En este día celebramos con profunda alegría, la entrega y servicio de monseñor José Libardo, quien celebra un año más de ordenación episcopal. En nombre de todos los sacerdotes, religiosos, diáconos, seminaristas y bautizados de esta Iglesia Particular le expresamos nuestra felicitación, pidiendo al Señor que a través de su Santo Espíritu, le siga guiando en su ministerio y en su misión de pastorear esta porción del pueblo de Dios.
La paz esté con ustedes (Jn 20, 19)
En el desarrollo del proceso de evangelización de la Diócesis de Cúcuta, comenzamos este mes de septiembre enmarcado por la celebración de la Semana por la Paz y la reflexión en torno a la Palabra de Dios, con el lema del proceso pastoral: “Tú eres el Cristo, con tu Palabra danos la paz”, inspirados por la Palabra de Dios que nos dice: “Estén siempre alegres en el Señor; les repito, estén alegres. Que todo el mundo los conozca por su bondad. El Señor está cerca. Que nada los angustie; al contrario, en cualquier situación presenten sus deseos a Dios orando, suplicando y dando gracias. Y la paz de Dios, que supera cualquier razonamiento, protegerá sus corazones y pensamientos por medio de Cristo Jesús” (Flp 4, 4-7).
En Colombia y en el mundo podemos decir que nos angustia la situación de guerra que afrontamos y el deterioro de la dignidad de la persona, así como todos los atentados y amenazas en contra de la vida y de la familia. Frente a este panorama desolador, retomamos las palabras del Apóstol san Pablo a los Filipenses, que nos dice que nada nos angustie, en cualquier situación presentemos nuestros deseos a Dios orando, suplicando y dando gracias (Cf Flp 4, 6), con la certeza que la paz de Dios, por medio de
Jesucristo, estará siempre con nosotros. Esta certeza la tenemos desde el mismo momento en que Jesús se presentó como el resucitado: “La paz les dejo, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar” (Jn 14, 27), que implica trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo que nos conduce a la verdadera paz, mediante el perdón y la reconciliación con nuestros hermanos.
La misión de Jesucristo en esta tierra fue conducirnos a la paz, reunir a los que están dispersos y divididos y establecer la paz entre los que crean divisiones. Su misión desde la cruz fue devolvernos la paz con Dios, perdida a causa del pecado y que lo escuchamos desde la primera palabra cuando nos otorga el perdón misericordioso, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34), que implica dejarnos limpios de todo lo que se opone a Dios y librarnos de odios, resentimientos, rencores, venganzas y violencias que destruyen nuestras relaciones familiares y comunitarias y hacen que la paz comience a agonizar.
fervor es nuestro alimento, es la esperanza y la paz que nos conforta y una vez fortalecidos, queremos transmitir la vida nueva a nuestros hermanos, a nuestra familia y nuestras relaciones sociales, porque la paz que viene de lo alto está con nosotros y desde nuestro corazón se transmite a todos los que habitan a nuestro lado.
Jesucristo es la revelación suprema, la manifestación decisiva del Padre para decirle al mundo que no reina el mal, ni el odio, ni la venganza, ni la violencia, sino que reina el Señor, que ha venido a traernos amor, perdón, reconciliación, paz y una vida reno- vada en Él, para que todos tengamos paz en la tierra.
“Debemos procurar llevar perdón, reconciliación y paz a la familia, a nuestro lugar de trabajo, a la calle, a las relaciones sociales”.
