Aproximaciones diversas a una propuesta pedagógica. Cartas sobre la mesa -A quien corresponda-

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Aproximaciones diversas a una propuesta pedagógica

Cartas sobre la mesa

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Aproximaciones diversas a una propuesta pedagógica

Cartas sobre la mesa

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Aproximaciones diversas a una propuesta pedagógica

Cartas sobre la mesa

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Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia ©Fundación Enfances 2/32 Primera edición, 2022 .

edu.co

Aproximaciones diversas a una propuesta pedagógica Cartas sobre la mesa -A quien correspondaEditor Fundación Enfances 2/32 www.instagram.com/enfances232 www.fb.com/fundacionenfances232 www.enfances232.org Coordinación editorial Jesús Calle Amparo Villegas Juliana Ospina Fotografías Archivos Enfances 2/32 Ilustraciones Jesús Calle Pablo Calle Diseño, montaje y producción Pablo Calle Impresión y acabadosPanamericana Formas e Impresos S.A. / Bogotá, Colombia Los textos e imágenes de este libro podrán ser reproducidas, citando la fuente y los autores respectivos. Impreso y hecho en Colombia Printed and Made in Colombia




AGRADECIMIENTOS A todos los niños, niñas y jóvenes que han participado en las diferentes versiones de Cartas sobre la mesa, a la persistencia y valor que nos brindan, con la esperanza de un mundo mejor. A todos nuestros amigos, amigas que con su solidaridad contribuyen a ello. A todas las instituciones, colaboradores y benefactores que han creído en el proyecto desde su inicio. Muchas gracias a todos y todas por hacer que la cultura siga teniendo un espacio en un momento tan crítico para la humanidad ¡Gracias infinitas!



Contenido

Presentación 13 Notas preliminares 15 Capítulo 1 Pedagogía de la escritura en cartas sobre la mesa -Carolina Hidalgo

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Capítulo 2 Carta Inagural -María Jesús Gutiérrez Mesa

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Capítulo 3 El trasfondo literario en las cartas sobre la mesa -Luz Elena Vega

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Capítulo 4 Correspondencias invisibles: acompañamientos poéticos La escritura epistolar como resistencia al olvido -Andrea Marín Arcila

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Capítulo 5 Palabras que construyen realidades: discursos sociopolíticos de los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 232 -Juliana Ospina

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Capítulo 6 Cartas sobre la mesa, una experiencia replicable -Gloria Susana Tobón

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Capítulo 7 El relato literario y la reconciliación social desde los niños y las niñas de la Fundación Enfances 2/32 -Katerine Correa Gómez

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Capítulo 8 Intento de respuesta a dos preguntas acerca de “Cartas sobre la mesa” -Pierre Semet

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Capítulo 9 Viaje alrededor de la memoria -Mauricio Ortega

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Capítulo 10 Desde los emisores. Comentarios de los participantes en el proyecto Cartas sobre la Mesa

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A manera de Posdata

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Permítanme me presento, les daré algunas pistas… Nací del primer suspiro de página en blanco que inauguró las onomatopeyas primigenias convertidas en palabras; indefectible diálogo que edificó adobes de letras para construir frases que buscaron afanosamente ventanas de los sentimientos y a partir de la línea dibujó el horizonte de cartas aladas. La Fundación Enfances 2/32 convertida en espacio de solipsismos, ágora de catarsis y sala de redacción de los acontecimientos de la vida de niñas, niños, adolescentes, hombres y mujeres, presenta a ustedes la lectura, desde diferentes miradas, del proyecto Cartas sobre la mesa. Un ejercicio que nació de la imperiosa necesidad para abordar las profundidades que habitan la vida misma de nuestros usuarios, convertidos en amanuenses de sus propias divagaciones, dolores, esperanzas, sentimientos y reclamos envueltos en su natural caligrafía quizás como venganza o recompensa anhelada retando al silencio. Desde este balcón de infantes, donde se otea al mundo, lanzamos, en 2008, la primera edición de Cartas sobre la mesa, megáfono de experiencias, anhelos y sentencias en pugna dirigidas en modo de pregunta, reclamo, nostalgia o tristeza sin paraguas, dirigidas al fantasma presente inevitable con forma de secuestrados, indígenas, campesinos, madres, padres, presidente, alcalde, guerrilleros y obreros de la cotidianidad de nuestras convivencias. Ineluctible, (inexorable) como la caída en el tiempo ante la infructuosa plegaria a kronos para que detenga su marcha, nos convertimos en hermeneutas de las siguientes cofradías de hacedores de palabras con trece ejercicios que buscaron refugio en tres ediciones que reposan en hojas de libros como otrora en tallos y hojas de árboles que tradujeron la dirección del viento y el abrazo del tiempo. Hoy, presentamos las diferentes miradas de Cartas sobre la mesa, extendiendo esta invitación para que se queden a mirar a través de una hendija dimensional los días de la vida que bien puede ser espejo de la suya, de los otros o de todos y todas. Al otro lado, pasando la página y como quien baja la vista saboreando la caída del grano en un antiguo reloj de arena, les espera la mesa donde se escribieron estas epístolas sin mordaza. Fundación Enfances 2/32

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Presentación

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Notas preliminares Cuando somos sensibles, cuando nuestros poros no están cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva.

La Fundación Enfances 2/32 parte de un principio básico y trascendental: la defensa de los derechos de los niños y las niñas, bajo esa egida, ha optado por integrar a niños, niñas y jóvenes de 2 a 24 años, provenientes de contextos vulnerables, pobreza, marginalidad y exclusión, población en condición de desplazamiento; todo ello independientemente de sus condiciones étnicas, religiosas, ideológicas o de género, trabajando actualmente con 204 niños, niñas y jóvenes en vinculación directa y otros que participan en proyectos puntuales que son elaborados por la fundación. Así, la Fundación Enfances 2/32 trabaja en la ciudad de Pereira (Colombia) con sectores de alta vulnerabilidad, la mayoría hacen parte de familias monoparental materna, en muchos casos en condiciones de desplazamiento o padres en proceso de reincorporación o reintegración. Entre los diversos problemas que puede presentar esta población se encuentran problemas de salud, retraso escolar, maltrato y nulas oportunidades para aumentar su acervo cultural; con ello, la dificultad de lograr un desarrollo físico, intelectual, ético y espiritual. La Fundación Enfances 2/32 ha propuesto el desarrollo de un programa completo de atención que tiene diferentes polos de intervención que permiten que los niños, niñas y jóvenes desarrollen su sensibilidad estética y social, desde las artes plásticas, la música, la literatura, la civilidad y la recuperación de la memoria histórica, todo esto a través de un trabajo mancomunado entre los niños, niñas y jóvenes, sus familias, la sociedad y la Fundación. Los programas que son desarrollados por la Fundación Enfances 2/32 para mejorar la situación de los niños, niñas y jóvenes con quienes trabaja, están diseñados desde la perspectiva de los Dere-

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Ernesto Sábato

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chos de la infancia y están divididas en cuatro áreas: Vida y Supervivencia, Desarrollo, Participación y Protección. Algunos programas tienen una estructura y existencia permanente, como el programa Salud para todos (programas de alimentación, pediatría, atención en salud mental, etc.), Cometa de Colores (proyecto de formación artística); El proyecto Pasaporte a la Universidad (permite el acceso y permanencia de los jóvenes en la educación superior), El proyecto Volando Juntos, que trabaja en la educación incluyente. Otros programas, talleres o actividades que nacen en relación a una coyuntura social o política que pueden convertirse en programas fijos como podría ser el programa Tendiendo Puentes, el Proyecto Ayúdennos, Puntada sin dedal, y la propuesta Cartas sobre la Mesa. Es justamente sobre el proyecto Cartas sobre la mesa, sobre el cual ponemos el acento, en esta oportunidad, dado que a través de sus diversas manifestaciones simbólicas hacen un gran aporte no solo en la enseñanza del saber, sino que tiene un impacto en la construcción de sentires y saberes distintos, que mediante la participación activa y propositiva de los niños, niñas y jóvenes tienden a romper con los moldes de la educación “tradicional” para guiarlos a una educación “dialógica” que permite el surgimiento del espíritu crítico y la elaboración de nuevas ciudadanías. Cartas sobre la mesa es una iniciativa surgida en los talleres de literatura hace trece años, en un momento de coyuntura política cuando el secuestro se impuso como una acción de los grupos armados. Dentro de este contexto, la Fundación Enfances 2/32 tomó la iniciativa de enviar cartas a las personas secuestradas, que se encontraban dentro de las profundas selvas colombianas. Las cartas estaban escritas por los niños, niñas y jóvenes pertenecientes a la Fundación. Esta actividad narrativa se convirtió en hito y fue nombrada como “Cartas por la libertad”. Teniendo esta experiencia como epicentro para nuevas reverberaciones creativas, el ejercicio de escritura de las cartas por parte de los niños, niñas y jóvenes se instauró como un programa permanente. Así, cada año, los niños, niñas y jóvenes escriben cartas que cada vez tienen un destinatario diferente: cartas a indígenas, cartas a mujeres privadas de la libertad en centros de reclusión, cartas a personas en proceso de desmovilización, cartas a personas en situación de desplazamiento, cartas a niños y niñas desvinculadas del conflicto armado, cartas para un mal padre, cartas para pacificar, cartas a mí, cartas a la mujeres, a los gobernantes, cartas a los desaparecidos y sus familias, cartas a las madres, entre otras. Esta actividad ha mostrado un poder inquebrantable en la construcción de la paz, en la elaboración de duelos, tanto individuales como colectivos, desde la convicción del poder sanador de la escritura, de esta, como ejercicio para no olvidar o como un mecanismo de catarsis colectiva e individual que puede ayudar en el bienestar de los jóvenes escritores. De esta manera, mediante la escritura, los niños, niñas y jóvenes de la Fundación, generan una actividad en la cual no solo van desvelando la realidad de su país (al tener interlocutores diversos) sino que se involucran en un proceso de exploración individual y colectiva de auto-conocimiento. Han transcurrido algunos años desde que se enviaron a la selva esas primeras cartas, ese primer viaje alrededor de las vivencias de los niños y niñas nos enseñaron su pensamiento a través de sus palabras vueltas alas, que invitaban a la libertad, haciendo evocación junto a los rostros de quienes ya no estaban, asistiendo al regreso de unos


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cuantos y al terrible silencio de los que jamás volvieron. Redactaron sus tempranas letras sobre lo que les afecta, duele y hace felices, llamaron a las madres y ellas les respondieron llenas de amor y de cuidado. Soñaron el futuro, que hoy es presente, subieron al tren de la confianza que huía de la pesadilla centenaria que asaltó el sueño de varias generaciones, que nos enfrentó en un absurdo fratricidio y que tiñó los días de arbitrario temor y con sus palabras renunciaron al chantaje de los violentos y conformaron un frente común por la paz creando una delegación dispuesta a darle la bienvenida, sin más preámbulo que el abrazo, sin más ceremonias que el gesto de alegría, sin más discurso que un “sí queremos que vengas”, sin más promesas que la esperanza de por fin, ser testigos del fin de los oscuros días… En otros viajes creativos, siguiendo de cerca el tic tac del kronos, se auto proclamaron defensores de la esperanza, contaron historias sin fantasmas y sin armas, descubrieron amaneceres llenos de colores, y trazaron la bitácora del nuevo puerto donde anclar y empezar a reescribir la historia, una historia sin balas que cambie el lenguaje del odio, donde a partir de elementos estéticos se sanen las heridas individuales y colectivas. Hoy gracias al programa Estímulos del Ministerio de Cultura, releemos las Cartas sobre la mesa, desde la mirada de especialistas en diversas áreas del conocimiento y la cultura, para revisar el legado de los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 232, en donde nos muestran nuestra historia reciente de país y el aporte de estas al desarrollo de nuevas prácticas pedagógicas, conceptuales, activas, emocionales, participativas y dialogantes, en las que se enfatice la educación emocional y experiencial, el respeto por la diversidad, el reconocimiento del Otro, la comprensión de las dinámicas sociales del país, generando habilidades para la vida, habilidades sociales, habilidades intelectuales y habilidades estéticas. Eligiendo la esperanza que nos permite trabajar incansablemente para realizar sueños personales y colectivos. Una esperanza construida sobre la comprensión de las incertidumbres del presente, como camino para avanzar en proyectos de futuro, incluyentes y prósperos. Desde la Fundación hemos elegido desafiar la guerra con el pincel colorido de la vida; aquel que le da a los niños y niñas de este país la posibilidad de crear mundos reales en donde pueden crecer, amar, ser solidarios, respetuosos, soñadores; mundos de reconciliación en donde nos reconozcamos históricamente como país para aprender y seguir adelante, irguiéndonos en solidaridad, justicia y libertad. El proyecto de investigación Cartas sobre la mesa se realizó desde el paradigma del constructivismo social, donde se mostró la importancia, la pertinencia y viabilidad de considerar el modelo de enseñanza-aprendizaje como estrategia para desarrollar y liderar procesos formativos que favorezcan el desarrollo de personas críticas, empáticas, reflexivas proactivas, competentes que respeten y valoren la condición humana y propongan alternativas para el desarrollo de sus comunidades, pues según Cubero Pérez (2005), el conocimiento es un proceso de construcción social y no un fin, en el que la realidad es el resultado de la interacción entre elementos de la realidad y los procesos cognitivos de los sujetos. Esta propuesta epistemológica y ontológica busca alejarse del paradigma positivista, considerando en primera medida que la realidad social es una construcción histórica, otorgándole un papel activo al sujeto individual y colectivo en ella, y proponiendo en relación con el conocimiento científico que la producción de los

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hechos y datos se hace de acuerdo a las herramientas teóricas y metodológicas de las que dispone el investigador para intentar ordenar la realidad. La perspectiva constructivista que asumimos en la presente investigación está orientada por el análisis que Berger y Luckmann realizaron en su obra “La construcción social de la realidad” (1968) sobre “los modos en que ciertos significados y hábitos se estabilizan, forman conglomerados estructurales y se cristalizan en instituciones sociales como productos de la acción humana” (Retamozo, 2012, p. 381), es decir, cómo se construyen las significaciones compartidas, las cuales a partir de procesos de socialización y legitimación se sedimentan y naturalizan, haciendo olvidar su condición de construcción social. De acuerdo con lo anterior, la investigación fue de carácter cualitativo, porque se interesó por interpretar cómo las personas comprenden, experimentan y producen el mundo social, a partir de la construcción de datos flexibles y cambiantes de acuerdo con el contexto social en el que se originen (Mason, 1996 en Vasilachis de Gialdinno, 2006). Según estos planteamientos, se parte de una constante reflexión y reconocimiento de las diferentes identidades de los sujetos, de quien investiga y con quienes se investiga y de cómo estas producen diferentes experiencias, conocimientos y relaciones que tienen un carácter parcial, histórico, pues se forja desde la interacción entre los elementos del entorno, las herramientas teóricas y metodológicas dispuestas para intentar ordenar la realidad a las experiencias personales durante el proceso investigativo (Cubero Pérez, 2005; Gregorio Gil, 2006). Esta investigación de tipo cualitativo buscó describir, interpretar y analizar de qué manera se realiza una propuesta didáctica, cómo son las interacciones sociales, cuáles son las características que toma la escritura epistolar y qué implicaciones tiene en la transformación individual y social. La mirada investigativa del proyecto Cartas sobre la mesa, permitió establecer una mirada reflexiva sobre las implicaciones de las cartas escritas y las elaboraciones de sentido de los emisores, los cuales poseen sensibilidades propias, pero que encuentran en la literatura epistolar unas herramientas para dar un lugar a la memoria y a su SER en el mundo. En consecuencia con los objetivos investigativos propuestos se estableció una estrategia metodológica que consistió en 3 etapas de investigación: la primera consistió en la compilación y sistematización de las cartas producidas en todas las versiones del proyecto Cartas sobre la mesa a través de los años; en la segunda, el equipo investigador hizo la lectura de las diferentes cartas, se realizaron entrevistas a algunos de los emisores y talleristas que han participado del proyecto, además de la búsqueda bibliográfica de referentes teóricos y temáticos para la realización posterior del análisis crítico y de contenido de acuerdo a los enfoques que autónomamente fueron escogidos por cada investigadora; en la tercera y ultima etapa, se realizó la escritura de los capítulos que conforman el texto final Cartas sobre la mesa: a quien corresponda, en donde cada investigadora plasmó sus análisis y reflexiones dando como resultado un conjunto de escritos que de manera muy diversa muestran los impactos y potencialidades de la propuesta de Cartas sobre la mesa. Amparo Villegas


Capítulo 1

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Pedagogía de la escritura en Cartas sobre la mesa

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Carolina Hidalgo. Poeta y escritora. Líder en creación, gestión y realización de proyectos culturales, educativos y artísticos. Licenciada en español y Literatura, Universidad Tecnológica de Pereira. U.T.P. 2010 Master en Investigación en Estudios Culturales, mención literatura hispanoamericana. UASB, Quito, Ecuador, 2018. Autora-editora La Jugada Popular, 2018, 2021. Promotora de lectura, Biblioteca Comfamiliar Cuba Hugo Ángel Jaramillo, abril-mayo 2019. Tallerista de escritura creativa Enfances 232, 2018-2020. Docente en el área de Humanidades


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Pedagogía de la escritura en Cartas sobre la mesa Lo que creó la mano humana acabó moldeando las comunidades y la mismísima mente de su creador. Muchos elementos de nuestra civilización actual tienen origen en la escritura.

El objetivo de Cartas sobre la Mesa es enseñar a escribir como verbo transitivo, o sea, narrar, describir a través cartas, donde las y los niños revitalicen desde sus sentipensares y el conocimiento que adquieren de los usos lingüísticos del castellano a través de la cultura, su cosmovisión, sus realidades en sus familias y comunidades, así como facilitarles las herramientas literarias, para que expresen cómo perciben el mundo exterior que los afecta tanto emocional como creativamente. Cartas sobre la mesa es un proyecto pedagógico, en donde los talleres de escritura creativa plantean una pregunta, una discusión acerca de un destinatario real o simbólico, para dar posibilidad a las “literaturas otras”; donde la comunidad Enfances 232, lejos de imponer una postura “sobre” y “por” los otros, ha logrado que las y los niños vivan y experimenten el mundo lejos de la mirada “adultocentrica”, más bien, son ellos los que encuentran la palabra viva y sus latidos a través del juego, la conversa, la música, la pintura y el deporte, aunque sus memorias familiares y sociales se encuentren en muchos casos, afectadas por la realidad colombiana, que por muy lejos que suceda, llega a través de la pantalla, la radio, las noticias, el periódico y sus cotidianidades. No obstante, la escritura de la carta como vehículo de comunicación es un proceso estratégico para alcanzar alteridad, sinceramiento, expresión y construcción de lazos vitales con un destinatario: las demás niñas y niños, los adultos que los rodean y el mismo país que a diario nos esfuerza a leerlo, desde distintas perspectivas. El docente de la comunidad Enfances 232, no es la misma figura que en el aula de clases, su metodología es permitir avizorar a los estudiantes las oportunidades de un puerto de llegada a través de la palabra escrita, que el estudiante camine por el mundo del sentido hacia un sentido del mun-

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Daniel Cassany

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do. El docente actúa como moderador, debe escuchar con atención y asumir una posición neutral frente a todas las opiniones expresadas, pero siempre, valorándolas y mostrándose complacido por conocerlas. Esto lo podemos leer en la presentación de la segunda edición de Cartas sobre la mesa del 2017:

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Desde nuestro primer viaje alrededor de las vivencias de los niños y niñas, quienes en el 2008 hicieron una catarsis colectiva e individual enseñándonos su pensamiento a través de sus palabras vueltas alas que invitaban a la libertad, haciendo evocación junto a los rostros de quienes ya no estaban, asistiendo al regreso de unos cuantos y al terrible silencio de los que jamás volvieron… Otrora, les escribieron a las mujeres, a los hombres, al mundo y sus gobernantes, a los indígenas que marchan y al mundo que sueñan recorrer cualquier día de su vida…

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Esta pedagogía de escribir textos cotidianos desde la ternura como son estas cartas, no aquellas cartas de valor informativo o de solicitud como son las de pedir una recomendación, o hacer una queja o hacer reclamo, las cuales se enseñan en la escuela como parte del currículo que obliga a la escritura como un proceso funcional, para adquirir o generar una comunicación oficial; o aquellas que se realizan para evidenciar los problemas de escritura que tienen las y los niños, de la ortografía, la sintaxis, o ejercicios que tienen que repetir. En realidad, se trata de una metodología que los incentiva a empoderarse de su palabra, al ahondar en la escritura como exploración creativa de sus procesos mentales: por qué escribo y a quién escribo, para qué escribo, quién me lee, qué sentido tiene escribir lo que soy y lo que siento, por qué es importante para mí expresarlo, entre otras, de qué manera aprendo a escribir mis emociones y sentimientos, por el valor de la experiencia o la motivación que los talleristas de literatura logran cuando reúnen otras experiencias de niños escritores, artistas, mujeres y hombres que han logrado a través de las cartas construir o deconstruir un mundo. O sobrevivir a él. Vemos en las Cartas para mí, donde el destinatario es el mismo remitente, de la edición de Cartas sobre la mesa del 2017: Querida Sofía: Por medio de esta carta quiero expresarte lo que soy, no soy perfecta, porque nadie en el mundo es perfecto, quiero ser una doctora cuando sea grande y quiero construir mi futuro con esta carrera. Quisiera cambiar mi tono de voz porque hablo muy fuerte; lo que más me gusta de mi es que soy una persona sincera y muy frentera, lo que quiero cambiar de mi pasado es: que era muy peleona y grosera, lo que quiero en mi presente es viajar a Santa Marta. Sofía.

El proyecto Cartas sobre la mesa plantea la calidad de las actividades para dar a la lectura de las niñas y los niños la importancia que merecen. Porque escribir es una actividad que también demanda creatividad, es el arte de encontrar ideas, y en la niñez, estas abundan de sentimientos e información, aunque se sientan dispersos o con-


fundidos, sus esfuerzos por ponerlas en orden, significa el reconocimiento de sus capacidades literarias, así como el acto de escribir, como un ejercicio cultural; porque la multiplicidad y la heterogeneidad de las actividades que se realizan como escribir a un secuestrado, a una mujer privada de su libertad, a una minga indígena, a los desaparecidos o sus familiares, o también a personas en otras condiciones sociales y económicas, permiten la sensación de diversidad y globalidad, producen nuevas simbologías para la representación colectiva. Así mismo, fortalecer la comunicación con los padres y las madres de los niños participantes, que también son destinatarios claves, esto lo expresa una de las niñas en Cartas a la madre: Mi mamá es flaca y fue muy duro su embarazo y mi hermana casi se muere porque no tenía fuerzasir de la barriga de mi mamá, su busto es muy bonito; yo la quiero mucho.

