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La guerra contra el arte de Rusia /Roberto Ponce
migenias, y de ahí a la renovación; tuvo conocimientos del cubismo, la abstracción, movimientos con los cuales se relacionó a través de figuras como George Braque y Picasso, que le ayudaron a hacer una síntesis.
Ya en México, colaboró en publicaciones importantes como la revista Horizonte, que se realizaba en Xalapa, lugar al cual “se denominaba Estridentópolis”, con la idea de abarcar en un solo movimiento a artistas de diferentes disciplinas: Cueto escultor, pintor, escenógrafo, vinculado a Silvestre Revueltas en la música, a Fermín su hermano como pintor estridentista, a Tina Modotti como la fotógrafa que ilustra la revista, etcétera.
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“Los grandes ideólogos en la cuestión de literatura fueron Maples Arce y Arqueles Vela, y todos los integrantes del grupo hacen reflexiones ellos mismos. No
“Cabeza cubista” (1948)
es gratuito que el maestro Cueto haga bustos de los compañeros que se encontraban en el centro estridentista.”
Menciona que el estridentismo se desarrolló a la par que el muralismo con Diego Rivera, el grupo de Los Contemporáneos o el Movimiento 30-30, en el cual participaba por ejemplo Xavier Guerrero:
“Había una cantidad de perspectivas diferentes del arte mexicano, y Cueto se convierte justo en puente de comunicación entre la vanguardia europea y la renovación de una propuesta propia del arte mexicano a través de la escultura, sin perder el toque vanguardista. Es muy interesante: los ojos de colores dentro de las máscaras, los alambres, cada una de las piezas que aparecen. Y tendremos una sección dedicada al estridentismo, en la cual hay un retrato del maestro Gabriel Fernández Ledesma sobre Germán Cueto para
ejemplar, por lo que no sabía ya si era cuento o leyenda urbana, hasta que Escalante pudo contactar a Salvador Gallardo (nieto del poeta estridentista del mismo nombre), quien conservaba los tres ejemplares publicados, y se logró con la UAM una edición facsimilar.
Schneider publica en 1970 el libro El estridentismo o una literatura de la estrategia, es decir –enfatiza Escalante– 50 años después de iniciado el movimiento de vanguardia:
“Sucede que el estridentismo tuvo una época de oro en los años veinte, lograron acaparar la atención del periódico, de otros escritores, el problema es que los estridentistas son de la misma época que Los Contemporáneos. Manuel Maples Arce se había hecho muy amigo de Ramón López Velarde.
“Entonces el movimiento tendría dos padrinos: Diego Rivera, que llega en 1921 a México, se hace muy amigo de Maples y lo apoya en todo, y el otro es López Velarde, con quien Maples se veía seguido, los domingos iban a la iglesia que está en la calle de Orizaba para ver a las muchachas guapas salir de misa. Parte del impulso renovador se lo debe Maples Arce a López Velarde, pero él muere en junio de 1921, entonces es un padrino fantasma porque no ve nacer el estridentismo, quizá ni se imagina que va a nacer.”
Detalla que por el otro lado estaban Los Contemporáneos, que eran discípulos de Enrique González Martínez, quien fue cercano de López Velarde pero termina en pleito con él, porque cuando en 1919 publica Zozobra, que “es un libro muy adelantado a su época”, el medio literario, incluido González Martínez, escribe en contra. Entonces Jaime Torres Bodet, Xavier Villaurrutia, Ortiz de Montellano, José Gorostiza y otros poetas “se vuelven enemigos de Maples Arce, porque además él tenía algo contra los homosexuales”.
Agrega entonces que como Los Contemporáneos se apoderan del medio cultural y literario, “automáticamente el estridentismo queda excluido, muy desprestigiado, por eso tiene que venir, muchos años después, Luis Mario Schneider a recuperar el movimiento. Pero incluso escritores como Carlos Monsiváis o José Joaquín Blanco también escribieron de manera muy picante contra el movimiento, duró décadas la animadversión”. –¿Y qué papel tiene Germán Cueto en el movimiento? –Lo que se conoce mucho de él son las máscaras, pero es un artista de vanguardia, también hace esculturas, quizás es el único artista mexicano que se vincula con la vanguardia francesa, con el grupo Círculo-Cuadrado, donde también está Piet Mondrian.
Destaca que incluso escribió la obra de teatro La comedia sin solución, “muy de vanguardia, que se anticipa a cosas que luego hará Samuel Beckett”.
Se refiere finalmente al primer manifiesto vanguardista de México, hecho en 1921 por David Alfaro Siqueiros desde Barcelona, donde además de ser agregado militar de México publica la revista Vida americana. Ahí aparece su manifiesto, antes que el de Maples, sin duda el antecedente del estridentismo y su influencia más inmediata. cultura.gob.mx
Escalante. La revista “Irradiador”
mostrar esta vinculación entre los artistas, que es nodal.”
Multifacético
Titular del área de Enlace de Colecciones del Munal, Estela Duarte ha seguido la trayectoria de Cueto desde hace años. Recuerda que cuando emprende su primer viaje a Europa y se interrelaciona con los poetas, escritores y artistas de las vanguardias, las entiende muy bien. Entra en contacto también con su prima Gutiérrez Blanchard, quien era muy amiga de Diego Rivera y su entonces esposa Angelina Beloff, con quien tiene una entrañable amistad.
Más tarde retornaría con su esposa Dolores y sus hijas a Europa, y se establece en París. Ahí recibe a artistas latinos. Describe la investigadora que organizaban reuniones donde Lola Cueto hacía de comer, iban cantantes de mariachi, eran reuniones bohemias:
“Cuando regresan venían ya con la idea de montar un teatro para niños que fuera acorde con los propósitos educativos de Vasconcelos, y dan su primera función en su departamento, en la calle de Mixcalco.”
Ahí la familia de los Cueto tenía unos predios y los rentaban, entonces tenían de vecinos a Diego Rivera y a la familia de Alva de la Canal, entre otros. Como resultado de su relación con el teatro y con sus amigos estridentistas comienza a realizar las máscaras de papel maché, que llegan a ser muy relevantes en su producción. A decir de la especialista, comenzó a hacer caricaturas con las máscaras y eran muy buscadas por la gente, luego las hace en madera.
Relata Duarte que Cueto va experimentando con otros materiales y mezclas. Su esposa colaboró con él pues terminando de pulir las máscaras en maderas preciosas, ella las barnizaba.
En su opinión además de este trabajo, Cueto fue un gran escultor, y por ello ha tenido grandes exposiciones como las antes mencionadas. Refiere que el curador de la actual, proveniente de San Luis Potosí, especialista en escultura en metal, ha contado cómo lo conoció: En sus investigaciones vio fotografías de grupos donde aparecía con frecuencia y comenzó a preguntar quién era y por qué siempre está al lado de la gente de vanguardia, hasta que alguien le respondió que se trataba de Germán Cueto.
