Sigamos adelante en salida misionera
permanente a evangelizar el pro pio hogar.
Culminamos
este mes de oc tubre, consagrado por la Iglesia para reflexionar y orar por las misiones en todo el mundo, conscientes del mandato que hemos recibido del Señor: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes to dos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19-20).
Este mandato es para todos los bautizados que tenemos la misión de comunicar a otros la experien cia de Jesucristo, dando testimo nio de Él con la vida, y anun ciándolo con las palabras. Así lo expresa el Concilio Vaticano II cuando afirma: “Todos los fieles cristianos donde quiera que vi van, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de la palabra el hom bre nuevo de que se revistieron por el bautismo, y la virtud del Espíritu Santo, por quien han sido fortalecidos con la confir mación, de tal forma que, todos los demás, al contemplar sus buenas obras, glorifiquen al Padre (cf. Mt 5, 16) y perciban, plenamente, el sentido auténtico de la vida y el vínculo universal de la unión de los hombres” (Ad Gentes #11, 1965), para llevarlos a todos a la salvación eterna a par ticipar de la gloria de Dios.
El Papa Francisco en su magis terio, continuamente nos está re
cordando que estamos en Iglesia en salida misionera y en nuestro caso, queremos renovar nues tro compromiso de ser Diócesis en salida misionera, en donde el Obispo, los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y todos los bautizados estamos en salida misionera, cumpliendo con el de ber de propagar la fe y la salva ción de Cristo, obedientes a la vo luntad del Señor que tiene como meta la salvación de todos, ya que Dios no quiere la muerte del peca dor, sino que se convierta y viva eternamente (cf. Ez 33, 11) y por eso cada bautizado está llamado a cumplir esta tarea con gozo y esperanza, porque “evangelizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identi dad más profunda” (Evangelii Nuntiandi #14).
“Este mandato es para todos los bautizados que tenemos la misión de comunicar a otros la experiencia de Jesucristo”.
La alegría de predicar el Evangelio, brota de una experiencia con Jesucristo vivo en nuestro corazón y que está en medio de la comunidad, tomando conciencia que este gozo no lo podemos de jar encerrado en nuestra vida, sino que lo tenemos que comunicar. La salida misionera no es ir muy le jos de nuestro entorno, algunos tendrán vocación específica para hacerlo y saldrán fuera de los confines de su propio territorio, pero en el caso de la mayoría de los bautizados, la salida misionera es renunciar al propio individua lismo y egoísmo que nos ahogan, y comunicar el mensaje de Jesu cristo comenzando por nuestra propia familia, donde en ocasio nes se hace difícil ser misionero de Jesucristo, pero con el llamado
Presidente
Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta Director
Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda
En el propio entorno familiar y de trabajo tenemos una tarea de anun ciar el Evangelio, “cada cristia no y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invita dos a aceptar este llamado: salir de nuestra propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz el Evangelio” (Evangelii Gaudium #20), periferias que pueden estar a nuestro lado e incluso en nuestro propio corazón, porque son luga res físicos y existenciales donde aún no ha llegado la Palabra de Dios y el mensaje de Jesucristo no ha inun dado la existencia.
Esta salida misione ra en la que estamos empeñados todos por mandato del Señor, no es algo añadido a la misión evangeli zadora de la Iglesia, sino que hace parte del Proceso Evan gelizador de la Iglesia Particular (P.E.I.P.), que se acerca, que es ca paz de llegar a todos, para comu nicarles con alegría el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. El Papa Francisco nos recuerda que “la alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría mi sionera” (EG 21), que genera una vida nueva en quienes escuchan y reciben con gozo el primer anun cio, para luego profundizarlo en el proceso que podemos vivir en la comunidad cristiana.
Terminar el mes de oración y re flexión por las misiones, no es
Equipo de Redacción C.S. Isabel Obando Sepúlveda
Alex Johan Sarmiento
Tel.: 607 5724601 - Cel.: 321 473 8952
culminar la tarea, pues estamos en estado permanente de misión como nos lo ha pedido el Conci lio: “esta misión continúa, y de sarrolla a lo largo de la historia la misión del mismo Cristo, que fue enviado a evangelizar a los pobres. La Iglesia debe caminar por moción del Espíritu Santo, por el mismo camino de Cristo” (AG 5), por eso los animo a todos en la Diócesis de Cúcuta, a continuar con el anuncio gozoso de la persona, el mensaje y la Pa labra de Nuestro Señor Jesucristo, siempre en salida misionera y con la alegría de hacer nuevos discí pulos misioneros del Señor.
Sigamos adelante en salida mi sionera en nuestra Diócesis de Cúcuta, cumpliendo con el man dato del Señor de ir por todas par tes a anunciar el Evangelio. To dos los bautizados de esta Iglesia particular estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo co munidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompa ñamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísi ma Virgen María, Estrella de la Evangelización, y el glorioso Pa triarca san José, fiel custodio de la fe, la esperanza y la caridad de todos los creyentes, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo, el ardor misionero para que sigamos ade lante en salida misionera
En unión de oraciones, reciban mi bendición.
Vida
Diócesis de Cúcuta fue una de las 77 delegaciones presentes en el CONIAM
Conel lema: “¡Mirá ve!, si con Cristo caminamos, juntos evangelizamos”, la Diócesis de Palmira (Valle del Cauca), orga nizó el VIII Congreso Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera (CONIAM), que se desarrolló del jueves 13 al domingo 16 de octubre.
Dieciséis personas hicieron parte de la delegación de la Diócesis de Cúcuta, que, junto a otras 76 arqui diócesis y diócesis, sumaron 700 mi sioneros entre sacerdotes, religiosos, asesores de Infancia y Adolescencia Misionera (IAM), niños y adoles centes, vivieron esta experiencia evangelizadora, cuyo principal ob jetivo es promover la misión, tarea que Jesús otorgó a sus Apóstoles (cf. Mt 28, 19) y que los fieles asumen al momento de su bautismo.
Libia Cárdenas Castellanos, coor dinadora de la IAM de Cúcuta, ex
presó que esta fue una “hermosa oportunidad para que los niños y adolescentes se expresen y compar tan lo que saben de la Iglesia, cómo la ven y cómo la sienten, y así, crez can aún más en la conciencia de que por el bautismo, forman parte de una gran familia, donde todos so mos importantes y lo importante que es anunciarlo”.
Por su parte, el sacerdote Javier Alexis Gil Henao, director nacional de la IAM, invitó a seguir fortale ciendo la evangelización en los más jóvenes y destacó el trabajo de los fieles bautizados de la Diócesis de Cúcuta: “Felicitamos a la Diócesis de Cúcuta por promover la obra del Papa Francisco en favor de todos los niños... porque sin la misión la Iglesia no tiene sentido; somos Igle sia para evangelizar”. De la misma manera, Disney López Lara, secre taria nacional de la IAM, envió un
saludo a todos los misioneros de esta Iglesia Particular, animándolos a “que sigan formándose como mi sioneros de Jesús; que el Señor nos siga bendiciendo y que la delega ción de la Diócesis de Cúcuta pueda compartir esta linda experiencia en sus parroquias”
Sandra Yamile Lizcano Vera, mi sionera de la parroquia San Juan Evangelista de la Diócesis de Cú cuta, describió cada uno de los mo mentos del congreso como signos de la “alegría, el amor y la bendición de llevar al Señor en el corazón”, donde a través de la oración, pidie
Obispo de Cúcuta: “La mejor obra de caridad y la más grande, es dar a conocer a Jesucristo”
ron intensamente “que sea Él quien reavive nuestro espíritu misionero, para poder compartirlo con el pue blo de Dios”.
Después de cuatro días de charlas, adoración al Santísimo Sacramento del Altar, celebraciones eucarísticas y rezo del Santo Rosario misionero, el domingo 16 de octubre, se celebró la Santa Misa de clausura del CO NIAM en la Catedral Nuestra Seño ra del Rosario del Palmar, presidida por Monseñor Mario de Jesús Álva rez Gómez, Obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó.
Citando
a san Juan Pablo II, el Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Li bardo Garcés Monsalve, afirmó que “la mejor obra de caridad y la más grande, es dar a conocer a Jesucristo”, y ha sido esta la más grande obra de los medios de co municación diocesanos, que du rante el mes de octubre celebran su aniversario.