Dejemos a un lado nuestras amarguras, resentimientos y tristezas. Oremos por nuestros enemigos, perdonemos de corazón a quien nos ha ofendido y pidamos perdón por las ofensas que hemos hecho a nuestros hermanos. Deseemos la santidad, porque he aquí que Dios hace nuevas todas las cosas. No temamos, no tengamos angustia alguna, estamos en las manos de Dios (Cf. Flp 4, 6). La Eucaristía que vivimos con
Presidente
Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta
Director
Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda
Tel.: 607 572 4601 - Cel.: 321 473 8952
El Papa Francisco en el mensaje por la paz del año 2017 nos dice: “Para los cristianos la no violencia no es un mero comportamiento táctico, sino más bien un modo de ser de la persona, la actitud de quien está tan convencido del amor de Dios y de su poder, que no tiene miedo de afrontar el mal únicamente con las armas del amor y de la verdad. El amor a los enemigos constituye el núcleo de la revolución cristiana. Precisamente, el Evangelio del amen a sus enemigos (Cf. Lc 6, 27) es considerado como la carta magna de la no violencia cristiana, que no se debe entender como un rendirse ante el mal, sino como responder al mal con el bien (Cf. Rm 12, 1721), rompiendo de este modo la cadena de la injusticia” (Mensaje por la Paz, 2017, 3).
Debemos procurar llevar perdón, reconciliación y paz a la familia, a nuestro lugar de trabajo, a la calle, a las relaciones sociales. El mundo está triste e inquieto y tiene necesidad de la paz y de la alegría que el Señor Resucitado nos ha dejado, al decirnos: “La paz esté con ustedes” (Jn 20, 19). ¡Cuántos han encontrado el camino que lleva a Dios en el testimonio sonriente de un buen cristiano que trabaja por la paz! La paz en el corazón es una enorme ayuda para la familia, para todas las personas que entran en contacto con quien está en paz interior, porque lleva a presentar el mensaje de Cristo de una forma amable y positiva, mediante el perdón y la reconciliación.
Los invito a que trabajemos juntos por el perdón y la reconciliación y en oración contemplativa, de rodillas frente al Santísimo Sacramento, mirando y contemplando el Crucificado, recibamos la paz que viene de lo alto como un don de Dios que queremos transmitir a los demás, a través del perdón a nuestros enemigos tal como nos lo pide Jesús en el Evangelio (Cf. Lc 6, 27) y puestos en las manos de Nuestro Señor Jesucristo, que es nuestra esperanza y nuestra paz y bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, que nos protegen, imploremos la paz para nosotros, para nuestras familias y para el mundo entero, diciendo: “Tú eres el Cristo, con tu Palabra danos la Paz”.
En unión de oraciones, reciban mi bendición.
Diseño y diagramación
Harold Antonio Castellanos Mojica
Fotografía CCDC / Internet
Nueva promoción del proyecto ‘Medios de Vida Sostenible’
En la mañana del sábado 17 de agosto, se llevó a cabo, la novena graduación de los aprendices del curso básico de modistería, del proyecto ‘Medios de Vida Sostenible’ que la Diócesis de Cúcuta viene realizando con población de colombianos retornados y migrantes venezolanos.
La ceremonia contó con la presencia de monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de esta Iglesia Particular, junto a los presbíteros Richard Alexander Moreno Moreno, párroco de San Judas Tadeo (Villa del Rosario) y Jhainer Said Urbina Gómez, párroco de Nuestra Señora de Fátima (Villa del Rosario) y director del proyecto; los graduandos de este curso, estuvieron acompañados de sus familiares.
El evento se realizó en la casa pastoral Beato Luis Variara, ubicada en el barrio La Palmita,
del municipio de Villa del Rosario; donde se vivieron varios momentos, como la celebración de la Sagrada Eucaristía, presidida por monseñor José Libardo en la que les compartió un mensaje de motivación y esperanza: “Den gracias a Dios porque todo, es un don que se nos concede para colocarlo al servicio de los demás”; también a cada uno de ellos, se les entregó el diploma que certifica de manera formal que pueden ejercer lo que aprendieron a lo largo de las 114 horas de curso, en jornadas de la mañana y de la tarde.