“Cuando vio su obra se enamoró y empezó a estudiarla y entró en contacto con la familia, con la maestra Mireya Cueto, la gran titiritera, y luego con Javier Cueto Galán, el segundo hijo de su segundo matrimonio. Y se hizo una gran exposición en Francia.”
En el catálogo de la exposición organizada por el Museo Federico Silva, Fauchereau escribe sus recuerdos y cómo desde sus primeros viajes a México fue recibido y alojado por los Maples Arce. Blanca, la esposa de Manuel, y su hija Mireya le acompañaban:
“Conversábamos largamente en el salón, bajo el impresionante cuadro del Café de nadie de Alva de la Canal, en un ambiente cálido. Todo lo que sabía sobre el estridentismo lo había aprendido en el excelente libro de Luis Mario Schneider que me envió Manuel y que me lo completó con informaciones y precisiones. A su sugerencia pocos encuentros que yo recuerdo: brevemente, con Alva poco conversador y un Germán List Arzubide muy ansioso. Lamentablemente, Cueto, de quien Manuel estaba muy apegado, había muerto hacía cinco años.” Duarte recuerda con sentimientos disímbolos que tras la exposición en el Reina Sofía, el recinto madrileño adquirió dos obras, citadas por Fauchereau, pues él las sugirió al director Juan Manuel Bonet: “Napoleón de piedra de la época Círculo y Cuadrado y la Maqueta para el Monumento a la Revolución, que había mostrado anteriormente en Venecia”. La investigadora señala por su parte, luego de informar que las piezas fueron vendidas por su hijo Javier:
“La maqueta no iba a prosperar en México porque no tenía una identidad revolucionaria muy fuerte, pero es preciosa. Lamentablemente, se lo digo con dolor de corazón, se quedaron en el Reina Sofía y ni modo, ¿qué le vamos a hacer?”
Luego reflexiona sobre la importancia de que Cueto esté en colecciones institucionales como las del museo español y se resigna, pues “ya la lloré”. Sobre todo le dolió la maqueta:
“Porque no era una escultura, era parte de un concepto con el cual arrancó la Escuela Mexicana de Escultura a partir del concurso para el Monumento a la Revolución. El que gana es Oliverio Martínez, pero ya estaba muy mal, tenía tuberculosis y no alcanza a cincelar, entonces como parte del acuerdo que hicieron de que quien ganara daría chamba a todos, se ponen a trabajar Ernesto Tamariz, Francisco Zúñiga, Juan Cruz Reyes, a Cueto no lo veo participando activamente pero pudo ser por ese acuerdo, como unión de escultores.”
Destaca finalmente que Cueto regresa al Munal a partir de que su directora Carmen Gaitán visitó la muestra en San Luis Potosí y quedó impactada. Su deseo, que las nuevas generaciones puedan verlo. Fomento Cultural del Norte Potosino se ha dedicado a conservar, estudiar y difundir su acervo “que consta de aproximadamente mil 300 obras, entre dibujos, pinturas, esmaltes y esculturas” (https:// www.germancueto.com/):
“El Norte Potosino se ha dedicado a estudiar mucho más a Germán, a quien hay que investigar muy bien, porque todos decimos ‘es de vanguardia’, todos sabemos que hace nuevas propuestas, y hay muchas referencias de él en escultores españoles… pero el maestro dejó una gran incógnita: nunca fechó sus obras (pocas tienen fecha) y nos deja una tarea muy grande que ha ido descifrando el maestro Enrique Franco Calvo, director de Norte Potosino.”
La exposición del museo Federico Silva aún puede consultarse en un micrositio en internet (http://www.museofedericosilva. org/), donde se incluyen galerías de la obra y varios artículos: de Fauchereau, Recuerdos de Germán Cueto que no conocía, Germán Cueto: una visión vanguardista de Enrique Villa, director del recinto potosino, Germán Cueto y el cuento de nunca acabar del especialista en arte Luis Ignacio Sáinz, Germán Cueto, integridad creativa de Franco Calvo, y Germán Cueto, un ensayo de restitución del escritor e investigador Evodio Escalante (ver recuadro).
“El corredor” (1968)
El Bolshoi. Sanción inglesa
La guerra
contra el arte de Rusia
ROBERTO PONCE, NIZA RIVERA Y COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
Apartir del jueves 24 de febrero, cuando efectivos de Rusia cruzaron sus fronteras hacia la vecina Ucrania, las sanciones de países europeos se unieron a las de Estados Unidos (y naciones latinoamericanas como Chile), para “doblegar” al presidente Vladimir Putin, atacándolo por todos los flancos, al punto de vetar compañías de artistas y todo aquello que huela a simpatía con el oso ruso.
La primera medida punitiva fue aplicada por la Royal Opera House de Londres, Inglaterra. El 25 de febrero informó que la temporada prevista para el verano del Ballet Bolshoi no se llevará a cabo. La razón para sacar de la jugada a una de las compañías dancísticas más antiguas del mundo –fundada en Moscú en 1776– se justificó con un parco “debido a las circunstancias actuales, la temporada no podrá seguir adelante”.
El domingo 6 de marzo, Tugán Taimurázovich Sójiev, director musical ruso del Teatro Bolshoi de Moscú, así como de la Orquesta Nacional del Capitole de Toulouse, Francia, renunció a sendos cargos; mas no por apoyar a uno u otro de los bandos en la refriega:
“No puedo soportar –declaró– ser testigo de cómo mis colegas, artistas, actores, cantantes, bailarines y directores son amenazados, tratados irrespetuosamente y son víctimas de la llamada ‘cultura de la
tó otro conflicto: el de las represalias contra quienes difunden el arte y la cultura rusos. Dichas sanciones son vistas por algunos como un castigo justo de Occidente ante la “criminal” ambición expansionista de Vladimir Putin. Para otros pareciera un embate a cargo de países miembros de la OTAN, sobre todo de Estados Unidos. En la lista negra está el Ballet Bolshoi, la soprano Anna Netrebtko, el cineasta Andréi Tarkovsky, incluso apareció el escritor Dimitri Dostoievsky. Al boicot se unió el Festival de Cannes...
cancelación’. A nosotros, como músicos, se nos ha dado la extraordinaria oportunidad y la misión de mantener a la raza humana amable y respetuosa con los demás, tocando e interpretando a aquellos grandes compositores [rusos].
“Los músicos estamos ahí para recordar, a través de la música de Dmitri Shostakovich, los horrores de la guerra. Somos los embajadores de la paz. En lugar de utilizarnos a nosotros y a nuestra música para unir a las naciones y a los pueblos, se nos está dividiendo y condenando al ostracismo. Pronto se me pedirá que elija entre Tchaikovski, Stravinski, Shostakovich y Beethoven, Brahms o Debussy. Ya está ocurriendo en Polonia, país europeo, donde la música rusa está prohibida.”
Tanto en Toulouse como en el Teatro Bolshoi de la capital rusa, el músico Sójiev invitaba regularmente a cantantes y directores ucranianos pues “disfrutábamos haciendo música juntos y sigue siendo así, por eso inicié el festival franco-ruso en Toulouse”.
