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Capítulo 37 — Yo no entiendo nada... Bella POV
Embarazada... Estaba embarazada. Me enteré justo el día de mi boda con Edward. Era algo que estaba esperando, unas semanas atrás había dejado de tomar la píldora anticonceptiva para que eso pasase. Me aterraba la visita de lo Vulturis y si esperaba a que todo siguiese su curso normal cuando ellos llegasen yo estaría en mitad de mi embarazo y no podría hacer nada para poder ayudar a mi familia. No sabía el motivo por el que Aro quería viajar hasta Forks en esta realidad, pero lo sospechaba ligeramente, él quería a Nessie, no sabía el motivo por el que lo hacía, Nessie no tenía ningún poder asombroso, pero él la quería, y yo estaba dispuesta a hacer lo que fuese necesario para salvarla. Después de la boda estuve día y noche vigilada por algún miembro de la familia, exceptuando a Emmett y Jasper que se fueron de viaje durante un par de semanas para entrenar con el ejército de neófitos en Rumania. Pero siempre había alguien a mi lado dispuesto a hacer lo necesario para que me sintiese mejor. No le había dicho nada a Edward para darle una sorpresa, incluso evité pensar en ello por si, por casualidad, Edward podía volver a leer mi mente y se enteraba. Y cuando pasó, cuando Edward pudo escuchar los pensamientos de nuestra Nessie, fue algo maravilloso. La expresión de su rostro, los sentimientos que reflejaban sus ojos y la adoración con la que acariciaba mi vientre esperando que nuestra pequeña le contase algo más... fue lo más emotivo que pude vivir en mi vida. 2
Desde que supe que estaba embarazada, Rosalie prohibió a la manada rondar la casa de los Cullen y si lo hacían, no les permitía entrar en el interior. Según ella era para no perturbarme, pero yo estaba completamente segura que era porque no soportaba a Jake, para ella él era un chucho apestoso, y para él ella una Barbie de hielo. Me gustaba apreciar que las cosas en esta realidad no habían cambiado del todo. En mi sueño... bueno, en el "pasado" Jake y Rosalie nunca llegaron a llevarse bien, para ellos estar uno al lado del otro era su mayor castigo. Pero ahora yo echaba de menos ver a Jake, desde un par de días después de la boda Rose no me permitió verlo más por la seguridad de Nessie... y cuando ella intentaba explicármelo yo solo bufaba. —¡Ya sé que es lo que te pasa! —le grité un día cuando me ayudaba a meterme en la cama. —¿A mí? ¿Sobre qué? —preguntó haciéndose la indiferente. —Con Jake... quieres mantenerlo alejado de mí y de Nessie para que no se imprime con ella... ¡quieres evitarlo a toda costa! —¿Con Jacob? —fingió sorpresa— Eso no es verdad... me trae sin cuidado lo que ese chucho apestoso haga. —¿Seguro que te da igual, Rose? —pregunté alzando una ceja. —No, no me da igual... ¿qué pasa? ¿Es tan malo intentar proteger a mi sobrina? No quiero que se chucho le pegue las pulgas... ¿te imaginas? —dijo estremeciéndose. —Rose... Jake y Ness tendrán una conexión que irá mucho más allá de nuestros deseos... ellos se amarán solo con verse. —No puedo aceptar eso Bella... Nessie será alguien importante para mí y no puedo permitir que ese perro babee la alfombra mientras la mira.
