El vuelo de la esfinge 07

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Filosofía para un mundo mejor

No somos tontos Vivimos en la era de la información. Llevamos un móvil en el bolsillo y podemos acceder a cantidades ingentes de información sobre cualquier tema que deseemos. Tenemos libertad para elegir por decisión propia... ¿O tal vez no? ¿Y si estamos envueltos en una maraña de mentiras muy bien orquestadas? Quizá convenga reflexionar un poco sobre ello. En honor a la tolerancia, que debe ser el factor sobresaliente de la filosofía, me duele tener que escribir así acerca del mundo que nos ha tocado vivir. No soy de los que piensan que este mundo es negativo, y que todo tiempo pasado fue mejor; ni tampoco de aquellos que postergan la felicidad para un futuro que no podemos precisar.

Me preocupa la cantidad de incongruencias, incoherencias, por no llamarlas definitivamente mentiras, que estamos obligados a soportar. Ni siquiera se disimulan las falsedades, sino que, al contrario, se presentan exactamente como si fueran lo contrario, convencidos de que somos tontos, y basta con que una información provenga de los medios de comunicación para que la consideremos verdadera. Qué nos venden Nos venden un mundo en progreso indefinido en el que todas las cosas van hacia lo mejor. Nos venden un mundo democrático, aunque este concepto se ha convertido en el «comodín» de cualquier movimiento político, religioso, educacional, empresarial, de lo que venga a cuento. Decir democrático es decir libre. Nos venden un mundo tolerante, en el que, al contrario de siglos anteriores, hemos aprendido a convivir unos pueblos con otros, en que todos respetan las diferencias, las

creencias religiosas y las formas de pensar. Nos venden un mundo comunicado e informado por los medios más variados. Nada de esto es cierto. NADA. Y lo peor es que, por cansancio o ignorancia, terminamos por creer y por aceptar lo que nos venden. Todo ese material se ha introducido subrepticiamente en nuestras mentes, y terminamos usando los mismos conceptos sin saber lo que estamos diciendo. Veamos. Ante el progreso indefinido, nos encontramos con una bancarrota económica que en este momento afecta aun a los países considerados más ricos del mundo. Y unos países arrastran a otros, porque todas las finanzas crean lazos invisibles de efecto dominó. Eso, por no mencionar las hambrunas que asolan tantos países pobres, y las guerras y guerrillas que impiden el paso de alimentos y artículos de primera necesidad para aliviar tanto dolor. No somos libres. Cuando acudimos a las urnas, lo hacemos tras unas campañas electorales que más bien parecen desfiles de modelos, plagadas de discursos vacíos, y sobre todo de descalificaciones hacia los partidos «contrarios». ¿Por qué han de ser «contrarios»? ¿Es que la democracia no admite la multiplicidad? A veces no somos libres ni para circular de un país a otro, a pesar de las estrechas alianzas económicas que los unen. No somos libres para afrontar las migraciones de gente desesperada por la miseria, sencillamente porque no podemos hacer lugar a tantas personas, cuando hasta los propios habitantes de cada país también están al borde de la indigencia. Me gustaría saber dónde está la tolerancia. Bajo unos nombres u otros, la agresión es la noticia cotidiana. Nunca se han visto tantos enfrentamientos étnicos, sociales, religiosos, por no mencionar los sexuales o asexuales.

N.º 7

Editorial Decía Henry David Thoreau que el destino de un país no depende tanto de la clase de papel que metes en la urna cada vez que te convocan a elecciones como de la clase de hombre que sale de casa a la calle cada mañana. Sin restarle importancia a lo que suponen unas elecciones para la vida democrática, es indudable, especialmente en los tiempos que corren, que una regeneración ética, de honradez y valores humanos básicos, es imprescindible para que algún día cambie el panorama de la política y podamos tener una auténtica convivencia constructiva, que piense primero en los ciudadanos y respete sus necesidades, desde las económicas hasta las de dignidad. Cualquier sistema sin personas honradas se corrompe. Y ahora, además, alejan la filosofía de los jóvenes, cuando esta ha supuesto, desde hace más de 2500 años, una fuente de discernimiento y valores permanentes… Hagamos, pues, filosofía en la calle. . Miguel Ángel Padilla

