1 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Periódico La Verdad Diócesis de Cúcuta Emisora Vox Dei www.periodicolaverdad.com www.diocesisdecucuta.com www.emisoravoxdei.com Dirección: Calle 9 # 8-87 Barrio El Llano 607 572 4601 321 473 9175 V A L O R $1,500 Editorial - La paz esté con ustedes (Jn 20, 19) Pág. 2 Fundamentos teológicos de la devoción a la Divina Misericordia Pág. 11 EDICIÓN 930 DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2023 | SAN JOSÉ DE CÚCUTA, NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA | FUNDADO EN 1956 Pruebas de la Resurrección de Cristo que nos permiten profundizar nuestra fe Págs. 8-9 Vea también Pág. 7 Pág. 4 Con formación de la Diócesis de Cúcuta, 35 padres de familia ya pueden emprender o tener mejores oportunidades de empleo Semana Santa en imágenes Santo Sepulcro, Jerusalén
La primera palabra de Jesús para los discípulos fue de paz, y solo esa palabra fue suficiente para que se llenaran de alegría, para que todos los miedos, dudas e incertidumbres que tenían, quedaran atrás y se convirtieran en fuente de esperanza y consuelo para muchos que estaban atentos al mensaje de salvación.
Un mensaje de paz que contiene la misericordia y el perdón del Padre Celestial. Con este mensaje los discípulos fueron enviados a anunciar la misericordia y el perdón: “A quienes les perdonen los pecados les quedan perdonados” (Jn 20, 23), dejando la paz a todos, porque no puede existir paz más intensa en el corazón. que sentirse perdonado.
Dejemos a un lado nuestras amarguras, resentimientos y tristezas. Oremos por nuestros enemigos, perdonemos de corazón a quien nos ha ofendido y pidamos perdón por las ofensas que hemos hecho a nuestros hermanos. Deseemos la santidad, porque he aquí que Dios hace nuevas todas las cosas. No temamos, no tengamos preocupación alguna, estamos en las manos de Dios. La Eucaristía que vivimos con fervor es nuestro alimento, es la esperanza y la paz que nos conforta y una vez fortalecidos, queremos transmitir la vida nueva a nuestros hermanos, a
La paz esté con ustedes (Jn 20, 19)
nuestra familia, porque la paz que viene de lo alto está con nosotros y desde nuestro corazón se transmite a todos los que habitan con nosotros.
La esperanza en la resurrección debe ser fuente de consuelo, de paz y fortaleza ante las dificultades, ante el sufrimiento físico o moral, ante las contrariedades, los problemas familiares y cuando vivimos momentos de cruz. Un cristiano no puede vivir como aquel que ni cree, ni espera. Porque Jesucristo ha resucitado, nosotros creemos y esperamos en la vida eterna, en la que viviremos dichosos con Cristo y con todos los santos. Tenemos esta posibilidad gracias a su Resurrección, que verdaderamente nos da paz.
La Resurrección de Jesucristo es la revelación suprema, la manifestación decisiva para decirle al mundo que no reina el mal, ni el odio, ni la venganza, sino que reina Jesucristo Resucitado, que ha venido a traernos amor, perdón, reconciliación, paz y una vida renovada en Él, para que todos tengamos la vida eterna. Si Cristo no hubiese resucitado realmente, no habría tampoco esperanza verdadera y firme para el hombre, porque todo habría acabado con el vacío de la muerte y la soledad de la tumba. Pero realmente ha resucitado, tal como lo atestiguan los evangelistas: “Ustedes no teman; sé que buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, ha resucitado como lo había dicho” (Mt 28, 5-6). Es la fuente de la verdadera vida, la luz que ilumina las tinieblas, la paz que renueva a todo ser humano que se abre a la gracia de Dios.
La vida del Resucitado hace que nuestro corazón esté pleno de
gracia y lleno de deseos de santidad. La voluntad de Dios es que seamos santos, recordando que la santidad es ante todo una gracia que procede de Dios. En la vida cristiana hemos de intentar acoger la santidad y hacerla realidad en nuestra vida, mediante la caridad que es el camino preferente para ser santos. El profundo deseo de Dios es que nos parezcamos a Él, siendo santos. La caridad es el amor, y la santidad una manifestación sublime de la capacidad de amar, es la identificación con Jesucristo Resucitado.
El caminar de hoy en adelante afrontando los momentos de prueba, lo vamos a hacer como María al pie de la Cruz. Recordemos que toda la fe de la Iglesia quedó concentrada en el corazón de María al pie de la Cruz. Mientras todos los discípulos habían huido, en la noche de la fe, Ella siguió creyendo en soledad y Jesús quiso que Juan estuviera también al pie de la Cruz. Lo más fácil en los momentos de prueba es huir de la realidad, pero por la gracia del Resucitado que está en nosotros, vamos a permanecer todo el tiempo al pie de la Cruz, ese es nuestro lugar, ese es el lugar del cristiano que se identifica con Jesucristo, y estando con Él, contemplando y abrazando la Cruz, encontramos paz en el corazón, que es el tesoro más grande que hemos recibido del Resucitado.
Aspiremos a los bienes de arriba y no a los de la tierra, vivamos desde ahora el estilo de vida del Cielo, el estilo de vida de los resucitados, es decir, una vida de piedad sincera, alimentada en la oración, en la escucha de la Palabra, en la recepción de los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía, y en la vivencia gozosa de la pre-
sencia de Dios; una vida alejada del pecado, de los odios y rencores, del egoísmo y de la mentira; una vida pacífica, honrada, austera, sobria, fraterna, edificada sobre la justicia, la misericordia, el perdón, el espíritu de servicio y la generosidad; una vida, cimentada en la alegría y en el gozo de sabernos en las manos de nuestro Padre Dios que nos da la paz.
Debemos procurar llevar la alegría de la Resurrección a la familia, a nuestro lugar de trabajo, a la calle, a las relaciones sociales. El mundo está triste e inquieto y tiene necesidad de la paz y de la alegría que el Señor Resucitado nos ha dejado. ¡Cuántos han encontrado el camino que lleva a Dios en el testimonio sonriente de un buen cristiano! La alegría es una enorme ayuda en el apostolado, porque nos lleva a presentar el mensaje de Cristo de una forma amable y positiva, como hicieron los Apóstoles después de la Resurrección.
Los invito a que caminemos juntos en oración, en alegría pascual y gozo por la Resurrección del Señor. Que la oración pascual, de rodillas frente al Santísimo Sacramento, nos ayude a seguir a Jesús Resucitado con un corazón abierto a su gracia, para dar frutos de fe, esperanza y caridad. Pongámonos siempre en las manos de Nuestro Señor Jesucristo, que es nuestra paz, y bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María y del glorioso Patriarca san José, que nos protegen.
En unión de oraciones, caminemos juntos, con nuestros sacerdotes.
2 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Editorial
“Deseemos la santidad, porque he aquí que Dios hace nuevas todas las cosas”.
Presidente
Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta Director Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda
Equipo de Redacción C.S. Isabel Obando Sepúlveda Diácono Jhon Freddy Medina Cuervo Seminarista Wilmer Cruz Rodriguez
Fotografía CCDC / Internet Tel.: 607 572 4601 - Cel.: 321 473 8952
Diseño y diagramación Harold Antonio Castellanos Mojica
Impresión Vanguardia Liberal
Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta
La bendición de los Óleos y consagración del Crisma, dan unidad a todo el año litúrgico
Los santos Óleos están en el centro de la celebración de la Eucaristía, dando unidad a todo el año litúrgico, ya que expresan la comunión de la Iglesia y remiten a Cristo. Son bendecidos, y el Crisma consagrado, en el marco de las celebraciones más importantes para la fe cristiana: la Pasión, Muerte y Resurrección. Por ello, la Diócesis de Cúcuta celebró la solemne Misa Crismal, el día jueves 30 de marzo en la Catedral San José.
