Año 5 | Número 21 Morelia, Michoacán. Abril 2009 Cooperación $5 varos
Edición Especial por el 90 Aniversario Luctuoso del General Emiliano Zapata
Director Manuel Noctis Patronato Editorial y Consultivo Daniel Wence Alejandro Torres “El Champi” Luis Enríque Sánchez “Kikoy” Arte y Diseño Manuel Noctis Contacto y Colaboraciones revista_clarimonda@hotmail.com www.revista-clarimonda.blogspot.com www.myspace.com/revistaclarimonda
Imagen de portada: “El Fercho”
Esta edición se hizo en colaboración con los colectivos:
CLARIMONDA Número 21. Año 5. 2009 Vigésima primera víctima: Zapata Vive! Cada artículo es responsabilidad del autor.
Editorial Zapata en sí misma es una palabra que evoca a rebeldía, a libertad, a lucha; porque así era el General. Muchas cosas, ideas y comentarios giran en torno a este personaje tan importante dentro de la historia mexicana, positivos y negativos; lo que a mí si me queda claro es que este personaje, junto con otro igual de importante como lo es el General Villa, representan firmemente la cuestión divisoria del país, es decir, Villa es un fiel representante de la estructura social del norte y Zapata de lo que es el sur, no cabe duda que los propósitos y metas de cada uno eran dentro de un mismo plano, pero cada cual las desarrollaba en base a su condición social. En fin, como varios de nuestros lectores ya lo saben, de lo que se trata no es de desmitificar al tema expuesto en la revista, sino de darle voz a lo que se esta diciendo culturalmente, darle voz a lo que se quiere decir. Por eso nuevamente los trabajos en comunión nos congregan para llevar a cabo un evento más, un tokin más; un numero más de Clarimonda. Ahora toca el turno de entablar relaciones laborales y de amistad con los Colectivos Chac Mool y Pu’y, con quienes decidimos armar este numero especial para conmemorar el 90 aniversario luctuoso del General Emiliano Zapata. La cuestión aquí no solo implica el realce de este personaje histórico, como lo mencionaba palabras más arriba, sino que en base a ello, se quiso generar un espacio de apertura cultural e ideológica, para que las distintas voces de lucha y resistencia pudieran hacer de él su espacio de expresión. Es así como se congrega este numero, con pocas, pero muy variadas colaboraciones, las cuales nos llegaron de distintos puntos del país; poesía, cuento, artículos, ensayos y stencils dan cuenta de ello. Esperamos que este numero sea del agrado del lector, así como esperamos también que disfruten del Festival Zapata Vive! Nos vemos en el siguiente numero. Buena vibra para tod@s!!! Manuel Noctis
DIEZ EN ABRIL DANNY FREDY RODRIGUEZ CHAVEZ
Abril, tus pasos llegan como campanas adoloridas, como milpas marchitas y arados muertos de melancolía. Como si culebras oscuras tatuaran las parcelas y los camposantos recibieran en su pecho su descanso eterno. Mientras, las mazorcas tienden surcos de lagrimas abandonadas. ¿Qué tristeza dibujada llevas en el pecho? ¿Qué soledad terrible acompaña tus hojas que se desparraman sobre nuestros hombros como pájaros sin alas? ¿Serán las parcelas adoloridas que remiendan pastos desiertos donde los discursos azules rojos y amarillos son chiqueros avergonzados? ¿Serán los milpales donde la tierra ya no es de quien la trabaja? Abril, tu diez rompe los crisantemos con la violenta nota de una daga, mientras hombres entristecidos divisan al cielo soñando nada, cansados, empobrecidos como la espalda desgastada de los campos. Tu diez, malabar donde puercos mastican su discurso para dárnoslo a cucharadas. Altar para que asnos desde palacio toquen sin flauta, y hijos de puta escindan un pedestal que nos mata en cada esquina. ¿Serán los designios de un Dios empobrecido? ¿Las lámparas ciegas? ¿Las escaleras dueñas de nada?
Abril ¿Por qué llorar sobre tus hombros tatuando con tristeza la memoria? ¿Por qué bajo columnas nos arrodillamos como hijos de nadie ? Dime abril ¿Por qué la rabia no estalla en nuestro pecho? ¡Rabia de tierra empobrecida! ¡De yugos aprisionando nuestro cuerpo! ¡De garrochas lacerando nuestra carne! ¡Barzones desgarrados por el peso! ¡De olvido terriblemente eterno! Abril Por que no inundar de tentación nuestras manos, levantamos la pancarta hendida desde adentro, invitamos a las carrilleras a desatar las palabras, y hacemos un ancho mitin con la tierra en nuestras manos, y volvemos a levantar el grito que derribara a los cabrones: ¡Viva Emiliano Zapata!… ¡Viva Emiliano Zapata!…
Imagen: El Fercho
¡Viva Emiliano Zapata!…
EMILIANO ZAPATA* Sociedad y Desarrollo en México Para algunos Emiliano Zapata fue simplemente un revolucionario sangriento. Pero para mí es un personaje interesante, una figura histórica de proporciones míticas. Fue uno de esos líderes mesiánicos que se convirtió en encarnación de sentimientos colectivos y que por corto tiempo arrasó la faz de la tierra transformándola. La guerra de Emiliano Zapata fue una guerra de reivindicación agraria cuyas raíces estaban en antiguos arquetipos de la "madre tierra". En unos pocos meses, luego de haber sido llamado por los líderes de su pueblo porque necesitaban a alguien "que se pusiera los pantalones" para luchar contra la inescrupulosa usurpación de las tierras de labranza de la comunidad (que necesitaban para sobrevivir) por parte de los grandes hacendados, el joven de 31 años se había convertido en el "General Zapata", en el símbolo de una utopía de orden religioso a quien todos seguían con fervor. Nació en Anenecuilco, en el estado de Morelos, el 8 de agosto de 1879. Zapata creó comisiones agrarias para distribuir la tierra; pasó mucho tiempo supervisando su trabajo para asegurarse de que no se mostrara ningún favoritismo y de que los propietarios de la tierra no corrompieran a sus miembros. Estableció un Banco de Crédito Rural, la primera organización crediticia agraria del país, también trató de reorganizar la industria azucarera. Don Emiliano era un hombre de estatura regular tirando a alto, de complexión también regular, tez morena clara, frente amplia y despejada, ojos grandes y negros de mirada muy vivaz, ceja y bigote poblado, pelo negro y lacio. Acostumbraba vestir con la propiedad que la actividad a realizar requería, cuando trabajaba en el campo vestía de manta blanca, sombrero de palma y huarache de correa, pero cuando iba a Cuautla o a Cuernavaca a tratar algún asunto o de visita con sus amistades, se vestía de charro con sus pantalones de raya ancha, a veces colorada o a veces blanca.
Con su botonadura de plata, su sombrero galoneado u otro al que él llamaba "de pelo", su blusa de tela de Holanda cruda con la pechera alforzada y almidonada, atada a la cintura con un nudo en las puntas, su pañuelo paliacate en el bolsillo y un gazné de tacto sedoso al cuello de color negro o blanco, sus botines de piel de una pieza y un cinturón hueco de cuero de vaca llamado "víbora", dentro del cual se usaba guardar el dinero. En esas ocasiones partía de su casa fumándose un puro y sobre su caballo colorado ensillado con una montura nueva que tenía bordadas con hilo de pita (es decir "piteada") sus iniciales. Zapata no peleaba por "las tierritas" como decía Villa sino por la Madre Tierra. Su lucha fue arraigo. De allí que ninguna de sus alianzas perduro. Zapata no quiso llegar a ningún lado, quiso permanecer. Su propósito no fue abrir las puertas del progreso (por eso Palafox le reclamó haber caído a partir de 1915 en un "letargo de inactividad") sino cerrarlas, reconstruir el mapa mítico de un sistema ecológico humano en donde cada árbol y cada monte estaban allí con un propósito, mundo ajeno a otro dinamismo que no fuera el del diálogo vital con la tierra. Zapata no salió de su tierra porque desconocía y temía a “lo otro”, el poder central lo percibía siempre como un intruso, como un acechante nido de "ambiciosos" y traidores. Su visión no fue activa y voluntarista, como la de todas las religiosidades marcadas por el padre, sino pasiva y animista, marcada por la madre. Su guerra de resistencia se agotó en sí misma. Durante la tregua de 1915, en lugar de fortalecerse hacia afuera se aíslo más, se adentro más en la búsqueda del orden perdido hasta el límite de querer reconstruirlo con la memoria de los ancianos. No fe un mapa productivo lo que buscó, es un lugar mítico, fue el seno de la Madre Tierra y su constelación de símbolos.
