Contexto Ed. 63

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PERIODISMO UNIVERSITARIO

ISSN 1909-650X

El periódico de los estudiantes de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo Medellín, Dic. 2017- Ene. 2018 No. 63 Distribución gratuita

Foto: Ana Isabel Loaiza

NO HAY PLAZO QUE NO SE VENZA

El manejo de los residuos sólidos ha evolucionado y se ha hecho más sofisticado, para sacar el mejor provecho posible de los materiales que se desechan. El reciclaje es un tema común en nuestras vidas cotidianas, pero el problema de la contaminación, asociado al material de desecho, sigue creciendo, en parte, porque la producción del mismo aumenta, en vez de disminuir.

Hace menos de veinte años, Medellín estuvo a punto de vivir una emergencia sanitaria, cuando el relleno de la Curva de Rodas agotó su capacidad. La vida útil de La Pradera, a donde Medellín y otros municipios del área metropolitana llevan sus residuos, vence en 2020. La ley obliga a que los municipios implementen soluciones, ¿qué pasa con

quienes todavía no las tienen? ¿Cómo va Medellín? ¿Qué han hecho en los municipios que llevan buen rumbo? En esta edición de Contexto, conozca aspectos de la renovación del centro de Medellín; el análisis sobre lo que es un servicio público esencial, tras la huelga de pilotos más larga en la historia de la aviación comercial; la historia de quien convierte instrumentos de muerte en arte que celebra la vida; y el punto de vista de quien ha retratado el drama de la migración en Europa. Además, descubra otra cara de Altavista, más allá de las noticias de orden público.

Lea en Contexto

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Este tiempo

Vacuna contra el virus del papiloma humano, mitos y realidades Ante el debate nacional

10 y 11 Este tiempo

Perspectivas sobre la adopción en Colombia Debates y aspectos desconocidos

14 y 15 Desde la Raya

Viaje libertador Crónica de una barrista por Suramérica


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OPINIÓN

De protocolos y etiquetas Simón Moreno Salinas / simon.moreno@upb.edu.co

Recientemente, en una de esas tardes domingueras, que convocan a la familia de mi padre en la casa de mi abuela, el tema de los buenos modales se coló en la conversación. Mi tía aprovechó la ocasión para reclamarnos, a nosotros los sobrinos, una vez más, por esa fea costumbre de llevar a nuestros invitados hasta la cocina (esa suerte de espacio sagrado, donde solo pue-

Espejismos Sara Isabel Yarce Mesa / sara.yarce@upb.edu.co

Es irónico que en uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, existan normas tan débiles para proteger la naturaleza, y tan libres para explorar y explotar sus recursos. Es irónico además, que en teoría, las licencias concedidas a grandes empresas mineras, representen un gran porcentaje económico de rega-

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den entrar las personas de, máximo, el tercer grado de consanguinidad). A mí, por supuesto, me parecía tal exageración de la solemnidad, un absurdo; pero ella insistía, y para reforzar la idea, se valió de una de esas reliquias de anticuario, que hasta hace poco, tenía mayor peso en los hogares antioqueños que la misma Constitución Política: el Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos, de Manuel Carreño. Aquel hombre fue un político y músico venezolano del siglo XIX. Creció en el seno de una familia ilustrada, y desde muy temprano se interesó por la pedagogía. Rápidamente su obra, que se publicó por la época en que se estaban fundando los dos partidos políticos tradicionales, se difundió por Latinoamérica y se convirtió en el referente de todas las reglas de civilidad, de las incipientes sociedades burguesas. Se trata de una criollización de esas famosas normas de etiqueta de la Inglaterra victoriana. A partir de entonces, dediqué mis ratos libres a la lectura de ese pequeño, pero poderoso libro. La edición es de 1976, pero se encuentra en perfecto estado.

Con curiosidad repasé esas líneas, sorprendiéndome con el anacronismo de muchas de esas pautas de comportamiento —y por mi ignorancia y mala educación, si me evaluara de acuerdo con ellas—. El manual incluye normas de aseo personal, de comportamiento en el hogar y con los vecinos, de buenos modales en la mesa y hasta del “modo de conducirnos con nuestros criados” y “en los viajes”. Cito un par de ellas: “Limpiaremos con el pañuelo, cuatro veces al día, los ángulos de los labios donde suele depositarse una parte de la humedad de la boca, que el aire congela, y que hace mala impresión a la vista”. “Jamás reprendamos a nuestros criados delante de los extraños; y no les echemos nunca en cara sus defectos o deformidades naturales”. Vestigios, al fin y al cabo, de esa educación, encargada a los curas y a las monjas, en nuestro pasado Estado confesional. Coda: no debo olvidar reclamarle a mi tía, pues en ninguna de las pautas de Carreño, él se refiere al impedimento de la profanación del espacio sagrado de la cocina, por parte de extraños.

lías e inversión, cuando lo que en realidad traen a los territorios de las zonas de explotación, son a los grupos armados ilegales, la prostitución, las extorsiones y las alteraciones al orden público, en general; sin contar con la contaminación a las fuentes acuíferas y al territorio, por los vertimientos de químicos usados en los procesos, como el mercurio. Si los políticos no tuvieran la tendencia a venderse al mejor postor y pensaran en planes a futuro, de verdad, y no solo por los años que dura su cargo, se darían cuenta que un negocio más rentable que la minería es el turismo ecológico y la protección de recursos naturales, los cuales serán los más solicitados a futuro. Empezarían a escuchar propuestas, como la del alcalde de Bucaramanga, para proteger los páramos, en lugar de vender parte de Santurbán, por 25 años, a Emiratos Árabes por 1 000 millones de dólares. ¿De verdad eso vale la calidad del agua de miles de santandereanos? Porque un contrato de explotación sí, valió más que la vida de muchos indígenas en La Guajira.

A pesar de que organizaciones ambientalistas lo han dicho, y es a simple vista lógico, si siguen explotando, de manera desaforada, los hábitats que producen agua esta empezará a escasear. Sin embargo, los entes gubernamentales se hacen los de los oídos sordos, siguen dejando de lado los procesos de protección a las zonas naturales y entregando licencias mineras, en su mayoría, a empresas extranjeras. Sería oportuno preguntar, ¿quién se queda con nuestros recursos?. El Fondo Mundial para la Naturaleza concluyó que el país ha perdido la capacidad de producir agua en un 20 %; aun así, hay quienes afirman que los ciudadanos no tienen derecho a decidir si quieren minería en sus territorios, o no, ya que el subsuelo es del Estado y como tal, tiene el derecho a decidir en beneficio del país. Quizás, de algún modo, Colombia sigue estando llena de aquellos que entregan oro a los extranjeros, al deslumbrarse con sus espejos.

CRÍTICA DE CINE

Siete cabezas, de Jaime Osorio Sara Upegui / saraupegui22@gmail.com

Intrigante, angustiante e incómoda. La nueva película de Jaime Osorio, Siete cabezas, es de esas películas Colombianas imperdibles, que se queda, definitivamente, en la memoria del espectador. La grabación de este filme se hizo en tiempo récord, 14 días continuos en el Páramo de Chingaza, Cundinamarca. Osorio nos vuelve a llevar a un ambiente extremo, en donde suceden enigmáticas ocurrencias, que juegan con la perspicacia del espectador: lo que parece ser un filme de terror, termina siendo un thriller psicológico. Una reflexión entre el bien y el mal; el hombre y la bestia; la vida y la muerte; la maldad humana y la fragilidad de la naturaleza. Marco es el guardabosques del Páramo, aquel que vela por el bienestar de la naturaleza y sus visitantes. Él se encarga de guiar a Camila y Leonardo, una pareja de biólogos, quienes están esperando un hijo, y llegan para explorar en la zona, la inexplicable muerte de la fauna. La ambientación es otra fuerte protagonista: fría, misteriosa y caótica, inexplicable, como la mayoría de acciones de Marco, quien con cada plano, se va mostrando más oscuro. Con un ritmo lento y complejo, lleno de metáforas e imágenes sutiles, Siete Cabezas logra mantener al espectador atento y ansioso, develando verdades sobre el apocalipsis. Para finalmente revelar la patología que uno mismo puede comenzar a sentir. La tensión sexual y el peligro llegan a asustar a cualquiera; el conflicto pasa de un lugar a otro, durante toda la película. Marco se siente impotente y débil, como los animales que mueren en el Páramo, pero también llega a sentirse vivaz y potente, como una bestia endemoniada. Los humanos solo sabemos acabar con todo o casi todo. Arrasamos con seres humanos y animales, con una crueldad nunca antes vista en la naturaleza. Así que yo con el bebé le aporto mi granito de arena a la destrucción del mundo. Al apocalipsis. En su desarrollo, cuesta tener empatía con cualquier personaje, ninguno se muestra de manera concreta o binaria, cumpliendo con los tintes de realismo que necesita un buen cine de terror psicológico. No hay explicaciones, no hay verdaderos descubrimientos, simplemente inexplicables acciones, que no parecen estar ligadas las unas con las otras. Hasta el último momento del filme, no reconocemos quién es la víctima y quién el victimario. El espectador se retira con un sentimiento de desazón, intranquilidad e inconformidad; esto sucede, no porque la película sea mala, todo lo contrario, esta logra su cometido de una manera astuta, etérea. Deja una emoción duradera, que transgrede lo anecdótico, pues la película no pretende solo contar una historia, sino generar un ambiente árido y pesado; una patología que termina siendo tan impredecible como el mismo relato.


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EDITORIAL

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LA VOZ DE LA INEXPERIENCIA periódico.contexto@upb.edu.co

Un ejercicio de investigación, llevado a cabo en el laboratorio de periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana, cuya primera fase culminó en noviembre pasado, mostró cuáles eran los aspectos, que un grupo encuestado de 80 periodistas de Medellín, consideraba como los más valorados de su labor, por parte de sus jefes en las redacciones. Los resultados indicaron que el trabajo más apreciado es el que combina: agilidad, brevedad, sintonía con las audiencias y profundidad. Acostumbrados a que este último atributo solo puede provenir de relatos largos y casi siempre densos, los docentes y estudiantes, que recibimos primero aquellos datos, tenemos la tarea de “aterrizarlos”. Compromiso que hay que compartir en estas líneas con nuestros lectores, en gracia de la discusión que queremos plantear: ¿Cómo se puede llevar a los hechos una expectativa, que encierra lo que ha sido visto, hasta ahora, como una contradicción? Nuestras disculpas, si les hemos puesto tarea. Aunque es un reto muy grande, las respuestas a esa pregunta no son imposibles, pero el desafío resulta sorprendente, sobre todo, cuando la cátedra lo tiene todo tan definido, tan controlado, aparentemente. Y todo se debe a un grupo de jóvenes, estudiantes de periodismo, quienes se hicieron algunas preguntas: ¿Bajo qué condiciones trabajan los periodistas en Medellín? ¿Qué tan satisfechos se sienten con lo que hacen? ¿Qué creen que es lo que más se les valora en sus trabajos? Las preguntas no son las más novedosas, de hecho, si hay alguna discusión común en las aulas donde se dictan clases de periodismo, es la inquietud de los muchachos frente a las que serán sus condiciones laborales, una vez se gradúen. Pero, como ya se pueden dar cuenta, las respuestas nos han dejado con más preguntas. Valga decir que, por eso creemos que el ejercicio investigativo fue satisfactorio. Una característica de la academia es volver cada tanto sobre ciertas discusiones, por eso para algunos, es vista como la voz de la conciencia de la sociedad actual, una que habla desde un lugar diferente al frenesí de los acontecimientos, cuya discusión caduca con rapidez. Así, la labor del profesor universitario incluye el deber de recorrer caminos andados, de volver a escuchar ciertas preguntas, encauzar de nuevo

El periódico de los estudiantes de la Facultad de Comunicación Social - Periodismo

algunas inquietudes, aclarar una y otra vez las mismas dudas, cada vez que en sus clases recibe a un nuevo grupo de estudiantes, para quienes esos caminos, esas preguntas, esas inquietudes, esas dudas, configuran escenarios inauditos. Por eso la agenda del periodismo universitario tiene temas recurrentes. Detrás de esta hay una lucha contra lugares comunes y estereotipos, que implica llevar todos los raseros a nuevos niveles, cuando un periodista universitario retoma un asunto que vio en otros medios y que el profesor acompañó a investigar en otras ocasiones. También por eso es que hay lugares, personajes y enfoques usuales en las redacciones de los medios universitarios, sparrings que permanecen inéditos pero son indispensables para que usted lea, lo que en estas páginas lee, cuando producto de su inquietud y de su investigación, un periodista universitario finalmente tiene algo nuevo para contar. Razón por la cual, asumimos nuestra diferencia fundamental con los medios comerciales y, en Contexto particularmente, no nos angustia si se plantea que no somos competencia. No lo somos. Nuestra labor educativa alcanza incluso a nuestros lectores, porque con paciencia vuelven a pasar por lugares ya recorridos, aunque siempre llevándose un dato nuevo. Esa labor educativa nuestra, también llega a los lectores, cuando volvemos sobre los mismos temas de la gran agenda informativa, pero movidos por el asombro o la necesidad de un joven insatisfecho con los titulares del día, el avance de la hora o la actualización del minuto, porque quiere entender, comprender, así haya que tocar puntos polémicos para lograrlo; un reto no menor, cuando nos rodea la costumbre de disentir antes del debate,

hacerlo desde la comodidad de nuestras opiniones y no desde lo que implica apoyarse en hechos. Y, aquí vamos, apeados del tren ultrasónico de la actualidad simultánea, del minuto a minuto; guiados por las intuiciones de futuros periodistas; convencidos del valor que ellos tienen, cuando están movidos por la capacidad de asombrarse y asombrar a otros, con lo que se descubre. Es por eso que, aunque usted pueda encontrarse aquí, un asunto que ya leyó en los diarios, escuchó en la radio o le llegó por Whatsapp, aquí va a leerlo de nuevo y seguramente lo entenderá mejor, porque alguien ya tuvo que hacerlo, para podérselo contar. Es la voz de la inexperiencia, la que se renueva cada semestre, la que se

pule con preguntas, desde los mismos lugares comunes y clichés usuales en las cátedras de periodismo y sus ejercicios prácticos, hasta llegar a hallazgos que, como se contaba líneas arriba, “rayan el libreto” establecido y nos sacan a todos (estudiantes, profesores, audiencias de los medios universitarios), de cualquier zona de comodidad. Lo que en el mundo laboral se conoce como la curva de aprendizaje, en la academia es un ciclo de cada semestre. Pero, por lo que encontraron los estudiantes del laboratorio de periodismo de la UPB y por lo que usted mismo puede llegar a leer en estas páginas, ese ciclo puede tener alcances inesperados. Contamos con usted para conocerlos.

