El vuelo de la esfinge 00

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Filosofía para un mundo mejor

N.º 0 - Octubre 2013

El mundo que me gustaría ver “Si queremos un mundo de paz y de justicia, debemos poner decididamente la inteligencia y la voluntad al servicio del amor” (Antoine de Saint-Exupery) Existen viejas leyendas de grandes y lejanos reinos, de épocas memorables. Una de esas leyendas —que intuimos tan real— es la del rey Arturo quien, junto con la magia del gran Merlín de Britania, la sabiduría de los celtas y la valentía y lealtad de los caballeros de la Mesa Redonda, consiguió construir una fortaleza inexpugnable. Los bárbaros -los primeros sajones- no pudieron avanzar hacia esas tierras protegidas por el amor, la inteligencia, la voluntad y la profunda unión de sus habitantes y dirigentes; y durante muchas décadas, ese amor y esa unión permitieron mantener la paz en el reino. Podríamos pensar para nuestros adentros que aquellos eran tiempos más afortunados. Es posible, pero la verdadera Historia nos demuestra constantemente que esos hermosos tiempos, donde reina la luz sobre la oscuridad, siempre han surgido de las cenizas de otros mundos caducos, desmoronados bajo su propio peso. ¿Qué fue el Renacimiento en el Viejo Continente sino el resurgir de la luz de

un nuevo tiempo? Y ese es el recuerdo que necesita la memoria para poder seguir creyendo en la existencia de mundos donde la imaginación y las ideas florecen inspiradas por el amor profundo que tantos seres humanos han sentido y sentirán por la Humanidad. Tenemos entonces la certeza de que esas épocas han existido y se han desarrollado sobre la faz de la tierra. Eras de paz, y también de guerra, que florecen y que después se marchitan. Sí, las flores y las hojas se marchitan, y así nuestra sociedad se va desprendiendo, una a una, de las hojas secas que serán alimento para la tierra. Este abono preparará el espacio para albergar una nueva semilla de donde brotará la vida, el fuego de la conciencia. Si fuésemos capaces de escuchar las voces del pasado, los susurros de nuestro corazón remoto, oiríamos la ancestral leyenda que cuenta que en el mundo existirán siempre el acero, la sangre del león y millones de fuegos en los corazones… ¡preparados para forjar la gran Excalibur! Esas pequeñas y lejanas voces de nuestra conciencia son capaces de traspasar las brumas de nuestro viejo mundo y de dejar traslucir los tonos suaves, cálidos y amables de un nuevo tiempo. De nosotros depende que la luz de nuestras acciones penetre el mundo que nos rodea; de nosotros depende ver el Sol más brillante, más resplandeciente; de

Editorial A veces el Idealista, ese soñador de mundos mejores, es confundido con el utópico, pero en realidad hay una gran diferencia. Una cosa es ser un Idealista, es decir, alguien que sueña con proyectos, con metas, que aunque no se han alcanzado todavía pueden existir, pues están en el plan de la Naturaleza. Y otra es el utópico, el que sueña o proyecta cosas irrealizables por descabelladas, pues no se ajusta a la Naturaleza y a la Vida. Una cosa es soñar con que la Humanidad tenga un poco de concordia, cultura y dignidad y otra que todos seamos “guapos y ricos”. En el fondo, todos tenemos en nuestro interior un Idealista, un soñador de mundos mejores, de la misma forma que somos naturalmente filósofos, pues todos buscamos, en mayor o menor medida, comprender la Vida y el mundo en que vivimos. Lo cierto es que la Vida se torna más bella e intensa cuando le damos cabida a ese soñador y filósofo que late en nuestro corazón, pues sólo él puede encontrar los maravillosos tesoros que la existencia esconde para nosotros.

