la palabra y el hombre editorial [octubre-diciembre, 2016]
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En el pasado mes de abril se inauguró en el Palacio de Bellas Artes la muestra Nacho López. Fotógrafo de México, una retrospectiva que conmemoró los 30 años de su fallecimiento y en la que el público pudo observar la heterogénea obra de uno de los artistas mexicanos más importantes del siglo xx. La Palabra y el Hombre recoge parte de esa muestra y cierra el 2016 con este número que recorre, a través de la fotografía, la mirada estética, social, histórica y política de un artista que habitó México. Ignacio López Bocanegra, mejor conocido como Nacho López, experimentó el mundo mediante diversos modos de representar la imagen. Si bien su trabajo suele asociarse sobre todo con el fotoperiodismo –por sus registros de la vida cotidiana en la Ciudad de México–, también incursionó en el cine, el ensayo y la crítica, siempre en torno a la fotografía, quizá su más grande pasión. Esos diversos caminares temáticos y ese andar a la caza de lo posible moldearon su mirada inquietante, que lo mismo podía captar la realidad –lo que tradicionalmente se ha identificado con la fotografía– que inventarla; es decir, una realidad que el sujeto construye, y a la vez una construcción que mira a éste. En algún momento, los pasos de Nacho López llegaron hasta la ciudad de Xalapa y parece que aún no la han dejado. Porque a tres décadas de su muerte, su influencia sigue viva en la Universidad Veracruzana a través de las enseñanzas que dejó en sus jóvenes estudiantes de la Facultad de Artes, que ahora son maestros de ésta y otras escuelas de arte en el país. Pero también gracias a su pensamiento hecho imagen que todavía dialoga con nuestra subjetividad. Esperamos que esta publicación sirva de homenaje y punto de partida hacia nuevos recorridos de un artista que no sólo habitó y fotografió México sino, igualmente, el estado de Veracruz. LPyH
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LA PALABRA Y EL HOMBRE
Revista de la Universidad Veracruzana número 38 • octubre-diciembre, 2016
directorio Universidad Veracruzana Rectora: Sara Ladrón de Guevara González Secretaria Académica: Leticia Rodríguez Audirac Secretaria de Administración y Finanzas: Clementina Guerrero García Secretario de la Rectoría: Octavio Ochoa Contreras Director Editorial: Édgar García Valencia La Palabra y el Hombre Fundadores: Gonzalo Aguirre Beltrán, Fernando Salmerón, Sergio Galindo (director) Encargado de la dirección: Mario Muñoz Editora responsable: Diana Luz Sánchez Flores Consejo de redacción: Jesús Guerrero, Marianela Hernández, Lino Monanegi, Carlos Rojas Comité editorial: Remedios Álvarez, Emil Awad, René Barffusón, Ángel José Fernández, Marilú Galván, Maite González, Mercedes Lozano, Nidia Vincent Comité consultivo: Félix Báez-Jorge, Francisco Beverido, Malva Flores, Felipe Garrido, Gilberto Giménez, León Guillermo Gutiérrez, Pepe Maya, Julio Ortega, Ricardo Pérez Montfort, Sergio Pitol, Julio Quesada, Rossana Reguillo, Alberto Tovalín, Eduardo de la Vega Alfaro, Héctor Vicario Responsables de sección: Palabra: Mercedes Lozano Estado y sociedad: Remedios Álvarez Artes y Dossier: Leonardo Rodríguez Coordinador y editor de imagen, diseño del dossier : Leonardo Rodríguez Asistente de edición: Itzel Olivares B. Distribución, ventas y publicidad: Eliel L. Sangabriel Relaciones públicas y suscripciones: Maricruz G. Limón Servicio Social: Abril Rodríguez, Paola Staufert, Yurico Vasconcelos Diseño editorial y composición tipográfica: David Medina correspondencia: Hidalgo 9, Col. Centro, 91000 Xalapa, Veracruz, México. Tels. y fax: 2288-181388, 2288-184843 y 2288-185980 Correo electrónico: lapalabrayelhombre@uv.mx lapalabrayelhombre@yahoo.com.mx www.uv.mx/lapalabrayelhombre La Palabra y el Hombre. Revista de la Universidad Veracruzana. Edición trimestral. Núm. de Certificado de Reserva: 04-2007120412293700-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 14245. Número de Licitud de Contenido: 11818. Impreso en Preprensa Digital, Caravaggio núm. 30, col. Mixcoac, México, D.F., 03910.
núm.38 sumario otoño 2016
ESTADO Y SOCIEDAD
6 Jaime López Vela: Matrimonio igualitario 12 Manuel Sol Rodríguez y Ricardo García Valdez: Una reflexión sobre el combate a la discriminación y su estereotipo 18 María Isabel Alfonso: ¿Fidel? ¿Castro? ¿O una Cuba para todos? 22 Dimas Castellanos: Fidel Castro, seis hechos para una valoración
LA PALABRA
28. Germán Rodríguez: Humboldt: creador de la idea de globalización. Entrevista con Hans-Otto Dill 33. Julio Quesada: En el principio era la traducción 37. José Agostinho Baptista: Magdalena del mar 39. Griselda Cruz: Los camuflajes de Capote periodista 43. Raquel Martínez-Gómez: Abira y el espejismo del Atlas
DOSSIER 49 Nacho López. Fotógrafo de México 65 Daniel Mendoza Alafita: Nacho López, educador
Coordinación del número: Alberto Tovalín Ahumada y Leonardo Rodríguez Imágenes de portada y contraportada: Nacho López: Sin título, ca. 1970.
Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407235; Sin título, Ciudad de México, ca. 1959. Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 409705.
ENTRE LIBROS 67 Lino Monanegi: Nacho López. Fotógrafo de México, de José Antonio Rodríguez y Alberto Tovalín Ahumada 69 Shanik Sánchez: El umbral. María Teresa de Medina, la dama insurgente, de Roberto Peredo 71 Alberto Álvarez Alejo: Demonios en casa, de Pedro Ángel Palou 73 Daniella Blejer: Poesía + novela = Poesía. La apuesta de Roberto Bolaño, de Florence Olivier 75 Mario Salvatierra: Cartas de Kelly, de Wolf Wondratscheck
MISCELÁNEA 77 81 83 85
María Eugenia Ávila Urbina: Luis González de Alba, entre lo íntimo y lo político Germán Martínez Aceves: Hosmé Israel y La virgen loca Yuliana Rivera: El mito de Los Relámpagos del Norte David Vicente García: The VVitch, un nuevo cine de terror
88 Patricio: De plagios a plagios
Autorretrato en estudio, ca. 1960. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 406930.
Jaime López Vela, abogado activista del movimiento lgbt y diputado suplente a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, revisa los antecedentes sobre el matrimonio igualitario en nuestro país y plantea la problemática al respecto. Complementando este texto, Manuel Sol Rodríguez y Ricardo García Valdez exponen los peligros que existen al combatir la discriminación, por los estereotipos de los que a menudo se parte.
Sociedad En ocasión del 90 aniversario de Fidel Castro, La Palabra y el Hombre consideró oportuno incluir un balance sobre el líder de la Revolución cubana. Son dos los autores isleños que escriben, desde dos lugares de residencia: Isabel Alfonso desde Estados Unidos, y Dimas Castellanos, en la disidencia, desde Cuba. Ambos hacen una valoración de quien fuera mandatario de la isla por cerca de cincuenta años. LPyH
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estado y
Barrenderos públicos, Ciudad de México, ca. 1955. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407056. >
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Manuel Marsol: El Llano en llamas
Matrimonio igualitario* Jaime López Vela
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l matrimonio igualitario es el resultado de la lucha que, durante generaciones, han emprendido personas y colectivos por los derechos humanos de igualdad y no discriminación de personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero (lgbt) en el mundo para protegerse a sí mismos y a sus familias. Las uniones de hecho entre personas del mismo sexo han existido desde hace tiempo sin contar con la protección de la ley. Con esta finalidad se han legalizado en México y el mundo diversas figuras jurídicas, uniones civiles como la Sociedad de Convivencia o el Pacto Civil de Solidaridad; sin embargo, sólo la unión civil del matrimonio otorga los mismos derechos a parejas de heterosexuales y homosexuales, los hace iguales ante la ley, y reconoce y otorga seguridad social, pensión alimentaria, posibilidad de heredar y adoptar, de ahí el nombre. El matrimonio igualitario da protección jurídica a las parejas que deciden construir un proyecto de vida en común y brindarse apoyo y solidaridad mutua. Cuando se reformó el Código Civil del entonces Distrito Federal –diciembre de 2009–, los legisla-
dores, con base en sus facultades, modificaron el concepto de matrimonio y suprimieron la obligación de contraerlo para procrear hijos pues, en efecto, no todas las parejas lo hacen con esa finalidad, además de que obligar a las personas a cumplir con ello constituye una franca intromisión en su vida privada. El gobierno federal de entonces, encabezado por Felipe Calderón Hinojosa, interpuso la acción de inconstitucionalidad 02/2010 en contra de este reconocimiento legal, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación; frente a ello la Corte resolvió, apoyada por estudios de la unam y de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal: • Que no puede negarse el derecho al matrimonio, toda vez que no se puede discriminar a un grupo de personas por una condición en específico, en este caso, la orientación sexual. • Que la Constitución de nuestro país no protege un solo modelo de familia pues, en efecto, existen muchos tipos, como las integradas por parejas del mismo sexo; por ello se les debe proteger por igual y sin discriminación. • Que el matrimonio entre personas del mismo sexo es cons-
titucional; es decir, no violenta ninguna ley. • Que tiene validez en todo el país, de la misma manera que una persona que se casa en cualquier estado al interior del país puede hacer valer, en la Ciudad de México o en otro estado, sus derechos. • Que las parejas del mismo sexo tienen derecho a la adopción, puesto que esta es una forma de ampliar una familia, y las parejas del mismo sexo también son familias. Además, quienes se casan pueden acceder a este derecho, pero no es automático, sino que deben someterse al escrutinio de un juez, quien después de valorar la situación social, económica y emocional de la pareja en cuestión, decidirá si están en capacidad para adoptar a un menor, teniendo en cuenta además el interés superior de éste; es decir, es al menor al que se busca proteger a partir de incorporarlo a una familia que le pueda brindar atención y cuidados. Este derecho quedó entonces reconocido para el Distrito Federal; muchas parejas del interior del país han venido aquí para casarse y hacer que se reconozca su matrimonio en sus estados. En otros casos, parejas del mismo sexo lo han logrado a partir de juicios de amparo; es decir, acuden ante un juez del registro civil de sus estados, en donde no está reconocido el matrimonio gay, y solicitan este derecho. Una vez que se les niega, interponen un juicio de amparo, que ha sido resuelto a su favor pues, en efecto, bajo las resoluciones de la Corte y el principio de no discriminación e igualdad constitucional, no se puede negar este derecho en la actualidad. Estos y otros juicios contra los códigos civiles de los estados, litigados durante estos años, hicieron que la Corte de-
De la serie Un día cualquiera en la vida de la ciudad, Ciudad de México, 1958. Acervo Documental y Artístico Nacho López, Colección fotografías.
ción sexual y la identidad de género como elementos con los que las personas construyen la Identidad Sexual propia y por ende son sujetos de derechos. El libre desarrollo de la personalidad reconoce el derecho de todo ser humano a realizarse así como a autodeterminar, diseñar y dirigir su vida, a establecer un proyecto de vida propio; por ello, no se le puede impedir asumir la identidad sexual con la que se identifique –Queer por ejemplo–, ni se le puede negar el derecho al matrimonio con otra persona de su mismo sexo, incluyendo el goce efectivo de todo el sistema de derechos y libertades fundamentales. La Corte tomó nota de las constantes y brutales violaciones a los derechos humanos de personas lgbt a partir de sentencias que le presentamos y por ello
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miliares a fin de incluir el derecho al matrimonio sin discriminación. A la fecha, sólo en el df –hoy Ciudad de México–, Quintana Roo, Colima, Nayarit, Jalisco, Morelos, Michoacán, Campeche y Coahuila se ha reconocido y legislado en favor de este derecho. La Corte está representada por ministros que tienen como función velar por el orden constitucional y decidir de manera definitiva controversias como la que se presentó en estos juicios, y se ha basado para sus resoluciones en los principios que establece nuestra constitución, de libertad, igualdad, seguridad jurídica y no discriminación, que son los que rigen en México, además del derecho humano que tienen las personas al libre desarrollo de la personalidad. Esto significa que tenemos derecho a ser como somos, reconociendo la orienta-
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cretara en junio de 2015, por medio de una tesis jurisprudencial (043/2015), que todos aquellos códigos civiles y familiares de las entidades federativas que ciñen el derecho al matrimonio a la procreación y la realización entre hombre y mujer son inconstitucionales, pues violentan el principio de no discriminación y de igualdad, base de los derechos humanos. La discusión jurídica iniciada en 2010 ante la Corte sobre si las parejas del mismo sexo tienen derecho al matrimonio y a la adopción concluyó, así, en el seno del máximo órgano judicial, que no hay autoridad que pueda modificar esta resolución. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió una recomendación para pedir a los congresos locales de las entidades federativas que modifiquen sus códigos civiles y fa-
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De la serie Voceadores, filósofos de la noticia, 1951. Colección Carlos Monsiváis. Museo del Estanquillo
elaboró el Protocolo para quienes imparten justicia en casos que involucran la orientación sexual e identidad de género (agosto, 2014). En efecto, aun cuando la Corte ha utilizado en algunas ocasiones el término de preferencias sexuales, los ministros infieren que aluden a la orientación sexual e identidad de género, base de los derechos lgbt reconocidos en el mundo, pues en los instrumentos internacionales sobre la materia no existe dicho término. En México no hemos logrado que la Constitución se reforme con los términos correctos.
En 2001 se incluyó preferencias y en 2011 preferencias sexuales (sic). Esa reforma constitucional sigue pendiente. Los legisladores, jueces y ministros que han intervenido para impulsar y resolver las controversias en torno a este derecho, han restituido la dignidad humana de personas lgbt atendiendo su clamor en la búsqueda de poner fin a la discriminación y la violencia que se ejercen contra este sector de la población –expulsión del hogar, lesiones, crímenes de odio, la afectación de la pandemia del vih/sida y suici-
dios, entre otros– motivadas por el rechazo a la orientación sexual –homofobia– y a la identidad de género –transfobia. Ellos han fundado sus resoluciones en los principios constitucionales de libertad, igualdad, seguridad jurídica y no discriminación, así como en el marco constitucional de los derechos humanos en vigor desde junio del 2011, el cual establece que, en la impartición de justicia, deberá brindarse la mayor protección a las personas en la búsqueda de justicia bajo lo que se denomina el control difuso de
Los legisladores, jueces y ministros que han intervenido para impulsar y resolver las controversias en torno a este derecho, han restituido la dignidad humana de personas lgbt atendiendo su clamor en la búsqueda de poner fin a la discriminación.
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ra por el pes, han reaccionado de manera virulenta con declaraciones y discursos ofensivos que denigran y atentan contra la condición lgbt, fomentando con ello las incitaciones a la violencia. En sus ataques se han atrevido a cuestionar y desafiar las resoluciones de la Corte, señalando que han fallado en la técnica jurídica al momento de resolver sobre derechos lgbt, erigiéndose como peritos en derecho, en clara ofensa para el sistema judicial en México. Lo mismo hacen algunos medios que cuestionan estos derechos al tiempo que evocan la libertad de expresión. Insisten en hacer valer que el matrimonio es un acto divino y que sólo puede ser entre hombre y mujer, y promueven el desconocimiento de que el matrimonio es un contrato civil, regulado por las leyes y que la Corte ya lo extendió a parejas de personas del mismo sexo, con lo que están fomentando la desobediencia y violando la ley. Se atreven a poner en entredicho los derechos alcanzados tras años de lucha contra la dis-
criminación y por la igualdad y la libertad. Estos dichos son insultantes y discriminatorios, cuestionan la manera en que la Corte se ha pronunciado todos estos años y pretenden regresar al debate inicial respecto de si somos familias, si tenemos derecho al matrimonio y a la adopción, que se agotó ante la máxima instancia judicial en nuestro país. Han dicho que los niños adoptados por parejas del mismo sexo serán violentados, inducidos a la perdición y que serán tratados como mascotas, en otra clara ofensa hacia nuestras personas y familias. Al respecto hay que decir que la Corte ha contado con elementos basados en el conocimiento científico para resolver sobre el derecho a la adopción de familias homoparentales, que demuestran que los menores desarrollan una identidad sexual propia, logran las mismas capacidades intelectuales, son igual de participativos y solidarios con los compañeros que reciben atención y protección de sus madres y padres, y que la única diferencia es que se trata de menores que son más tolerantes porque conocen la diversidad desde su casa. En tanto, la Iglesia católica insiste en hacer valer sus dogmas irracionales, basados en prejuicios y estereotipos, señalando que las personas homosexuales son aceptadas por esa institución siempre y cuando no ejerzan su sexualidad, mientras no sostengan relaciones sexuales. Dicen que el gobierno pone en peligro a la familia natural: mujer y hombre. Que todo esto se debe a la intervención de fuerzas extranjeras y a un supuesto lobby y dictadura gay, como nos llaman. Se niegan a reconocer que eso que llaman lobby gay en realidad son disposiciones de organismos
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convencionalidad; es decir, que las sentencias deben ser acordes con los principios universales de derechos humanos, en virtud de que México ha suscrito los principales tratados internacionales en la materia. Por ello, el titular del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, presentó una serie de iniciativas de ley el 17 de mayo de 2016 en el Marco del Día Nacional de Lucha contra la Homofobia junto con otras acciones: 1. Iniciativa de ley para modificar el Código Civil Federal para incluir este derecho, a fin de hacerlo valer en consulados mexicanos y para que se puedan expedir actas de nacimiento que reconozcan el derecho a la identidad de género. 2. Iniciativa de ley para que se incluya a nivel constitucional el derecho al matrimonio sin discriminación, al matrimonio igualitario, reformando para ello el artículo 4 constitucional. 3. Que se promueva la denuncia de leyes y reglamentos discriminatorios en los órdenes de gobierno que atenten contra derechos lgbt. 4. Insertar a México en el Grupo Núcleo de Derechos lgbt de la onu. En la actualidad se encuentra en curso de cumplimiento el Acuerdo Ministerial Prevenir con Educación, suscrito por México en agosto de 2008 en el marco de la xvii Conferencia Internacional sobre Sida para implementar la Educación Formal de la Sexualidad a fin de trabajar para erradicar los mitos y prejuicios en torno a la diversidad sexual. Ante esta situación diversos grupos conservadores, iglesias y ministros de culto (la ley sólo les reconoce este carácter, sus títulos de obispos y demás son nombramientos internos), auspiciados principalmente por el pan y aho-
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De la serie Un día cualquiera en la vida de la ciudad, Ciudad de México, 1958. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. Colección Nacho López. 406560.
internacionales como la onu, la oea, pe, que han emitido una serie de resoluciones en favor de los derechos lgbt a partir del reconocimiento expreso de la orientación sexual e identidad de género, basadas en los principios universales de los derechos humanos de que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Afirman los ministros de culto que actúan con base en su derecho a la libertad religiosa y de expresión, rechazando y desconociendo así que la Corte ha instituido que tales libertades no reconocen que los dichos homofóbicos sean parte de ellas, por ofensivos y discriminadores
(Amparo Directo en Revisión 2806/2012). Los prelados pretenden reabrir un debate concluido ante el máximo tribunal en México, la scjn, incurriendo así en claras incitaciones a la violencia en contra de las personas y familias lgbt; su intención es perpetuar con ello las tragedias de vida producto de la homofobia y la transfobia, como la expulsión del hogar, el suicidio, la afectación de la pandemia del vih/sida y los homicidios de odio en contra de este sector de la población. Están en contra del reconocimiento que hizo la Corte de que también somos familias.
Se conducen con doble moral, aplican un criterio inamovible para reconocer el avance de la ciencia y los derechos humanos, y sin embargo se valen de esos mismos instrumentos científicos cuando les conviene, por ejemplo, utilizar estudios de seudo científicos que hablan de curar la homosexualidad (sic) como si se tratara de una enfermedad. Esta doble moral les ha servido para encubrir a quienes han sido señalados como violadores –curas pederastas– dejando a víctimas de pederastia clerical indefensos, con el apoyo y la protección de gobernantes. Ellos confunden la orientación sexual y la identidad de género, como si se tratara de doctrinas, sistemas o movimientos, modas que se imponen, en lugar de reconocer los preceptos instituidos por la Organización Mundial de la Salud (oms) en torno a la orientación sexual e identidad de género como elementos integradores de la identidad sexual de las personas. La misma oms ha establecido que las terapias de reconversión –cura de la homosexualidad– deben prohibirse porque atentan contra la integridad, la dignidad y la salud emocional del interesado y pueden llevarlo al suicidio, pues, en efecto, no hay cura posible, toda vez que la homosexualidad no es una enfermedad, a diferencia de la homofobia, que es una conducta adquirida, basada en mitos, prejuicios y estereotipos construidos y difundidos en la sociedad por años ante la falta de educación formal acerca de la sexualidad. Los religiosos han suplantado y contravenido las resoluciones de la Corte de manera ofensiva, y buscan ahora hacer lo mismo con las declaraciones sobre la Salud Sexual de la Organización Mundial de la Salud, al
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Hoy contamos con todos estos elementos jurídicos y científicos para contestar con argumentos sólidos, basados en los derechos humanos, a los dichos homofóbicos y transfóbicos de los ministros de culto sin tener que recurrir a la confrontación o la agresión, como hacen ellos. LPyH
• Jaime López Vela es abogado, fundador de Agenda lgbt, a. c., organización que ha participado en iniciativas que hoy son ley en favor de la igualdad y no discriminación para personas lgbt, como el matrimonio gay en la Ciudad de México y el derecho a la identidad de género.
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* Extracto seleccionado, con autorización del autor, Jaime López Vela,
por éste y por Miguel Soria Gómez, del libro Derechos lgbt = Derechos humanos.
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dar lecciones sobre el ano, como lo han hecho recientemente. Ellos, que se supone son célibes, se erigen en peritos sobre relaciones familiares y sexuales y se niegan a reconocer la fuerza de resoluciones judiciales internacionales en favor de los derechos lgbt. Se apegan al marco internacional a su conveniencia, desconocen y rechazan que las fuerzas extranjeras a las que se refieren no son otra cosa que este marco internacional de los derechos humanos, fuentes que han establecido de manera muy clara, de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que toda persona nace libre e igual en derechos. Mientras que ellos se niegan a reconocer la fuerza de resoluciones judiciales internacionales en favor de los derechos lgbt, se apegan a otras también de carácter internacional, como la reciente resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que estableció que no existe el matrimonio homosexual como tal, sino que es decisión de cada Estado el reconocerlo y otorgarlo. Luego entonces, los 22 países que lo han legislado están en su derecho de haberlo reconocido como parte de su soberanía y potestad; tal es el caso de México. Este mismo tribunal ha declarado que los discursos de odio, que incitan a la violencia y a la discriminación de personas por su orientación sexual e identidad y expresión de género, no pueden considerarse libertad de expresión. Con sus dichos, las iglesias y los ministros de culto llaman a desobedecer las leyes y violan la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público que las regula; por ello, deben ser sancionados incluso hasta con el retiro de su registro como asociación religiosa (ar).
Una reflexión sobre el combate a la
discriminación y su estereotipo Manuel Sol Rodríguez y Ricardo García Valdez
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l problema de la discriminación en México constituye una lacerante paradoja de entre las tantas que aquejan a nuestra sociedad. Como nunca, en nuestro país circulan discursos referentes a la protección de los derechos humanos, leyes y acciones contra la discriminación, así como una intención de respeto a la diferencia que pareciera una natural convención; sin embargo, la norma parece ser más bien la del racismo, la misoginia, el clasismo; en síntesis, la segregación y la exclusión. En las siguientes líneas queremos situar la discriminación en la esfera de una problemática muy específica: la relativa a los modos de considerar qué es lo que se toma en cuenta, discusión que adoptamos de Jacques Rancière en sus desarrollos al respecto de la política y lo visible. Para este filósofo, en un mundo saturado de imágenes, es paradójica nuestra ceguera con respecto a muchas de las cosas que nos rodean, incluida la otredad. Frente a la ceguera y la banalización de la imagen, no es extraño que Rancière, en su obra “El teatro de las imágenes” (2008), acuda a la
figura del artista como sujeto que puede limpiar nuestra mirada para combatir esas imágenes cliché así como poner en escena su ausencia. Y es que nuestra ceguera actual, dirá Rancière, se debe, antes que a la saturación con imágenes vacías, a que quienes dominan el mundo y las imágenes ejercen su poder descartándolas. El combate a la discriminación ilustra parte del argumento anterior: ¿quién podría poner en duda que el combate a la discriminación es necesario? Y sin embargo, algunos de los más difundidos modos de enfrentar el problema nos remiten a la identificación de grupos vulnerables; sabemos que los indígenas son discriminados, que no hay que violentar a las mujeres. ¿Y luego qué? Tal reconocimiento suena más a una fórmula hecha que encubre la gravedad de las cosas. Debemos cuidarnos de que el combate a la discriminación no se convierta también en una forma de juicio reduccionista, el cual nos conduzca a ver solamente lo que se considera correcto y, por tanto, la discriminación que debe combatirse, escamoteando la radical apertura que requiere, con res-
pecto al otro, la consideración del problema. Sin duda, el estereotipo tiene un lugar central como referente para saber qué se toma en cuenta. ¿Cómo sería posible que la alteridad no quede constreñida en la imagen ilusoria que tenemos del otro? La complejidad de intentar responder esa pregunta pasa no sólo por los difíciles entramados de fuerzas que hacen complicada nuestra vida en común, sino también por la discusión sobre la imagen introducida por Platón desde la antigüedad, la cual alcanza a filósofos cercanos a nuestro tiempo (v. gr. Baudrillard, Deleuze, Debord). Nuestras reservas ante la imagen no son ya las de un racionalismo o un empirismo que intenta depurar un método para que la imagen no nos engañe. El peligro de las imágenes no es su falsedad, sino el olvido de su construcción contingente, su naturalización, la omisión de su falta de verdad; de ahí la necesidad de abordajes de lo social que nos permitan desgarrar sus apariencias, ya no en la búsqueda de una verdad tras ellas sino para abordarlas de manera dialéctica. Cuando se discrimina se parte de algo visto, y lo que se tipifica en las leyes que combaten a la discriminación es algo que se mira en el otro (color de piel, género, etnia), característica que le hace objeto de una distinción injustificada. El problema está asociado al engaño de las imágenes; pero este engaño no sólo aparece por parte del que discrimina; es decir, no sólo el prejuicio es una imagen falsa del otro que tiene las consecuencias funestas de la discriminación; también en su combate puede caerse en una ilusión con respecto a las imágenes del otro a quien se atiende o se protege. Para dotar de un sentido de mayores alcances a lo anterior, habría que hablar de representación,
Sin título, Ciudad de México, 1953. Acervo Documental y Artístico Nacho López, Colección fotografías.
