Observatorio Político Dominicano, una inciativa de la
Fundación Global Democracia y Desarrollo A pesar de conocer la importancia de establecer acciones a tiempo, en América Latina, 17 de los 20 países contenidos en la Tabla 1, tardaron en promedio 12 días después de confirmarse el primer caso de COVID-19 para implementar medidas de confinamiento o distanciamiento. La excepción en este caso fueron El Salvador que accionó seis días antes de la confirmación del primer infectado y, Nicaragua y Brasil -excepto Sao Paulo y Río de Janeiro- que no establecieron ninguna política. Las declaratorias de emergencia o de catástrofe son estados que le otorgan al Poder Ejecutivo (PE) la libertad de limitar ciertos derechos como es el caso de la libertad de tránsito y de asociación. Tal como se observó, en las medidas implementadas durante estos estados, la cuarentena, el distanciamiento social y el toque de queda lideraron las acciones y esto, más el tiempo de confinamiento, el desempleo, la reducción de la actividad económica y la incertidumbre profundizaron otras problemáticas que perjudican en especial a las mujeres, como la violencia de género.
2. Latinoamérica: del COVID-19 a la violencia de género y los feminicidios
A
inicios de la crisis sanitaria mundial, países como China, Italia, Francia, España y Estados Unidos registraron un aumento en las denuncias por violencia de género, sobre todo en los espacios domésticos. Esto se debió a que los Estados no consideraron los efectos diferenciados que producirían las medidas de confinamiento implementadas. Tampoco las investigaciones que plantean que los hogares son los lugares más inseguros para las mujeres víctimas de violencia de género, por lo que no se aseguraron de crear mecanismos y protocolos de protección y prevención. Esta situación provocó lo que en el contexto de crisis humanitaria se conoce como acción con daño.
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