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Al margen de efemérides, el estudio de la
Al margen de efemérides,
el estudio de la Conquista
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JUDITH AMADOR TELLO
Las conmemoraciones del quinto centenario de la llegada de Hernán Cortés a Veracruz (1519), de su encuentro con Moctezuma Xocoyotzin (1520) y de la caída de Tenochtitlán (1521) legaron a la historiografía una diversidad de libros que ampliaron las temáticas, perspectivas y conocimiento sobre ese periodo en la historia de México.
Dos ejemplos son Hernán Cortés y Moctezuma Xocoyotzin. Encuentro y conquista, de Luis Barjau (1943), y Los Silencios de una Historia. El pasado Castellano de Bernal Díaz “del Castillo” y el Encubrimiento de su Entorno Familiar, de Guillermo Turner, ambos escritos en 2021 pero recién coeditados por la
Dos libros sobre la historia del enfrentamiento y el mestizaje cuya publicación rebasó la emblemática fecha conmemorativa de los 500 años, son obra de investigadores de tiempo completo Luis Barjau y Guillermo Turner. Y es que el tema, inacabable, para el cual se crearon el año pasado las colecciones de la UNAM “México 500” y “1521. Un atado de vidas”, no puede detenerse, a decir de su coordinador, el doctor en historia Gibrán Bautista, pues la investigación histórica continúa más allá de “momentos coyunturales”.
Turner. Aporte sobre Diaz del Castillo
Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y El Tucán de Virginia.
En el primero, de 146 páginas, Barjau analiza la unión cultural, aunque violenta, entre Occidente y Mesoamérica, representada simbólicamente por el primer encuentro entre el conquistador y el tlatoani mexica, el 8 de noviembre de 1519 “en un punto de la calzada Iztapalapa”.
A decir del escritor y antropólogo, las culturas de uno y otro lado del mundo florecieron casi a la par: Hay registros de La Venta, Tabasco, o Tres Zapotes, Veracruz, con una antigüedad que data de 1200 a C, la misma que la cultura griega, cuna de Occidente. Y asume que tarde o temprano se daría el encuentro que –aunque la cultura europea en una pretendida superioridad considere como “salvación”– se tradujo en la explotación, marginación, decadencia y extinción progresiva de las culturas mesoamericanas que dieron como resultado el “mestizaje”.
De formato pequeño y fácilmente transportable, el volumen se divide en dos partes; la primera con los capítulos: “Antecedentes de la Conquista”, “Vida de Cortés en las islas. Peripecias biográficas. El retrato de Bernal Díaz del Castillo”, “Gestiones de Cortés: ruptura con Velázquez, hundimiento de las naves, liberalidad con su hueste”, “La ruta de Cortés en Mesoamérica”, “Su versión de los hechos (Cartas de relación)” que incluye Carta del cabildo y Segunda carta, “Significado de su figura historia” y “Epidemias en la población indígena”. La siguiente parte contiene los textos “Moctezuma y la Conquista” y “Palabras finales”.
El relato de Barjau se remite a los momentos en que los Reyes Católicos, Isabel de Castilla fundamentalmente, apuestan por el viaje de Cristóbal Colón “y 15 años más tarde! prosiguió el descubrimiento de Mesoamérica”, hasta llegar a la unión de “dos bloques civilizatorios” cuyo resultado es el nacimiento del mercantilismo en América: “una nueva estadía del individuo y de sus pueblos sobre la faz de la Tierra”.
Desmonta la investigación algunas de las ideas repetidas incluso por la historia oficial sobre la Conquista, como la superstición de Moctezuma Xocoyotzin y la cesión del trono a Cortés, descrita por el propio conquistador en la Segunda carta de relación a Carlos V de 1520. Asimismo, abona que habría sido imposible que el discurso que Cortés asegura dio para ello, pudiera ser traducido por Malinche o Jerónimo de Aguilar, pues apenas hablaban un náhuatl elemental, cuando –tratándose de un tlatoani– Moctezuma debió expresarse en un “alto y muy refinado lenguaje”. Enfatiza el especialista, autor entre otros libros de Texcatlipoca (UNAM, 1991) y La conquista de la Malinche (Planeta, 2009), que el imperio de los mexicas fue vencido por muchos pueblos subyugados, aliados de Cortés, que desde el primer encuentro hicieron prisionero al tlatoani.
Los silencios de Bernal
La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, es referente indispensable para contar los antecedentes de la nación mexicana, pero ¿qué se sabe de la vida de su autor, de dónde vino, por qué, cómo se incorporó a las huestes de Hernán Cortés y llegó a ser regidor de Guatemala?
El historiador Guillermo Turner responde a esas preguntas en el libro Los Silencios de una Historia, que lleva como subtítulo “El pasado castellano de Bernal Díaz ‘del Castillo’ y el encubrimiento de su entorno familiar”, que –sin mencionarlo– refuerza las argumentaciones en contra de la idea del historiador francés Christian Duverger acerca de que no fue Bernal, sino Cortés quien escribió la Historia verdadera…
En 2013, Duverger aseguró en su libro Crónica de la eternidad que Bernal no pudo escribir esa monumental obra, debido a su vejez y por considerar imposible que un soldado raso tuviera tal erudición y cultura. El debate renació en medio de las conmemoraciones por los 500 años.
Si bien ya en sus libros Los soldados de la Conquista: herencias culturales (2013) y La
biblioteca del soldado Bernal Díaz del Castillo (2016) Turner, maestro en Historia por la UNAM e investigador del INAH, mostró una posición contraria.
A decir suyo, la postura del historiador francés es “especulativa y fantasiosa”, además de prejuiciosa por considerar a un soldado incapaz de escribir el reconocido libro por no haber estado en la universidad como Cortés. Cuando en su opinión, además, la escritura de la Historia… no tiene comparación con las Cartas de Relación que el conquistador enviaba a España. Y menciona al propio Miguel de Cervantes Saavedra, soldado que estuvo en una guerra en la cual no fue capitán ni nadie famoso, y escribió El Quijote.
Turner remonta al lector a los antecedentes familiares de Díaz del Castillo (ca. 1496-1584) en la villa de Medina del Campo, donde nació; su abuelo Sancho Bernal y su padre Francisco Bernal fueron regidores, dice al respecto en entrevista con Proceso:
“Sabíamos muy poco y debía buscar más, dónde había nacido, qué había hecho antes de participar en la Conquista, a qué se dedicaba, qué había estudiado; evidentemente, sabía leer y escribir, y aunque no sabíamos mucho de su familia, lo imaginábamos viviendo de una manera más o menos cómoda, pues su padre fue regidor de Medina del Campo, entonces me di a la tarea de ir a archivos donde se hablara de los regidores de Medina del Campo.”
Describe en el libro que esa villa fue estratégica en la época de los Reyes Católicos Isabel y Fernando, porque se ubica en un cruce de caminos. Y va reconstruyendo la biografía con información publicada por Bernal tanto en Historia verdadera… como los manuscritos Guatemala y Alegría, donde consigna el nombre de su madre, María Díez Rejón.
Él mismo narra también su viaje a Cuba, y cómo ahí un grupo de soldados lo invitó a proclamar a Cortés capitán en contra de Diego Velázquez. Así, se recordará, es como Cortés toma el mando y logra llegar a tierras mesoamericanas.
El historiador le sigue la pista a un personaje de nombre Garci Rodríguez de Montalvo, autor de la novela caballeresca Amadís de Gaula y exregidor también de Medina del Campo, pues fue él quien inspiró a Bernal a luchar por la edición de su Historia verdadera… en busca de fama. Para ello escondió algunos aspectos negativos de su historia: su abuelo Sancho fue acusado de asesinar a una persona y de cohecho, y su padre fue espía del rey.