El Óleo de los Catecúmenos extiende el efecto de los exorcismos, porque los bautizados reciben la fuerza para que puedan renunciar
a Satanás y al pecado, antes de que se acerquen a la fuente bautismal. El Óleo de los Enfermos, remedia las dolencias del alma y del cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados. Y, el Santo Crisma, se utiliza en los sacramentos del bautismo, confirmación y el orden sacerdotal, así como en la consagración de un templo o altar.
La celebración eucarística fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve —quien bendijo los Óleos y consagró el Crisma—;
concelebrada por el Arzobispo emérito de Villavicencio, Monseñor Óscar Urbina Ortega y los sacerdotes del consejo de gobierno. El banquete de la Palabra fue compartido con todo el clero, religiosos, diáconos seminaristas y fieles bautizados. En este día, los sacerdotes realizaron la renovación de las promesas del día de su ordenación, con la
disposición de seguir creciendo espiritualmente y hacer viva la presencia de Cristo entre los fieles.
En la Sagrada Eucaristía también se vivió otro especial momento para la Iglesia Particular de Cúcuta, ya que, como Iglesia, se le pidió al señor Obispo, la ordenación de Sixto Alberto Leal Hernández, para el diaconado permanente, quien descubrió en su hogar, la vocación de servir a Dios y a la Iglesia.
El nuevo diácono permanente se
compromete a reflejar en su familia, el fruto del amor de Cristo, y a ser una ayuda en la evangelización y la caridad de la Iglesia. Monseñor en su homilía, explicó que “el diácono permanente constituye un importante enriquecimiento para la misión de la Iglesia”, porque anuncia la fe y proclama el Evangelio con su vida.
Monseñor José Libardo manifes-
tó su deseo de que esta ordenación sea la semilla, para que otros fieles laicos “descubran la vocación de un servicio especial en la Iglesia (…) Y, suscite el fervor misionero”.
Más de 3000 fieles bautizados acudieron el viernes 17 de marzo a la Plaza de Banderas y caminaron juntos “hacia la reconciliación”, así se identificó la Marcha del Perdón 2023. Esa noche en la ciudad de Cúcuta, se reiteró que este pueblo de Dios ha edificado una Iglesia viva y dinámica, que busca el perdón del Señor, para seguir construyendo la paz.
La bendición inicial fue impartida por el Arzobispo emérito de Villavicencio, Monseñor Óscar Urbina Ortega, quien es, además, nortesantandereano y fue el sexto Obispo de Cúcuta; precisamente hacia el año 2000, cuando la Iglesia
Católica celebraba el Año Santo Jubilar, fue inaugurada la Marcha del Perdón, en cabeza de Monseñor Óscar, por lo que volver a presidir este momento, 23 años después, fue representativo para el Arzobispo y la Iglesia de Cúcuta: “Me siento muy contento y agradecido, porque hace 23 años yo estaba acá como Obispo… Agradezco que hayan seguido con esta bella experiencia”, expresó Monseñor.
Toda la manifestación estuvo acompañada por los sacerdotes, diáconos, religiosos, seminaristas, miembros de los movimientos apostólicos y fieles bautizados, quienes clamaban: “Perdón, Señor, ¡piedad!”.
3 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Vida Pastoral
23 años clamando: “Perdón, Señor, ¡piedad!”
“El diácono permanente constituye un importante enriquecimiento para la misión de la Iglesia”
Obispo de Cúcuta:
La Diócesis de Cúcuta experimentó una nueva Semana Santa, como un tiempo de gracia, para renovar la fe y seguir caminando juntos, como lo propone el plan pastoral diocesano y el Papa Francisco, al promover una Iglesia en comunión, participación y misión.
“La Eucaristía es el sacramento de nuestra fe y centro de la vida cristiana, ofrenda agradable al Padre. En la vida del creyente no puede faltar la Eucaristía, que es el alimento, porque sin alimento, muere el alma… es un alimento que nos transforma en Cristo, pues lo recibe en su corazón y transforma su vida en Él, lo lleva en el corazón y lo lleva a su casa”
(Mons. José Garcés, homilía de la Cena del Señor, 6 de abril de 2023).
“En el itinerario de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, Él nos llama a que le contemplemos y fortalezcamos el llamado que a cada uno ha hecho” (Mons. José Garcés, celebración de la Pasión del Señor, 7 de abril de 2023).
“Contemplamos a Cristo Resucitado… Como signo de esta liturgia, está el cirio pascual, que representa a Cristo, luz del mundo, que nos ilumina en medio de las tinieblas del mal, del pecado y los sufrimientos (…) Y la liturgia de la Palabra, es la historia que Dios ha hecho con un pueblo y que, como nosotros, a veces lo traicionamos, le damos la espalda, pero Él siempre camina con nosotros, ofreciéndonos su salvación en Cristo Resucitado”
(Mons. José Garcés, homilía en la Vigilia Pascual, 8 de abril de 2023).
“En el Evangelio de hoy, Pedro, Juan y María Magdalena corren… esto nos lleva a comprender que, al contemplar estas guras debemos mirar si nuestra carrera en la vida la realizamos por miedo, o si por el contrario corremos porque queremos encontrar al Resucitado en nuestra vida. Ya que, no seguimos a un muerto, sino a una persona que sigue viva y que se nos presenta en el banquete de la Eucaristía”
(Mons. Óscar Urbina Ortega, homilía en el Domingo de Resurrección, 9 de abril de 2023).
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“Dios siempre camina con nosotros y nos ofrece la salvación en Cristo Resucitado”
Asamblea Bíblica
HISTORIA DE ISRAEL (I parte)
I. AMBIENTACIÓN
Análisis de la realidad
¿Alguno de los aquí presentes, conoce la historia de nuestro barrio?
¿Cuándo fue fundado?, ¿quiénes fueron sus primeros habitantes?
¿Cuál es la historia de nuestra parroquia?
¿Cómo se hizo para la construcción de nuestro templo parroquial?
ellos son los fundadores del pueblo de la Biblia (Ver. Gen 29) Jacob es también llamado Israel (Ver Gen 32, 23-33).
Abraham fue llamado para formar un nuevo pueblo en una nueva tierra y ser portador de una creencia en Dios.
políticas y militares que defienden al pueblo y derrotan al enemigo, esto ocurrió solo por cortos períodos de tiempo.
1. Saludo.
2. Bendición inicial: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
3. Oración para antes de leer la Biblia.
4. Canto bíblico.
5. Signo: Un altar para la Biblia y un mapa de Israel. Es conveniente que el comité bíblico empiece a adquirir este material o que busque a una persona dentro de la comunidad que tenga cualidades de dibujante para que haga el mapa.
6. Recordemos: Hace poco, terminamos de ver los temas que tratan los libros de la Biblia.
¿Qué recuerdan del tema que vimos el encuentro pasado?
¿De qué nos hablan los Evangelios?
¿De qué trata el libro de Hechos de los Apóstoles?
¿De qué hablan las cartas paulinas?
¿Cuáles son las cartas católicas?, ¿de qué hablan?
¿Por qué el libro del Apocalipsis es llamado el libro de la esperanza?
II. TEMA DE ESTUDIO
A medida que estudiamos los libros de la Biblia, nos damos cuenta que detrás de estos libros está la historia de un pueblo, del pueblo escogido por Dios, del pueblo de Israel, por eso hoy vamos a empezar a repasar esta historia.
¿Recuerda, el nombre de los sacerdotes que han pasado por nuestra comunidad?
HISTORIA DE ISRAEL
Nota: Es conveniente que el moderador tenga un mapa de Israel, para que pueda indicar los lugares en el recorrido del pueblo. Entonces se recomienda, que a medida que se indique un lugar en esta historia, el moderador lo señale en el mapa; además de buscar y leer durante la asamblea las citas bíblicas que ayudan a comprender el tema.