A decir de quienes combatieron a su lado, el caudillo del sur vivió. Logró escapar, dicen, gracias a su amigo Salomón, comerciante árabe que supuestamente se lo llevó al Medio Oriente. Entre los que sostuvieron esta hipótesis figura doña Candelaria quien, con sus 119 años, contribuyó con sus testimonios en el documental Los últimos zapatistas, héroes olvidados que filmó Francesco Taboada Tabone (Cuernavaca, 1973) y que presenta 17 narraciones de sobrevivientes centenarios de la Revolución. Las voces reunidas por Taboada y Tabone pretendieron rescatar ''la otra historia, la de los perdedores, la que no se cuenta en los libros" para los jóvenes de fin de milenio que sólo sabemos reconocer que ''el del paliacate es Morelos, el del bigote con sombrero es Zapata, y el pelón... Hidalgo". Figura emblemática de la justicia, Emiliano Zapata ha sido personaje, símbolo y alegoría para pintores, grabadores y muralistas que, con un lenguaje plástico formal y solemne, o cuestionador y con leves toques de juego (lamentablemente los menos), han recreado la silueta del revolucionario, el rostro del héroe, el gesto del rebelde. Amparados en el realismo que les ofrecían las fotografías de época, los artistas mexicanos construyeron a Zapata en muros y cuadros de caballete, en pinturas transportables y en collages. Lo mismo David Alfaro Siqueiros que Diego Rivera y Adolfo Best Maugard, o Alberto Gironella y Arnold Belkin, retrataron a su manera el rostro moreno, el bigote profuso y la mirada penetrante del caudillo de la Revolución mexicana. Sin duda los muralistas y muchos grabadores del Taller de la Gráfica Popular fueron de los protagonistas fundamentales en la tarea de enaltecer a lo que de suyo es un mito. Diego Rivera, “un zapatista místico'' como lo definió David Alfaro Siqueiros en Me llamaban el Coronelazo, pintó a Zapata como “santo'' en los corredores altos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Pero también Rivera produjo un Paisaje zapatista muy festejado por los historiadores y críticos, pero que el escritor Luis Cardoza y Aragón dijo que “no sería bueno ni como portada de revista de publicidad. Nunca he entendido el folclor cubista de Rivera (y) el cubismo y el folclor no tienen nada qué ver entre sí''.
En tanto, Siqueiros hizo lo propio en México y en Chile. Por una parte, en la Sala Revolución del Museo Nacional de Historia de nuestro país rescribió la historia de La revolución contra la dictadura porfirista en la que varios segmentos de pintura subrayan la participación de los precursores e ideólogos que hicieron posible el movimiento. Entre 1957 y 1967 (un periodo largo por la inconstancia en el trabajo dada la actividad política de Siqueiros y su encarcelamiento acusado de “disolución social''), en la vasta superficie mural Siqueiros ubicó a los campesinos anónimos que encabezaron la lucha agraria y retrató luego a Francisco Villa, a Álvaro Obregón y a Zapata, entre muchos otros, pero los situó en segundo plano, modificando así la concepción esquemática de que la historia la escriben los grandes hombres. Años antes, en 1942 y hasta Chillán, Chile, el Coronelazo había montado una pieza muralística en la que ofreció su historia de México, con la presencia de personajes como Cárdenas y Juárez, Hidalgo, Morelos y, por supuesto, Zapata. Con otros rasgos en la paleta pictórica, alejándose un poco del realismo aunque sin salvarse completamente de él, con su búsqueda en torno de la figura humana, Arnold Belkin retomó la imagen del caudillo de la Revolución. Con su obra, caracterizada por fragmentaciones en trazos longitudinales y horizontales, realizó en 1978 una amplia serie de acrílicos en torno de un Zapata en primerísimo primer plano geometrizado, dividido en trazos, o que muestra el esqueleto de un cuerpo radiografiado. La llegada de los generales Zapata y Villa al Palacio Nacional el 6 de diciembre de 1914 es otro cuadro en el que Belkin ofrece su homenaje al insurgente. Basado en la foto histórica en la que los guerrilleros comparten la silla presidencial, el extinto pintor ofreció en 1979 un montaje teatral sobre el acontecimiento, con la presencia del ejército zapatista y sus impulsores, en un escenario en el que resalta una transposición de planos. Más tarde, en los años ochenta, construyó el mural portátil Traición y muerte de Zapata, donde recurre a la yuxtaposición de situaciones del pasado y del presente para hermanar a dos espíritus rebeldes: el del oriundo de Anenecuilco y el de Rubén Jaramillo.
Empapada de realismo, la pieza de 1982 fue concebida como díptico junto con el acrílico acerca del asesinato de Jaramillo y su familia. La parte que rememora la traición del coronel Jesús Guajardo a Zapata ofrece la imagen del líder que se desdobla hasta desplomarse muerto, en una composición con elementos cinematográficos. Otro pintor atraído por el símbolo revolucionario es Alberto Gironella. En su obra que mezcla lo mexicano con lo español, unió la leyenda del morelense con la del conde de Orgaz (como paráfrasis del célebre cuadro de El Greco) y creó un conjunto de obras que intituló El entierro de Zapata y otros enterramientos, una exposición en el Palacio de Bellas Artes realizada en 1972 en la que integró su visión de la historia mexicana con su herencia iconográfica española. En Zapata, cuadro de 1958, la historiadora del arte Rita Eder observa la efigie idealizada del guerrillero que retomaría Gironella 14 años después, pero como una reflexión más a fondo sobre la revolución traicionada. Es así que en El entierro de Zapata, cuadro central de la muestra ya mencionada, el artista emprende la metamorfosis de la leyenda del entierro del conde en la leyenda de la muerte de Zapata. En el libro Gironella (Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 1981) Rita Eder escribe que el pintor mexicano da una versión profana de la historia y reordena los documentos visuales de la narración oficial de la Revolución mexicana, al tiempo que la crítica de arte Raquel Tibol analiza en Excélsior (noviembre de 1972) el cuestionamiento menos solemne que hace Gironella de valores y de criterios consagrados en la historia oficial. Fiel a sus collages y ensamblados que se complementan con elementos cotidianos de desecho, Gironella realizó cuadros como Zapata con balazos (1988) y La muerte de Zapata (1974) en los que el líder tachoneado con negro y rojo aparece tiroteado por corcholatas y un tronco de árbol que lo enmarca y bien puede ser el cuerpo de una escopeta. Sin pretensión de que sea un recorrido exhaustivo, estos fueron algunos ejemplos de los trazos tan de símbolos que ha generado un mito, rasgos tan disociados como los del realismo y el cubismo, o la figuración con aires de geometrismo y hasta al collage en que han reparado autores de diversas épocas en torno del “charro entre charros'' nacido el 8 de agosto de 1879, asesinado hace 80 años y que aun muerto, muchos consideran que aún vive.
Sin duda Emiliano Zapata ha cabalgado por los senderos del cine, si algún Emiliano le dio la vuelta al mundo, fue el que interpretó Marlon Brando en la película de Elia Kazan, ¡Viva Zapata! . Un extraordinario y pésimo filme que realiza un excepcional análisis psicológico de un caudillo dentro de una mentira histórica, que nos dice más de la mentalidad estadounidense que sobre la Revolución mexicana en sí. También, claro está, se relaciona con lo que Zapata se había convertido al final, aislado de todos y peleando contra todos, convertido en un renegado. Pero la muerte de Zapata fue también el nacimiento de Zapata, algo que ha sido representado en el cine con gran belleza por Elia Kazan en "Viva Zapata" (1952), en la imagen del blanco alazán llamado "As de Oros" que en falsa señal de amistad le había regalado Guajardo, y que Kazan nos muestra tras la muerte de Zapata corriendo libre por la montaña y golpeando desafiante con su casco en las rocas. ¡Viva Zapata! fue la primera película que este "soplón" como lo llamó Brando recientemente realizó después de su triste odisea durante la era McCarthy. Era una producción que Kazan quería levantar desde 1935, cuando oyó hablar de Zapata en una visita que hizo a México, y le interesó su dilema trágico: "Una vez que se ha tomado el poder gracias a la revolución, qué hacer con él y que clase de estructura construir". La idea se la contó Kazan a John Steinbeck quien, entusiasmado, le asegura que conocía muy bien al caudillo y le interesaba escribir el guión, por lo que se conjuntó así algo más profundo y apenas consciente en ellos, los dos buscaban una forma de expresar lo que era ser de izquierdas y progresistas. Al final se erigió también en la primera película "autobiográfica" de este emigrante turco, porque en el momento en que la rodó estaba en la cúspide de su carrera como director. Kazan quería filmarla en México. Habló con Gabriel Figueroa según él, no para contratarlo, porque no le gustaban sus "efectos amanerados" sino por presidir el sindicato de técnicos. Le cayó bien pero rompieron. Cuando el fotógrafo leyó el guión ''declaró que no podía trabajar en esa película a menos que varias cosas fueran cambiadas. Peor, todavía iba a oponerse a que se rodara en México" si no se hacían, contó Kazan.
¡Viva Zapata! se filmó en Texas, sin Figueroa en la cámara -la manejó Joe Mac Donald- y con todos sus errores históricos. Dividida en tres actos: la revolución victoriosa, Zapata en el poder -lo hizo presidente de México- sin saber qué hacer con él, y finalmente, su abandono del puesto para ''volver a ser vulnerable". La cinta no gustó a casi nadie. Howard Hawks dijo que Kazan gestó ''un bandido repugnante, un papá Noel", mientras Samuel Fuller manifestó que de ''un idealista hizo un asesino". A los mexicanos también les disgustó, porque a Zapata no se le mostraba como un personaje claro; ''no lo era -señaló Kazan-, porque dudaba y no sabía lo que hacía, trataba de encontrar una nueva vía para él mismo". Sin resonancia entre el público, entre el disgusto de todos, la película fue para Kazan una extraordinaria experiencia que cambió muchas cosas en su vida y en sus películas, pues encontró un lenguaje formal que descubrió mediante las fotografías de Casasola que le ayudaron y hasta llego a imitarlas de una forma absolutamente precisa en ciertos casos. Para su protagonista, sin embargo, el recuerdo de interpretar un ''revolucionario mexicano", se reduce en sus memorias Brando sobre Brando-, a su fallida experiencia de enamorar a Jean Peters, entonces novia sumamente vigilada de Hawks, y a la mala vibra que le tiró Anthony Quinn, que hizo de su hermano -en un papel que le valió además un Oscar-, por un chisme que le contó Kazan y que tenía como fin, se reflejara en pantalla porque la relación de los hermanos Zapata era antagónica. Brando considera a ¡Viva Zapata! ''una película bastante buena", en la que su director cometió el ''error de no exigir que todo el reparto hablara con acento mexicano". ¡Viva Zapata! es artificiosa. Sin embargo, no existe en el cine histórico un análisis tan inteligente de la corrupción de un líder que ha tomado el poder, el proceso mismo de cómo surge un tirano, se pudre una revolución y se da al traste con todos los ideales. La película se sostiene por el personaje de Zapata, aunque el de Soto y Gama, consejero del caudillo, es totalmente caricaturesco. Olvidado por la literatura, Zapata aparece por doquier. La losa literaria del carrancismo pesa todavía sobre Emiliano Zapata. El personaje, se entiende, no sobre su persona o el proyecto de país que propuso.
El ciclo narrativo de la Revolución mexicana, tiene claros referentes a los protagonistas del movimiento. La filiación villista, resulta necesaria para entender Cartucho o Las manos de mamá, de Nellie Campobello; el maderismo se aprecia por principio de cuentas en Los de abajo; el orozquismo, con todo y la rara variante que es, está presente en Se llevaron el cañón para Bachimba, de Rafael F. Muñoz. Y el zapatismo, tan significativo para la vida política del México actual como olvidado por la literatura, aparece sin embargo donde menos se le espera, en La negra Angustias, de Francisco Rojas González, en la cual la protagonista encarna los valores que fueron bandera del general. Zapata, con todo lo personaje que es, no aparece tanto en la literatura como cabría esperar. Varias pueden ser las causas. Entre ellas, su muerte prematura ante la pervivencia de otros señalados sujetos de la historia o la actitud que lo diferencia radicalmente de Villa, Zapata no labró su propia estatua ni su leyenda ni se hizo rodear, salvo lo muy necesario, de personas que representaran su lado oscuro, como sí ocurrió en el binomio Villa-Fierro. El trabajo que hizo Germán List Arzubide respecto de la figura del sureño, Exaltación de Zapata y la pieza dramática Emiliano Zapata que se encuentra dentro del conjunto Teatro revolucionario mexicano, de Mauricio Magdaleno. Y antes de pasar a obras más cercanas en el tiempo, vale señalar la incursión de Jesús Sotelo Inclán, historiador y literato, en ese amplio ensayo con varias páginas de prosa de la mejor factura que lleva por nombre Raíz y razón de Zapata. O Los manifiestos en náhuatl de Emiliano Zapata, de Miguel León Portilla. John Steinbeck, el mismo de Las uvas de la ira, hizo su propio Zapata, que luego serviría de base para el guión cinematográfico de ¡Viva Zapata! Lo cual acerca, aunque las obras no guarden relación entre sí, al indispensable Zapata, de José Revueltas, una pieza literaria redonda si bien técnicamente él mismo la concibió y redactó como un guión de cine. Dos apariciones del general son insoslayables en el recuento, la que le genera Arqueles Vela, el estridentista mayor, en su obra La volanda, en la que puede apreciarse al personaje en una etapa ciertamente poco abordada, su juventud.
La segunda entrada en escena sucede ya en los días que corren, uno de los tres encargos de Belascoarán Shayne en Cosa fácil, el investigador creado por Paco Ignacio Taibo II, es justamente encontrar a Zapata. Y lo encuentra, vivo para más señas. Sólo quedan dos novelas por mencionar que están dedicadas al personaje. Una, la de Ramón Vladiosera, Zapata, 3000 años de lucha. La otra, Emiliano, de Alejandro Iñigo. En el rubro de la poesía, se cita un breve fragmento del Diurno en la muerte de Emiliano Zapata, de Roberto López Moreno, quizá lo más reciente hecho en nombre del general: ''Por ahora, el festín ríe y se agita y los asesinos se construyen diariamente, una bestial patria, de bestias revolcándose en estiércol. Por ahora el festín está de fiesta. Ahora es tu silencio, tu madre se enllaga de tu cuerpo, se tiende junto a ti, de semilla a impotencia desgarrada, Emiliano Zapata, tu madre te busca, solloza por el hijo tierra de su tierra, niño de su tierra. Tu madre te reclama, tiembla, brama su dolor profundo, y llega a tanto ese dolor amargo, que te inventa de nuevo en cada cuna, en cada surco alzado, en cada filo, cada vez que la posee el relámpago". Sin duda Zapata es el mejor personaje de los corridos de la Revolución. Generalmente de forma anónima, la voz del pueblo mexicano se caracteriza por recrear en tinta y música la vida y las hazañas de sus hijos predilectos. ''La bola revolucionaria", además de suprimir el viejo régimen porfirista, con el corrido inscribió en la posterioridad las figuras épicas y míticas de los caudillos que la comandaban. Al ser con Pancho Villa, el héroe más popular de aquella etapa de la historia nacional, la vida y la muerte del caudillo del sur alcanzaron gran dimensión entre ''los de abajo", quienes se dieron a la tarea de esparcirlas por todos los rincones del país en canciones, a veces interpretándolas con alegría, otras con llanto o rabia, pero siempre con veneración: ''Campanas de Villa Ayala, ¿por qué tocan tan dolientes?, Es que ya murió Zapata, Y era Zapata un valiente..."