La firma del autor de la Historia verdadera… aparece en muchos documentos como Bernal Díaz y alcanza la posteridad como Bernal Díaz del Castillo. Y Turner cuenta en su libro cómo y porqué.
Ciclo abierto
A través de dos colecciones hermanas, la UNAM se sumó al enriquecimiento de los saberes sobre la Conquista y el periodo colonial: “México 500” y “1521. Un atado de vidas”, editadas por varias dependencias: Cultura UNAM, Libros UNAM, Publicaciones y Fomento Editorial, institutos de investigaciones Históricas (y su Unidad Oaxaca), Estéticas, Bibliográficas y de Estudios sobre la Universidad, entre otras.
Ambas son coordinadas por el doctor en historia Gibrán Bautista, secretario académico del IIH e investigador especialista en los siglos XVI y XVII, quien explica a Proceso que el propósito fue conocer historias concretas de protagonistas de aquel periodo histórico, así como de las circunstancias sociales y económicas que detonaron el proceso de impacto mundial.
Se trata también de ofrecer a un público amplio, pues no está dedicada sólo a especialistas, actualizaciones sobre los temas, sustentadas en investigaciones recientes, con un lenguaje muy accesible. En el caso de la colección 1521, agrega, es tal el abanico de autores, que se pueden encontrar ensayos, obras literarias, etcétera.
“Nuestro interés es que puedan leerlos especialistas y sean aceptados por la comunidad académica por la calidad de sus resultados, pero también y, fundamentalmente, que puedan leerse en el Metro, el barrio, la colonia, la casa”
Y es que les tocó planear algunos cuando la emergencia sanitaria mantenía a muchos estudiantes en casa y fue una manera de acercarles la historia. Entre los títulos de la colección “México 500” pueden mencionarse La Conquista y el mar: una historia global, de Iván Valdés-Bubnov; La invención de la Nueva España, de Francisco Quijano Velasco; 1521 en el arte barroco, de Elsa Arroyo Lemus; Libros e imprenta en México en el siglo XVI, de Marina Garone Gravier; y Malintzin, o la Conquista como traducción, de Federico Navarrete.
En la otra serie se publicaron, entre otros títulos, Fray Pedro de Gante. Espiritualidad y sabiduría en tiempos de misión, Juana Zúñiga o la primera nobleza castellana de América, de María Vicens Hualde; Hernán Cortés, ambicioso, aventurero, valiente y mujeriego, de Úrsula Camba Ludlow; Bernal Díaz del Castillo. Narrar la Conquista entre volcanes, de Víctor Castillo Aguilar; y Tres veces tres. En clave Malintzin: Nueve aproximaciones a su figura, de Yásnaya Elena A. Gil.
Bautista pone énfasis en que no obstante las colecciones nacieron en el marco de la conmemoración del V Centenario y ya están cerradas, para el IIH y las otras dependencias la investigación histórica es parte de su quehacer y continúa, al margen de efemérides y de momentos coyunturales.
En su caso, por ejemplo, la historia de la Conquista y del periodo colonial es su especialidad y mantiene sus investigaciones porque son temas que conciernen a todos como sociedad.
Lo expone el doctor Barjau también al señalar que la Conquista es un fenómeno complejo y único en la historia del mundo y enfrentó dos tradiciones culturales:
“Las formidables diferencias antropológicas, entrambos bandos sembraron un enigma que ha creado una biblioteca inmensa que no termina de saciar la inquietud de muchos estudiosos y observadores del fenómeno.”
Arte
¿Dragueando el Museo de Hacienda?
BLANCA GONZÁLEZ ROSAS
Mientras el mainstream de más alto nivel artístico se compromete exhibiendo públicamente la diversidad sexual, en la Ciudad de México algunos funcionarios culturales de la 4T promueven su banalización.
A diferencia del Museo del Chopo –perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México– y de la galería Velasco –adscrita al Instituto Nacional
“Mujer” (trans) en Basilea
Sinfonía de las plantas: Isabel Leñero en París
ANNE MARIE MERGIER
PARÍS, FRANCIA.- La convivencia de Isabel Leñero con los tlacuilos de la escuela de Tlatelolco, talentosos autores anónimos del Libellus de Medicinalius Indorum Herbis, más conocido como Códice de la Cruz-Badiano, se inició en la soledad de su estudio, poco antes de la pandemia, y se prolongó durante los inacabables meses de confinamiento a los que el coronavirus condenó a la humanidad.
De la inmersión de Leñero en el hermoso y misterioso mundo pictórico del primer libro de medicina de América, nació Geografía de las Plantas, una serie de 89 dibujos que reinterpretan con una mezcla de libertad, respeto y gozo las 89 planas del Códice de la Cruz-Badiano.
En diciembre del año pasado el publico madrileño del Instituto de México en España fue el primero en descubrir ese trabajo artístico, mucho más complejo de lo que parece a primera vista, a imagen y semejanza de su fuente de inspiración de hace cinco siglos.
Desde el pasado 10 de junio –y hasta el 27 de julio– los parisinos podrán disfrutar el colorido diálogo entre el Libellus de Medicinalius Indorum Herbis y Geografía de las Plantas.
Desplegada en los dos niveles de la galería del Instituto Cultural de México en Francia, la muestra vibra con la misma intensidad a la luz del día en la planta baja como en la penumbra del primer piso.
Colgadas juntas en una larga pared blanca de aquella, las reproducciones originales del Códice lucen como un gran mosaico ingenuo y enigmático de flores, hojas, raíces, tallos estilizados, realzados por la cuidadosa caligrafía de la descripción en latín del poder terapéutico de cada planta.
Las obras de Isabel Leñero, por su parte, cubren todas las demás paredes de la galería, a veces alineadas –como suelen presentarse en los códices–, a veces expuestas de manera más informal.
Resulta sumamente grata la inmensa libertad con la cual trabaja la pintora, que sólo se impuso dos obligaciones: optar por el mismo formato de 49.5 x 32 .5 cm para las 89 hojas de papel de algodón japonés sobre las que plasma sus pinturas y dibujos, y respetar márgenes miniados (ilustraciones con miniaturas) idénticos a los del herbario indígena.
Aparte de estas dos restricciones, Isabel Leñero obedece al único desafío alegre de explorar el mundo insólito que le abrieron los tlacuilos en su obra colectiva, cada uno con su estilo propio.
La pintora lo hace con tinta, lápiz, pintura acrílica o acuarela, recurriendo a colores atrevidos o sutiles tonos pasteles, pasando de la opacidad de ciertos trazos o elementos pintados a elegantes transparencias.
A veces finge respetar la planta original del Códice, reinterpretándola en sus mismas dimensiones desde sus raíces hasta la fragilidad de sus hojas; a veces aísla un solo elemento de la mata original; otras parece divertirse pintando hierbas y flores volteadas “cabeza abajo”; unas más convierte una planta delgadita y discreta, como la del tlatlan cuaye, de finos colores verdes y rosado, en una mata gruesa, fuerte, con tallos, flores y hojas del mismo color rojo vino –o sangre– y raíces que agarran en forma extraña un trozo de tierra azul intenso.
Estas libertades, sin embargo, nunca se notan descabelladas. Por el contrario, aparecen como fantasías controladas por una estricta exigencia formal y un gran dominio de todas los recursos técnicos usados.
Y ese rigor matizado de frescura, independencia y vitalidad que irriga las obras de Isabel Leñero y de sus antepasados del siglo XVI, impide toda lectura exótica de estas 178 recreaciones artísticas de las plantas medicinales mexicanas.
En una amplia entrevista que sostuvo con Alejandro Gutiérrez, corresponsal de este semanario en España, en víspera de la inauguración de la muestra en Madrid (Proceso 2353), Isabel Leñero se extendió sobre la génesis de Geografía de las Plantas y sus sustentos formales y estéticos.
En París la pintora reitera que su ambi-
de Bellas Artes–, que durante el mes de junio han organizado distintas actividades culturales –informativas, críticas y de entretenimiento– para celebrar el mes del Orgullo LGBTTIQ+, el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) organizó el viernes 24 un evento que se limitó a invitar al público a draguearse.
Es decir, a caracterizarse como Drag queen para participar en una visita guiada nocturna a exposiciones ajenas a la diversidad sexual; así, el recinto se convierte en una acción museística que se suma al uso oportunista –mercadológico, comercial, político, mediático– de la cultura de la diversidad.
Como señala el curador y director del Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS) Salvador Irys en el texto de la exposición que bajo el título de Tiempo de inauguraciones recuerda los 35 años de ese evento en el Museo del Chopo, aun cuando la lucha y resistencia de los colectivos LGBT+ han tenido resultados positivos –existencia de leyes que protegen sus derechos, reconocimiento del matrimonio igualitario y apertura institucional para exhibir sus creaciones artísticas, entre otros–, todavía existen circunstancias adversas, como los crímenes de odio, el hostigamiento en los lugares de trabajo y el condicionamiento temático por parte de distintas instancias culturales.
Aspectos a los que, con base en lo que comenta el director de la galería Velasco, Alfredo Matus, se suma la necesidad de fortalecer el sistema de salud pública en relación a la atención del VIH.
Si la lucha por el reconocimiento y derechos de la diversidad sexual se inició en el Museo del Chopo hace 35 años, con personajes de la comunidad cultural y artística, como el fundador del Círculo Cultural Gay, José María Covarrubias (1948-2003), ¿cuál es el compromiso que deben asumir actualmente las instituciones museísticas? Matus considera que deben ser un medio para expandir, socialmente, tanto la comprensión de la diversidad sexual como el conocimiento de sus problemáticas.
En la reciente edición de la importante feria Art Basel –del miércoles 15 al domingo 19 en la ciudad de Basilea–, se presentó una pieza que sobresale tanto por su temática como por el acto de haber sido exhibida en el espacio urbano de la ciudad europea.
Se trata de una escultura en bronce, en tamaño natural, que representa el cuerpo desnudo de una mujer trans. Hierática, sobria y discreta, la obra, sin más explicación que el título Woman (Mujer), es un autorretrato de la artista trans norteamericana Puppies Puppies (Jade Guanaro Kuriki-Olivo). Artivista desde hace varios años, su propuesta, principalmente a través de performances, tiene el propósito de crear empatía y comprensión sobre lo que son
ción es meramente artística y que su obra es ajena a cualquier alusión científica, antropológica o histórica:
“Como lo subraya Sandra Zetina en el catálogo de la muestra, los tlacuilos manifiestan inusuales innovaciones formales en los dibujos que realizan para Libellus de Medicinalius Indorum Herbis –precisa a la corresponsal–. Y son estas innovaciones las que me motivaron, en particular su uso muy peculiar del color y sobre todo su recurso a una forma de abstracción que no había visto antes.
“Fue lo que descubrí paulatinamente a lo largo de los meses que pasé observando las imágenes del Códice, dibujándolas unas u otras veces, deshaciéndome de muchos esbozos, reinterpretando lo que veía, enriqueciéndome día tras día –sigue contando–. Poco a poco empecé a percibir el modo de dibujar de los tlacuilos. Y ese modo lógicamente nada tiene que ver con el europeizante del que estoy impregnada”.
Al escuchar a Isabel Leñero surge la imagen de la pintora sentada en la escuela de Tlatelolco a mediados del siglo XVI, junto con los tlacuilos. Y mientras ellos copian a su modo las hierbas que les presentan sus maestros franciscanos, ella los observa, se asoma para ver lo que dibujan y empieza a reinterpretar lo que hacen…
La escena imaginaria divierte a la pintora, quien dista de rechazarla.
“Es cierto que acabé dialogando con estos escribanos y pintores que traducían la realidad con dibujos, jeroglíficos, ideogramas y pictogramas. Me acerqué, pero nunca dilucidé del todo el misterio de su abstracción sofisticada, arraigada en un
La artista (izq.) en la apertura
pensamiento distinto, global, que abarca conocimientos médicos, filosóficos, científicos y espirituales”.
Y acaba confesando:
“En cambio, sí me dejé contagiar por su inmensa libertad que sacudió mi manera de ver e interpretar la naturaleza. Eso fue capital para mí porque la naturaleza es el ‘detonante’ de donde parto para trabajar. Es el eje de mi creación. Los tlacuilos me inyectaron nuevas formas, nueva visión, me ayudaron a ampliar el vocabulario plástico que me forjé a lo largo de 20 años, y por si eso fuera poco me permitieron conectar con raíces prehispánicas como nunca antes lo había hecho. Fue una gran experiencia”.
La corresponsal volvió a recorrer sola la muestra unos días después. Y más que percibir una Geografía de las Plantas, la asaltó una jubilosa sinfonía de color, un coro intemporal en el que vibraban juntas sensibilidades antiguas y contemporáneas, un gran poema escrito a múltiples manos dedicado a todas las hierbas protectoras que cuidan y curan a los mexicanos desde hace siglos. –Isabel, ¿a que se debe ese título tan austero, casi académico, de Geografía de las Plantas? –se le preguntó por whatsapp en el momento de concluir esta breve reseña.
Respuesta inmediata de la artista que busca preservar ante todo la dimensión plástica de su trabajo: –Creo que tiene que ver con la exploración formal de las plantas, así como se entiende la geografía como estudio y descripción de la forma de la tierra.
Ni hablar.
algunas vidas trans: “las mujeres trans son borradas, asesinadas, arrestadas y exiliadas todos los días”.
Al margen de los intereses comerciales que constituyen la vocación de la feria, la osadía de incorporar un desnudo trans en la sección Parcours, que tuvieron tanto los responsables de Art Basel como las galerías que promueven a Puppies Puppies –Balice Hertling de París, Barbara Weiss de Berlín, Francesca Pia de Zürich y Hanna Hoffman de Los Ángeles–, descubre un avance en la normalización de la convivencia con la diversidad sexual.
Y mientras tanto en la Ciudad de México la banalización que con el título de Dragueando el museo organizó el Museo de Arte de la SHCP, sólo comprueba la mediocridad profesional del personal a su cargo.
Teatro
Versión cómica de “La Ilíada”
ESTELA LEÑERO FRANCO
"La manzana de la discordia” se usa para expresar cuando una persona intencionalmente pro-
Elementos del presente se incluyen en la obra, y las diosas usan los celulares, el zoom, Only fans y los videojuegos, entre otras muchas referencias del presente para adecuarlo a la historia griega que están contando. El contraste del pasado con el presente, la ironía y la caricaturización de la historia es el acierto de La manzana de la discordia. Además de la calidad en su factura y el ritmo encabalgado con que se desarrolla.
La coproducción de Brujas Producciones, DGAPA-PAPIIT y Teatro UNAM, que se presenta en el foro Sor Juana Inés de la Cruz, es un gran espectáculo de humor que nos da una visión enriquecida de una historia que se repite hasta el cansancio; sobre el amor y las guerras geoeconómicas que están sucediendo en estos momentos en nuestro planeta.
voca, por algo pequeño, una gran discusión, una polémica, una guerra, y entre los griegos denota el arranque de la leyenda sobre el origen de la guerra de Troya.
Parodiando a los concursos de belleza, “la manzana de la discordia” se la pelean las diosas Hera, Atenea y Afrodita, una manzana de oro que obtendrá la diosa más bella. Se elige a Paris, un mortal, para que decida. Hera le ofrece poder, Atenea triunfos en la guerra y Afrodita el amor de la mujer más bella. Paris elige a Afrodita como la diosa más bella y ella hace que Helena, esposa del rey de Esparta, se enamore de Paris, huyan juntos y así se inicie la guerra.