La mayor parte de la comunicación es peor que el opio. Nos adormece y nos engaña sin piedad. Nos obliga a entrar en tramas de las que luego no podemos desprendernos, nos introduce en trampas de las que no podemos deshacernos. Somos esclavos de las computadoras, grandes, pequeñas y de bolsillo; de los teléfonos, de los mensajes abreviados que degradan los lenguajes; de las redes sociales que destruyen nuestra intimidad…


Quién nos lo vende Esta es una cuestión delicada que, por falta de conocimiento concreto y, sobre todo, de pruebas, me cuesta abordar. Viene en mi ayuda el «mito de la caverna» que describe el filósofo Platón en su libro La República. No hace falta extenderse en el contenido del mito porque es muy conocido. Se trata de una caverna (el mundo) donde todos estamos encerrados, aunque encantados de estarlo, porque dentro de la caverna se nos ofrecen todo tipo de imágenes falsas con visos de realidad, tan convincentes como para que nadie quiera salir de allí. Nadie conoce a los «amos de la caverna», pero es evidente que alguien, o algunos, han montado esta prisión disfrazada de un mundo feliz. Esto permanece así hasta que un atrevido decide romper sus cadenas y salir a ver lo que pasa en el exterior. Y aquí comienza el drama: el que sale comprueba el engaño, intenta contarlo a los demás y se encuentra con una absoluta incomprensión, porque al parecer todos gozan de sus cadenas… Sinceramente, creo que nuestro mundo, al completo, en todos los continentes y en todos los países, está regido por los «amos de la caverna». No los conocemos, no son los que dan la cara y ocupan las páginas y las pantallas de los medios de difusión, no; los visibles son sus títeres y ellos permanecen en el anonimato para seguir trabajando a gusto. ¿Por qué nos venden tantas mentiras? Porque no hay nada mejor que un pueblo engañado, debilitado, idiotizado, para poder manipularlo mejor. Los que viven intoxicados y casi inconscientes, creen cualquier cosa, y son capaces de hacer cualquier cosa. No somos tontos No nos podemos permitir serlo. Bastaría con ejercitar la facultad de comparar lo que se vende con lo que hay. Informarse está bien. Pero los medios de comunicación no tienen la verdad absoluta: ¿hemos probado alguna vez a leer la misma noticia en dos periódicos de diferente filiación política? Hay que aprender a ver lo que tenemos alrededor, a escuchar lo que cuentan las personas de sus propias vidas. Las calles hablan, la gente también; tienen su lenguaje particular relativamente fácil de captar. No somos tontos. Pero tampoco somos inteligentes, porque por ahora no podemos encontrar soluciones que no caigan en el radicalismo y la violencia. ¿Hay soluciones? Claro que las hay. Seguramente cada grupo vendedor de fantasías presentará sus aportes. Nosotros proponemos la filosofía. Nos consta que, entre los filósofos más conocidos, Platón y Confucio ya lo hicieron.

No una filosofía teórica, porque con eso no movemos ni una mota de polvo. Proponemos una filosofía activa que nos enseñe a pensar, a usar la razón y no a distorsionarla. Una filosofía de valores morales que dignifique nuestros sentimientos. Una filosofía que nos ayude a resolver las situaciones cotidianas de nuestras propias vidas. Una filosofía que nos sitúe en la realidad y nos haga felices al mismo tiempo. Así, tal vez, haciendo de cada uno de nosotros un ejemplo individual de transformación, podamos resolver los males que nos destruyen y construir un mundo diferente, esencialmente mejor. Es tarea para el futuro, pero mucho más cercano de lo que parece si nos atrevemos a empezar por nosotros mismos. Delia Steinberg Guzmán