El peligro de las imágenes no es su falsedad, sino el olvido de su construcción contingente, su naturalización, la omisión de su falta de verdad; de ahí la necesidad de abordajes de lo social que nos permitan desgarrar sus apariencias.
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partes veladas nos permite abrir su multiplicidad de sentidos. Se trata, pues, de abandonar la comprensión desde una determinación de
causa-efecto para inaugurar la sorpresa ante la sobredeterminación. Didi-Huberman pone a trabajar su mirada sobre el cuadro El nacimiento de Venus de Botticelli. Imagen enigmática por la aparente frialdad de la presencia de la diosa a pesar de su desnudez, interpretada siempre como alegoría de la belleza ideal y la sabiduría del humanismo: “Desnudo trascendido, sublimado, perfecto, ideal” (2005, 20). Es la Florencia del Quattrocento y si no se genera un escándalo es porque, desde su nacimiento, a la Venus la cubren, a pesar de su desnudez, los ropajes de la idealidad. En el caso de la Venus, DidiHuberman se plantea lo siguiente: “¿Cómo se las ingenia la ‘historia del arte en tanto que disciplina humanista’ para desexualizar y des-
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incluso de imaginarios. Sin embargo, lo que desarrollemos a continuación debe leerse considerando que nuestra utilización de la palabra “imagen” tiene en cuenta la profundidad que conceptos como los de “representación” e “imagen” dan a lo sensible. Es decir, hablaremos de imagen entendiendo que esta no es sólo el registro en nuestros sentidos de una realidad exterior dada. En el ensayo Venus rajada (2005), Georges Didi-Huberman desarrolla un claro ejemplo de la necesidad de dialectizar las imágenes, no para entender mejor, en su caso, una obra de arte, sino para reconocer qué es lo que no termina de entenderse. En esta obra muestra que el sentido de una imagen se cierra a costa de olvidos y omisiones y, en cambio, recuperar esas
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culpabilizar la figura de Venus, para encerrarla y petrificarla proyectándola al tiempo al éter apaciguador de las ideas?” (2005, 25). Si fuera posible seguirle para interrogar nosotros al combate a la discriminación, tendríamos que preguntarnos cómo éste se las ingenia para despolitizar al otro. Aquí el éter apaciguador, lo que hace soportable ver algo que de otra manera no lo es, son ciertas imágenes de identidad asociadas a dinámicas como la corrección política. La analogía con el tema del combate a la discriminación es inevitable, pues el reconocimiento de la identidad no lleva necesariamente al reconocimiento político. Puede reconocerse la riqueza cultural del indígena, pero a la par omitirse la discusión de la histórica deuda respecto a las demandas de autonomía de estos pueblos. Sin duda, aquí también se evita una empatía con la imagen; ¿en qué sentido? Con excepciones, no aparece la necesidad de que lo preeminente sea un juicio estético hacia el indígena, pero un juicio moral (el deber ser tolerantes, respetuosos e inclusivos) se impone a la empatía con la imagen del otro, esto es, a la reacción que pueda generar su presencia. Sin la elaboración de esta reacción, sin su trámite en palabras antes de la imposición del deber moral de respetarnos unos a otros, no puede tramitarse lo irracional de la discriminación y, por tanto, mucho menos abrir la comunidad a la política. Tramitar el estar juntos a través del intercambio y el antagonismo, de la aparición de conflictos pero también de intereses, es decir, objetivos en común. El mismo Didi-Huberman, en su ensayo “La emoción no dice ‘yo’. Diez fragmentos sobre la libertad estética” (2008) ha señalado que, en muchos sentidos, hemos naufragado a causa de los cantos de sirena que genera una
sociedad basada en la imagen. Para este crítico, en la actualidad el manejo de las imágenes tiene una doble forma de enceguecernos: la censura o la sobreexposición, lo que da como resultado el no ver nada o ver solamente clichés. Esta reflexión, y las múltiples formas en que es demostrada por ese autor, nos llevan a reconocer la doble ceguera en el fenómeno de la discriminación y su combate: por una parte, formas de exclusión que hacen prácticamente desaparecer a ciertos grupos de nuestra sociedad y, por otra, intentos por restituir su presencia, los cuales sólo muestran un listado de tranquilizadoras imágenes de los otros que caen en el estereotipo. Uno de los atolladeros del combate a la discriminación consiste en que el problema de la multiplicidad no se resuelve con la suma de unidades delimitadas por una identidad. Para empezar porque toda representación, dice Didi-Huberman en “Volver sensible/hacer sensible” (2014), siguiendo tanto a Nietzsche como a su principal influencia, Aby Warburg, es portadora de “efectos estructurales antagónicos o paradójicos”. Es necesario, dice este crítico francés, “rasgar la noción de imagen”: volver a una inflexión de la palabra que no dijera imaginería, la reproducción, la iconografía, ni siquiera el aspecto “figurativo”. Sería volver a un cuestionamiento de la imagen que no se presupondría todavía la “figura figurada” –es decir la figura fijada en objeto representacional–, sino solamente la figura figurante, a saber, el procedimiento, el camino… (Didi-Huberman, 2010, 187). Se establece un parangón interesante con tales discusiones, tan sólo al pensar que para combatir
la discriminación pareciera necesario evitar las imágenes figurativas del discriminado por sobre las figurantes; nos referimos a las imágenes o etiquetas acompañadas de un imaginario más estático que con posibilidades disruptivas. Frente a nuestros esfuerzos actuales por combatir la discriminación a través de programas educativos, políticas públicas o leyes, quizá sea más que pertinente volver a reflexionar sobre la sentencia benjaminiana respecto a que la crisis de
Uno de los atolladeros del combate a la discriminación consiste en que el problema de la multiplicidad no se resuelve con la suma de unidades delimitadas por una identidad.
plo, se encontrarían las vías para la resolución del problema de la discriminación. En segundo lugar, está la idea de que esa repartición de lo sensible es siempre contingente, esto es, que la geometría del vivir juntos está siempre en vías de transformarse. En este sentido, la discriminación aparece como problema de la política en tanto ésta crea las nuevas caras del poliedro. Para el poder, lo intolerable de la democracia es que presenta
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la democracia es una crisis de exposición de lo político. En ese sentido, para Rancière (2008), la discusión que arriba esbozamos tendría que ver con la repartición de lo sensible. Repartición que puede resolverse de dos formas: desde la idea de que la geometría de lo social puede construirse de una vez por todas, es decir, la idea de un régimen en el que cada quien puede llegar a tomar su lugar y su función y así, por ejem-
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Obreros de la construcción, ca. 1953. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 408024
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De la serie Voceadores, filósofos de la noticia, 1951. Colección Carlos Monsiváis. Museo del Estanquillo.
un inexpugnable régimen de lo múltiple. De ahí, para Rancière, la aparición de la sentencia: “hay demasiadas imágenes”, la cual surgiría de una negación de lo múltiple con la subsiguiente contención de una proliferación de imágenes a las que cualquiera puede acceder para formarse una opinión de ellas, imágenes que cualquiera puede relacionar, utilizar, interpretar y de cuyo significado puede hacer uso. Y es que, para Rancière, una imagen “no es un simple pedazo de lo visible […] es una puesta en escena de lo visible, un nudo entre lo visible y lo que éste dice, como también entre la palabra y lo que ella hace ver” (2008, 77). Ante imágenes (etiquetas, frases hechas, consignas políticamente correctas) que no sus-
citan más que una consideración sensiblera del problema de la discriminación, habría que enfrentar esos modos de ver con los que son capaces de expresar los artistas, aprender a mirar las imágenes como ellos ven y crean a partir de su mirada. Ese es un buen modo de enfrentar la naturalización de la información a la que estamos expuestos y comenzar con una “redistribución de lo que se toma en cuenta” (Rancière, 2008, 78). En gran medida, a esta redistribución es a lo que Rancière, en El desacuerdo. Política y filosofía (1996), llama política. Y en muchos modos tiene que ver con lo visible y cómo se configura su geometría. La política se da en el momento de aparición de la parte de los que no tienen par-
te, cuando el demos abre una veta para la aparición de lo múltiple en la geometría de lo común. Política es la demostración, por parte de aquellos a quienes no se les atribuye un logos, de su capacidad para hablar, y de esa manera entablar un litigio con respecto a lo común. Aparece, pues, contrapuesta al consentimiento de un orden y es indiferente a cualquier identificación; tan es así, que surge en el instante en que se da un proceso de desclasificación, mostrando un no-lugar que pone a prueba el único universal político, el de la igualdad. La posibilidad de hendir el orden establecido no está en la igualdad, sino en las consecuencias de suponerla o en su verificación. En Política, policía, democracia (2006), Rancière opone al concepto de la política el de policía, el cual designaría la discusión de los intereses grupales que lleva al consenso y la integración a partir del reparto de lugares, obligaciones y derechos. Lo policial implica una distribución, que se cree definitiva, de lo visible, una designación de los lugares que ocupan los cuerpos y los grupos, así como sus funciones. Si esta geometría se da por sentada, no es posible la aparición de nada nuevo, no es posible la aparición de lo otro, puesto que, por ejemplo, incluso quien es etiquetado como discriminado tiene su lugar en esa serie de redistribuciones, reparaciones y reivindicaciones de las que la sociedad lo hace objeto. Proponemos, pues, que el combate a la discriminación conlleva el riesgo de caer en el estereotipo y poner al discriminado en la posición que la mayoría consensuada ha designado como su lugar de exclusión y reivindicación. Es aquí donde se comprende que, desde la identidad, abordar el problema de la discriminación nos deja en un callejón
Colonia Nonoalco, Ciudad de México, 1959. Acervo Documental y Artístico Nacho López. SV0029
Referencias
• Manuel Sol Rodríguez es maestro en Teoría Crítica (17, Instituto de Estudios Críticos) y doctorando en Psicología (uv). Ha sido docente en la uvi y publicado en Carta psicoanalítica. Psicoanálisis en México y en el mundo, así como en la Revista de El Colegio de San Luis, entre otras. • Ricardo García Valdez es psico analista. Profesor-investigador del Instituto de Investigaciones Psicológicas (uv) en la línea de Psicoanálisis, doctor en Ciencias Sociales (uam-x), maestro en Psicología Clínica (unam) y licenciado en Psicología Social (uam-x).
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Didi-Huberman, Georges. 2005. Venus rajada. Desnudez, sueño, crueldad. Madrid: Losada. ___. 2008. La emoción no dice “yo”. Diez fragmentos sobre la libertad estética. En Alfredo Jaar. La política de las imágenes. Santiago de Chile: Metales pesados, 39-68. ___. 2010. Ante la imagen. Pregunta formulada a los fines de una historia del arte. Murcia: Cendeac. ___. 2014. Volver sensible/hacer sensible. En: ¿Qué es un pueblo? Alain Badiou (et al.). Buenos Aires: Eterna Cadencia. Rancière, Jacques. 1996. El desacuerdo. Política y filosofía. Buenos Aires: Nueva Visión. ___. 2006. Política, policía, democracia. Santiago de Chile: lom.
___. 2008. El teatro de las imágenes. En Alfredo Jaar. La política de las imágenes. Santiago de Chile: Metales pesados.
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sin salida, puesto que el que discrimina lo hace por un motivo de identidad, y quien intenta reparar el daño también. El combate a la discriminación fallará mientras su punto de partida sea lo visto de una identidad más que una multiplicación de lo sensible. Según Rancière, hay un sistema de información dominante que establece imágenes de autoridad, es decir, lo que vale y lo que cuenta, lo que debe ser visto; frente a esto, nos dice: “Lo que la invención artística y política puede oponerle es otra selección, otra manera de construir la relación de lo uno –o de un reducido número– al gran número, singularizar aquello que el sistema confunde con la masa confusa, dotar de nuevos poderes a lo singular para figurar al gran número” (2008, 78). Esta es también la tarea de un combate a la discriminación capaz de sacudirse sus necesarias recaídas en lo policial y abierto a la política. Las designaciones usuales de la discriminación que se combate son imágenes que sabemos válidas, imágenes rodeadas de los dispositivos de la corrección política y el humanitarismo. Esas designaciones son las que habría que someter a escrutinio, a las que habría que restituir una singularidad a través de dispositivos políticos, artísticos, poéticos, de discurso. Si el combate contra la discriminación se vuelve banal en la corrección política y en la aparición unidimensional de consignas y políticas públicas, conviene entonces pensar en una estrategia que lo saque de ese marasmo de significado y de representación, permitiendo así, como dice Rancière, otros modos de considerar qué se toma en cuenta. Desde esta perspectiva, el combate a la discriminación aparecería como un asunto que de manera radical concierne a la política. LPyH
¿FIDEL? ¿CASTRO? ¿O UNA CUBA PARA TODOS? María Isabel Alfonso
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iempre que he emitido comentarios valorativos sobre la figura de Fidel Castro, he tratado de poner como premisa una distancia mínima en mis juicios, no sólo porque mi trabajo como investigadora literaria y cultural así lo reclama, sino porque, habiendo crecido en Cuba, me considero en gran parte resultado del proceso revolucionario, circunstancia que me hace vulnerable a un grado mayor de subjetividad en mis apreciaciones. Más importante aún, porque creo que sólo abordando este y otros temas afines desde una postura pausada y objetiva podremos apenas comenzar a concebir un futuro de mayor estabilidad para la nación cubana. Fidel, como le llaman en Cuba, o Castro, como le denominan los círculos de derecha en Miami, no es una figura monolítica. Su andar ha estado marca1 Véanse los documentos desclasificados del Cuba Documentation Project recogidos en los National Security Archives de la Universidad de Georgetown, y en específico el archivo de Luis Posada Carriles, así como el documental 638 Ways to Kill Castro. 2 Pedro Antonio García, “Angola 1988: La guerra después de la batalla”, Revista Bohemia, consultado el 7 de junio de 2016. http://bohemia.cu/historia/2016/06/angola-1988-la-guerra-despues-de-la-batalla/
do por momentos radicalmente progresistas, así como por otros conser vadores y totalitarios, provocados muchas veces estos últimos por el contexto de Guerra Fría y hostilidad que le tocó enfrentar. Su llegada al poder fue recibida con desagrado por las elites más conservadoras del país quienes, prontamente exiliadas en Miami, harían todo lo posible por derrocarlo, ya fuera a través de acciones concertadas entre terroristas convictos y confesos (como Orlando Bosch y Posada Carriles, respectivamente) y la cia, o a través de las maniobras anticubanas de senadores y congresistas de origen cubano.1 No obstante, la entrada de Fidel a La Habana en enero de 1959 representó un momento de esperanza para la mayoría de los cubanos, quienes, listos siempre para aceptar milagros, acogieron como signo mesiánico el arribo del carismático líder. Que una paloma se le posara en el hombro cuando se dirigía en apasionada alocución a miles de cubanos sólo venía a validar la legitimidad del hecho. En efecto, desde los primeros años, la Revolución por él liderada daba acceso a todos los cubanos a una serie de derechos como la educación, la salud, la cultura y la recreación, antes obliterados.
Su llegada a Nueva York en 1960, a raíz del xv periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, no fue menos pintoresca que su entrada a La Habana. Cuando le restringen su estancia a la isla de Manhattan, escoge alojarse en el Shelburne Hotel en el Midtown. Y cuando el administrador del hotel le solicita a la delegación cubana un depósito en efectivo para asegurar su estancia, amenaza con acampar frente a las Naciones Unidas. La solución al conflicto fue de un impacto mediático total: miles de afroamericanos lo aclamaron en las calles, agradeciéndole el gesto de alojarse en el modesto Hotel Theresa en Harlem, gesto con el que reivindicaba, a su vez, su lucha por la igualdad de derechos raciales. La reunión con Malcolm X sellaba este momento icónico para ambos líderes que comenzaban a despuntar como figuras de relieve internacional. En África f ue percibido también como un dios. Desde la década de los setenta hasta principios de los noventa, Fidel Castro desplegó operativos de “misiones internacionalistas” en este continente, en el que más de trescientos mil cubanos prestaron sus servicios como maestros, doctores o profesionales de otros campos. Junto a ello, dirigió las tropas cubanas en Angola en apoyo a las fuerzas del ejército angoleño. Ambas fuerzas, en conjunto, lograron la derrota de la unita en la histórica batalla de Cuito Cuanavale, y la expulsión de las tropas proapartheid sudafricanas. “Cuito Cuanavale –expresaría Nelson Mandela– fue el viraje de la lucha de liberación de mi continente y de mi pueblo del flagelo del apartheid”.2 El precio a pagar, sin embargo –la vida de miles de jóvenes soldados–, sería acaso demasiado alto para muchas familias cubanas.
Sin título, Ciudad de México, ca. 1954. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407278.
Si desafortunado fue el discurso, más lo fue la adopción de estas posturas como norma por parte del establecimiento cultural oficioso. El quinquenio o “década gris” sería el resultado de ello: sobrevendría una era de censu-
ras y exclusiones, no sólo a homosexuales sino a cualquiera que emitiera una crítica “inoportuna”, como sucedió con el conocido “caso Padilla”. En los años ochenta se produce el llamado Periodo de Rectificación, en el cual Fidel Castro lanza una campaña en contra de la 3 Las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (umap) fueron campos de trabajo forzado donde el gobierno cubano envió a homosexuales, religiosos, disidentes y personas consideradas “extravagantes” (amantes del rock and roll, por ejemplo), con el objetivo de “reeducarlos” e integrarlos al proceso. Desconozco si fueron de la autoría de Fidel Castro, pero es poco probable que su existencia no haya tenido su aprobación. Exploro muchos de estos temas en Ediciones El Puente y los vacíos del canon literario cubano. Dinámicas culturales posrevolucionarias (uv, Xalapa, 2016). 4 Clausura del acto por el VI aniversario del asalto al Palacio Presidencial, celebrado en la escalinata de la Universidad de La Habana el 13 de marzo de 1963. Consultado el 7 de junio de 2016: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f130363e.html
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Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estre-
chos (risas); algunos de ellos con una guitarrita en actitudes elvispreslianas, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre. Que no confundan la serenidad de la Revolución y la ecuanimidad de la Revolución con debilidades de la Revolución. Porque nuestra sociedad no puede darles cabida a esas degeneraciones (aplausos). La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones.4
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Anteriormente a esto, en el orden doméstico, ciertos eventos comenzaban a exponer el carácter complejo y contradictorio de la gesta revolucionaria. En este sentido, la creación de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (umap), de 1965-1968, representa uno de los momentos más oscuros de la misma, dada la represión y persecución a que fue sometido todo aquel que no cupiera en los estrechos contornos del modelo de “hombre nuevo” que se pretendió imponer.3 Se generaron y promovieron actitudes reaccionarias, homofóbicas y machistas en todo un sector revolucionario, avaladas por el propio Fidel quien, ya desde 1963, emitía valoraciones como las siguientes:
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Penitenciaría Lecumberri, Ciudad de México, 1950. Acervo Documental y Artístico Nacho López. SV0180.
burocracia, la corrupción y las tendencias consideradas negativas, como la acumulación de capital por algunos sectores de economía independiente (por ejemplo, los mercados libres campesinos). Lo que es actualmente parte esencial del proceso de reformas implementado por el presidente Raúl Castro (la generación de un modelo de economía mixta en la llamada “actualización del modelo económico”), en los ochen5 “Soy responsable de la persecución a los homosexuales que hubo en Cuba”, entrevista por Carmen Lira Saade, La Jornada, martes 31 de agosto de 2010. Consultado el 7 de junio de 2016: http://www.jornada.unam. mx/2010/08/31/mundo/026e1mun
ta fue satanizado en los discursos de Fidel Castro, quien trataba acaso de traer de vuelta el modelo de un hombre nuevo guevariano, el cual empezaba a lucir más cansado que nuevo. De acuerdo con Fidel, la ganancia o el interés privado no podían ser la meta más importante de una empresa, sino el “interés nacional”. La centralización, la planificación continua y la promulgación de una economía de comando, versus la iniciativa mixta, las cooperativas y la autogestión, fueron acaso el peor antecedente para una Cuba que, en pocos años, tendría que empezar a subsistir sin el amparo de la Unión Soviética.
Fue y es difícil para muchos entender (y perdonar) el tiempo que tomó al gobierno cubano, con Fidel Castro al frente, iniciar un proceso de reformas a raíz de la desaparición del bloque socialista y el impacto de ello en los años noventa. Era obvio en ese momento que, entre esto y el afianzamiento del embargo codificado en ley (Helms Burton y Torricelli) por grupos de senadores y congresistas cubano-americanos de la derecha de Miami, Cuba no podía sobrevivir de manera exitosa la intensa crisis que se generó y a la que se le denominó “periodo especial”. Más de veinte años pasaron y el oficialismo cubano continuó favoreciendo un modelo económico y político anquilosado, que a todas luces no funcionaría dentro de la nueva correlación de fuerzas. Hay que considerar, no obstante, que Fidel Castro no ha sido siempre rígido en sus posiciones. En entrevista para La Jornada le preguntan: “¿Quién fue el responsable, directo o indirecto, de que no se pusiera un alto a lo que estaba sucediendo en la sociedad cubana? [se refiere la entrevistadora a la persecución a los homosexuales] ¿El Partido?” A esto responde Fidel: No […] Si alguien es responsable, soy yo… […] Es cierto que en esos momentos no me podía ocupar de ese asunto… Me encontraba inmerso, principalmente, de la Crisis de Octubre, de la guerra, de las cuestiones políticas… […] Nosotros no lo supimos valorar... sabotajes sistemáticos, ataques armados, se sucedían todo el tiempo: teníamos tantos y tan terribles problemas, problemas de vida o muerte, ¿sabes?, que no le prestamos suficiente atención.5
millones anuales a operaciones de cambio de régimen en la isla, las cuales, por cierto, no cuentan con el apoyo de una inmensa mayoría de cubanos que, con Fidel o sin Fidel, aspiran a una Cuba soberana. Me considero afortunada de poder haber vivido ambas partes de la historia. Soy miembro fundadora de cafe (Cuban Americans for Engagement), 7 organización que antes y después de la apertura de embajadas en ambos países, promovió y continúa promoviendo el acercamiento entre las comunidades y los gobiernos de Cuba y Estados Unidos desde el diálogo y la diplomacia. Tengo la esperanza de que las palabras Fidel o Castro dejen en algún momento de separarnos y enfrentarnos como nación. Que por el contrario, sean recibidas como lo que son: representativas de una parte innegable de nuestra historia, con sus luces y sus sombras; humana, después de todo, como todas las historias. LPyH Jackson Heights, Nueva York, 2 de septiembre de 2016 • María Isabel Alfonso estudió Letras Hispanas en la Universidad de La Habana. Se doctoró en Lenguas Romances en la Universidad de Miami. Ha publicado numerosos artículos sobre las dinámicas culturales de los sesenta en Cuba, tema central en su libro Ediciones El Puente y los vacíos del canon literario cubano (uv, 2016).