Para no variar, conforme a Europa Press, el Festival Castell de Peralada en Girona, España, canceló el 2 de marzo la participación del Ballet del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, Rusia, que debía inaugurarse el 8 y el 9 de julio, como “muestra de movilización y petición de cese inmediato de la guerra, sumándose al clamor mayoritario de los teatros y festivales europeos contra la confrontación bélica”.
Asimismo, el día 7, el Teatro Real de Madrid de plano vetó al Bolshoi de bailar a mediados de mayo La Bayadera, estrenada en 1877 con la coreografía de Marius Petipa. La iniciativa la tomó el foro girondino “ante el conflicto bélico desatado por Rusia en Ucrania, organizando una grave crisis en el mundo y una dolorosa emergencia humanitaria”. Poco importó que, radicado en la Rusia imperial, el marsellés Petipa fuera quien renovó el estilo del ballet romántico, inaugurando la era de “los grandes ballets rusos”.
Y en Chile el diario La Tercera –que cabeceó su nota “Valery Gergiev (sic): el célebre maestro ruso amigo de Putin que el mundo declaró persona non grata”–, dio a conocer que un teatro de Providencia, incluyente en su cartelera anual de la transmisión del Ballet Bolshoi a distancia, canceló las funciones que comenzaban el miércoles 9.
Tarkovsky. Suspensión española
El escándalo Netrebtko
Uno de los primeros vetos catalogados en Moscú como una más de la “oleada rusofóbica” fue contra el prestigiado conductor de orquesta moscovita Valeri Abisálovich Guérguiev, batuta de la Filarmónica de Múnich y compadre de Vladimir Putin. Según el alcalde de la capital germana, Dieter Reiter, su despido se debió a que el artista no quiso manifestar su oposición a la incursión rusa en Ucrania:
“Múnich prescinde del director titular Valeri Guérguiev. Así, y con efecto inmediato, ya no habrá más conciertos de la Filarmónica de Múnich bajo su dirección… Esperaba que repensara y revisara su evaluación muy positiva del líder ruso. Después de que esto no ocurrió, la única opción es la ruptura inmediata de los lazos.”
La Filarmónica de Róterdam, Países Bajos, igualmente corrió a Guérguiev por existir, según la orquesta, “una división infranqueable entre ella y el director en torno al tema de la invasión rusa, que se hizo evidente después de hablar con él”. Antes, el 28 de febrero de 2022, el Festival de Verbier, Suiza, solicitó y aceptó la dimisión de Guérguiev como director musical. Y todavía: la Scala de Milán, Italia, envió una carta a Guérguiev pidiéndole que declarara su apoyo a una resolución pacífica en Ucrania o no se le permitiría completar su compromiso dirigiendo La dama de Picas, de Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893).
Puntual, Matt Duss, bloguero y asesor del senador Bernie Sanders por Vermont, Estados Unidos, escribió que la actitud de esa orquesta holandesa ha sido “sin duda absurda, ya que Tchaikovsky pasaba mucho tiempo en Ucrania e incorporó bastante música del folclor ucraniano a sus partituras”.
Total, que otra de las súper estrellas operísticas, la soprano ruso-austriaca Anna Netrebtko (Krasnodar, Unión Soviética, 1971), amiga de Putin, fue estigmatizada como non grata, y la neoyorquina Metropolitan Opera House (Met) de Nueva York le avisó el jueves 10 que sería sustituida por una ucraniana, Liudmyla Monastyrska, en Turandot, que estrena en abril:
“Al no cumplir con la condición del Met de que se retracte de su apoyo público a Vladimir Putin, mientras él libra la guerra contra Ucrania, la soprano Anna Netreb ko se retiró de sus próximas actuaciones en el Met”, se lee en la hoja. Ella replicó:
“¡Obligar a los artistas y a cualquier figura pública a expresar públicamente sus opiniones políticas y condenar a su patria es inaceptable! Debería ser la libre elección de todos. Como muchos de mis colegas, no soy política. Soy música y mi objetivo es unir gente, superar divisiones políticas.”
Igual, la Filarmónica de Viena despachó al músico Guérguiev de una gira de cinco conciertos en EU, que comenzarían el 25 febrero, mientras el Carnegie Hall de Nueva York optó por cancelar dos funciones para mayo de la Orquesta del Teatro Mariinsky, ya concertadas.
Por su parte, el domingo 6 el director judío-argentino Daniel Barenboim, nieto de bielorrusos y ucranianos emigrados a Argentina, ofreció en la Ópera Estatal de Berlín un concierto en solidaridad con Ucrania, cuya recaudación se destinó al Fondo Humanitario para Ucrania de las Naciones Unidas. Barenboim, internacionalista formador de orquestas con ejecutantes del mundo entero, sean palestinos o israelitas, chinos o japoneses, subrayó:
“La cultura rusa no es lo mismo que la política rusa. Hay que condenar la política en voz alta y clara. Pero no debe permitirse una caza de brujas contra el pueblo y la cultura rusa. No creo que sea bueno que los artistas rusos sean automáticamente cancelados en Occidente.”
El martes 8 de marzo, en su columna intitulada “El histerismo imbécil de la Filmoteca”, publicada en el Diario de Sevilla por Carlos Colón, éste tronó contra la Filmoteca de Andalucía por suspender la proyección de la cinta futurista Solaris, del cineasta ruso Andréi Tarkovski, en un ciclo fílmico en honor al literato polaco Stanislaw Lem.
“¿Se va a censurar la cultura rusa en bloque? ¿Se prohibirán las obras de los ar-
Netrebko. Sustitución en NY
tistas rusos muertos, desde Tchaikovski a Shostakovich, desde Pushkin a Grossman? ¿Se prohibirán las obras de la bielorrusa Svetlana Alexiévich porque Bielorrusia apoya a Putin, pese a que se viera forzada a exiliarse por su oposición a Lukashenko? Seriedad y sentido común, por favor. A ver si no volvemos a la prohibición hitleriana del ‘arte degenerado’ y a la estalinista del ‘arte formalista’.”
La fonoteca andaluza excusó su decisión “en el marco de las recomendaciones de la European Film Academy” y “acudiendo al llamado de la Academia de Cine de Ucrania para boicotear el cine ruso”. En el fondo, tomó línea del comunicado que el 27 de febrero envió la Academia de Cine de Ucrania al mundo para boicotear las producciones de Rusia y para que el Festival de Cine de Moscú perdiera su acreditación. En solidaridad, el histórico Festival de Cine de Cannes externó el 1 de marzo que no aceptará a las delegaciones rusas en su edición 75, que se efectuará del 17 al 28 de mayo, “a menos que se ponga fin a la guerra de agresión en condiciones que satisfagan a Ucrania” (https://www.festivalcannes.com/es).
El miércoles 2, la Bienal de Venecia avisó que no aceptará la participación de instituciones, delegados oficiales ni personajes vinculados al gobierno ruso, por la invasión de Ucrania; empero, “sí serán bienvenidos los artistas que se opongan al régimen de Vladimir Putin”.
