Energia Positiva Año 2, #11 DICIEMBRE 2018

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Iván Kerr: “Estamos construyendo los estándares para la certificación sustentable de la vivienda”

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Energía Posit va #11 AÑO 2, DICIEMBRE 2018

CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE, IMPRESCINDIBLE PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

La rápida urbanización genera demanda de energía y emisiones, y ejerce presión sobre los suministros de agua, contamina el hábitat y afecta la calidad de vida. La planificación urbana y la construcción de viviendas sustentables y resilientes, en cambio, contribuyen a la mitigación y la adaptación al cambio climático, y son una solución a la creciente crisis habitacional de los países en desarrollo

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Impuesto al carbono: ¿qué es y cómo se implementará en la Argentina?


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SUMARIO

NOTA DE TAPA

CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE, IMPRESCINDIBLE PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO. La planificación urbana y la construcción de viviendas sustentables y resilientes no solo contribuyen a la adaptación, sino que son una solución a la creciente crisis habitacional de los países en desarrollo. Por Consuelo Bilbao PÁG. 7

EDITORIAL

ACTUALIDAD

CAMBIO CLIMÁTICO: HAY QUE COMUNICAR MEJOR

PÁG. 4

OPINIÓN

EFICIENCIA ENERGÉTICA Y ENERGÍAS RENOVABLES Por Andrea Heins PÁG. 5 NEGOCIOS CON PROPÓSITO: LA NUEVA LÓGICA EMPRESARIAL Por Andrea Méndez Brandam PÁG. 6

IMPUESTO AL CARBONO: ¿QUÉ ES Y CÓMO SE IMPLEMENTARÁ EN LA ARGENTINA? Por Daniela Gomel PÁG. 14

INFORME INTERNACIONAL

G-20: LAS RENOVABLES OFRECEN LA MEJOR OPORTUNIDAD PARA ALCANZAR OBJETIVOS CLIMÁTICOS PÁG. 17

ACTUALIDAD

EL ROL DE LOS BIOCOMBUSTIBLES EN LA MOVILIDAD SOSTENIBLE Por Paula Lértora PÁG. 18

EDUCACIÓN

LA ALIANZA DE LA UNIVERSIDAD CON LA EMPRESA GARANTIZA UNA SÓLIDA FORMACIÓN Por Patricia Melgarejo PÁG. 20

URBANIZACIÓN

IVÁN KERR: “ESTAMOS CONSTRUYENDO LOS ESTÁNDARES PARA LA CERTIFICACIÓN SUSTENTABLE DE LA VIVIENDA” Por Consuelo Bilbao PÁG. 11

STAFF. DIRECTORAS: Andrea Méndez Brandam y María Eugenia Testa. EDITORA GENERAL: Graciela Melgarejo. DISEÑO: Juan Miguel Armada Posse. COLABORAN EN ESTE NÚMERO: Consuelo Bilbao, Patricia Melgarejo, Daniela Gomel, Paula Lértora, Juan Carlos Villalonga y Andrea Heins. GESTIÓN COMERCIAL: Marcela Merino, revista@energiapositiva.news Energía Positiva es una publicación de NOTICIAS POSITIVAS y Línea Verde Consultores. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

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EDITORIAL

CAMBIO CLIMÁTICO: HAY QUE COMUNICAR MEJOR

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la luz de los últimos acontecimientos internacionales –léase la reunión del G-20 en la ciudad de Buenos Aires y su resolución final, con la lamentable ausencia de EE. UU. a la hora de pronunciarse sobre el Acuerdo de París, y las manifestaciones de los “chalecos amarillos” en París, casi contemporáneos–, dan ganas de preguntarse qué se ha comunicado tan mal que el cambio climático y sus evidentes consecuencias, lo mismo que sus posibilidades de mitigación, no son aceptados urbi et orbi. Es cierto que es más fácil cambiar la economía de los pueblos que su alma, pero en este caso tan preciso se trata, evidentemente, de temas económicos mal explicados y malentendidos. Ni los manifestantes franceses quieren perder su calidad de vida y pagar precios que consideran exorbitantes por combustibles cuyo impacto mayormente desconocen, ni los estadounidenses que votaron y apoyaron, y siguen apoyando, a Donald Trump están interesados en poner en riesgo sus puestos de trabajo, a partir de la necesaria reconversión de la estructura económica de las energías fósiles hacia las renovables. Las transformaciones sociales nunca se llevan adelante sin bruscos retrocesos. Este año, en que se cumplen 70 de la Declaración de los Derechos Humanos, muchos historiadores recordaron que

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hubo cuatro países que en 1948 se abstuvieron de firmar, y uno de ellos fue Rusia, a pesar de haber sufrido en carne propia las trágicas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, frente a las ausencias o a las reacciones desmesuradas –que encubren, por supuesto, problemas económicos, políticos y sociales muy locales–, la posición del resto de los firmantes del Acuerdo de París debe ser seguir haciendo docencia en todos los niveles. Teniendo estos antecedentes, planificar una transición justa, que no implique esfuerzos desiguales es un imperativo. Reuniones internacionales como la del G-20 en Buenos Aires, o la más reciente de Katowice, en Polonia, deben comunicar sus resultados de manera que lleguen a la mayor cantidad de ciudadanos en el mundo entero. No hay que presuponer nada, porque la ignorancia, en particular sobre estos temas, es la más grande enemiga de las soluciones que ya se está en condiciones de aplicar. Esta verdadera misión les corresponde a todos los que están informados sobre los peligros del cambio climático y de cómo mitigar sus consecuencias. Y, en particular, es un papel que los medios de comunicación debemos asumir como parte de la responsabilidad que nos cabe en el ejercicio de la profesión l


OPINIÓN

EFICIENCIA ENERGÉTICA Y ENERGÍAS RENOVABLES

Por Andrea Heins * @andreaheins

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ace un poco más de dos años, terminaba de dar una charla sobre la necesidad de incorporar medidas de eficiencia energética y alguien me preguntó, con más tono de afirmación que de pregunta, si “esto era lo que había que hacer mientras se desarrollaban las energías renovables”. El concepto de que la eficiencia energética es algo temporal hasta que se desarrollan otras fuentes como las renovables o incluso el gas natural, en el caso de Vaca Muerta, es mucho más común de lo que uno cree y algo –equivocadamente– obvio para muchos. Pero, entonces, ¿cuál sería el incentivo real para desarrollar la eficiencia energética cuando tenemos recursos renovables abundantes, una ley que genera obligaciones con fuertes incentivo, y un programa RenovAr exitoso? La respuesta también puede resultar obvia para otros: “La eficiencia energética va primero”. ¿Qué significa esto? Significa que primero debemos optimizar los consumos de energía y luego las fuentes de suministro. Eficiencia energética es requerir menos energía para producir los mismos bienes y servicios, manteniendo nuestra calidad de vida. Si somos capaces de reducir el consumo de energía y obtener los mismos resultados, luego podemos enfocarnos en las fuentes. A nivel país: si profundizamos las medidas de eficiencia energética a la vez que desarrollamos las energías reno-

