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LA HISTORIA DE LOS BOSQUES DE

La historia de los bosques de Sierra Espuña (Murcia) contada a través de los anillos de sus árboles

Cristina Valeriano Peñas / Ambientóloga y doctoranda en Investigación Forestal Avanzada. Especialidad Dendroecología.

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Dra. Emilia Gutiérrez Merino / Dpto. de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales. Sección de Ecología. Universidad de Barcelona.

LAS REPOBLACIONES DE RICARDO CODORNIU EN MURCIA SE ACLIMATAN FRENTE AL CAMBIO GLOBAL

Hasta el siglo XIX no comenzaron las repoblaciones forestales en España, de manera sistemática y con criterios científico-técnicos. Murcia es un caso paradigmático, ya que a finales de 1888 las denominadas “Comisiones Repobladoras de la Cuenca del Guadalentín”, decidieron repoblar el territorio para prevenir las avenidas e inundaciones que asolaban la región. Sobre todo, después de lo ocurrido en la madrugada del 14 al 15 de octubre de 1879: la riada más devastadora de la historia de Murcia, denominada la “Riada de Santa Teresa”. El caudal que se registró fue de 1.900 m 3 /s y el número de víctimas mortales fue de 761, junto a 22.000 animales y miles de barracas totalmente destruidas.

Al frente de aquel gran proyecto de repoblación se encontraban los ingenieros forestales Don Ricardo Codorniu, Don José Musso y Moreno, y Don Juan Ángel de Madariaga. Los trabajos de reforestación se iniciaron en Sierra Espuña, en este caso no fue para prevenir las inundaciones, si no para prevenir la erosión del terreno. Además, Sierra Espuña reunía una serie de condiciones especiales (complejidad del terreno, muchas hectáreas sin vegetación, erosión,

fuentes de agua…) que permitía poner en la práctica métodos y técnicas de reforestación, que más adelante ayudarían a resolver los problemas que se produjeran repoblando el resto de la cuenca, y al mismo tiempo servía de escuela al personal técnico e ingenieros.

Antes de empezar el siglo XX, todas las operaciones de repoblación ya habían comenzado en S. Espuña, 20 años después (aproximadamente en 1917) comenzarían en El Valle (ciudad de Murcia) y continuarían por el resto de la Cuenca del Guadalentín (Archivo Central de Medio Ambiente “El Valle” 1907). La repoblación de S. Espuña fue llevada a cabo entre 1891-1905, en total se repoblaron más de 5000 ha con pino carrasco (Pinus halepensis Mill.) como especie más abundante acompañado de encinas (Quercus ilex L.) y diferentes especies arbustivas mediterráneas. La repoblación tuvo un gran éxito, la supervivencia de los árboles fue altísima, y el paisaje se transformó en pocos años. De manera que la zona se declaró Sitio Natural de Interés Nacional en 1931, en 1978 se recalificó como Parque Natural y en 1992 se le otorga la categoría de Parque Regional de Sierra Espuña. El ámbito territorial definido en su Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) es de 19.679 ha y se sitúa en el centro geográfico de la Región de Murcia.

Características específicas de la repoblación de Sierra Espuña Se decidió repoblar con especies características de la zona, que pudieran aclimatarse/ adaptarse al entorno. El pino carrasco fue seleccionado junto con la encina para repoblar las montañas desde los 700 hasta los 1100 m s.n.m. de altitud. Por debajo de los 700 m sólo se utilizó pino carrasco debido a que no existían en el territorio otras especies de frondosas que sustituyeran a la encina. En la actualidad, los bosques de pino carrasco son la formación forestal que ocupa mayor superficie en toda España, en Murcia supone un 81% de su bosque (Inventario Forestal Nacional 2015).

Las semillas utilizadas para la repoblación se recogieron de diferentes individuos, pinos y encinas, supervivientes de la zona y los alrededores. En terrenos de suelos poco arcillosos los procesos de repoblación se realizaron por diseminación de semilla (simulando la diseminación natural), en los terrenos más arcillosos

Sierra Espuña antes y después de la repoblación

y anteriormente cultivados se sembraron mediante fajas (líneas de 1 m de ancho por 20 cm de profundidad). Tanto en las siembras por diseminación como en fajas se necesita utilizar mucha cantidad de semilla, mientras que en terrenos arenosos la cantidad de semilla se puede disminuir bastante ya que germinan mejor que en terrenos más arcillosos. No sólo se utilizaron semillas (piñones y bellotas), también se montaron viveros móviles volantes y se criaron las diferentes especies utilizadas: pino carrasco, encinas, quejigos, chopos y olmos (Codorniu 1900).

El cambio climático en la Región de Murcia Este territorio tiene un clima semiárido mediterráneo muy seco con 4 meses de sequía al año (de junio a septiembre), y donde el cambio climático es ya una realidad. El aumento de las temperaturas en la región se ha acelerado a partir de los años 70, y en 46 años el aumento total de la temperatura media anual oscila entre los 2-3ºC (Fig.1).