El enigma Dostoievsky
Una curiosa noticia apareció ese 2 de marzo en Infobae: La Universidad Bicocca de MiIán, Italia, desapareció de sus planes de enseñanza las novelas del escritor ruso Fiódor Dostoievski (1821-1881), “en supuesta represalia contra Rusia por invadir Ucrania”. Aunque muy pronto la institución reculó.
“Prohibir estudiar a Dostoievski como acto contra Putin significa estar locos”, dijo a través de Instagram el expremier y actual senador oficialista Matteo Renzi, tras la denuncia del profesor Paolo Nori de que la casa de estudios milanesa cancelaba sus cursos sobre el autor de Los hermanos Karamazov, entre otras joyas de la literatura.
“En este tiempo hace falta estudiar más, no menos: en la Universidad hacen falta maestros, no burócratas incapaces”, agregó Renzi horas antes de que la casa de estudios rectificara finalmente ante las críticas de intelectuales, como el jesuita Antonio Spadaro, director de la revista cultural más antigua de Italia, La Civiltà Cattolica, quien planteó que “hoy, justo hoy, hace falta absolutamente volver a Dostoievski”.
Entre los últimos atentados más allá del tipo Entertartete Kunst (arte degenerado) que caracterizó a las juventudes hitlerianas, la agencia RT (Russian Times), uno de los medios rusos vetados por el “mundo libre occidental”, reportó el jueves 10 un botellazo con líquido inflamable a la Casa de Rusia de la Ciencia y la Cultura en París, Francia.
Pero no sólo los músicos célebres citados aquí protagonizaron casos muy sonados en los albores de la guerra: otros han sido excluidos de programas y recitales europeos por su nacionalidad rusa, como la soprano Hibla Gerzmava y el violonchelista Sergei Roldugin, director de la Casa de la Música en San Petersburgo, “aliado cercano” de Putin (quien por cierto es un pianista regular, al cual se le puede oír cantar “Blue Berry Hill”, o sea, “Colina azul”, del difunto rocanrolero de Nueva Orleans, Fats Domino, en YouTube).
El mundo de la música pop también se unió a esta agenda, de tal modo que los organizadores de Eurovisión 2022, que tendrá lugar en la ciudad italiana de Turín, prohibieron la actuación de Rusia en el festejo que reunirá en mayo a artistas de 40 naciones.
El rockero y activista inglés Roger Waters, de Pink Floyd, recibió hace unos días una carta que decía:
Mi nombre es Alina Mitrofanova, Tengo 19 años y vivo en Ucrania. Hoy mi país está resistiendo la invasión rusa y la guerra real la empezó el presidente ruso y es liderada por el ejército de Rusia (…) me duele mucho ver cómo MI país se convirtió en blanco militar de Rusia y su loco dirigente, convencido de que hay “Neo-Nazis” a los que hay que matar. ¡Esto es absolutamente falso, yo vivo acá y puedo decirte al 200% que ese tipo de personas no existen por acá! (https://www.facebook.com/ rogerwaters/)
La respuesta de Waters consolaba a Alina, pero le reviraba:
Querida Alina, leí tu carta, lamento tu dolor, estoy enfadado por la invasión de Putin en Ucrania, opino que es un error criminal, el acto de un gángster (…) tu creencia al “200%” de que no hay Neo-Nazis en tu país ciertamente está equivocada. Tanto los Batallones Azov en tu ejército, como la Milicia Nacional y C14 son grupos autoproclamados Neo-Nazis. Ellos también son gángsters. Haré todo lo que pueda para poner fin a esta guerra…
Al coro de personajes de la cultura que han repudiado la invasión rusa a Ucrania, al cierre de esta edición se unió Paul McCartney, autor de “De nuevo en la URSS” (Álbum blanco, 1968). Cerrando filas al respecto se sumaron a la condena las Ferias Internacionales del Libro en Bogotá, Bolonia, Bruselas, Budapest, Francfort, Gotemburgo, Jerusalén, Leipzig, Praga, Sao Paulo, Seúl Tapei, Varsovia y Guadalajara.
Pero para evitar una confusión, esta última retiró de su página web y redes oficiales el comunicado —dijo a Proceso su vocero Mariño Gonzalez—, “porque no es política suya cerrar las puertas a ninguna nación”.
Waters. Réplica amorosa
Arte
Glorieta de las Mujeres que Luchan
BLANCA GONZÁLEZ ROSAS
Con una excelente pieza de artivismo, la colectiva Antimonumenta-ivas nos queremos convirtió la antigua glorieta de Colón de la Ciudad de México en un inteligente y emotivo memorial para las mujeres que luchan.
Inaugurada el pasado sábado 5 de marzo con el título de Glorieta de las Mujeres que Luchan, la obra se inscribe en la vertiente creativa que se conoce como artivismo. Una propuesta que conjuga acción artística, conectividad colectiva, información y espacio público, con la intención de provocar reflexión, conciencia y cambio en el contexto social.
En su origen, la obra se remonta al año pasado, cuando el 25 de septiembre colocaron la escultura en silueta de una figura femenina en el pedestal vacío, en donde se encontraba el mo-
De la colectiva Antimonumenta
numento decimonónico a Cristóbal Colón. Realizada entonces en madera y pintada de morado-violeta (que es el color del movimiento y lucha feministas), la figura, con el puño izquierdo, sobresalía porque lograba representar a la mujer sin referencias de edad, raza, ocupación o nacionalidad. Sintética en su resolución, la escultura se convirtió inmediatamente en un referente simbólico de la descolonización cultural –una mujer ocupó el lugar del genocida europeo–, el empoderamiento femenino y la exigencia de justicia ante la violencia a la mujer en México.
De fuerte impacto visual aun cuando carece de dimensiones monumentales, la escultura evidencia el conocimiento artístico que existe entre las integrantes de la colectiva Antimonumenta.
Audaces, decididas y muy bien organizadas, tres días antes de la emblemática marcha del 8 de marzo por el Día internacional de la Mujer, las artivistas, además de sustituir la escultura en madera por otra idéntica producida en acero –iniciativa acertada que asegura la perdurabilidad de la pieza–, intervinieron toda la glorieta con otros dos proyectos: El Jardín somos Memoria y el Tendedero de Denuncias y Protestas.
Emplazado al interior de la glorieta, entre las plantas que definen uno de los caminos que lleva a la escultura, el Jardín somos Memoria, tiene el objetivo de evitar el olvido de las mujeres que han luchado o luchan, hoy en día, por los derechos humanos de la mujer y la impartición de justicia. Conscientes del impacto cultural que tiene la escritura de la historia, proponen “sembrar” un registro en el que “nosotras hacemos la historia”. Constituido por 27 mosaicos distribuidos en nueve estructuras, el Jardín… comprueba la seriedad y profesionalismo de la acción y obra artivista. Además de informar sobre el concepto, objetivo y contenido del proyecto, incorporan nombres que evidencian la diversidad que tiene la unidad del movimiento.