6 Frei Betto. Fidel y la religión. Conversaciones con Frei Betto (México: Siglo XXI Editores, 1988), 17-18. 7 www.cafeporcuba.org
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llas voces dentro de la sociedad cubana que, sin estar financiadas por ningún “gobierno enemigo” y sin estar signadas por una ideología única, aspiran a un panorama de mayor pluralidad. La sociedad cubana actual es mucho más rica, conformada como está por tejidos que no reproducen necesariamente una filiación ideológica única sino que disienten, desafían, cuestionan, socavan, reciclan y deconstruyen viejos paradigmas, redefiniendo a su vez nuevos escenarios posibles. Es una sociedad con nuevos patrones de subsistencia, con nuevas preocupaciones, para la cual la defensa de la soberanía sigue siendo un valor impostergable, pero más desde una plataforma común nacionalista y antiembargo que desde la homogeneidad y supeditación ideológicas. Con respecto a problemas de carácter internacional, tales como los relativos a la niñez, la distribución desigual de las riquezas, el calentamiento global, la postergación de los derechos de acceso a la educación y a la salud, entre otros, Fidel Castro continúa teniendo una claridad meridiana. La tiene también en sus apreciaciones sobre Estados Unidos, ya sea sobre las fallas del modelo democrático norteamericano, el racismo, la violencia policial o la obscena cultura del desperdicio y el consumismo más radical que predominan en esta nación, en detrimento de modelos altruistas de desarrollo. Sigue también, tras bambalinas, alertando sobre las verdaderas intenciones del “imperio” hacia Cuba en el nuevo contexto de restablecimiento de relaciones, sin que le falte algo de razón, puesto que el Departamento de Estado de los Estados Unidos aún destina al menos 20
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Notable cambio si comparamos sus palabras con el tono abiertamente eugenésico del discurso de 1963, contra los “pepillos feminoides”. Hoy, a pesar de que la homofobia subsiste entre grandes sectores de la población cubana, el país ha implementado políticas antihomofóbicas auspiciadas por el Cenesex, institución dirigida por Mariela Castro, en loable superación de la línea promovida durante las primeras décadas de la Revolución. Una evolución similar ocurrió con respecto a la religión. Bajo el amparo de Fidel Castro se promovió durante los sesenta y los setenta una epistemología ateísta, y sobre todo anticlerical, en gran medida porque, a diferencia de otras revoluciones como la nicaragüense, en que numerosos sacerdotes apoyarían el proceso, el clero cubano fue abiertamente hostil al nuevo paradigma. Sin embargo, ya desde los ochenta, Fidel evolucionaría a una posición de mayor tolerancia hacia la religión, tal como quedó plasmado en sus conversaciones con el fraile dominico Frei Betto, resumidas en Fidel y la religión: “Hay 10 000 veces más coincidencias entre el cristianismo y el comunismo que entre el cristianismo y el capitalismo…”, expresaría.6 En 1991, los religiosos que así lo desearan podían ingresar a la filas del Partido Comunista de Cuba. En la actualidad subsisten estas zonas de sombras y luces alrededor de la figura de Fidel Castro. Aunque el Comandante no ostenta una posición de poder en el panorama político, sus rasgos totalitarios sobreviven en las voces más estáticas del oficialismo actuante. En mi opinión, lo criticable de su legado es la desestimación de la creatividad y el alcance transformador de aque-
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cerca de Fidel Castro, la única persona que ha impuesto el rumbo a la política de un país antes del poder, desde el poder y después del poder, se ha hablado y escrito mucho. Es lógico que así sea, pues casi todo lo ocurrido en Cuba desde 1953 hasta hoy lleva impreso su sello personal. Él es pasado y presente, pero después de su desaparición física será la historia quien lo juzgue. La República en que nació Fidel Castro debutó preñada de violencia, militarismo, caudillismo, corrupción y débil cultura democrática, males presentes desde la Colonia que conformaron una cadena que enlaza todas las etapas de nuestra historia política hasta hoy, de la cual Fidel es causa y efecto. Los primeros presidentes de Cuba, a pesar de la destrucción ocasionada por las tres décadas de guerra que antecedieron la República y de las injusticias Raúl Roa García, destacado orador, escritor y diplomático. Autor del libro La revolución del 30 se fue a bolina, donde analiza las causas del fracaso de ese proceso. 2 José Miró Cardona, presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Cuba, 1
sociales durante sus mandatos, introdujeron importantes avances en educación, salud, construcciones, industria azucarera e institucionalización. Esos hombres, forjados en las guerras de independencia, que arriesgaron sus vidas en los campos de batalla pero adiestrados en el mando de ejércitos, carecían de cultura democrática para encabezar una república moderna. Esa realidad que caracterizó al primer periodo republicano generó las contradicciones que desembocaron en la Revolución del 30, que sacó del poder a Gerardo Machado, el último de los generales independentistas que presidió el país. La Revolución del 30, como expresara Raúl Roa,1 se fue a bolina. Las fuerzas políticas que emergieron priorizaban la violencia para dirimir las diferencias políticas e inauguraron un periodo de conmociones sociales e inestabilidad. Finalmente se impuso el diálogo que posibilitó la Asamblea Constituyente, en la que participaron delegados de 10 partidos políticos liberales, comunistas y socialdemócratas. En ella se redactó el más avanzado texto constitucional de la his-
toria de Cuba: la Constitución de 1940, que legalizó la formación y existencia de organizaciones políticas contrarias al régimen, avaló la resistencia para la protección de los derechos individuales y reconoció la legitimidad de la propiedad privada en su más amplio concepto de función social. Así se inició un periodo de 12 años en el cual los tres presidentes electos (emergidos del contexto violento de la Revolución del 30) ganaron las elecciones democráticamente. La clase media creció, la intervención del Estado complementó la iniciativa empresarial, dos terceras partes de los centrales azucareros pasaron a manos cubanas y Cuba devino uno de los tres países de América Latina con mayor estándar de vida. En esos 12 años el caudillismo, la corrupción y la violencia, incrementada con el pandillerismo y el gangsterismo –incubados entre los que combatieron la dictadura de Gerardo Machado–, generaron el escenario que condicionó el suicidio de Eduardo Chibás, uno de los políticos más populares de la época. Su muerte fue el preludio del golpe de Estado de 1952 y de la lucha que desembocó en la revolución de 1959. En ese contexto debutó en la política cubana Fidel Castro, quien impuso su voluntad y condujo a Cuba a la actual crisis. Las seis razones siguientes serán un punto de referencia para juzgar su actuación. 1. Al golpe de estado de Fulgencio Batista se enfrentaron dos tendencias: una armada, heredera de la violencia precedente, y la otra cívica. La primera se hizo pública el 26 de julio de 1953 con el asalto al cuartel Moncada por Fidel Castro; la segunda tomó cuerpo en enero de 1954 con el Movimiento de Resistencia Cívica encabezado por José Miro Cardona 2 y con mediadores de
De la serie Sólo los humildes van al infierno, Ciudad de México, 1954. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 409008.
Al golpe de estado de Fulgencio Batista se enfrentaron dos tendencias: una armada, heredera de la violencia precedente, y la otra cívica.
secretario de la Sociedad de Amigos de la República, coordinador del Frente Cívico Revolucionario, primer ministro del gobierno revolucionario del 3 de enero al 13 de febrero de 1959. 3 Cosme de la Torriente y Peraza, coronel del Ejército Libertador, delegado a la Asamblea Constituyente de la Yaya en 1887, encargado de Negocios, embajador de Cuba en Madrid y primer embajador en Washington. Presidente de la Sociedad Amigos de la República desde 1952, encabezó la mediación tras el golpe de estado de Batista. Convencido de lo inútil y perjudicial de la violencia, encaminó sus pasos hacia la conciliación y el diálogo como cimientos de la acción política.
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Batista con las armas y tomaron el poder el 1 de enero de 1959. Fidel devino comandante en jefe. 3. Una vez en el poder, las promesas –como en la Revolución del 30– se fueron a bolina. En febrero de 1959, sin consulta popular, la Constitución de 1940 fue sustituida por la Ley Funda-
mental del Estado Cubano, que confirió al primer ministro la facultad de “dirigir la política general del Gobierno”. Las funciones del Congreso pasaron al Consejo de Ministros y las del presidente al primer ministro. Al sustituir a Miró Cardona en el premierato,
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la talla de Cosme de la Torriente. 3 Sin embargo, las dilaciones de Batista para negociar –aunque convocó a elecciones, restableció la Constitución de 1940 y otorgó amnistía a los prisioneros políticos, entre ellos a los asaltantes al cuartel Moncada– influyeron en el rumbo de los acontecimientos. 2. La observación de los hechos que culminaron en el asalto a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo en 1953 y en el desembarco del Granma en 1956, evidencia la relación de esas fechas con el esfuerzo de Fidel dirigido a lograr el predominio de la lucha insurreccional sobre el movimiento cívico, de la lucha en la Sierra Maestra sobre la lucha en el llano, del Movimiento 26 de Julio sobre el resto de las asociaciones que combatieron a
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De la serie Una vez fuimos humanos, Río de la Piedad, Ciudad de México, 1951. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407159
Fidel Castro, además de comandante en jefe, pasó a ser el jefe político. Las anunciadas elecciones libres e inmediatas devinieron “elecciones para qué” y continúan en lista de espera. La libertad de prensa, la autonomía universitaria y los espacios públicos que los revolucionarios utilizaron contra Batista, incluso desde la cárcel, fueron sustituidos por un abanico de asociaciones creadas por el poder y subordinadas a éste. La pluralidad de partidos políticos dio paso al partido único. El totalitarismo quedó conformado: el poder concentrado en un hombre, la política en un partido, los cubanos reducidos a masa organizada para apoyarlos. 4. Paralelo a la pérdida de las libertades, la economía fue estatizada y los dueños sustituidos por jefes y administradores. El
Entre los cambios significativos introducidos por Raúl Castro está el acontecimiento político de mayor envergadura después de la Revolución de 1959, a saber, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. intento de producir 10 millones de toneladas de azúcar, el cruce del ganado cebú con Holstein para crear una nueva raza productora de abundante carne y leche, el cultivo del café caturra
en el llano y el abandono de las plantaciones tradicionales en montañas, junto con la estatización, destruyeron la agricultura y obligaron a destinar cientos de millones de dólares anuales para comprar en el exterior lo que antes se producía en Cuba. Esto fue el resultado de ignorar las leyes que rigen los fenómenos económicos debido al voluntarismo y la improvisación que caracterizaron los Planes Especiales bajo la dirección de Fidel. 5. Aferrado Castro a la ideología y al poder, las oportunidades que ofrecieron los fracasos, en lugar de conducir al restablecimiento de las libertades ciudadanas y a diversificar la propiedad, se limitaron a cambios subordinados a la conservación del poder. La primera oportunidad la ofreció el desastre generado con la zafra de los
“El hermano Obama”. Acostumbrado a que la Unión Soviética y Venezuela nos regalaran, terminó diciendo “que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo”, como si Obama le hubiera ofrecido regalar algo. Sin embargo, a pesar de esa oposición y del fracaso de las reformas, cuatros hechos le brindan relevancia a las mismas: a) los cambios implementados son imposibles de revertir; b) el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos es irreversible; c) el despertar de los cubanos es lento pero tampoco tiene marcha atrás, y d) la aparición de un nuevo padrino en el actual escenario internacional es imposible. En el juicio que evaluará el papel de Fidel Castro estará José Martí, el más alto pensador político cubano del siglo xix, quien asumió la misión de conducir el proceso independentista de ese siglo hasta una república moderna. Será una prueba de la falta de correspondencia entre lo dicho y lo hecho por Fidel. En mayo de 1883 Martí escribió: …Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto a la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de la mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa… Suenan músicas; resuenan coros, pero se nota que no son los de la paz.4
Martí concebía la república como estado de igualdad de derecho de todo el que haya nacido en Cuba; espacio de libertad para la expresión del pensamiento; de muchos pequeños propietarios; de justicia social, edificada sin mano ajena ni tiranía, para que cada cubano fuera hombre político enteramente libre. Definiciones que remató con ese ideal devenido puro formalismo: “yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.6 Con los antecedentes descritos, las seis razones expuestas y el pensamiento martiano, de forma objetiva la historia lo juzgará. LPyH La Habana, 30 de agosto de 2016 • Dimas Castellanos es licenciado en Ciencias Políticas y en Estudios Bíblicos y Teológicos. Autor del Blog de Dimas. Tiene más de trescientos artículos publicados en diferentes medios. Es coeditor y coautor del libro Cuba (California, abc clio, 2013).
Jose Martí, Obras escogidas, t. i. Ibid., 459. 6 Ibid., t. iii, 9. 4 5
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En 1884 se separó del Plan Gómez-Maceo y le escribió al generalísimo:
…Pero hay algo que está por encima de toda la simpatía personal que usted pueda inspirarme, y hasta de toda razón de oportunidad aparente: y es mi determinación de no contribuir en un ápice, por amor ciego a una idea en que me está yendo la vida, a traer a mi tierra a un régimen de despotismo personal, que sería más vergonzoso y funesto que el despotismo político que ahora soporta.5
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10 millones de toneladas, pero en lugar de acometer reformas profundas, con el ingreso de Cuba al came se garantizó la subsistencia sin necesidad de cambiar. La segunda coyuntura se presentó con la desaparición de la urss, que obligó a implementar un paquete de reformas coyunturales hasta que el teniente coronel Hugo Chávez, al ganar las elecciones presidenciales en 1999, garantizó nuevas subvenciones que permitieron paralizar nuevamente las reformas. La tercera oportunidad irrumpió en el año 2006, cuando por razones de salud Fidel Castro se alejó del poder directo y designó a su hermano al frente del Estado, de forma provisional primero y permanente después. Raúl Castro, más pragmático, abrió un periodo de cambios con la intención de generar una economía eficiente, pero conservando el predominio de la propiedad estatal y la planificación socialista, y sin restituir las libertades ciudadanas. Ocho años después, la caída brusca del pib, de 4% en 2015 a 1% en el primer semestre de 2016, así como el pronóstico de nuevos descensos confirman el fracaso. El resultado no se ha hecho esperar: ineficiencia económica reflejada en salarios insuficientes, corrupción generalizada y éxodo masivo, tres males inherentes a la naturaleza del modelo totalitario implantado en Cuba. 6. Entre los cambios significativos introducidos por Raúl Castro está el acontecimiento político de mayor envergadura después de la Revolución de 1959, a saber, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y la visita del mandatario estadounidense a la Isla. Un hecho contrario al pensamiento de Fidel Castro manifestado claramente en la reflexión publicada en el diario Granma del 28 de marzo de 2016, con el título
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Hans-Otto Dill, apasionado de la literatura latinoamericana, se inspiró en la vida de su compatriota, el explorador alemán Alexander von Humboldt, para escribir un libro en el que confluye el interés de ambos por las geografías lejanas; de él nos habla en la entrevista que presentamos. En el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, Julio Quesada sostiene que El Quijote no sólo se hace eco de la pluralidad de lenguas
LA PALABRA sino, y sobre todo, es el inicio de que cada personaje hable el mismo idioma de una forma muy diferente. Griselda Cruz, por otra parte, plantea cómo, a partir de la inquietud de Truman Capote por el periodismo, surgió una nueva propuesta en el mundo de las letras. La sección La Palabra incluye también un cuento de Raquel Martínez-Gómez y un poema del portugués José Agostinho Baptista, en traducción de Jorge Lobillo. Sin título [bailarina Elena Noriega], 1950. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407487. >
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Humboldt: creador de la idea de
GLOBALIZACIÓN
Entrevista con Hans-Otto Dill
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Germán Rodríguez
El profesor berlinés Hans-Otto Dill ha dedicado toda su vida a las lenguas romances y la literatura latinoamericana. Con motivo de la publicación de su libro La metafísica de la tierra de Alejandro de Humboldt, Germán Rodríguez, director de la revista germano-española Hispanovisión, le hizo una entrevista de la cual La Palabra y el Hombre entrega una versión concisa.
H
La madre de Humboldt proviene de una familia en Marzahn, actualmente un barrio de Berlín, que se llamaba Colomb, la forma francesa de Columbus, Colón.
*** ispanovisión: ¿Cómo habría titulado su nuevo libro en español?
Dr. Hans-Otto Dill: ¿Por qué no llamarlo, como en alemán, La metafísica de la Tierra…? Humboldt tenía una visión global, es decir partía del globo terrestre, ya que lo había estudiado como viajero en América, Rusia, Europa toda, África del Norte y el Oriente; por eso él fue el precursor intelectual de la globalización. Como naturalista hablaba en su obra capital, Cosmos, de las dos primeras globalizaciones de la tierra mineral y desierta, la de las plantas y la de los animales, a las
cuales seguía la tercera, la sucesiva presencia del hombre en toda la tierra. Según él, estas tres globalizaciones tienen que ver con la búsqueda de alimentos, con la nutrición: los minerales de la tierra son el alimento de las plantas; las plantas, el alimento de los animales, y el hombre se alimenta de ambos. Las plantas son las primeras en poblar el mundo, y el hombre el último. Los primeros hombres globalizadores fueron los europeos, no por ser mejores o más inteligentes sino, según Humboldt, gracias a su posición privilegiada por la naturaleza que les permitió vivir en un continente mitad agua mitad tierra, con muchas bahías, islas,
ríos y puertos naturales, lo que los invitó a la navegación de alta mar y a conquistar así el mundo. Los primeros en conquistar el mar y el mundo, para Humboldt, fueron los griegos; después de ellos, los habitantes del Mediterráneo, y finalmente los europeos occidentales. Los indios, en cambio, viviendo en dos grandes masas de tierra sin accesos favorables a estructuras marítimas, no tuvieron el estímulo de la naturaleza para la navegación global o para los “descubrimientos”. Creo que ningún otro científico tenía este concepto tan grandioso de la tierra y del hombre, y él fue el primero en tener una visión crítica de la historia del colonialismo europeo y del surgimiento del “tercer mundo”. Yo diría que reescribió la memoria perdida de los indígenas, asumiendo el discurso de las víctimas al leer y comentar todas las crónicas importantes del descubrimiento y de la conquista antes de emprender su famoso viaje a América: eran unas cuarenta obras originales, por ejemplo el diario de Colón, las crónicas del Inca Garcilaso de la Vega, de Bartolomé de las Casas y de Bernal Díaz del Castillo. Refiriéndose a la Conquista decía que los europeos mataban y colgaban por donde quiera a los indios insumisos. En su opinión era una vergüenza ante los otros pueblos del mundo ser europeo, por los crímenes de éstos. Él hablaba de colonizadores europeos más que españoles. Escribió que tanto los españoles como los daneses, franceses, ingleses y holandeses se hicieron dueños de esas tierras y habitantes, a los que o mataban o esclavizaban. Por otro lado, trató de explicar por qué la población europea se erigió como una potencia en las ciencias y el saber en general. En Cosmos afirmó que, a partir de las
Ruego, 1954. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407462.
canos no vieron, porque están demasiado acostumbrados y él puso atención en esas cosas grandes y enormes de las cuales los latinos no se daban cuenta”. Yo comencé a interesarme en él hace muchos años. Conocía su monumento frente a la Universidad de Berlín y el letrero en español que lo describía como “el segundo descubridor de Cuba”, lo que fue ampliado a la fórmula “segundo descubridor de América”. Aunque creo que a Humboldt no le hubiera gustado esta denominación. En un texto suyo menciona por casualidad el “descubrimiento”, para corregirse en seguida diciendo: “¡No, la primera invasión española!” Y sin embargo es posible que él fuera un vástago del propio “descubridor” Colón.
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H: ¿Por qué decidió escribir este libro?
hod: Yo tenía mucha simpatía, y la sigo teniendo, por América Latina como el propio Humboldt, quien incluso anhelaba vivir el resto de su vida en ese continente. Él se mostró muy emocionado al pisar tierra americana por vez primera en Cumaná; le impresionaron tanto la naturaleza: los árboles, los animales y los pájaros, como la gente; exaltaba el mestizaje latinoamericano, el aspecto multicultural, la mezcla, las hibridaciones de las plantas, que siempre le parecían más interesantes que las razas puras; de ahí que estuviera en contra de cualquier racismo y purismo de las razas. El escritor cubano José Lezama Lima en un ensayo incluso trata a Humboldt como escritor cubano. Dice: “...pero Humboldt descubrió también cosas que los latinoameri-
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guerras de Alejando Magno en el extranjero –el Oriente–, los europeos se han apropiado de muchas experiencias y conocimientos de otros pueblos. Solamente ellos, dado que tenían el dominio del mar y por tanto del mundo, podían hacer uso de todos los inventos de la humanidad entera: por ejemplo de los árabes, que fundaron las ciencias físicas, de quienes los europeos aprendieron la alquimia, el análisis y el álgebra. Así, muchas cosas consideradas europeas, según él, son patrimonio de toda la humanidad, ya que todos los pueblos han contribuido a la civilización mundial monopolizada por los europeos. Esa era su filosofía o metafísica de la tierra.
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H: ¿Entendí bien? ¿Nos puede explicar mejor esto? hod: La madre de Humboldt proviene de una familia en Marzahn, actualmente un barrio de Berlín, que se llamaba Colomb, la forma francesa de Columbus, Colón. Eran hugonotes, es decir, calvinistas franceses refugiados en Berlín. La dinastía Colomb, o sea Columbus, ocupaba rangos importantes en el ejército prusiano. Mi libro empieza con el mismo gran almirante: “Colón acabó en la práctica con la visión geocéntrica del mundo [...] como Copérnico en la práctica”, sustituyéndola por el heliocentrismo. Pero Colón entronizó al mismo tiempo el eurocentrismo, que Humboldt sustituyó por los conceptos de globalización y ciudadanía mundial. Su obra Cosmos consta de tres partes: la historia de la naturaleza y su conquista del mundo; la segunda incluye cómo se formó el hombre y conquistó el mundo, cómo los europeos hicieron lo mismo, primero militarmente con guerras y después mediante la pintura de la naturaleza, la conquista del mundo mediante la imagen, por lo cual su obra Cosmos es también una historia de la pintura o una conquista “por el ojo”. La tercera es la conquista de la tierra por los grandes científicos, también únicamente europeos, como Leibniz, Buffon, Newton etc. Humboldt estableció para esta mundialización de la ciencia contactos permanentes con científicos del mundo entero mediante cartas: con ingleses, franceses y españoles, y sobre todo con latinoamericanos: colombianos, mexicanos y cubanos. Estableció por correspondencia una red de información global sobre el clima, los terremotos y las temperaturas. Fue la primera red de comunicación científica de esa época, de manera que las ciencias conquistaron el mundo.
H: En uno de los apartados del libro se menciona que es un ensayo político sobre México y Cuba. ¿Por qué incluye sólo a estos dos países? hod: En cuanto a México, se puede decir con absoluta seguridad que vio en él ya un país y no una colonia. Había estudiado las economías y relaciones monetarias de ambos, el comercio exterior, la población, la esclavitud... Las grandes novelas de la selva de José Eustasio Rivera y otros escritores del llamado criollismo han sido inspiradas por el Diario de viaje por las regiones equinocciales del Nuevo Continente, de Humboldt. H: Existe la suspicacia de que Humboldt entregó a Estados Unidos información sobre las riquezas de Sudamérica, desatando con ello la codicia de ese país. hod: Humboldt proporcionó a Jefferson material sobre las riquezas naturales de un México mucho más grande que el actual, antes de que los norteamericanos se robaran la mitad de ese país y cuando Guatemala todavía formaba parte de él. Pensaba que los norteamericanos habían hecho la primera revolución americana contra el coloniaje europeo, después vino la haitiana y finalmente la latinoamericana. Esperaba que en esta revolución panamericana en tres etapas los americanos se ayudaran mutuamente, pensando todavía en una América solidaria y queriendo sustraer a los europeos su poder económico sobre América Latina mediante esa información a los norteamericanos para que ayudaran también económicamente a sus hermanas repúblicas del sur. Grande fue su sorpresa cuando se enteró que Estados Unidos se apoderó de Texas, y protestó en la prensa temiendo que los yanquis introdujesen allí la esclavitud usual en aquel país y poco practi-
cada en México. También protestó en una carta abierta porque en la traducción de su Ensayo político sobre la isla de Cuba en Estados Unidos fue eliminada la última parte crítica sobre la esclavitud en Cuba. Lo cierto es que Humboldt nunca vendió información, era muy pobre, había gastado toda su herencia en sus viajes y publicaciones. Eso explica por qué, siendo un gran admirador de la Revolución francesa y un demócrata convencido, aceptó el rango y oficio de chambelán (gentilhombre de cámara) del rey de Prusia. Con la pensión correspondiente podía vivir honestamente y seguir investigando. H: ¿A qué público va dirigido su libro, pues en apariencia es una obra muy académica? hod: Yo creo que un libro es como una persona que nunca morirá; es decir, cada uno lo tiene a su alcance, lo toma y empieza a leerlo. Esa es la gran virtud del libro, que es indestructible, y creo que Humboldt también es indestructible, inmortal, gracias a sus libros y a los libros sobre él. Él me resulta muy simpático: este aristócrata por nacimiento, con una cultura mucho más amplia que la mayoría de los demás aristócratas, fue siempre amigo de la gente sencilla. H: ¿Cree usted que esa actitud se debió a su formación o a alguna condición en particular? hod: Creo que se debió en primer lugar a que fue un científico de todos los campos, multidisciplinario; es decir, de las ciencias naturales, sociales y de la tierra, que conocía muchas culturas de los demás pueblos y, como científico naturalista, él creyó solamente en lo que se podía probar y dijo solamente cosas que podía demostrar con hechos, que le parecían seguras. Era científico, no ideólogo.
Él se vanagloriaba de su independencia ideológica, que le permitía su independencia científica: “No tengo que escribir para que le guste a alguien, para que alguien lo apruebe. Yo publico mis libros por mi propia cuenta, entonces no dependo de ningún editor, de ningún comerciante, solamente de mí mismo y por eso yo soy independiente gracias a mi gran fortuna”, solía decir. Cuando su gran fortuna se acabó tuvo que buscar la protección económica del rey de Prusia, pero no cambió su posición política y científica. H: ¿Se podría deducir que no tenía carencias materiales ni emocionales?
Sin título, ca. 1951. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 409309.
Humboldt proporcionó a Jefferson material sobre las riquezas naturales de un México mucho más grande que el actual, antes de que los norteamericanos se robaran la mitad.
hod: Bueno, en eso tuvo un papel importante la Revolución cubana, que en aquel entonces era para muchos intelectuales una gran esperanza. Para mí, que vivía en la rda, los cubanos eran más libres, menos formales, menos prusianos. Había mucha simpatía por ellos, que no ha resistido a la prueba del tiempo. Todos hablaron de los “barbudos”, que no eran otra cosa que el equivalente de los funcionarios comunistas en la Alemania comunista o en la Unión Soviética. También había mucha libertad al comienzo de la revolución. En eso fue un factor muy po-
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colonia francesa, Humboldt, gran enemigo de la sujeción, no se lo pudo perdonar a Napoleón, igual que éste tampoco le pudo perdonar su democratismo. Unas horas antes de su coronación como emperador, ofendió a Humboldt diciéndole: “Ajá, usted es botánico, mi esposa también lo es, está cazando mariposas”. H: En la esfera latinoamericana se
le considera a usted como uno de sus ciudadanos ilustres, no como un extranjero; cuéntenos cuál fue el detonante de su pasión por Latinoamérica.
