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Una extensión de la vida en el hogar

Cómo eran tus lunes por la mañana en segundo grado? ¿Esperabas jugar con tus amigos en el recreo después de no verlos ¿durante varios días? ¿O temías los lunes porque sabías que el maestro te iba a dar una paliza? Que tal cosa sucediese regular y abiertamente parece intolerable para la gente del siglo XXI que vive en una sociedad libre, pero era una parte muy real de la vida de segundo grado para el jovencito Jonathan Park. Nacido y criado en Corea del Sur, Park, presidente de la Southeastern California Conference, experimentó de primera mano a una edad muy temprana lo que significaba seguir a Cristo independientemente de las dolorosas consecuencias terrenales.

Ambos padres de Jonathan aceptaron el mensaje adventista cuando eran adultos jóvenes y se dedicaron fervientemente al ministerio, principalmente como plantadores de iglesias. Hasta el día de hoy, activamente buscan oportunidades para ganar almas, dar estudios bíblicos y llevar a otros a la iglesia adventista. Su dedicación ha sido una inspiración para él.

Durante los primeros años de su educación Jonathan asistió a escuelas públicas coreanas, donde era obligatoria la asistencia los sábados. Aunque en el primer grado se le permitió faltar a la escuela el sábado, en segundo grado el castigo lo esperaba todos los lunes por la mañana por no haber asistido el sábado. El maestro lo golpeaba y le hacía esperar en el pasillo de rodillas con las manos en alto. Las diferentes convicciones religiosas no se reconocían y mucho menos se respetaban.

Aunque los padres de Jonathan suplicaron a la escuela que se le diese un mejor tratamiento, finalmente tomaron la decisión de retirar a su hijo de la escuela pública y en su lugar enviarlo a la escuela adventista «más cercana», que estaba a dos horas en autobús.

Debido a que la escuela estaba tan lejos, la familia hizo arreglos para que su hijo —que estaba en la primaria— se quedase en el dormitorio para estudiantes de secundaria y preparatoria, lo que le convirtió en el más joven del grupo. Mientras reflexiona sobre esa experiencia, ahora Jonathan la compara con un arreglo similar al que Ana hizo para que su hijo, el joven Samuel, fuese a vivir y estudiase con el sacerdote Elí. Jonathan aprendió rápidamente a disfrutar de sus nuevos arreglos y disfrutó de la vida con los estudiantes mayores, así como de la amabilidad y el estilo de vida saludable y positivo mostrados por los maestros.

En su adolescencia, la familia emigró a los Estados Unidos, donde Jonathan asistió a la San Pasqual Academy (SPA) cuyo internado en ese momento estaba cerca de Escondido, California.

«Atesoro muchos buenos recuerdos de San Pasqual Academy», comenta Jonathan de sus días en esa escuela. «Aprecio a todos los maestros,

porque fueron tanto padres como maestros para todos nosotros». Un recuerdo que a Jonathan le gusta particularmente es el próspero programa de gimnasia dirigido por Paul Chung y la tutoría que recibió bajo su dirección.

«Él impactó mi vida al guiarme, permitiéndome crecer como un estudiante responsable y, finalmente, como un hombre», recuerda Jonathan. «Pasó tiempo de calidad conmigo y con todos sus estudiantes, invitándonos a su casa para cenar y pasar tiempo juntos».

Jonathan aprecia el hecho de que Chung, junto con la facultad de SPA, enseñó a los estudiantes el valor de la honestidad, el trabajo duro y los valores cristianos adventistas, no solo en la escuela y académicamente, sino al pasar tiempo con los estudiantes fuera de las clases y la tutoría.

La decisión de ser pastor fue bastante fácil para Jonathan después de toda una vida de ejemplos de fe en su propia familia, de sus padres y de un tío que es pastor (ahora retirado), y los ejemplos de bondad y tutoría que se le mostraron a través de maestros y mentores adventistas.

Aunque su familia nunca lo presionó para que fuese pastor, fueron los mayores partidarios de Jonathan a través de la afirmación positiva, el aliento y la oración incesante. A través del ejemplo de su tío, Jonathan aprendió que como pastor tiene el privilegio y la responsabilidad de ser un impacto positivo para la eternidad en la vida de las personas.

Jonathan ha dedicado su vida a ser un impacto positivo para la eternidad a través del servicio a la iglesia. Obtuvo su maestría en Divinidad y doctorado en Ministerio de Andrews University. Pastoreó numerosas iglesias en California hasta 2013, cuando pasó a servir en la Southeastern California Conference, como vicepresidente de Ministerios de Asia/Pacífico de 2010 a 2013, secretario ejecutivo de 2013 a 2021, y ahora como presidente.

Jonathan y Ashley Park son padres de tres hijos adultos, y casi adultos, todos los cuales prosperan en sus respectivos estudios y profesiones como director de enseñanza en una escuela adventista, misionero estudiantil y uno por graduarse en la academia.

Para Jonathan Park, la educación adventista es algo que experimentó de primera mano, incluso antes de asistir a una escuela adventista. La vio modelada en la vida de sus padres primero y después en sus maestros y mentores. Él cree que la educación adventista es una extensión de la vida en el hogar y, como tal, es una herramienta poderosa para edificar el reino de Dios. Cree que cuando los jóvenes tienen una base positiva y saludable en su experiencia adventista tanto en el hogar como en la escuela, eso los prepara para el mundo de la mejor manera posible.

«Creo en la educación adventista. Si no creyese en ello, no habría puesto a mis tres hijos en escuelas adventistas», enfatiza Jonathan. «El valor de lo que se enseña en el hogar es muy importante y la educación adventista ofrece otra capa de valores cristianos que los niños necesitan experimentar para expandirse y crecer».

Oremos por nuestros maestros y estudiantes

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