Muestreando con Barrena Pressler

Estos resultados indican un aumento de las temperaturas superior a la media de España. Las temperaturas han aumentado sobre todo en verano (3,4ºC) y primavera (3,2ºC). Por otra parte, las precipitaciones han disminuido y se ha modificado el régimen pluviométrico anual, se han reducido las precipitaciones de primavera y aumentado las de otoño, aunque de manera torrencial. Los veranos son cada vez más secos y calurosos aumentando el estrés hídrico de la vegetación. Estos cambios en el clima agravan los efectos limitantes del agua volviendo a los árboles cada vez más vulnerables, sobre todo a altitudes bajas. Por lo que la pregunta pertinente es ¿cómo está afectando el cambio climático al desarrollo actual de la repoblación?

La ciencia de la dendrocronología Para contestar esta pregunta hemos realizado un estudio dendrocronológico de las repoblaciones de pino en 6 rodales de S. Espuña a diferentes altitudes. Hemos extraído testigos de madera del tronco de 78 árboles de pino carrasco en diferentes parcelas de seguimiento del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria). Utilizamos una aproximación dendrocronológica debido a que esta ciencia estudia los anillos de crecimiento de los árboles y nos permite (1) deter

minar la edad de los árboles, (2) las tasas de crecimiento anuales y sus cambios, (3) inferir la historia del bosque y (4) describir cómo afecta el clima a los árboles.

La palabra dendrocronología nos indica que existe una relación muy estrecha entre los árboles y el tiempo. Etimológicamente tiene su origen en los términos griegos dendron –árbol-, crono –tiempo- y logo –conocimiento- y denomina una disciplina científica dotada de un conjunto de principios, técnicas y métodos que permiten datar los anillos de crecimiento anual. El objetivo principal es establecer cronologías o series maestras de crecimiento (series promedio). Para ello, hace falta identificar y datar los anillos asignando a cada uno de ellos el año del calendario exacto en el cual se formó. Las series dendrocronológicas permiten la investigación en numerosos campos de la ciencia ya que constituyen un registro del tiempo y un archivo de los acontecimientos pasados, y también son muy útiles para datar las diferentes perturbaciones que hayan afectado a los árboles (Gutiérrez 2009).

¿Cómo son los anillos de pino carrasco? La identificación de los anillos de crecimiento se realiza a través del examen particular de cada anillo, definiendo los anillos característicos (los que son muy anchos y muy estrechos) comparando su grosor relativo con los vecinos. De manera que, un anillo no es ancho porque se encuentre entre los más anchos del testigo, sino porque es ancho comparado con sus vecinos más próximos. Hemos considerado como anillos característicos los muy estrechos y muy anchos de cada década, los anillos ausentes (“missing rings”) y los anillos múltiples (anillos falsos, dobles o cambios intra anuales de densidad). Gracias a estos anillos podemos hacer descripciones del periodo de crecimiento en los años climáticamente más extremos; además, la secuencia de estos anillos es la información clave para validar las dataciones individuales hechas para cada testigo comparando las series entre si (datación cruzada -FOTO Crossdatación-Sacarla del Powerpoint) (Stokes and Smiley 1968; Fritts 1976). Una vez que los anillos están bien datados se mide su grosor.

El crecimiento de los árboles de pino carrasco en Sierra Espuña Las cronologías de crecimiento medio en grosor (mm/año) obtenidas promediando las series de todos los árboles para cada parcela muestran un crecimiento sincrónico, lo que significa que crecen siguiendo un mismo patrón, definido por el clima o las perturbaciones (naturales o antrópicas).

Fig. 2.-Testigo/Core y anillos característicos. En el año 1977 y 1989 encontramos un anillo doble y a lo largo del testigo tenemos varios anillos ausentes o muy estrechos: 1956, 1961, 1966

Hemos observado que las cronologías brutas o series de crecimiento del periodo adulto (1926- 2015) no muestran una tendencia decreciente significativa; sin embargo, presentan oscilaciones decadales alrededor de una media constante (“ondas”). Estas oscilaciones pueden deberse al clima o a las entresacas llevadas a cabo por el INIA para disminuir la competencia. En el 2º inventario realizado en el año 1970 se llevó a cabo una entresaca bastante fuerte que disminuyó la densidad (árboles/ha) tal y como lo reflejan los datos de densidad del 3 er inventario (año 1975); en la Figura 3 vemos este aumento del crecimiento a partir del año 1970. Con posterioridad no se han realizado más entresacas y el crecimiento sigue presentando dichas oscilaciones, por ello creemos que deben estar causadas únicamente por el clima.

