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Revelan desde la Guardia Nacional: “Un acuerdo” detrás de los abrazos /J. Jesús Esquivel
REVELAN DESDE LA GUARDIA NACIONAL “UN ACUERDO”
DETRÁS DE LOS ABRAZOS
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Un alto mando de la Guardia Nacional habla con Proceso sobre la existencia de un presunto “acuerdo” entre jefes militares con el Cártel de Sinaloa. “Hay tanta violencia porque la Secretaría de la Defensa la está permitiendo (…) Los jefes militares nos dieron la orden de no salir en persecución de los narcos”, dice en entrevista con este semanario.
J. JESÚS ESQUIVEL
WASHINGTON.- La ola imparable de asesinatos, ejecuciones y desapariciones es permitida por las autoridades federales porque “hay un acuerdo” entre la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y “la maña”, denuncia un elemento de alto rango de la Guardia Nacional.
Impotente ante los hechos violentos causados por la guerra entre los cárteles del narcotráfico en México, el entrevistado habla con Proceso sobre la crisis de seguridad pública que azota al país, pero lo hace bajo la condición de anonimato, por temor a represalias de parte de los mandos militares.
“Hay tanta violencia porque la Secretaría de la Defensa la está permitiendo. Eso lo sabemos dentro de la Guardia Nacional y es algo muy conocido entre narcos y (otros) criminales. Esto no viene de
Palacio Nacional –aclara–, emana de los militares”, dice la fuente consultada.
En mayo último se registraron 2 mil 833 homicidios en México, de acuerdo con las estadísticas que dio a conocer la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez, el 20 de mayo pasado en Palacio Nacional.
Esas cifras ubican mayo como el mes más violento en lo que va de 2022. No obstante, la encargada de la seguridad nacional en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dijo que “el homicidio doloso aumentó entre el pasado abril y mayo, (aunque) este mayo es el más bajo desde hace cinco años. Se mantiene la tendencia a la baja, con una disminución de 7.8% en comparación con el máximo de 2018”.
En el primer año de la presidencia de López Obrador se registraron 34 mil 690 homicidios; después fueron 34 mil 554 en 2020 y 33 mil 308 en 2021. Este 2022, indican las cifras oficiales, se enfila para ser al más sangriento en comparación con los 36 meses anteriores bajo la estrategia y política de “abrazos, no balazos”.
El alto funcionario de la Guardia Nacional entrevistado por este semanario rechaza los números oficiales de homicidios que dio a conocer la secretaria Rodríguez, y advierte: “Son por lo menos el doble (de asesinatos) de lo que dice la SSPC”.
Se le pregunta dónde están los otros muertos, y raudo, responde: “En eso consiste el acuerdo con la Sedena. El Cártel de Sinaloa levanta los cuerpos de personas que elimina en enfrentamientos, pero, sobre todo, a sus muertos, a sus elementos que caen abatidos.
“De eso se trata el entendimiento que hizo este grupo criminal con jefes militares del país. Lo sabemos nosotros en la Guardia Nacional y lo saben los contrarios de Los Chapitos, de la gente del Mayo Zambada y de la fracción de los Esparragoza.”
La explicación del mando de la Guardia Nacional sobre el acuerdo también se materializa o entiende por otro elemento: la guerra con Sinaloa que sostienen el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y grupos de narcos de Michoacán.
“Le están calentando las plazas a los hijos del Chapo Guzmán y a todo el Cártel de Sinaloa que comanda El Mayo Zambada. Los de Michoacán y el CJNG son los que están haciendo matazones y dejan tirados a los muertos”, expone el mando de la Guardia Nacional.
Sin conocer cuándo, cómo o con quiénes la Sedena hizo un trato con el Cártel de Sinaloa, el alto funcionario también revela que en el Ejército han recogido declaraciones sobre el asunto, hechas por miembros del CJNG y de michoacanos que han sido capturados en operativos militares.
“Esos integrantes (detenidos) de ‘la maña’ han declarado que sus jefes los mandan a calentar las plazas (con ejecuciones y secuestros) porque están encabronados por el hecho de que la Sedena tiene un acuerdo con Sinaloa, que es asunto secreto en boca de todos.”
La táctica del Cártel de Sinaloa, de recoger a sus muertos y a otros por mandato de jefes militares del país, explica por otro lado por qué en toda la República hay tantas personas desaparecidas.
Ante la gran demanda de todo tipo de drogas en Estados Unidos, especialmente de las sintéticas elaboradas con fentanilo, los cárteles mantienen una guerra mortal por el control de las plazas y rutas para el trasiego hacia el norte.
Juan Carlos Cruz
Órdenes de omisión
Desde hace unos seis años el CJNG empezó a arrebatarle el control de territorios en varios estados del país al Cártel de Sinaloa y a sus socios.
Esa situación empoderó y convirtió a los de Jalisco en una de las organizaciones más violentas de México; el cártel es encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quien había pactado alguna tregua con El Mayo Zambada.
La paz temporal con el capo de capos de Sinaloa se borró al momento en que los hijos del Chapo Guzmán perdieron rutas y plazas ante El Mencho en estados como Sonora, Estado de México, Chihuahua y Quintana Roo.