nosotros depende nutrir las semillas del bien en el vientre de un mundo nuevo, regenerado. No debemos dejar para mañana las heroicidades que podamos realizar hoy. En este mismo instante soy capaz de decidir quién y cómo quiero ser y en qué mundo me gustaría vivir; decido qué mundo quiero ver a través de mis pupilas; los colores y los matices que quiero percibir. Decido acuñar en mí los valores más elevados que me permitan empuñar la noble espada que será mi aliada para vencer mis miedos y a la que entregaré toda la fuerza para derribar aquellos dragones interiores que me impiden ver el mundo que me gustaría ver. Llegados a este punto, se abrirá en nosotros la flor pura de la voluntad por el


La revolución de la

poder de la imaginación y la magia que envuelven la vida. ¡Ya basta de mirar sólo la superficie! ¿O es que creemos que al alma le importan las modas o los accesorios de un gran palacio? Ya basta de anteponer todos los motivos y excusas posibles para no dedicarnos a tareas distintas de las cotidianas o de las que hacemos en beneficio propio. Se puede y se debe encontrar tiempo para realizar acciones con el corazón, para disfrutar de la brisa de una noche de verano, para apreciar una música armoniosa, para dejarse atrapar por la poesía y para tantas acciones que son sencillas pero que embellecen el mundo. Es vital que nos planteemos desde ya: ¿qué es lo realmente importante en la vida, en mi vida? No puedo ver ni aceptar un mundo mejor en el que todo sea fácil y en el que no haga falta esforzarse. Sin embargo, puedo ver un mundo —ni totalmente gris ni de color de rosa— de fraternidad, de amor verdadero, de amistades sólidas, sinceras e imperecederas. Puedo imaginar un mundo en el que trabajemos por conseguir cumplir con el destino que los antiguos griegos llamaron “La Moira”: lo que viviremos cuando seamos dueños de nuestras decisiones, cuando seamos capaces de imaginar los altos estadios a los que puede llegar el ser humano, cuando nos conquistemos a nosotros mismos. Roxana Cical “La imaginación es uno de los instrumentos que servirá al hombre para su transformación”. Giordano Bruno

Así como la tinta de una impresora se seca cuando no se hacen impresiones durante un cierto tiempo, las ideas se olvidan cuando no se llevan a la práctica. Las escuelas de filosofía han tenido como función revitalizar las ideas para evitar que se degraden o desaparezcan. Una de las ideas que está en vías de degradación, e incluso de desaparición, es la de “revolución”. Hoy por “revolución” se entiende manifestaciones callejeras, violencia gratuita o cambiar a unos políticos por otros. Hoy ser revolucionario es llevar una camiseta estampada con la frase “soy revolucionario”. Vivimos en la época de las camisetas chulas y originales. Pero la idea de revolución es otra cosa muy diferente. Revolución es cambiar lo que no funciona por algo que sí funciona, luchando contra el conservadurismo de la oficialidad imperante. La escuela de filosofía de Confucio provocó una revolución en su tiempo, al difundir ideas morales en la política. La revolución auspiciada por las ideas confucianas fue la de ordenar la sociedad no en categorías sociales, sino en capacidades individuales al servicio del pueblo. Durante más de dos milenios, la influencia de su doctrina se ha reflejado en la vida política y cultural de China. La escuela de filosofía de Pitágoras produjo en Crotona una verdadera revolución, cautivó a jóvenes y mujeres, admirados al escucharle hablar sobre la virtud y la verdad. Sus discípulos gobernaban las democracias del sur de la Magna Grecia, siendo elegidos año tras año. Y es que tras el fracaso de las instituciones políticas, el pitagorismo demostró que un gobernante filósofo, ético, humilde y comprometido era la única manera de hacer verdadera política. La revolución surgida a raíz del pitagorismo fue la de la armonía matemática de la realidad y la vida. La escuela de filosofía de Platón, de la cual se cumple en este año el 2400 aniversario de su creación, ha sido la lanzadera de las ideas del genial ateniense. Su influencia ha sido enorme y podemos aseverar que ha causado durante todo este tiempo una gran conmoción en todos los ámbitos de la ciencia y la política. Si con posterioridad se han producido revoluciones en el mundo se deben en gran parte al mito de la caverna de

