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TEMA DE LA SEMANA: Foto de Trump y la Biblia, abuso y manipulación atroz de la religión
from Boletín Alas #353
1. Mariann E. Budde: así es la obispa «indignada» que lidera la rebelión religiosa contra Trump Conocida en su diócesis por su espíritu antirracista y pro derechos LGTBQ, así es la primera mujer que ocupa esa posición y que ha cargado duramente contra el presidente tras utilizar su iglesia para hacerse una foto con la Biblia y amenazar con sacar el ejército a las calles Estados Unidos. ―El presidente utilizó la Biblia, el más sagrado texto de la tradición judeocristiana, y una de las iglesias de mi diócesis, sin avisarnos siquiera, como telón de fondo de un mensaje antitético a las enseñanzas de Jesús y a todo lo que defiende nuestra iglesia‖. Mariann Edgar Budde es la obispo de la diócesis episcopal de Washington DC, la primera mujer en asumir esa posición. A la diócesis que lidera pertenece la iglesia de Saint John, el escenario al que ayer fue caminando el presidente de EE UU, Donald Trump, junto a una pequeña comitiva. El sótano de Saint John ardió en las revueltas del domingo por la muerte de George Floyd, y Trump decidió fotografiarse a las puertas del templo sujetando una Biblia en la mano, antes de regresar a su residencia. Para hacerlo, el presidente desplegó a la Policía Militar, formando detrás de escudos antidisturbios, que cargó contra los centenares de manifestantes congregados pacíficamente, ayudándose con gases lacrimógenos y arropados por agentes a caballo, para abrir una vía en la plaza de Lafayette. La foto de Trump ha sido ampliamente criticada por los líderes religiosos progresistas, entre ellos la propia obispo de Washington. «Estoy indignada. El presidente no ha rezado cuando ha venido a la iglesia de Saint John ni ha reconocido la agonía de nuestro país ahora mismo», declaró Budde a la CNN, mostrando su oposición frontal y cargando contra el presidente de EE UU. La obispa lamentó que Trump no haya reconocido «en particular» la «agonía» de los afroamericanos de Estados Unidos, que «se preguntan si alguien alguna vez será capaz de admitir en público sus palabras sagradas». Budde fue clara con la prensa, indicó a la cadena informativa que los estadounidenses afroamericanos «están demandando con razón el final de 400 años de racismo sistemático y de supremacía blanca en nuestro país». En su alegato decidió dejar claro que se opone a las políticas del presidente: «Solo quiero que el mundo sepa que nosotros en la Diócesis de Washington, siguiendo a Jesús y su forma de amar, nos distanciamos del lenguaje incendiario de este presidente», afirmó tajantemente en directo. Budde también hizo declaraciones telefónicas a The Washington Post al respecto, donde puntualizó que Trump ni siquiera la avisó de que iría a fotografiarse a Saint John: «Estoy indignada. Soy la obispa de la Diócesis Episcopal de Washington y no se me dio ni siquiera una llamada de cortesía, para que limpiaran (la zona) con gas lacrimógeno para poder usar una de nuestras iglesias», se quejó Budde. Allí también aprovechó su altavoz para volver a cargar contra el presidente: «Todo lo que ha dicho y hecho es para inflamar la violencia. Necesitamos un liderazgo moral y él ha hecho todo lo posible para dividirnos». La obispa no solo ha hablado con la prensa, desde su cuenta de Twitter ha vuelto a cargar contra el presidente: «No ha venido a rezar, no ha lamentado la muerte de George Floyd o la agonía de la gente de color en nuestra nación. No ha querido sanar ni calmar a nuestra problemática tierra». Budde no está sola. El gesto de Trump en la segunda jornada del toque de queda ha sido repudiado por la comunidad religiosa. Varios líderes religiosos han condenado el uso del presidente de la Biblia. El padre jesuita James Martin de Nueva York también ha cargado contra Trump desde su cuenta de Twitter: «Déjenme ser claro. Esto es repugnante. Ni la Biblia es atrezzo ni una iglesia es un fondo para fotografías. La religión no es una herramienta política. Dios no es su juguete». El mediático padre Edward Beck también ha utilizado sus redes para denunciar la polémica foto del presidente: «¿Se ha usado la Biblia alguna vez de una forma más falsa y explotadora?».
Una líder religiosa antirracista y pro derechos LGTBQ
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Tras graduarse magna cum laude en la universidad de Rochester en 1982 y pasar por un Master de Divinidad y doctorarse en Teología en Virginia, Mariann E. Budde llegó a ser la obispo episcopal de Washington en 2011, la primera mujer en ocupar esa posición. Autora de Gathering up the Fragments: Preaching as Spiritual Practice (Recolectando los fragmentos: el rezo como práctica espiritual), uno de sus gestos más notorios ha sido el de retirar dos banderas confederadas de
las vidrieras de la catedral de Washington que rendían homenaje a dos generales confederados de EEUU y que llevaban más de 60 años en el lugar de culto. Las vidrieras rendían homenaje al general Stonewall Jackson y al general Robert E. Lee del Ejército Confederado. The New York Times, al recoger al noticia, indicó que si bien las banderas se quitarían, las vidrieras seguirían siendo, según expresaron desde el templo, «un catalizador para las conversaciones difíciles e incómodas sobre la raza que necesitamos tener en el camino hacia la justicia racial», según expresaron desde el templo. El rotativo también recoge que Budde tuvo conocimiento de las vidrieras después de un tiroteo masivo en 2015 por un supremacista blanco en una iglesia de afroamericanos en Charleston. «Ya no era algo abstracto, lo teníamos en nuestra propia catedral». Budde –casada, madre de dos hijos y abuela de su primer nieto–también fue la encargada de organizar y oficiar en 2018 la ceremonia y entierro, 20 años después de su muerte, de Mathew Sheppard, uno de los crímenes de odio más salvajes que más han sacudido la historia reciente de EEUU y símbolo de los derechos de los homosexuales en EE UU. «Su muerte fue una herida en nuestra nación», declaró en The New York Times. «Estamos haciendo lo posiblie para llevar luz a la oscuridad y sanar a aquellos que tan a menudo han sido dañados, y en muchas ocasiones dañados en nombre de la iglesia». (smoda.elpais.com) 02/06/2020
2. Trump y la Biblia como amuleto: Carlos
Martínez García La foto de Donald Trump con la Biblia forma parte de su estrategia mediática para enfrentar las movilizaciones que considera terroristas. Para caminar hacia donde la fotografía sería tomada, la Iglesia Episcopal de San Juan, el presidente no vaciló en ordenar a fuerzas de seguridad que dispersaran, con gases y balas de goma, a quienes protestaban en las afueras de la Casa Blanca contra el sistema que violenta reiteramente a grupos de la población estadunidense. Trump sabe bien que la imagen levantando la Biblia tiene valor para segmentos importantes del pueblo. Enarboló el libro como amuleto para conjurar las vigorosas movilizaciones ciudadanas que se activaron a consecuencia del asesinato de George Floyd, acto que con saña perpetró el policía Derek Chauvin. La imagen elegida por Trump es otra afrenta a la memoria de Floyd y artero golpe simbólico a millones de afroestadunidenses que tienen la Biblia como elemento central de su identidad y forma de situarse ante el mundo. Ha estado circulando una fotografía de Floyd en que tiene la mano derecha en alto y sostiene una Biblia. Le acompañan integrantes de la Iglesia Resurrección donde se congregaba en Houston, Texas. De acuerdo con Patrick Ngwolo, quien fue su pastor, Big Floyd fue clave para promover acciones de servicio eclesial en el conflictivo barrio Cuney Homes y lo recordó como un hombre de paz. ¿Conocía Trump la fotografía de Floyd con la Biblia? ¿Al hacerla propia, el presidente quiso contraponer la suya a la de Floyd, y así intentar anotarse una victoria en el terreno simbólico? En la historia del pueblo afroestadunidense la Biblia ha sido herramienta de emancipación. No por casualidad los blancos esclavistas prohibieron la lectura bíblica o bien expurgaron la obra de pasajes peligrosos, como en los que se habla de igualdad del género humano, derechos de los trabajadores, denuncias de los profetas contra el pecado estructural convertido en sistema y que sólo habrá paz si reina la justicia. En la obra de la escritora afroestadunidense Toni Morrison está la influencia de la Biblia no sólo en títulos de sus novelas y nombres de los personajes, sino que las Escrituras aparecen como intertexto en la trama narrativa y las claves interpretativas presuponen cierto conocimiento bíblico (Shirley A. Stave, editora, Toni Morrison and the Bible: Contested Intertextualities, New York, Peter Lang Publishing, 2006). Una de las tradiciones de las iglesias afroestadunidenses es el sermón que dialoga con sus oyentes, les incluye y desafía para que tomen distintos compromisos y desarrollen determinadas acciones. Las características anteriores estaban presentes en las predicaciones y discursos políticos del pastor bautista Martin Luther King. Toni Morrison utiliza tal herencia expositiva y la incluye notablemente en dos de sus novelas más conocidas: Song of Solomon y Beloved (Christopher Connell, Comparing two Christian Sermons: Morrison‘s Song of Solomon and Beloved, Cleveland, John Carroll University, 2017). Morrison es representativa de una cultura permeada por la Biblia. Bien lo afirma Jeroslav Pelikan cuando escribe que es difícil imaginar una cultura impregnada de mayor sentido bíblico que la de los esclavos africanos en América.