La niñez expresa sus temores y sus alegrías con la naturalidad que le permite la escritura, el pedagogo en este caso sólo es un vehículo de motivación y detonación de sentidos, sin que pueda interferir en los sentimientos expresados, sino como oyente virtuoso, debe comprender las joyas que cada ser humano revela desde su interior cuando aman, odian o desean. Una pedagogía desde el modelo de colaboración mutua, es lo único que reemplaza la autoridad de la corrección del auténtico autor. Es decir, nosotros los maestros no sabemos nunca con certeza qué es lo que el estudiante quiere decir con su escrito, cómo quiere escribirlo, por qué, etc. En vez de presuponerlo o usurparle la iniciativa al estudiante, debemos actuar como lectores respetuosos con las y los autores, pidiéndoles aclaraciones y explicando qué es lo que no entendemos, es necesario evitar pisar o interrumpir las opiniones de los participantes, es indispensable que el emisor haga el reconocimiento de su entorno para replantear las bases de sus relaciones, como es el caso de las Cartas al mal padre: Papá, hola, yo te quiero hacer una pregunta, ¿Por qué eres tan malo?, eres un papá muy irresponsable estás dándome un mal ejemplo, has maltratado a mi mamá y a otras personas como tus hermanos, tu mamá y a las mamás de las niñas que violas. Tú crees que yo soy una boba que no sabe nada, que no se entera de nada, pero en realidad yo sé lo que tú tienes, lo que pasa y como tratas a la gente. Tú me vas a tratar con respeto porque yo no soy cualquiera, yo soy tu hija, por favor trata de mejorar todas las malas cosas que tienes, por favor te pido con todo corazón, para que tengas una mejor vida, te quiero ayudar que te vaya bien y mejores. Autor Reservado (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

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Ella me da todo lo que necesito, me da mucho amor. Mi mamá se ríe muy lindo y cuando estátriste no habla ni tampoco nos dice nada de lo que le pasa. Shary

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Así, los maestros deben respetar la propiedad intelectual de los estudiantes, por decirlo de algún modo, para permitirles que el escribir no pierda alguno de sus objetivos o su valor catártico y sanador. Se trata de permitir aflorar libremente las opiniones y comentarios. En el proceso de Cartas sobre la mesa, nunca se censuró una carta o se juzgó. Por el contrario, se alentó a través del género epistolar nuevas formas de organizar las ideas sobre la realidad, sin obedecer a estructuras preconcebidas, más bien desde la prefiguración textual, que son las propias vivencias del emisor. Daniel Cassany (1989) presenta lo que significa construir la escritura, primero respondiéndose a las preguntas: ¿qué sabemos del acto de escribir?, ¿cuál es la mejor manera de enseñar?, y ¿de evaluar?, ¿qué puedo hacer en el taller? Estas y otras indagaciones, nos permiten identificar los aportes de una pedagogía que busca conseguir objetivos de solidaridad, visibilidad y otredad en las comunidades alfabetizadas, es decir, aprender a escribir con sentido lo que no se puede decir con la oralidad, cuando uno se plantea la cuestión de la vida, como es el recuerdo de las cicatrices sobre el cuerpo y el alma, expresado por una niña en su carta, revela su propia lectura de las expresiones corporales y el lenguaje corporal de su madre: El cuerpo de mi madre una historia para recordar…Recordar a mi mamá fue muy especial. Me acorde que un día me dijo que fueron muchas las lágrimas que derramó, pues lloró mucho porque el parto se demoró demasiado, como tres días. Yo no nacía y le dolía mucho. Después de tres días dolorosos para mi mamá nací, pero no pudo salir del hospital porque tuvo un infarto; ella tiene una cicatriz en la barriga. El cuerpo de mi mamá es muy bonito, yo lo veo como un cuerpo de reina. Su sonrisa es muy linda; ella sonríe mucho. Con mi hermano Johan le cortaron su estómago y también le dolió mucho. Tiene una quemadura en el brazo un sartén le cayó encima con aceita caliente. En la espalda también tiene una cicatriz porque el primer esposo le pegaba, yo me escondía junto a un cajón porque no me gustaba oír eso. Ella tiene otros dos hijos con un hombre que la maltrataba por borracho. Estefanía

Por la pandemia, los temas se acercaron más a las cotidianidades vividas, lo que presentó en los hogares colombianos un cambio en las relaciones familiares, donde las mujeres fueron las más afectadas al tener que doblarse como cuidadoras y trabajadoras desde casa, lo que las ausentó de un espacio consigo mismas, y esto la niñez lo sintió más cercanamente, ya que algunas perdieron su intimidad y quedaron con sus maltratadores en casa. Las niñas y los niños expresan más allá de las teorías que existan sobre la escritura o el acto de escribir, la intertextualidad que existe entre el cuerpo y la escritura, porque también la piel es como la hoja escrita, donde todas las huellas aúnan los códigos culturales en los que se encuentran insertos. En sus cortas descripciones sobre un pasado y un presente, manifiestan sus propias lecturas de la vida y de los que los rodean. Nos dejan una secuencia de pistas a las que el lector debe dar respuesta, porque facilitan a través de sus historias la proyección en el otro. En este caso una madre que ha sido vulnerada y es acosada por la realidad de un machismo que aqueja a cientos de hogares colombianos. De alguna manera, las niñas y los niños dialogan con la cultura como un organismo vivo, pero que se encuentra


enfermo, y hay que evidenciarlo en sus suturas e infecciones. Tal vez esta también sea la manera de ellos escucharse escribiendo, mostrando otros sentires, no menos importantes, más bien desde esta pedagogía de la ternura, en definición de Alejandro Cussiánovich (2015) dice:

Las niñas y niños, jóvenes y madres de Enfances 232 encuentran espacios de sanación en el acto de escribir como una zona de contacto, con la propia vida y la de los otros con su pasado y sensibilidades. Por esta razón, es el deber de las y los pedagogos fortalecer espacios de recreación y lúdica hacia la lectura donde participen padres e hijos, donde se permita romper el hielo a través del carteo. Este proceso implica el reconocimiento de una lectura cualitativamente diferente de la practicada hasta entonces en las instituciones, de pronto se reconoce la escena de la lectura a través del “focus group”, es decir, de la retroalimentación en grupo, porque al reconocerse con otros compañeros de sus mismas edades, les permiten tener confianza ante las reacciones espontáneas frente al contenido que cada uno alcanza. El proyecto Cartas sobre la Mesa nos permite dar razón de los procesos de producción de literatura en las que se interceptan los intereses de las y los niños y sus universos socioculturales. Un ejemplo, son las Cartas a Mocoa cuando en la tragedia de la avalancha en el año 2017, los jóvenes escribieron a las personas damnificadas: Querido hermano@ de sangre te quiero decir que me alegro de saberte vivo, Colombia ha sufrido continuamente desastres; en 1985 estalló una guerra política que ha causado muchas víctimas y una gran grieta. Pero hemos podido sanar un poco de esa herida, un poco antes perdimos a nuestros hermanos de Armero y quedaron varios damnificados y hasta el día de hoy solo unos poquitos recordamos a nuestros hermanos perdidos. Y ahora lo que pasó en tu ciudad, me duele porque muchas de estas catástrofes se hubieran podido evitar, lo terrible es que estos desastres siempre afectan a los más pobres. Lo te quiero decir es que estoy de tu lado y creo que tu situación necesita un apoyo y espero dártelo. Sebastián (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

Los talleres de Cartas sobre la Mesa han logrado que los niños y niñas se piensen como sujetos pertenecientes a su país y a todo lo que sucede en él, puede ser leído e interpelado, como son las situaciónes de otras personas, muchas veces en solidaridad con la desgracia ajena, niñas, niños y jóvenes han podido enviar sus regalos con las cartas a sus destinatarios que están sufriendo, tal vez unas palabras de aliento, los consuele en su realidad. Ellos comprenden que hacen parte de ese testimonio de la pérdida y el dolor, en sus cartas buscan hacer consciencia de que no estamos solos. La lúdica de hacer contacto con los destinatarios que aún no conocemos, pero proyectamos

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La Pedagogía de la Ternura intenta, creo yo, tocar ese mundo interior, ese mundo interno como un componente necesario de la lucha por la dignidad, de la lucha por la libertad, de la lucha por el bienestar. Podríamos afirmar que la Pedagogía de la Ternura, es una pedagogía antagónica y confrontacional contra todo intento de reeditar aquello de la servitude volontaire (servidumbre voluntaria).

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su historia, les permite como comunidad creadora echar mano de las imágenes de las palabras para resignificarlas en un acto de empatía, hacerlas visibles en la materia de la memoria y la representación, es un paso a la ciudadanía del mundo, como son las Cartas a niños Wayuu donde dice: Querido amigo wayuu. Me llamo Samuel Galeano soy un niño hermoso te quiero decir que vengas a la Fundación me da mucha tristeza que no tengas comida ni dinero para que compres, te quiero regalar un juguete lindo y agua de mi río. Samuel (Fundación

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Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

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Estas cartas fueron llevadas por profesores hasta la Guajira, hace 7 años, cuando se hizo intercambio de peluches y cartas. Son los textos y pretextos para investigar la capacidad simbólica de la carta como testimonio. Además de la construcción del sentido poético de la vida a través de esta metodología cultural, en la lectura de las mismas, que debe ser realizada por cada uno de las y los lectores que cuando se encuentren con ellas, desde varias expectativas surgen nuevas posibilidades de empatía para un país, que la anda perdiendo día a día. Es un giro afectivo desde la niñez y la juventud que nos reivindica en nuestra humanidad, Michalinos Zembylas (2019) nos comenta acerca del aporte del giro afectivo a la pedagogía que: Entonces, el giro afectivo marca un cambio en la forma de pensar sobre esas intersecciones y destaca la interrelación de los discursos y las fuerzas sociales y culturales, por un lado, y del cuerpo humano y las emociones y afectos (experimentados a nivel individual, pero en un determinado contexto histórico), por el otro.

Cuando no existen lógicas o teorías que den explicación a la desgracia y desolación que estamos pasando, el afecto y la pedagogía de la ternura son los que potencian las relaciones desde la estética, lo que nos permite también leer esta heterogeneidad que es nuestra Colombia, cuando podemos hablarle con sinceridad a otras subjetividades como nos muestra las Cartas a los niños desmovilizados: Hola Todos cometemos errores, incluso sin darnos cuenta y sin que nosotros mismos queramos, cuándo somos niños y empezamos nuestra etapa de adolescencia es dónde más errores cometemos, pero es una de nuestras mejores etapas, la niñez dónde no queremos dejar de estudiar, los que tenemos la oportunidad no queremos dejar de jugar, de compartir con nuestros amigos, no todos tenemos la misma vida ni la misma suerte, muchos de los niños no tienen una situación económica estable o buena y los obligan a involucrarse con los grupos armados revolucionarios; es un tiempo de su infancia perdido porque hay muchos que se los llevan pequeños e incluso los dejan hasta que cumplan sus 18 años sin estudio alguno ni algún contacto con la sociedad. A los que tiene la gran fortuna de ser liberados les quiero decir que aprovechen ésa gran oportunidad para estudiar, trabajar y vivir cumpliendo esos sueños arrebatados, que nunca es tarde para cumplir esos anhelos y nuestro país se regocija al saber que ustedes se reintegran. Karen (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)


Te debo muchas cosas en mi vida y te estoy muy agradecido, aunque no te lo diga, te extraño mucho, han sido meses un poco grises desde que no nos vemos, te escribo esta carta no porque la vas a leer sino porque debía hacerlo, debía afrontar el hecho de que he empezado a necesitarte, y sé que quizás no sea tan malo, pero para mí lo es, así que esto también es una despedida. Nunca olvides lo mucho que te quiero espero nos reencontremos en un futuro. En esta carta, trato de hablar de lo que ha sido el mundo por estos días, en el que se ha escrito una de las páginas más tristes de la historia, que paso a paso el mundo se ha convertido en un epicentro de miedo y dolor, sentimientos que se vuelven como una balas. Sin embargo, sentimos amor y estamos más solos y unidos que nunca, una dualidad, nos sacó lo más humano de nosotros, con sentimientos de tristeza, el mundo hoy calla y llora los muertos, los parques sin ruido y a lo lejos un triste susurro y el lamento de muchos. Carlos (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2020)

En la didáctica de la literatura dentro del taller de escritura creativa, es muy importante la experiencia autobiográfica: el recuerdo, un reconocimiento familiar, la fabulación de un linaje, el reconocimiento de nuestra propia fragilidad ante la muerte, en especial, en estos tiempos de pandemia, se han convertido en un recurso útil para volver al origen de nuestras emociones y dar contexto a lo que sentimos; el ejemplo de esta carta de confesión frente a sí misma, permite rescatar los lazos olvidados del sujeto con el mundo y los valores que nos rodea. De esta manera, podemos comprender la singularidad de la enseñanza de la literatura en los talleres de la Fundación Enfances 232, una comunidad creadora que amasa sentidos en la escritura y sus expresiones; niñas, niños y jóvenes a través de sus cartas lograron que lo enunciativo reincida y localice un reclamo político frente a la vida y la existencia. En este espacio educativo han logrado sumarse con sus voces a campañas sociales como es el proyecto Ayúdennos, donde se han escrito cartas a los familiares de los miles de colombianos desaparecidos en los últimos años y a ellos mismos, ya que las cifras son alarmantes y la impunidad más desconcertante, pero ellos a través del carteo, denuncian, consuelan y relatan a las víctimas su compromiso por estar atentos al regreso de sus seres queridos, un ejemplo es:

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Las Cartas sobre la mesa marcaron un hito en este acontecimiento histórico, de alguna manera ellas fueron un espacio de diálogo para los excombatientes en la sociedad civil. Una escucha significativa al ser que se ha encontrado oprimido por sus circunstancias. ¿Hasta qué punto nuestra niñez y juventud en un acto de afecto, nos demuestra otra forma de leer la política en sí misma? El afecto nos permite una entrada distinta en el tema del otro; es una vía de acceso a lo real, lo simbólico y lo imaginario. Permite reconfigurar el poder a través de sus intensidades inconmensurables, y esto es posible a través del arte de escribir, como de comunicar. Como dice la científica Briggitte Baptiste: “el arte es el que nos puede ayudar a convergir a todes”. En Cartas sobre la mesa se han visibilizado momentos históricos de nuestro país, las subjetividades colectivas de las y los colombianos; como es el caso de la pandemia del COVID-19, que afectó los encuentros físicos y la posibilidad de ver a las docentes, y compañeros. De alguna manera, la Fundación Enfances 232 buscó el contacto desde las casas, generando una metodología de carteo desde el encierro, cuando la realidad de todos cambió.

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Fecha: 2 de noviembre del 2021 Ciudad: Pereira Para: Kelly Jhoana Villazon -18 años - desapareció 11/06/2021- Valledupar

Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

Espero tu pronto regreso a casa con familiares y seres queridos, con una feliz y cálida bienvenida que ha sido esperada por quienes te quiere durante mucho tiempo, esperando por volver a verte con esperanza y fe, todos temiendo por ti, pero esperando a que no haya sufrimiento ni dolor, que estés con vida y a salvo con bien algún día.

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Esperando tu bienestar y regreso, te escribo esta carta, teniendo la idea de un reencuentro con quienes te aman y esperan cada día por ti. Espero que al igual que desaparecieron que fue inesperado, regreses para que puedas volver a ver a todos, sorprendiéndolos después de tanto tiempo de espera por ti. Con el regreso, tu y tus familiares podrán unirse nuevamente y hasta mucho más que antes. Espero que no estés sufriendo en donde sea que estés y también tengas la esperanza de volver a ver a tu familia, algún día espero ese reencuentro para ti. Espero que el dolor de la distancia y no estar con tus seres queridos pueda ser superado y salir adelante al igual que el de tus familiares, que te buscan por todos lados con esperanza y fe. Nuevamente esperando tu regreso, me despido de ti, esperando que el sufrimiento termine, que estés a salvo. Silvana Durango.

Estas cartas a las y los desaparecidos de nuestro país cumplen la misión de una comunicación cultural cuando se generan vínculos de los estudiantes con la gran mayoría de los afectados por esta realidad tan injusta, cuando logran crear a través de la carta un contexto para la interacción y la resolución de conflictos, como prever las necesidades de aquellas y aquellos ciudadanos que se encuentran aún en sus dolencias. En el prólogo El Pan Ajeno que realiza Héctor Abad Faciolince en el libro Una Maleta Colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad por Carlos Martín Beristain, enuncia: Porque una patria se requiere, en primer lugar, para eso: para sentir que ahí siempre podrás quedarte sin miedo de que te expulsen. Y esto es lo que Colombia no le ha dado a miles, a millones de compatriotas amenazados, desplazados, despojados de sus pocos bienes, de su parcela, de su fríjol y maíz, o de su hacienda de vacas, de su rancho de paja y bahareque, o de su mansión con piscina y caballos. (Beristain, 2021)

Leer Cartas Sobre La Mesa de cientos de niñas, niños, mujeres y jóvenes que han transitado vívidamente por la Fundación Enfances 232, nos permite ser destinatarios de las palabras originarias de una memoria subterránea que habita en nuestra infancia; la genética de una república que aún huérfana, crece en sus utopías y contradicciones con la fe de un país más equitativo y respetuoso de su diversidad. Si bien es cierto, somos los adultos los que debemos aprender a leer las coordenadas que la niñez nos da para no desviarnos del camino de la alegría y la ternura. Si aprendiéramos a ser interlocutores de la palabra libre de “ismos” y credos para dejar florecer la otredad y el altruismo. Declinar con amor a la altura de la mirada de la infancia para reencontrarnos en otros horizontes, mucho


más creativos, dignos y divinos. Lo anterior, expresado en la poesía de Jairo Aníbal Niño interpela:

Son 13 años del proyecto Cartas Sobre la Mesa, que hoy se presentan a las instituciones, también a cada una de las personas que deseen encontrar una manera de hacer Colombia, desde otras pedagogías. Debemos llevar en el corazón al infante, cuando la imaginación crece lánguida o el cuerpo social que la reconoce fenece. Esa “distancia de rescate” que existe entre la madre y el hijo, las instituciones deben reconocerla como el primer acto de amor y la primera manifestación de ciudadanía. Si fuera así: ¿Cuántos seres humanos se salvarían de la desgracia?... Si bien es cierto, no se puede ocultar la historia tal y como la conocemos -muchas veces las microhistorias de familias desgarradas por la violencia o el sin sentido de la desigualdad-, debemos mostrarla a la infancia tal y como la reconocemos, por muy aterradora que nos resulte desde esta coyuntura. Sin embargo, también es nuestra obligación mostrarles todos los caminos para salvarse de ella: la educación, la recreación, el deporte, la cultura y el arte al alcance de la niñez. Nuestra cultura occidental tan solo hace tres siglos, viene reconociendo la importancia de la educación y las oportunidades creativas en la formación de la niñez, cuando Rousseau nos habló de pedagogía en El Emilio. Y en nuestro siglo XXI, apenas vislumbramos la primera infancia como una de las etapas más importantes de la humanidad. Si ya desde el vientre es una célula que se conecta con el cosmos, ¿por qué seguir siendo adultos analfabetas de la vida? Cada minuto que se recupera en la educación de una niña o niño, es el progreso humano de un país en su totalidad. Por eso Colombia, anímate a revelar otra historia, la de las y los nuevos ciudadanos del mundo. Gracias a la Fundación Enfances 2/32 por la contribución incalculable a la infancia colombiana, desde sus docentes, voluntarios, personal administrativo y sus gestores Amparo Villegas y Jesús Calle, también a las madrinas y los padrinos colombofranceses. La educación es un derecho que ustedes han logrado proveer con amor, profesionalismo, arte y ternura en cada una de las semillas, que son la niñez y la juventud nuestra, este lazo de amor se vuelve infinito para un país que lo merecemos digno, inclusivo, polifónico y multicolor.

Referencias bibliográficas:

Beristain, C. M. (2021). Una maleta colombiana. La experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad, prólogo por Héctor Abad

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Usted que es una persona adulta -y por lo tantosensata, madura y razonable, con una gran experiencia y que sabe muchas cosas, ¿qué quiere ser cuando sea niño?

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Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

Faciolince, edición (CEV) Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición

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Cassany, D., & Comas, P. (1989). Describir el escribir. Paidc”s Argentina.

Cussiánovich, A., & Schmalenbach, C. (2015). La Pedagogía de la Ternura-Una lucha por la dignidad y la vida desde la acción educativa. Diálogos, (16), 63-76.

Guerrero Arias, P. (2017). Catzuquí de Velasco Cultura, identidad y memorias vivas. Etnografiando con niñas y niños.

Zembylas, M. (2019). Intentos por discernir la compleja imbricación entre emoción y pedagogía: contribuciones del giro afectivo. Propuesta Educativa, 1(51), 15-29.


Capítulo 2 La carta inaugural

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María de Jesús Gutiérrez Mesa. Abogada egresada de la Universidad Libre seccional Pereira, Licenciada en Filosofía y Letras, Universidad del Valle.Amplia experiencia en creación y ejecución de proyectos sociales, dirección y atención a población en claro estado de vulnerabilidad, planes dirigidos a infancia y núcleos familiares, coordinación en programas pedagógicos y formativos, elaboración de diagnósticos sobre situación de infancia y adolescencia, atención a familias sufrientes de la violencia social y familiar. Conocimiento y ejecución de los Derechos Humanos en diferentes programas; creación de redes de apoyo para promoción y puesta en práctica de los Derechos de Infancia


La carta inagural

Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

“He escrito (en una tablilla) desde los distintos nombres de Inanna Ihstar hasta (los nombres) de animales que viven en la estepa (y los nombres de diferentes) artesanos”.