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vables, vamos a necesitar menos infraestructura para cumplir con el objetivo del 20 por ciento para 2025, y podríamos acelerar ese cumplimiento. A nivel individual, por ejemplo, un usuario residencial que se decida por la instalación de energía solar fotovoltaica necesitará una menor inversión en paneles si antes realiza una adecuación de sus consumos mejorando la aislación de la envolvente, las aberturas y los principales equipos de consumo de electricidad. La inversión en eficiencia será más costo-efectiva. ¿Esto significa que si instalé paneles sin hacer antes eficiencia ya perdí la oportunidad? Claramente no, porque a partir de la reglamentación de la Ley de Generación Distribuida, podría implementar las medidas de eficiencia, reducir el consumo propio e inyectar los excedentes a la red. Con esto quiero mostrar que siempre hay un beneficio si trabajamos en eficiencia y renovables como un conjunto. En la Argentina no solo hay un gran espacio para desarrollar ambos temas, sino que es absolutamente necesario abordarlos como un todo, para potenciar los beneficios de ambos y poder alcanzar los compromisos asumidos en el Acuerdo de París. La eficiencia energética es, a diferencia de las energías renovables, invisible, lo que la hace más difícil de implementar y valorar, y está atomizada en todos los sectores de consumo, generando múltiples oportunidades, pero también requiriendo numerosos esfuerzos para capturarla. Información, generación de capacidades técnicas, normativa y financiamiento son los pilares clave para que realmente el tema se instale en todos los ámbitos, siendo necesario el involucramiento de todos los gobiernos –nacional, provincial y municipal–, el sector privado y la sociedad toda. En definitiva, tenemos una gran oportunidad y es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros aprovecharla l * Consultora en eficiencia energética y desarrollo sostenible; exsubsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética de la Nación


OPINIÓN

NEGOCIOS CON PROPÓSITO: LA NUEVA LÓGICA EMPRESARIAL

propósito empresarial. Desde ese lugar, el lucro es importante pero no va solo, sino acompañado del impacto social y ambiental, que busca crear un espacio para las transiciones y dar la bienvenida a las oportunidades. A mediados de noviembre pasado, se realizó la tercera edición del Encuentro B en Chile (las anteriores fueron en Colombia y Brasil). Este encuentro nucleó a 1000 personas en la Patagonia chilena, que representaron a las casi 3000 empresas que, en todo el planeta, se comprometen con las nuevas economías apostando a los negocios con propósito. Desde compañías gigantes, como Natura, o líneas de negocio de Unilever o Danone, hasta pymes, ya están innovando en más de 60 industrias.

Por Andrea Méndez Brandam @amendezb

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a transición energética que necesitamos a nivel global genera resistencias. El factor “expectativa de resultado” es alto y se basa, generalmente, en la lógica tradicional de mercado de maximización del rinde de las inversiones: invierto en renovables, entonces quiero capitalizar la inversión lo antes posible. Pero, si a la hora de asumir el compromiso de largo plazo de iniciar el camino de la transición, esta es la única variable que se mide, se tardará más tiempo en tomar decisiones que no pueden esperar.

El crecimiento de esta nueva lógica de mercado es tan exponencial como necesaria, y logró el aval del presidente de la República de Chile, Sebastián Piñera, quien abrió el encuentro destacando la importancia de este movimiento en su país y en el mundo. Hay una economía global basada en la interdependencia, que utiliza los negocios como una fuerza para el bien, con empresarios convencidos de que deben ser el cambio que quieren; que todos los negocios deben llevarse a cabo como si las personas y el lugar importaran; que, a través de sus productos, prácticas y ganancias, las empresas deben aspirar a no hacer daño y beneficiar a todos, porque dependemos unos de otros y, por lo tanto, somos responsables entre nosotros y para las generaciones futuras.

Esto quedó clarísimo, por ejemplo, cuando no se aprobó en la #COP24 el informe del IPCC que solicitaba la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, para lograr hacia el final de este siglo que el aumento de la temperatura del planeta no llegue a más de 1,5 grados centígrados. Cinco países –EE. UU., Rusia, Arabia Saudita y Kuwait– priorizaron sus negocios. Las consecuencias son que seguirá pasando el tiempo sin que la política internacional adopte finalmente la verdad como estrategia.

En 2017, la Argentina fue el segundo país en el que más crecieron las inversiones en energías renovables, con un aumento cercano al 800%, solo por detrás de los Emiratos Árabes Unidos, lo que demuestra que el país ha iniciado una carrera acelerada en busca de la transición energética. Una ecuación en la que todos ganen no solo es posible, sino necesaria, urgente y rentable l

Pero hay otra realidad, la de los que creen en una lógica de mercado en la que el bien común está por encima de todo y en la cual lo que prima es el

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NOTA DE TAPA VIVIENDAS Y CIUDADES

CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE,

IMPRESCINDIBLE PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO La rápida urbanización genera demanda de energía y emisiones, y ejerce presión sobre los suministros de agua, contamina el hábitat y afecta la calidad de vida. La planificación urbana y la construcción de viviendas sustentables y resilientes, en cambio, contribuyen a la mitigación y la adaptación al cambio climático, y son una solución a la creciente crisis habitacional de los países en desarrollo Por Consuelo Bilbao @Cebilba

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n las últimas décadas el mundo ha sufrido un crecimiento del espacio urbano sin precedentes. La mitad de la población mundial (3500 millones de personas) vive actualmente en ciudades y se prevé que para 2050 lo haga más del 70 por ciento de la población. De acuerdo con la Global Alliance for Buildings and Construction (GABC), el sector de la construcción y los edificios representan casi el 40% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía y el 36% del uso final de energía en todo el mundo. El Global Status Report 2017 de GABC señala que en los próximos 20 años se construirá más de la mitad de la edificación prevista para 2060. Se espera que dos tercios de estas nuevas edificaciones se realicen en países

que no cuentan con códigos obligatorios sobre energía para construcción. El Reporte indica que la intensidad energética del sector de los edificios (viviendas y servicios) está mejorando a una tasa promedio anual de 1,5%, pero el metro construido continúa creciendo a un 2,3% por año, compensando las mejoras realizadas en intensidad energética. Si esta tendencia continúa en las próximas décadas, será cada vez más difícil no sobrepasar la meta de los 2°C como límite del aumento de la temperatura promedio del planeta, establecida en el Acuerdo de París. La construcción necesita mejorar un 30% la intensidad energética para 2030, para cumplir los objetivos del AP, esto significa duplicar el rendimiento energético actual de los edificios, a un ritmo del 2% anual

hasta 2030. Alcanzar estas mejoras en los edificios requiere que el estándar de construcción global en la próxima década sea el de edificios con cero emisiones y con demanda de energía casi nula. El informe también apunta a la necesidad de elaborar códigos de energía y certificación de los edificios –incluidos los programas de certificación, etiquetado e incentivos en todos los países– y propone tecnologías eficientes en el consumo de energía, pero asequibles, dado que la adopción debe ser a gran escala. La rápida urbanización no solo genera demanda de energía y emisiones, también ejerce presión sobre los