Para los afroestadunidenses ―la Biblia se convertiría en parte integrante de sus vidas, como quedaría plasmado con increíble profundidad en la música indígena de los ‗espirituales‘. Además, los temas de la cautividad y la liberación del libro del Éxodo expresaron en esta tradición una profundidad de sufrimiento y de fuerza desco-
nocida hasta entonces‖ (Historia de la Biblia. Barcelona, Editorial Kairós, 2008, pp. 267 y 268). Sí, los afroamericanos son los hijos de la esclavitud. Y la Biblia, como ningún otro libro, es el libro de los hijos de la esclavitud, e inspirados en la obra han creado portentosas expresiones culturales (Allen D. Callahan, The Talking Book. African Americans and the Bible, New Haven-London, Yale Universsity Press, 2006). En la campaña por la presidencia de EU, Trump aseveró que era asiduo lector de la Biblia. No lo es, echó mano del engaño para cautivar a un importante sector del electorado con el fin de atraerse votos. El presidente es dado a los rituales y expresiones de religiosidad que no lo comprometen éticamente. Ahora, con la argucia de levantar la Biblia, busca conjurar la indignación que con sus acciones y amenazas él mismo ha desatado. Aprovechando que Trump dice venerar la Biblia tal vez podría leer los siguientes pasajes: Isaías 1:10-20; los nueve capítulos del profeta Amós, que en la English Standard Version tiene ocho páginas y la predicación libertaria de Jesús, Lucas 4:16-20. Por cierto que después de la predicación, iracundos nacionalistas le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. (jornada.com.mx) 03/06/2020
3. Trump pasa de la Biblia a Juan Pablo II, y la Iglesia católica lo acusa de "abusar y manipular atrozmente" la religión "Encuentro desconcertante y reprensible que cualquier instalación católica se prestara a ser tan atrozmente abusada y manipulada de una manera que viola nuestros principios religiosos, que nos instan a defender los derechos de todo el mundo", dijo el arzobispo de Washington Joe Biden: "Además de la Biblia debería abrir también la Constitución de vez en cuando” Tras posar con la Biblia, Trump decidió hacerlo con Juan Pablo II. En plena escalada de las protestas por el asesinato policial de George Floyd, y la respuesta violenta, alentada desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos acudió, junto a su mujer, Melania Trump, a la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, para hacerse una foto en el monumento a Wojtyla. Y, esta vez, tuvo cumplida respuesta del arzobispo de Washington, y ex presidente de los obispos USA, Wilton Gregory. "El papa Juan Pablo II fue un ferviente defensor de los derechos y la dignidad de los seres humanos. Su legado es un claro testimonio de esa verdad. Ciertamente no toleraría el uso de gases lacrimógenos y otros elementos disuasivos para silenciar, esparcir o intimidar", destacó, en un comunicado, Gregory, que acusó a Trump de abusar y manipular "atrozmente" los principios religiosos tras posar en dos lugares de culto en medio de los disturbios que sacuden al país. "Encuentro desconcertante y reprensible que cualquier instalación católica se prestara a ser tan atrozmente abusada y manipulada de una manera que viola nuestros principios religiosos, que nos instan a defender los derechos de todo el mundo, incluidos los de aquellos con los que podemos no estar de acuerdo", señaló el arzobispo. Joe Biden, candidato presidencial demócrata, le recomendó que ―además de la Biblia debería abrir también la Constitución de vez en cuando‖.
Libertad religiosa
A la vez, este martes Trump firmó un decreto sobre la libertad religiosa, que está destinada, según Fox, "a la gente de fe en todo el mundo". "Esta orden ejecutiva integra completamente la visión del presidente –una vigorosa defensa de la libertad religiosa internacional de derechos para todos –en los aspectos clave de la política exterior de Estados unidos", dijo el funcionario. "Una vez más, el Presidente Trump tomana acción decisiva para mantener su promesa a la gente de fe en todo el mundo." (religiondigital.org) 03/06/2020
4. La foto de Trump y la Biblia: Joel Forster En Europa causa sorpresa que el presidente de un país use la Biblia como parte de su estrategia política a la hora de abordar un conflicto tan complejo como este Una fotografía se repite hoy en medios de comunicación de todo el mundo: Donald Trump posando con una Biblia frente a una iglesia en Washington DC. ¿Cuál es el contexto de la fotografía? La noche anterior, las protestas en la capital de EEUU por la muerte del George Floyd, el hombre afroamericano de 46 años que perdió la vida bajo custodia policial en Minnesota, habían vuelto a degenerar en disturbios. En un momento dado, un grupo violento pintó graffitis y causó un importante incendio en los bajos de la iglesia episcopal-anglicana de St John‘s (un templo emblemático por haber sido frecuentado por muchos presidentes de EEUU). Al día siguiente, Donald Trump anunciaba en rueda de prensa contundentes medidas contra las protestas:
―Voy a desplegar a miles y miles de soldados fuertemente armados, personal militar y fuerzas del orden para parar los disturbios, vandalismo, asaltos y la gratuita destrucción de la propiedad‖. Y terminaba con estas palabras: ―Y ahora, voy a ir a presentar mis respetos a un lugar muy especial‖.
Acto seguido, Trump se dirigía a pie a St. John‘s, entre grandes medidas de seguridad. De hecho, la policía había lanzado gas lacrimógeno contra los manifestantes para despejar el camino al presidente. Allí, frente a la fachada de la iglesia, Trump posó unos minutos con una Biblia en la mano. Le acompañaban, entre otros, el fiscal general del estado y su hija Ivanka Trump. Tras las fotos, abandonó de nuevo el lugar.
Una grave crisis social
El ‗caso George Floyd‘ ha originado una profunda crisis en EEUU que está siendo seguida de cerca por todo el mundo. Dicen los analistas que la explosión de ira actual es fruto de décadas de protestas de la minoría afroamericana por discriminación y racismo, especialmente en el área policial y judicial. Decenas de líderes evangélicos de muchas ciudades estadounidenses han expresado su dolor en las últimas horas, llamando a la compasión, el diálogo, y una justicia real que lleve a la paz. Creen firmemente que la Biblia tiene mucho que decir sobre cómo abordar una crisis como esta y da las claves para una reconciliación duradera.
Una imagen que eclipsa a otros cristianos
Pero la imagen que da la vuelta al mundo hoy es la de un líder político que muestra desafiante una Biblia, como si esta fuera un amuleto, o peor aún, el símbolo de una batalla ideológica. La foto aparecía esta mañana en las portadas online del británico The Guardian, el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung y el español El País, por mencionar solo algunos periódicos europeos. En Europa causa sorpresa que el presidente de un país use la Biblia como parte de su estrategia política a la hora de abordar un conflicto tan complejo como este. ¿Quiere Trump decir con ello que la fe cristiana tiene algo que aportar a esta situación? Si es así, fotografiarse con un ejemplar en la mano probablemente no sea suficiente. Sin embargo, lo que Trump buscaba era algo más simple: relacionar la fe cristiana con sus políticas, minutos después de describirse a sí mismo como ―el presidente de la ley y el orden‖.