Al transitar el corredor-jardín se comprueba que la identidad de ser mujer rebasa el origen indígena, mestizo, rural o urbano. Se incluyen nombres de madres y desaparecidas, defensoras y activistas, periodistas, creadoras, guerrilleras, presas políticas, afromexicanas, asesinadas en la masacre de Acteal, mujeres del 68, indígenas rebeldes, desplazadas por paramilitares, feministas históricas. La memoria como un referente de empoderamiento para la construcción histórica.
Belén Aguilar: Vibrante monólogo escénico en “La garganta del cielo"
ROBERTO PONCE
Una constelación de personajes encarna la actriz Belén Aguilar a partir del principal, la joven Julia, en el monólogo La garanta del smogónica cielo, obra de teatro escrita por Diego Álvarez Robledo que se representa los domingos a las 18:00 horas en el Teatro La Capilla, hasta el 8 de mayo.
La trama es la siguiente:
Julia yace en la cama de un hospital tras intentar suicidarse. En su agonía, fluyen recuerdos de una existencia de pesadilla: la muerte inesperada de su padre, la decepción constante de su madre, una cruel ruptura amorosa, sus fracasos recurrentes como estudiante de ciencias y como poeta, su frustración en el mundo laboral, y la tristeza que la embarga desde que tiene memoria.
En este umbral entre la vida y la muerte, la historia da un giro. De la mano de la matemática judía-alemana Emmy Noether (1882-1935) y de cinco mujeres científicas de distintos lugares y distintas épocas, Julia irá recorriendo mundos en un viaje inspirado por la Divina Comedia de Dante. Durante el proceso ella entenderá el vasto e intrincado universo del que forma parte, hasta encontrar su lugar en medio de la inmensidad. Artista escénica cofundadora de la compañía El Mirador, Belén Aguilar explica:
“La garganta del cielo hace alusión a los hoyos negros. El personaje de Julia posee no una obsesión, sino un amor por el cosmos, por los planetas… No es una adolescente, sino una mujer de 30 años con una vida trunca; pasa por un momento depresivo, siente que nada de lo que hace es suficiente para cumplir satisfactoriamente con los parámetros convencionales de convertirse en un ser triunfador y exitoso en sociedad, y todo ello se expresa a través de la voz de Julia y de cinco mujeres más que ella halla en el limbo entre la vida y la muerte”.
Nacida en la colonia San Miguel Chapultepec de la CDMX, el 21 de agosto de 1987, Belén vivió en Cuernavaca, Morelos, regresando a la capital en 2007 para estudiar Actuación en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM, donde se graduó en 2011. Dice:
“Mi destino se reveló cuando asistí a una función de un montaje experimental que dirigió Lorena Maza [alumna de Ludwik Margules] en el Centro Cultural Universitario y sentí que podía ver el mundo de otra manera. Se me puso la piel chinita. Entré a
Colocado al exterior del camino opuesto que también lleva a la escultura, el Tendedero de Denuncias y Protestas es la manifestación del presente. Inspirado en la espléndida pieza que exhibió en 1978 la pionera del arte feminista en México, Mónica Mayer, en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, sus textos expresan denuncias y emociones como “Miedo; No tengo pruebas sufi cientes; Denuncié online, pero me dijeron que mi caso no aplicaba; No lo decidí, soy menor de edad; Era familia”.
Financiada por Antimonumenta sin apoyos gubernamentales, la Glorieta de las Mujeres que Luchan es un Memorial ciudadano de alto nivel artístico.
Teatro
ESTELA LEÑERO FRANCO
Max Aub (1926-1972), autor español que vivió y sufrió el exilio durante la Guerra Civil española, primero en Francia y después en México, muestra en Morir por cerrar los ojos las consecuencias de éste, la lucha por la sobrevivencia y los principios éticos que implica tomar o no tomar partido.
Aub, autor comprometido con su tiempo, simpatizante con las ideas de izquierda y la liberación de los pueblos, hace una crítica a la guerra y sus resultados fatales que, por supuesto, tiene una resonancia brutal en nuestro tiempo al estar presenciando una guerra entre Ucrania y Rusia –que refl eja el enfrentamiento de las potencias internacionales por dominar los recursos naturales, el mercado y a los países estratégicos de defensa y ataque, con una indiferencia brutal por la sociedad civil que vive en carne propia los ataques y el exilio.
Morir por cerrar los ojos se presenta por primera vez en México después de haber sido publicada en nuestro país en 1944, y aborda el tema del exilio en Francia, cuando en 1940 se instauraron campos de concentración para los exiliados en los inicios de la segunda Guerra Mundial –llamados campos de refugiados o campos administrativos–. Max Aub habla desde su experiencia en Francia a partir de una ética impecable, encarnándola en sus personajes: Dos medios hermanos con visiones distintas; uno comprometido con la resistencia y acertadamente interpretado por Adrián Alarcón, y otro radicado en Francia tiempo atrás que intenta hasta el fi nal salvar sus privilegios aun cuando eso implique traicionar a su hermano, con el cual ha entablado una rivalidad por el amor de María, su actual esposa y exnovia de aquel.
Dirigida por María de Orduña, española radicada en México, la obra es llevada a escena utilizando sillas y uno que otro aditamento más, para mostrar diversidad de espacios escénicos donde ocurre la acción. La directora logra que, con agilidad, se sucedan los lugares de la historia consiguiendo que la composición escénica sea dinámica y armónica. Maneja hábilmente situaciones con un par de personajes, hasta momentos complejos de la colectividad en los campos de concentración.
Exilio español. Estreno en México
Personajes entre la vida y la muerte
Eder Zárate un taller teatral y confirmé que el teatro es mi lugar, el espacio donde necesito estar.”
Belén dirige además La garganta del cielo junto con el dramaturgo y también músico Diego Álvarez Robledo, fundador y creativo en la compañía Principio Investigadores Escénicos; becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (2010-2012) y Jóvenes Creadores Fonca, y Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo 2011. Como actriz, Belén ha trabajado en más de 15 puestas en escena bajo la dirección de Mario Espinosa, Boris Schoemann, Rubén Szuchmacher, Angélica Rogel, Alberto Lomnitz y Ana Graham, entre otros.
La garganta del cielo es una pieza unipersonal con funciones domingueras presenciales de cupo limitado y transmisión en línea, a las seis de la tarde, dirigida a adolescentes y jóvenes adultos. Coproducción de las compañías El Mirador y Principio Investigadores Escénicos, a la par del Teatro de la Capilla, foro ubicado en Madrid 13, colonia Del Carmen, Coyoacán. Fin de temporada: domingo 8 de mayo.
Ocho actores interpretan distintos personajes, pero la caracterización no es suficiente para dar una vida verosímil a cada uno de ellos, siendo débil la dirección de actores, cuyas actuaciones no se benefician del vestuario, ya que en vez de ayudarlos los perjudican esos largos sacos, pantalones brillantes o una manta como delantal. La historia fluye llena de intriga y suspenso que nos hace cuestionar o resaltar los valores que cada personaje representa. En los campos de concentración nos muestra exiliados de diferentes procedencias, inquietudes y posiciones políticas.