Miembro de la Red Colombiana de Periodismo Universitario • Rector: Pbro. Julio Jairo Ceballos Sepúlveda / Decano Escuela de Ciencias Sociales: Ramón Arturo Maya Gualdrón / Directora Facultad de Comunicación Social-Periodismo: María Victoria Pabón Montealegre / Coordinador del Área de Periodismo: Juan Manuel Muñoz Muñoz / Dirección: Joaquín A. Gómez Meneses / Redactores en esta edición: Yuri Paulina Morelos Morelo • Sara María Arboleda Castrillón • Felipe Pérez Saffon • Juan Pablo Patiño Osorio • James Estiven Alzate Ramírez • Sebastián Torres Mejía (Universidad Católica Luis Amigó) • Laura Valentina Suárez Giraldo • Raúl Daniel Higuita Herrera (Desde La Raya) • Mariana Restrepo Franco / Diseño: Estefanía Mesa B. • Carlos Mario Pareja P. / Diagramación y corrección de textos: Editorial UPB / Impresión: La Patria // Universidad Pontificia Bolivariana • Facultad de Comunicación Social - Periodismo / Dirección: Circular 1a No 70 01 Bloque 7 Oficina 401 / Teléfono: 354 4558 / Twiter: @ pcontexto / Correo electrónico: periodico. contexto@upb.edu. co / ISSN 1909-650X


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RASTROS

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Obras en el corazón de Medellín

UNA NUEVA CARA PARA EL CENTRO Yuri Paulina Morelos Morelo / yuri.morelos@upb.edu.co

La Alcaldía de Medellín se ha puesto en la tarea de devolverle la magia a un sector que ha cambiado con el paso del tiempo en nuestra ciudad, un lugar que con sus calles, historias y relatos nos demuestra la importancia que tiene para Medellín. Un espacio que se llena de vida, día a día, con los pasos de miles de personas que lo transitan; el lugar del reencuentro, el barrio de todos, el centro de la ciudad. Voces desde el corazón de la intervención. La Alcaldía ha decidido realizar una intervención total en el centro de Medellín, con un presupuesto de 270 000 millones de pesos, para tres años. Un plan que viene lleno de proyectos, y que en este momento se encuentra en desarrollo, con la expectativa de la ciudadanía sobre lo que pueda resultar a futuro. Pero cambiar la cara del centro no es algo fácil, en torno a este giran diversos imaginarios: quienes creen que es un lugar peligroso, de las personas que consideran que es un lugar abandonado y de quienes piensan que es un lugar único porque está lleno de historia. Los gestores de la iniciativa han insistido en que la intervención no busca reemplazar lo que existe, sino trabajar sobre ello, darle valor a la memoria de cada rincón, recuperar, en algunos casos, lo que hay detrás de las calles, los pasajes, los parques y los atractivos turísticos del lugar. El trabajo se divide en diferentes proyectos, que se relacionan con sectores como la avenida La Playa, la carrera Bolívar y la avenida Oriental, en los que se intervendrá en factores de medio ambiente, patrimonio y parques de la zona.

Bolívar, la carrera que se transforma “El Paseo Bolívar busca cambiar la piel de la carrera”, afirma Rodrigo Castaño, sociólogo de la Subsecretaría de Planeación de Infraestructura Física de Medellín, quien explica que este proyecto busca transformar el entorno y darle una nueLas obras sobre la carrera Bolívar despertaron la expectativa de los comerciantes por el va cara a este sector del impacto que pudieran tener en las ventas. Foto: Yuri Paulina Morelos Morelo. centro. Los planes se convirtieron en acciones, prime- Medellín y los caminantes del centro, puedan disfrutar ro con un concurso de arquitectura y diseño, realizado de un nuevo paseo por Bolívar. en la Administración anterior, para intervenir en la esAdemás de los comerciantes, ¿qué otras opitructura física de la carrera Bolívar. De allí, el proyecto niones pueden escucharse en la zona sobre este proganador fue Galería Bolívar que, en aquel entonces, se yecto? Entre los miles de transeúntes, el rasgo común enfocaba entre San Juan hasta la calle 52. parece ser la expectativa; no se oponen, pero tampoco Al ser nombrado alcalde Federico Gutiérrez, se evidencian confianza en el avance de las obras. retomó este proyecto para darle continuidad, y es así “Espero que hagan bien este trabajo. Mientras como hoy se encuentra en ejecución, pero con otro no quiten las fábricas que hay por el lugar, la contanombre: Paseo Bolívar, y con una nueva ruta de inter- minación en el aire seguirá igual”, dice doña Inés, una vención, que será desde San Juan hasta la Plaza Bo- vendedora ambulante que permanece con su carrito tero, con una inversión de 33 000 millones de pesos. lleno de dulces, galletas y café para ofrecer a las persoEl reto es revitalizar este corredor: con la pea- nas que transitan por el sector que, según los diseños, tonalización de las calzadas laterales, el cambio del tendrá nueva arborización. piso y las baldosas, la disposición de un mayor número Luz Mariela Dablin, una transeúnte, considera de bancas en las zonas peatonales, la iluminación en que el proyecto “es algo espectacular”, debido a que, los bajos del metro y la intervención ambiental, con la con los árboles que se sembrarán, se ayudará a que la siembra de árboles y la creación de jardines. Con esto contaminación disminuya. se permitirá tener un mejor espacio público, tanto en “Al principio no nos avisaron qué proyecto se condiciones físicas y estructurales, como en estéticas y estaba realizando en la calle, ya luego nos explicaron, sociales, según explicaron voceros de la Secretaría de pero muy poco”, comenta Sara Arroyave, una comerciante de un local de accesorios, ubicado al frente de Infraestructura Física. “Todo proyecto genera un impacto a nivel so- la construcción. “Las ventas han disminuido, a las percial”, comenta Rodríguez. La construcción del Paseo sonas les da pereza pasar por este lugar, mientras ven Bolívar ha generado inconvenientes con algunos co- todas estas máquinas y el polvo de la calle”. A pesar de estos inconvenientes, Sara encuenmerciantes y vendedores ambulantes del sector, que se encuentran inconformes, porque temen que la tra un punto positivo, a futuro le gustaría ver este proejecución de obras, durante la época de fin de 2017 y yecto terminado, que las personas puedan caminar principio de 2018, ahuyenten a los peatones y esto ge- por el pasaje peatonal con mayor tranquilidad, piensa nere que las personas no pasen por Bolívar a comprar, que así sería mayor el número de personas que llegalo que supondría para ellos una pérdida de ingresos. rían a su local. Sin embargo, con el plan Enamórate de Bolívar, se trata de hacer frente a esa posibilidad. Esta es una campaña de promoción e información, que busca que el desarrollo de la obra se dé con total normalidad y que los comerciantes del sector continúen con sus labores, La reconocida avenida La Playa será peatonal. Los carriles laterales se pondrán a disposición del transeúnte, sin inconvenientes. Desde el 30 de mayo del año 2017 comenzaron para que camine por el sector con mayor tranquilidad. los trabajos y se espera que para mayo del año 2018, Una noticia que pone de qué hablar entre las personas se encuentre todo listo, para que los habitantes de que recorren la emblemática avenida en la ciudad. Hay

La Playa

Así se ve hoy la carrera Bolívar. Foto: Yuri Paulina Morelos Morelo.


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quienes creen que esta es una posibilidad de avance y de transformación, para que las personas se acerquen al centro y lo caminen en paz, como lo afirma Paula, una vendedora ambulante que trabaja en la zona. Pero hay otros que consideran que es un riesgo, como Manuel Ballesteros, otro vendedor ambulante, quien se ve afectado con la peatonalización, debido a que no es un ventero regulado, él considera que ahora tendrá más problemas para desarrollar su labor. Con este proyecto, el objetivo a corto plazo, es destapar la quebrada Santa Elena, así lo afirma Pilar Velilla, gerente del Centro. Por debajo de la calle fluye el agua de una quebrada, que en 1930 tuvo que ser tapada por razones de orden e higiene. La misma quebrada, que sirvió de referencia para trazar la antigua Medellín, representa una parte importante de su historia y de lo que hoy conocemos como La Playa. Además, según Velilla, se estudia la posibilidad de cambiar de posición a las 21 estatuas que se encuentran distribuidas entre los carriles de la Avenida, para ser reubicadas, en los espacios que ya se encuentren peatonalizados, para que las personas puedan observarlas con mayor facilidad.

Patrimonio, donde la historia y el futuro se dan la mano La Alcaldía de Medellín ha destinado 700 millones de pesos para la intervención en las esculturas de toda la ciudad, todas estas representan patrimonio histórico y son hoy, las que guardan en sí, una parte de nuestra cultura. De acuerdo con Vanessa Reyes, vocera del Programa Memoria, Patrimonio y Archivo Histórico de Medellín de la Secretaría de Cultura Ciudadana, hasta el mes de noviembre se han intervenido 90 esculturas, gran parte de estas en el centro de Medellín. Pero para hablar de intervención, hay que conocer el contexto de estas acciones: en la ciudad hay un total de 500 esculturas, que se dividen entre públicas y privadas. Las públicas pertenecen a la Administración y son 181 en total, estas son las esculturas objeto de la intervención. Pero, de todas estas esculturas, ¿cómo saber a cuáles se les debe hacer intervención o restauración? Este es un proceso complejo, que contiene una etapa de estudio minucioso sobre el material que compone a cada una de las esculturas, labor que es parte de las tareas de un equipo de profesionales, quienes se encargan de verificar el estado de las mismas. Después de haber finalizado este estudio, empieza el trabajo, se determinan cuáles obras deben de ser intervenidas: para lavarlas, lijarlas, cuidarlas o pulirlas, y a cuáles se les debe hacer una restauración total.

Desde su construcción, las pirámides construidas en el separador de la avenida Oriental han sido motivo de polémicas. La intervención del Centro ahora contempla su demolición. Foto: Yuri Paulina Morelos Morelo.

Claudia Vásquez, líder del proyecto, define esta intervención como un hecho histórico, pues nunca antes se había realizado una operación tan grande en las esculturas, en tan poco tiempo. Estas labores de cuidado y restauración se llevan a cabo de la mano de la Fundación Ferrocarril de Antioquia, entidad encargada de realizar proyectos de arquitectura y de restauración, sobre bienes inmuebles patrimoniales. La tarea de proteger las esculturas no es responsabilidad exclusiva de la Secretaría de Cultura, ni de la Unidad de Patrimonio, tampoco de la Fundación, cada uno de nosotros, los ciudadanos, hacemos parte de este proyecto, del cuidado de un tesoro común, para evitar su deterioro o su desaparición, como ocurrió en septiembre del año 2017, con el busto del prócer Atanasio Girardot, cortado de su pedestal, cerca al Museo de Antioquia, y recuperado gracias al aviso de la ciudadanía.

La Oriental sin pirámides La Oriental también hace parte de los planes que marchan para el centro. Las famosas pirámides, decoradas con colores llamativos y ubicadas en la mitad del separador de la avenida Oriental, origen de debates, incluso, años después de construidas, fueron instaladas en la Administración de Sergio Fajardo en el 2007. Hoy, 10 años después, serán removidas, para

darles paso a los nuevos 308 árboles que se plantarán en su lugar. La razón por la cual se construyeron las pirámides, fue para disminuir el número de muertes de personas que cruzaban La Oriental, por zonas diferentes a las cebras; con estas se imponía una especie de barrera, que los peatones no podían saltar y se veían en la obligación de cruzar por las esquinas. Según los antecedentes, el número de accidentes disminuyó y las personas tomaron conciencia sobre el tema. Sin embargo, el territorio desocupado por peatones imprudentes, quedó a merced de quienes hicieron de estas estructuras dormitorios y baños. Además, la necesidad de La Oriental es otra. Las pirámides, por el tipo de material del cual están hechas, se calientan con el sol y sus plataformas aumentan el calor en el sector, restaurarlas es mucho más costoso que retirarlas. Por eso, en su lugar se plantarán árboles, para mejorar la calidad del aire y disminuir la contaminación de la zona.