Por supuesto que las razones de la guerra de Troya tienen sus raíces en los intereses geoeconómicos de los protagonistas, pero en la leyenda griega los dioses son los seres que mueven los hilos de la humanidad. Dioses que reproducen cualidades y defectos de los humanos.
La manzana de la discordia, dirigida por Iona Weissberg y Aline de la Cruz, parte del enojo de Zeus que quiere destruir a los humanos por lo que le están haciendo al planeta, y la disputa entre las diosas por obtener la manzana de oro, para contarnos su versión de la guerra de
“La manzana de la discordia”
Troya, versión llena de humor, burla y chacoteo. La obra es una creación colectiva realizada por el equipo creativo y los actores Rodrigo Murray –quien interpreta a Casandra la pitonisa– Paris (Artús Chávez) es Hera, Christopher Aguilasocho, Atenea, Fernando Córdova, Afrodita, Nohemí Espinosa Zeus, y la dramaturgia es de Elia Espinosa.
Las diosas son interpretadas por actores y Zeus por una actriz, desde la caracterización clownesca de los personajes. Los actores brillan en cada una de sus participaciones. Nos hacen reír. Cada uno se apropia de su personaje y lo dota de gracia y soltura. Ellos interpretando a ellas y ella interpretando a Zeus se divierten de lo lindo y nos transmiten esa alegría de burlarse de una historia archirreconocible y transformarla en un juego.
La Ilíada al alcance de la mano. Un clásico hecho cómic para acercarnos a un episodio de la historia universal, así como hizo Alessandro Baricco en su libro Homero, la Ilíada, donde quitó a los dioses de la narrativa y dejó a los humanos a su destino.
En La manzana de la discordia son las diosas y Zeus las protagonistas, y desde ahí muestran los absurdos de la guerra y de las decisiones humanas y divinas.
El espacio escénico, diseñado por Esaú Corona, es pues como un rompecabezas con las piezas de un templo griego y un circo, que los actores acomodan, quitan y ponen dinámicamente para crear diferentes espacios.
El acierto clownesco de la propuesta hace a la obra festiva y accesible, con recursos que nos remiten a la idiosincrasia mexicana, como son canciones populares reconocibles a las que le cambian las letras para adaptarlas a su propio discurso. Así, escuchamos y vemos bailar el “No volveré”, el “Noa noa” y “El venao”, esta última en referencia a “los cuernos” que le pusieron a Menelao, el esposo de Helena.
Cine
JAVIER BETANCOURT
Este triángulo a puerta cerrada de la vida de un joyero bajo la ocupación nazi, en la adaptación que realiza Fred Cavayé de la obra de teatro de Jean-Philippe Daguerre, encadena situaciones infernales dentro y fuera de la pantalla:
En primera instancia, la situación desesperada de ser judío en una Francia donde la política de Hitler permite que aflore el antisemitismo endémico; en una segunda, la claustrofobia de quedar atrapado en la tortuosa dinámica de una pareja con problemas de intimidad, y la última, el bloqueo del rodaje durante la explosión del coronavirus, con el consecuente saqueo de las muy cuidadas locaciones.
El trío de actores, afortunadamente, sostiene la continui-
Auteuil. La maldad nazi
dad de sus personajes: Daniel Auteuil (Monsieur Haffmann) como el joyero que se ve obligado para impedir la confi scación de su tienda por los nazis, de poner el negocio a nombre de su aprendiz, Gilles Lellouche (Francois Mercier), y la esposa de éste, en la estupenda actuación de Sara Giraideau.
Cavayé no pierde pulso aunque se note un tanto la estructura teatral y las metáforas dramáticas sean convencionales, como la cojera de Mercier que señala el aspecto diabólico de su personaje. Asimismo, la reducción de extras, de 120 a solamente cuatro, impone el código de interiores, intimidad y encierro.
El señor Haffmann no sabe que al ofrecer esa gran oportunidad a un tipo que parece inofensivo, honesto y de poca imaginación, ha vendido su alma al diablo; la mediocridad frente al poder, la envidia cara al talento y la imaginación, la esterilidad ansiosa de fertilidad. A medida que Mercier descubre que puede explotar la creatividad de su exjefe, la dimensión de sombra crece y vampiriza a Haffmann, al que somete a las peores humillaciones; todo, en sentido opuesto a la humanización y la conciencia que desarrolla su mujer, y que Sara Giraudeau construye poco a poco a base de gestos casi imperceptibles.
La situación del señor Haffman, en sentido de Sartre, fi lósofo que habría caminado por esas mismas calles en la misma época, condensa el encierro de los campos de concentración, la maldad del régimen nazi que permitió que una parte del pueblo francés de la zona ocupada mostrara lo peor de sí mismo; la mala fe está siempre latente, germina bajo el clima de abuso y totalitarismo.
El arreglo que hace Haffmann con su aprendiz no está fuera de lo común; judíos y no judíos se vieron obligados a recurrir a ese tipo de tratos para salvar no sólo su patrimonio, sino para mantener el ímpetu creativo bajo el agobio del gobierno de Pétain. Gaston Gallimard, el gran editor, hizo algo parecido, así salvó el pellejo y preservó la empresa en la que Camus y Sartre colaboraban.
De los personajes menores que circulan alrededor de Haffmann, sus joyas y fl ujo subterráneo de fuerza creativa, Cavayé orquesta una pequeña galería: desde la prostituta, la oportunista, o el nazi, interpretado por Nikolai Kinski (hijo de Klaus), refi nado personaje que aprecia la cultura francesa, de los muchos que proliferaron durante la ocupación, pero peligroso como una cobra.
Libros
Desigual repaso de la filosofía
JAVIER BETANCOURT
Michel Onfray es uno de los fi lósofos franceses contemporáneos más destacados. Tiene el grado de doctor y durante casi 20 años fue profesor del Liceo de Caen. En 2002 renuncia a la catedra y con otros colegas crea la Universidad Popular de Caen. El espíritu que anima a esta institución es transmitir saberes teóricos y prácticos a las clases populares (obreros, campesinos, emigrantes…) que no pueden acceder a la educación formal. No existen requisitos escolares de admisión ni se otorga ningún tipo de califi cación. Los programas se establecen a partir de la demanda de los estudiantes y del interés del monitor.
Una de las intenciones de Onfray en este organismo es difundir diversas corrientes de pensamiento poco atendidas en la escuela tradicional, como el hedonismo, el estoicismo, el cinismo y el anarquismo, entre otros. El alcance de sus enseñanzas es signifi cativo. Cuando imparte lecciones llega a tener un público de más de mil personas. Además, sus disertaciones son difundidas por radio. Por otro lado ha escrito cerca de 100 libros con la misma pretensión.
Ahora da a conocer El cocodrilo de Aristóteles. Una historia de la fi losofía a través de la pintura (Paidós Editores. Col. Contextos; Barcelona, 2021. 240 pp.). En la introducción Onfray plantea que los pintores, al pintar a un fi lósofo recurren a poner un detalle que exprese el pensamiento del pensador. Así, para Sócrates es una copa, para Platón una caverna, para Diógenes una linterna, un cocodrilo para Aristóteles, una camisa para Proudhon, etcétera. De esta manera analiza 33 cuadros de Pitágoras a Derrida y hace un repaso rápido y gráfi co de la fi losofía.
La propuesta es interesante y muchas de las refl exiones sugerentes, como los acercamientos a Platón y Diógenes. En otros casos las interpretaciones las realiza de manera forzada, para cumplir con la fi nalidad de hacer una relación histórica.