Este pueblo es el pueblo judío y nace en la tierra de Israel, y es allí donde se desarrolla su historia. La historia del pueblo de la Biblia.
Cabe anotar, que en el principio el pueblo era nómada, entonces iban de allí para allá buscando el alimento para sus ganados y para sus familias. Entonces, hacia el año 2000 a.C., debido a la falta de alimentos muchas familias huyeron de Mesopotamia hacia Egipto, entre estos pobres estaban Abraham y Sara. ¿Recuerdan la historia de Abraham? ¿De dónde partió? ¿Hacia dónde se fue?
Para mejor estudio, vamos a dividir la historia del pueblo en cuatro etapas (en esta asamblea bíblica veremos dos de ellas).
I ETAPA: Los primeros padres o patriarcas (aproximadamente siglo XVII a.C.)
La historia judía empezó con el patriarca Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob (llamados los patriarcas),
Guiado por la fe y la esperanza va con su familia a Egipto y luego regresa para vivir en Canaán (Ver Gen 12); allí la familia se va multiplicando y van formando clanes y tribus (son llamados hebreos), se crecen en gran número y ocupan Egipto. Los reyes de Egipto llamados faraones, temiendo que puedan dominar el país, esclavizan a los hebreos.
II ETAPA: Éxodo y asentamiento (siglo XIII – XII a.C.)
Esta esclavitud dura aproximadamente 450 años. Nace entre ellos la conciencia de que son esclavos, entonces se organizan y Moisés es elegido por Dios para sacar a su pueblo de Egipto y llevarlo de regreso a la tierra prometida de sus antepasados. El pueblo camina 40 años por el desierto del Sinaí. Los israelitas reciben la ley del Señor, dada a Moisés, incluyendo los diez mandamientos y así se forjan como nación. Como ya sabemos, Moisés muere antes que el pueblo entre en la tierra prometida. El liderazgo pasa a Josué quien es el encargado de conquistar e introducir al pueblo en la tierra de Canaán (Ver Josué 1-3).
Josué organiza con ellos la asamblea de Siquem y todos deciden colocar su fe en el único Dios; esta experiencia del éxodo se convierte en símbolo de libertad y redención y por esto año tras año el pueblo judío celebra la Pascua (salida-paso), para conmemorar los eventos ocurridos en ese tiempo.
Durante los siguientes dos siglos los israelitas conquistaron gran parte de la tierra y dejaron de ser nómadas, se dedicaron al campo y a ser artesanos. Ellos tenían períodos de relativa calma, interrumpidos por tiempos de guerra en el que el pueblo se agrupó tras líderes conocidos como jueces, (este fue un período o época así llamado de los jueces) eran valientes hombres y mujeres con capacidades
Pero las tribus inconformes con esta situación y frente a la amenaza de los filisteos (un pueblo de Asia Menor que quería dominarlos) quisieron tener un gobierno estable que uniera las tribus, entonces pidieron un rey.
III. LECTIO DIVINA
LECTURA
La Palabra escuchada “Buscad leyendo” ¿Qué dice el texto? Releer el texto Jos 24, 1-31
Se propone leer nuevamente el texto, y escoger la frase que más le llame la atención, se hace eco hasta construir el texto.
MEDITACIÓN
La Palabra comprendida “Hallaréis meditando” ¿Qué dice el texto?
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Jos 24, 1-31 LECTURA
MEDITACIÓN
¿Esta Palabra que llega a su vida, se hace fecunda en su corazón?
¿Está dispuesto a realizar lo que Dios le ha propuesto en esta Palabra?
CONTEMPLACIÓN
CONTEMPLACIÓN
car a su pueblo de Egipto y llevarlo de regreso a la tierra prometida de sus antepasados.
Lo que quedó en el corazón: Después del estudio de este tema, la Sagrada Escritura nos muestra cómo la fe de un pueblo se mantiene a pesar de las luchas, pruebas, sufrimientos y dificultades que tuvo que afrontar. Este año nuestra Iglesia diocesana ha iluminado su plan pastoral con la invitación a caminar juntos, donde la fraternidad y la comunión son el estilo de vida del cristiano, teniendo la certeza que Dios nos acompaña siempre y nos damos cuenta de que el pueblo de Israel es nuestra historia.
COMPROMISO
Asistir al próximo encuentro e invitar a otra persona.
Monseñor Óscar Urbina, un animador incansable de la comunión
“Voy a la Diócesis como servidor de la unidad y un animador incansable de la comunión”, aseguró en el año de 1999, Monseñor Óscar Urbina Ortega, al ser nombrado Obispo de la Diócesis de Cúcuta, por el Papa Juan Pablo II.
La Palabra se encarna en nuestra vida
“Os abrirán contemplando”
Participar del encuentro eclesial y las asambleas bíblicas.
Su promesa fue cumplida; y por acompañar esta porción del pueblo de Dios, desde el 9 de noviembre de 1999 hasta el 25 de enero de 2008, la Iglesia Particular de Cúcuta le guarda un
profundo cariño y respeto. Sumado a esto, Monseñor es hijo de la tierra nortesantandereana. Por ello, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, en nombre de todos los fieles bautizados, felicita fraternalmente a Monseñor Óscar Urbina y celebra el don de la vida (76 años), así como su vigésimo séptimo aniversario de ordenación episcopal, ambos acontecimientos rememorados el pasado jueves 13 de abril.
ORACIÓN
El Señor me revela a qué conversión y acción me invita el texto. ORACIÓN
Continuar con esta formación bíblica escuchando el programa ENCUENTRO CON LA PALABRA todos los sábados de 4:00 a 5:00 p.m. por la Emisora Vox Dei.
Repasar en familia la historia del pueblo de Israel, leyendo el texto de Jos 24, 1-31. Comentarlo.
DESPEDIDA
Oración para después de leer la Biblia.
CRISTO RESUCITADO
Fundación: Enero 1, 1999
Fiesta patronal: Domingo de Resurrección
Párroco:
Ubicación:
“Llamad orando”
¿Qué le digo a Dios motivado por su Palabra?
LO QUE NOS QUEDÓ EN LA MEMORIA Y EN EL CORAZÓN
Lo que nos quedó en la memoria: Abraham fue llamado para formar un nuevo pueblo en una nueva tierra y ser portador de una creencia en Dios.
Moisés es elegido por Dios para sa-
Canto a la Virgen: Santa María del Camino (Mientras recorres la vida).
Bendición final (entre todos leer esta bendición).
Padre celestial, bendice nuestros pasos, bendice nuestra historia:
La historia del pueblo de Israel es nuestra historia, la de nuestra nación, la de nuestra comunidad, la de nuestra familia.
Permite que esta historia siga siendo historia de salvación, ¡bendícenos!, y que esta bendición sea en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Cumpleaños Feliz
6 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023
Asamblea Bíblica
Carlos Fernando Duarte R.
en su fiesta patronal 3
Urbanización Niza
Felicidades
6
6
14
Ibarra Montejo
José Abelino Rodríguez Valencia
Germán Augusto Dallos García
DEL 1 AL 15 DE ABRIL
Aniversario de ordenación sacerdotal
15. Germán Eduardo Parra Nieto
16. Jaime Antonio Blanco Collantes
16. Diego Fernando Huertas Marulanda
En el marco de la celebración del cuarto aniversario del Centro de Caridad de Ayuda Infantil ‘La Niña María’, en las instalaciones de la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, se llevó a cabo la graduación de la primera promoción del proyecto Medios de Vida ‘Las Delicias de la Niña María’, que capacita en panadería, repostería y comidas rápidas a padres de familia (cuyos niños son cuidados en el Asilo), que son colombianos retornados y migrantes venezolanos.
