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“LA MICROFLORA

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DIFÍCIL

DIFÍCIL

Gran diversidad de microbios

“DEBIDO A LAS DISTINTAS MACROMOléculas presentes en estas plantas diferentes, el cuerpo humano albergará una gran diversidad de microbios involucrados en el metabolismo de estas fuentes de alimentos. La carne puede ser parte de esta dieta. Pero como con todo, todo el consumo debe ser con moderación”, explica el experto.

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Will Bulsiewicz, gastroenterólogo y autor de Fiber Fueled y The Fiber-Fueled Cookbook, uno de los libros más vendidos de The New York Times, dice a Newsweek que no es necesariamente la falta de carne lo importante aquí, sino la diversidad de alimentos vegetales, que a menudo es mayor en las dietas de veganos y vegetarianos.

“Es relativamente importante distinguir una dieta basada en plantas de una dieta vegana”, explica. “El veganismo es una opción ética, generalmente motivada por la preocupación por el bienestar animal y el medioambiente, y no necesariamente motivada por la salud personal. Alternativamente, una dieta basada en plantas es una opción para consumir predominantemente alimentos vegetales a partir del interés en la salud humana.

“Una dieta vegana puede incluir comida chatarra vegana, mientras que una dieta basada en plantas intenta minimizar los alimentos ultraprocesados que generalmente no son saludables para el microbioma intestinal, independientemente de si son veganos o no”.

Comparaciones justas

POR LO TANTO, PARA HACER COMPAraciones justas, los datos deben compararse entre veganos con una dieta saludable basada en plantas y omnívoros saludables. Un estudio reciente encontró que las diferencias en la composición microbiana entre estos dos grupos eran bastante modestas. Sin embargo, las diferencias en el funcionamiento de sus microbios fueron más significativas.

“No se trata solo de las diferencias en los microbios según lo que se come, lo que es aún más importante es que lo que se come entra en contacto con los microbios y produce una mezcla de sustancias químicas que pueden protegerlo de la inflamación o promoverla”, indica Bulsiewicz. Los microbios que digieren las fibras vegetales parecen ser los que producen ácidos grasos de cadena corta que promueven la salud, por lo que comer más fibra puede alentar a estos microbios a crecer y producir más de estas moléculas saludables.

“Cuando comemos más plantas, sabemos que estamos consumiendo más fibra”, expone Bulsiewicz. “En general, lo que vemos es que aquellos que consumen más fibra y más alimentos vegetales tienen una presencia más fuerte de los microbios que nos ayudan a digerir la fibra y producir ácidos grasos de cadena corta”.

¿Comer lácteos es malo?

CUANDO ÉRAMOS NIÑOS, A MUCHOS de nosotros nos dijeron que, si bebíamos leche, desarrollaríamos huesos sanos y fuertes. Pero hoy en día, las alternativas lácteas a base de plantas están de moda, y se culpa a los productos lácteos de la vieja escuela de todo, desde enfermedades cardiacas hasta acné. Sin embargo, a pesar de su alto contenido en grasas saturadas, numerosos estudios han demostrado que un consumo moderado de lácteos no afecta negativamente a la salud cardiovascular. De hecho, un gran estudio realizado en 2018 encontró que el consumo de lácteos en realidad se asoció con un menor riesgo de enfermedad cardiaca. No está del todo claro por qué sucede esto, pero podría tener que ver con el hecho de que la leche es una buena fuente de potasio, que ayuda a regular la presión arterial, y el llamado colesterol “bueno” HDL, que se cree que tiene un efecto protector sobre el corazón. Existe alguna evidencia de que la ingesta de lácteos puede desencadenar acné, pero curiosamente, este es solo el caso de la leche descremada y baja en grasa. Los lácteos también pueden tener un impacto positivo en nuestros microbiomas.

EXISTE ALGUNA EVIDENCIA de que el consumo moderado de lácteos en realidad puede tener efectos cardioprotectores.

Efectos más notables

SEGÚN ALEXANDER TYAKHT, INVESTIgador de informática del microbioma en el Instituto Max Planck de Alemania, aunque la leche sola tiene algún impacto en nuestros microbiomas, de la misma manera que todos los alimentos, los lácteos fermentados, como el queso y el yogur, tienen un efecto mucho más notable.

“Hay varias clases de moléculas beneficiosas que los microbios producen durante la fermentación”, dice Tyakht a Newsweek.

“Además de los ácidos orgánicos pequeños bien conocidos, como

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