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ÁMBITO INTERNACIONAL
Una entrega que se renueva cada día en el servicio desinteresado que tantos hermanos nuestros hacen cada día por los más necesitados y postergados. En estos tiempos difíciles que nos tocan vivir, donde somos afectados por la enfermedad del Dengue y el Coronavirus, pedimos la intercesión de nuestros Beatos Mártires, para que tengamos el valor de trabajar todos juntos, unidos codo a codo, en el servicio mutuo: - Su intercesión llene de fortaleza a todas las familias, para que permanezcan unidas. - Llene de valor a los jóvenes, para un compromiso auténtico con la sociedad. - Ilumine a nuestros gobernantes, para que tomen las mejores decisiones en pos del bien común. - Protejan a los más débiles y los llenen de esperanza. Proponemos el rezo de un triduo, de acción de gracias, por la entrega de nuestros mártires, y pidiendo su intercesión delante del Buen Dios. Desde el día viernes 24, sábado 25 y domingo 26, de abril. La meditación para cada día la iremos compartiendo por: @diocesisde.larioja. Y los distintos grupos de WhatsApp de las parroquias. #MártiresRiojanos #oración #RezamosJuntos #QuedateEnCasa (amerindiaenlared.org) 24/04/2020
45.Ejercer el ministerio en línea: un seminario web y una nueva publicación ofrecerán valiosos consejos prácticos Ginebra. Un seminario web que tendrá lugar próximamente y una nueva publicación servirán de herramientas para el ministerio, ofreciendo ejemplos de buenas prácticas de iglesias de todo el mundo que están prestando sus servicios ministeriales en línea a causa de la COVID-19.
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Seminario web: nuevas maneras de ser iglesia
Con el fin de responder a las necesidades expresadas por la comunidad de iglesias de explorar lo que significa ser iglesia en estos tiempos excepcionales, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) coordinará un seminario web el 29 de abril a las 15:00 CET. El seminario web aportará ideas inspiradoras y conocimientos a las iglesias que quieren desarrollar su ministerio en línea, mostrando cómo las iglesias siguen orando y celebrando el culto juntas. El seminario web de una hora de duración, que contará con la presencia en directo de varios ponentes, también dejará tiempo para plantear preguntas y debatir. Un vídeo disponible en línea permitirá ver el seminario en diferido. Entre los oradores habrá pastores y expertos en comunicación de diversas partes del mundo que analizarán los nuevos desafíos y oportunidades para las iglesias, compartiendo las buenas prácticas del ministerio en línea. El seminario web está organizado por el Consejo Mundial de Iglesias en colaboración con la Federación Luterana Mundial, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, el Foro Cristiano Mundial, la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana y la Conferencia Cristiana
52 Europea de Internet. Se tratarán temas como la experiencia de las iglesias en Internet durante el confinamiento, lograr compromiso y participación en línea, planificar una presencia interactiva de las iglesias en la red y la perspectiva ortodoxa sobre el ministerio eclesial en línea. Ivars Kupcis, periodista del CMI que ha estado preparando el seminario web, dijo que ha sido estimulante escuchar las ideas de los ponentes y las prácticas que han llevado a un ministerio en línea exitoso e inspirador, que ha llegado incluso a más gente de lo habitual. ―Teniéndose que adaptar rápidamente a las circunstancias de la pandemia de COVID-19, las iglesias han demostrado que para su ministerio una conexión verdadera entre las personas es más importante que el edificio físico de la iglesia‖, afirmó Kupcis, añadiendo que espera que el seminario web aliente a más iglesias a ofrecer servicios relevantes en línea y a establecer prácticas ministeriales creativas que podrían mantenerse también después de la pandemia.
La iglesia a distancia
Una de los ponentes en el seminario web, la Prof.a Heidi Campbell, acaba de publicar un libro electrónico que proporciona valiosos recursos adicionales. La publicación, ―The Distanced Church: Reflections on Doing Church Online‖ (La iglesia a distancia: reflexiones sobre ejercer el ministerio de la iglesia en línea), presenta las aportaciones de treinta profesionales e investigadores que comparten sus experiencias actuales y sus observaciones. Campbell es profesora de Comunicación en la Universidad Texas A&M y directora de la Red de Nuevos Medios de Comunicación, Religión y Estudios Culturales Digitales.Los colaboradores del libro provienen de diez países de América del Norte, Europa y las Antípodas y
representan a doce denominaciones cristianas, entre las cuales figuran iglesias tradicionales, católicas y no denominacionales. Campbell dijo que su intención había sido recopilar historias y conocimientos especializados importantes sobre la respuesta de las iglesias a la pandemia, y publicarlos a su debido tiempo. ―El objetivo es divulgar este material entre quienes sacarán un mayor provecho de un proyecto de este tipo: las comunidades religiosas que luchan para pasar repentinamente de un ministerio ‗offline‘ a un ministerio ‗online‘ en contextos digitalmente mediatizados‖, observó. (oikoumene.org) 23/04/2020
46.Un seminario web atrae a una dinámica audiencia internacional en busca de “formas de ser iglesia” durante el cierre de los lugares de culto Suiza. Cientos de personas de distintos lugares del mundo participaron en un seminario web emitido en directo y organizado por el Consejo Mundial de Iglesias, el 29 de abril. El evento contó con la intervención de ponentes que compartieron sus impresiones sobre la rápida transformación de los servicios de las iglesias de todo el mundo, a raíz de la COVID-19. Ante la obligación de cerrar sus puertas y ofrecer sus servicios en línea, las iglesias ―hacen, a la vez que prueban‖, como dice Ingeborg Dybvig, director de comunicación de la Iglesia de Noruega. ―Hemos visto muchas soluciones distintas‖. Algunas de esas soluciones han sido recopiladas y documentadas por una de las ponentes del seminario web, la Dra. Heidi Campbell, profesora de comunicación en la universidad Texas A&M y directora del proyecto Network of New Media, Religion and Digital Culture Studies (Red de estudios sobre nuevos medios, religión y cultura digital). Autora de la obra ―The Distanced Church: Reflections on Doing Church Online‖ (La iglesia a distancia: reflexiones sobre el ejercicio del ministerio de la iglesia en línea), publicada recientemente en formato electrónico, Campbell comentó que había estado muy interesada en ver, durante estos dos últimos meses, el proceso de adopción de tecnologías digitales por parte de las iglesias y de su adaptación a estas. ―Estamos en un entorno interactivo único, así que, ¿de qué manera podemos aprovecharlo?