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Historia de vida
La psicóloga Amida Duk García es la secretaria mu- nicipal del Gobierno Muni- cipal de El Alto, pero como mujer es una luchadora que venció al cáncer uterino, una auto- liberada de la violencia intrafamiliar y también una artista que dedica su vida a emplear la música como terapia para mejorar la calidad de vida de cientos de adultos mayores.
Es la única hija mujer y la segunda de tres hermanos. Su madre, nacida en Chulumani (Sud Yungas), se casó muy joven con su padre, de nacionalidad árabe, que por ser de otra cultura tenía otra manera de vivir la vida: tuvo más de 24 hijos.
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Duk, una vez egresada como bachi- ller, ingresó a la Facultad de Medicina,
Javier Prado Rodríguez
pero con el transcurso del tiempo se dio cuenta de que no era su vocación, por- que no podía resistir el hecho de que una vida esté en sus manos.
Con el tiempo decidió dejar esa pro- fesión y seguir la carrera de Psicología. A medida que avanzaba, se percató de lo importante que eran las personas.
“Mientras estudiaba Psicología Clíni- ca, es decir, trastornos de la personali- dad, creció mi interés y me especialicé en la musicoterapia’”, comentó.
“Cuando eres psicólogo tienes que comprender muchas cosas para estar relacionado con el ser humano. Para mí la musicoterapia es algo impresionan- te, fascinante, es más que cantar, tocar un instrumento, porque se llega al sen- timiento de las personas”, expresó Duk.
Para la psicóloga, la música es algo especial y sirve para que la gente confíe,
Amida Duk
Sobreviviente del cáncer, hoy brinda ayuda con musicoterapia
descargue sus emociones. “Además de ser impresionante, es interesante”, aseveró.
Está segura de que en otra etapa de su vida fue músico: “Amo la música desde que nací, creo que canté antes de hablar, recuerdo que mi sueño de pequeña era cantar, me fascinaba la música, pienso que es el lenguaje del corazón”.
Asegura que el corazón vibra con el canto y expresa todo su sentimiento, es por ello que tiene un grupo musical que se denomina Sucumbé. Además, formó parte de muchas orquestas de música tropical, etapa que recuerda como la más hermosa de su vida.
“La música es el centro de la vida, la gente cambia su manera de pensar, es relajante, hace que expreses todo lo que sientes. No interesa el ritmo de la música, sino el simple hecho de interpretar hace que se exprese todo lo que uno tiene dentro, por eso es maravilloso”, asegura.
ENFERMEDAD
En 2014, a Duk se le presentó un tumor maligno en el ovario, que clínicamente no presentaba dolores. Sin embargo, ella vivió síntomas de dolor con hemorragia. Solo su fe pudo curarla de ese mal terminal: “Me hicieron ocho quimioterapias, se me caía el cabello, las cejas, pestañas, estaba muy delicada, pero el amor a mi hija y mi fe me fortificaron”.
Recuerda que las quimioterapias fueron dolorosas, pero se sentía bien cuando se las aplicaban, porque se encontraba menos débil. Sin embargo, confesó que tenía miedo al someterse a ese tratamiento, pues ella vio cómo una persona perdió la vida en esas sesiones.
Meses después se sanó del cáncer y entonces le empezó a crecer el cabello. Fue su madre la que le ayudó a poder acceder a los medicamentos que, por lo general, para esta enfermedad son muy costosos.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Después de un año y luego de superar el cáncer, la ahora psicóloga conoció a su pareja, con quien tuvo una hija. Como toda relación, al principio fue hermosa, pero luego se convirtió en tóxica. Duk, que dejó de ser víctima de una enfermedad mortal, pasó a ser víctima de violencia física y psicológica, a pesar de no convivir con el padre de su niña.
1. Amida durante una terapia musical con adultos mayores. 2. La Secretaria
Municipal del Gobierno Municipal de El Alto junto a su hija.
3. Duk durante una entrevista de acción social. Fotos: Amida Duk
“No podía salir del círculo de la violencia, a pesar de que había trabajado en principio en el Instituto Americano con terapias familiares para afrontar el tema de la violencia”, lamentó.
Agregó que “uno no lo entiende hasta que lo siente en carne propia”, porque es una línea muy fina que uno no tarda en atravesar.
Añadió que cuando se conoce a una mujer víctima de violencia es fácil decirle “¿Por qué sufres?, debes dejarlo”, pero no es sencillo, porque la costumbre es más fuerte que el amor y “uno se acostumbra al maltrato”.
Por esa experiencia, conformó grupos de autoayuda en la que se enseñaba a ahorrar dinero, tener copias extra de las laves del domicilio, bolsas de ropa y claves compartidas con los vecinos para que ellos sepan que están en peligro.
“A una mujer víctima de violencia se la tiene que reconstruir, deshacerla para crear un nuevo ser humano, porque si se continúa igual caerá en poco tiempo y volverá con la persona agresora debido a que se crea un vínculo de dependencia que va más allá del amor”, explicó.
TRABAJO MUNICIPAL
En 2016, llegó a trabajar en el Gobierno Municipal de El Alto, en el que tuvo la oportunidad de tratar con personas adultas mayores, desarrollando proyectos con la musicoterapia.
“Con la musicoterapia se puede lograr emociones profundas, ayudar a personas con alzheimer. Además, descubrí que los adultos mayores no olvidan la música, sus canciones, menos la letra, por ello fui sintiendo gusto por el trabajo con la consigna de no trabajar por un sueldo, sino por el beneficio de ayudar a otra persona con la profesión que uno ejerce”, aseguró Duk.
4. La psicóloga toca la guitarra ante la emoción de personas de la tercera edad.
Fotos: Amida Duk
En 2019, la ascendieron a Jefa de la Unidad de la Mujer, para trabajar con mujeres víctimas de violencia. Allí concretizó ideales para personas de sexo femenino, en especial madres.
Poco después fue promovida a la Dirección de la Niñez, Género y Atención Social de manera interina, lugar en el que conoció muchas realidades en cada una de las reparticiones municipales, ante un trabajo visible de ayuda a los que más necesitados.
“Conocí de cerca cada una de las reparticiones municipales, trabajé bastante con objetivos, ahora tengo la responsabilidad de ser Secretaria Municipal de Desarrollo Social con dependencia de dos direcciones: la de Niñez, Género y Atención Social y la de Desarrollo Integral, que comprende la Unidad de Adultos Mayores, de Discapacidad y de la Juventud”, aseguró la psicóloga.
MATERNIDAD
Una mujer como ella, que sobrevivió a muchas etapas difíciles de su vida, tuvo un motor impulsor: su hija. El ser madre es algo muy especial, por ello, a poco del día en el que recordamos a las madres bolivianas, Amida envió un afectuoso saludo a todas aquellas valerosas mujeres que han podido superar muchos tropiezos y enfermedades por sus hijos. “Para mí, ser madre es algo que definitivamente es grandioso, vives por alguien más, te superas. Considero que para ser una buena madre debes estar bien contigo misma, de lo contrario no se podría reflejar nada bueno”, afirmó.
Finalmente, expresó que es amante de los perros, gatos, entre otros animales. “Una persona que es cruel con los animales no es un buen ser humano, así es como reconozco a la gente. Para mí los animales son ángeles sin alas, por lo que me considero una defensora acérrima de ellos”, remarcó.