Un mensaje dañino para la iglesia
No es la primera vez que un presidente de EEUU es asociado en el resto del mundo con los evangélicos. Pero Trump quizás haya sido el que más ha jugado la carta de la ―América cristiana‖ en favor de sus políticas, muchas de las cuales son rechazadas de plano por cristianos tanto dentro como fuera del país. Trump habla a menudo de su equipo de asesores espirituales, pero estos parecen incapaces de frenar al presidente cuando usa a Dios como una simple arma política. El daño al testimonio cristiano lo sufre la iglesia en todo el mundo. Muchos que trabajan en pos de la reconciliación (en contextos muy diferentes al de los EEUU), tienen que responder a las preguntas de quienes no son capaces de ver en el presidente de EEUU los valores de humildad y gracia que se le atribuyen al evangelio. Trump se fotografía con la Biblia, pero, ¿qué pasaría si se sentara con esa misma Biblia en la intimidad de la Casa Blanca, y se parara a leer en los evangelios cómo Jesús se acercó a los tristes, a los agraviados, a los dolidos, e incluso, a los que usaron la violencia sin sentido (Juan 18:10)?
La tarea de invitar a la gente a leer la Biblia
La foto de Trump que todos han visto hoy es una distracción (una más) en la importante tarea que los cristianos tenemos de invitar a las personas de nuestro alrededor a acercarse a ese libro sin prejuicios, tergiversaciones o estereotipos. Pero no desistimos. Una y otra vez vemos la capacidad de la Biblia de conectar con los anhelos más profundos de quienes se acercan a sus páginas sin miedo a qué se van a encontrar. Es en la Biblia donde Dios mismo nos habla de forma muy relevante sobre justicia, reconciliación y paz. (protestantedigital.com) 02/06/2020
5. La Biblia como pretexto de bondad: Óscar Moha Al igual que otros personajes públicos, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, cada que puede se escuda tras un ejemplar de La Biblia. Y si bien no hace alusión a los textos, como en México en las mañaneras se ha estilado, sí se deja fotografiar orando con su grupo de pastores de la misma línea ultra, quienes envían a los medios las fotos que les indican en la Casa Blanca para aparentar que el mandatario es ―un hombre de principios, valores, familia, blanco, exitoso‖ y que está en contra del aborto y los matrimonios igualitarios. El pasado lunes, cuando una manifestación pacífica era dispersada con gases lacrimógenos por la Guardia Nacional frente a la Casa Blanca, el presidente Trump ondeaba una Biblia teniendo como fondo la Iglesia de San
Juan, aparentando la espiritualidad que nunca ha demostrado hacia los inmigrantes, o los afroamericanos. De inmediato, la obispa Mariann Budde, de la Diócesis Episcopal de Washington, una de las primeras en organizar manifestaciones por el asesinato de George Floyd a manos de policías el pasado 25 de mayo en Minnesota, consideró que el ―mensaje del Presidente fue antiético, contrario a las enseñanzas de Jesús y a todo lo que defiende nuestra Iglesia‖. En la Unión Americana, donde las relaciones intereclesiásticas distan mucho de parecerse a lo que sucede en México, los grupos de pastores y sacerdotes que comulgan con la ideología política de Donald Trump tienen acceso a la oficina oval y a los fondos que llegan incluso a países latinos, para la lucha contra lo que llaman ―ideología de género‖, que consiste en penalizar el aborto, prohibir los matrimonios entre homosexuales, y la enseñanza en las escuelas públicas de temas de diversidad sexual. A México sólo llegan esos recursos de manera muy selecta, ya que las fundaciones e Iglesias de EU se percataron de que la corrupción se ha establecido como dogma de fe en las denominaciones evangélicas que las recibían hace un par de décadas. En nuestro país la familiaridad entre pastores y sacerdotes es pésima. Se da esporádicamente en nichos muy específicos, el antagonismo en el ámbito de creencias y prácticas es mayor al amor que predican ambos bandos. Por lo tanto, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, conocedor de esas divisiones y de la corrupción que los estadunidenses han detectado, ha preferido no tomarse fotos orando con unos y rezando con otros en Palacio Nacional. Y no tanto por dar la impresión de que México sigue siendo un país laico, sino porque la época electoral todavía está distante. Cuando los Ministros de Culto evangélicos tienen la oportunidad de entrevistarse con funcionarios, legisladores y Presidentes de la República, el regalo que les hacen consiste invariablemente en un ejemplar de La Biblia. A Carlos Salinas de Gortari le obsequiaron tantas que no cabían en los cajones de los escritorios de sus secretarias y asesores personales. Sólo Felipe Calderón y el actual Mandatario han hecho frecuentemente referencia en actos públicos a pasajes bíblicos. Tanto que líderes evangélicos despistados los han catalogado como ―cristianos‖. Pero, grupos progresistas dicen tener otros datos: por ejemplo, en las tres primeras campañas a la Presidencia de la República que tuvo AMLO nunca se reunió con Ministros de Culto protestantes, no al menos de manera oficial. Siempre se negó. En esta cuarta, hasta hay videos de niños cristianos que imponen sus manos haciendo una oración antes y después de actos masivos. Hoy, ya tiene un pastor de cabecera en el Palacio. Es decir, comprendió que la imagen y apariencia de ser un ―hombre espiritual‖ y ―lleno de valores‖ reditúa en las urnas. Y así las cosas, un ejemplar de La Biblia en manos de un político, líder sindical, legislador, luchador social o candidato puede llevar a hombres y mujeres a pensar que quien la posee también la lee y pone en práctica sus enseñanzas. La decepción llega cuando las declaraciones y actitudes de los supuestos amantes del Libro Sagrado son contrarias a la bondad, mansedumbre, templanza, honestidad, amor y benignidad que son fruto de escudriñar citas, textos, pasajes e historias que contiene La Biblia. (ejecentral.com.mx) 05/06/2020
6. Los rostros del racismo contemporáneo: “si George fuera blanco, estaría vivo…”:
Rev. César Henríquez Venezuela. La muerte de George Floyd en Minneapolis, un afroamericano, causada por un oficial de policía mientras era arrestado, coloca nuevamente la realidad del racismo como elemento constitutivo de las relaciones de poder y manera de cómo las sociedades occidentales se han estructurado. Someter a un hombre con la rodilla en su cuello, mientras éste suplica por su vida, ante la indiferencia de los otros policías, no es un caso aislado, es la manera naturalizada de cómo opera el poder en occidente. En el imaginario social cada vez que escuchamos la palabra racismo la relacionamos, casi exclusivamente, con una persona de piel oscura que recibe atropellos y discriminaciones de parte de personas de piel clara o blanca. Aunque, ciertamente esta es una manifestación de racismo, no es la única por lo que no da cuenta de la bifurcación conceptual y fenoménica que implica el término. En este sentido racismo no se reduce a un asunto de ―color de piel‖, lo incluye más no lo agota. La superioridad racial que los ingleses impusieron sobre los irlandeses, no fue sobre la base del color de la piel, sino sobre la base de la religión, ya que ambos pueblos compartían ―el mismo color de piel‖. En la historia hay muchos más ejemplos. El racismo tiene que ver con un imaginario hegemónico que interpreta y organiza la sociedad a partir de criterios de poder que dividen a las personas en superiores e inferiores que a su vez determina quien es humano y quién no. En otras palabras, esta estructura de domina-