El vuelo de la esfinge Filosofía para un mundo mejor

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Nº 0. Octubre 2013

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Platón. Hay quien dijo que toda la filosofía occidental es una anotación a pie de página de la obra de Platón. La revolución platónica fue la de la filosofía como forma de vida. Estas tres escuelas de filosofía provocaron un profundo cambio en las mentalidades de sus contemporáneos y en las generaciones sucesivas. Estos cambios no fueron revoluciones sangrientas, sino evoluciones lentas y reales. Hoy gran parte de China es confuciana; hoy gran parte del mundo es platónico o aristotélico, que es casi lo mismo. Por eso, cuando comparamos aquellos cambios con las revoluciones de los siglos XIX y XX, las revoluciones liberales americana y francesa y la revolución marxistas rusa, en las que tanta sangre se derramó, constatamos una diferencia fundamental: con las ideas se puede cambiar el mundo sin exterminarnos los unos a los otros. Con estos antecedentes estamos en condiciones de proponer una hipótesis de trabajo e investigación. Las escuelas de filosofía han sido fundamentales en los cambios evolutivos de la sociedad humana porque han inspirado transformaciones en las que los protagonistas no eran un sector de la sociedad, sino todos los seres humanos. Aquellas ideas universales fueron el fundamento de grandes avances. Por el contrario, cuando las revoluciones o cambios sociopolíticos drásticos, no han contado con la inspiración de las ideas promovidas por una escuela de filosofía, han degenerado en procesos de persecución, imposición del terror y la aniquilación de los disidentes. Proponemos la revolución de la fraternidad. No es una propuesta arbitraria sino necesaria. Es hora de que todos los ámbitos de la sociedad se inspire en esta idea que es corroborada por las ciencias y las místicas de todo tiempo: la humanidad conformamos

una fraternidad natural. La libertad y la igualdad sin fraternidad no han funcionado. Llega la oportunidad histórica de demostrar que con fraternidad son posibles esos otros ideales revolucionarios de la libertad y la igualdad. ¿Qué escuela de filosofía actual nos habla de fraternidad? Es necesario encontrarla o crearla. Francisco Capacete

Lo leí en... “Las Fuerzas Morales” De José Ingenieros

Todo progreso moral es el triunfo de una verdad sobre una superstición. El renacimiento de las artes y las ciencias fue una revolución tan grande que aún persiste el eco de ese conflicto entre lo medieval no extinguido y lo moderno en formación. Y la fuerza magnífica puesta en juego por sus actores, fue la verdad; el deseo de la verdad lógica, en la ciencia; el deseo de la belleza, que es la verdad en el arte; el deseo de la virtud, que es la verdad en la moral; el deseo de la justicia, que es la verdad en el derecho... La verdad es la más temida de las fuerzas revolucionarias; los pequeños motines se fraguan con armas de soldados, las grandes revoluciones se hacen con doctrinas de pensadores. Todos los que han pretendido eternizar una injusticia, en cualquier tiempo y lugar, han temido menos a los conspiradores políticos que a los heraldos de la verdad, porque ésta, pensada, hablada, escrita, contagiada, produce en los pueblos cambios más profundos que la violencia. Ella -siempre perseguida, siempre invencible- es el más eficaz instrumento de redención moral que se ha conocido en la historia de la humanidad.

Cuando nos emocionamos estamos iluminados ¿Cuántas veces hemos escuchado aquello de “tiene luz en la mirada” o “se le ha iluminado el rostro”? Pues bien, los descubrimientos en neurología no dejan de asombrarnos. Cuando el ser humano se emociona se liberan una serie de neurotransmisores, entre los que se encuentran la dopamina y la noradrenalina, para las cuales tenemos receptores por todo el cuerpo. Ambas intervienen en procesos de excitación, satisfacción y respuestas emocionales, entre otras. Tanto la dopamina como la noradrenalina son hijas de la tiroxina, una molécula que a lo largo de nuestra vida va almacenando la luz del sol (a través de un proceso de resonancia de la luz con los electrones de su anillo conjugado).