NOTA DE TAPA suministros de agua, contamina el hábitat y afecta la salud y calidad de vida de la población. La planificación urbana y la construcción de viviendas sustentables y resilientes puede ser una solución a los desafíos actuales en diferentes sentidos, como la mitigación y la adaptación al cambio climático y a su vez a la creciente crisis habitacional de los países en desarrollo. El sector residencial consume un cuarto de la energía total a escala mundial, proporción que se mantuvo estable durante los últimos 35 años, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA). La intervención de los gobiernos en lo que refiere a los costos puede reducir de forma considerable ese consumo, entre un 30% y un 80%, aumentando la seguridad energética y mejorando el bienestar de sus ocupantes. Frecuentemente se vinculan los conceptos de sostenibilidad en la construcción a edificios costosos y de alto nivel. Sin embargo, la vivienda sostenible es aquella que es asequible y resalta la dimensión social de la construcción verde, orientada al ahorro de agua y de energía, el confort y la seguridad.

“Entre las acciones que estamos desarrollando desde la Secretaría en materia de eficiencia energética, está la mayor aislación en viviendas, con especial foco en las regiones bioclimáticas del país, para reducir el consumo energético de las familias destinado al acondicionamiento de la vivienda. Además, se deberán incorporar artefactos que reduzcan el consumo de agua y toda la iluminación pública de nuestros proyectos deberá ser LED”, señala el secretario de Vivienda de la Nación, Iván Kerr. Los usos finales de energía en el sector residencial se pueden clasificar en seis categorías principales: calefacción, enfriamiento, calentamiento de agua, cocción, iluminación y electrodomésticos. Las proporciones de la demanda energética de estas EL ESTÁNDAR DE CONSTRUCCIÓN GLOBAL EN LA PRÓXIMA DÉCADA DEBERÁ SER EL DE EDIFICIOS CON CERO EMISIONES Y CON DEMANDA DE ENERGÍA CASI NULA

En América Latina, los edificios consumen el 21% del agua tratada y el 42% de la electricidad, generando el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En la Argentina, de acuerdo con el Informe Trimestral de Coyuntura Energética Cuarto trimestre 2017 de la Dirección Nacional de Información Energética del entonces Ministerio de Minería y Energía de la Nación, la demanda eléctrica del sector residencial representó un 40,6% del total del consumo durante 2017.

clasificaciones dependen de las realidades, preferencias y condiciones climáticas de cada país.

En nuestro país, avanza una estrategia nacional de vivienda sustentable con especial foco en la eficiencia energética, el diseño bioclimático y la incorporación de energías renovables, componente que impactará directamente en el ahorro económico de las familias.

En la Argentina, de acuerdo con los datos de la Subsecretaria de Eficiencia Energética, la calefacción representa el 35%, el agua caliente sanitario el 14%, heladera 13%, otros 11%, piloto 9%, cocción 8%, refrigeración 6% e iluminación 3%.

En algunos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la calefacción representa aproximadamente la mitad del consumo residencial (55%), seguida por el agua caliente (17%), los electrodomésticos (15%), enfriamiento (5%), iluminación (4%) y cocción (4%).

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En este sentido, Kerr señala que: “Estamos construyendo los estándares para la certificación sustentable de la vivienda. Queremos que sea la Secretaría la que valide la eficiencia energética”. Se está trabajando con la Secretaría de Energía para lograr el etiquetado energético en viviendas ubicadas en las provincias de Mendoza, Tucumán y Santa Fe, que permitan conocer el comportamiento energético de los hogares. Además, a partir de agosto de 2018, todos los proyectos con intervención de la Secretaría de la Vivienda de la Nación deben incorporar sistemas de energía solar térmico para agua caliente sanitaria. De esta forma se reduce el consumo de gas o electricidad del hogar destinado a ese fin. Además, se promueve la incorporación de la tecnología solar fotovoltaica para reducir el consumo eléctrico del hogar. Guillermo Lucero Funes, director general de Energía Social Argentina, la primera empresa social de energía renovable y arquitectura y urbanismo sustentable fundada en la Argentina, comenta que “cada 10 kilowatts de potencia instalada, llevábamos 1 kilowatts a quienes no lo tenían, pero cuando íbamos a realizar la instalación nos dábamos cuenta de que si colocábamos el panel arriba de la casa, directamente se caía. El problema era otro: debíamos construir casas con innovación social, pero una vivienda aislada no tiene sentido, la idea es avanzar en el desarrollo urbano como parte de un todo.” Así nació el proyecto de vivienda social sustentable Procrear Open Source, un diseño arquitectónico integral pensado para optimizar los recursos y reducir los tiempos de ejecución, que promueve una vivienda segura, de calidad, con valor a largo plazo, de rápida construcción y bajos costo. “El primer inconveniente fueron


NOTA DE TAPA

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NOTA DE TAPA las cotizaciones, en una economía que cambia de un momento a otro. Entonces la solución fue asociarnos con los generadores de los sistemas constructivos, trabajar con los proveedores de los componentes como sponsor. Nosotros no otorgamos una cotización, lo hacemos al revés, contamos con un determinado presupuesto y hay que hacer funcionar el proyecto con ese número, esto nos permitió otra visión para abordar el problema.” expresó Lucero Funes Por su parte, otra de las medidas para promocionar la construcción sustentable desde la Secretaría de Vivienda, fue la de facilitar el acceso a los sistemas constructivos industrializados, dado que cuentan con tiempos de ejecución reducidos, poseen una relación precio-calidad adecuada y cumplen con las exigencias de eficiencia energética con facilidad. “Declaramos el sistema constructivo entramado de madera y el sistema constructivo Steel framing como sistemas constructivos tradicionales y por lo tanto exentos de certificado de aptitud técnica. Además, publicamos una licitación pública con el objeto de desarrollar prototipos en respuesta a la emergencia, exclusivamente en sistemas constructivos industrializados”, indicó Kerr. En este sentido, el director de Energía Social Argentina destaca la importancia de trabajar sobre regulaciones que impulsen el conjunto de la vivienda bajo el concepto de certificación. “No creo mucho en la certificación LEED o EDGE para los estratos que estamos buscando llegar. El primer paso es trabajar con componentes certificado, como lo ha hecho la Secretaría de Vivienda, de esta forma se garantiza que la vivienda tenga una calidad garantizada, se plantea un estándar. Eficiencia energética, ahorro energético, inclusión de todos los componentes de energía renovables, tratamiento de agua

y un listado de componentes que debiera tener sí o sí una vivienda.” Funes Lucero remarca que buscan incorporar en la vivienda estrategias de capitalización del usuario e ingeniería económica de ahorro, como la generación distribuida de fuentes renovables. “Ideamos un barrio que produzca más energía de la que consume a partir de la implementación de estrategias de diseño pasivo y de la utilización de sistemas integrados de generación de energía solar. Inyectando los excedentes de energía a la red de distribución y otorgando LA VIVIENDA SOSTENIBLE ES AQUELLA QUE ES ASEQUIBLE Y RESALTA LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA CONSTRUCCIÓN VERDE, ORIENTADA AL AHORRO DE AGUA Y DE ENERGÍA, EL CONFORT Y LA SEGURIDAD

a sus habitantes la capacidad de ahorrar mientras cuidan el ambiente. Un desarrollo urbano sustentable que le otorgue al usuario elementos tangibles de capitalización monetaria al reducir costos fijos en utilidades y servicios. Una herramienta de ahorro y capitalización que podrá reflejarse en la capacidad del pago de los créditos hipotecarios.” Promover nuevas viviendas que aho-

