Con los campeones. Acariciando el trofeo
tar un partido de exhibición, pues le hacían falta jugadores. “Indios iba a jugar contra Santos, pero la Comarca tenía dos equipos, el A y el B, y los de Juárez solamente tenían una plantilla para jugar contra los de primera, así que me invitaron para ser relleno en ese partido. Ese día también tenía juego en El Paso, así que fui a Juárez, jugué, metí dos goles y me fui corriendo para el partido con Patriotas en la noche.” Al día siguiente, Gil Cantú, entonces vicepresidente de Indios, llamó al joven goleador para decirle que a Luis Alfonso Sosa, técnico del cuadro fronterizo, le había gus-
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2386 / 24 DE JULIO DE 2022
tado cómo había jugado y que quería verlo lo más pronto posible. Era un sábado. Al otro día se presentó al entrenamiento del equipo. Habló con Poncho Sosa y el técnico le dijo que debido a que ya habían cerrado los registros no podría jugar con ellos aquel torneo. Le pidió que se quedara a entrenar seis meses hasta que iniciara el otro certamen. “Le dije: ‘Mira, Poncho, ¿cómo voy a estar entrenando aquí sin recibir nada? Yo tengo que trabajar para llevar dinero a mi familia’. Le propuse que mejor me iba esos seis meses a seguirle al jale, pero también me comprometí a prepararme físicamente
para regresar lo mejor posible a la pretemporada del siguiente torneo. Él aceptó”, recuerda Maleno. El 1 de enero de 2007 firmó con Indios de Ciudad Juárez. Su terquedad y pasión para seguir luchando por algún día jugar en el máximo circuito del balompié mexicano lo mantuvo a flote pese a las adversidades. Cuando él llegó a la Tribu, los delanteros eran los argentinos Darío Gigena y Nicolás Saucedo, pero para la primera fecha Poncho Sosa no contaba con ellos, ya que Gigena debía cumplir con un partido de castigo debido a una tarjeta roja y Saucedo estaba lesionado.