Este proyecto es posible gracias a la ayuda de Adveniat (organización de ayuda de los católicos de Alemania), que ofrece los recursos para que los hombres y mujeres en situación de vulnerabilidad encuentren una herramienta segura para emprender, a través del aprendizaje de un arte.
TCulminan las entregas de la XV Mercatón
ras varias semanas practicando la caridad de Cristo con las comunidades de esta Iglesia Particular; la Fundación Banco de Alimentos realizó las últimas entregas de los frutos recogidos en la XV Mercatón.
Este ciclo culminó de la mano de los sacerdotes en las comunidades parroquiales de San Antonio María Claret y Santa Margarita de Youville. También se llevaron ayudas alimentarias a las Guardias de Honor del Sagrado Corazón y a su vez, los jóvenes del Seminario
Mayor participaron de este espacio de generosidad visitando a la comunidad de Los Límites.
Por último, se dio el cierre de la semana donando 35 mercados con alimentos de primera necesidad (aceite, arroz, panela, azúcar,
harina, sal, enlatados y pasta) a la Diócesis de Tibú.
Durante todo este tiempo de entregas se buscó mantener la esperanza y el amor en los hogares necesitados, para que ellos fueran testigos de la misericordia de Dios.
Por: Pbro. Daniel Alejandro Bolívar Castaño, vicario de pastoral y párroco del Espíritu Santo
“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Flp 4, 4-7).
Nuestro Proceso Evangelizador, nos recuerda que el punto de partida de nuestras acciones pastorales es el encuentro con Jesucristo. De este encuentro depende todo durante este año, que es el de la oración. Los lemas de cada mes, nos iban recordando la necesidad de volver nuestra mirada al Crucificado, de retornar a él, para que desde lo profundo de nuestro corazón, salgan las verdaderas intenciones y motivaciones que nos ayuden a vivir la misericordia del Padre.
Este primer paso del Proceso Evangelizador, pone en evidencia, que en este encuentro con Jesucristo, está el éxito de todas nuestras acciones pastorales. La acción misionera, que suscita la conversión y el interés original de profundizar
y acrecentar nuestra fe, una fe inicial que se alimenta en la segunda etapa del Proceso Evangelizador: la acción catequética, de tal manera que nuestra iniciación cristiana, a través de esta profundización, se revitaliza y se robustece para así también dar paso a la tercera etapa, la acción pastoral, el compromiso del corazón del creyente, en la construcción del Reino de Dios en la comunidad.
Son varios los acentos que el Proceso Evangelizador va reforzando, no solamente bebiendo de estas etapas, sino también renovando las relaciones de los fieles con Cristo y entre los hermanos, creando las estructuras necesarias para tal fin.
SEPTIEMBRE
Con tu Palabra danos la paz
Flp 4, 4-7
SEMANA POR LA PAZ Y SEMANA BÍBLICA
victoria y nos compromete a ser como él, adquiriendo en nosotros sus mismos sentimientos. Por tal motivo volveremos a la comunión con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, comunión de vida y amor que da sentido a nuestra vida en comunidad, comunión que engendra la paz, comunión que construye sociedad.
“Nuestro Proceso Evangelizador, nos recuerda que el punto de partida de nuestras acciones pastorales es el encuentro con Jesucristo”.
Cada animador de la evangelización, debe recordar las palabras de Pablo en su carta a los Filipenses: “Estén alegres en el Señor…”. Alegría que nace del corazón que se ha dejado cautivar por el amor de Jesucristo que pende de la Cruz y que debe ser llevado a los hermanos a través de la caridad, de la solidaridad y de la fraternidad.
Este mes de septiembre en la Semana por la Paz, recordaremos fundamentalmente que Cristo es nuestra paz, que su victoria sobre el odio y la muerte, nos ha dado la
La Semana por la Paz es una ocasión oportuna de recordar que somos profetas de nuestro tiempo, que debemos acercarnos a Dios y desde Dios releer nuestra historia; que debemos crecer en la fidelidad a una alianza que nos ha hecho partícipes de una promesa de eternidad, a través de la acción del Espíritu Santo que guía nuestros pensamientos nuestras palabras y nuestras acciones, no debemos temer evangelizar con el testimonio de vida.