ción jerárquica distingue entre quienes tienen dignidad humana y quienes carecen de ella. Es decir, quién puede ser tratado como tal y quien no; quienes deben ser reconocidos socialmente como ciudadanos con derechos civiles, políticos, laborales, entre otros y quienes deber ser invisibilizados. En palabras de Fanon hay personas que viven en la ―zona del ser‖ y por tanto disfrutan del privilegio de ser personas, mientras otros que habitan la ―zona del no ser‖ sufren la negación de su dignidad, por tanto, son considerados no personas o sub-humanos. Esta racialización del mundo occidental, la cual se ha reproducido históricamente en el ADN cultural de las sociedades sometidas, comenzó desde que los europeos pisaron las tierras de Abya Yala en el siglo XVI y conceptualmente desde las conocidas discusiones entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas en Valladolid. El primero no veía ningún pecado en esclavizar a los indios, debido a la ausencia de alma en ellos, lo cual mostraba su inferioridad; mientras que el segundo argumentaba que, tenían alma, pero que se encontraban en condiciones de barbarie por lo que había que cristianizarlos. Ambos posicionamientos muestran el carácter racista de la conquista, uno que privilegia el racismo antropológico y el otro el cultural; ambas narrativas se han naturalizado a lo largo de todos estos siglos asumiendo rostros diversos, donde el color de la piel es solo uno de ellos. En este caso el Norte Global se atribuyó el derecho divino de establecer quienes pertenecen a la ―zona del ser― y quienes a la ―zona del no ser‖, quienes deben ser considerados como humanos con derechos y quienes como no humanos y sin ciudadanía. En consecuencia, el parámetro para clasificar a los diversos grupos parte del modelo de sociedad y de ―humano‖ de los vencedores, quienes se imponen por medio de la fuerza y la violencia, y cuyos criterios de clasificación incluyen la pigmentación de la piel, la religión, el género, la orientación sexual, la condición socio económica, entre otros. Se posiciona una visión imperial global de centroperiferia, arriba-abajo, en la cual el centro y el arriba están representados por los sectores hegemónicos y la periferia y el abajo por los grupos subyugados. Esta racialización se expresa por medio de la ―supremacía de la raza blanca‖ sobre otros pueblos; el patriarcado, que inferioriza a la mujer, la heteronormatividad, que deshumaniza a la diversidad sexual, la religión que privatiza la espiritualidad, los fundamentalismos que persigue las diferencias, la aporofobia que criminaliza la pobreza. Y además esta organización social es reproducida por los grupos subalternizados, como endorracismo dentro de las dinámicas internas de superviviencia. Esta racialización estructural la imponen los centros de poder como una realidad naturalizada y sacralizada en los grupos subalternos, los cuales la reproducen en sus relaciones generando una cascada de violencia que va desde la institucionalidad hasta aterrizar en las esferas más domésticas y vulnerables. Y culturalmente se crean chistes, estereotipos y prejuicios que nutren las clasificaciones sustentadas en criterios de inferioridad y superioridad. En este caso lo humano, lo que forma ´parte de la ―zona del ser‖, y por tanto aquello que tiene dignidad, viene a estar representado en este patrón de poder por lo blanco, el hombre, lo heterosexual, el cristianismo, la ortodoxia, y el estatus económico. Al contrario, lo no humano, que forma parte de la ―zona del no ser‖, viene dado por pieles pigmentadas, mujeres, homosexuales, espiritualidades no cristianas, la heterodoxia y los pobres. Hay que considerar también que todos estos papeles sociales que son asignados pueden cohabitar simultáneamente en diversas formas de discriminaciones (interseccionalidad) ―incrementando la dignidad de las personas o reduciéndola‖. Por ejemplo, no es igual ni recibe el mismo trato social y jurídico una mujer pobre, afrodescendiente, haitiana, de religión yoruba, lesbiana y de un partido de izquierda, que una mujer blanca, de clase media, estadounidense, cristiana, heterosexual y del partido republicano. Esta racialización es la que explica que la muerte y exterminio de los grupos que forman parte de la ―zona del no ser‖, no despierte indignación en ciertos sectores de la sociedad, incluso podrían hasta justificarlos. Por eso las, palabras del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ante la muerte de George Floyd develan la injusticia estructural de la racialización: ―Si George fuera blanco, estaría vivo en este momento‖. Y nos preguntamos: ¿cuántos y cuántas han sido asesinados/asesinadas y estarían vivos/vivas hoy por no ser heterosexuales; por no ser hombres; por no ser cristianos; por no ser ricos; por no pensar como quienes ejercen el poder? El racismo atraviesa todas las sociedades occidentalizadas de diversas maneras y con diversos rostros; es más que el rechazo a un color, tiene que ver con esa particular manera de colocar nuestro horizonte de comprensión como superior y ver como amenaza aquello que queda por fuera. El racismo nos habita por más que queramos negar su presencia en nosotros. Ya nos hemos engañado dema-
siado ocultando nuestro racismo tras frases como: ―yo no soy racista yo tengo amigos negros‖; ―yo no soy homofóbico, yo me arreglo el pelo con un muchacho gay‖; ―yo no soy machista, yo dejo que mi pareja trabaje‖; ―yo no soy fundamentalista, tengo un vecino musulmán‖; ―yo no soy clasista tengo conocidos en barrios pobres‖; ―yo no soy intolerante, tengo amigos fanáticos de otros equipos de futbol‖. Podemos ser activistas en contra de un tipo de racismo y ser promotores de otros, sin que conscientemente nos percatemos de ello: indignarnos ante la muerte de Floyd, y ser indiferentes ante el asesinato de una persona trans; exigir derechos para las mujeres y pensar que los pobres lo son porque son unos ignorantes; condenar los extremismos del islam y justificar los del cristianismo; denunciar los femicidios y callar los atropellos e injusticias que padecen conciudadanos, a causa de las autoridades, que piensan políticamente distinto a nosotros. ―SI GEORGE FUERA BLANCO, ESTARÍA VIVO EN ESTE MOMENTO‖. (alc-noticias.net) 01/06/2020
7. Estados Unidos: Arzobispo de Washington advierte sobre la instrumentalización de la religión En Estados Unidos, el arzobispo de Washington, monseñor Wilton D. Gregory, califica como ―desconcertante‖ la instrumentalización política de los lugares y símbolos religiosos por parte del presidente Donald Trump. Esta reacción se produjo después de que Trump ofreciera una foto frente a la iglesia episcopal y de su visita al santuario nacional dedicado a Juan Pablo II.
Gestos de Trump
Efectivamente, ayer, 2 de junio de 2020, el dirigente estadounidense acudió a la iglesia episcopaliana de San Juan, donde alzó una Biblia para las cámaras después de que la policía despejara con gases lacrimógenos un parque donde había manifestantes pacíficos. Más tarde, acompañado por su esposa Melania, se trasladó la plaza del santuario nacional de Washington dedicado al papa Wojtyla para realizar un gesto de homenaje frente a la estatua de san Juan Pablo II. Trump utilizó estos gestos para oponerse a las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd, que ha desatado una ola de violencia que desde Minneapolis también ha desgarrado la ciudad de Nueva York.
Reacción del arzobispo de Washington
No obstante, la elección de los símbolos religiosos ha provocado las reacciones de la Iglesia Católica local y quejas similares por parte de la episcopaliana.
―Me parece desconcertante y censurable que cualquier institución católica acepte ser manipulada y que se abuse de ella de tal manera que se violen nuestros principios religiosos, que, en cambio, nos llaman a defender los derechos de todas las personas, incluso de aquellas con las que podemos estar en desacuerdo‖, declaró el arzobispo de Washington en un comunicado. San Juan Pablo II, subraya la nota del prelado, ―fue un ardiente defensor de los derechos y la dignidad de los seres humanos. Su legado es un testimonio vivo de esta verdad. Ciertamente no aprobaría el uso de gases lacrimógenos y otros elementos disuasorios destinados a silenciar, dispersar o amenazar a estas personas sólo para tener la oportunidad de una fotografía frente a un lugar de oración y paz‖. (es.zenit.org) 03/06/2020
Obispo metodista Estados Unidos. El obispo Bruce R. Ough, Obispo Residente de Dakotas-Minnesota, de la Iglesia Metodista Unida, emitió una declaración después de la muerte de George Floyd. Floyd, un hombre negro, murió el 25 de mayo bajo la custodia de la policía de Minneapolis, luego de que un policía fue arrestado mientras Floyd luchaba por respirar.