El pasado 4 de abril, 35 graduandos recibieron el diploma que acredita sus conocimientos en cocina y, asimismo, el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), les ofrece la oportunidad de iniciar un curso de empleabilidad. Durante cuatro meses, recibieron formación y capacitación en panadería, repostería y comidas rápidas. Como complemento, realizaron un curso certificado del SENA, en manipulación de alimentos, mesa y bar; y a través de Bancolombia y sus profesionales administrativos, obtuvieron capacitación en atención al cliente y asesoría en proyecto de vida.
Desde la caridad de la Diócesis de Cúcuta y la Fundación Banco de Alimentos de esta Iglesia Particular, se ha materializado la ayuda a las familias más vulnerables en torno al fenómeno de la migración. Esto también se logra gracias al apoyo de las instituciones que se vincularon para hacer de este curso, una formación íntegra. Entre algunas instituciones
se encuentran: SENA Regional Norte de Santander; Bancolombia; Universidad Francisco de Paula Santander; Instituto Protelco LTDA; Corporación Educativa Sin Fronteras; estas entidades realizaron capacitaciones y/o enviaron a sus estudiantes de las carreras de trabajo social y psicología, para ejecutar con las familias, acciones de promoción, prevención, intervenciones y direccionamiento a entidades de apoyo (cuando se requería).
El Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, aseguró que esta Iglesia ha tenido y tendrá la mano tendida para “servir a los más pobres y necesitados”, porque es esta “nuestra vocación”. Monseñor envió su bendición a todos las instituciones vinculadas y benefactores del Asilo Andresen.
El pasado lunes 10 de abril, 30 padres de familia que pasaron por la fase de diagnóstico y acogida, iniciaron un nuevo curso. Las fases de estos cursos comprenden: diagnóstico, formación y práctica (elaboración de productos para comercializar en la panadería Las Delicias de la Niña María).
dejando atrás una vida y con la incertidumbre de no saber qué encontrarse en una nación ajena. En el asentamiento Nueva Alianza, ubicado en unas de las periferias de la capital nortesantandereana, la familia Moronta se ubicó y empezó la búsqueda de un mejor futuro.
Este núcleo familiar está conformado por papá, mamá, dos hijos, una nuera y dos nietos, pero, ¿qué los hace diferentes? La fe y la esperanza, ya que según Laura Ávila de Moronta —quien es el sostén de este hogar—, “siempre nos hemos trazado metas, y a pesar de las dificultades, sabemos que debemos tener visión y confiar en que Dios nos va a poner en los lugares indicados”, es así como alguien de su comunidad les habló de la obra que realiza la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, tanto con los niños, como con los padres de familia; lugar al que llegó con su esposo, el señor José Luis Moronta, para inscribir a sus nietos (menores de cinco años) en la atención integral, y postularse para el curso de formación en panadería, repostería y comidas rápidas, junto a su hija, Laurielis Moronta, y nuera, Betania Aular de Moronta.
“una experiencia muy bonita, porque estando juntos, hacemos equipo y nos dividimos los procesos de elaboración de los productos, dando excelentes resultados en las clases, y creciendo nosotros como familia”. El jefe de este hogar, asegura que ha sido “una bendición obtener estos conocimientos y poder avanzar… Le damos gracias a Dios y a Colombia, por abrirnos los brazos, no solo a nosotros, sino a mis hermanos venezolanos”. Es este el mensaje que la Iglesia Católica en Cúcuta practica, haciendo eco a las enseñanzas del Papa Francisco, de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes.
La señora Laura relata que en Venezuela ya tenían alguna experiencia trabajando en repostería, pero que fue “un privilegio”, participar en este curso gratuito, donde no solo enriqueció los conocimientos en repostería, sino que aprendió sobre panadería y comidas rápidas. “Damos gracias a Dios por permitir que se nos abrieran estas puertas, donde, además, velan por el cuidado de mis nietos”, expresa.
La madre de este hogar afirma que la clausura de este curso es una meta alcanzada y “un nuevo inicio para nosotros como familia, para seguir avanzando y obtener lo que queremos: nuestro propio negocio”, con esta visión, se cumple uno de los objetivos del proyecto Medios de Vida ‘Las Delicias de la Niña María’: Formar emprendedores. Laura anhela poder ayudar a sus connacionales y dar testimonio de que, “confiando en Dios, se abren todas las puertas”.
Hace tres años, una de las tantas familias migrantes venezolanas, llegaba a la ciudad de San José de Cúcuta,
Los cuatro fueron seleccionados y matriculados en el curso, el cual describe el señor Moronta, como
7 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Vida Pastoral
Graduados de la primera promoción del proyecto Medios de Vida ‘Las Delicias de la Niña María’
Familia que ora y estudia unida, permanece unida
Con formación de la Diócesis de Cúcuta, 35 padres de familia ya pueden emprender o tener mejores oportunidades de empleo
Por: Pbro. Freddy Antonio Ochoa Villamizar, coordinador del Equipo Interdiocesano de Animación Pastoral (EIDAP)
Los Evangelios atestiguan que el Señor Jesús después del bautismo en el Jordán, volvió a Galilea y allí empezó a predicar la Buena Noticia. San Marcos de manera sencilla nos lo dice: “Después que Juan fuese entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios ha llegado; convertíos y creed en la Buena Nueva»” (Mc 1, 14-15). Esta proclamación desató un proceso de llamada y de seguimiento, de conocer quién es Jesús y cuál era su misión salvadora.
El camino hacia Jerusalén que emprendió Jesús con sus discípulos, fue el escenario apropiado para ir preparándolos para los sucesos que se desarrollarían en la ciudad santa. Allí sería entregado, sufriría la pasión, moriría en la cruz y resucitaría glorioso.
Si la muerte de Jesús fue un impacto fuerte, su gloriosa resurrección exigía un repensar total de la vida personal, de las relaciones interpersonales, de la relación con Dios, de la historia, del mundo.
La Resurrección de Jesús se encuentra en el centro de la fe cristiana y del kerygma. El Nuevo Testamento tiene en ella su origen y la fuente que da unidad a toda la Sagrada Escritura. Todo discípulo misionero de Jesús está llamado a la lectura creyente para poder conocer la voluntad
del Padre que envió a Jesús al mundo para salvarlo y como discípulos suyos realizar el camino de fe y de conversión.
San Pablo en 1 Corintios 15, 1-11, nos atestigua la confesión de fe más antigua en la Resurrección: Jesucristo murió por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó y está definitivamente vivo y se apareció a muchos testigos. En otros textos también proclama la Resurrección de Jesucristo.
San Pedro, en el primer discurso de los Hechos de los Apóstoles, el día de Pentecostés, proclama que Jesucristo resucitó: “… Pero Dios lo resucitó… Dios resucitó a este Jesús; todos nosotros somos testigos de ello. … «Sepa, pues, con certeza todo Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a ese Jesús a quien vosotros habéis crucificado.» (Hch 2, 22-36). La curación del tullido de nacimiento que estaba junto a la puerta del templo es obra de Jesús resucitado “…pero Dios lo resucitó de entre los muertos; nosotros somos testigos de ello” (Hch 3, 15).
La predicación pascual y las confesiones de fe, nos dicen lo que el suceso vivido por Jesús significa para la humanidad. Jesucristo instaura una nueva creación “Lo digo porque el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” (2 Cor 5, 17) e inaugura una nueva existencia para el ser humano “Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por
Pruebas de la de Cristo que profundizar
su Espíritu que habita en vosotros”
(Rm 8, 11). El Señor Jesús resucitado de entre los muertos interviene en la vida de los discípulos que los va transformando y esto se manifiesta en la manera de ser y de obrar. Es para ellos una nueva comprensión que les amplía el horizonte de la existencia que los conduce de la vida presente a la eternidad dichosa.
Después de las confesiones de fe y la predicación apostólica en el Nuevo Testamento se elaboran los relatos evangélicos que narran la resurrección de Cristo, la cual es el acontecimiento fundacional de la fe cristiana actualizada en la liturgia.