...y yo ¿qué puedo hacer? Vuelven a alzarse pancartas que nos reclaman justicia recordando que no habrá paz sin justicia social, y tal vez no les falte razón, pero no podemos olvidar que para que haya justicia social es imprescindible una ética individual, no solo leyes y sistemas justos, sino auténticos valores humanos conduciendo el corazón de quienes han de vivirlas y aplicarlas, especialmente en los gobernantes y responsables sociales de cualquier nivel. Y esto, ¿cómo se logra? Difícil respuesta; yo al menos no lo sé, pero sí sé que no se logra únicamente con decretos, ni armas, ni discursos. Tal vez yo no tenga aparente poder para hacer del mundo un lugar más justo, pero sí puedo hacer de mi propia vida un territorio personal de concordia que contagie a los territorios vecinos, un territorio donde pueda levantar una bandera que no delimite fronteras, sino que alce sueños visibles y altos para quien quiera compartirlos (mi bandera sería tricolor, de voluntad, de amor y de inteligencia). Yo sí puedo hacer de este espacio, pequeño pero real, el territorio de mi vida, un lugar donde ser justo, honesto y bondadoso, valiente, responsable y veraz. Y puedo elegir a quién quiero que lo gobierne, y con qué programa educativo, con qué medidas saludables y con qué política de consumo. Puedo elegir a mis ministros y consejeros… incluso proclamar a los héroes de mi pequeña patria, este territorio de mi propia vida. Tal vez no consiga cambiar el mundo, es lo más probable, pero en el peor de los casos podré ser el gobernador de mí mismo… y seré feliz.

El vuelo de la esfinge Filosofía para un mundo mejor

EDITA: Esfinge: www.revista-esfinge.com

Nº 7. octubre 2016

Los artículos firmados no expresan forzosamente la opinión de la Redacción de la revista, sino que comprometen exclusivamente a su autor.


Juventud y Filosofía

Una buena combinación para transformar el mundo El esfuerzo por alejar a los jóvenes de las humanidades, particularmente de la filosofía, es cada vez más patente, no solo en España sino en gran parte del mundo, y con ello pierden capacidad de reflexión sobre los acontecimientos, la vida y sobre nosotros mismos. Aprender a pensar y discernir es esencial en el proceso de formación de nuestra identidad y libre realización personal. ¿ A quién beneficia este deterioro en la educación, especialmente entre los jóvenes? Creo que hoy más que nunca es imprescindible reivindicar el necesario vínculo entre filosofía y juventud. La juventud es una esperanza de futuro en todo momento, pues guarda infinitas potencialidades cuando está abierta a la creatividad, a la transformación y al descubrimiento de las maravillas y posibilidades que la vida nos ofrece. Y la filosofía, como verdadero motor de transformación y evolución del pensamiento, tiene mucho que ver con la juventud, porque participa de esa misma capacidad de apertura, indagación y sorpresa ante el mundo. Decía Platón, en boca de Sócrates, que la filosofía es esa capacidad de sorprendernos y enamorarnos de la belleza, de aspirar a la justicia, de buscar la verdad. Hay una serie de cualidades que se manifiestan especialmente en la juventud y que quisiera resaltar y vincular con la filosofía: La rebeldía, esencial frente a lo que creemos que atenta contra nuestra dignidad, contra nuestra libertad. Frente a la rebeldía se nos pidemadurez, pero se espera que con ella ahoguemos los sueños y «sentemos la cabeza» (vaya sitio para poner la cabeza, en el destinado para el trasero), se espera que reconozcamos la realidad y dejemos de ser idealistas. La filosofía nos ayuda a poner los pies en la tierra pero elevar la cabeza, la mirada al cielo, sin renunciar a esa búsqueda de lo mejor, sin perder el motor transformador de la rebeldía. Une idealismo con discernimiento sin hacerlos antagónicos. El entusiasmo es otra de las cualidades de la juventud que, gracias a la filosofía, que propiciael pensamiento reflexivo y crítico, puede evitar que caigamos en el fanatismo. La filosofía nos conduce al descubrimiento de valores universales que alimentan los sentimientos de fraternidad, respeto y, a la vez, compromiso social. La plasticidades otra característica de la juventud. Se trata de la capacidad de poder adaptarse a las situaciones y entornos, porque uno no es rígido, no está encasillado en una forma. En este caso,la filosofía nos permite reconocer lo esencial para no caer en el riesgo de la superficialidad (que a veces se disfraza de adaptación y tolerancia). Es más, nos lleva a romper moldes, pero para liberar lo que realmente reconocemos como importante. El idealismo, o esa capacidad de elevarse, de concebir perfecciones para la humanidad, de soñar con el bien, con la justicia, con la belleza, con un mundo mejor, etc. La filosofía va ayudarnos a saber establecer el puente entre el mundo que nos rodea y el mundo que soñamos. Evitará que las crueles lecciones de «realidad» nos

