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El galope de las letras VIII Carlos Bustamante Burgos

El galope de las letras VIII

“Aunque me falta el braço

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para defender no me fallece

coraçón para morir “

Frase celebre de Cárcel de Amor

CARLOS BUSTAMANTE BURGOS

CÁRCEL DE AMOR, escrita por Diego de San Pedro es una novela sentimental. La primera edición es de 1492 y fue impresa en Sevilla.

El propio Diego San Pedro se convierte en el personaje principal, No se trata de una novela en primera persona, repito es el propio el autor el que ficticiamente se convierte en el protagonista. Este se extravía en Sierra Morena, y se encuentra con un joven encadenado; este joven es Leriano, hijo del duque Guersio, que es llevado a la prisión del Amor por un monstruo llamado Deseo. El autor los sigue hasta un castillo en la montaña, donde Leriano le confiesa su pasión por Laureola, hija del rey Gaulo de Macedonia, y le ruega que actúe como intermediario. El autor va en busca de Laureola y, tras hablarle de Leriano y del dolor que padece, logra ablandar su corazón y consigue que la muchacha le escriba una carta. Con la ayuda de una serie de personajes alegóricos (la Esperanza, la Satisfacción, la Tranquilidad, la Alegría...) libera de su cautiverio a Leriano, que se dirige a Macedonia para ver a Laureola, quien le recibe con agrado. Otro personaje, que también pretende a Laureola, el malvado Persio, hijo del señor de Gavia, difunde rumores que ponen en peligro

Diego de San Pedro probablemente participó en la guerra de Granada donde habría conocido a Diego Fernández de Córdoba a quien dedicó su obra Cárcel de Amor.

el honor de la doncella, de modo que Leriano lo desafía, venciéndole en dos ocasiones. La victoria de Leriano sobre Persio no soluciona la situación, porque el rey Gaulo, padre de Laureola, ha dado crédito a los falsos testimonios y condena a muerte a su hija. Leriano y sus partidarios asaltan la prisión donde Laureola aguarda la ejecución y la liberan, enfrentándose a todo el ejército real en una cruel batalla. En la lucha, capturan a uno de los calumniadores, que admite su culpa, con lo que el rey perdona a su hija. Laureola, preocupada por defender su honor y no levantar más sospechas, rechaza definitivamente a Leriano. Este, tras defender acaloradamente ante sus amigos y partidarios la actitud de sumisión caballeresca a la dama (recurriendo al Tratado en defensa de las virtuosas mujeres, de Diego de Valera), echa en una copa las cartas de Laureola, que ha roto, se bebe su contenido y se deja morir de inanición, mientras su madre entona un desesperado planto.

Generalmente la crítica encuentra artificial, exagerada, retórica y vacía de sentimientos la literatura sentimental del siglo XV; como dice Gili Gaya, se trata de «un mundo extraño y lejano de sentimientos». La concepción del amor que aparece en estas novelas —el amor cortés o cortesano— nace en Provenza a finales del siglo XI. Según la Iglesia medieval, la pasión amorosa es un pecado indistinguible de la concupiscentia, la lujuria, y constituía un pecado mortal, el pecado de adulterio, incluso dentro del matrimonio. Diego de San Pedro calificó Cárcel de Amor de «salsa para pecar», a pesar de que el protagonista, Leriano, sostiene que los enamorados creen aún más firmemente en Dios, y que el amor a las mujeres da a los hombres las cuatro virtudes teologales y las tres cardinales. Si

CARMEN POSADAS

LA MAESTRA DE TÍTERES

El pasado mes de febrero fui invitado para acompañar a Carmen Posadas en la presentación de su último libro La maestra de títeres. en la localidad toledana de Los Navalmorales. Para mi fue un placer ya que puedo decir que he leído la totalidad de sus novelas y desde aquí os las recomiendo.

Carmen Posadas, mujer y escritora fascinante donde las haya, aceptó gustosamente a la entrevista que la propuse y que a continuación transcribo.

Carmen Posadas es una escritora ampliamente reconocida fue hija de un diplomático y una restauradora, es la primogénita de cuatro hermanos, tres niñas y un niño. Vivió en Uruguay hasta los 12 años, cuando a causa de la profesión de su padre debió trasladarse a Argentina, España, Inglaterra y Rusia. Comenzó sus estudios universitarios en la Universidad de Oxford, pero los abandonó en el primer por amor.

Comenzó su carrera literaria en 1980, escribiendo literatura infantil y juvenil, en 1984, su libro El señor Viento Norte ganó el Premio Nacional de Literatura a la mejor edición, escribió guiones de cine y televisión, en 1995 se atreve con su primera novela, Cinco moscas azules. En 1997 escribió la colección de cuentos Nada es lo que parece y al año siguiente obtuvo el Premio Planeta con Pequeñas infamias. En el año 2001 publicó La Bella Otero, que pronto se llevó al cine. Esta es una obra que para ella supone ‘un no sé qué muy especial’ ya que en esa época pasaba por un momento difícil. Desde ese momento todas sus novelas se convertirán en éxitos seguros. Sus libros han sido traducidos a 24 idiomas.