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hod:Hay gente que dice que fue homosexual y que su compañero Bonpland había sido su amante. Hoy se habla más libremente sobre esos temas que en su tiempo. García Márquez escribe en su novela El general en su laberinto que Bolívar había castigado severamente a un aventurero naufragando en el Magdalena que hablaba mal de Humboldt. En Alemania, durante su entierro, hubo tentativas por destruir su ataúd y cosas por el estilo, en parte debido a su saint-simonismo, que fue revelado por su amigo Varnhagen. Poco después de la muerte de Alejandro, cuando fue publicada la correspondencia entre ambos, se descubrieron sus fuertes y hasta despectivas críticas a los actuales gobernantes en Prusia y Francia. Un historiador prusiano archirreaccionario dijo: “Ajá, este hombre nunca ha olvidado las ideas de 1789 de la Revolución francesa”. Cuando Napoleón reintrodujo la esclavitud en Haití y envió un ejército de 30 mil soldados para acabar, mediante cañonazos, con los negros que no querían volver a su antigua condición en esa ex-
je que usted quiere transmitir con su libro. hod: Para mí el mensaje puede ser un poco sofisticado, pero podría sintetizarse en que Humboldt es nuestro.
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H: “Nuestro” significa ¿de quiénes?
Coreografía Zapata, 1953. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407499.
sitivo el Che Guevara, al que yo no apreciaba mucho por su invasión a Bolivia, pues uno no puede invadir un país aunque sea con buenas intenciones. Pero el Che era, a pesar de todo, un tipo tremendo, que se salía de todo lo que era normal en Europa. Descubrí que tanto los cubanos como Guevara eran latinoamericanos. Yo, en la Universidad Humboldt, me había especializado en poesía lírica francesa del siglo xix, vanguardista y rebelde, contra todo clasicismo, que era moderna y no tan lejana de los latinoamericanos. Cuando Fidel Castro y Ernesto Guevara hicieron estas cosas antes inimaginables en América Latina, pensé, ¿por qué tengo yo que estudiar todas estas cosas que me molestan tanto, los franceses,
los italianos, las tres cumbres de la literatura florentina: Dante, Petrarca y Boccaccio, que me parecían tan lejanas? Yo nunca fui un académico, ¡nunca! Fue por América Latina que me acerqué a Humboldt y no al revés. Podría pensarse que, como Humboldt era un gran amante de América Latina, un viajero incansable por este continente y un revolucionario tanto de las ciencias como del pensamiento, gracias a él yo descubrí América Latina. ¿No? No fue así. América Latina me ayudó a comprender a Humboldt y a motivarme para escribir este libro. H: Para finalizar, le pido que se arriesgue a resumirnos el mensa-
hod: De nuestro tiempo, Humboldt es de nuestro tiempo. En todo lo que se dice, para bien o para mal, acerca de la globalización, el creador de ese concepto fue Humboldt. Los otros que han pensado o hablado sobre globalización han pensado siempre en Europa. Solamente en las relaciones entre Francia y Alemania, sí. Y tal vez entre los venecianos y los bávaros, o los españoles con los árabes, cuando mucho. Él fue el primero en pensar el mundo habitado por hombres como tierra de hombres, con todos los indígenas, los negros, etc. Quizá por lo que dijo Jesús Díaz, cubano disidente ya fallecido, que abandonó Cuba hace 25 años y murió en 2003 o 2004: “Tal vez esto se debió a que Alemania no tuvo colonias”. LPyH
• Hans-Otto Dill, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad Humboldt, Berlín (1969-92). Publicaciones (1999-2013): Historia de la literatura latinoamericana, Dante criollo y Alexander von Humboldts Metaphisiks der Erdre: “Seine Weit-, Denk- und Diskursstrukturen”. • Germán Rodríguez es periodista, escritor e ingeniero colombiano residente en Berlín. Director y fundador del periódico bilingüe Hispanovisión para la integración de la comunidad hispanohablante en Alemania.
I. En el inicio ya era el Verbostando un domingo en el Ca-
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LA TRADUCCIÓN Julio Quesada Al doctor Tarek Barghout, el loco más genial de la cirugía oftalmológica
que, sino en estricta singularidad. Por esta razón se habla de “Buena nueva”. Algo nuevo bajo el sol. 2) Es esta ontológica singularidad lo que se resalta en la teoría del amor. En palabras de San Agustín: volo: ut sic. Latín perfectamente conocido por Cervantes y que significa amo: quiero que seas. No en general o en abstracto. Te amo tal y como eres. 3) La defensa de la Libertad y de la Individualidad que vertebra El Quijote dan fe de por qué a este novelista se le conoce como “El manco de Lepanto”.
II. De lo monológico a lo dialógico Aunque se tenían las herramien-
tas para la narración como novela, la novela moderna sólo ve la luz con el espíritu de Cervantes. Este acontecimiento de El Quijote (1605, Primera Parte) deberíamos festejarlo no desde la geopolítica del “¿Quiénes somos nosotros mismos?” (Martin Heidegger: Introducción a la metafísica, 1935), que siempre ha aparecido para destruir el espíritu de la novela moderna en aras del totalitarismo o del nacionalismo de carácter
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algo más metafísico-renanacentista y que tenía que ver con una relectura de las Confesiones de San Agustín iniciadas en el tiempo de la conquista de América. Esta nueva lectura ha sido defendida contemporáneamente por dos filósofas. María Zambrano en Teoría del amor en San Agustín, y Hannah Arendt en la Condición humana. Lo decisivo para entender algo de la filosofía de El Quijote se resume en tres puntos: 1) Aunque es cierto que al “principio” era el Verbo, no es menos cierto que el tiempo de la creación del mundo, principium, el tiempo del mar y la tierra, animales y bosques, etc., no es el mismo tiempo que el de la creación de los hombres y las mujeres: initium. Agustín de Hipona, norte de África, pone en marcha una teoría de la modernidad que posibilita la eclosión de Confesiones en la primera novela moderna, El Quijote. El tiempo de la creación de los seres humanos no es el mismo que el de océanos, tierras, animales, árboles y galaxias. El “inicio” de los hombres y mujeres es siempre en la forma gramatical de la primera persona del singular. Nuestro Dios, el Dios de Cervantes, no creó al ser humano en blo-
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llejón del Diamante de Xalapa, el lugar más parecido al Alcaná de Toledo, recordé, entre café y pipa, el encargo que, ha tiempo, me había hecho una colega de la uv de cuyo nombre sí quiero acordarme: la maestra Mercedes Lozano. Tenía que escribir algo tan breve como esencial acerca de El Quijote. La novela moderna que inventa Cervantes no hubiera sido posible sin la teología literaria, narrativa, de una perspectiva de la creación del Universo para la cual “al principio ya era el Verbo”. Ya se asimile como bigbang o bien como acción hecha por el Creador, el caso es que, al menos para nuestra cultura occidental, contexto histórico del nacimiento de la filosofía y de la novela moderna, la creación del mundo tiene un significativo alcance teológico-lingüístico. En el principio ya era el Logos (San Juan): palabra, acción de la palabra, argumento, discusión, creación por la palabra (Adán: Nada leído al revés), convencer, estar en desacuerdo. Asimismo, sin el acontecimiento religioso-lingüístico de Babel –aquel intento de escalar hasta el cielo, ser como Dios y ser condenados a habitar una sola lengua con el consiguiente solipsismo e imposibilidad de trabajar en común por encima de nuestras diferencias lingüístico-culturales–, sin este “pecado” y su “castigo” tampoco nuestra cultura, la cultura de la novela moderna, habría reflexionado ontológicamente acerca de una realidad insoslayable: nuestra pluralidad, nuestra pluralidad lingüística. Pero hay que profundizar. Miguel de Cervantes era Licenciado. Tuvo, pues, que aprender no sólo que al principio era el Verbo; sino
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fundamentalista. El nacimiento de la filosofía en Grecia traspasa todas las fronteras; al igual que el nacimiento de la novela moderna. El espíritu cervantino no inventa el género novela sino una nueva forma de narrar gracias a la que el Logos-Verbo rompe con el mono-tono-teísmo literario aristocrático para llenar el mundo de voces que no inventa sino que ya estaban ahí y sólo faltaba darles su lugar, su género literario: la novela moderna. En los bellos pasajes de la Ilíada o de la Odisea, de un imaginario poético sublime, toda la narración es monológica: sólo hay un Logos. Sólo pueden entrar en la narración los que tienen armas propias y toda la acción recae sobre el héroe y sus iguales: reyes, reinas, príncipes, herederos. El sujeto y el objeto de la narración siempre es el mismo: Ulyses recuerda sus aventuras para volver a Ítaca y el tiempo narrativo sólo puede ser de vuelta al origen, ciclal, repetitivo. No sólo tenemos en estas narrativas una sola historia y una sola familia real (hasta Eumeo, el porquero de Ulyses, el primero en reconocerlo, resulta ser hijo de un rey que había sido esclavizado: sólo de esta forma puede “entrar” en la narración con voz propia), sino también una sola lengua: el griego. Otro ejemplo. Los Diálogos de Platón, aunque parecen pequeñas novelas de filosofía, son en realidad monólogos sobre una Verdad que ya conoce el Sócrates de Platón. Esta visión monológica de la filosofía, de carácter ontológico y políticamente antinovelístico moderno, ha conseguido hacer de esta materia un erial. Tan sólo se escapa el Parménides, un diálogo de verdad en donde aquella teoría de la Verdad como repetición de un Molde al que deben ajustarse los hombres y las mujeres en la República, implosiona ante problemas tan de Kundera como el
no ser y la mierda o la broma… consiguiendo por parte de Sócrates que “Yo sólo sé que no sé nada”, un punto decisivo hacia la duda, el desconocimiento y tantas ecuaciones humanas sin soluciones formales, ay, tan bonitas en los manuales de Filosofía como Nihil est sine ratione. Pero es que el paso de la monología, un solo Logos, a la trama dialógica viene acompañado en El Quijote de lo que el ruso Mijaíl Bajtín, en Teoría y estética de la novela (libro de cabecera para todos nosotros), denominó “ heterología” y “ heterofonía”. Cervantes no sólo se hace eco de
la pluralidad de lenguas sino, y sobre todo, initium (añadimos), de que cada personaje habla de una forma muy diferente el mismo idioma. El mundo está preñado y da a luz constantemente a una milagrosa heterofonía, un bendito infierno de Babel, cada timbre, cada ritmo y tempo, cada forma de vocalizar, como hizo James Joyce en el nuevo Ulysses o José Vasconcelos en su autobiografía para encontrarse en el laberinto de la soledad: el Ulises criollo. Otro gran conocedor de El Quijote, el filósofo madrileño José Ortega y Gasset, leyó o vio en esta novela el fundamento filosófico-
Coreografía no identificada, ca. 1954. Acervo Documental y Artístico Nacho López, Colección Danza.
III. La circunstancia Hay un pasaje de El Quijote (ix,
primera parte) que me emociona particularmente. Se trata de la descripción del Alcaná de Toledo, origen metaliterario de la novela. Era la calle en donde se daban cita, gracias al comercio, al intercambio, las tres religiones, las tres lenguas y tres culturas de una España
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Modernidad no sólo no ha muerto, sino que tiene visos de ser tan eterna como la imaginación de estos creadores de vida-novela. Es lo que nos separa de la Tradición de una Verdad bella como el Bien en aquel paraíso perdido del monologismo en donde todo cuadraba porque no había diferencias. En cambio el género como tal de la novela moderna es “batalla y campo de batalla” de, un ejemplo, la moral (Nietzsche y yo). Es un género moderno porque está “condenado” –por los dioses iracundos, totalitarios y agelastas ( = que no se ríen: Kundera)– a ser el género de todos los géneros, a ins-
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literario de la propia vida. Sus Meditaciones del Quijote de 1914 son el humus en donde crece su razón histórica personal e intransferible: “El hombre es el novelista de sí mismo”, una faena poética de invención de sí mismo haciendo pie en su circunstancia, que tanto maravilló a Malcom Lowry. Ahora bien, si la novela moderna tiene como objeto al hombre y la mujer, a cualquier ser humano, en tanto invención de sí mismo aunque no de la Nada, esto nos lleva, teoría metafísico-literaria (Ortega y Bajtín), a que ni la novela moderna ni el ser humano tienen palabra de origen ni palabra final. La
cribir en su piel del mundo todo lo que hay: cine, tv, teatro, ensayo, poesía, rap, ciencia, biografía, danza, ciencia ficción, vampiros, filosofía, ocultismo, prehistoria, trasplantes de cerebro (que tanta falta hacen), la solidaridad y la injusticia, el futbol y los 43 de Ayotzinapa, la muerte, la risa… y nada de lo mismo, nada de repetición porque el tiempo de la novela moderna es el de la creación de los seres humanos: cada narrador, su propia voz. Cervantes hace de cada vida un personaje con voz propia y como tal importa en la narración que se está contando. Nadie es menos. Don Quijote nada, absolutamente nada sería sin su escudero Sancho, quien es llamado también “Sancho, amigo” y “Sancho, hermano”. Se adelanta al perspectivismo de Nietzsche (La gaya ciencia) porque cada “personaje” es una perspectiva única en el mundo y sobre el mundo. Cada personaje de El Quijote tiene su propia “voz”, su propia “iniciativa” dentro del relato. De ahí el posterior perspectivismo de Ortega: cada persona es como un “prisma”, qué bella y oportuna metáfora, gracias a lo que la luz blanca se transforma en un arco iris (Verdad y perspectiva). Este arco iris es lo que Cervantes pone en juego en la novela: un espacio infinito de seres humanos. ¿A dónde fue a buscar este nuevo espacio literario?: a las calles, pueblos y ciudades de la España en que vivía Don Quijote.
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heterológica: hebreos, cristianos y musulmanes. Me la imagino como el Callejón del Diamante. Especias, logos, voces, olores, artesanía, ropa indígena, varios cafés, enorme diversidad de yerbas, mujeres, hombres, niños. Y cuenta el protagonista que vio pasar a un muchacho árabe con papeles y como él (Cervantes) leía todo lo que tenía a la mano, escogió uno de los cartapacios y se dio cuenta de que estos pliegos estaban escritos en caracteres arábigos. Como no sabía leerlo llamó a un chico aljamiado (bilingüe) y le pidió que le leyera lo que estaba escrito al margen de la página. Lo leyó y se murió de la risa. ¿De qué te ríes? Y sin parar de reír le contestó (más o menos): Dice aquí que esta Dulcinea del Toboso, la admirada princesa de Don Quijote, era la mejor mujer de la Mancha que sabía salar puercos… Ya casi no se usa; pero salar puercos quiere decir capar cerdos. Así se enteró que el autor de la tan famosa novela Don Quijote de la Mancha era realmente un moro: Cide Hamete Benengeli. Otra invención de Cervantes. ¿Quién es el autor? ¿Por qué aparece la novela en la novela desde los márgenes de la novela? ¿Quiénes somos nosotros los otros? Ay, Cervantes-Derrida: ¿deconstrucción de la novela como fundamento de la novela moderna? Un género, pues, inacabado e inacabable, como la traducción: ese antiguo oficio que forma uno de los hilos conductores más importantes de El Quijote, cuyo fin, no el único, es sacarnos de nuestra soledad identitaria (a = a) a través de la filosofía y literatura de El Quijote. En efecto, una de las enseñanzas más bellas y necesarias consiste en señalar al principio del siglo xvii que una cultura, una lengua, sólo puede verse a sí misma al trasluz de otras lenguas y otras culturas. Esta circunstancia es real e inventada. No es producto de la fan-
tasía que en Toledo estuviera una de las mejores Escuelas de Traductores de toda Europa. Pero Cervantes se adelanta varios siglos a la democracia: una voz, un voto. Y ahora que lo celebramos, más bien como estatua para no hacernos cargo de su legado espiritual, la pluma y la espada, se puede decir que no lo tenemos atrás sino siempre delante porque nos sigue pasando como una flecha. Y a la luz del panorama que nos toca vivir y narrar, un mundo “globalizado” por la técnica moderna y un cierto espíritu de justicia y libertad que traspasa las fronteras, pero también esta ansia de defender lo tribal, lo auténticamente propio de cada pueblo, religión o lengua como si no tuviéramos vasos comunicantes entre todos nosotros.
4. Otro Quijote ruso: Yuri Knórosov Aquel domingo en el Alcaná de
Xalapa, curioseando en busca de algún talismán, vi a un señor sentado en el suelo que vendía libros antiguos. Y hete aquí, la vida como novela, que cae en mis manos el libro del lingüista y etnólogo ruso Yuri Knórosov, La escritura de los indígenas mayas, de 1963. Me quedé tan gratamente sorprendido que comencé a silbar un tango en portugués. Ya había encontrado mi talismán dominical, sólo que estaba en ruso. Pero una joya es una joya. Este hombre, así como su trabajo y colaboradores merecen, como mínimo, una película basada en hechos reales. Rescató no por azar dos libros de la Biblioteca Nacional de Berlín que estaba en llamas. Uno de ellos era el libro de fray Diego de Landa: La relación de las cosas de Yucatán, y el otro una edición de los Códices mayas. Este Quijote, un soldado ruso, a finales de abril de 1945, puso en
marcha con su valentía no sólo el milagro al que había sido animado por el arqueólogo Serguei Tokarev, de querer descifrar la lengua maya, sino también lograr descifrar la investigación del fraile español. Gracias a su hazaña investigadora en la epigrafía maya se pueden hoy día “oír” los glifos mayas antiguos tal y como los escribas los habían escrito. Ya no tenemos que interpretarlos como sordos patrones visuales. Knórosov se fue a seguir investigando en el sur de Estados Unidos, y cuando concluyó su hipótesis de trabajo, la presentó a la unam buscando apoyo para que fuera publicada pero obtuvo un rotundo fracaso. Más adelante algunos cerebros bien amueblados comenzaron a dar crédito a las teorías de Knórosov y, poco a poco, se fue haciendo la luz en medio de la oscuridad. Su obra fue presentada en Xcaret en el año 2000. No pudo conocer su fama. Murió solo, helado y alcohólico en la camilla de uno de los corredores de un hospital de San Petersburgo (Quo, otoño 2012). La doctora Galina, su mano derecha en esta investigación, visitó Xalapa en 2008 e impartió una conferencia magistral sobre la vida y obra de Yuri Knórosov en El Colegio de Veracruz. Entonces caminé despacio hacia Enríquez. “Carnal, ¿qué onda”?, me saludó Max, el artesano más antiguo del famoso Callejón del Diamante. Y con una clara sonrisa y miles de pájaros en la cabeza llegué a pensar que era un buen momento para releer El Quijote. LPyH • Julio Quesada es español de Málaga y ahora en Xalapa; antes en Valencia, Salobreña, Venecia y Madrid. Licenciado en Filosofía, más o menos Pura, por la Universidad de Valencia. Doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid. Mares de investigación: filosofía, literatura, política.
MAGDALENA DEL MAR José Agostinho Baptista
Traducción de Jorge Lobillo
Partieron de noche y ya no pude amarlos. Ahora el mar devuelve a la playa un timón, remos, lanas del norte en despedazados cables, tres rostros de un color sombrío. Hoy el mar está negro y frío. Los chales son negros y fríos sobre los hombros de las madres. Ellas miran sin ver este rostro todavía bello, donde, en otro tiempo, existió un estremecimiento de lirios. Los labios de mi amado decían la última oración y era como si cantase. Él cerró los ojos. En sus párpados emblanquecía la sal. Los peces se agitaban en las cubiertas y era una canción demente la canción de las agallas sofocándose.
¿Será esto la muerte? ¿La extrema oscuridad? Y sin embargo, lo veo todo, un velero antiguo, un chal, una novia en el atrio de un pueblo,
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• José Agostinho Baptista (Funchal, Madeira, 1948) es reconocido como uno de los poetas líricos más originales del idioma portugués. Ha publicado numerosos libros de poesía y traducido a autores de varios idiomas, entre ellos al mexicano Sergio Pitol.
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En la crueldad de las mañanas, en la línea del horizonte, él ya no ve un velero navegando hacia el mundo. El luto viste sus piedras. La anémona adquiere trazos de monstruosidad. En su garganta un anzuelo de acero resplandece, después de la lluvia.
una cuna de materiales rústicos. Ahora sé todo. Trituró las conchas. Aplastó las veladoras donde, eternamente, una llama cintilaba y era más que eso: una llama, un aviso. Hacia atrás, él empuja hacia atrás los árboles, los canteros que daban los tallos del amor. Que todo se disuelva en el aire, piensa él. Que, sin ruido, se alejen las tormentas. Porque la tempestad es siempre este juego, estos barcos rotos, y yo estoy solo.
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Rescatada está su vida. Solitaria la novia en un lugar tan yermo. Cumplido el destino de una tierra en el fondo de la tierra donde un socavón se abre, donde el agua se despeña y otra agua la recibe porque la verdad es esto: morir muy pronto. No tengo crisantemos para mi amor. No tengo pan. No tengo palabras que engañen su jornada porque sé que partió y sólo una estrella sin nombre, sólo una estrella profunda sigue su camino. La vela arde. Arde pero hacia dentro, a la orilla de los retratos, y los perros gruñen debajo de las parras. El sol no volverá a nacer sobre sus jóvenes cabellos y las algas se pudren. Hay un tono fúnebre que desciende sobre mi vida. Soy una estatua de tiniebla interminable, maldiciendo al mar. LPyH
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Los camuflajes de
CAPOTE PERIODISTA Griselda Cruz
sitos eran meramente literarios; sin embargo, voluntaria o involuntariamente dejó un importante aporte al género. Esta mezcla con el periodismo se traduce en una gama de textos a veces opacados por el éxito de la novela reportaje del 66, que indudablemente evidencia un cambio en la narrativa y la carrera venidera del autor, pero que, para muchos, se convirtió en la única referencia inmediata de Truman Capote como escritor de no ficción, desaprovechándose de esta manera prolíficos textos ricos en alusiones neoperiodísticas. Y es que, visto con objetividad y sin afán de restarle virtud alguna a la novela, el asesinato de la familia de Kansas fungió como un pretexto circunstancial que el escritor utilizó para justificar su actividad creativa, pues fue en el contexto de este crimen donde encontró toda la inquietud e impulso necesarios para escribir. Como fruto de su insatisfacción estilística, buscó innovar dejando rastros de su existencia en cada uno de sus textos. De ahí viene también el realismo de la mayoría de sus obras. Así, siendo
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tiva no exenta de mérito literario. Apenas unos años antes de Capote, encontramos a Ernest Hemingway con sus artículos sobre la Guerra Civil española, que después recrearía en sus novelas, y a Rodolfo Walsh con Operación masacre; este último es tal vez el referente más cercano en cuanto a la temática del suceso de A sangre fría. Uno puede pensar entonces, ¿dónde reside el mérito creativo de Truman Capote? La respuesta se halla en la trascendencia que el autor otorga a un asesinato contado de manera superficial por los diarios; de este modo rompe el paradigma de la “ficción” como sinónimo de creatividad. Esto dio como resultado una estilística literaria que reposa ambiguamente en la delgada línea entre lo factible y lo ficcional. Es entonces, convencido de que nada notable se había hecho con la literatura, cuando nació su inquietud por el periodismo como alternativa válida para constituir una nueva propuesta en el mundo de las letras: la no ficción. Capote nunca se asumió como periodista y en reiteradas ocasiones declaró que sus propó-
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uando la bella Lilie Mae Faulk contrajo matrimonio con Arch Persons no imaginaba que el fruto de esa unión se convertiría, años más tarde, en uno de los escritores más sobresalientes de la narrativa contemporánea. Truman Streckfus Persons, mejor conocido como Truman Capote, saboreó la cúspide de la fama después de la publicación de A sangre fría, pero hablar de él y su obra no es asunto fácil si se toma en cuenta que durante su vida el polémico autor tuvo varias facetas: escritor, periodista y estrella hollywoodense. Aunque, cualquiera que sea el escenario en que se le aborde, seguramente habrá más de una particularidad digna de contarse. Mucho se ha discutido sobre la etapa híbrida del escritor y no es para menos, porque sin duda A sangre fría representó en la prensa escrita un hito del que se desprende la corriente que Tom Wolfe bautizó como Nuevo periodismo. La propuesta que Wolfe teoriza tenía en un comienzo sólo intenciones periodísticas que sobre la marcha Gay Talese, Norman Mailer y otros muchos escritores de la época transformarían, empleando la narración como principal herramienta del oficio que Kapuscinski no recomendaba para los cínicos: el periodismo. Los mencionados herederos de Capote no escribían elaboraciones sólo informativas –aunque muchos de sus trabajos están pensados específicamente para este rubro–, sino textos que contenían una explícita intención literaria. Sin embargo, históricamente esta cuestión simbiótica no es nueva: en el siglo xvii, Daniel Defoe con Diario del año de la peste (1722) establece un hito importante escribiendo una novela basada en entrevistas, datos y encuestas auténticas de la tragedia que azotó a Londres en 1665; propuesta de verosimilitud e intención informa-
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apenas una joven promesa literaria salió del anonimato con Otras voces, otros ámbitos (1948), novela donde lo vemos reflejado en el protagonista Joel Knox. Se trata de un texto autobiográfico con tintes de ficción que principalmente trata el asunto de su cruda niñez y el descubrimiento de su homosexualidad. Años más tarde, en el prólogo de Música para camaleones (1980), Capote comentaría acerca de la recepción de su primer libro y el escepticismo alrededor del éxito que tuvo: …Es sorprendente que alguien tan joven pueda escribir tan bien. ¿Sorprendente? ¡Sólo había estado escribiendo día tras día durante catorce años! No obstante, la novela fue un sa-
Siendo apenas una joven promesa literaria salió del anonimato con Otras voces, otros ámbitos (1948), novela donde lo vemos reflejado en el protagonista Joel Knox. tisfactorio remate al primer ciclo de mi formación. En el mismo prólogo comparaba su preparación literaria con la de un niño practicando horas y horas diarias frente al piano para un importante recital. En su caso, Ca-
pote escribía con la misma constancia, entrenándose para lo que sería su debut en el mundo de la literatura. Todo ese tiempo valdría la pena porque Otras voces, otros ámbitos (1948) fue recibida favorablemente por la crítica y las editoriales. Se trataba del atractivo preámbulo de un hombre formado por la disciplina. La grandeza del Capote que sabía distinguir al escritor del mecanógrafo se manifiesta hasta en sus más cortos relatos. En 1945, “Miriam” le valió un O. Henry Award, siendo su primer logro como cuentista. Este relato apareció en Mademoiselle, una revista dirigida al público femenino, también popular por ser el espacio donde escritores como Joyce Carol o William Faulkner, entre otros, dieron a luz a sus primeras
Igualmente de Música para camaleones, ese libro del que nadie espera nada, se desprende “Una adorable criatura”, entrevista que plasma la amistad del escritor con la sex symbol Marilyn Monroe. Los amoríos que la rubia tenía en ese entonces con Arthur Miller y el precio que la actriz tuvo que pagar por su fama.