Los relatos de la resurrección se convierten en un itinerario catequístico que nos llevan al encuentro con Jesús, el Señor Resucitado, quien vive y sigue actuando en nuestra vida, en nuestra historia, en la vida eclesial, en la vida de cada creyente.
En estos relatos subyacen las tradiciones, por un lado del sepulcro vacío surgidas en Jerusalén y por otro los relatos de los encuentros de los discípulos con el Señor resucitado nacidas en Galilea. La riqueza de estos textos, que nos traen la experiencia de los primeros discípulos y de las primeras comunidades cristianas, nos ayudan hoy a comprender y a plantearnos la fe personal y comunitaria en el Señor Resucitado.
La Pascua que estamos viviendo es una ocasión para realizar un itinerario de vida cristiana: descubrir de nuevo la fe en Jesucristo, reconocer su presencia y anunciarlo a todos.
8 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Especial
“La fe en Jesús Resucitado se hace madura cuando se tiene conciencia que Él es el enviado del Padre”
Santo Sepulcro, Jerusalén
Resurrección nos permiten
nuestra fe
1. Descubrir de nuevo la fe en Jesús Resucitado
Los relatos del sepulcro vacío de san Marcos 16, 1-8 y san Juan 20, 1-10, nos ofrecen elementos para realizar el tránsito del horizonte de la muerte que se ha acentuado entre nosotros, por la cultura de la muerte a la perspectiva nueva que se abre a partir de la resurrección.
Marcos 16, 1-8: Como discípulos entramos en esta narración. Las mujeres se dirigen al sepulcro para honrar el cadáver de Jesús, el Maestro y se encuentran con el inesperado anuncio que el Crucificado ha sido resucitado por Dios. Ellas son invitadas a acoger la nueva presencia de la persona que buscan, no es un cadáver, Él no está en el sepulcro. El miedo y silencio de las mujeres son para nosotros una invitación a una mayor comprensión del acontecimiento pascual, a una actitud contemplativa, a entrar también nosotros, a saber guardar silencio. En el silencio está la grandeza de la resurrección y la precariedad de nuestra fe.
Juan 20, 1-10: Invitación a identificarnos con el “discípulo al que Jesús amaba”, quien es capaz de pasar del signo del sepulcro vacío a la contemplación del misterio del Dios de la vida y la resurrección. El hoy de la fe en Jesús Resucitado.
2. Reconocer la presencia del Señor
El discípulo que se abre a la fe reconoce la nueva presencia del Maestro, Señor de la vida. Es la experiencia de María Magdalena (Juan 20, 11-18 ) y de los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-35). Presencia que hoy en comunidad se vive en la Palabra y la acción sacramental.
Juan 20, 11-18: María Magdalena vive un camino de descubrimiento de la presencia del Señor Resucitado. Esta experiencia se convierte para nosotros en un estímulo a fin de que en nuestro tiempo podamos ealizar nuestro propio camino de descubrimiento de la presencia de Jesús que vive entre nosotros. Esto nos hace preguntarnos, ¿cómo vivir hoy la experiencia del encuentro con el Resucitado?
Lucas 24, 13-35: El camino de los peregrinos de Emaús: Es un alejamiento, no reconocimiento, diálogo por iniciativa de Jesús, discurso de los peregrinos, discurso de Jesús, dialogo por iniciativa de los peregrinos, reconocimiento, regreso. Este camino tiene para nosotros estos elementos: Realidad o situación de alejamiento; presencia del Señor Jesús Resucitado que camina con nosotros; la Sagrada Escritura entendida como expresión de la experiencia concreta de Jesús que se reveló como Hijo de Dios; celebración de la Eucaristía como momento privilegiado de reconocimiento de la Resurrección de Cristo; y la comunidad cristiana como gozo de compartir a Cristo y este Resucitado.
3. Anunciar a todos que Jesucristo vive
La fe en Jesús Resucitado se hace madura cuando se tiene conciencia que Él es el enviado del Padre. La principal consecuencia de la fe en el Resucitado es el nacimiento de la conciencia misionera de la Iglesia.
Los relatos de los encuentros de Jesús Resucitado y los once Lucas 24, 3653 y Juan 20, 19-23, son una invitación a anunciar a todos lo que se ha experimentado y comprendido
La Iglesia nos regala cada año 50 días para celebrar este acontecimiento central de nuestra fe. Es una magnífica oportunidad de renovar la conciencia de ser Hijos de Dios: “Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!” (1 Juan 3, 1), vivir el gozo y la alegría de esta vocación fundamental de nuestra vida. Desde allí como dice el Papa Francisco “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años.” (Evangeli Gaudium #1).
Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, aleluya: Así, pues, celebremos con panes ázimos de sinceridad y verdad, aleluya, aleluya.
9 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023
profundizar
Jesús Resucitado
“La predicación pascual y las confesiones de fe, nos dicen lo que el suceso vivido por Jesús significa para la humanidad”.
Especial
Camino de Emaús
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
En el Evangelio, las palabras de Jesús resuenan plenamente; Él, es el Pastor, es quien nos llama por nuestros nombres y nos abre la puerta para entrar a las nuevas praderas de su Reino, para que así “tengamos verdadera vida y la tengamos en plenitud”. ¿Pero qué sucede hoy? En muchas ocasiones estamos afectos a escuchar diversas voces en nuestro interior, muchas de ellas parten de un mundo individualista, materialista y consumista, que nos llevan por caminos diferentes al que el Señor nos ofrece, así nos vemos tentados por un mundo de aparente felicidad. El llamado entonces es a no cerrar la puerta, y a escuchar la voz del Pastor que quiere lo mejor para nosotros, porque nos ama y nos insta a cruzar su puerta.
Debemos ser fuertes y seguirlo, como
una oveja sigue a su pastor, confiados y obedientes para entrar por la puerta prometida. No basta con ser un buen ser humano, no basta con realizar acciones que ayuden al prójimo, sino que debemos estar en constante comunicación y conversación con Nuestro Señor, porque al estar familiarizados con su voz, estaremos más preparados para huir de las voces extrañas que el mundo actual nos hace oír, una y otra vez.
Debe entenderse que Jesús es el Buen Pastor, no simplemente “un buen pastor, como otros pueden ser, sino que es único en su carácter” (cf. Salmo 23; Zacarías 13, 7; Hebreos 13, 20; 1 Pedro 2, 25; 1 Pedro 5, 4).
La palabra griega ‘kalos’, traducida como «buena», describe lo que es noble, sano, bueno y bello, en contraste con lo malo y desagradable. Significa no solo lo que es bueno interiormente, sino también lo que es atractivo exteriormente. Es una bondad innata. Por lo tanto, al usar la frase «el buen pastor», Jesús está haciendo referencia a su bondad inherente, su justicia y su belleza. Como el pastor de las ovejas, Él es el que protege, guía y nutre a su rebaño.
Curiosamente, los pastores de la antigüedad no eran generalmente los dueños del rebaño. Sin embargo, se esperaba que ellos ejercieran el mismo cuidado y preocupación que los propietarios. Esto era característico de un verdadero pastor.
Jesús es el Buen Pastor porque:
1. Apacienta con amor y se entrega por amor.
2. Su palabra es vida, por ello las ovejas conocen su voz, para tener vida en Él.
3. Va delante de su rebaño, porque nos guia hacia las verdes praderas de su Reino.
4. Nos protege de todos los peligros, siempre el deseo de Dios es llevarnos al bienestar de su gracia.
5. Se entrega por su rebaño, jamás abandona a nadie. Para Él todos somos importantes y al conocer nuestra fragilidad nos cuida, nos busca para que no nos perdamos en nuestras indiferencias sino que siempre en comunión con Él y con los demás descubramos la alegría de ser su rebaño, su familia, su pueblo.