El Mencho metió a los grupos criminales de Michoacán a la guerra con el grupo de Sinaloa y, por consecuencia, se dispararon las cifras de homicidios, ejecuciones, desapariciones y secuestros.
De acuerdo con lo expuesto por el mando de la Guardia Nacional entrevistado, ante el avance del CJNG el Cártel de Sinaloa acudió a mandos militares para revivir compromisos que tuvo en otros sexenios, como en los de Felipe Calderón, Vicente Fox y Enrique Peña Nieto.
“Otro detalle: a nosotros en la Guardia Nacional nos tienen prácticamente haciendo el ridículo ante ‘la maña’. Los jefes militares nos dieron la orden de no salir en persecución de los narcos, no caer en confrontación, no detener vehículos, no realizar capturas a menos que sean obligadas y no dar seguimiento a información o informes de inteligencia”, dice el elemento de la institución creada por López Obrador.
La Guardia Nacional tiene la orden explicita de realizar “patrullajes” por las calles de poblaciones y ciudades del país. Razón por la que la violencia ni los enfrentamientos disminuyen en estados como Nayarit, Zacatecas, Michoacán, Tamaulipas, Jalisco y Guanajuato, entre otros.
Ejecuciones en México. Crisis sin fin
Sin colaboración con EU
El funcionario de la Guardia Nacional cuenta a este semanario que, además,
ya no hay trabajo de inteligencia ni cooperación con las agencias federales de Estados Unidos que operan en México.
“Nada de nada… Los gringos están desesperados (porque) les está entrando muchísima droga, y las órdenes que tenemos nosotros en la Guardia Nacional es mantenemos al margen si nos buscan los agentes del otro lado”, destaca la fuente.
Este reportero tuvo acceso a un resumen por escrito de una conversación que un diplomático estadunidense tuvo hace unas semanas con autoridades civiles y religiosas de Zacatecas.
El funcionario acreditado por el Departamento de Estado viajó a esa entidad para entender qué ocurre ahí ante la cerrazón y falta de comunicación con las autoridades a cargo de la seguridad del país en el gobierno de López Obrador.
“El diplomático estadunidense se quejó de que, cualquier interrogante de su gobierno al de López Obrador con respecto de la inseguridad y violencia, sobre todo en el norte de México, es tomada como una injerencia.
“Insistió en que de lo único que el gobierno de México está dispuesto a hacer con Estados Unidos es trabajar temas de cooperación económica y salud, pero en la lucha contra el narcotráfico todo está congelado para ellos”, revela una parte del resumen.
La otra parte, la de respuestas de las autoridades locales y religiosas al diplomático de Estados Unidos, dice: “Se le informó que, contrario a lo que dice el gobierno federal, en Zacatecas no hay control de la situación de seguridad por parte de la Guardia Nacional.
“El representante de la Iglesia católica, invitado por el diplomático de Estados Unidos a la reunión, le comentó que a él han acudido jefes de bandas del narcotráfico para exigirle que se mantenga fuera del problema, que no alborote a la ciudadanía en sus sermones.
“Otros narcotraficantes también han pedido ayuda el jefe religioso para ocultarse en alguna iglesia, e incluso intentaron darle dinero a cambio de información sobre el operar de sus enemigos que están metidos en Zacatecas.
“El diplomático de Estados Unidos pidió que le diéramos los nombres o apodos de los criminales que controlan las plazas y pueblos de Zacatecas y se le entregaron algunos, no todos, por seguridad”, concluye la reseña compartida con Proceso.
GLORIA LETICIA DÍAZ
Eduardo Miranda E l monitoreo permanente sobre inseguridad, violencia y violaciones a los derechos humanos en México ha llevado a decenas de organizaciones de la sociedad civil a asegurar que ha fallado la política de “abrazos y no balazos” del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A más de tres años del gobierno de la 4T, el balance de la sociedad civil en materia de seguridad pública es compartido a Proceso por los defensores Víctor Hugo López Rodríguez, secretario ejecutivo de la Red de Organismos Civiles de Derechos Humanos. Todos los Derechos para Todas y Todos (Red TDT), y Santiago Aguirre Espinosa, director del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
Además del escenario de más de 100 mil desapariciones y 121 mil 600 homicidios en México registrados hasta mayo último, la ejecución de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en la Sierra Tarahumara, el lunes 20, volvió a colocar bajo la lupa la política de seguridad pública del gobierno federal, que implica el despliegue nacional de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, sin que hasta el momento se haya alcanzado una reducción considerable de la violencia generada por los cárteles.
Frente a las cifras, incluso reconocidas por el propio gobierno federal, el presidente López Obrador ha insistido en responsabilizar al expresidente Felipe Calderón de la tragedia nacional, al iniciar una “guerra contra el narcotráfico para legitimar su ascenso al poder”, echando mano para ello de la militarización de la seguridad pública, que ahora se ha acentuado con la 4T.
Con un récord de 121 mil 642 homicidios dolosos en los primeros tres años y
Guerra entre cárteles. Espiral de violencia
medio de gobierno, cifra superior a los 120 mil 463 ocurridos durante toda la gestión del gobierno de Calderón, el jueves 23 López Obrador reconoció el reporte, pero rechazó cambiar su estrategia y achacó la violencia imparable al “fruto podrido de una política de corrupción, de impunidad que se implementó desde los tiempos de Felipe Calderón”.