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(Mt 16, 18)
vanzamos en el desarrollo de nuestro Proceso Evangelizador de la Diócesis de Cúcuta, con el lema “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), que el evangelista Mateo complementa con la respuesta de Jesús a Pedro: “Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos. Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará” (Mt 16, 17-18), siendo esta Palabra de Jesús una verdad fundamental de nuestra fe, sobre la cual se basa la certeza que Jesucristo fundó la Iglesia y eligió a Pedro y a sus sucesores como piedra angular de la misma, “Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo” (Mt 16, 19). Esto es lo que le da fuerza y solidez a la fe y por eso proclamamos con fervor que nuestra Iglesia es apostólica.
En el Apóstol Pedro, columna de la Iglesia, tenemos un testigo de Jesucristo, cuya profesión de fe, es manifestación de su deseo constante de entregar toda su vida a la voluntad de Dios. En la respuesta que dio a Jesús cuando fue interrogado sobre quién era Él para los apóstoles, está contenida toda la misión del Señor a quien seguimos como camino, verdad y vida, cuando cada uno de nosotros hace
profesión de fe en Él, pronunciando con Pedro: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), inspirándonos a responder debidamente a la vocación recibida en la vida sacerdotal, religiosa, matrimonial y familiar.
Pedro fue elegido por el Señor para la misión de ser el primero entre los apóstoles, él es la piedra sobre la cual se edificó la Iglesia, “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará” (Mt 16, 18), quien junto con los demás apóstoles y luego con los sucesores garantizan la apostolicidad de la Iglesia, que llega hoy hasta el Papa Francisco, que en este momento es Pedro, para cada uno de los creyentes en Cristo, en comunión con todos los obispos.
su Magisterio y transmiten sus enseñanzas; encontramos al mismo Cristo, Buen Pastor, que guía a sus ovejas a la salvación eterna. Escuchemos su voz, sigamos sus huellas, imitemos su ejemplo de amor, santidad y entrega incondicional para el bien de toda la humanidad y la Iglesia.
“Jesucristo fundó la Iglesia y eligió a Pedro y a sus sucesores como piedra angular de la misma”.
Próximamente celebramos con toda la Iglesia la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y con esta celebración estamos llamados a renovar nuestra comunión con la Iglesia universal en la persona del Papa Francisco, en quien los católicos tenemos una roca firme de nuestra fe, porque Jesucristo quiso edificar su Iglesia sobre Pedro y sus sucesores. En sus enseñanzas y escritos encontramos magisterio firme, para hacer frente a los oleajes de confusión doctrinal que hoy en día aparecen en muchos ambientes que desorientan a los cristianos.
En el Papa, los obispos y los sacerdotes fieles, es decir, en todos aquellos que reconocen la autoridad del Romano Pontífice, siguen
Presidente
Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta
Director
Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda
Los católicos en comunión con Pedro, tenemos la misión de defender y proclamar la fe católica, en obediencia al Papa, dando testimonio de unidad y comunión en los distintos ambientes en los que cada uno se encuentra a nivel familiar, parroquial, laboral y social. Así lo expresa Aparecida cuando dice: “No hay discipulado sin comunión. Ante la tentación muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia y las nuevas búsquedas espirituales individualistas. Afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial y ella ‘nos da una familia, la familia universal de Dios en la Iglesia Católica. La Fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podemos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los apóstoles y con el Papa” (Documento de Aparecida 156).
Esta verdad viene reforzada con el testimonio de vida de los últimos Papas que hemos tenido, quienes
Tel.: 607 572 4601 - Cel.: 321 473 8952
han mantenido la fe, la esperanza, la paz y la comunión, aún en medio de muchos sufrimientos y momentos de cruz en el cumplimiento de su misión apostólica, recibiendo del Espíritu Santo la fortaleza para no temer subirse a la Cruz con Cristo, en las contrariedades de cada día que trae predicar y defender el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, en comunión con toda la Iglesia, con la certeza que el poder del infierno no derrotará a la Iglesia (Cf. Mt 16, 18) porque está unida a la roca firme que es Nuestro Señor Jesucristo.
Al celebrar a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, nos unimos a la jornada del Óbolo de San Pedro y oramos particularmente por las intenciones del Papa Francisco, de modo que en todo momento reciba la gracia del Espíritu Santo, que lo llene de sabiduría para continuar conduciendo a la Iglesia e iluminando todas las realidades del mundo con la luz del Evangelio y trabajando por la comunión y la unidad de toda la Iglesia. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José nos ayuden a decir con Pedro: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), para vivir en comunión con Jesucristo y con la Iglesia universal, unidos al Papa Francisco, hoy Pedro, piedra firme de la Iglesia para nosotros.
En unión de oraciones, reciban mi bendición.
Diseño y diagramación
Harold Antonio Castellanos Mojica
Fotografía CCDC / Internet
Los fieles bautizados de la Iglesia Particular de Cúcuta, en el contexto de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, se dieron cita el pasado viernes 7 de junio, a partir de 3:00 p.m. en el monumento Cristo Rey de la ciudad de Cúcuta, para expresar públicamente su fe en el Sacratísimo
Corazón de Jesús. El encuentro inició con el rezo de la Coronilla de la confianza al Sagrado Corazón de Jesús; seguidamente, la peregrinación junto a los diferentes movimientos apostólicos, hacia la Catedral San José para celebrar la Sagrada Eucaristía.
En la tarde del pasado sábado 8 de junio, los coordinadores de catequesis de las distintas parroquias de la Diócesis de Cúcuta, se reunieron en las instalaciones del Asilo Andressen, para vivir una jornada espiritual que tenía como objetivo el encuentro con Jesús Sacramentado.
En el contexto de la programación de la Semana de la Familia que organizó la Diócesis de Cúcuta a través de la pastoral diocesana, el pasado sábado 8 de junio se llevó a cabo, en horas de la tarde, el foro: mi familia un reto hoy, que se realizó en el auditorio del Colegio La Salle, ubicado en el barrio Popular.
El evento contó con la presencia de un buen número de fieles bautizados de las comunidades parroquiales de esta Iglesia Particular, que se acercaron a vivir esta experiencia para recibir herramientas que fortalezcan la relación dentro de las familias y asumir desde la fe, los retos que los tiempos presentes traen.