El lugar del reencuentro

El centro es un punto de encuentro que nunca cierra, es el lugar en donde: la historia, la diversidad, el patrimonio, la sociedad, la cultura, el presente y el futuro se reúnen; es el sitio que se llena de vida con cada transeúnte, parque, edificio y escultura. Con este lugar, la ciudad empezó a crecer, la vida civil, las historias, la cultura, la política, el Estado, la institucionalidad y la comunidad, conviven a diario. En términos concretos, es el gran motor de la economía y el comercio en la ciudad: con 22 500 establecimientos y empresas repartidas por toda la comuna 10; con 12 iglesias, de las cuales algunas son parte del patrimonio; con parques históricos, como los de Bolívar, Boston, la Plaza del Obrero, entre otros. Es además, el sector con el mayor número de universidades reunidas, en un mismo barrio. “¿Cómo no darle la mayor importancia a ese centro fundacional?”, se cuestiona la gerente, Pilar Velilla. Es el lugar por donde 1 200 000 personas transitan a diario, según estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), también es el sector en donde habita el 6 % de la población de Medellín. Ante los problemas en materia de movilidad, contaminación, espacio público y seguridad, con este plan de intervención, la Alcaldía tiene una tarea llena de expectativas por parte de la ciudadanía, que también será clave para devolverle a la zona su Los cambios buscan convertir al Centro en un espacio para caminar. Las experiencias de Junín y Carabobo, sirven como referencia. Foto: Yuri Paulina Morelos Morelo. verdadero valor.


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Ante el debate nacional

VACUNA CONTRA EL VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO, MITOS Y REALIDADES Sara María Arboleda Castrillón / sara.arboleda@upb.edu.co

En Colombia, según el Ministerio de Salud, el 36.4 % de cada 100 000 mujeres, sufre de cáncer de cuello uterino (CCU), enfermedad que es causada, en un 100 %, por el virus del papiloma humano (VPH); además, es el origen, en un 90 %, de los casos de cáncer anal, en un 40 % de los de cáncer de órganos genitales externos (vulva, vagina y pene), y al menos en un 12 %, de los de garganta o faringe. A mediados de mayo del año 2014, se presentaron los casos de las más de 500 niñas del Carmen de Bolívar, que acudieron a urgencias con síntomas que variaban entre: dolor de cabeza, taquicardia, dificultad para respirar, adormecimiento de algunas extremidades y desmayos. Entre las dudas que dejaba el servicio de salud en el municipio y el despliegue mediático que tuvo la situación, se configuró un drama, atribuido a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), con la que algunas de estas niñas habían sido vacunadas semanas antes. El virus del papiloma humano se define como una infección que se aloja, principalmente, en el área genital (vagina, cuello uterino, ano, recto y escroto), en la boca y la garganta. Es transmitida por contacto sexual (la vía más común), por transfusión de sangre o por el uso de agujas contaminadas con el virus, considerado común, y en algunos casos, inofensivo; sin embargo, es la principal causa del cáncer de cuello uterino. Estudios del Instituto Nacional de Cancerología de México, ubican los primeros casos en el año de 1950, detectados con microscopio electrónico, sobre los papilomas de piel. En la misma investigación, se asegura que, del total de las personas activas sexualmente en el mundo, el 50 % se infectará a lo largo de su vida, al menos una vez, con el VPH. Según Lina María Trujillo Sánchez, ginecóloga oncóloga , gerente en salud pública del Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá, el cáncer de cuello uterino es la enfermedad por la cual mueren más mujeres en Colombia. El País de Cali reportó recientemente que: “2 000 mujeres, en Colombia, mueren cada año, a causa del cáncer de cuello uterino; en el mundo la cifra alcanza a los 500 000 casos”. Trujillo afirma que, una mujer contagiada y con tratamientos médicos, puede vivir cinco años más, en promedio. En Colombia se adelantaron jornadas para que, mediante la vacunación contra el VPH, más mujeres pudieran disminuir en un 70 %, como mínimo, el riesgo de cáncer. Las investigaciones científicas no demostraron que la situación de las niñas de El Carmen de Bolívar fuera ocasionada por la vacuna pues, entre las afectadas por los síntomas, había personas no vacunadas. El Ministerio de Salud afirmó que las niñas, sí estaban sufriendo una enfermedad, pero no a causa de la vacuna. Según indicó la entidad, existieron, en el momento, otras

variables que pudieron ser causa de las afecciones. Entre las hipótesis está una posible intoxicación por pesticidas, en cultivos cercanos a los colegios de la zona; una intoxicación por mercurio e incluso, un evento psicogénico masivo. En Colombia, los hechos ocasionaron bajas en el índice de vacunación contra el VPH, según cifras del Ministerio, citadas recientemente por El Tiempo: “en el 2016 la cobertura de la vacuna contra el VPH fue de tan solo el 16 %, cuando años atrás, esta cifra llegaba al 96 %”. Profesionales del sector de la salud consideran que han surgido mitos frente a la vacuna, que es necesario aclararlos. La doctora Lina María Trujillo, junto al doctor René Pareja Franco, quien también es ginecólogo y oncólogo, y hace parte del Instituto Nacional de Cancerología, expusieron sus puntos de vista, en un foro académico y científico en la Universidad Pontificia Bolivariana: Frente a la vacunación de niñas, cuya edad se considera baja para el riesgo de VPH, la doctora Trujillo responde: “Se contagia en el principio de la vida sexual de la mujer y además, el 42,5 % de las niñas, entre 15 y 19 años, que iniciaron su vida sexual tienen el virus del papiloma humano. La vacuna no previene el cáncer de cuello uterino”, señalan algunos detractores, según cita la médico, quien afirma: “Sí previene el cáncer, se quita la posibilidad de cáncer de cuello uterino en un 70 %, con las vacunas tradicionales contra el virus; y en un 90 %, con las nuevas generaciones de vacunas. “A los hombres no les da”, señala otro de los considerados mitos por la doctora Lina María, quien responde: “A los hombres, por causa del VPH, les dan verrugas en el pene” y explica que el síntoma se relaciona con el cáncer de pene y de próstata. Además, afirma que si los hombres se vacunaran, sería mayor la eficiencia a gran escala, porque como ellos son portadores del virus, al vacunarse, estarían protegiendo a las mujeres de contraer la enfermedad. A su turno, el doctor René Pareja responde a la afirmación, según la cual el cáncer se puede detectar con la citología: La citología detecta el 50 % de lo que una mujer pueda tener al exterior o interior de sus órganos genitales. Es necesario una prueba de tamizaje, un test para VPH, con esta sí se puede detectar en un 100 % el cáncer de cuello uterino. La doctora Trujillo cuenta que, al revisar la literatura sobre la llegada de la vacunación a América, pudo darse cuenta de que:

Los médicos subrayan la importancia de la vacunación como factor preventivo del cáncer de cuello uterino. Foto: Sara María Arboleda Castrillón.

Tenemos los mismos temores, el personal de salud sigue actuando de la misma forma, simplemente que han pasado 300 años. Antes era la viruela, la gente que es muy joven no tiene idea sobre qué era eso, gracias a Dios, eso ya no existe y no existe gracias a la vacunación. Las confusiones, representadas en casos como el de El Carmen de Bolívar, derivan en otras situaciones, en este caso, en el aumento de las enfermedades que se derivan del VPH: el cáncer vulvar y vaginal, cáncer anal, verrugas genitales, cáncer de boca y garganta. El doctor Pareja opina que: “Los medios de comunicación nos tapan lo que debemos ver y nos ponen lo que tenemos que ver, según ellos”. En su exposición mostró imágenes que registraban los desmayos en Bolívar, y explicaba: “Aquí vemos una niña desmayada, llevada por su padre, sin tono, sin sentido, pero le alcanza para taparse la carita a la niña, pero está desmayada y va para que la atiendan en urgencias. Nos muestran esta otra niña, sin sentido, y cuando uno pierde el sentido, pierde el tono muscular, y cuando pierde el tono muscular, está flácido y no está tenso, así como está esta niña, como una tabla, ni tiene tenso su codo, pero salió en los medios de comunicación”. Según Pareja, tales versiones de prensa estaban sustentadas en opiniones de personas inexpertas, sin mayor sustento investigativo. Afirma que él ha visto morir a muchas pacientes, a causa del cáncer de cuello uterino, ante lo cual, “prevenir es mejor que curar”, dice. Desde el año 2012, el Ministerio de Salud publicó los lineamientos de

vacunación, que explican en detalle la enfermedad y toda la información acerca de la vacuna contra el VPH. El público objeto de vacunación, en la primera fase, según la entidad, son las niñas de cuarto grado de Básica Primaria, de nueve años y más, con el objetivo de vacunar el 80 % de la población seleccionada. Para lo anterior, existen varios tipos de vacunas que son: Gardasil, Gardasil 9 y Cervarix. Gardasil es una vacuna recombinante tetravalente, es decir, que combate los tipos de virus 6, 11, 16 y 18. Los médicos mencionados, las organizaciones como el Ministerio de Salud de Colombia, varias EPS, la Asociación Colombiana de Infectología (Acin), el Instituto Nacional de Cancerología, entre otras organizaciones, están promoviendo la vacunación contra el virus del papiloma humano, pues el cáncer que genera es silencioso, tiene un tratamiento costoso y, como se mencionaba anteriormente, con un índice de supervivencia bastante bajo. Se encuentra que, la vacuna sería la solución, para disminuir las muertes por causa del cáncer de cuello uterino en el país.

“A los hombres no les da”, señala otro de los considerados mitos por la doctora Lina María, quien responde: “A los hombres, por causa del VPH, les dan verrugas en el pene”


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Con el antecedente del paro de pilotos

PREGUNTAS SOBRE UN SERVICIO PÚBLICO ESENCIAL Felipe Pérez Saffon / felipe.perez@upb.edu.co

14 000 vuelos cancelados, 420 000 pasajeros sin transportar, y más de 13 000 millones de pesos en pérdidas para los hoteleros del país. Estas son algunas de las cifras que deja el paro de pilotos de Avianca, después de 51 días en huelga, los cuales terminaron el lunes 13 de noviembre, con el retorno de cerca de 500 pilotos a sus labores. El concepto jurídico, que indicaba que este era un servicio público esencial, fue determinante. Notas sobre las implicaciones de esa etiqueta. Según cifras de la Aeronáutica Civil, con el paro de pilotos más largo en la historia de la industria aeronáutica mundial, el precio de los vuelos en el país alcanzó un sobrecosto cercano al 200 %, afectando a miles de colombianos, quienes se vieron obligados a desistir de sus viajes, o a pagar tiquetes por más de un millón de pesos, en rutas que normalmente tienen un valor de 300 000 pesos. El lío entre los pilotos y Avianca no puso solamente en jaque al país, sino que tiene metido a más de uno en un enredo jurídico, del cual todavía no hemos podido salir. En primera instancia, y en concordancia con las razones expuestas por Avianca y el Ministerio de Trabajo, el Tribunal Superior de Bogotá manifestó: “Bajo las premisas constitucionales legales y jurisprudenciales, y acorde con el control de convencionalidad, emerge incuestionablemente afirmar que (Avianca) presta un servicio público de carácter esencial y en consecuencia le está vedado a sus trabajadores desarrollar la huelga que vienen realizando desde el 20 de septiembre de los corrientes, por lo que en acatamiento a la Constitución, a la ley colombiana, se debe declarar la ilegalidad de la cesación de actividades”. Con el fallo del Tribunal Superior de Bogotá, Avianca había logrado que el paro fuera calificado de ilegal y los pilotos tuvieran que retornar a sus actividades; sin embargo, estos últimos apelaron la decisión, por lo que ahora el caso se está estudiando en la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, que tendrá la última palabra. Pero entonces surge acá la duda de muchos colombianos, frente a si el transporte aéreo de compañías como Avianca, es realmente, o no, un servicio público esencial. Según la Corte Constitucional, en la Sentencia C – 450 de 1995: El carácter esencial de un servicio público se predica cuando las actividades que lo conforman contribuyen de modo directo y concreto a la protección de bienes o a la satisfacción de intereses o a la realización de valores, ligados con el respeto, vigencia, ejercicio y efectividad de los derechos y libertades fundamentales, ello es así, en razón de la preeminencia que se reconoce a los derechos fundamentales de la perso-