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publicada por el New Yorker. A pesar de que el actor nunca lo acusó de falsear la entrevista, sí declaró que en un próximo encuentro no limitaría sus deseos de venganza. Con esta anécdota se demuestra que, además de talento literario, Capote poseía un carisma y una astucia mordaz de los cuales nunca dudó en hacer uso para establecer amistades en el medio hollywoodense y así escribir sobre ellas. Un poco al estilo del legendario personaje de Marcello Mastroianni en La dolce vita. De esta manera llegó a 1980 -cuatro años antes de su partidacon Plegarias atendidas, una novela en proceso en la que pretenciosamente, como su personalidad lo exigía, prometió ser la respuesta americana a Marcel Proust. Pero también trajo consigo un libro misceláneo, para muchos intrascendente y para otros, una de las joyas del periodismo narrativo contemporáneo. Música para camaleones suele ser motivo de discriminación por
la crítica al etiquetársele como una de las publicaciones sin unidad, de textos mixtos y sin estética aparente. Además, con Desayuno en Tiffany’s y A sangre fría en su haber, el escritor ya no tenía necesidad de demostrar calidad literaria. Nadie esperaba nada. Devolviendo la capacidad de asombro, “Un día de trabajo”, “Una adorable criatura” y la novela corta, “Ataúdes tallados a mano” (por mencionar ejemplos al azar), son relatos que se pasean en las páginas de este su último libro y que merecen el mismo reconocimiento que sus demás trabajos de no ficción. Incluso, es aquí donde se logra ver a un Capote en una etapa de madurez digna para manipular con especial habilidad tres géneros imprescindibles en su carrera: crónica, entrevista y novela corta. Los tres textos citados al inicio son muestra de ello. Él y su empleada doméstica son los protagonistas de “Un día de trabajo”. En esta narración, el escritor acompaña a Mary Sánchez en una jornada laboral donde logra expresar dualmente sentido del humor y una profunda reflexión anecdótica. Ambos asaltan refrigeradores, fuman porros de marihuana y platican de lo humano y lo divino mientras bailan también, al ritmo de una estación de radio latina. Es uno de esos relatos donde no pasa nada y todo a la vez. Igualmente de Música para camaleones, ese libro del que nadie espera nada, se desprende “Una adorable criatura”, entrevista que plasma la amistad del escritor con la sex symbol Marilyn Monroe. Los amoríos que la rubia tenía en ese entonces con Arthur Miller y el precio que la actriz tuvo que pagar por su fama son algunos de los temas que se tocan en este, como su título, adorable texto. Con el objetivo de captar el sentido del mundo y moldear la realidad, Capote redondeaba sus vivencias trazándoles un princi-
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publicaciones. Pero lo cierto es que en el género de no ficción es donde el lector encuentra su obra más heterogénea. Entrevistas, cuentos, crónicas de sus viajes por Europa como las de Color local (1950) y la “novela” Se oyen las musas (1956), son algunos ejemplos de su aportación al periodismo narrativo. La literatura periodística constituyó sin duda uno de los géneros más explorados por Capote. Vale la pena retomar Se oyen las musas porque fue el acercamiento más notable a la no ficción que tuvo antes de A sangre fría; precisamente ahí es donde inicia su andar con la novela-reportaje. A través de la acumulación de imágenes, impresiones y diálogos producto de largas jornadas que pasaba con los artistas de la ópera Porgy and Bess en Moscú, en plena Guerra Fría, el autor se permite abordar una etapa de vital importancia en su escritura: la aplicación de técnicas propias de la ficción al tratamiento de los hechos objetivos. Después del recibimiento de Se oyen las musas (1956) y, de nuevo, con la inquietud de hacer algo diferente, pasaría a lo que él mismo llamó “la cosa más banal del periodismo: la entrevista a un actor de cine”. Mientras se rodaba Sayonara, película dirigida por Joshua Logan, Capote abordó a Marlon Brando argumentando ser corresponsal del New Yorker. Una cena, aunada a su filosofía, casi axioma: “El secreto del arte de la entrevista es hacer creer a la otra persona que te está entrevistando a ti”, bastaron para la publicación de El duque en sus dominios. Corría ya 1957. Lo que parecía una conversación entre amigos terminó con Brando confesándole en la suite de un hotel japonés su incapacidad para amar. Cosa que Capote no dejaría de plasmar en la versión
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pio y un fin. Esa, justamente, es la esencia del periodismo narrativo: darle significado y sentido a lo intrascendente y cotidiano de la vida para lograr sensaciones sólo propias de la literatura. El periodista ya no es sólo un aspirante a escritor. Es necesario que tenga la capacidad de relatar una historia; de otra manera se torna complicado hablar de buen periodismo y se corre el riesgo de caer en el caos mediático de las redes sociales. Por ejemplo, Twitter es una herramienta útil que puede guiarnos en el camino de la noticia, o bien, puede compartir un enlace en tiempo real, pero en su caso existe una limitación de 140 caracteres que difícilmente sustituye a toda una tradición narrativa. La corriente que Wolfe propuso en el 77 dio un “estatus” al buen periodismo, como consecuencia, cada vez son más los que
De la serie Ventanas [fotomontaje], ca. 1953. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407011.
El periodista ya no es sólo un aspirante a escritor. Es necesario que tenga la capacidad de relatar una historia; de otra manera se torna complicado hablar de buen periodismo y se corre el riesgo de caer en el caos mediático de las redes sociales. se suman a la causa. Desde el establecimiento de la finp (Fundación Iberoamericana de Nuevo Periodismo), que presidía García Márquez, se ha disparado un
boom en América Latina de hijos de Capote que buscan vehemente navegar entre los matices de periodistas-escritores o viceversa. Quiero insistir en Capote, sobre todo porque él creía en un conocimiento universal del ser. “Hay que aprender tanto, y de tantas fuentes: no sólo de los libros, sino de la música, de la pintura y hasta de la simple observación de todos los días”, escribe, en el multicitado prólogo de Música para camaleones. La misma universalidad que exige la actividad periodística es la que seguramente lo empujó hacia esas aguas de la narrativa. Suscribo con particular gusto la última cita. LPyH • Griselda Cruz es originaria de Poza Rica, Veracruz. Licenciada en Lengua Inglesa, es periodista de oficio.
ABIRA Y EL ESPEJISMO DEL ATLAS Raquel Martínez-Gómez Me enamoré de Rachid en aquellas vacaciones improvisadas. Había viajado a Fez con mi hija Nessa y un par de amigas en medio de un divorcio complicado, con la excusa de que la niña visitara el lugar donde nació mi madre, la abuela a quien no había conocido y que había muerto repentinamente sin que nos diera tiempo de llegar a despedirnos. Mantened el pecho alto para que sea el corazón el que guíe vuestros movimientos.
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i madre se llamaba Amit y era marroquí, descendiente de los sefardíes expulsados de España. Conoció a mi padre en Israel, en un kibutz, donde finalmente se había instalado su familia atraída por el relato de la tierra prometida, la región que, según la biblia hebrea, fue reservada por Yahvé a los descendientes de Abraham. Mi padre procedía de
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Palabras de la clase de yoga de Jo
una familia rusa que había abandonado el país a inicios del siglo xx. Fui hija única y, cuando cumplí diecinueve años, decidí viajar a Inglaterra, en parte porque quería conocer de cerca los escenarios de todas esas canciones de rock con las que crecí y que tarareaba incluso cuando no las entendía. Me gustaba cantar y en Londres pude mejorar la dicción del inglés. Además del esfuerzo económico de mis padres, empecé a trabajar en un pub para poder pagar la matrícula de la facultad de psicología. Todavía pensaba que volvería a Israel una vez terminara mis estudios, pero conforme los años pasaron la idea de regresar se disipó.
Vivía con estrecheces y la situación empeoró cuando me vi forzada a dejar el pub después de que el dueño intentara manosearme. Entonces apareció Tom, con quien me casé a los pocos meses. La posibilidad de retornar se esfumó definitivamente. Mis padres vinieron a Londres para la boda, pero se sintieron agobiados en la ciudad y, aunque su intención había sido pasar un mes con nosotros, adelantaron su vuelta. Dejé los estudios y probé suerte con trabajos variados. Una amiga me habló de la fuerte demanda de matronas para asistir partos naturales y, después de un cursillo, pude traer niños al mundo hasta que tuve a mi propia hija. La relación con Tom no tardó en empeorar. Me enamoré de Rachid en aquellas vacaciones improvisadas. Había viajado a Fez con mi hija Nessa y un par de amigas en medio de un divorcio complicado, con la excusa de que la niña visitara el lugar donde nació mi madre, la abuela a quien no había conocido y que había muerto repentinamente sin que nos diera tiempo de llegar a despedirnos. Pero el viaje fue distinto a como lo había planeado. A Nessa no le gustó Fez: el ruido de las calles, la aglomeración del Zoco, la pobreza explícita a la que no estaba habituada... Convencí a mis amigas para salir a algún lugar más tranquilo dentro del país. Escuchamos las recomendaciones de un vasco que conocimos en la plaza Seffarine. Se dedicaba a moldear tablas de surf y viajaba mucho a Marruecos, donde tenía varios clientes, casi todos en el sector turístico. Él nos habló de la costa de Agadir y nos aconsejó un hotel que, si bien no era lujoso, estaba limpio y preparaba comida casera marroquí. Decidimos seguir el consejo y allí alojarnos. Un tablón de anuncios en el vestíbulo informaba de las clases de surf e inmediatamente entendimos la re-
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lación de aquel lugar con el vasco. Siempre había envidiado a quienes podían cabalgar sobre las olas y no me hice de rogar cuando la niña y mis dos amigas propusieron que llamásemos. Soy poco hábil para los deportes, así que nunca imaginé que también acabaría embarcándome en esa empresa. A la mañana siguiente buscamos al monitor en la playa. Vimos un puesto modesto con el mismo cartel que había llamado nuestra atención en el hotel. El adolescente que nos atendió dijo ser primo de Rachid, el hombre con quien habíamos hablado por teléfono. No pudimos entenderle más porque lo único que sabía decir en inglés era Rachid’s cousin. Por los gestos creímos interpretar que su primo vendría pronto, así que desplegamos las toallas junto al puesto y esperamos. Rachid salió del mar con un bañador de neopreno y algunos pescados en un gancho. Era alto, con el cabello negro y ensortijado, ojos oscuros y grandes. A ninguna se nos pasó por alto su atractivo. Yo había decidido quedarme a cuidar nuestras pertenencias y a tomar el sol mientras ellas recibían la clase, pero él insistió en que me sumara al grupo. Su primo podía hacerse cargo de las bolsas de playa. En realidad no llevábamos más que algunos euros sueltos y bronceadores. Sucumbí rápidamente a sus encantos, imposible resistir. Cada una experimentó la práctica de manera distinta, pero sin duda la mía fue la más traumática. La tabla se escurría, mi cuerpo no acertaba a permanecer de pie. A pesar de que intenté mantener el equilibrio como Joanna me pedía en las clases de yoga, caía una y otra vez para ser rescatada por unos brazos poderosos y jóvenes, muy distintos a los de Tom, quien en los últimos años había envejecido de repente por su falta de ejercicio y los excesos con el alcohol. Claro
que ni se me pasó por la cabeza la idea de abandonar, tenía motivaciones evidentes para seguir, las mismas que sospeché tendrían Charlotte y Susan. Decidimos volver cada una de las mañanas de los cinco días que nos quedaban en Agadir. Nessa sí mostró su interés real por saltar las olas. Verla feliz me relajó. La tercera noche, Susan no se encontraba muy bien y se quedó con la niña en el hotel. Charlotte y yo nos fuimos con Rachid a cenar. Tras algunas cervezas y muchas miradas de complicidad, mi
amiga pareció darse cuenta de que él ya había elegido y no tardó en escabullirse. Me dijo que no me preocupara, que ellas cuidarían de Nessa. Amanecí en los brazos de Rachid todavía sin entender muy bien el origen de aquella atracción física incalificable y muy diferente de todas mis experiencias anteriores. Había descubierto qué era el sexo en realidad. Por vergüenza no comenté nada de esto a mis amigas, aunque de regreso a Inglaterra ya sabía, y ellas también, que mi vida iba a cambiar irremediablemente. En casa me esperaba
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Llevábamos dos días en Agadir cuando Rachid me propuso dar un paseo por la montaña. Había salido el sol y no dudé en montarme a su motocicleta destartalada.
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un trabajo irregular, las clases de yoga, los problemas con el divorcio… Sólo el tiempo podría decirme si se trataba de un romance de verano o si me había quedado atrapada en las redes de Rachid. No pasó un día sin que hablásemos por Skype y después me masturbaba pensando en su penetración. Empezamos a practicar el cibersexo, algo temerosa por si Nessa se despertaba y me observara en aquellas posturas obscenas. Hasta que encontré la forma de pedir vacaciones y volver a Marruecos, esta vez sin acompañantes, entre-
gada en cuerpo y alma a una pasión. La niña se quedó con Tom, a quien todavía le rondaba en la cabeza la idea de volver conmigo. Sus palabras eran una condena que yo quería romper en añicos. Llevábamos dos días en Agadir cuando Rachid me propuso dar un paseo por la montaña. Había salido el sol y no dudé en montarme a su motocicleta destartalada. Viajamos temprano y pasamos horas contemplando, desde las distintas alturas, las cicatrices del Atlas. Después quiso llevarme al lugar donde las nubes tocaban la cordillera a que conociera a la madre de su cuñado. Le ofrecí la mejor de mis sonrisas, emocionada de haber llegado hasta allí y poder ser testigo de cómo vivía esa mujer de la montaña. Su casa era muy humilde, sólo la acompañaban las cabras y las fuerzas de la naturaleza. Nos ofreció un poco de pan con mantequilla y miel. Hubo pocas palabras, todas en marroquí, idioma que yo no entendía a pesar de ser heredera de un puñado de vocablos procedentes del jaquetía. Ella también sonreía, pero su mirada empezó a inquietarme. Traté de ser amable, de estar a la altura de su pobreza y austeridad. Venía de una casa con jardín y tres cuartos de baño, de no despegarme del ordenador portátil, de llenar los carros de comida en el supermercado los fines de semana… Entonces no podía imaginarme que todavía le quedaba una hija soltera que quería casar con Rachid. Al cabo de una hora lancé un gesto a mi compañero que supo interpretar. Empezó a despedirse, pero ella nos retuvo. Salió a buscar algo y, durante los minutos que estuvo ausente, disfrutamos de la vista del Atlas. Regresó con un muchacho salido de entre las rocas. Por los abrazos que dio a Rachid pensé que sería un familiar. Quería que lo bajáramos en la moto y, aunque a mí me pare-
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ció una locura, la seguridad de mi compañero me hizo dudar. Acepté de nuevo el reto sin saber que ese era el comienzo de una cadena de problemas que me lanzaría al borde de la muerte. Iniciamos el camino, la tierra era seca y el polvo que levantaba se metía en los ojos. Me molestaba como no recordaba que lo hubie-
se hecho a la venida. Llevábamos tres kilómetros cuando la moto se pinchó. No teníamos con qué repararla y acabamos empujándola. El atardecer llegó amenazando lluvia; al cabo de diez minutos ya era torrencial. La cortina de agua hizo invisible el camino y, a pesar de que ambos lo conocían, Rachid, quien encabezaba la expedición, estuvo
a punto de caerse al precipicio y, tras él, caerme yo. En ese momento pensé en Nessa, creí que nunca la volvería a ver. La oscuridad también se había adueñado de mi mirada. La siguiente etapa se saldó con la cadena de la motocicleta fuera de su sitio, seguida de la herida en la mano de Rachid al intentar repararla. Arrastrando el vehículo,
En el camino al aeropuerto me habló del mal de ojo y de que el noviazgo era algo que estaba prohibido en su país. “Seguramente –dijo– aquella mujer ha utilizado un saber ancestral para lanzarnos un castigo, ayudada por los demonios marroquíes”.
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y tampoco dije nada. La fiebre me había dejado sin fuerza. La última idealización que me quedaba del país se quedó en la sala del aeropuerto de Agadir. La negociación de mi divorcio estaba siendo difícil y tuve que ponerme a limpiar casas para poder hacer frente a los gastos mensuales. Por nada del mundo quería volver a Israel. Tom se negaba a dividir los bienes compartidos. Sabía que Rachid vivía con lo puesto y que yo, pese a los años transcurridos, seguía sin tener una base sólida en Inglaterra. Mi acento era distinto, imposible salir adelante en el mundo del canto y, salvo trabajos esporádicos, nunca había estado contratada. Sobre esa cuerda floja, sólo podría mantener a mi hija y conseguir que Rachid viniera si en el reparto obtenía algunas de las propiedades de Tom esparcidas por el país. Antes de casarme con él di por supuesto que las tierras y las casas procedían de la herencia familiar, pero conforme pasaron los años fui conociendo cómo había amasado esa fortuna en realidad. Las primeras pesquisas aparecieron una noche que
la policía llamó a casa y lo arrestaron. Fue entonces cuando supe que Tom llevaba años traficando con drogas. Sabía que mi demanda de las propiedades me condenaba, pero también creía que el mejor destino era repartirlas con Rachid. Había algún tipo de justicia, de azarosa reparación, en ese destino. A su llegada a Inglaterra podría disfrutar de una vida digna, con oportunidades. Cuando me reencontré con Charlotte y Susan les confirmé que la historia con Rachid había madurado. La apuesta era vivir juntos, así que nos casaríamos para que él pudiera arreglar sus papeles e ingresar en el país. Se mostraron sorprendidas, porque hasta ese día mi intención había sido la de dejar Inglaterra y volver al lugar de origen de mi madre: ese paraíso ubicado lejos de nuestras rutinas. Pero tras el último viaje, Marruecos se había convertido en un mundo lleno de superstición e incomodidades, donde uno se exponía a riesgos insospechados que intentaría evitar a Nessa. Con el final de las vacaciones europeas terminaron los meses de turismo masivo y Rachid volvió a la pesca. Estaba ansioso por vivir en el Norte y, aunque no quise quitar valor a sus palabras, de alguna manera temí que sufriera el mismo desencanto del mundo civilizado que yo había sufrido del mundo salvaje, algo que ocurriría seguro si se viera abocado a asomarse a los retretes de algunas de las familias a quienes yo realizaba la limpieza semanal. Superado el trauma del último viaje fui a visitarlo cerca de las Navidades para conocer a sus padres y hermanos. Rachid era el mayor y el único que había podido alquilar un apartamento en la ciudad, sin grandes lujos, pero moderno. En cambio, la casa familiar era de adobe, pobre y pequeña. Hicieron un tajine en mi honor y todos comimos del mismo reci-
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empapados y a oscuras llegamos a un pueblo que quedaba a siete kilómetros de la ciudad. Dejamos allí la moto con unos conocidos de Rachid, quienes le permitieron lavarse la herida, y seguimos caminando hasta su apartamento. Ya en la casa de Rachid me duché con agua caliente y me eché a dormir. Antes le mostré mi enojo y lo llamé “inconsciente” varias veces, cada vez en un inglés más marcado y con los decibelios in crescendo. Hasta ese día el sueño marroquí me había parecido perfecto: un lugar alejado de los valores occidentales, del consumismo, del simulacro, de la doble moral, donde lo primitivo todavía hacía acto de presencia, pero después de esa experiencia estaba convencida que nunca podría vivir allí, y menos llevar a mi hija. Había fantaseado demasiado con lo salvaje, ayudada también por los cuentos de aquella tierra que había visto crecer a mi madre. Me desperté mojada en mi propio sudor y con mucha fiebre. Rachid fue a buscar pastillas. Le pedí que me trajera la bolsa de aseo donde, desde que Nessa nació, llevo un termómetro. Tenía treinta y nueve y medio, y no parecía remitir con los paños fríos. Tras tres días de fiebres muy altas, mis tres últimos días junto a Rachid, tuve que empacar y hacer de tripas corazón para que mi amado no se quedara con la sensación de que me marchaba enfadada. En el camino al aeropuerto me habló del mal de ojo y de que el noviazgo era algo que estaba prohibido en su país. “Seguramente –dijo– aquella mujer ha utilizado un saber ancestral para lanzarnos un castigo, ayudada por los demonios marroquíes”. Mi madre me había hablado de los djinn, esos genios que hacían travesuras cuando era pequeña, pero no de que tu destino se pudiera ver trastornado por una mirada. No quise creer en ello
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Él me explicó que en su hogar siempre había sido así, que para sus padres las palizas eran normales porque era lo que habían aprendido de sus abuelos. No me sentí con fuerzas de volver a ver a su familia y dejé Marruecos con sabor agridulce por segunda vez. donde vivimos que, pese a estar hipotecada, cuenta con una moratoria que hace que sólo tenga que pagar intereses. También mandará algún dinero cuando consiga vender otra propiedad que posee en Preston. Por algún tiempo pensó que me llevaría a la niña a Marruecos y la idea de que sea Rachid quien venga, aunque no le emociona, le deja conforme. Para poder mantener la casa he empezado a alquilar los dormitorios que quedan libres a estudiantes, y con eso, las limpiezas y la asistencia a partos naturales iremos tirando. En cuanto Rachid tenga los permisos ayudará a un amigo albañil que hace trabajos a particulares en los alrededores. Al principio será difícil. Me da miedo que él también sufra el mal de ojo de la civilización, la gripe que un día de lluvia y otro también causará en su for-
nido cuerpo, acostumbrado al sol y el agua caliente, la urticaria que le provocará el discurso patriótico en contra de los inmigrantes. También prefiero que no sepa que la entrada de nuestro hogar la pagó el tráfico de cocaína. A mí me tocará, como ya hizo él, mostrarle la cara más amable de este mundo de violencia soterrada. Si, pese a todo, él consigue adaptarse, nuestra intención es abrir un pequeño hotel para amantes del surf en Agadir cuando contemos con los ahorros suficientes. Rachid viajará en los meses de más trabajo para impartir las clases y, quién sabe, tal vez pueda convencer a Joanna de que se anime a hacer retiros de yoga. Ella misma, que vuela a la India todos los años, me confesó que le gustan los lugares salvajes… Las dos sabemos de lo que habla y que nos atraen porque podemos volver a nuestro rincón del mundo cuando éstos llegan a asustarnos. • Este relato forma parte de un libro de cuentos, todavía inédito, que tiene como hilo conductor la participación de distintas mujeres en clases de yoga de uno y otro lado del Atlántico. Por eso hay una referencia a Jo o Joanna, la profesora de yoga, que cobra el sentido completo cuando se integra en el conjunto de los relatos. LPyH • Raquel Martínez-Gómez es doctora en Relaciones Internacionales (ucm) y máster en Literatura (Sussex University). Su Sombras de Unicornio fue galardonada con el European Union Prize for Literature 2010 y el Premio Ateneo Joven de Sevilla (2007). Blog autora: http://www.otromundoestaenmarcha.org/ceniza-de-ombu/.
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piente de barro, lo que me produjo sensaciones enfrentadas. Recordé los vómitos y la fiebre tras aquel pan con mantequilla que me había dado la anciana de la montaña. Intenté que no se me notara la aprensión, a pesar de la insistencia de su madre para que me alimentara. Rachid fue mi intérprete. Había aprendido inglés por su contacto con el turismo y haciendo cursos por internet. Percibí que algunos comentarios quedaban sin traducción y que su mirada revelaba cierta incomodidad. Al atardecer su padre nos llevó a ver un terreno que pondría a nuestra disposición si algún día pensábamos comenzar un negocio, que en aquel lugar equivalía a hablar de las divisas de los turistas. Yo vivía con lo justo, pero al ser extranjera me veían como una inversora potencial. Estuvimos pensando después, ya en el apartamento de Rachid, que quizás esa era la fórmula para no perder el contacto con Marruecos y que él pudiera ayudar a su familia. Al día siguiente volvimos a la casa de sus padres, pero encontré más desgastadas las sonrisas. Transcurridos veinte minutos, su madre pegó brutalmente a una de las hermanas y, para no enfrentarme a ella, le pedí a Rachid que saliéramos de allí cuanto antes. Él me explicó que en su hogar siempre había sido así, que para sus padres las palizas eran normales porque era lo que habían aprendido de sus abuelos. No me sentí con fuerzas de volver a ver a su familia y dejé Marruecos con sabor agridulce por segunda vez. Al final logré negociar con Tom y pude quedarme con la casa
De la serie Globero [Palacio de Bellas Artes], 1961. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 375947. >
Nacho López
fotógrafo de méxico
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De la serie Virgen india, Villa de Guadalupe, Ciudad de México, 1953. Acervo Documental y Artístico Nacho López. SV0099.