‖, planteó. En un animado intercambio de ideas, los ponentes del seminario web y los asistentes virtuales describieron ejemplos prácticos de sus respectivas comunidades religiosas. El Rev. Jonggoo Kim, principal pastor de la Iglesia Metodista Seshin en Seúl (Corea del Sur), contó que su iglesia no se ha limitado a emitir sus servicios en línea, sino que, además, sus miembros han puesto en marcha una operación de confección de mascarillas –que respeta el distanciamiento social–y pasarán toda la temporada de Pascua haciendo mascarillas reutilizables de algodón para ―compartir la alegría de la Pascua y el amor de Dios, y distribuirlas entre nuestros vecinos necesitados, los migrantes y los refugiados, e incluso más allá de nuestras fronteras‖. En Alemania, el Rev. Ralf Peter Reimann, pastor de la Iglesia Evangélica de Renania y responsable de la comunicación por Internet de esa iglesia, contó que había observado una creciente participación en los cultos, a medida que los fieles se acostumbran a comunicarse entre ellos en línea. ―Teníamos que aprender a ser iglesia de una forma diferente, y la fase fundamental era ser ―la iglesia en casa‖, por lo que ese ha sido el principio rector‖, dijo. El Rev. Dr. Nicolas Kazarian, jefe del departamento ecuménico de la Archidiócesis Ortodoxa Griega de América, participó desde la ciudad de Nueva York, actualmente uno de los epicentros de la pandemia, para aportar una perspectiva ortodoxa. Recordó que lo importante no es simplemente estar conectados a Internet: la relación que existe detrás de esa conexión es lo esencial. ―Además, el culto debe representar algo de la solemnidad litúrgica de la iglesia que uno esperaría en un servicio presencial‖, afirmó. Una de las preguntas más urgentes que plantearon los oyentes fue sobre las dificultades de las tecnologías de la información y de la comunicación en las zonas rurales remotas, donde la población vulnerable puede encontrarse sin acceso a la iglesia en línea. Desde Alemania, el Rev. Reimann, precisó que la iglesia ―remota‖ no siempre implica a Internet. ―En algunas zonas rurales, los pastores imprimen sus oraciones y las cuelgan en las tiendas de alimentación locales‖, contó. ―Es la determinación de hacer algo para llevar la iglesia a los hogares‖. El Rev. Dr. Mikie Roberts, responsable del programa del CMI sobre vida espiritual, quien moderó el debate, expresó su entusiasmo al ver las docenas de comentarios y preguntas que publicaban los asistentes en tiempo real. ―Está claro que tiene que haber un segundo seminario web, otra ronda para abordar todos los asuntos que han surgido. Por ejemplo, ¿cómo podemos abordar una teología de la comunión virtual?‖ El Rev. Roberts, que finalizó el seminario con una oración que provocó un coro de ―Amenes‖ virtuales, aña-
dió: ―Estoy muy agradecido por el gran número de asistentes‖. (oikoumene.org) 30/04/2020
47.Un plan quinquenal para resucitar. Desborde, pulso, pueblo y esperanza «En esta tierra desolada, el Señor se empeña en regenerar la belleza y hacer renacer la esperanza: “Mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan?” (Is 43, 18b). Dios jamás abandona a su pueblo, está siempre junto a él, especialmente cuando el dolor se hace más presente.» Francisco, “Un plan para resucitar”
Roma. Cuando escribe lo que le importa, Francisco es un quirógrafo: escribe a mano. El ―Plan para resucitar‖ es un manuscrito que demandaba la presión del músculo, la presencia del cuerpo y la personalidad de la caligrafía. El sueño se hace a mano y sin permiso, dice la canción. En medio de la pandemia que paraliza el planeta y lleno de la fuerza pascual que desafía a la muerte cara a cara, el Papa del fin del mundo pone el gancho y se pone el poncho para avanzar como un baqueano entre la peste y la depresión generalizada. Su apuesta es por la esperanza. El modo de decir que hace siete años se filtra en los documentos Vaticanos, insiste en que ―Dios nos primerea‖: nos precede en nuestro caminar sacando las piedras que nos paralizan. Hay un nuevo orden de las cosas que invita e irrumpe, pero que en primer lugar demanda una respuesta, creatividad y conversión. El plan tiene más de arrojo que de cálculo. Se hace en presencia. Hay más variables que certezas. Pero se juega con la seguridad de tener el ancho de espadas: Dios jamás abandona a su pueblo.
El acontecimiento y el plan
―Este es el tiempo propicio de animarnos a una nueva imaginación de lo posible con el realismo que solo el Evangelio nos puede proporcionar.‖ Un acontecimiento rompe la inercia y desarticula los planes, justamente porque lo que busca la planificación es neutralizar la posibilidad del acontecimiento. Un ―plan para resucitar‖ es casi un oxímoron y, sin embargo, desde esa tensión Francisco proyecta la esperanza. En definitiva, lo que de verdad está en discusión en todo esto es cómo encarar el momento decisivo. ¿Qué debe ser priorizado? ¿Qué es sacrificable y que es sagrado? En la pandemia se planteó la dicotomía entre ―salvar la economía‖ o ―cuidar a los hombres y mujeres‖. Hay otros planes con otras prioridades. El mesías sorprende y organiza. Así describió Francisco la irrupción de Jesús en un pasaje del Evangelio, en el que, no casualmente, entra a ―una casa‖. El modo en que opera la resurrección es la irrupción de una vida en nueva forma. El COVID-19 no es lo decisivo, pero, por despeje y sacudida, nos puso ante un momento decisivo. No se trata de sobrevivir, sino de nacer a la vida nueva. Hay que actuar con sorpresa -audacia, arrojo- para reorganizar la vida y el poder. El acontecimiento puede ser la oportunidad para desplegar el plan. Hay que estar vigilantes, estar presentes y ponerse en marchaacción-salida.
Por desborde
―Solo una noticia desbordante era capaz de romper el círculo que les impedía ver que la piedra ya había sido corrida, y el perfume derramado tenía mayor capacidad de expansión que aquello que las amenazaba.‖ Francisco insiste con una manera singular de entender las transformaciones: el desborde. Desconcierta a muchos, porque su ―teoría del cambio‖ no es estrictamente una teoría, y tampoco se trata mucho de ―el cambio‖. En Francisco la cuestión es el discernimiento y no tanto ―el saber‖; es la transformación más que la mera ―innovación‖ del paradigma del capital acelerado y descartador. Una noticia desbordante es la que se sale de cuadro y va más allá, vinidndo. Pero para ser efectiva, toca el corazón y en el núcleo de lo que ha de ser transformado. Más que enfrentarlo- que lo hace- lo asume. ―Atender a la estructura íntima‖ de las cuestiones, dice el Papa en Querida Amazonia para abordar el tema exigente de la ordenación de las mujeres. Un ejemplo, ―Acariciar los conflictos‖ es su fórmula para procesar los enfrentamientos (y hay que leer esto en relación a la ternura, y donde dice conflictos entender la cercanía y las heridas). ―Jueguen al borde‖, es su mensaje para los jóvenes y ―sueñen en grande‖, a los movimiento populares. Una noticia desbordante no es sólo ni tanto «un hecho«. Una noticia es lo que se dice, lo que se nombra, llama y formula ante un hecho. Por eso la resurrección no será simplemente algo empirico inmediato, o lo será de otro modo: es un acontecimiento que requiere la implicación, la jugada, el jugarse. Apuesta. Es práctica, potente y política. Popular, agregaría sin problemas el Papa a la serie. ―El reino de Dios ya está entre ustedes‖ insiste Jesús al llegar a cada pueblo en la Palestina del siglo I. Ya está pero aún no lo comprenden. El agotamiento del mundo conocido, el del supuesto derrame-paz en una aldea global de espejitos de colores, ya era evidente antes del
COVID-19. Los que lo niegan no son obtusos sino atrapados, interesados o implicados en un sistema que mata. Y sin embargo, el perfume -o la sangre- derramada de los que se organizan, luchan y crean lo nuevo, se expande y crece desde las periferias. Hay una forma de vida, en la que no todo tiene precio y donde lo sagrado es lo que es para todos, que se impone en lo cotidiano. En medio de la muerte, de la lógica que prioriza lo inerte, hay una potencia vital que puede romper el círculo. Vida en abundancia, y que rebalse. No hay garantía alguna de que suceda la transformación, la certeza de la resurrección, sin la conversión de los discípulos (léase ciudadanos, sujetos, militantes, cualquiera, cada uno, todos). La efectividad de la resurrección demanda una dis-posición. Depende de cómo se pongan.
Sujeto pascual de transformacion
―Ustedes son constructores indispensables de ese cambio impostergable; es más, ustedes poseen una voz autorizada para testimoniar que esto es posible‖ La resurrección impacta en la historia. No es sólo una creencia que redefine la mirada humana sobre el límite de la muerte, sino que es la buena noticia que transforma la muerte. Transforma el mal desde adentro. No por mera oposición bien-mal. No es la moralina progresista, ni liberal, ni de izquierda, todas ellas caídas en ser ideologías de la pureza y de la luz. Es otra cosa: ―una victoria que no ´pasa por encima´ del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios‖. La resurrección es el corazón de la encarnación. No niega la muerte y el dolor humano, no niega el mal. Lo supera desde dentro. Es el modo en que el proyecto de salvación del pueblo se concreta en la historia. En Francisco el ―Plan para resucitar‖ viene acompañado de la definición, invitación e interlocución de, por lo menos, un ―sujeto pascual‖. Es como la Magdalena que por amor busca a su amado maestro, antes que ningun otre. ―A los hermanos y hermanas de los movimientos y organizaciones populares‖, dice la carta publicada por el Vaticano el mismo domingo de Pascua. No cualquier día. Es en la celebración central de la Iglesia Católica y en medio de la pandemia mundial que paraliza al planeta, que el Papa dirige un mensaje a los movimientos populares. Hay que protagonizar la salida. El ―Plan de resurrección‖ no es tanto un ejercicio espiritual para renovar la esperanza en la fuerza de la vida, como la puesta en marcha la confianza en que los descartados del sistema que se asfixia son quienes harán nuevas todas las cosas. Pónganse ya en camino. Salgan del sepulcro, de la inmovilidad, de lo propio y de la sumisión. Salgan de la fatalidad y del pensamiento fatalista. Y hagámoslo ya. Desde ahora la reconstrucciónresurrección.
Protagonizar la salida: el pulso del espíritu
―Urge discernir y encontrar el pulso del Espíritu para impulsar junto a otros las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia.‖ Un jinete lanzado al galope con su caballo, un piloto atravesando la tormenta, un cirujano abriendo un órgano vital, un artista ante su obra, un dirigente en su acción. El pulso conecta la capacidad con la templanza personal. Es la frialdad-precisión que encauza la adrenalina vital. Es la clarividencia para avanzar sin el panorama completo. El arte de leer señales o el saber-hacer-estando del baqueano. Es una epistemología y un ritmo. La incertidumbre que hace balbucear a los intelectuales -la gente del saber experto- en medio de la pandemia muestra que los diagnósticos ―sapientes‖ evidencian sus límites y demandan otra respuesta. La opinión queda desvelada por cacareo, autorreferencia, veleidad, inercia. Los expertos que funcionan, son políticos. ―El pulso del Espíritu‖ como fuente, guía y fuerza para intervenir en este momento concreto de la historia. El plan necesita de ese soplo -espíritu- que encienda el fuego que ilumine lo que viene. Ese impulso viene de tomar el pulso. Un ritmo que coordina fidelidad, búsqueda, lealtad y apuesta.
Geopolítica y acción transformadora de los pueblos
―Espero que los gobiernos comprendan que los paradigmas tecnocráticos (sean estado céntricos, sean mercados céntricos) no son suficientes para abordar esta crisis ni los otros grandes problemas de la humanidad.‖ El desborde en el que Francisco pone su esperanza y llama a actuar, parte de una insuficiencia y un plus. Por un lado, la advertencia respecto al paradigma tecnocrático. El Papa lo señala con claridad: no es tanto si el marcado o el estado son la solución. El tema es el paradigma tecnocrático que actúa y se plasma en ambos. Por eso advierte también: ―no conformarnos ni contentarnos y menos justificarnos con lógicas sustitutivas o paliativas que impiden asumir el impacto y las graves consecuencias de lo que estamos viviendo‖. Hay una necesidad y una responsabilidad de poner en cuestión las imágenes que ordenan la salida o la repetición. Es una cuestión de imaginación: ―Este es el tiempo propicio de animarnos a una nueva imaginación de
lo posible con el realismo que sólo el Evangelio nos puede proporcionar‖. Para un no creyente, donde aquí dice ―evangelio‖ es preciso buscar su propia mejor-buena-noticia, su propio núcleo transformador. Para un creyente cristiano, ―el evangelio‖, no es solo la fe, la Iglesia ni la religión. Es fundamentalmente la buena noticia que irrumpe como un mensaje que transforma. Y si esto lo ponemos en calve nacional, es la claridad para no buscar en la sección de internacionales las recetas para pensar el futuro sino de recuperar los signos, las tradiciones y la fuerza de lo que ayer y hoy trajo felicidad para las mayorías. Quizás ahí este la fuente de la que tantos pueblos puedan beber para animares a ―una nueva imaginación de lo posible‖.
Recomenzar como un solo pueblo
―Si actuamos como un solo pueblo, incluso ante las otras epidemias que nos acechan, podemos lograr un impacto real.‖ En la reconstitución y la lógica de lo que se regenera, Francisco pone a las mujeres como pioneras del nuevo comienzo. ―Bendito‖ e ―insustituibles‖ son los adjetivos que elige para referirse al ―genio femenino‖. ―Fueron capaces de asumir la vida como venía, sortear astutamente los obstáculos para estar cerca (…) sin evadirse ni ignorar lo que sucedía, sin huir ni escapar…, supieron simplemente estar y acompañar‖. Francisco acerca, y quizás identifica, el genio femenino con el modo de actuar-estar del pueblo. Algo de esto está dicho también en la carta a los movimientos populares. Las que están en lo cotidiano, las que no abandona, las que paran la olla multiplicando el pan. Y son también las mujeres, en el texto que medita el papa en el ―Plan para resucitar‖, las que van a ungir a su maestro. La unción es marcar para elegir. Ungir es perfumar, es cuidar, es embellecer. Es ternura, es plus: no solo necesidad sino también belleza. Desborde del poder, de lo que se puede y de lo posible. Pero el ungido es también el elegido. Es el líder, el mesías y cada. «Lo miró con misericordia y lo eligió‖, es el lema papal de Francisco. Saberse elegido es construir una autopercepción acerca de la tarea que cada uno tiene en el flujo vital de un pueblo haciendo la historia. Es la ―unción de la corresponsabilidad‖. De todos y cada uno, y con una trascendencia singular para las autoridades cuando estas asumen que ―no pueden sin la fuerza del pueblo‖.
“No sin el pueblo”, es un criterio central de Francisco
En Francisco, como en el evangelio y la historia, el Espíritu es una fuerza invaso
ra ―que no se deja encerrar ni instrumentalizar con esquemas, modalidades o estructuras fijas o caducas‖. Es una fuerza que impulsa a sumarnos a su movimiento capaz de ―hacer nuevas todas las cosas‖ (Ap 21, 5). El apocalipsis, como se ve en la cita, no es una catástrofe sino una narrativa que posee símbolos y aliento para las batallas decisivas, las de las cosas últimas que son las primeras (escatología, se dice), y aliento para resistir y crear, para hacer que venga lo que trae más vida para todos y todas. Vida en abundancia y para el pueblo.
Planificar desde la esperanza
Cuando apareció la meditación ―Plan para resucitar‖, a un compañero le vino una imagen: es un plan quinquenal. La planificación de un horizonte sacudido por una conversión sustancial. La esperanza en una redención colectiva porque también fue personal.
Durante la pandemia/cuaresma/pascua, Francisco insiste en una meditación sobre la esperanza
La distingue de la ilusión y del optimismo. La separa con fuerza del optimismo porque este, en última instancia, esa una cuestión de carácter. Puede venir bien, pero no tiene gracia, en varios sentidos del término. Frente a él, la esperanza es una disposición vital y política, volcada con una fuerza extra al afuera y a lo que viene, que rebalsa también los bordes de la felicidadbuena onda del mundo. La otra distinción es respecto a la ilusión, que es del plano de las meras imágenes. El imaginario es la ideología. El sistema de ideas es un sistema de imágenes, fatales, como el pensamiento. Imágenes que se cierran sobre sí mismas y cierran la mirada. Ilusión: falsedad, puro ―mundo‖. La ilusión del progreso, o sea, más capitalismo del mismo. Y, sobre todo: más de lo mismo. Francisco planifica desde la esperanza. Confía en que la fuerza irrumpe y da la batalla a las imágenes, de la fatalidad o la repetición, con símbolos fuertes. Los de ayer, hoy y siempre. Pasado hecho memoria, presente desde los héroes anónimos, futuro desde la esperanza que no es proyección de lo que hay sino irrupción de lo que conmueve. En esas coordenadas está el plan. Y, en su borde y desborde, la resurrección.
