La primer foto de un agujero negro

Por Michelle Zavala

Los seres humanos, en su naturaleza mortal y vulnerable, a través de su historia se han preguntado temerosos frente a las cosas que desconocen; cuestiones cuyas dimensiones, poder y efectos trascienden nuestro limitado entendimiento.

Ciertamente, uno de los misterios más intrigantes del universo son los llamados agujeros negros, que, a palabras del cosmólogo Andrew Pontzen son: “Esencialmente un agujero negro es un montón de materia apeñuscada en un espacio tan pequeño que nada puede salir, ni siquiera la luz”.

Ahora bien, el pasado 10 de abril de 2019, se suscitó un evento que trascendió a la historia de la astronomía. Estamos hablando, por supuesto, de la primer foto de un agujero negro, la cual fue tomada por el Telescopio de Horizonte de Sucesos (Event Horizon Telescope), una red de ocho telescopios vinculados entre sí.

Según diversos artículos publicados en la revista The Astrophysical Journal Letters, este agujero negro está situado a 55 millones de años luz de la Tierra, en el centro de la galaxia masiva Messier 87 (una galaxia ubicada cerca del cúmulo de galaxias Virgo) y posee una masa de 6.500 millones de veces la masa del Sol.

Para lograr obtener esta imagen de un agujero negro, se combinaron observaciones de cuatro diferentes continentes para construir un radiotelescopio virtual tan grande como la misma Tierra.

El algoritmo que hizo posible la creación de esta espectacular imagen, corrió a cargo de la experta en computación Katie Bouman, quien estuvo trabajando en desarrollar dicho algoritmo cuando era estudiante de posgrado en el MIT, junto a un equipo de alrededor de 200 investigadores.

Por tal hazaña, Bouman se ganó el reconocimiento y admiración de muchas personas, quienes inclusive la compararon con Margaret Hamilton, una ingeniera en Sistemas y Matemáticas quien escribió el código que permitió al Apolo 11 llegar a la luna en 1969.

Sin duda, es inquietante para nosotros como especie descubrir que la realidad supera la ficción, y que hay de hecho, en el cosmos, elementos que desconocemos por completo, pero que, inevitablemente se enfrentarán cara a cara con el mundo como lo conocemos, tal como es en este caso: un agujero negro.