Max Aub deja en claro su postura y el desenlace de la obra, con el título que elige para ella, Morir por cerrar los ojos. Centrándose en el enfrentamiento de los dos hermanos, va tejiendo una historia teniendo como pivote a María.
Morir por cerrar los ojos, que se presenta los martes en el Foro Shakespeare, es una obra enriquecedora y devela la tragedia del exilio, de los desterrados. Aub, que lo sufrió hasta instalarse en México en 1942, contribuyó en el desarrollo cultural de nuestro país tanto como autor, periodista, guionista de cine, traductor y adaptador, así como por su participación durante cinco años siendo director de Radio UNAM.
Morir por cerrar los ojos es una obra actual que aun cuando se resiente el tiempo en su escritura, nos habla de un presente estremecedor como el que estamos viviendo.
Cine
JAVIER BETANCOURT
Con este último largometraje, Paul Schader (1946) confirma su lugar como uno de los realizadores y guionistas más carismáticos del cine, en la línea que va de Tarkovsky a Kieslowski y a Kiarostami.
Para este calvinista autor del guion de Taxi Driver (1976), carisma significa el peso teológico que arrastra el antihéroe (Un gigoló americano, 1980) desde su caída hasta su redención. Con El contador de cartas (The Card Counter; EU, 2020), Schrader explora de nueva cuenta esa realidad paralela que lo obsesiona: la fractura entre condicionamiento histórico y vida espiritual.
William Tell (Oscar Isaac) vive de su juego de cartas, mantiene un perfil bajo, recorre casinos americanos donde juega y gana con discreción, luego de aprender a contar las cartas durante los ocho años que pasó en la cárcel. En una convención en Atlantic City se topa con un joven, Cirk (Tye Sheridan), quien lo reconoce como exmilitar de Abu Ghraib, puesto que Tell perdió cuando se denunciaron las torturas que ahí se practicaban, y de esa triste prisión iraquí también salió, humillado y adicto a las drogas, el padre del muchacho. Gordon (Willem Dafoe), entrenador y experto de “las técnicas especiales de interrogación”, sería el culpable de todo, y ahora Cirk planea asesinarlo.
Para Schader, educado en el rigor calvinista que proscribía los espectáculos, el cine representa el fruto prohibido en el que descubre al arte como camino a la redención; sus protagonistas prueban un fruto prohibido, se pierden, comprenden que deben pagar un precio, y aceptan. En su famoso ensayo “El estilo trascendental en el cine”, que escribió a los 24 años y donde estudia la técnica de tres maestros (Carl Dreyer, Yasuniro Ozu y Robert Bresson), Schader postula que la fuerza espiritual del cine no se haya en el contenido, sino en el estilo: de ahí que movimientos de cámara lentos o tomas estáticas (“long takes”), edición llena de agujeros (elipsis), ausencia de explicaciones compensadas con la repetición de gestos y rituales, poca música y, más que todo, énfasis en lo mundano, provocan que el espectador reaccione a la incomodidad y logre captar una realidad paralela, la de la vida espiritual.
De nombre legendario, este William Tell no pierde de vista el flujo de las cartas, tal es su ancla al mundo real; por eso forra con sábanas blancas todo el mobiliario de los cuartos de los moteles que habita, no quiere distraerse, vive con la carga del pasado, sabe que la prisión no habría sido suficiente para purgar su culpa, y que el pasado lo alcanzará. En contraste con la sequedad de las secuencias de los ritos que Tell lleva a cabo en cada casino, para el director las composiciones, las escenas del pasado en prisión están filmadas con lentes que deforman la imagen, pues la vida subjetiva no puede escapar de la carga afectiva del pasado.
Este estilo que el autor define como trascendental (espiritual, no en sentido kantiano) se apoya, a su vez, en otro estilo, el del cine negro, universo que le permite concentrarse en un mundo social desarticulado donde luchan luz y sombra.
Paul Schader es un artista cosmopolita que posee una extraordinaria cultura, tan amplia como la de Martin Scorsese, incluso más profunda, pero su cine apela a la conciencia de su país, el gigoló es americano, y la prisión es la de Abu Ghraib.
Fuerza espiritual del cine
Sergio Olhovich filma cómo Cárdenas
nacionalizó
el petróleo
El sueño concebido hace dos décadas con el escritor Carlos Montemayor entra a la realidad: está sólo a dos semanas de concluir la filmación (probablemente en mayo), pero este miércoles 16, a las 17:00 horas, el cineasta hablará de ella en una mesa de reflexión de la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro, en el marco del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM).
Olhovich adelanta esa conversación a Proceso
en entrevista telefónica, al igual que Ianis Guerrero, quien protagoniza al presidente.
COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
Hace 20 años el director de cine Sergio Olhovich y el escritor Carlos Montemayor, quien falleció en 2010, escribieron el guion 1938, el año que el petróleo fue nuestro, que narra las vicisitudes del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), para expropiar la industria petrolera.
Ahora, por fin, el también guionista y productor rueda el largometraje de ficción desde finales del año pasado, sólo le faltan dos semanas de filmación, tal vez en mayo próximo. Olhovich, nacido en Sumatra, Indonesia, en 1941, de madre tabasqueña y padre ruso, está nacionalizado mexicano. Resalta para Proceso:
“Es una película fundamental y me
siento muy orgulloso de realizarla porque va más allá de una cinta cinematográfica bien hecha de tema histórico. Es un filme totalmente político que habla de lo que es el petróleo para la soberanía de un país.”
Detalla por teléfono que el largometraje, cuyo costo ronda los 35 millones de pesos, aborda sólo el año de 1938:
“Trata de cómo vivió el entonces presidente Lázaro Cárdenas los días antes, en el momento y el después de nacionalizar ese hidrocarburo. De cómo finalmente se decide, con el general Francisco Múgica, entonces secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, a expropiar, porque las empresas extranjeras, estadunidenses e inglesas, se oponían a cooperar con el gobierno y con el sindicato del petróleo. Abordamos todos los momentos de titubeos del general Cárdenas de si era lo correcto o no expropiar.
“Finalmente lo hace y enfrenta un boicot por parte de esas compañías extranjeras. Incluso hubo un periodo inminente en que Inglaterra quería invadir al país militarmente. No se logró, entre otras cosas, porque ya estaba a la vuelta de la esquina la Segunda Guerra Mundial, y el estadunidense Franklin D. Roosevelt decidió que era más importante tener el petróleo mexicano que la guerra con su vecino del sur.”
El rodaje de 1938, el año que el petróleo fue nuestro comenzó los últimos días de septiembre pasado en distintas locaciones, y si bien paró uno días, continuó en diciembre en Palacio Nacional. Y en mes y medio continuará la etapa final en otros lugares de la capital mexicana. En total se alcanzarán siete u ocho semanas de grabación.
Los actores son Ianis Guerrero (Lázaro Cárdenas), Baltimore Beltrán (general Múgica), Roberto Beck (Raúl Castellanos), Karen Martí (Amalia Solórzano), Ofelia Medina (Amalia Solórzano adulta), August Armstrong (Jon Roberts), Julian Sedgwick (embajador Daniels), Viridiana Robles (Alicia), Sergio Bonilla (Alberto Miranda), María Penella (Rosaura), Esteban Soberanes (ingeniero Rojas), Raúl Briones (Vicente Lombardo Toledano) y Salvador Sánchez (campesino). Es una producción de Katarsis Cooperativa de Comunicación y Media y Corazón Films.
Cabe destacar que Olhovich participará en la mesa de reflexión The tyger burns: El puma arde, de la Cátedra Ingmar Bergman en Cine y Teatro, en el marco del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM). Charlará de su obra y de esta película con el historiador y crítico de cine alemán Olaf Möller el miércoles 16 de este mes, a las 17:00 horas, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo del Centro Cultural Universitario.
Olhovich. “1938, el año en que el petróleo fue nuestro”
Los obstáculos
Olhovich se formó como cineasta en la Unión Soviética, en el Instituto Estatal de Cinematografía de Moscú, la escuela de cine más antigua del mundo. Ha sido profesor en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas) de la UNAM y en la Universidad Iberoamericana. Creó el Instituto Ruso Mexicano de Cine y Actuación. Su ópera prima es Muñeca reina (1971), una adaptación del cuento homónimo de Carlos Fuentes, protagonizada por Enrique Rocha y Ofelia Medina, a quien vuelve a recurrir.
También realizó El encuentro de un hombre solo (1973), La casa del sur (1974), Coronación (1975), Llovizna (1977), El infierno de todos tan temido (1979), Esperanza (1987) –con la cual ganó el Ariel de oro a mejor película–, Bartolomé de las Casas (1993) y En un claroscuro de la luna (1998), entre otras.
Uno de los obstáculos para realizar 1938, el año que el petróleo fue nuestro, resultó el del financiamiento. El cineasta recuerda:
“Desde el 2017 tenía aprobado el proyecto en el entonces Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine). Me mandaron una carta de que todo estaba aprobado, y cuando llegó el momento de que me dieran el dinero, me informaron que ya no podían dármelo porque se había acabado, lo cual se me hizo raro porque Fidecine calculaba el dinero que poseía y a qué proyectos se los darían, y a la única película que le dijeron que ya no había dinero fue a la mía… pero que no me preocupara, que el año entrante iba a estar en primer lugar para darme el financiamiento necesario.”
Pasó el año, y volvió a pedir el apoyo a Fidecine con la promesa de que ya estaba aprobado:
“Me volvieron a mandar una carta de que iba a estar todo perfecto, y de nuevo cuando llegó el momento de que recibiera yo el dinero, no encontraba a los ejecutivos de Fidecine, y nadie me decía nada, y así terminó el sexenio de Enrique Peña Nieto con una imprecisión que no entendíamos por qué.”
El colmo fue que en diciembre de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ya estaba en el poder pero no se habían nombrado aún a las nuevas autoridades del cine, le volvieron a comunicar “con toda tranquilidad”, que no había dinero otra vez.
Después Olhovich habló con María Novaro, titular del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine):
“El productor ejecutivo Roberto Fiesco y yo le explicamos lo que había sucedido. Igual hablé con la subsecretaria de Cultura Marina Núñez. Nos dijeron que iban a averiguar y nunca me precisaron nada. Después surgió el asunto de la desaparición de los fideicomisos en el 2020, y quitaron Fidecine, entonces me quedé sin nada. Por suerte habíamos pedido dinero al estímulo fiscal Eficine y me otorgó 10 millones de pesos, con lo cual empecé a preparar la película. Luego se unieron los coproductores Corazón Films y aportaron una lana y con eso estamos trabajando, además de otras aportaciones que están llegando.”
Enfatiza en la asistencia del gobierno actual:
“Rodamos dos semanas en Palacio Nacional y no nos cobraron. La película costará más de 30 millones, pero ahí nos ahorramos una cantidad. He hablado con Jesús Ramírez, el vocero del presidente López Obrador, y me ha apoyado en todo.”
De sangre petrolera
El cineasta rememora que Carlos Montemayor hizo toda la investigación para desarrollar el guion:
“Escribimos el argumento desde el 2002, por desgracia Carlos falleció. Lo trabajamos varios años. Luego yo tuve operaciones de mi columna y rodillas. Con el confinamiento por la pandemia me dediqué a mejorarlo, y creó que me quedó un guion bastante bueno.”
Desde joven deseaba filmar una historia sobre la expropiación del oro negro:
“Mi papá era ingeniero petrolero. Buscó en los años treinta y encontró petróleo en Tabasco fundamentalmente, ahí es donde conoció a mi mamá, ella era tabasqueña. Yo acompañaba a mi padre a campamentos de petróleo en diferentes partes de México, e igual trabajó mucho buscando petróleo en Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. Luego fuimos a París porque fue contratado por el Instituto Francés del Petróleo. Entonces conozco toda la epopeya de México con el petróleo y siempre quise realizar una película al respecto.”
El filme –señala– va muy bien con lo de la Cuarta Transformación por la idea de que el petróleo es fundamental para el desarrollo de un país:
“Es muy importante el destino del país ligado con el petróleo que poseemos, y tenemos mucho. Eso es una gran suerte para México. El petróleo debe ser para el pueblo mexicano, no para la iniciativa privada que se lleva toda la lana y no nos deja nada.
“A Carlos Montemayor se le ocurrió hacer esta película antes de que llegara el gobierno actual, que está logrando estatizar de nuevo el petróleo, y esta película se vuelve muy importante para mostrarle al pueblo mexicano lo que sucedió en el año 1938 con la expropiación. Hay generaciones nuevas que desconocen totalmente ese asunto.”
Se entusiasma:
“Mi papá siempre me enfatizó lugares donde habían descubierto yacimientos que hasta la fecha todavía no dan a conocer. Hay mucho petróleo en todo el Golfo de México, en Chiapas, en el norte de la nación que todavía no se explota, como Baja California. El petróleo se ocupa no sólo para los coches y aviones, también para el plástico, hasta para las medicinas. Vamos a necesitarlo unos 50 años más, mientras se desarrollan nuevas alternativas energéticas.”
El 18 de marzo de 1938 fue el día en que Cárdenas decretó la expropiación de bienes de las empresas petroleras estadunidenses y anglo-holandesas que operaban en México; según diarios de esa época, controlaban 95% de las propiedades de la industria. Llevaban a cabo, dice, una “explotación irracional” de los yacimientos, y eran la Royal Dutch Shell, de Holanda, que en México se hizo llamar Compañía Mexicana El Águila; Standard Oil Company de New Jersey, llamada Huasteca Petroleum; Cities Service; Continental Oil Company, y Consolidated Oil Company, entre otras.
Poseían gente armada para proteger los terrenos donde se ubicaban los yacimientos. Además, Standard Oil y Royal Dutch Shell intentaron un boicot contra el petróleo mexicano: Trataron de impedir que se vendiera en Europa y otras naciones y presionaron a proveedores para no surtir a México de los materiales necesarios para su extracción.