Aquí la declaración completa:
Actualmente, hay más de una pandemia devastadora en Minnesota y nuestro país. Además de luchar contra COVID-19, estamos asediados por una pandemia de racismo, supremacía blanca y violencia blanca sobre marrón o negro. La muerte trágica, cargada de racismo e innecesaria de George Floyd a manos de cuatro policías de Minneapolis es solo el último brote de esta pandemia, y Floyd es solo la víctima más reciente. La lista de vidas negras que fueron asesinadas innecesariamente crece día a día. La cultura dominante del racismo y la supremacía blanca, cada vez más incitada por la retórica política, crece cada día. El miedo entre los padres de niños negros crece todos los días. La exhibición de nuestras leyes contra los perfiles raciales y la discriminación crece cada día. Aplaudo al alcalde Jacob Frey y al jefe de policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, por actuar con decisión y rapidez para despedir a los oficiales. Estoy agradecido de que el FBI esté iniciando una investigación de derechos civiles. Me uno a muchos otros para exigir
que prevalezca la justicia en esta situación. Estoy rezando por la familia Floyd y por la policía y sus familias. Ahora es nuestra responsabilidad como personas de fe, y particularmente como seguidores de Jesús en la tradición metodista, abordar esta pandemia generalizada de racismo. Nos vemos obligados a enfrentar esta pandemia con la misma intensidad e intencionalidad con la que estamos lidiando con COVID-19. Comenzamos por reconocer que el racismo es pecado y antitético al evangelio. Confesamos y denunciamos nuestra propia complicidad. Nos oponemos a cualquier expresión de racismo y supremacía blanca, comenzando con las disparidades raciales, culturales y de clase en nuestro estado y país, resaltadas por la pandemia de coronavirus. Hacemos sonar el clarín al pedir la erradicación del racismo. Desafiamos a los líderes del gobierno que encienden las llamas de la división racial en busca de ganancias políticas. Examinamos nuestras propias actitudes y acciones; todo cambio comienza con corazones transformados, que ceden continuamente a la justicia y el amor de Dios. No vamos a alejarnos o ignorar la enfermedad que ha estado destruyendo nuestro país y destruyendo vidas durante siglos. Esta enfermedad, el pecado del racismo y la supremacía blanca, niega las enseñanzas de Jesús y nuestra humanidad común y creada. Renovaremos nuestros esfuerzos para erradicar la enfermedad que realmente amenaza nuestros ideales y las vidas, los medios de vida y la dignidad de muchos de nuestros vecinos. Les pido que se unan a mí y sigan orando por la familia Floyd, así como por las muchas familias cuyas vidas han sido alteradas trágicamente o cuyos temores se han incrementado como resultado de esta tragedia imperdonable. Que la gracia, la paz, la justicia y la visión de Dios de la Comunidad Amada dominen las fuerzas del mal y la muerte. (alc-noticias.net) 29/05/2020
9. George Floyd murió por la "pandemia del racismo y la discriminación" Minneapolis. George Floyd, el estadounidense negro cuya muerte a manos de un policía blanco ha desatado una ola de protestas en Estados Unidos, murió por la "pandemia del racismo y de la discriminación", dijo este jueves el abogado de su familia durante una ceremonia de homenaje. El letrado Ben Crump pronunció estas palabras después de que la autopsia de Floyd confirmara su fallecimiento por asfixia y revelara que estaba infectado con el coronavirus. (jornada.com.mx) 04/06/2020
10.George Floyd: El Papa condena todo tipo de “racismo o exclusión” Roma. A causa de las revueltas sociales en Estados Unidos por el asesinato del afroamericano George Floyd, el Papa Francisco ha condenado todo tipo de ―racismo o exclusión‖ y ha recordado que ―la violencia de las últimas noches es autodestructiva‖. De este modo, el Pontífice se une a la Iglesia de San Pablo y Minneapolis, y a todos los Estados Unidos, ―para rezar por el descanso del alma de George Floyd y de todos los demás que han perdido sus vidas por el pecado del racismo‖, según ha expresado esta mañana, 3 de junio de 2020, en la audiencia general. El Santo Padre ha hecho un llamamiento a la paz y al respeto de ―toda vida humana‖ con motivo de las revueltas surgidas estos días los Estados Unidos, por una serie de disturbios sociales tras la muerte de George Floyd, de 46 años de edad, durante su arresto en la ciudad de Minneapolis el pasado 25 de mayo. ―No podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión y pretender defender la santidad de toda vida humana‖, ha señalado. ―Al mismo tiempo, debemos reconocer que ‗la violencia de las últimas noches es autodestructiva y provoca autolesión. Nada se gana con la violencia y mucho se pierde‘‖, ha añadido. Francisco ha mostrado su cercanía con los hermanos de Estados Unidos y asegurado que sigue de cerca y con ―gran preocupación‖ los dolorosos disturbios sociales que se están produciendo en su nación en estos días, tras la trágica muerte del Sr. George Floyd.
También ha indicado que reza ―por el consuelo de las familias y amigos afligidos‖, así como ―por la reconciliación nacional y la paz que anhelamos‖, invocando a Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de América, para que ―interceda por todos los que trabajan por la paz y la justicia en su tierra y en el mundo‖. ―Dios los bendiga a todos ustedes y a sus familias‖, ha concluido.
Declaración del cardenal Turkson
En declaraciones a Vatican News sobre los sucesos en Estados Unidos, el cardenal Turkson, prefecto del Departamento de la Santa Sede para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, resalta que el racismo es un fenómeno social muy extendido. ―Ha habido apartheid en Sudáfrica, un sistema de castas en otras partes del mundo y lo que se ha hecho a los aborígenes‖. Y recuerda que para nosotros ―como Iglesia, esto va en contra de los fundamentos de nuestra concepción de la persona humana desde su creación. Somos creados a imagen y semejanza de Dios. Toda persona está imbuida de la dignidad humana que es preciosa a los ojos
de Dios y que no le es conferida por ninguna persona humana‖ y esto es algo que hay que reconocer y promover. En línea con los obispos católicos de los Estados Unidos, el prefecto remarca que ―el asesinato de una persona no solo disminuye nuestra humanidad, nuestra familia humana, sino que es un grito a Dios para que nos escuche y nos haga justicia‖ y en una situación así, ―el grito de justicia es el grito contra lo que hiere a la hermandad, contra lo que impide que la hermandad exista‖. Para el cardenal, ir a las raíces del racismo ―significa que tenemos que reeducar el sentido de humanidad, el sentido de lo que significa la familia humana: Compartimos la misma dignidad que Dios nos ha dado, a nosotros que fuimos creados a su imagen y semejanza. Y somos diferentes‖.
Llamado a la no violencia y al perdón
Igualmente, afirma compartir la postura del hermano de George Floyd, que sostiene que la ira debe ser canalizada en una acción civil no violenta y recuerda que Estados Unidos tiene una larga historia de manifestaciones pacíficas, como las de Martin Luther King. No obstante, el purpurado va ―un paso más allá‖, y añadiría a la llamada a la no violencia ―la llamada al perdón‖: ―Solo hay una cosa que puede ayudar a George ahora que se presenta ante Dios. Es el perdón para sus asesinos. Como lo hizo Jesús‖. Finalmente, invita a obispos, sacerdotes, pastores y líderes de las diferentes comunidades ―a organizar un evento ecuménico e interreligioso. Podría tener lugar en un parque, al aire libre, y toda la gente podría reunirse para rezar. Lo único que George Floyd necesita ahora mismo es la oración: la oración cuando se presenta ante Dios‖. (es.zenit.org) 03/06/2020
11.El Papa, preocupado por USA: "No podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión" "Hoy me uno a la Iglesia de San Pablo y Minneapolis, y a todos los Estados Unidos, para rezar por el eterno descanso del alma de George Floyd y de todos los demás que han perdido sus vidas por el pecado del racismo" "El Patriarca Abraham está presente en las grandes tradiciones espirituales judías, cristianas e islámicas como el hombre perfecto de Dios, capaz de someterse a Él, incluso cuando su voluntad es difícil, si no incomprensible" "Diré una cosa que parece una herejía. La gente me dice que se ha enfadado con Dios. ¿Has tenido la valentía de enfadarte con Dios? Sí. Pues ésta es una forma de oración. Sólo un hijo es capaz de enfadarse con su papá y, después, reencontrarlo" El Papa Francisco aprovechó la audiencia de los miércoles para mostrar su preocupación por los sucesos de los últimos días en Estados Unidos. Francisco condena tajantemente el "pecado del racismo", pide "no cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión" y, al mismo tiempo, condena las manifestaciones violenctas, porque "nada se gana con la violencia y mucho se pierde".