Que este mes de abril, llenos de la alegría de la Pascua, cada uno de nosotros le demos gracias a Dios por la vida de nuestros sacerdotes que prestan su servicio en las diferentes parroquias de nuestra querida Diócesis de Cúcuta; se entregan sin medida, siempre buscando el bienestar de cada una de las comunidades que el Señor por medio de la Iglesia les participa. Contamos con la gracia de tener sacerdotes con gran carisma que siguiendo a Jesucristo Buen Pastor confortan y animan llenos de
fe y esperanza. La presencia de cada uno de ellos son un signo del amor de Dios, que guiados por el testimonio de nuestro padre y pastor, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, cada día se sumergen en la oración por su pueblo, especialmente los más necesitados.
El Jueves Santo se entronizó el lema del mes, y desde ese signo, se genera la oportunidad para orar por cada uno de nuestros sacerdotes, de pedirle a Jesucristo que ellos siempre sean fieles a su vocación y cada día crezcan en santidad. Es el momento para que en comunidad manifestemos nuestro compromiso de caminar juntos, dando gracias siempre por la historia de amor que cada uno de ellos a lo largo del tiempo han dejado en nuestras comunidades para que estén cimentadas en su Palabra.
Este plan de evangelización de nuestra Diócesis, está alimentado por el testimonio de nuestros sacerdotes, que en medio de esta Iglesia Particular viven la cercanía a Dios a través de su oración de rodillas ante el Señor, viven la comunión con el Obispo y sus hermanos sacerdotes para manifestar el caminar juntos, pero ante todo, viven en comunión con los fieles, para escuchar, apacentar y anunciar con su vida el Reino de Dios. Caminan con su rebaño y conoce sus realidades, como auténticos pastores que conocen a cada una de sus ovejas y son capaces de conducirlas a Jesucristo, para que en Él encuentren la gracia y la salvación.
10 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023
Vida Pastoral
Por: Pbro. Fredy Ramírez Peñaranda, Vicario de Pastoral y párroco de Santa Ana
Fundamentos teológicos de la devoción a la Divina Misericordia
Desde que santa Faustina Kowalska difundió la devoción a la Divina Misericordia, la Iglesia ha acogido esta invitación con entusiasmo. San Juan Pablo II, quiso que esta devoción se viviera en toda la Iglesia el segundo domingo de Pascua, tradicionalmente llamado ‘Domenica in albis’, porque ese día los catecúmenos que habían sido bautizados una semana antes, llevaban por última vez el traje blanco de su bautismo.
Las devociones populares en la Iglesia tienen siempre una base teológica. Santo Tomás enseña que hablamos de Dios, partiendo de las criaturas de las cuales tomamos nuestros conocimientos (Suma Teológica I q.39 a.7 sol). Por ejemplo, sabemos que una persona misericordiosa es aquella que siente compasión por los demás, que obra y vive con un amor recio, sacrificado y generoso. Al observar a una persona así, podemos también elevar esas características y pensarlas del modo más perfecto posible, para afirmar que Dios es misericordioso.
Así lo sugería san Juan Pablo II en una carta del 30 de noviembre de 1980, cuando afirmaba que el «Dios rico en misericordia» (Ef 2, 4) es el que Jesucristo nos ha revelado como Padre; cabalmente su Hijo, en sí mismo, nos lo ha manifestado y nos lo ha hecho conocer (Jn 1, 8); es preciso recordar aquel momento en que Felipe, uno de los doce Apóstoles, dirigiéndose a Cristo, le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta»; Jesús le respondió: «¿Tanto tiempo hace que estoy con ustedes y no me han conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14, 8). (Juan Pablo II, ‘Dives in Misericordia’ #1).
Después del pecado original, Dios
ha tenido que usar misericordia con nosotros, porque el motivo propio de la misericordia es el mal. Así lo enseña santo Tomás cuando dice que la misericordia es «compasión que experimenta nuestro corazón ante la miseria de otro, sentimiento que nos compele, en realidad, a socorrer, si podemos» (Suma Teológica II-II, q. 30, a. 1, co). Por una parte el amor divino, ante el mal se revela como misericordia en la historia y, por otra, la fe en la Santísima Trinidad nos dice que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. La conclusión es que al conocer a Dios como Padre, podemos decir que es misericordioso, porque su bondad se convierte en compasión, amor y comprensión por sus hijos, los hombres.
En realidad, justicia y misericordia no se contraponen, sino que se complementan. Es posible hablar de Divina Misericordia y al mismo tiempo de justicia divina. Benedicto XVI en su carta Encíclica ‘Spe Salvi’, une la justicia con la bondad de Dios, concluyendo —al igual que santa Faustina— que el amor de Dios nos lleva de manera natural a amar a los demás.
Santa Faustina nos pedía que imploráramos la misericordia de Dios con nuestra oración, rezando la coronilla u otras devociones y también explicando el significado de la Divina Misericordia. Nos hace considerar que esta petición debería traducirse en un trato cariñoso con los demás, porque para imitar al Señor de la misericordia, hemos de ser misericordiosos nosotros mismos. No obstante, si imploramos esta gracia con tanto fervor, ¿es posible pensar que el Señor no es siempre misericordioso y por tanto tenemos que recordárselo?
“Del amor a Dios se deriva la participación en la justicia y en la bondad de Dios hacia los otros; amar a Dios requiere la libertad interior respecto a todo lo que se posee y todas las cosas materiales: el amor de Dios se manifiesta en la responsabilidad por el otro” (‘Spe Salvi’ #28).
“Nosotros cuando rezamos e imploramos su misericordia, nos transformamos profundamente”.
Si bien es cierto que son dos características complementarias, que tienen su origen en el amor de Dios, es importante indicar que no son lo mismo. La justicia consiste en dar a cada uno lo propio y es posible que quien no sabe que es hijo de Dios pague los impuestos y cumpla con sus obligaciones sin faltar a lo pactado.
a todo compromiso por la justicia en el mundo” (Benedicto XVI, ‘Caritas in Veritate’ # 6).
¿Por qué implorar la Divina Misericordia?
Santa Faustina en su Diario, parece decirnos que cuando Dios no es misericordioso, entonces es justo.
“Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de mi misericordia. Quien no quiera pasar por la puerta de mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de mi justicia”
(Diario #1146).
La misericordia es esa atención amorosa por los demás, que es resultado de sabernos hijos de Dios y por eso hermanos de todos los seres humanos. La Iglesia nos recuerda que la vida de todos los días se construye con la misericordia: “La «ciudad del hombre» no se promueve solo con relaciones de derechos y deberes, sino antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico
Esta devoción nos enseña a acoger el amor y compasión de Dios Padre. Dios no cambia, es inmutable, pero nosotros cuando rezamos e imploramos su misericordia, nos transformamos profundamente. Pasamos de ser criaturas con inteligencia y voluntad, a ser hijos muy amados de Dios. Hay un sacerdote santo que lo decía así: “No lo olvidéis: el que no se sabe hijo de Dios, desconoce su verdad más íntima, y carece en su actuación del dominio y del señorío propios de los que aman al Señor por encima de todas la cosas” (san Josemaría, Amigos de Dios #26).
Una persona que está lejos de Dios alcanzará su justicia tarde o temprano; pero, si se convierte a su Padre y reconoce su debilidad, encontrará siempre un abrazo que perdona. Esa Misericordia Divina es el modo en que Dios actúa con sus hijos. Santa Faustina nos invita a vivir una vida que constantemente vuelva al Señor, seguros de encontrarnos con quien nos ha creado, nos espera y nos ama.
11 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Apologética
Por: Pbro. Cristian Mendoza Ovando, docente de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma)
Dios es misericordioso porque es Padre
Dios es justo y misericordioso
El padre Luis Variara en tierra santandereana
La llegada obligada a Chiquinquirá, fue una bendición no solo para reparar las dificultades del camino, sino por cuánto significaba llegar hasta el santuario para saludar a la Reina de Colombia, presentarle a las hermanas Mónica y Lisinia y confiarle a todas sus hijos “a la Santísima Virgen. Aquí fue donde se avivó aún más el recuerdo de Agua de Dios, ¡ah! Jesús cuánto he sufrido”.