< Razzia, 1953. Acervo Documental y Artístico Nacho López. SV0030.
Boda charra, colonia Chimalistac, Ciudad de México, 1964. Acervo Documental y Artístico Nacho López. SV0062
De la serie Esperando justicia, 1979. Acervo Documental y ArtĂstico Nacho LĂłpez. SV0054.
Pueblo indígena mixe, Sierra mixe, Oaxaca, ca. 1980. Colección Fototeca Nacho López, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Sin título, ca. 1970. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn.mx. Colección Nacho López. 409150.
Coras, ca. 1970. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407479
Escuela Revolución, calle Niños Héroes, col. Doctores, Ciudad de México, ca. 1960. Acervo Documental y Artístico Nacho López, Colección fotografías.
De la serie Niños, Ciudad de México, ca. 1960. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 408807.
Ballet Pastillita, 1952. Acervo Documental y Artístico Nacho López, Colección Danza.
< Sin título, ca. 1951. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 408898.
Coreografía no identificada, ca. 1975. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407550.
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Nacho López, educador* Daniel Mendoza Alafita
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dentro de su contexto social como medio de expresión moderna cuyos contenidos la separan de los contenidos idealistas y románticos”. Inicialmente, la enseñanza atañía sobre todo al aspecto técnico. Ha costado aceptar que todo medio tecnológico, por complejo que sea, nunca impide la expresión individual ni el conocimiento hacia otros medios. El verdadero problema, ahora como educadores, es cómo desarrollar la sensibilidad de una persona de manera efectiva con un instrumento o con otro, o con una combinación de medios que le permita expresarse y comunicar mejor. Podemos aventurar que en el futuro no habrá esos compartimientos de “fotó-
Él nos enseñó que la cultura fotográfica es un concepto más amplio y abarca toda una serie de elementos no solamente instrumentales, sino incluso de visión, culturales, ideológicos e históricos.
< Autorretrato, ca. 1955. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407762.
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grafo”, “videoasta” y “cineasta”, sino que hablaremos de comunicadores y creadores visuales. El profesor, entonces, debe ser un guía y no un dictador; alguien que estimule y no que imponga. Sólo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos. Así, es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta, del cuestionamiento. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Enseñar exige saber escuchar, pero también interrogar. En términos personales me satisface comprobar que el trabajo de un antiguo alumno mío muestra nuevas dimensiones, ha madurado, ha descubierto nuevos problemas, ha rechazado anteriores soluciones. Estos
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a enseñanza de la fotografía actualmente debe reconocer la existencia de teorías críticas, de prácticas fotográficas que comprendan la estética como un acto amplio y complejo y en favor de una relación crítica con la cultura moderna. Es decir, prácticas que pueden, o no, incorporar imágenes múltiples, textos, manipulación digital, fotos preexistentes, o cualquier otro elemento no tradicional que contextualice la fotografía en otros espacios del mundo del arte. El maestro Nacho López lo sabía muy bien. Él nos enseñó que la cultura fotográfica es un concepto más amplio y abarca toda una serie de elementos no solamente instrumentales, sino incluso de visión, culturales, ideológicos e históricos, y que tienen que ver con las causas de la aparición de la fotografía en el siglo xix. Estos elementos son necesarios para crear un clima de pensamiento, sensibilidad, filosofía, humanismo e imaginación que necesitan los valores que la fotografía encarna y que se mantienen a lo largo del siglo xx y en el que ahora vivimos. La fotografía es la depositaria de todos esos conflictos intelectuales, de todos esos problemas que los humanos han vivido en los últimos tiempos. Por ello, utilizarla es absolutamente necesario y prioritario para expresar el espíritu del nuevo siglo, no como una simple técnica de producción de imágenes, sino como un poderoso medio de comunicación que ha determinado gran parte de la experiencia estética y de nuestra cultura visual. Eso ya nos lo había adelantado el maestro Nacho López a lo largo de sus clases. Desde su posición, aquí es donde cabría la necesidad de una pedagogía de la fotografía al margen de una primera tradición, según la cual un fotógrafo enseñaba a otro fotógrafo. No, desde su posición había que expandir el conocimiento de lo fotográfico con otros saberes, con otros profesionales como los sociólogos, los semiólogos, los historiadores, los críticos de arte. Con todo y que en relación con estos últimos señaló en algún momento: “La verdad es que los críticos han sido tomados por asalto por la presencia vigorosa de la fotografía y se han quedado a la zaga, porque no la han estudiado
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Autorretrato en estudio, ca. 1960. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 406930.
La fotografía y la enseñanza del maestro Nacho López siguen vigentes, porque aportan la honestidad, se sustentan en un ámbito de libertad y explican la realidad que nos rodea; esa es la función fundamental de su obra fotográfica. son los resultados que realmente me importan como profesor. La ciencia y la tecnología deben estar al servicio de la liberación permanente, de la humanización del hombre, como lo aprendimos en el Seminario de Fotografía que impartía nuestro profesor, Nacho López, en la Facultad de Artes Plásticas de la uv.
libertad de expresión en el arte y en la vida siempre será su premisa. LPyH
La fotografía y la enseñanza del maestro Nacho López siguen vigentes, porque aportan la honestidad, se sustentan en un ámbito de libertad y explican la realidad que nos rodea; esa es la función fundamental de su obra fotográfica que consigna el conflicto eterno del ser humano: dignidad, comida, techo y educación. La
• Daniel Mendoza Alafita fue alumno de Nacho López. Es egresado de la Facultad de Artes Plásticas de la uv y actualmente es director del Estudio-Taller Selenium, además de fotógrafo, cineasta documentalista y académico del Centro de Capacitación Cinematográfica y del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (unam).
* Fragmento del ensayo del mismo título incluido en el libro Nacho López. Ideas y visualidad, coeditado por el inah, el fce y la uv. El último párrafo es de reciente escritura.
entre libros La mirada de Nacho López Libro de fotografía
Lino Monanegi
De la serie Fotógrafos de prensa [día de muertos en Janitzio, concurso fotográfico], Isla del Lago de Pátzcuaro, Michoacán, ca. 1953. Colección Carlos Monsiváis. Museo del Estanquillo.
José Antonio Rodríguez y Alberto Tovalín Ahumada (eds. y comps.), Nacho López. Fotógrafo de México, México, inba-uv, 2016, 465 pp.
Octavio Paz, “Noche en claro”
Nacho López fue un autor total y un fotógrafo excepcional con un incuestionable dominio del oficio. A 30 años de la muerte del fotógrafo, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad Veracruzana, con el apoyo de la Secretaría de Cultura y la Fundación Mary Street Jenkins, prepararon una retrospectiva del artista que rescata a través de más de trescientas fotografías, exhibidas en el
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el latín facies se bifurcan dos palabras castellanas: “faz” y “haz”; ambas significan “cara” o “rostro”, pero la segunda, partiendo de su otra raíz latina –fascis–, denota los rayos de la luz que con-
una santa faz, no la de Cristo, sino la de su madre –indígena en México–; abajo, en la esquina inferior derecha, impreso con letras negras dentro de un rectángulo blanco, se lee: “dios te salve, maría…”
entre libros
…replegada en sí misma la [Presencia es vacío lo visible es invisible Aquí se hace visible lo invisible aquí la estrella es negra…
fluyen desde un mismo origen. La convergencia de significados me da pie para escribir sobre la lente de Ignacio López Bocanegra, Nacho López, a propósito de las tres décadas que se cumplen este año desde que la luz se fundiera en total oscuridad en el objetivo y la cámara del fotógrafo. La afinidad semántica anterior abre una linde de lectura a través de lo escrito con luz y narrado con imágenes. Se me ocurre, como ejemplo, una de las fotografías de la serie Virgen india, que en el libro se recoge al reproducir los folios del fotorreportaje publicado por la revista Mañana, en el apartado dedicado a las páginas visuales en las que se muestra el trabajo fotoensayístico del artista tamaulipeco. La foto –que por desgracia en el libro es apenas una miniatura– es de una mujer ferviente, rezandera, con la faz descubierta por el haz de luz que la desviste de su velo de sombras. El rostro es todo vislumbres. La fotografía se convierte así en una hierofanía: el rostro de la mujer se manifiesta como
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Pueblo indígena tzotzil, Zinacantán, Chiapas, ca. 1970. Colección Fototeca Nacho López, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Museo del Palacio de Bellas Artes, el trabajo y los aportes técnicos de López. De este homenaje se desprende el trabajo editorial que el inba y la uv realizaron para recoger la exposición que muestra la obra poliédrica del artista mexicano. Nacho López. Fotógrafo de México toma su nombre del ensayo de Raúl Flores Guerrero publicado por la revista Universidad de México, mismo que José Antonio Rodríguez y Alberto Tovalín, curadores de la exposición y coordinadores de Nacho López, ideas y visualidad, también editado por la uv y antecedente del libro que 1 Nacho López, Noche de muertos, Mañana, núm. 377, 18 de noviembre de 1950. 2 Poema de Nacho López publicado en Artes de México, año xii, núms. 58-59, México, 1964. 3 Carlos Monsiváis, “Nacho López: la gran crónica del gran artista” (texto leído durante la presentación del núm. 31 de la revista Luna Córnea, en el Centro de la Imagen, Ciudad de México, 2008).
nos ocupa, recuerdan en el texto homónimo que da entrada al libro, donde a dupla escriben, entre otras cosas, sobre la acción dirigida, la puesta en escena y la capacidad de previsualización como caraterísticas de su trabajo fotográfico: “‘Interpretación’, el ‘pre-ver’, ‘observación de las reacciones’, ‘intuir’ o la no casualidad, son precisamente conceptos y acciones en la obra del fotógrafo”. La obra es un libro homenaje, con una manufactura impecable, que agrupa su quehacer artístico por temas: desde las fotografías del movimiento capturado en las imágenes sobre danza, hasta la fotografía cinematográfica o la experimental, en la que el fotomontaje, la sobreimpresión, las vasedactigrafías, su colaboración con el escultor Pedro Cervantes y la experimentación del material visual nos muestran la faceta vanguardista e interdisciplinaria del gran artista que fue Nacho López. Además incluye varios fotorreportajes lo mismo que fotoensayos de los que escriben Rebeca Monroy Nasr y Citlalli López Binnqüist en “De íntimos mirares” y “Crítica y reflexión de Nacho López” respectivamente. Se reproducen en el libro las páginas y planas de las revistas donde sus “Planned photo stories” fueron publicadas originalmente; están las poco conocidas, como Profesionales de lo insólito y Noche de Reyes, ambas publicadas en la revista Mañana; sin embargo, también se muestran las ya conocidas, cuyas fotografías son hoy un clásico visual y un referente al nombrar al artista, como las series Jugadores de billar, Sólo los humildes van al infierno y La vida de la ciudad, los tres editados por la revista Siempre! Tampoco falta la que, desde mi primer encuentro con su producción fotográfica, me ha parecido una de las series más oníricas: Noche de muertos, donde, como en el poema de Octavio
Paz que sirve de epígrafe a este escrito, “la luz es sombra luz la sombra”. Destaca en ella una foto en la que el albor de las velas ilumina la cara de la mujer dormida durante la noche en que “el camposanto de Janitzio se puebla de luciérnagas y fantasmas”.1 El libro y el trabajo del autor del poema “ Yo, el ciudadano” 2 son tan abarcadores que temo olvidar mencionar algún nombre o detalle. Además de lo anterior persisten en la obra los temas de rigor, por ejemplo, el de la ciudad, de su “Hermosa ciudad universal” –abordado por Yessica Contreras en el texto “En tránsito por la Ciudad de México”–, que, aunque manido, no está agotado; o bien la labor documental y etnográfica del fotógrafo que fue capaz de atrapar en imágenes detenidas el misticismo y la magia de los pueblos indígenas, sin condescendencias y sin poner distancia al retratar al otro que, a través de la lente del gran fotógrafo de México, queda cautivo en el tiempo. También nos ofrece, en palabras de Jason Mraz, quien para el libro escribió “Universos. Pueblos indígenas”, “…una maravillosa ventana a la humanidad esencial que subyace bajo la superficie única de los pueblos indígenas”. Como un ejemplo de esto último, una fotografía incluida en el apartado Tierra y tiempo en la que aparecen, de entre las sombras fijas de la impresión de plata, siete flamas sobre las velas alumbrando el rostro de un bats´i vinik –tzotzil zinacanteco– revelándolo con la mirada fija en las lucernas blancas que se enfilan en septena sobre la tierra: son consumidos cirios que van de menor a mayor cuya luz descubre, de entre la oscuridad, al hombre verdadero, “…fantasmal, gris, brillante…”.3 Jesse Lerner en su ensayo “El cine de Nacho López”, además de descubrirnos el interés temprano del fotógrafo por las imágenes en
Novela histórica
Shanik Sánchez
Roberto Peredo El umbral. María Teresa de Medina, la dama insurgente, col. Ficción, Xalapa, uv, 2015, 414 pp.
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lgunas capitales de México han ganado fama e importancia gracias a su historia. Por ejemplo, las glorias de la Ciudad de México y de Puebla se remontan a la época prehispánica, pasando por los siglos xvi-xix hasta llegar al xxi; mientras que las de Guanajuato provienen de la minería virreinal, el Grito de Dolores y, actualmente, el Festival Internacional Cervantino. Si continuásemos el recuento, probablemente Xalapa sería una de las últimas en aparecer, y no tanto por falta de historia o porque ésta desmerezca en comparación con aquéllas, sino más bien debido al olvido (voluntario o involuntario) de los mexicanos, así como a la casi nula difusión y conservación de su pasado, cuyas raíces es posible encontrar desde tiempos prehispánicos, y cuyo tronco crece a partir de la Conquista y se desarrolla a lo largo del movimiento de Independencia.
Afortunadamente, El umbral. María Teresa de Medina, la dama insurgente, de Roberto Peredo, enmienda parte de esa grave omisión. La obra, que recientemente obtuvo el Premio Antonio García Cubas a la mejor novela histórica, está dividida en cinco capítulos y precedida por una Advertencia al lector; narra un importante fragmento de la historia de Xalapa y, de paso, de la nación mexicana. La trama de esta novela histórica pareciera desarrollarse, como el título mismo lo expone, a partir de María Teresa de Medina y Miranda, ilustre xalapeña de nacimiento, pero que en realidad, al igual que los demás personajes, sirve sólo de pretexto para redimir el lugar de la capital veracruzana no sólo dentro del devenir histórico del estado, sino sobre todo para encarecer su participación en el propio origen de lo que sería el México independiente. A través de las cartas entre María y su esposo –Manuel Remigio José de la Sota Riva–, de monólogos disfrazados de diálogo en boca de éstos con su hijo Imanol, transcripciones de documentos reales y episodios que consignan la convulsa situación de aquellos tiempos, el lector es guiado de la mano por un narrador omnisciente a lo largo de los 56 años de vida de aquella singular mujer. La omnipresencia de la voz narrativa, sin embargo, se preocupa tanto por dirigir la lectura que desde el primer capítulo nos aclara a cada instante la edad de su heroína para no errar en cálculos. Establece además la estructura del relato a manera de entradas de bitácora y epístolas, permitiéndole dar saltos temporales cuyo punto de fuga será el año de 1829, y dispone el juego simbólico entre el destino y la libertad (umbrales, aves y augurios) que permeará la historia de Xalapa. Ésta se encarna en María Teresa y la relación con su marido, en su amistad con la fiel mucama negra, Bernabela
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• Lino Monanegi estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la uv. Trabajó como guionista en Radiouv. Actualmente forma parte de la generación 2016-2017 de becarios de la flm.
Libertad, destino y memoria
entre libros
movimiento y su actividad dentro de la industria cinematográfica en México, al lado de los grandes nombres de la cinefotografía y del cine documental de la segunda mitad del siglo xx, no olvida mencionar el reciente hallazgo de los negativos de una película sobre Cuba realizada por el también fotodocumentalista. Por su parte, Pilar Urreta evoca en “Raíces” la faceta del fotógrafo en la que, a través del obturador de la cámara bien abierto, éste alcanzaba al vuelo el movimiento humano de las coreografías dancísticas, y rememora las producciones más importantes en que colaboró López, como la emblématica Zapata, de Guillermo Arriaga. No hay duda: Nacho López fue un autor total y un fotógrafo excepcional con un incuestionable dominio del oficio, enriquecido por sus búsquedas y preocupaciones estéticas, un vanguardista con una sólida formación visual. De existir en nuestro inconsciente cultural una “identidad iconográfica” –que creo que la hay– Ignacio López Bocanegra forma parte de ella; sus series La Venus se fue de juerga por los barrios bajos y Cuando una bella parte plaza por Madero son ejemplos de tal afirmación. No obstante, sus fotografías han superado los adjetivos “nacionalista” y “costumbrista”; su trabajo abreva de un material universal: la materia viva que compone al hombre. Antonio Saborit nos recuerda en “Nacho López, el fotógrafo” que “…la foto no es la imagen, sino la manera de ver la imagen”. Sea el lector quien tenga la mirada última. LPyH
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De la serie Una vez fuimos humanos, Río de la Piedad, Ciudad de México, 1951. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 407040.
de San José, y su arbitrio frente a las adversas circunstancias sociopolíticas de aquel entonces. En el último capítulo, para no dejar lugar a dudas, Manuel confiesa: “¿Podrían los lectores confiar en que no distorsionaba la historia verdadera? La historia verdadera... Además, la vida de cada una de las personas está tan llena de vericuetos que, ¿cómo contarla sin consentir omisiones o exageraciones?” (384); y casi al final de la novela manifiesta: “Yo no lo sabía. Ella sí. Es curioso que siendo la protagonista de mi historia, lo fuera aún más de la historia de Jalapa, de Veracruz, de la Nueva España” (392). No obstante dichas justificaciones y la previa advertencia al lector, ciertos elementos de El
umbral quedan sin su correspondiente disculpa. ¿Cuánto tardaba en llegar una carta entre la Ciudad de México y Veracruz a principios del siglo xix? ¿Tres días? ¿Cuánto entre Veracruz y Guanajuato? ¿Un día? Debido quizá a estas inexactitudes el autor recurriera en varias ocasiones a consignar solamente la ciudad y el año o la ciudad, el año y el mes, y ya no las fechas completas para evitar más equívocos. El correo entre la pareja es apócrifo, por supuesto, pero ese tipo de inconsistencias minan el pacto de verosimilitud en la lectura ¿Por qué usar sólo en la palabra “gefes” la ortografía de la época y no mantener este registro lingüístico en el resto de las misi-
vas entre la pareja? Y si bien los encabezados de los cinco apartados de la novela marcan el periodo abarcado: i. Azoro (1773-1804), ii. Postergación (1804-1808), iii. Conspiración (1808-1812), iv. Destierro (1813-1821) y v. Templanza (1821-1829), en realidad el primero llega hasta 1803, el tercero a 1813 y el cuarto a 1820. A pesar de lo anterior, la novela se lee bien, se disfruta; su ritmo es ameno y atrapa. El umbral no sólo se presta para adentrarse en un posible recorrido turístico por la historia de Xalapa y la Independencia de México, sino que también ofrece a cualquier amante de la ficción histórica -más aun a aquellos interesados en los siglos
xviii-xix- pasajes memorables y una buena dosis de frases notables. Permítaseme transcribir aquí una de las mejores en boca de Manuel: ¿Sabes Imanol de qué padecemos como país? De memoria [...] hemos olvidado a muchos de los que dieron sus vidas en esta guerra de Independencia que tanto dolor llevó a los hogares de miles de patriotas. No sería tan grave el olvido si no fuera en él el extravío de los motivos que los llevaron a sacrificarlo todo (401).
Alberto Álvarez Alejo
Pedro Ángel Palou, Demonios en casa, col. Ficción, Xalapa, uv, 2015, 180 pp.
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a frase educación sentimental encierra la paradoja de la imposibilidad del hombre para aprender a amar correctamente. Basta una revisión rápida a la historia de la literatura occidental para darse cuenta de que los ejemplos de un amor prudente y edificador no existen. En cambio, hay cientos de relatos que describen un amor que desgasta, consume y desmorona. Es innegable que la idea occidental del amor se ha construido bajo la sombra de heroínas trágicas como Helena y Eurídice. Todo momento histórico, desde los griegos hasta la modernidad, pasando por el medioevo y el romanticismo, ha generado formas características de entender y practicar las pasiones humanas, que varían debido a las costumbres y tradiciones, pero que en el fondo resultan tan terribles como las demás. El proyecto narrativo de Pedro Ángel Palou, en el que se inserta Demonios en casa, tiene el objetivo de echar un vistazo, como si la literatura
se tratase de una galería, a las relaciones humanas y su relación histórica con la muerte y el placer. Este magnífico conjunto de cuentos es un catálogo de tradiciones en el que se incluyen la épica, el relato europeo de guerra y el cuento contemporáneo. Todos suceden en escenarios y temporalidades diametralmente lejanos entre sí, y sólo uno de ellos se enmarca en territorio mexicano. De este modo, Palou se mantiene dentro de la línea que él mismo estableciese en el famoso manifiesto del crack: hacer literatura que desborde en temas y locaciones sin descuidar el rigor estético y formal. Autor de una obra narrativa amplia que incluye la cuentística, género en el que figuran los volúmenes Música de adiós (1989) y Amores enormes (1991), después de más de quince años Palou nos entrega siete cuentos que demuestran el gran momento estilístico en el que se encuentra. Cabe recordar que si bien la atención del escritor se ha centrado sobre todo en los terrenos de la novela y la biografía histórica, no significa que no domine el relato. Los cuentos de Demonios en casa ahondan en la veta de la naturaleza humana explorada por Palou en toda su narrativa anterior: el amor pasional. En efecto, podríamos decir que este libro de cuentos es una historia de las pasiones o un
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• Shanik Sánchez (Edo. de México, 1989) estudia la maestría en Literatura Mexicana en la uv. Ha publicado reseñas en Tierra Adentro y Valenciana.
Cuento
Los cuentos de Demonios en casa ahondan en la veta de la naturaleza humana explorada por Palou en toda su narrativa anterior: el amor pasional.
entre libros
Y el rescate de personajes y episodios tan importantes como entrañables para el resarcimiento de un pasado regional y también nacional. Se trate de un lector oriundo de La ciudad de las flores o no, esta novela histórica logra producir un fascinante encuentro entre el pasado y el presente xalapeño, que a su vez permite comprender y apreciar la particularidad de su gente, sus calles, sus paisajes, su afamada niebla y, en palabras de María Teresa, “sus propios tiempos, muy distintos que los de la Ciudad de México” (125). Con El umbral, Roberto Peredo consigue los objetivos manifiestos en su Advertencia: corresponder “con este texto […] a la lección de humildad y generosidad que la memoria histórica debiera inyectar en nosotros siempre”, ser una fuente de conocimiento, un reducto de la memoria histórica y, me atrevo a aventurar este último, una autoconciencia de los xalapeños, quienes, parafraseando a María Teresa, “viven en una especie de paraíso y los que venimos de fuera lo comprobamos”. LPyH
Amantes en casa
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muestrario de sus consecuencias. Los personajes sufren por amor y por la falta de éste, hasta llegar a la muerte misma. Todos son terriblemente apasionados. La intención de Palou no es la de relacionarlos con su ideología, sino mostrar cómo es que ellos mismos la configuran, la moldean y la hacen evolucionar. Logra esto desde el conocimiento de que la ficción es una herramienta poderosa para comentar la historia de los temas que trata. Un punto a destacar es la uniformidad del volumen, la naturalidad con que fluye la lectura del libro, que se siente casi como un recorrido. La prosa se mantiene en todo momento en un registro realista: sus tramas se ajustan al tipo de cuento tradicional europeo, donde el énfasis está puesto en la psicología de los personajes y el desarrollo de motivos dramáticos. Los cuentos triunfan en destreza narrativa y desarrollo de tramas sólidas. Los protagonistas de los relatos no comparten casi ningún rasgo entre sí, salvo la pasión que acaba consumiéndolos. Todos los cuentos están construidos de manera fragmentada y acomodados en pequeños capítulos, recurso bien utilizado por Palou, del que se vale para dar saltos temporales y mantener su estilo compacto. A lo largo de ellos el lector se encontrará con distintos tipos de amor, todos fracasados: algunos de forma destructiva, otros, los más intensos, con la disolución de todo lo que es humano, y otros más, con una contemplativa y suave agonía. Así “El emboscado”, primer relato, narra cómo un hombre de la Islandia antigua es exiliado por los ancianos de su aldea luego de que, ofuscado por el vino, ahorca a su mujer. En el bosque, se pone el nombre de Autócrata, aprende a vivir por su cuenta y sus pensamientos se convierten en ideas sobre la naturaleza humana. A lo largo de
Los cuentos triunfan en destreza narrativa y desarrollo de tramas sólidas. Los protagonistas de los relatos no comparten casi ningún rasgo entre sí, salvo la pasión que acaba consumiéndolos. esta primera historia el Autócrata formula siete ideas (el mismo número de relatos del volumen) que inscribe en signos rúnicos en las paredes de su casa de madera. Un texto rarísimo, que busca la verdad que se asoma detrás de los pensamientos del Autócrata. Estas verdades resultan universales cuando se usan como guía de lectura para los cuentos posteriores: No se trata de poner atención solamente –algunos lo logran al fin cuando han aprendido a olvidar−. Lo esencial es que se trate de una atención activa, donde todo el cuerpo experimente lo que ve, escucha, huele, siente. No somos otra cosa que experiencia. “El corazón y sus especias”, segundo cuento del volumen, está dividido en pequeños capítulos que encapsulan parte de la acción. Narra las consecuencias atroces del amor adúltero entre una reina y el trovador de su corte. Conforme pasan los textos, Palou deja en claro su modo de hacer literatura. Los cuentos se vuelven aún más compactos, de una economía del lenguaje ex-
traordinaria, a la vez que cargados de sentido. En “Exterminio”, un hombre se encuentra enfermo de muerte dentro de un cuarto en una ciudad que está siendo bombardeada. Desde su ventana ve a una pareja de jóvenes pordioseros que, a pesar de vivir en el centro del apocalipsis, se ama libremente. El moribundo da instrucciones a su enfermera de invitar a la pareja a comer con él. De esas visitas surge una historia de amor entre la joven pobre y el moribundo. El volumen da un salto de escenario en “Retrato de pareja sin paisaje”: pasa del realismo desolador del campo de batalla a la alta cultura de Venecia y un par de personas extraordinarias, de atractivo inigualable, con dinero suficiente para vivir sin trabajar durante toda su vida. La historia de Bruno y Julia es la de una relación destinada a suceder por el simple hecho de que no hay nadie más que pueda llenar las expectativas que ambos representan. Su pasión es igual de intensa que con los demás personajes protagonistas, pero a ellos les es concedida la oportunidad de vivirla de forma más dosificada y extendida a lo largo de las décadas de su vida, lo que, bien visto, resta en tragedia pero suma en aflicción. Los demonios en la casa son los amantes, el uno para el otro, pues se devoran, se dan placer y son inseparables a la vez que solitarios. Es imposible domarlos y más imposible aún es aprender a amar. Sin embargo, Demonios en casa puede formar parte de la ya mencionada educación sentimental de cada individuo, no con el objetivo de corregir o encaminar, sino para alertar de su futilidad. LPyH
• Alberto Álvarez Alejo forma parte de la generación xx del pecdav en el área de cuento.