Septiembre es un mes en el que centramos nuestra vida en el conocimiento, la escucha, la oración y en la necesidad de vivir la Palabra de Dios. Durante este año hemos venido conociendo el Evangelio de san Marcos, formación que nos ayuda acrecentar nuestra identidad como discípulos misioneros, de tal manera que desde la Animación Bíblica de la Pastoral, se presenta la ocasión de profundizar en la persona de Jesús,
dejándonos guiar por sus palabras para suscitar en nosotros caminos de conversión, corazones de discípulos que nos lleven precisamente a tejer nuevas relaciones fraternas y en paz.
“Tú eres el Cristo con tu Palabra danos la paz”, diremos como Iglesia, reconociendo que es precisamente este clamor que se apoya en la confianza absoluta que con Cristo tendremos un triunfo aplastante sobre el mal de este mundo, que sin Cristo, el horizonte se convierte en fracaso.
Que en nuestras comunidades parroquiales, comunidades eclesiales misioneras, cada grupo pastoral y en cada movimiento apostólico; las experiencias de encuentro con Jesucristo a través de su Palabra llenen los corazones para encontrar las respuestas a las inquietudes más profundas de cada creyente. Que su Palabra sea nuestra bandera y hacerla vida sea nuestra prioridad. Porque es su Palabra la que nos recuerda que la vida cada día tiene sentido y debemos velar por la dignidad de esa vida, por su origen y destino.
Esta es una tarea que se funda en la naturaleza misionera de la Iglesia y como tal es su razón de ser. Así nos abrimos paso a la reflexión sobre la naturaleza misionera de la Iglesia, que es pueblo de Dios, mesiánico, profético y escatológico, que tiene sus raíces en el misterio de la Santísima Trinidad: fuente de amor.
POR LA emana Paz XXXVII
TÚ ERES EL CRISTO
“ ”
El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz
(Sal 29, 11)
Introducción
La Semana por la Paz es un momento especial para que los cristianos se unan en un compromiso profundo con la paz y la justicia, inspirados por las enseñanzas de Jesús. En esta semana se nos invita a reflexionar sobre nuestro papel en la construcción de una sociedad más justa y libre de violencia, subrayando la importancia del respeto a la vida y el valor de la familia. En esta ocasión, seguimos el llamado del Papa Francisco a escuchar y aprender de los pobres y los que sufren, pues ellos ofrecen valiosas lecciones de dignidad y humanidad.
En esta semana por la paz desarrollaremos los siguientes temas:
1. Padre Nuestro, con tu Palabra danos la paz.
2. Tú eres el Cristo, con tu Palabra danos la paz.
3. Llenos del Espíritu Santo y la palabra grabada en el corazón que fundamenta el amor y la paz.
4. Amarás a tu prójimo, un mandamiento para la paz.
5. Buscar la paz por el camino de la dignidad humana y el perdón.
• Saludo.
• Canto: Santo Dios Poderoso.
• Invocación trinitaria y ofrecimiento.
• Objetivo del encuentro: orarle a Dios Padre para pedirle el don de la paz y fundamentar esta oración con la Palabra de Dios.
• Oremos juntos: recemos juntos el Padre Nuestro, tomados de las manos y reconociendo que Dios es nuestro Padre.
Oración del Padre Nuestro
(Mateo 6, 9-13)
“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”. Amén.