De este modo, cuando nos emocionamos liberamos dopamina y noradrenalina, liberamos nuestra propia luz, transformando la luz del sol que teníamos almacenada. El laboratorio no ha matado a la metáfora, sino que le ha dado alas, descubriéndonos cuántas sugerencias se encuentran en los procesos de la vida.

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Culturas de sabiduría “Sería un ministro perfecto quien poseyera un corazón bondadoso y desapasionado, aunque careciera de las demás cualidades; un ministro así superaría al más inteligente. Cuando conociera a los más capacitados no sentiría envidia, y se alegraría de poder aprovecharse de sus cualidades como si fuera él quien las poseyera. Cuando conociera a un hombre de excepcional virtud e inteligencia, no se limitaría a elogiarle hipócritamente, sino que haría todo lo posible para retenerlo junto a sí y le confiaría un cargo público. Yo no tendría ningún reparo en encargar a un ministro así el cuidado de mis hijos, de mis nietos y de todo el pueblo. El Imperio entero recibiría grandes beneficios si existiera un ministro de corazón bondadoso y desapasionado.” “Por el contrario, si un ministro siente envidia de los hombres virtuosos e inteligentes, si movido por este sentimiento, aparta de sí a los hombres capacitados y, en lugar de confiarles cargos públicos , procura imponerles toda suerte de obstáculos para que no sobresalgan, por grande que fuera la inteligencia de ese ministro, yo nunca le confiaría el cuidado de mis hijos, ni de mis nietos, ni del pueblo. La presencia de un ministro así representaría una grave amenaza para el Imperio entero”. Confucio. Extraído del “Ta-hio” (Libro de la gran ciencia).

El elefante y la estaca Siempre me sorprendió ver al elefante atado con una cadena a una pequeña estaca clavada en el albero. No lo entiendo –me decía a mí mismo–, ese elefante enorme, poderoso, atado a esa pequeña estaca... Si yo los he visto en la tele, en plena sabana africana cuando, enfurecidos, arrancan un árbol de cuajo... ¿qué obstáculo puede ser para él esa ridícula estaca? Pero un día, ya mayor, y estando en el circo con mi hijo, volví a ver al elefante atado a la estaca. Y volvió a mí la pregunta sin respuesta. Hoy no me iría sin resolver el misterio –pensé–. A la salida fui a enseñarle los animales a mi hijo, que ya estaban en sus jaulas, unos tranquilamente recostados, otros inquietos dando sus paseos recurrentes, castigo de unos animales a los que cambiaron la sabana infinita por un cubo triste, y me acerqué al cuidador, que estaba con ellos limpiando sus jaulas. Este hombre sencillo me desveló el enigma. El elefante había nacido en cautividad. Y desde el momento en que se tuvo de pie fue atado a la estaca. El primer día trató de zafarse, daba tirones, empleaba toda su fuerza, pero todo era inútil. Era pequeño y sus fuerzas no eran suficientes. El segundo día también lo intentó. Y el tercero. Todos los días sin éxito. Pasaron los días y el elefantito asumió con pena su impotencia. Ya no lo intentó más. ¿para qué? Se diría: “es imposible”. Y ya no lo intentó más. Y por fin entendí cómo ese elefante enorme no imaginaba siquiera que podría fácilmente librarse de tan pequeña atadura. Miguel Prat

