Mefisto
A diestra y siniestra Fausto Cervantes Ortiz
Profesor uacm
G
eneralmente, cuando alguien dice que va a repartir gacetas “a diestra y siniestra”, está expresando que va a repartirlas sin seguir un plan premeditado, como vayan apareciendo los lectores. Frecuentemente, también se aplica al hecho de repartir en abundancia, sin límites. Sin embargo, éste no es estrictamente el sentido de dichas palabras. Según el diccionario de la rae (Real Academia Española), algunos de los significados de diestro(a) son: • Que tiene tendencia natural a servirse preferentemente de la mano derecha o también del pie del mismo lado. • Favorable, benigno, venturoso. Por otro lado, según el mismo diccionario, siniestro(a) significa: • Dicho de una parte o de un sitio: Que está a la mano izquierda. • Avieso y malintencionado. • Infeliz, funesto o aciago. O sea, al menos en sus orígenes, las palabras diestra y siniestra servían para referirse a lo bueno y a lo malo, además de la habilidad para usar una u otra parte del cuerpo. Por ejemplo, la habilidad menos frecuente de escribir con la mano izquierda, antiguamente era considerada signo demoniaco. Es por ello que antaño, las personas zurdas eran obligadas a escribir con la derecha; todavía algunos de nosotros, alcanzamos a conocer a personas que escriben con la derecha, pero hacen todas las demás tareas con la izquierda. Algo semejante sucede con diversos aditamentos que utilizamos cotidianamente, como por ejemplo, el ratón de la computadora en que estoy tecleando, colocado a mi derecha, la forma de poner la mesa, tenedor a la izquierda, cuchillo a la derecha, las paletas de las sillas en un auditorio, etc. Y aún hoy, cuando se quiere calificar a alguien de malvado, es común aplicarle el calificativo de siniestro. Según datos de la Royal Society of London, entre 11 y 13 % de la población mundial es zurda, y hay más zurdos varones (13 %) que mujeres (9 %). Curiosamente, en estu-
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dios hechos en fetos desarrollados, los porcentajes son los mismos, es decir, no es un comportamiento aprendido. Este hecho, el que los zurdos sean minoría, es lo que llevó, en muchos aspectos de la vida, al dominio de los diestros en gran cantidad de campos, incluyendo las ciencias. Entonces, por ejemplo, en matemáticas se usan las reglas de la mano derecha para los vectores, (ver artículo de Miguel de Luna en este mismo número), que tiene su origen en la física, donde los vectores son parte fundamental de la mecánica, el electromagnetismo, la óptica, etc. De esto se habla en la siguiente sección.
Mecánica rotacional En mecánica, al estudiar el movimiento de objetos que giran, se pueden deducir leyes análogas a las tres leyes de Newton para el movimiento en una línea recta. No sólo eso, también se tienen leyes análogas de conservación, y sus correspondientes representaciones matemáticas. Para describir el movimiento de un cuerpo rígido, son necesarios seis parámetros, tres para su movimiento de traslación y tres para su movimiento de rotación. Para describir el movimiento traslacional, es necesario dar tres coordenadas (x,y,z) que ubiquen la posición del centro de masa de tal cuerpo; además, se requieren otros tres parámetros aunque los giros sean en un sólo plano. Así, por ejemplo, para describir el movimiento de un trompo que gira en forma perfectamente vertical, se observa el sentido en que gira, visto desde arriba. Si el trompo gira en dirección opuesta al sentido de las manecillas del reloj, se le asigna un vector de velocidad angular que sale del piso; mientras que si gira en el mismo sentido que las manecillas del reloj, se le asigna un vector que entra al piso. En el primer caso el sentido es positivo, mientras que en el segundo es negativo (figura 1). Lo anterior es meramente convencional, sólo se trata de cómo colocamos nuestros ejes de referencia, podría ser al revés y no se perdería información, ni cambiarían las propiedades. Pero, el hecho de expresarlo de esa manera se debe a que se sigue una regla de la mano derecha: si colocamos esa mano con los cuatro dedos que se oponen al pulgar “girando” en la misma dirección que el trompo, el pulgar apunta hacia arriba en el primer caso, y hacia abajo en el segundo. Si se hiciera esto con la mano izquierda, se tendría exactamente lo contrario; pero como la mayoría de