Al analizar las series climáticas, vemos que las precipitaciones muestran una periodicidad similar en el conjunto de años de los que disponemos datos climáticos (1942-2015). Si comparamos el crecimiento con el clima, obtenemos una sincronía alta y muy significativa entre la precipitación del año hidrológico (1 oct. del año previo al 30 sep. del siguiente año) y el crecimiento; de manera que el 47.3% de la variabilidad de las series de crecimiento se explican por las precipitaciones del año hidrológico.

La aclimatación de las repoblaciones al cambio climático En los últimos estudios de pino carrasco en zonas de la vertiente mediterránea (Cataluña, Comunidad Valenciana) se ha observado que las tasas de mortalidad están aumentando y/o que las series de crecimiento en grosor muestran tendencias decrecientes (por ejemplo, algunas repoblaciones completas de los años 40-50 están muriendo, decayendo o deteriorándose, después de varios años seguidos de sequía).

Entonces ¿por qué S. Espuña no muestra dichas tendencias ni se mueren los árboles? La respuesta es la aclimatación. El proceso por el cual la vegetación se adapta fisiológicamente a los cambios, que puede ser plástica (aclimatación) y posteriormente genética (adaptación).

Las poblaciones de pinos de nuestro estudio muestran una gran plasticidad y aclimatación a los cambios. Por ejemplo, en los episodios extremos de sequía (1961, 1983, 1994-95, 2000, 2001, 2005, 2012 y 2014) los pinos no han disminuido su capacidad de recuperación ni han desencadenado episodios de mortalidad. En estos años de sequía extrema, los árboles modifican la anatomía de sus anillos. En las situaciones más críticas no forman el anillo y tenemos diferentes anillos ausentes (como se puede ver en la Fig. 3 en los años 1961, 1994, 2000 etc.). Observando el crecimiento, en los periodos de años con fuerte sequía (“años malos”) tenemos crecimientos mínimos (anillos estrechos), mientras que en los periodos de lluvias abundantes (“años buenos”) el crecimiento es muy alto (anillos anchos) recuperándose de los años malos. La alternancia de periodos secos y lluviosos genera un patrón temporal, dibujando las ondas que vemos en las series de crecimiento. Los años en los que encontramos anillos múltiples (falsos), tenemos un clima con mucha variabilidad que “engaña” al árbol, haciéndole pensar que está en una estación distinta a la real. En estos casos el anillo de crecimiento realiza en un solo anillo anual diferentes crecimientos falsos.

Perspectivas de futuro Los últimos años se han mostrado muy extremos y con mucha variabilidad climática, esto genera una incertidumbre sobre cómo afectará el cambio climático futuro a estos pinos. Opinamos que las predicciones se dividen en dos posibles caminos; en un primer caso podemos esperar que estas repoblaciones continúen aclimatándose a los cambios de cada año, pero por otro lado existe la posibilidad de que llegue un punto límite en el que no puedan seguir adaptándose y mueran todos a la vez (debido a los crecimientos sincrónicos) y casi no tienen nuevo reclutamiento, por lo tanto sería recomendable seguir realizando repoblaciones utilizando las semillas de los árboles de la zona (ya adaptados).

Concluimos que la repoblación de S. Espuña es muy resistente (puede aguantar muchos años creciendo muy poco) y resiliente (recupera enseguida las tasas altas de crecimiento anual después de un periodo o año malo). Todo ello gracias a la elevada plasticidad del sistema conductor, modificando el tamaño del anillo según las condiciones ambientales. Terminamos destacando el gran acierto y la rigurosidad científica aplicada por el ingeniero D. Ricardo Codorniu para diseñar las repoblaciones que no solamente contribuyeron a evitar los desastres naturales de su época, si no que mejoraron las condiciones del territorio a largo plazo.

Agradecimientos Queremos agradecer al INIA (Dra. Miren del Río) las muestras que nos cedió y los permisos para realizar más muestreos, junto con toda la información necesaria para el estudio. Y a Javier Rodríguez-Alonso que ayudo en la datación y búsqueda de patrones de los anillos.

Referencias - Codorníu, R. (1900). Apuntes relativos a la repoblación forestal de la Sierra de Espuña presentados al Congreso Agrícola de Murcia.

- Fritts, H. C. (1976). Tree rings and climate. Academic, San Diego, California.

- Gutiérrez, E. (2009). La dendrocronología: métodos y aplicaciones. En Arqueología náutica mediterránea. 303-315. - Stokes, M. A. & Smiley , T. L. (1968). An Introduction to Tree-ring dating. Tree-ring dating, 37-46.

- Valeriano-Peñas, C. (2016). Estudio fenológico del Pinus halepensis en Sierra Espuña: Aclimatarse o morir. Trabajo Final del Grado en Ciencias Ambientales (Universidad de Barcelona).

- Valeriano-Peñas, C. (2017). Plasticidad del Pinu halepensis Mill. frente al cambio climático. Trabajo Final del Máster en Ecología, Gestión y Restauración del Medio Natural (Universidad de Barcelona).

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