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Jimena Amarillo se pasa al rap
from NUEBO #4 junio 2022
Jimena Amarillo
POR: SAM SALLO | FOTO: MAR SOLDADO
Es la reina de lo que ella misma define como 'la nueva ola de gente veinteañera que está haciendo su movida'. Y una curranta: solo han pasado unos meses desde que publicara su debut y está de vuelta con un EP de canciones para bailar.
si piensas en jimena amarillo como una artista encasillada en un género y estilo determinado, resetea. Jimena es única. Su personalidad, su actitud artística y vital nos han enamorado a todos porque, como ella misma se autodefine, “chica, yo es que soy muy mía”. Así lo ha ido demostrando desde que hace apenas dos años empezó a publicar sus primeros singles: Ni se nota, la canción con la que llamó la atención de su actual sello, Mushroom Pillow, se acerca ya a los cinco millones de reproducciones en Spotify. Y a pesar de tocar el violín desde infantil, defiende firmemente que en sus canciones lo que deben primar son las letras. Si nos sumergimos en su mundo “loko” encontramos una lírica costumbrista y un lenguaje abiertamente juvenil con el que resulta imposible no empatizar si andas alrededor de los veinte. Ella admite que para que le guste una canción debe atraerle lo que dice la letra, como aquellas que firman Shego, Irenegarry o María Moreno. Artistas que, como la valenciana, forman parte de una nueva ola de jóvenes que están revolucionando el panorama musical apostando por una expresividad sincera, directa, sencilla. “¡Poco a poco estamos consiguiendo encontrar nuestro hueco!”.
Su disco Cómo decirte, mi amor publicado a finales de octubre del 2021 ha significado mucho para Jimena, sirviendo como punto de partida a la hora de dar rumbo melódico a sus sentimientos y aglutinar las diferentes composiciones que iba desarrollando en su cabeza. “En el proceso de composición de esas canciones lloré mucho, estuve muy contenta... y otra vez lloré. Y el resultado de todo eso ahí está”. Producido en casa de Pau Roca (La Habitación Roja) con detalles electrónicos y alma popera, no obstante su mayor inspiración a la hora de escribir fueron las cosas del corazón. “Yo no escribía para que me escuchara la gente, sino para que lo oyera ella, la protagonista de Cafeliko...”. No es sin embargo complicado conseguir que Jimena se sincere. A los minutos de arrancar la charla surge la sensación de estar intercambiando confesiones con una amiga a la que hace tiempo que no ves. Y en ese contexto, sin freno, se lanza a explicar de qué manera la escritura significa para ella un refugio para entenderse y expresar lo que siente. Sin filtro, sin medida, sin contar con un método compositivo claro. Así como le llega una idea toma notas en el móvil y, ya en casa, transforma ese esqueleto en riffs. Los momentos cotidianos, como cuando camina por la calle, le ayudan a escribir, y ese es el motivo por el que ha titulado así su nuevo EP, Mientras ando: todas las canciones las escribió viajando, en tránsito, ya sea paseando o montada en un avión. Mientras ando viene a ser una suerte de cara B, el complemento perfecto de su primer LP. “Tomé los restos de lo que aún me quedaba en la cabeza”.
En Mientras ando, y de la mano del productor Manu Prieto (Belicemanu), ha buscado experimentar a partir de un sonido más moderno y veraniego, que hasta llega a coquetear con el rap en el tema Pantalones de pana. “Así la gente por fin dejará de decir que hago música triste”. Aunque puntualiza que este nuevo trabajo no termina de definirla, porque a Jimena Amarillo le inspira absolutamente todo, y no descarta en un futuro no muy lejano atreverse con el punk o el rock. Además, todo el material que está en las manos de la artista es susceptible de ver la luz porque “nena, yo siempre he sido de hacer y sacar. Como el Morad, que cada mes tiene una nueva una canción”.
Cualquiera que haya asistido a uno de sus conciertos recientemente sabrá que Jimena se ha convertido en celebridad y en una de las artistas más queridas por el público en tiempo record. Pero ella sigue poniéndose retos. “A mí lo que me mola es que la peña siga escuchando mis canciones de aquí a cuatro años”. Su obsesión es evitar convertirse en un fenómeno con fecha de caducidad. Y es por eso que reflexiona a menudo a propósito de las nuevas tendencias en la música contemporánea, en las fusiones del pop con otros géneros. “Escucho discos como el de Rosalía o C. Tangana y a veces me rayo, porque pienso en si no debería hacer una mezcla entre flamenco y trap. Pero al rato me lo vuelvo a pensar y siempre termino llegando a la misma conclusión: nena, tú a lo tuyo”. Como una verdadera punk del siglo XXI, se aferra al concepto del no future. “Me da bastante igual pensar en lo que está por venir, y directamente prefiero no hacerlo. Estoy totalmente centrada en el presente”. Su máxima es: “Haz tu movida, pasa absolutamente de todo y no te subas a la nube”. A sus 21 años conoce muy bien la liga en la que juega y no está entre sus planes abrumarse por cuestiones que ahora mismo son intangibles.
Esa manera de afrontar su carrera conecta también con una recién estrenada vida en la carretera, que Jimena ha asumido con el entusiasmo de una joven que ha perdido dos años de su vida con la dichosa pandemia. Sobre el escenario le acompañan Irene a las teclas y Manu con el ordenador, un formato reducido que por el momento no se plantea ampliar. “Quiero presentar mis temas tal y como se muestran en el disco”. A más de uno le sorprenderá que a la hora de señalar a sus principales referentes sobre los escenarios Jimena Amarillo se fije en Mario Vaquerizo y sus Nancys Rubias. “Las Nancys Rubias son un concepto en sí mismas. Me encantan porque Mario Vaquerizo se planta en el escenario y se la suda todo”. Es este carácter a corazón abierto el que le hará conseguir todo cuanto se proponga. Así sea y que continuemos disfrutando de una artista destinada a marcarle el paso al pop nacional de los próximos años.
MIENTRAS ANDO (MUSHROOM PILLOW, 2022)
Pantalones de pana / Me lo kiero imaginar / Bloke / Lo de México
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