Después de la fundación del Oratorio Miguel Unia para los niños y la congregación de religiosas de las Hijas de los Sagrados Corazones, el padre Luis Variara, continuó su labor educativa pastoral, entre los chicos y los enfermos de Agua de Dios, así como en la formación y acompañamiento de las nuevas religiosas. Bastaron cuatro años, para cimentar sus obras, pues en mayo de 1904, debió trasladarse al lazareto del municipio de Contratación en Santander.
La despedida fue dolorosa para todos. Los niños lloraban la partida de quien representaba a un solícito padre y un abnegado maestro, los enfermos sentían pena ante el más asiduo maestro de espíritu, las autoridades lamentaban la pérdida de un dinámico gestor, mediador y ejecutor de proyectos; los médicos veían con preocupación el vacío que dejaba el apóstol de los enfermos, cuya palabra era bálsamo y cuyas iniciativas eran cura para los afligidos enfermos.
Las Hijas de los Sagrados Corazones sentían la ausencia del padre y maestro, y al mismo tiempo se fortalecían en la convicción de su fe, en la oración y en el ofrecimiento de la realidad de este dolorosa separación que aumentaba las penas que ya traían consigo
en la aceptación de su enfermedad y la de sus parientes, la marginación de la sociedad que rechazaba al enfermo de lepra y a sus familias, y ahora los comentarios de quienes no creían en la obra del padre Variara, y repetían sin reparo, que el traslado del fundador significaba el final de la congregación, pues muchos consideraban una locura fundar una congregación con enfermas o hijas de enfermos de lepra. Pero ellas eran mujeres fuertes, valientes y decididas a ofrecerse cada día sobre el altar eucarístico, uniéndose al ofrecimiento de Jesucristo por la salvación de la humanidad, en la atención a los niños, el cuidado a los enfermos, la vida de oración y la sencillez cotidiana de su pequeña comunidad.
Mientras tanto, el padre Variara escribía desde su nuevo destino, una pintoresca carta en la que narraba los detalles del viaje a lomo de mula, por los difíciles caminos de la época, y sus primeras impresiones en su nueva misión. Contaba acerca de su viaje:
Salió de Bogotá el 28 de mayo, acompañado de su superior, otros dos salesianos, un empleado que veía de los animales y un guía. Salieron por Zipaquirá, en donde se detuvo para encomendar ante el Santísimo a las hermanas Rosa Forero y Limbania Rojas, naturales de esa ciudad, pasaron graciosas aventuras por los caminos recorridos y nos cuenta que la mula que montaba tenía por nom-
bre Medalla. Pasaron por Nemocón, Tausa, Sutatausa, Sutapelao y luego por Ubaté, donde también visitaron la iglesia y al párroco, al que entregó los saludos y una carta de la hermana Julia Sierra, natural de esa población; luego de celebrar la Misa en la capilla del hospital, prosiguió el viaje junto a sus compañeros.
Se dirigieron luego hacia Chiquinquirá en Boyacá, describiendo las difíciles condiciones del camino, que sin embargo les sirvió de diversión, contando como cada uno de los viajeros fueron cayendo con mula y todo entre charcos y barriales, y como solo el peón supo sostenerse en su cabalgadura y pasar valientemente todos los inconvenientes manteniéndose erguido e impecable.
Luego de recibir algunos presentes y avíos para el viaje, por parte de los familiares de las hermanas, continuaron durante cuatro días hasta Aguadas, “siempre entre peligros y con el acto de contrición en la boca; si no me maté fue por la buena mula que montaba. El padre Aime fue sacado de un barrial tirándolo como a un novillo. El señor Ragonessi se desmontó por las orejas de la mula que montaba. A mí por fortuna me fue bien; de todo me reía, esforzándome así por distraerme y alejar las penas”.
Así sigue describiendo anécdotas y detalles del viaje hasta Agua Fría, cuyo camino hasta Contratación “le ganaba en fealdad a todos los que pasé”. Llegaron a Contratación el 3 de junio “por la noche como a las 8 entre truenos, relámpagos, cohetes, gritos, vivar y en medio de una oscuridad profunda (…) no vi a nadie a pesar de la mucha gente que nos rodeaba porque hasta los salesianos de aquí ignoran que existen las lámparas o velas de cebo para alumbrar…”.
Hasta aquí, siguiendo su propio relato, dejaremos al padre Variara, en tierra santandereana, mientras se dispone a la nueva misión. En la próxima entrega, compartiremos sus impresiones y su acción en medio de esta nueva realidad.
12 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023
Por: Hna. Martha Gutiérrez, consejera general para la pastoral. Hijas de los Sagrados Corazones
Camino entre Zapatoca y Puente Ruedas (Santander) Foto: Universidad Industrial de Santander
Gente
Lazareto en Contratación, 1918. Foto: contratacionlazareto.blogspot.com
Nuestra
Por: Pbro. Álvaro Iván Gómez Suárez,
Casi todos los niños tienen comportamientos ocasionales donde pareciera que están fuera de control. Correr de un lado a otro, mantenerse en constante movimiento, hacer demasiado ruido, negarse a esperar, chocarse con todo lo que hay a su alrededor. También a veces los podemos ver caminar sin rumbo, aparentando soñar despiertos, con gran dificultad para prestar atención o de terminar las tareas encomendadas.
En algunos niños, estos comportamientos representan algo más que situaciones de momento. Se trata del niño con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TADH), en el que sus comportamientos, si no son permanentes, sí se vuelven frecuentes y pueden llegar a afectar su capacidad de convivencia cotidiana y normal.
El TDAH, es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuente de la niñez, dándose el diagnóstico en esta etapa, durando incluso hasta la adultez. En los adultos, se caracteriza principalmente por la dificultad para prestar atención, por la impulsividad e hiperactividad, clasificándose entre leve y grave. La gran mayoría no saben que lo tienen, sin embargo, experimentan gran dificultad para realizar las tareas diarias.
En los niños, se caracteriza por la dificultad en la concentración, en la imposibilidad de estar tranquilo o quieto, o en tener buen comportamiento. Si estas conductas se mantienen, hay que tener en cuenta que pueden llegar a ser graves, sobre todo, en el desempeño escolar, en el hogar e incluso, con los amigos.
Generalmente la gran preocupación de los padres es la de no saber cuál es la causa del comportamiento de sus hijos, y a menudo recurren al castigo, e incluso llegando en un momento determinado a ser físico. Es importante tener algunas pautas principales para identificar esta situación:
Déficit de atención: Tener dificul-
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
tar para prestar atención.
Hiperactividad: Dificultad para estar quieto y hablar demasiado.
Impulsividad: Actuar sin pensar o tener dificultad con el autocontrol.
También se debe tener en cuenta las siguientes conductas:
Fantasear mucho.
Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.
Retorcerse o moverse nerviosamente.
Hablar mucho.
Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.
Tener problemas para resistir la tentación.
Tener problemas para respetar turnos.
Tener dificultades para llevarse bien con otros.
Es importante que, ante la identificación de estos síntomas se busque ayuda profesional y evitar cualquier tipo de corrección proveniente de consejos u opiniones de amigos o conocidos, ya que este trastorno no tiene cura, sino que se atenúa, debido a que es un trastorno crónico que se expresa a lo largo de la existencia de la persona en formas diversas. Lo que sí se debe tener claro es que, si bien no es posible curar, sí se puede mitigar o eliminar las consecuencias negativas.
Diagnosticar un niño con TDAH, es un proceso de varios pasos, ya que no hay un examen único para hacerlo. Hay muchas otras patologías, como la ansiedad, la depresión y algunos tipos de trastornos de aprendizaje que pueden presentar
síntomas similares. La complejidad que presenta dicho trastorno puede manifestarse solo predominando la falta de atención, o predominando impulsividad/hiperactividad; o de forma combinada falta de atención/ hiperactividad/impulsividad.
Como se ha dicho anteriormente, este trastorno no tiene cura, pero sí se puede controlar; por eso es importante que, al buscar la ayuda profesional, sea tratada la persona utilizando una combinación de terapia conductual y medicamentos. En los niños (4-5 años), es importante dar mayor importancia al tratamiento con terapia conductual como primera línea de tratamiento y el monitoreo estricto de los planes de intervención, para detectar los cambios necesarios durante el proceso.
13 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Psicología
párroco de la Sagrada Familia
"Es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuente de la niñez, dándose el diagnóstico en esta etapa, durando incluso hasta la adultez”.
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Tratamiento
Infantil
Por: Sem. Johan Camilo Bernal Paba
Hola queridos amigos lectores del Periódico La Verdad, reciban un cordial saludo en Cristo Jesús.
Como Iglesia, caminando juntos, hemos vivido la Semana Santa y ahora nos encontramos en el Tiempo Pascual, donde hacemos memoria del gran acontecimiento de la Resurrección de Nuestro Señor
¡Como niños vivamos la Pascua del Señor! Oración al Espíritu Santo
Jesucristo. Que este sea un tiempo propicio para pedir la presencia del Espíritu Santo y recibir abundantes bendiciones en nuestra vida y en nuestros estudios. Por eso queridos niños y jóvenes realicemos juntos una oración al Santo Espíritu de Dios, pidiendo su protección y su acompañamiento en toda nuestra vida.
Oh Espíritu Santo, que llegaste a mi vida por medio del Bautismo, ayúdame a ser un buen niño, a portarme bien y sacar buenas notas, si no entiendo algo en mis clases ayúdame a entender cuando estudio. Cuida a mi familia y que siempre
estemos unidos para darnos mucho amor. Acompáñame a dormir en la noche y no dejes que sienta miedo en la oscuridad. Cuida a todos los niños del mundo para que todos tengan un techo, comida y familia. Amén.
14 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023
<Las
historias de PEPIto>
Al igual que las demás oraciones de la Liturgia de las Horas, las completas poseen una invocación inicial, un himno y el salterio (salmos), así como la lectura breve.
Algo especial de esta hora es que el responsorio breve no cambia con los días: “en tus manos Señor encomiendo mi espíritu”. ¿Te es familiar esta expresión? Tomadas del mismo Señor en la Cruz, este responsorio manifiesta nuestra confianza en Él. En Él ponemos nuestras vidas, el día que cae en la oscuridad para levantarse después radiante con una luz nueva.
El cántico de Simeón (Lc 2, 2932) es, del mismo modo, una expresión de nuestra confianza en Cristo, “luz de las naciones”, confianza del pueblo que tranquilo puede decir “ahora Señor puedes dejar a tu siervo ir en paz”. Las completas concluyen con la oración final y la bendición.
Cabe recordar que esta oración es un espacio muy importante para hacer nuestro examen de conciencia, para verdaderamente ofrecer al Señor todo lo que he-
Caminemos juntos,
participemos en la liturgia
Al caer la noche, cuando nos sumergimos en el sueño profundo, en modo semejante a cuando Jesús descendió al lugar de los muertos, nos confiamos totalmente a la protección del Señor y en Él nos abandonamos a través del rezo de las completas, la última oración de la Liturgia de las Horas.
II Domingo del Tiempo de Pascua (Jn 20, 19-31)
Hoy es el domingo de la Divina Misericordia, como lo estableció el santo Papa, Juan Pablo II. El motivo de este título está implícito en el Evangelio (Jn 20, 19-31): Manifestándose Resucitado, Jesús da un mandato a los Apóstoles: “Como me envió el Padre, así os envío yo”. Ante estas palabras es natural preguntar: ¿envío a dónde?, ¿hacer qué? La respuesta lleva a descubrir el sentido de la Iglesia: Jesús la quiso, para anunciar a todos los hombres, de todos los tiempos, su Muerte y Resurrección; es decir, la salvación realizada por Él, para que los hombres no queden prisioneros de la muerte espiritual. De ahí las siguientes palabras: “Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados; a quienes no les perdonéis los pecados, no les serán perdonados”. Por eso los envía a proclamar su infinita misericor-
dia. ¡Profundo misterio y tremenda responsabilidad! Dios ha querido necesitar de los hombres para llegar a otros hombres; además, ratificar sus decisiones con antelación. Es verdad que el Espíritu Santo les asegura, que es constante asistencia divina, pero, ¿el pensamiento de que la misericordia de Dios se entrega en manos humanas frágiles e indignas, hace temblar las venas y el pulso de los llamados a administrarla?
El pasaje también dice cuál es la condición para beneficiarse de la misericordia divina. El evangelista declara: “porque creéis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y porque, creyendo, tenéis vida en su nombre”. Y poco antes, narrando el famoso episodio de la incredulidad de Tomás, invitado por el Resucitado a tocar las llagas por las que murió, el Resucitado relata las palabras
consoladoras y a la vez inquietantes: “Porque me has visto, han creído; bienaventurados los que no, vieron y creyeron”. ‘¿Por qué creéis?’, Los que habéis creído... ¿La fe, entonces, es la condición para ser perdonados y ‘tener vida’?
Estamos entre “los que no han visto” y, sin embargo, estamos invitados a creer. El episodio de Tomás nos concierne, nos involucra, nos lleva a interrogarnos: creo que Jesús no es sólo un hombre que vivió hace dos mil años, sino que es, hoy y siempre, Cristo Salvador, el Hijo de Dios que me interpela, personalmente, ¿y declararme feliz si lo reconozco? No he visto, no he tocado: ¿puedo, sin embargo, confiar en lo que está escrito y se anuncia continuamente? ¿Puedo realmente llamarme cristiano, a pesar de mis dudas, mis oscuridades, mis infidelidades?
III Domingo del Tiempo de Pascua (Lc 24, 13-35)
La escena de Emaús es una obra maestra de la catequesis litúrgica y misionera. Describe el itinerario de dos discípulos que salen de Jerusalén desilusionados y defraudados y vuelven allí para volver a emprender la marcha, gozosos y confiados en dar testimonio, porque se encuentran con el Crucificado-Resucitado, explicación de toda la Escritura y presencia perenne entre los suyos en el sacramento del “pan partido”.
El comienzo del camino es un alejamiento del Crucifijo. La crisis de la Cruz parece haber sepultado toda esperanza. El que la dio a luz se la llevó consigo a la tumba. Las voces
de las mujeres no bastan para hacerlo renacer. Aquí está la primera etapa, la del problema planteado a cada uno por el acontecimiento Jesús, el Crucificado. La llamada de Cristo nos alcanza en el camino de nuestra fe inacabada y su interrogación. Jesús no viene de frente sino de atrás, como dice el texto griego, y camina al lado, como un extraño.
El paso al reconocimiento necesita la explicación de las Escrituras. Sólo el Resucitado es el intérprete adecuado. El corazón caldeado y reabierto por el signo de la Palabra explicada pide el viático de un signo más íntimo, el del pan partido. Sin
embargo, Jesús desaparece. La Iglesia no puede mantener a Jesús en la visibilidad histórica de antes. Debe saber y creer que está vivo con él y le da vida en la Eucaristía. Los discípulos entienden y regresan a Jerusalén para compartir el testimonio con los apóstoles.
Emaús es una obra maestra del diálogo reconfortante. Emaús asegura a todos que cuando escuchan las Escrituras en la liturgia de la Palabra y participan en la fracción del pan en la liturgia eucarística, son realmente encontrados por Cristo y redescubren la fe y la esperanza.
15 San José de Cúcuta, abril 16 de 2023 Liturgia
Por: Seminarista Luis Francisco Salazar Cucaita, estudiante de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma), y seminarista Jesús Fernando Fajardo Castellanos, estudiante del Ateneo Pontificia Regina Apostolorum (Roma)
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