*Texto cortesía de: www.elrincondelvago.com
Imagen: Antartz Agente Artehormiga
Emiliano Zapata y la Revolución POR EDGAR ROJANO
Nunca ha habido un hombre más íntimamente ligado a la historia de su pueblo que Emiliano Zapata. Jesús Sotelo Inclán.
Cierta ocasión don Gabriel Zapata lloraba desconsolado por la pérdida de las tierras del pueblo de Anenecuilco a manos de los “poderosos amos” de las haciendas azucareras; su pequeño hijo Emiliano, que presenciaba la escena, juró que cuando fuera grande habría de conseguir que les restituyeran sus tierras. No pasaría mucho tiempo para que cumpliera con su promesa. Emiliano Zapata nació el 8 de agosto de 1879 en el pueblo de Anenecuilco, de la Villa de Ayala; muy joven, a los treinta años, fue electo por sus vecinos como representante para la defensa de las tierras de su pueblo que, como otros muchos del estado de Morelos, luchaban contra la voracidad de las haciendas cañeras. Miliano, como le decían cariñosamente, pertenecía a una familia cuyas raíces podían rastrearse hasta los días de la lucha por la Independencia nacional. Personalmente había colaborado en la solución de los problemas de su comunidad y simpatizado con la oposición política en Morelos; tenía unas cuantas hectáreas que trabajaba por sí mismo. Gustaba de los caballos. La inglesa Rosa King, dueña del Hotel Buena Vista de Cuernavaca y que conoció personalmente a Zapata, recuerda que “era moreno, como suelen serlo los hombres de Cuautla, y bajo el bigote negro y espeso relucían los hermosos dientes blancos. Vestía el traje de charro de los rancheros, siempre pulcro…” Zapata pronto tuvo que actuar, a mediados de 1910 y ante la negativa de los dueños de la Hacienda del Hospital para permitir la siembra de temporal, decidió el reparto de tierras. Las reivindicaciones campesinas pronto coincidirían con el reclamo de “Sufragio Efectivo. No Reelección” enarbolado por Francisco I. Madero. Durante los días de feria en Villa de Ayala, en marzo de 1911, Pablo Torres Burgos, Rafael Merino y Emiliano Zapata se amotinaron; a partir de ese momento empezaron a sucederse los levantamientos en varias partes del estado. El acercamiento con el maderismo llenó de esperanza a los campesinos morelenses pues esperaban el cumplimiento del Plan de San Luis, en el sentido de que era de toda justicia restituir a sus antiguos dueños los terrenos de los que habían sido despojados de un modo tan arbitrario. Sólo que la promesa maderista nunca pudo cumplirse, lo que provocó el distanciamiento con Zapata y los suyos. Madero, el demócrata pasó a ser, a ojos de los zapatistas, un traidor a la Revolución. Para reivindicar los ideales, los revolucionarios de Morelos promulgaron el 25 de noviembre de 1911 el Plan de Ayala que sintetiza sus aspiraciones:
Como parte adicional del plan que invocamos, hacemos constar que los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques a la sombra de la justicia venal, entrarán en posesión de esos bienes inmuebles desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos, correspondientes a esas propiedades, de las cuales han sido despojados por la mala fe de nuestros opresores, manteniendo a todo trance con las armas en la mano la mencionada posesión, y los usurpadores que se consideren con derecho a ellos lo deducirán ante los tribunales especiales que se establezcan al triunfo de la Revolución. A partir de ese momento, el Plan de Ayala se convirtió en la bandera que los zapatistas empuñarían en contra de los sucesivos gobiernos revolucionarios. Esta defensa tenaz de los principios agrarios resultó incomprensible para muchos personajes de la época, no así para los campesinos quienes sentían un profundo apego a su tierra. El general Zapata se lo hizo saber a Francisco Villa durante su entrevista en Xochimilco, el 4 de diciembre de1914: “Le tienen mucho amor a la tierra. Todavía no lo creen cuando se les dice: Esta tierra es tuya. Creen que es un sueño. Pero luego que hayan visto que otros están sacando productos de estas tierras dirán ellos también: Voy a pedir mi tierra y voy a sembrar. Sobre todo ése es el amor que le tiene el pueblo a la tierra. Por lo regular toda la gente de eso se mantiene.” Durante la utopía zapatista en Morelos se decretó que los pueblos tienen derecho a elegir libremente a sus autoridades; se decretó la libertad municipal; se echaron a andar los ingenios azucareros para el beneficio colectivo; pero lo más importante: se buscó redimir a la raza indígena devolviéndole la tierra y con ello la libertad. En plena Revolución y bajo sus usos y costumbres, los zapatistas iniciaron el reparto de parcelas. La Revolución les empezaba a hacer justicia. Pero los tiempos eran difíciles para el zapatismo. En febrero de 1917 un Congreso Constituyente convocado por Venustiano Carranza promulgó la nueva Constitución de la República que contiene reformas agrarias. Por otro lado, los revolucionarios de Morelos se encontraban aislados y debilitados militarmente. En ese contexto, el general Emiliano Zapata recibió una petición de Jesús Guajardo, coronel que obraba bajo el mando del general carrancista Pablo González, para unirse a sus filas. Zapata aceptó y para sellar el pacto decidieron reunirse en la hacienda de Chinameca el 10 de abril de 1919. El relato de la traición es estremecedor: “El clarín tocó tres veces llamada de honor, al apagarse la última nota, al llegar el General en Jefe al dintel de la puerta… a quemarropa, sin dar tiempo para empuñar ni las pistolas, los soldados, que presentaban armas, descargaron dos veces sus fusiles y nuestro inolvidable General Zapata cayó para no levantarse más.” La noticia corrió como reguero de pólvora, y a pesar de que su cuerpo fue exhibido en el palacio municipal de Cuautla, la incredulidad –o más bien la negación a perder a un miembro de la familia- se apoderó de los zapatistas. Desde entonces, cuenta la leyenda, y hasta hoy en día, se sabe que Zapata no murió, que un compadre suyo se lo llevó a Arabia, donde todavía anda cabalgando, haciendo soñar a la historia.
Cambio de lema JANITZIO VILLAMAR
Desde su tumba, Zapata nos decía a los amigos que nos habíamos reunido a tomar una chela afuera del bar de don Gus: -¡Tierra y libertad, tierra y libertad!- y con gran insistencia que lo repetía. Y yo, que siempre he sido dado a ser contestón y atrevido, le contesté: -Pero, don Emi, ¿no ve que la tierra nos la han dado ya y luego nos dieron permiso para volver a venderla y entonces nos hablaron de la mucha y buena libertad que tuvimos para hacerlo y acabar con la inalienabilidad del ejido? Hoy en día ni tierra ni libertad, aunque puedan decirnos que las tuvimos y fuimos nosotros mismos quienes las perdimos. Zapata guardó silencio y luego, entre sonidos de tierra que resbala y corte de cartucho, gritó: ¡Hagamos de nuevo la Revolución! ¡Aquí tienen de nuevo a su caudillo de Sur! ¡Trabajo y educación, trabajo y educación!
¡Y...Viva, el General! ERIKA ZPERALTA
Nos comimos al general, esa fue la novedad de la noche, y anduvimos vomitando ideas que crecían como árboles en espiral con sus ramonas de atropellos y sus flores de injusticias. La tierra se volvió roja cuando la cocinera terminó de hornear el pan que trajo en carrera disparada por disfrutar del cuerpo que poco a poco comenzaba a enfriarse y a acarrear la primera mosca que visita la carne. El pan, se veía sabroso con la nuez moscada humeante, tan suave, que en el primer embiste se desmoronaba y caía ante nuestro estómago hambriento sin caer antes en la boca, nada más para eso lo trajo, para que se nos hiciera agua la saliva. Dentro del orificio dejado por una bala, comenzaron a salir hormigonas rojinegras devorando las migas que con dificultad podíamos disfrutar y emprendían el regreso a quien sabe dónde, no encontramos el fin por más que metimos el dedo y desgarramos la carne para encontrar la plaga. Nos comimos al general mestizo, hartos estábamos ya de andar peleando, sin embargo la memoria insistente. Nos lo comimos para que no quedara nada de él bajo la sal. Lo amábamos tanto que fue preferible gozar de su amor antes que, para siempre entre la tierra. Continuamos la lucha. Trajimos a nuestros perros para que devoraran los huesos, pero no hizo falta, muchos amanecimos chupando y desgastándonos los dientes con tal de conseguir el cometido. El Choto y yo nos repartimos el corazón, se lo sacamos en el camino de la hacienda a la mesa, nos afilamos los dientes, al principio me dio por vomitar discursos, que le encendían los ánimos como si quisiera de nuevo ir a la guerra, pero ya estaba viejo, nos estábamos muriendo. Insistía en comerse los ojos del hombre, tan llenos de sinceridad, mientras hacía esfuerzo por sacárselos llegó Cenobio, quién metió su mano inmunda dentro de la boca del general, sin ningún respeto, “la boca es la salida del alma”, lo persuadimos, pero ni tan siquiera nos puso atención o fingió como tantas veces su desobediencia. De tal manera que nos dejó estupefactos y se los comió para envidia del Choto, que se quedó mirándolo con recelo, después con el dedo asqueroso comenzó a jalar los sesos poco a poco, vimos sus grises pensamientos en las manos mugrientas del Cenobio, se los llevó a la boca y de un solo bocado deglutió nuestros sueños y nuestra hambre, ¡qué blasfemia!, se chupó los dedos mirándonos burlónamente, se limpió el resto en el gabán, y se fue a reposar al fondo del solar, sobre un montón de tierra, con su cara en la luna, si hubiera sido vieja me voy con él. Nos sobrevino la epidemia de justicia y comenzamos a vernos como seres humanos, nos pudimos ver cosechando memorias, estudiando futuro, construyendo hijos, mujer y porvenir, Gaspar el mudo pudo cantar al fin, nos comenzó a brotar el agua por el cielo, hizo torrentes, construimos una balsa en la cual colocamos parejas, dos ciegos, dos enamorados, dos decepcionados, dos mudos, dos rengos, dos tuertos, dos tristes, dos sordos, dos locos, dos de dos de cada mal, los hicimos a la corriente y se fueron de viaje por el alba, estábamos contentos, no había origen del mal, lo dijeron las hormigas antes, no había pobreza, no había injusticia, ahorcamos a los revoltosos, ya no tenían para qué seguir vivos.
Bailábamos a través de la risa y se nos escapaban perros por la lengua, podía sentir los pelos que escupían raíces perforando el suelo por dónde crecían aquellos árboles en espiral al viento, el monte y el agua eran la sed de mi garganta me acerqué brincando hasta el riachuelo, y ví mi rostro como se ve la primera estrella, caliente de amores, crecía un retoño entre las costillas, mis ojos brotaban fuego, la sangre me bullía, y ya mismo me daba coraje e impotencia el alboroto que la noche trajo, San Luís, San Luís, una noche en San Luís con una niña que conocí, que después se hizo mujer cuando volví a San Luís, no fue para mí…No fue para mí. Comenzó a llorar la oscuridad. Protestó la fiesta ¿Quién se ha quedado a Sufrir?, aquí no hay más que un pedazo de paraíso, arrímate para ver tu rostro. Nadie. No respondí, tenía miedo de seguir vivo, pero también de morir. El viento se escapaba por el cuerpo. El alma se me escapaba y yo, tenía miedo. Despertó Cenobio de su sueño. Dieron las horas a la muerte. Pasó por aquí un día, y volvió a dejarlo todo como antes. Dieron todas tus pertenencias. A cambio de dejar la balsa que olvidamos, dejó tu memoria. Te dieron la eternidad. Hamicellus, pez y garabato.
Aquí… ALEJANDRA ROSAS RIVERA
Acá estamos, dispuestos a seguir tu voz en el silencio, tus inmortales huellas a lo lejos, tus pasos marcados en esta tierra que todavía no es nuestra. Armados con toda indignación, cargando lagrimas escondidas, nombres anónimos, muertos incómodos, amores prohibidos, luchas eternas, acá estamos. Gritando tu orden, sembrando esperanzas, cantando al dolor que nos fortalece soñando tu mundo que florece, acá estamos. Acá , allá y aquí, estamos Zapata vigilando al tiempo, para partir a tu lado, listos para desgarrar nuestra garganta y decir: ¡ya basta!
EN EL DEBRAYE... La Poética del sujeto
Diario hablamos. Intercambiamos idiosincrasias y observaciones, demandas y seducciones, reclamos y aspiraciones, gruñidos y gemidos, pausas e interrupciones…Transferimos sentimientos y deseos en pequeñas y arborescentes capsulas volátiles: palabras. Signos asechados por otros signos y significados diferidos en un juego de historias y espejos. Y a veces para decir algo, callamos; el peso del silencio, el espacio que transporta en eclosión, puede en instancias instigarnos a compartir la incertidumbre o el asombro. La palabra generalmente se ve relegada a dos campos opuestos, pero mutuamente edificantes; es decir, o nos topamos con la concepción de que la palabra designa algo directamente, como en un contrato; o encontramos lo que algunos místicos plantean, que la palabra es un gesto vacío y pretensioso que enreda la experiencia de lo inmediato. Cuanta paranoia. Menos mal que hay poetas. En la poesía la palabra puede ser música, como los juegos fonosemánticos que un niño repite, absorto y expandido en lo que acontece; o bien puede ser martillo o una lengua cálida al lóbulo de la oreja; la palabra es lo que es y su fantasma, y la brecha entre estos; la palabra es la ruptura del tiempo por el afecto; la palabra se desnuda, se viste de geisha o de rayo de sol, y baila y muere y sonríe. En la poesía la palabra se devela extraña e íntima, intermitentemente y a la vez. No hay un sitio fuera de la narrativa para nosotros. No hay adonde correr a esconderse de la palabra. Si bien en la inmanencia el sujeto y el objeto pierden sus contornos y contrastes, dicha experiencia se verá narrada posteriormente. Si bien la experiencia como tal no será inscrita en ningún morfema, sí se buscará transmitir, comunicar a otro—se traducirá, por lo menos el método para provocar dicha experiencia.
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FAUSTO ALZÁTI FERNÁNDEZ
Ya sean las direcciones para llegar a dicha epifanía, o una lista de desviaciones en potencia que habría que procurar evitar. Nadie puede decirte a qué sabe la cajeta, pero sí te pueden decir dónde comprar una lata de ésta y dónde no. La poesía transmite experiencias no sólo en los juegos con los múltiples significados y connotaciones de la palabra (como un albur), la rítmica, métrica, arreglo visual, tono, etc. sino que hay una función directa que la poesía puede provocar por medio de estos recursos. Como los famosos Koan de la tradición del Zen, la poesía puede alterar las estructuras neuronales del lector/escucha a través de lo inesperado, lo inefable, la aporía. Rupturas y suturas paradigmáticas, rizomáticos retornos a lo inefable, confusiones y despertares latentes. Se modifica el registro de la experiencia misma, gracias al efecto que tiene lo inexplicable ante la lógica—la lógica misma debe ceder, así abriendo campo a toda otra gama de experiencias antes insospechadas.
El sujeto mismo puede ser poetizado. Durante el transcurso de un día suelo pensar compulsivamente, narrándome los eventos que suceden a mi alrededor, casi como si no estuvieron sucediendo. Agregando y encimando juicios y afectos y recuerdos y asociaciones y resentimientos a este cuento. A ratos esta tendencia se altera, florece o se cae y ocurre poesía. Habito más cerca de la inmanencia en esas interferencias. En otras ocasiones es la manera en que escucho la que cede ante el flujo poético; la verborrea sigue, pero la oigo con espacio, distinguiendo sus causas infinitas y la textura precisa de su desborde. Así los movimientos y desplazamientos del sujeto se vuelven poesía. La identidad misma se derrite develando la continua y brillante elusión de aquello que llamamos el sujeto: el deseo.