El pasado sábado 8 de junio, en horas de la mañana, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, en las instalaciones del Centro de Comunicaciones, celebró la Santa Misa en la que consagró el altar, bendijo el Oratorio
y las imágenes de este lugar desde el que se realiza el trabajo pastoral de los medios de comunicación: Emisora Vox Dei, Periódico La Verdad y la productora audiovisual Vox Dei CTV.
urante la tarde del sábado 8 de junio, los proclamadores de la Palabra se reunieron en la parroquia Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas). El encuentro que estuvo dirigido por el presbítero Rafael Darío Aparicio Rubio, formador del Seminario Mayor Diocesano San José, se realizó con el fin de formar desde
el Evangelio de san Marcos, en el aspecto de interpretar lo revelado en el texto sagrado.
Seguidamente celebró con ellos la Sagrada Eucaristía para compartir la fe y fortalecerse en la misión que realizan a través de la proclamación de la Palabra de Dios, en cada parroquia.
Desde el pasado 7 al 9 de junio, más de 50 jóvenes de distintas parroquias se reunieron a vivir la experiencia del campus juvenil, en el Municipio de Sardinata, liderados por los delegados de la pastoral juvenil, los presbíteros Gabriel Peña Arciniegas y Pedro Andrés Daza Correa.
Además de la preparación espiritual,
hicieron adoración a Jesús Sacramentado, visitaron puerta a puerta cada uno de los hogares de este municipio, para llevar y compartir un mensaje de esperanza y de amor. La actividad culminó con un rally y la Eucaristía en acción de gracias por la realización de este evento que fomentó la salida misionera, la sinodalidad de la Iglesia y la alegría de compartir el Evangelio de Cristo.
“Vayan
El sábado 15 de junio, se celebró en la Catedral San José la Sagrada Eucaristía de ordenaciones diaconales y presbiterales que por imposición de manos y oración consecratoria del Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, fueron concedidos a la Iglesia diocesana, siete servidores, tres presbíteros: Fabio Enrique Durán Pinto, Héctor
Gabriel García Torres y Ruben Alonso Peñaranda Pérez; y cuatro diáconos: Jesús Fernando Fajardo Castellanos, Oscar Julián Ibarra García, José Adrián Arias Quijano y Elkin Jesús Ardila Boada. Quienes se formaron durante varios años en el Seminario Mayor Diocesano San José, para apacentar, santificar y acompañar al pueblo de Dios.
Hombres Nuevos Parroquia San Juan Bosco
Tercer informe con corte al 18 de junio
Colegio
En el marco de la Celebración del Corpus Christi del presente año, se llevó a cabo la décimo quinta campaña de la Mercatón, realizada por la Diócesis de Cúcuta a través de la Fundación Banco de Alimentos “Monseñor Óscar Urbina Ortega”, con el fin de promover la generosidad de los fieles con las familias menos favorecidas y en
condición de vulnerabilidad que hacen parte de las diferentes comunidades parroquiales de esta Iglesia Particular.
Estas fueron las donaciones entregadas al Banco de Alimentos por parte de las parroquias, instituciones movimientos apostólicos y empresas.
PARROQUIAS
Asunción de María
Ave María
Basílica Menor de Nuestra del Rosario de Chiquinquirá
Capilla El Calvario
Capilla Hermanas Pías
Discípulas del Divino Maestro
Capilla La Milagrosa
Capilla Ntra. Sra. de las Gracias de Torcoroma
Capilla Ntra. Sra. del Carmen
Cristo Camino
Cristo Evangelizador
Cristo Maestro
Cristo Resucitado
Cristo Rey
Cristo Sacerdote
Divino Niño Jesús (Lomitas)
KILOS
Sagrado Corazón de Jesús
San Agustín
San Alberto Hurtado
San Andrés Apóstol
San Antonio de Padua (Cúcuta)
San Antonio de Padua (El Zulia)
San Antonio María Claret
San Bartolomé
San Benito de Nursia
San Cayetano
San Emigdio
San Ezequiel Moreno
San Francisco de Asís
San Francisco Javier
San Gabriel Arcángel
San Ignacio de Loyola
San Isidro Labrador
San José Obrero
San Juan Bautista
San Juan Bosco
San Juan de la Cruz
Divino Niño Jesús (Tasajero)
Espíritu Santo
Inmaculada Concepción
Inmaculado Corazón de María
Jesucristo Buen Pastor
Jesús Buen Pastor
Jesús Cautivo
Jesús de Nazaret
Jesús Misericordioso
La Presentación del Señor
María Auxiliadora
María Reina de Todos Los Santos
Natividad de Nuestra Señora
Nuestra Señora de Belén
Nuestra Señora de Chiquinquirá (El Zulia)
Nuestra Señora de Fátima (Los Patios)
Nuestra Señora de Fátima (Villa del Rosario)
Nuestra Señora de Guadalupe
Nuestra Señora de la Anunciación
Nuestra Señora de la Candelaria
Nuestra Señora de la Esperanza
Nuestra Señora de la Paz
Nuestra Señora de las Angustias
Nuestra Señora de las Misericordias
Nuestra Señora de las Victorias
Nuestra Señora de los Dolores
San Juan Evangelista
San Juan María Vianney
San Judas Tadeo (El Escobal)
San Judas Tadeo (Villa del Rosario)
San Martín de Porres
San Martín de Sardinata
San Martín de Tours
San Mateo Evangelista
San Miguel Arcángel
San Pablo
San Pedro Apóstol
San Pedro Apóstol (Villa Caro)
San Pedro Claver
San Pío X
San Rafael (Gramalote)
San Rafael Arcángel
San Vicente de Paúl
Santa Ana
Santa Clara de Asís
Santa Laura Montoya
Santa Lucía
Santa
Mazzarello
Santa Mónica
Santa
de Casia
Santa Rosa de Lima
Santa Teresa de Calcuta
Santa Teresita del Niño Jesús
Santiago
Nuestra Señora de Lourdes (Cúcuta)
Nuestra Señora de Lourdes (Lourdes)
Nuestra Señora de Torcoroma
Nuestra Señora del Carmen (Bucarasica)
Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas)
Nuestra Señora del Carmen (Carmen de Nazaret)
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Nuestra Señora del Rosario
Nuestra Señora del Rosario de Monguí
Sagrada Eucaristía Sagrada Familia
El sentido de la vida cristiana gira en torno en el mandamiento del amor: “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Jn 13, 34), no dice simplemente ámense, si no, como yo los he amado; la medida del amor que profesamos, es el amor que recibimos, y que debe comunicarse a los demás de la misma manera como se ha recibido.
En muchas ocasiones Jesús enseña a sus discípulos que hay que hacerse el último y servir a todos, como el hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate de muchos; que hay que ser esclavo. Dichas enseñanzas nos hacen entrever que en la vida cristiana la autoridad está basada en el servicio y en saber inclinarse al encuentro del hermano: “Brille así su luz a los hombres, por las buenas obras que realizan” (Mt 5, 16); de esta manera entendemos que el Evangelio se concretiza en el servicio y es así como se pone en práctica la fe, ya nos lo dice
Tm 4, 12
Nuestro plan pastoral nos pone atención durante este mes de julio en el servicio. Una fe profesada en “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), no puede quedarse en amuletos, ritos, ni en misticismo; la Cruz de Cristo tiene que vivirse en la vida diaria para ser testigos de nuestra fe.
Son muchas las actitudes que le restan importancia al servicio como manifestación concreta de la fe y del amor, actitudes que destruyen la unidad, la comunión y la credibilidad del Evangelio: los celos, las rivalidades, las habladurías, la indiferencia y la envidia. Son los síntomas del cáncer de una religión desencarnada ajena a la realidad y lejos del cielo.
ocasiones Jesús enseña a sus discípulos que hay que hacerse el último y servir
los corazones afligidos, llamando a la comunión a los descartados por la sociedad, formando comunidad con corazones dispuestos pero con mentalidades bien diversas, orando por sus enemigos, perdonando a quienes lo agravian, enseñando el camino de la conversión y la aceptación de la Buena Nueva, del amor del Padre de la salvación otorgada por el Hijo y la santificación por el Espíritu Santo que es quien nos hace clamar Abbá; enséñanos a servir, a hacernos los últimos, a lavarnos los pies unos a otros, anunciar el Evangelio en la sencillez de nuestra cotidianidad, en el compartir la vida.
Como Iglesia diocesana en este mes, al proclamar nuestra fe, imploramos al maestro: “Enséñanos a servir”, su respuesta, es el misterio de la encarnación, de quien siendo Dios se hizo hombre, compartió en todo nuestra
El Proceso Evangelizador a través de la acción pastoral, que consiste en la inserción progresiva, plena consciente y madura en la comunidad cristiana, asumiendo la tarea que la Iglesia ha recibido de Cristo, lleva a cabo este servicio a través de la acción pastoral, organizando su quehacer misionero en las actitudes de Cristo
ministerio se reserva un servicio pastoral cualificado que se realiza en el nombre de la Iglesia. Se asume la responsabilidad de transformar las realidades sociales a través de la vivencia del Evangelio. De esta manera nuestro Proceso Evangelizador tiene un enfoque ministerial, servicios concretos, que permiten asumir el Evangelio como norma de vida a través de los ministerios pastorales al servicio de todos. Ese servicio, al interno de la comunidad cristiana se ejerce fundamentalmente, para poner en manos de la comunidad el propio carisma, por la formación adecuada unida a la espiritualidad cristiana y por el mandato expreso de la autoridad eclesiástica llevando a vivir la vida cristiana en una comunidad eclesial que acoja el testimonio de su compromiso y ayude constantemente a renovarse en la centralidad de Jesucristo.
Enséñanos a servir, nos hace primerear a Jesucristo, siendo él el modelo y el referente de todo servicio en la Iglesia. Las obras de misericordia predicadas en la Iglesia se convierten en ruta de navegación para vivir el Evangelio. Digamos como comunidad de fe: Tú eres el Cristo, enséña-
Por: Pbro. Juan Carlos Ballesteros Celis, párroco de Santa Clara de Asís y miembro de la pastoral de catequesis
“Tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, al servicio del santuario y de la Tienda verdadera, erigida por el Señor, no por un hombre” (Hb 8, 1-2).
Abordamos una nueva catequesis, para centrar la atención en el Sacerdocio de Cristo que “permanece para siempre” (Hb 7, 24) y que tiene una relevancia superior a cualquier otra forma de sacerdocio conocida, dado que en sí mismo es sacerdote, víctima y altar.
1. Prefiguraciones del Sacerdocio de Jesús
En el Antiguo Testamento, nos encontramos que Dios se escogió un pueblo de entre todas las naciones de la tierra y a su vez lo constituyó como: “Un reino de sacerdotes y una nación consagrada” (Ex 19, 6) pero dentro de ese pueblo se eligió a la tribu de Leví, como estirpe sacerdotal para el servicio litúrgico. Es relevante en el Antiguo Testamento, además de Aarón y la tribu de Leví, la figura sacerdotal de Melquisedec “Sacerdote del altísimo” (Gn 14, 18).
Todas estas prefiguraciones del A.T., alcanzan su cumplimiento en Cristo Jesús que en su ser Hijo, desde toda la eternidad, está ante el Padre en actitud de sumisión amorosa a su voluntad y en cumplimiento de esa voluntad, se hace hombre ofrendado como sacrificio puro y santo para alcanzarnos la salvación. Como sacerdote, su encargo es santificar y conducir a Dios a una humanidad pecadora y extraviada.
do del Padre, es totalmente diferente al sacerdocio hasta entonces conocido, dado que no ofrece sacrificios ni holocaustos por sus propios pecados, pues en Él no hay pecado, sino que es sacerdote: “Santo, inocente, incontaminado, apartado de los pecadores, encumbrado por encima de los cielos” (Hb 7, 26). En este orden de ideas, se puede afirmar que:
a. Jesús reemplaza el lugar del culto y realiza la redención por su sangre, de una vez y para siempre “entregándose a sí mismo como rescate por todos” (1 Tm 2, 6). Se ofrece como sacrificio agradable al Padre en el madero de la cruz, para el perdón de los pecados de la humanidad.
b. Gracias a la eficacia irreversible de su muerte, se transformó en el mediador de una alianza con validez total y eterna (Cf. Hb 9, 15-23) y se convirtió en la tienda más perfecta adaptada al verdadero santuario de la presencia de Dios.
c. Jesús tiene ahora un sacerdocio celestial que es superior a cualquier sacerdocio en la tierra, pues exaltado a la gloria del Padre y constituido “Sumo y Eterno Sacerdote” estableció realmente una comunicación perfecta y definitiva entre el hombre y Dios, abriendo el acceso al santuario celestial.
“En su designio de salvación, determinó el Señor perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio”.
La repetición de los sacrificios estipulados en la ley, ponen de manifiesto que no pueden perdonar los pecados. En cambio, el sacrificio de Jesús que fue uno y para siempre, nos ha conseguido ya la salvación como lo evidencia la carta a los Hebreos: “Mediante un solo sacrificio, llevó a perfección definitiva a los consagrados” (Hb 10, 14).
Cristo Jesús, hombre también que se entregó a sí mismo como rescate por todos” (1 Tm 2, 5). Solo el Hijo de Dios hecho hombre por quien “fueron creadas todas las cosas” (Col 1, 16) y en quien se recapitulan todas las cosas, podía ser ese mediador incomparable, que al encarnarse asume una humanidad decaída y arrastrada por el pecado, y que ahora resucitado y exaltado a la derecha del Padre, le abre el acceso inmediato a Dios, gracias al don del Espíritu Santo.
Además de Mediador, es ante todo Sacerdote eterno en el cielo, pues su sacerdocio no acabó en el madero de la cruz, sino que luego de su resurrección, continúa su obra de mediación y de propiciación ante el Padre, abarcando todos los tiempos y cuyo destino es la plena consumación de la humanidad de manera que “Dios sea todo en todo” (1 Cor 15, 28).
4. El sacerdocio de Cristo y el sacerdocio en la Iglesia
El único sacerdocio de Cristo, se hace presente por el sacer docio ministerial, sin que con ello se quebrante la unicidad del sacerdocio de Cristo, dado que como lo expone Santo Tomás de Aquino: Cristo es el verdadero sacerdote y los demás son ministros suyos” (CIC n° 1545).
para que, por la imposición de las manos, participen de su sagrada misión. Ellos renuevan en nombre de Cristo el sacrificio de la redención, preparan a tus hijos el banquete pascual, presiden a tu pueblo santo en el amor, lo alimentan con tu Palabra y lo fortalecen con tus sacramentos”.
Pero también es su designio, confiar al pueblo de Dios por el Bautismo, el sacerdocio común, en que están llamados a “ofrecer sus cuerpos como hostia viva, santa y agradable a Dios: tal será su culto espiritual” (Rm 12, 1-2). De esta manera “teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura” (Hb 10, 21-22).
2. ¿Por qué se habla del único sacerdocio de Cristo?
3. Sacerdote eterno “único mediador entre Dios y los hombres”
“Hay un solo Dios y también un solo mediador entre Dios y los hombres,
En su designio de sal vación, determinó el Señor perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio, entendiendo el Sacramento del orden sacerdotal como participación del único sacerdocio de Jesús. Como se encuentra plasmado en el prefacio de la misa de esta fiesta, en el misal romano: “Elige hombres de su pueblo
Por: Pbro. Juan Sebastián Rivera Fellner, formador del Seminario Mayor Diocesano San José
Jesús, mientras vivió entre nosotros, no estuvo solo; los evangelios nos lo presentan rodeado de hombres y mujeres de muy diversas edades (niños, jóvenes y adultos), clases sociales (pobres y ricos), tendencias religiosas (fariseos, saduceos y paganos), opciones políticas (herodianos, zelotes y centuriones).
A su alrededor irá conformándose un grupo especial a los que llamarán ‘discípulos’, unos caminaban con él, compartiendo las aventuras del anuncio del Reino de Dios (Lc 10, 1-12), otros permanecían en sus casas, como los hermanos de Betania (Marta, María y Lázaro – Lc 10, 38ss; Jn 11, 1), que lo acogían siempre que pasaba. Pero hay unos hombres a los que el Maestro de Galilea estrechará de una manera muy fuerte a su vida y misión, Jesús mismo los escogió para que estuvieran con Él y los llamó apóstoles (Mc 1, 16-20; 3, 13ss).
La relación con los Doce, así los van distinguiendo (Mt 10, 1-2; Lc 6, 1216), está cargada de confianzas y desconfianzas, seguridades y temores, alegrías y tristezas, porque así es la amistad, tiene todos esos elementos que hacen que, con el tiempo, las relaciones se puedan consolidar más y más, superando todos los obstáculos (Jn 15, 15).
Pero Jesús sigue haciendo amigos; el Resucitado se ha dejado encontrar por muchos hombres y mujeres desde el comienzo del anuncio del Evangelio hasta ahora. Los santos son esas personas que han puesto la amistad con el Señor en el primer lugar y se han convertido en testigos eficaces de su mensaje de misericordia y salvación.
El 29 de junio celebramos la gran fiesta de dos amigos excepcionales de Jesús, Pedro y Pablo, mucho tenemos que agradecer por su vida, pues gracias al amor tan grande que le tuvieron a Jesús, se dedicaron a dar a conocer la belleza de su persona, pues querían que muchos más fueran también amigos del Hijo de Dios, que había venido a la tierra para traernos la liberación, la paz y la salvación.
“La predicación del mensaje de Jesús reunía personas que se iban comprometiendo como una nueva familia”.
De Pablo tenemos muchos datos interesantes que él mismo nos cuenta en buena parte de los escritos del Nuevo Testamento. Su nombre original es Saulo (Hch 7, 58-60), nombre de origen judío; había nacido en la ciudad romana de Tarso, en la región de Cilicia (Hch 21, 39), pero su familia era judía y como tal cuidaban sus tradiciones originales; tuvo una excelente formación, pues estudió en Jerusalén con un gran maestro de la Torá (Ley) llamado Gamaliel (Hch 22, 3), sabía hablar hebreo, arameo y griego (Hch 21, 37; 22, 2); tenía facilidad para comunicarse. Su tendencia religiosa era la del fariseísmo (Hch 23, 6-9; 26, 5), quería ser un hombre fiel a la Ley de Dios, enseñarla y hacerla cumplir era su ideal, por eso se encarnizó muy fuertemente en perseguir a los primeros cristianos, como lo cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 9, 1-2; 22, 3-5; Gal 1, 13-14).
Sobre la vida de Pedro, el Evangelio nos da algunas nociones; primero que todo, que su nombre original es Simón y su padre se llamaría Jonás/ Juan (Mt 16, 17; Jn 1, 42); era de Betsaida (Jn 1, 44), pueblo pesquero en torno al lago de Cafarnaún (llamado también de Galilea o Tiberiades, Mc 1, 16), tenía una esposa, pues se nos habla de la curación de su suegra (Mc 1, 30); su oficio era pescador (Mt 4, 18), seguramente aprendido de su padre, labor que implicaba trabajo en las horas de la madrugada (Jn 21, 3-4), saber manejar una barca (Jn 6, 16-19), usar y reparar las redes (Mt 4, 21), vender el producto en el puerto. Los evangelistas nos dan a entender que Simón Pedro era un líder, una persona de iniciativa, arriesgado y temperamental (Mt 16, 16; 26, 33-34; Jn 20, 3-7; Hch 1, 15).
Un día, la vida de estos hombres dio un giro de 180 grados; Jesús se cruzó en sus caminos y los invitó a ser sus discípulos. El evangelista Lucas (5, 1-11) nos cuenta que Simón pescaba como de costumbre, pero un día un
Maestro itinerante le pidió espacio en su barca para predicar un mensaje nuevo: ‘El Reino de Dios que llegaba’; el pescador se fue dejando conquistar por el anuncio, que con autoridad y lucidez escuchaba; pero fue en una generosa pesca, motivada por Jesús, cuando las labores del día parecían perdidas, que evidenció que el poder maravilloso de Dios estaba en aquel hombre de Nazareth y comenzó a seguirlo al escuchar la invitación: “los haré pescadores de hombres” (Mt 4, 19; Mc 1, 17).
