One Percent Magazine | Mrazo 2021
Conoce la historia con Lalo García, el eterno capitán del Club Baloncesto Valladolid Transcurría el 20 de marzo de 2004, cuando el Club Baloncesto Valladolid retiró la camiseta con el dorsal 5 del capitán más emblemático de su historia, Lalo García, ubicándola en lo más alto del Pabellón Polideportivo Pisuerga. De esta manera, convertía en leyenda de la institución al hijo pródigo de la ciudad, el cual había defendido, durante toda una vida de fidelidad deportiva interrumpida, los colores pucelanos con orgullo. Así, Lalo García puso fin a una brillante y feliz etapa de su vida. Sin embargo, el éxito y la felicidad dieron paso a la amargura y la tragedia. Esta es su historia, la de un jugador de baloncesto y el equipo de su vida. La Ribera del Pisuerga siempre ha sido un lugar próspero para el deporte, destacando especialmente la práctica del rugby. Sin ir más lejos, dos de los equipos punteros de la División de Honor Nacional son originarios de la capital de Castilla y León, el Club de Rugby El Salvador y el Valladolid Rugby Asociación Club, popularmente conocido como VRAC. La década de los 80 fue especialmente fructífera para otro deporte hasta entonces minoritario. Al albor de la eclosión del baloncesto como deporte de masas en el conjunto de España, arribaron a Valladolid figuras de talla internacional como Nate Davies, Arvydas Sabonis, Valery Tikhonenko, Valdemaras Homicius u Óscar Schmidt, que, unidos a la maestría en la cancha de ídolos nacionales como Carmelo Cabrera y Juan Antonio Corbalán, llevaron a pasear el nombre del Club Baloncesto Valladolid por Europa. 48
Los aficionados que cada quince días se congregaban en el Polideportivo Huerta del Rey primero, y posteriormente en el Polideportivo Pisuerga disfrutaron de la época dorada de un club, el cual contaba con el músculo financiero necesario para dar estabilidad al proyecto gracias al patrocinio de otro de los emblemas de la ciudad, el poderoso Fórum Filatélico. De esta forma se creó una perfecta comunión entre club y ciudad, cuyo nexo aparentemente indestructible era Gonzalo García Téllez, más conocido como “Lalo” García. Criado en la cantera del Colegio de La Salle, fichó por el C. B. Valladolid en edad cadete. A los 16 años comenzó a entrenar con el primer equipo y a los 17 debutó en la máxima categoría. Lalo García era un portento físico, excelente en tareas defensivas y con una habilidad innata para jugar al contraataque. Un líder natural que fue nombrado capitán con apenas 21 años y lució el brazalete durante 10 años, hasta el día de su retirada. Fuera de la pista también ejercía como capitán, amaba a su ciudad y a su gente, muy implicado en proyectos sociales, era la persona a la que todos recurrían en caso de necesidad. Abandonó la práctica deportiva en 2001, siendo el máximo anotador y el jugador que más partidos había disputado en la historia del club. Además, vistió la elástica nacional en categoría absoluta en ocho ocasiones. Las lesiones habían mermado sus facultades físicas, provocando una retirada temprana. Pero Lalo tenía un plan. Casarse, formar una familia y trabajar
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