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Ryszard Kapuscinski, maestro en el ejercicio del periodismo combativo /Ela Chrzanowska y

badas entre 1994 y 1995, relacionadas con el alzamiento zapatista en Chiapas; en 2007 una más por los feminicidios en México y Centroamérica; en 2010 se aprobó una resolución por la escalada de violencia, luego de la declaratoria de “guerra contra el narcotráfico” de Felipe Calderón, y en 2014 los eurodipu tados expresaron su preocupación por la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Sorprendido por el “lenguaje florido” que usaron los eurodiputados en la reciente resolución, “discurso que no se lee en las anteriores, que son más diplomáticas”, Chamberlin alerta que ese tono “evidencia que a escala internacional el bono democrático de este gobierno ya se está desgastando, porque pese a que se diga que no son iguales (a sus antecesores), si miras los resultados del lado de las víctimas, sigue habiendo una escalada de violencia e impunidad”.

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Al destacar que el pronunciamiento del Parlamento Europeo debería ser tomado como “un llamado fraterno a la cooperación y aceptar que las cosas no van bien”, el defensor considera equivocado que se interprete como un ataque.

“Dudo mucho que el Parlamento quiera criticar la Cuarta Transformación; la resolución revela una genuina preocupación por la situación de los derechos humanos, independientemente de quien esté, lo hicieron con Zedillo, con Calderón, con Peña Nieto.

“La resolución no tiene que ver con el presidente ni con su proyecto, sino con lo que se mira y se mide desde la perspectiva de las víctimas, no es tema de los conservadores contra los liberales, estamos hablando de la vida de la gente”, puntualiza Chamberlin.

El viernes 11 decenas de organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, entre ellas la OMCT, lamentaron la respuesta a la resolución expresada por López Obrador, como máximo representante del Estado mexicano, pues “lejos de reconocer el grave riesgo que enfrentan personas defensoras y periodistas, debilita las alianzas y desconoce la relación de estrecha cooperación que se ha mantenido durante años con las instituciones de la Unión Europea”.

Los firmantes se sumaron al llamado del Parlamento Europeo y exigieron al Estado mexicano “honrar sus obligaciones internacionales, fortaleciendo el Estado de derecho y haciendo cumplir los marcos normativos” impulsados por la sociedad civil.

RYSZARD KAPUSCINSKI, MAESTRO EN EL EJERCICIO DEL PERIODISMO COMBATIVO

Con motivo del 90 aniversario del natalicio de Ryszard Kapuscinski se presenta una serie de reflexiones del periodista polaco y de quienes fueron sus discípulos en México, testimonios recopilados en el documental de Ela Chrzanowska, Los Ríos. El viaje a México con el maestro Kapuscinski, filmado en 2016. Se trata de un trabajo que cobra mayor relevancia en el contexto actual, donde la prensa es blanco de ataques desde diversas esferas de la vida pública.

ELA CHRZANOWSKA Y GLORIA CELIA CARREÑO ALVARADO

“V iven en el Edén y, sin embargo, 80% de la población mundial no tiene acceso a él. El hambre no es necesariamente la causa de esta desigualdad. A veces consideramos a la pobreza y al hambre como sinónimos. Sin embargo, la Biblia nos dice que ‘no sólo de pan vive el hombre (…)’. Una persona puede ser pobre, no por la falta de comida, sino por la falta de respeto, porque es menospreciada, ignorada u odiada.

“La pobreza es una enfermedad social que hace que una persona se sienta atra-

pada sin tener una forma de salir de su condición actual. Esta persona no tiene idea de cómo pasar del estado de pobreza al estado de abundancia. Le presto mucha atención a este tema porque uno de los síntomas de la pobreza es el quedarse callado. La pobreza es la incapacidad de expresarse uno mismo. Los pobres no tienen voz, no son respetados ni tolerados. Alguien tiene que hablar por ellos.”

Esas palabras de Ryszard Kapuscinski fueron publicadas en el libro: Dándole voz a los pobres, conversaciones con los jóvenes, que reúne una clase magistral, así como las charlas con estudiantes de la Universidad de Bolzano, Italia, en su última actividad en el extranjero, palabras en las cuales manifestó una vez más su compromiso de vida: hablar por los pobres.

Ryszard Kapuscinski nació el 4 de marzo de 1932 en Pinsk, Polonia (hoy Bielorrusia). Hubiera cumplido 90 años el pasado viernes 4. No alcanzó a cumplirlos: falleció en Varsovia en 2007.

Su trabajo periodístico, literario y su compromiso social siguen presentes en quienes lo conocieron, entre quienes fueron sus discípulos y en aquellos que conocen y leen sus obras. Hoy día aún es recordado por periodistas que aprendieron de él, por militantes y gente convencida de su defensa por la verdad, la justicia, el derecho y la equidad.