Jesús fue transformando poco a poco la vida de Simón, le puso el nombre de Pedro (algunos dicen que es un apodo – Mt 16, 18; Jn 1, 42); le dio un lugar destacado entre los demás discípulos, a pesar de sus imprudencias y a sabiendas de sus errores y debilidades (Jn 21, 15-17). Pedro, por su parte, quiso mucho a Jesús, este cautivo su corazón con sus palabras y ejemplos. La muerte de Jesús confrontó mucho al Apóstol, pero el Resucitado le renovó su amor fiel y cercano.
El encuentro de Pablo con Jesucristo está lleno de drama, el Hijo de Dios se le mostró en su condición gloriosa, lo sacudió de la falsa imagen
los afanes, los retos que cada uno de ellos afronta ocupan la mayor parte del texto. Ellos inauguran el ‘apostolado’, palabra que sintetiza la labor de los discípulos, ser enviados a llevar el anuncio dichoso de la Buena Noticia del amor de Dios que se hizo visible y eficaz en la persona de Jesucristo, y que culminó con su muerte en Cruz y resurrección gloriosa de entre los muertos (Hch 2, 14ss; 13, 16ss).
unidad de la fe cristiana y los animen a vivir la caridad fraterna, esto lo notamos en las cartas que Pablo dirigió a grupos de creyentes como los Corintios, los Efesios, los Romanos, etc.
que se había hecho del Mesías, esto se narra de diferentes modos (Hch 9, 1-19; 26, 12-18; Gal 1, 10-12). Su cambio se resume en que pasó de ser perseguidor de cristianos a siervo de Jesucristo. Por la oración y la catequesis, Pablo irá adentrándose en el misterio de la persona de Jesucristo. El desierto de Arabia, Ananías en Damasco, Bernabé en Jerusalén, serán amigos cercanos que servirán de puente para que entre en contacto con las Columnas de la Iglesia (Gal 1, 15-24; Hch 9, 1ss); pero será especialmente la comunidad de la ciudad de Antioquía (Siria) la que consolidará al nuevo elegido de Dios (Hch 11, 19 – 26; 13, 1-3).
Ambos predicaron a judíos y no judíos; pero tradicionalmente se ha insistido que Pedro se dedicó a los cristianos que se habían convertido del judaísmo, mientras que Pablo tuvo una especial atención y acercamiento a los cristianos venidos del paganismo, que nada conocían sobre las promesas del Antiguo Testamento, que no aguardaban a Mesías alguno (Gal 2, 1-10). No tenemos tantas noticias de la misión de Pedro fuera de las tierras de la actual Palestina, de Pablo sabemos que fue ejemplar por sus frecuentes viajes por el Mar Mediterráneo a los diferentes pueblos del Asia Menor (Éfeso, Iconio, Colosas y Mileto), Siria (Antioquía y Damasco), Palestina (Jerusalén y Cesarea) y la actual Europa (Filipos, Roma, Corinto, Atenas y Tesalónica).
“Los amigos comparten sueños, ideales, tareas. Jesús, por caminos diferentes, unió las vidas de Pedro y Pablo a la suya”.
La predicación del mensaje de Jesús reunía personas que se iban comprometiendo como una nueva familia. Se formaban diferentes comunidades de creyentes, pequeñas Iglesias, que serían guiadas por un encargado con las cualidades necesarias para liderar a los fieles, según los criterios del Buen Pastor (Tito 1, 5-9; 1 Tim 5, 17-22). Los apóstoles serán los que mantengan estas nuevas comunidades en la
Los amigos comparten sueños, ideales y tareas. Jesús, por caminos diferentes, unió las vidas de Pedro y Pablo a la suya; el libro de los Hechos de los Apóstoles lo podemos leer desde esta óptica, pues las enseñanzas,
Desde hace muchos siglos, la Iglesia celebra la muerte de Pedro y Pablo el día 29 de junio, la amistad con Jesús los estrechó de una manera indisoluble, pues su misión la reconocemos fundamental para nuestra vida como Iglesia Católica hoy en día.
Los testimonios antiguos, ubican el martirio de los Santos Apóstoles en la persecución de Nerón (año 68 d.C.).
Pedro murió crucificado bocabajo en el Estadio del Emperador y Pablo decapitado fuera de los muros de la ciudad. Sus tumbas se fueron convirtiendo en centros de peregrinación y sobre ellas se construyeron las majestuosas basílicas de San Pedro en el Vaticano y San Pablo extramuros.
Pero su testimonio de Santidad nos es valioso porque nos invita a cultivar una profunda amistad con Jesús, basada en la confianza total en su persona y mensaje; las llaves de San Pedro nos recuerdan e impulsan el amor por la Iglesia como nuestra Madre y Maestra que nos congrega a todos como discípulos del Hijo de Dios; la espada de San Pablo nos comprometan con todo nuestro empeño en el anuncio de la Palabra de Dios, la proclamación de la mejor noticia que se le puede dar a una persona: Jesucristo, el Hijo de Dios, quien tiene palabras de vida eterna y nos amó, entregando su vida por nosotros en la Cruz, pero que venció la muerte por su Resurrección.
Para el desarrollo del encuentro los invitamos a tener presente las siguientes indicaciones:
Invitar a los vecinos al encuentro.
Ambientar el lugar con el lema del mes.
Disponer de una jarra con agua, una vasija y una toalla como signo del servicio.
Preparar un atril con la Palabra de Dios.
Sacar copias con los cantos y oraciones del encuentro. Los bautizados de la Diócesis de Cúcuta se reúnen en las distintas comunidades eclesiales misioneras y propician un encuentro con Jesucristo, en la experiencia comunitaria y en la Palabra de Dios y reflexionan sobre el lema del mes de julio: Tú eres el Cristo; enséñanos a servir.
Santo. Te necesitamos, oh único y auténtico maestro de las verdades recónditas e indispensables de la vida, para conocer nuestro ser y nuestro destino, así como el camino para alcanzarlo.
Te necesitamos, oh Redentor nuestro, para descubrir nuestra miseria y remediarla; para tener el concepto del bien y del mal, y la esperanza de la santidad; para deplorar nuestros pecados y obtener el perdón. Te necesitamos, oh hermano primogénito del género humano, para volver a encontrar las razones verdaderas de la fraternidad entre los hombres, los fundamentos de la justicia, los tesoros de la caridad y el sumo bien de la paz.
quien, con su vida y signos, nos da el ejemplo del servicio; lo demuestra cuando se dispone a lavar los pies de sus discípulos en la última cena, como gesto de amor que se entrega hasta el extremo.
Canto: Tu Palabra me da vida.
Jn 13, 4-5
buen servidor, el grupo las lee, las reflexiona y luego la comparte con todos).
CLAVES PARA SER UN BUEN SERVIDOR
1. Ponte a disposición
“Escuché la voz del Señor, que decía: ‘¿A quién enviaré, ¿quién irá por nosotros?’ Entonces respondí: ‘Heme aquí, envíame a mí’”. (Is 6, 8).
DEL ENCUENTRO
Invocación
Trinitaria: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo: Amén.
Cantos: mi mano está llena de tu bendición; viva la fe; si tuviera fe.
Oración a Cristo (Esta oración se realizará al iniciar todos los encuentros del año).
Oh Cristo, único mediador nuestro: te necesitamos para entrar en comunión con Dios Padre; para llegar a ser hijos adoptivos suyos contigo que eres su Hijo único y Señor nuestro; para ser regenerados en el Espíritu
Te necesitamos, oh gran paciente de nuestros dolores, para conocer el significado del sufrimiento y para darle valor de expiación y de redención. Te necesitamos, oh vencedor de la muerte, para librarnos de la desesperación y de la negación, y para tener certezas que no fallen jamás. Te necesitamos, oh Cristo Señor, Dios con nosotros, para aprender el amor verdadero y caminar con el gozo y la fuerza de tu caridad a lo largo del camino de nuestra vida fatigosa, hasta el encuentro final contigo, amado, esperado, bendito por los siglos. Amén (San Pablo Vl).
“Durante la cena, Jesús se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros”. Palabra del Señor.
Tú eres el Cristo, enséñanos a servir
(Repetir varias veces y preguntarle a la gente que le dice el lema).
Nuestra Iglesia Particular de Cúcuta durante todo este año se propone profundizar en el Proceso Evangelizador y suscitar una experiencia de encuentro con Jesucristo, que es el centro de nuestra fe y el que nos llama a la conversión. En este mes de julio profesaremos nuestra fe en Cristo, Aquel quien nos enseña sobre el servicio. Es Jesús,
(El moderador motiva a los participantes a responder los siguientes interrogantes).
¿De qué libro está tomado el texto?
¿Qué frase le llama la atención del texto leído?
¿Qué me dice el Señor con el texto que he escuchado?
¿Qué relación hay entre el lema del mes y el texto bíblico?
¿Qué signos de servicio he tenido con mi familia, vecinos o cercanos?
¿Cómo he experimentado el servicio de los demás con mi vida?
Trabajo por equipos: el moderador organiza cinco grupos y a cada uno le entrega una de las siguientes claves para ser un
“He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. (Lc 1, 38).
2. Trabaja para Dios, no para los hombres
“Es necesario que Él crezca, y yo disminuya”. (Jn 3, 30).
“Sin duda que has purificado bien tu intención, cuando has dicho: renuncio desde ahora a toda gratitud y pagos humanos”. (San Josemaría Escrivá, Camino, n. 789).
3. No descuides la oración
“Antes de buscar la extensión del Reino de Dios afuera, lo primero que hay que buscar es que el Reino de Dios suceda adentro”. (Fray Nelson Medina, “Perfil de un trabajador de la viña del Señor”, Homilía en el Convento Santo Domingo de Guzmán (Colombia, 7 de julio de 2020).
“De lo que abundan en el corazón habla la boca”. (Lc 6, 45).
“Nunca seáis hombres o mujeres de acción larga y oración corta”. (San Josemaría Escrivá, Camino, n. 937).
“Si no eres hombre de oración, no creo en la rectitud de tus intenciones cuando dices que trabajas por Cristo”. (San Josemaría Escrivá, Camino, n. 109).
4. No te obsesiones con los resultados
“Yo planté, Apolo regó; pero Dios ha dado el crecimiento. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento”. (1 Cor 3, 6-7).
“¿Qué hacer, pues? Mirando a tu futuro, es necesario distinguir dos cosas: el esfuerzo y el resultado. El esfuerzo depende de ti; el resultado, no. En lo que depende de ti, debes lanzarte al combate con todas las armas y todos los medios a tu alcance: la experiencia de la vida, la colaboración de los demás, el sentido común, la ley de la proporcionalidad, el idealismo, el entusiasmo y la discreción”. (Ignacio Larrañaga, Del Sufrimiento a la Paz, Ed. Paulinas, Lima, 1990, p.42).
5. Recuerda que es una carrera de largo aliento
“¿No sabéis que de los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero solo uno se lleva el premio? Corran de tal manera que los obtengáis. Todo el que lucha, se abstiene de todo; estos, ciertamente, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. De esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire, sino que castigo mi cuerpo y lo someto a servidumbre, no vaya a ser que yo mismo, habiendo enseñado a otros, vaya a quedar descalificado”. (1 Cor 9, 24-27).
“Ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cerca. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia”. (2 Tim 4, 6-8).
Conclusión de la reflexión: después de haber compartido cada grupo su enseñanza, el moderador como signo, tomará la jarra y lavará las manos de los participantes, mientras de fondo se cantará o se escuchará: “No me habéis vosotros elegido”.
R. Tú eres el Cristo; enséñanos a servir.
A quienes sufren, quienes se encuentran en situaciones complejas en su vida afectiva, sentimental o espiritual. Para que por medio de nuestro servicio, sientan la presencia amorosa del Señor.
R. Tú eres el Cristo; enséñanos a servir.
que por medio de nosotros encuentren alivio de sus preocupaciones. R. Tú eres el Cristo; enséñanos a servir.
Por los migrantes y marginados, quienes son desplazados de sus tierras, para que por medio de la acción caritativa encuentren espacio para el progreso y alcancen sus anhelos. R. Tú eres el Cristo; enséñanos a servir.
Por la acción social de la Iglesia y nosotros para que, por medio del servicio, reconozcamos la presencia del Señor en el otro, que nuestras palabras sean fuente de esperanza, y nuestras acciones sean signo del amor genuino. R. Tú eres el Cristo, enséñanos a servir.
Padre Nuestro; Ave María y Gloria.
Tener un gesto de servicio con alguien que lo necesite en nuestro sector, con algún vecino o familiar.
A los pobres, quienes luchan para conseguir su comida y abastecerse de lo necesario para el diario vivir, para
El señor nos bendiga y nos guarde y nos lleve la vida eterna. Amén.