La historia que formula el presente como tal es una novela—la historia es siempre la ficción, los límites de lo concebible. El sujeto, está sujeto a su enunciación, a su tenaz causalidad. Al poetizarse el sujeto el enunciado cambia—nuestras relaciones se tornan más empáticas y jugosas, fractal y exponencialmente. El significado de la novela entera se ve en problemas, en duda. Así se articula lo indecible. Miles de formas de opresión son develadas y expuestas. Miríada de libertades cobran vida, y lo posible se ofrece con ética. Rescatemos la poesía de escondites y pedanterías. Habitémosla y llevémosla en la lengua y el escucha; en el trazo de los sentidos sobre las huellas de la experiencia; en la carne; abramos sus puertas para que la interpretación le bese el cuello y así suspiren revueltas. Caminemos junto a ella, hacia ella, en ella, por ella. Poetizemos la calle.
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Literatura y Crisis Mundial PABLO PANIAGUA
Hoy, sin lugar a dudas, en la literatura y en el sector editorial se ve el reflejo de la crisis mundial que estamos viviendo, y me refiero al vacío de pensamiento y de actitud que los domina. La mayoría de los escritores, en su connivencia, han perdido la capacidad de ejercer la crítica ante los males de este mundo, los problemas y el fracaso que enfrenta, y más parecen espectadores complacientes de una Humanidad que camina hacia la distopía. La industria editorial, en su generalidad, se ha basado en promover la literatura fácil, aquella que es una manifestación más de la banalidad ensalzada por la sociedad de consumo, para hacer un trasvase de la cultura del pensamiento hacia la cultura del entretenimiento. Ciertos editores ya no ven la literatura como una necesidad o bien cultural, sino como un negocio que sólo busca un beneficio rápido en detrimento de la calidad. Ya todo se vale para pisotear el arte, por medio de una simulación de algo que cada vez está más lejano de lo que se pretende. Hoy lo único que importa es vender, a costa de lo que sea, como si los libros fueran hamburguesas de McDonald´s. Eso es el éxito para ellos. Ahora que la Humanidad se hunde, los escritores, parece ser, han de escribir contenidos superficiales para hacerle el juego a la misma civilización fracasada que se sustenta en la avaricia y en la especulación, en el sometimiento de los más humildes. El vacío de pensamiento, la alienación, la democratización de la ignorancia, es lo que nos proponen, y transmitir a los lectores dicha vaguedad. El hombre ha de buscar lo rápido, lo fácil, la literatura poco exigente, para dejar de aspirar a superarse en su intelecto y estar predispuesto en aceptar cualquier manipulación. ¿Eso es estar de acorde a los tiempos? ¿Buscar y promover la mediocridad en la especie humana? ¿Valerse de ella? Los escritores, hoy más que nunca, han de rebelarse contra el autismo intelectual que promueve y nos propone una parte de la industria editorial, contra la banalidad de la sociedad de consumo y contra la alienación de un poder que nos conduce hacia el abismo. Hay que estar ciegos para no ver hacia dónde camina la Humanidad, permanecer con la boca cerrada y ser cómplice de todo un mecanismo que degrada al individuo. El poder del dinero es lo único que les importa, en un sistema económico mundial que se derrumba por efecto de su propia avaricia. La Humanidad camina hacia la distopía y los intelectuales, entre los que se cuentan los escritores, no dicen nada como si estuvieran fuera de su tiempo. Ésa es la verdadera derrota de la literatura. Con el hundimiento de las utopías y el consecuente triunfo del “liberalismo económico globalizador”, que ahora se desploma, y con la inestabilidad social y las guerras que se avizoran en el horizonte, ya sólo nos queda, en definitiva, esa última utopía de la Humanidad: la llegada de aquel Salvador proclamado por toda religión que traerá tiempos eternos de paz y de armonía.
De Rebuznos, de Alcaldes y de Crisis DANIEL DE CULLÁ La Europa toda por nada ha introducido los Congresos sin saber de que modo o que manera salir del rumor de la asinina crisis, siguiendo el Rebuzno del americano Capitolio y el Asnal Capitalismo, que si no me engaña la memoria es harto frágil, pero que, entendido tengo, en toda junta por hombres de negocios, banqueros, jefes de estado y magnates de cuello blanco celebrada, nunca suele faltar algún sujeto de quien digan los otros: “¡Qué Rebuzno nos acaba de dar el compañero!”. Y añaden suceder que el Rebuzno decide, que reinos, provincias y países deben al Rebuzno el gobierno, pues el pueblo llano en aquestos Rebuznos de los listos es muy tonto y en Rebuznos Asnales muy maestro. Con su pan se coman la crisis, pues al fin y a la postre todos Rebuznarán como Jumentos. Que los hombres y aun los dioses han Rebuznado y Rebuznan. ¡Es un hecho! Hoy, vivimos el siglo de ese ladrón Caco, ese Caco formidable, de insignes proezas y portentos, que dicen que como ninguno ha Rebuznado, y yo a pie juntillas lo creo, y a quien siguen ganado de tiaras y capelos, y Gobiernos, patentizando las bellas calidades, las honras y las glorias de los Asnos. Y aunque sepamos que es malo Rebuznar fuera de tiempo, el texto de Cervantes, que es mi guía, lo refiere. El texto dice: “que peroró Don Quijote a los que llevaban armas para combatir contra los del pueblo de los regidores Rebuznantes; y Sancho, queriendo echar su cuarto a espadas, se metió también a perorar, y entre otras cosas dijo: cuanto mas que es necedad correrse por solo un Rebuzno, que yo me acuerdo cuando muchacho que Rebuznaba cada y cuando se me antojaba, sin que nadie me fuese a la mano, y con tanta gracia y propiedad, que en Rebuznando yo Rebuznaban todos los Asnos del Pueblo”. Y luego el Barco del Aborto, envidiado de más de cuatro de los estirados de mi pueblo, que esta práctica es como la de asar castañas, y que tanto revuelo ha originado entre los Asnos y Jumentas de mi pueblo:
“Un barco de Holanda Por aguas internacionales Un aborto nos ha traído Transformando en pez El parto no querido De mujeres beneficiadas Por hipócritas, obscenos Maliciosos y embusteros” Doy por bien empleado el trabajo, pues que una nuez no es el nogal, y no en balde abortan nuestras mujeres, que no desean en su gran mayoría seguir siendo gobernadas en sus impulsos y sentimientos por los Asnos; y esto ocurre tanto en la calle como en Palacio. Haciendo oídos sordos a los devotos y devotas aferrados al Pater Noster, Salves, Credos y Misas y Rosarios que ya en su Infierno están sufriendo “Voto-a-Tal” con gusto respondiendo aferrados al saber que el cardenal Rucio está con ellos y la Ley de los godos, ley 1ª, título 3º del fuero juzgo: “Si alguno dier hervas á la moyer, porqu’ la faga abortar ó quel mate el fiyo, el que lo faz debe prender morte...” ¡Bribones¡ Ley por la que los sacerdotes se metieron a cometer acciones bien obscenas por casas y mesones, contribuyendo a la Victoria por sus Rebuznos. Y luego lo que dice acerca de la Ley Memoria Histórica el prior de un gran Convento, el padre Juan, que sigue “al Juez cancerbero de tres cabezas” como él dice, con poco anhelo porque al cabo “en valde Rebuznaron los nuestros” pues es verdad que aparecen los republicanos y los rojos, pero ya muertos; y que busca la ley de punto final para alcanzar el Nóbel de la Paz para su ojal y que no quiere que reaparezca la Verdad: que los canónigos causaron los incendios de las iglesias, que a muchos inocentes por un “cagüendios” aprendieron y a la muerte fueron como reos, los que no quedaron en las loberas, las cunetas o el paredón, y que a los niños “caro sexo”, como dicen los obscenos, atrajeron al sagrario con placer tan satisfecho.
Que la Iglesia retumba ya caída de su Burro como quiere ese alcalde andaluz de izquierdas poniéndole al rabo del Asno del rey alguna piedra, sin saber que los Asnos con el peso en el rabo no pueden Rebuznar a tiempo. Este es el gran combate, a quien más, de Rebuznos, Alcaldes, y la suerte de la Crisis del que el pueblo tan sólo conseguirá... chuparse el dedo. Y que nos la chupen... la sangre. Según una superstición muy extendida entre los pueblos en puntos delicados siempre, siempre se atiene a lo mejor el Vampiro, “ese muerto que sale de noche de La tumba y chupa silenciosamente la sangre de las personas que elige, entre las cuales tienen lugar preferente las que en vida suya fueron sus parientes y allegados, las cuales van poco a poco enflaqueciendo y consumiéndose hasta morir. Estas suelen a su vez convertirse después de su muerte en vampiros. Figurando la persona codiciosa que se enriquece a costa de otra” ( Diccionario Calleja, 1918)
Fotos: Cortesía de la banda que organizó.