na y de las garantías dispuestas para su amparo, con el fin de asegurar su respeto y efectividad. Así pues, y con el paso de los años, en Colombia han entrado a esta categoría de servicio público varias actividades, entre las que se encuentran: “Las empresas de transporte: por tierra, agua y aire; y de acueducto, energía eléctrica y telecomunicaciones”. Según esto, efectivamente Avianca, o cualquier otra Las conversaciones con el Ministerio de Trabajo no fueron fructíferas. La Defensoría aerolínea que preste sus del Pueblo acompañó como garante el levantamiento del paro de pilotos sindicalizados servicios en el país, pueen ACDAC. Foto: Ministerio del Trabajo. de considerar su actividad como un servicio esencial, para el correcto funcionamiento de este. Pero quedan dudas sobre el papel del Estado, como ente regulador de un servicio de esta categoría, ante situaciones como el aumento de los precios durante la huelga, a niveles que tocaron el 200 %, o el En el artículo 56 de la Constitución Política de Colomhecho de que una sola empresa maneje más del 50 % bia se señala que: “Se garantiza el derecho de huelga, del mercado nacional del transporte aéreo de pasajeros. salvo en los servicios públicos esenciales”. De esta maMaría Helena Restrepo, abogada comercial, nera, los trabajadores tienen derecho a manifestarse manifiesta que como servicio público, el Estado, se su- cuando crean que es necesario para hacer valer sus pone, debe tener potestad para regular sus precios y derechos o para mejorar su calidad de vida. Cuando comenzó la huelga de pilotos de Avianvelar porque, en ningún momento, los ciudadanos se vean afectados por la falta de este o, porque el acceso ca, la empresa alegó que el servicio que presta es un se vuelva difícil. Según esta abogada, en el caso del servicio público esencial y que por esto los trabajadotransporte, ya sea por mar, tierra o aire, no ha existi- res no podían salir a huelga, pues iban en contravía de do una regulación constante, salvo en contadas oca- la Carta Magna. Al estar vinculado con un derecho funsiones; lo que ha perjudicado en muchos casos a los damental, la prestación del servicio adquiere primacía usuarios, pues tienen que soportar alzas en los precios sobre otras situaciones de garantías, entre estas, el sin justificación, los largos trayectos y las esperas, e derecho a la huelga. Una confirmación del servicio de transporte incluso, la falta de conexiones en el territorio nacional, pues hay ocasiones en las que los privados no quieren aéreo como servicio público esencial, probablemente afectará a miles de trabajadores de empresas similacubrir ciertas rutas. De esta manera, Restrepo afirma que, aunque res, o del mismo sector económico. María Clara Mesa, responde que: la Constitución sí plantea que el transporte aéreo, La declaración ilegal del paro sienta un prececomo el de Avianca, pueda ser considerado como un servicio público, el Gobierno realmente hace poco, o dente, que puede llegar a ser muy nocivo, pues cualnada, respecto a esta categoría; mientras que, con la quier paro que hagan unos trabajadores, que presten prestación de salud, o incluso, con todo lo que tiene un servicio que tenga unas implicaciones económicas que ver con el proceso de explotación de hidrocarbu- para el país, entonces puede ser declarado servicio púros, sí ha entrado en muchas ocasiones a proteger a blico esencial. los usuarios, quienes finalmente representan al constituyente primario. Por otra parte, Andrea Sosa, abogada comercial, explica que aunque el transporte sí es efectivamente un servicio público, no puede considerarse Las cartas están sobre la mesa y los trabajadores, como esencial pues, como dice la Constitución, estos miles de ellos sin saberlo, resultarán afectados por están ligados directamente con un derecho funda- el concepto de la Corte Suprema de Justicia. Resulta mental como la vida, y la movilidad no es uno de estos. necesario hacer una relación de los servicios públicos Con lo que expresa Sosa, concuerda María Clara Mesa, esenciales y la cantidad de empresas que se relacioabogada especialista en derecho administrativo, quien nan con ellos. Así las cosas, aunque el paro se haya agrega además que vincular la movilidad con un dere- acabado y los pilotos retornen a sus puestos de trabacho fundamental sería algo muy “retorcido”, por parte jo, las repercusiones de este cese pueden ser mayores a las calculadas, e ir más allá del sector aéreo. de la Corte Suprema de Justicia.

Y los trabajadores, ¿qué?

Lo que se espera

Los pilotos vinculados a la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles, ACDAC, se manifestaron ante el Tribunal Superior de Cundinamarca en las diligencias jurídicas sobre su proceso de huelga. Foto: Central Unitaria de Trabajadores.


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En Medellín

PILAS CON LOS RESIDUOS Juan Pablo Patiño Osorio / juan.patinoo@upb.edu.co

Medellín se está poniendo al día con la Resolución 754 de 2014, en la que se obliga a todos los municipios del país a incorporar en sus planes de desarrollo, el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS). En el segundo semestre del presente año, la ciudad tiene un avance de un 60 %, según lo planeado para este 2017. Es una inversión de más de veinticuatro mil millones de pesos, que pretende ejecutarse en los próximos diez años. La ruta que se dispone a recorrer la ciudad consiste en 15 programas que se ejecutarán entre los años 2016 y 2027. El objetivo del PGIRS en Medellín es: brindar un mejoramiento en los servicios públicos de saneamiento, aprovechar mejor los residuos sólidos, formalizar la labor del reciclador, por medio de proyectos de inclusión y, por último, crear una cultura ambiental en la ciudad, con programas educativos y comparendos ambientales. Dora Elena Gaviria, docente investigadora del Colegio Mayor de Antioquia habla sobre una investigación realizada en el año 2016, con recursos de la Alcaldía de Medellín, por un valor de 25 275 108 pesos: “El reto que tiene la ciudad es impresionante: ya han sido varias veces que hemos sido galardonados con el vergonzoso primer puesto a la ciudad más contaminada del país, y con justa razón, a las continuas emergencias por la calidad del aire, se suman los 110 puntos críticos que encontramos en un estudio que hizo la Universidad (Colegio Mayor de Antioquia). En estos lugares se producen diariamente 310 metros cúbicos de residuos sólidos, que van directamente al relleno sanitario, sin ningún tipo de aprovechamiento”. Tan pronto se identificaron los puntos críticos, la Administración municipal procedió con la recuperación de estas zonas, con 22 intervenciones, desde septiembre hasta diciembre del año 2016; en sectores diversos, entre los que se encuentran: Aranjuez, Carlos E. Restrepo, la nueva Villa de Aburrá,

En la UPB se adelantan planes de gestión de residuos que contemplan el pleno aprovechamiento de los mismos. Aquí la separación de materia orgánica producto de la jardinería. Foto: Juan Pablo Patiño Osorio.

Castilla, San Antonio, Bolívar, Carabobo y la misma Alpujarra, sede del gobierno local, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente. La inversión para la recuperación de estos sectores fue de 521 063 000 pesos. Aunque los esfuerzos de la Administración fueron notables, por darle una nueva imagen a estos lugares, la

OTROS PLAZOS QUE SE AGOTAN Según la Secretaría de Medio Ambiente, durante los años 2016 y 2017, se realizaron dos talleres reflexivos sobre buenas prácticas ambientales, en los cuales participaron 120 personas; estos talleres tuvieron un valor de 27 862 636 pesos. Si bien, desde el año 2009, con el lanzamiento del Sistema Integral de Gestión Ambiental Municipal (SIGAM), se viene hablando de un plan municipal, que procure el buen manejo de los residuos sólidos, solo hasta el año pasado se empezaron a ejecutar la medidas, y eso porque es obligatorio. Este año está finalizando y solo llevamos un 60 %, ¿alcanzaremos a cumplir con lo previsto para este año? La ciudad está avanzando de manera lenta en el cumplimiento del PGIRS. El plazo es hasta el 2027, esperemos que se pueda cumplir, puntualizó Elizabeth Carvajal.

falta de cultura ciudadana, no permitió que la mayoría de estos permanecieran limpios. Así lo aseguró Julio César Lara, funcionario de la Secretaría de Medio Ambiente: Cometimos un error al entrar e intervenir esos lugares, sin antes hacer una pedagogía con la comunidad. Para obtener resultados serios, se tiene que tener una cultura ciudadana sólida, necesitamos que la gente se apropie de estos lugares, se concientice de lo importante que es la protección del medio ambiente. Al respecto, Elizabeth Carvajal, docente de la Universidad Nacional, se pronunció: Es ilógico que la Alcaldía, en primera instancia, haya desperdiciado más de quinientos millones de pesos. Siempre, en todos los proyectos, tiene que haber un acercamiento a la comunidad, pues es a la que se tiene que educar, para que el proyecto pueda perdurar en el tiempo. La Administración municipal comprendió que, antes de realizar cualquier acción material, tenía que haber un proceso pedagógico y educativo previo; por eso en la actualización del PGIRS, para el 2017, se incluyó un contrato por un valor de 599 760 829

pesos, cuyo objetivo es contribuir a la consolidación de una cultura ambiental, mediante procesos educativos, buenas prácticas y otras iniciativas ciudadanas, que se traduzcan en actitudes y valores para el cuidado y protección del ambiente. De este modo, se espera identificar y vincular a la comunidad en el manejo de las problemáticas ambientales. Esta inversión aún se encuentra en estudio, se espera que en los próximos meses se defina cuál organización será la encargada de administrar esos recursos y liderar el proyecto pedagógico. Otro de los programas tiene como fin aumentar el aprovechamiento de residuos sólidos, la meta, según datos publicados por el diario ADN, que citaban a la Alcaldía, establecían como meta aprovechar el 27 % de los residuos de la ciudad. Para Elizabeth Carvajal: Esa cifra sigue siendo muy bajita, si la comparamos con países desarrollados. A pesar de todo, es un buen avance, no es una meta difícil de alcanzar. Hace tres años en el área metropolitana, solo había un promedio del 9 % de reciclaje en nuestros hogares. La Alcaldía le va a apostar al cumplimiento de esta cifra y, quizás, llegar a superarla; pretende crear alianzas con empresas privadas, que se dediquen al


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EN OTROS TERRITORIOS El panorama de Medellín no es tan desolador. Itagüí no tiene aprobado su PGIRS; aún no ha empezado. Así lo hizo saber el secretario de Medio Ambiente, Carlos Andrés Mieles, al responder por escrito a una solicitud de información de Contexto:

La aplicación del nuevo Código de Policía no ha disminuido lo suficiente focos de basura en los barrios de Medellín. Foto: Juan Pablo Patiño Osorio.

sector del reciclaje, ayudarlas a crecer. Para lograr este objetivo es clave la ayuda del reciclador, por eso, estar aliados con ellos, resulta esencial, y precisamente, este es otro de los frentes del PGIRS en Medellín: crear un programa que permita la inclusión de los recicladores y se les dé el reconocimiento en la vida laboral y social, mediante apoyo administrativo, técnico y financiero. Y, así, aseguró Julio César Lara: Si oficializamos el servicio que prestan nuestros recicladores, estaremos generándoles mejores condiciones de vida a ellos y sus familias; con este mejoramiento va a aumentar la calidad y cantidad de residuos recolectados y en un futuro, todos los recicladores estarán debidamente agremiados. En el año 2013, la Secretaría de Medio Ambiente realizó un censo que indicó que, en Medellín, en ese entonces, había 3 662 recicladores, de los cuales, 1 787 estaban agremiados o pertenecían a una empresa. Ahora, se realizó una inversión, en conjunto con la Secretaría de Familia, de 47 440 221 pesos, para identificar, nuevamente, el número de recicladores que hay en la ciudad. Una vez se conozca cuántos hay, estos trabajadores serán agremiados, de manera voluntaria, a un centro de acopio cercano al lugar donde suelen hacer sus rutas de recolección selectiva. La Secretaría de Medio Ambiente ofrecerá un apoyo de 47 857 143 pesos, que será dividido entre todos los centros de acopio.

Agregó Carvajal: Precisamente, este es un esfuerzo que está haciendo hoy la Alcaldía para formalizar ese empleo, oficio que ha sido rezagado y discriminado por muchos sectores, que veían al reciclador como un agente que no aportaba a la dinamización de la economía. Hoy las cosas han cambiado y lo que se pretende, es que el reciclador pase de ser un trabajado informal, a uno formal, con todas las prestaciones y beneficios que garantiza la ley para cualquier trabajador. Por último, está el programa de disposición final de los residuos sólidos, con este se pretende buscar alternativas para una disposición final más técnica. Este programa está dividido en tres momentos: el primero, un contrato por 670 558 607 pesos, suscrito con la Universidad de Antioquia, que realizará estudios, para la identificación y selección de sitios, para la disposición final y contingencia; el segundo, será la instalación de una mesa de trabajo que lidere el programa; y el tercero, será la ejecución de los resultados entregados por la U. de A. Aún no se ha definido un presupuesto para estas dos últimas etapas del programa. Concluye Carvajal: Hoy, el relleno sanitario de La Pradera tiene una vida útil hasta el año 2020, pero si se lleva a cabalidad todo lo que está planteado en el PGIRS, se podría prolongar su vida, hasta por cinco años más; y así evitar su expansión, o afectar a otro municipio.

La separación de residuos permite el aprovechamiento de materiales reciclables, mediante su comercialización. Este es el centro de acopio de estos objetos en la UPB. Foto: Juan Pablo Patiño Osorio.

“Si bien es cierto, en el mes de diciembre del año 2015 se realizó la actualización de este documento, se observó que no estaba contemplada la metodología establecida por el Ministerio, basada en la Resolución 0752 de 2014. Por lo cual, a través del comité técnico, se determinó revisar y ajustar el plan, de tal forma que cumpliera con la normatividad. A la fecha, este documento se encuentra en la fase final de revisión y en las próximas semanas se tiene programado para presentarlo al comité técnico para su aprobación, y a su vez, al grupo coordinado”. En contraste, en el municipio de La Unión, en el oriente antioqueño, la comunidad aprendió a manejar los residuos sólidos, convertidos en fuente de empleo, mediante el proyecto de Manejo Integral de Residuos Sólidos (MIRS), iniciativa que comenzó desde hace ocho años, en convenio con Cornare, autoridad ambiental del oriente antioqueño. Sandra Milena Álvarez, secretaria ambiental de ese municipio, definió la implementación del MIRS en tres partes: “Primero hubo una concientización y educación con las comunidades. Cuando el MIRS arrancó, no podíamos ir a decirles a los habitantes del pueblo que tenían que separar los residuos sólidos por ley, o que si no, podrían tener sanciones económicas”. Cuenta Álvarez que los funcionarios acudieron a las instituciones educativas y con obras de teatro, explicaron el impacto de acciones sencillas, como el reciclaje, frente al deterioro del planeta. Enseñaron a separar los residuos por canecas, que en ese municipio son tres. La idea de ir primero a los colegios, era con el fin de que los niños y jóvenes contarán en sus casas el trabajo que se estaba haciendo, y para que cuando recibieran las visitas de los asesores, nada los tomara por sorpresa, que ya tuvieran un contexto y motivación, para que los niños promovieran el mismo ejercicio en sus casas. Puerta a puerta, se explicaron los métodos de separación y se despejaron las dudas sobre la recolección. Así se hizo la implementación, al llevar los residuos inservibles directamente al relleno sanitario, los elementos orgánicos son convertidos en abono, que se vende a un precio muy accesible a los cultivadores locales; y el material reciclable es vendido a una empresa enfocada en la reutilización de estos. Los ingresos del proyecto retornan para seguir implementando el modelo. A la par, multas y reconocimientos fueron aplicables a la cuenta de servicios, estimulando el compromiso de los pobladores.


