Tanto en su vida como en su obra, Martín Abad nos deja el testimonio de una época saturada de novedades, de fértiles remembranzas; una época poseída por el miedo a empinar la autenticidad en medio del gran dios de la sociedad de consumo. En sus conversaciones reflejaba la visión del mundo de un artista en rebeldía contra el paisaje rutinario de la vida moderna: la oposición brillo y óxido, el frágil equilibrio de la naturaleza.
-Hugo López