mi oído. Pero yo no podía estar tranquila… no cuando me decían lo que yo más estaba temiendo… nada había sido un sueño, todo había pasado realmente… mi cabeza estaba llena de incógnitas: ¿Por qué yo volvía a ser humana? ¿Dónde estaba Nessie? ¿Por qué estaba pasando todo eso? ¿Quién había hecho eso? ¿Con que fin? —¿Qué quieren decir con eso? —preguntó Edward. 5
—¿No fue un sueño? —pregunté con voz trémula. Los rumanos me miraron y soltaron un suspiro. Edward se sentó y gruñó audiblemente, Jasper soltó mi hombro y en seguida se puso a su lado. —Los Vulturis han hecho algo… no sabemos el que… —Han jugado con el tiempo… —No sabemos con qué fin… —Tampoco sabemos porque nosotros lo recordamos y los demás que nos rodean no… —¿Tú recuerdas todo? —me preguntó uno. Asentí incapaz de hablar. —Pero creyó que todo había sido un sueño —dijo Alice. —¿Qué quieren los Vulturis? —preguntó Rose visiblemente molesta. —No lo sabemos… —Los Vulturis siempre han ansiado el poder… —Siempre quieren más y más… —Ahora han cruzado la línea… —Están jugando con la vida de todos… —Ya no se conforman con tener poder sobre los humanos y los vampiros… —Quieren poseer los cuatro elementos… —Han estado buscando a Benjamin, pero él parece haberse escondido bien… Carlisle se tensó a mi lado, y oí como Jasper y Emmett gruñían. 6
—Hace unos meses notamos algo extraño, tuvimos dos lunas en una sola noche… —A partir de ese momento, todos a nuestro alrededor olvidaron cosas… —Era como si volviesen al pasado dos años… —Todos actuaban como si lo que hubiesen vivido no pasase nunca… —Hemos estado investigando… —Los Vulturis tienen un vampiro muy poderoso capaz de controlar el tiempo… —Antes era un brujo, y al convertirlo en vampiro sus poderes se han convertido en dones… —Dones muy poderosos… —Controla el tiempo con su mente. —Eso es… es imposible… —murmuró Carlisle— nadie puede controlar el tiempo, nadie… —Hemos venido a pedir vuestra colaboración… —Nosotros te apoyamos cuando ellos intentaron atacarte… —Necesitamos que te pongas de nuestro lado… —Hemos creado un ejército, los estamos entrenando para que controlen su sed y sean los mejores luchadores —Necesitamos acabar con el reinado de los Vulturis… —¿Quién tomará el mando entonces? —preguntó Jasper— Si los Vulturis no están, ¿quién nos obligará a acatar las normas? He vivido al libre albedrío y sé que si nadie nos "gobierna" podemos volvernos completamente locos. Puede ser el fin de la raza humana si eso pasa. 7
—Esa es la ayuda que pedimos de nuestro amigo Carlisle… —Es el vampiro con más juicio y moral que hemos conocido nunca… —Tú podrías ser quien gobernase cuando ellos estén derrotados… —No podemos permitir que Aro y Cayo sigan al mando… —Ellos no son justos, matan por placer y crean las normas en su beneficio… —Si pudieran recordar la batalla que os obligaron afrontar, todos estarían de acuerdo con lo que pedimos… Un silencio sepulcral reinó la habitación cuando los rumanos dejaron de hablar. Solo mi respiración agitada y seguro que mi corazón desbocado era lo único que rompía el silencio que nos rodeaba. Carlisle tenía la mirada en el suelo, se veía como estaba meditando las palabras que los dos vampiros le habían dicho, así como también recordando las que yo le conté, la historia que realmente fue verdad y no un sueño. Toda la familia tenía su mirada clavada en Carlisle, todos esperaban su veredicto, podría cambiar el resto de sus vidas conforme a la decisión de Carlisle. Edward, que estaba tieso como una tabla, relajó su postura y desvió su mirada hacia mí. Carlisle había tomado una decisión y, aparentemente, era del agrado de Edward. Cuando el rubio abrió su boca para hablar Alice se tensó todavía más de lo que ya estaba y puso sus ojos en blanco, en un parpadeo Jasper estuvo a su lado, Edward soltó un gruñido y cerró sus manos en puños, se puso a mi espalda en un segundo y me sujetó por los hombros. Alice abrió los ojos de repente y me miró con miedo… —Alice… —preguntó Carlisle en un murmullo. —Quieren a Bella… —dijo con un hilo de voz— vendrán y se llevarán a Bella. 8
Yo me eché a temblar… sabía que esto tenía que ver conmigo… pero ¿por qué querrían llevarme con ellos? ¿Querrían que fuese una más de sus filas? ¿Me llevarían para quedarse con Nessie? Mi mente estaba al borde del colapso, apenas era consciente de todas las voces que comenzaron a oírse a mi alrededor. Todo comenzó a darme vueltas, sentí los brazos de Edward rodeándome y segundos después las manos de Jasper intentando tranquilizarme. Tardé unos segundos en serenarme, cuando por fin pude abrirlos ojos, ahora los rumanos estaban sentados en uno de los sofás, Carlisle estaba frente a ellos, me miraba y luego los miraba a ellos de nuevo. En sus ojos se podía leer el debate interior que estaba sufriendo, el resto de la familia estaba de pie en algún punto de la estancia, con su atención puesta al cien por cien en el cabeza de familia que era el que tenía la última palabra en este caso. —Te ayudaremos en la batalla, pero nada más, y solo porque mi familia está implicada y se lo debo —dijo Carlisle por fin— yo no puedo gobernar, no soy nadie. Mi buen juicio no es motivo suficiente para que los demás vampiros tengan que obedecer mis normas. —Toda ayuda será bienvenida —dijo uno de los rumanos. —No tienes por qué contestar a lo otro ahora. —Hay tiempo. —Piénsalo y ya nos confirmarás tu decisión. —La decisión está tomada… no voy a retractarme —dijo Carlisle con firmeza. Antes de que otra palabra pudiese ser pronunciada mi cabeza comenzó a dar vueltas, mis parpados comenzaron a pesar, y mis ojos se cerraron por fin, perdiendo por completo la consciencia.
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