Su obra debería ser replicada por periodistas para que se recupere para las nuevas generaciones del mundo periodístico. Ya que sigue siendo necesario dar a conocer las condiciones en que viven las poblaciones más marginadas en nuestros países, los abusos que esos pueblos sufren, sus luchas contra el poder. En ese sentido, la función de reporteros-escritores-investigadores con las convicciones éticas que tuvo Kapuscinski respecto de la labor periodística, son determinantes en la búsqueda de un mundo mejor.

Kapuscinski cubrió como corresponsal de prensa países de Asia, África y América Latina. Fue reportero para la Agencia Polaca de Prensa (PAP). Con esa tarea llegó a lugares que vivían el proceso de descolonización, revoluciones y golpes de Estado; además, dedicó buena parte de su actividad a escribir obras literarias donde daba la voz a la población que luchaba por su dignidad, por tener derecho a elegir su gobierno, a conformar sus países y preservar su cultura.

El trabajo de Kapuscinski no sólo fueron las notas periodísticas, también escribió libros que fueron reportajes de profundidad en un estilo literario que algunos estudiosos han caracterizado como: literatura faktu, género que presenta personajes y eventos auténticos, relatos creíbles basados en hechos y materiales recopilados, que combina objetividad e informatividad con textos profesionales. El propio Kapuscinski definió su obra como: “Una literatura de collage en la que se reúnen el periodista, el escritor, el historiador y el filósofo”.

El Tercer Mundo

Desde muy joven Kapuscinski cubrió en su trabajo periodístico movimientos revolucionarios, el proceso de la descolonización en África, que él llamó: “La invasión del Primer Mundo por el Tercer Mundo”. A este respecto en una entrevista dijo:

“Me gustaría que mis libros sirvieran para que los lectores del siglo XXI comprendieran lo que ha sido el nacimiento del Tercer Mundo, la llegada al poder y la soberanía de sociedades míseras, rurales e iletradas; un fenómeno sin precedentes que va a cambiar la mentalidad y el modo de vivir en todos los países.”

Agrega Kapuscinski: “Me fascina el fenómeno de la invasión de las sociedades avanzadas por parte del Tercer Mundo; el futuro es multirracial…”.

En efecto, el llamado “Tercer Mundo” se ha rebelado y va adquiriendo posiciones. Los periodistas que asumen una responsabilidad en la denuncia, la investigación, la nota, el reportaje, que muestren evidencias de abusos, de criminalidad, de corrupción, son fundamentales. Quizá hemos pasado de los esquemas tradicionales de información sustentado en periódicos y noticiarios, al tuit, a las redes sociales, a los videos cortos que cualquier ciudadano puede subir al ciberespacio, pero que no sustituyen, de manera alguna, los procesos serios de investigación que revelan lo que no siempre está a simple vista.

El trabajo de Kapuscinski para la PAP consistía en enviar noticias de los sitios en donde era corresponsal, pero, para él, esa actividad no era suficiente, así que escribió libros –algunos traducidos a varios idiomas, editados y publicados en diferentes países y ediciones– en los cuales recopiló información, experiencia, testimonios que cubrieron la misión que se marcó, de dar a conocer esa realidad, esos procesos de liberación, establecer una empatía con los países colonizados que luchaban por su liberación.

Como parte del trabajo periodístico de Kapuscinski, y después de su impresionante experiencia en Asia y África, publicó los libros: Ébano,El emperador, La guerra de Angola, La guerra del futbol, El imperio y El sha o la desmesura del poder.

Fue enviado a México, radicando aquí entre 1968 y 1972, cubriendo las notas para América Latina, siendo el único enviado de esa agencia para esta parte del mundo.

Llegó primero a Chile, donde aprendió, en tres meses, el idioma español; porque aprender el idioma del lugar en donde se encontraba le resultaba de gran importancia para entender al otro; así, Kapuscinski llegó a hablar siete idiomas. Parte del ejercicio de aprendizaje de esta lengua fue hacer una traducción propia al polaco del Diario del Che en Bolivia.

América lo impactó. En La guerra del futbol hace una descripción de esta tierra, de la fascinación que le causó, un texto en prosa, que bien podría ser un poema:

“Allí todo es exceso y desmesura; todo tiende a imponérsenos, conmocionarnos, aplastarnos. Como si estuviésemos mal de la vista, del oído y del olfato, y, por lo tanto, fuéramos incapaces de percibir formas modestas y moderadas. La selva, inmensa (Amazonia); las montañas, gigantescas (los Andes); la llanura, infinita (la pampa); el río, el más largo del mundo (el Amazonas). La gente, de todas las razas y todos los colores habidos y por haber: blancos, rojos, negros, amarillos, mestizos, mulatos.

“Las culturas, variadísimas: la india, la anglosajona, la española, la portuguesa, la francesa, la hindú, la italiana y la africana. Tendencias y partidos políticos, los posibles y los imposibles. Exceso de riqueza y exceso de miseria. Gestos solemnes y lenguaje florido (profusión de adjetivos). Mercados, mercadillos, tenderetes, escaparates, todo abarrotado, aplastado por frutas, verduras, flores, ropa, ollas, herramientas; todo brota de la tierra, de las piedras, y crece, y se multiplica en los mos-

tradores, en las manos, en 100 colores chillones que contrastan, chocan y estallan.