Cárdenas pidió el respaldo moral y material para llevar a cabo la expropiación, porque representaba un sacrificio económico. La Secretaría de Hacienda debía pagar la indemnización en un plazo no mayor a 10 años.
El 23 de marzo de 1938 se reunieron 100 mil personas de todas las clases sociales para respaldar a Cárdenas. Y el 19 de abril del mismo año en el Palacio de Bellas Artes, mujeres y varones de todas las clases sociales acudieron a dejar objetos de valor; gente adinerada regaló sus joyas, y la más humilde dejaba hasta gallinas.
El pasado jueves 10, el presidente López Obrador detalló en su conferencia matutina que los precios de los combustibles en México no subirán pese a la situación que se vive en Ucrania:
“Producimos petróleo, no todos los países en el mundo producen petróleo… Desde que llegamos nos dedicamos a rescatar a Pemex. Tuvimos la suerte de encontrar nuevos yacimientos, tenemos reservas suficientes y estamos perforando, ya no se está cayendo la producción, al contrario, estamos recuperando, ya tenemos más petróleo crudo.
“Al mismo tiempo, se inició la rehabilitación de las refinerías, hemos invertido más de 30 mil millones de pesos en rehabilitar las refinerías, nos ha permitido aumentar la capacidad de refinación y, como se compró Deer Park a Shell, ya tenemos producción suficiente. Una vez que tengamos Dos Bocas y la coquizadora de Tula, ya vamos a alcanzar la autosuficiencia.”
En tanto, Olhovich finaliza que con 1938, el año que el petróleo fue nuestro “las nuevas generaciones comprenderán porqué este gobierno estatiza el petróleo”.
El actor principal
El actor de cine, teatro y televisión Ianis Guerrero, mexicano pero nacido en París, Francia, en 1980, interpreta al presidente Cárdenas en el largometraje. También por teléfono subraya:
“En definitiva se trata de uno de los retos más grandes de mi carrera y es una enorme alegría por el privilegio de trabajar con Sergio Olhovich, quien hace 20 años que no filmaba, y lleva mucho tiempo trabajando este proyecto, el cual le llega al corazón porque su padre era petrolero.”
Conocido por su participación en Nosotros los nobles (2013), de Gary Alazraki, coincide con Olhovich:
“Las nuevas generaciones deben conocer cómo nos construimos como nación, como mexicanos. Nunca ha sido fácil, ni nos han regalado algo, y no nos hemos dado por vencidos. En 1938 les ganamos a las grandes potencias unidas Inglaterra y Estados Unidos, en fin, y México puso su nombre muy en alto diciendo: esto es nuestro y lo vamos a defender y vamos a pagar hasta el último centavo de lo que corresponda con justicia, no le estamos robando a nadie.”
El también interprete de las cintas Casa caracol (2017) y Corazón de Mezquite (2019), y de las series Club de Cuervos y Señorita 89, menciona que cuando lo invitan a leer el proyecto le entró el sentimiento de una enorme responsabilidad, no sólo para él, sino para todos los mexicanos:
“Empecé un trabajo de preparación muy fuerte de cuatro meses en los cuales leí lo que pude de libros, vi videos y fotos, escuché grabaciones de radio y música, en fin, y tuvimos la suerte de que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y su hijo Cuauhtémoc nos recibiera en su casa, a Karen, Sergio y a mí, y nos contarán anécdotas de don Lázaro, quien para ellos es el ser humano, y eso es justamente lo que muchas veces no hemos podido ver: su forma de ser, hablar, cómo era como padre, en fin.”
Guerrero tuvo que subir de peso para el personaje. Y redondea antes de despedirse:
“Anhelamos quitarle a Lázaro Cárdenas el bronce y hacerlo muy humano. Retratarlo con toda la grandeza, pero también con toda la humildad y la sencillez que tenía.”
Futbol mexicano Pese a las sanciones,
BEATRIZ PEREYRA
Pese a los hechos violentos del sábado 5, cuando integrantes de las porras “La Resistencia Albiazul”, de los Gallos Blancos de Querétaro, y “La Barra 51”, del Atlas, se enfrentaron en una batalla campal en el estadio La Corregidora, los dueños de los clubes del futbol mexicano decidieron no desaparecer los grupos de animación violentos –también conocidos como barras– que ya están infiltrados por el crimen organizado.
Sin embargo, de haber tomado dicha decisión tampoco podrían llevarla a cabo, pues carecen de poder y fuerza necesarios para eliminar de las gradas a estas personas que, si bien son “parásitos” de los equipos, también han encontrado nuevas fuentes de financiamiento para sobrevivir.
Esta reflexión la hace el doctor Hugo Sánchez Gudiño, investigador y profesor de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, quien desde hace más de dos décadas ha estudiado a los grupos de choque y porras en México.
“No es posible, no se pueden borrar de un plumazo porque son grupos de animación inherentes a esta industria. Son un símbolo de los equipos, tienen una conexión con distintos sectores de la afición que se mueven en función del liderazgo que tiene la barra. Basta con ver en la UNAM: miles de fanáticos son de las escuelas y los campus universitarios; se apasionan y muchos tienen un toque de admiración por los barristas. Claro, cuando hay hechos violentos, todo el mundo los condena; pero la barra es parte del engranaje de la maquinaria (del futbol). Si dada la gravedad de lo ocurrido los directivos hubieran decidido desaparecerlas, los violentos de carne y hueso ahí están y se organizarían de otra manera para seguir teniendo presencia en los estadios”, advierte el académico.
Le dio la vuelta al mundo el brutal enfrentamiento, que comenzó en las gradas y continuó en el campo hacia donde las familias y aficionados huyeron para evitar ser golpeados sólo por usar una camiseta del Atlas. Si bien la violencia en el futbol no es nueva en México, lo que se vivió en Querétaro jamás se había visto.
En la televisión y en las redes sociales circularon imágenes de personas huyendo despavoridas y otras que eran golpeadas salvajemente pese a yacer inconscientes en pasillos, gradas y hasta en la fosa que impide que los aficionados brinquen a la cancha. Integrantes de La Barra 51 quedaron tendidos en el suelo, desnudos y ensangrentados; 26 personas fueron hospitalizadas por lesiones graves, una perdió un ojo y otra continúa en terapia intensiva.
El presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, anunció como medida inmediata la prohibición indefinida de las porras visitantes en los estadios. Tres días después del evento violento, ya acompañado de Yon de Luisa, presidente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), ambos dieron a conocer las “sanciones y medidas históricas” para evitar que este tipo de actos se repita en los estadios del futbol mexicano.
El club Gallos Blancos de Querétaro, varonil y femenil, así como sus fuerzas básicas, jugarán a puerta cerrada durante un año, en su estadio o en cualquier sede, y su grupo de animación no podrá entrar al estadio local durante tres años. El equipo fue multado con 1.5 millones de pesos por ser el máximo responsable de no haber garantizado la seguridad de los asistentes.
Asimismo se ratificó que los clubes no podrán dar ningún tipo de apoyo a sus porras, y el que sea sorprendido tendrá como sanción en automático veto de la plaza