El cocodrilo de Aristóteles es un texto desigual que no está a la altura de los anteriores trabajos de Onfray, como Las sabidurías de la antigüedad, El cristianismo hedonista o Política del rebelde.
COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
GUADALAJARA, JAL.- El área iberoamericana de la 37 edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) –del 10 al 18 de junio– destacó con historias que reflejan la situación de la región en lo social, político, económico y cultural, con calidad narrativa y tecnológica.
Los creadores de cuatro de ellas, en documental y ficción, las compartieron para los lectores de Proceso:
El Premio a Mejor Largometraje Iberoamericano Documental lo obtuvo Alis (Colombia/Rumania/Chile, 2022), dirigido por los colombianos Clare Weiskopf y Nicolás Van Hemelryck, donde 10 adolescentes que vivieron en las calles de Bogotá cuentan lo vivido y lo que desean ser a través de un personaje ficticio llamado Alis.
También director de fotografía y guionista, Van Hemelryck relata a este semanario que a su esposa Weiskopf y a él los invitaron en 2016 a impartir talleres de cine documental en una institución pública en Bogotá, donde viven chicas cuyas familias no pueden hacerse cargo de ellas:
“El sentimiento que tuvimos fue de lástima, pero cuando las conocimos nos dimos cuenta que era un prejuicio nuestro porque en ellas encontramos fuerza, resiliencia, valor, humor e inocencia, y sentimos admiración. Fue un choque muy fuerte para nosotros, lo que proyectamos desde el prejuicio con lo que encontramos ahí. El taller fue todo un reto. Ellas son difíciles en el sentido de que si no les gusta, si se aburren, se van a dormir. Era importante e interesante para nosotros motivarlas, y por fortuna logramos cautivarlas.”
Cofundador de Casatarántula, donde actualmente produce y coproduce varios largometrajes, y de la agencia de distribución y promoción DOC:CO, rememora que las menores realizaron cortos documentales, “y fue tan valioso para nosotros que decidimos volver”. Entonces buscaron más apoyos económicos para seguir ofreciendo talleres a lo largo de los años:
“En ese proceso dijimos: ‘Aquí hay una película’, que no sabíamos bien cómo contarla, y en esos talleres uno de los ejercicios que les propusimos fue que escribieran una historia con un inicio y un desen lace, y nos sorprendieron muchísimo porque sus trabajos eran increíbles. Podían fantasear con otros países, otras culturas, otros seres, pero al mismo tiempo reflejaban sus universos, su pasado, sus malas experiencias, e imaginaban su futuro, sus sueños, sus miedos y los obstáculos.
“Nos dimos cuenta del poder que posee la imaginación para hablar de nosotros mismos, mucho más que la biografía. Nadie puede imaginar lo que yo imagino, y lo que imaginé va a hablar de quién soy yo. Las biografías de dos personas pueden vivir algo similar y ser totalmente distintas. Entonces así nació la idea de crear un personaje ficticio, Alis, para que nos permitieran protegerlas, porque no queríamos exponerlas. Hay cosas muy duras que ellas cuentan, y en la película nunca sabemos qué es verdad y qué es imaginado.”
Historias
Fuertes cuestionamientos
Las interrogantes del documental de 84 minutos son: ¿Cómo construir una “nueva vida” cuando se nace sin oportunidades?, ¿es posible cambiar la desesperanza y proyectar otro destino?
Alis, filmada en 2018, logró el reconocimiento Oso de Cristal en la sección Generation 14plus del Festival Internacional de Cine de Berlín 2022.
“Varía la población en el internado. No siempre son las mismas niñas, unas se quedan muchos años y otras sólo permanecen una semana. En ese momento había 26 niñas jóvenes. Las invitamos a
El evento cinematográfico resultó altamente estimulante en su sección iberoamericana. El siguiente es un registro de cintas galardonadas en voz de sus realizadores: Mejor Largometraje Documental, Alis (Colombia/Rumania/Chile); Mejor Largometraje de Ficción, Carajita (República Dominicana/Argentina); Para su tranquilidad haga su propio museo (Panamá), Mejor Fotografía en Documental; y Mejor Ópera Prima y Mejor Guion en Ficción para Utama (Bolivia/Uruguay/Francia).
iberoamericanas
participar en el filme. Pensamos que 10 o12 iban a querer participar, y que en la película iban a terminar cuatro o seis. No obstante sólo una no quiso estar. Nunca pensamos que un largometraje pudiera tener tantos personajes. Cada una de ellas es como tan única y tan especial. Poseen una personalidad y un físico muy marcado que funciona bien. No pensamos que tantas fueran a querer participar y no les podíamos decir que no”.
El cineasta evoca:
“Había un guion en el sentido de que nosotros ya sabíamos qué historia queríamos contar. La cinta empieza muy ligera, con humor, pero conocíamos que en la medida en que las chicas contaran la historia, se conectarían más emocionalmente, y llegarían a un momento más dramático, pero nosotros deseábamos terminar la película con esperanza.”
Van Hemelryck explica que escribieron una lista de preguntas, si bien los encuentros con las niñas eran mucho más libres:
“Contábamos con las interrogantes, aunque no podíamos aplicar el mismo cuestionario a todas porque cada una de ellas es distinta, pero las preguntas nos ayudaban a encaminar la conversación, y ya ellas decidían un poco para dónde querían ir. Así que cada una terminó haciendo una historia muy distinta. Después el trabajo de montaje fue muy arduo porque era encontrar las frases, las miradas, los silencios, en fin, para construir la película.”
Alis –enfatiza– es un reflejo del valor que poseen esas jovencitas, “a quienes nadie les ha dicho que son muy importantes y talentosas”. Y concluye:
“La película puede inspirar mucho. Estas chicas tienen muchos deseos de vivir. Nosotros nunca pensamos en un filme para jóvenes. En Berlín era un jurado joven, de entre 15 y 18 años. Fue muy sorprendente para nosotros. Es lindo ver cómo la película va encontrando su público. Cada uno se conecta con una de las jóvenes, o porque le gustó más o porque ve reflejados sus temores o experiencias en ella. Cada espectador se vincula con una joven distinta y eso también nos parece muy bonito.”
Alis se estrenará en Colombia en octubre próximo. Los directores se aliaron con la fundación Tiempo de Juego para crear una campaña de impacto. Primero en la preparación de las chicas, porque son quienes darán la cara ante el público y la prensa, y segundo creando un lugar donde después de los 18 años ellas puedan quedarse para empezar a trabajar, ya que a los 18 años salen del orfanato sin ninguna ayuda económica y corren el riesgo de regresar a la calle.
El reconocimiento a Alis en el FIGG fue de 200 mil pesos.
El legado de una mujer panameña
De un corte que tiene que ver con el arte y la creatividad es Para su tranquilidad haga su propio museo (Panamá, 2021), de Ana Endara y Pilar Moreno, que alcanzó Mejor Fotografía en el mismo rubro de Largometraje Iberoamericano Documental.
La historia ocurre en un pueblo panameño donde habita el fantasma de una anciana llamada Senobia Cerrud, quien en vida transformó su casa en el Museo de Antigüedades de Todas Las Especies. Exhibía una colección única de piezas y obras que fueron minuciosamente clasificadas. Durante años, ella se levantó temprano para recolectar lo que otros tiraban, recuperando así lo que le servía para crear nuevos objetos.
La película, de 72 minutos, comenzó a gestarse como una idea en 2016, tomó forma en 2018 y se estrenó en 2021 en el International Documentary Filmfestival Amsterdam (IDFA). Moreno, quien además es artista visual y psiquiatra, explica en entrevista:
“Todo se originó al intentar hacer un proyecto sobre el arte espontáneo, el que se genera fuera del sistema del arte, y es un arte que no está mediatizado porque vayas a hacer una exposición, sino por la necesidad y el placer de crear. Además son artistas que sin formación van creando de manera autónoma. Yo quería hacer un documental sobre ese tema.”