Un lugar otro para la poesía Ensayo académico
Daniella Blejer
Florence Olivier, Poesía + novela = Poesía, La apuesta de Roberto Bolaño, col. Biblioteca, uv, Xalapa, 2015, 222 pp.
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Pueblo indígena mixe, Sierra mixe, Oaxaca, ca. 1980. Colección Fototeca Nacho López, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
lirismo acartonado es suplantado por un lirismo nuevo construido por Bolaño que “permea todos y cada uno de los rasgos de la prosa narrativa. Divorciado ya del desinterés por la legibilidad dramática de los argumentos, arrebatado a la directa expresión del yo, el lirismo se presta con tierna ironía a determinados personajes, e incluso un Yo autoficcional, y se transfiere a los modos narrativos, que se asientan en un infalible manejo del ritmo, un uso constante de la metáfora sorpresiva, a veces hilada, a veces partícipe de una reinventada construcción alegórica” (23). El título del libro de Olivier refiere al conocido ensayo “Literatura + enfermedad = enfer-
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la prosa narrativa. E hibridez significa, entre otras posibles acepciones, prosaísmo lírico o lirismo prosaico, un oxímoron por donde se le mire” (9). En esta perspectiva Olivier analiza la construcción de los personajes/álter egos (Ulises Lima y B) como una estrategia de la disolución del yo, “una especie de gramática generativa de la identidad propia, múltiples avatares […] ensayando y ejercitando distintos grados y variantes de la autorrepresentación, multiplicando los autorretratos, metamorfoseando la autobiografía en autoficción” (13). Al analizar los vasos comunicantes entre cuentos, ensayos y novelas, Olivier observa que el
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l lugar que ocupa Roberto Bolaño dentro del panorama de la poesía latinoamericana es complejo; podría decirse que es una suerte de no-lugar porque para este autor la poesía no se encuentra en el poema, sino en otra parte. En Poesía + novela…, Florence Olivier se propone comprender esta fuga a partir de la consideración de la totalidad de los escritos de Bolaño: “…un tejido continuo que se presta no sólo a la transmutación de las formas sino al viaje o la migración de sus elementos” (11). Esta migración responde a la tradición de desconfianza en la capacidad de la palabra poética que empieza con Nicanor Parra y su desmontaje del yo heroico a través de sus antipoemas. En esta tradición, señala Olivier, Bolaño replantea un lugar otro para la poesía y augura su futuro “como forma híbrida, comparándola con la hibridez de
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Pueblo indígena tzotzil, Zinacantán, Chiapas, ca. 1970. Colección Fototeca Nacho López, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
medad”, donde Bolaño alterna el relato de la enfermedad hepática con el del padecimiento de los modernos, ese abismo al que conducen los poemas de los simbolistas. Para abrirse camino dentro del ciclo de las derrotas simbolistas, Bolaño confiere al viaje la posibilidad de resignificación; viajar para ir en pos de una nueva manera de hacer literatura, de encontrar nuevos modos de aproximarse a “lo que siempre ha estado allí”. Se trata de la poesía como sustrato esencial para renovar la novela. En palabras de Olivier: “La obra de Roberto Bolaño se mete […] por esas ignotas sendas que sólo explora la poesía, porque sólo la poesía, así sea novela, soporta la ausencia de respuesta, el peligro y la belleza del misterio” (25). Así, Poesía + novela… abre analizando Los detectives salvajes con un particular interés en la manera en que la novela proyecta la capacidad de una generación para remontar la acción poética tras la pérdida de su lugar ideológico: “En el 76, los neovan-
guardistas de la ficción eligen no situarse en la derrota del post sesenta y ocho sino en una esperanzadora postura de avance” (38). Bajo la consigna de Breton de dejarlo todo para volver a los caminos y la influencia de la generación beat, los poetas se trasladan a Sonora, “lugar fronterizo y extremo territorial mexicano” que, señala Olivier, “viene a desempeñar un papel mítico, una suerte de metáfora de la tierra incógnita, tierra de aventuras, no-lugar o abismo, al modo del sur borgeano o del blanco espacio austral de Poe” (48). Po s te r i o r m e n te e x a m i n a 2666 a partir de Auxilio Lacouture, personaje de Amuleto que ya había predicado no sólo la fecha del “mal por venir”, sino del “mismo tiempo como mal, como fuerza de desmemoria” (63). Olivier plantea que así como Amuleto “se ofrece como elegía para una generación de jóvenes latinoamericanos” en la que se pelea una doble consigna –“la memoria contra el terror político auxiliado por la
censura y la desmemoria y contra el mismo trabajo del tiempo”–, del mismo modo “2666 despliega entre sus cinco partes una sintaxis temporal que abarca tanto los sucesivos, erráticos y ubicuos terrores del siglo xx como la literatura del mismo periodo” (64). Con esto en mente, hace un minucioso estudio de los vectores que movilizan la novela poliédrica: el tiempo, los sueños, alucinaciones y visiones de los personajes, el espacio, el ritmo narrativo de los expedientes forenses a través de las figuras conceptuales de la diferencia y la repetición. El tercer y último apartado se ocupa de las tensiones entre lo trágico y lo cómico que perviven en las novelas, cuentos, manifiestos y declaraciones panfletarias de Bolaño donde la utopía corre el riesgo de tornarse en pesadilla, la tragedia en farsa, lo sublime en siniestro, la conciencia en locura, los personajes y sus empresas en absurdos quijotescos y la literatura y su mundillo en sátira. Sin embargo, señala Olivier, en la obra de Bolaño “la vindicación del honor literario, vale decir de la literatura, si bien desestabilizada por una ironía […] está presente” (196). Poesía + novela… de Florence Olivier revela el trayecto de la poesía en el complejo tejido de textos y paratextos; es un libro capaz de iluminar para el lector de Bolaño los recovecos más recónditos de su poética. LPyH
• Daniella Blejer es doctora en Letras por la unam. Imparte clases en la licenciatura en Literatura Latinoamericana y en el posgrado en Letras Modernas de la Universidad Iberoamericana. Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas.
Cartas de amour fou Novela epistolar
Mario Salvatierra
Wolf Wondratscheck, Cartas de Kelly, trad. de Gonzalo Vélez, México, Herder, 2015, 139 pp.
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se dio a conocer en los años setenta del siglo pasado como un poeta marginal; fue el niño terrible de la literatura alemana, pues era la época en que ser joven era demostrar rebeldía y él se perdía en los barrios de Munich; sólo aparecía cuando publicaba sus poemas.
dice Gonzalo Vélez, su traductor, al respecto. Por si fuera poco, Wondratschek ha vivido en México, suele visitar el país con cierta frecuencia y ha publicado un libro de poemas titulado Die Einsamkeit der Männer. Mexikanische Sonette, La soledad de los hombres. Sonetos mexicanos (inédito en español). En 2006, Alianza Editorial publicó la novela Mara y, ahora, Herder nos ofrece Cartas de Kelly. Cartas de Kelly narra el itinerario dantesco de W., un escritor alemán que ha viajado a Nueva York con la intención de terminar una novela. Rápidamente, su estancia en la “ciudad que nunca duerme” se vuelve una caótica farra de múltiples e intensas noches, continúa en un manicomio donde se da tiempo para reflexionar, conocer lúcidos locos y doctores no tan cuerdos, sigue en las sosegadas playas de Miami y termina con la promesa de reunirse con Kelly, la amante que ha dejado en Europa. W. le escribe a su amada cartas en las que responde a sus reclamos y en las que, con un humor a ratos fino y a ratos exaltado, le habla sobre los personajes desenfrenados de la gran ciudad, sus fiestas miserables, así como de los pacientes del manicomio; le recuerda, no sin cierta poesía, el encuentro primero en unas islas griegas; ensaya breves tratados sobre el amor, la locura y la vida; comparte sus proyectos de escritura, la novela nunca terminada y anécdotas que le han sido contadas y que quisiera reproducir en relatos; hace una crónica de su precaria estabilidad mental, sus temores y monomanías; pero, sobre todo, intenta disuadir a su amante de alcanzarlo
en esa ciudad de dementes que es Nueva York, a la vez que le refrenda su amor. Kelly, por otro lado, es un personaje brumoso del que nos hacemos una pequeña idea a través de las cartas de W., pues las suyas, que se nos presentan de manera facsimilar, no pueden ser leídas, o cuando menos no en el sentido en que entendemos el acto de leer. Lo que a primera vista parece un texto ordinario escrito a mano, pronto se descubre como un cuerpo ilegible de signos. Pero, y he aquí lo maravilloso de estas cartas, aunque no pueden leerse como tal, algo se adivina en la caligrafía, ya ligera, ya pesada, ya limpia, ya caótica; algo revelan la indecisión de la escritura y los tachones; algo se intuye en las pocas palabras sueltas y en los signos de puntuación, en las cifras y números, así como en los símbolos pertenecientes al campo de las matemáticas y la física; algo nos dicen los garabatos que ora toman formas reconocibles como ventanas, aviones, una máquina de escribir, un perfil humano, etc., ora adoptan formas irreconocibles que se aglutinan. Existe la tentación de ver en este recurso un juego de vanguardia tardía, un intento por otorgar veracidad al relato. También habrá quien vea aquí un truco barato cuya función es mantener la ambigüedad respecto a la sanidad mental de W. Algo hay de eso, pero creo que va más allá. Si bien la novela puede leerse sin prestar atención a las cartas de Kelly, en mi opinión sería un error, ya que estas “imágenes de cartas” enriquecen la lectura al hacer partícipe al lector, motivándolo a realizar una suerte de paleografía estética para apreciarlas más que descifrarlas. En ese sentido, W. nos da, de manera indirecta en una de sus meditaciones, la clave sobre cómo acercarnos a los textos de Kelly:
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ditorial Herder ha publicado la novela Cartas de Kelly de Wolf Wondratschek (Turingia, 1943), aparecida originalmente en 1998, una obra inusual que, como todo lo inusual, fascina. Y no es precisamente porque el argumento, la narración o los personajes resulten extraños; por el contrario, se trata de una historia convencional, es decir, una historia de amor narrada de manera lineal a través del intercambio epistolar entre dos amantes. Narrador, poeta, ensayista, Wondratschek es considerado autor de culto en su país:
Desde el principio siempre tuvo mucho éxito; las ediciones se agotaban de inmediato, es un autor que marcó mucho a toda una generación,
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De la serie El Ocotal, Guichicovi [Mientras la música toca y toca…], 1978. Acervo Documental y Artístico Nacho López. SV0204.
…Una par vada de aves se alza en el aire dejando atrás sobre el suelo a un espectador, quien no puede menos que sorprenderse por la armonía de esa nube negra formada por tantas trayectorias de vuelo distintas. Las alas de las aves nunca se estorban entre sí, y eso a una velocidad que a cada instante aceleran o bien desaceleran de un modo completamente enigmático. Cada vez que el espectador visualiza tal maestría de movimientos, es menos capaz de advertir en esa puesta en escena algo que no sea un milagro, de manera no distinta a la de aquel otro espectador (¡si es que existe!) que descubre en las ráfagas de esos puntos pulsantes (además con un cielo de brillante azul como trasfondo) el lenguaje de signos de Dios y que en pensamiento aplaude a cada uno de estos artistas emplumados, a los
que jamás se les ocurriría jactarse de sus capacidades. A fin de cuentas, el lector es espectador de este romance extravagante, un espía que acecha la intimidad de esta pareja, pero cuya labor se ve obstaculizada al sólo poder leer una parte de la correspondencia. “El amor es una cosa que carece de verdad. No la busquemos”, dice W. en una de sus primeras cartas; es un juicio igualmente válido para esta novela, pues más que esperar encontrar la verdad en el texto (y las imágenes), el lector debe disfrutar de este juego. Cartas de Kelly es una novela de factura bellísima, que bordea los límites de lo cursi. Y digo que los bordea porque a pesar de hacer uso de lugares comunes como la ciudad de Nueva York, el manicomio, W. mismo que es el cliché del amante indeciso, inmaduro y autodestructivo, logra sostenerse gracias a que no se ampara en ellos,
los trasciende: nyc se despacha en unas cuantas páginas; el manicomio no es excusa para hablar de las relaciones de poder (aunque se hace), sino para registrar lo poético en la locura de los residentes; y el amante fanfarrón termina por doblegarse ante el amor, y es que ese aparente rechazo a la amada es en realidad una prolongación de dicho sentimiento. Otro acierto de la novela es que no tenemos ni happy ending ni final trágico, lo que sucede aquí es otra cosa. Amor, locura y poesía (¿acaso no son sinónimos?) se destilan en esta obra con la que Editorial Herder inaugura la prometedora colección Alemán Insospechado. Una novela heterodoxa e intensa como cualquier amour fou. LPyH • Mario Salvatierra es licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la uv. Autor de Roldán, libro con el que obtuvo el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Mérida 2014.
misce lánea Luis González de Alba, entre lo íntimo y lo político María Eugenia Ávila Urbina
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Y bebí un vino fuerte, como sólo los audaces beben el placer. K. Kavafis
Algunas de las anécdotas que refería atestiguaban su inmersión en el lado oscuro, en lo underground de distintas ciudades: Santiago de Chile, París, Ciudad de México.
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respuestas, por la apertura y exuberancia con que describía sus amores y apremios pasionales. Algunas de las anécdotas que refería atestiguaban su inmersión en el lado oscuro, en lo underground de distintas ciudades: Santiago de Chile, París, Ciudad de México. Esos relatos que develaban sigilosos recorridos por epidermis anónimas en parajes nocturnos olvidados, mostraban, además de los distintos rostros del deseo, su necesidad casi rabiosa de ejercer la libertad en todos los terrenos. Alternando con los sucesos y espacios que definieron su vida
(su llegada a la Ciudad de México, la unam, el movimiento estudiantil de 68, la cárcel) siempre estuvieron la experimentación [¿?] del placer y la fiesta de los sentidos; sus textos lo atestiguan: Otros días, otros años, El sol de la tarde, El vino de los bravos y unos tequilas y Cielo de invierno, entre otros. Aunque González de Alba llamaba a todo por su nombre, sin ningún recato y hasta con rudeza, desde joven fue admirador de lo bello: disfrutaba el cine (en los sesenta le impactaron Teorema de Pasolini y Vaghe Stelle dell’Orsa de Visconti); fue un ávido lector, además de los clásicos, Wilde, Dostoievski y Kavafis dejaron huella en distintos momentos de su existencia. También amaba la música, la clásica, la griega, la popular (durante su estancia en Lecumberri escuchaba “Those were the days” con Mary Hopkins y “Un monde fait pour nous”, con Hervé Vilard, cuya letra consideraba una especie de himno gay); le gustaba el tequila y comer bien, además de ser un incansable viajero, que suspiraba, sin disimular, cuando veía a un hombre guapo. Al igual que su abuela y su madre tocaba el piano. Roberto Escudero, también miembro del cnh en el 68, me contó que durante el movimiento estudiantil, en alguna de las prolongadas estancias en la Facultad de Filosofía, aprovechando que había un piano en el auditorio, Luis sacó la melodía de “Romance anónimo” y le hizo un arreglo para piano. A raíz de ello algunos compañeros (que probablemente intuían su homosexualidad) empezaron a decirle, “Juegos prohibidos” (otro de los nombres con que se conoce a esa melodía), aunque este sobrenombre no trascendió pues el que se le quedó para siempre fue Lábaro. Su permanente búsqueda de la belleza, la terca insistencia de atrapar el instante y palparlo con
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uando Luis González de Alba publicó, en 2013, No hubo barco para mí, el tono de desencanto y la desolación que transmitía me descolocaron. La sensación de derrota que se colaba entre las páginas del libro contrastaba de manera radical con la imagen del ex dirigente del 68, con la del crítico feroz que hacía señalamientos punzantes igual a derechas que a izquierdas, con la del luchador por los derechos de los homosexuales; pero sobre todo, iba a contracorriente del hombre gozoso para quien los asuntos privados, e incluso íntimos, eran centrales y se mezclaban en un vaivén constante con la esfera política. Porque para él estos dos planos nunca
fueron lejanos, parecía que desde su visión de mundo la política y la alcoba eran terrenos complementarios. Para entonces habíamos mantenido correspondencia durante poco más de un año. Contra todo pronóstico había accedido a mi petición de entrevistarlo. Cada semana le enviaba una serie de preguntas que, de manera por demás generosa, respondía. En no pocas ocasiones ese hombre casi septuagenario me sorprendió por su desparpajo y la vitalidad de sus
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los sentidos exacerbados, ejerciendo la libertad por cada poro de la piel, se reflejó en varias etapas de su historia. Una de ellas, que marcó con claridad el inicio de una serie de rebeliones y de rupturas a través de las cuales Luis empezaría a buscar su independencia de los dirigentes del movimiento estudiantil, puede encontrarse a mediados de 1971, cuando él y otros presos políticos salieron de Lecumberri y se exiliaron en Chile. Fue en ese exilio cuando González de Alba, a través de dos actos concretos, abrió una ruta de diferenciación tanto frente a las actitudes homofóbicas de algunos de sus compañeros de lucha como ante la ortodoxia del grupo. Lo primero ocurrió cuando durante la proyección de la cinta Teorema de Pasolini que, entre otras, aborda la temática homosexual, decidió quedarse a ver completa la película, a pesar de las burlas de los dirigentes por lo que ocurría en la pantalla y la tajante orden de éstos de retirarse del cine. Lo segundo, cuando se negó terminantemente a regresar a México como todos los demás. Una vez que Luis consiguió quedarse en Santiago empezó a vivir de las regalías que le enviaba editorial Era por su obra escrita en la cárcel, Los días y los años. Según me aseguró, fue hasta ese periodo cuando se le disiparon todas las dudas acerca de su sexualidad y se volvió, por vez primera, “políticamente incorrecto”. Para inicios de 1972, él y Héctor El Pelón Valdés (amigo de González de Alba desde los tiempos de Filosofía y Letras) viajaron juntos al carnaval de Río de Janeiro. Al igual que la mayoría de los paseantes en espera del carnaval se registraron en un buen hotel. Sin embargo, Luis quería algo más que conocer el mundo como turista. Dejó su buen hotel y sin dudarlo tomó un cuartucho más chico que su celda en Lecum-
Pueblo indígena mixe, Ayutla, San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca, 1980.
berri, en un alojamiento sólo para hombres de la Plaza Mauá, una de las zonas más peligrosas de Río, llena de marineros, prostitutas, policías, estibadores y vagos. Preocupado, Héctor Valdés no dejaba de advertir a su amigo el riesgo que corría. Pero González de Alba estaba seguro de que la iba a pasar mejor que en toda su vida. Héctor regresó a Argentina y Luis se quedó un mes en esa posada de regaderas comunes, donde sólo había agua fría; en ese parador rodeado de cervecerías, cerca del mar, en cuya agua aceitosa y tranquila flotaban los enormes
barcos. A sus 27 años, y tras un encierro de casi tres, decidió convertirse en un vago más, hospedado en esa pensión con catres cubiertos por apenas una sábana, sobre los que dormía desnudo, con el sudor recorriéndole el cuerpo; arrullado por el olor de la brisa marina y los sonidos que llegaban de los barcos del muelle. Tiempo después, Luis retomaría esta experiencia para narrarla en el cuento “Perder a Orfeo” de su libro El vino de los bravos y unos tequilas: Yo me perdía entre aquella multitud semivestida; a la
Es posible que Luis González de Alba defendiera su libertad con esa vehemencia que lo caracterizó y percibiera con gran intensidad porque desde muy joven padeció una doble cautividad: la de la cárcel y la de los prejuicios.
Colección Fototeca Nacho López, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
tanto no abriera la boca y me denunciara un acento extraño.
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Es posible que Luis González de Alba defendiera su libertad con esa vehemencia que lo caracterizó y percibiera con gran intensidad porque desde muy joven padeció una doble cautividad: la de la cárcel y la de los prejuicios. Posiblemente la obsesión que tenía de rescatar del olvido el pasado, revisándolo una y otra vez, como lo muestra gran parte de su obra, a través de varios escritos autobiográficos, se generó por esa continua proximidad con la muerte, por
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luz del sol o a la medianoche, vagaba con la misma camisa sucia, el pantalón vaquero desteñido y las sandalias rotas. A veces sin camisa y descalzo, con sólo el pantalón por toda prenda, sintiendo el cemento ardiente de la acera, las costuras ásperas del pantalón, pisando cáscaras de mango; con el sol en la espalda como un abrazo cálido y excesivo; jaloneado por las putas a la puerta de los burdeles diurnos; rodeado por una resaca humana […] Perfectamente mimetizado con el medio en
esa anunciación prematura del final que experiencias como la cárcel y el sida le dejaron. Su enorme producción escrita (novelas, cuentos, textos de divulgación científica, poemas, notas periodísticas, etc.) hace pensar que como una forma de contrarrestar esa cárcel por doble partida eligió blandir la pluma y a través de su escritura se hizo escuchar e inició la construcción de una imagen propia no condicionada a militancia alguna. La elección de este camino, aunado a sus feroces polémicas (entre ellas la que emprendió contra Elena Poniatowska para hacerla rectificar algunas inexactitudes de su obra La noche de Tlatelolco), le costaron no sólo el repudio y el exilio sino también el intento de invisibilizarlo a él y a sus libros, lo cual puso en evidencia el control ejercido por algunos grupos culturales hegemónicos en México para aceptar o bloquear a autores o productos culturales e inducir su marginación o desaparición, no sólo
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Sin título, Oaxaca, 1979. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 409703
del mercado editorial, sino de la memoria de la nación. A pesar de no haber estado de acuerdo con muchas de las posturas políticas de González de Alba (algunas me parecían movidas por el resentimiento más que por la razón), me faltó tiempo para decirle que valoré cada uno de los recuerdos que me confió por francos, por auténticos, y porque fue un transgresor no sólo en lo po-
lítico, sino también, en oposición a la moral establecida, en contra del modelo viril y heroico del líder político. Aunque siempre estuvo en el ojo del huracán, no tuvo miedo a hablar de lo individual y le otorgó un valor especial a lo íntimo para comprender cabalmente lo político. Sin importar si vulneraba la ortodoxia de cualquier grupo o ruborizaba a “las buenas con-
ciencias”, reivindicó lo festivo por sobre lo trágico y prefirió el cuestionamiento sobre la obediencia ciega, y con valentía puso, abiertamente, el placer en primer plano. Me quedé con ganas de expresarle mi admiración por haber sido sobreviviente del movimiento del 68, de Lecumberri, del sida; por resistir la pérdida de sus relaciones amorosas más cercanas y la ruptura con grupos de amigos y compañeros de proyectos profesionales. Luis González de Alba sobrevivió a todo eso, pero quizá no a la conciencia de lo irrecuperable: la juventud, la salud, el sentido de pertenencia, la exaltación de los placeres sensuales. Detrás de la coraza que fue construyendo con los años para enfrentar las decepciones del día a día y más allá de la arrogancia en la que se resguardaba había una punzante sensibilidad, quizá más fuerte de lo que él mismo hubiera deseado. No fue casual que al menos tres de los nombres de sus libros provinieran de algún verso de su poeta de cabecera (El sol de la tarde, El vino de los bravos y No hubo barco para mí). Cuando el 2 de octubre pasado me enteré de su partida, pensé que el de González de Alba había sido un final largamente anunciado que nadie supo escuchar. Su gesto último fue un grito de su hambre libertaria, de su necesidad de reencontrarse con viejos amores, de sentir otra vez, como dijera Kavafis, “el deseo atravesándole la sangre”. LPyH
• María Eugenia Ávila Urbina es doctora en Ciencias con especialidad en Investigaciones Educativas por el die-Cinvestav. Obtuvo este título con la tesis Luis González de Alba y Los días y los años: de lo político a lo íntimo; de la cautividad a la libertad.
Hosmé Israel y La virgen loca Germán Martínez Aceves
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la intolerancia de los grupos ultraconservadores que vieron agredidas sus creencias era igualmente feroz. La respuesta fue un vuelvea-la-vida de los cristeros, quienes arremetieron en la Ciudad de México, en pleno escenario, contra los actores y el personal técnico que integraban la Compañía Infantería Teatral. En el libro Compañía Titular de Teatro de la uv. Testimonios de 60 años, de Alejandra Serrano (2013), coeditado por la Organización Teatral de la uv, Candileja y la Editorial de la uv, la autora recoge el siguiente testimonio de Hosmé Israel:
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Empezó la función, por angas o mangas le tocó al director trabajar en escena y Enrique (Pineda) hizo a uno de los curas. La función corría y llegó el momento en que yo tenía que volver a entrar, con aquella parsimonia con la que entraba su eminencia, el Cardenal de la Curia Romana, que por primera vez venía delegado del pontífice para elevar a las alturas al primer santo enano, y entonces que suben al enano –que también en paz descanse, Rafael Cobos–, lo suben a las andas, lo cargan los cuatro curas. Yo iba atrás del brazo del primer ministro de gobierno, y atrás de mí el obispo. Al momento en que avanzaba la procesión y que todos estábamos ocupados, fue cuando se oyó un grito: “¡Guadalupanos, Guanajuato, Romanos!” y al tercer grito de “Romanos”, todos brincaron de las butacas al proscenio y empezaron a sacar las varillas de construcción que llevaban con masquin en las puntas y con esas varillas nos asaltaron, primero al apuntador y luego a todos los técnicos les pusieron la varilla en el pescuezo, y empezaron a golpear a to-
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lo largo de cuatro décadas, cada noche que saldría al escenario, Hosmé Israel se miraba al espejo y La virgen loca lo observaba, cada quien en su dimensión, cada quien en su vida. Al encontrarse se volvían uno. Hosmé delineaba el rostro de La virgen. Ella lo vestía para ser adorada en el tablado. Israel le escribía los textos. La loca escenificaba un día en su vida desde el amanecer hasta que la oscuridad de la noche la envolvía en su desesperante soledad. Así, función tras función, de escenario en escenario, el monólogo de La virgen loca tuvo una permanencia tan larga en cartelera –41 años en total– que le valió a Hosmé Israel un reconocimiento por parte del récord Guinness en 2004. La noche del 24 de agosto de 1976 sería la primera vez de esta pareja; a partir de entonces formarían un binomio indisoluble que vería pasar el fin del siglo xx en medio de revueltas que abrieron puertas a la diversidad, la crítica, la irreverencia, para transitar hacia el siglo xxi deslumbrante en avances tecnológicos pero anquilosado, de nuevo, en el regreso del autoritarismo y las ideas más obtusas que nublan la libertad. La Sala Chica del Teatro del Estado, en Xalapa, fue el espacio donde se dio a conocer La virgen loca, imaginada, delineada, escrita por Hosmé Israel. Enrique Pineda fue el director del monólogo. Entre ambos hicieron nacer a esa xalapeña de edad avanzada, habitante de
la soledad producto de tantas camisas de fuerza impuestas por la religión católica y la propia sociedad conservadora. Mujer que vive en espera del amor y prácticamente se queda para vestir santos, para cubrir de tul sus propiedades vetustas, para ahogarse en el vaso de agua de su espacio pequeño, asfixiante, carente de pasiones. Hosmé Israel nació en Xalapa el 27 de septiembre de 1949, habitante gozoso de la calle Niños Héroes. Estudió en el Instituto Superior de Filosofía la carrera de, vaya paradoja, Letras Muertas. Pero lo suyo era la vitalidad, la actualidad, el arrojo en búsqueda de lo nuevo, la osadía de romper esquemas. Inició sus estudios de actuación en 1972 y al año siguiente se incorporó a la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana, donde se convertiría en uno de los pilares de la compañía. He aquí una lista de obras en las que participó: La enfermera, El proceso del cólera, La academia del más allá, Los amantes, Cucarachas, La Ñonga, Cada quien su minotauro, La casa de Bernarda Alba, Los bajos fondos, Cúcara y Mácara, Un halo de esplendor, Ecópera, El canto del cisne, Felicidad, El tesoro perdido, ¡Ay Federico García!, Dos aventuras neogóticas, Rinoceronte, La visita de la vieja dama, El atentado y Lampart o de cómo colarse a la historia. A pesar de su relación simbiótica con La virgen loca, para Hosmé Israel no era ese su más entrañable personaje, sino el Cardenal de la Curia Romana que interpretó en la polémica Cúcara y Mácara, de Óscar Liera. De voz carrasposa y paso tambaleante por el alcohol, prepotente, cínico, el Cardenal era un caso entre los propios religiosos, creador de mitos para dominar a los feligreses. Ciertamente, la obra era de un sarcasmo feroz contra la Iglesia católica y sus abusos de poder, pero
ya se patinaba de tanta sangre. Todo eran gritos y confusiones. Unos alcanzaron a esconderse, Héctor Moraz y Arturo Meseguer tuvieron tiempo, nosotros no.
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la palabra y el hombre
Sin título, ca. 1970. © Secretaría de Cultura-inah. sinafo.fn. 409404.
dos los que estábamos en escena. A Enrique le quebraron un brazo y le abrieron la cabeza a Balú –un compañero muy querido para nosotros que estuvo en la compañía, Álvaro Martínez Maranto. Con los golpes soltaron las andas, se cayó el enano –que no era enano, era chaparrito porque era cóncavo de las piernas–, se cayó de una altura considerable. El golpe lo mallugó (sic) y ya en el suelo lo agarraron a patadas, estaba muy, muy golpeado. Yo no podía avanzar, llevaba un arnés por debajo de las vestimentas que me sujetaba una capa como
La virgen loca, después de 41 años de expresar su soledad en el escenario, nunca encontró el amor. Hosmé Israel, sí. de ocho metros, la capa me la pisaban y yo no podía ni avanzar. Lo último que logré ver fue al obispo que estaba bañado en sangre, y sobre el linóleo en el que trabajábamos
Era la época del auge del teatro de la Universidad Veracruzana; los movimientos estudiantiles habían sido ya reprimidos en 1968 y 1971, pero la semilla de la intolerancia católica seguía en la siembra del odio, como se demostró la noche del 28 de junio de 1981 en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de la Ciudad de México a manos del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (muro). La experiencia fue amarga pero no hizo decaer el ánimo de la compañía ni mucho menos a Hosmé Israel, quien con el tiempo se convirtió en referente del teatro de la Universidad Veracruzana, del escenario xalapeño y de la vida en general de la Atenas Veracruzana. Prueba de ello es que, como el Cid campeador, su cuerpo presente llenó de nuevo el Teatro del Estado y provocó largas filas en El Ágora al exhibirse el documental La virgen loca. Lado B (2015), dirigido por Ricardo Braojos, con un guion de él mismo y de Luis Mario Moncada, director de la compañía titular de Teatro de la uv. La virgen loca, después de 41 años de expresar su soledad en el escenario, nunca encontró el amor. Hosmé Israel, sí. Quedó grabado en el imaginario de sus familiares, de sus amigos, de sus compañeros de teatro, de su público. El telón para él cayó definitivamente el domingo 14 de agosto de 2016. No así para la impronta que dejó. LPyH
• Germán Martínez Aceves es coordinador de Comunicación de la Editorial uv, colaborador de La Palabra y el Hombre y productor en Radio uv.
El mito de Los Relámpagos del Norte Yuliana Rivera Voy a jugarme un amor con una baraja de oro pues si la gano, ya estuvo y si la pierdo, ni modo porque yo soy de los hombres que cuando pierdo no lloro.
T
Los Relámpagos del Norte
De la serie Una vez fuimos humanos, Río de la Piedad, Ciudad de México, 1951. Colección Fotográfica Fundación Televisa
encontramos cuando el autor echa mano de la imaginación y recrea la leyenda a partir de lo que se ha dicho de ellos. Así pues, la trama se centra en narrar las anécdotas de los personajes desde el día en que nacieron, cuando tienen contacto por primera vez con la música, pasando por las peripecias y adversidades familiares que sortearon 1 Cada lector deberá imaginar y ubicar el norte pues, como se sabe, no sólo es una región geográfica. 2 Con la propuesta de grabación de un disco, así como el hecho del cambio al nombre del dueto, Ramón decide sustituir su apellido Covarrubias por el de Ayala. Sus razones aún se desconocen, pero desde entonces usa ese apellido. 3 J. R. M. Ávila, Relámpagos que fueron (Monterrey, uanl, 2016), 176.
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disco?”, pregunta Ramón. Cuando Cornelio le dice que no, continúa: “Que ya no vamos a tener que cantar en cantinas”. Cornelio sonríe y a su vez pregunta: “¿Y tú sabes qué es lo que más me gusta de que grabemos?” Como Ramón no contesta, agrega: “Que me voy a poder a comprar pantalones”.3 La travesía de estos relámpagos ha sido, por lo menos en dos ocasiones, materia para la literatura. Recientemente, el escritor J. R. M. Ávila, en Relámpagos que fueron (2016), narró y ficcionalizó la crónica del dueto. Cuando recurre a las fechas es con la finalidad de anclar al lector a una realidad histórica, pero lo sustancial del relato lo
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ras dos años de haberse conocido y tocar en cantinas con el nombre de Dueto Carta Blanca, y deteriorado el mismo luego del abandono de Juan Peña, Ramón Ayala y Cornelio Reyna formaron en los años sesenta un dueto de música norteña1 al cual llamaron Los Relámpagos del Norte. Cuatro décadas han pasado desde su desintegración y aún sigue corriendo tinta acerca de ellos. Cuenta la leyenda que fue Ayala quien, cansado de sortear la mala suerte, una noche en que estaba afuera del Salón Monterrey en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, decidió cambiar el nombre del conjunto –y con ello su mala racha–, de Dueto Carta Blanca a Los Relámpagos del Norte. Cornelio y Ramón no sabían que aquel insignificante cambio surtiría efecto y que los llevaría a sacar la música norteña de las cantinas. El nombre les sentó bien y rápido llegaron a oídos de un productor llamado Paulino Bernal, que vino de Estados Unidos a escucharlos y les propuso grabar un disco: 2 “¿Sabes qué es lo que más me gusta de que grabemos un
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antes, durante y después de conocerse, hasta consolidarse como un dueto musical. Ávila apunta en el colofón: “Esta es una historia urdida para contar las andanzas de dos hombres que trascendieron en la música del norte de México. Es la historia posible de dos hombres […] En cuanto [a] si es o no verdadera, sólo Cornelio Reyna y Ramón Ayala podrían decirlo”.4 Sobre el dueto ya había escrito también una novela Luis Humberto Crosthwaite: Idos de la mente. La increíble y (a veces) triste historia de Ramón y Cornelio ( Joaquín Mortiz, 2001). Crosthwaite, un relámpago en las letras mexicanas, tituló así su novela evocando uno de los éxitos más conocidos por los fanáticos del dueto. Sin embargo, no hay punto de comparación entre la novela de Luis Humberto y la propuesta de Ávila. Idos… es un texto complejo por todas las intertextualidades que lo conforman, incluso se ha dicho que la novela está escrita de manera musical. Esta, “…su segunda novela, toma como base la estructura del corrido norteño mexicano para contar la historia de Ramón y Cornelio”; 5 en cambio la narración de Ávila es menos experimental y artificiosa. Lo interesante de la crónica narrativa de Ávila es que no pretende beatificar a los personajes –como apunta el propio autor en Ibid, p. 213 Tarik Torres, “‘Misa Fronteriza’, de Luis Humberto Crosthwaite: Literatura e identidad desde la frontera”, Gramma, xxvi, 55 (2015): 112. 6 José Manuel Valenzuela Arce, Entre la magia y la historia. Tradiciones, mitos y leyendas de la frontera (Tijuana: El Colegio de la Frontera Norte, 2000), 17. 7 Ibid, p. 18. 8 Nohemí Quezada explica que la misma religión, con todo y su sistema organizado, ha sostenido elementos mágicos originados en prácticas populares, como la superstición, incluso, las formas de sanación. 9 J. R. M. Ávila, Relámpagos que fueron (Monterrey, uanl, 2016), 132. 4 5
el colofón–, sino pintarnos sus matices, presentándolos a través de una prosa amena, ágil y legible para el lector, un punto a favor del libro, pues Cornelio y Ramón pertenecen al universo de lo popular. No obstante, la historia de Los Relámpagos del Norte hoy es más mito que realidad, de lo contrario no podría entenderse la trascendencia de los personajes en la memoria colectiva del norte mexicano y del sur de Estados Unidos. Ya se sabe “…el mito no sólo se construye desde arriba, sino que su contraparte y refrendo se encuentran en la vida social de los sectores populares. El mito no se valida en la veracidad histórica, sino en su funcionalidad social”.6 Según el especialista José Manuel Valenzuela, para Lévi-Strauss el mito se inserta en estructuras mentales comunes, pero al mismo tiempo produce y genera prácticas simbólicas y elementos de identidad; en este sentido es que puede reconocerse al dueto como un productor y generador de música plenamente asociada a una región y un tiempo: En la frontera norte de México y sur de Estados Unidos existe una gran cantidad de sucesos y personajes que se han constituido como referentes fundamentales de la conciencia colectiva, en la medida en que su biografía y su obra establecen lazos que se insertan en las aspiraciones sociales […] de las cuales reinventan la grisácea cotidianidad de los de abajo.7 Por ejemplo, ambos personajes nacieron en un contexto marginal y carecieron de recursos económicos. Son gente de a pie que puso su fe y su empeño en salir de la miseria y que no descansó hasta lograrlo pese a todas las adversidades. Fueron gente real, como
cualquiera que se encomienda todos los días a su fe y está a la caza de que aparezca una oportunidad para mostrar su talento. ¿Quién no ha soñado con ese momento? ¿Quién no ha dicho “sé que nací para esto”? Si tenemos la capacidad de soñarnos héroes es porque lo hemos heredado. La humanidad siempre ha ejercido prácticas religiosas donde echa mano de lo mágico para responder a sus necesidades, y ¿por qué no?, dotar de sentido su cotidianeidad.8 Ramón Ayala, según el relato, había sido bolero, pero se sabía destinado a ser El rey del acordeón: “‘No tienes manos de bolero’ […] ‘¿Y entonces de qué las tengo?’ […] ‘No sé, a lo mejor de acordeonista”.9 En tanto, Cornelio había vivido con su primera esposa en una casa improvisada debajo de un árbol antes de abandonar la cantina El Cadillac para siempre. Cuando dejaron de presentarse en la cantina donde se conocieron, se alegraron mucho porque se iniciaba el camino para el que estaban destinados. El lector disfruta este momento en el relato pues ha recorrido el viaje junto con ellos desde sus inicios, cantando en los camiones y en las cantinas en compañía de sus padres, de quienes heredaron la tradición musical norteña. Después de grabar su primer disco, Los Relámpagos del Norte, con su sencillo “Ya no llores” (1963), ya no hubo vuelta atrás: el éxito los había alcanzado. Aquel primer hit fue interpretado años más tarde por el dueto para la película La captura de Gabino Barrera (1970), dirigida por René Cardona y con las actuaciones de Antonio Aguilar y Eleazar García Chelelo. Su participación en el cine mexicano al lado de quienes habían sido su inspiración, como Antonio Aguilar, les permite introducirse más en la memoria colectiva mexicana. En 1997, cuando falleció Cornelio Reyna, el Senado del
un nuevo cine de terror
David Vicente García
L
a ancestral figura de la bruja ha atormentado nuestros sueños infantiles, por lo menos, desde la Edad Media. Las historias de terror antiguas muchas de las veces se centraban en la eterna lucha entre el bien y el mal. La bruja existe en muchos relatos folclóricos europeos que fueron narrados de padres a hijos,
La bruja es una figura central en la que se concentran las perversiones, la maldad del ser humano y, en el caso de las cacerías de brujas durante el siglo xvii en Europa y Norteamérica, la paranoia. en los que se cuentan los encuentros terroríficos entre nosotros y aquellos seres que han entregado sus cuerpos y sus almas al mal, e hicieron un pacto con el diablo a cambio de favores. En el imaginario colectivo se inserta la imagen del aquelarre rindiendo tributo a Satán, danzando alrededor de una
hoguera en compañía de un macho cabrío –representación del mal desde hace siglos–, que se ha vuelto estereotípica de este personaje. La bruja es una figura central en la que se concentran las perversiones, la maldad del ser humano y, en el caso de las cacerías de brujas durante el siglo xvii en Europa y Norteamérica, la paranoia. En los tiempos modernos, este personaje ha resurgido en el cine y la televisión; baste como ejemplo la aclamada cinta El proyecto de la bruja de Blair (1999). En la pantalla chica hay tal abundancia de ejemplos que sería imposible mencionarlos todos: desde la comedia hasta el drama, desde las series para el público infantil y juvenil, hasta las realizadas específicamente para la audiencia adulta. Por ejemplo, la producción televisiva Salem (2014) que se centra en la cacería de brujas. De esta gama la mayoría carece de una propuesta ambiciosa. Lo que debemos destacar es la transcendencia que tiene el personaje, pues nos sigue fascinando y aterrando al mismo tiempo. Actualmente el cine de terror está infestado de cintas de mala calidad que, en lugar de hacernos vivir una genuina experiencia terrorífica, de provocar ese miedo que se queda en nuestros huesos y nos impide dormir, se han vuelto totalmente olvidables, con escenas que nos asustan en el momento, sí, pero que después de un tiempo se borran de nuestra mente, de modo que si uno ve una película del género puede decir que ya las vio todas. No es el caso de The VVitch: A New-England Folktale (traducida al español simplemente como La bruja), película estrenada en el Festival de Cine de Sundance 2015, donde Robert Eggers, el realizador, ganó el premio a mejor director con ésta, su ópera prima. El que haya sido exhibida por primera vez en un festival y no directamente en las salas de cine la legitima
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• Yuliana Rivera es maestra en Literatura Mexicana por el iil-l de la uv. Actualmente es profesora en los Talleres Libres de Arte de la misma universidad.
The VVitch,
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estado de Texas declaró un día de duelo, y un año más tarde pasó a formar parte del Salón de la Fama de San Antonio, Texas. El rey del acordeón, como se conoce hoy a Ramón Ayala, sigue tocando en conciertos, bailes y presentaciones privadas; además, según cuenta Ávila, Ayala está arraigado temporalmente en su domicilio porque se le acusa de cantar para un cártel del narcotráfico. Pero, por si no he logrado convencer al lector del halo mitológico que envuelve a ambos personajes, habría que volver al relato de Ávila, donde éste apunta que Ayala, pese a lo que se dice de su relación con el narcotráfico, apadrina conjuntos que se inician en el ambiente musical norteño y en Hidalgo, Texas, realiza posadas navideñas en las que regala juguetes a niños de escasos recursos. Es imposible no aferrarse a la idea de que esta vida es una rueda de la fortuna donde hoy se puede estar abajo y mañana bien arriba. Más vale mantener viva esa sentencia popular, de lo contrario, ¿qué nos impulsa a continuar cada mañana cuando suena el despertador? Más vale creer que la leyenda de Los Relámpagos del Norte fue así, y que los grandes personajes también pueden venir de muy abajo. La historia de Cornelio Reyna y Ramón Ayala, sea cierta o no, sobre todo me excita a imaginar, a reconstruir los pasos y seguir la historia del par de músicos norteños que, como dice el autor de la crónica en una entrevista, “fueron unos relámpagos” pues apenas duraron como dueto 10 años, aproximadamente, y que por eso tituló así el libro: Relámpagos que fueron, sin embargo, aún sigue corriendo tinta acerca de ellos. LPyH
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Fotograma de la película The VVitch
como una cinta de calidad, alejada del típico cine de terror, aunque no del todo ajena a éste. Sin duda es la visión del director para narrar la historia lo que marca la diferencia. La cinta está protagonizada por Anya Taylor-Joy como la hija mayor, Thomasin, Ralph Ineson como el padre, Kate Dickie en el papel de la madre y Harvey Scrimshaw en el del hermano mediano. Narra la historia de una familia puritana de principios del siglo xvii, establecida en algún lugar de Nueva Inglaterra (es importante señalar que el subtítulo ya nos informa que lo que veremos será un cuento folclórico de esa excolonia situada en los actuales Estados Unidos), la cual será desterrada de la aldea donde vive a causa de las convicciones religiosas del padre.
Se puede decir que con esta película somos testigos de una renovación en el cine de terror contemporáneo, aire fresco que se necesitaba para alejarnos de los desafortunados intentos comerciales.
En la época su conducta se consideraba una herejía por apartarse de los ritos religiosos preestablecidos por la Iglesia. Al ser expulsados, los miembros de esta familia deberán buscar un nuevo lugar para asentarse y lo harán en un claro a las orillas de un bosque donde, según se dice, vive una bruja. La ambientación se apoya en el inglés que hablan los personajes, pues parte de los diálogos fueron tomados de diarios y registros de juicios de la época. De ahí la escritura de la palabra witch como vvitch. En un primer momento, pareciera que se trata de un relato de corte histórico sobre una familia que es expulsada de su aldea y debe sobrevivir en el agreste bosque en el que se establece. Pero todo eso pasa a segundo término
en el nivel físico, sino también en el espiritual. Un personaje importante es Black Phillip, un macho cabrío que representa al diablo, al mal y que por momentos es la figura central del largometraje. Hay una escena en la que los más pequeños, un par de gemelos, están entonando una canción en la que el protagonista es justamente Black Phillip. Una parte de ésta dice así: Black Phillip, Black Phillip, rey de todos / Black Phillip, Black Phillip, rey del cielo y de la tierra / somos tus sirvientes. Más tarde, descubrimos que los gemelos hablaban con la cabra. Esta canción, dentro del contexto de la película, nos da muchas pistas para entender la verdadera identidad de la cabra negra. Sin embargo, en The VVitch no veremos, como en muchas otras cintas del género, al mal perseguir a la protagonista, Thomasin, sino acecharla desde las sombras hasta obtener lo que quiere de ella, que es volverla una de sus servidoras. En ese sentido, se asemeja un poco a la película El proyecto de la bruja de Blair, cinta en la que el personaje principal, la bruja, nunca sale a escena, pero mantiene el protagonismo gracias a la tensión que se va construyendo a lo largo de todo el largometraje; no necesitamos verla para que realmente nos cause escalofríos. Aquí, como en The VVitch, el mal acecha a los tres personajes principales pero para destruirlos, no para unirlos a sus huestes como el demonio intenta hacer con Thomasin. Además de la evidente lectura como una película de terror, la historia de The VVitch incluye un planteamiento sobre el fanatismo religioso y las consecuencias que éste conlleva; en un punto de la película, hacia la recta final, se vuelve una representación de él: la para-
noia, el acusarse unos a otros –en este caso, de brujería–, el destierro, el aislamiento… Se convierte en un reflejo de la sociedad de esa época. Asimismo, hay un manejo del erotismo muy sutil: el despertar sexual de uno de los personajes se vuelve motivo de condena y pecado, aunque finalmente es redimido. Quizá una de las mayores singularidades de este film sean los procedimientos elípticos que utiliza para contarnos la historia, pues si bien no oculta a la bruja –o a una de las brujas–, tampoco muestra todo lo que ocurre con ella o con los demás personajes. Gracias a las magníficas interpretaciones de todos los actores involucrados y a la atmósfera opresiva que logra transmitir, el espectador se queda con un sentimiento de incomodidad, con la sensación de que el mal lo acecha y de que en cualquier momento terminará por destruirlo o integrarlo a sus seguidores. Como ocurre con la protagonista, probablemente el título de este largometraje no se refiera sólo a las brujas que habitan el bosque, sino también a la transformación de Thomasin en bruja. Se puede decir que con esta película somos testigos de una renovación en el cine de terror contemporáneo, aire fresco que se necesitaba para alejarnos de los desafortunados intentos comerciales. Y, a pesar de esta renovación, la cinta está anclada en la vieja tradición de los típicos relatos de terror europeo y estadounidense, como sucede con el cuento folclórico en el que se apoya, para reformularlos. LPyH • David Vicente García es egresado de la Facultad de Letras Españolas de la uv.
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cuando somos testigos de una de las mejores escenas de la película y que se desarrolla en los primeros minutos: la desaparición del bebé de la familia a manos del ser que habita el bosque, y que, como veremos más tarde, es precisamente la bruja. Uno de los aciertos del film es la manera en que la tensión va subiendo en cada escena, con ayuda de la banda sonora. La música aparece en los momentos más álgidos, aunque es anulada de tajo en la siguiente escena; fuera de eso, el sonido está constituido por ruidos ambientales: los sonidos del bosque y de los animales, los momentos de convivencia familiar, de trabajo, etcétera. La propuesta visual es también muy interesante, ya que la película no sólo busca provocar el terror, sino también perturbarnos mediante el predominio de los tonos oscuros. Sin embargo, en algunas escenas surge una suerte de contraste en la imagen, pues otro color predominante es el amarillo (tono que se observa en el plantío moribundo de la familia), el cual sólo incrementa el sentimiento de opresión, miseria y decadencia en que viven, y que es precisamente lo que trata de transmitirnos Eggers. Esto se logra finalmente por la combinación de todos los elementos cinematográficos: la ambientación, la música, el vestuario, el inglés del siglo xvii que emplean los actores y las actuaciones. Si bien algunos espectadores pueden considerar The VVitch como una película lenta, la intención del director es tomarse su tiempo para relatarnos el cuento folclórico; ese ritmo nos va preparando gradualmente para lo que llegará después, es decir, la destrucción de cada uno de los miembros de la familia, aniquilamiento que se da no sólo
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HASTa TRÁS
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De plagios a plagios
• Patricio. Creció en cuatro estados de la República. Acudió, aunque no estudió, a escuelas públicas. Estudió (ahí sí) humor gráfico en la Academia El Fisgón y el Instituto Rius. Ha trabajado como monero en diarios y revistas, ilustrado libros y publicado algunos propios; inexplicablemente, ha ganado algunos premios.