7 minute read
Es posible mantener el peso después de dejar de fumar
Entrevista con Magíster Sonia Nigro
Advertisement
El miedo a engordar suele ser una de las excusas esgrimidas por quienes no terminan de decidirse a abandonar el hábito de fumar.
Se buscan ejemplos, se cuentan historias de hombres y mujeres que pasaron por la experiencia de dejar el cigarrillo y aumentaron exageradamente de peso, y así se encuentra la coartada perfecta.
Sin embargo, los hechos muestran una realidad bastante diferente.
Una investigación llevada a cabo por la Magíster en Nutrición Clínica Sonia Nigro, como parte de su tesis de grado de Maestría, mostró que los pacientes incluidos en su estudio aumentaron menos que lo que consignan estadísticas internacionales.
En efecto, datos de otros países estiman que el incremento de peso luego de la cesación de tabaquismo oscila entre tres y cinco quilos al año de seguimiento.
En Uruguay, entre 600 pacientes (hombres y mujeres) atendidos por el Programa de Salud Cardiovascula del Fondo Nacional de Recursos (FNR) y que fueron sometidos a una cirugía cardíaca o angioplastia, ese ascenso fue entre 300 y 500 gramos en un año. Lo curioso es que los que más aumentaron fueron los que tenían peso normal.
Hacer ejercicios, abandonar el consumo de bebidas azucaradas, ingerir líquidos y frutas y verduras en abundancia, son algunas de las medidas aconsejadas para mantener el aumento de peso a raya.
El siguiente es un resumen de la entrevista mantenida con Nigro, profesora titular de la Escuela de Nutrición de la Universidad de la República (UdeLAR):
—Es común que fumadores y fumadoras que están decididos abandonar el hábito digan que les cuesta concretar su proyecto por miedo a engordar. ¿Es realmente así?
—Está estudiado, y hay investigaciones al respecto, que confirman que realmente es así. Alguna de las razones por las cuales los fumadores no inician el proceso de pensar en la cesación es el temor al aumento de peso, particularmente en las mujeres. Hasta que algún problema de salud hace combinar el deseo con la necesidad de hacerlo.
Quiero advertir que no son tan malas las noticias pues el aumento de peso no debería ser tan exagerado como está en nuestras mentes. Las estadísticas lo dicen. Nosotros tenemos la percepción de que aumentamos mucho más, pero quizás porque no tomamos algunos cuidados básicos.
—¿Qué cuidados básicos se deben tomar para no aumentar de peso al dejar de fumar?
—Si junto con la filosofía de cambio en el estilo de vida que implica el abandono del hábito de fumar tuviéramos un cambio hacia la actividad física saludable y hacia una alimentación equilibrada, seguramente la ganancia de peso ni supere, como dicen las estadísticas, de 3 a 5 quilos en el primer año. Y ahí debería terminar el problema. Alguien me podrá decir que ese aumento es mucho, y es verdad, porque esos quilos de más pueden significar el 5 o el 10% del peso corporal de una persona. Se puede modificar la situación si se toman algunas medidas frente a comportamientos comunes en el período de cesación como el picoteo, el sentir que se tiene derecho a comer lo que sea porque el esfuerzo de dejar de fumar es muy grande, tomar líquidos azucarados como una manera de compensación. —¿A qué estadísticas se refiere cuando menciona que el aumento de peso en personas que dejan de fumar ya ha sido estudiado? ¿Son nacionales o internacionales?
—Lamentablemente en esto no hay cifras nacionales. Yo hice el primer trabajo en nuestro medio relacionado a cesación de tabaco y peso, pero en la revisión internacional hay pocas investigaciones, han sido hechas con diferentes metodologías, por lo que es muy difícil compararlas. Sin embargo, una conclusión global y certera es que el aumento promedio de peso, tanto para hombre como mujeres es de 3 a 5 quilos en un año. Obviamente, esos datos incluyen poblaciones como la europea o la norteamericana, con idiosincrasias muy diferentes a las nuestras.