conviertan en personas escépticas, acomodadas, resignadas. Tratará de aportarnos herramientas para convertirnos en verdaderos constructores de nosotros mismos y del mundo que concebimos. Y, finalmente, ser joven es soñar con el futuro. A mí me inspira particularmente mucho la imagen del dios Jano Bifronte, símbolo griego de la juventud. Uno de sus rostros, el joven, mira al futuro pero, como contraparte, hay otro rostro, el anciano, que mira hacia atrás. Uno representa la experiencia, o sea, el pasado, y el otro representa la capacidad de proyección, o sea, el futuro. Si a la capacidad de soñar sumamos la capacidad de heredar esa experiencia humana que nos permita no volver a caer en los errores, que nos dé patrones para poder reconocer los mejores caminos, las mejores soluciones, estaremos dando un paso excepcional. ¡Cuánta gente idealista dejó de soñar porque era imposible cambiar el mundo! El día que dejemos de soñar con un mundo mejor, habremos matado algo muy importante, habremos matado nuestra alma, nuestra juventud interior. También habremos matado la posibilidad de que el futuro pueda encontrar un puente del que recoger todo lo bueno que ya la humanidad ha conquistado. No dejemos de soñar nunca, seamos idealistas que se atreven a soñar y a perseguir esos sueños. La filosofía nos enseña que el presente es la oportunidad para unir el pasado con el futuro, a través del entusiasmo, a través de la plasticidad, a través de esa rebeldía y a través de ese espíritu soñador. ¿Tardará mucho? ¿Cuándo se conseguirá cambiar las cosas? Como decía el Quijote: «Yo voy por un mundo de hierro para convertirlo en un mundo de oro. No me preocupa si gano o pierdo, lo importante es que yo siga en mi empeño». Algo cambia dentro de uno mismo cuando se tiene esta actitud, algo crece y despierta. Miguel Ángel Padilla

“La Juventud es, pues, no sólo la edad de los estudios intensos, de los primeros esperanzados trabajos, del amor y la alegría, de la ilusión optimista del que tiene «toda la vida por delante», sino también la de la manifestación de los ideales... es la edad de gritarlos, de buscar imposibles y de vencerlo todo, incluso de vencerse a sí mismo.” Jorge Ángel Livraga

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Un nuevo paradigma evolutivo La nueva biología planteada por Bruce H. Lipton Hay libros que son una bocanada de aire fresco que nos renueva y revitaliza. Así definiría los escritos de Bruce H. Lipton; les recomiendo en especial La biología de la creencia y La biología de la transformación. De forma cercana y amena y al mismo tiempo documentada y completa, el doctor Lipton demuestra que cuatro de los grandes paradigmas de la ciencia actual, que él llama las cuatro percepciones míticas del apocalipsis, no son ciertas: 1)Solo importa la materia. 2) La supervivencia de los más fuertes. 3)Todo está en tus genes. 4) La evolución es aleatoria. En el momento de su formulación fueron principios que parecieron lógicos, pues había algunos ensayos que los sostenían, pero el tiempo pasa, y con él, la ciencia honrada establece nuevos experimentos para corroborar las teorías y hoy en día hay muchas realidades que los niegan. Cito a modo de ejemplo algunos de los argumentos que utiliza, con el fin de interesar al lector y provocar la lectura completa de estos libros que seguro le enriquecerán. El experimento de las bacterias de Cairns deshace el paradigma del azar, pues experimentan mutaciones que la comunidad científica ha llamado primero mutaciones dirigidas, aunque, como no sabían por quién, se cambió el nombre por mutaciones adaptativas o beneficiosas. Respecto a que todo lo que nos sucede está en nuestros genes, el proyecto genoma ha sido un gran paso adelante, aunque solo haya descubierto que un porcentaje pequeño de las enfermedades que podemos sufrir son anomalías genéticas. Dicho proyecto partía de la base de que debía de haber unos ciento veinte mil genes localizados en cada uno de los veintitrés pares de cromosomas humanos, que serían los moldes de los más de cien mil tipos de proteínas diferentes que componen nuestro organismo. Pero el resultado fue que solo se encontraron unos veinticinco mil genes. Lipton los compara con los veinticuatro mil genes del primitivo gusano Caenorhabditis, cuyo cuerpo está compuesto por 969 células y un cerebro formado por unas 302 neuronas. Esto es lo que llevó a decir a David Baltimore, ganador de un Premio Nobel: «A menos que el genoma humano contenga un montón de genes que resultan invisibles para nuestros ordenadores, es evidente que nuestra incuestionable complejidad no se basa en que tengamos más genes que los gusanos o las plantas. Comprender cuál es el origen de nuestra complejidad (de nuestro descomunal repertorio de comportamientos, de la capacidad para llevar a cabo acciones conscientes, de nuestra extraordinaria coordinación física, de la habilidad para realizar cambios precisos en respuesta a las variaciones del entorno, del aprendizaje, de la memoria –¿es necesario que continúe?–, seguirá siendo un enigma por descubrir en el futuro». Para completar y ampliar ese conocimiento de la realidad, la epigenética está desentrañando los misterios de cómo el entorno influye en las células sin alterar los genes. Las pruebas epigenéticas se han vuelto tan convincentes que algunos científicos audaces han llegado incluso a romper una lanza -4-