Endara, realizadora de los documentales La felicidad del sonido, Curundú y Reinas, pensó –cuenta en la misma conversación– en la anciana Senobia Cerrud, “a quien conocía de años atrás porque era la abuela de un amigo y vivía en Paritilla, un lugar como perdido, súper chiquito, lejos de todo, y aún así ella estaba creando”.
Se impresionó porque la casa de Senobia era un gran museo:
“Había piezas antiguas que además transformaba. Eran objetos fabulosos. Creaba instalaciones, y ella misma escribía frases y las pegaba en ese espacio. Igual me impresionó mucho su visión, que la separaba mucho del resto de las mujeres de esa zona, donde les enseñan a no expresar lo que piensan, a estar conformes con lo que piensan los varones de la familia.”
Moreno fue quien invitó a Endara –esta última estudió en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba– para trabajar el documental:
“Supe que Senobia ya había muerto en 2013 y que su museo había desaparecido, por lo que era más urgente recuperar su historia en este mi primer documental.” –En él se aprecian los textos de Senobia, como “No te olvides de ser feliz sola”, y más sobre los derechos de la vejez, en fin… ¿qué opinan de todos esos escritos? Interviene Endara: “Era feminista sin conocer la palabra.” Moreno sigue: “El legado de Senobia es el de decir que los de la tercera edad tienen derechos: a trabajar si pueden hacerlo, a una compañía sentimental, a una soledad rica, en fin, son como revolucionarios. Y su legado se ve en todas las mujeres que conocieron a Senobia y hablan en el largometraje. Aprendimos mucho, no únicamente las que están en la pantalla, sino los que estamos atrás de la cámara. Senobia nos ha transformado. Nuestra intención no fue realizar una biografía, o contar su vida desde que nace hasta que muere, sino reflexionar sobre cuál es la huella que uno deja en lo demás, y definitivamente la huella de Senobia es enorme, desde la vestimenta.”
Al preguntarles cómo surgió el que todas las mujeres entrevistadas lleven un vestido azul, especifican que fue como un juego desde el casting:
“Es como un disparador de situaciones. A todas ellas las conocimos buscando a alguien que pudiera hacer el papel de Senobia, y después nos dimos cuenta de que realmente todas podrían crear una visión coral, que tenían mucho en común con la vida de Senobia, de ser mujer en el campo, con una vida extremadamente dura. Entonces el vestido es un dispositivo que generaba cosas y que incluso dentro de la película generó cuestionamientos como, ¿por qué me tengo que poner yo este vestido si no es mío? Esa propuesta del vestido funcionó.”
Para su tranquilidad haga su propio museo se exhibió ya en HotDocs en Canadá, el Festival de Málaga, Cinelatino en Toulouse y en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias. Formará parte del Festival Internacional de Cine de Panamá –el cual cumplirá 10 años en diciembre próximo–, pues aún no se ha lanzado comercialmente en ese país.
Se les enfatiza que resulta extraño ver un documental panameño, y ambas detallan que pudo realizarse con el apoyo del Fondo de Cine de Panamá, el cual es un gran impulso para una industria pequeña en ese país. También les ayudó el programa Ibermedia.
Endara subraya que en su patria se elabora más documental que ficción:
“Ahora mismo hay más realizadores haciendo documental. A mí me parece coherente con el documental tratar de conectar con la realidad, sin lidiar con actores.
“Fuimos un equipo pequeño. El museo se reconstruyó con pocas manos, con una memoria fotográfica que había, laboramos con una productora con la que hemos trabajado proyectos previos, Isabella Gálvez, quien también está embarcada desde el inicio. Filmamos en 2018 antes de la pandemia, después lo guardamos un poco para reflexionar.”
Terminan:
“Digamos que Panamá es una industria que está empezando. El Fondo Cine y el Festival de Cine son muy relevantes para que se puedanempezar a impulsar y proyectar las películas de Panamá”.
Junto con Alis, la realización panameña compitió con Canto cósmico. Niño de Elche (España, 2021), de Marc Sempere-Moya y Leire Apellaniz López (Mejor Dirección); Las delicias (Argentina, 2021), de Eduardo Crespo; La espera (Argentina, 2021), de
“Para su tranquilidad haga su propio museo” de Panamá
Ingrid Valencic y María Celeste Contratti (Premio del Jurado FEISAL); Otra semilla (Argentina, 2022), de Matías Italo Scarvaci; La picada (Costa Rica/Chile, 2022), de Felipe Zúñiga Sánchez; La playa de los enchaquirados (Ecuador, 2021), de Iván Mora Manzano (Mención Honorífica); Los soldados (España, 2022), de Raúl Capdevila; y El vent que ens mou (España, 2021), de Pere Puigbert.
En Largometraje Iberoamericano de Ficción, la película Carajita (República Dominicana/Argentina, 2021), de la argentina Silvina Schnicer y el español Ulises Porra, recibió las preseas Mejor Película (son 500 mil pesos), Mejor Director, Mejor Fotografía y Mejor Actriz (Magnolia Núñez).
La cinta de 89 minutos fue filmada en República Dominicana con los actores locales Genesis Buret, Magnolia Núñez, Adelanny Padilla y Cecile Van Welie, y las productoras –también de ahí– Alexandra Guerrero y Ulla Prida.
La historia se centra en Yarisa y Sara. La primera es la niñera de la segunda, y ésta pertenece a una familia adinerada. Las dos se quieren mucho. Su relación parece trascender su clase social, ya que son lo más parecido a una madre e hija, pero un accidente complica sus vidas.
Así, la cinta del matrimonio Schnicer y Porra expone el arduo trabajo de las empleadas domésticas que dejan a su familia para cuidar a los hijos de adinerados.
Para Porra, Carajita plantea una pregunta incómoda: “¿Qué haría yo?”.
La idea se las propuso la productora Prida y los tres trabajaron el guion:
“Nos pareció una invitación muy estimulante. Aunque cada vez uno se desenvuelve en el aspecto técnico, la historia posee su propia vida y no sabe uno que dirección tomará cada filme.”
Ya con Schnicer había dirigido Tigre, por lo que está es su segunda cinta. El covid-19 interrumpió el rodaje. Esperaron siete meses en 2020 para continuar. Pero su mayor reto fue cómo contar esta historia, pues si bien se trata de una producción totalmente de República Dominicana –en donde a decir suyo “se está elaborando buen cine”–, ellos no son dominicanos.
Carajita se estrenó en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en 2021, donde obtuvo una mención especial.
Los directores escriben:
A pesar de la calidez con la que comienza la película, Carajita explora el poder de las clases dominantes sobre las dominadas. Como ocurre en muchos otros lugares, en el discurso cotidiano de las clases altas dominicanas se narra con cierta candidez la relación que se establece entre las nanas y las criaturas de las que se ocupan. En las nanas se delega el cuidado y, en ocasiones, la crianza total de los infantes de la casa. Se vuelve entonces oportuna la creencia algo ingenua de que las relaciones que se generan son de verdadera confianza y afecto.
Sin embargo, sabemos que lo que subyace es una injusticia social, el dominio de una clase sobre la otra. Este dominio se materializa en el ejercicio de la impunidad y se vive como un orden natural. En caso de desavenencias, los mecanismos que ponen en marcha esta impunidad son automáticos y feroces. Y, al menos en esta película, son incontestables. Al hacerla hemos querido poner el acento en ese momento en que el relato romántico se ve atravesado por el infortunio y, consecuentemente, es intervenido por el orden oculto: la distancia descomunal que separa a las personas según el estrato al que pertenecen.