“Un mundo que no se puede atravesar con la cabeza fría y el corazón indiferente. Indefensos lo recorremos dificultosamente y con la misma sensación de extravío que experimenta quien contempla los murales de Diego Rivera o lee la prosa de Lezama Lima. Lo real se mezcla con lo fantástico, la verdad con el mito y el realismo con la retórica.”

En América, dice, “pasé mucho tiempo abriéndome paso entre tamaña exuberancia… antes de poder llegar al ser humano y sentirme como en casa entre la gente, conocer sus dramas, sus fracasos, sus estados de ánimo, su romanticismo, su sentido del honor y de la traición, su soledad.”

El viaje a México

Nicolás Alvarado destaca este aspecto de Kapuscinski: su lado de poeta, cuando dice: “Antes que periodista, Ryszard Kapuscinski fue poeta. Y con ello quiero decir exactamente lo que parece: que acaso haya sido ‘el mejor reportero del mundo’ o del siglo XX –hipérbole vacua e imposible de verificar que, sin embargo, apunta al arrojo, la inteligencia y el afán moral con que ejerciera el periodismo– o incluso el ‘Heródoto de nuestros tiempos’ –lo que validaría su concepción del trabajo periodístico como estudio ‘de la historia en el momento mismo de su desarrollo’– pero que, en esencia, la pluma de Kapuscinski es la de un poeta.

“Y con ello no pretendo subrayar la calidad literaria de sus escritos, su lugar en el panteón de los grandes escritores del siglo XX parece ya más que garantizado, por lo que poco o nada necesita de mis loas, sino meramente consignar que la perspectiva desde la que miraba todo: los hombres, los hechos, la historia, fue siempre la de un poeta.”

Sus libros son producto de años de investigación y de su interés en involucrarse en la realidad, la mentalidad y luchas de los pueblos, y movimientos reivindicativos que vivió muy de cerca en su labor periodística.

Su primer libro publicado en español fue editado en México en 1977 por la editorial Nueva Política, bajo el nombre de La guerra de Angola; y un año después publicó La guerra del futbol; sobre este trabajo dice Kapuscinski:

“La situación en que me hallé al aceptar el destino encerraba una contradicción fundamental. Por un lado, al viajar de un país a otro, de un continente a otro, fui descubriendo un mundo fascinante, inmensamente rico, desconocido el día anterior y ni siquiera imaginado; y por el otro, la herramienta de transmisión de que disponía, el despacho de prensa, por fuerza lo reducía todo a una superficial abreviatura en la que no cabían la enorme riqueza, la otredad y la plenitud de ese mundo.

“Corroído por aquella sensación de carencia, de lo reduccionista e, incluso, banal que se me antojaba el periodismo de agencia de prensa (gracias a la cual, sin embargo, me podía costear los viajes), empecé a escribir libros. Ahora constituyen una especie de segunda parte de un díptico. La primera –mis boletines de noticias enviados desde Asia, África y América Latina– yace apilada en alguna estantería del archivo de la PAP.”

Mentor de muchos periodistas mediante los talleres que impartió, Kapuscinski dijo en uno de ellos:

“Para comprender una cultura ajena hay que internarse y asentarse en su tierra. Sólo así podrá captarse en esa otredad.”

Después de dejar la corresponsalía de América Latina, que cubría desde México, regresó a Polonia, donde colaboró con la revista de reportajes Kontynenty y a la escritura de sus siguientes libros, entre ellos El imperio, en el cual retrata a la Unión Soviética y, tras de su caída, a Rusia y a los países con los que se formó el gran imperio. En una entrevista dijo: “Ahora en Rusia tenemos un clásico modelo latinoamericano, con un gobierno civil manejado por las fuerzas militares”.

Hoy día vemos a dos imperios, el ruso y el estadunidense, luchando por una de las antiguas colonias del imperio soviético: Ucrania.

Posteriormente, Kapuscinski regresó a México invitado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Latinoamericano, a impartir talleres, en 2001, en la Universidad Iberoamericana.

Varios periodistas asistieron a esos cursos y posteriormente ofrecieron testimonio en una entrevista de historia oral, que fueron recopiladas como parte del proceso de producción del documental de Ela Chrzanowska, Los Ríos. El viaje a México con el maestro Kapuscinski, filmado en 2016.

Entre los periodistas asistentes a los cursos, Alejandro Almazán señala en esa entrevista los aprendizajes más importantes que recibió de Kapuscinski, que fueron la humildad, la denuncia a la violación de derechos y la honestidad. Dijo en su entrevista: “La prepotencia, la soberbia te va a ayudar en algunos momentos de tu vida, pero la humildad te va a ayudar siempre.”