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—Haz un esfuerzo por mí —supliqué haciendo un puchero, pero ella negó con la cabeza...— ¿y por ella? —pregunté acariciando mi vientre mientras le suplicaba con la mirada. La mirada de Rose se suavizó al instante y yo sonreí triunfal... Nessie era su punto débil, sabía que en cuanto naciese la pequeña, la tendría comiendo de su mano solo con mover un dedo. Las cosas no cambiaron mucho desde entonces, Rose había medio aceptado la futura relación de Nessie con Jake, aunque todavía se negaba a que cualquier miembro de la manda entrase en la casa. Pero eso estaba a punto de cambiar. Esa tarde Rose y Emmett saldrían de caza, ya que se estaban turnando en hacerlo por parejas para no dejarme sola demasiado tiempo, el problema era que fuese Edward, que se negaba a alejarse de mi lado más que para cazar algún ciervo o venado en el bosque de detrás de la mansión. Había convencido a Edward para que dejase que al menos Jake me visitase durante un rato, y Jazz salió en el Mercedes de Carlisle a buscarlo en cuanto los pensamientos de Rose y Emmett salieron del alcance de mi marido. Cuando Edward se tensó a mi lado supe que tanto Jazz como Jake estaban cerca, así que me enderecé en el sofá de la sala donde estaba sentada para poder recibirlo sin problemas. Faltaban solo tres días para que Nessie naciese, y yo estaba enorme. Mi barriga parecía un planeta con su propia orbita y todo. Pero aun así podía ver la misma adoración y amor reflejados en los ojos de Edward, algo que me tranquilizaba a la vez que me daba fuerzas para no sentir miedo ante lo que podría pasar después. Unos golpes de pasos en la escalera del porche me hicieron sonreír y después Jasper seguido de mi amigo entraron en la sala. Jake se sentó a mi lado en el suelo y tomó una de mis frías manos entre las suyas, siempre tan cálidas y reconfortantes. Yo sonreí ampliamente y él correspondió a mi sonrisa. 4
—¿Qué tal está mi vampira favorita? —preguntó en un susurro. —Todavía no soy vampira, Jake... —protesté con un hilo de voz. —Pero lo pareces... estás pálida y helada, aunque no hueles tan mal como el resto de la casa —dijo arrugando la nariz. Le di un golpe juguetón en el pecho y el fingió que le dolía aunque solo sintió una caricia. —¿Cuándo... cuándo nacerá? —preguntó con mandíbula apretada señalando mi vientre con la barbilla. —En un par de días... ¿vendrás a conocerla? —pregunté sonriendo. —¿Es una niña? —preguntó sorprendido. —Si...Renesmee. —Ese nombre parece un trabalenguas... —murmuró negando con la cabeza. Un recuerdo asaltó mi mente: "—¡Venga, Bells! Yo también le gusto a Nessie —insistió él. Me quedé helada y se me detuvo la respiración. Detrás de mí sentí un silencio repentino, una ansiosa reacción de los que estaban en la casa. —¿Cómo... la has llamado? Jacob dio un paso más hacia atrás, intentando parecer avergonzado. —Bueno —masculló entre dientes—, ese nombre que os habéis sacado de la manga es un trabalenguas y... —¿Le has puesto a mi hija de apodo el nombre del monstruo del Lago Ness? —chillé." —¿Por qué sonríes? —me preguntó con el ceño fruncido... —Cosas de embarazadas —contesté encogiéndome de hombros. 5
Nos quedamos un rato en silencio, solo se oía el sonido de nuestras respiraciones, y se podía sentir la tensión que emanaba de Edward sentado en el banquillo de su piano, dándole la espalda a este, sin quitarle los ojos de encima a Jacob. —¿Estás segura de que esa... "cosa" no será peligrosa? —preguntó Jake en voz baja señalando mi barriga con un gesto de su barbilla. Recibí una fuerte patada en mi vientre y me llevé una mano allí instintivamente. Me sobé por sobre la ropa intentando tranquilizar a mi bebé, aunque continuaba moviéndose demasiado. —No es una cosa Jacob... es