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Por Miguel Hernández
¿Qué tan difícil es robar una pintura? Probablemente con la tecnología de seguridad actual sea casi imposible, pero antes de tener tantos sistemas de protección era relativamente sencillo. En el transcurso de la historia se han producido muchos robos de piezas de arte, algunos de estos eventos han pasado de largo del consciente colectivo y otros han colocado a pinturas como las más reconocidas por la humanidad.
“El Grito” de Edvard Munch Este es probablemente el robo más rápido de la historia. El 12 de febrero de 1994, la pintura fue robada de la Galería Nacional de Oslo, Noruega, por Pal Enger, en un tiempo récord de 50 segundos. El famoso ladrón ya había cometido otros robos dirigidos a piezas de Edvard Munch, en 1988 robó “Amor y Dolor”, mejor conocida cómo “El Vampiro”. El hurto se perpetró a las 6:30 de la mañana, justo el día en que tenía lugar la inauguración de los XVII Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en el mismo país; Enger, junto con otro ladrón, saltaron la cerca de la Galería Nacional y con ayuda de una escalera accedieron por una ventana a la sala donde se resguardan las
obras de Munch. El robo simplemente consistió en descolgar la obra de la pared y volver a salir por la ventana. Enger y su ayudante lograron salir del edificio por la misma ventana, sin ningún tipo de contratiempo, no sin antes dejar una nota que decía: “Gracias por la escasa seguridad”. Si te preguntas sobre la seguridad, ¿no había alarmas, cámaras o guardias de seguridad? La respuesta es sí, sí había equipo y personal, solo que a nadie le importó. El robo se descubrió 30 minutos después, por dos guardias. Al parecer se les hizo extraño que hubiera una escalera apoyada en el edificio, y que la ventana de la sala estuviera abierta. Esta historia tuvo un final feliz, luego de que el go-