Para nuestra sorpresa cuando lo estudiamos en Uruguay, entre 2004 y 2011 en un grupo reducido de 900 pacientes del Programa de Salud Cardiovascular del Fondo Nacional de Recursos, que habían sido sometidos a una cirugía cardíaca o a una angioplastia, nos dio que el aumento de peso era menor que en las estadísticas internacionales. Es cierto que estos pacientes ya habían tenido un problema de salud, estaban en prevención secundaria, tenían un tratamiento dietético, no necesariamente para adelgazar, sino para controlar el consumo de grasas y de determinados alimentos.
Los individuos que tenían el peso normal eran los que más aumentaban mientras que los que tenían sobrepeso u obesidad fueron los que menos ganancia de peso tuvieron.
—¿Y eso cómo se explica?
—Eso se explica, teóricamente, porque el que tiene sobrepeso u obesidad está acostumbrado a cuidar su alimentación, de una u otra forma, tiene algunos cuidados para evitar mayor ganancia de peso. En cambio, las persona con peso normal o incluso bajo, son el prototipo de quien fuma. Por tener una disminución del apetito, e incluso del gusto, comen menos, sustituyen las comidas por un cigarrillo o comen rápido para poder fumar, ingieren menos calorías en promedio, son más flacos y tienen un gasto energético aumentado por el propio consumo de tabaco.
—¿Podría aclarar esta relación entre el mayor gasto energético y el tabaquismo?
—Hay algo que es orgánico, fisiológico, común a todos los que fuman y cesan: un ahorro calórico. La persona que fuma tiene un gasto metabólico basal extraordinario para metabolizar los desechos tóxicos del tabaco. Si se deja de fumar y se come igual se acumulan calorías que antes se gastaban. Este es el aumento inevitable, salvo que la persona esté atenta y acompañe la cesación con algunas medidas dietéticas.
Como nutricionista debo aclarar que como política general tratamos de no dar pautas rígidas a quien está transitando esa etapa, pues sabemos que está viviendo el estrés de un esfuerzo. Le damos recomendaciones nutricionales generales intentando que, por un lado, haga el ahorro calórico, disminuyendo la densidad de las calorías y con ello disminuye las grasas y azúcares y, por otro, le recomendamos que coma abundantes verduras y frutas pues está eliminando elementos tóxicos y esos alimentos tienen antioxidantes.
Con esas dos medidas, más tomar abundantes líquidos sin azúcar entre horas, ordenar los tiempos de comidas y eliminar el picoteo es suficiente para que la persona no se sienta a dieta.
—¿Les consta que hay personas resistentes a bajar de peso que comienzan a fumar porque aseguran que el consumo de cigarrillos adelgaza?
—No hay cifras que permitan asegurar con certeza la existencia de este tipo de conducta, pero hay gente que sí lo hace o hay gente que como forma de retomar el hábito de fumar alega que ha engordado mucho y abandona el esfuerzo.
Por eso el mensaje debería ser: no tengamos miedo a la cesación de fumar por el peso; las estadísticas no nos dicen cosas desagradables. Lo que debemos hacer es acompañar un cambio de conducta con otros cambios mínimos. El aumento de ejercicio es fundamental y permite comprobar todas las capacidades que se pueden desarrollar en la medida en que se respira mejor.
Estudio del Fondo Nacional de Recursos
La investigación llevada a cabo por la Magister en Nutrición Sonia Nigro, como tesis de grado de su maestría, en el marco del Programa de Prevención Secundaria Cardiovascular del Fondo Nacional de Recursos (FNR), en el período 2004-2011, abarcó a un total de 600 pacientes (de un total de 900), de los cuales 200 eran mujeres. La mayoría ya tenía sobrepeso. De los 600 pacientes, 83 estaban en etapa de cesación de tabaquismo y 300 ya habían dejado de fumar.
La ganancia promedio de peso, al año de seguimiento, fue de 300 gramos en los que estaban en cesación, 500 gramos en los que siguieron fumando y los no fumadores mantuvieron su peso. Estas cifras son inferiores a las consignadas por investigaciones internacionales.
Esas variaciones fueron mayores cuando se analizó a los pacientes según su estado nutricional. Los que subieron más de peso fueron los que estaban en cesación y tenían peso normal. Cuatro de cada diez (42%) de los que tenían peso normal aumentaron más de 5% de su peso al año.