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Cuando el aedo Homero entonaba la rapsoda devenida de todos los siglos que le precedían a la misma historia de la humanidad poblada de símbolos traductores de la existencia, se convertía en el perfecto compilador de habitantes de los tiempos paseándose a través de los infinitos viajes que hacemos con ruta hacia Itaca, invistiéndonos de la aventura que nos ofrecen los Polifemos, buscando a cualquier entrañable Euríloco que nos soporte la jornada, topándonos con el sueño de una dulce Calipso y de la misma necesaria Circe; batiéndonos en duelo contra tormentas y monstruos, maravillas y ensueños, naufragando o resistiéndonos continuamente al mar del olvido o del paso inexorable de la finitud declarada desde siempre por el poderoso Poseidón. Igual que Odiseo, exiliados inexorables y lanzados a este viaje involuntario, levamos las velas de nuestra vida con rumbo desconocido, acompañados en un principio por marineros y marineras mayores que han servido de puente para traernos como pasajeros y luego, lanzados en nuestro propio rumbo abordando nuestras naves, recopilando salidas de sol y coleccionando formas de lunas, pensando, añorando que efectivamente, haya una Penélope que teje con hilo de oro irrompible nuestro lazo para regresar a Ella. Toda una colección de imágenes, sonidos, olores y tactos, a las que vamos buscando espacio para acomodar en ese gigantesco armario y de forma desordenada a la manera de una memoriateca, los catálogos de balbuceos, la colección de intentos para erigirnos en trípode catalejo, bípedo astroinfante retando a la gravedad en un mundo de gigantes, la acometida temeraria del tobogán rojo encendido sin agarraderas, la rueda rueda sin pan ni canela, el terror del primer día de escuela, el astrolabio extraviado del lugar de nuestra casa materna. Con cada flor escogida ἄνθος [anthos = flor] y λέγειν [legein = escoger] que deshojamos del jardín de nuestra vida, empezamos a compilar el gran ramillete selecto de nuestras experiencias con las que construimos leyendas propias y ajenas, unidas, conforman una ἀνθολογία [anthología]. Los primeros jeroglíficos recolectados que nos pasean desde el alfa beta para arribar a la cizañera y rectilínea zeta, nos traduce silbando el trayecto del nombre de las palabras que mencionan al mundo, así, juntando los grafos construimos relatos, leyendas como atisbos de chispas encendidas que arrumamos para dar lugar al fuego: el verbo presuroso abriéndose paso. Des-encubrimos runas para caer en frases acomodadas desde el pensamiento, el sacro ejercicio está aquí investido de Tiresias mostrando lo oculto. En Mesopotamia, reside Innana la Diosa-Madre, fuente de vida, ente poderoso y totalizador y como sus inicia-


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dos estamos emprendiendo un viaje por los diversos caminos que llevan al inframundo, a la manera de la misma metáfora de la vida, pobladas de las angustias y las inquietudes existenciales, sumergidos dentro de los miedos vitales y también de las esperanzas y alegrías que pueden conducirnos a una comprensión total del universo propio, individual y ajeno o simplemente a la catarsis del soliloquio profundo. Es una carta de la Diosa la que nos inaugura en esta expresión que construye nuestra primigenia manera de ver al mundo poblado por un árbol sagrado donde se establecen tres criaturas: en sus raíces una serpiente; en el tronco un lilitu, un espíritu femenino, y en sus ramas un ave Anzu, representando los tres Mundos (inframundo, tierra y aire) y los ciclos de nacimiento, vida, muerte y regeneración. Expulsados de este paraíso, los seres humanos, de ahora en adelante, no contaríamos más con Inanna y este Árbol del Mundo se negará a mantener el ciclo de vida, muerte y regeneración, rompiéndose el eterno ciclo de nacimiento, vida, muerte y renovación, sustituido por una percepción lineal de la vida como nacimiento y muerte, teniendo el inevitable viaje al inframundo como final absoluto. Con la llegada de Enlil, entidad masculina, la esencia regenerativa y totalizadora de lo femenino se ha perdido. A partir de este relato inaugural de los hechos en los tiempos, repetido a fuerza de no perder la memoria que nombra la historia de la humanidad, nacen los escribas, artesanos de las tablas de arcilla construidas en planchas de marfil enceradas, rollos de cuero y el añorado papiro, donde posteriormente depositaban órdenes, cuentas y declaraciones de guerra o de armisticio encargados a los mensajeros, carteros milenarios que fungieron como rebotes del viento encausado a la entrega de los mensajes inscritos. Fulminadores de las distancias. A través del proyecto Cartas sobre la mesa nos adentramos en la escuela de escribas buscando las tablillas para recuperar el aprendizaje de técnicas básicas de moldear y sostener la tablilla y el estilete, desde el soplo inicial estudiamos el silabario para aprender el equivalente del abecedario, jugamos al símbolo, escribimos el signo y lo pronunciamos, liberando lo que nos habita retrayendo al verbo a nuestra boca que una vez suelto y sin amarras, navega como barca tripulada por el éxtasis del mar de las palabras alborozadas protoliterarias y pictográficas. Letras que parieron las mezclas culturales a través de los siglos pariendo a la escritura, danza de la memoria que busca otro para allegarle palabras, edificando aventuras, la Fundación Enfances 2/32, presenta las Cartas sobre la Mesa, una antología que preguntará por el lugar del sentimiento.

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Carta como sinónimo de epístola, la primera devenida del griego “khartes”, soporte sobre el que se escribe, ondeante papiro, papel, la flor a la que únicamente accedía el rey para depositar la imagen de su poderío. Hoy igual al ‘papiro, carta mapa, carta naútica, carta certificado, Cartas sobre la mesa se presenta como una carta lienzo o mundo en blanco para plasmar-nos desde dentro. Cartas haciendo historia, género del discurso convertido en literario, arraigo sin mordaza de la vida cotidiana que evidencia una realidad ineludible invadiendo como conquistadora invocada o no, las señales de desaliento y de esperanza, claros en medio del bosque vivencial de la necesidad comunicativa de una sociedad que ha evolucionado hacia las telecomunicaciones que hoy en día conocemos. Diálogo lanzado al viento como instrumento para superar al espacio, detener la marcha del voraz Kronos, canto ritual tejiendo los acontecimientos a la manera de héroes que se detienen en letras perennes en procesión de presencias, un diálogo diferido venciendo obstáculos, devenidos antes del mito, del canto ritual y del texto físico. Niños y niñas investidos de escribas, son cronistas oficiales de los hechos de este país en perenne guerra, redactores históricos viajando por el mundo, oteando barrios y ciudades, auscultando los sentimientos que nos impulsan a romper el dique del pensamiento y como otrora, componiendo sus cartas con cañas afiladas sobre tabletas de arcilla, como cuando eran ágrafos, rayando las cuevas primitivas para que el olvido no arrase su rastro como espejo de sí en ejercicio de la memoria que navega por la conciencia. La Fundación Enfances 2/32 recoge como una jardinera atemporal, las cartas sobre la mesa, más allá del ejercicio escritural, es la tentativa de re-correr los escenarios del tejido social y psicológico que han plasmado niños, niñas, adolescentes, madres, padres, abuelos, invitados y voluntarios de diferentes partes del mundo, transparentando la silueta de una época, y quizás la sombra de quien les habita, el inevitable bucle del universo aposentado en la poliexpresión personal que locuciona a las diversas esferas que le afectan, un ágora personalísimo convocando, denunciando, saludando o gritando a la manera de Edvard Munch, el absurdo existencial. Transgredir el discurso y ponerlo en movimiento, atravesar la historia de los relatos intentando una hermenéutica que se aproxime compasivamente al decir de quien escribe, replantear su reflexión acerca de sus propias ideas, escarbar la escritura en su verdad, ficción, retórica, ingresar a su casa del lenguaje, intentando arrojar la antorcha que se apoya en al subjetividad de quien ha blandido su pluma en pugna sobre un adorno que fue árbol y ahora tábula rasa que invita a rasgar en su lomo el ánimo particular de una centella que se niega a abandonar el cuarto donde habitan los fantasmas para maldecir la ausencia. Cartas sobre la mesa como muestra de la producción literaria de un ser hecho autor, que desviste una generación, un país, un suspiro, un reclamo, una plegaria, una rabia o la entronización de la carcajada. Las que se detienen en el pórtico de su casa, también otras que abarcan una postura crítica o las que canonizan el acto de la nostalgia. En Cartas sobre la mesa los emisores han sido Meleagro de Gadara, Filipo de Tesalónica, Diógenes Laercio, Agatías de Mirina, intentando arañar el Shih-ching de Confucio y el Codex Salmasianus…, pretendiendo democratizar el acto parresiasta de las apariciones literarias.


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Como lo manifestaría el filósofo Derridá, la carta es el género de géneros, donde se da cita plena de manera entrañable al deseo de comunicar y, además, establece una relación propia, clara e íntima entre el autor y su destinatario, de modo que se origina un diálogo desde una cercanía especial. Por esa misma razón, desde la butaca del lector, quien no es el destinatario original, tampoco es aquél espectador imparcial, sino el testigo asomado por una ventana por la cual tiene lugar una especie de teatro donde se cruzan conversaciones íntimas, cotidianas.

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Capítulo 3 El trasfondo literario en las cartas sobre la mesa

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Capítulo 3

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El trasfondo literario en las Cartas sobre la mesa

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Luz Elena Vega Rojas. Licenciada en Español y Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira (2014). Tesis: El ocio como artilugio para la creación, una mirada retrospectiva desde las crónicas de Luis Tejada Cano en la segunda década del siglo XX. Seminario de literatura (Biblioteca pública Ramón Correa Mejía, avalado por la Maestría en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira (2012). Diplomado en Cultura, área Literatura, avalado por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte del municipio de Dosquebradas y la Universidad Tecnológica de Pereira (2015)


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El trasfondo literario en las Cartas sobre la mesa “…el escritor de cartas común no se detiene a pensar que está creando un discurso y todo discurso, como construcción, tiende a la literatura”.

La carta de estilo epistolar o del género epistolar ha sido poco valorada por considerarse una práctica discursiva menor o prosa efímera dentro del universo de la literatura; pertenece al género autobiográfico que alberga también a las memorias, diarios íntimos, relatos de viajes y autobiografías, por supuesto. El origen de la carta se asocia con la extensión y la popularización de la escritura, lo que a su vez promovió el desarrollo de la subjetividad y se considera el molde literario para la prosa a partir de la Edad Media. La etimología de carta proviene del cultismo griego charta, que a su vez se deriva del vocablo griego χάρτης [ˈkʰaɾtɛːs] con el que se denominaba a la hoja de papel hecha de papiro (cyperus papyrus). La carta en un “diálogo diferido” según la semióloga italiana Patrizia Violi, es decir, “una conversación que se da en ausencia de uno de los interlocutores y que lleva a la reconstrucción imaginaria del otro en un lugar y tiempo distinto, por lo que la epístola es escrita para ser leída en el futuro y acorde a esto, organiza su discurso”. Los estudios se han centrado, por una parte, en las cartas y la correspondencia entre personajes de la historia, escritores de literatura y filósofos con tendencias discursivas que se acercan más a la lingüística y, por otro lado, hacia el género epistolar, en concreto, la novela epistolar. Las disciplinas que han estudiado la carta epistolar son la Semiología, la Narratología, la Sociología y la Genética literarias. Desde la construcción literaria en Cartas sobre la mesa (2008 – 2021) se hará un abordaje con los aspectos que han sido descritos en la Teoría de la carta epistolar y desde las técnicas narrativas empleadas en la literatura. El sujeto escribiente produce un texto que es determinado por una serie de condiciones de las cuales no es consciente, pero están ahí y son plasmadas a través de sus palabras. En este caso, podemos hablar de binomios que son subyacentes a la escritura, tales como presencia-ausencia;

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Florie Krasniqi

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oralidad-escritura; privado-público; fidelidad-traición y realidad-ficción. Asimismo, hay una serie de aspectos que intervienen en el producto, descritos por Michel Foucault en las Tecnologías del yo y que hacen referencia a los distintos modos en los cuales el sujeto se determina por las condiciones religiosas, ideológicas, sociales, culturales, económicas y políticas. La subjetividad es la protagonista en las cartas del género epistolar, existe un vínculo directo con la oralidad, y está permeada por diferentes usos que recaen en la multiplicidad de los discursos, la diversidad estilística, la pluralidad temática ideológica y cultural de los remitentes, el sujeto literario, la ilusión de la verdad, la crudeza, el lenguaje desprovisto de ornamentación, la interpretación del otro y la “vida en directo”, entre otros. “Lo literario en la carta empieza por las estrategias textuales que pone en funcionamiento con fines de persuasión”, explica Florie Krasniqi en uno de los apartados de su tesis doctoral. Nos habla de la finalidad del emisor de las cartas, sea el escritor común o el escritor literario, el cual tiene el objetivo de persuadir; provocar, lograr la atención del lector o el destinatario. El primero, tiene un estilo con un lenguaje coloquial, más espontáneo si se quiere; el segundo, por tener un dominio del lenguaje más especializado cuidará cada palabra que contenga la carta. Se ha realizado una preselección de las cartas y, finalmente, se ha escogido una pequeña muestra de las que contienen los diferentes aspectos descritos anteriormente para abordarlas desde las técnicas narrativas y otros aspectos importantes que están contenidos en la construcción escritural. En algunos casos se citará un extracto de la carta y en otros se hará la citación completa. Cartas de Ausencia “…Honestamente, aun no sé cuál fue el verdadero detonante de nuestra separación (…) pues queda claro en mi conciencia que yo nunca intervine, ni hice algo que pudiera afectar tu relación con ella…”

El emisor tiene el objetivo de aclarar una situación y lograr un acercamiento para recuperar a su amigo. Interroga indirectamente a su destinatario para descubrir y resolver la situación de alejamiento. La carta es real mientras se elabora en las circunstancias que subyacen al momento de su producción, recoge los sentimientos y trata de ser lo más directo posible para lograr su objetivo final. Sin embargo, se convierte en ficción tan solo con la propia lectura de su creador o su destinatario; parafraseando a Krasniqi. “No logro dejar de pensarte querida, las calles que tránsito, los lugares que visito, la ropa que visto, la música que escucho, todo me recuerda a ti (…) A veces, sueño que estas a mi lado hablando conmigo (…) que es solo una distancia momentánea (…) Extraño aquellos besos cuando te decía que me mordieras fuertemente…”

El anterior fragmento con tintes eróticos se acerca más al estilo del escritor literario. Está implícita la frustración y el sufrimiento por la ausencia de la pareja, expresa la añoranza y las sensaciones que evoca la cercanía vivida. Cercanía comparable a la que describe Gustave Flaubert en su carta dirigida a Louise Colet:


“Te cubriré de amor la próxima vez que nos veamos, con caricias, con éxtasis. Quiero morderte con todas las alegrías de la carne…”

Ambos fragmentos tienen el objetivo de provocar un estremecimiento con el recuerdo o con el deseo que, sin lugar a duda, llegan a lo más íntimo con la estrategia textual de un lenguaje excitante propio de los amantes. Cartas para la libertad “Hola. Cuando vi tu nombre, que es el mío también, en una larga lista infame conformada por aves apresadas, sentí la necesidad de escribirte. Eres una persona inocente a la que le han robado lo más preciado: La Libertad (…) Por más que quiera, no sé qué sientes, sólo me

Las emociones se generan en el pensamiento del emisor de la carta a través de una interpretación de la “realidad” de la persona secuestrada. Es un mundo ficcional en tanto que es imaginado, es ficcional en tanto que es interpretado a partir de noticias, de comentarios o de relatos directos del propio secuestrado. En el momento en que se escribe la carta el emisor está creando un diálogo o conversación y construye su discurso a partir de la tragedia de la destinataria, inicia con un gesto solidario para identificarse con ella; la casualidad de tener el mismo nombre y trata de hacer un acercamiento a su condición en cautiverio. La epístola es, por lo tanto, un texto híbrido entre “realidad y ficción”, característica que la convierte en textualidad literaria, aún más cuando hay algunos rasgos poéticos que enriquecen el lenguaje sencillo de un escritor de cartas común. “Querido amigo, Cuántas libertades nos arrancan a todos, y a ti quieren sustraerte la que no se quita, el vuelo sagrado de un pájaro, que no muere por tiro alguno de ningún cazador. Querido amigo, permíteme llorar mientras te escribo, aunque yo no permita que una lágrima de usted sea vista por ninguna metralleta. Dame la mano, resiste y sueña…” (…) Francisco.

El anterior fragmento tiene características de la prosa poética, transmite sentimientos, sensaciones e impresiones, deja fluir el alma a través de la pluma; lo que revela de alguna manera la esencia del escribiente. Parafraseando a Krasniqi (2014), el epistológrafo realiza un esfuerzo poético en sentido platónico, ajusta su visión de una posible realidad del interlocutor en concreto y transforma esa realidad en un límite entre la subjetividad y la ficción. Cartas para la reconciliación “Regresé a esta Cuadra para recoger trozos de mi infancia, al amigo infalible que se escapaba conmigo para recorrerla con canicas de colores al pepo y cuarta, que me esperaba afuera para la lleva de colores, estatua y basta. Para sentarme en los andenes mientras soñaba ser grande… y para retraer también la sonrisa de mi madre… He venido a esta cuadra y escucho el bullicio que de niño me llevaba a las horas del recreo en la escuela, al abrazo de todos sin diferencias…

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invade un terrible dolor imaginando tus días, tus noches, esos largos y angustiosos amaneceres (…) Katherine.

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Estoy en la Cuadra ya de adulta para desintoxicarme de políticas fratricidas, de religiones que asesinan, de discursos que

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eliminan, de injusticias que priman…-Anónima”

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El texto anterior se cita completo por la importancia en los tiempos de la narración. Es un texto literario en tanto usa el flashback, analepsis o retrospección que es una técnica de la narración literaria usada también en el cine. Este recurso tiene habitualmente un detonante que lleva al personaje a una escena del pasado. En este caso, no es una situación espontánea sino un objetivo claro de revivir escenas del pasado en el mismo sitio en el que se encuentra el escritor. La carta firmada por Anónima es su memoria individual materializada a través de la escritura como lo cita Krasniqi, con un fin muy específico de exorcizar su presente, su transformación por la que ha sufrido, posiblemente, una estigmatización. Hay toda una historia de vida en tan solo nueve renglones que la conforman, y el escritor o escritora tiene, sin sospecharlo, la habilidad para que el lector deduzca su situación, lo que podría compararse con la efectividad en la escritura de los microcuentos. Krasniqi habla también del sujeto psicológico que escribe la carta, en este texto en particular hay una selección de fragmentos de su memoria para dar luego un giro retórico y lograr el objetivo antes mencionado. Por otro lado, hay que aclarar que el pasado siempre será ficción por la inexactitud de los recuerdos, los mismos que están relatados en etapas sucesivas, hiladas por un lugar común que es la Cuadra. Un lugar que nunca sería el mismo, ni el tiempo ni las presencias. Podría decirse que la memoria es el testigo falso porque el momento que se busca en el cajón de la nostalgia cambia cada vez que es recordado como cambia el ser interior y exterior desde que nace hasta su último suspiro. Cartas de amistad 2020 “Sábado, 22 de febrero Hola querido amigo, no sé si sigues ahí o si alguna vez lo estuviste, pero quiero decirte gracias, gracias por haberme salvado tantas veces de la locura, por sacarme de mi zona de confort, por mostrarme que hay muchas más personas allí afuera y sobre todo por darme alas. Amigo cada vez te siento más distante, a veces creo que ya te fuiste y que las respuestas que me dabas rápidamente cuando estábamos solos eran solo de mi parte, estoy confundido, perdido y reprimido, porque ya no sé quién eres, qué dices, qué haces o qué piensas y, sobre todo, porque nunca supe, ni sabré si solo fui tu acto benéfico o si en algún momento crucé la línea más allá de eso. Aunque estoy muy agradecido de todo lo anterior tengo que admitir que me lastima que justo antes de tocar el cielo me hayas cortado esas alas que me diste, esas alas falsas, imaginarias que dibujaste en mi espalda y plasmaste en mi mente y labios. Pero tranquilo ya no me duele, todas las heridas que tenía se cerraron. Pero, supongo que aún tenía esta, estas ganas de contarte todo, aunque sé que no lo vas a poder leer. También quiero que sepas que ya lo superé y ahora sé, que las alas ya las tenía, pero necesitaba a alguien que me las mostrara, así que adiós, adiós para siempre ya no te necesito, nunca te necesité, a ninguno de los dos, solo necesitaba a alguien que me viera, y ya tengo a muchos, solo eres uno más de los que no me importan. Adiós. ATT: Tu acto benéfico.”


“Como no tengo el valor y la confianza de decirle a alguien esto, entonces voy a escribir lo que siento. Siento que estoy en un punto donde no sé qué quiero, no sé para dónde ir. Me desconozco completamente (…) Creo que las personas que me rodean esperan mucho de mí y eso es lo peor de todo (…) pero por ahora deberé conformarme con tomarme un café, respirar y continuar, espero no aburrirlo con mis palabras, hasta una próxima oportunidad.”

El anterior fragmento corresponde a la carta dirigida a Querido N N, en ella se encuentra el diálogo interior que es tan normal o intrínseco al ser humano, pero cuando sale a la luz deja de ser privado y se convierte en material literario. En la Literatura se habla del monólogo interior; es una técnica narrativa aplicada en primera persona, el pensamiento se plasma en la escritura como sale de su consciencia y es, en consecuencia, muy intimista, fue usada por primera vez en la novela Los laureles están cortados, escrita en 1.888 por Edouard Dujardin. Autores reconocidos como James Joyce, Marcel Proust, William Faulkner, Virginia Woolf y Franz Kafka usaron esta técnica narrativa. El monólogo interior es importante en la medida en que en el desenvolvimiento de la obra literaria se observa alguna consecuencia de los pensamientos del personaje en cuestión. En la siguiente carta firmada por Gustavo, podemos apreciar el marco de un conflicto interior o también llamado conflicto Hombre versus yo, puede tratarse de una crisis de identidad, un trastorno mental o un dilema moral, entre otros. El conflicto es lo que enriquece las historias en la literatura. Siempre habrá un cambio en el personaje a partir de su conflicto interno, en este caso, hay una superación de dicho conflicto. Como si hubiera sido escrito para este estudio de Cartas sobre la mesa, el escritor Alejandro Marcos (2020) lo

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Dijo Paul Ricoeur que la literatura redescribe y refigura la realidad. Los escritores hablan de la ficción como un mundo posible y es, por lo tanto, habitable. Podríamos decir que la carta de estilo epistolar una vez se ha convertido en ficción por los motivos mencionados anteriormente, es también la proyección de la realidad y el imaginario del escritor que le da vida al destinatario. En esta carta hay, aparentemente, un amigo imaginario que puede ser el mismo escritor o una personalidad doble, una otredad de la cual el emisor es consciente, aunque también podría pensarse en algunos rasgos de esquizofrenia. Pero ese amigo imaginario puede ser tan real como lo afirma George Steiner (Ensayo,1989): “…la literatura como la página musical y el cuadro, son “presencias reales”, tiene implícita una necesidad de expresar un acercamiento al otro o a un yo que no es libre de salir a flote o de ser conocido en sociedad. Emerge un mundo privado o las historias de las fantasías de los individuos, según Vargas Llosa (La verdad de las mentiras, 1990), “…mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse disimulada y encubierta, disfrazada de lo que no es.” La carta firmada como Tu acto benéfico, puede llevar a varias interpretaciones, esta es una de las características de la literatura; hay tantas interpretaciones como lectores tiene un texto. Hay al final una alusión a un tercer personaje o una tercera personalidad, lo que crea una expectativa, como si se tratara del final abierto de un cuento.

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explica de la siguiente manera: El conflicto interno se produce cuando chocan la razón, los sentimientos y el cuerpo del personaje. Es decir, cuando no se coordinan el deber (razón), el querer (sentimientos) y el poder (cuerpo) del personaje. Un personaje puede tener conflictos con lo que debe hacer, lo que quiere hacer o lo que puede hacer.

Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

“Querido amigo, tú que me acompañas a todos lados, tú que no me dejas solo, a veces me das consejos que no me ayudan en nada, cuando estás conmigo es como si nadie nos quisiera interrumpir, pero… es necesario que alguien lo haga (…) Ya casi no te soporto, me persigues, no me sueltas, me agobias, quiero sacarte de mi vida, pero no me dejas en paz, me aburres. Empiezo a odiarte, no dejas que conozca a alguien (…) Han pasado los años, he aprendido a convivir contigo, ya no me incomodas cuando tengo compañía al lado mío. Gustavo”

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Cartas para mi “Carta para mi Soy Katherine la exploradora… escribo esta carta para que no se me olvide que yo exploré y encontré unas hormigas bailarinas que estaban en una fiesta, luego se llevaron las hojas a su nido para comerlas; había también un gusano que nadaba muy bien en todos los estilos de pecho, espalda y libre para no ahogarse, también había mariposas que hacían piruetas en el aire y todos los animales la aplaudían y saltaban de alegría por todos los actos vistos. También vi cuando unos niños no le tenían miedo a la lluvia y ella se enojó porque quería que la temieran y entonces les mandó un relámpago a dos niñas que se movieron de ese lugar y empezaron a correr, pero ella las perseguía… antes la lluvia no era tan grosera porque le tenían miedo, pero ahora está muy enojada y por eso las persigue y hace caer granizo. -Katherine”

Sin duda Katherine ha escrito el esbozo de un cuento infantil, algunas situaciones de la vida cotidiana las ha enriquecido con la imaginación que es la materia prima en el mundo de la literatura infantil, por ello, el adulto que escribe cuento infantil tiene muy claro que entra en un mundo particularmente sensible para lograr su objetivo. La imaginación y la creatividad son cualidades que tienen los niños porque están construyendo a través del aprendizaje en diferentes ámbitos de su vida y tienen la libertad de recrear el mundo que los rodea y son los padres y los educadores quienes deben procurar maximizar sus cualidades a través de la lectura y la escritura, gran labor sea de paso reconocerla a través de la Fundación Enfances 2/32. Cartas a un excombatiente “¿Amar o ser? ¡Cómo saber! La lejanía de todo ser que me encuentro en mi camino es lo que me lleva a comportarme como soy, a ser capaz de odiar todo, de odiarme… Porque… Solamente es una expresión que me llena de gozo y satisfacción al sentir y pensar algo como el resto de las personas, ser común en ver qué es lo que me atormenta. Tener lápiz y papel y recordar todas aquellas anécdotas que me hacen llorar. Pero, llega alguien otra vez a mi destino,


¿seré un juguete más de algún extraño que fingió hacer lo imposible?, amarme, amar algo diferente que nos da él, me mata ver a todos felices, por eso odio todo, excepto a él, es un ser que aún está aquí, no se ha ido, un récord, ya que aún me habla o pregunta por mí. Quiero soñar, ilusionarme, lo haré, solo por él, quiero ver si lo vuelvo a entregar todo, ¿Cómo será, me odiará como el resto, después de utilizarme, o se quedará y me traerá PAZ? -Anónima. Postdata. Creo que ya lo amo.”