Tener una misión Vivir una época de crisis, como la que nos afecta de manera global, puede ser una gran oportunidad para reconducir nuestra manera de encarar la vida, para volver a hacernos preguntas que teníamos olvidadas, aturdidos por el fragor del materialismo a nuestro alrededor. Quizá por eso se suele repetir que la crisis que padecemos no es sólo económico- financiera, sino también moral, de valores. Y ahí se encuentra precisamente esa oportunidad que puede hacernos mejores y también más felices, o más sabios. Si hubiera que sintetizar una sola propuesta que resultase útil para conducirnos a ese cambio necesario, podría resumirla en la necesidad de descubrir cuál es nuestra misión en la vida, qué objetivos nos trazamos para mejorar, para evolucionar en los diferentes ámbitos de nuestra existencia. Los sabios de la antigua India le dieron el nombre de Dharma, como la gran ley que sostiene al universo y a nosotros mismos. Quizá estemos dejando de lado lo importante, distraídos con los fuegos de artificio de lo superficial. O puede ser que no sepamos todavía qué queremos ser y hacer realmente, a qué queremos dedicar el resto de nuestra vida, cuáles son las metas que nos proponemos alcanzar. Es bueno recordar que el secreto de la felicidad se encuentra en la realización, en trabajar continuamente para alcanzar los objetivos y avanzar en la dirección que nos hemos fijado, tal como nos indican los maestros estoicos, conocedores de los secretos de la existencia humana. De nuevo el clásico imperativo de Delfos, “Conócete a ti mismo”, vuelve a invitarnos a formularnos las viejas preguntas filosóficas. Conocernos a nosotros mismos es averiguar qué queremos lograr en la vida, si nos satisfacen solamente los logros materiales o necesitamos algo más. Es también recuperar sintonía con nuestro ser interior, escuchar sus demandas de sabiduría y serenidad. Descubrir cuál es nuestra misión y encaminarnos resueltamente a cumplirla. Y que sirva a los demás. MªDolores F.-Fígares

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¿Cuál es la naturaleza del ser humano? ¿Quién es el Hombre? ¿Es solo este cuerpo que vemos frente al espejo? ¿Cuál es su verdadera naturaleza y para qué ha nacido? Son algunas de las preguntas que, si hemos reflexionado en algún momento de la vida, llegaremos a hacernos. Antiguas enseñanzas que encontramos en el Egipto o la India milenaria, coinciden en que el hombre, así como el universo, están constituidos por 7 cuerpos, dimensiones o vehículos de expresión. En general, todo en la Naturaleza parece estar dividido en siete: 7 notas musicales, 7 colores, 7 días de la semana... Explicaremos muy brevemente estos 7 planos en el hombre, desde el más concreto hasta el más sutil. En primer lugar tenemos al CUERPO FÍSICO. Es el que mejor conocemos pues lo vemos diariamente frente al espejo. Es el que alimentamos, bañamos y vestimos, pero que es simplemente la cáscara que recubre otras realidades interiores. Luego encontramos al CUERPO VITAL O ENERGÉTICO. Este cuerpo vital es una corriente de energía, es una fuerza que nos recorre íntegramente y que nos permite movernos, hablar, expresarnos y manifestarnos con esas cualidades que nos hacen reconocernos como “seres vivos”. A continuación tenemos nuestro cuerpo psíquico o CUERPO EMOCIONAL. En él moran todas nuestras emociones, pasiones y sentimientos. El nos hace oscilar entre la ira más terrible y el sentimiento místico más elevado. Este es un cuerpo que si bien nosotros pensamos que manejamos y poseemos, en realidad, suele manejarnos y llevarnos. Cuando no lo conocemos bien, tampoco podemos gobernarlo completamente. Más adelante, nos encontraremos un tipo de “Mente”: nuestro CUERPO MENTAL CONCRETO, que se distingue por una capacidad propia de los humanos: el raciocinio, el poder manejar ideas. Se caracteriza por razonar en función de “lo que a mí me conviene”, “a mí me gusta” o “yo deseo”. Es una mente egoísta, no en un aspecto malo, sino en el sentido de que sólo atiende los requerimientos personales. Avanzando un poco más, hallaremos un CUERPO MENTAL PURO. Esta mente tiene más capacidad. Concibe no solamente la existencia de uno mismo, sino también la de otros seres. Concibe el altruismo, el desprendimiento; es capaz de generosos actos, de pensamientos nobles. Puede percibir los grandes ideales.

Y dando otro paso, nos encontraremos con un CUERPO INTUICIONAL. La intuición no es para los antiguos “presentir”, sino una forma especial de conocimiento que no necesita razonar mucho porque “capta” las grandes ideas, las grandes verdades. Aquellas cuestiones que de tan sutiles e inefables, no caben ni en las palabras, ni en las definiciones, ni en los razonamientos. Y por último, un cuerpo tan sutil y especial, que muchas civilizaciones le han llamado el Espíritu, la Chispa Primordial, al que llamaremos CUERPO DE VOLUNTAD. No imaginemos que están aislados unos de otros. El uno tiene influencia sobre el otro. A veces, un desarreglo emocional nos enferma físicamente; una dolencia física nos desequilibra psíquicamente. Otras veces, una dolencia física o una carencia de vitalidad nos traba mentalmente. Al Cuaternario o conjunto de los cuatro primeros cuerpos: Físico, Vital, Emocional y Mental Concreto, llamaban “personalidad”, que en griego proviene de la palabra “máscara”, queriendo simbolizar el disfraz, la cobertura con la que se cubre el alma para poder aparecer en el Teatro de la Vida. Al conjunto de los tres cuerpos superiores: la Mente Pura, la Intuición, la Voluntad la llamaban INDIVIDUALIDAD, lo que es indiviso, lo que no puede partirse, lo que constituye una Gran Unidad. Es el Yo Superior, el Hombre Verdadero, el Ser Interior: Aquello que permanece, es eterno. Así, podríamos hablar de un hombre perecedero, en cuanto al cuaternario, y de un hombre Inmortal en cuanto a la Tríada. Esta Tríada aún no está completamente conquistada por el hombre, se encuentra en latencia. ¿Cómo podemos conocer y desarrollar mejor cada uno de estos planos? ¿Puede contribuir este conocimiento a una completa realización? ¿Cómo puede el hombre conquistar su Yo Superior, su realidad inmortal? Te invitamos a acercarte a la sabiduría de estas grandes civilizaciones a través de las actividades culturales de esta escuela de filosofía a la manera clásica, que se llama Nueva Acrópolis, y a profundizarlas en sus cursos. Podrás conocerte mejor a ti mismo y a los demás, descubrir tus potencialidades y descorrer algunos velos del gran misterio de la vida del hombre y el universo. Delia Steinberg Guzmán Extraído de la conferencia “El Hombre y sus cuerpos” -5-


Valores universales que nos humanizan Cualquiera de nosotros a lo largo de su vida ha podido comprobar cómo todos tenemos actitudes y cualidades que nos elevan en nuestra condición humana, y por el contrario, otras que nos rebajan hacia lo peor de nosotros mismos. Desde esas actitudes y valores es desde donde se constituyen nuestras fortalezas para afrontar la adversidad, y gracias a ellos también vivimos los más bellos y enriquecedores momentos. Entusiasmo, empatía, serenidad, discernimiento, amor, orden, sentido de la justicia, voluntad, concordia... Más allá de la extraordinaria diversidad de caracteres que configuran la humanidad, parece que están estas cualidades válidas para todos los individuos sin distinción de época, raza o condición social. Es cierto que cada cultura (y por qué no cada persona), va a desarrollar una aplicación particular, una digamos “moral de costumbres” con la que se identifica. Pero hemos visto a lo largo de la historia cuántas veces esas costumbres llamadas “culturales” se enquistan y pierden de vista los valores universales que las inspiraron fanatizando y ahogando la vida. (Como siempre, las normas no pueden sustituir la necesaria conciencia del bien). Tendremos entonces que esforzarnos en distinguir lo que es una moral temporal de costumbres, de los aspectos que verdaderamente podríamos llamar universales y cuyo reconocimiento y desarrollo nos permita convertir nuestra experiencia personal en una vida plena de realización. Me gusta pensar que el sistema personal de valores se alza sobre cada uno como un cielo de estrellas, una referencia que orienta nuestra vida. Habrá estrellas fugaces pero siempre estarán aquellas estrellas luminosas y estables que nos permitan trazar rumbos, y bajo cuyo amparo desarrollar aquellas cualidades que nos humanizan y fortalecen. Es por ello por lo que a lo largo de esta sección me propongo establecer un diálogo con esos valores y aprender de ellos, de su experiencia de vida. Y que juntos, tal vez, fortalezcamos lo mejor que apunta en cada uno. Creo que es una buena manera de cambiar el mundo juntos. Miguel Ángel Padilla

Adhiérete a la Red Internacional de Ética Universal y apoya la Declaración de Principios en torno a una Ética Universal. www.eticauniversal.net -6-


La educación según Platón El primer paso a la felicidad... ...probablemente sea la autenticidad. Una autenticidad que nos lleve a esa coherencia entre nuestras ideas, lo que sentimos y las acciones que nos mueven en la vida. Por eso el camino a la felicidad no estaría en obtener unas circunstancias que nos hagan felices, sino más bien en conocerse y poseerse uno a sí mismo para, desde nuestra unidad interior, avanzar serenamente a través de las circunstancias hacia las metas que nos hayamos marcado en la vida. Si la vida esconde entre sus significados el de la realización de todo el potencial que guardamos como personas, será conociéndonos y desplegando lo mejor de nuestra naturaleza humana cuando convirtamos la vida en una maravillosa aventura, nuestra aventura.

Un movimiento filosófico a nivel mundial presente en más de 60 países Nueva Acrópolis es una organización internacional de carácter filosófico, cultural y social, que nacido a mediados del siglo XX, se proyecta en este nuevo milenio. Nueva Acrópolis promueve la Filosofía a la manera clásica como un conocimiento global que aúna Ciencia, Arte, Ética y Metafísica en un Ideal de realización humana, capaz de obrar en el Hombre una armonía entre la forma de pensar y la forma de vivir; que reavive los altos ideales de Belleza, Bondad, Justicia y Concordia.

Principios y Finalidades 1- Fraternidad Promover un ideal de fraternidad universal, basado en el respeto por la dignidad humana, más allá de las diferencias raciales, de sexo, culturales, religiosas, sociales, etc. Es necesario promover el respeto por las diversas identidades y tradiciones, y a la vez fortalecer la unión más allá de las diferencias, armonizar personas, ideas y sentimientos en una convivencia enriquecedora y abierta. Este ideal de fraternidad halla su fuerza en lo que nos une más que en lo que nos separa. Se afirma en el reconocimiento de valores universales que, respetando la diversidad, trascienden los propios usos y costumbres locales y confluyen en unos principios éticos comunes, inherentes a la dignidad de todo ser humano. Este ideal promueve el respeto y fomento de los derechos humanos, así como el reconocimiento de unos principios de ética universal.

