2 minute read

Te pido mi espacio

Por Jorge Cortés

La palabra espacio se suele relacionar de forma directa con el universo físico y con justa razón, ya que la curiosidad por este universo es algo inherente en la consciencia humana. Sin embargo, la palabra espacio puede utilizarse de muchas otras maneras. Una de ellas, más cercana a un aspecto psicológico y social, es el de espacio personal.

Advertisement

El espacio personal puede ser definido, vagamente, como unas fronteras invisibles que rodean a una persona con el fin de que ésta se sienta de forma adecuada y cómoda en su entorno. Estos límites varían en función del contexto histórico social y del tipo de interacción que se esté dando.

Este concepto no sólo es aplicable para la raza humana existen otros animales que ejemplifican de manera muy clara que dicha característica social es algo proveniente de todos o casi todos los animales, dicho ejemplo claro podría ser la zona crítica en la que un animal salvaje suele sentirse amenazado por otro al entrar en este espacio, cosa que no se puede confundir con el territorio. El territorio habla de un espacio físico delimitado y acotado de forma explícita, mientras que el espacio íntimo o personal, se refiere a una ‘burbuja’ que nos acompaña a donde quiera que vayamos, aumentando o disminuyendo según sea necesario.

La distancia personal puede verse desde 4 ejes:

Distancia íntima:

Se sitúa entre 0,45 m y el contacto físico.

Es la distancia en la que tienen lugar las confidencias y las prácticas amorosas.

La vista recibe gran cantidad de información, pero los otros sentidos también entran en juego de manera intensa: podemos sentir el calor corporal y la textura de la piel a través del tacto, el olor de la transpiración o del perfume, el diálogo tónico.

Distancia personal:

Se sitúa entre 45 y 120 cm.

En esta distancia la vista empieza a tener un papel más preponderante y aunque puedan todavía influir algunos sentidos (podemos percibir todavía olores), éstos pasan a un plano secundario. Por otro lado, el lenguaje no verbal tiene aquí un papel fundamental. El contacto físico solo se da cuando alguien deliberadamente lo provoca. El tono de voz es bajo, ideal para confesiones, confidencias y cuestiones de carácter personal. Esta es la distancia en la que se da la interacción entre amigos íntimos y las conversaciones entre conocidos.

Distancia social:

Se sitúa entre 1.2 y 3.5 metros.

Es la distancia para los contactos sociales de carácter formal, relaciones entre desconocidos, reuniones de negocios o fiestas de compromiso. El contacto físico es totalmente formal, el tono de voz es más elevado y la actitud ante la interacción es más distante.

Distancia pública:

Se sitúa entre 3.5 y 7 metros

Es la distancia para contactos más superficiales, donde la vista y la voz tienen un papel preponderante, aunque sin poder percibir pequeños detalles, gestos o modulaciones significativas.

This article is from: