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Entrevista a Gonzalo Alvarez García

Entrevista a Gonzalo Alvarez García

P.1. Usted y yo mantenemos una amistad de muchos años. Tenemos intercambiado en numerosas ocasiones información y opiniones. No obstante su participación en este libro está plenamente justificada como veremos a continuación. En primer lugar decir que es gallego, de Vigo, al igual que yo, encontrándose actualmente residiendo en Fuerteventura. En su infancia y primera juventud, junto a su familia, vivió en Venezuela, lugar importante de destino migratorio entre canarios y gallegos. Asimismo sus relaciones con América serían posteriormente ampliadas a otras geografías. ¿Qué nos puede comentar de esas vivencias y relaciones?.

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Antes que nada agradecer que se me haya tenido en cuenta a la hora de tratar de temas tan queridos y vinculados a mi vida. Ciertamente soy emigrante e hijo de emigrantes, razón por la cual siempre me he considerado un ciudadano del mundo y un incansable viajero con ansias de descubrir nuevas tierras y nuevas gentes a donde quiera que vaya. Desde mi primera experiencia infantil en Venezuela, en tiempos de la dictadura militar en el Estado español, aprendí la diferencia entre emigrantes españoles y canarios, algo que me chocó desde el primer momento, pero que tiene raíces profundas, ya que fueron los canarios los primeros en

emigrar de forma masiva a Venezuela y Cuba, dejando su impronta en el acento de ambos países. A ellos se debe en gran medida la extensión del cultivo de la patata, el tomate y el plátano en Venezuela, así como su exportación a tierras europeas, los venezolanos conocen el gofio canario y lo han incorporado a su dieta como algo propio a pesar del predominio de la harina de maíz. Canarios también he conocido en Paraguay, donde curiosamente se dedican, entre otras cosas, a la acuicultura y a la agricultura, desde tiempos remotos. La colonia gallega curiosamente se ha ocupado de otros menesteres, así son famosos los porteros de los edificios en Buenos Aires, los vendedores a domicilio en Venezuela, los carniceros o los albañiles, por citar algunos oficios. Pero en todo caso siempre integrados en las sociedades que les acogieron como hijos de la madre patria. Algunos hicieron fortuna y adquirieron fama, otros se conformaron con mejorar unas condiciones de vida que de otra forma no alcanzarían en la España de Franco. Después de la dictadura, Canarias vivió un espectacular crecimiento económico vinculado al turismo y gracias a la construcción de importantes obras de infraestructura, que cambiaron de forma radical la calidad de vida del archipiélago. Pero al comienzo del siglo XXI, este crecimiento se va a disparar y va a traer como consecuencia una oleada

migratoria importante de mano de obra procedente de la península, ante la falta de personal para hacer frente a las demandas del mercado de la construcción y la hostelería principalmente y ahí van a predominar los gallegos.

P.2. En esta segunda pregunta vamos a abordar su llegada a las Islas Canarias. Y digo islas porque cuando menos vivió en las de Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura. En las dos primeras por razones laborales y en la última como retiro creativo. Veamos en esta segunda pregunta a que se dedicaba laboralmente. Su vínculo con el sector de la construcción me permite preguntarle acerca de asuntos relativos al día a día profesional o en un libro divulgativo como es este, diferenciar conceptos como promoción y construcción, o planeamiento y gestión urbanística, para una elemental cultura sobre estos temas. ¿ Qué considera básico para entender la operativa de los ciclos urbanísticos que usted conoció en su tiempo en Canarias?.

Mi llegada a Canarias es precisamente la respuesta a esa demanda de personal especializado en la construcción de obras. Me desplazo a Tenerife, contratado por una empresa dedicada a la construcción de estructuras complejas de hormigón especializada en grandes hoteles. Mi trabajo como técnico de gabinete, consistía en un principio en la elaboración de presupuestos, resolución de problemas técnicos, burocráticos y preparación de equipos especializados, para lo cual se contrataba personal en Galicia, al que había que alojar y controlar que no se

marchara a la competencia que era muy reñida en aquellos días. El volumen de personal necesario era de tal calibre, que se crearon mafias de negreros para subcontratar mano de obra, dando pie a verdaderas trifulcas en las obras. Los sueldos se habían disparado y un peón de albañil en Tenerife ganaba más que un buen oficial de primera en Madrid o Barcelona A las puertas de las obras había más coches de alta gama que a las puertas de un club de Golf, las noches eran interminables juergas de obreros mezclados con turistas que producían un alto absentismo laboral y un elevado número de siniestros laborales. En el terreno urbanístico el panorama era desolador, la compraventa de solares, propiedades de todo tipo y la especulación, no alcanzaron techo hasta el estallido de la llamada burbuja inmobiliaria de 2007. Las infracciones urbanísticas de todo tipo, aún coletean en muchos juzgados del archipiélago, las sociedades interpuestas, las promociones de multipropiedad, las ventas sobre plano y las empresas promotoras fantasmas, aún esperan ser juzgadas por los muchos delitos cometidos entonces al amparo de una administración incapaz de controlar tamaño volumen de desmanes y con la connivencia de la banca.