Segundo momento
Texto bíblico: (Mt 6, 9-14)
ofenden; y no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial». Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Texto bíblico: (Lc 11, 2-4)
Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación». Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Reflexión
(Por el Cardenal Raniero Cantalamessa y Catequesis sobre el Padre Nuestro del Papa Francisco)
Nosotros tenemos necesidad de recibir el Espíritu Santo para poder orar, y tenemos necesidad de orar para poder recibir el Espíritu Santo. Al principio está el don de la gracia, pero después es necesario orar para que este don se conserve y se acreciente. Pero todo esto no debe quedarse en una enseñanza abstracta y genérica. Me debe decir algo a mí individualmente. ¿Quieres recibir el Espíritu Santo? ¿Te sientes débil y deseas ser revestido con la fuerza de lo alto? ¿Te sientes tibio y quieres ser recalentado? ¿Seco y quieres ser regado? ¿Rígido y quieres ser doblado? ¿Descontento de la vida pasada y quieres ser renovado? ¡Ora, ora, ora! Que en tu boca no se apague el grito sumiso: ¡Ven Espíritu Santo!
Padre Nuestro,
con tu Palabra danos la paz
• Orientación: para este encuentro, el moderador organiza el espacio, colocando la imagen de la Santísima Trinidad. La Cruz que debe ir en todos los encuentros como signo que refuerza el lema del año.
«Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros hemos perdonado a quienes nos
Jesús pone en los labios de sus discípulos una oración breve, audaz, compuesta por siete preguntas, un número que en la Biblia no es casual, indica plenitud. Digo audaz porque, si no la hubiera sugerido Cristo probablemente ninguno de nosotros —es más, ninguno de los teólogos más famosos— osaría rezar a Dios de esta manera. Jesús, de hecho, invita
a sus discípulos a acercarse a Dios y a dirigirle con confianza algunas peticiones: ante todo, relacionadas con Él y después, relacionadas con nosotros. No hay preámbulos en el «Padre Nuestro». Jesús no enseña fórmulas para «congraciarse» con el Señor, es más, invita a rezarlo haciendo caer las barreras del sometimiento y del miedo. No dice de dirigirse a Dios llamándolo «Omnipotente», «Altísimo», «Tú, que estás tan distante de nosotros, yo soy un mísero»: No, no dice así, sino simplemente «Padre», con toda la sencillez, como los niños se dirigen al padre. Y esta palabra «Padre» expresa la familiaridad y la confianza filial.
La oración del «Padre nuestro» hunde sus raíces en la realidad concreta del hombre. Por ejemplo, nos hace pedir el pan, el pan cotidiano: petición no sencilla pero esencial, que dice que la fe no es una cuestión «decorativa», separada de la vida, que interviene cuando se han cubierto todas las demás necesidades. Si acaso, la oración comienza con la vida misma. La oración —nos enseña Jesús— no inicia en la existencia humana después de que el estómago está lleno: sobre todo anida en cualquier parte que haya un hombre, cualquier hombre, que tiene hambre, que llora, que lucha, que sufre y se pregunta «por qué».
Nuestra primera oración, en un cierto sentido, ha sido el llanto que acompañó la primera respiración. En ese llanto de recién nacido se anunciaba el destino de toda nuestra vida: nuestra continua hambre, sed y búsqueda de felicidad. Jesús, en la oración, no quiere apagar lo humano, no quiere anestesiar. No quiere que modifiquemos las preguntas y peticiones aprendiendo a soportar todo.
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• Momento de súplica: oraciones espontáneas para pedir la paz.
• Momento de reconocimiento del Reino de Dios entre nosotros: enumerar experiencias, espacios u obras que nos evidencien la presencia del reino, en medio de nuestras propias realidades.
Oración por la paz de Colombia
Padre, tú eres un océano de paz y nos regalas por medio de tu Hijo Jesucristo y por la acción del Espíritu Santo este don, y lo siembras en nuestro corazón por medio de la conversión y la reconciliación.
Tú nos confías la paz a nuestra responsabilidad, convirtiéndonos en artesanos, para construirla con “pasión, paciencia, experiencia y tesón”. Tú quieres que nuestras familias sean escuelas de paz donde te escuchemos, acojamos y te sigamos mejor y, así germinen palabras y gestos de perdón, escucha, diálogo, ternura, amor y reconciliación. Que los niños y jóvenes se conviertan en protagonistas de un futuro de paz.