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Perspectivas sobre la adopción en Colombia (I)

“NO SOY EL ABOGADO DE LOS HUÉRFANOS O LOS HOMOSEXUALES”: SERGIO ESTRADA James Estiven Alzate / james.alzate@upb.edu.co

Titulares de toda índole. Preguntas sobre su condición sexual. Críticas de sectores políticos. Acusaciones sobre presuntos vínculos con las negociaciones de paz en Cuba y la llamada ideología de género. Eso y mucho más, tuvo que vivir Sergio Estrada, el abogado que llevó a que la Corte Constitucional permitiera la adopción igualitaria en Colombia, en los primeros días del mes de noviembre del año 2015. Viviane Morales y Carlos Alonso Lucio buscaron, por medio de un referendo, la prohibición a parejas homosexuales de adoptar un hijo, esto ocurrió en el año de 2016. Hoy, Alejandro Ordóñez, precandidato presidencial, es uno de los mayores opositores a la adopción homoparental en el país. Y el debate sigue ahí, a veces, más como un asunto de votos, que social y político, en todo el sentido del término. Sergio Estrada Vélez es abogado de la Universidad de Antioquia, docente de algunas facultades de Derecho en Medellín y director del Centro Colombiano de Estudios Constitucionales (CECEC). Él, junto a un grupo de 12 estudiantes, adelantó la demanda a los artículos 64, 66 y 68 de la Ley 1098 de 2006. ¿Por qué adelantan esa iniciativa? Se resume al compromiso que debe tener la academia en la generación de cambios sociales, una academia acrítica no le aporta a la sociedad y le hace daño a la misma. En agosto de 2009 la revista Semana publicó una noticia titulada: Colombia país de huérfanos. Leyendo esa noticia, ese informe me llamó la atención, las cifras tan altas de niños abandonados en Colombia, y en ese número de niños abandonados, hay un gran número de niños huérfanos. ¿Qué repercusiones trajo para usted el fallo de la Corte? Las repercusiones fueron dos: sociales y personales. Las primeras, fueron evidentes, cuando uno escucha que hubo un fallo histórico y que uno hizo parte de ese fallo, es bueno. Pero vemos cómo el esfuerzo político va por otro lado a la acción que presentamos. A nivel personal, una emoción dividida, entre una gran satisfacción y un gran desasosiego, el trabajo quedó a mitad de camino y no hemos tenido el apoyo para seguir promoviendo políticas públicas que ayuden a la adopción. Y la satisfacción profesional, una reflexión desde la academia se tradujo en la solución de problemáticas sociales. La tesis que ustedes defendieron fue: se está violentando un derecho fundamental de los niños y no se le está entregando un acceso a las parejas homoparentales. Son las dos caras de una misma moneda, socialmente siempre se ha manejado el tema desde una cara. La acción tenía un norte muy preciso: la protección de los derechos fundamentales de los niños, pero la adopción era inherente a esa protección, eso no se ha podido entender. En el 2015, la Corte falla y nos da la razón: en atención a la necesidad de proteger los derechos fundamentales de los niños, hay que aceptar la adopción homoparental, porque es un mecanismo de protección de ese derecho fundamental. Argumentos morales, o argumentos mayoritarios, no pueden socavar la protección de esos derechos fundamentales. Los medios se centraron en el tema de los homosexuales y descuidaron el objeto de principal interés: la protección de los niños.

¿Qué pasó después del fallo de la Corte Constitucional en el año 2015? Hay un avance en el reconocimiento de los derechos, pero un sector de la sociedad se opone al fallo, y la democracia así lo permite, el debate siempre debe ser promovido, nosotros no nos oponemos a ello, nos oponemos al desconocimiento, a la manipulación de la ciudadanía que no conoce bien el tema. Un sector político lideró un referéndum para prohibir la adopción, el proyecto avanzó pero desEl abogado, docente y director del Centro Colombiano de Estudios Constitucionales, Sergio pués se hundió. (Estaban) desinformados los líderes Estrada Vélez, sostiene que en el debate de la adopción para parejas homoparentales hubo desconocimiento tanto de partidarios como contradictores. Foto: Cortesía. de ese referéndum porque en sus intervenciones en prensa y en debates, era claro que no habían leído la acción, toda la discusión la centraron en los homosexuales y siempre afirmaron que querían proteger a los niños. ¿Proteger a los niños de qué? Protegerlos de que no tuviesen la familia “idónea”, pero eso no es un limitante, en tanto que no hay un amor heterosexual más idóneo que un amor homosexual. El amor no es un asunto de género. El debate sobre la adopción homoparental cobra vigencia cada cierto tiempo, ¿cree que se está utilizando como plataforma política? En un sistema democrático se deben respetar todas las expresiones políticas, lo que queremos no es juzgar, sino ser mediadores y ser proponentes de reflexiones que ayuden a la solución de los problemas. A mí me preocupa cualquier posición de izquierda, o de derecha, que vaya en contra de los derechos fundamentales, de resto no. Y ese proselitismo moral es muy común, con el objeto de cautivar electores sin ninguna responsabilidad política. Si el debate se centra en dos líneas: derechos fundamentales de los niños y adopción por parejas del mismo sexo, ¿usted fue el abogado de qué causa? Soy el abogado de la sociedad, soy el abogado de la democracia. No lidero ninguna bandera, no soy el abogado de los huérfanos o los homosexuales, soy el abogado de quien requiera la protección de sus derechos fundamentales, independiente de su condición política y social. A mí me preguntaron por mi condición sexual, como si fuese más importante mi género que el trabajo por la defensa de los derechos fundamentales.

Estrada Vélez sostiene que faltan políticas públicas que llenen vacíos persistentes en materia de adopción.

¿Realmente ha funcionado la adopción homoparental para proteger a los niños de la orfandad? No hay registros precisos de cuántas parejas homosexuales han adoptado, pero también es interesante lo que pasó después de la sentencia, creíamos que muchas parejas iban a adoptar, pero hay otra realidad. La solución de la orfandad no está en manos de los homosexuales, pero si un solo niño puede acceder a una pareja homoparental, justifica el trabajo de seis años, porque es mejor un niño en un núcleo familiar que en una institución del Estado. El elemento no puede ser cuantitativo. Se han presentado algunos trámites, que son los mismos para las parejas heterosexuales. La gran expectativa era promover e incentivar la adopción, con políticas públicas encaminadas para que en Colombia desaparezca la orfandad. En ese orden de ideas, ¿se cumplió el objetivo que tenían con esta acción ante la Corte? El objetivo no se cumplió de ninguna manera. Las razones: falta de voluntad política, social y académica. Ha sido frustrante saber que eso que se promovió, no se ha podido hacer; la sociedad y los medios tergiversaron el norte que nosotros teníamos. La información se centró en los derechos de la comunidad LGTBI y no en los niños .


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Perspectivas sobre la adopción en Colombia (II)

“PARA LOS NIÑOS ES IMPORTANTE QUE SE PREOCUPEN POR ELLOS”: LUZ MARINA ESTRADA James Estiven Alzate Ramírez / james.alzate@upb.edu.co

En Colombia, algunos menores de edad nunca disfrutan de una familia, se convierten en los hijos del Estado. Estos menores se conocen como niños, niñas y adolescentes de difícil adopción o de características especiales. Según datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), durante el año 2016, ingresaron 48 118 niños, niñas y adolescentes, en el Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos (PARD); ese mismo año, fueron adoptados 1 181 niños, de los cuales, 592 tenían características especiales. Al 30 de junio del año 2017, en Colombia se han adoptado 599 niños, entre ellos, 321 de características especiales; aún quedan 1 404 familias (1 118 en el exterior y 286 colombianas), a la espera de poder adoptar. Luz Marina Estrada es abogada, especialista en Derecho de Familia y defensora de familia, con funciones de secretaria del Comité de Adopciones de la Regional Antioquia del ICBF, dentro de sus funciones está determinar cuáles niños serán adoptados y cuál será la familia que los adoptará. ¿Cómo funciona el proceso de adopción en Colombia? Los niños entran a la protección del ICBF, a esos niños se les hace el PARD, que es adelantado por los defensores de familia o por los comisarios de familia, de acuerdo con la Ley de Infancia y Adolescencia. En ese proceso se declaran los niños en situación de adoptabilidad, esa declaratoria es competencia del defensor de familia, o de los jueces de familia, cuando el defensor de familia no resuelve el hecho, según lo establecido por la ley. Dentro de esos procesos se practican unas pruebas documentales y testimoniales, por parte de un comité interdisciplinario: trabajo social, psicología, nutrición y finalmente, con base en esas pruebas, esos niños son declarados en situación de adoptabilidad. Garantizándole a la familia biológica sus derechos, porque se cree que el ICBF es muy laxo, al separar los niños de sus familias, pero no, hay unos motivos y un procedimiento. ¿Cuáles son esos motivos para que un niño entre en el PARD? Hay varios motivos, casi siempre, los niños llegan remitidos desde que nacen porque en el hospital detectan que pueden tener un riesgo dentro de su familia. Esos niños son reportados al ICBF, para que el ICBF tome decisiones alrededor de la vulneración de derechos de esos niños. Cualquier cosa que atente contra el bienestar del niño, o que vulnere sus derechos, es motivo para que ingresen en el PARD.

¿Y cómo es el proceso con las familias biológicas? Se les garantiza el derecho a la defensa, a la contradicción de las pruebas que presente el ICBF. Apenas se tiene la plena certeza de que la familia biológica no es garante de los derechos para ese niño, entonces la autoridad administrativa declara al niño en condición de adoptabilidad, esa decisión se inscribe en la oficina de registro, donde está inscrito el niño y el equipo interdisciplinario elabora un documento, que se llama informe integral; y luego remiten el proceso al comité de adopciones, con el fin de que se asigne una familia adoptante para ese niño. ¿Qué sucede dentro de ese comité? Es la otra parte del proceso de adopción, aquí también llegan los trámites de las familias que pretenden adoptar a nuestros niños. A esas familias se les hacen unas visitas, unas pruebas psicotécnicas, unos talleres, se les solicitan unos documentos para acreditar su parte económica, familiar, laboral y social; y ya, con todos esos informes, nosotros en el comité de adopciones le otorgamos idoneidad física, mental, social y moral a esas familias, y las aprobamos para que hagan parte de la lista de espera de las familias que pretenden adoptar. Ahí se hace un cruce de perfiles. ¿Cómo así que un cruce de perfiles? ¿Ahí se escoge una familia para el niño o la familia escoge al niño que quiere adoptar? A nosotros nos llega un perfil muy claro de qué quiere la familia, y se hace un cruce, con base en unos lineamientos técnicos del programa de adopciones, que incluye varias variables. El perfil del niño es el que se acomoda al perfil de la familia. El margen de error en ese cruce es casi nulo, siempre se prioriza el perfil del niño, de acuerdo a sus gustos, sus vivencias y sus necesidades. Es un mito urbano la creencia de que la familia escoge a cuál niño quiere adoptar. ¿Qué sucede con los niños de difícil adopción? Hasta los nueve años, normalmente, los niños se van fácilmente en adopción, pero un niño puede ser de características especiales por lo siguiente: tienen más de 10 años, algún tipo de enfermedad mental o física y cuando son grupos de hermanos, dos o más hermanos.

Y, ¿qué hace el ICBF con estos niños que nunca son adoptados? En el año 2015 se creó una iniciativa que se llama: Restaurando vidas, construyendo futuro para esos niños. Esa iniciativa tiene unas estrategias que son: vacaciones en el extranjero, generalmente en Estados Unidos, con familias que acogen a esos niños en vacaciones y finalmente, esas familias tienen la posibilidad de adoptarlos. También tienen vacaciones en Colombia, que consiste en la visita de las familias extranjeras a los niños, en el territorio local. La otra estrategia es el Plan super amigos, son familias colombianas que acompañan al niño y lo visitan, después lo llevan un sábado con ellos. La idea es generar un contacto permanente, un acompañamiento con el niño, que ellos cuenten con alguien que se preocupe por ellos. Por último, la otra estrategia es Proyectos sueños, una oportunidad para volar, que está enfocada en los adolescentes que ya están en la universidad, y busca generar ese acompañamiento en su vida universitaria. ¿Hasta qué edad los jóvenes son protegidos por el Estado? El ICBF está en la obligación de protegerlos hasta los 25 años. Que se desmonte el mito de que cumples los 18 años y ya, adiós; ellos son los hijos del Estado. Muchos de esos muchachos, que lograron ser profesionales, están trabajando para el ICBF, hacen sus prácticas acá o adquieren experiencia laboral, la idea es que ellos mismos se puedan abrir camino. ¿Qué tanto ha servido el programa Restaurando vidas? Ha servido mucho, tradicionalmente, los niños se quedaban ahí muy quietos, no tenían esas opciones que tienen ahora, de ir a vacaciones al extranjero o ese tipo de cosas. Los resultados han sido muy positivos, todo en pro de reducir los niveles de orfandad y de restablecer los derechos de los niños. En el año 2015 se aprobó la adopción homoparental en Colombia, ¿esto ha servido para reducir los niveles de orfandad? Creímos que con la aprobación de la adopción homoparental la avalancha de solicitudes iba a ser muy grande, y resulta que no, aquí en la regional Antioquia solo se han dado dos solicitu-

Luz Marina Estrada hace parte del comité del ICBF que en Medellín revisa los perfiles de familias adoptantes y niños en proceso de incorporarse a una de ellas para asegurarse de que exista plena sintonía. Foto: James Estiven Alzate Ramírez.

des, desde el año 2015. Antier —31 de octubre— entregamos una niña a una familia homoparental masculina, que cumplió con los estudios. Los procedimientos para todos los niños y para todas las familias son iguales; se está aplicando estrictamente la ley, en cuanto a lo que ordenó la Corte Constitucional, no discriminamos a ningún tipo de pareja. Yo entiendo que en Bogotá se han dado dos o tres adopciones de parejas del mismo sexo y aquí en Medellín apenas se hizo la primera. ¿Qué cree usted que va a pasar con esta primera adopción? Hay un aspecto que va a favorecer mucho esa adopción y es que es una niña de 7 meses, es una niña que desde muy chiquita va a crecer entendiendo su dinámica familiar, el hecho de que tiene dos papás. Yo pienso que no va a tener mayores dificultades. El problema es con los niños más grandecitos, que eventualmente no acepten una familia homoparental, en ese caso, vamos a tener que empezar a preparar a los niños para que acepten a una familia de este tipo. Y siempre he dicho, la sociedad nuestra es la que no está preparada para eso, desafortunadamente. Es una cuestión de educación, que se deben aceptar a todos por igual, porque no se puede decir que los unos son mejores o peores que los otros y eso está científicamente comprobado.


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ESTE TIEMPO

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Más allá de las noticias de orden público

ALTAVISTA, OTRA MIRADA Sebastián Torres Mejía / sebastian.torresme@amigo.edu.co

El arte y la cultura le dan alternativas a la vida cotidiana en este corregimiento, ubicado al occidente de Medellín. Agobiado por la confrontación de grupos armados organizados, que disputan el control del territorio. Ser artista como opción vocacional, también encuentra obstáculos, que surgen de quienes no ven aquello como un modo digno de vivir. Informe del periódico Sextante, de la Universidad Católica Luis Amigó. Colaboración de la Red Colombiana de Periodismo Universitario. Parece ser que los vientos de reconciliación, de diálogo y de sana convivencia, no han llegado al corregimiento de Altavista, al suroccidente de Medellín. Lo que viene ocurriendo en este sector ha ocupado los titulares de prensa en los últimos meses. Las noches se vuelven tenebrosas, a espera de los sonidos funestos de las balas. De acuerdo con lo que reporta la prensa local y nacional, es un área dominada por las bandas paramilitares: Los Chivos y Los Pájaros, quienes se disputan el territorio, sin que haya una acción contundente por parte de la Administración local. En ese panorama, y para contrarrestar esta situación, algunos líderes trabajan con el arte y la cultura, para cambiar ese estigma de violencia. Es el caso de la Corporación Cultural Altavista, que ofrece espacios lúdicos, en los que se integran: las manualidades, el teatro, la danza, y el circo, entre otras actividades. Estas actividades están dirigidas a los niños y a los jóvenes, para que no hagan parte de ese mundo delincuencial que se vive en la zona. Para Wílinton Andrés Foronda Becerra, cofundador de la Corporación, es importante la articulación de los procesos: sociales, familiares, educativos, culturales, económicos y públicos, pues, al darle más alternativas a estas personas, se generan esperanzas y nuevas expectativas de vida. Sin embargo, en los hogares se presentan algunas dificultades. Los padres no respaldan completamente la participación de sus hijos en las actividades culturales, que se proponen en el corregimiento. El futuro económico es la principal causa para que los adultos abandonen el apoyo a sus vástagos, pues no ven, en estas dinámicas artísticas, un medio para la subsistencia. Por su parte, las instituciones educativas, a veces, son un obstáculo para este propósito, dado que se atribuye el rendimiento académico negativo a la participación en los procesos comunitarios. Para los jóvenes, la metodología que se implementa en estos programas, es de mayor agrado, en comparación con las realizadas en las aulas de clase. Según la psicóloga de la Institución Educativa Altavista, Marta Elena Betancur Pérez, es primordial que las familias y colegios fortalezcan los vínculos con los niños y jóvenes, dado que los actores de la violencia se han apoderado de los espacios que la comunidad ha construido, como lugares de encuentros culturales. Reconoce que: “Los adultos son muy importantes, porque representan el soporte afectivo de los niños y jóvenes. La comunicación, la escucha,

El programa de Planeación y Presupuesto Participativo ha sido un elemento decisivo para mantener la oferta y la actividad cultural de los grupos que promueven la cultura y el arte como alternativas de vida y de uso del tiempo libre en Altavista. Foto: Sebastián Torres Mejía.

la expresión de los sentimientos, entre otras acciones, son fundamentales para recuperar la confianza en esos territorios que se tornan peligrosos”. Para la secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín, Lina Botero Villa, trabajar en estas comunidades no es fácil porque se generan algunas resistencias. Destaca que la articulación, que se da entre la Administración y estas comunidades, es un estímulo desde el arte y la cultura, para tener nuevos territorios donde se destaque la convivencia y la tolerancia. “En los corregimientos tenemos una programación permanente en temas artísticos, contamos con parques bibliotecas que hacen parte de ese elemento articulador”, añade. Otro de los obstáculos que se presenta, a la hora de ejecutar proyectos artísticos y culturales, y que se suma a la violencia, es la falta de inversión pertinente por parte de la Administración municipal.

Artistas y líderes se pronuncian Al respecto, Leidy Cruz Zapata, quien lidera Antares Dance, proyecto que nació en el año 2008, dedicado al trabajo con niños, niñas y jóvenes en el área de la danza, comenta que, aunque no han logrado acceder a los recursos que destina la Administración municipal al corregimiento, han encontrado otras ayudas, que contribuyen al sostenimiento de la

Corporación. Así mismo, reconoce que: “Los recursos del Programa Planeación Local y Presupuesto Participativo, permiten fortalecer la dotación de vestuario, la formación artística y los eventos donde Antares Dance se proyecta”. Para el año 2017, desde el Presupuesto Participativo se designó un presupuesto general de ciento sesenta y cinco mil millones de pesos, para el área de cultura. El monto correspondiente a Altavista, 163 millones de pesos, fue invertido en el proyecto llamado Formación Artística, que se encarga de administrar los talleres que se dictan para el desarrollo de las actividades de crecimiento cultural. Con el fin de darle una alternativa a este territorio, los líderes comunitarios, como Juan Camilo Baena Durán, fundador y director de la Corporación Artística y Cultural Casa Arte, orientada a incentivar y promover las diferentes habilidades de los niños y jóvenes de la comunidad, han implementado estrategias para darle solución a los inconve-

nientes que se anteponen, al momento de ejecutar estos procesos en el corregimiento. “Hemos constituido procesos permanentes de creación y formación, además de herramientas de proyección comunitaria, como la Voz a Voz, Arte en el Ecoparque, Festival Internacional del Teatro, entre otros factores que contribuyen a humanizar a la comunidad”, afirma Baena. Si bien en Altavista se viven momentos de zozobra por la violencia, los procesos sociales, artísticos y culturales, evidencian que las comunidades no perciben que ese sea el destino de quienes habitan estos territorios. El reto es aumentar la oferta, que se queda corta para una población tan amplia y diversa, tocada por la violencia desde diferentes ejes. Además de potenciar las bellas artes, se debe continuar con la construcción de la resiliencia, para así llegar a convivir, en un territorio que hace parte de una ciudad que se resiste a morir bajo las balas de los bandidos.

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ROSTROS

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Perfil de un transformador

EL ARTE TIENE SIETE VIDAS Laura Valentina Suárez Giraldo / laura.suarezg@upb.edu.co

La violencia en Medellín impregna a las armas blancas, que dejaron de ser objetos de muerte para inmortalizarse como símbolos de vida, luego de pasar por las manos del escultor Leobardo Pérez. Al imaginar cómo es un escultor de armas blancas, se puede pensar que se trata de un personaje sacrílego, contrario a esto, cuando se ve a Leobardo Pérez, se siente la calidez de la que carece una hoja de cuchillo afilada. Baja despacio las escaleras en forma de caracol, hasta la sala de su casa, ubicada en Copacabana. Su atuendo, una camisa azul cielo y un pantalón beige, con zapatos de cuero marrón, denotan sobriedad. Cuando llega a la sala, saluda con seriedad, pero con una mirada dulce y penetrante, que hace sentir su presencia. Durante los primeros minutos de charla, Leobardo Pérez se muestra intimidante y de pocas palabras. Después, como si su seriedad se convirtiera en curiosidad, comienzan a fluir las palabras, con los detalles de un conversador minucioso. Leobardo Pérez Jiménez nació el 22 de septiembre de 1945, en El Carmen de Viboral, Antioquia. Desde pequeño tuvo la oportunidad de conocer las vetas de barro, donde se convertía el material para hacer figuras en cerámica. Allí descubrió su fijación por el arte, ese que más adelante estaría hecho con objetos que se usaron para matar, pero que harían inmortalizar su obra. Recuerda que tenía cinco años y ya manipulaba el cuarzo y el barro. “Eso lo veía como algo muy normal, nunca pensé que me convertiría en un artista”, dice Pérez, mirando hacia la ventana, como si muchos de sus recuerdos pasaran por allí. Empezar a hacer sus figuritas, como les dice, le permitió sentir la energía agradable que le producía moldear los materiales. La capacidad para observar, con detenimiento, lo cotidiano de su pueblo, hizo que este artista se interesara también por la música. “De niño me impactaban mucho las cantinas, donde la gente tomaba trago,

había esas tragamonedas y música estridente. Descubrí que la música tenía algo celestial. Fue así como quise ser pianista”, recuerda Pérez. Aquel sueño le duró poco, con eso recuerda a un amigo del pueblo: Octavio Giraldo, un reconocido pianista que, cuando su madre quedó viuda, el sostenimiento de su familia fue brindado por la comunidad. Gracias a esto, el joven pudo ir a Bogotá a estudiar piano. “Cuando me di cuenta de esto, le comenté a mi papá que yo también quería ser pianista. Me dijo rotundamente que no y tuve que desistir”. Leobardo Pérez se dedicó al dibujo, “nunca dejé de dibujar”, dice. A los 17 años comenzó a traEn el taller del maestro Leobardo Pérez, una de sus obras “cobra vida”. bajar en Avianca. Durante diez años Foto: Cortesía. despertó su gusto por la aviación. “Una de las cosas que más me gusta es volar, aprove- que todas las armas blancas que recibían eran basura, ché los descuentos que tuve por ser empleado y viajé y que yo las necesitaba para hacer esculturas”, cuenta a Europa, para conocer museos de arte”. Y de querer el artista, mientras camina por su salón de exposición. ser pintor, escultor y pianista, Leobardo Pérez también Así fue como miles de cuchillos y navajas, unos aún tuvo arte en los negocios. Con su renuncia en Avianca, sucios, se hicieron arte. se dedicó al comercio, con un fin: tener los recursos “Cuando recibí las armas en el taller, se sennecesarios para hacer sus obras. tía una energía muy pesada, algunas todavía estaban Luz Helena Arango, esposa de Leobardo y ma- manchadas de sangre, así que tuve que lavarlas”. En dre de sus cuatro hijos, lo define como un hombre una de las muestras, en las que estaban con los dueorganizado y planificador: “Yo era muy joven cuando ños de las armas, el escultor recuerda las reacciones lo conocí. Me dijo que para formar nuestra familia es- de la gente, cuando veía las esculturas. “¿Cuál será la peraríamos a tener los recursos necesarios. Todo salió mía?”, preguntaba uno, en voz alta; “mi guerrera, la que me dio de comer”, decía otro. como lo planeamos”, cuenta Arango. Leobardo Pérez siempre ha estado preocupado En 1978, Leobardo Pérez comenzó a buscar los espacios para sus pinturas e instalaciones. “Siempre por los problemas sociales que afectan al ser humano, me interesé por el cuerpo humano, en especial por la y esas armas le permitieron conocer miles de histopiel, ese gran órgano que nos hace distintos”. Pérez se rias de los habitantes de Medellín. “Cuando uno ve muestra apasionado cuando habla de su obra: “Poco un montón de gavilanes volando, estos no se captua poco fui dedicándome más a la escultura, comen- ran completos, por eso mis esculturas tampoco están cé con la basura, con todas estas cosas a las que la completas”, dice Pérez, señalando el busto de una mugente no les prestaba atención: las latas, los clavos, las jer, hecho con navajas, en el estudio de su casa, que monedas, las limallas, entre otras cosas. Fueron estos también se asemeja a un museo por la cantidad de cuadros en las paredes y el estilo rústico. objetos con historia, los que me interesaron”. No se puede esperar menos de una familia de Admirando a artistas como Dalí, Gustavo Múnera y a Rodrigo Arenas Betancur, Leobardo Pérez co- artistas, “sí, mis hijos y mi esposa también son artismenzó a reconocerse y a descubrir la esencia de su tas”, reconoce Pérez, como si cada vez hubiera más cosas por descubrir de su vida. Tatiana, Marcela, Paola arte, eso que lo distinguiría de todos los demás. y Leobardo, se han dedicado a apoyar la obra de su padre y a seguir sus pasos. “Mi esposa ha hecho muchos trabajos, lo que pasa es que no es tan atrevida como yo”, dice Leobardo Pérez, riéndose. La familia tiene un proyecto artístico, que se hará en Marinilla, donde planean traer artistas de todo el mundo, para que donen “Eso de conseguir armas era muy difícil”. En el año una obra. “Ese proyecto es mi mayor sentido de vida”, 2009, cuando Alonso Salazar fue alcalde de Medellín, cuenta Pérez. se creó la Semana del Desarme. Una urna, puesta en Para él, las obras deben transmitir una esencia, el Parque Bolívar, decía: “Ochenta mil armas menos, su serenidad y transparencia, pueden reflejarse en su ochenta mil vidas más”. La Universidad de Antioquia obra. “La violencia crea un vacío emocional. Todas las convocó a todos los escultores de la ciudad para muertes tienen que ver con uno. Aunque no sean de que hicieran una obra con las armas recogidas; la personas cercanas, siempre es algo impactante”. Por condición era que no se perdiera la forma del arma algo será que al recorrer la casa blanca de Leobardo Pérez, luego de ver una réplica de su obra, El árbol de utilizada. “No quise participar en ese proyecto porque la vida, hecha con miles de armas blancas y de unos sentí que ya estaba muy viejo para competir con mu- diez metros de altura, se siente una paz que alivia. chachos”, dice Leobardo Pérez, sonriendo. Sin embar- Dice que no es pedagogo, que cree en la educación go, se dio cuenta de que tenía la experiencia con estos más que en el perdón, en el poder aprender del otro, materiales. en la necesidad de conocimiento de la historia, en la “Llevé un boceto de una obra hecha con cuchi- comunicación entre dos personas. llos al comandante de la Policía Metropolitana. Le dije

Un contraataque en defensa del arte

27 mil armas blancas aproximadamente, se utilizaron para el Árbol de la Vida que hoy se encuentra junto al Museo Casa de la Memoria, al centro oriente de Medellín. Foto: Cortesía.