…Toda la vida vi cómo los grupos armados pasaban dando ronda por todas las veredas y pueblos para ver qué niños crecíamos para llevarnos, con 12 años ya estábamos listos para irnos a jugar con armas de verdad y eso nos tocó a todos sin que bienestar familiar, o la policía o nadie de eso que llaman gobierno lo evitara o lo prohibiera, porque ahí de niño y ahora de grande ya he en tendido que esas cosas de cuidar a los niños o de alimentar a las familias pobres, es pura mentira…

El anterior fragmento corresponde a la historia de vida de Juan Esteban, empieza con el encabezado Soy reincorporado, tiene las características del género autobiográfico: cuenta su origen campesino y las circunstancias que rodearon su niñez y también los conflictos que vive en el presente a raíz de su decisión de reintegrarse a la sociedad. Una carta puede convertirse en una narración y una narración cuando es autobiográfica es una historia de vida que tiene los elementos necesarios para realizar un análisis, en este caso, literario. En la literatura existen biografías psicoanalíticas, como el caso del Diario de Ana Frank, que cuenta la historia de una familia judía y todo lo que conllevó la persecución nazi desde su encierro a través de la visión de una adolescente. …Me fui con mi hermana y después de un tiempo la mataron y mi vida se empezó a derrumbar… yo pienso que ya salí y aquí estoy esperando que no me maten cualquier día, solo por haber intentado creer que las cosas pueden solucionarse sin armas…

De Juan Esteban tenemos un testimonio personal que es histórico también y que nos sirve para comprender la profundidad de la cicatriz psicológica del joven excombatiente que es comparable a las de otros cientos de niños que fueron engañados y obligados a estar en los grupos guerrilleros para dejar su inocencia con la carga de un fusil.

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Nuevamente se observa el diálogo interior, con un título reflexivo que denota una lucha entre lo vivido y lo que quiere vivir la escritora. Se está buscando una respuesta y un imaginario sobre lo que podría suceder. El individuo se construye consciente e inconscientemente en oposición y contacto, positivo-negativo, según el psicoanálisis y se identifica socialmente buscando la aceptación de los demás. Se puede deducir según lo relatado en la carta que la emisora es posiblemente una excombatiente que ha sufrido el uso y abuso en las filas insurgentes. Escribe la historia de sí misma y quiere reconfigurar su existencia en función del nuevo contexto al que pertenece. La riqueza literaria en esta carta se encuentra en la complejidad del escribiente, lo psicológico en las fuerzas que se oponen en su personalidad y la historia común y reveladora que puede existir entre muchas de las mujeres que han salido de la insurgencia.

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También hay valoraciones subjetivas que muestran una inconformidad, una inestabilidad psicológica proyectada a raíz de las diferentes pérdidas que sufrió; la de su hermana y las de su propia vida aún antes de ser combatiente como la vivencia de una niñez o una adolescencia plenas, esta última, truncada por el grupo armado que le impuso obligaciones bélicas. A grandes rasgos se ha realizado este estudio para identificar la riqueza literaria que tienen las Cartas sobre la mesa, hay mucho material para realizar un estudio a profundidad por la importancia de las temáticas que hablan de un país en conflicto y cómo ha sido el devenir social de todos los actores en nuestra querida Colombia. Agradezco a la Fundación Enfances 2/32 la oportunidad de haber contribuido un poco en el análisis de las cartas y felicito la labor tan encomiable que viene realizando desde el 2000 Referencias bibliográficas:

Bermúdez A., Steven (2010) – Artículo: Las emociones y la teoría literaria. Un encuentro enriquecedor para la comprensión del texto literario. Revista En-claves del pensamiento. (México).

Cuasante, F. Elena (2015). Tiempo de la narración y niveles narrativos en la literatura autobiográfica, artículo publicado en ALPHA, Revista de Artes, Letras y Filosofía. Osorno (Chile).

Foucault, Michel (1990) – Tecnologías del yo, Paidós. Barcelona (España).

Gallego C., Ana (2016) – Hacia una teoría de la escritura epistolar. Las cartas de Onetti, artículo publicado en la Revista p. 148-164 (118-2) Bulletin Hispanique de Université Michel de Montaigne, Bordeaux (Francia).

Krasniqi, Florie (2014) - El texto epistolar: un punto de intersección entre los géneros discursivos y los géneros literarios, publicado en la Revista de Estudios Filológicos. Universidad de Granada (España).

Krasniqi, Florie (2014) - La carta literaria, historia y formas. Tesis doctoral. Universidad de Granada (España).

Marcos, Alejandro (2020) – Los diferentes tipos de conflicto. www.escueladeescritores.com

Steiner George (1989) – Presencias reales, ¿Hay algo de cierto en lo que decimos? La primera impresión fue en 1991 por la Editorial Ensayos.

Torra F. Meri (1998) - La epístola privada como género: estrategias de construcción. Tesis doctoral – Universidad Autónoma de Barcelona (España).

Valles C. José E., Álamo F. Francisco (2002). Diccionario de teroría de la narrativa. Granada (España).


Capítulo 4

Correspondencias invisibles: acompañamientos poéticos La escritura epistolar como resistencia al olvido.

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Andrea Marín Arcila. Licenciada en Artes Escénicas con énfasis en teatro de la Universidad de Caldas y Candidata a Magister en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica de Pereira. Creadora, imaginante y educadora en el campo de las artes vivas. Su práctica teatral y docente la ha llevado a experimentar diversas formas del lenguaje escénico en la contemporaneidad. Ha tenido la oportunidad de trabajar con público infantil, juvenil y adulto, además de tener una trayectoria de 11 años en docencia en artes dirigida a población con discapacidad y enfermedad mental. Actualmente es formadora del área de Artes Vivas de la Secretaría de Cultura de Pereira; tallerista de literatura expandida y paz en el Centro Cultural Banco de la República de Manizales, docente de lenguajes artísticos en La Clínica Pasiquiátrica San Juan de Dios de Manizales y Directora de Diente de León - Colectivo de artes +educación y pedagogías expandidas.


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Correspondencias invisibles: acompañamientos poéticos La escritura epistolar como resistencia al olvido “Esta es una carta que tal vez no llegue a su destino porque la pretensión es muy elevada, pero igual, la elevo al viento porque en ella, quiero que el anhelo del vuelo libre se acerque hasta ti, hermano o hermana mía secuestrada o secuestrado.”

Cartas a los secuestrados. Fundación Enfances 2/32. 2008

Frecuentemente al preguntarnos por la libertad, hacemos referencia al vuelo de las aves que surcan los aires, el planeo de sus alas a campo abierto sin límites, la ventaja del espacio aéreo inalcanzable por el ser humano y tan próximo al cielo, como una especie de consagración divina. La palabra libertad inmediatamente libera las cadenas, desata los nudos, eleva el cuerpo. Quizás también hemos escuchado bastante la expresión: “me han cortado las alas”, y esto, por lo anteriormente dicho, nos hace a la idea de la imposibilidad de llegar alto, de saltar, de salir, de navegar el espacio celeste, de cumplir los sueños. Cuando me invitaron a leer las Cartas de La Libertad, inmediatamente me hice a la idea de un ejercicio que estaba rompiendo las cadenas, las reglas, las normas. Las cartas escritas dentro de esta categoría, son cartas del recuerdo, cartas de la eternidad, cartas del mañana. En estos escritos epistolares nos encontramos a El Tiempo haciéndonos tic tac al oído, donde pasado, presente y futuro se entremezclan en la lectura; y con ello siento que al mismo tiempo se está mezclando para aquel a quien va dirigida: el secuestrado. La palabra “secuestro” pareciera una utopía en la contemporaneidad. Pero al permearlo por el concepto de libertad, quizá sea un poco más legible poder entender el verdadero significado de esta “condena”, como muchos de los escribientes manifiestan en sus cartas. Liberar. ¿Qué es liberar? ¿Hemos pensado en que en algún momento de nuestra vida también

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Cartas a la libertad

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hemos privado de la libertad a otro ser vivo? ¿Hemos quizás encerrado a un ave por nuestro simple deleite egoísta de escucharles cantar? ¿Hemos querido estar solos? ¿Hemos sido un cautiverio para alguien? ¿Hemos atrapado algún sentimiento sin dejarlo salir por miedo a ser juzgados? ¿Alguna vez nos han secuestrado la voz?” “Tenemos la vida arriba, abajo, en cada tienda, en cada cine, en cada gesto del día. ¿Y la Libertad? ¿De qué vale vivir sin

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ella?”

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Tal vez la idea de la libertad y de su antónimo se reelaboren en nuestras mentes al pensar que esos conceptos pueden estar arraigados a nosotros culturalmente, incluso más de lo que pensamos. Hemos creído que la libertad es no estar encerrados, ni atrapados, ni enlazados, pero al leer estas cartas, esa libertad adquiere otros significados, asociados al anhelo, al tiempo, a la eternidad con esperanza, al contar los días de la ausencia con la ilusión de la presencia, a llenar de nuevo las casas con cuerpos y almas que ríen y vuelven a hacerse humanas. Uno de los aspectos predominantes en la escritura de los remitentes, es que a pesar de que son desconocidos para las personas secuestradas, hacen de la carta un cuerpo lleno de vida, de corazones palpitantes, de compañía. Se simboliza a través de ellas la persistencia de sus nombres, nombres que se vociferan en las calles para no ser olvidados, nombre que siguen vivos en un país entero que les espera. Vamos a ponernos del otro lado, del lado de la persona privada de su libertad. Imaginemos su entorno, su nueva rutina. Probablemente lo primero que pensemos es que esa persona está en la selva, ya que en el imaginario colectivo colombiano, hemos asociado la guerra al campo por toda una historia de perpetración del conflicto en las zonas rurales. Pero más allá de eso, tratemos de imaginar a esa persona –escogida o no al azar- situada en un espacio que no le corresponde, haciendo acciones que no le son suyas, construyendo relaciones con personas desconocidas y que ahora hacen parte de su cotidianidad, alejada de sus apegos, habitando la incertidumbre de estar o no estar vivo al otro día, con el desasosiego de un tiempo en bucle, de una espera sin respuestas, sin soluciones. Ahora imaginemos que una de las Cartas de la Libertad fuese leída por esa persona en cautiverio, y que al leerla le saque una sonrisa. Esto ya sería una especie de comunicación disruptiva, que se niega a cortarse. Pensemos ¿qué sentiría esa persona al leer su carta? ¿Acaso alguien anónimo se está preguntando por lo que creía una causa perdida? ¿Del otro lado hay alguien que con sus palabras alimenta la esperanza de la vida? ¿Es entonces las cartas sobre la mesa una forma de liberar a todo ser humano del sufrimiento de sus alas cortadas? Quizá con estas preguntas nos lleguemos a contestar un poco sobre el poder reparador del correo y su incidencia en la sociedad. En consecuencia, considero que este acto de correspondencia se convierte en un juego sensible que posibilita enviar mensajes que atraviesan tiempos, distancias, identidades, religiones, creencias y fronteras, mensajes que tienen el anhelo del intercambio de voces y sentires. La voz de los secuestrados no muere si existe aún el grito del que extraña dibujado en una carta. “Querido amigo, cuántas libertades nos arrancan a todos, y a ti quieren sustraerte la que no se quita, el vuelo sagrado


de un pájaro, que no muere por tiro alguno de ningún cazador”1

Sigamos escribiendo y correspondiendo para que no nos secuestre la vida ningún cazador. Cartas a los desaparecidos No conozco nada en este mundo que tenga tanto poder como la palabra. A veces escribo una y la miro hasta que comienza a brillar.

Abrir el sobre de cartas escritas por niños, niñas y jóvenes que quieren hablar a esas personas que han tenido que dedicar parte de su vida a la búsqueda de un familiar desaparecido, es evidentemente un llamado al perdón, a la reconciliación y una resistencia al olvido. Estas cartas nos marcan recorridos de lugares colombianos que con voces escritas vociferan que se hagan visibles los derechos humanos. Son estas voces las que nos hacen partícipes de sus sonidos y es por ellas que nos volvemos acompañantes de historias difíciles, nos hacen un llamado a ponernos en el lugar tanto de quien desaparece como de sus familias. Cartas a los desparecidos es una invitación a conocer el dolor de otro, a luchar, reflexionar y pensar en comunidad. La carta, entendida como cuerpo que une dos orillas del mundo, suma en este caso fuerzas para la memoria y el recuerdo. La casa, la búsqueda por cielo y tierra, y el regreso, son los tres momentos en los que desgloso el análisis de estas escrituras epistolares. La casa “… yo no sé qué se siente estar desaparecido”2 es una de las frases que se cuela entre las epístolas de personas que se albergan en la utópica certeza de poder hablar a alguien que está desaparecido hace algún tiempo. Las cartas a los desparecidos susurran esperanza al oído de quien las lee. Cuando escribimos una carta, entendemos que hay un mensaje visible, pero que también hay otros mensajes secretos. En ella está esa inefable manera de no mencionar ciertos sucesos, sensaciones, emociones que solo permite completarse con el ejercicio de detenerse al leerla. Estas cartas de niños, niñas y adolescentes añoran a gritos el reencuentro, la juntanza, la esperanza de que alguien en incertidumbre retorne a su hogar. Las cartas, cuyos destinatarios son personas desaparecidas, están escritas desde casa, por remitentes vivos, que siguen habitando sus cotidianidades, pero que han transformado sus formas de compartir. Escribir e imaginar que esas cartas llegan a su destino final, es una manera de extender esa casa que se extraña, de expandir las relaciones más allá de la presencia física. En cada una de estas epístolas se evidencia las presencias ausentes, las palabras que 1 Fundación Enfances 232 Francia Colombia (2017). Cartas sobre la mesa. Vol. 2, Pereira, Colombia. 2 Proyecto Cartas sobre la mesa: Cartas a los desparecidos. Fundación Enfances 232 Francia Colombia.

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Emily Dickinson

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Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

quieren ser dichas, los abrazos que estarían ocurriendo, y el papel que se hubieran ahorrado con una mirada. La escritura epistolar entonces juega un rol fundamental en la expresión de emociones. La expresión es sacar fuera de sí, mostrar. La carta saca de adentro de los seres humanos abrazos sobre líneas. Una de las expresiones que más se manifiestan en las cartas es la esperanza de que las personas desaparecidas estén aún vivas y luchando. Así pues, estas cartas escritas a orillas desconocidas, no son más que una muestra de acompañamiento, de empatía, de otredad, de amor incondicional. Aquí entonces la carta se convierte en metáfora de la casa, una casa que viaja para darle al destinatario envuelto ese calor de hogar.

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Búsqueda por cielo y tierra En estas cartas escritas por niños, niñas y jóvenes, la palabra “dolor” se presenta en múltiples ocasiones. Ese dolor mencionado y puesto en estas cartas ponen a personas desconocidas a situarse en el lugar de familias desesperanzadas que buscan a sus desaparecidos sin saber si están bien, vivos o muertos, si están con hambre, si tienen memoria. Estas cartas sugieren esas historias de búsqueda interminables por cielo y tierra. Uno de los elementos claves en las cartas es la intención de los remitentes por dar fuerza a las familias quienes van dirigidas. Hay una clara intención de animar a la búsqueda, a la reparación, a la continuidad, a la esperanza, a la constancia en el proceso por complejo que este sea. La carta aquí representa no solo una voz de aliento para quien busca sino también para quien quiere ser encontrado y es por ello que se convierte en un cuerpo simbólico, un rastro de comunicación. “No te conozco, pero si me gustaría que algún día puedas leer mi carta al igual que los demás desaparecidos, porque también se que ya son muchos y tenemos la esperanza de volver a saber de todos ustedes” 3 “Espero poder verte pronto y si no es así espero vernos en sueños saber que luchaste hasta el último momento y que ahora estas en un lugar mejor”4

Las anteriores, son algunas de las frases que encajo en esta parte del análisis porque evidencian el deseo de búsqueda, de retorno, y nos da un tránsito a la tercera parte del análisis: el regreso. El regreso El “no sufrimiento” es el anhelo más importante que se percibe en las cartas. Hay un interés frente al dolor por parte de quienes escriben y se deja leer la esperanza de intercambiar la ausencia de la persona desaparecida por la presencia de quien espera. Que no haya daño, ruptura, fragmentación en quien desaparece, es una de las aristas más importantes. El anhelo de un lugar mejor marca transversalmente la línea escritural de este ejercicio.

3 Proyecto Cartas sobre la mesa: Cartas a los desparecido]. Fundación Enfances 232 Francia Colombia. 4 Proyecto Cartas sobre la mesa: Cartas a los desparecidos. Fundación Enfances 232 Francia Colombia.


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El regreso entonces se convierte en esa tercera parte que se construye en estos relatos epistolares. El retorno a la vida, unirse nuevamente con familiares y amigos es la esperanza que encierra el cuerpo de las cartas. La desaparición es un tipo de mutilación. Se corta de tajo las relaciones, los momentos, los rostros, las miradas, la cotidianidad. Este corte no es solo para quien se va, si no para quien se queda. Pensar en un regreso después de ese corte, implica adaptarse de nuevo, volver a la cotidianidad, pero sobretodo, implica tiempo para que las ausencias y las presencias vuelvan a entretejerse, transformándose en el camino. La vida estancada en el pasado solo trasciende si se tiene el regreso. Este regreso lo añoran todas las personas que escribieron y que leyeron. A todas ellas las une la fuerza, las palabras dirigidas a miles de oídos, como especie de coro de cartas, escritas por miles de manos, pero con una causa en común: el reencuentro, la verdad y la justicia. La carta hace perdurar la esperanza en el regreso y de la vida. Por ello, para concluir, siento que estas cartas llenan vacíos, abren perspectivas, insisten con la palabra que sana, conectan con los sentidos y otorgan paz. Así pues, esta iniciativa epistolar marca una ruta hacia la restitución de los derechos y la reparación, mediante el desarrollo de una estrategia que se orienta a la reconstrucción del tejido social, un ejercicio que busca conectar diferentes visiones de la sociedad, hablar y resonar en el otro, haciendo de la carta un cuerpo que construye memoria, perdón, tejido e intimidad.

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Capítulo 5

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Palabras que construyen realidades: discursos sociopolíticos de los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 232

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Juliana Ospina. Antropóloga de la Universidad de Caldas. Experiencia en investigación en estudios de género y de ciudad, intervención con comunidades vulnerables, en contextos urbanos y rurales y defensa de los derechos humanos.


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Palabras que construyen realidades:

La carta como práctica individual y colectiva trabaja hacia fuera y hacia dentro: para vencer el miedo, la separación y el sufrimiento, y para abrirse a la lucha, a la esperanza y a la libertad.

Elisenda Ardèvol e Isabel Travancas

La Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia en su misión de garantizar los derechos de los niños, niñas, jóvenes y población vulnerable de la ciudad de Pereira ha conseguido implementar una metodología sustentada en el arte como motor capaz de transformar la sociedad, generando una plataforma para que la niñez y la juventud, a través de la formación en artes y derechos humanos, el conocimiento su entorno y la crítica de la realidad, sean conscientes de que son sujetos con capacidad de agencia, de que sus conocimientos y opiniones pueden incidir en la construcción de ciudadanía y que estos mensajes deben ser tenidos en cuenta por la comunidad en general. Esa potencialidad y participación de las niñas, niños y jóvenes en la construcción de ciudadanía ha sido tema de debate en las sociedades occidentales e instituciones como el Estado y la academia, pues la infancia y la juventud han sido abordadas como poblaciones de especial protección, toda vez que han sido construidas, en relación con una noción idealizada de la adultez, como una etapa del ciclo vital de los seres humanos en la que apenas se están desarrollando ciertas habilidades y conocimientos que se consolidarán en la edad adulta (Vergara, Peña, Chávez et al., 2015). En consecuencia, estas poblaciones adquieren una condición de vulnerabilidad que implica la necesidad de una población adulta que las proteja y las guíe, construyendo y legitimando unas diferencias de poder que acaban marginalizando a las niñas, niños y jóvenes y su participación en todas las esferas

Tema

discursos sociopolíticos de los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 2/32

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sociales. Sin embargo, nuevas investigaciones sobre la infancia y la juventud han estudiado a esta población desde otro enfoque, según el cual:

Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

“la infancia es más bien una noción abstracta, diferente de los niños, que corresponden a los sujetos históricos que habitan el espacio social de la infancia de manera particular, reproduciéndolo, pero también contribuyendo a su trasformación estructural.” (Vergara, Peña, Chavez et al., 2015:57)

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Desde esta nueva mirada, se entiende a estas poblaciones como construidas cultural e históricamente, en donde las niñas, niños y jóvenes cumplen diversos roles de acuerdo a su clase social, género, religión y son considerados como sujetos plenamente sociales y políticos, que no perciben la realidad de forma pasiva, sino que tienen la capacidad de reproducir y transformar las nociones y los sistemas de creencias dentro de los cuales se encuentran incluidos. Esta forma de concebir a la infancia y la juventud ha transversalizado la labor de la Fundación, pues los procesos que se han llevado con las niñas, niños y jóvenes parten de la base que son sujetos plenos de derechos, que desde su lugar de enunciación pueden aportar nuevas formas de pensarse la realidad y el país, y que en oposición a lo que se ha construido desde el Estado, las diferentes instituciones, la academia y la sociedad en general, son un grupo de personas que no puede ser homogeneizado, pues los contextos sociales y las variables sociales que les atraviesan tienen implicaciones diversas sobre sus vidas. Siguiendo esta línea de pensamiento el proyecto de Cartas sobre la mesa desarrollado por la Fundación, como ejercicio creativo, se ha constituido como un canal para que la niñez y juventud se construyan a sí mismas, encuentren y expresen su voz y abran espacios de discusión y de reflexión acerca de su papel como agentes transformadores de la realidad. También, nos ha mostrado que en definitiva los niños, niñas y jóvenes son constructores de memoria y de los relatos de país, de imaginarios sociales sobre la guerra, la paz, la vida. En sus cartas se divisa cómo entran en juego sus historias de vida, sus experiencias, sus imaginarios, lo que les trasmiten los adultos y las emociones que les producen ciertos temas y situaciones. Las cartas, como texto escrito y ejercicio pedagógico y creativo, se han convertido en un vehículo para que los participantes elaboren textos en distintos niveles de complejidad, en los cuales se ven enfrentados a realidades que apenas conocen, a sentimientos que los desbordan, a experiencias que han marcado sus vidas, al encuentro con otros, pues la escritura de las cartas ha surgido como respuesta a las coyunturas del país y del mundo, a momentos específicos de sus vidas, de los cuales los y las participantes hacen una lectura crítica y se permiten cuestionarse y elaborar opiniones sobre estos temas. Un eje central que se ha trabajado en este proyecto de literatura epistolar ha sido cómo construyen los niños, niñas y jóvenes las relaciones consigo mismos y con los demás, cómo se piensan sus vidas, sus identidades, cuáles son sus expectativas y las de los demás. Al realizar una lectura de las cartas que los niños, niñas y jóvenes escriben respecto a este tema salta a la vista la recurrencia de un modelo especifico de proyecto de vida que consideran


como exitoso, que se basa en la educación formal como medio para lograr la consecución de sus logros. Así lo manifiestan en “Cartas para mi” para citar algunos ejemplos: “Quiero decirte que para mi futuro quiero ser un orgullo para mi familia, quisiera ser una grandiosa doctora, sacar a mi familia adelante y poder brindarles una vida mejor porque gracias a ellos voy a lograr mis metas, quiero devolverles cada momento de felicidad vivido con ellos porque así como ellos me dedicaron su vida para cuidarme y educarme bien, así les daré la mía.” -Manuela* (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017, p.19) “Yo lo que hecho bueno en la vida, es estudiar” (Ibid., 2017, p.29).