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CRÓNICAS DE UN ENTE SIN OFICIO POR MANUEL NOCTIS
Jornadas Clarimondianas en Téjaro 4° Aniversario de Clarimonda El domingo 26 de octubre se llevó a cabo la primera parte de las Jornadas Clarimondianas, las cuales se estarán presentando para enmarcar los festejos por el 4° aniversario de esta revista. La cita fue en Téjaro, una población perteneciente al Municipio de Tarímbaro. La onda era presentar ahí el nuevo número y toda la cosa pero por distintas circunstancias no se pudo hacer. La principal razón: la pinche crisis financiera -porque aunque usted no lo crea estimado lector, a Clarimonda también le afecta ese rollo- y después la apatía y las circunstancias externas. En fin, desde el domingo temprano el Kikoy y yo -quienes conformamos al Colectivo Coatlicue- nos dimos a la tarea de recoger el material que utilizaríamos, como sillas, tablones, entablado, sonido, etc. Como al medio día hacia un buen de calor y el trabajo estaba medio pesado, el mejor de los remedios para tales circunstancias eran las chelas, pues le entramos desde tempra para ir agarrando chida la onda del festejo. A las 6 de la tarde, ya bien bañados y bien cambiados -jaja-, fue que armamos la instalación de sonido y escenario, el Bubba, Champi y el Darío hacían acto de presencia mientras conformábamos todo eso. Con ellos la chela comenzó a fluir en cantidades mayores, lo cual compensaba al nervio causado por la ausencia de los Matanzas Club y del Toalla con la amiga Noelia. Por un momento pensamos que ya no asistirían al evento, cosa que nos preocupaba porque no teníamos manera de comunicarnos con ellos –pinche crisis ni para una recarga de 30 varos nos dejó, aunque se preguntarán que y entonces cómo le hacíamos para comprar las chelas, ah, pues eso es otra onda que ya luego les platicaré- hasta que alguno de los camaradas nos hizo el favor de prestarnos su cel, fue así como confirmamos la presencia de ambas bandas.
El chiste es que el evento inició un poco después de las 8 de la noche, yo mero como director de la reva me aventé un choro de introducción donde mencionaba o, más bien, hacia referencia en torno a la conceptualización de la Cultura y del reto que implica el generar cultura en lugares donde la mayoría de la gente no está conciente de su entorno, en fin, cosas particulares entre la población e individuo. La cosa aquí fue que después de dar inicio comenzaron a suceder cosas extrañas a la par de la euforia del festejo, lo primero, había unos chavos vendiendo discos de banda, grupera y esas madres, entonces nos acercamos amablemente para pedirles que nos hicieran el favor de bajarle un poco para que nuestro sonido se escuchara mejor, el diálogo fue más o menos así: Kikoy: Oye carnal, no le puedes bajar poquito, porfa. Chavo de los discos: Y porqué no le bajan mejor ustedes. Les voy a traer al jefe para que se arreglen con el. Kikoy: Ah, pues si nosotros ya tenemos permiso con él, hasta del ayuntamiento. Chavo de los discos: No, no, no, ustedes bájenle. Jajajaja chale! Que no escuchaste el discurso? Me preguntaba yo. Cómo es posible, que no entendió el mensaje? Pero bueno, creo que después de que el Jefe de Tenencia se acercó a hablar con él fue que le bajo un poco a su desmadre. Para esto el Bubba MC –quién ha sido una constante en los eventos Clarimonda-Coatlicue- ya daba muestra de su trabajo editado y del más reciente, del agrado de varios chavos del pueblo que ya lo tienen bien identificado.
Al término un morro “cabezahueca” se le acercó para retarlo a que se dieran un tiro, así nada más porque sí –Dónde andaban Thiuimes?- terco el pinche muchacho, lo chido es que no pasó a mayores porque el único afán de este incauto solo era el sentido protagonista ante el público que siempre le reprochó su conducta. El turno pasó para Noelia Ventura, una cantautora muy talentosa, acompañada de dos grandes músicos, uno de ellos el Carlos Rojas. Ella dio muestra de su trabajo personal, lo que causó una grata sensación dentro del público asistente – cosa que de repente es difícil de lograr cuando tu trabajo no es bien conocido-. Bien buena onda los chavos, los cuales también están pasando a ser una constante en Clarimonda. Después se presentó Dario MC, otro camarada de Letras que ya veníamos contemplando para una presentación con nosotros. Él presentó también parte de su trabajo personal, también del agrado de muchos chavos que encontraron conexión con sus letras. El cierre final lo puso Matanzas Club al ritmo de salsa, cumbia y son cubano, la gente que se quedó aun con que ya era tarde y al día siguiente había que trabajar, disfrutó plácidamente de la música que los puso a bailar un rato, la verdad que una buena banda que por vez primera encausó a la gente del pueblo a la diversión, el goce y la satisfacción de encontrarse con algo distinto a lo que comúnmente se tiene. Ya cuando nos encontrábamos recogiendo todo, hizo acto de presencia uno de los grandes personajes del pueblo, un vato que le apodan “La Macheta” –jajajaja- Chale! Mejor final no hubiésemos podido tener, y es que el chavo es todo un personaje y se aventó un performance que a todos nos tenía atentos, y pues ya sabrán, con alcohol encima y medio tocado del cerebro pues se aventó su show. El after se dio en mi casa, la banda chida que se quedó asistió y ahí pudimos contemplar más serenos la onda del festejo, la convivencia fue más directa y la charla más general. Las chelas más frías y el cansancio cada vez más constante.
Bubba MC
Noelia Ventura y su banda
Dario MC
Matanzas Club
A todos los que pudieron disfrutar de este evento les agradecemos infinitamente por su apoyo, aún a pesar de que al día siguiente tenían que trabajar. Agradecemos también a los camaradas que nos hicieron el paro de armar todo esto, al Richard, la Marrana, el Gera, el Brujo y el Moi, quienes sin su ayuda esto no se hubiera logrado con tanto éxito como se dio. Agradecemos también al Jefe de Tenencia por su disposición y apoyo.
Jornadas Clarimondianas en Morelia 4° Aniversario de Clarimonda El preámbulo del gran festejo Después de varios días o meses de incertidumbre porque el evento de aniversario no se daba, de que esperábamos un recurso económico para sacarlo adelante, después de un arduo trabajo de creación de las revistas de aniversario y las playeras que se hicieron gracias a la colaboración de Lupyta Tafoya; el festejo, la fiesta y el baile de aniversario salieron a flote el pasado sábado 22 de noviembre (cuando se tenía que haber festejado en septiembre). La historia comienza mucho antes, que ya teníamos apartado lugar y fecha para el festejo en septiembre, todo estaba bajo control, pero después entre comentarios y disparates del dueño del local, que prácticamente me quería chamaquear (como si no supiera de que se trata la producción de un evento) y la invitación que recibiéramos de los buenos carnales de la reva VersodestierrO del defe, para asistir al Encuentro de Poesía en el Faro de Oriente, decidimos cancelar esa fecha y posponerla. El mal pedo es que por una u otra razón no se concretaba otra fecha y los recursos económicos no los teníamos a la mano. A final de cuentas se logró concretar la fecha del 22 de noviembre (casi dos meses después) y es que no podíamos dejar que terminara el año sin festejar los 4 años de vida de Clarimonda, aunque por un momento pensamos en desistir de la idea, pero fue el mismo público y amigos quienes nos insistían en ello. La cosa es que teníamos que armar todo para el festejo, lo primero fue con la creación de las portadas, las cuales están impresas con serigrafía, fue un desmadre hacerlas, desde que regular el modo de la tinta, la presión para imprimir, el tiempo encima y más detallitos que se pudieron solucionar. La otra fue que nuevamente la señorita de las fotocopias me sacó un mal trabajo, yo estaba que me cargaba la chingada, pero igual se pudo solucionar, y de la mejor manera ja.
Para armar las playeras también fue un pedo, en primera porque el Wence quien sabe en que peda andaba y el Alex y yo nos lanzamos a Téjaro a la fiesta del 20, al día siguiente armaríamos las playeras ‘temprano’, y pues todos crudos, sin haber dormido mucho llegamos tarde al local, pero gracias a la participación activa del carnal Bubba, el asunto se llevo de mejor manera. Ese viernes teníamos que dejar todo listo para el día siguiente, lo último sería engrapar el contenido de la revista para después pegarlo con las portadas, parecía fácil pero nunca pensamos en las complicaciones que se presentaron después. El caso es que con Alex quedamos de armar todo eso en la tarde-noche, pero antes le propuse que nos echáramos una chelilla pa’ calentar motores y trabajar mejor, nuestro destino fue el Mukai, que una chela, dos chelas, tres chelas, y que llega el Primo y que una caguama y dos caguamas, que ya son las 12, que otra más con el Chinito y los compas del Chac Mool, pues va, otras dos caguamas, que ya es la una y llega el Bubba con una propuesta, aguantarlo hasta la una treinta que salía de trabajar y el nos ayudaría con el trabajo, y simón lo esperamos con esa condición y aparte con la otra de que nos invitara la cena jaja. Ya instalados en el depa del Alex, mientras el Bubba cocinaba, nosotros doblábamos las portadas a la mitad, cuando ya terminamos de cenar, la idea era que Bubba y Alex engraparan los contenidos mientras yo los iba pegando a las portadas, pero oh! Sorpresa –ja- las engrapadoras no funcionaban si no se le proporcionaba un grado máximo de fuerza, entonces había que pegarle con gran fuerza, pinche desmadre que se armó porque el trabajo pensado se tornaba doble, lo inédito fue cuando en un momento de voluntariado el Alex le quiso hacer paro al Bubba, lo que no se esperaba este, era que su acción no sería más que un acto de burla y de risa ante la forma de pretender engrapar las hojas jajajajaja, cagadísimo. El trabajo lo terminamos hasta las cinco treinta de la madrugada.
El momento de la fiesta El programa que teníamos pensado para el evento se tuvo que modificar en ese momento por distintas circunstancias. El inicio se dio con la participación del grupo de danza contemporánea ‘Las Ninfas’ del IMCED, con una coreografía titulada Black&With, una propuesta diferente que remarcó las propuestas posteriores. Esta presentación se dio gracias a la colaboración de nuestra amiga Pati Rasta. Le continuó una charla sobre la literatura de la costa y su entorno, impartida por nuestro gran amigo Jesús Baldovinos, uno de los grandes promotores de Clarimonda a nivel general. En esta charla se proporcionó información sobre el acontecer literario principalmente en la ciudad de Lázaro Cárdenas, las publicaciones, los escritores y como ha sido su desarrollo, complementando brevemente con unas lecturas de sus exponentes. Después de esto se dejó un momento de música mientras se preparaba la primer banda de la noche, durante este intermedio se leyó un poema del amigo Bocafloja, y se dio paso para que la banda 12:59 proveniente desde Erongarícuaro, hiciera su debut en la ciudad de Morelia. Una muy buena banda de rock progresivo que dio muestra de su trabajo constante, bajo una experimentación concreta, llena de armonías y contrastes resonantes. Después de un momento de música se presentó brevemente el ejemplar que enmarcaba a estos festejos, la edición número 20 de aniversario. Se platicó del proceso de armado de la revista, todo el anecdotario que antecedió a su creación, se regalaron ejemplares y playeras al público presente. En la parte musical le continuó Carpe Diem, un proyecto por demás interesante que fusiona las bases del hip hop con algo de jazz y progre, aterrizando en la secuela de sus letras. Una propuesta que esta para rato y que propone cosas distintas a lo que comúnmente vemos en la ciudad. Después vino el Bubba MC, un coequipero de Clarimonda, que mostró su propuesta y que en un momento se acompaño de otro músico presente, cosa que siempre se agradece. Cerrando la parte hiphopera vino el buen Darío MC, carnal de la escuela de Letras también, a quién le agradecemos su participación constante desde que nos conocimos. Este es otro de los que hay que seguirle la pista e invitarlo más a los tokines.
A continuación vendría una sorpresa que nos tenían preparada, bueno, más bien, que le tenían preparada a Clarimonda. El Wence y Yuritsi Cuevas armaron una lectura-performance que cautivó al público asistente, se trataba de una lectura a dos voces entre él y el Christian, con un rito performance de la Yuri, cuestión media eroticonacabaretera que la verdad a mí mismo me sorprendió porque no imaginé que se trataría de algo así, aunque bueno, conozco y reconozco el trabajo creativo de Yuri y de ella se puede esperar hasta lo impensable. La propuesta fue muy original, con un sentido general que al público le insertó en lo que en ese momento se proyectaba, buena combinación entre un buen poeta y una buena bailarina. El tokin para cerrar el evento se inició con los carnalazos de la banda Audio Rootstika, que dieron muestra de su gran trabajo musical que poco a poco se ha metido en su ámbito. Una banda interesantísima que propone algo distinto, y que sabe manejarse en el escenario, el único pedo aquí fue que el sonido se quedó sin voces y todo su set se lo aventaron instrumental (una disculpota pa’ la banda) pero aun así al público le gusto y bailo al ritmo de su reggae-dub. Después vino la banda Kaotikos Punks, del carnal Pazuzu. Una propuesta de punk core enraizado en la protesta política y social, en ese momento también se sufrió un poco con el sonido pero se pudo solucionar. El mal pedo en esos momentos era que los dueños del bar nos pidieron que termináramos el evento a la una, cuando faltaban veinte minutos y aún faltaban los de la banda Macehual, quienes eran los estelares de la noche, entonces comenzó a correr el nerviosismo y la incertidumbre entre cada uno de nosotros los del staff, porque se nos haría bien culero que no le hubiéramos permitido que tocaran cuando ellos habían colaborado en mucho para llevar a cabo el evento, fue entonces que se pudo platicar con los dueños y accedieron a un tiempo más, así los Macehual subieron al escenario para poner a bailar y brincar a mucha de la gente que nos aguanto el pedo. Nuevamente contamos con una muy buena banda para cerrar este evento, los cuatro años de Clarimonda se festejaron al ritmo del dance hall Macehualiano, quienes prendieron la fiesta con su buena música hasta que de plano los dueños nos hicieron terminar.
Las Ninfas
Jesús Baldovinos
12:59 de Eronga
El Tláloc y Bubba MC
*Agradecemos infinitamente a los carnales el Peison, el Cucho, el Playa, el Negro, el Ikar, el Ronson de la banda Macehual por toda su disponibilidad para con nosotros y el evento, gracias a su paciencia se fundamentó el tokin. Agradecer también a los 12:59 y toda la Tribu de Eronga que se hizo presente, el Toto, Cardiela, Ramón, Theo y como siempre a la grande abuela Thiuime. Agradecemos por supuesto a los compas de Carpe Diem, el Yack, al Dario MC, a la Yuri y el Wence, a las Ninfas del Imced, a don Jesús Baldovinos, a los carnales del Chac Mool por su apoyo en presencia del Primo y ausencia del Chinito por otros asuntos de trabajo. Como siempre a los carnalazos de Audio Rootstika, el buen Queño, el Cesar, Ángel. Al Pazuzu y toda su banda de los Kaotikos Punks, a los dueños del bar el Refugio del Juglar, al Comandante Thiuime el Jarco Amézcua que anduvo con su camarita echando el film pal docu Clarimonda, a toda la banda que se hizo presente en este evento y que bailó, gozó, disfrutó y bebió junto con nosotros y con la Clarimonda. Agradezco también y de a toda madre al Alex, al Kikoy, a Lupyta y al Bubba por toda su disposición y apoyo en general para sacar esto adelante. En hora buena carnales… viva Clarimonda!!!
Dario MC
La guerrilla ya comenzó…
Audio Rootstika
Macehual
VOCES DESDE LA CALLE Imรกgenes: Sociedad Stencil
Lo demรกs... son horas extras. www.revista-clarimonda.blogspot.com - www.myspace.com/revistaclarimonda revista_clarimonda@hotmail.com