La vida de Beatriz Calanda es conocida por todo el mundo; su presencia en las revistas, con escándalos y exclusivas frecuentes, así lo atestigua. Todos conocen la vida y obra de esta mujer de la jet-set madrileña; a sus cuatro maridos (el actor de moda, el escritor de culto, el aristócrata y el banquero), y la vida y andanzas de sus cuatro hijas, una por marido.

Todos creen que la conocen, pero la verdad es otra bien distinta; ni siquiera sus maridos y ni mucho menos sus hijas saben cuáles fueron los orígenes de realidad Beatriz.

C.B.: Vd, en la presentación de la novela suele decir que el origen de la novela era hacer una versión de Vanity Fair, de William Thackeray, donde hay una mujer buena y

Autora de Pequeñas infamias y La cinta roja una mala. En su novela, Ina, la madre, a los ojos de todos es la buena, pero ¿qué tiene de mala Bea? C.P.: ¡Uy! Es una mujer fría, calculadora y manipuladora con sus hijas. No solo se ha creado su propia imagen, sino que también quiere crearles una vida a sus hijas y para ello las va introduciendo en los reportajes de las revistas.

C.B.: ¿Cómo ha sido la construcción de la novela? En otra novela suya Juego de niños, el personaje de Luisa Dávila habla de escritores cojos y ciegos. Se refiere a los cojos como aquellos que no saben continuar y se quedan parados en un capítulo y no avanzan. Por contra, están los ciegos que avanzan, pero no saben a dónde. ¿Vd. cómo se considera? C.P.: Soy una escritora ciega, lo reconozco y así lo descubrí.

C.B.: ¿Qué detalles eran los más importantes de cuidar a la hora de escribir esta novela? C.P.: Resultó muy complicado; se trataba de registrar tres épocas y tres historias. Y esto exigía ir y venir y no desvelar nunca en el presente lo que sucedió en el pasado. También exigía no perder intriga. Esa era una máxima a la hora de hacer la novela, que no se perdiera la intriga.

C.B.: La novela tiene dos puntos de giro iniciales, uno para Ina y otro para Beatriz. C.P.: Nada es lo que parece en todas mis novelas y para que todo encaje hay que ir hacia atrás, hacia el pasado y reconstruir los sucesos.

C.B.: En este libro hace referencia a muchos nombres conocidos por los lectores, ¿es un guiño a conocidos y amigos suyos o simplemente la fotografía de una época? C.P.: Javier Marías es muy amigo. Todos solíamos salir mucho en aquel entonces y él era asiduo de Bocaccio. Era muy amigo de Juan Benet. La anécdota de Jorge Semprún es real iba con Juan Goytisolo. Me divertía mezclar personajes reales con ficticios

C.B.: La maestra de títeres es un libro que fotografía la sociedad o parte de ella, la historia de una España y que, dentro de cincuenta años, para aquellos que quieran conocer cómo era la España de un siglo atrás podrán acudir a su libro donde se recogen muchos nombres de famosos como personajes de esa época. C.P.: Me encanta que me digas eso. Antes no me atrevía a poner muchos personajes reales; de hecho, empecé a hacerlo con La hija de Cayetana. Hay algunos personajes tomados de Galdós como Yáñez y otros de Dickens.

C.B.: Comienza el libro descolocando al lector. El primer capítulo se titula «Anoche maté a mamá, no sentí nada». Es muy fuerte, ¿no? C.P.: Sí, y te diré: a Hemingway le he copiado el comienzo. Este decía que el comienzo debe ser como un puñetazo en el estómago; a Proust, la creación de ambientes, de los personajes y de los sentimientos; a Jane Austen, el sentido del humor.

C.B.: En el libro aparecen como paisaje urbano, comercios y locales emblemáticos. Nos encontramos la tienda Bobo y pequeño y el tontódromo. C.P.: Concretamente Bobo y pequeño le hacía gracia a mi padre, se empeñó en fotografiarnos delante de la tienda. Respecto al tontódromo, así llamaban a la zona de la calle Serrano.

C.B.: Gadea pregunta a su padre «mamá, ¿te quiere?». Es una pregunta muy dura. C.P.: Yo quería crear esa tensión y que como pasa en las familias, a veces se hacen preguntas difíciles de responder. Y cómo él asume esa situación; es inválido y depende de ella.

C.B.: Bea se casa cuatro veces e Ina sólo una. C.P.: Una parte de la novela que me gusta mucho es cuando Julián confiesa su crimen y en cambio Ina prefiere ignorarlo.

C.B.: La duda que cree ver Arturo Guerra en los ojos de Bea es verdadera o no cuando sucede el accidente de la bañera? C.P.: No es lo que yo escribo sino lo que los lectores creen ver. Cuando un autor termina de escribir la novela y la entrega a la editorial deja de ser suya para ser de los lectores.

C.B.: El personaje de Ina está aficionada a la lectura del diario El caso. C.P.: Quería reflejar cómo durante la dictadura, a veces, se publicaba información en los periódicos, de hechos perpetrados por la resistencia, por los maquis, pero nunca se llegaba a decir palabras como sabotaje. C.B.: Aparece una especie de herencia genética que predispone a diferentes miembros de la familia al asesinato, ¿por qué? C.P.: Es terrible e inquietante. Ahora se cree que el mal puede ser genético.

