¿Por qué será que los niños casi siempre parecen estar felices?
Me hago esta pregunta al ver a mis dos hijos Abraham Emilio y Andre Alejandro. Ambos sin preocupaciones, prestos siempre a decir lo que sienten y piensan, pero lo más importante de todo, siempre viviendo el presente; no es cliché que se llame “presente” el “ahora”, es un verdadero regalo y uno de los retos más grandes para nosotros los adultos con responsabilidades, familias y trabajo. Cuando no es que estamos pensando en un evento pasado y como pudo haber quedado mejor, es que estamos sumergidos y totalmente proyectados en un lugar incierto, el futuro, intentando controlar lo que simplemente ha de ser. Hasta que yo no comprenda que solo puedo hacer la diferencia en mi presente, no podré influir en mi futuro, ni soltar mi pasado.