24 minute read

Pedagogía de la escritura en cartas sobre la mesa -Carolina Hidalgo

Capítulo 1

Pedagogía de la escritura en Cartas sobre la mesa

Advertisement

Carolina Hidalgo. Poeta y escritora. Líder en creación, gestión y realización de proyectos culturales, educativos y artísticos. Licenciada en español y Literatura, Universidad Tecnológica de Pereira. U.T.P. 2010 Master en Investigación en Estudios Culturales, mención literatura hispanoamericana. UASB, Quito, Ecuador, 2018. Autora-editora La Jugada Popular, 2018, 2021. Promotora de lectura, Biblioteca Comfamiliar Cuba Hugo Ángel Jaramillo, abril-mayo 2019. Tallerista de escritura creativa Enfances 232, 2018-2020. Docente en el área de Humanidades

Pedagogía de la escritura en Cartas sobre la mesa

Lo que creó la mano humana acabó moldeando las comunidades y la mismísima mente de su creador. Muchos elementos de nuestra civilización actual tienen origen en la escritura. Daniel Cassany

El objetivo de Cartas sobre la Mesa es enseñar a escribir como verbo transitivo, o sea, narrar, describir a través cartas, donde las y los niños revitalicen desde sus sentipensares y el conocimiento que adquieren de los usos lingüísticos del castellano a través de la cultura, su cosmovisión, sus realidades en sus familias y comunidades, así como facilitarles las herramientas literarias, para que expresen cómo perciben el mundo exterior que los afecta tanto emocional como creativamente. Cartas sobre la mesa es un proyecto pedagógico, en donde los talleres de escritura creativa plantean una pregunta, una discusión acerca de un destinatario real o simbólico, para dar posibilidad a las “literaturas otras”; donde la comunidad Enfances 232, lejos de imponer una postura “sobre” y “por” los otros, ha logrado que las y los niños vivan y experimenten el mundo lejos de la mirada “adultocentrica”, más bien, son ellos los que encuentran la palabra viva y sus latidos a través del juego, la conversa, la música, la pintura y el deporte, aunque sus memorias familiares y sociales se encuentren en muchos casos, afectadas por la realidad colombiana, que por muy lejos que suceda, llega a través de la pantalla, la radio, las noticias, el periódico y sus cotidianidades. No obstante, la escritura de la carta como vehículo de comunicación es un proceso estratégico para alcanzar alteridad, sinceramiento, expresión y construcción de lazos vitales con un destinatario: las demás niñas y niños, los adultos que los rodean y el mismo país que a diario nos esfuerza a leerlo, desde distintas perspectivas. El docente de la comunidad Enfances 232, no es la misma figura que en el aula de clases, su metodología es permitir avizorar a los estudiantes las oportunidades de un puerto de llegada a través de la palabra escrita, que el estudiante camine por el mundo del sentido hacia un sentido del mun-

do. El docente actúa como moderador, debe escuchar con atención y asumir una posición neutral frente a todas las opiniones expresadas, pero siempre, valorándolas y mostrándose complacido por conocerlas. Esto lo podemos leer en la presentación de la segunda edición de Cartas sobre la mesa del 2017:

Desde nuestro primer viaje alrededor de las vivencias de los niños y niñas, quienes en el 2008 hicieron una catarsis colectiva e individual enseñándonos su pensamiento a través de sus palabras vueltas alas que invitaban a la libertad, haciendo evocación junto a los rostros de quienes ya no estaban, asistiendo al regreso de unos cuantos y al terrible silencio de los que jamás volvieron… Otrora, les escribieron a las mujeres, a los hombres, al mundo y sus gobernantes, a los indígenas que marchan y al mundo que sueñan recorrer cualquier día de su vida…