Texto de la catequesis papal (traducción propia)
Lectura del Génesis sobre ―la oración de Abraham‖ (Gen 15,1.3-6). Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Hay una voz que de repente resuena en la vida de Abraham. Una voz que le invita a para emprender un camino que suena absurdo: una voz que lo incita a desarraigarse de su patria, de las raíces de su familia, para ir hacia un futuro nuevo y diferente. Y todo sobre la base de una promesa, en la que sólo tiene que confiar. Y fiarse de una promesa no es fácil. Hace falta valentía. La Biblia guarda silencio sobre el pasado del primer patriarca. La lógica de las cosas sugiere que adoraba a otras divinidades; tal vez era un hombre sabio, acostumbrado a mirar el cielo y las estrellas. El Señor, de hecho, le promete que sus descendientes serán tan numerosos como las estrellas que salpican el cielo. Abraham se va. Escucha la voz de Dios y confía en su palabra. Y con esta partida nace una nueva forma de concebir la relación con Dios; es por esta razón que el Patriarca Abraham está presente en las grandes tradiciones espirituales judías, cristianas e islámicas como el hombre perfecto de Dios, capaz de someterse a Él, incluso cuando su voluntad es difícil, si no incomprensible. Abraham es, por lo tanto, el hombre de la Palabra. Cuando Dios habla, el hombre se convierte en el receptor de esa Palabra y su vida en el lugar donde pide encarnarse. Esta es una gran novedad en el camino religioso del hombre: la vida del creyente comienza a concebirse como una vocación, como un lugar donde se cumple una promesa; y se mueve en el mundo no tanto bajo el peso de un enigma, sino con la fuerza de esa promesa, que un día se cumplirá. Abraham cree en la promesa de Dios y se fue, sin saber adónde iba. Se fió. Leyendo el libro del Génesis, descubrimos cómo Abraham vivió la oración en continua fidelidad a esa Palabra, que periódicamente aparecía en su camino.
En resumen, podemos decir que en la vida de Abraham la fe se convierte en historia: Dios ya no se ve sólo en los fenómenos cósmicos, como un Dios lejano que puede inspirar terror. El Dios de Abraham se convierte en "mi Dios", el Dios de mi historia personal, que guía mis pasos, que no me abandona; el Dios de mis días, el compañero de mis aventuras; el Dios de la Providencia. Me pregunto y os pregunto: ¿Tenemos esa experiencia de Dios? Pensémoslo un poco. Esta experiencia de Abraham también es atestiguada por uno de los textos más originales en la historia de la espiritualidad: el Memorial de Blaise Pascal. Comienza así: "Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de filósofos y sabios. Certeza, certeza. Sentimiento. Alegría. La paz. Dios de Jesucristo". Este memorial, escrito en un pequeño pergamino, y encontrado después de su muerte cosido dentro de un vestido del filósofo, expresa no una reflexión intelectual que un hombre sabio puede concebir sobre Dios, sino el sentido vivo y experimentado de su presencia. Pascal incluso señala el momento preciso en el que sintió esa realidad, habiéndola encontrado finalmente: la tarde del 23 de noviembre de 1654. NO es el Dios abstracto o cósmico, sino el Dios de una persona, de una llamada. El Dios que es certeza, sentimiento y alegría. "La oración de Abraham se expresa en primer lugar en acciones: hombre de silencio, en cada etapa construyó un altar al Señor" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2570). Abraham no construyó un templo, sino que esparció el camino con piedras que recordaban el tránsito de Dios. Un Dios sorprendente, como cuando lo visita en la figura de tres huéspedes, a los que él y Sara acogen con esmero y les anuncian el nacimiento de su hijo Isaac (cf. Gn 18, 1 -15). Abraham tenía 80 años y su mujer, 90. Pero se fiaron de Dios. Y Sara, su mujer, concibió, a su edad. Éste es nuestro Dios. Así Abraham se familiariza con Dios, capaz también de discutir con él, pero siempre fiel. Hasta la prueba suprema, cuando Dios le pide que sacrifique a su propio hijo Isaac, el heredero. Aquí Abraham vive su fe como un drama, como un paseo a tientas en la noche, bajo un cielo esta vez desprovisto de estrellas. Tantas veces nos pasa también a nosotros de caminar en la oscuridad. Dios mismo detendrá la mano de Abraham que ya está lista para golpear, porque ha visto su disponibilidad verdaderamente total (cf. Gn 22, 1 - 19). Aprendamos de Abraham a rezar con fe: a escuchar, a caminar, a dialogar hasta el punto de la discusión, pero siempre dispuestos a aceptar la palabra de Dios y a ponerla en práctica. Diré una cosa que parece una herejía. La gente me dice que se ha enfadado con Dios. ¿Has tenido la valentía de enfadarte con Dios? Sí. Pues ésta es una forma de oración. Sólo un hijo es capaz de enfadarse con su papá y, después, reencontrarlo. Con Dios tenemos que hablar como un hijo con su padre: escucharlo, responder, discutir, pero con transparencia. Como un hijo con su padre, como nos enseña Abraham.
Saludo del Papa en inglés
Saludo a los fieles de habla inglesa conectados a través de los medios de comunicación. Queridos hermanos y hermanas de los Estados Unidos, sigo con gran preocupación el doloroso malestar social que se está produciendo en su nación en estos días, tras la trágica muerte del Sr. George Floyd. Queridos amigos, no podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión y pretender defender la santidad de toda vida humana. Al mismo tiempo, debemos reconocer que "la violencia de las últimas noches es autodestructiva y autolesiva. Nada se gana con la violencia y mucho se pierde". Hoy me uno a la Iglesia de San Pablo y Minneapolis, y a todos los Estados Unidos, para rezar por el eterno descanso del alma de George Floyd y de todos los demás que han perdido sus vidas por el pecado del racismo. Rezamos por el consuelo de las familias y amigos afligidos, y rezamos por la reconciliación nacional y la paz que anhelamos. Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de América, intercede por todos los que trabajan por la paz y la justicia en tu tierra y en el mundo. Dios los bendiga a todos ustedes y a sus familias. (religiondigital.org) 03/06/2020
12.El Comité Ejecutivo del CMI emite una declaración sobre la justicia racial en los EE. UU. El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha publicado una declaración en la que reitera su llamado a una conversión que ponga fin a todas las formas de racismo y de discriminación racial.
―La agudización de la crisis durante estos últimos días obliga al Comité Ejecutivo a reconocer que todavía queda mucho por hacer a pesar de la importante labor emprendida por el CMI para combatir el racismo, incluido el trabajo llevado a cabo con las iglesias miembros de los Estados Unidos y el Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los EE. UU. para poner de relieve los
cuatrocientos años de historia de racismo en el país‖, dice la declaración. ―Junto con la Iglesia Metodista Episcopal Africana, afirmamos que ‗las naciones fracturadas, los sistemas sanitarios y educativos fallidos, los sistemas políticos y económicos en los que predominan el racismo, la desigualdad económica y la práctica generalizada del privilegio de los blancos ponen en peligro a las personas de color de todo el mundo. Proseguir como si nada con la supremacía blanca ya no es aceptable‘‖. El Comité Ejecutivo del CMI ha transmitido su apoyo a todas las iglesias estadounidenses que trabajan por la justicia racial. ―El Comité Ejecutivo recomienda a las iglesias miembros del CMI las muchas declaraciones de dolor, indignación y solidaridad publicadas por instituciones y líderes religiosos, y por las iglesias miembros en los Estados Unidos‖, continúa la declaración.
―El Comité Ejecutivo se compromete a seguir muy de cerca la evolución de los acontecimientos en este contexto y a identificar medios para emprender acciones adecuadas en estrecha cooperación con las iglesias miembros del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los EE. UU., en vista de la gravedad de esta crisis y de la acuciante necesidad de abordar las causas subyacentes‖. (oikoumene.org) 03/06/2020
13.El CMI condena la violencia y el racismo en Estados Unidos y pide justicia Ginebra. El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) condenó la violencia, el racismo y la brutalidad policial en los Estados Unidos de América tras la muerte de George Floyd, un hombre negro desarmado, a manos de un oficial de policía. ―Como parte de nuestra comprensión cristiana y nuestro testimonio en el mundo, rechazamos la brutalidad de la violencia y de la injusticia racial‖, dice la declaración del CMI. ―Por consiguiente, expresamos nuestra repulsa por el asesinato de George Floyd mientras estaba bajo custodia policial en Mineápolis y pedimos que los responsables de su muerte rindan cuentas plenamente‖. La comunidad del CMI se lamenta por la muerte de todas las víctimas de la fuerza excesiva usada por las autoridades policiales estadounidenses contra las personas de color. ―¿Cuántos más deben morir antes de que se afirme colectivamente que las vidas negras importan, y se hagan reformas fundamentales y completas de la cultura y las prácticas de los organismos encargados de hacer cum
plir la ley?‖, expone el CMI. ―Esto debe parar‖. ―Debe haber conversión (metanoia), reflexión, arrepentimiento y rechazo de todas las formas de racismo y discriminación racial, y un reconocimiento verdadero y genuino de que todos los seres humanos tienen la misma dignidad y valía dadas por Dios, independientemente de su color o etnicidad‖, continúa la declaración. https://www.oikoumene.org/ ―Las medidas superficiales ya no serán suficientes‖, dice la declaración. ―A esto debe seguir sin duda un proceso penal, así como reformas fundamentales en la aplicación de la ley‖. La sociedad misma debe cambiar, reconoce la declaración. ―Sin embargo, la violencia nunca terminará con más violencia‖, continúa el texto. ―Pedimos a quienes expresan ahora su ira con protestas violentas que pongan fin a la violencia y refuercen las exigencias pacíficas de rendición de cuentas y reforma hasta que se haga justicia‖. (oikoumene.org) 02/06/2020
14.La institucionalización de la violencia en
Estados Unidos: Yenny Delgado* En la ciudad de Minneapolis, a plena luz del día, George Floyd un hombre afroamericano de 46 años fue asesinado por la policía, su ejecución fue transmitida en vivo, bajo el llanto y asombro de los que filmaron su muerte. George Floyd estaba esposado y tirado en el piso con la cabeza hacia un lado, el oficial tenia su rodilla sobre su cuello y dos otros oficiales lo sujetaban por la cintura y piernas. Grabado a quedado las imágenes de su asesinato y sus últimas palabras «Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar». «Me duele el estómago. Me duele el cuello. Por favor, por favor. No puedo respirar». Los tres policías blancos siguieron sujetándolo hasta que llegó la ambulancia que verificó su fallecimiento. Este asesinato se produce en medio de múltiples asesinatos de otros afroamericanos que perdieron la vida en manos de la policía en los Estados Unidos. Para entender la actual coyuntura de lo que viene sucediendo, es necesario presentar a partir de una mirada histórica, de cómo se a construido la sociedad estadounidense en base a la supremacía blanca. El asesinato de George Floyd es parte de la violencia sistemática e institucionalizada hacia la población afrodescendiente y nativa americana desde hace 400 años. Los europeos que llegaron a América (entre 1492-1868) comenzaron un proceso de deshumanización de la población original, al afirmar que era posible que estas personas no tuvieran un alma ya que no adoraban al
Dios cristiano esta idea les permitió tomar posesión de la tierra, cometer genocidio y esclavizar africanos que fueron traídos capturados para ser vendidos en América para que trabajen la tierra y produzcan riqueza. Fue en 1868 después de la Guerra Civil y la lucha por la abolición de la esclavitud, que las comunidades afroamericanas pudieron trabajar para ellos, construyeron sus casas en comunidades periféricas que no contaban con servicios o en el área rural, donde tenían que trabajar como empleados mal pagados, sin tierra ni posesión, seguían siendo la población más empobrecida del país. Mientras la ideología de la superioridad blanca continuaba floreciendo en todos los sectores de la sociedad, como parte de la semilla original de las colonias, un sacerdocio pronto resurgió. El Ku Klux Klan (KKK) con túnicas blancas y rostros cubiertos con gran parte de la pompa y las circunstancias de la iglesia cristiana, la organización comenzó a servir como ejecutores de la superioridad blanca a través de la violencia terrorista contra las comunidades afroamericanas y nativas americanas. Estos asesinatos extrajudiciales, incendios, violaciones y linchamientos forzaron creencias y, debido a que se hicieron de forma anónima, rara vez fueron procesados. El KKK se escondió en las sombras cuando se decidió crear la policía local quien adoptó públicamente el trabajo de resguardar las comunidades blancas. El papel de la iglesia protestante los cuales seguían practicando el puritanismo especialmente a principios de siglo, es increíblemente revelador y cómplice. La iglesia decidió no abordar y condenar as leyes de segregación, las masacres, los linchamientos, la persecución y el empobrecimiento que vivían las nuevas comunidades afroamericanos liberados de la esclavitud. Mientras que la mayoría de los protestantes blancos se mantuvieron en silencio, un grupo de pastores, trabajadores y teólogos afroamericanos se alzaron para denunciar la discriminación en la sociedad. Líderes como el Dr. Martin Luther King con su protesta pacífica mostró resistencia saliendo a las calles y mostrando un mensaje vivo del evangelio que decía «Hay un poder creativo que trabaja para derribar montañas del mal y nivelar las cimas de la injusticia. Dios todavía obra a través de la historia». A pesar de que predicaba por protestas no violentas, el mismo sufrió de primera mano violencia; le incendiaron su casa, recibió amenazas de muerte, recibió críticas de pastores blancos que le decían que deje todo en manos de la justicia, que no predique contra la segregación. El siguió denunciando la segregación y el racismo. Una y otra vez a lo largo de su ministerio fue apresado, fue atacado por la policía, hasta que finalmente fue asesinado por el gobierno en 1968. En esta larga historia de desigualdad, cuatro siglos de supremacía blanca ahora pesan en los hombros de los jóvenes que siguen viviendo la violencia institucionalizada en el país. En las palabras de la activista Tamika Mallor: Nosotros no somos libres, y estamos cansados. No nos hablen sobre el saqueo y fuego en la calle. ¡Ustedes son los saqueadores! ¡Estados Unidos ha saqueado a los negros! Estados Unidos a saqueado a la población originaria robándoles la tierra, así que saqueo y violencia es lo que ustedes hacen. Entonces, si quieres que nosotros lo hagamos mejor, ¡maldición, ustedes deben mejorar las cosas! Los 8 minutos y 46 segundos en los que George Floyd fuese estrangulado por tres policías blancos, y donde escucháramos sus últimas palabras «Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar» se a manifestado ahora como un símbolo y frase de miles de jóvenes que están en la calles demostrando su cansancio e indignación por tanta injusticia y reclaman un cambio drástico, esta nueva generación no tiene marcha atrás. * La autora es psicóloga, teóloga y especialista en desarrollo. Reside en Washington DC, Estados Unidos. (alc-noticias.net) 04/06/2020
15.Trump amenaza con usar fuerza militar para mitigar las protestas Nueva York. Donald Trump declaró ayer que empleará la fuerza militar contra ciudadanos de este país para suprimir las expresiones masivas –y en gran parte pacíficas–de disidencia al proclamarse como el presidente de la ley y el orden. En declaraciones en la Casa Blanca, el comandante en jefe ordenó a gobernadores y alcaldes dominar las calles ante las revueltas ocurridas a lo largo de la última semana. Si una ciudad o estado rehúsa emprender las acciones necesarias para defender la vida y propiedad de sus residentes, desplegaré a los militares de Estados Unidos y resolveré rápidamente el problema por ellos, advirtió. Trump indicó que empleará su autoridad según la Ley de Insurrección de 1807, la cual establece que el presidente puede desplegar fuerza militar para suprimir insurrecciones, desorden civil y rebelión. Pero, de inmediato, expertos en leyes señalaron que esa legislación establece que el Ejecutivo sólo puede darle uso si se lo solicitan los gobernadores, y varios de ellos –incluidos los de Nueva York, Maryland e Illinois–rechazaron esa opción anoche.
Mientras hablaba el presidente, fuerzas federales –Servicio Secreto, policía militar y hasta fuerzas montadas a caballo–procedieron de pronto a reprimir con gas lacrimógeno y balas de goma a cientos de manifestantes que se habían expresado de manera pacífica durante horas en las proximidades de la Casa Blanca, todo parte de un acto coreografiado de Trump. Al concluir sus comentarios, salió de la Casa Blanca a pie rodeado de elementos de seguridad y helicópteros sobrevolando, para caminar una cuadra por el Parque Lafayette –pasando por donde minutos antes se había expulsado con fuerza a los manifestantes–para posar
ante las cámaras frente a la histórica Iglesia de San
Juan con una Biblia en la mano. Después de unas fotos solo, invitó al procurador general, Bill Barr, y otros funcionarios –todos blancos–a colocarse a su lado para más fotos. Poco después, la obispa episcopal de Washington,
Mariann Edgar Budde, quien supervisa esa iglesia, se declaró indignada, repudió el acto como un abuso de símbolos sagrados y antitético a todo lo que
representamos, condenó el uso de fuerza para expulsar a manifestantes de los alrededores de la iglesia y denunció que la Casa Blanca no avisó de la visita. Trump, en breves palabras en el Jardín de las Rosas, responsabilizó a anarquistas profesionales y a Antifa de las protestas violentas que han golpeado salvajemente a gente inocente y advirtió que se pondrá fin ahora mismo a esos actos. La frase de presidente de la ley y el orden es la consigna que usó Richard Nixon para su elección en 1968. Horas antes, Trump despotricó contra gobernadores en una teleconferencia en la cual –según una grabación filtrada a los medios–les dijo que tienen que arrestar a las personas... Tienen que dominar. Si no dominan, están perdiendo el tiempo; ellos los van a atropellar, se van a ver como un grupo de imbéciles. En otro momento señaló: es un movimiento. Si no lo aplastan, será cada vez peor. El único momento en que es exitoso es cuando ustedes son débiles, y la mayoría de ustedes lo son. En tanto, una autopsia independiente solicitada por la familia de George Floyd concluyó –a diferencia de la del forense oficial del condado–que el afroestadunidense murió por asfixia que llevó a falta de circulación de sangre al cerebro causado por la rodilla del policía blanco sobre su cuello en Minneapolis. La familia de la víctima solicitó poner fin a los saqueos y otros actos de violencia.