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rren energía mediante el uso eficiente de aislamientos y de energías limpias es parte del esfuerzo que deben realizar los gobiernos para alcanzar metas de reducción de emisiones de Gas Efecto Invernadero (GEI). Sin embargo, otro desafío significa el acondicionamiento de las viviendas actualmente en funcionamiento. Desde la Secretaría de Vivienda se está desarrollando el programa Mejor Hogar Sustentable, que lleva una ejecución piloto de 1000 hogares en Bariloche y prevé 20.000 mejoramientos para 2020. “Contempla una estrategia nacional de mejoramiento de vivienda enfocado en la sustentabilidad, para asegurar la eficiencia energética e incorporar equipamiento para energía renovable. Se busca un ahorro de las familias beneficiarias en el gasto de energía y, a su vez, reducir las emisiones de GEI”, expresó el secretario. También se está desarrollando a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el programa Eficiencia Energética y en la Vivienda Social Argentina, que contempla la ejecución de 128 viviendas que incorporan diferentes componentes de sustentabilidad de acuerdo con las seis regiones bioclimáticas del país. “En términos de ahorro no es significativo, pero otorga un gran beneficio que es todo el know-how, la transmisión de información y la capacitación en tecnologías a los institutos y gobiernos locales”, concluyó Kerr l


ENTREVISTA URBANIZACIÓN

IVÁN KERR: “ESTAMOS CONSTRUYENDO LOS ESTÁNDARES PARA LA CERTIFICACIÓN SUSTENTABLE DE LA VIVIENDA” Por Consuelo Bilbao

mos liderando desde la Secretaría de Vivienda, en la que interactuamos con otros ministerios: Ambiente, Energía, Producción y Ciencia y Tecnología.

@Cebilba

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a creciente urbanización está generando una demanda de energía sin precedentes con emisiones de gases de efecto invernadero asociadas. A ello debe sumarse una mayor presión sobre los suministros de agua, la contaminación del hábitat y la afectación de la salud y de la calidad de vida de la población. De manera que la planificación urbana y la construcción de viviendas sustentables y resilientes pueden ser una solución a los desafíos actuales en diferentes sentidos, desde la mitigación y la adaptación al cambio climático hasta la resolución de problemas habitacionales en los países en desarrollo. En nuestro país, avanza una estrategia nacional de vivienda sustentable con foco en la eficiencia energética, el diseño bioclimático y la incorporación de energías renovables, componente que impactará directamente en el ahorro económico de las familias. Ivan Kerr, secretario de Vivienda de la Nación y presidente de Procrear, responsable de este plan conversó con ENERGÍA POSITIVA sobre la política pública llevada adelante por el Gobierno.

Iván Kerr

ENERGÍA POSITIVA: -¿Cuáles son las políticas que tiene la Secretaría para promover la vivienda sustentable? Iván Kerr: -Para nosotros es un eje estratégico central el de la sustentabilidad, como es para el Gobierno el cambio climático. Argentina tiene que cumplir con los compromisos del Acuerdo de París, que deben trasladarse a políticas concretas para alcanzar esas metas. Para ello, cuenta con el Gabinete Interministerial de Cambio Climático. En ese marco, hay una Mesa de Trabajo de Construcción Sustentable, que veni-

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-¿Están trabajando en una regulación marco para promover la vivienda sustentable? -Desde la Secretaría, venimos promoviendo los estándares mínimos constructivos hacia una mayor sustentabilidad. Hoy requerimos aislación térmica de nivel IRAM B, que genera una mayor inversión inicial en la construcción, porque hay que alcanzar mayor aislación, pero finalmente se logra un menor consumo energético. También impulsamos la incorporación obligatoria de eficiencia energética para los proyectos de vivienda que financiamos desde la Secretaría. Además, estamos trabajando en el etiquetado energético para la vivienda, la heladera y otros productos electrónicos. Estamos trabajando para una certificación propia. -¿Están pensando en una certificación para la vivienda o la construcción sustentable? -Estamos construyendo los estándares para la certificación sustentable de la vivienda, en un primer paso. Queremos que la Secretaría de la Vivienda valide la eficiencia energética, que sea el organismo que otorgue el sello de eficiencia, así como existe el sello de LEED o


CAMBIO CLIMÁTICO Edge. Al promover los estándares mínimos, estamos también otorgando competitividad a los sistemas constructivos industrializados que son más eficientes, primero porque demandan menos energía en la construcción y además generan menos desechos de áridos y contaminación. Todo puede ser armado en fábricas y ensamblado en el terreno, con menos necesidad de obra húmeda. Hoy todavía no tenemos una cultura de construcción sustentable que es lo que buscamos fomentar. -La Secretaría, ¿ya tiene, en sus pliegos de licitación para la construcción de viviendas, criterios y estándares de sustentabilidad de forma obligatoria? -Nosotros no licitamos, lo hacen las provincias. Sí les exigimos, en las condiciones de financiamiento, la obligatoriedad de incorporar sistemas constructivos no tradicionales, que sean abiertos y que no se limiten a determinado sistema, para impulsar la competencia con sistemas sustentables. Además, como otorgamos los certificados de aptitud técnica de los sistemas constructivos, hemos liberado la exigencia de que el Steel frame y baloom frame para madera, tengan un certificado específico para construir. Hoy ya están incluidos entre los sistemas tradicionales, por lo tanto ganan competitividad al igualar condiciones. Al elevar los estándares mínimos para que sus proyectos sean aprobados por la Secretaría, vamos obligando a otras jurisdicciones a la sustentabilidad. Además, lo que hacemos directamente a través de Procrear, donde sí licitamos, con el esquema público-privado sobre tierras del Estado, es exigir también a las empresas que cumplan con todos estos estándares de sustentabilidad. -¿Con qué barreras se enfrentan? -Nos falta un incentivo directo

hacia la demanda, que exista un beneficio, algún tipo de subsidio a la compra sustentable, como la hipoteca verde. Un descuento de tasa, dado que se tiene que hacer una mayor inversión inicial, pero que luego es recuperable. Hoy no lo podemos brindar porque todavía no podemos verificar qué es sustentable. Antes tenemos que desarrollar las capacidades para verificar la sustentabilidad del producto y para eso tenemos que definir previamente los criterios de sustentabilidad. Estamos trabajando “HOY TODAVÍA NO TENEMOS UNA CULTURA DE CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE QUE ES LO QUE BUSCAMOS FOMENTAR”

en esos parámetros, para luego poder medirlos. -Cuando habla de la Secretaría como certificadora, ¿lo piensa a través de alguna alianza con algún organismo o universidad, o de forma independiente? -Pensamos en un sello propio. No solo tiene lógica por el cuidado ambiental, sino que además tiene sentido económico para el hogar, en una Argentina que ha rediscutido el costo de los servicios públicos. Nos pueden decir que aumen-