Los medios de comunicación de la Diócesis de Cúcuta, se unen con alegría en la presentación de las comunidades parroquiales, anunciando las fiestas de su santo patrono. En esta oportunidad, felicitamos de manera especial a los bautizados que se congregan en las parroquias: Santo Domingo Savio, San Antonio de Padua (Cúcuta), San Antonio de Padua (El Zulia) y la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y les animamos para que continúen creciendo en la fe y el dinamismo pastoral, de la mano de sus párrocos.
SANTO DOMINGO
SAVIO
Fundación:
Fiesta: 12 de junio
Párroco: José del Carmen Béjar Vargas
Ubicación: barrio Ceiba II
SAN ANTONIO DE PADUA, CÚCUTA
Fundación: enero 1 de 1927
Fiesta: 13 de junio
Párroco: Carlos Alberto Rodríguez Escalante
Ubicación: barrio El Llano
El Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta (CCDC) ofrece el servicio de Trámite de Partidas en Colombia para:
Bautismo
Confirmación
Matrimonio
SAN ANTONIO DE PADUA, EL ZULIA
Fundación: noviembre 26 de 1956
Fiesta: 13 de junio
Párroco: José Vicente Ródriguez García Ubicación: frente al parque principal de la Cabecera Municipal
BASÍLICA MENOR DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ
Fundación: octubre 27 de 1897
Fiesta: 21 de junio
Párroco: José Elver Rojas Herera
Ubicación: barrio San Luis
El Sumo Pontífice cada año hace un llamado a la Iglesia a compartir con generosidad y amor aquello que cada uno tiene para ayudar a la Santa Sede en cada una de las misiones y proyectos evangelizadores que se realizan: “Lo poco que tenemos, si lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una reserva de vida y de felicidad”. De esta manera, el sucesor de Pedro pide con humildad a la Iglesia que en esta jornada especial se unan fuerzas para seguir construyendo el reino de Dios aquí en la tierra. La colecta del Óbolo de San Pedro nace como el medio perfecto para que todos los fieles puedan desde lo mucho o poco, apoyar la misión apostólica y caritativa del Papa Francisco.
El Óbolo como donación al Sucesor de Pedro tomó forma estable en el s. VII con la conversión de
“Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración” (Rm 12, 12)
diferentes diócesis del país a unirse con sencillez a este pequeño acto de comunión, no solo con el Papa Francisco sino con los hermanos de todo el mundo.
Más allá de una simple contribución económica, el Óbolo representa: un gesto de caridad hacia los más vulnerables y un compromiso personal. Gracias a las donaciones que se realizan año tras año en la coleta del Óbolo de San Pedro, la Santa Sede ha po-
dido contribuir en la financiación de 192 proyectos alrededor de 72 países, de los cuales el 40,1% ha sido destinado para la región del África; 22,4% en Europa, más exactamente en Ucrania; 19,8% en América y 16,1% en Asia.
Este año la Jornada de la Colecta del Óbolo de San pedro será el 30 de junio de 2024 entorno a la fiesta de San Pedro y San Pablo como es de costumbre. Es de vital importancia que las donaciones que cada laico y fiel consagrado realice las haga directamente en cada una de las parroquias durante este día. No obstante, la persona que quiera compartir su generosidad puede hacerlo también en cualquier momento antes o después de la jornada, siempre y cuando especifique que dicho aporte va para la Colecta del Óbolo de San Pedro.
Por último, la Santa Sede también ha dispuesto medios de contribución virtuales en la cuenta de ahorros de Davivienda:
Nº 014542872
Titular: Nunciatura Apostólica.
También en la página oficial del Óbolo, para las personas que se les facilite apoyar la obra del Santo Padre de esta manera digital y práctica, este dinero llegará directamente a la Santa Sede.
“La esperanza que nos ha sido donada no nos separa de los demás… Es un don extraordinario del que estamos llamados a hacernos ‘canales’, con humildad y sencillez, para todos. Y entonces nuestro mayor orgullo será tener por Padre a Dios, que abre su casa a todos, empezando por los últimos y los que están lejos, para que, como hijos suyos, aprendemos a consolarnos y a sostenernos los unos a los otros”.
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Por: Andrés Silvestre Ariza Torrado, Ingeniero de Sistemas del Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta
Con el crecimiento exponencial de las aplicaciones de compras por internet, se han presentado ventajas significativas para impulsar el e-commerce y las nuevas tecnologías como plataformas de mercado. Sin embargo, los riesgos de comprar en algunas plataformas preocupan a los consumidores.
Las aplicaciones más reconocidas actualmente tienen modelos similares: en lugar de que una empresa venda artículos que pertenecen a su marca, estas aplicaciones muestran artículos de una variedad de vendedores, según la organización Internet Matters.
Las aplicaciones de mercado populares incluyen Amazon, eBay y Etsy. Temu, Shein y AliExpress, en particular, han suscitado preocupaciones sobre la protección de datos. La misma organización asegura que: “Algunas aplicaciones promocionan una variedad de artículos, incluidos productos electrónicos, a un costo muy bajo. Si bien esto es muy atractivo, puede generar problemas para los usuarios, que van desde productos falsificados hasta violaciones de datos. Los jóvenes que utilizan estas aplicaciones son especialmente vulnerables a las estafas y a los impactos en su bienestar”.
Por otra parte, Javier Moreno, experto en ciberseguridad de la Universidad Manuela Beltrán, explicó cuáles son los datos personales que se solicitan al registrarse en estas aplicaciones. “Para el registro de clientes se piden datos como el correo electrónico, ubicación (país, departamento, ciudad, municipio, dirección y código postal) y algunos datos básicos
del cliente como nombre, apellido y teléfono celular, entre otros”. En términos de datos bancarios, “los pagos de las compras se realizan generalmente con tarjetas de crédito, que deben registrarse en el ‘apartado de pagos’ de la misma aplicación. También ofrecen la posibilidad de utilizar servicios confiables y recomendados en Colombia, como PSE y Apple Pay”.
José Marcial Téllez, otro experto en ciberseguridad de la Universidad Manuela Beltrán, señaló que Temu tiene un antecedente importante respecto a una presunta violación de datos. “Hace tres años, la misma compañía (PDD Holdings) tenía una app denominada Pinduoduo. Esa aplicación fue eliminada de las tiendas de Google y Apple porque se determinó que escalaban privilegios
dentro de los celulares y podían acceder a datos personales de los usuarios y de otras aplicaciones, aprovechando ciertas vulnerabilidades en los sistemas operativos”
“Los jóvenes que utilizan estas aplicaciones son especialmente vulnerables a las estafas y a los impactos en su bienestar”.