en favor de Jean Baptiste de Lamarck, el despreciado evolucionista que creía que los rasgos adquiridos a resultas de la influencia ambiental podían transmitirse a la descendencia. En 1995, la filósofa Eva Jablonka y la bióloga Marion Lamb escribieron en su libro Epigenetic Inheritance and Evolution: The Lamarckian Dimension: «En los últimos años, la biología molecular ha demostrado que el genoma es mucho más sensible y reactivo al entorno de lo que se suponía. También ha demostrado que, además de mediante la secuencia de bases del ADN, la información puede transmitirse a la descendencia de otras formas». Tampoco se sostiene que sobreviven los más fuertes o los más aptos. La idea del siglo XIX de que cada uno se apañe para su supervivencia ya empieza a venirse abajo incluso en algunas películas de éxito como Los juegos del hambre. Sobreviven los que logran una mayor armonía con su entorno, con el planeta: esa es la adaptación más exitosa de la vida. En cuanto a que solo importa la materia, es la misma ciencia la que ha refutado el dogma. Hoy importa el campo: el campo eléctrico, el campo magnético, el campo cuántico. La física cuántica tiene abrumadores descubrimientos acerca de la irrealidad de la materia, y sobre todo, acerca de la influencia de la mente sobre la materia. Por ejemplo, cuando la armonía del cuerpo se viene abajo, experimentamos la enfermedad, y hay tres situaciones que destruyen esa armonía: Traumatismos: por accidentes, golpes... Toxicidad: alimentos u otros contaminantes que tienen componentes dañinos para nuestras células o que distorsionan las señales que se transmiten por nuestro cuerpo del cerebro a los órganos, a las células. Y, sobre todo, la acción de la mente sobre el cuerpo; el doctor Lipton analiza desde la anorexia al efecto placebo. Finalmente, os dejo con uno de los párrafos maravillosos del libro: «En este libro trazaré la proverbial línea en la arena. A un lado de la línea está un mundo definido por el neodarwinismo, que considera la vida como una guerra interminable entre robots bioquímicos de batalla. Al otro lado de la línea se encuentra la “nueva biología”, que propone la vida como un viaje de cooperación entre individuos poderosos que pueden reprogramarse a sí mismos para experimentar una vida llena de alegría. Si atravesamos esa línea y llegamos a entender de verdad la nueva biología, ya no será necesario discutir sobre el papel del medio y de la herencia por separado, porque nos daremos cuenta de que la mente consciente domina ambas cosas. Y creo que, cuando cruce esa línea, la humanidad experimentará un cambio tan profundo y paradigmático como cuando la realidad de que la Tierra era redonda irrumpió en una civilización plana». Sara Ortiz