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Crónica de una barrista por Suramérica

VIAJE LIBERTADOR Raúl Daniel Higuita / raul.higuita@upb.edu.co

Esta es la historia de Melissa, una chica de 27 años que, siguiendo a su equipo del alma, el Deportivo Independiente Medellín (DIM), viajó por cuatro países, para verlo jugar en la Copa Libertadores de América. Con muy poca plata, enfrentándose a un viaje lleno de pasión, paisajes, anécdotas, fronteras y peligros. Para emprender este viaje, Melissa Hoyos Upegui, barrista de Dextruxion, lo hizo con pasaporte, pero, en muchos tramos, le tocó ser polizón y transportarse en mula. “Mi papá toda la vida ha sido enfermo por el fútbol y me comenzó a llevar desde pequeña”, afirma. Al principio de este viaje, Melissa les dijo a sus padres que se iba con un amigo a trabajar en una empresa de zapatos a Ecuador: “Yo estoy casi segura que mi mamá no me creyó, pero no me quiso decir”. Durante todo el viaje, ella se comunicó con sus papás, y cuando iba a ser el partido contra Emelec, en Guayaquil, Ecuador, Melissa le contó a su mamá los planes que tenía, pero ella ya lo sabía todo. El viaje de Melissa Hoyos inició a principios de marzo del año 2017, con destino a Guayaquil, Ecuador. Se fue en compañía de unos amigos, pertenecientes a la barra de los Chatarrerox, disidencia de Rexixtenxia Norte, Dubán Mira “Pianic” y los hermanos, Leonardo Quintana “Leo” y su novia Lorena, Mateo Quintana “Pokemón” y su novia Tatiana, quienes portaban armas blancas, por supervivencia. Ella y Dubán se fueron con 200 mil, cada uno; pero además de eso, Melissa llevó 200 dólares extra, por si acaso. De la Terminal del Sur de Medellín, se fueron a Ipiales, de ahí pasaron por la frontera, hasta Rumichaca, Ecuador.

Ecuador, trabajo y buenos momentos Partido 13 de abril del año 2017 De Rumichaca, ellos salieron para Quito, donde los esperaban unos líderes de la barra de Liga Universitaria de Ecuador (Los Chatarrerox tienen alianza con esta barra). Al otro día, salieron a trabajar. Se quedaron viviendo en la casa de un amigo “El Tostado”, de Liga Universitaria.

Números de clown en las calles sirvieron de sustento para la estadía de los viajeros en Ecuador. Foto: Cortesía.

“Vamos a comprar unos confites y te vas a parar en este semáforo a venderlos”, le dijo Dubán a Melissa. “Yo iba preparada, pero ¿en serio me va a tocar?”, pensó Melissa. “Al principio me dio muy duro. Yo tengo todo en Medellín y me vengo a hacer esta locura. En Ecuador hay gente muy querida, pero también hay unos que te dicen ladrona”. Sin embargo, todos los días se levantaba y se daba cuenta de que estaba viviendo su sueño, conocer a América, por medio del fútbol. Tres meses antes del viaje, los tres hombres del grupo se dejaron crecer la cresta, para hacerse pasar por mochileros, y no por barristas, pues estarían tocando música en los semáforos; y así fue, Dubán tocó el timbal; Leo, la trompeta; y Pokemón, la guacharaca. Luego, todo se volvió rutinario: se levantaban a las 7: 30 de la mañana, y se bañaban con agua helada; caminaban diez cuadras y llegaban a los cuatro semáforos, en una avenida en Quito. En cinco horas de trabajo, Melissa se podía hacer 70 dólares. “En Riobamba había mucha gente que pasaban por los semáforos y me ofrecían: ‘Hey, yo tengo una pizzería pa’ que vayas a trabajar’. “Pero a mí el semáforo me daba mucha plata, aguantaba sol seis horas y ya tenía el pago de una semana completa”. A la hora del almuerzo compraban un pollo o pedían comida en algún restaurante. Ese mes, antes de que llegara el partido, el grupo de barristas se fue a conocer los sitios turísticos de Ecuador: Baños de Agua Santa, Montañita, Esmeraldas, el Volcán del Chimborazo y El Cantón Riobamba. Al mismo tiempo que visitaban estos lugares, ellos también trabajaban. En su paso por el Volcán del Chimborazo, Melissa se hizo novia de Dubán. “No, esto no es tan tedioso como me habían dicho”, comentaba Melissa. “Espere que pasemos a Perú, esto no es un paseo”, acá estás en la gloria Melissa, le decían sus amigos. Una semana antes del partido, a las cuatro de la madrugada, le sonó el celular a Leo. “Parce, véngase que estoy en la comisaría, me cogieron”, le dijo Mateo. Pokemón, esa noche, se había ido de rumba con la novia, en Riobamba, y se puso a pelear, con machete en mano, contra un ecuatoriano, porque al parecer, le estaban mirando la novia. Le impusieron una pena de tres meses, debía ir todos los lunes al juzgado. De Riobamba se fueron para Guayaquil, sin Mateo y Tatiana (no pudieron seguir el viaje), para el partido

El grupo de viajeros del que hizo parte Melissa Hoyos Upegui (der.), todavía en territorio Colombiano. Foto: Cortesía.

de Emelec contra Medellín. Llegaron a donde Santiago, “Cumbis”, de Liga Universitaria. Luego se fueron a conseguir las boletas a un centro comercial. A Leo y a su novia, los estaban buscando unos de la barra rival, pero del mismo equipo. “Los Chatarrerox y la Rexixtenxia no se la llevan, si se ven, se enfrentan. Estaban buscando a Leo y a su hermano pa’ darles. Fue un camello entrar a ese estadio. Obviamente, Los Chatarrerox no podían estar en la misma tribuna que Rexixtenxia, entonces nos tocaba comprar otras boletas. En el partido nos tiraban canecadas de hielo, pero no nos pasó nada”. Ese día Medellín perdió, para Melissa fue un momento de emociones encontradas: “Estaba triste por la derrota, pero feliz por haber logrado llegar”. Posteriormente, se fueron a trabajar a Riobamba, durante otros 20 días. Debido a unos deslizamientos en las carreteras de Perú, no pudieron ir al partido contra Melgar. Ese partido, Medellín lo ganó 2 a 1. Después de los derrumbes, pasaron de largo por Cuenca y Machala, hasta llegar a la frontera con Perú.

Polizones en tierra inca Al llegar a Perú, decidieron quedarse en un hotel, “era hediondo, paupérrimo. Yo puedo soportar todo, menos los bichos raros. Yo me senté en la cama y dije, ¡yo aquí, no voy a dormir!”, los deslizamientos en las carreteras del Perú habían provocado una plaga de insectos, después de las seis de la tarde, la carretera se llenaba de bichos. Esa noche, el grupo decidió no dormir ahí , se fueron a coger la primera tractomula, de las muchas que aborda-

rían en su viaje. “Yo me emocioné, yo quería”, cuenta Melissa. Las chicas le ponían la mano a la mula, para pedirle permiso al conductor, y luego salían sus compañeros. Se montaban en la parte de atrás de un container, con los pies al aire, expuestos a los peligros de la carretera. Este primer transporte solo los adelantó 30 minutos. Después de dos horas de intentar parar otro vehículo, se cansaron y decidieron armar la carpa, al lado de la carretera. “Ese día no dormimos, yo era matando moscos. El calor, porque en Perú hace mucho calor y aparte, nos teníamos que cuidar de los bichos, éramos con dos sudaderas, con buzos y guantes. Se veía a miles de insectos volando por encima, se le pegaban a uno. Nos tocaba pelear para cerrar la carpa y que los bichos no se metieran adentro”.

Tres días viajando con “el Cucho” Después de una larga noche y pocas horas de camino adelantado, pasaron dos días y nadie les quería parar, hasta que se encontraron con un mulero, que los salvó, “el Cucho”, le dijeron todos. “Muchachos, ¿qué pasa? Yo ayer pasé y ustedes estaban acá. Yo creí que ya habían cogido mula. Si no han cogido mula, de aquí a las once de la noche, ¡yo los llevo! Voy hasta Bolivia”, dijo el camionero. Los muchachos no dudaron, lo esperaron hasta el anochecer. A la hora fijada, “el Cucho” les indicó que se montaran y armaran las carpas adentro del container. Él arrancaba al amanecer. “Hicimos un parche demasiado bueno


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Melissa en Riobamba, atrás de ella está el Volcán Chimborazo, el punto más alejado del centro de la Tierra. Foto: Cortesía.

con el señor. Él nos daba plata para ir a mercar. Me alegraría mucho volverlo a ver en la vida, porque fue una persona que nos ayudó demasiado”. La tractomula arrancó. Mientras viajaban, vieron los mejores panoramas, el sol rojo, poniéndose al atardecer, y la noche plagada de estrellas; se sintieron dueños del paisaje. “El Cucho” era muy caritativo, dejaba subir al remolque a los que le pusieran la mano; ya iban tres mochileros, Melissa y sus amigos. De repente, la mula fue disminuyendo la velocidad y se subieron cinco barristas: “Se fueron montando un montón de manes tatuados, yo les vi el escudo de Santa Fe tatuado en la pierna. ¡Jueputa, se armó el mierdero! Todo era estresante, nadie hablaba”. Cuando barristas de diferentes equipos se encuentran en las carreteras, como dice Melissa: “Se dan”. De inmediato, los barristas se presentaron: “¡Uy chino, nosotros somos de Santa Fe!”, pero el grupo de Melissa se hizo pasar por mochileros, mentira que se desdibujó a la mañana siguiente, cuando los tatuajes de Medellín se hicieron presentes, mientras todos se bañaban. Les tocaba bañarse en la calle, si mucho, cada dos días, con agua que pedían en algún almacén. Como ya eran tantos, no armaban carpas, sino que ponían los plásticos en el piso de la mula y todos dormían juntos. “Nos hicimos súper amigos de los barristas, ¡qué gente!”, cuenta Melissa. En el transcurso del viaje, a “el Cucho” lo requirieron las autoridades migratorias, por llevar personas en el remolque, tuvo que darles dinero, para que no lo detuvieran. Tres días después, lo llamaron y le dijeron que ya no tenía que ir hasta Bolivia. Todos se bajaron y los de Santa Fe, de inmediato, pararon otro camión; a todos les tocó subirse y solo alcanzaron a despedirse, desde lejos, de “el Cucho”. Quien fue además, cocinero de los viajantes. “Él no se bañaba. Era feo y desaseado. Así nos hacía la comida y nos comíamos todo”, cuenta Melissa.

Momento de quiebre Ya había pasado una semana, nadie los quería llevar. Pasaban hasta tres horas caminando, con el calor, el morral gigante y las piernas agotadas. Les tocó coger bus hasta la terminal de Chiclayo.

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Dubán y Melissa, preferían atravesar rápido Perú, y Leo y Lorena preferían quedarse y ahorrar plata, la relación se deterioraba. Melissa, ya estaba cansada, sentía que estaban estancados en Perú. “A mí ya no me daba hambre, yo ya vomitaba y no sabía qué vomitaba. La comida de allá no me gustaba”, recuerda Melissa. “Ya estoy cansada, cansada de todo”, le decía ella a Dubán. “No, ¡vamos, vamos Meli! Nosotros tenemos que llegar a Argentina, esa es la meta”, le decía Dubán, mientras trataba de consolarla. En la terminal, mientras todos dormían, Leo y Dubán se encargaban de vigilar a las chicas. Melissa se acuerda que: “Hubo un momento en que yo sentí un alboroto. Abrí los ojos y estaban peleando, con machete en mano, contra un montón de barristas del Cali. Leo y Dubán le volaron una oreja a uno del Cali, y así los hicieron salir corriendo. Yo me puse a llorar. El resto pensaba que éramos mochileros”. La plata se les estaba acabando, estaban ahorrando para Argentina. Sin embargo, debieron tomar bus desde Chiclayo hasta la frontera con Bolivia.