Y señalando la situación en México por la guerra contra las drogas, acotó: una de las cosas que tenía Kapuscinski, y es a lo que aspira el cronista, no solamente ir a describir, sino entender y explicar a la gente lo que está pasando. ¡Ojo! ¡Hey! ¡Así es la situación! Yo creo que sin duda Kapuscinski terminaría diciéndonos: ‘Miren, la situación es ésta’.”

Enseñanza a través del ejemplo, a través del compromiso, a través del riesgo, a través de su ética profesional fue lo que dejó en los periodistas con los que trabajó en sus talleres, con los que han leído su obra.

Pedro Valtierra, reconocido fotógrafo le recuerda: “Yo pienso que Kapuscinski no ha muerto, y no lo digo para salir del paso, pero cuando lo lees, lo sientes cercano. Me lo imagino en las oficinas de Varsovia, de la agencia, me lo imagino viajando en África y siempre con su cuaderno de apuntes, es lo que siempre traía. Creo que son de los periodistas que tenemos que recordar. Porque su trabajo sirvió y sirve mucho al mundo”.

La vigencia de la contribución de Kapuscinski al mundo periodístico, y su compromiso ético y profesional de hacer investigaciones serias y comprometidas, no sólo narrar hechos, sino analizarlos y hacer investigaciones y síntesis que colaboren a la reivindicación de derechos, es el reto para el periodismo de hoy.

Pobreza. Explicar las causas

EL FLANCO ECONÓMICO

DE LA GUERRA

Putin, al anunciar que Aeroflot estaba vetada prácticamente en todo el mundo, afirmó que los castigos impuestos contra su país eran equivalentes “a una declaración de guerra”. El hecho es que a raíz de su invasión a Ucrania, Rusia acumuló 2 mil 827 sanciones económico-financieras en su contra –especialmente el veto a los combustibles–, con lo que superó a Irán, Siria y Corea del Norte, naciones que ya habían sido castigadas así por Occidente.

ALEJANDRO GUTIÉRREZ

MADRID.– El presidente ruso Vladimir Putin afirmaba con su habitual expresión fría y calculada que las sanciones impuestas por las potencias occidentales contra Rusia son equivalentes “a una declaración de guerra”. Lo hacía el pasado sábado 5 en una visita a sobrecargos y empleados de Aeroflot, aerolínea que se vio obligada a cancelar sus vuelos internacionales luego que Europa, Estados Unidos y Canadá decretaran el cierre de su espacio aéreo a vuelos procedentes de aquel país.

Habían pasado 10 días de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, lo que provocó la respuesta de Estados Unidos, los 27 países de la Unión Europea, Canadá, Australia y Japón, que le han impuesto una avalancha escalonada de sanciones por haber vulnerado los principios y nor-

/UCRANIA

Putin. Acorralado

Petrolero ruso. Sin destino

mas internacionales al invadir el país eslavo e iniciar la guerra.

Dos días después la crisis escalaba más cuando los hidrocarburos entraron en esta guerra híbrida, donde a las operaciones militares, de desinformación o ataques cibernéticos, se suma una vertiente económico-financiera: Estados Unidos prohibió las importaciones de petróleo y gas ruso, medida a la que se sumó Reino Unido. El Kremlin insistió en considerar esa decisión como una “declaración de guerra económica”, y anunció que prepara una lista de productos que prohibirá importar y exportar.

Castellum.ai, la base de datos global que da seguimiento a las sanciones internacionales, concluye que Rusia se ha convertido en la nación más sancionada del mundo en toda la historia –por encima de Irán, Siria y Corea del Norte–, con 2 mil 827 sanciones en los primeros 10 días.

Estados Unidos y sus aliados respondieron el 22 de febrero con la primera designación de sanción, solo un día después que Putin reconociera a los separatistas de Donetsk y Lugansk como independientes y ordenara el ingreso de tropas rusas en la región. El día 24 Rusia invadió “oficialmente” Ucrania, señala ese sitio especializado.

De las sanciones impuestas hasta el pasado miércoles 9, 2 mil 427 están dirigidas a individuos (dirigentes políticos y oligarcas) y 343 a entidades públicas y privadas (bancos y empresas), entre otras. Fue sorpresivo que Suiza estuviera a la cabeza de todos, al imponerle 568 sanciones, obviando con ello su tradición de “neutralidad perpetua” ante cualquier conflicto armado, vigente desde 1815.

La Unión Europea ha impuesto 518 sanciones; Francia 512 (integrante de la UE, pero Castellum.ai lo contabiliza por separado); Canadá, 474; Australia, 430; Estados Unidos, 243, y Reino Unido 35, entre otros. La base de datos documenta 2 mil 754 sanciones contra Rusia desde la anexión de Crimea, en 2014, y hasta antes del pasado 22 de febrero. Es decir, a Rusia se le han impuesto 5 mil 581 sanciones desde ese episodio. Antes de la guerra en Ucrania, Estados Unidos le había impuesto sanciones por su injerencia en las elecciones estadunidenses de 2016 y por los ataques a disidentes políticos en Rusia y el extranjero.