C.B.: El personaje de Yáñez es un personaje redondo; se cambia la chaqueta según soplan los vientos. C.P.: Estoy muy contenta con este personaje y estoy segura que a Galdós le hubiera gustado este personaje pícaro recogido de la más tradicional picaresca española.

C.B.: En sus obras aparecen con frecuencia alusiones a personajes de la Ilustración C.P.: La Ilustración es un periodo maravilloso que nos ha traído hasta donde estamos. Pero tengo que decirte que hay personajes como Rousseau… ¡Odio a Rousseau! era un caradura. Mucha pedagogía y el tipo abandonó a sus cinco hijos.

C.B.: Ray Loriga dice que tarda mucho en entregar una novela porque antes la deja descansar, la relee… ¿Vd. con el paso del tiempo reharía alguna obra? C.P.: Nunca releo mis novelas. Puedo contarte una anécdota que me contó García Márquez; iba en un tren leyendo una de sus novelas, y al llegar a su destino había tachado completamente el libro. Yo nunca lo hago, no los releo.

Carlos Bustamante B.

“¡Odio a Rousseau!; era un caradura. Mucha pedagogía; y el tipo abandonó a sus cinco hijos”.

Este año se ha desarrollado en Berlín la13ª edición de la Latinale. En ella, grandes talentos de la poesía hispanohablante se han encontrado y compartido momentos, versos y algunos sueños realizables. Berlín sigue bullendo, y además lo hace contra viento y marea. En realidad, la actitud positiva y vital se percibe en diversas zonas de Alemania estas semanas, en torno a la celebración el día 31 de octubre, mientras medio mundo americanizado por las tradiciones que el cine de Estados Unidos ha importado, en Alemania tienen lugar dos acontecimientos; por un lado, se celebra la Reformationsfest, cuando hace cinco siglos Lutero clavó sus 95 tesis protestantes en la puerta de la Iglesia del Castillo de Wittenberg; por otro lado, la gente se echa a las calles y disfrutan de una desbordante oferta cultural en ciudades como Weimar, Wittenberg, Eisleben y Berlín. En el caso de la cubista capital, reconstruida ladrillo a ladrillo tras la segunda gran contienda, sajada por un muro lacerante durante 28 años, recompuesta más a golpe de sueños que de inversiones, mantiene su línea multicultural y, por tanto, rica e imprevisible. Hace dos años hablábamos aquí de las manifestaciones literarias en castellano en

TIMO BERGER

UN PUENTE ENTRE LA POESÍA ALEMANA Y LA ESPAÑOLA

Autor de Amerika No Amerika y A cien cuadras del centro Berlín, de los encuentros Spanisch-Deutsch, de los eventos en euskera, de las mixturas entre unos y otros idiomas, con sorprendentes resultados. Pues la Latinale viene a ser la confluencia de más relieve de esos talentos bilingües, y de la poesía de autores hispanohablantes en Alemania.

“LATINALE, la poesía en español en el Berlín de Hace 13 años que arrancó la primera edición de la Latinale, principalmente en Berlín. Latinale es “un encuentro que renovó la forma de difundir la poesía en español en A l e m a n i a ” . ¿ C ó m o ? “Ocupándose de poesía experimental, incorporando voces de diferentes ámbitos (género, etnia, periferias urbanas, etc.). Poniendo el acento en la traducción y en talleres de traducción de poesía, que es la forma de consolidar conocimiento cuando se trata de otros idiomas, otros mundos. Porque desde el comienzo trató de interesar la relación poética entre los mundos del español y el alemán, es decir, no solamente invitar a poetas del área hispanoamericana, para que dijeran aquí su poesía en español, y su traducción -como normalmente se hace-, sino también promover la relación, el encuentro e interrelación con poetas contemporáneos de Alemania”.

Timo Berger es uno de sus responsables; y no es el primer festival que organiza, en América latina tiene una gran experiencia.

Timo Berger es escritor, traductor y editor. Estudió literatura y ciencias culturales de América Latina en Buenos Aires y Berlín. En 2004 cofundó el festival de poesía "Salida al mar" en Buenos Aires junto a Washington Cucurto, Christian de Nápoli y Elizabeth Neira.

Tiene infinidad de libros como traductor de poetas latinoamericanos y entre sus libros de poesía destacan: Amérika No Amérika, A cien cuadras del centro y otros poemas, Extramuros, Ferne Quartiere, Moldaviana, Kafka y yo, Porque el país no alcanza. Poesía emigrante de América latina, En el ajetreo sagrado: nuevos poemas navideños…

Como editor publicó, entre otras, las siguientes antologías Fiebre/Fieber. Seis poetas alemanes traducen a seis poetas mexicanos y viceversa (México, D.F.: Cielo Abierto, 2011). Luces intermitentes: Antología de la poesía alemana actual (Guadalajara, Mexico: Paraísos Perdidos, 2009).

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