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tamos los costos de la vivienda o que tenemos mayores exigencias por la construcción sustentable, pero finalmente existe un recupero debido al ahorro energético. Con la tarifa básica que ahora es más real, estas políticas tienen directa implicancia en la capacidad de pago de la cuota de una vivienda. Si el beneficiario hace una inversión en tecnología que consume menos energía, puede tener más dinero para pagar la cuota de la vivienda; reduce el riesgo de la hipoteca. Algunos organismos hipotecarios consideran la eficiencia energética como un beneficio a favor de quien toma el crédito, ya que reduce el riesgo y lo hace mejor pagador. El sello de sustentabilidad para la vivienda termina siendo una reducción del riesgo, porque hay menos ingresos comprometidos en pagar servicios básicos. -Y las renovables, ¿cómo se están insertando en las viviendas? -Todavía la energía renovable no ha llegado al usuario residencial a escala, porque requiere una inversión inicial más grande. Sí estamos incorporando dentro de la vivienda termotanques solares. Aspiramos a una línea de crédito para reemplazar los termotanques de gas o eléctricos por los solares. No necesariamente debiera aplicar a todas las regiones, porque depende de las condiciones bioclimáticas l


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ACTUALIDAD EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO

IMPUESTO AL CARBONO: ¿QUÉ ES Y CÓMO SE IMPLEMENTARÁ EN LA ARGENTINA? Por Daniela Gomel @gomeldaniela

Impuesto a las emisiones de CO2 Argentina

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os mecanismos para implementar precios a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) parten de la visión economicista de internalizar el costo de los efectos que las emisiones causan sobre el ambiente (y, por ende, a la sociedad en su conjunto) o, en otras palabras, de reconocer la responsabilidad de quienes contribuyen al cambio climático. Estos instrumentos han despertado acalorados debates en todo el mundo ya que implican el desincentivo a actividades tradicionales carbono-intensivas de las cuales nuestras formas de vida dependen. Sin embargo, son un instrumento más del mix necesario para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) e incentivar economías sustentables. Dentro de los instrumentos de precios al carbono, el impuesto al carbono y los esquemas de comercio de emisiones (Emissions Trading System, ETS por sus siglas en inglés), son los que mayor implementación tienen en el mundo. En la actualidad, un informe del Banco Mundial contabiliza 47 iniciativas implementadas de precios al car-

bono, las cuales representan el 13,8 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mundial y un valor de US$ 82.000 millones. Si se agregan las que están por implementarse, como la de China a nivel nacional, se alcanzaría el 20% de las emisiones GEI a través de 25 ETS, mayormente a nivel subnacional, y 26 casos de impuesto al carbono. Sin embargo, tal como detalla la Red de Política Renovables para el siglo 21 (Renewable Energy Policy Network for the 21st

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Century, REN21, por sus siglas en inglés), en su reporte global sobre renovables de 2018, aún restan países por implementar alguno de estos instrumentos, si tenemos en cuenta que 88 de los países que presentaron sus Contribuciones Nacionales Determinadas se comprometieron a implementar alguno de los mecanismos de precios al carbono. De avanzar en ese sentido, el 56% de las emisiones GEI serían afectadas. Chile, Colombia y México son los únicos países de la región que ya implementaron alguno de estos instrumen-


ACTUALIDAD tos y además son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cual impulsa este tipo de medidas. La Argentina, que pretende ser miembro, encuentra incentivos para implementar el impuesto al carbono. Respecto de los valores, el impuesto al carbono varía entre los US$ 1/tCO2e en México (el cual tiene un rango hasta US$ 3/tCO2e) y los US$ 140/tCO2e en Suecia. En nuestra región, el impuesto chileno alcanza US$ 5/tCO2e y en Colombia US$ 6/ tCO2e. Para el caso de ETS, el máximo se encuentra en Corea, con US$ 21/tCO2e, y el mínimo en Tianjin (China), con US$ 1/ tCO2e. Sin embargo, cerca del 75% de las iniciativas se encuentra por debajo de los US$ 20/tCO2e. La principal diferencia entre el impuesto al carbono y el ETS es que el primero regula el precio/impuesto de las emisiones, mientras que el mercado adecua las emisiones sobre la base de esa señal. Es decir, mientras más alto sea el impuesto, más incentivos habrá para que los emisores realicen esfuerzos para reducir sus emisiones; por ejemplo, a través de medidas de eficiencia energética o inversión en generación con fuentes renovables. En cambio, para el ETS, se regula la cantidad permitida de emisiones, mientras que el mercado define el precio de las emisiones sobrantes respecto de lo permitido. Es decir, este esquema dispone un límite de emisiones (o en la jerga, cap) donde aquel que emite menos puede vender sus emisiones remanentes (o permisos) a aquellos a los que les resulta más

Mapa de resumen de las iniciativas regionales, nacionales y subnacionales de precios del carbono

Mercado de carbono, implementado o por implementarse Mercado de carbono o impuesto al carbono en consideración Mercado de carbono implementado o por implementarse, impuesto al carbono en consideración Impuesto al carbono implementado o por implementarse Mercado de carbono e impuesto al carbono implementado o por implementarse Impuesto al carbono implementado o por implementarse, mercado de carbono bajo consideración

barato comprar emisiones sobrantes de otros que hacer el esfuerzo para respetar el límite. El ETS permite que aquellos actores con costos marginales de

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reducción de emisiones más altos puedan beneficiarse de aquellos que tienen costos marginales más bajos al comprarles su “reducción de emisiones”


ACTUALIDAD (al tiempo que aquel con costo marginal menor incrementa su beneficio), logrando un objetivo de reducción de emisiones agregadas; lo cual no se da de manera directa con el impuesto al carbono. Para ambos casos, la internalización de los costos de las emisiones es trasladada al precio de los bienes que producen. Este punto es controvertido, ya que muchos economistas sostienen que estos instrumentos achican la economía. Sin embargo, los costos del cambio climático (causados por este tipo de emisiones, entre otras) terminan siendo pagados indefectiblemente, en general, por desembolsos del Estado (es decir, con fondos recaudados de sus habitantes). Entonces, estos instrumentos no hacen más que reconocer responsabilidades. Además, estas medidas permiten recaudar fondos estatales, pudiendo redirigir esfuerzos que incentiven actividades positivas para el desarrollo económico sustentable, como es la cadena de valor de las energías renovables o por qué no de las tecnologías de información. El caso argentino En diciembre de 2017, el Congreso de la Nación aprobó la reforma impositiva que tuvo impacto sobre la estructuración de los impuestos a los combustibles fósiles, tanto en su alcance como en los conceptos de estos. Por un lado, se amplió el alcance del tributo incluyendo además de los combustibles líquidos ya gravados, al fuel oil , coque de petróleo y carbón mineral. Sin embargo, se excluyó a más del 46% de las fuentes primarias del país al no incor-

LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y EL CONFLICTO ECONÓMICO Y SOCIAL Por Juan Carlos Villalonga Diputado nacional

Hay una transición en marcha que se ha visto fuertemente impulsada por una voluntad política global mayoritaria, la cual se expresó de un modo contundente a través del Acuerdo de París, que establece un objetivo climático esencial: no superar un aumento de la temperatura global en 2°C. Ahora, cumplir ese objetivo climático significa, de manera inequívoca, el abandono de los combustibles fósiles para mediados de este siglo. En tan sólo 35 años la “era del petróleo”, en la que hemos vivido a lo largo de nuestra vidas, deberá cerrarse definitivamente. Al mismo tiempo, la madurez alcanzada por las tecnologías de fuentes renovables de energía, así como de los dispositivos de almacenamiento, ha permitido que las renovables estén alcanzando niveles muy altos de crecimiento en todo el mundo y en permanente baja de sus costos. Por otro lado, la movilidad eléctrica ha despegado y su despliegue se prevé exponencial en los próximos años. Este cambio tecnológico hace que la transición energética tenga hoy un sólido sustento. Pero el tiempo del “gradualismo” climático, de una transición suave, lo hemos perdido por la inacción de los últimos 20 años. Ahora debemos comenzar a reducir emisiones drásticamente, a más tardar, a partir de 2020. Este cambio profundo y veloz genera justificadas dudas, temores y desconfianza en el mundo político. En la sociedad se generarán tensiones importantes. La transición crea ganadores y

porar al gas, el GLP y el GNL, en consonancia con los planes del gobierno de desarrollar Vaca Muerta. Mariana Conte Grand, doctora en economía especiali-

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perdedores, una economía nueva surge y otra debe terminar. Todos sabemos que eso será así, pero ¿habrá voluntad política, recursos económicos y dinamismo social suficiente como para hacer una transición justa, equilibrada y no traumática? Las masivas y violentas protestas de la semana pasada ocurridas en Francia a raíz de un aumento en los combustibles por la aplicación de una tasa a los fósiles nos indica, o prenuncia lo difícil que será la transición. Por lo general, todos nos referimos a la transición energética por sus aspectos atractivos y prometedores, pero estos aspectos conflictivos y de difícil resolución suelen soslayarse. Trump, y recientemente Bolsonaro, advierten que no quieren poner en riesgo sus economías, y para eso cuentan con una ciudadanía asustada. Cuando se discutió en nuestro país un impuesto al carbono, petroleras y provincias productoras lo cuestionaron y rechazaron. Y estos son solo algunos ejemplos. Creo que el mundo tecnológico puede acelerar la transición y sus costos económicos serán beneficiosos y sostenibles. El dilema que se abre en el corto y mediano plazo es el de la transición social, y habrá que administrar las pujas de intereses y compensaciones diversas. Hay que prestar máxima atención a esta discusión, porque la ecuación tenderá a resolverse sobre la base de la tentación de demorar el cambio y evitar hacer frente a su aspecto más delicado: la transición económica y social.

zada en ambiente, agrega que aunque este impuesto alcanza a nuevos combustibles, “no se gravan muchas de las emisiones de las industrias, ni de la


ACTUALIDAD

agricultura y la ganadería, ni las que resultan de los residuos; es decir, abarca solamente una parte de las emisiones de CO2”. Por otro lado, la reforma no implica un aumento de la carga impositiva sino una reestructuración de los tributos anteriores. Entonces, se dispusieron dos montos: uno dado por el factor de emisión de cada tipo de combustible (cuántas toneladas de CO2 genera la combustión de este), plausible de un aumento en pesos de hasta un 25%, y otro cargo fijo que permite continuar con la recaudación preexistente.

Ambos se actualizan trimestralmente sobre la base del Índice de Precios al Consumidor (IPC). El impuesto a las emisiones de CO2 detallado en la tabla fue fijado en US$ 10/tCO2e (sobre la base del dólar de 2017, US$ 17) para todos los ítems gravados. Es por ello que “al dólar de hoy, cercano a 37, el impuesto baja a US$ 5/tCO2e, asimilandose a los valores de los países de la región como Chile o Colombia, que tienen impuestos al CO2 en vigencia”, detalló Conte Grand para ENERGÍA POSITIVA. Asimismo, la experta agregó

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que “no está claro si 10 dólares por tonelada de CO2 es lo correcto. Para entender bien las consecuencias de este impuesto, no basta mirar las alícuotas sino obviamente también las elasticidades de la demanda de cada tipo de combustible, las cuales dan la reacción al precio. Además, hay que analizar la elasticidad de sustitución entre combustibles. Y ver las consecuencias económicas para los sectores. Solamente así se sabe si es mucho o poco. Lo que hay que hacer es fijar una meta de emisiones y ver con qué precios se puede sostener” l


INFORME INTERNACIONAL TRANSICIÓN ENERGÉTICA

G-20: LAS RENOVABLES OFRECEN LA MEJOR OPORTUNIDAD PARA ALCANZAR OBJETIVOS CLIMÁTICOS

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as energías renovables son, en combinación con la eficiencia energética, la clave para desacoplar el crecimiento económico de un aumento de la s emisiones. El grupo de países del G-20, cuyos miembros representan casi las cuatro quintas partes del consumo mundial de energía y una parte similar de la capacidad instalada de generación de energía renovable, están bien posicionados para liderar la transformación energética global. El análisis de IRENA, “Opportunities to accelerate national energy transitions through advanced deployment of renewables”, estima que los países del G-20 tienen el 75 por ciento del potencial de despliegue de renovables a nivel mundial para 2030. Este imperativo se ha reflejado en la agenda del G-20 en los últimos años, y se han identificado una serie de acciones para acelerar el despliegue de energías renovables en los países del grupo. En cooperación con las presidencias de Turquía, China y Alemania durante los últimos tres años, IRENA ha proporcionado análisis específicos y recomendaciones para las discusiones sobre energía en el marco del G-20. Por su parte, la Argentina, en el contexto de su presidencia del G-20 en 2018, requirió a IRENA que elabore oportunidades para el despliegue acelerado de energías renovables y

que presente las lecciones relevantes aprendidas de la implementación de marcos de políticas e inversiones. Sobre la base de este trabajo, IRENA desarrolló una visión general de las oportunidades para acelerar las transiciones de energía a través de la implementación mejorada de las energías renovables. Este análisis resalta que, si bien ha habido un progreso significativo, todavía hay espacio para mejoras adicionales en la configuración del marco regulatorio, político e institucional de los países del G-20. Algunas de las medidas clave en el avance de la transformación de las energías renovables incluyen: Las instalaciones de generación de energía a gran escala están siendo cada vez más respaldadas por subasl