Esta pedagogía de escribir textos cotidianos desde la ternura como son estas cartas, no aquellas cartas de valor informativo o de solicitud como son las de pedir una recomendación, o hacer una queja o hacer reclamo, las cuales se enseñan en la escuela como parte del currículo que obliga a la escritura como un proceso funcional, para adquirir o generar una comunicación oficial; o aquellas que se realizan para evidenciar los problemas de escritura que tienen las y los niños, de la ortografía, la sintaxis, o ejercicios que tienen que repetir. En realidad, se trata de una metodología que los incentiva a empoderarse de su palabra, al ahondar en la escritura como exploración creativa de sus procesos mentales: por qué escribo y a quién escribo, para qué escribo, quién me lee, qué sentido tiene escribir lo que soy y lo que siento, por qué es importante para mí expresarlo, entre otras, de qué manera aprendo a escribir mis emociones y sentimientos, por el valor de la experiencia o la motivación que los talleristas de literatura logran cuando reúnen otras experiencias de niños escritores, artistas, mujeres y hombres que han logrado a través de las cartas construir o deconstruir un mundo. O sobrevivir a él. Vemos en las Cartas para mí, donde el destinatario es el mismo remitente, de la edición de Cartas sobre la mesa del 2017:

Querida Sofía: Por medio de esta carta quiero expresarte lo que soy, no soy perfecta, porque nadie en el mundo es perfecto, quiero ser una doctora cuando sea grande y quiero construir mi futuro con esta carrera. Quisiera cambiar mi tono de voz porque hablo muy fuerte; lo que más me gusta de mi es que soy una persona sincera y muy frentera, lo que quiero cambiar de mi pasado es: que era muy peleona y grosera, lo que quiero en mi presente es viajar a Santa Marta. Sofía.

El proyecto Cartas sobre la mesa plantea la calidad de las actividades para dar a la lectura de las niñas y los niños la importancia que merecen. Porque escribir es una actividad que también demanda creatividad, es el arte de encontrar ideas, y en la niñez, estas abundan de sentimientos e información, aunque se sientan dispersos o con-

fundidos, sus esfuerzos por ponerlas en orden, significa el reconocimiento de sus capacidades literarias, así como el acto de escribir, como un ejercicio cultural; porque la multiplicidad y la heterogeneidad de las actividades que se realizan como escribir a un secuestrado, a una mujer privada de su libertad, a una minga indígena, a los desaparecidos o sus familiares, o también a personas en otras condiciones sociales y económicas, permiten la sensación de diversidad y globalidad, producen nuevas simbologías para la representación colectiva. Así mismo, fortalecer la comunicación con los padres y las madres de los niños participantes, que también son destinatarios claves, esto lo expresa una de las niñas en Cartas a la madre:

Mi mamá es flaca y fue muy duro su embarazo y mi hermana casi se muere porque no tenía fuerzas ir de la barriga de mi mamá, su busto es muy bonito; yo la quiero mucho. Ella me da todo lo que necesito, me da mucho amor. Mi mamá se ríe muy lindo y cuando está triste no habla ni tampoco nos dice nada de lo que le pasa. Shary

La niñez expresa sus temores y sus alegrías con la naturalidad que le permite la escritura, el pedagogo en este caso sólo es un vehículo de motivación y detonación de sentidos, sin que pueda interferir en los sentimientos expresados, sino como oyente virtuoso, debe comprender las joyas que cada ser humano revela desde su interior cuando aman, odian o desean. Una pedagogía desde el modelo de colaboración mutua, es lo único que reemplaza la autoridad de la corrección del auténtico autor. Es decir, nosotros los maestros no sabemos nunca con certeza qué es lo que el estudiante quiere decir con su escrito, cómo quiere escribirlo, por qué, etc. En vez de presuponerlo o usurparle la iniciativa al estudiante, debemos actuar como lectores respetuosos con las y los autores, pidiéndoles aclaraciones y explicando qué es lo que no entendemos, es necesario evitar pisar o interrumpir las opiniones de los participantes, es indispensable que el emisor haga el reconocimiento de su entorno para replantear las bases de sus relaciones, como es el caso de las Cartas al mal padre:

Papá, hola, yo te quiero hacer una pregunta, ¿Por qué eres tan malo?, eres un papá muy irresponsable estás dándome un mal ejemplo, has maltratado a mi mamá y a otras personas como tus hermanos, tu mamá y a las mamás de las niñas que violas. Tú crees que yo soy una boba que no sabe nada, que no se entera de nada, pero en realidad yo sé lo que tú tienes, lo que pasa y como tratas a la gente. Tú me vas a tratar con respeto porque yo no soy cualquiera, yo soy tu hija, por favor trata de mejorar todas las malas cosas que tienes, por favor te pido con todo corazón, para que tengas una mejor vida, te quiero ayudar que te vaya bien y mejores. Autor Reservado (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

Así, los maestros deben respetar la propiedad intelectual de los estudiantes, por decirlo de algún modo, para permitirles que el escribir no pierda alguno de sus objetivos o su valor catártico y sanador. Se trata de permitir aflorar libremente las opiniones y comentarios. En el proceso de Cartas sobre la mesa, nunca se censuró una carta o se juzgó. Por el contrario, se alentó a través del género epistolar nuevas formas de organizar las ideas sobre la realidad, sin obedecer a estructuras preconcebidas, más bien desde la prefiguración textual, que son las propias vivencias del emisor. Daniel Cassany (1989) presenta lo que significa construir la escritura, primero respondiéndose a las preguntas: ¿qué sabemos del acto de escribir?, ¿cuál es la mejor manera de enseñar?, y ¿de evaluar?, ¿qué puedo hacer en el taller? Estas y otras indagaciones, nos permiten identificar los aportes de una pedagogía que busca conseguir objetivos de solidaridad, visibilidad y otredad en las comunidades alfabetizadas, es decir, aprender a escribir con sentido lo que no se puede decir con la oralidad, cuando uno se plantea la cuestión de la vida, como es el recuerdo de las cicatrices sobre el cuerpo y el alma, expresado por una niña en su carta, revela su propia lectura de las expresiones corporales y el lenguaje corporal de su madre:

El cuerpo de mi madre una historia para recordar…Recordar a mi mamá fue muy especial. Me acorde que un día me dijo que fueron muchas las lágrimas que derramó, pues lloró mucho porque el parto se demoró demasiado, como tres días. Yo no nacía y le dolía mucho. Después de tres días dolorosos para mi mamá nací, pero no pudo salir del hospital porque tuvo un infarto; ella tiene una cicatriz en la barriga. El cuerpo de mi mamá es muy bonito, yo lo veo como un cuerpo de reina. Su sonrisa es muy linda; ella sonríe mucho. Con mi hermano Johan le cortaron su estómago y también le dolió mucho. Tiene una quemadura en el brazo un sartén le cayó encima con aceita caliente. En la espalda también tiene una cicatriz porque el primer esposo le pegaba, yo me escondía junto a un cajón porque no me gustaba oír eso. Ella tiene otros dos hijos con un hombre que la maltrataba por borracho. Estefanía

Por la pandemia, los temas se acercaron más a las cotidianidades vividas, lo que presentó en los hogares colombianos un cambio en las relaciones familiares, donde las mujeres fueron las más afectadas al tener que doblarse como cuidadoras y trabajadoras desde casa, lo que las ausentó de un espacio consigo mismas, y esto la niñez lo sintió más cercanamente, ya que algunas perdieron su intimidad y quedaron con sus maltratadores en casa. Las niñas y los niños expresan más allá de las teorías que existan sobre la escritura o el acto de escribir, la intertextualidad que existe entre el cuerpo y la escritura, porque también la piel es como la hoja escrita, donde todas las huellas aúnan los códigos culturales en los que se encuentran insertos. En sus cortas descripciones sobre un pasado y un presente, manifiestan sus propias lecturas de la vida y de los que los rodean. Nos dejan una secuencia de pistas a las que el lector debe dar respuesta, porque facilitan a través de sus historias la proyección en el otro. En este caso una madre que ha sido vulnerada y es acosada por la realidad de un machismo que aqueja a cientos de hogares colombianos.

De alguna manera, las niñas y los niños dialogan con la cultura como un organismo vivo, pero que se encuentra

enfermo, y hay que evidenciarlo en sus suturas e infecciones. Tal vez esta también sea la manera de ellos escucharse escribiendo, mostrando otros sentires, no menos importantes, más bien desde esta pedagogía de la ternura, en definición de Alejandro Cussiánovich (2015) dice:

La Pedagogía de la Ternura intenta, creo yo, tocar ese mundo interior, ese mundo interno como un componente necesario de la lucha por la dignidad, de la lucha por la libertad, de la lucha por el bienestar. Podríamos afirmar que la Pedagogía de la Ternura, es una pedagogía antagónica y confrontacional contra todo intento de reeditar aquello de la servitude volontaire (servidumbre voluntaria).

Las niñas y niños, jóvenes y madres de Enfances 232 encuentran espacios de sanación en el acto de escribir como una zona de contacto, con la propia vida y la de los otros con su pasado y sensibilidades. Por esta razón, es el deber de las y los pedagogos fortalecer espacios de recreación y lúdica hacia la lectura donde participen padres e hijos, donde se permita romper el hielo a través del carteo. Este proceso implica el reconocimiento de una lectura cualitativamente diferente de la practicada hasta entonces en las instituciones, de pronto se reconoce la escena de la lectura a través del “focus group”, es decir, de la retroalimentación en grupo, porque al reconocerse con otros compañeros de sus mismas edades, les permiten tener confianza ante las reacciones espontáneas frente al contenido que cada uno alcanza.

El proyecto Cartas sobre la Mesa nos permite dar razón de los procesos de producción de literatura en las que se interceptan los intereses de las y los niños y sus universos socioculturales. Un ejemplo, son las Cartas a Mocoa cuando en la tragedia de la avalancha en el año 2017, los jóvenes escribieron a las personas damnificadas:

Querido hermano@ de sangre te quiero decir que me alegro de saberte vivo, Colombia ha sufrido continuamente desastres; en 1985 estalló una guerra política que ha causado muchas víctimas y una gran grieta. Pero hemos podido sanar un poco de esa herida, un poco antes perdimos a nuestros hermanos de Armero y quedaron varios damnificados y hasta el día de hoy solo unos poquitos recordamos a nuestros hermanos perdidos. Y ahora lo que pasó en tu ciudad, me duele porque muchas de estas catástrofes se hubieran podido evitar, lo terrible es que estos desastres siempre afectan a los más pobres. Lo te quiero decir es que estoy de tu lado y creo que tu situación necesita un apoyo y espero dártelo. Sebastián (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

Los talleres de Cartas sobre la Mesa han logrado que los niños y niñas se piensen como sujetos pertenecientes a su país y a todo lo que sucede en él, puede ser leído e interpelado, como son las situaciónes de otras personas, muchas veces en solidaridad con la desgracia ajena, niñas, niños y jóvenes han podido enviar sus regalos con las cartas a sus destinatarios que están sufriendo, tal vez unas palabras de aliento, los consuele en su realidad. Ellos comprenden que hacen parte de ese testimonio de la pérdida y el dolor, en sus cartas buscan hacer consciencia de que no estamos solos. La lúdica de hacer contacto con los destinatarios que aún no conocemos, pero proyectamos

su historia, les permite como comunidad creadora echar mano de las imágenes de las palabras para resignificarlas en un acto de empatía, hacerlas visibles en la materia de la memoria y la representación, es un paso a la ciudadanía del mundo, como son las Cartas a niños Wayuu donde dice:

Querido amigo wayuu. Me llamo Samuel Galeano soy un niño hermoso te quiero decir que vengas a la Fundación me da mucha tristeza que no tengas comida ni dinero para que compres, te quiero regalar un juguete lindo y agua de mi río. Samuel (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

Estas cartas fueron llevadas por profesores hasta la Guajira, hace 7 años, cuando se hizo intercambio de peluches y cartas. Son los textos y pretextos para investigar la capacidad simbólica de la carta como testimonio. Además de la construcción del sentido poético de la vida a través de esta metodología cultural, en la lectura de las mismas, que debe ser realizada por cada uno de las y los lectores que cuando se encuentren con ellas, desde varias expectativas surgen nuevas posibilidades de empatía para un país, que la anda perdiendo día a día. Es un giro afectivo desde la niñez y la juventud que nos reivindica en nuestra humanidad, Michalinos Zembylas (2019) nos comenta acerca del aporte del giro afectivo a la pedagogía que:

Entonces, el giro afectivo marca un cambio en la forma de pensar sobre esas intersecciones y destaca la interrelación de los discursos y las fuerzas sociales y culturales, por un lado, y del cuerpo humano y las emociones y afectos (experimentados a nivel individual, pero en un determinado contexto histórico), por el otro.

Cuando no existen lógicas o teorías que den explicación a la desgracia y desolación que estamos pasando, el afecto y la pedagogía de la ternura son los que potencian las relaciones desde la estética, lo que nos permite también leer esta heterogeneidad que es nuestra Colombia, cuando podemos hablarle con sinceridad a otras subjetividades como nos muestra las Cartas a los niños desmovilizados:

Hola

Todos cometemos errores, incluso sin darnos cuenta y sin que nosotros mismos queramos, cuándo somos niños y empezamos nuestra etapa de adolescencia es dónde más errores cometemos, pero es una de nuestras mejores etapas, la niñez dónde no queremos dejar de estudiar, los que tenemos la oportunidad no queremos dejar de jugar, de compartir con nuestros amigos, no todos tenemos la misma vida ni la misma suerte, muchos de los niños no tienen una situación económica estable o buena y los obligan a involucrarse con los grupos armados revolucionarios; es un tiempo de su infancia perdido porque hay muchos que se los llevan pequeños e incluso los dejan hasta que cumplan sus 18 años sin estudio alguno ni algún contacto con la sociedad. A los que tiene la gran fortuna de ser liberados les quiero decir que aprovechen ésa gran oportunidad para estudiar, trabajar y vivir cumpliendo esos sueños arrebatados, que nunca es tarde para cumplir esos anhelos y nuestro país se regocija al saber que ustedes se reintegran. Karen (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

Las Cartas sobre la mesa marcaron un hito en este acontecimiento histórico, de alguna manera ellas fueron un espacio de diálogo para los excombatientes en la sociedad civil. Una escucha significativa al ser que se ha encontrado oprimido por sus circunstancias. ¿Hasta qué punto nuestra niñez y juventud en un acto de afecto, nos demuestra otra forma de leer la política en sí misma? El afecto nos permite una entrada distinta en el tema del otro; es una vía de acceso a lo real, lo simbólico y lo imaginario. Permite reconfigurar el poder a través de sus intensidades inconmensurables, y esto es posible a través del arte de escribir, como de comunicar. Como dice la científica Briggitte Baptiste: “el arte es el que nos puede ayudar a convergir a todes”.

En Cartas sobre la mesa se han visibilizado momentos históricos de nuestro país, las subjetividades colectivas de las y los colombianos; como es el caso de la pandemia del COVID-19, que afectó los encuentros físicos y la posibilidad de ver a las docentes, y compañeros. De alguna manera, la Fundación Enfances 232 buscó el contacto desde las casas, generando una metodología de carteo desde el encierro, cuando la realidad de todos cambió.

Te debo muchas cosas en mi vida y te estoy muy agradecido, aunque no te lo diga, te extraño mucho, han sido meses un poco grises desde que no nos vemos, te escribo esta carta no porque la vas a leer sino porque debía hacerlo, debía afrontar el hecho de que he empezado a necesitarte, y sé que quizás no sea tan malo, pero para mí lo es, así que esto también es una despedida. Nunca olvides lo mucho que te quiero espero nos reencontremos en un futuro. En esta carta, trato de hablar de lo que ha sido el mundo por estos días, en el que se ha escrito una de las páginas más tristes de la historia, que paso a paso el mundo se ha convertido en un epicentro de miedo y dolor, sentimientos que se vuelven como una balas. Sin embargo, sentimos amor y estamos más solos y unidos que nunca, una dualidad, nos sacó lo más humano de nosotros, con sentimientos de tristeza, el mundo hoy calla y llora los muertos, los parques sin ruido y a lo lejos un triste susurro y el lamento de muchos. Carlos (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2020)

En la didáctica de la literatura dentro del taller de escritura creativa, es muy importante la experiencia autobiográfica: el recuerdo, un reconocimiento familiar, la fabulación de un linaje, el reconocimiento de nuestra propia fragilidad ante la muerte, en especial, en estos tiempos de pandemia, se han convertido en un recurso útil para volver al origen de nuestras emociones y dar contexto a lo que sentimos; el ejemplo de esta carta de confesión frente a sí misma, permite rescatar los lazos olvidados del sujeto con el mundo y los valores que nos rodea.

De esta manera, podemos comprender la singularidad de la enseñanza de la literatura en los talleres de la Fundación Enfances 232, una comunidad creadora que amasa sentidos en la escritura y sus expresiones; niñas, niños y jóvenes a través de sus cartas lograron que lo enunciativo reincida y localice un reclamo político frente a la vida y la existencia. En este espacio educativo han logrado sumarse con sus voces a campañas sociales como es el proyecto Ayúdennos, donde se han escrito cartas a los familiares de los miles de colombianos desaparecidos en los últimos años y a ellos mismos, ya que las cifras son alarmantes y la impunidad más desconcertante, pero ellos a través del carteo, denuncian, consuelan y relatan a las víctimas su compromiso por estar atentos al regreso de sus seres queridos, un ejemplo es:

Fecha: 2 de noviembre del 2021

Ciudad: Pereira

Para: Kelly Jhoana Villazon -18 años - desapareció 11/06/2021- Valledupar

Espero tu pronto regreso a casa con familiares y seres queridos, con una feliz y cálida bienvenida que ha sido esperada por quienes te quiere durante mucho tiempo, esperando por volver a verte con esperanza y fe, todos temiendo por ti, pero esperando a que no haya sufrimiento ni dolor, que estés con vida y a salvo con bien algún día.

Esperando tu bienestar y regreso, te escribo esta carta, teniendo la idea de un reencuentro con quienes te aman y esperan cada día por ti. Espero que al igual que desaparecieron que fue inesperado, regreses para que puedas volver a ver a todos, sorprendiéndolos después de tanto tiempo de espera por ti.

Con el regreso, tu y tus familiares podrán unirse nuevamente y hasta mucho más que antes.

Espero que no estés sufriendo en donde sea que estés y también tengas la esperanza de volver a ver a tu familia, algún día espero ese reencuentro para ti. Espero que el dolor de la distancia y no estar con tus seres queridos pueda ser superado y salir adelante al igual que el de tus familiares, que te buscan por todos lados con esperanza y fe.

Nuevamente esperando tu regreso, me despido de ti, esperando que el sufrimiento termine, que estés a salvo. Silvana

Durango.

Estas cartas a las y los desaparecidos de nuestro país cumplen la misión de una comunicación cultural cuando se generan vínculos de los estudiantes con la gran mayoría de los afectados por esta realidad tan injusta, cuando logran crear a través de la carta un contexto para la interacción y la resolución de conflictos, como prever las necesidades de aquellas y aquellos ciudadanos que se encuentran aún en sus dolencias. En el prólogo El Pan Ajeno que realiza Héctor Abad Faciolince en el libro Una Maleta Colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad por Carlos Martín Beristain, enuncia:

Porque una patria se requiere, en primer lugar, para eso: para sentir que ahí siempre podrás quedarte sin miedo de que te expulsen. Y esto es lo que Colombia no le ha dado a miles, a millones de compatriotas amenazados, desplazados, despojados de sus pocos bienes, de su parcela, de su fríjol y maíz, o de su hacienda de vacas, de su rancho de paja y bahareque, o de su mansión con piscina y caballos. (Beristain, 2021)