Platónmanía Uno de los filósofos que más ha fascinado en los últimos 2500 años ha sido, sin duda, Aristocles de Atenas, más conocido por su apodo gimnástico, Platón. Su vida está llena de episodios extraordinarios, más propios de un hombre de acción que de un pensador. Pero es que el filósofo griego no fue un teórico de las ideas, sino que se entregó de lleno a promover un cambio en aquel mundo clásico que se deslizaba casi irremediablemente hacia la decadencia. En su juventud, además de estudiar a los clásicos del momento, Homero y Hesíodo, se preparó para participar en las Olimpíadas, logrando algunos triunfos. Luego se adentró en las artes y, más en concreto, en el teatro, componiendo algunas tragedias de gran calidad literaria. Pero comprobó con tristeza que tanto en los Juegos Olímpicos como en el teatro se iba dejando de lado el ideal griego de la excelencia, el aristos. Por esta razón, cuando conoció al que más tarde se convertiría en su maestro, Sócrates, quien le inició en la filosofía como modo de vida, quemó todas las obras de teatro que había escrito y se dedicó a conservar el sentido de lo justo, lo bello, lo válido y lo verdadero, para que no desaparecieran de la vista de los hombres. Sin embargo, este propósito no iba a ser fácil, se ganaría las críticas de muchos de sus conciudadanos, como comprobaba que ocurría con Sócrates. No se amedrentó, viajó a Egipto para forjarse un carácter resistente ante las adversidades, dado que en el país del Nilo existían centros de sabiduría donde enseñaban a dominarse a uno mismo, a no dejarse esclavizar por las circunstancias. Muchos años pasó entrenándose en Heliópolis y a la vez investigando las leyes de la naturaleza para poder ofrecer al mundo una de las filosofías más espectaculares que han salido a la luz. Una vez de regreso en Atenas, fundó la Academia, una escuela de filosofía que perduró durante casi mil años. Allí enseñó y escribió. Allí preparó a sus discípulos para que pudieran gobernar con justicia. Y así la Academia se convirtió en un foco de conocimiento que irradiaba continuadamente la luz de los grandes ideales. ¿Cómo luchó Platón contra la crisis del mundo griego? ¿Cómo combatió el escepticismo, el mercantilismo, la corrupción de los gobernantes? ¡Con las ideas! Y, ¡qué ideas! * El mito de la caverna, como una alegoría que expresa la imperiosa necesidad de la educación del pueblo para no ser manipulado. Platón dedicó gran parte de sus diálogos a la paideia, a la educación. Esta idea ha inspirado a todos los pedagogos que se han preocupado por el bienestar de la sociedad. * La inmortalidad del alma, demostrada de mil maneras diferentes, fue y es la enseñanza que otorga sentido a la vida.

* El conocimiento que, según el divino Platón, debe basarse en recordar las esencias y no en reunir en la cabeza «gigas» de información. * El diálogo como forma de encontrar juntos la verdad que hay más allá de cada uno. En el diálogo no es importante convencer al otro; lo importante es descubrir juntos, es hacer amistad de alma. Es el momento de reivindicar a Platón como el filósofo anti-crisis. Sus ideas son herramientas eficientes para reorientar la vida de los seres humanos. Cuando casi todo a nuestro alrededor se quiebra y se rompe, cuando la corrupción, la falta de educación, el sinsentido, se adueñan de todo, llega el momento de buscar el sentido perdido de la vida. Llega el momento de rescatar aquellos ideales que desde hace dos milenios y medio han sobrevivido a todas las edades medias, a todas las crisis y a todos los amos de la caverna.

En su diálogo sobre la Justicia y el Estado, Platón propone que los gobernantes no deben cobrar por ejercer sus cargos. El Estado les facilitará la manutención y el alojamiento. Pero no pueden tener ganancias de ningún tipo. Solo con aplicar esta recomendación platónica, gran parte de la corrupción actual desaparecería, porque la inmensa mayoría de los políticos saldrían huyendo de los parlamentos y los consistorios. ¡Nos quedaríamos sin políticos! ¡Podríamos comenzar de nuevo! ¡Ea, por el perro, dialoguemos nuevamente con Platón! Francesc X. Capacete -5-


El Altruismo en las teorías de la evolución

Lo leí en...

10 causas del malestar emocional El conocido psicólogo Arnol Lazarus, autor de numerosos libros de psicología cognitiva, señala que gran parte del malestar emocional se debe a diez enfoques muy comunes y equivocados pero que pueden ser modificados:

Ser excesivamente perfeccionista y exigente No decir lo que hay que decir y decir lo que no se debe