Tierras altas de Bolivia
Mientras que Mejor Ópera Prima y Mejor Guion de Largometraje Iberoamericano de Ficción recayeron en Utama (Bolivia/ Uruguay/Francia, 2022), dirigida por Alejandro Loayza Grisi.
En las áridas tierras altas de Bolivia, una pareja de ancianos quechuas, Virginio y Sisa, vive la misma rutina desde hace años, pero de repente su vida se transforma por una sequía inusualmente larga. Los dos enfrentan el dilema de resistir o ser derrotados por el paso del tiempo. Todo se precipita con la llegada de su nieto Clever, quien los visita, pero se preocupa por lo que están pasando y se los quiere llevar a la ciudad, pero se encuentra con la negativa de la pareja.
Ganadora del Gran Premio del Jurado en la sección World Cinema Dramatic del Festival de Sundance 2022, Utama está hablada en español y quechua. El cineasta boliviano Loayza Grisi tuvo que convencer a José Calcina y Luisa Quispe, casados en la vida real, para que participaran en el largometraje, ya que nunca habían actuado. El filme surgió en 2017:
“Entonces era un pequeño párrafo. La primera versión del guion lo terminé en noviembre de ese mismo año. Rodamos en 2019. Al principio era rendir homenaje a un amor puro, pero al hacer unos viajes por Bolivia –filmaba un documental–, me di cuenta de los problemas ambientales que hay.”
Conoció a un poblador de la comunidad de Santiago de Chuvica, Estanislao Quispe, quien los introdujo al pueblo:
“Entre ellos estaban casualmente sus tíos, que son doña Luisa Quispe y don José Calcina. Cuando los vi sabía que sus rostros encerraban justamente lo que necesitábamos para la historia.”
Les pidió que le permitieran tomarles una fotografía:
“Esa imagen era una referencia mientras realizábamos el casting porque ellos no estaban interesados. Pero después vieron que era un proyecto serio, y decidieron ser parte. Y obviamente son el corazón de la película.”
Loayza Grisi (La Paz, 1985) empezó a trabajar con la fotografía fija y luego a hacer cine. Como director de fotografía trabajó en el documental Planeta Bolivia y en varios cortos. Utama es su ópera prima. También compitieron en esta sección Camila saldrá esta noche (Argentina, 2021), de Inés Barrionuevo (Premio Maguey del Jurado); La vaca que cantó una canción hacia el futuro (Chile/Francia/Estados Unidos, 2022), de Francisca Alegría; EAMI (Paraguay/Argentina/Estados Unidos/Francia/Alemania/Países Bajos, 2021), de Paz Encina; Fogaréu (Brasil/Francia, 2022), de Flávia Neves; One year, one night (España/Francia, 2022), de Isaki Lacuesta (Mejor
Actor); Raquel 1:1 (Brasil, 2022), de
Mariana Bastos; La roya (Colombia/
Francia, 2021), de Juan Sebastián
Mesa; Tiempos futuros (Perú/México/
Ecuador/España/Alemania, 2021), de V. Checa y Celeste Soldad (México, 2021), de Alex Argüelles (Proceso 2380).
LA HISTORIA (FRUSTRADA) DE UNA FUTBOLISTA INTERSEXUAL
BEATRIZ PEREYRA
La futbolista A tenía 17 años la primera vez que fue cuestionada sobre la cantidad de masa muscular que tenía en su cuerpo. No supo contestar. Era finales de 2017. Estaba concentrada con la Selección Nacional Sub-20 que se preparaba para el Premundial de la Concacaf, programado para enero de 2018 en Trinidad y Tobago.
Apenas iniciaba su sueño de ser futbolista profesional. Era la goleadora de un equipo de la entonces naciente Liga MX Femenil. Su destacado desempeño en la cancha le valió para llegar a su primera convocatoria en el representativo nacional que dirigía Christopher Cuéllar.
“Mi masa muscular era muy superior a la de las chavas normales. Me empezaron a hacer preguntas en la selección: ‘¿Por qué eres más fuerte? ¿Por qué eres más rápida?’. Yo no sabía qué estaba sucediendo con mi cuerpo. Me regresaron a mi club, ahí me dijeron que tenía que hacerme unos estudios. Salió que tenía altos los niveles de testosterona y que no podía competir contra otras mujeres porque sacaba ventaja.
“Me dijeron: ‘tienes que bajar tu testosterona si quieres que la selección te llame otra vez, porque estás contemplada para el Premundial. Necesitamos que esté todo en
“ASÍ NACÍ,
NO LE HAGO MAL A NADIE”
Tenía 17 años cuando acarició el sueño de convertirse en futbolista profesional. Cinco años después se despidió de las canchas, agobiada por la falta de ayuda, pero sobre todo por la discriminación de que fue objeto por ser intersexual; su cuerpo producía demasiado músculo por exceso de testosterona. Y cuando se trató, su rendimiento ya no era el mismo, aunque ella seguía entrenando, su mundo giraba alrededor del futbol. Hoy reflexiona: “Soy una persona muy resiliente que a pesar de las adversidades quiso seguir, quiso luchar, pero ese cambio me dio en la madre y ya no pude recuperarme”.
orden para que no salgas positiva en los antidoping. Llamaron a mis papás para que dieran autorización de que me hicieran estudios y checaran mi cuerpo. La conclusión fue que soy una persona intersexual. Ya no pude ir a la selección”, cuenta la jugadora.
Ese fue el principio del fin de una carrera fugaz que sólo duró un torneo de Copa y uno de Liga, porque la futbolista A fue víctima de una decisión que los organismos deportivos internacionales implementaron en el mundo: toda deportista cuyos niveles de testosterona rebasen los valores normales de las mujeres no podrán competir en tanto no se sometan al tratamiento que reduzca la
cantidad que su cuerpo genera de manera natural.
Es el mismo caso que el de la corredora sudafricana Caster Semenya, tres veces campeona mundial y dos veces campeona olímpica de los 800 metros planos, quien por ser intersexual no ha podido competir en sus pruebas desde que la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) se lo prohibió, en respuesta a las múltiples quejas de otras corredoras que la acusaron injustamente de “ser hombre”.
Semenya, como la futbolista A, es una persona de género femenino que tiene en su cuerpo los cromosomas XY, lo cual genera que sus niveles de testosterona sean superiores al promedio.
El rechazo fue la primera respuesta del club al que pertenecía la futbolista A cuando supo que es intersexual. Después, los directivos optaron por pagarle el tratamiento médico para que pudiera regresar a jugar futbol. Le dijeron que si quería cambiar de sexo la registrarían en las fuerzas básicas varoniles. Una jugadora mexicana histórica de la selección nacional (cuyo nombre se omite para evitar represalias) le dijo que no tomara el tratamiento, que pidiera ayuda en la asociación de futbolistas.
“Le decía a mis papás: creo que puedo defenderme legalmente porque esto es discriminación. El equipo me iba a correr, ya no querían saber nada de mí, pero analizaron las cosas y sabían que estaban haciendo algo injusto, que podía defenderme. Ya no hice nada porque dije ‘están respaldándome’. Sabía que algo andaba mal en mi cuerpo, siempre me callé; precisamente por el miedo al rechazo, a que no me dieran la oportunidad de jugar”, recuerda.
EL TRATAMIENTO
La futbolista A pasó 2018 y 2019 entre médicos y estudios, yendo y viniendo de un hospital de la Ciudad de México donde, narra, tampoco sabían qué hacer con ella. Ya le decían las ventajas o las desventajas de confirmarse como mujer o cambiar de sexo, que si tal medicamento le podría causar cáncer, que si sus huesos se descalcificarían. Hasta que apareció un doctor a quien llama “mi ángel de la guarda”. Le propuso quitarle las gónadas masculinas mediante una cirugía y comenzar con un tratamiento hormonal para reducir la testosterona.