mi bebé, nuestro bebé —repetí mirando a Edward—. No deberías hablar así de él —Edward gruñó con los ojos clavados en mi amigo confirmando mis palabras. —Como digas... —murmuró— ¿Después de que pase la batalla qué haréis? ¿Os quedaréis por aquí? Yo miré a Edward y él se encogió de hombros. —Supongo... no lo sé... —A Sam no le gustará mucho... —musitó. —A Sam no le importará... además ¿tú no eres el alfa? —pregunté confundida. —Sí... pero él es mi segundo al mando. —Tu beta... —dije sin pensar volviendo a recordar alguna de nuestras muchas conversaciones. Él me miró raro unos segundos y una pequeña sonrisa curvó sus labios... —Sí... podría decirse que es mi "beta" —rio divertido. El sonido de su risa provocó que Ness me diese otra patada, pero esta vez un poco más fuerte. Me pregunté si sería posible que ella ya 6
intuyese que Jake sería una parte importante en su vida y lo demostraba con sus "pataditas". Sonreí ausentemente mientras me sobaba la tripa de nuevo. Jake me observó atentamente unos segundos, después alzó la mano y la dejó a unos centímetros de mi vientre, me miró a los ojos como pidiendo permiso y yo asentí a la vez que sonreía. La mano de Jake se posó sobre mi camiseta, su cuerpo emanaba tanto calor que pude sentirla incluso a través de la ropa. Nessie dio un respingo y yo la imité sobresaltada. Jake retiró la mano algo asustado pero la volvió a poner en el mismo lugar segundos después. Una sonrisa curvó sus labios y movió su mano lentamente. —Nunca había hecho esto... es tan... increíble —la última palabra casi fue un susurro, como si estuviese arrullando a mi bebé. Yo sonreí y vi como Edward fruncía el ceño. —Jacob, detente —susurró mi ahora marido. Jacob lo miró por sobre su hombro y sonrió burlón. —No voy a robarte a tu mujer chupasangre, solo estoy saludando a la cosa —dijo riéndose. Ness me pateó con más fuerza y yo me encogí gimiendo de dolor, Jake me miró asustado. Yo volví a enderezarme en el sofá. Jake volvió a alzar la mano para acariciarme y Edward gruñó. Yo lo miré frunciendo el ceño... ¿qué diablos le pasaba? Jake volvió a colocar su mano en mi tripa, esta vez sobando él el golpe que acababa de recibir. —Eh, cosita... no le des esas patadas a tu... a tu mamá —dijo algo incómodo. —Jacob aléjate —gruñó Edward poniéndose en pie. —Ya te he dicho que no voy a robártela —gruñó él. 7
—No soy yo quien debe preocuparte —dijo Edward mirándome a los ojos. Yo estaba confundida... sentí como mi bebé estaba cada vez más nerviosa y no dejaba de moverse, sus pataditas eran más fuertes de lo habitual y me hacían daño. Edward y Jake estaban uno frente al otro enfrascados en una batalla de miradas, a ver quién era capaz de mostrar más frialdad... a veces no entendía cómo podían ser tan... ¡hombres! Tanta testosterona acumulada en una sola habitación me estaba levantando dolor de cabeza. Me puse en pie lentamente mientras Ness continuaba pateándome sin compasión, intenté disimular mi dolor, pero sabía que no podía engañar a Edward y este me miraba de reojo pero sin apartar toda su atención de Jacob. —Edward... ¿quieres dejarlo ya? Y tú, Jake... —no pude seguir porque otra fuerte patada arrancó el aire que contenían mis pulmones y me dejó sin respiración. Dos pares de manos me sujetaron cuando perdí el equilibrio y un gruñido de Edward rompió el silencio sepulcral en el que quedó sumida la estancia. —No la toques... al bebé no le gusta —masculló Edward entre dientes. —Solo es un bebé... —protestó él— no puede saber lo que le gusta y lo que no, ¡ni si quiera ha nacido! Sentí mi cuerpo más pesado de repente y la adrenalina comenzó a recorrer mis venas, sentí como mi mente se contraía, era igual que... no podía ser... yo era una humana... pero estaba pasando realmente. Podía ver como el escudo de mi mente se expandía lentamente y los haces de luz blanca se alzaron desde los cuerpos de Jake y Edward. —Que demonios... —murmuró Edward mirando a Jake con el ceño fruncido... 8