La ira en las calles
En el séptimo día de protestas masivas contra la violencia racista oficial y la brutalidad policiaca detonada por el asesinato de Floyd el lunes de la semana pasada, movilizaciones masivas generalmente pacíficas continuaron por todo el país: desde Oakland, Nueva York, Minneapolis, Nashville y Portland, hasta Birmingham y Filadelfia, entre decenas más, con activistas que afirman que no se cansarán de protestar hasta que se logre un cambio real y justicia plena en el caso de Floyd. Luego de una noche marcada por incidentes violentos, el domingo, entre algunos grupos de manifestantes y las autoridades, pintas, saqueos y más, a pesar de medidas de control que incluyen toques de queda, se intensificó el debate tanto entre manifestantes como entre figuras políticas sobre las tácticas y el uso de violencia contra policías y propiedades. En Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill De Blasio anunciaron por primera vez un toque de queda –casi todas las principales ciudades del país ya lo habían hecho el fin de semana–para la noche de este lunes, después de enfrentamientos y saqueos en las zonas de Soho y en Brooklyn. La hija del alcalde estuvo entre las arrestadas poco después de que su padre insistió en que gran parte de los más violentos no eran residentes de la ciudad. Cuomo declaró que se incrementaría el número de policías en la noche de 4 mil a 8 mil y que contemplaría activar la Guardia Nacional si eso no era suficiente (esto, antes de las palabras de Trump). En Washington, las protestas se volvieron cada vez más conflictivas la noche y madrugada de ayer, con varios incendios en edificios y estructuras alrededor del parque frente de la Casa Blanca: el Servicio Secreto y policía municipal salvaguardaron el perímetro de la sede presidencial y finalmente emplearon gas lacrimógeno y estallidos de luz y sonido para despejar la zona. Por primera vez en la memoria, la Casa Blanca se quedó en la oscuridad al apagar todas las luces de la parte que da a las rejas principales en la Avenida Pennsylvania, y el presidente mantuvo silencio ante el público. Mientras, circulan palabras de hace más de medio siglo que otra vez suenan contemporáneas, como las de re
verendo Martín Luther King, quien afirmó: los dis
turbios son el lenguaje de los no escuchados y que en 1967 explicó que los veranos de disturbios de nuestra nación son causados por los inviernos de demora de nuestra nación. Y, mientras Estados Unidos posterga la justicia, estamos en la posición de tener estas recurrencias de violencia y disturbios una y otra vez. La justicia social y el progreso son los garantes absolutos de la prevención de disturbios. Más de 5 mil 600 personas han sido arrestadas por todo el país desde que estallaron las protestas, según un
conteo de la agencia Ap, con Nueva York y Los Ángeles con las cifras más altas. (jornada.com.mx) 02/06/2020
16.Repudio generalizado en EU a las amenazas de represión de Trump Movilizaciones en más de 140 ciudades. Solidaridad en un país afectado por pandemia y crisis económica. No puedo respirar, la consigna
Nueva York. El estallido de furia nacional se expresa ahora en más de 140 ciudades, donde miles desafían amenazas de represión militar, toques de queda y fuerzas policiacas, y aunque las imágenes más dramáticas son las de saqueos y confrontación con autoridades, la mayoría de las protestas contra la violencia oficial racista son pacíficas, repletas de encuentros solidarios en un país azotado por una pandemia y la peor crisis económica en casi un siglo. La respuesta de Donald Trump sólo ha avivado la furia por su amenaza, el lunes, de desplegar a las fuerzas militares contra sus ciudadanos para aplastar las expresiones disidentes masivas en el país, algo que provocó no sólo denuncias de sus opositores políticos, sino incluso de líderes religiosos y hasta de comandantes militares retirados. El ex jefe del estado mayor Martin Dempsey publicó en un tuit: Estados Unidos no es un campo de batalla. Nuestros conciudadanos no son el enemigo. El general retirado Tony Thomas, ex jefe del Comando de Operaciones Especiales, también criticó la orden de Trump, cuestionando su retórica sobre represión al afirmar: ―no es lo que Estados Unidos necesita escuchar… nunca, a menos de que seamos invadidos por un adversario o suframos un fracaso constitucional, o sea, una guerra civil‖. Después de ordenar la represión de cientos de manifestantes pacíficos a una cuadra de la Casa Blanca por fuerzas federales y hasta un helicóptero Blackhawk, y despejar esa zona para que el presidente pudiera
caminar y posar con una Biblia en frente de una iglesia, contra los deseos de los encargados de ese
templo, Trump decidió ayer presentarse en la Capilla Nacional de San Juan Pablo II.
El arzobispo católico de Washington, Wilton Gregory, deploró la visita que viola nuestros principios
religiosos y en referencia al acto del lunes, recordó que el papa Juan Pablo II no hubiera avalado el uso
de gas lacrimógeno y otros actos disuasivos para silenciar, dispersar o intimidar a manifestantes ―para lograr una foto para el presidente‖. Las cúpulas políticas no tienen respuesta por ahora a la ira –acumulada durante años por las injusticias raciales sistémicas–detonada por el asesinato del afroestadunidense George Floyd a manos de un policía blanco que colocó una rodilla sobre su cuello hasta asfixiarlo en Minneapolis, hace más de una semana. Pero muchos están denunciando la respuesta de Trump, incluso algunos senadores que se atrevieron a usar las palabras fascista y dictador. El ex vicepresidente Joe Biden, virtual candidato presidencial demócrata, denunció las respuestas de Trump al declarar que el presidente de Estados Unidos debe ser parte de la solución, no el problema. El mandatario es hoy parte del problema y lo acelera. Algunos republicanos y destacadas figuras conservadoras como el columnista George Will se atrevieron a expresar su desacuerdo con las declaraciones de Trump, incluido el ex presidente George W. Bush, quien comentó que hay un camino mejor: el de la empatía. En Washington, fuerzas militares se desplegaron en varios puntos de la ciudad con vehículos de guerra Humvee y efectivos en camuflaje portando armas de alto poder. Sin embargo, las protestas continuaron a una cuadra de la Casa Blanca. En Nueva York, el primer toque de queda ordenado desde 1943 (después de que un policía blanco mató a un soldado afroestadunidense) no logró frenar más saqueos en el pleno corazón comercial de la ciudad, Herald Square, la noche del lunes. Ahí, cientos de jóvenes lograron romper entradas a la tienda departamental Macy‘s, junto con decenas de otras de marcas de lujo, al igual que en partes de la Quinta Avenida y en Broadway, desde Union Square hasta la calle Canal. Se reportaron más de 700 arrestos. Como resultado, el alcalde anunció que el toque de queda empezará más temprano, a las 8 de la noche (hora local), mientras más tiendas colocan tablas de triplay para proteger sus ventanas por toda la ciudad. Pero como ha sido el caso en casi todas las ciudades, durante el día las manifestaciones han sido generalmente pacíficas. Ayer en Nueva York un contingente de miles de personas marchó de Foley Square a Washington Square, coreando las consignas: no puedo respirar y manos arriba, no disparen, mientras recibían aplausos y gritos de apoyo de gente en las ventanas en edificios cuando pasaban por Broadway en la misma zona de guerra saqueada durante la noche. Choferes de camiones tocaron el claxon y trabajadores de la construcción expresaron solidaridad a contingentes multirraciales que marchaban por varios puntos de la ciudad, incluyendo Times Square, donde se sumaron