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tas con precios récord (bajos) y un diseño innovador de políticas. l Las tarifas “feed in” han tenido éxito en impulsar el sector de energía solar fotovoltaica y eólica terrestre en países como China, Indonesia, Alemania y Japón. l Los incentivos fiscales y financieros han desempeñado un papel importante en el impulso del despliegue de renovables a gran escala en varios países del G-20. l Los mandatos de biocombustibles (especialmente en la UE-27) y los incentivos fiscales para avanzar en el uso de vehículos eléctricos en el G-20 están apoyando una expansión de las energías renovables en el sector del transporte. En general, la experiencia con las políticas de energía renovable en los países del G-20 destaca la importancia de la estabilidad y la continuidad para lograr la confianza de los inversionistas y atraer inversiones. Para acelerar el progreso a los niveles necesarios para mantener el aumento de la temperatura global por debajo del 1,5% de los niveles preindustriales, se requiere un aumento rápido y sostenido de la inversión, respaldado por políticas y regulaciones de apoyo. Al hacerlo, los países del G-20 tendrán la oportunidad de proporcionar un liderazgo mundial en la transformación de la energía y, al mismo tiempo, garantizar un futuro sostenible con energía accesible para todos l


ACTUALIDAD EMISIONES EN EL TRANSPORTE

EL ROL DE LOS BIOCOMBUSTIBLES EN LA MOVILIDAD SOSTENIBLE Por Paula Lértora @pAuLiXcUeRvA

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l progreso de las energías renovables en el sector del transporte sigue siendo lento. La mayor parte de la contribución actual de las energías renovables la proporcionan los biocombustibles. Estos, junto con la movilidad eléctrica, pueden disminuir la dependencia de los combustibles fósiles en el mundo. De acuerdo con los datos del documento “Renovables 2019 - Informe de estado global”, publicado por la organización Red de Política Renovables para el siglo 21 (Renewable Energy Policy Network for the 21st Century,

REN21, por sus siglas en inglés) la cuota de energía renovable utilizada en el transporte es de 3,31 por ciento. Dentro de esa porción, el 90% es proporcionado por los biocombustibles líquidos. Entre estos últimos, las estimaciones otorgan un 65% para el bioetanol, un 25% para el biodiésel y un 6 % para el hidrobiodiésel (derivados de aceites vegetales usados y grasas animales). El 10% restante lo comparten el biometano y la electricidad. La mezcla de biocombustibles es el mecanismo más empleado para incrementar el uso de combustibles renovables en el sector del transporte. En la actualidad, más de medio centenar de países han adoptado objetivos o políticas de biocombustibles para regular su

consumo. Estos son frecuentes en todas las regiones geográficas y países de todos los niveles de desarrollo económico. En ese sentido, los gobiernos requieren acciones específicas de biodiésel o etanol para ser mezclado con combustibles para el transporte. En estos últimos dos años, las disposiciones de mezclas obligatorias de bioetanol con nafta y de biodiésel con gasoil se analizaron en países de todo el mundo. En América Latina, la Argentina aumentó el contenido obligatorio de bioetanol en las naftas a un 12% y promovió una oferta equivalente entre etanol derivado de caña de azúcar y de maíz. En Brasil, el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE) definió el cronograma para la evolución del 10% de biodiésel añadido al diésel actual hasta un 15% en el año 2023, a razón de un 1% de aumento por año. Por otra parte, Nueva Zelanda aumentó la mezcla de metanol del 1% al 3% y para el biodiésel del 5% al 7%. En la misma línea, Eslovenia estableció que el 10% de todos los camiones de carga pesada debe ejecutar en su totalidad biodiésel . La demanda de energía del sector transporte hace que los biocombustibles sean importantes para el desarrollo de sistemas sostenibles. Sin embargo, su producción se asocia a las causas del alza de precios en alimentos y el uso inapropiado del suelo con aptitud agrícola que afectan la seguridad alimentaria. Según la Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader), la producción mundial de bioetanol alcanzó en 2017 un nuevo récord, con 102,4 millones de metros cúbicos. Esta se encuentra concentrada principalmente en Estados Unidos, elaborada a partir de maíz, y en Brasil, que lo obtiene de la caña de azúcar. Entre ambos países constituyen

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TECNOLOGÍA el 85% de la producción mundial. Lejos de ellos, la Unión Europea (UE) ocupa el tercer puesto, mientras que la Argentina es el séptimo productor, con solo el 1,1% del total. El 83% de esta producción tiene como destino su uso como combustible. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) estima que los principales productores de bioetanol alcanzaron picos de producción en 2017. Con respecto al biodiésel, su capacidad de producción fue de 4,5 millones de toneladas anuales. Brasil alcanzó un récord de 4300 millones de litros producidos en 2017, lo que representa un 13% más que en 2016. El crecimiento medio anual entre 2018 y 2023 es del 6%, con hasta 6.000 millones de litros. La soja es la principal materia prima. Si la gestión de la producción de biocarburantes se hace de manera responsable, eficiente y sostenible, pueden ser alternativas razonables para sustituir, al menos en parte, a la nafta y al diésel, sobre todo en el futuro, teniendo en cuenta que la oferta de petróleo irá disminuyendo y se deben buscar alternativas. La Agencia Internacional de Energía (AIE, por sus siglas en inglés), en su informe sobre el Mercado de Energías Renovables 2018 (Technology roadmap. Delivering sustainable bioenergy), no cuenta con aceite de palma, de soja, colza, girasol y canol como materias primas para producir biocombustibles en 2040. En su proyección los mantiene con sus cuotas actuales hasta 2025. También, afirma que el biodiésel avanzado sería, con diferencia, el más beneficiado, acaparando más de la mitad de la demanda de biocarburantes para el transporte en 2060, a pesar de que los motores

Obligación de corte nacional con biocombustibles por debajo del 10%

Sin otras políticas o obligaciones para el transporte

Obligación de corte nacional con biocombustibles al 10% o más

Sin política y sin dato

Obligación de corte a nivel subnacional

diésel siguen siendo cuestionados e incluso limitada su incorporación al parque automovilístico. Además, desde la AIE, sostienen que los biocombustibles en el transporte necesitarían multiplicarse por tres en 2030, la mayoría provenientes de tecnologías avanzadas que utilizan materias primas no comestibles, incluidos residuos. Dentro del desarrollo de nuevas tecnologías ya en marcha para producir biocarburantes avanzados, citan los progresos en el desarrollo

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y la demostración de algunos, como el hidrobiodiésel de residuos, el etanol celulósico y el uso de la gasificación, gas de síntesis y pirólisis en algunos procesos. Todos estos datos dan cuenta de la necesidad de reforzar los procesos sustentables ya que más de un cuarto de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero relacionadas con el sector energético tienen como causante el transporte. Y esta cifra se encuentra en constante crecimiento l


EDUCACIÓN

LA ALIANZA DE LA UNIVERSIDAD CON LA EMPRESA GARANTIZA UNA SÓLIDA FORMACIÓN Por Patricia Melgarejo @lamelga

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a perspectiva de un desarrollo de las energías renovables más acelerado que el esperado en un principio en la Argentina produjo en los últimos años la necesidad de una formación sobre el tema que pudiera abordar diferentes aspectos. El mundo educativo ha estado atento y hoy da respuesta a esta necesidad de los profesionales que están vinculados al sector. A la exigencia de conocimientos sobre la parte técnica se le suma el de la viabilidad económica y el del marco regulatorio. Por eso es tan importante la vinculación del área académica con la de las empresas, donde se contrasta el conocimiento con la realidad del mercado.

Un ejemplo de esta interacción es la que realiza la Universidad Austral a través de la Diplomatura en Energías Renovables que brinda una visión global sobre la temática, y donde las empresas vinculadas han participado en la organización de seminarios, jornadas, o con el aporte de docentes. “La Universidad Austral como política considera que hay temas que por su trascendencia deben ser encarados desde el punto de vista educativo y formativo. La energía, en sí, es trascendente para un país como recurso generador de riqueza y crecimiento. De allí que, en una primera etapa, en el año 2014, ante el desarrollo de las técnicas no convencionales de extracción de hidrocarburos en Estados Unidos, y dado los recursos argentinos para este tipo de extracción (Vaca Muerta),

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se encaró nuestro fuerte ingreso al sector mediante Jornadas y Diplomaturas, como actualmente es la Especialización en Gerenciamiento de Gas y Petróleo. Casi simultáneamente, se produce la llegada de las energías renovables en la Argentina mediante las licitaciones RenovAr para cumplir con nuestros compromisos internacionales en materia de medio ambiente. El crecimiento exponencial a nivel internacional de estas tecnologías y los excelentes resultados de estas licitaciones en el país, demostraron que era el momento de la capacitación en Energías Renovables”, explica el Mag. Roberto Carnicer, director de la Diplomatura en Energías Renovables y del Área de Energías de la Universidad Austral. “Al igual que en el sector de hidrocarburos realizamos seminarios y


EDUCACIÓN desarrollamos nuestra Diplomatura para el gerenciamiento de Energías Renovables (2018). Lo hicimos con el mismo criterio sustentado en tres pilares: la tecnología (conocer el estado actual en el mundo y sus tendencias), comercial y financiero (costos actuales internacionales y nacionales, medios de financiamiento), y finalmente regulatorio (qué medios legales y regulatorios podrían permitir hacer competitivo estos recursos)”. En la primera edición de la Diplomatura contaron con ingenieros, en su mayoría industriales, electrónicos, agrónomos e informáticos, como así también contaron con la participación de contadores, arquitectos y economistas. “La Universidad pretende tener una importante llegada a las empresas del sector, en dos direcciones, identificando sus necesidades de capacitación para su personal, y recurriendo a sus empresarios y técnicos para la formación del cuerpo docente. Inclusive fomentando la realización de seminarios y jornadas interdisciplinarias sobre el sector”, señala Carnicer. Algunas empresas participantes fueron Arcar SA, Compañía Inversora de Energía SRL, Eramine Sudamérica SA, Ferraro Ingeniería del Agua, Fondos de Garantías de Chaco, Furmanite Argentina SA, Industrias Savini SRL - Energy Group SRL, Jiangsu Seraphim Solar System Co. Ltd, la Municipalidad de Colón e YPFLUZ. El licenciado Federico Gisbert, uno de los docentes de Comercialización de la Diplomatura, es gerente comercial de QMAX, empresa argentina especialista en diseño y producción de equipos de electrónica para energías sustentables. Recientemente, la Universidad Austral y QMAX organizaron el “Seminario Microrredes, el futuro

Mag. Roberto Carnicer, director de la Diplomatura en Energías Renovables y del Área de Energías de la Universidad Austral

de las renovables”, en el que participaron docentes, funcionarios y especialistas nacionales e internacionales en el tema. Con respecto a la Diplomatura, Federico Gisbert

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Licenciado Federico Gisbert, docente de Comercialización de la Diplomatura y gerente comercial de QMAX

colaboró activamente con el armado de los temas de la currícula, ya que desde el lado práctico, como ingenieros y desarrolladores, están al tanto de las falencias en capaci-


EDUCACIÓN

LA SEGUNDA EDICIÓN Este año egresó la primera camada de la Diplomatura en Energías Renovables de la Universidad Austral, y la edición 2019 se iniciará en el mes de junio con una modalidad streaming (virtual en vivo), con dos clases presenciales a lo largo de toda la cursada en la sede ubicada en Cerrito 1250, CABA. Las clases virtuales se realizan una vez por semana, de 18 a 21.30 horas. Actualmente es la única capacitación a distancia con instancias presenciales que se dicta en Energías Renovables.

ción, pero todos coincidieron en que es un tipo de trabajo real, de impacto, que es posible por ser una empresa más chica. Ellos tienen muy buen nivel técnico. Y también recibimos p asantes de la Universidad de San Martín, somos unos de los pocos que hacemos desarrollo de electrónica de potencia. Siempre estamos dispuestos a generar convenios, estamos charlando con Ingeniería de la UBA, con el ITBA, y estamos en un proyecto de conjunto con la Universidad de Tandil y de Mar del Plata”. Para Gisbert, es importante que la universidad y las empresas, sobre todo las pymes, puedan colaborar en el intercambio de conocimientos.

tación y las dudas que tienen los profesionales a la hora del trabajo práctico en el campo. Además, colaboraron con la convocatoria de algunos especialistas. “En QMAX recibimos pasantes locales y de otros países. Surgió espontáneamente un acuerdo con la Universidad de Toulouse, en la carrera de Ingeniería Electrónica. Un profesor de origen brasileño en

Francia buscó empresas en América Latina que se dedicaran a esto, para los alumnos que querían hacer sus prácticas profesionales en la región. Ya llevamos cuatro años con la experiencia, y, en opinión de los estudiantes, es que adquieren mejores resultados en una empresa pequeña que en una grande, adonde no pueden acceder al área de desarrollo”, señala Gisbert. “Algunos también trabajaron en procesos de produc-

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Carnicer, por su parte, destaca la importancia de actualizarse: “La energía y la geopolítica asociadas tienen un gran dinamismo, la volatilidad del precio del petróleo y de los commodities requieren la actualización continua de los contenidos de la Diplomatura”. Y agrega: “Asimismo, la sinergia con empresas del sector, con la Secretaría de Energía y el análisis y evaluación de lo que sucede en el mundo, son las fuentes de información fundamentales para adecuar los contenidos” l


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