En defensa del altruimo En este maravilloso libro de Matthieu Ricard, asesor personal del Dalai Lama y una de las mentes más influyentes de nuestro tiempo, el autor nos expone un amplio trabajo en defensa del altruismo como cualidad inherente a todo ser humano. Apoyado en numerosas investigaciones de las más prestigiosas universidades, trata de borrar la falsa creencia de que el hombre es un ser egoísta por naturaleza y que todos sus actos, aun cuando puedan parecer altruistas, esconden un egoísmo natural, teoría ampliamente extendida en el siglo XX con el nombre de egoísmo universal y justificada por sus seguidores con la idea evolutiva de la «lucha por la vida». Dice el autor: «Contrariamente a una idea ampliamente difundida según la cual el darwinismo no dejaría lugar al altruismo,la teoría evolucionista insiste en el desarrollo de la empatía y de la cooperación entre los individuos. En efecto, no olvidemos que es Herbert Spencer, filósofo inglés llamado el “bulldog de Darwin”, y no el mismo Darwin, quien acuño la expresión “lucha por la vida”… (...) La competición es generalmente más visible y espectacular que la cooperación… Sin embargo, es razonable afirmar que el mundo de lo vivo está tejido más a base de cooperación que de competición. De hecho, como explica Martinn Nowak, director del Departamento de Dinámica de Evolución de Harvard, la evolución tiene la necesidad de cooperación para ser capaz de construir nuevos niveles de organización: los genes colaboran en los cromosomas, estos colaboran en las células, las células colaboran en organismos y estructuras más complejas, estas estructuras colaboran en los cuerpos y, a su vez, estos cuerpos colaboran en las sociedades».

Estar enjuiciando a la gente constantemente Temor a cometer errores Incapacidad para relajarse y divertirse No responsabilizarse de las propias acciones culpando siempre a los demás Proponerse objetivos no realistas

No olvidar los resentimientos Incapacidad para tolerar las frustraciones de la vida Pensar de modo pesimista Si tomamos conciencia de nuestros patrones de pensamiento y reacciones emocionales podemos comenzar un proceso de transformación que nos acerque más a una vida feliz. CONOCETE A TI MISMO, como decían los filósofos clásicos


Valores Humanos La filosofía nos ha enseñado a descubrir en el ser humano una serie de cualidades latentes, de valores atemporales más allá de la época, de las culturas, de las religiones. Son Valores que al desarrollarse armónicamente suponen la Realización plena del ser humano

7. VALORES METAFÍSICOS:

4. VALORES INTELECTUALES: Lógica. Coherencia. Conocimientos. Sentido común. Reflexión. Discernimiento. Disciplina. Sinceridad. Comprensión. Organización. Eficacia.

Lo Bueno. Lo Bello. Lo Verdadero. Lo Justo...

6. VALORES MÍSTICOS: 3. VALORES AFECTIVOS:

Todo lo relacionado con la Belleza, y la Armonía. Sacralidad. Intuición. Trascendencia...

Felicidad del filósofo (sana alegría que nos hace estar bien con nosotros mismos). Control. Gratitud. Cortesía. Amistad. Confianza. Buen Humor. Generosidad. Entusiasmo. Paciencia...

5. VALORES MORALES:

2. VALORES VITALES:

“Y por encima de todo se bueno” Amor y búsqueda de la Verdad. Justicia. Lealtad. Altruismo. Honestidad. Heroicidad . Responsabilidad. Compromiso. Dignidad. Autenticidad. Humildad. Solidaridad. Tolerancia. Ecuanimidad...

Actividad. Salud. Ritmo. Capacidad de esfuerzo...

1. VALORES FÍSICOS: Habilidades. Higiene. Orden. Elegancia. Austeridad. Equilibrio...

Un movimiento filosófico a nivel mundial presente en más de 60 países Nueva Acrópolis es una organización internacional de carácter filosófico, cultural y social, que nacido a mediados del siglo XX, se proyecta en este nuevo milenio. Nueva Acrópolis promueve la Filosofía a la manera clásica como un conocimiento global que aúna Ciencia, Arte, Ética y Metafísica en un Ideal de realización humana, capaz de obrar en el Hombre una armonía entre la forma de pensar y la forma de vivir; que reavive los altos ideales de Belleza, Bondad, Justicia y Concordia.