Las medidas de castigo buscan aislar a Rusia en el mundo, sin entrar en la confrontación en el terreno militar. El grueso de las sanciones pretendían evitar al máximo el riesgo de infligir daño a sus propias economías, debido a su dependencia de hidrocarburos, materias primas o granos rusos. El Kremlin ha deslizado en su retórica el chantaje la posibilidad de cerrar el grifo de las exportaciones; sin embargo, también sería ponchar el propio salvavidas económico ruso.

A las decisiones de los gobiernos se sumaron decenas de multinacionales que anunciaron su salida de Rusia o desinversiones en el país, como la petrolera británica BP, que saldrá del accionariado de la rusa Rosnef. Shell rompió con Gazprom. Las energéticas noruega Equinor, italiana Eni y austriaca OMV hicieron anuncios similares.

Los gigantes de la logística, Maersk y MSC, suspenderán el transporte de contenedores; dejarán de operar Daimler Truck, Mercedes Benz, Ford y Volvo, entre otras. Al boicot se sumaron Siemens, Apple, Adidas y Nike, DHL; las firmas Visa, Mastercard y American Express anunciaron el bloqueo de los bancos rusos de sus sistemas de pago. Netflix, Warner y Disney no lanzarán sus estrenos en Rusia. Las más representativas del capitalismo, como McDonald’s, Coca-Cola, Pepsi y Starbucks anunciaron su cierre temporal.

El 22 de febrero, antes del inicio de la guerra, el gobierno de Alemania paralizó la puesta en marcha del gasoducto ruso-alemán Nord Stream 2, que sólo dependía de una certificación para su puesta en marcha.

Este gasoducto, que recorre mil 230 kilómetros bajo el Báltico, tiene capacidad para suministrar 55 mil millones de metros cúbicos de gas al año. Con tono sarcástico, el expresidente ruso Dmitri Medvédev escribió en Twitter: “¡Bienvenidos al nuevo mundo feliz donde los europeos van a pagar muy pronto 2.000 euros por 1.000 metros cúbicos de gas natural!”.

PESE A TODO HAY APOYO

PARA EL CONSEJO DE SEGURIDAD

GABRIELA SOTOMAYOR

El 24 de febrero Vladimir Putin ordenó la invasión a Ucrania y dos días después Rusia vetó en el Consejo de Seguridad (CS) una resolución que recordaba el compromiso de Moscú con el artículo 2 de la Carta de la ONU referente a resolver las disputas por medios pacíficos.

Así Rusia convirtió en letra muerta la Carta de las Naciones Unidas y tiró por los suelos la resolución que instaba a Moscú a poner alto al uso de la fuerza y a retirar sus fuerzas de Ucrania.

El texto de la resolución condenaba también que Rusia quebrantó el Acta Final de Helsinki, de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, de 1975, y el memorándum de Budapest sobre garantías de seguridad a Ucrania, de 1994, así como la resolución 2202 del Consejo, de 2015, destinada a implementar los acuerdos de Minsk, que debían haber puesto fin a la guerra del Donbás, en el este de Ucrania.

Ante el veto ruso han surgido dudas y cuestionamientos sobre el papel del organismo de la ONU cuando surgen conflictos en que los agresores son miembros del CS.

Pese a las críticas que se han escuchado en diversos foros, expertos internacionales consultados por Proceso defienden el sistema de la ONU, la diplomacia, el derecho internacional y el multilateralismo: “Los que fallan son los Estados miembros”, coinciden.

“Piensen que si no estuviera la ONU sería peor, porque entonces estaríamos en la ley de la selva y no habría ni siquiera la posibilidad de condenar el uso de la fuerza”, dice el argentino Marcelo Kohen, profesor de derecho internacional en el Instituto de Altos Estudios Internacionales.

“La condena tiene un costo, aunque no se vea en lo inmediato; a ningún gobierno y a ningún Estado le gusta ser condenado, aunque no se pueda impedir lo que está haciendo”, remarca Kohen.

Y recuerda que la responsabilidad de la paz y la seguridad internacional le incumbe principalmente al CS y a las Naciones Unidas. “El uso de la fuerza está prohibido”.

A su modo de ver, el tema no pasa por ahí, “pasa por la conducta de los gobiernos; el Consejo de Seguridad puede adoptar múltiples resoluciones en múltiples conflictos. A veces lo ha hecho, a veces los Estados han respetado lo decidido por el Consejo y a veces no.

“Pero la voluntad de poner fin a la guerra está en los gobiernos; si los gobiernos siguen usando la guerra como instrumento, por más que haya resoluciones del Consejo de Seguridad, la vamos a seguir viendo”, lamenta.

“Si me preguntas si puede la ONU parar una guerra, tendría que ser una guerra de las Naciones Unidas contra el Estado agresor, pero todo ese sistema ideado en San Francisco en 1945 nunca funcionó. Primero por la Guerra Fría y después el Consejo de Seguridad muchas veces autorizó a los Estados a usar la fuerza. Cuando Irak invadió Kuwait, por ejemplo, el Consejo de Seguridad autorizó usar la fuerza para que Irak se retirara.”