Mi cuerpo comenzó a temblar. Podía sentir mi escudo, era como lo había sido cuando era vampira, pero no tenía control sobre él, algo no iba bien, quizás mi mente todavía era débil al ser solo una simple humana. Podía escuchar como Edward y Jacob discutían sobre algo, pero no era capaz de concentrarme en nada, toda mi atención estaba centrada en controlar mi escudo, si había sido capaz de proyectarlo, también tendría que ser capaz de controlarlo, o de eso quería convencerme. Mi escudo de repente comenzó a retraerse, dejando a Jacob fuera de él, yo me puse nerviosa e intenté estirarlo con todas mis fuerzas, pero era imposible, cada vez se contraía más y más y Edward parecía que era arrastrado por él, ya que cada vez estaba más cerca de mí. La capa que era mi escudo comenzó a hacerse visible, era como si una pequeña burbuja azul nos rodease a Edward y a mí, Jake me miraba con la boca abierta y totalmente sorprendido. Edward estaba sujetándome por los hombros mientras me susurraba algo al oído, aunque no era capaz de saber lo que era, solo era consciente de que eso no era normal. Jake dio un paso atrás visiblemente asustado y Edward comenzó a acariciar mi vientre en círculos relajantes... pero eso no parecía servir de nada, el escudo se contrajo una vez más haciéndose más luminoso, casi cegador. Mi espalda se arqueó y sentí como la burbuja fluía acabando por explotar con un enorme haz de luz. Caí al suelo sobre mis rodillas y Edward no tardó en sujetarme por los hombros... yo jadeaba en busca de aire, mis pulmones parecían haber hecho un esfuerzo sobrehumano. Después de un tiempo indefinido abrí los ojos lentamente para encontrarme con el rostro preocupado de Edward a centímetros del mío. Cuando mis parpados se abrieron por completo el pareció respirar con normalidad soltado un suspiro de alivio.
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—¿Qué... que ha pasado? —pregunté con voz ronca, mientras me enderezaba en el sofá. Ni siquiera recordaba cuando me había tumbado. Edward abrió la boca varias veces sin saber muy bien que decir, hasta que al final sus hombros se relajaron y suspiró. —No lo sé... —susurró derrotado. Un bufido al otro lado de la sala llamó mi atención, volví mi cabeza lentamente y me encontré a Jake sentado en un sofá, su cuerpo estaba magullado y tenía un cabestrillo en su brazo izquierdo. Me miraba con una mezcla entre incredulidad y miedo. Ampliando mi margen de visión, pude ver que el mueble donde Esme tenía expuesta toda su vajilla estaba hecho trizas, y la vajilla estaba rota en millones de pedazos regada por el suelo. —¿Qué ha pasado? —volví a preguntar. Edward sonrió con ironía y negó con la cabeza. —Explotó... simplemente explotó... Nessie estaba tan enfada que su ira se te contagió y tu escudo explotó —explicó casi sin poder creérselo. Carlisle entró en la sala en ese momento, traía unos cuantos utensilios médicos y se sentó al lado de Jake para continuar curando sus heridas... —Eso es imposible... —murmuré negando con la cabeza— solo soy una humana y mi... mi escudo no explotaba... solo se expandía... esto es... es una locura. —Dímelo a mí —ironizó Jake desde el otro lado— si no lo hubiese visto, y sentido, jamás creería que algo así pudiese pasar... —¿Te encuentras bien, Bella? —preguntó Carlisle mirándome fijamente. 10
— Sí... —contesté asintiendo enérgicamente— solo estoy un poco cansada. —Vamos a dormir entonces... —susurró Edward tomándome en brazos y subiéndome al piso superior donde estaba nuestra habitación.
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