Mefisto
La política, ¿juego de ajedrez? Daniel Maisner
Profesor uacm
D
espués de ver algunos políticos vociferar diciendo insensateces y realizar actos llenos de torpeza y cinismo, los expertos nos dicen que no entendemos a profundidad lo que sucede porque en realidad la política es un enorme juego de ajedrez, y que detrás de esas caras de sonrisa para anunciar pasta de dientes existen grandes estrategas, que llenarían de envidia a Boby Fisher. Esta comparación entre la política y el ajedrez no es más que una metáfora para significar que, en política se utilizan tácticas y estrategias para lograr los diversos objetivos de quienes participan en el juego que no todo se reduce a tener la razón, y que la ingenuidad suele pagarse caro. Sin embargo, reflexionando un poco más allá, podemos ver que dicha afirmación es bastante vaga y que, en realidad, el ajedrez y la política difieren en muchos aspectos. De hecho, para afirmar que la política es un juego de estrategia, podemos compararla con cualquier actividad que utilice la estrategia de alguna manera, o sea, casi cualquier actividad humana, como podrían ser un juego de póquer, una guerra o un torneo de gimnasia. Al escoger precisamente al ajedrez, se está generando una imagen más refinada, de estrategia pura y sofisticada, y de gran capacidad y esfuerzo mental. Pero, como veremos a lo largo de este artículo, no es una comparación adecuada. La relación entre el estudio de ciertas áreas de las ciencias sociales, principalmente la economía, y del funcionamiento de algunos juegos, es el objeto de estudio de un área de las matemáticas conocida como teoría de juegos. Más precisamente, en esta área se busca modelar los fenómenos sociales
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comparándolos con las estructuras propias de los juegos, concebidos de forma abstracta. En estos términos, la pregunta básica en este artículo es ¿el ajedrez es un buen modelo para los mecanismos utilizados en política? Digamos, por ejemplo, ¿se parecen a un juego de ajedrez las estrategias utilizadas en las pre campañas para las elecciones presidenciales que ya hoy están moviendo sus fichas? (¡Vaya! acabamos de realizar otra alusión ajedrecística). A continuación mencionaremos algunas diferencias elementales entre la política y el ajedrez, ejemplificando cómo la realidad es mucho más compleja y dejando claro que la comparación con este juego es una metáfora bastante superficial. 1. Número de jugadores: El ajedrez es un juego de dos jugadores (bipersonal), cada uno enfocado a ganar y de manera obligada a hacer perder al otro; al finalizar este juego sólo existen tres resultados posibles: la victoria de alguno de los participantes o un empate. En política y en otras áreas de las ciencias sociales como la economía, la situación es muy diferente, y de un alto grado de complejidad, de tal forma que sólo pueden estudiarse casos muy simplificados. Claramente, en política existen muchos jugadores, lo que al realizar el ejercicio de abstraerla como juego, lo convierte en algo de mucho mayor grado de complejidad que un juego de dos contrincantes. Por ejemplo, los objetivos y opciones de cada jugador forman una gama de mucho mayor amplitud, y las