Acompáñanos en las responsabilidades que tenemos en nuestra vida social, política, económica, cultural y eclesial. Haz que difundamos el respeto por la vida, las personas y la creación; que seamos solidarios, fraternos, justos y trabajadores del bien común.
Que María, Reina de la paz, nos ayude a desarmar el corazón, a vivir la justicia, el perdón, la reconciliación y la paz, para que nazca en Colombia la civilización del amor. Amén.
Compromisos
• Hacer notar la presencia del Reino de los Cielos, visitando a un enfermo, haciendo una obra de caridad con un necesitado o apoyando las acciones que adelanta la Iglesia como obras de paz.
• Orar en familia para suplicar por la paz.
• Canto: nadie te ama como yo.
• Invocación trinitaria y ofrecimiento.
• Objetivo del encuentro: descubrir que de la fe en Jesucristo brota la solidez de la comunidad y la proyección de la esperanza.
• Oremos juntos: recemos juntos la oración por la paz, de San Juan XXIII.
Oración inicial
Acoge en tu casa a quienes murieron víctimas de la guerra fratricida, mueve el corazón de los actores violentos para que vuelvan a ti y sean también ellos constructores comprometidos de la paz. Fortalece a las víctimas en su dignidad y otórgales valentía para ofrecer el perdón.
Tú eres el Cristo,
con tu Palabra danos la paz
Momento inicial
• Orientación: para es este encuentro el moderador organiza el espacio colocando la imagen del Santo Cristo. La Cruz que debe ir en todos los encuentros como signo que refuerza el lema del año.
• Saludo.
“Señor Jesucristo, que eres llamado Príncipe de la Paz, que eres Tú mismo nuestra paz y reconciliación, que tan a menudo dijiste: “La Paz contigo, la paz les doy”. Haz que todos hombres y mujeres den testimonio de la verdad, de la justicia y del amor fraternal. Destierra de nuestros corazones cualquier cosa que podría poner en peligro la paz. Ilumina a nuestros gobernantes para que ellos pueden garantizar y puedan defender el gran regalo de la paz. Que todas las personas de la tierra se sientan hermanos y hermanas. Que el anhelo por la paz se haga presente y perdure por encima de cualquier situación”. Amén.
Segundo momento
Texto bíblico: (Mt 16, 16-28)
Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo. Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que él
Semana por la Paz 2024
debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; y ser crucificado y resucitar al tercer día.
Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!» Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres! Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino». Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Reflexión
(Mensaje del Papa Francisco en la Plaza San Pedro - 27/08/2017)
El Evangelio de san Mateo 16, 1320, nos cuenta un pasaje clave en el camino de Jesús con sus discípulos: el momento en el que Él quiere verificar en qué punto está su fe en Él. Primero quiere saber qué piensa de Él la gente; y la gente piensa que Jesús es un profeta, algo que es verdad, pero no recoge el centro de su Persona, no coge el centro de su misión. Después, plantea a sus discípulos la pregunta que más le preocupa, es decir, les pregunta directamente: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (v. 15). Y con ese «y» Jesús separa definitivamente a los apóstoles de la masa, como diciendo: y vosotros, que estáis conmigo cada día y me conocéis de
cerca, ¿qué habéis aprendido más? El Maestro espera de los suyos una respuesta alta y otra respecto a la opinión pública. Y, de hecho, precisamente tal respuesta proviene del corazón de Simón llamado Pedro: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (v. 16). Simón Pedro encuentra en su boca palabras más grandes que él, palabras que no vienen de sus capacidades naturales.