Un plan para resucitar
―De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: ‗Alégrense‘‖ (Mt 28, 9). Es la primera palabra del Resucitado después de que María Magdalena y la otra María descubrieran el sepulcro vacío y se toparan con el ángel. El Señor sale a su encuentro para trans-
formar su duelo en alegría y consolarlas en medio de la aflicción (cfr. Jr 31, 13). Es el Resucitado que quiere resucitar a una vida nueva a las mujeres y, con ellas, a la humanidad entera. Quiere hacernos empezar ya a participar de la condición de resucitados que nos espera. Invitar a la alegría pudiera parecer una provocación, e incluso, una broma de mal gusto ante las graves consecuencias que estamos sufriendo por el COVID-19. No son pocos los que podrían pensarlo, al igual que los discípulos de Emaús, como un gesto de ignorancia o de irresponsabilidad (cfr. Lc 24, 17-19). Como las primeras discípulas que iban al sepulcro, vivimos rodeados por una atmósfera de dolor e incertidumbre que nos hace preguntarnos: ―¿Quién nos correrá la piedra del sepulcro?‖ (Mc 16, 3). ¿Cómo haremos para llevar adelante esta situación que nos sobrepasó completamente? El impacto de todo lo que sucede, las graves consecuencias que ya se reportan y vislumbran, el dolor y el luto por nuestros seres queridos nos desorientan, acongojan y paralizan. Es la pesantez de la piedra del sepulcro que se impone ante el futuro y que amenaza, con su realismo, sepultar toda esperanza. Es la pesantez de la angustia de personas vulnerables y ancianas que atraviesan la cuarentena en la más absoluta soledad, es la pesantez de las familias que no saben ya como arrimar un plato de comida a sus mesas, es la pesantez del personal sanitario y servidores públicos al sentirse exhaustos y desbordados… esa pesantez que parece tener la última palabra. Sin embargo, resulta conmovedor destacar la actitud de las mujeres del Evangelio. Frente a las dudas, el sufrimiento, la perplejidad ante la situación e incluso el miedo a la persecución y a todo lo que les podría pasar, fueron capaces de ponerse en movimiento y no dejarse paralizar por lo que estaba aconteciendo. Por amor al Maestro, y con ese típico, insustituible y bendito genio femenino, fueron capaces de asumir la vida como venía, sortear astutamente los obstáculos para estar cerca de su Señor. A diferencia de muchos de los Apóstoles que huyeron presos del miedo y la inseguridad, que negaron al Señor y escaparon (cfr. Jn 1 8, 25-27), ellas, sin evadirse ni ignorar lo que sucedía, sin huir ni escapar…, supieron simplemente estar y acompañar. Como las primeras discípulas, que, en medio de la oscuridad y el desconsuelo, cargaron sus bolsas con perfumes y se pusieron en camino para ungir al Maestro sepultado (cfr. Mc 16, 1), nosotros pudimos, en este tiempo, ver a muchos que buscaron aportar la unción de la corresponsabilidad para cuidar y no poner en riesgo la vida de los demás.
57 A diferencia de los que huyeron con la ilusión de salvarse a sí mismos, fuimos testigos de cómo vecinos y familiares se pusieron en marcha con esfuerzo y sacrificio para permanecer en sus casas y así frenar la difusión. Pudimos descubrir cómo muchas personas que ya vivían y tenían que sufrir la pandemia de la exclusión y la indiferencia siguieron esforzándose, acompañándose y sosteniéndose para que esta situación sea (o bien, fuese) menos dolorosa. Vimos la unción derramada por médicos, enfermeros y enfermeras, reponedores de góndolas, limpiadores, cuidadores, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas, abuelos y educadores y tantos otros que se animaron a entregar todo lo que poseían para aportar un poco de cura, de calma y alma a la situación. Y aunque la pregunta seguía siendo la misma: ―¿Quién nos correrá la piedra del sepulcro?‖ (Mc 16, 3), todos ellos no dejaron de hacer lo que sentían que podían y tenían que dar. Y fue precisamente ahí, en medio de sus ocupaciones y preocupaciones, donde las discípulas fueron sorprendidas por un anuncio desbordante: ―No está aquí, ha resucitado‖. Su unción no era una unción para la muerte, sino para la vida. Su velar y acompañar al Señor, incluso en la muerte y en la mayor desesperanza, no era vana, sino que les permitió ser ungidas por la Resurrección: no estaban solas, Él estaba vivo y las precedía en su caminar. Solo una noticia desbordante era capaz de romper el círculo que les impedía ver que la piedra ya había sido corrida, y el perfume derramado tenía mayor capacidad de expansión que aquello que las amenazaba. Esta es la fuente de nuestra alegría y esperanza, que transforma nuestro accionar: nuestras unciones, entregas… nuestro velar y acompañar en todas las formas posibles en este tiempo, no son ni serán en vano; no son entregas para la muerte. Cada vez que tomamos parte de la Pasión del Señor, que acompañamos la pasión de nuestros hermanos, viviendo inclusive la propia pasión, nuestros oídos escucharán la novedad de la Resurrección: no estamos solos, el Señor nos precede en nuestro caminar removiendo las piedras que nos paralizan. Esta buena noticia hizo que esas mujeres volvieran sobre sus pasos a buscar a los Apóstoles y a los discípulos que permanecían escondidos para contarles: ―La vida arrancada, destruida, aniquilada en la cruz ha despertado y vuelve a latir de nuevo‖ (1). Esta es nuestra esperanza, la que no nos podrá ser robada, silenciada o contaminada. Toda la vida de servi-
cio y amor que ustedes han entregado en este tiempo volverá a latir de nuevo. Basta con abrir una rendija para que la Unción que el Señor nos quiere regalar se expanda con una fuerza imparable y nos permita contemplar la realidad doliente con una mirada renovadora. Y, como a las mujeres del Evangelio, también a nosotros se nos invita una y otra vez a volver sobre nuestros pasos y dejarnos transformar por este anuncio: el Señor, con su novedad, puede siempre renovar nuestra vida y la de nuestra comunidad (cfr. Evangelii gaudium, 11). En esta tierra desolada, el Señor se empeña en regenerar la belleza y hacer renacer la esperanza: ―Mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan?‖ (Is 43, 18b). Dios jamás abandona a su pueblo, está siempre junto a él, especialmente cuando el dolor se hace más presente. Si algo hemos podido aprender en todo este tiempo, es que nadie se salva solo. Las fronteras caen, los muros se derrumban y todos los discursos integristas se disuelven ante una presencia casi imperceptible que manifiesta la fragilidad de la que estamos hechos. La Pascua nos convoca e invita a hacer memoria de esa otra presencia discreta y respetuosa, generosa y reconciliadora capaz de no romper la caña quebrada ni apagar la mecha que arde débilmente (cfr. Is 42, 2-3) para hacer latir la vida nueva que nos quiere regalar a todos. Es el soplo del Espíritu que abre horizontes, despierta la creatividad y nos renueva en fraternidad para decir presente (o bien, aquí estoy) ante la enorme e impostergable tarea que nos espera. Urge discernir y encontrar el pulso del Espíritu para impulsar junto a otros las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia. Este es el tiempo favorable del Señor, que nos pide no conformarnos ni contentarnos y menos justificarnos con lógicas sustitutivas o paliativas que impiden asumir el impacto y las graves consecuencias de lo que estamos viviendo. Este es el tiempo propicio de animarnos a una nueva imaginación de lo posible con el realismo que solo el Evangelio nos puede proporcionar. El Espíritu, que no se deja encerrar ni instrumentalizar con esquemas, modalidades o estructuras fijas o caducas, nos propone sumarnos a su movimiento capaz de ―hacer nuevas todas las cosas‖ (Ap 21, 5). En este tiempo nos hemos dado cuenta de la importancia de ―unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral‖ (2). Cada acción individual no es una acción aislada, para bien o para mal, tiene consecuencias para los demás, porque todo está conectado en nuestra Casa común; y si las autoridades sanitarias ordenan el confinamiento en los hogares, es el pueblo quien lo hace posible, consciente de su corresponsabilidad para frenar la pandemia. ―Una emergencia como la del COVID-19 es derrotada en primer lugar con los anticuerpos de la solidaridad‖ (3). Lección que romperá todo el fatalismo en el que nos habíamos inmerso y permitirá volver a sentirnos artífices y protagonistas de una historia común y, así, responder mancomunadamente a tantos males que aquejan a millones de hermanos alrededor del mundo. No podemos permitirnos escribir la historia presente y futura de espaldas al sufrimiento de tantos. Es el Señor quien nos volverá a preguntar ―¿dónde está tu hermano?‖ (Gn, 4, 9) y, en nuestra capacidad de respuesta, ojalá se revele el alma de nuestros pueblos, ese reservorio de esperanza, fe y caridad en la que fuimos engendrados y que, por tanto tiempo, hemos anestesiado o silenciado. Si actuamos como un solo pueblo, incluso ante las otras epidemias que nos acechan, podemos lograr un impacto real. ¿Seremos capaces de actuar responsablemente frente al hambre que padecen tantos, sabiendo que hay alimentos para todos? ¿Seguiremos mirando para otro lado con un silencio cómplice ante esas guerras alimentadas por deseos de dominio y de poder? ¿Estaremos dispuestos a cambiar los estilos de vida que sumergen a tantos en la pobreza, promoviendo y animándonos a llevar una vida más austera y humana que posibilite un reparto equitativo de los recursos? ¿Adoptaremos como comunidad internacional las medidas necesarias para frenar la devastación del medio ambiente o seguiremos negando la evidencia? La globalización de la indiferencia seguirá amenazando y tentando nuestro caminar… Ojalá nos encuentre con los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad. No tengamos miedo a vivir la alternativa de la civilización del amor, que es ―una civilización de la esperanza: contra la angustia y el miedo, la tristeza y el desaliento, la pasividad y el cansancio. La civilización del amor se construye cotidianamente, ininterrumpidamente. Supone el esfuerzo comprometido de todos. Supone, por eso, una comprometida comunidad de hermanos‖ (4). En este tiempo de tribulación y luto, es mi deseo que, allí donde estés, puedas hacer la experiencia de Jesús, que sale a tu encuentro, te saluda y te dice: ―Alégrate‖ (Mt 28, 9). Y que sea ese saludo el que nos movilice a convocar y amplificar la buena nueva del Reino de Dios.
Notas:
1) R. Guardini, El Señor, 504.
2) Carta enc. Laudato si‘ (24 mayo 2015), 13. 3) Pontificia Academia para la Vida. Pandemia y fraternidad universal. Nota sobre la emergencia COVID-19 (30 marzo 2020), p. 4. 4) Eduardo Pironio, Diálogo con laicos, Buenos Aires, 1986. (factorfrancisco.org) 26/04/2020
48.Los cristianos de la Tierra Santa depositan su fe en la Resurrección durante la pandemia Israel. En Jerusalén, durante esta Pascua, la Vía Dolorosa, el último tramo que recorrió Jesús en su camino a la crucifixión, ha estado desierto toda la Semana Santa. Pero la famosa ceremonia del Fuego Santo que celebra la Resurrección de Jesús no será virtual, como sí lo han sido muchos de los servicios religiosos de Pascua. Normalmente, durante las dos semanas de las Pascuas católica y ortodoxa, Jerusalén está rebosante de gente y de celebraciones. Pero este Domingo de Ramos y esta Semana Santa, la ciudad ha estado tranquila y vacía debido a las restricciones impuestas a raíz del mortífero nuevo coronavirus. Los encuentros religiosos de las tres religiones abrahámicas –el cristianismo, el judaísmo y el islam–han sido estrictamente restringidos y las tiendas han cerrado en esta ciudad, normalmente palpitante, que fue testigo de la crucifixión y la resurrección de Jesús. Mousa Emil Jarjoui, presidente del club de árabes ortodoxos de Jerusalén, dirigente scout, sabe desenvolverse en circunstancias difíciles, incluso en el distanciamiento social que impone la pandemia de COVID-19. ―Cada año, los cristianos debemos sortear varios obstáculos para celebrar la Pascua, debido a la ocupación israelí, a los cierres en la Ribera Occidental, y a las restricciones impuestas a los cristianos que entran en Jerusalén; sobre todo para la ceremonia del Fuego Santo, el sábado, el día de la Pascua ortodoxa‖, cuenta Jarjoui por teléfono. Los miembros de su iglesia, que pertenecen al Patriarcado de Jerusalén, preparan la celebración de la Pascua. Para las tropas de scouts que lidera es siempre una ocasión excepcional, aunque el virus haya afectado gravemente a Jerusalén.
Los scouts continúan con sus obligaciones
―Este año nos enfrentamos a un desafío mucho mayor con el coronavirus. Pero haremos todo lo que podamos para entrar en la ciudad y hacer que los scouts la recorran para llevar la alegría y la felicidad a las vidas de la comunidad cristiana de Jerusalén‖, afirma Jarjoui, que gestiona una empresa turística, ahora cerrada por la pandemia. Explica que, el sábado, los cristianos se coordinarán con la iglesia para tomar el Fuego Santo y repartirlo a diez o quince miembros de los grupos de scouts que tengan más de veinte años y puedan conducir para distribuir la Santa Llama. ―La repartiremos entre nuestra comunidad cristiana, la llevaremos hasta sus hogares‖, cuenta Jarjoui, sin necesidad de que la gente tenga que salir de sus casas. Celebrarán la Pascua con sus familiares cercanos, en lugar de asistir a la habitual colorida procesión en la que participan los scouts. ―Si es posible, intentaremos llevar el Fuego Santo a sus casas, es parte de nuestra responsabilidad social. Es un día muy importante para nosotros, los cristianos de Jerusalén. A la gente le gusta llevar la Santa Llama a sus hogares, es una tradición muy antigua‖. Los scouts contribuirán a establecer la comunicación con las comunidades prendiendo con la emblemática llama faroles que situarán delante de las viviendas, para así evitar todo contacto físico con la gente, explica Jarjoui.
El hotel Christmas en Pascua
Jarjoui es copropietario del hotel Christmas, donde no habrá ningún turista esta Pascua. Sí habrá, en cambio, personal médico. Muchos vienen desde la Ribera Occidental para trabajar en los hospitales de Jerusalén, y encuentran dificultades para entrar y salir del lado israelí. El hermano Ibrahim Shomali, del Patriarcado Latino, lamentó que este año no habrá nada de las multitudes que suelen atestar la Iglesia del Santo Sepulcro, con el toque de color que añaden los scouts en la iglesia donde, según la creencia, fue enterrado Jesús. (oikoumene.org) 17/04/2020
59 49.ALAIME: Es un tiempo de readaptación, de reconfiguración de las capellanías Argentina. El miércoles 22 de abril se convocó desde el Hub de LEAD de General Board of Higher Education and Ministry y desde la Asociación Latinoamericana de Instituciones Metodistas de Educación -ALAIME a Capellanes/as y Pastoral Educativa para tener un primer acercamiento y poder escuchar y compartir las experiencias vividas en este tiempo de Pandemia. Las expectativas fueron superadas con una totalidad de 38 asistentes. Los países presentes fueron México, Chile, Uruguay, Argentina, Perú, Panamá, Bolivia y Brasil. Acompañaron también el Obispo de la Iglesia Metodista de Bolivia. Antonio Huanca Corimayta y Luis Cardoso –
Brasil (Consultante de Ministerios Globales y DAI Development Associates International). Algunas de las ideas y testimonios compartidos dieron cuenta de que es un tiempo de mucho aprendizaje escolar y pastoral puesto que la tarea se desarrolla desde la virtualidad con cambios en los modelos y estilos de acompañamiento. ―Es un tiempo de readaptación, de reconfiguración de las capellanías, donde es preciso levantar la vista y mirarnos intentando dar respuesta, siendo necesario animar y acompañar en tiempos de enfermedad y también de duelo por el fallecimiento de seres queridos. Son tiempos de propagar la esperanza con la misma rapidez con la que se propaga el virus donde el teléfono se ha convertido en un espacio de oración‖, cuenta la Profesora Gabriela Amaya, Secretaria Ejecutiva de la Asociación. Durante la reunión aparecieron como indicadores comunes la no preparación para una situación inédita como lo es una pandemia, lo que deja de inconcluso y suspendido de un día para el otro donde la tensión y lo imprevisible se presentan a diario. Todos coincidieron en que es un gran desafío y un tiempo de oportunidades de crecimiento para la vida de las instituciones representadas, afirma. En definitiva, concluyeron que son tiempos de caminar desde la desesperanza hacia la esperanza con la seguridad que Dios acompaña. La reunión concluyó con una oración a cargo del Obispo de Bolivia, con pauta de encuentro nuevamente en 10 días. (alc-noticias.net) 28/04/2020
50.La WACC respalda el llamado de ONU para una respuesta al Covid-19 centrada en los derechos humanos Canadá. El Grupo de Trabajo Interagencial de las
Naciones Unidas sobre Religión y Desarrollo Sos
tenible (IATF, por sus siglas en inglés), con el respaldo de su Consejo Asesor Multi-Fe, ha instado a los gobiernos y organismos internacionales a garantizar que sus políticas y acciones en respuesta a la pandemia de Covid-19 cumplan con normas internacionales de derechos humanos. Las respuestas multifacéticas a la pandemia deben incluir la promoción de la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y las niñas y la lucha contra todas las formas de violencia de género, agregan.
En un comunicado, la IATF expresó ―una profunda preocupación por los enormes desafíos que esta situación presenta a
60 los más vulnerables del mundo, incluidos los ancianos, refugiados y migrantes, personas que viven en contextos de conflicto, personas con discapacidad, jóvenes, minorías religiosas, mujeres y niñas en riesgo de violencia doméstica, grupos que enfrentan discriminación y estigmatización, y todos los demás grupos vulnerables ―. La crisis mundial desatada por la pandemia debe abordarse a través de ―un enfoque centrado en el ser humano que priorice la seguridad de la salud, el derecho de acceso a los servicios de salud, la protección social y la cohesión‖, dijo la IATF.
“La Asociación Mundial para la Comunicación Cris
tiana-WACC acoge con beneplácito y respalda esta importante iniciativa‖, dice Philip Lee, Secretario General. ―Abordar las necesidades de las personas vulnerables y las comunidades marginadas seguirá siendo una tarea vital una vez que la pandemia esté bajo control‖. Y la WACC, ―celebra especialmente el llamado al respeto y la protección de los estándares internacionales de derechos humanos en todas las políticas y acciones, y para promover la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y para combatir todas las formas de violencia de género‖. La IATF también expresó su compromiso de trabajar en estrecha colaboración con aquellos que luchan contra el estigma, el discurso de odio, los crímenes de odio, la xenofobia, el racismo y todas las demás formas de discriminación. ―En este momento de agitación, tristeza y angustia, los líderes religiosos y las organizaciones basadas en la fe juegan un papel único en reunir a las personas en torno a los valores comunes de nuestra humanidad compartida: solidaridad y compasión‖, agregó. ―Se debe promover la solidaridad y la compasión tanto dentro como entre las comunidades de fe.‖ Se tomó nota del ―fuerte compromiso‖ del Consejo Asesor Multi Fe que insta a los miembros de IATF para ayudar a sus representados en los preparativos y las respuestas a la pandemia, incluso mediante la difusión de ―información basada en la ciencia, los hechos y las pruebas, de acuerdo con las políticas de ONU y en particular con la guía de la Organización Mundial de la Salud sobre COVID-19‖. El informe también instó a los líderes religiosos y organizaciones basadas en la fe para promover y abogar por el informe de la ONU, la responsabilidad compartida, la solidaridad global: En respuesta a los impactos socioeconómicos de COVID-19, y la respuesta del Secretario General sobre el Fondo de Recuperación. El informe describe la escala de la pandemia y las dificultades e interrupciones económicas que ha desatado en todo el mundo. El fondo tiene la intención de apoyar
a los países de bajos y medianos ingresos a superar los desafíos de salud y desarrollo causados por la pandemia. El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Religión y Desarrollo Sostenible surgió cuando miembros individuales del Foro Tripartito de la Asamblea General de la ONU se reunieron por primera vez de manera informal en 2007. (alc-noticias.net) 24/04/2020
51.Diálogo Intereclesial por la Paz (DiPaz) presenta Guía para el cuidado solidario Colombia. El Diálogo Intereclesial por la Paz de Colombia (DiPaz) preparó una guía para apoyar a las familias en las cuarentenas que atraviesan varios países. Son algunas recomendaciones que pueden ser útiles para fortalecer las relaciones y salir adelante como familia. El material cuenta con apoyo de Unión Europea, Federación Luterana Mundial, ACT Alianza y Christian Aid.
Mente Sana: No todo edifica.
- Escoge algunos medios de confianza y dedica algún tiempo del día para informarte. La sobre información, repetida todo los días, a toda hora, puede causarte ansiedad. El resto del día intenta ocuparte en actividades que no estén relacionadas con este tema. - No le des crédito a todas las cosas que circulan por las redes, la mayoría son falsas noticias (Fake News). Además es muy importante que no compartas cosas de las que no tengas certeza. - Examínenlo todo; retengan lo bueno. 1 Tesalonicenses 5:21. El Diálogo Intereclesial por la Paz de Colombia (DiPaz) es un proceso que está animado por representantes de iglesias y organizaciones basadas en la fe que han venido participando y articulándose durante los últimos cinco años en procesos sociales y acompañando comunidades que trabajan en la construcción de paz con justicia desde la acción noviolenta y la búsqueda de verdad y la justicia que facilite el camino hacia una verdadera reconciliación en Colombia. (alc-noticias.net) 27/04/2020
52.Se dispara cifra de desplazados en el mundo Ginebra. Más de 50 millones de personas viven en el exilio en su propio país tras haber huido de la guerra o las catástrofes, una población particularmente vulnerable a nuevo coronavirus, advirtió este martes el Observatorio de las Situaciones de Desplazamiento Interno (IDMC). Al menos 33,4 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares en 2019 permaneciendo en su país, con lo que el número total de desplazados internos llegó a 50,8 millones, un récord, según el informe anual del IDMC y del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC). Esa cifra es muy superior a los 26 millones de refugiados fuera de las fronteras de sus países. Los desplazados internos "son a menudo personas muy vulnerables que viven en campamentos hacinados, refugios de emergencia y asentamientos informales con poco o ningún acceso a la atención médica", señaló la directora de la IDMC, Alexandra Bilak, en un comunicado. "La pandemia de coronavirus los hace aún más vulnerables" porque "debilita sus ya precarias condiciones de vida al limitar aún más su acceso a los servicios esenciales y a la ayuda humanitaria", agregó. De los 33,4 millones de nuevos desplazados, 24,9 millones se vieron obligados a huir debido a desastres naturales. Entre ellos, 4,5 millones fueron arrojados a las calles por el ciclón Fani que azotó la India y Bangladés, los ciclones Idai y Kenneth en Mozambique y el huracán Dorian en las Bahamas. Dos millones huyeron de las fuertes lluvias y las inundaciones en África. La inmensa mayoría de esas personas fueron evacuadas antes de las tormentas y pudieron luego regresar a sus hogares. Un poco más de cinco millones de personas fueron consideradas desplazadas por desastres naturales a fines de 2019. Con la pandemia, explicó Bilak, se complica la evacuación de las personas antes de un desastre meteorológico, porque amontonarlas en un refugio aumenta el riesgo de contagio. "Será difícil encontrar un equilibrio entre la ayuda humanitaria y la lucha contra la propagación de la COVID-19", declaró a la AFP. Finalmente, el año pasado 8,5 millones de personas se desplazaron internamente debido a conflictos armados en 61 países, entre ellos Siria, la República Democrática del Congo, Etiopía y Sudán del Sur, con lo que el total asciende a 45,7 millones, de los cuales 6,5 millones se encuentran en Siria, país devastado por nueve años de guerra. Con información de AFP (jornada.com.mx) 28/04/2020
53.Mientras la COVID-19 deja a millones de personas al borde de la inanición, un lí-
der de la iglesia africana afirma que el hambre es un desafío superable Suiza. Al tiempo que la ONU advierte que la pandemia del coronavirus está llevando a millones de personas al borde de la inanición en una ―hambruna generalizada de proporciones bíblicas‖, un alto dirigente cristiano de África ha subrayado que es posible vencer el hambre, un yugo que esclaviza a muchas personas en su continente. El Rev. Nicta Lubaale, secretario general de la Organización de Iglesias Africanas Instituidas, afirmó que el hambre se ha convertido en un gran problema, dados los recientes datos mundiales sobre el hambre y el incumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible de ―hambre cero‖. ―El número de personas que pasan hambre en el mundo está aumentando de nuevo. África, y especialmente el África subsahariana, es el lugar más afectado, ya que más del 20 por ciento de la población presenta problemas de desnutrición. La llegada de cualquier crisis solo podría agravar el problema del hambre‖, afirmó. Los comentarios del líder se hacen eco de los de David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, quien afirmó ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el pasado 21 de abril que, al tiempo que se enfrentaba a la pandemia de la COVID-19, el mundo también estaba al borde de una pandemia de hambre. ―Millones de personas de la población civil que viven en países afectados por conflictos, entre las que se encuentran muchas mujeres y niños, se exponen a verse empujadas al borde de la inanición, siendo el espectro de la hambruna una posibilidad muy real y peligrosa‖, afirmó D. Beasley. A pesar de esto, N. Lubaale señaló que era posible cambiar las cosas si los líderes dejaban de abordar el hambre como un problema de los pobres. ―El problema lo tenemos nosotros, los líderes. Además, tenemos que negarnos a vivir con el escándalo de la pobreza en medio de la abundancia‖, afirmó, al tiempo que añadió que la COVID-19 se ha presentado en un momento en el que algunas naciones africanas estaban tratando de abordar de manera exhaustiva los desafíos existentes relacionados con la seguridad alimentaria, incluyendo el cambio climático y las plagas de langostas y del gusano soldado africano. Según N. Lubaale, la Organización de Iglesias Africanas Instituidas ha estado presionando para que se integre la agricultura en las intervenciones contra el virus. Al mismo tiempo, N. Lubaale temía que, en la respuesta a la COVID-19, el mundo repitiera los mismos errores cometidos en las respuestas iniciales al VIH. ―En aquellas respuestas iniciales, dejamos de lado el aspecto de la alimentación, y solo más tarde nos dimos cuenta de que era un aspecto crucial: las personas que viven con el VIH y el SIDA necesitaban tener seguridad alimentaria para vivir positivamente y poder cumplir con los regímenes de tratamiento‖, afirmó el líder. ―Queremos asegurarnos de que la cuestión de la agricultura no quede relegada. Seguimos fomentando el compromiso de las iglesias para asegurarnos de que forme parte de su respuesta‖. Con un enfoque basado en las congregaciones, la organización está trabajando junto a los agricultores de las iglesias locales para mejorar los rendimientos agrícolas, gestionar las semillas y aumentar las inversiones agrícolas. Uno de los principales proyectos de la organización son los bancos de semillas comunitarios, que garantizan a los agricultores un acceso ininterrumpido a las semillas en las temporadas de siembra. Para que siga siendo sostenible, un agricultor devuelve una cierta cantidad de semillas al banco después de cada cosecha. La organización también está formando a los agricultores en relación con el vínculo entre la agricultura y la nutrición, la gestión de las pérdidas posteriores a la cosecha y la participación efectiva en los mercados. ―Nuestros pastores sobre el terreno acompañan a las personas de las zonas rurales para que no abandonen la agricultura‖, afirmó N. Lubaale. (oikoumene.org) 30/04/2020
54.Las iglesias holandesas instan al gobierno holandés, y a otras naciones, a cuidar a los niños de los campos de refugiados griegos Amsterdam. En una carta a sus organizaciones hermanas europeas, el Consejo de Iglesias de los Países Bajos reiteró su llamamiento al gobierno holandés para honrar el llamado del Comité Europeo con respecto a la reubicación de niños vulnerables y no acompañados de los campos de refugiados griegos. La carta también insta a las organizaciones hermanas europeas a apelar a sus gobiernos para que ejerzan la misma compasión humana. "Creemos que es importante que todos los países de la Unión Europea compartan la responsabilidad del plan de acción creado por el Comité Europeo con respecto a la reubicación de este grupo de niños vulnerables", se lee en la carta. "Todavía tenemos que ver la unanimidad y la solidaridad entre los estados miembros para encontrar una solución conjunta a esta situación".
El Consejo de Iglesias de los Países Bajos dijo que espera que las organizaciones hermanas se sientan apoyadas para dar un paso poderoso hacia una solución y atender el llamado del Comité Europeo. "Esperamos poder contar con usted", dice la carta. "Puede contar con nosotros". (oikoumene.org) 27/04/2020
55.Su Beatitud el más piadoso, el patriarca Teófilo III de Jerusalén, responde a las preguntas del CMI Israel. Las fronteras nacionales, religiosas y étnicas no tienen ninguna importancia para el virus de la COVID19. Ver su efecto en el mundo entero nos recuerda la interconexión de toda la familia humana. En las próximas semanas, los cristianos, los judíos y los musulmanes participarán en aspectos centrales de sus calendarios rituales. Aunque normalmente es una época de reuniones festivas, ahora todos tienen dificultades para encontrar una manera de celebrar dadas las precauciones que debemos tomar para protegernos y proteger a nuestros seres queridos y nuestras comunidades. Las comunidades cristianas, judías y musulmanas están respondiendo a todos los desafíos de este tiempo sin precedentes: combaten el odio y la intolerancia que han surgido a causa de la pandemia, proporcionan servicios de primera línea a los necesitados, mantienen la comunidad y buscan alternativas creativas para conmemorar y celebrar en un mundo de distanciamiento social y cuarentena.
¿De qué maneras ve Su Beatitud a las iglesias adaptarse a la vida en medio del brote del coronavirus, en Tierra Santa y en el resto del mundo?
En la larga historia de nuestra Iglesia, el mundo ha pasado naturalmente por innumerables dificultades. Somos capaces de proceder con claridad siguiendo las instrucciones de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que dijo: ―Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios‖ (Marcos 12:17). De esta manera, en particular durante la situación actual en la que afrontamos el coronavirus, mantenemos nuestra vida de oración como deberíamos, pero dentro de los límites fijados por las autoridades con el propósito de velar por la salud y la seguridad públicas.
¿Cómo podemos proteger vidas? ¿Qué podemos hacer como iglesias y comunidades religiosas?
Nuestro Señor Jesucristo resumió toda la ley y los profetas en dos mandamientos: amar a Dios con todo lo que tenemos, y amar al prójimo –incluso a nuestros enemigos–como a nosotros mismos. Estos mandamientos guían nuestra misión cristiana, y nuestra Iglesia ha reiterado su compromiso con la misión filantrópica que alivia las cargas de otros cuando es necesario, tanto material como moralmente. De este modo, como servidores de Cristo y como líderes espirituales, deberíamos participar en los actos de asistencia que podamos cuidando de los mayores y los vulnerables, y pidiendo a Dios que tenga misericordia de su creación y nos libre de esta pandemia.
Su Beatitud, por favor, comparta algo del trabajo litúrgico en las celebraciones de la Pascua en Jerusalén. ¿Cómo celebraron en medio de la COVID-19?
Dado que Jerusalén es el lugar físico del encuentro humano-divino, nuestros servicios durante la Semana Santa y la Pascua se celebraron a pesar de la difícil situación y la incapacidad, por las necesarias directrices sanitarias, de recibir a peregrinos y miembros de nuestra comunidad local para que estuvieran presentes físicamente en el Santo Sepulcro. Estos servicios fueron retransmitidos en línea y vistos por cientos de miles de personas aquí en Tierra Santa y en el mundo entero.
¿Cuáles son las reflexiones de Su Beatitud sobre el hecho de que las celebraciones de la Pascua en Jerusalén contaran con más de dos-tres millones de seguidores en los medios sociales?
Al enfrentarnos a esta crisis actual, está claro que la profunda necesidad de conectar con los lugares sagrados movió a personas del mundo entero de todos los entornos religiosos e incluso no religiosos. Es un consuelo para ellos saber que hay esperanza, que se plasma en nuestras oraciones por el mundo entero y por cada uno de nosotros, y por liberarnos de este virus. Del mismo modo, las personas se dan cuenta de que, sin la protección celestial, la vida no tiene propósito y es incierta. La esperanza de la resurrección que es la Pascua está en la victoria de Dios sobre los poderes del mal, y su luz que nunca falla sobre las tinieblas es la promesa de la vida eterna con él.
¿Cuál es el principal recuerdo personal de Su Beatitud de la Pascua de 2020 en Jerusalén?
Puede que nuestra celebración de la Pascua en Jerusalén se haya vivido en una situación sin precedentes, pero su propósito sigue siendo el mismo. Dios no está confinado en sitios locales, porque el ser humano es la iglesia donde el Espíritu Santo mora: ―porque el templo de Dios es santo, y ustedes son ese templo‖ (1 Co 3:17).
¿De qué maneras pueden los jefes de iglesias y los dirigentes religiosos de Jerusalén ser un modelo en medio de la COVID-19?
Las iglesias de la Ciudad Santa de Jerusalén y de Tierra Santa siguen siendo un testimonio vivo que se expresa en y a través de las oraciones en el lugar mismo de la crucifixión, el entierro y la resurrección de nuestro Señor Jesús. Como pastores del rebaño de Cristo, continuamos nuestra misión para mantener vivo el espíritu y difundir el mensaje de esperanza, porque se nos ordena: ―No apaguen el Espíritu‖ (1 Ts 5:19). Y se nos exhorta a alentar a los pusilánimes, ayudar a los débiles, los necesitados y los enfermos de nuestra sociedad, y apoyarnos los unos a los otros en momentos de incertidumbre, miedo y sufrimiento. Al mismo tiempo, como comunidades religiosas, pedimos a todas las personas que cumplan las directrices establecidas por las autoridades con el fin de mantenernos a salvo y sanos.
Dado que Su Beatitud se enfrenta a desafíos sin precedentes, ¿por qué puede orar la comunidad mundial?
Agradezcamos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo su amor permanente y que nunca nos haya abandonado. Debemos orar por la manifestación del amor de Dios en los actos y la compasión hacia nuestros hermanos y hermanas humanos, pues san Juan nos enseña: ―Si alguno dice: ‗Yo amo a Dios‘, pero odia a su hermano, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto?‖ (1 Juan 4:20). Preguntas preparadas por la directora de comunicación del CMI, Marianne Ejdersten. (oikoumene.org) 30/04/2020
56.Obispo Staccato Powell: “Les pido una ferviente oración de protección” Suiza. El obispo Staccato Powell es el presidente del Consejo de Obispos de la Iglesia Metodista Episcopal Africana de Sión, una de las iglesias fundadoras del Consejo Mundial de Iglesias (CMI). Durante los muchos años que ha prestado servicio al CMI, ha participado en cuatro Asambleas y ha sido miembro de muchos órganos rectores, incluido del Comité Central actual.
¿Cuál ha sido el principal desafío al que se han enfrentado durante la observancia de la Semana Santa y la celebración de la Pascua?
Obispo Powell: En nuestra tradición, estamos acostumbrados a congregarnos y reunirnos durante la Semana Santa. En muchos casos, lo habitual es que varias iglesias se reúnan cada día para celebrar juntas los cultos vespertinos. El Viernes Santo, los creyentes suelen congregarse para la predicación de las siete últimas palabras, y luego participan en un servicio al amanecer de la Pascua. Esto se hace además del culto regular de Pascua. Algunas personas solo vienen a la iglesia por Navidad, el Día de la Madre y el Domingo de Pascua. Por lo tanto, el hecho de que la gente no pudiera reunirse en el sentido tradicional fue bastante difícil.
¿Cuál fue su mensaje a su iglesia?
Obispo Powell: Debemos tener el propósito de acercarnos unos a otros, sea por teléfono, a través de la comunicación digital o de las plataformas de las redes sociales. En mi generación, hay gente que sigue prefiriendo hablar a enviar mensajes de texto, mientras que los mileniales y los de la generación X pueden estar sentados uno al lado del otro y sentirse cómodos enviando mensajes de texto en vez de hablando. Pero estamos obligados a encontrar otras maneras de comunicar. Una de las cosas que estamos haciendo para mantener a los creyentes conectados y centrados en la fe es realizar llamadas telefónicas para las oraciones diarias. Ya estábamos haciendo estas llamadas antes de la pandemia del coronavirus, pero ahora han aumentado exponencialmente. También nos hemos dado cuenta de que a menudo la gente alarga las llamadas, tanto antes como después de la oración, simplemente para conversar y confraternizar virtualmente con una persona fuera de su hogar. Muchas de las personas que hablan por teléfono no se conocen personalmente, pero se han familiarizado con los nombres y las voces que escuchan en la llamada a la oración. Esta koinonía da lugar a la creación de comunidades en torno a actividades ministeriales como la oración. Es algo que resulta valioso para la gente. Sabemos lo solas que pueden sentirse las personas confinadas en casa. Este período nos ha mostrado a muchos de nosotros lo que realmente significa estar aislados, y lo que la oración puede aportarnos en una época de soledad. En este sentido, estamos experimentando un reavivamiento de la fe.
Como Consejo Mundial de Iglesias, ¿qué oraciones podemos ofrecerles?
Obispo Powell: Pedimos a nuestras hermanas y hermanos del Consejo Mundial de Iglesias sus más fervientes oraciones. Esta preocupación sanitaria mundial