Propósitos y Principios

3- Desarrollo 2- Conocimiento Desarrollar lo mejor de nuestro I. Reunir a los Hombres y Mujeres de todas Fomentar el amor por la sabiduría potencial humano, promoviendo razas y condiciones socialeslaen q u e , a t r a v é s d e l e s t u d las i o creencias, como individuos y a un ideal plena de fraternidad universal. comparado de filosofías, religiones,tornorealización nuestra integración en la naturaleza ciencias y artes, promueva el y la sociedad. II. Despertar una visión global mediante el conocimiento del universo, la estudio comparado de las Filosofías, las naturaleza y el ser humano. El ser humano guarda aún enorme Ciencias, las Religiones y lasunArtes. potencial latente. Conocerlo y El amor a la verdad y el conocimiento desarrollarlo uno dedel los individuo pilares parte de la legítima aspiración por III. Desarrollar lassupone capacidades fundamentales de la propia vida y una y desarrollar el propio discernimientopara y que pueda integrarse en la Naturaleza fuente de satisfacción perdurable. El comprensión del mundo y de uno vivir logro segúndelas características de su propia la armonía entre pensamiento, mismo. Entendemos la filosofía como personalidad. sentimiento y acción es una meta para eje relacionador de las diferentes todo ser humano. Un desarrollo facetas y vertientes del conocimiento equilibrado y global de uno mismo, la humano. realización de las mejores cualidades y valores de nuestra naturaleza humana, La filosofía puede unir las fuentes del son probablemente la única garantía pasado y el presente en esa visión hacia un mundo mejor. global, amplia e integradora, transformándola en un verdadero motor del progreso que busque no solo indagar en los caminos de la vida, sino profundizar en sus finalidades, y que www.acropolis.org trate de aunar todos los aspectos del saber y de la experiencia. www.nueva-acropolis.es -7-


a í f o s o l i F n o P en tu vida Taller de de Filosofía de Oriente y Occidente

Si tienes un alma inquieta y un corazón aventurero que no se resigna a vagar sin respuestas ni a confiar en aquello que no acepten tu corazón y tu mente... Si huyes de los fanatismos y los dogmas pero crees en la profundidad de la vida... Si intuyes que detrás de cada pueblo, de cada religión, de cada pensamiento hay un trozo del misterio del ser humano... Si sientes que la música, la ciencia, la ética o el arte están unidos por los lazos invisibles que unen todas las cosas.... Entonces tú eres un filósofo, buscador incansable de lo verdadero, de lo justo y de lo bello.

Para más información de convocatorias y horarios

MÓDULO I El ser humano ante sí mismo_________________ El ser humano y su naturaleza - Microcosmos y Macrocosmos - Planos y dimensiones del Universo y del Ser Humano India milenaria - Poema místico-esotérico del Bhagavad Gita: Dharma y el Karma -Teoría de la reencarnación La sabiduría del Tíbet - Antiguos textos tibetanos: “La Voz del Silencio”, “El Libro de los preceptos de oro” Budismo - Vida y enseñanzas del Buda. El Dhammapada - El ser humano frente al sufrimiento y el dolor China - Confucio, vida y pensamiento - Ética y política, las cualidades del buen gobernante Egipto - Ciencia, Arte y Magia en Egipto - Textos y enseñanzas egipcios Aristóteles - La búsqueda de la Felicidad - La Areté: el desarrollo de las excelencias del Alma Los neoplatónicos - Las tres vías de acercamiento a la Sabiduría: la Belleza, la Música y la Filosofía. El Arte como camino de realización MÓDULO II La dimensión social del ser humano ________ El ser humano al encuentro de la convivencia - Los problemas del ser humano y el mundo actual. La deshumanización y pérdida de finalidades - Confucio y Platón: un mundo mejor sólo es posible con un hombre mejor La tradición platónica - El Ideal platónico del hombre y el mundo: lo Justo, lo Bueno, lo Bello y lo Verdadero - La educación y la formación integral humana - Simbolismo del Mito de la Caverna Roma y los ciudadanos del mundo - La Filosofía Estoica. El Valor y la Fortaleza frente a la adversidad MÓDULO III El ser humano ante la Historia ____________ - Filosofía y lógica de la historia. Sentido de la historia y la mitología - Teoría del eterno retorno y los ciclos históricos - La crisis de nuestro tiempo y su proyección en el futuro de nuevas formas civilizatorias ANEXO I Ciencias antiguas ____________________________ Astrología. Alquimia. Yoga -

Taller de 36 h, dos horas a la semana. Consulta contenidos y más en:

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