Estas ideas se ven reforzadas y reafirmadas en el discurso de las personas adultas que les rodean como se puede ver en las cartas escritas por las mamás a sus hijos e hijas: “…Mira mi niña!, no quiero que te pase nada malo, ni quiero que te vayas hasta que no aprendas y salgas adelante con tus sueños, sabes que quiero lo mejor para ti; por eso es que te llamo tanto la atención para que seas una niña educada… Sigue adelante, estudia, para que tus sueños se te hagan realidad y más adelante, puedas ayudar a tu mamá.” (Fundación

Este conjunto de aspiraciones y nociones de éxito que se ve reflejado en las palabras de las niñas, niños, jóvenes y adultas hacen parte de un imaginario compartido y construido socialmente, que valora de manera positiva la educación, pero, a su vez, concibe la consecución del éxito como un camino lineal, que parte de la educación formal como garante de este resultado. Sin embargo, la realidad nos muestra que ese camino en búsqueda del éxito puede ser muy variado y se presenta de tal manera que lo lineal y fácil son la excepción a la regla. Es por ello que encontramos cartas en las que se manifiesta el dolor y el sentimiento de fracaso experimentado por aquellas personas que por razones tan diversas como problemas económicos, fenómenos asociados a la guerra como el reclutamiento forzado o problemas familiares no cumplen de manera lineal y permanente con estas expectativas, provocando una sensación de caos y tristeza profunda en los emisores, como lo manifiesta la siguiente autora: “Me desconozco completamente, lo que solía gustarme ya no me gusta, estoy perdiendo el interés de todas las cosas; ya no hay nada que me emocione lo suficiente, que me llene lo suficiente y me da miedo, estoy terriblemente aterrada por sentirme así. Creo que las personas que me rodean esperan mucho de mí y eso es lo peor de todo, porque suponen que soy buena para algo cuando en realidad ya sé que no lo soy. La vida se me ha convertido en una constante de dudas, frustraciones y dramas. No me siento deprimida ni nada de eso, pero si muy perdida” Autor Reservado, 2020. [Proyecto Cartas sobre la mesa: Cartas de la amistad]

Este tipo de expresiones nos llevan a cuestionarnos el papel que cumplen las expectativas de unos planes preestablecidos de vida, ligados a la tradición, en las vidas de los niños, niñas y jóvenes, en donde se reducen las posibilidades de exploración de diferentes tipos de caminos para alcanzar la plenitud personal y se pone el énfasis

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Enfances 232 Francia Colombia, 2008, p.47)

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en el ámbito económico y en la consecución de una profesión formal, dejando a un lado la importancia que tienen para la vida el desarrollo de diversas habilidades y capacidades emocionales, sociales, espirituales y físicas en la construcción de proyectos de vida que se correspondan con los intereses de cada persona. Es por ello que las luchas que estas cuestiones les suscitan a los niños, niñas y jóvenes adquieren una gran relevancia que no puede ser ignorada por la sociedad y el Estado, ya que las condiciones históricas y actuales en el país de falta de oportunidades de acceso a educación, de desempleo, las causadas por la pandemia por el COVID-19, de inequidad, crisis climática, entre otros, han creado un ambiente de desesperanza y “no futuro” para muchas personas, que hacen que ese éxito idealizado sea aún más difícil de conseguir y lleven a las personas a enfrentar grandes crisis emocionales que han puesto en la discusión pública a la salud mental como un pilar en el bienestar de la humanidad que ha sido ignorado y que crece cada día en el mundo, como también ha motivado que las niñas, niños y jóvenes busquen alternativas y nuevos canales para participar y expresar sus necesidades, deseos, sentimientos y opiniones sobre el mundo y sobre sus experiencias cotidianas en espacios como la política, el arte, la educación y la cultura. Esas nuevas formas de participación e involucramiento que se encuentran realizando los niños, niñas y jóvenes fue evidente al analizar un segundo tema que ha sido clave dentro del proyecto de Cartas sobre la mesa: el conflicto armado. Este tópico se hizo relevante en el proyecto debido a que durante sus años de realización (2008-presente) el país se ha visto interpelado por el conflicto de manera muy cercana debido a las acciones cometidas por los diferentes actores armados como enfrentamientos, secuestros, atentados, masacres y tomas, entre otros, los diálogos y posterior acuerdo de paz llevados a cabo entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), los cuales nos llevaron a pensar y discutir no sólo sobre el conflicto entre estos actores, sino también en todos los fenómenos que lo rodean, el lugar que las víctimas, la sociedad civil, el Estado y otros actores han cumplido en este y las consecuencias que ha tenido para el país en general. Por ello, ha sido de suma importancia conocer lo que piensan los niños, niñas y jóvenes acerca de este tema, pues son unas de las grandes víctimas del conflicto armado: según el Registro Único de Víctimas (RUV)5 al año 2021 hay 2.092.843 víctimas de la violencia entre 0 a 17 años en el país, las cuales han sido afectadas de manera directa por el conflicto al quedar en el medio de los enfrentamientos y luchas por ejercer el control de ciertos territorios y de actividades económicas ilegales por parte de todos los grupos armados6 como el ELN, el Ejército Nacional, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGP), también conocidas como el Clan del Golfo, el Ejército Popular de Liberación (EPL), también conocido como Los Pelusos, Los Caparrapos (anteriormente vinculados a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y grupos disidentes de las antiguas FARC-EP, entre otros. La presencia y acción de estos grupos armados no sólo ha ocasionado que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes sean víctimas directas 5 6

Consultado el 16 de noviembre de 2021 en https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimas-ruv/37394. Naciones Unidas, Consejo de Seguridad. “Los niños y el conflicto armado en Colombia: Informe del Secretario General”, S/2019/1017 (31 de diciembre de 2019), disponible en: https://undocs.org/pdf?symbol=es/S/2019/1017.


“(…) Nací en un pueblo humilde en la ciudad de Leticia en al Amazonas y mi familia era mi mamá, mi hermana y yo… mi infancia no fue una infancia normal ya que desde los 6 años le tuve que ayudar a mi mamá con los deberes de la casa y también tuve que empezar a trabajar en el monte para ayudar a sostener el hogar. Toda la vida vi cómo los grupos armados pasaban dando ronda por todas las veredas y pueblos para ver qué niños crecíamos para llevarnos, con 12 años ya estábamos listos para irnos a jugar con armas de verdad y eso nos tocó a todos sin que bienestar familiar, o la policía o nadie de eso que llaman gobierno lo evitara o lo prohibiera, porque ahí de niño y ahora de grande ya he entendido que esas cosas de cuidar a los niños o de alimentar a las familias pobres, es pura mentira. Me fui con mi hermana y después de un tiempo la mataron y mi vida se empezó a derrumbar… yo pienso que ya salí y aquí estoy esperando que no me maten cualquier día, solo por haber intentado creer que las cosas pueden solucionarse sin armas.” (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017, p.16)

Primero, tenemos la carta de un adulto que una vez fue un niño inmerso en el conflicto armado, la cual nos permite conocer las dificultades de la vida en el campo colombiano, el abandono que sufren las y los campesinos y su falta de acceso a oportunidades, y a su vez, nos deja ver cómo los roles de víctima y victimario no son excluyentes y son más complejos de lo que pensamos, pues no dependen solamente de una adscripción ideológica o de la ejecución de un crimen, sino que hay variables como la clase social, las trayectorias de vida, el lugar de residencia, la política, las situaciones familiares, entre otras, que hacen que las personas se involucren en un conflicto y se vean afectadas por él. Las cartas de los niños, niñas y jóvenes de la Fundación, quienes escriben sobre el conflicto “desde afuera” la mayoría, nos muestran que para ellos los roles de víctima y victimario no son una carga identitaria inamovible, por el contrario, ellas y ellos logran empatizar con el horror de la guerra, consiguen enfocarse en lo positivo de finalizar un conflicto y lo ven como una oportunidad de mejora de la vida de las personas como se ve en las siguientes cartas: “Aunque no he sufrido la guerra en carne propia, no guardo rencor a ustedes por los daños al país y a las personas. Tomaron las armas por esa “causa” o por obligación, eso sí… es una alegría que hayan vuelto a la vida civil, esa

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de numerosos hechos como el desplazamiento y reclutamiento forzados, violencia sexual, bombardeos, accidentes causados por minas antipersonales y municiones sin detonar, secuestros y atentados contra escuelas y hospitales; sino que también, a raíz de esta irrupción violenta en sus realidades se les nieguen los derechos a la educación, a la salud física y mental, participación política. Al abordar este tema en el programa en mención se ha logrado hacer una pedagogía sobre el conflicto armado, lo que a su vez ha generado una pedagogía de la memoria, en la cual quienes han participado, en su mayoría las niñas, niños y jóvenes que asisten a la Fundación, han conocido las historias de quienes han vivido de manera directa la guerra, han aprendido de los actores y hechos victimizantes del conflicto, se han acercado a las iniciativas de diálogo y paz, han expresado su visión de manera concreta, sincera, desde la esperanza, la crudeza y el dolor y han hecho una lectura de la realidad de gran valor, de manera compleja en algunos casos, de manera simple y descriptiva en otras. Esto lo veremos a continuación en algunas de las cartas:

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vida tranquila que tanto anhelan todos.” Autor Reservado (2018). [Proyecto Cartas sobre la mesa: Cartas por la paz] “Hola me llamo Ximena*, me gustaría saber cómo están viviendo ahora, si están feliz, si ya viste a tu familia como te recibieron, yo creo que ustedes sufrieron mucho cuando estaba en guerra, tengo 7 años y me alegra mucho que el gobierno haya firmado la paz. Ojalá que nunca más vuelvan a sufrir lejos de la gente que los ama.” (Ibid.) “Hola como estás señor ¿cómo hicieron para salirse de la guerra?, espero que no te ofendas y ni es por ofender, ni por justificarlos, quiero saber ¿cómo viven en los campamentos? ¿Qué es lo que comen?, si están estudiando algo, que tipo de ropa se ponen, si son seres humanos como nosotros, y les agradezco que estén en los campamentos y no en la guerra. - Megan Cano*” (Ibid.) “Querido secuestrado, mi nombre es Miguel Ángel y aunque no entiendo muchas cosas, tampoco entiendo por qué usted no puedo ir a donde quiere, o ver a su familia, jugar fútbol en el parque o tirar el trompo con sus amigos… eso me duele porque le pasa a usted y porque no puedo imaginar que eso me pasara, es como pa’ morirse. Pero pa’ que no se muera, yo voy a jugar trompo y fútbol por usted, mientras vuelven, ¿sí? Miguel” (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2018, p.19) En los ejemplos anteriores los niños y niñas como estrategia para comprender el fenómeno de la guerra hacen comparaciones y lo asimilan a lo que ya conocen, expresan sus sentires, su curiosidad y logran generar empatía y una apertura a conocer las implicaciones de este capítulo de la historia de Colombia, dejándose conmover por situaciones que tal vez no les han afectado de manera directa pero que los movilizan a expresar sus sentimientos y opiniones, para exigir justicia y la no repetición, evidenciando, como lo dice Sara Ahmed (2004) que las emociones y sentimientos nos conectan y nos motivan a la acción. Este proceso de escritura de cartas sobre el conflicto armado se ha convertido en un ejercicio de construcción de memoria colectiva, no solo para las niñas, niños y jóvenes participantes, sino también para los receptores de las cartas, talleristas, equipo de la Fundación y visitantes, ya que la opinión de los niños, niñas y jóvenes nos brinda la oportunidad de ver el conflicto desde otras miradas, a interpretar el pasado de otras maneras y así intentar entender lo que pasa en el presente para generar estrategias y resistencias que posibiliten un futuro mejor. Con todo lo anterior, las cartas resultantes del proyecto Cartas sobre la mesa se nos presentan como contenedores de numerosos universos de sentido, que no son solo un simple soporte para comunicar un mensaje, sino que en si mismas representan un símbolo, una forma de crear y tejer afectos y relaciones entre personas, de crear conversaciones cargadas de intimidad y reflexión, posibilitando un espacio simbólico y material para expresar sentimientos, deseos, cosmovisiones, valores, nociones y explicaciones acerca de temas o situaciones específicas. En estas cartas se hace evidente que los niños, niñas y jóvenes tienen una diversidad de voces imposibles de ignorar, pues la capacidad que poseen para leer e intervenir la realidad es el resultado de la interacción permanente con su entorno y el mundo, del conocimiento del lugar que ocupan en la sociedad, de la necesidad de abrirse espacios en una sociedad que les invisibiliza y la necesidad de transformar las condiciones que les niegan la oportunidad de tener vidas plenas y en paz.


De allí surge lo valioso de crear iniciativas de participación y expresión en lugares con personas tan diversas como la Fundación Enfances 232, que desde la pedagogía, el respeto y la inclusión permiten la formación de un sentido crítico y la elaboración de discursos y acciones cargados de curiosidad, de empatía, de apertura a conocer y dialogar con lo diferente, aportando a la construcción de una sociedad en la que quepamos todos y todas de manera equitativa.

Ahmed, S. (2004) Collective feelings: Or, the impressions left by others, Theory, culture & society, 21(2), pp. 25-42.

Proyecto Cartas sobre la mesa: Cartas de la amistad. Fundación Enfances 232 Francia Colombia.

Fundación Enfances 232 Francia Colombia (2008). Pongamos las cartas sobre la mesa, Pereira, Colombia.

Fundación Enfances 232 Francia Colombia (2017). Cartas sobre la mesa. Vol. 2, Pereira, Colombia.

Naciones Unidas, Consejo de Seguridad. Los niños y el conflicto armado en Colombia: Informe del Secretario General, S/2019/1017 (31 de diciembre de 2019), disponible en: https://undocs.org/pdf?symbol=es/S/2019/1017.

Registro Único de Víctimas. Consultado el 16 de noviembre de 2021 en https://www.unidadvictimas.gov.co/es/registro-unico-de-victimasruv/37394

Vergara, A., Peña, M., Chávez, P., & Vergara, E. (2015). Los niños como sujetos sociales: El aporte de los Nuevos Estudios Sociales de la infancia y el Análisis Crítico del Discurso. Psicoperspectivas, 14(1), 55-65.

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Referencias bibliográficas:

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64 Cartas sobre la mesa - A quien corresponda


Capítulo 6

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Cartas sobre la mesa, una experiencia replicable

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Gloria Susana Tobón Economista Universidad Javeriana de Bogotá. Magister en Comuniación Educativa de la UTP. Al margen de mi ejercicio profesional en economía, proyectos, finanzas, trabajo con comunidades vulneradas. En la Fundaión Enfanes 2\32 desde su inicio en el año 2002.


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Cartas sobre la mesa, una experiencia replicable Se escribe a partir de lo que se ha conseguido ser

La Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia desde su inicio en el año 2002 ha tenido como objeto principal garantizar, promover y divulgar los Derechos de la Infancia, tal como fueron enunciados en la Convención Internacional de Derechos de la Infancia y adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y refrendadas en la Constitución Política de Colombia. Su nombre hace referencia a los artículos 2 y 32 de la Convención Internacional de los Derechos de la Infancia, así: ARTÍCULO 2 Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares. ARTÍCULO 32 Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social. Es así que desde su inicio la Fundación ha trabajado con los niños el respeto hacia sí mismos y a los demás, siempre se les ha formado en la igualdad, la no discriminación, entre otras cosas. A través de todos estos años he observado como cada niño o niña que llegaba a la Fundación era fácilmente aceptado por los demás, recuerdo la primera vez que llegó un niño afro, ante las expectativas de los adultos de cómo sería su aceptación, se desvaneció cuando vimos que fue aceptado de una vez como su igual, después la Fundación fue aceptando niños de otras etnias sin ningún rechazo. Por supuesto no todo ha sido de aceptación, en una ocasión vi como un niño era rechazado por sus compañeros porque su mamá se dedicaba al reciclaje, esta oportunidad sirvió para enseñarles la importancia del reciclaje y como las personas que se dedican a ello, prestan un gran servicio al medio ambiente, el

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Simone de Beauvoir

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Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

mensaje fue bien recibido y no se presentaron más confrontaciones. Posteriormente, ante las casi nulas oportunidades que tienen los niños con discapacidad motriz y cognitiva, por solicitud de las madres vinculadas al proyecto de la Fundación, se admitieron niños en estas condiciones con excelentes resultados, porque los niños fueron muy bien recibidos, se les acompañó en su participación. Todas estas explicaciones para poner en contexto el por qué

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se pudo desarrollar entre el año 2008 y 2021 todo el ejercicio de Cartas sobre la Mesa. Lo aquí expresado no puede leerse aislado de lo que es la Fundación y su labor formativa. En las cartas se pueden leer expresiones como no a la violencia, no a la guerra, si al proceso de paz, no a la contaminación, importancia de la educación para salir adelante, necesidad del buen trato. Las cartas salen desde su propia experiencia porque tuvieron contacto con el desplazado por la guerrilla, con los paramilitares, con el padre de un soldado secuestrado que recorrió el país, con un soldado que regresó de su cautiverio, con chamanes, con reincorporados y además mediados por sus mismas experiencias de personas vulneradas. En Pongamos las Cartas sobre la mesa escribieron solicitando la libertad de los secuestrados, dieron aliento, y esperanza de lograr la libertad como lo expresó una niña al escribir: “un pájaro a quien le niegan sus alas. Deseo que se haga el acuerdo humanitario y todos, todas… tú, yo, podamos salir de este maldito infierno tan largo, tan eterno. “

También hay cartas donde se refleja la desesperanza que se tiene, sobre todo lo que los rodea: “Parce, ¿Sabe? mire a ver si sale y si no, pues vuélese, pero si no es capaz, sopórtese el dolor hasta que salga o muera. Yo digo las verdades, no me gusta ilusionar a nadie y si está pensando en que lo salven, haga que esa ilusión muera porque en este país ustedes no le importan a nadie, o sí, sólo nos importa a los que no podemos hacer 19 Pongamos las cartas sobre la mesa nada para sacarlos de ese puto inferno en el que están metidos; al Presidente les importa chimba ustedes Parce y ni qué decir de la guerrilla, tampoco les conmueve nada y a Dios ni le recen que ese sí que menos, sordo, resordo… si es que está en algún lado. Suerte y todo bien!” José Norberto.

En Cartas de los niños para las mujeres expresaron amor, admiración y agradecimiento a la mujer: “Hola mujeres... Eres el ser más cariñoso de la tierra, porque todos los hombres no viviríamos sin ustedes. Todo lo que digo me lo ha mostrado mi mamá porque ella es muy cariñosa, responsable y respetuosa, sobre todo, tiene un cariño de luchadora.” David.

En Cartas de las niñas para los hombres plasmaron que los hombres no viven sin mujeres y las mujeres no vivimos sin los hombres, también hicieron solicitud de igualdad: “Carta para todos los hombres Quiero decirles que dejen de ser tan, pero tan mentirosos, porque nunca llegarán a ningún lugar y siempre a lo último pagarán las consecuencias. Que no se pongan a ilusionar a las niñas, mujeres, adolescentes, que porque creen que son menos, las engañan; creen que somos inútiles, que sólo servimos para la cocina, pero yo creo, y sé que nosotras podríamos ser más fuertes y mejores que ustedes. Piensan que porque somos mujeres,


somos menos que ellos y las cosas no son así, porque todos tenemos derechos, nadie es más que nadie y nunca dejaré que un hombre pase por encima de mí, de nosotras… Hay personas que piensan que una mujer es débil, que no puede trabajar en los oficios de los hombres; pues es igual a los hombres les prohiben los oficios de mujeres, ¡qué bobada! Si todos somos iguales, entonces podemos hacer lo mismo. Otra cosa es que a una mujer que trabaje en lo mismo que un hombre le pagan menos y las cosas no son así, yo me propongo cambiar eso.” Daniela (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008)

En Cartas al mundo se aprecia que ya están preocupados por la contaminación y la necesidad de cuidarlo dado que en él vivimos: “Yo tengo que agradecerle mucho al mundo porque gracias a él yo existo y me crié; pero hay personas que están haciendo mal al mundo porque matan, roban, secuestran, violan y hay mucha corrupción, y los que verdaderamente queremos al mundo somos perjudicados por los que verdaderamente no lo quieren y no lo respetan. El Mundo es algo que debemos cuidar bajo todas las circunstancias, por eso no debemos contaminar a nuestra Madre Tierra, no tiremos basura. Esta carta y este mensaje va para todas las personas que botan las basuras al mundo, que son el odio y la falta de libertad, los violadores de niños y de mujeres, los presidentes que no toman medidas para que los niños y las niñas seamos felices…

En Cartas de persistencia los niños y las niñas, escribieron sobre la experiencia diaria que les ha tocado vivir y han interiorizado que es necesario luchar en contra del recuerdo y del dolor presente, del desplazamiento, de la ausencia del padre y o la madre y comprenden la importancia de estudiar para salir adelante: “Esta es mi vida Yo viví en Caquetá dos años. Mi papá me hacía sufrir mucho, y le escribo esto para que sea más responsable. Él ha tenido como 8 hijos y a todos los ha hecho sufrir, y por eso le digo en esta carta que sea más responsable. Él me hizo sentir muy mal. A mi me tocaba ir a dormir donde una tía, porque él se iba para una finca, entonces mi tía me daba desayuno, el almuerzo y la comida, y él a mi tía no le daba para mercar y algunas veces me iba para donde una hermana. Él llegó un día donde mi hermana y yo le dije: ¿Papi me regala $1000?, y no me los dio, sabiendo que sí tenía; mi hermana le pidió plata y tampoco se los dio. Por eso le escribo esta carta, para que sea más responsable y me dé por lo menos cariño.” Mauricio (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008). “Mamita, Yo sé que desde el cielo estás viendo los sufrimientos que hemos tenido, pero gracias a la familia que tengo, los hemos podido superar y hemos salido adelante. Yo tengo fe en que poco a poco nos va a cambiar la vida a mi hermana y a mí. Vamos a ser grandes personas, siempre estudiaremos y saldremos adelante, vamos a vivir mejor y nunca jamás pasaremos más sufrimientos, yo sé que lo lograremos. Con la ayuda de las personas que nos apoyan voy a luchar para terminar mis estudios sea como sea, y tu mamá desde el cielo también estás poniendo un granito de arroz para que nosotras lo logremos. Aunque no sé cómo sea el cielo, me lo imagino hermoso y lleno de paz y tranquilidad, tu estas bien allá, aunque yo daría lo que fuera por tenerte aquí con nosotras viviendo nuestros éxitos y todo lo que vamos a ser en el futuro. No olvidaré nunca la ayuda que me han dado, y lo agradeceré toda la vida. Saludes a los ángeles mamá…” Luisa (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008)

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Sean conscientes, sean conscientes por favor.” Santiago (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008).

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Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

En Cartas de las madres a los niños y las niñas las madres les manifestaron su amor, he aquí un ejemplo de ello: “Daniela, María Alejandra, son muchas cosas o palabras para expresar lo mucho que las quiero, pero si sigo me vuelvo cansona y no olviden: soy humana y cometo muchos errores, pero ahí estaré con ustedes para que me los hagan ver para corregirles, yo a ustedes y ustedes a mi. Chao, suerte. Que les vaya muy bien, pórtense muy bien. Las amo muchísimo!!!” Sandra (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008) En Cartas a los indígenas se encuentran frases como “El gobierno es un tonto porque no escucha a sus hermanos nuestros indios”. También les invitaron a luchar por la tierra:

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“Hola Desde aquí les deseamos buena suerte y ojalá que les vaya bien con lo que están haciendo, no nos gusta que los hayan herido y que los maten, su sangre es la de todos nosotros. Solo les queremos decir que la tierra es, 52 Niños y niñas de la Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia desde antiguo y para siempre de ustedes. Luchen por lo que les pertenece para que vuelvan a tener paz y tranquilidad en su pueblo. Buena suerte, estamos con ustedes.” Linda Karina y Eduardo (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008)

En las 45 cartas a los gobernantes donde se escribieron cartas al presidente y al alcalde, se evidencia el descontento con sus gobernantes, se quejan de la policía, de la inseguridad, en una carta se escribió: “Señores Gobernantes! Me parece muy irresponsable de su parte mandar a matar a los indígenas, ellos solo querían marchar por sus derechos y ni me parece que esté gobernando este país y también me parece que deberían de poner otro presidente, porque usted no debería de estar ahí. La situación de los niños y las niñas en Colombia, es muy insegura, corremos muchos peligros, usted debería colocar policías respetuosos de la vida, para que nadie corra peligro y no solo los niños, también las personas y más que todo, las mujeres que son violadas. Hasta luego” .Christian “Señor Presidente Veo a Colombia muy mal, hay mucha violencia, mucha guerra y la guerra no termina, los paramilitares no tienen corazón y les han quitado la vida y las tierras a los inocentes. Los policías son corruptos, son como los senadores: quitándole la plata a los pobres, en un país tan rico no hay derecho a que tanta gente, pase tan maluco.” Leidy (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2008)

Hoy, varios años después, parece que hubieran sido escritas ahora porque la situación sigue siendo casi lo mismo. Por otra parte, se aprecia la interiorización que han alcanzado a tener de la acción forzada generada por diversas causas hasta la incorporación de los agentes en conflicto, a la sociedad, a pesar de su corta edad. Posteriormente, en otra versión de Cartas sobre la Mesa, se hicieron diferentes cartas con diferentes destinatarios. A continuación se dan a conocer algunas de las cartas. Cartas a los niños de Mocoa, en ellas, los niños escribieron dándoles ánimo, cuando en el año 2017 tuvieron una avalancha por el desbordamiento de varios ríos, ejemplo de ello fue la siguiente carta: “Hola Querido amigo@ de Mocoa te quiero dar los saludos, espero que te encuentres bien y que tu familia también, sé


que tú eres un luchador y siempre lo vas a ser. Lamento todo lo que sucedió porque sé de todas las cosas que pasaron en los 17 barrios. En la fundación Enfances 2/32 estamos recogiendo apoyos para ti, tus amigos, padres, y familias afectadas. Cuídate mucho y te mando un fuerte abrazo”, Atte: Sofía. (Fundación Enfances 232 Francia Colombia, 2017)

Cartas para los niños wayuu, escritas durante una de sus crisis por la sequía y hambre soportada, en ellas algunos niños los invitan a venir a la Fundación considerando que la Fundación es un sitio que da protección y seguridad: Hola querida amiga mi nombre es Angie Melissa, te quiero pedir que pronto vengas a la ciudad Pereira. Tengo 10 años y estoy en cuarto grado, estudio en el Instituto Kennedy sede Manuelita Sáenz, entonces una amiga de aquí de la fundación que yo conozco te va a llevar comida, agua, plantas y muy pronto vengan a la fundación Enfances 2/32; estoy muy aburrida con eso de que no tienen comida ni dinero, te quiero regalar uno de mis juguetes y algo de comida para que no te mueras de hambre.” Angie

Cartas para mí, son cartas que se escribieron para sí mismos, en algunas de ellas expresan sus aspiraciones profesionales, aspiraciones que en el comienzo de la Fundación los niños no las tenían porque no veían un futuro promisorio para ellos, estas aspiraciones se reflejan en la medida que han visto como otros niños de la Fundación

“Querida Manuela: Quiero decirte que para mi futuro quiero ser un orgullo para mi familia, quisiera ser una grandiosa doctora, sacar a mi familia adelante y poder brindarles una vida mejor porque gracias a ellos voy a lograr mis metas, quiero devolverles cada momento de felicidad vivido con ellos porque así como ellos me dedicaron su vida para cuidarme y educarme bien, así les daré la mía. Quiero cambiar mi mal genio y mejorar mi vocabulario, no contestar mal a los mayores, respetar a mi mamá y hacerle entender cuánto la amo al igual que a mi abuelo, mi papá y mi hermana...” Manuela

Cartas para pacificar, son cartas en las que los niños hacen reclamos a su madre, a su abuelita pidiendo que no se enojen con ellos, cartas fluidas y sentidas: “Johan : Johan es muy normal pero cuando le sacan la rabia él parece Gokú aaahhh, entonces quiero decirle que se pacifique. Johan relájate porque nadie te quiere rabioso ni regañón, así que si te comportas bien, te relajas, te tranquilizas todos van a querer amarte, cómo serás en la casa Johan.... Yo creo que en la casa eres regañón y no haces caso solo te gusta jugar bolas, pero bueno a todos nos gusta jugar bolas, pero de vez en cuando te dicen que si vamos a jugar futbol y tú dices que no y te pones todo enojado, pero sé que tus papás te dicen que no les pegues a las niñas y eso es muy bueno de vos.” Bryan. “Mamá Hola. Yo le quiero decir que se tranquilice y que se calme mamá... salga y desahóguese, pero no me grite más, yo voy a ser juicioso solo si usted se tranquiliza mamá y así podemos ser felices.” Ángel

Cartas para un mal padre son cartas de catarsis sobre esa ausencia de padre que a muchos les ha tocado vivir y que sirven para que afronten ese dolor que tienen:

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han terminado el bachillerato y han ido a la universidad y al SENA y ya lo ven como algo realizable:

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“Papá, si es que se te puede llamar padre, ¡maldita rata! Gracias por haberme dejado sola en este mundo; he aprendido a valorar a las personas que me deben de estar a mi lado y a las que no, las olvido.” Dayana “Papá, gracias por no ayudarme a criar, gracias por ayudarle a mi mamá con todos los gastos, (nótese el sarcasmo), al final aprendí que así no tenga un padre que me cuide, que me defienda, tengo a una madre que vale por dos.” Luisa María

Cartas para un mal amigo, fue un ejercicio que permitió exteriorizar sentimientos con otra persona que considera no se porta bien como amigo:

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“Me robaste la Xbox, la PlayStation, la Wii, eras interesado, me robabas la merienda y robaste mi casa.” Santiago

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Cartas a los niños desmovilizados expresan lo que han aprendido de la guerra, reflejan estar contentos de que hubieran dejado las armas, de hacer la paz y dejar atrás la guerra y entienden que estar en la guerrilla es duro: “¡Hey! Lector, valiente lector. He de halagarte con este escrito, pues usted, desmovilizado es más valiente que yo y que aquel que continúa tras un arma. Gracias por eliminar la frontera de guerra y de tomar otros caminos como la educación y la buena política estas son las únicas vías para lograr una revolución en éste, nuestro pueblo. Se debe tener amor por ése nuevo difícil camino que ha de emprender, aquí estoy de su mano si requiere ayuda al levantarse porque “solos llegamos más rápido, pero juntos llegamos más lejos”; muchísima suerte y felicitaciones”. Erick

Cartas al mundo si muriera hoy, son como un testamento, donde dejan legados de amor, tolerancia, valores, honestidad, agradecimiento, voluntad de servir a la humanidad, cuidado del medio ambiente. Valores inculcados permanentemente en la Fundación e interiorizados por los niños: “Yo quiero dejarle a mí país y al planeta la reducción de las desigualdades, tanto económicas como sociales. Así también la cultura de cuidar el medio ambiente ya que es necesario mantenerlo en buen estado para nuestro futuro y el de nuestros hijos; a mi familia le dejo la enseñanza de luchar por lo que queremos y mi agradecimiento por apoyarme en la búsqueda de mis metas y hacerme saber que no estoy sola, así como ustedes fomentaron en mi el valor del respeto yo les fomento a ustedes la tolerancia.” Ana

Cartas desde la prisión fue un trabajo apoyado por estudiantes de pedagogía de la universidad Tecnológica de Pereira, en donde se mantuvo correspondencia entre las mujeres privadas de la libertad y los niños y niñas de la Fundación, se dio de una manera fluida sin temores y los niños expresaron su respeto ante la situación que vivían las destinatarias de las cartas. “ Jimmy Espero tu nuevo regalo con mucha felicidad, que gusto conocerte ahijado, valora tu familia, te voy a extrañar demasiado, voy a estar pendiente de ti. Te quiero mucho, tu madrina. Angélica. “Jimmy Te extraño mucho. Quiero conocerte para poder compartir contigo y decirte cuánto te quiero bebé Que Dios te bendiga y que seas un niño excelente persona y que salgas adelante. Tienes que hacerle caso a tus padres, pórtate bien,


haz las tareas. Que algún día nos vamos a conocer. Recuerda que yo siempre te pienso, te extraño y me haces mucha falta Jimmy. Me haces mucha falta y quiero que me escribas y me cuentes ¿cómo te estás portando? Tienes que ser buen compañero, buen amiguito. Recuerda que Dios existe, te quiero. Att: tu madrina”

Cartas a México se dieron a raíz del terremoto de 2017, están dirigidas a estudiantes mexicanos que estuvieron de voluntarios en la Fundación y se encontraban preocupados por lo que les hubiera pasado: “Profesores y profesoras, los extraño muchísimo, me gustaría que volvieran, lamento mucho que haya temblado tan duro y se hayan caído tantas casas con tantas personas, los quiero! “ Geraldine “México. Lo siento tanto!, yo quiero con esta carta ayudar a consolarlos para que reconstruyan su ciudad y su vida. Chao.” Isabelle

Cartas a Sergio son unas cartas muy sentidas escritas a su compañero Sergio tras su muerte. “Quiero darte las gracias porque cuando estábamos tristes siempre nos hacías reír y nos enseñaste a ser valientes. Gra-

“Carta a la mamá de Sergio Hola señora mamá de Sergio, yo entiendo que está dolida por lo de su hijo, a mi me pareció horrible y me duele lo que ha pasado y estoy triste y yo espero que usted se ponga bien algún día. Tenga en cuenta que nunca la Fundación Enfances y todos los niños los dejaremos solos y siempre recordaremos a su hijo.” Katherine Leer estas cartas es ver el carácter y los valores que la Fundación Enfances 2/32 ha forjado durante su existencia en los niños, las niñas y los adolescentes, de manera transversal, a través del arte, la literatura, la música, el deporte. Las cartas fueron escritas con plena libertad para manifestarse y debido a ello se puede ver su fluidez, su coherencia a pesar de los intervalos en que fueron escritas.

Referencias bibliográficas:

Fundación Enfances 232 Francia Colombia (2008). Pongamos las cartas sobre la mesa, Pereira, Colombia.

Fundación Enfances 232 Francia Colombia (2017). Cartas sobre la mesa. Vol. 2, Pereira, Colombia.

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cias Sergio” Mariana

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Capítulo 7

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El relato literario y la reconciliación social desde los niños y las niñas de la Fundación Enfances 2/32

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Katerine Correa Gómez. Antropóloga egresada de la Universidad de Caldas. Estudiante de la Maestría en Estudios Culturales y Narrativas Contemporáneas de la Universidad Tecnológica de Pereira


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“Quiero vestir mi vida de amor que me nazca de lo más profundo de mi corazón para con eso repartir sonrisas a cada pétalo de una flor, que se conviertan en cada ser humano que me rodeé y con eso sentirme la niña más feliz. Y descubrir el placer de perdonar y en el resplandor de mi mano encontrarme con la fraternidad de un mundo lleno de felicidad” (Xiomara González, 2018)

“Cuando hacemos memoria, mediante nuestro discurso sostenemos, reproducimos, extendemos, engendramos, alteramos y transformamos nuestras relaciones” (Vázquez, 2001)

El cierre del conflicto armado con las FARC-EP7 en Colombia consolidó múltiples alternativas e iniciativas de reconstrucción de tejido social promovidas y agenciadas por organizaciones defensoras de Derechos Humanos. Muchas de ellas, consolidan la memoria como un paradigma teórico y metodológico muy importante para pensarse nuevas estrategias de aprendizaje y modelos pedagógicos que posibiliten la reconstrucción y el reconocimiento de un pasado bélico común, pero que también ponga de manifiesto la necesidad de proponer nuevos espacios de esperanza y transformación, nuevos escenarios de paz. Desde esta perspectiva, pensar en un escenario de reconciliación social, implica pensar de manera ineludible en darle protagonismo a las narrativas, a las memorias de aquellos sectores de la sociedad que han sido silenciados por décadas como consecuencia de la guerra y de los estándares sociales que limitan la libre expresión de múltiples voces que merecen ser escuchadas.

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FARC-EP. Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo

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El relato literario y la reconciliación social desde los niños y las niñas de la Fundación Enfances 2/32

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Gracias a esta perspectiva y a la Fundación Enfances 2/32; víctimas del conflicto armado, grupos de excombatientes, niños, niñas y adolescentes en condiciones de vulnerabilidad han tenido la oportunidad de gritar a viva voz sus opiniones frente a esta atroz guerra que hemos vivido como colombianos, pero también se ha abierto la posibilidad de dar mensajes de aliento y solidaridad que permiten, sin duda alguna, construir escenarios de paz donde todas las voces sean escuchadas y donde se acepten, se valoren y se respeten las diferencias que nos hacen humanos. Aquí, se ha abierto la posibilidad para que un dibujo, una carta, una canción, un juego o una conversación sean dispositivos pedagógicos mediante los cuales nos reconciliemos como colombianos, construyamos memoria y podamos abrir entornos seguros para la reconciliación social, la construcción de paz y, por supuesto, la reconstrucción del tejido social. A partir de lo anterior, La Fundación Enfances 2/32 ha promovido durante 13 años el proyecto “Cartas sobre la mesa”, una propuesta pedagógica que nace con el fin de generar en los niños, niñas y adolescentes, aproximaciones éticas, políticas, literarias y emocionales de diferentes problemáticas sociales que nos aquejan como colombianos, en las que la guerra, la paz y la desigualdad social son elegidas como algunos de los problemas sociales más importantes y urgentes a resolver en nuestro contexto local y nacional. Este proyecto pedagógico ha permitido que diferentes grupos de sociales, pero especialmente los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 2/32 tengan la oportunidad de apropiarse material y simbólicamente del territorio que habitan y que generen procesos de reconocimiento del otro desde su propia condición. Durante más de una década, Cartas Sobre la mesa ha permitido compilar las percepciones, opiniones y formas de ver el mundo de los niños, niñas y adolescentes de esta Fundación con diferentes temáticas como la guerra, el secuestro, las movilizaciones sociales, las mujeres, la amistad, la familia, etc. Sin embargo, en este capítulo se analizaron las cartas presentadas por ellos durante el año 2018: “Cartas sobre la mesa. Cartas para la reconciliación y la confianza” presentadas en el marco del Programa Nacional de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura del año en mención. Esta versión del proyecto pedagógico abrió los caminos hacia el respeto por la vida y la diferencia, a la posibilidad de adquirir la confianza como una herramienta personal y colectiva para la re-construcción de paz, de tejidos sociales. Pero sobre todo, se convirtió en una invitación a dar los primeros pasos como una sociedad que puede reconciliarse, sin importar las diferencias sociales, económicas, culturales e históricas que puedan existir entre nosotros. Perspectiva teórico-epistemológica de la memoria A continuación, se presentan los principales fundamentos teóricos en los que se basa el capítulo de este proyecto. En primer lugar, se establece una triada entre Memoria, Historia y Pedagogía y se intenta establecer la manera en que la narrativa, en este caso, la narrativa que se construye a través del género epistolar posibilita la construc-


Dosquebradas, Risaralda, abril 25 del 2018 Cordial saludo, Realmente nunca he sido víctima del conflicto armado de nuestro país, pero los entiendo si en algún momento sienten rencor, soberbia, venganza, indignación. Estamos en una sociedad en la cual uno piensa que las cosas se solucionan de una mala forma, pero no es así, si atacamos a nuestros enemigos de una forma física o psicológica al final solo vamos a terminar haciendo lo mismo que ellos, sé que es muy fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo. Lo que tenemos que hacer, algo muy difícil para el ser humano y más en la sociedad en la cual nos encontramos es PERDONAR, ¿PERDONAR? Si perdonar, de forma en que no nos hagamos daño nosotros mismos ni causemos daño a nuestros parientes, ¿Qué sociedad le queremos dejar a nuestros hijos, nietos, bisnietos, sobrinos? De mi parte les quiero dejar una sociedad la cual no gire alrededor de venganza, quiero que mi familia el día que yo no este, este tranquila, sin miedo, sin alguna preocupación por causa de ellos. Hoy en día vemos muchos desmovilizados que ya hacen política, para muchos esto es un tema que les parece absurdo, irrespetuoso. Para mí es algo que me llama la atención, ya que muchos dicen que como, unos “guerrilleros “pueden llegar a tener voz y voto en aquel país al cual le han hecho tanto “daño” es algo muy difícil de afrontar para la sociedad, mi punto de vista es que toda persona tiene en algún momento derecho a cambiar, a ser una mejor persona, a quererse ganar la vida de una forma tranquila. Muchas veces esos “guerrilleros” terminan siendo mejores personas, que muchos que están sentados en el Senado de

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ción de memoria y, por tanto, la reconciliación social. La memoria posee una estructura narrativa a través de su contenido y sus formas de expresión. Halbawchs (1954), Blondel (1928) y Vygotsky (1930, 1931) como máximos exponentes de la teoría sobre la memoria colectiva, argumentan que esta se construye sobre la base de las narraciones constituidas en formas de discursos o en maneras específicas de ordenar las experiencias individuales y colectivas. Estas experiencias son culturalmente dotadas de significado y se expresan a través de relatos lógicos que luego son socialmente aceptados. Así pues, en la vida cotidiana encontramos un universo de narraciones sobre las experiencias colectivas, y en este caso sobre las experiencias y percepciones relacionadas con la guerra que enfrenta el país hace más de 50 años, así como del proceso de paz que se ha vivido desde el año 2016. Tal y como sucede en la literatura, los “narradores de historias” son quienes dotan de sentido las historias que nutren múltiples géneros literarios. Sin duda alguna, los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 2/32 se convirtieron también en “narradores de historias”, pues a través de cada uno de sus productos 1) fortalecen el género epistolar y con ello, 2) ayudan a construir la opinión pública de un grupo etario que no suele ser escuchado en las discusiones sobre las problemáticas sociopolíticas del país y el mundo. Además, 3) posibilitan la reconstrucción del tejido social y abren caminos hacia la reconciliación social. A continuación, se propone una de las cartas de los niños escrita en el año 2018 que puede dar cuenta de lo descrito anteriormente:

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la república con cientos de investigaciones que están sin resolver. La gente no se juzga, mediante lo que dice la otra gente, la gente con conciencia, con autonomía, con criterio lo que hacen es juzgar pero juzgar con hechos, no con palabras. Esto nos lleva a que miremos nuestro país desde otro punto de vista, mirar que todo lo “bueno” no es bueno y a mirar que todo lo “malo”, no es malo.

Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

Kenner Arboleda. [Tomado de Cartas sobre la mesa. Cartas para la reconciliación y la confianza, 2018]

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Narrar significa relatar, contar, informar sobre algo que es significativo para quien narra y para quien escucha o lee. Lo anterior es importante, toda vez que se constituye en la primera característica de la memoria: guardar y dar cuenta de lo significativo de la vida social. Así, la memoria ayuda a dotar de sentido múltiples experiencias individuales y/o colectivas. Por ende, la búsqueda de sentido de las experiencias construye discursos y narraciones que necesitan ser contadas. Según Halbawchs (1954), la memoria es un proceso social de reconstrucción del pasado vivido y/o significado por un grupo o sociedad, que se contiene en marcos sociales, como el tiempo y el espacio, y como el lenguaje, pero también se sostiene por significados, y éstos se encuentran en la cultura. De esta manera, algunos acuerdos narrativos permiten “modelar experiencias” que luego le otorgan un sentido particular al mundo en el que vive determinado grupo o sociedad, creando espacios para la reflexión de la cotidianidad. Es por ello que la construcción de memoria ha sido una de las estrategias más importantes para diferentes procesos pedagógicos de niños, niñas y jóvenes. En este caso a través de la literatura, este se ha constituido como uno de los espacios formativos por excelencia para la adaptación de este grupo al contexto social, permitiéndoles asociar la dimensión académica a la socioemocional (Garzón y Hernández, 2018). Para González (2013) la memoria cobra relevancia gracias a su capacidad de provocar emotividades que luego son sensibilizadas por los receptores gracias a una “evocación estetizada de los acontecimientos”, hecho que se percibe notablemente en algunos de los fragmentes de las cartas, como se muestra a continuación: La presente carta es porque yo confió en usted porque dejo las armas para volver con su familia y su país. Porque también dejó la guerra, de matar la gente, por eso confió en usted y le pido que le diga a los demás guerrilleros que dejen también las armas y la guerra para que vuelvan con sus familias. Para que tengan un trabajo muy bueno, estudios en la universidad y que lleguen muy lejos con sus familias y sus trabajos. Por eso le agradezco mucho por dejar las armas y de matar la gente. Santiago Rodríguez [Tomado de Cartas sobre la mesa. Cartas para la reconciliación y la confianza, 2018] Así, la memoria se convierte en la marca de la historia en la subjetividad (Mayorga et. al., 2017), este, es evocado a través de la experiencia individual y de la emotividad de quien relata un acontecimiento. Sin embargo, no es solo un asunto de la emotividad evocada desde quien relata, el receptor es penetrado por esa emotividad y en ese movimiento hay una transformación del otro desde la empatía e incluso desde la responsabilidad. Es decir, la literatura y el género epistolar en este proyecto se posicionan como un dispositivo que permite percibir, comprender e interpretar la realidad histórica de una Colombia marcada por el conflicto armado y que también permite hacer una transición hacia la


reconciliación desde la empatía, como se muestra a continuación: Pereira 21/03/2018, La historia nos ha dejado claro que quienes han reducido la identidad de los pueblos que decían amar a las solas pinceladas de la nación, o de la clase, o de la raza, o de la religión, o de la lengua, han sido siempre los que han acabado convirtiendo la tierra en un lienzo inundado de cadáveres; y si es verdad que ha habido circunstancias históricas que han hecho para ciertas sociedades más asimilable este mensaje hipnotizador, también lo es que muchos de los individuos que formaban parte de esas sociedades lo arriesgaron todo y decidieron decir NO a los tambores de quienes, con la excusa de una gran y única idea, terminaron transformando el país en un gigantesco apocalipsis. No hay excusas. Está en nuestra mano elegir. Siempre, en cualquier circunstancia, estará en nuestra mano elegir entre la razón y la locura. Carlos Morales [Tomado de Cartas sobre la mesa. Cartas para la reconciliación y la confianza, 2018]

A manera de conclusión Si se quiere, la memoria también se constituye en una práctica y una representación que es condicionada por la experiencia narrable a través del lenguaje, en este caso, el epistolar. Esta forma de enunciación implica reconstruir el pasado en el presente, permitiendo el empoderamiento de la propia historia (Díaz en Carmona y Montoya, 2019). Es un hecho aceptado ampliamente que narrar los acontecimientos individuales y colectivos permite resolver la necesidad humana de darle orden y sentido al mundo social. A través de los relatos escuchados en testimonios, noticias y demás fuentes de opinión, los niños, niñas y jóvenes de la Fundación Enfances 2/32 han logrado establecer criterios claros que no solo le permiten tener opiniones frentes a un hecho particular, sino, que les posibilita también interpretar y narrar los acontecimientos vividos en Colombia. Esta narración se convierte en memoria y por supuesto, luego tiene una incidencia importante en la configuración del presente, un presente que en este caso se espera sea un escenario de paz y reconciliación social.

Referencias bibliográficas Blondel, Charles (1928). Introducción a la Psicología Colectiva. Buenos Aires: Troquel. Carmona, P. A. y Montoya, C. (2020). Memoria y construcción de paz con primera infancia y agentes relacionales 2008-2018. Infancias Imágenes, 19(1), 46-57

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En consecuencia con lo anterior, la memoria implica comprender que la vida es un entramado histórico desde el cual se configura el presente y el futuro (CNMH, 2016, Ricoeur, 1999). Ser conscientes de este entramado y relatarlo, convertirlo en memoria, es el primer paso para gestar nuevas relaciones sociales por fuera de los contextos de violencia, y sobre todo con el involucramiento de todos los sectores de la sociedad (Grasa et. al., 2019) incluyendo a la infancia y la adolescencia.

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CNMH (2016). Una travesía por la memoria: ruta metodológica para la reconstrucción de memoria histórica con niños, niñas y adolescentes. Centro Nacional de Memoria Histórica. Garzón Díaz, Karim del Rocío, & Hernández Jaramillo, Janeth. (2018). La Colombia imaginada, trazos de paz: la literatura infantil como experiencia pedagógica en educación superior. Innovación educativa (México, DF), 18(78), 13-32. González, E. (2013). Memoria e historia. Bogotá: La catarata editorial. Grasa, R., Carvajalino, G. y P., D. (2019). Construcción de paz y posconflicto: una visión general del estado del arte. En R. Grasa, G. Carvajalino y D. P., Construcción de Paz y Valor compartido (pp. 21-39). Ícono. Cartas sobre la mesa - A quien corresponda

Halbwachs, Maurice (1925). Les Cadres Sociaux de la Mèmoire. París: PUF, 1954.

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Mayorga Mendieta, C. A., López López, Ángela M., Romero Lancheros, L. C., Muñoz, K. A., & Aranzazu Portilla, J. A. (2017). Para la guerra nada: pedagogía, narrativa(s) y memoria(s). Revista Educación Y Ciudad, (33), 139-150. https:// doi.org/10.36737/01230425.v0.n33.2017.1656 Ricoeur, P. (1999). La lectura del tiempo pasado, memoria y olvido. Arrecife. Vázquez, Félix (2001). La Memoria como Acción Social. Relaciones, Significados e Imaginario. Barcelona: Paidós. Vygotsky, Lev (1930). El Desarrollo de los Procesos Psicológicos Superiores. México: Grijalbo, 1979. Vygotsky, Lev (1931). “Desarrollo de las funciones mnemónicas y mnemotécnicas”. En Lev Vygotsky Obras Escogidas, t. III, pp. 247-264. Madrid: Visor, 1995.


Capítulo 8

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Intento de respuesta a dos preguntas acerca de “Cartas sobre la mesa”

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Pierre Semet Réalisateur de films documentaires- films institutionnels, Auteur


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Intento de respuesta a dos preguntas acerca de “Cartas sobre la mesa” (Cosne sur Loire, Francia, 12 de enero de 2022) Las cartas son un rizoma, una red, una telaraña que permiten establecer diversas operaciones y múltiples entradas en su lectura, procediendo por variación, expansión, conquista, captura o reconstruyendo un mapa donde se tendrán en cuenta todo tipo de “devenires” Deleuze, G

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Un gran saludo a todos desde las frías y lejanas tierras de Francia No sé bien a quien debe dirigirse esta carta. ¿A los niños? ¿A Amparo quien me mandó las preguntas? ¿A todos los compañeros de la Fundación que participaron en el proyecto “Cartas sobre la mesa”? ¡Pues, trataré de escribir pensando en todos a la vez! Amparo me preguntó ¿Qué significó participar en este proyecto? -Bueno, primero que todo, intercambiar cartas fue durante mucho tiempo el único medio, simple y eficaz, de mantener la amistad y la comunicación entre amigos alejados y eso, en sí, ya vale la pena... ¡Hace rato que existen muchos otros medios pero el correo escrito sigue siendo irremplazable, y creo en eso (eso tiene que ver con la pregunta siguiente, pues no voy más allá por el momento)! -A título muy personal, un placer (hasta diría un honor), el de participar a distancia en una acción de ustedes, una forma de compensación de no poder estar con más frecuencia... -Brindar una forma de aliento y reconocimiento a los niños que se comprometen en esta difícil tarea de construir la paz -Juntar mi pequeña voz al clamor general de los que reclaman la paz -Por esta participación, concretizar la idea que la paz es un asunto mundial, a pesar de que acá en Francia tengamos la suerte de no conocer la misma situación de violencia... en el presente. Francia

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y Europa entera conocieron guerras horribles en un pasado todavía reciente y saben que la paz es algo difícil de establecer y frágil de mantener... y no tienen que olvidarlo. Fuera de probables intereses inconfesables de parte de los responsables políticos, tal vez es por eso que nuestros países participaron, modestamente, en el proceso de paz colombiano que se desarrolló -como decían los medios- “bajo la mirada de la Comunidad internacional”. Sin duda eso proporcionó una forma de garantía y de aliento a este proceso que ayudó a llegar a su término (hablamos del proceso de La Habana y no de la paz en sí, claro...). Sin embargo, del lado europeo, fue un proceso que involucró a algunos políticos e intelectuales comprometidos, pero del cual la población francesa y europea no supo gran cosa, desafortunadamente. Me parece importante que haya más compromiso, conocimiento e intercambios acerca de estos temas entre las poblaciones de ambos países (hablando de Colombia y Francia). Para Colombia, pienso que el apoyo internacional puede ayudar, sobre todo cuando los dirigentes, sin esta presión, podían tardar indefinidamente en concretar, y la situación actual nos muestra a qué este respaldo sigue siendo necesario, a todos los niveles. Visto desde “la base”, desde el ciudadano de a pie, participar, inclusive de forma a veces simbólica, es una forma mínima de solidaridad. Cuando tengo dudas al respecto, recuerdo las palabras de un amigo colombiano que me decía “Es importante que ustedes permanezcan en contacto con nosotros porque acá, nadie escucha al pueblo”. Escuchar no solamente para mostrar su interés, sino también porque el conocimiento de la situación puede considerarse el primer paso indispensable a toda forma de solidaridad más avanzada. Y eso vale en ambos sentidos: para Francia, este tipo de intercambio es una enseñanza y una invitación a que quede presente en la mente la necesidad de mejorar y cuidar su propia “paz”. Ahora, una pregunta difícil: ¿Qué papel juega la escritura en los procesos sociales? ¡Cuanto más pienso en esta pregunta, más inmensa me parece...! ¡Cierto que se podrían escribir libros enteros en este asunto! A mi pequeña escala, ya intentaré escribir unas líneas... (¡Espero no caer en una disertación pesada...!) Primero, no estoy seguro de tener muy claro qué significa la fórmula “procesos sociales” (primer efecto de la escritura: ¡me obliga a un trabajo de reflexión para contestar!). Para mí, tiene muchos aspectos y dimensiones, y creo que, si contesto la pregunta, será pensando y mezclando un poco estos diversos aspectos. Es decir: - De manera muy general, “Procesos sociales” sería todo lo que anima a los humanos a unirse y comunicar, por la necesidad que tienen de convivir en un mismo territorio, en un mismo grupo, o de comunicar entre comunidades, amistosamente - Se traduce a escala individual, en la inclusión o exclusión de la persona entre estos grupos, de su propio movimiento o de parte del grupo que a veces excluye, o al contrario, trata de incluir e integrar... y podemos entonces hablar de trabajo social. - Siempre existe, al nivel colectivo, una espuma palpitante de estos procesos que llaman “movimientos socia-


Pues, a cualquier nivel de interacción entre los individuos y organizaciones que componen el complejo “cuerpo social”, nada se podría hacer sin el lenguaje, y más especialmente su expresión más sutil y rica que es la escritura. Escritura, tal vez un proceso social en sí... resultado de otro proceso social que es el acto de comunicar, e impulsor de todos los procesos que necesitan esta comunicación. ¡Pues, un papel mayor, clave! Con posibles efectos contrarios... Antes de descartar el papel maléfico que puede tener, que no es lo que nos interesa aquí, solo quiero evocarlo brevemente, para no caer en la ilusión ingenua de un poder mágico de la escritura como benefactora en sí misma. Es conocido, la escritura puede ser un arma y como tal, puede liberar... o perjudicar y hasta matar, basta recordar el papel del “Protocolo de los sabios de Sión”, falso documento delirante y paranoico que contribuyó gravemente en difundir el antisemitismo en el mundo, o los escritos de ciertos poetas serbios que ayudaron a encender la guerra de la “ex-Yugoslavia” hace apenas 30 años en Europa. No faltan los ejemplos, y cada país puede encontrar los suyos... Más cerca de nosotros y de nuestra contemporaneidad, cada uno sabe los daños inmensos que pueden provocar ciertos textos en las redes sociales, sea a título individual por calumnia y hostigamiento, o a escala de la sociedad por vía de propaganda, “fake-news” etc... ¡Entonces, es decir que el papel de la escritura depende mucho de quién la maneja! Afortunadamente, en las redes sociales, se ve también el lado opuesto: mientras que unos solo saben insultar, caricaturar, deformar o borrar las palabras del otro como para matarlo simbólicamente, otros se paran y toman el tiempo de leer, entender, argumentar, contestar, es decir “escuchar” al otro, considerarlo y respetarlo. Y aquí venimos a la grandeza de la escritura y a su papel positivo, hasta muy a menudo mayor, en los procesos sociales.

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les”, “fiestas”, “celebraciones”, “disturbios”, “conflictos”, etc... que son en efecto “procesos” en los cuales el lenguaje oral y la escritura tienen un efecto mayor, que puede traducirse tanto en expresión de arengas, propaganda, críticas, discursos, cantos, reivindicaciones, debates... como en irrupción de violencia o al contrario de apaciguamiento, arreglo u acuerdo diplomático (ej: el acuerdo de paz...). En todos estos grandes eventos y movimientos de la sociedad, la escritura bien empleada puede ser una herramienta fundamental de estructuración del pensamiento y la palabra, de construcción de discursos que puedan llevar a un mejor entendimiento y limitar el riesgo de surgimiento de la barbarie. - También se piensa en el trabajo de fondo que se puede hacer al nivel elemental, sobre los que son la propia base de la sociedad: niños, adolescentes, adultos, ancianos... Gracias al trabajo de los que la saben manejar, y quieren transmitir este saber, la escritura permite a cada uno construir su pensamiento, elaborar su expresión, desarrollar su creatividad, ayudándolo en su crecimiento personal y, al mismo tiempo, volviéndose un proceso social para favorecer una comunicación más fluida y un mejor entendimiento de la comunidad. Claro que a este propósito se piensa en el trabajo de tantas organizaciones que se comprometen como “Enfances 232” y que “Cartas sobre la mesa” participa de este tipo de proceso.

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En esta época frenética de exigencia de respuesta inmediata a todo, de competición y velocidad máxima, quisiera subrayar un componente esencial de la escritura que es el tiempo. ¡Escribir y leer requiere tomar tiempo! Me viene ala memoria una anécdota: invitado a intervenir en casos de emergencia en medio escolar (“célula de crisis”), para ayudar a enfrentar eventos traumáticos tipo accidente o agresión grave, un psicólogo decía: “en estos casos, la primera urgencia es sentarse”. Es decir, no dejarse sumergir por las emociones o la agresividad que surge naturalmente en estos eventos donde todos se ponen a correr y precipitarse, y tomar el tiempo de pensar y discutir para tomar las mejores decisiones antes de actuar. Sentarse. Tomar tiempo (el enemigo de las reacciones impetuosas, amigas de la violencia). El tiempo que supone el acto de escribir, y el de la lectura. Con el texto, no hay captación inmediata de la atención. El esfuerzo de escribir, de leer, significa que de cada lado del proceso haya voluntad de ir más allá del primer movimiento espontáneo. Acceder al pleno sentido de lo escrito supone un doble esfuerzo: de quien escribe, para expresarlo, y de quien lee, para entenderlo. Más allá del contenido del texto, este esfuerzo es constituyente de la fuerza de la cosa escrita. Traduce, de cada lado del proceso de escritura, una voluntad de ir al encuentro del otro, y de tomarlo en consideración tal vez más fuerte que en otros modos de comunicación. No es que sea sistemáticamente por el bien del interlocutor. Puede ser conflictivo. Pero inclusive en estos casos, obliga a un tipo de consideración más sutil que la mera confrontación cara a cara... o peor, puño contra puño... o con armas. Claro que, aquí, estoy hablando de una escritura que se tome en serio y sea bien manejada. Claro que existen muchas escrituras “malas”, sea voluntariamente o por ignorancia, que pueden tener efectos totalmente contrarios: favorecer la estupidez, la mentira, las aproximaciones y la caricatura... Claro que lo que nos interesa es todo el contrario. Elaborar, pensar, argumentar, reconsiderar sus propias palabras y medirlas las del otro, tomar distancia. Profundizar el sentido de lo que está en juego. El tiempo también es el de la permanencia más allá del momento presente: permite mejor proyección en el futuro y la idea que la comunicación, o la acción compartida, tendrán una continuación. En lo más inmediato, permite mantener la comunicación más allá de las diferencias de situación entre los protagonistas. Esta misma experiencia de “Cartas sobre la mesa” es un ejemplo de ello: participamos desde lugares y tiempos diferentes en la misma acción y solo la escritura permite que esto se vuelva una acción común, con un resultado que podemos compartir en cualquier momento y en cualquier lugar (e inclusive continuarla un año después). La escritura permite amplificar el pensamiento y la palabra de los que actúan sobre su “terreno”, darles una proyección, un eco. Puede difundirse en cualquier lugar y permanecer en el tiempo. De esa nota deriva la cuestión de la memoria. La memoria, también un tema enorme, muy debatido al momento de definir lo que podría ser “la construcción de la paz”... Escribir es saber que podemos “hacer memoria” para el futuro, y que podemos encontrar memoria del pasado,


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de lo ya hecho, lo ya dicho, para tenerlo en cuenta y aprender de ello... Por sus cualidades propias, la escritura es una de las mejores herramientas al servicio de la memoria. Pero depende mucho de su tratamiento, y de quien la utiliza... o no. Pienso en dos ejemplos que me parecen conjugar la cuestión de la memoria y la del papel de la escritura en los procesos sociales, ampliándola al papel de los actores sociales. El trabajo de la Comisión de la Verdad, en curso desde hace más de tres años, está basado sobre la recolección de miles de testimonios orales, puestos al escrito, como para darles más legitimidad y más permanencia en el tiempo. A partir de eso, más un impresionante número de encuentros y eventos sociales que implementaron, los miembros de la Comisión van a escribir un informe, que, probablemente va a ser muy grande. Eso manifiesta que, cuando se trata de marcar la máxima consideración a la palabra y a la expresión de la verdad, mejor vale pasarla al escrito. Sin embargo, al mismo tiempo, sabemos que la escritura, y sobre todo su resultado, la cosa escrita, es cosa frágil. Lo que podemos temer es que el destino final de este importantísimo informe sea de estar “enterrado”, lo que es la suerte de la gran mayoría de los informes oficiales, sobre todo cuando su contenido puede molestar a los poderosos. El otro temor es que, aunque sea publicado en libre acceso en Internet y accesible en todas las librerías, nadie lo lea. O muy poca gente. Otra pequeña anécdota personal: me acuerdo un día donde me encontraba en la librería Merlín, en Bogotá, que es, para los que no conocen, un lugar increíble, una vieja casa llena de libros amontonados por todas partes en un ambiente algo poético y onírico... bueno, vuelvo al grano... En un rincón, elevándose del suelo hasta casi dos metros de altura, se encontraban pilas de informes y libros de la Comisión Nacional de Memoria Histórica, mezclados con otros libros del mismo tipo, colección impresionante de relatos de múltiples eventos dramáticos característicos del llamado “conflicto colombiano”. Yacían aquí como totalmente olvidados, como para decir: todo esto ya pasó, unos tomaron la pena de contarlo, pero no vamos a tomar la pena de leer. ¡Paradójicamente, estos enormes trabajos de memoria se volvían manifestación del olvido! Eso en un momento en que todo el tiempo escuchaba intelectuales y periodistas decir “El problema en Colombia, es que no hay memoria”. Y yo pensaba “Si, la memoria existe, hay un trabajo enorme al respecto, pero nadie para bolas”. Eso para decir también que si la escritura tiene tantas cualidades que la vuelven capaz de tener un papel fundamental en los procesos sociales, no es suficiente en sí, y que lo esencial depende de la manera con la cual los actores sociales la consideran y la utilizan. La cuestión del papel de la escritura, pues, me parece totalmente ligada a la cuestión del papel y del sitio que toman los actores sociales al respecto. ¡La escritura: un territorio por defender! Al servicio de los actores sociales, hace parte del papel de ellos defenderla, luchar contra su debilitamiento, mantener su sitio y valorar su importancia y su especificidad frente a los otros medios de comunicación, saberla utilizar y difundir, en sus dos caras: escribir y leer. De tal modo que cada uno, no solamente sepa leer y escribir, sino quiera hacerlo, y sepa qué hacer con lo escrito. Eso fue sin duda una de las razones de ser de “Carta sobre la mesa”... y de porque quise participar.

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Capítulo 9

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Viaje alrededor de la memoria

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Mauricio Ortega. Ingeniero Mecánico de la Universidad Tecnológica de Pereira Beneficiario del programa de atención integral de la Fundación Enfances 2/32 desde el 2008 al presente


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Viaje alrededor de la memoria La literatura es un país extraño. Allí también todo pasa y se olvida. Pero cuanto fue bueno regresa y presenta al mundo un texto distinto para ser leído con ojos diferentes.

Aquí estoy, recordando, atravesando mis recuerdos, viendo como mis primeras cartas escritas fueron como un bebé balbuceando las palabras que se desprenden de su vacilante lengua; el momento en el que me enfrentaba a una hoja en blanco, sin huellas, qué parecía un inquietante espejo sin reflejo; los dedos paseaban por esa superficie retadora y plasmaban unas simples expresiones comunes. Luego, a medida que dejaba mi huella en aquellas hojas, intentaba una y otra vez, que la belleza del contenido de la frase fuera inamovible. Así, sin misterio, llegó el estilo y no fue necesario una elección, las palabras se eligen a sí mismas; tal vez por un encanto de los sonidos o la avalancha de las emociones y aquellas frases vacilantes fueron tomando forma, sentido, contenido, emociones; la estructura literaria arribó inmediatamente a cada misiva, se extendió sobre cada pasaje, entre temas de definiciones, de sensaciones, de pensamientos y, por supuesto, de imágenes. Cuando esos pequeños símbolos empezaron a caminar entre la frase, el estilo y la estructura, una minúscula prosa salió ante la mirada oportuna de otros ojos, se abrió ante aquellas hojas viajeras, cruzó oídos ajenos, deslumbró entre bocas, corrió entre cuadernos, ¡creció la escritura! Se sintió ya el escrito ardiente, el placer inmenso, cercano a lo inconmensurable. Cada vez que rodaba una idea sobre esa retadora hoja en blanco intentaba agudizar el mensaje; llenar de vocablos una imagen vívida (porque de eso se trata, de dar color a un tono oscuro); situar la correspondencia a una presunción trasparente; protestar por lo inmoral; favorecer la paz, la vida y la felicidad perdurable. De eso eran nuestras remotas cartas. Solo de eso. ¿No tendrán las palabras más temas que revelarnos? Cada vez que escribía -ese proceso de aislarse de la multitud, la masa, los números-, creaba mun-

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José Emilio Pacheco

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dos apartes, la ensoñación y la imaginación eran hijas de mis ideas y las hacia caminar hacia el fin de la historia, de la respuesta. En cada una de esas misivas se agolpaban situaciones: tristes o extrañas, inquietas o angustiosas, felices o alegres. Lo que importaba era provocar un entumecimiento a la maldad, vencer la vil mentira, derrotar la histeria colectiva. Mis primeros escritos fueron Cartas por la libertad, no solo como un ejercicio creativo, sino como un acto de repulsión infantil ante los barbaros sucesos que los medios nos presentaban:

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“Dirigida a todos los secuestrados: una flor para respirar aire fresco... Para todos aquellos que por cosas de la vida están en cautiverio, todos pedimos que sean liberados lo mas pronto posible para que se acabe el sufrimiento de todos ustedes y de sus familias. Yo no hago parte de ella, pero me duele lo que les pasa, porque a cualquiera de mi familia le puede pasar y no me gustaría que algo similar pasara con uno de mis seres queridos. Por eso, con todo respeto, le pedimos a las FARC que se pongan la mano en el corazón y liberen a todos aquéllos que tienen secuestrados porque ellos tienen derecho al buen trato, a tener una familia, a tener una buena vida junto a las personas que más quieren. Por eso, pedimos que los liberen para que sus días sean más placenteros estando con los que ellos quieren. Les mando un sol para que les alumbre el camino, ármense de valor y tengan fe, también les envío un corazón para que no se les olvide amar”.

Carta escrita a mis 12 años. Ahí, escribiendo esas pocas palabras de exigencia ante el cautiverio eterno, dónde observaba un pesado listado de nombres y apellidos, de hombres y mujeres; eran cientos y cientos y sobre el abatimiento de la magnitud del secuestro surgió una única exigencia: la liberación. En este viaje hacia el pasado recuerdo haber escrito a las mujeres: La Mujer es importante en mi vida, porque sin ella no podríamos seguir con nuestra especie; Gracias Mujer por estar aquí́, sin ustedes no seríamos. A las mujeres les hago este llamado para que no se embaracen tan rápido, yo he visto por la televisión que una niña de nueve años había quedado embarazada... muy triste me parece que una niña vaya a tener otra niña. ¿Por qué les hago este llamado?, porque a los niños nos está tocando vivir en un planeta, en un país que no nos merece, es que uno no merece vivir así… De todas formas, gracias Mujeres por vivir junto a nosotros….

Escribí al mundo: “Hola mundo, Yo he visto muchas cosas, veo la contaminación de los ríos, mares, basuras, guerras y por eso yo pienso que nuestro Planeta Tierra se está acabando y también nuestra vida, hasta la capa de ozono se está acaban- do. Esta contaminación nos está destruyendo poco a poco y por eso yo quiero decirles a todos los gobernantes que ayuden porque hoy todo nos está llevando a la muerte. Yo espero que esto se acabe rápido, porque si no, nos extinguiremos ahora, no por un meteorito, sino por el hombre mismo.


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Estas palabras embrión son la suave capa para romper el cascarón de la imaginación y respirar ese primer aire de actitud crítica contra toda aquella realidad que han proyectado los adultos. Eran ideas que picoteaban todo aquello que quería validar, comprobar y demandar al mundo, sin el clamor de la censura, ante la libre elección de intentar volar sobre un mundo blanco, lleno de tinta. Y para llenarme de palabras, me encontraba ante los estantes de la Fundación, recorriendo cada autor de estilo imperial y de sonido artesanal. Ese fue el insuperable e incandescente artilugio para desatar palabras cada cierto tiempo y llenar de cartas de lucidez, tristeza, presencia, ausencia, descarnada ilusión y olvido sincero. Y, esos escritos, eran una bella pleitesía a la horrorosa eternidad; para eso se escribía, para sostener esa cápsula en unos años y apreciar la matiz del pensamiento, el inexorable surgir de las ideas, la dicha del cambio y el recuerdo insensato de nuestra actuación. Así, hoy surge esta otra carta, como conmemoración del pasado, percepción de los sentimientos por los escritos y la actividad creadora.

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Capítulo 10

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Desde los emisores. Comentarios de los participantes en el proyecto Cartas sobre la Mesa

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Desde los Emisores.

Comentarios de los participantes en el proyecto Car-

Leer me ha salvado, no la vida sino el espíritu. Leer es protección y refugio en tiempos difíciles. Y en tiempos de paz y felicidad, leer sigue siendo refugio del espíritu. No asedia, acoge. No rechaza, se abre”.

Catherine Clement

Nací en solsticio de verano, cuando en la camilla de al lado mi tío fenecía a causa de herida de puñal. Mi madre me tuvo sietemesina porque el impacto de la noticia de que mi padre había sido matado en la cárcel, le adelantó las contracciones y terminó en el mismo hospital, la verdad ese día no fue su muerte, sino la de su hermano, quien murió por defenderlo de una violación en el centro de reclusión, mi padre tan solo tenía 18 años. Había caído a este lugar por irregularidad de documentos. A los dos años, en el año 88, mi padre fue encontrado torturado en una zanja de San Clemente, Caldas con su mejor amigo. Mi madre ya huérfana de madre y ahora viuda, tuvo que emigrar a la capital de Risaralda, en busca de un refugio para su pequeña. Mi infancia transcurrió al lado de primos y un tío que me reconoció como su hija. Ella tuvo que emplearse en restaurantes y cafeterías que le dieran su sustento, con tan solo la primaria terminada, no eran muy buenos los trabajos a los que podía aspirar. Sin embargo, logró darme los cuidados de la primera infancia con una alimentación sana y saludable, así como logró inscribirme al jardín del Colegio Americano, donde obtuve educación de calidad. Por mucho tiempo, otras familias le pedían que me regalara o que me adoptaban, no podían

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ver a una mujer sola con tanto esfuerzo. Ella nunca lo pensó, sabía que yo era lo único que la acompañaba en este mundo. Así que me dio todas las posibilidades para educarme, siempre enfatizaba: “el estudio es lo único que yo te puedo dar”. Así lo cumplió. Nunca quiso tener más hijos porque sus relaciones eran efímeras, y en muchas no cabía mi presencia. Así que deseó no ponerme en segundo plano, y nunca ceder a los caprichos de un hombre. Por mucho tiempo estuvo sola y vivió bajo el amparo de su hermano que ya tenía familia. Fue ella quién me enseñó a leer y a escribir para que en la escuela no me atrasara. Recuerdo nítidamente que lo primero que aprendí a escribir fueron las Cartas en las que prodigaba mi amor y mi obediencia. Esta era mi manera de consolarla ante las quejas de las profesoras por mi mal comportamiento. O muchas veces, porque la sentía llorar al lado de mi cama. Muchas de esas cartas iban acompañadas de besos marcados, dibujos, flores o anagramas con su nombre. En ellas plasmaba con ahínco mis mayores deseos, en esta correspondencia inició la metáfora, la comparación, el yo lírico, aunque a esta edad no lo interpretara de esta manera, sino que espontáneamente lo que del corazón saliera. “Nada me costó rayar una hoja… Solo tener una excusa para enamorar a mi madre, y ahí solita Se iba llenando de letras garrapateadas.”

Mi destinataria era la musa y causa de que este género epistolar fuera el cordón umbilical. De alguna manera, las palabras eran consuelo y reconocimiento. Por mucho tiempo alimenté la carta como vínculo con los seres que más amaba. Me sentía segura en él porque sentía que quién las leía, el alma le tocaba. En el colegio tuve una mejor amiga en octavo, que por cosas de la vida, emigró con su familia a España, ambas teníamos tal vez 13 años. En ese tiempo no había celular, las llamadas por Telecom eran costosísimas y el internet aún no se popularizaba. Las cartas volvieron a ser el vínculo de una amistad sincera. Recuerdo que el costo de la mensajería era tan alto, que era necesario escribir sin importar las márgenes y hacer de la letra una artesanía para expresarle a mi amiga todo lo que estaba viviendo en mi adolescencia, y lo que veía de mi país; la bandera de Colombia relumbraba en los bordes como signo de identidad y nostalgia. “No digas que no te he escrito, Mira bien el tejado de tu casa Y verás que las golondrinas son todas de papel.” Luis Jairo Henao

Cuando decidí hacer mis primeros diarios, inicié con las cartas a mí misma, una manera de desdoblarme en un yo que pudiera revisarse e interpelarse con sinceridad. Jueza de mi misma, la narrativa fue creciendo, y allí empezó a nacer los personajes. Cuando a los 14 años leí Mientras llueve de Fernando Soto Aparicio y a los 15 años leí Drácula de Bram Stoker


comprendí que el género epistolar rompía con distancias y claustros para avizorar otros destinatarios que esperan un reencuentro, que se haga justicia o sencillamente pueden ser nuestros salvavidas. La Carta siempre llega al lector indicado o cumple su travesía cuando otros ojos pueden ver con nuestra mirada. Finalmente, en esta carta a la infancia, hablo a una infancia que no solo está en las niñas y los niños, sino también en los adultos que necesitan desconectarse de dispositivos que repiten a intervalos la incomunicación y el solipsismo. Aquellos que se avergonzaron de sus plumas inocentes para encriptarse en mensajes de textos rehusados y en la hojarasca de los sentimientos hechos y las palabras tomadas por memes. Hoy agradezco al género epistolar el camino que me dio para seguir ahondando en la literatura como el único destino al que quiero llegar, así se me presenten todas las adversidades que el acto creativo conlleva, encontré en la carta el sinceramiento que se necesita para alcanzar una lectora o un lector, siempre llevando un mensaje de sabidurías insurgentes, de la mujer que nace en su propio lenguaje. Mano que escribe, Su trazo firme como el sol al mediodía.

En la Fundación es tradición escribir, sobre la libertad hicimos un taller que se llamó Cartas sobre la mesa donde hicimos una correspondencia que fue dirigida a diferentes sectores de nuestra sociedad como a nuestros gobernantes o a los indígenas, este proyecto nos dejó muchas satisfacciones porque nos dimos cuenta que teníamos mucho que decir. En la Fundación desde muy pequeños nos enseñan lo importante de la literatura para nuestra vida, nos enseñan el gusto por la lectura y por ello a los más pequeños se les estimula con cuentos e historias. Jenifer Castaño En Cartas sobre la mesa hablamos de las noticias de actualidad y opinamos acerca del tema, redactamos textos que expliquen nuestras pinturas y expresamos lo que sentimos. Las letras son un medio de comunicación muy importante para nosotros, durante el transcurso de las clases aprendimos a expresar fluidamente nuestros sueños y pensamientos. Mantuvimos correspondencia entre nosotros y nos contamos acerca de nuestras costumbres, de nuestra ciudad, de nuestros gustos y de la misma forma, otros nos hablaron de sus vidas, aprendimos acerca de una cultura diferente, y de cuanto puede cambiar culturalmente todo de una mirada a otra. También tuvimos un taller de estimulación a la lectura, donde aprendimos lo mágicos que pueden ser los libros. Nadar entre las letras y los sentimientos que trasmiten lo importante de la comunicación escrita y la estructura de un escrito o la buena ortografía, aspectos tan importantes en la literatura son los que aprendemos, además la buena interpretación lectora, para los que debemos presentar pruebas de estado, estas clases fueron muy significativas, porque conocimos acerca del secreto de las palabras y de cómo hacer que con unas palabras cambie el mundo. Anita Espinosa

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Carolina Hidalgo

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Escribir cartas ha sido una practica de conocimiento, de conocer el mundo que nos rodea, de conocer la vida que viven otras personas, de conocernos nosotros mismos, pero sobre todo de descubrir el valor de la palabra para llevar consuelo y esperanza. En Colombia hemos vivido situaciones dolorosas y los niños y jóvenes hemos estado allí, casi como si no estuviéramos, pero nosotros lo hemos visto todo, hemos asistido a cada muerte, a cada dolor, a cada espera, hemos dicho basta, pero no se nos ha escuchado, con Cartas sobre la mesa hemos dicho: aquí estamos, sentimos, sabemos, conocemos, nos dimos cuenta, podemos ayudar, hemos tendido nuestra mano, hemos expresado nuestra tristeza y nuestra esperanza. Erick Cardona Un día en clase de literatura nos dijeron: escriban una carta a una persona secuestrada, y nos imaginamos la oscuridad, la tristeza y la soledad en que muchas personas vivían en la lejanía de una selva y creo que fue en esos momentos en que supe qué era Colombia, un país, de muchos países, el de los ricos, el de los pobres, el de los buenos, el de los malos, el de los niños, el de los adultos, el de los hombres, el de las mujeres, el de los que aman, el de los que odian, el de los campesinos, el de los indígenas, el de la ciudad, que bueno seria que un día escribiéramos a un solo país: el de todos. Luisa Fernanda Han sido muchas cartas las que he escrito desde que estoy en la Fundación y todas me han mostrado que, aunque me queje hay otras personas que viven peor que yo, que puedo dar a otros una palabra de amor y esperanza. Jhonatan Yo he participado en casi todas las versiones de Cartas sobre la mesa, al principio si bien no me parecía difícil, sí me daba pena que me leyeran, ni siquiera me gustaba firmar las cartas, hoy cuando veo los libros de las cartas me doy cuenta que dice “anónimo”, yo se que son mías y me arrepiento de no haberlas firmado. Hoy escribo mucho, ya no solo como parte de las actividades en la Fundación, sino a mi familia, a los amigos, y sobre todo a mi misma, pues he entendido que el escribir es como una huella que dejo en el mundo, como un testimonio de mi existencia, de mi modo de pensar y sentir en cada momento de mi vida. Valentina A mi me gusta más escribir cuentos que cartas, pero sé que el gusto por la escritura, lo desarrollé a partir de escribir cartas, me gustan mas los cuentos porque prefiero escribir cosas futuristas, describir personajes, historias, manejar el tiempo, en las cartas es transmitir un mensaje o un sentimiento y casi siempre el mensaje parte de la realidad. Samuel Arango


Hace tres años estoy escribiendo cartas y esto me ha servido para mejorar la escritura y lectura, he escrito a las mujeres, a mis amigos, a los migrantes, a los desaparecidos. Esto me ha hecho conocer las vidas y los problemas que viven otras personas, nosotros a veces nos ponemos tristes porque nos sentimos mal, porque creemos que nos pasan cosas malas, o porque no tenemos lo suficiente, pero cuando nos damos cuenta que muchas personas tienen una vida mas difícil que nosotros solo nos queda dar gracias a Dios por que somos muy afortunados, por ejemplo, yo no sabia que había tantas personas que desaparecen, me da mucha tristeza saber que muchos son niños, pienso en sus familias y les escribí cartas para que no perdieran la fe que esas personas un día volverán. Jheriel Cartas sobre la mesa es símbolo del sentido que entrañan todas aquellas acciones que hacen viable y sostenible la vida en comunidad, es una apuesta a la esperanza, un inventario de transiciones y reparaciones, este proceso es un baluarte al no olvido, un reconocimiento para con todas las voces que nunca pudieron expresar lo que algunos de sus seres queridos aún esperan la verdad. Hasta hace algún tiempo era ajeno a esta realidad, aun comparto la visión ilusoria del Estado como un rector social que podía dirigir, edificar, consolidar la sociedad colombiana, desconocía, que mi país estaba en guerra por más de 50 años y aún atrás en el tiempo, que no solo era en la ciudades como lo decían los noticieros, en los 80S y 90S con el auge de la coca y las faltas de oportunidades para los campesinos olvidados por el Estado, el conflicto se libró por parte de los actores en los dos frentes generando heridas culturales y sociales, en muchas regiones del país que deben ser reparadas y sanadas dentro de las transiciones. El respeto y la tolerancia, frente al pensamiento del otro, siendo el primero cuestionado con solo portar un arma, se le dio un desfigurado sentido a la palabra, en el escenario actual cuando todos los vinculados, intentan pasar la página y mirar un nuevo horizonte, estos dos valores son la base que posibilitaría la vida en comunidad de tantos victimarios y víctimas, que retornan a sus lugares de origen, y los que ni siquiera se atrevieron a volver,

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La primera carta que escribí en toda la vida fue a una persona secuestrada, tenia nueve años y eso marcó un momento en mi vida, no solo por que fue la primera carta que escribí en la vida, sino porque a partir de ese momento tengo interés en las cosas que pasan en el país, uno de niña piensa en jugar y no se entera mucho de las cosas que suceden fuera de su entorno, pero el conocer esa situación, las familias de las personas secuestradas, que en las clases nos hablaran de esa problemática, me hizo ser mas sensible, mas reflexiva de los acontecimientos de nuestro país. Yo le escribía al mayor Guevara y trataba de informarme de todas las noticias que salían sobre él, lo sentía casi como un familiar, al igual que su mamá, no se si mis cartas llegaron a él, porque esta historia no tuvo un final feliz, el mayor no regreso de su cautiverio, y cuando supe del desenlace de ese acontecimiento lloré como si hubiera perdido un hermano, aún lloró cuando lo recuerdo, y espero que ya que está en otro plano sepa que a muchas personas si nos importaba su vida. Daniela Pérez

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ellos que intentan encontrar un lugar de nuevo en la sociedad, sólo a través del reconocimiento en el otro como semejante. La fraternidad será el combustible para lograr el encuentro en la diferencias de pensamientos, discursos, intereses, valores, la forma de vivir cambia después de que te tocan las historias, las vivencias, los relatos, es por esto que conciliar entre las partes permitirá restablecer el lazo social, es necesario reconocer que pensamos, y tenemos intereses diversos, lo que no implica imponer posturas al otro, en el caso del conflicto armado sin mediar palabra. Él perdón, en el caso del conflicto armado implica amor, requiere un acto de amor hacia sí mismo y hacia el otro, después de todo el identificarse con el dolor del otro, es reconocer la falta y tratar de reparar el daño, así los que obraron contra sus semejantes, colocando en medio de todo las víctimas, buscan en la actualidad volver a encontrarse con su humanidad, esa que la guerra les quitó, mi deber como ciudadano creo es acoger esa solicitud y esperar que la sociedad haga lo mismo por la prosperidad del país. Realmente vale la pena ver con filtros a los otros, como reconocer nuestra diversidad ideológica, cultural, geográfica, el fin del conflicto armado debe pensarse como un cambio de sentido y forma de pensar el mundo, de actuar entre iguales, en este sentido la no exclusión tiene un papel fundamental. Por último, hablar sobre el dolor y silenciamiento del otro del conflicto armado, es algo que me genera temor, ¿cómo identificarse con el dolor del otro, y así ayudarlo a sanar? Es quizá la pregunta que suscita el pensar en el motivo de esta carta, así reconocer las transiciones que conlleva las pugnas, diferencias y sensibilidades producidas por el conflicto armado vivido por el pueblo colombiano, es uno de los retos que sectores del poder desconocen alejados de una realidad que los vincula parcialmente, pero no los afecta directamente. Carlos Mauricio Marín Los jóvenes de Colombia viven en diferentes contextos violentos, por esa razón están preparados para cualquier situación, viven a la defensiva, con desconfianza, creo yo que es una manera de sobrevivir en este mundo, la invitación a escribir cartas ha sido un llamado a mirarnos y mirar la sociedad, en esa mirada hemos visto que cada uno de nosotros somos responsables de lo que pasa y que está en nuestras manos cambiar lo que no nos gusta, las cartas que escribí en las diferentes versiones de Cartas sobre la mesa, tenían diferentes destinatarios, pero también eran para mí, para darme esperanza, para darme confianza, para darme valor para seguir adelante, las cartas que escribí fueron cartas que me hubiera gustado recibir. Junior Mejía


Nuestro proyecto, Cartas sobre la mesa, sale de los salones de clase, viaja a otros lugares y contacta con personas, contribuye a la formación de niños y niñas como futuros ciudadanos comprometidos, invita a todos los lectores a escuchar su voces y soñar con un mundo distinto. Comprometerse con el cambio y realizar acciones decididas para hacerlo efectivo.

Participar en Cartas sobre la mesa ha sido un acto tan terapéutico como doloroso. Un ejercicio cotidiano que nos dio la posibilidad de abrir nuevos mundos y conectarnos con las personas en la distancia. Escribir cartas es una manifestación humana que nos da la posibilidad de las necesidades, los sentimientos y los sueños. Para los más grandes a los más chicos resulta igual de puro plasmar en un papel un mensaje para la persona que amamos, olvidamos o perdonamos. Los ejercicios de escritura estaban orientados a poder hablar del tiempo, de la vida y de los sueños. Los más pequeños les escribieron la carta a sus amigos más cercanos donde agradecían o compartían alguna experiencia que los movilizara. En el caso de los grandes la indicación fue la misma, sin embargo los resultados fueron totalmente diferentes. Casi ninguna de las cartas tenia destinatario, ellos y ellas se escribían así mismos, casi en un acto de auto descripción. Ellas y ellos dejaron una parte de sí mismos: qué querían lograr, se recordaron momentos de la vida, lo que les angustia, el futuro que espera. La libertad que ofrece el ejercicio de escribir es única, está compuesta por todas nuestras personalidades, puede ir escrita en códigos o tan literal que todo el mundo la entienda, las cartas de olvido, esperanza, odio o amor, cumplieron su objetivo, el reconocimiento. Nicolás Muñoz A veces llegan cartas La correspondencia es la forma utópica de la conversación porque anula el presente y hace del futuro el único lugar posible del diálogo.

Ricardo Piglia

En esta época en la que estamos hiperconectados, hay decenas de formas de enviar un mensaje más efectivas, más rápidas y más sencillas que la de escribir una carta. Aun así, las cartas tienen un encanto extraordinario: escribir una carta a mano es un proceso minucioso que implica un ritmo personal, una marca única que nos descubre como seres humanos de carne y hueso, e indica una intención y un tiempo que se dedica únicamente a esa actividad, no como cuando respondemos por mail mientras miramos la tele. Debemos destinar tiempo para hacerla y sobretodo, pensar en su destinatario. Ese cariño y tiempo que tomaron los niños y niñas de la Fundación Enfances 2/32 para escribirle así a alguien, definitivamente llega al corazón y es el resultado de un trabajo dedicado tanto de

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Elena Villegas

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quienes las escribieron como de quienes, de una u otra forma, participaron en el ejercicio. Conozco el hermoso proyecto de Cartas sobre la mesa publicado en su primera edición en 2008 y he seguido su proceso, que aunque no involucra necesariamente a los mismos niños ni toca los mismos temas, si tiene la misma noble intención de hacerlos reflexionar sobre un mundo que parece no entregarles muchas opciones, su sinceridad autentica y desgarrada, conmueve hasta las lagrimas. Este proyecto tiene diversos influjos: el despertar epistolar que seguramente dejará una huella imborrable en los niños y niñas que escribieron cartas a un padre o madre que perdió su hijo, a un amigo, a ellos mismos o a su madre como la heroína de su historia personal. También a los padres y madres de estos pequeños remitentes que no solo recibirán estas cartas sino que a su vez escribieron a sus hijos, en muchos casos por primera vez, una carta expresando sus sentimientos. Y está además el impacto que dejará en cada lector, este maravilloso trabajo no pasará desapercibido y, sobre todo, será siempre pertinente en nuestra historia que parece repetirse una y otra vez en acontecimientos que inicialmente nos hacen indignar y se nos antojan inverosímiles y después empiezan a hacer parte de nuestra cotidianidad o nueva “normalidad”. Poner las cartas sobre la mesa, permitirá que la memoria del corazón sea más fuerte que el olvido.


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A manera de posdata

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A manera de posdata “Como la araña con su tela, cada individuo teje relaciones entre sí mismo y determinadas propiedades de los objetos; los numerosos hilos se entretejen y finalmente forman la base de la propia existencia del individuo”.

¿Qué sociedad soñamos? A partir de este cuestionamiento, en la Fundación Enfances 2/32, nos propusimos construir espacios compartidos de indagación y pensamiento, para apostarle al ejercicio dialógico de poner en relación el pasado con el presente para imaginar un futuro mejor y posible con las niñas y niños e impulsarlos a crear su propia historia. Comprometidos con la tarea de practicar arte honesto y cohesionador, trabajamos a través de palabras e imágenes, recreamos anhelos, pesadillas, dolores y alegrías, individuales y colectivas, priorizando la posibilidad de dar lugar a un intercambio que concilie los dolores generacionales y los emergentes, con la fuerza que nos da la esperanza de un futuro mejor. Buscamos impulsar acciones que contribuyan a que la pesadilla de la guerra, la injusticia e inequidad lleguen a su fin, para construir un futuro decente y, sobre todo, respetuoso con la vida. La Fundación Enfances 232 ha construido con y para los niños, niñas y sus familias una zona de protección donde, de la mano del arte, la cultura, la palabra, los sueños y a fuerza de insistencia sobrevivir, mientras afuera llueve y las coplas de mujeres y hombres se mezclan con las gotas que parecen adormilarse, mientras preparamos un nuevo viaje. Decidimos salir, cantar, marchar, embriagarnos de sueños, de miradas, de tonadas, del olor a barro, del río limpio, emprendiendo nuevos viajes. Tenemos el arte y esta memoria insobornable. Buscamos otros cruces de caminos donde la vida vuelva a ser sagrada e intocable, para alejarnos de la barbarie, para despertarnos de la analgesia infame, para esterilizarnos contra la miseria y el terror, y con este esperanzado amor construir nuevos cuadros, para emprender este viaje rumbo a mejores tiempos. Fundación Enfances 2/32 Francia Colombia

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Jakob von Uexküll

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