A raíz de ese incidente, Téllez advirtió que “debemos tener cuidado porque sí pueden sacar datos personales”. Cabe destacar que Temu no se ha pronunciado respecto a este caso.
¿Cómo hacer compras seguras y no poner en riesgo sus datos? Según Moreno, “lo ideal para hacer compras es verificar que la aplicación permita hacer pagos por PSE, que es más seguro. Además, evitar registrar las tarjetas y la información directamente en la aplicación”.
Téllez aconseja que, si ya ha reali-
zado compras en estas aplicaciones, “como primera medida debería mantener apagada la tarjeta de crédito. Segundo, eliminar la tarjeta de la aplicación. Tercero, verificar que la tarjeta de crédito utilice un código de verificación dinámico y siempre utilizarlo”
El experto también enfatiza en evitar hacer compras en Temu hasta que la empresa no dé explicaciones respecto al escándalo de filtración de datos de Pinduoduo. De manera similar, Moreno recomienda desinstalar completamente la aplicación si ya está instalada en el celular, y asegurarse de eliminar todos los datos relacionados. Además, sugiere dirigirse a los sitios web oficiales para ver el paso a paso de cómo eliminar una cuenta o realizar una solicitud tipo PQRS directamente a la aplicación para la eliminación total de la cuenta y la información personal.
Por: Sem. Jordan Mauricio Flórez Arciniegas, II de discipulado
Queridos niños la Misión consiste en salir a evangelizar a aquel que lo necesita; nos lleva a ponernos en los zapatos de nuestro hermano; nos invita a acercarnos al prójimo, ayudarle, y como parte demasiado importante la misión es anunciar palabra de Dios que llevamos en el corazón en la mente y en nuestra vida; y de esta manera compartirla con los demás, es dar un mensaje de esperanza a aquel que de pronto se siente perdido.
Recordemos queridos niños que la esperanza nos lleva a anhelar los bienes celestiales, los bienes que están en el reino de Dios.
Tarea y compromiso: acompaño a mi catequista, o papito, a rezar el Santo Rosario.
T X S R H B E N N S X A V Y
F F F X E S P E R A N Z A T
T Y C P A R R O C O L Q G G
U N I D A D B H S M P Z R V
U M S A N T O R O S A R I O
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ESPERANZA IGLESIA OBISPO
PARTICIPACIÓN UNIDAD COMUNIÓN EUCARISTÍA MISIÓN PÁRROCO SANTO ROSARIO
Por:
En la tormenta del lago de Galilea Jesús dice a sus apóstoles: “¿Por qué tenéis miedo? ¿No tenéis todavía fe?” En las tormentas de la vida, en las situaciones difíciles que encontramos, Jesús también nos dice de modo personal: “¿No tenéis fe?”. Es muy importante reflexionar sobre la fe, el cómo cultivar la fe e intentar vivir de la fe y en fe. Aunque no nos ayude el contexto social, a menudo materialista, interesado sólo en las cosas mundanas, sabemos que la falta de fe es una gran pobreza de nuestro tiempo, sumado a esto, vemos constantemente conflictos y guerras que siembran en nuestra ciudad y en mundo, zozobra y miedo. Son tantas las personas que demuestran y viven el compromiso cristiano, la voluntad de bien, la fe en el Señor, el amor a los demás. Otros expresan su propia cri-
sis porque se han encontrado ante la enfermedad, el sufrimiento, el duelo, y casi gritan: “Si Dios existiera, estas cosas no existirían” U otros que dicen: “Oré mucho, el Señor no me respondió”.
Con esto, nos damos cuenta de que necesitamos ayudarnos mucho en la fe. Es importante cultivar la fe y expresarla en momentos de alegría: ¡cuántas cosas debemos agradecer continuamente al Señor! Es necesario cultivar la fe en los momentos delicados y difíciles, hacernos fuertes, experimentar la fuerza de Dios precisamente en los problemas de nuestra vida. Debemos estar seguros de que el Señor nunca desperdicia la oración, que nuestra vida y nuestros asuntos son más importantes para Él que para nosotros mismos.
La mujer con hemorragia había sufrido durante doce años antes de tocar finalmente el borde del manto de Jesús. La niña a quien Jesús llama a la vida tiene doce años. Son doce los apóstoles, doce eran las tribus de Israel y el Apocalipsis también evoca este número para indicar la plenitud y madurez del hombre. De hecho, el número doce es un símbolo de la plenitud humana y en los casos descritos por el evangelista Marcos da testimonio de la plenitud de la fe, plenitud que también merece el milagro de la curación. En el caso de la mujer que sufre pérdida de sangre, al contrario de lo que ocurre durante numerosos milagros de Jesús, ella no es consultada por el Señor y ni siquiera se presenta a ella. Actúa indirectamente, con la certeza de que, incluso sin tener a Jesús como interlocutor, podrá ob-
tener de él una gracia. Jesús percibe que ha sido tocado porque “de él salió una fuerza”
La mujer lo tocó convencida de que podría obrarse el milagro, lo tocó con fe, en términos simples, reconoce que Jesús, el Mesías y Salvador, vino al mundo para devolverle al hombre la salud y la vida; esta fe le trajo la curación física y la salvación precisamente por haber creído y; por haber confiado firmemente en él. La había animado su casual convicción de que entrar en contacto, aunque indirecto, con el abogado de la vida, le devolvería la salud. Asimismo, es la fe en Jesús del líder de la sinagoga Jairo, que pide que su pequeña hija vuelva a la vida. A este hombre desesperado que pide su prodigiosa intervención sobre su hija, Jesús recomienda las
condiciones fundamentales para agradar a Dios, especialmente en lo que se refiere a los beneficios sobrenaturales: “No temas, sólo ten fe”. Es decir, le convence de no tener miedo a la muerte, de no dejarse sorprender por el miedo a lo irremediable, sino de abrir su corazón limitando la racionalidad
para no dar paso a la duda sino a la entrega gratuita. Debe tener fe, es decir, creer y confiarse sin reservas a Aquel que no está limitado por los límites y posibilidades del hombre, sino que los trasciende y los supera; debe creer en Aquel que todo lo puede.
L O O O J I H P J S P O V
C D E G U O C E E L U L I
A A F A D D S D A E B E R
S C L I A U I R M A L I G
A S A T S I M O N R I C E
J U A N N C L A S S C A N
E B P A D O A O T I A N A
V P S S T R I R T E N A Z
O O I R A O E S I M O N A
L E A L D S M S I O D E R
E B A C E R C A J M T O E
R E I N O F E S S U S E T
Z E B E D E O M A R I A Y
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• Simón
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En la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo
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