Pero en otras ocasiones, recuerda Kohen, los Estados han actuado sin autorización del CS, como cuando la OTAN bombardeó Yugoslavia o cuando Estados Unidos y Reino Unido invadieron Irak en 2003 para derrocar a Hussein.

Al anunciar las primeras medidas, el presidente Joe Biden señaló que los aliados occidentales buscan provocar un alto costo a la economía rusa y colocar a Putin como “un paria en la escena internacional”, por iniciar la guerra.

Las sanciones más severas impuestas en conjunto por los aliados fueron el bloqueo a las reservas internacionales del Banco Central de la Federación Rusa, que durante los últimos siete años aumentó su cartera hasta 643 mil millones de dólares, un máximo histórico. La medida bloqueó de un plumazo la mitad de sus activos.

Esto provocó el desplome del rublo 30% frente al dólar, lo que obligó al Banco Central a subir los tipos de interés de 9.5% a 20%, en un intento por preservar la rentabilidad de los ahorros de los ciudadanos. Impuso como obligación a sus empresas exportadoras convertir a rublos 80% de sus ingresos en moneda extranjera con el fin de reavivar su demanda. Y también prohibió la salida del país de montos superiores a 10 mil dólares. La actividad de la Bolsa de Moscú quedó suspendida temporalmente.

Todo ello no evitó que los rusos hicieran largas colas frente a los cajeros automáticos para sacar sus ahorros ante el desplome del rublo.

El 2 de marzo, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Reino Unido comunicaron la lista de los siete bancos rusos que quedaban fuera del sistema de mensajería para transferencias bancarias SWIFT: Bank Otkritie, Novikombank, Promosvyazbank, Bank Rossiya, Soycombank, Vneshconombank y VTB, según el Diario Oficial de la UE.

Los Veintisiete dejaron fuera de la medida a Sberbank y Gazprombank –el principal accionista es el gigante del gas Gazprom–, porque a través de estas entidades la UE canaliza el grueso de los pagos por el petróleo, gas o carbón que compra a Rusia.

Se impuso la limitación a las exporta-

Delegado ruso. El poder del veto

A su modo de ver, para hablar de Naciones Unidas “hay que tomar en cuenta todos los órganos de Naciones Unidas. Todo el mundo sabe que hay cinco miembros permanentes y que si alguno de ellos comete una violación y el Consejo de Seguridad quiere condenarlo, no puede porque tienen el derecho de veto. Ha pasado en múltiples ocasiones y con diferentes países.

“Cuando una resolución del Consejo de Seguridad no puede aprobarse porque uno de los miembros permanentes utiliza su veto, la cuestión pasa a la Asamblea General y eso se decide sin el veto de los miembros permanentes. Y eso es lo que ocurrió”, subraya Kohen, quien recuerda que “la resolución se llevó a la Asamblea General y hubo 141 votos a favor, en la que se condenó el uso de la fuerza, la agresión, la violación de soberanía territorial de Ucrania.

“Y otro punto –agrega el experto– es que Naciones Unidas no solamente tiene estos órganos políticos, también están los órganos judiciales, como la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU, a donde Ucrania llevó el caso.”

El lunes 7, en una audiencia en la CIJ, Kiev presentó argumentos legales para que se solicite a Moscú “la suspensión inmediata de las operaciones militares iniciadas el 24 de febrero de 2022”.

Ucrania sostuvo que Rusia malinterpreta la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, un tratado de 1948 firmado por ambos países, debido a que Moscú ha justificado la invasión por un presunto genocidio de la población rusoparlante en las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk. Kiev espera que la corte declare que los argumentos de Moscú son falsos.

Finalmente, respecto al desempeño del secretario general de la ONU en esta crisis, considera que “ha estado a la altura desde el primer momento; no esperó a que se reuniera el Consejo de Seguridad, hizo un llamado a que Rusia pare con su invasión”.

António Guterres, secretario general de la ONU, podría proponerle a Rusia y a Ucrania actuar como mediador u ofrecer sus buenos oficios, “pero depende de si lo aceptan o no.

“Yo no diría que el Consejo de Seguridad es irrelevante”, dice por su parte Louis

ciones de productos de alta tecnología, como las de defensa, y las exportaciones de aeronaves y componentes, como chips.

Una de las acciones más contundentes fue el cierre del espacio aéreo de la gran mayoría de los países europeos, Estados Unidos, Canadá y Noruega (que no forma parte de la UE), como se señaló antes. “Ahora Putin está aislado del mundo, más que nunca”, dijo Biden en su discurso del Estado de la nación.

Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció que “la economía de Rusia sufre gran presión”, pero aseguró que tienen “reserva de solidez, potencial y planes; se trabaja enérgicamente. (La economía) se mantendrá en pie”, citaba la agencia Europa Press. Oligarcas arrinconados

El martes 8, cuando Biden anunció la prohibición de las importaciones de hidrocarburos rusos a su país, señaló que “es un paso para hacer más daño a Putin”, pero reconoció que “defender la libertad va a tener un costo”. Reino Unido se sumó a la acción, pero aclaró que “reducirá de modo gradual, hasta eliminar las importaciones de crudo a finales de 2022”.

Rusia es el tercer productor mundial de petróleo, después de Arabia Saudita y Estados Unidos. Representa 12% del comercio mundial de crudo y 15% del comercio mundial de productos refinados.

Biden aceptó que Estados Unidos podía dar ese paso como país exportador, pero algunos de sus aliados no lo pueden hacer. Es el caso de los países europeos, que se mostraron reticentes a respaldar la medida. El crudo ruso cubre 25% del consumo europeo, mientras que el gas natural asciende hasta 40%. Letonia y República Checa dependen completamente del gas ruso; Hungría, 95%; Eslovaquia importa 85%, y Alemania 65% (que complementa con 30% de gas noruego y 13% de los Países Bajos), entre otros.

En el nuevo ajedrez geopolítico, el gobierno estadunidense ya ha establecido contactos con Venezuela para adquirir petróleo de este país. Aunque el gobierno de Nicolás Maduro externó su apoyo a Putin, entró a estas negociaciones con Estados Unidos, lo que en contrapartida supondría rebajar las sanciones que le han sido impuestas al régimen bolivariano.

Las medidas de castigo incluyeron a los oligarcas rusos para intensificar la presión sobre Putin, por la cercanía con él o en los negocios con el Estado ruso. Se incluyó el congelamiento de bienes, de operaciones y la prohibición de viaje. Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido manejaron sus propias listas de oligarcas sancionados.

Quizá el más conocidos es Roman Abramovich, dueño del equipo de futbol Chelsea FC, con el tercer yate más grande del mundo y una fortuna de 9 mil 400 millones de dólares, a quien Reino Unido congeló sus activos.

Uno de los más cercanos a Putin, que se repite en las listas de los aliados, es Alisher Usmanov, con una fortuna de 17 mil 600 millones de dólares, según la revista Forbes. Dirige USM Holdings, un intrincado conglomerado que involucra minería, medios de comunicación y telecomunicaciones, que incluye MegaFon, la segunda red celular más grande de Rusia.

El 4 de marzo las autoridades alemanas incautaron en Hamburgo su yate Dilbar, de 156 metros de eslora, valorado en casi 600 millones de dólares, publicó Forbes.

También se repite el nombre del magnate Igor Sechin, presidente de la petrolera estatal Rosneft, a quien la BBC de Londres identifica como cercano consejero y amigo de Putin. Su yate Amore Vero fue bloqueado en la Costa Azul el jueves 3, cuando preparaba una salida urgente, informó en Twitter el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire.

Charbonneau, director de Human Rights Watch (HRW) para la ONU. En su opinión, además de la sesión del veto, es productivo que el CS se haya reunido para discutir la situación humanitaria en Ucrania.

Charbonneau recuerda los tiempos de la Guerra Fría, cuando era “normal” la parálisis del CS y por eso en los cincuenta, en tiempos de la Guerra de Corea, se adoptó la resolución que permite que la Asamblea General (AG) lidie con cuestiones bloqueadas en dicho organismo.

A su modo de ver, la votación de la AG en la que se condenó la invasión de manera inequívoca con 141 votos de un total de 191 miembros –incluyendo 35 abstenciones, como la de China– y cinco en contra –de Rusia, Bielorurrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea–, demostró “lo aislada que se encuentra Rusia”.

A pesar del veto de Rusia, los países seguirán ejerciendo presión en el CS, en diversas reuniones públicas que podrían llegar a humillar a Rusia y destacar lo sola que se encuentra. “No es perfecto, pero agrega valor”. Derechos Humanos

Otra opción de la AG para castigar a Moscú es que alguno de sus miembros pida la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos (CDH), una cuestión que ha estado sobre la mesa de las discusiones en Ginebra.

En la sesión de emergencia sobre la incursión militar rusa en Ucrania que se llevó a cabo en el órgano de la ONU que vela por los derechos humanos, Washington y algunos países de la Unión Europea, además de Kiev, plantearon la posibilidad de expulsar a Rusia del Consejo.

A ojos de Charbonneau, pudiera concretarse esta posibilidad luego del resultado aplastante que tuvo la resolución aprobada por una mayoría en la AG. “Eso sería importante”. Y además el CDH estableció una Comisión de Investigación de expertos independientes sobre posibles crímenes de guerra y otras violaciones al derecho internacional cometidos por Rusia en esta guerra.

Respecto al rol que ha desempeñado Guterres, el experto de HRW considera “que debe seguir poniendo presión a Moscú. Ha condenado la invasión, pero nos gustaría verlo hacer declaraciones mucho más fuertes y con más sustancia”.

Añade que hay varias propuestas para reformar el CS, como la de prohibir el veto cuando se presume que un Estado comete atrocidades masivas u otra reforma que propone que si uno de los miembros del Consejo hace uso del veto, debe justificarlo ante la Asamblea General.

Fallan los Estados

En opinión de Jorge Lomónaco, exembajador de México ante la ONU, “los organismos son lo que sus miembros quieren que sean y que este argumento de culparlos de fallar no se sostiene, porque los que fallan son los miembros”.

Los ganadores de la Segunda Guerra Mundial –China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia– “son los garantes y los árbitros, y por eso tienen veto.

“El problema surge cuando uno de los cinco es juez y parte. Es ahí donde ya no funciona, y probablemente lo que demuestre este conflicto es que ese arreglo no alcanza para dirimir conflictos internacionales cuando uno de los árbitros es juez y parte”, observa Lomónaco.

“Probablemente a lo que nos lleve este conflicto es a revisar ese arreglo en el que los cinco vencedores de la Segunda Guerra Mundial sean los garantes de la seguridad mundial”, remarca.

Pero “el problema es que el Consejo de Seguridad sólo puede ser transformado por el propio Consejo de Seguridad; ellos deciden qué se hace y qué no se hace”, dice el diplomático, quien recuerda que ése es el único organismo de la ONU que puede decidir sobre el uso de la fuerza y las sanciones contra un Estado.

Las autoridades italianas bloquearon dos yates, el Lady M, del magnate del acero Alexey Mordashov, y el yate Lena, de Gennady Timochenko, cuya fortuna viene de la petroquímica (Sibur Holding) y el gas (Novatek).

La lista incluye a Alexey Miller, director de Gazprom; Oleg Deripaska, presidente de Rusal, el gigante mundial de la industria del aluminio, con una fortuna estimada en 3 mil millones de dólares; a Pyotr Aven y Mikhail Fridman (fundadores de Alfa-Bank, cuyas fortunas suman más de 17 mil millones de dólares); Andrey Kostin (presidente del banco VTB); Nikolay Tokarev (preside la compañía estatal de oleoductos Trasneft) y Dmitry Lebedev (presidente del Banco Rossiya), entre otros. Las repercusiones

Hasta ahora no está claro el impacto que tendrán las sanciones impuestas en suelo ruso y su efecto a nivel global. Rusia no es un país fácil de castigar, porque tras la anexión de Crimea en 2014, moldeó su economía con una deuda pública baja, acumulando reservas (triplicó sus reservas en oro) y con menos dependencia del exterior.

Al respecto, Félix Arteaga, investigador principal en defensa y seguridad del Real Instituto Elcano, sostiene en entrevista que las sanciones nunca golpean inicialmente a los regímenes sancionados, sino a la sociedad.

“Paradójicamente esto genera siempre un mayor refuerzo hacia las autoridades, porque el malestar de la población que sufre el impacto de las sanciones las atribuye a un gobierno extranjero y eso aumenta la identificación con sus líderes. Eso es lo que vamos a ver a corto plazo en Rusia. En los países occidentales, como consecuencia de la inflación que viene, y la pérdida del modo de vida habitual, creo se va a agudizar la desafección (a los gobiernos).

“Pero a mediano plazo la sociedad rusa creo que va a cuestionar la utilidad de la guerra, cuando las sanciones le empiecen a provocar un mayor impacto, y a eso se sumará el costo de vidas entre las tropas rusas, y se dará cuenta que la guerra de Putin en Ucrania no fue un paseo militar.”

Sin embargo, Arteaga cree relativo el impacto en la autoridad de Putin, “porque en Rusia no existe la sociedad civil organizada, no hay medios de comunicación libres, no hay una capacidad de resistencia, porque (desde el régimen) se han encargado de eliminarla, incluso físicamente”.

Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, escribió en eldiario.es que “las sanciones no van a doblegar a Putin”, como no lo han hecho las que se le han impuesto desde 2014. “Para algo le sirve haber eliminado toda oposición parlamentaria, todos los medios de comunicación independientes y toda sociedad civil crítica. Eso le da margen de maniobra suficiente para desarrollar su agenda sin los contratiempos que un gobierno democrático tendría cuando su población comienza a sufrir las consecuencias de los delirios de sus gobernantes”.

Sin embargo, Carmen Claudín, investigadora del Barcelona Centre for International Affairs, especialista en Rusia y Ucrania, ya advertía desde marzo de 2021, en su ensayo Navalny, la grieta creciente del régimen de Putin, que el principal peligro para el gobierno ruso no era el opositor Alexéi Navalny, sino “el creciente descontento social”.

“El estado de estancamiento económico y el declive del nivel de vida social en la que se encuentra el país han alimentado el descontento general de un amplio segmento de la población”, escribió, y citaba un sondeo elaborado por el centro independiente Levada, que señalaba que los problemas más serios para los encuestados eran la subida de los precios (61%), seguido por el aumento del desempleo (44%) y por el empobrecimiento (39%).

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