El Periódico La Verdad cumplien do 66 años; la Emisora Vox Dei, 17 años; y la productora audiovi
sual Vox Dei CTV, 8 años; son las herramientas de evangelización que responden al Señor en su petición de dar testimonio de Él, así lo aseguró el señor Obispo en la Sagrada Euca ristía que presidió en la fiesta central de aniversario, la cual se llevó a cabo en el coliseo del colegio Municipal María Concepción Loperena, el pa sado sábado 16 de octubre.
Durante la fiesta, los miembros del Club de Amigos del Centro de Co municaciones de la Diócesis de Cú cuta (CCDC), los oyentes de la Emi
sora y los suscriptores del Periódico, disfrutaron de una tarde de alabanza, a cargo del ministerio musical delpadre Álvaro Gutiérrez y partici paron activamente de juegos que les permitió ganar grandes premios.
La jornada finalizó con la Santa Misa, donde Monseñor describió este encuentro como una oportuni dad para realizar “nuestra profesión de fe en Jesucristo, como lo pide el Evangelio y hacerlo en altavoz por los medios de comunicación, que han sido creados para Dios, para
que la Palabra llegue a sus hoga res. Tenemos la certeza que es Dios mismo quien los sostiene”. Recal có la importancia de que la Palabra transmitida por la Emisora, es a ve ces la única compañía de una per sona enferma o recluida en la cár cel; por ello, explicó que, “cuando usted invita a escuchar la Emisora, a leer el Periódico, a compartir los contenidos en redes sociales, está siendo misionero… Y, si usted es capaz de enderezar a una persona, de levantarlo, de darle consuelo, está siguiendo un camino para en trar al Cielo, porque esto es cari dad”. Además, se cumple con el mandato de Cristo, de ser discípulo misionero.
“Hoy los nombro promotores para recomendar el Periódico La Ver dad, promotores para que sus fa miliares y amigos sintonicen la Emisora Vox Dei, y, promotores y multiplicadores de las redes socia les de la Diócesis de Cúcuta”. Pun tualizó.
Avanza quinto ciclo del proyecto ‘Medios de Vida Sostenible’
LaDiócesis de Cúcuta, como Iglesia en salida misionera, continúa llevando el anun cio del Evangelio a una de las po blaciones más vulnerables de esta zona de frontera: la población migrante, y es que, en sus necesi dades, está el rostro de Cristo, pi diendo a los fieles bautizados que ejerzan su caridad y misericordia.
Por ello, con el objetivo de propor cionar las herramientas necesarias para que puedan emprender de forma independiente, nació el pro yecto Medios de Vida Sostenible, el cual se ejecuta en la Casa de Formación Padre Luis Variara de la Diócesis de Cúcuta, donde ya se han graduado cuatro promocio nes y va por su quinto ciclo en el curso básico de modistería, corte y confección, dirigido a colombia nos retornados y migrantes vene zolanos en estado de permanencia.
El pasado 1 de octubre inició el nuevo curso, con 60 estudiantes matriculados, quienes podrán cul minar el proceso el próximo 22 de diciembre, gracias al apoyo de Adveniat (organización de la Con ferencia Episcopal Alemana), que aporta la materia prima; la Fun dación Banco Diocesano de Ali mentos, que provee mercados para
ayudar a las familias de los bene ficiarios; y los aportes de algunas parroquias. Como en los anteriores ciclos, el proyecto sigue prestando atención y acompañamiento a los hijos de los beneficiarios.
El coordinador de este proyecto, el padre Jhainer Said Urbina García, vicario de la parroquia
Sagrado Corazón de Jesús, seña la lo importante que son este tipo de iniciativas, las cuales brindan mayores oportunidades a perso nas vulnerables, que no tienen re cursos y ahora pueden formarse y recibir, además, acompañamiento espiritual y psicológico.
Luz María Núñez, aprendiz del curso, asegura que estar vincula da a Medios de Vida Sostenible, le ayudará a “abrir muchas puertas, porque podré trabajar en talleres y empresas. Llegué sin saber pisar el pedal de la máquina… pero… voy a llegar muy lejos”. Expresa.
Las clases se desarrollan de lunes a viernes en la jornada de la maña na, de 8:00 a.m. a 12:00 m.; en la tarde, de 2:00 p.m. a 6:00 p.m.; y el día sábado, de 8:00 a.m. a 2:00 p.m., se realiza una jornada in tensiva, para que recuperen clase, quienes faltaron en la semana.
Elmovimiento apostólico Caballeros de Cristo, de la Diócesis de Cúcuta, vivió la experiencia de retiros espiri tuales en la Casa de Nazareth de Pamplona, el 16 y 17 de octubre, donde se dieron cita 35 caballe ros, acompañados por los coordi nadores y su asesor espiritual, el presbítero Hugo Suárez Moreno.
En estos dos días, los caballeros compartieron la celebración de la Sagrada Eucaristía, la adoración al Santísimo Sacramento y practi
caron el sacramento de la reconci liación; asimismo, reflexionaron en los temas: “¿Por qué busco a Dios?” y “Mi transformación”
Finalizando los retiros, el movi miento apostólico realizó la elec ción de la nueva junta directiva, a través de votación, quedando como coordinador general: José Ricardo Bohórquez Albarracín; vicecoordinador: Edinson Mo reno Gélvez; secretario: Carlos Alexander Casadiego Núñez; y fiscal: Eugenio León García.
Lacampaña internacional de 40 Días por la Vida, que lu cha contra el fin del aborto, hace presencia en la ciudad de San José de Cúcuta, donde al cierre de esta edición, ya se habían rescatado dos vidas, según declaraciones de su coordinadora Zurley Ortiz
Gracias a voluntarios y orantes, se desarrolla esta campaña, que finali zará el próximo 6 de noviembre, a la cual se vinculan los fieles bautizados de la Diócesis de Cúcuta, laicos de los movimientos apostólicos y sa cerdotes, que participan con oración,
ayuno y vigilia pacífica, para pedir al Dios de la vida por la conversión de quienes apoyan esta práctica.
Más de 100 vidas salvadas en el mundo, 28 en Colombia y dos en Cúcuta, son las cifras que se cono cieron el pasado lunes 24 de octubre. Esta nueva oportunidad que las ma ternas les dieron a sus hijos, viene acompañada de un apoyo médico, psicológico y formativo, ya que la campaña les otorga la posibilidad de acceder a cursos de emprendimiento.
En total han sido 32 los bebés naci dos en Cúcuta, durante los tres años consecutivos que lleva realizándose esta campaña en esta zona de fronte ra. Zurley Ortiz también reveló que, en el último año, los abortos en la ciudad disminuyeron en un 40%; por ello, invita a todos los fieles bautiza dos a vincularse, a que asistan a la carpa de 40 Días por la Vida, ubicada en el parque Colón y también, a que, desde sus hogares, oren intensamen te para que muchas mujeres digan “sí a la vida”.
En retiros espirituales fue elegida la nueva junta directiva de los Caballeros de Cristo
Van dos vidas rescatadas en la campaña de 40 Días por la Vida
Grupo Eclesial
Encuentro de las Comunidades Eclesiales Misioneras
En el mes Todos los Santos y los Fieles Difuntos, los bautizados de la Diócesis de Cú cuta se reúnen en las diferentes Comunidades Ecle siales Misioneras, para compartir la Palabra de Dios, reflexionar y agradecer al Señor por todo lo que hemos vivido durante este de pastoral.
Sólo Él hizo grandes maravillas: porque es eterna su misericordia. Él hizo sabiamente los cielos: por que es eterna su misericordia. R/.
El afianzó sobre las aguas la tierra: porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes: por que es eterna su misericordia. R/.
El sol que gobierna el día: porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche: por que es eterna su misericordia. R/.
estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tie rra, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús, tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien vol viera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». Y le dijo: «Le vántate, vete; tu fe te ha salvado». Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
tiva y física.
La soberbia cose bocas, golpea con anomia, es decir impide pro nunciar un gracias desde el pro fundo del corazón. El orgullo paraliza porque crea rigidez en el cuerpo y el alma, se corre el riesgo de perderse un abrazo. La amnesia rompe con la gratitud, pues se pierde la memoria de dar gracias, incluso en los momentos más malos, agradecer puede ser un bálsamo que alivia del dolor y lleva a encontrar aliados.
1. Invitar a los veci nos al encuentro.
2. Organizar el lu gar del encuentro con sillas, una mesa y el lema del mes.
3. Hacer un signo que haga refe rencia a los fieles difuntos.
4. Fotocopiar el material para el trabajo en equipos, también pue de imprimirlo desde este link: ht tps://es.aleteia.org/2019/11/28/ papa-francisco-has-pensado-aquien-tienes-que-darle-las-gra cias-hoy/
DESARROLLO DEL ENCUENTRO
Cantos de ambientación: Dios está aquí; Viva la fe; No hay Dios tan grande; etc.
