Trabajo sagrado…
Cuando nos convertimos en madre los cambios son tantos que es imposible enumerarlos, pero no son una sentencia, sino un desafío y una oportunidad para aprender, crecer y hacernos mejores seres humanos.
Soy un fiel resultado de esto, a pesar de tener a mi príncipe Abdiel Emilio y estar en el cuarto mes de espera de una nueva bendición, cada día mí madre me recuerda con sus atenciones y cuidados que “sacrificio” no significa sufrimiento sino: “sacro” + “oficio”, o sea, “trabajo sagrado” y que la maternidad es un trabajo sagrado que empieza cuando concebimos y solo termina al morir.
En las páginas de esta refrescante edición dedicada a las madres, disfruta de interesantes artículos que te ayudarán a disfrutar a plenitud el privilegio de SER MADRE.
Yosset Espinal