Leer Cartas Sobre La Mesa de cientos de niñas, niños, mujeres y jóvenes que han transitado vívidamente por la Fundación Enfances 232, nos permite ser destinatarios de las palabras originarias de una memoria subterránea que habita en nuestra infancia; la genética de una república que aún huérfana, crece en sus utopías y contradicciones con la fe de un país más equitativo y respetuoso de su diversidad. Si bien es cierto, somos los adultos los que debemos aprender a leer las coordenadas que la niñez nos da para no desviarnos del camino de la alegría y la ternura. Si aprendiéramos a ser interlocutores de la palabra libre de “ismos” y credos para dejar florecer la otredad y el altruismo. Declinar con amor a la altura de la mirada de la infancia para reencontrarnos en otros horizontes, mucho

más creativos, dignos y divinos. Lo anterior, expresado en la poesía de Jairo Aníbal Niño interpela:

Usted que es una persona adulta -y por lo tantosensata, madura y razonable, con una gran experiencia y que sabe muchas cosas, ¿qué quiere ser cuando sea niño? Son 13 años del proyecto Cartas Sobre la Mesa, que hoy se presentan a las instituciones, también a cada una de las personas que deseen encontrar una manera de hacer Colombia, desde otras pedagogías.

Debemos llevar en el corazón al infante, cuando la imaginación crece lánguida o el cuerpo social que la reconoce fenece. Esa “distancia de rescate” que existe entre la madre y el hijo, las instituciones deben reconocerla como el primer acto de amor y la primera manifestación de ciudadanía. Si fuera así: ¿Cuántos seres humanos se salvarían de la desgracia?...

Si bien es cierto, no se puede ocultar la historia tal y como la conocemos -muchas veces las microhistorias de familias desgarradas por la violencia o el sin sentido de la desigualdad-, debemos mostrarla a la infancia tal y como la reconocemos, por muy aterradora que nos resulte desde esta coyuntura. Sin embargo, también es nuestra obligación mostrarles todos los caminos para salvarse de ella: la educación, la recreación, el deporte, la cultura y el arte al alcance de la niñez.

Nuestra cultura occidental tan solo hace tres siglos, viene reconociendo la importancia de la educación y las oportunidades creativas en la formación de la niñez, cuando Rousseau nos habló de pedagogía en El Emilio. Y en nuestro siglo XXI, apenas vislumbramos la primera infancia como una de las etapas más importantes de la humanidad. Si ya desde el vientre es una célula que se conecta con el cosmos, ¿por qué seguir siendo adultos analfabetas de la vida? Cada minuto que se recupera en la educación de una niña o niño, es el progreso humano de un país en su totalidad. Por eso Colombia, anímate a revelar otra historia, la de las y los nuevos ciudadanos del mundo.

Gracias a la Fundación Enfances 2/32 por la contribución incalculable a la infancia colombiana, desde sus docentes, voluntarios, personal administrativo y sus gestores Amparo Villegas y Jesús Calle, también a las madrinas y los padrinos colombofranceses. La educación es un derecho que ustedes han logrado proveer con amor, profesionalismo, arte y ternura en cada una de las semillas, que son la niñez y la juventud nuestra, este lazo de amor se vuelve infinito para un país que lo merecemos digno, inclusivo, polifónico y multicolor.

Referencias bibliográficas:

Beristain, C. M. (2021). Una maleta colombiana. La experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad, prólogo por Héctor Abad

Faciolince, edición (CEV) Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición

Cassany, D., & Comas, P. (1989). Describir el escribir. Paidc”s Argentina.

Cussiánovich, A., & Schmalenbach, C. (2015). La Pedagogía de la Ternura-Una lucha por la dignidad y la vida desde la acción educativa. Diálogos, (16), 63-76.

Guerrero Arias, P. (2017). Catzuquí de Velasco Cultura, identidad y memorias vivas. Etnografiando con niñas y niños.

Zembylas, M. (2019). Intentos por discernir la compleja imbricación entre emoción y pedagogía: contribuciones del giro afectivo. Propuesta Educativa, 1(51), 15-29.

This article is from: