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SITIO ASTRONOMICO e
SITIO ASTRONÓMICO
‘‘Myth is born in science; science alone can explain it’’ -Charles Dupuis
Los primeros hombres vieron en el cielo estrellas. Sus posiciones trazaban formas, y esas formas les parecieron conocidas. Los astros se movieron como se movieron los rebaños, y luceros trazaron los mismos recorridos que ellos trazaron en la cacerías. Las constelaciones tuvieron nombres. Se llamaron con nombres conocidos, y los cielos reflejaron lo que en la tierra sucedía. Así el mito nace de la ciencia, y del arte de mirar estrellas y estudiar sus movimientos, nace la astronomía. El proyecto arquitectónico para un sitio astronómico sugiere la astronomía como experiencia primigenia, praxis pre-histórica capaz investir significados y sentido al universo del hombre. Para conseguirlo, el proyecto hará ocupación de un territorio imaginado y a través de distintos espacios se pondrán en valor 4 aspectos fundamentales de la experiencia humana vinculados a la astronomía: El hombre con el tiempo El hombre consigo mismo El hombre entre hombres El hombre con el universo Cada una de estas relaciones intentará restituir a través de arquitectura aquellos aspectos mitológicos que vinculan al hombre con el universo.
La Cámara de los Pilares El Hombre con el tiempo
La cámara de los pilares se encuentra en la parte meridional del conjunto. Desde el exterior, su forma se asemeja al una huaca o una faena Salitrera. Su planta rectangular es accesible a través de una de sus caras angostas. Una vez dentro, se debe recorrer el perímetro interior del rectángulo compuesto por la estructura de madera que sostiene el tejado inclinado. Al extremo opuesto del primer acceso se encuentra la entrada a la cámara, compuesta por 56 pilares alrededor de una banca de piedra. Los muros de este atrio se encuentran ligeramente inclinados. la cámara de los pilares esta pensada para registrar simbolicamente el paso del tiempo. De día, los pilares proyectan sus sombras a traves del atrio. Quien permanece el tiempo suficiente notará como las sombras se estiran y encojen, proyectadas y mezcladas a ratos sobre la superficie de los muros interiores, como lo hacen los días. De noche en cambio, los pilares no proyectan ninguna sombra; su tarea es sostener el cielo estrellado.
La Ruina Circular El Hombre consigo mismo
La ruina circular se encuentra en la parte oriental del conjunto. La estructura rectangular se compone de dos elementos. Una caja perimetral semi cubierta, accesible desde el exterior por una rampa, y una caja cerrada, completamente cubierta accesible por uno de sus costados. El intersticio entre ambas estructuras proporciona un tiempo intermedio entre el desierto exterior y el interior de la estructura. La cámara interior se encuentra en completa oscuridad, filtrando luz solo mediante 4 pequeñas perforaciones dispuestas en el techo. La ruina circular esta pensada para otorgar oscuridad durante el día, y tiene por función disolver la percepción de distancia con que el cuerpo informa el espacio. El único patrimonio del hombre; sus movimientos, gestos y desplazamientos, se vuelven invisibles. Quizás así, puede finalmente enfrentarse el hombre consigo mismo. En la oscuridad, y sin la ayuda de su imagen.
El Cerco El Hombre entre hombres
En la parte occidental del sitio un cerco de 3 metros de altura separa una columnata circular de 10 metros de altura del desierto. El centro de la arcada puede ser utilizado para realizar fogatas. De cĂrculos de pierda y fuego han proliferado las historias entre los hombres. Aquello que la noche no permite el fuego no restringe.
La Noche del Océano El Hombre con el universo
Encima del montículo más septentrional y alejada del resto del conjunto se encuentra La Noche del Océano, una piscina soportada sobre una estructura de madera a 5 metros sobre el nivel del suelo. Una angosta escalera de hormigón permite acceder a ella. La observación del cielo nocturno puede vincularse a aspectos trascendentales de la humanidad. La descripción del cielo y su contemplación, el mito, y la astronomía representan el deseo de establecer relación con aquello que parece más vasto que el hombre. Por otra parte, el océano, las aguas oscuras y su impenetrable profundidad se asocian con la inquietud que produce lo desconocido, con aquello que yace latente bajo la conciencia y que evitamos explorar. Ambos elementos, las aguas y el cielo, las profundidades y las estrellas son empleadas en esta última etapa del circuito que compone el sitio astronómico, para realizar un acto que simboliza la condición humana en su intento por encontrar un lugar en el universo: flotar sobre aguas oscuras, boca arriba, mirando un cielo estrellado.
IsomĂŠtricas
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Cรกmara de los Pilares
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La Ruina Circular
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El Cerco
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La Noche del OcĂŠano
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Concepto Cristian Valenzuela Pinto & Yerko Galetovic Texto Dibujos e Imรกgenes Cristian Valenzuela Pinto
2015