Los medicamentos hicieron su efecto: en cuestión de semanas el vello de las piernas de la futbolista A desapareció, la masa muscular se redujo, aumentó su grasa corporal y se concentró sobre todo en la zona del abdomen; el acné desapareció de su rostro, su piel se volvió más suave, lo mismo las facciones de su cara. Su cuerpo se tornó muy femenino.
“Era lo que yo quería, sentirme como parte de un sexo definido porque me veía y me preguntaba: ¿qué soy? ¿chico o chica? Yo siempre he sido mujer ante la sociedad, pero antes la gente me confundía con un hombre y yo me enojaba porque soy niña. Ahorita me gusta mucho como soy, esto me ha servido para sentirme bien ante el mundo, pero a nivel deportivo me dio en la madre; literal, me dio en la madre este tratamiento porque ya no soy la misma de antes, nada que la goleadora ni que la más veloz de la liga.
“Sentí que no tenía la misma fuerza, al correr cierta distancia me sofocaba superrápido; a veces me daban bochornos. Mi cuerpo estaba sometiéndose a un cambio que nunca había experimentado. Seguía entrenando con mi equipo, pero ya mi vida estaba en pausa. Mi mundo giraba alrededor del futbol y cuando me quitaron el futbol me quitaron todo”, dice.
La jugadora quedó deshecha mentalmente porque fue invisibilizada. Si bien entrenaba con su equipo, sabía que cuando saliera la lista de convocadas para los partidos su nombre no estaría ahí. Andaba a escondidas de los reporteros para que no hicieran preguntas incómodas, hubo días en los que no quería ni ir a ver jugar a sus compañeras porque la frustración la doblaba.
“Estuve deshecha dos años. Sentía que la entrenadora y el equipo me hacían a un lado. A los eventos no me podían llevar porque nadie debía verme con el equipo para que no sacaran conclusiones. Mis papás me decían: ‘Échale ganas, es tu sueño; no te caigas’, pero yo ya no era feliz. A veces iba a entrenar, o sea estaba ahí mi cuerpo, pero mi mente estaba en otro lado. Era una pesadilla para mí haber nacido así. Ya no podía, ya no quería al futbol en mi vida. Cuando regresé a jugar otra vez anoté gol. Fue como sentir que esta lucha la había ganado, pero pues no, sólo fue el momento.” –¿Cómo imagina su carrera de futbolista si no se hubiera sometido a este tratamiento? –Sería una jugadora top, estaría en un equipo mejor. Mi sueldo es muy malo y creo que si hubiera seguido compitiendo tal cual podría vivir de esto. Estaba en mi mero momento cuando inició el tratamiento. A veces me decía: ‘no jodas, ya no perteneces a esto’. Salí de mi primer club y me llegó una oportunidad con un segundo equipo, y luego con un tercero, pero después vi un patrón que se repite, que no me deja rendir al 100. Antes era titular indiscutible en todos los partidos. Mi escenario ideal hubiera sido hacer mi carrera y después decidir si quería o no someterme a un tratamiento, pero pues fue todo lo contrario y terminaron con mi carrera. –¿Cómo debería actuar la Liga MX Femenil ante los casos de jugadoras intersexuales? –Se debe investigar mucho. Yo fui uno de los primeros casos y no había información de nada. Yo me estaba escondiendo de los medios, en mi primer club me escondieron mucho tiempo, y sí se necesita saber que algunas personas somos así. Yo así nací, no le hago mal a nadie.
“Mi club me apoyó, me dijo: ‘Opérate, después vamos a estar contigo en todo momento y ya cuando estés recuperada te vamos a traer otra vez’. Eso era lo que no quería, porque no quería operarme todavía.”
Miguel Dimayuga
LA MARGINACIÓN
La futbolista A está consciente de que existen otras jugadoras que también son intersexuales y que algunos equipos de la Liga MX les están cerrando las puertas porque
simplemente no saben cómo abordar esta situación. Es más fácil despedirlas o no contratarlas que atender este fenómeno.
Cuenta que hace poco una jugadora que pertenecía al club León la contactó para pedirle ayuda, pues fue despedida. Después hizo una visoría con el Cruz Azul y por la misma razón no se quedó.
“Le dije la verdad: yo me escondo mucho de todo esto. No se lo digo a nadie, sólo mi familia sabe, mis médicos, el cuerpo técnico, pero mis compañeras se supone que no saben nada. Esta chica sacó sus conclusiones y supuso que yo pasé por lo mismo. Me preguntó: ‘Cómo viviste esto, porque no quiero someterme a un tratamiento ni operarme, pero quiero participar’. Hizo visorías y le dijeron: ‘No nos interesas, no podemos aceptarte por esto’. ¿Ahí qué hacemos? No somos monstruos para que nos estén rechazando.
“Son cosas que tenemos que luchar, tenemos que decirle a la liga, a la federación: ‘Mira, no somos ningunos monstruos para que nos traten así los equipos, no tenemos por qué someternos a ningún tratamiento porque así nacimos’. Me gustaría que no nos discriminaran de esa forma, que nos dejen participar tal cual somos. No sé cuál sería la solución porque quieras o no sí sacas ventaja ante las demás chavas.” –¿Por qué dice que saca ventaja si hay deportistas como Michael Phelps y Usain Bolt que tienen un físico privilegiado por nacimiento y nadie les impide competir? Incluso hay hombres que tienen altos los niveles de testosterona y tampoco los obligan a someterse a un tratamieto… –Para ellos (quienes dirigen el deporte) sí sacas ventaja, para ellos eres un chico. Por eso te tratan así. Y es feo. En su momento me lo dijeron: ‘Sacas ventaja y por eso eres lo que eres (buena deportista)’. Así nací, ¿por qué me van a hacer menos competitiva? Para serte sincera tampoco entiendo muchas cosas. Hice todo lo que me pidieron para poder jugar. Ahora quiero tirar la toalla, ya no está en mis planes dedicarme a esto porque ya no me meten de titular, ya ni siquiera estoy para cambio. Ya es momento de dejar el futbol de lado. No sé por qué a las mujeres sí y a los hombres no les exigen bajar sus niveles de testosterona.
“Siento que llegó el momento en el que me cansé de luchar, llegué a mi límite; ya no puedo estar aquí. Soy una persona muy resiliente que a pesar de las adversidades quiso seguir, quiso luchar, pero ese cambio me dio en la madre y ya no pude recuperarme.”
Unos días después de esta entrevista, la futbolista A anunció su retiro del futbol. Sólo tiene 22 años. Su decisión llegó menos de un año después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) dio a conocer que ante la falta de evidencia de que los altos niveles de testosterona sí impactan en el rendimiento de las deportistas no es el único elemento que debe tomarse en cuenta para permitir la participación de las mujeres intersexuales y transgénero en la rama femenil.
El COI dejó en manos de las federaciones internacionales de cada deporte el diseño de la normatividad en la que competirán las mujeres intersexuales y transgénero “sin discriminación y respetando la salud, la seguridad y la dignidad de las participantes”.
AP Photo /Petr David Josek
BEATRIZ PEREYRA
La inclusión de las personas transgénero en las competencias deportivas anunciada por el Comité Olímpico Internacional (COI) en 2016 puso en la palestra un nuevo debate y éste obligó al organismo a recular: a partir de finales de 2021 dejó en manos de las federaciones deportivas la facultad de decidir en qué condiciones participarán los atletas, pero “sin ventajas competitivas injustas”.
El caso más sonado en los últimos meses es el de la nadadora transgénero Lia Thomas (antes Will Thomas), de la Universidad de Pensilvania, quien hizo la transición y comenzó a competir en la rama femenil a partir de 2021. Esto oca-