A la hora de hablar de Planeamiento Urbanístico, es decir la previsión de aquello que se va a hacer, Canarias contaba entonces con una Ley de Ordenación Hotelera del año 1.995, que se saltaba a la torera todas las disposiciones legales que la pudieran controlar y como quiera que la Ley de Costas del año 1.988 no se aplico ni respetó en gran parte de la península y mucho menos en Canarias, se hacía uso de la Ley del suelo y se declaraba suelo urbano cualquier borde marítimo, bajo cualquier escusa, hasta que en el año 2017 se aprueba la Ley del Suelo de Canarias, que llega tarde, muy tarde y cuando ya nada tiene remedio. Así que en Canarias, se hizo uso de la Ley del Suelo, que en aquellos años sufriría las modificaciones del gobierno Aznar, que van a liberalizar en gran medida las restricciones que planteaba la reforma del año 90/92 durante el gobierno de González. Lo que supuso una tremenda confusión aprovechada para manipular todo cuanto estaba hecho con el planeamiento anterior a la Sentencia del Tribunal Constitucional del año 97 que derogaría en su casi totalidad la Ley del 90/92. Con lo cual Planeamiento, como Planeamiento se puede decir que no había y Disciplina Urbanística mucho menos, dando paso a un auténtico caos urbanístico. Para los no entendidos, aclarar que el Planeamiento Urbanístico se refiere a los Planes Generales, Planes Parciales o Planes de Ordenación del Territorio, basados en la Ley del

Suelo y en sus reglamentos de Planeamiento y Disciplina urbanística. El Reglamento de Planeamiento Urbanístico de 1.978 es el mecanismo necesario para aplicar y desarrollar la Ley del Suelo a través de la Ordenación del Territorio, mediante Planes Directores Territoriales, Planes Generales Municipales, Normas Subsidiarias y Complementarias, que permitan un adecuado desarrollo de la edificación con arreglo al Derecho. La iniciativa para la elaboración de esos Planes, corre a cargo de las distintas administraciones del Estado, es decir: CC.AA. Cabildos Insulares, Ayuntamientos y por supuesto el Estado Central mediante el Plan Nacional. Pero el gran problema de Canarias reside en la multiplicidad administrativa: Es una región Ultra periférica de Europa, es una zona especial económica ZEC, es una Comunidad Autónoma, que cuenta con siete Cabildos Insulares, dos provincias y además de todo eso la conforman siete islas, cada una de las cuales es frontera de Europa. Y esto da un juego muy grande para quien sabe manejar las leyes, las subvenciones y las triquiñuelas legales, amén de las competencias de cada una de las administraciones, bien Europeas, del Estado, Autonómicas o de los Cabildos Insulares y los Ayuntamientos. Así que este gigantesco lío fue aprovechado en su día, gracias a la confusión creada, primero por el recurso de inconstitucionalidad, resuelto en el año 97 ya mencionado,

segundo por la posterior reforma de la Ley, tercero por la ausencia de una Ley del Suelo de Canarias y cuarto por la existencia de otras disposiciones que entraban en contradicción con lo nuevo y lo anterior. De aquellos tiempos aún sigue coleando el escándalo de Las Teresitas en Tenerife, el planeamiento de Yaiza en Lanzarote y otros tantos casos entre los que destaca el de Dimas Martín y su Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) que pasó varias veces por la cárcel, condenado por corrupción. El tema daría para escribir varios libros, alguno de los cuales ya ha sido publicado, sobre la corrupción en Canarias.

P.3.En el aspecto literario Fuerteventura le ofreció el retiro y la calma para producir una parte de su obra. Entre otros un poemario completo dedicado a la Isla y el mar. ¿Qué nos puede decir de esta faceta suya en Lanzarote y Fuerteventura, islas queridas por los escritores, y en algún caso lugar de exilio forzoso para otros, el caso más eximio, Miguel de Unamuno?.

Al estallar la burbuja inmobiliaria sufrí una angina de pecho que me impedía volver a mi trabajo habitual, lo cual supuso un cambio radical en mi vida, así que me dedique por entero a escribir, primero recopilando mis viejos escritos y poemas y después como redactor de Globedia, un diario colaborativo digital en el que sigo colaborando como redactor y comentarista. Ya conocía de la presencia de Alberto Vázquez Figueroa y José Saramago en la isla de Lanzarote y de las numerosas