Invocación trinitaria: En El Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Oración inicial: Salmo 135.
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno: porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses: porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los seño res: porque es eterna su misericor dia. R/.
Diálogo: El moderador invita a los asistentes a participar en las siguientes preguntas y después de escuchar concluye el momento.
1. ¿Cuáles momentos celebrativos tenemos en el mes de noviem bre?
2. ¿Qué entiende de la fiesta de Todos los Santos?
3. ¿Cómo conmemoran en su fa milia a los fieles difuntos?
4. ¿Qué significado tiene para us ted el lema del mes: “agradecidos, sigamos adelante”?
Canto: Tu Palabra me da vida.
ILUMINACIÓN BÍBLICA (Lc 17, 11-19)
Lectura del santo Evangelio según san Lucas (17, 11-19):
Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuen tro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: “Jesús, maestro, ten com pasión de nosotros”. Al verlos, les dijo: «Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mien tras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que
El que modera el encuentro hace las siguientes preguntas a los par ticipantes.
1. ¿Qué entendió del texto leído?
2. ¿Qué no entendió del texto?
3. ¿Cuáles cree que fueron las razones que llevaron al leproso curado a agradecer?
4. ¿Por qué nos cuesta tanto agra decer?
PROFUNDIZACIÓN
El moderador or ganiza los parti cipantes en tres grupos y a cada uno le entrega uno de los artí culos del Papa Francisco, invita a que lo lean, lo discutan y des pués de un tiempo prudente lo compartan con los demás parti cipantes. Luego el moderador re toma los aportes de los grupos y concluye este momento haciendo énfasis en el lema del mes.
PRIMER GRUPO
¿HAS PENSADO A QUIÉN TIENES QUE DARLE LAS GRACIAS HOY?
La alegría de vivir agradecidos es contagiosa. El papa Francisco pregunta: ¿Somos capaces de dar gracias? ¿Has pensado a quién tie nes que darle las gracias hoy por algo? Decir “gracias” abre puertas inesperadas, mejora la salud emo
Francisco invita a salir de la dis tracción de quedarnos en nosotros mismos, sin dar gracias a Dios y a los demás. Casi como una cegue ra selectiva que nubla la vista de las cosas maravillosas y pequeñas que nos rodean y llenan de senti do la vida misma.
Un examen de los movimientos del corazón, como lo llama el Papa, sería muy útil para com prender las infinitas ocasiones que perdimos para dar gracias por algo o a alguien. Pero, nunca es tarde y se puede comenzar ahora mismo. Madre Teresa decía que necesitamos ser las manos y qui zás los pies de Jesús y una caricia o una palabra dulce pueda calen tar el corazón de alguien y alegrar su vida. El peligro de esto es que es contagioso. ¡Atención! ¿Has pensado a quién tienes que darle las gracias hoy?
SEGUNDO GRUPO
¿SOMOS CAPACES DE SABER DECIR GRACIAS?
Mamá, gracias por tus manos que prepararon mi plato preferido; papá, gracias por romperte la es palda en el taller por nuestra fa milia; gracias, esposa mía, por ser mi fortaleza en días oscuros; gra cias, amigo mío, por sacarme de ese apuro que me desvelaba; gra cias, hijo mío, porque estudiando supiste valorar los esfuerzos que hicimos con tu mamá; gracias,
abuelo, por tus sabios consejos cuando nadie más me compren día; gracias, querido colega por que aunque no te lo diga frecuen temente no sé que sería de mi sin tu ayuda o escucha; y, sobre todo, gracias a Dios, por todos los do nes, gratuitos e inmerecidos reci bidos hoy y siempre”.
Decir gracias eleva de un centí metro del terreno, porque se sale de lo convencional y se entra en lo extraordinario, en lo divino, de sentirnos parte de algo más grande o de alguien que nos hace mejores. Allí donde comienza el ‘nosotros’, dejamos el ‘yo’ y agradecemos por ser parte de esta empresa, esta familia, esta comu nidad, este grupo, esta sociedad, en fin, parte de este mundo.
Agradecidos de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que seremos. Esto puede solo llevar a la pleni tud emocional y espiritual. ¿Qué me impide ser agradecido?
amor incondicional. Es como el grano de mostaza. Es como ese brinco en la mañana al despertar para ir esperanzados al encuentro de la jornada y sus desafíos, con una actitud renovada y vital, sin importar los obstáculos y las difi cultades.
Estudios científicos y la neuro ciencia demuestra que la salud mental goza de ese beneficio, me nos estrés y mejores relaciones, aumentan la serotonina en el or ganismo, la llamada ‘hormona de la felicidad’ y la creatividad. Los pensamientos negativos, en cam bio, son asesinos de neuronas.
Entonces, un ejercicio para el alma y el corazón puede ser tres veces al día manifestar la alegría de vivir agradecidos con lo mu cho o lo poco que tengamos y donarla a alguien más a través de un pequeño gesto dirigido a: un compañero de trabajo, un familiar o un conocido. Y terminar el día con una oración de agradecimien to como invita el papa Francisco. Así, la palabra clave es: ¡Gracias!
¿Por cuáles aspectos de la vida parroquial y diocesana le doy gracias a Dios hoy?
AGRADECIMIENTO
El moderador invita a las perso nas que espontáneamente hagan una acción de gracias a Dios y al finalizar todos se unen con el coro de la canción demos gracias al se ñor demos gracias, demos gracias al Señor.
ORACIÓN FINAL
Responso por los fieles difuntos
V/. Dales, Se ñor, el descan so eterno. R/. Y brille para ellos la luz eterna. (Tres veces).
no. R/. Y brille para ellos la luz eterna. (Tres veces).
El alma de todos los fieles difun tos, por la misericordia de Dios descanse en paz. Amén.
Moderador: Señor Dios, que has querido que nuestros hermanos a través de la muerte, fueran confi gurados a Cristo, que por nosotros murió en la cruz; por la gracia re novadora de la Pascua de tu Hijo, aleja de tus siervos todo vestigio de corrupción terrena y, ya que quisiste marcarlos en su vida mor tal con el sello de tu Espíritu San to, dígnate también resucitarlos un día a la vida eterna de la glo ria. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
- Padre Nuestro.
- Avemaría.
- Gloria al Padre.
V/. Dales, Señor, el descanso eter
El Señor nos bendiga y nos guarde de todo mal en el nombre del Pa dre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canto: Hoy, Señor, te damos gra cias.
Felicidades en su fiesta patronal
Estamos
culminando este año pastoral, pero el camino no termina, sino que continúa para mostrarnos la voluntad de Dios en medio de nuestra Iglesia de Cúcuta. Algo muy importante de toda esta experiencia de fe, es estar agradecidos por todo y con todos, por cada una de las perso nas y de los acontecimientos que marcan nuestro corazón y lo forta lecen en el amor.
Durante este mes de noviembre, nuestro agradecimiento es oración por todos los fieles difuntos ami gos, familiares y las víctimas de la violencia que descansan en la paz de Dios. Estamos agradecidos por su vida, su amor y la alegría en la esperanza que están junto a Dios. Agradecidos porque Dios nos invita siempre a la santidad, a la perfección y a tener una vida con forme a su voluntad. Por ello, da mos gracias por el testimonio de cada uno de los santos y santas que nos acompañan en este ca mino hacia el Padre
1. Ser agradecido es parte de la vo luntad de Dios, es decir, ser agra decido en cualquier circunstancia que la vida nos presenta. Dar gracias siempre porque a pesar de la realidad desafiante, Dios man tiene la esperanza en cada uno de nuestros corazones (1 Tes 5, 18).
2. Ser agradecidos no depende de si estamos bien o mal, sino de la confianza de cada uno de nosotros en Dios. El agradecimiento no es circunstancial, es fruto de la certeza de la presencia de Dios y su obra en medio de noso tros. Por esto, en todo tiempo somos agrade cidos, porque siempre somos bendecidos.
tra su agradecimiento en todo y por todo. La oración comunitaria, es una acción de gracias por las bondades de Dios, por su miseri cordia y por su presencia en medio de cada uno de nosotros.
4. Como cristianos estamos llama dos a no cansarnos de agradecer a Dios. Alabar a Dios siempre, por que es eterna su misericordia. El Salmo 107, 1 muestra precisamen te que el amor de Dios nunca se acaba por cada uno de nosotros porque cada mañana nos regala el don de la vida. Por ello siempre agradeci dos, porque todo es un don de Dios. Siempre agradecidos poque su amor es incondicional.
“Estar agradecidos por todo y con todos, por cada una de las personas y de los acontecimientos que marcan nuestro corazón y lo fortalecen en el amor”.
3. Al ser cristianos debemos ser agradecidos. Colosenses 3, 15 ma nifiesta que como somos miem bros del Cuerpo de Cristo, cada uno de nosotros debemos vivir en paz, pero ante todo ser agradeci dos. Un cristiano siempre mues
5. Siempre agrade cidos cuando oramos. No se preocupen por nada, siempre den gracias (Flp 4, 6-7). Nuestra oración es gratitud, es en trega, es colocar todo en las ma nos de Dios.
Sigamos adelante, no caminando solos, sino con la compañía de los santos y de todos los que están en la presencia de Dios. No estamos
solos en este caminar de fe y de esperanza, hoy más que nunca nos fortalece cada una de nuestras co munidades parroquiales que en la vivencia del plan de evangeliza ción viven y celebran la presencia del Señor.
Sigamos adelante, siempre agra decidos por todo. Agradecidos por nuestros animadores de la evan gelización y por cada unos de los sacerdotes. Agradecidos por nues tro padre y pastor, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, quien con su testimonio nos invita a co locar todo en las manos de Dios, que lo puede todo.
Agradecidos con Dios, quien siempre nos bendice y nos alienta en nuestro caminar, quien nos sos tiene en la vida para que siempre estemos alegres, quien nos ama profundamente porque somos sus hijos.
En el Señor siempre confiamos como dice el Salmo 33: “Nosotros esperamos en el Señor, Él es nues tra ayuda y nuestro escudo; en Él nuestro corazón se alegra, porque en su santo nombre confiamos. Que tu amor, Señor, nos acompa ñe, pues así lo esperamos de Ti”.
Pero, ¿por qué debemos ser agradecidos?
La vida anunciada allí donde Dios Descendió a los infiernos, levantó a los difuntos
ElSímbolo de los Apóstoles (cre do) es como el lugar de un canto continuo, trama que atraviesa el tiempo, y permite en la historia habi tar la alegría de las diversas voces, las cuales uniéndose en un solo espíritu dan alabanza al Dios Uno y Trino que en su obra de creación, justificación y redención sostienen al hombre caminante en la búsqueda del rostro di vino, único espacio en el cual el deseo íntimo de su propio ser se rea liza, tal obra tiene lugar al interno de un cuerpo social, de un pueblo, de una comunidad de vida y amor, al interno de la historia y en la arena de la creación.
El hombre creyente cuando profesa su fe, dice en el llamado Sím bolo de los Apóstoles en referencia a la identidad del Cristo: «fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos […]». Por su parte, el llamado credo de «Nicea-Constantinopla», (fruto de la elaboración y reflexión de fe que prosigue los concilios ecuménicos de
Nicea 325 d.c. y Constantinopla, 381 d.c.) el cual se caracteriza por una ex pansión notable de los «artículos de fe», cuando se ocupa del artículo en cuestión, omite la mención explicita de la sentencia «descendió a los in fiernos» diciendo en su lugar: «pade ció y fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras […]».
Podríamos preguntarnos: ¿Qué busca enseñar la Iglesia con tal referencia al descenso de Jesús al lugar de los muertos?
“Cristo desciende en cuanto es Príncipe de la vida, y a todos los difuntos les es anunciada la fuerza del bien, el anuncio es claro, la muerte ha sido destruida y el maligno no tiene ningún poder sobre la gloria de Dios”.
¿Cómo bíblicamente la reflexión teológica fue asumiendo tal misterio del Cristo? ¿Qué bue na noticia es anunciada para los que mueren?
Para tal ejercicio, ini ciamos con la segunda pregunta, eligiendo tres textos bíblicos que co rresponden a tres diver sos corpus del Nuevo Testamento, el primero de ellos a la obra del evangelista Lucas, en su libro de los Hechos de los Apóstoles que junto al Evangelio de Lucas fue ron escritos para ser leídos como obra continua.
«Israelitas, escuchen estas palabras: A Jesús, el Nazareno, hombre acredita do por Dios ante ustedes con milagros
prodigios y signos que Dios realizó por su medio entre ustedes, como us tedes mismos saben, a éste, que fue entregado según el determinado de signio y previo conocimiento de Dios, ustedes lo mataron clavándolo en la cruz por mano de unos impíos; a este Dios le resucitó librándolo de los la zos del abismo, pues no era posible que lo retuviera bajo su dominio […]» (cf. Hch 2, 22-24).
El Apóstol Pedro, que toma la pa labra, ofrece una clave de lectura de los eventos que sucedieron en medio del pueblo en referencia sobre aquel hombre de Nazareth; al igual que en el credo los misterios de la Pascua de Cristo aparecen íntimamente vincu lados; la obra de resurrección surge como una acreditación por parte de Dios que evidencia la bondad de la obra de su Hijo, el texto subraya al mismo tiempo la doble causalidad del evento, sea la intriga de la sentencia humana que le conduce a la muerte en cruz, sea el único diseño de Dios que actúa de modo eficaz para restaurarle en la verdad, levantarlo es por tanto, signo visible de la potencia de la Pa labra creadora, que no permite que el justo viva en la oscuridad del abismo y que los lazos de la muerte sujeten su existencia.
Si el texto anterior subrayaba como Dios asistía la misión del Cristo, y
se hacia lugar de su presencia ya en la historia terrenal del Hijo, realizan do sobre él la justicia que los hom bres le arrebataban. El siguiente texto pertenece al llamado corpus paulino, tomado de la carta a los Efesios, su braya sobre todo la unidad de sujeto y la vinculación de la obra del Cristo a la obra del Espíritu Santo, don que se reparte sobre los hombres.
«Subiendo a la altura, llevó cautivos y repartió dones a los hombres, ¿qué quiere decir subió, sino que también bajó a las regiones inferiores de la tie rra? Este que bajó es el mismo que su bió por encima de todos los cielos para llenar el universo» (cf. Ef 4, 8-11).
Él, Jesús, que nació de mujer, y nació bajo el poder de la ley, se anonado al punto no solo de la muerte, sino de la muerte ignominiosa de la cruz, y bajó incluso al lugar de las sombras, para recapitular sobre sí la única palabra fundante, de modo que la solidaridad de su obra salvífica se despliega sobre toda la realidad creada.
El texto siguiente pertenece al llama do corpus joánico, y se dice así en el libro del Apocalipsis:
«Soy el viviente, el que vive, estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo» (cf. Ap 1, 18).
Dios era visto como ausente difuntos y a todos alegró con su elevación
se dio la separación de su alma y de su cuerpo y decir que con su alma uni da a la persona del verbo descendió a los infiernos es confesar ante todo la radicalidad y la universalidad de la redención
Aquí, es el mismo Cristo glorioso, como espíritu dador de vida que canta su propia historia y presenta su sobe ranía sobre toda la realidad creada, Él posee como justo custodio las llaves del reino de la muerte, y el abismo y la claridad de la vida divina se despliegan sobre todo el horizonte no dejando espacio a otras potencias engañadoras
Hasta este punto los tres textos bíbli cos presentados a la consideración de cada uno de ustedes nos ponen ante una evidencia: que sea el lenguaje del credo o sea el lenguaje bíblico del Nuevo Testamento, exhiben una simbiosis de eventos históricos y me ta-históricos uniéndose de tal modo al estilo propio de los escritos de todo el Antiguo Testamento que expresan la total convicción que Dios no solo ha creado, sino que dirige los hilos de la historia, tomándose en serio los entra mados que el hombre fabrica y crean do en estas situaciones u opciones de muerte espacios de vida inaudita.
Ahora nos ocuparemos de esbozar brevemente una orientación a la re flexión respecto a la primera pregun ta: decir que Jesús descendió a los infiernos, al lugar de los muertos, es confesar ante todo que el Cris to como verdadero hombre murió realmente, con la carga de tragedia que tal evento conlleva. Que ademas,
Otra línea de reflexión que nos propone el artí culo de fe es el misterio del sábado y la idea del reposo en la tumba. Tal vez la atención al len guaje utilizado en pala bras como «descenso», «altura», «elevación», indican cómo el Reden tor penetra precisamente en el lugar de la máxima ocultación del rostro de Dios, llegando a asumir de tal modo en total soli daridad el destino de todos los difun tos.
“Levantarlo es por tanto, signo visible de la potencia de la Palabra creadora, que no permite que el justo viva en la oscuridad del abismo y que los lazos de la muerte sujeten su existencia”.
Repitiendo nuevamente, podemos de cir que es ante todo una profesión de fe en «el misterio de la solidaridad»; allí el justo redentor se vincula con los justos hombres que antes de deÉl han sucumbido a la muerte física, comunicando la claridad de su obra redentora en el reino de los muertos y manifestando la energía liberadora de esta misma obra. He aquí, la buena noticia, el Evangelio que se extiende no solo a todas las naciones, sino que la potestad donada al Hijo incluye el mundo visible e invisible (cf. Mt 28, 18-20), su descenso al lugar de los muertos lo realiza como salvador y allí de acuerdo a la fe venerable de la tradición proclama la alegría del Evangelio a los difuntos.
Si se quiere continuar reflexionando en este sentido será necesario entrar dentro de la dinámica de revelación de los textos del Antiguo Testamento (pe dagogía divina), preguntarse qué tan extendida era la idea de la resurrección antes del dominio del imperio griego y de la difusión de la mentalidad hele nística, (cf. especialmente difusión de
las ideas griegas que prefieran hablar de la inmortalidad del alma 333 a.c. –135 d.c.), tener en cuenta que la idea bíblica de la resurrección se toma en serio nuestra condición corporal, la tierra que somos, y el anuncio de vida es a todo el hombre y a todos los hom bres. Para el hombre bí blico, así como aparece en los textos de la Torah de Moisés, en textos sea proféticos, que sapien ciales, el Dios de Israel es el Dios de la vida, y el creyente puede alabarle solo en vida, la muerte es dibujada como la rup tura tremenda de aque lla relación fundante; el lugar de las sombras, el Sheol, o Hades, aparece de este modo como el lugar de la ausencia de alabanza a Dios y habitación de aquellos que privados de la visión de Dios viven en un estado de existencia sin la alegría de la vida
Otro punto de reflexión, es que pre cisamente en textos anteriores o con temporáneos al imperio persa (cf. es pecialmente 538-333 a.c.) la imagen de satanás, por ejemplo, aparece de modo notablemente diverso a la con cepción diabólica o a textos de tipo dualista que le presentan como poten cia fundante de las fuerzas del mal; baste recordar el rol en el libro de Job que siendo siervo de Dios aparece con rasgos de fiscal en defensa de los in tereses de la corte divina. A tal visión que se va desarrollando incluso hasta postular en el mismo Sheol la separa ción de los justos difuntos que habrían vivido en comunión a Dios y que re posan con sus padres, de aquellos im píos que con la muerte son olvidados no solo por Dios sino por los mismos hombres, pues su memoria, la de los impíos no tiene raíces. Se debe tener en cuenta que a esta visión se sobrepo ne y en ocasiones tomó la prevalencia, la descripción del infierno como lugar de las potencias del mal, del lugar de
los condenados, de las fuerzas diabó licas, este tipo de lenguaje aparece con fuerza en la época helenístico-ro mana, y fue tematizada sobre todo en la llamada literatura de Enoch, textos apocalípticos que alcanzaron gran di fusión en la época que cubre el pasar de un testamento a otro, y encuentra ecos incluso en la literatura canónica del nuevo testamento. Dicho lo ante rior, el Catecismo de la Iglesia Católi ca busca recordar que el Cristo, «no ha descendido a los infiernos para liberar los condenados, ni para destruir el in fierno de la condenación, sino para li berar los justos que le habían precedi do» y asevera diciendo, «el descenso a los infiernos es el cumplimiento, hasta la plenitud del anuncio evangélico de la salvación» (cf. CIC 634).
Podríamos decir teniendo en mente la última pregunta: Cristo desciende en cuanto es Príncipe de la vida, y a todos los difuntos les es anunciada la fuerza del bien, el anuncio es claro, la muerte ha sido destruida y el maligno no tiene ningún poder sobre la gloria de Dios. La muerte física no aparece como la palabra ultima y en el momento cru cial que atañe a todo hombre, como es el momento de la muerte no tendrá que transitarlo en la soledad, encon trará su Dios, su amigo, su hermano que le precede con la luz de la vida.
A todos aquellos que nos han precedi do, a nuestros difuntos que duermen en la paz del Señor, les es dirigida una palabra que está encarnada en un ros tro concreto, les es dirigida la palabra que es Cristo y podremos decir final mente cada vez que pensamos y trata mos de reflexionar sobre los eventos últimos:
«Dios es nuestro lugar; Él mismo es en Cristo, las realidades últimas: como ganado es Cielo; como perdi do, infierno; como examinador, juicio; como purificador, purgatorio» (Von Balthasar).
Se consolida la obra educativa del padre Variara en Agua de Dios
concede el poder hacer [estos oficios], aunque tengan buena voluntad”
La obra educativa del padre Va riara entre los niños de Agua de Dios, se va consolidando con la oración, el ofrecimiento, el traba jo asiduo y sacrificado, que sin ser el director, sí ejercía un marcado lide razgo entre los salesianos, las nuevas religiosas, los colaboradores y espe cialmente, entre los niños y jóvenes de la población, gozando incluso de reconocimiento y admiración en otros ambientes, incluyendo las autoridades gubernamentales y eclasiásticas.
El edificio del Oratorio Miguel Unia, contaba ya en 1905 con acogedores lugares para los niños. Según el pro yecto que el padre Luis había descrito en su carta circular para todos los ni ños y jóvenes de Colombia, se habían logrado construir los dormitorios, al gunas aulas, una sencilla enfermería y se contaba con un amplio patio de re creación. Con paciencia y dedicación se iba ampliando el edificio, según los recursos iban llegando.
El padre Variara, estaba al frente de la obra, y procuraba apoyar a los obre ros, ayudando él mismo a adelantar los trabajos, como contaba Adriano Ruiz, uno de sus antiguos alumnos: “él no solo procuraba los medios ne cesarios, sino que también ayudaba con su trabajo personal. Yo mismo lo vi transportando materiales con la carretilla y le ayudé en aquellos tra bajos con mis compañeros”.
La escuela había comenzado a fun cionar dentro de las instalaciones del asilo, con un cuidadoso progra ma académico, avalado por el ministerio del gobierno nacional, bajo cuya supervisión se validaron los cur sos correspondientes al nivel elemen tal. Esta instrucción se complementa ba, desde la experiencia salesiana con la educación técnica que preparaba a los niños para el trabajo, con talleres de carpintería, zapatería, sastrería e imprenta; además de la formación lú dica a través del teatro, el cine y espe cialmente de la música.
En una de las visitas del ministerio al Oratorio, los supervisores: General Armando Gómez y doctor Pablo Me dina, escribieron en su informe: “El R. padre Luis Variara, ha dedicado su vida al cuidado y educación de los niños lepro sos. A su cargo está el Oratorio o Asilo Miguel Unia, donde instruye, educa y con suela a los niños, les enseña algún oficio y con ellos ha confor mado una banda de música que en la vida social del Lazareto es ya un elemento indis pensable”
“La obra educativa del padre Variara, llamada entonces, el Oratorio Miguel Unia, prosperaba dando a la población una nueva esperanza en la adecuada y esmerada preparación de los niños y jóvenes”.
A parte del trabajo material, involu crándose en tareas de construcción, así como su dedicación a la educación académica, laboral y lúdica de los ni
ños, se destaca la formación humana, moral y espiritual que compartía con sus hermanos salesianos y con las nue vas religiosas, como entonces se co mentaba en diversos ambientes: “La obra de los padres sa lesianos, en especial del padre Variara, ha sido fecunda, conso lando y dando ejem plo de abnegación. Sin ella no se habría podido sostener el Lazareto en las duras crisis porque ha pasa do, ni habría llegado a ser, ejemplo de mo ralidad en todo sen tido”. Al respecto, el mismo padre Variara escribía a su superior: “En este oratorio se necesita que uno se adapte a todo, incluso a los oficios más humildes y repugnantes, si no… nada se hace. Hay muchas llagas que fajar y ver, etc… y no a todos se les
En este sentido, sus alumnos recor daban el estilo pedagógico del padre Luis Variara: su carácter muy alegre y su buen humor, “como buen salesia no, jugaba con nosotros, enseñándo nos todos los juegos que había apren dido en el Oratorio de Don Bosco [en Italia]”. Manifestaban además que era muy amable y los corregía con afecto, sin ira, tratando de hacerles comprender sus errores y de persua dirnos sobre el bien y la virtud; trataba igualmente a los niños enfermos y a los sanos, y se notaba el empeño que ponía en no manifestar repugnancia alguna en el trato con los enfermos. No buscaba comodidades para sí, su preocupación era el bien de los demás. Todos lo veían como un padre espiri tual y era muy amado por los alum nos, los exalumnos, los superiores y por los fieles de Agua de Dios.