Principios y Finalidades 1- Fraternidad Promover un ideal de fraternidad universal, basado en el respeto por la dignidad humana, más allá de las diferencias raciales, de sexo, culturales, religiosas, sociales, etc. Es necesario promover el respeto por las diversas identidades y tradiciones, y a la vez fortalecer la unión más allá de las diferencias, armonizar personas, ideas y sentimientos en una convivencia enriquecedora y abierta. Este ideal de fraternidad halla su fuerza en lo que nos une más que en lo que nos separa. Se afirma en el reconocimiento de valores universales que, respetando la diversidad, trascienden los propios usos y costumbres locales y confluyen en unos principios éticos comunes, inherentes a la dignidad de todo ser humano. Este ideal promueve el respeto y fomento de los derechos humanos, así como el reconocimiento de unos principios de ética universal.

2- Conocimiento

3- Desarrollo

I. Reunir a los Hombres y Mujeres de todas Fomentar el amor por la sabiduría Desarrollar mejor de sociales nuestroen las creencias, razaslo y condiciones q u e , a t r a v é s d e l e s t u d i otornopotencial promoviendo la a un idealhumano, de fraternidad universal. comparado de filosofías, religiones, realización plena como individuos y ciencias y artes, promueva el nuestra integración en la naturaleza II. Despertar una visión global mediante el conocimiento del universo, la estudio y la sociedad. comparado de las Filosofías, las naturaleza y el ser humano. Ciencias, las Religiones y lasunArtes. El ser humano guarda aún enorme El amor a la verdad y el conocimiento potencial latente. Conocerlo y parte de la legítima aspiración por III. Desarrollar lassupone capacidades desarrollarlo uno dedel los individuo pilares desarrollar el propio discernimientopara y que fundamentales de la propia vida y una y pueda integrarse en la Naturaleza comprensión del mundo y de uno de características satisfacción perdurable. El vivir fuente según las de su propia mismo. Entendemos la filosofía como logro de lapersonalidad. armonía entre pensamiento, eje relacionador de las diferentes sentimiento y acción es una meta para facetas y vertientes del conocimiento todo ser humano. Un desarrollo humano. equilibrado y global de uno mismo, la realización de las mejores cualidades y La filosofía puede unir las fuentes del valores de nuestra naturaleza humana, pasado y el presente en esa visión son probablemente la única garantía global, amplia e integradora, hacia un mundo mejor. transformándola en un verdadero motor del progreso que busque no solo indagar en los caminos de la vida, sino www.acropolis.org profundizar en sus finalidades, y que www.nueva-acropolis.es trate de aunar todos los aspectos del saber y de la experiencia. -7-


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Curso de filosofía natural MÓDULO I El ser humano ante si mismo _____________

MÓDULO II La dimensión social del ser humano _______

El ser humano y su naturaleza - Microcosmos y macrocosmos - Planos y dimensiones del universo y del ser humano India milenaria - Poema místico-esotérico del Bhagavad Gita: Dharma y Karma -Teoría de la reencarnación La sabiduría del Tíbet - Antiguos textos tibetanos: “La Voz del Silencio”, “El Libro de los preceptos de oro” Budismo - Vida y enseñanzas del Buda. El Dhammapada - El ser humano frente al sufrimiento y el dolor China - Confucio, vida y pensamiento - Ética y política, las cualidades del buen gobernante Egipto - Ciencia, arte y magia en Egipto - Textos y enseñanzas egipcios Aristóteles - La búsqueda de la felicidad - La Areté: el desarrollo de las excelencias del alma Los neoplatónicos - Las tres vías de acercamiento a la sabiduría: la Belleza, la Música y la Filosofía. El Arte como camino de realización

El ser humano al encuentro de la convivencia - Los problemas del ser humano y el mundo actual. La deshumanización y pérdida de finalidades - Confucio y Platón: un mundo mejor solo es posible con un hombre mejor La tradición platónica - El ideal platónico del hombre y el mundo: lo Justo, lo Bueno, lo Bello y lo Verdadero - La educación y la formación integral humana - Simbolismo del Mito de la Caverna Roma y los ciudadanos del mundo - La filosofía estoica. El valor y la fortaleza frente a la adversidad

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MÓDULO III El ser humano ante la historia ___________ - Filosofía y lógica de la historia. Sentido de la historia y la mitología - Teoría del eterno retorno y los ciclos históricos - La crisis de nuestro tiempo y su proyección en el futuro de nuevas formas civilizatorias ANEXO I Ciencias antiguas ____________________________ Astrología. Alquimia. Yoga -

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