El sueño del Monumental Luego de haber pasado su primer día en Bolivia, montados en un bus, a los cuatro viajeros les tocó montarse sobre una mula, durante 24 horas, para pasar a Argentina, enfrentando el frío intenso, previo al invierno. Llegaron el 25 de abril a la frontera de Argentina, Jujuy. Les decían las autoridades migratorias: ‘Díganme la verdad, van a ver a un equipo de fútbol’. Les tocó aceptarlo, para que los dejaran entrar, pero les quitaron los 300 dólares que llevaban. “Ahí está la terminal. Recuerde que aquí no se viene a trabajar, si usted viene acá es porque tiene plata”, les informó el guardia fronterizo, según relata Melissa. “Esa fue la peor noche de mi vida, sin comida y sin poder comunicarnos”. En la terminal de Jujuy pasaron tres noches, pedían comida en los restaurantes; por sus mentes ya pasaba la idea de devolverse. La relación con Leo y Lorena se deterioró definitivamente, dormían en partes separadas de la pequeña terminal, no se toleraban.

“Dubán y yo dormíamos en un cartón, peleábamos por el cartón. La última mañana en la terminal, me levanté con unas ganas de hacer chichí, un señor me regaló 20 pesos argentinos y fui”. Mientras Melissa iba al baño, Dubán comenzó a contar a los viajantes lo que les pasaba, el porqué de su estancamiento. “Cuando llegué, todo el mundo nos daba plata, 50 pesos, 100 pesos. Yo digo que eso fue un milagro, nos recogimos por ahí, 500 pesos argentinos”. Los cuatro se fueron de Jujuy, caminando por la carretera, “Leo y Lorena no querían ir a un hotel, así que, le dije a Dubán que no podía estar más así, necesitábamos bañarnos y descansar”. Melissa y Dubán esa noche durmieron en un hotel. El grupo se fragmentó, Leo y Lorena se quedaron, mientras Melissa y Dubán tomaron una buseta, en dirección a Buenos Aires. Cuando llegaron, a mitad del camino, Melissa se comunicó con Frank Avellan, un amigo de Estados Unidos, y él le mandó 100 dólares, con esto compraron los pasajes para llegar a Buenos Aires. Al llegar, quedaron perplejos ante tal ciudad. Buscaron un café internet, donde Dubán se comunicó con Alejandro, un amigo mochilero, que los invitó a su casa en San Martín. Ese día, se fueron de fiesta, todos eran hinchas de Chacarita Juniors. Comieron asado y tomaron Fernet. Al otro día, se levantaron a trabajar. “En Argentina, no hay nada qué hacer, la gente no le ayuda a uno. Estábamos súper mal de plata”. A Melissa le tocó aprender a hacer manillas, y para comer, cambiaban manillas por huevos y panes. Fueron salvados por los hinchas de Chacarita, que les ayudaron durante todo un mes. Tres días antes del partido, se encontraron con la barra de Melissa, LBD, ellos venían de excursión, en avión. “Estuvimos con ellos, comíamos con ellos, y nos pagaron los pasajes, para conocer muchos estadios de Buenos Aires”. *** Era el día del partido entre River Plate y Medellín. Confluyeron gran cantidad de hinchas del DIM. Duván y Melissa entraron con Los Chatarrerox. “¡Los hinchas de Medellín por este lado!”, gritaba el guardia de seguridad del estadio. “Nosotros somos hinchas, pero no somos de La Rexixtenxia”, le respondió Dubán. “No me digan que son Los Chatarrerox”, respondió asustado el guardia. “Se iban a dar puño y pata. A mí me rescataron los de mi barra”, cuenta Melissa. Con Dubán, ya había dejado la

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Ya en los países del Cono Sur, la travesía había dejado huellas en la cohesión del grupo. Foto: Cortesía.

boleta paga desde Colombia, ese día, de Los Chatarrerox, solo pudieron entrar tres. No estaban vendiendo boletas. “Cuando entré al estadio Monumental de Núñez, yo lloré. ¿Esto es real? ¡Esto es bellísimo! Repetiría mil veces ese momento. Yo estoy acá por mis propios medios, yo fui capaz, pensaba”. Cuenta Melissa que, en ese momento, todo lo vivido en el viaje, se le vino a la cabeza y se decía: “Vos sos una berraca, todo valió la pena, todo valió la pena, todo”. Los cánticos de Los Borrachos del Tablón, la barra de River Plate y las barras de Medellín retumbaban, un zumbido de cuarenta y cinco mil espectadores, eufóricos todos. “Cuando marcó los goles Medellín, eso era todos contra todo mundo, una felicidad inexplicable. No tengo palabras para describir eso”. Ese día Medellín ganó 2-1. A los dos días, empezó a deteriorarse la relación entre Dubán y Melissa, ella ya quería regresar, pero no había plata. Pasaron 15 días y la impotencia y la pobreza hicieron que la relación entre ellos se terminara. “Yo llamaba a mi mamá llorando, ella me decía que por qué lloraba, si yo había decidido irme”. *** Lograron recoger plata para devolverse. Dubán se quedó en Guayaquil pidiendo dinero, Melissa siguió su camino, rumbo a su casa, con el dinero que le mandó Frank, su amigo en los Estados Unidos, y su mamá. Después de dos días de viaje llegó a su casa y se le olvidó todo: “Vi a mi mamá y a mí se me aguaron los ojos. La abracé y le dije: “Perdóneme por todo, yo la amo” (…). Yo aplacé mis estudios de Trabajo Social para ir al viaje. Aprendí, lo que nunca en mi vida voy a aprender en una universidad. Después de todo, aún nos encontramos en el estadio los cuatro y recordamos nuestro viaje juntos”.

El partido del DIM frente a River en el Monumental de Nuñez fue el cúlmen de la travesía futbolera de Melissa y sus amigos. Foto: Cortesía.


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ROSTROS

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

CONTEXTO No. 63

Dic. 2017- Ene. 2018

Javier Bauluz, reportero gráfico español

ENCUENTRO CON UN PÚLITZER Mariana Restrepo Franco / mariana.restrepof@upb.edu.co

Un encuentro repentino y una reflexión profunda sobre periodismo, en un diálogo casual, durante una cita del periodismo iberoamericano en Medellín. Jardín Botánico. Viernes. 7:30 p. m. Concentrada en lo mío, sentí que alguien se sentó justo al otro lado de la mesa. Levanté la mirada y me encontré con un hombre delgado y de abundante pelo blanco, que había dejado caer su cuerpo, aparentemente cansado, sobre la silla de madera. Con una naturalidad que revela años de práctica, enrolló un cigarrillo, en cuestión de segundos. Al encenderlo, la luz de la candela iluminó sus facciones, el hombre se me hizo extrañamente conocido. En la mesa, encontré la respuesta: una cámara negra, cuyo aspecto se asimilaba mucho al de las análogas de los años 60. Supe entonces que, aquel extraño, era Javier Bauluz, el fotoperiodista español, que en 1995 ganó del Premio Pulitzer, gracias al cubrimiento que realizó, junto a otros tres reporteros gráficos, de la crisis de Ruanda. Es el director del medio virtual Periodismo humano, que se enfoca en contar historias desde las personas. Estaba en Medellín porque su trabajo: Buscando refugio para mis hijos, había sido nominado al Premio Gabo, en la categoría de Imagen. En esta serie fotográfica, él retrata a las familias migrantes de Siría, Sudán, Afganistán y Bangladesh, que llegan a Europa, huyendo de la guerra. “¿Usted es Javier Bauluz?”, le pregunté. Él interrumpió una calada para mirarme y asentir con una sonrisa. De ahí fluyó la conversación, y después de hablar sobre su cámara, de apariencia análoga, pero con un sistema mucho más moderno que cualquier Reflex, y de la razón por la cual no compraba cajetillas de cigarrillos, entramos al tema de lo que significa tomar una fotografía y lo mucho que, para él, esto se relacionaba con el mensaje escrito sobre su camisa azul: Make empathy great again. En la mayoría de sus fotos retrata a personas en situaciones muy emocionales, muchas veces extremas. ¿Qué hace para que la cámara no se convierta en una barrera entre usted y el personaje, y se conserve la naturalidad del momento? En mi caso, que principalmente fotografío refugiados, hay tres puntos importantes: el primero es no llevar una cámara muy grande porque eso asusta a cualquiera; segundo, antes de tomar las fotos es muy importante tener acceso a la historia, a las personas, para esto a veces ni siquiera es necesario hablar, basta con una sonrisa, con una mirada, con un gesto, depende de la situación; y tercero, volverse invisible, eso ocurrirá a partir de un momento dado pues, aunque estés presente, ellos también están ocupados en lo suyo y se olvidarán de ti, en cuanto no van estar esperando que les tomes una foto para posar, así, al acercarte, podrás captar los momentos con naturalidad.

Hay un problema y es que, desde muchas partes, los están mostrando como seres peligrosos, masas amenazadoras que nos invaden, pero eso no es lo que yo he visto. He conocido madres y padres, que buscan proteger a sus hijos; he viajado con cardiólogos, estudiantes, jueces, con todo tipo de personas cuyas vidas son igual de valiosas que cualquier otra. Quiero que mis imágenes generen empatía, pues esta es la única medicina para la xenofobia, por eso te muestro cosas como una madre que besa a su hijo, con la misma ternura con la que tu hermano podría estar besando a sus hijos.

Y, ¿cómo sabe cuándo ya es invisible? Para ser fotoperiodista debes ser un buen observador, tanto de los objetos y las personas, como de las relaciones que se generan entre ellos. Hay que hacer el ejercicio de sentarse en una terraza o un bar, y mirar a la gente que pasa, ver cómo actúa, interpretar sus gestos y movimientos, en fin, conocerla un poco. Luego se aprende a reconocer el momento en el que hay confianza, la cual, a veces, puede conseguirse con un simple saludo.

¿Qué se necesita para conseguir imágenes que generan empatía en quienes las observan?

¿En qué momento tomar la foto? “En mi trabajo intento mostrar a los re- fugiados como lo que son: humanos”. Javier Bauluz. Ilustración: Camila Arango Echeverri.

Entre muchas cosas, un fotoperiodista es adivino. Debes saber, por observación previa, qué va a suceder en un lugar y un momento exacto, tener lista la cámara, junto con toda la parte técnica. Digamos que vas junto a una mujer que carga a su hijo y se están dirigiendo a una frontera, donde hay policías agresivos. Mientras llegan, tú haces la asociación de lo que va a suceder, cuando estos personajes se encuentren, algo así como “ella va en esta dirección, la policía está allí, hay una luz buena pegando por este lado. En caso de que haya algún tipo de enfrentamiento, entre los dos grupos de personas, la madre va a proteger a su hijo y el ángulo bueno para tomar la foto va a ser este”. Tienes que aprender también a imaginar cómo saldría la foto desde otra parte, es decir, desde tu posición, saber cómo se vería la escena si estuvieras parado en un punto diferente, para así decidir cómo te mueves, y finalmente, estar en el lugar donde se va a dar la imagen, que muestra la historia que quieres contar.

¿De dónde surgió el impulso para hacer un fotoperiodismo que busca defender los derechos humanos? Mi primera aproximación a la pobreza fue en los años ochenta, cuando llegué a un poblado mexicano, donde la gente vivía en condiciones miserables. Este lugar queda a seis minutos de Oviedo, la ciudad donde crecí. La razón fue que todos los días, durante nueve años, mi madre se dedicó a visitar el poblado, con el fin de ayudar a las personas; ya fuera, consiguiendo que el ayuntamiento los tomara en cuenta y construyera una

escuela, buscado profesores, escuchado sus problemas, en fin. Por aquella época, yo recién empezaba con la fotografía, entonces un día tomé mi cámara, me fui con ella y así surgió mi primer reportaje, titulado A seis minutos de la calle Uria. ¿Cuál es el ambiente al estar entre los grupos de refugiados? Hay momentos buenos, malos, de ternura, de angustia y otros momentos graciosos. Yo me he reído mucho con ellos. Los sirios, por ejemplo, tienen un excelente e inteligentísimo sentido del humor, hacen bromas con doble y triple sentido, son muy simpáticos y hospitalarios. Lo que nos dicen muchos medios y políticos, de que estas personas son malas y vienen a generar violencia, es algo que no tiene sentido. ¿Acaso han tratado con ellos alguna vez? Y con sus fotos, ¿qué punto de esta compleja situación busca dar a conocer? En mi trabajo intento mostrar a los refugiados como lo que son: humanos.

No es lo mismo pararte junto la vía del tren a fotografiar los refugiados que pasan por allí, que llegar al grupo, que está en mitad de la vía, sentarte a hablar, pasar tiempo con ellos y luego acompañarles en su camino. Para mí es fundamental ver qué pasa en ese recorrido, saber lo que sienten, presenciar los momentos de emoción: desde la ternura, como cuando las familias se abrazan; hasta de miedo, como cuando se encuentran con policías, que no los dejan cruzar la frontera. Tú, de alguna forma, eres aceptado en ese grupo, consigues el acceso para poder estar ahí, y ellos tienen suficientes problemas en su vida, como para estar pendientes de la cámara. Simplemente te conviertes en uno más, eso es lo que se necesita. Y después de esa empatía, ¿qué viene? Lo contrario al discurso del odio, pues estás viendo a las demás personas como un igual y cuanto existe esta empatía, mejores relaciones se logran. Mi madre decía que siempre hay que ponerse en el lugar del otro. He aprendido que hay mucha más gente buena, que mala. Y en cuanto a la lucha contra las injusticias sociales, siempre vamos dos pasos para adelante y uno para atrás, pero bueno, algo avanzamos.

EN LA WEB

Encuentre más testimonios del periodismo iberoamericano en nuestra página: http://periodicocontexto.wixsite.com/contexto


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