De esta forma, la obra educativa del padre Variara, llamada entonces, el Oratorio Miguel Unia, prosperaba dando a la población una nueva espe ranza en la adecuada y esmerada pre paración de los niños y jóvenes, entre los cuales ya se perdían las diferencias entre sanos y enfermos, valorando a unos y a otros en su dignidad y en sus capacidades, brindando oportuni dades y proyectando el futuro del La zareto. Pronto muchos de estos niños pasarán los límites del alambrado que entonces encerraba a la población, para continuar sus estudios en otros centros educativos que tanto los sale sianos como las Hijas de los Sagrados Corazones, irían fundando por todo el territorio nacional.
El Colegio Miguel Unia, en Agua de Dios, cuenta hoy con más de mil alumnos en los niveles de básica y media; además de miles de exalumnos disgregados por todo el país, entre fi guras destacadas a nivel nacional e in ternacional, en distintos campos pro fesionales como la música, la política, la ciencia, la religión, el derecho, las artes y la docencia.
LaIglesia latinoamericana, la congregación de la Orden de Predicadores y la parroquia San Martín de Porres de la Dióce sis de Cúcuta, celebran a su santo patrono, del 25 de octubre al 3 de noviembre, en el marco de los 383 años de su muerte y los 60 años de su canonización.
El humilde y santo mulato, nacido en Lima (Perú) el 9 de diciembre de 1579, fue hijo del español Juan de Porras de Miranda, natural de la ciudad de Burgos caballero de la Orden de Alcántara, y de Ana Ve lázquez una mujer negra liberta, natural de Panamá que residía en Lima. Recién nacido no fue recono cido por su padre, por lo que en el libro de bautismos aparece inscrito como “hijo de padre desconocido”.
Muy joven, Martín fue auxiliar práctico (enfermero empírico) del boticario, también, barbero y her borista; artes que lo prepararon para entrar en 1594, a la edad de quince años, en la Orden de Santo Domingo de Guzmán en calidad de “donado”, es decir, como terciario (recibía alojamiento siendo el man dadero y se ocupaba de los traba jos materiales y domésticos, como criado); así vivió casi nueve años para ser admitido como hermano lego o cooperador (monje o reli gioso que se ocupa de los trabajos manuales) e hizo profesión solem ne en la Orden de Predicadores el 2 de junio de 1603, convirtiéndose en fraile profeso de votos de pobre za, castidad y obediencia.
Vestido de religioso se dedicó in tensamente a la oración del Santo Rosario, la Sagrada Eucaristía, la que adoraba en el Santísimo Sa cramento escondido debajo de una escalera; por eso dormía solo unas cuantas horas, practicaba ayunos prolongados y comiendo solo lo indispensable; llevaba una vida de extrema pobreza y penitencias, sirviendo a los más necesitados en situación de extrema pobreza y enfermedad –a quienes decía “yo te curo, Dios te sana”- y, en el convento, sería en los oficios más humildes, como el de barrendero, que le valió el cariñoso apodo de ‘fray Escoba’, con la que es repre
De los santos sencillos: Martín, llamado ‘fray Escoba’
años de su canonización
sentado en pinturas, cuadros e imá genes. Acompañó siempre sus pe nitencias, orando en las noches ante el crucifijo grande que había en su convento o arrodi llado ante el Santí simo Sa cramento y ante la imagen de la Virgen María re zando con fervor el Rosario.
Maltrecho por el trabajo y la peni tencia, cayó gravemente enfermo, muriendo en Lima en 1639 de fiebre tifoidea a la edad de 59 años. Fue beatificado el 10 de septiembre de 1837 y canonizado el 6 de mayo de 1962, por el Papa Juan XXIII.
Devoción
San Martín de Porres, hace parte de la devoción a esos santos afros que dan iden tidad a un pueblo creyente identifi cado con ellos, en su vida e historia, y le ayudan a recobrar su dignidad y libertad; es el caso de Latinoamérica, que ha vi vido una historia de desigualdades sociales, explotación económica y opresión, llevando esto a la priva ción de los derechos fundamentales e injusticias étnicas, palpado en los cinturones de pobreza extrema de muchas ciudades. Prueba de esa identidad ancestral afro, son las “cofradías” devocionales, según la época, que, con normas propias
y sin fronteras étnicas, crearon una manera religiosa y social de vivir; pagar la cuota de cofrade y revestir el hábito de dominico, visibilizan una identidad, conlleva una nueva manera de vivir, al sentirse parte de un gran cuerpo u asociación (cor poración), en fin, una gran familia; incluso, llegaron a ser el ejemplo de las cooperativas actuales, al buscar la expresión cultural libre de verda dera promoción humana integral. Esta cohesión socio-espiritual vivi da en la santa celebración y la so lemne procesión, hacen olvidar rea lidades de discriminación, alivia el pasado esclavista y el sometimiento del presente consumista y clasista. Estos ritos devocionales celebra tivos son un fenómeno no solo de protesta, sino, también, para ahu yentar la enfermedad y recuperar la salud y, con ella, la identidad.
Con el ejemplo de su vida, nos en señó san Martín de Porres que podemos llegar a la salvación y a la santidad por el camino de Cristo Jesús, a saber: amar a Dios en primer lugar, con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente; y, en segundo lugar, amar al prójimo como a noso tros mismos. Por eso él es ejemplo de amor intenso al sagrado misterio redentor de Cristo en la Eucaristía, con que se alimentaba y adorabaen el Santísimo Sacramento; en Él contemplaba cuánto el Señor pa deció por nosotros, cargando con nuestros pecados, subió al leño; los atroces tormentos del Señor le ha cían derramar abundantes lágrimas, lo movían a largas penitencias, cas tigar su cuerpo con látigos en las disciplinas personales, en las que se decía “perro mulato”; pero so bre todo, es ejemplo de caridad y solidaridad con los más pobres y afligidos, a quienes tenía por más dignos e importantes.
Este año nuestra parroquia con memora los 50 años de trabajo parroquial y los 42 años bajo la ti tularidad de nuestro santo mulato peruano en sus 60 años de canoni zación, con la novena iniciada el 25 de octubre al 3 de noviembre.
San Martín de Porres, ¡ruega por nosotros!
CÓMO DEBEMOS ENTENDER EL DIEZMO
Por: Pbro. José Elver Rojas Herrera, Ecónomo de la Diócesis de Cúcuta; párroco de Sagrado Corazón de JesúsSinrodeo alguno, el diezmo es la décima parte de todos los frutos adquiridos, que se debe entregar a Dios como reconocimiento de su do minio supremo (Levítico 27, 30-33). Pues todo lo que tengo le pertenece a Dios, por eso en realidad lo que hace la persona es devolverle a Dios una parte de lo que a Él le pertenece. No obs tante, con este gesto salido de un cora zón lleno de fe y de confianza en que con mi Diezmo puedo hacer presente el amor de Dios a través de su Iglesia. Quien diezma siente la alegría del bien cumplido porque sabe que la Iglesia con el Diezmo ejerce la caridad con los más pobres y necesitados, mantiene el culto y promueve la evangelización.
En este sentido la Diócesis de Cúcuta, cada año anima a los bautizados para que durante el mes de noviembre se
acerquen a sus parroquias y presenten el Diezmo con amor, fruto del com promiso personal con la Iglesia y en agradecimiento a Dios por los bienes espirituales y materiales recibidos, así apoyar a la Iglesia Católica en las obras de evangelización con el cual la Iglesia puede mantener diversas obras de caridad como es la atención de ni ños, ancianos, enfermos, familias en pobreza extrema, desplazados por la violencia y migrantes.
No cabe la menor duda que cuando al guien recibe la ayuda de la Iglesia con el Diezmo que usted le ha entregado,
y este pobre exclama “Dios le pague” la acción de Dios recae en cada bau tizado que ha hecho posible esa obra de misericordia. Es decir, usted amigo bautizado que ha entregado con alegría su Diezmo, recibe abundantes bendi ciones de Dios.
Otro servicio que se presta con el Diezmo es mantener vivo el culto a Dios. Cada vez alcanza menos la ofrenda de los fieles que se recoge en las cele braciones eucarísticas para construir y garantizar el respectivo mantenimien to de los templos parroquiales y con seguir todos los elementos necesarios para la celebración del culto, lo que obliga a los sacerdotes a recurrir a ri fas, bazares, bingos, entre otros. Si los fieles presentan el Diezmo a su debido momento y los sacerdotes lo invierten a tiempo, podemos contar con todo lo necesario para la celebración del culto. Pues según el Código de Derecho Ca nónico, “los fieles tienen el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, de modo que se disponga de lo nece sario para el culto divino, las obras de apostolado y de caridad, y el conve niente sustento de los ministros”.
El Diezmo se entrega no como un amuleto para que me vaya bien en mis negocios, ni mucho menos por miedo para que no me suceda nada malo en la vida. Tristemente algunos movimien tos religiosos no han sabido respon der con rectitud y honestidad ante lo que los fieles les han confiado. Antes bien, más allá de lo que la Palabra de Dios nos ilumina sobre el sentido del Diezmo, se han centrado en asustar a la gente con amenazas de desgracia a
quien no diezme permanentemente.
Queridos lectores, como lo afirma el apóstol Pablo, los diezmos se deben dar con motivos puros, generosidad ilimitada y con una actitud de ado ración a Dios y servicio al cuerpo de Cristo. “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al que da con alegría” (2 Co 9, 7).
Cuando inicia la campaña sobre el Diezmo suelen acercarse fieles a pre guntarle a los sacerdotes cómo es lo del diezmo, cuánto se debe presentar, y antes que el padre los instruya, ellos mismos empiezan a responderse con base a un 10% de los bienes recibidos. Sacan cuentas y claramente se les nota en el rostro la preocupación de tener que entregar mucho, a lo que consi deran ese valor puede ser invertido en otras cosas personales.
Como el dar porque toca, se convierte en una carga insoportable que cansa rápido, entonces la motivación para diezmar debe ser el amor y el agrade cimiento a Dios por su bondad. No se trata si doy el 10%, menos o más, eso depende de un corazón agradecido y de las propias posibilidades de cada uno. Lo importante es ser conscientes que con mi Diezmo le manifiesto a Dios mi agradecimiento por confiar en mis manos tantos bienes que proceden de Él y quedan bien administrados, alcanzan para apoyar a la Iglesia en hacer pre sente el rostro misericordioso de Dios en medio de los más necesitados.
“Todo
tengo
realidad
¿Jesús es relación, no religión? ¿Cristo sí, Iglesia no? ¿Cómo orientar a nuestros hermanos?
Se ha tornado muy común hoy es cuchar frases como: “Jesús es relación, no religión”, “Cristo sí, Iglesia no”, “Creo en Dios y no en la Iglesia”; dándonos erróneamente a en tender que en el fondo la Iglesia no ten dría nada que ver con Cristo y su misión redentora.
Para ello, sería bueno precisar varios puntos que nos ayudarán a compren der la unidad que hay entre Dios y la Iglesia, ya que no puede haber espacio para una contraposición; o separar a Cristo de la Iglesia. Pues en definitiva lo que dichas frases nos dan a entender, es que algunos cristianos no practican tes al descalificar la comunidad-Iglesia, pretenden “creer sin pertenecer”, o vivir una experiencia de fe sin compro miso y a su manera. Por consiguiente, se debe tener claro:
1. La Iglesia no se puede separar de Cristo
La Iglesia no se explica desde sí mis ma, sino desde la persona de Jesús, puesto que, afirmar a Cristo es afirmar a la Iglesia, ya que la Iglesia es el Cuer po de Cristo, del cual Cristo es cabeza (cfr. Ef 5, 23). Del mismo modo que, en el hombre, cabeza y cuerpo forman una unidad integral, así también Cristo y la Iglesia constituyen un solo cuerpo místico; como lo afirmó Santo Tomás: “Cabeza y miembros son, por así decir, una sola persona mística” (STh., III, q.48, a. 2, ad 1). Ahora bien, el Concilio Vaticano II también nos ha mostrado la unidad que hay entre Cristo y la Iglesia a través de varias imágenes bíblicas: la Iglesia como el redil, cuya única y obli gada puerta es Cristo (cf. Jn 10, 1-10); es también una grey, de la que el mismo Dios se profetizó Pastor (cf. Is 40, 11; Ez 34, 11ss), y cuyas ovejas, aunque conducidas ciertamente por pastores humanos, son, no obstante, guiadas y alimentadas continuamente por el mis mo Cristo, Buen Pastor y Príncipe de los pastores (cf. Jn 10, 11; 1 P 5, 4), que
dio su vida por las ovejas (cf. Jn 10, 1115), (cf. LG 6).
Por tanto, “entre el Hijo de Dios encarnado y la Iglesia existe una profunda, inseparable y misteriosa unidad, en virtud de la cual Cristo está presente hoy en su pueblo” (Benedicto XVI, Au diencia general, 15/03/06). Es siempre contemporáneo nuestro, y es siempre contemporáneo en la Iglesia construida sobre el fundamento de los Apóstoles: “Id y haced discípulos de todos los pue blos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28, 16-20).
2. La Iglesia presencia sacramental de Cristo
La Iglesia, enriquecida con los dones de su fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y ab negación, recibe la misión de anunciar el Reino de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese Reino (LG 5). Pero no solamente anuncia el Reino, sino que además la Iglesia prolonga en la historia de la humanidad la perso na de Jesús y su enseñanza; y al mis mo tiempo comunica su mensaje y ad ministra sus efectos salvíficos. Ya que, como indica Xavier Zubiri: “La Iglesia, ciertamente, es la vida misma de Cristo presente”. Es decir, la Iglesia actualiza
desde la liturgia y la Palabra de Dios, la presencia viva y real de Cristo; espe cialmente en la Eucaristía, y esto hace que Cristo mismo alimente de manera espiritual pero real su Cuerpo Místico, haciendo que dicha unión irrefutable entre Cristo y la Iglesia se vea refleja da en la Esposa de Cristo, quien es al mismo tiempo su presencia sacramental para la humanidad. En definitiva, como afirma el Catecismo de la Iglesia Católi ca: “Cristo y la Iglesia son, por tanto, el Cristo total [Christus totus]. La Iglesia es una con Cristo” (CEC 795).
3. El cristianismo se vive en comunidad
Y, por último, creer en Cristo nos debe llevar inmediatamente a tener una experiencia de comunidad, pues no se entiende un creyente que lleve una vida cristiana aislada, sin vivencia ecle sial, ya que es en la comunidad-Iglesia donde se hace vivo el Evangelio, don de se hace presente Cristo de manera sacramental y a través de cada uno de los creyentes: “donde dos o tres estén reunidos en mi nombre ahí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20). Pero esto ya no sería fruto de “un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad” (DCE 31), y une en el amor cristiano a todos los creyentes.
Así las cosas, la fe en Cristo, se con cretiza no solo en relaciones sanas y
maduras con nuestros semejantes, sino que va más allá: se concretiza en la unidad y comunión con la Iglesia, pues limitar la fe a una vida individua lista y aislada sería limitar la acción del mismo Cristo que quiere que “todossean uno”, como Él y el Padre celestial son uno (cf. Jn 17, 21). Aunque, como afirma Benedicto XVI: “el acto de fe es un acto eminentemente personal que sucede en lo íntimo más profundo y que marca un cambio de dirección, una con versión personal”, también agrega que: “este creer mío no es el resultado de una reflexión solitaria propia, no es el pro ducto de un pensamiento mío, sino que es fruto de un diálogo, en el que hay un escuchar, un recibir y un responder… No puedo construir mi fe personal en un diálogo privado con Jesús, porque la fe me es donada por Dios a través de una comunidad creyente que es la Iglesia y me introduce así, en la multi tud de los creyentes, en una comunión que no es sólo sociológica, sino enrai zada en el eterno amor de Dios que en sí mismo es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; es Amor trinitario. Nuestra fe es verdaderamente personal sólo si es también comunitaria: puede ser mi fe sólo si se vive y se mueve en el «nosotros» de la Iglesia, sólo si es nues tra fe, la fe común de la única Iglesia” (Audiencia general, 31/10/12).
Por tanto, ese nosotros se debe vivir concretamente en la comunidad parro quial, pues como afirma el Documento de Aparecida: “Entre las comunidades eclesiales, en las que viven y se forman los discípulos misioneros de Jesucristo, sobresalen las Parroquias. Ellas son cé lulas vivas de la Iglesia y el lugar pri vilegiado en el que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y comunión eclesial” (170); porque es en ellas donde los creyentes se reúnen para “partir el pan de la Pa labra y de la Eucaristía y perseverar en la catequesis, en la vida sacramental y la práctica de la caridad”, pero especial mente es en la celebración de la Euca ristía en donde la comunidad creyente reunida en torno al altar del Señor, cada día “renueva su vida en Cristo” (DA 175).
AGRADECIDOS
Por: Mg. Consuelo MoránNiños, niñas y adolescentes de nuestra Diocesis de Cúcuta. Qué emoción despedir el mes de octubre y dar la bienvenida a noviembre, el penúltimo mes del año, en el que recibimos un gran mensaje, ser “agradecidos”; así como lo están leyendo, debemos ser agradecidos con todas las personas que de una u otra manera nos han brindado su ayuda, agradecidos con nuestro Padre Celestial porque estamos vivos y damos testimonio de su amor, ¡por tal motivo los invito a que vivamos las siguientes celebraciones con respeto y devoción!
¿Sabías que en los primeros días del mes de noviembre celebramos la fiesta de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos?
¡Aprendamos un poco de estas celebraciones!
Noviembre 1
Solemnidad de todos los santos
En el día de Todos los Santos recordamos la vida ejemplar de aquellos cristianos que tomaron la vida de Jesús como modelo y
la llevaron a experiencias que iluminaron sus acciones y su oración en todos los momentos de su vida, guiada por el amor de Dios.
Todas las personas estamos llamadas a la santidad, es decir, a vivir como hijos de Dios. Ser santo no es tener una aureola encima de la cabeza y hacer milagros, es hacer las cosas de todos los días con amor y por amor a Dios.
Noviembre 2
Conmemoración de Todos los fieles difuntos
La Iglesia ha querido instituir un día del año dedicado especialmente a orar por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo, por eso el 2 de noviembre se conmemora el DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS. Para tener en cuenta las obras de misericordia: Rogad a Dios por los vivos y los muertos.
La tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde se honraba su recuerdo y se ofrecían oraciones y sacrificios por ellos. Cuando una persona fallece ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo, sin embargo, los vivos, si podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación.
Compromiso:
Haz una oración, pídele a Dios por tus familiares ya fallecidos; ten presente que cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide que oremos unos por otros para mantenernos firmes en la fe.
Colorea a san Martín de Porres
*Nació en Perú.
*Su padre no lo reconoció y por ser mulato, no gozaba de privilegios.
*De joven aprendió de un boticario el oficio de barbero y a curar con plantas.
*En 1606 se convirtió en fraile dominico, asumiendo votos de pobreza, castidad y obediencia.
*Conocido como el “santo de la escoba”, ha sido uno de los más famosos por su gran humildad y su incansable caridad hacia los necesi tados.
PARTICIPEMOS EN LA LITURGIA
Nuestra confianza en la redención se fundamenta en el amor de Dios; y de ese amor surge también nuestro compromiso de no ofender a quien nos ama y a quien estamos llamados a amar. Concientes que por la misericordia de Dios somos redimidos y en la misericordia seremos juzgados, meditemos las lecturas y reflexiones, que se nos presentan para esta edición.
Apuntes misioneros
Las tentaciones seguirán y nuestra lucha debe seguir. Es posible que “perdamos” una que otra batalla, esto nos hace humildes (pidamos a Dios que así sea). Esta contingencia nos exige estar siempre atentos, y es Dios quien nos sostiene.
No hay que vivir con el temor de las caídas, porque de seguro caeremos, sino más bien, vivir con la confianza de que el Señor estará ahí con nosotros, para ayudarnos a vencer o para levantarnos de la caída.
El evangelista san Lucas presta una atención particular al tema de la misericordia de Jesús. Entre los relatos típicos de san Lucas se encuentra el de la conversión de Zaqueo, que se lee en la liturgia de este domingo. Zaqueo es un “publicano”, más aún, el jefe de los publicanos de Jericó. Los publicanos eran los recaudadores de los impuestos que los judíos debían pagar al emperador romano y, por este motivo, ya eran considerados pecadores públicos. Así, cuando Jesús, al atravesar Jericó, se detuvo precisamente en casa de Zaqueo, suscitó un escándalo general, pero el Señor sabía muy bien lo que hacía. Por decirlo así, quiso arriesgar y ganó la apuesta: Zaqueo, pro fundamente impresionado por la visita de Jesús, decide cambiar de vida, y promete restituir el cuádruple de lo que ha robado. “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”, dice Jesús y concluye: “El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.
Dios no excluye a nadie, ni a pobres y ni a ricos. Dios no se deja con dicionar por nuestros prejuicios humanos, sino que ve en cada uno un alma que es preciso salvar, y le atraen especialmente aquellas almas a las que se les considera perdidas y que así lo piensan ellas mismas. Jesucristo, encarnación de Dios, demostró esta inmensa misericordia, que no quita nada a la gravedad del pecado, sino que busca siempre salvar al pecador, ofrecerle la posibilidad de rescatarse, de volver a comenzar, de convertirse. Queridos amigos, Zaqueo acogió a Jesús y se convirtió, porque Jesús lo había acogido antes a él. No lo había condenado, sino que había respondido a su deseo de salvación. Pi damos a la Virgen María, modelo perfecto de comunión con Jesús, que también nosotros experimentemos la alegría de recibir la visita del Hijo de Dios, de quedar renovados por su amor y transmitir a los demás su misericordia.
Reconocer nuestros pecados pue de ser una experiencia tan dura y humillante que resulta, sin embar go, para la mayoría, el culmen del reconocer nuestra fragilidad. Por tal razón, es comprensible la lucha que se tiene con la idea de confesar a otro, al sacerdote, aquello que re sulta humillante. Esto resultaría un paso aún más difícil que solo reco nocer nuestra fragilidad.
Muchos de los obstáculos que po nemos a la confesión son fruto de un orgullo que no quiere abajarse más, un orgullo que, entonces, ini cia a cuestionar la razón de ser de la confesión: ¿por qué confesar me con uno que es igual de peca dor que yo? Si el único que puede perdonar los pecados es Dios (re cordemos que esta reflexión nues tra vendría a ser la misma de los fariseos cuando Jesús perdonaba y curaba a cuantos se lo pedían) ¿Dónde está dicho que Dios haya otorgado este poder a los sacerdo tes?
En la Constitución Pastoral ‘Gaudium et spes’ se nos habla que el máximo enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la disolución progresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la desapa rición perpetua. Para esto nos sirve pensar en la semilla de eternidad que en sí llevamos y a la cual estamos destinados. Todos los esfuerzos de la técnica moderna, por muy útiles que sean, no pueden calmar esta ansiedad del hombre, por ende nunca debe alejar su mirada de la patria celestial.
Mientras toda imaginación fracasa ante la muerte, la Iglesia, ayudada por la Revelación divina, afirma que el hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz situado más allá de las fronteras de la miseria terrestre. La fe cristiana enseña que la muerte corporal, que entró en la historia a consecuencia del pecado, será vencida cuando el omnipotente y misericordioso Salvador restituya al hombre en la salvación perdida por elpecado. Dios ha llamado y llama al hombre a adherirse a Él, con la total plenitud de su ser y en la perpetua comunión de la incorruptible vida divina. Ha sido Cristo resucitado el que ha ganado esta victoria para el hombre, liberándolo de la muerte con su propia muerte. Pidamos incesantes al Señor, para que,confiando en Él, nuestra esperanza no quede defraudada. #18.
La intención de instituir un sacra mento de la reconciliación se ma nifiesta ya desde el AT (Lev 5.5; Sir 4.26), mientras que incluso antes de iniciar Jesús con su mi nisterio público, ya encontramos a las multitudes confesarse con san Juan Bautista antes del bautismo; si bien no es esta una confesión sa cramental de la nueva ley (Mt 3.6; Mc 1.5).
La institución del sacramento de la reconciliación tiene un primer inicio con la autoridad dada a Pe dro, por parte de Jesús, y alcanza su grado sacramental, con el envío de los apóstoles: “dicho esto, soplo y les dijo: recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonen sus pecados, serán perdonados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos” (Jn 20,23).
PUNTO A
LLEGADO”,
Domingo del Tiempo Ordinario
Domingo del Tiempo Ordinario