leyendas acerca de la presencia en esa isla de monarcas, famosos actores y artistas que vieron en Lanzarote el paraíso soñado, así que no quise ser menos y me dejé embrujar por la isla. No puedo pasar por alto a Cesar Manrique, artista que había influido en mi, ni olvidar que en la década de los noventa me vi en la obligación moral de salir en su defensa, publicando varios artículos, cuando el Colegio de Arquitectos emprendió una campaña intentando desprestigiarle a él y a su obra, algo que sacudió mi conciencia. Viajé muchas veces a Fuerteventura para conocer el lugar del destierro de Miguel de Unamuno, personaje muy querido de mi padre cuya obra había leído yo en tiempos de adolescencia y me enamoré de la isla majorera, a la que dediqué mi poemario “Acariciando el Mar, Amores de Fuerteventura”, que fue publicada en 2008, después de Poemas de Amor Desesperado. A partir de ese año inicio un periplo que me lleva de nuevo a América, Madrid, Sevilla, Valencia, Alemania, Portugal, Grecia, Italia y Francia, intercalando estancias anuales en Lanzarote, donde recalo para escribir, dos ensayos, dos Antologías poéticas y dos narraciones cortas, amén de media docena de obras inacabadas, que espero terminar en Fuerteventura.

P.4. Finalmente. ¿Cuáles consideraría como rasgos diferenciales, desde su perspectiva, entre las Islas antes mencionados, aun siendo todas hijas del archipiélago?.

Viajé por primera vez a Canarias en los años 80, donde curiosamente compré una multipropiedad que nunca llegue a disfrutar, por aquel entonces Tenerife estaba profundamente divorciada entre el campo y la ciudad. Sus carreteras asfaltadas eran malas y escasas, la calidad de vida de los “magos”, que es como llaman a los campesinos, era casi miserable, todo parecía estar dedicado al turismo extranjero y fuera de las zonas turísticas se respiraba la necesidad y pobreza de antaño. Sólo había vida para el turismo y los terratenientes. Volví en varias ocasiones por razón de mis cargos institucionales a eventos puntuales siempre en circuitos programados con lo cual poco pude apreciar de la evolución de Tenerife, que ya comenzaba a mejorar su red de carreteras. Así que no fue hasta el año 2.000 cuando me establecí en Los Cristianos, cuando pude apreciar el enorme salto cualitativo que había sufrido Canarias, gracias a las cuantiosas inversiones que había hecho el Estado. Entonces pude conocer en su totalidad el territorio de Tenerife, la isla de Gran Canarias, Lanzarote y Fuerteventura, las cuales he recorrido en varias ocasiones y en la que he vivido largas temporadas. Cada una de ellas tiene un encanto especial, los más de 280 microclimas de Tenerife, la diferencia entre el Norte y el Sur de Gran Canarias, la extensa diversidad de Fuerteventura y la

variedad de Lanzarote hacen de este archipiélago un auténtico paraíso terrenal. Por eso se han hecho merecedoras de su consideración como Reserva de la Biosfera la mayoría de sus islas, La Palma (1983), Lanzarote (1993), El Hierro (2000), Gran Canaria (el 46% de la Isla) (2005) y Fuerteventura (2009) y La Gomera (2012). Sus habitantes son tan distintos como sus islas, sus acentos, su forma de hablar, su forma de vivir y sus perjuicios los delatan, pero todos tienen en común un acerbo que nació de la colonización española, que conservan en sus romerías, sus cantares, sus tenderetes, el timple, la bandurria, las chácaras… todo eso que les hace ser diferentes a la vez que cercanos. Las Palmas, conserva su profundo arraigo americano en la fiesta de los indianos, donde se ridiculiza a los que retornaron ricos de Cuba bañándolos de polvos de talco. La Danza de los enanos de una clara raíz peninsular durante la bajada de la Virgen de las nieves. La Gomera famosa por su silbo, El Hierro embrujado, atado al recuerdo de los Bimbaches y su lagarto gigante. Fuerteventura y su Muro, marcada por los hornos de Cal desaparecida con los árboles, los Molinos que en otro tiempo servían al granero de Canarias para la elaboración del Gofio, hoy reducido a yermo y la cría de cabras que dan a la isla el prestigio de los quesos de Maxorata, tanto como sus dunas y playas salvajes.

Y no olvidar que fue la isla de Lobos la que dio nombre a estas islas cuando los navegantes ingleses confundieron los aullidos de los lobos marinos con los aullidos de los canes bautizándolas como Canary Islands. Lanzarote, siempre desierto, de valles frondosos escondidos bajo nombres tan religiosos como Nazaret hoy dedicado al cultivo del vino, gracias a la ingeniosa Geria que ya quisiera para sí Lanzarote cuando pisó la isla empeñado en vender higos, dátiles y almendras. De las dos grandes islas, Tenerife y Gran Canaria, habría mucho que hablar dada su importancia como capitales de las dos provincias Canarias, pero el tiempo es limitado y seguro que son de sobra conocidas, en todo caso, Canarias es un paraíso terrenal convertido en Reserva de la Biosfera, para orgullo de sus gentes.

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