Quizá él no había estudiado en la escuela, y es capaz de decir estas palabras, ¡más fuertes que él! Pero están inspiradas por el Padre celeste (cf v. 17), el cual revela al primero de los Doce la verdadera identidad de Jesús: Él es el Mesías, el Hijo enviado por Dios para salvar a la humanidad. Y de esta respuesta, Jesús entiende que, gracias a la fe donada por el Padre, hay un fundamento sólido sobre el cual puede construir su comunidad, su Iglesia. Por eso dice a Simón: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (v. 18).
También con nosotros, hoy, Jesús quiere continuar construyendo su Iglesia, esta casa con fundamento sólido, pero donde no faltan las grietas, y que continuamente necesita ser reparada. Nosotros ciertamente no nos sentimos rocas, sino solo pequeñas piedras. Aun así, ninguna pequeña piedra es inútil, es más, en las manos de Jesús la piedra más pequeña se convierte en preciosa, porque Él la recoge, la mira con gran ternura, la trabaja con su Espíritu, y la coloca en el lugar justo, que Él desde siempre ha pensado y donde puede ser más útil a toda la construcción.
Cada uno de nosotros es una pequeña piedra, pero en las manos de Jesús participa en la construcción de la Iglesia. Y todos nosotros, aunque seamos pequeños, nos hemos convertido en «piedras vivas», porque cuando Jesús toma en la mano su piedra, la hace suya, la hace viva, llena de vida, llena de vida del Espíritu Santo, llena de vida de su amor, y así tenemos un lugar y una misión en la Iglesia: esta es comunidad de vida, hecha de muchísimas piedras, todas
San José de Cúcuta, septiembre 1 de 2024
diferentes, que forman un único edificio en su signo de la fraternidad y de la comunión.
Para ver la reflexión completa, escanea el siguiente código QR y dirígete a la página 17.
• Momento de interiorización de la reflexión: el moderador entrega una piedra a cada participante donde deberán colocar su nombre y la fecha del bautismo y/ confirmación, un don, carisma o un ministerio con el que ayudan a edificar la vida de la comunidad dando testimonio de Cristo. Posteriormente ubica la piedra alrededor del Cristo y socializa la forma como su misión edifica a la comunidad.
Oración a Cristo
(San Pablo VI)
Oh Cristo, único mediador nuestro:
Te necesitamos para entrar en comunión con Dios Padre; para llegar a ser hijos adoptivos suyos contigo que eres su Hijo único y Señor nuestro; para ser regenerados en el Espíritu Santo.
Te necesitamos, oh único y auténtico maestro de las verdades recónditas e indispensables de la vida, para conocer nuestro ser y nuestro destino, así como el camino para alcanzarlo.
Te necesitamos, oh Redentor nuestro, para descubrir nuestra miseria y remediarla; para tener el concepto del bien y del mal, y la esperanza de la santidad; para deplorar nuestros pecados y obtener el perdón.
Te necesitamos, oh hermano primogénito del género humano, para volver a encontrar las razones verdaderas de la fraternidad entre los hombres, los fundamentos de la justicia, los tesoros de la caridad y el sumo bien de la paz.
Te necesitamos, oh gran paciente de nuestros dolores, para conocer el significado del sufrimiento y para darle valor de expiación y de redención.
Te necesitamos, oh vencedor de la muerte, para librarnos de la desesperación y de la negación, y para tener certezas que no fallen jamás.
Te necesitamos, oh Cristo Señor, Dios con nosotros, para aprender el amor verdadero y caminar con el gozo y la fuerza de tu caridad a lo largo del camino de nuestra vida fatigosa, hasta el encuentro final contigo, amado, esperado, bendito por los siglos. Amén.
• Invocación a la Virgen María, Reina de la Paz: canción “Mientras recorres la vida”.
LLenos del Espíritu
Santo y la palabra grabada en el corazón que fundameta el amor y la paz
• Orientación: para este encuentro el moderador organiza el espacio colocando la imagen del Espíritu Santo y la cruz que debe ir en todos los encuentros como signo que refuerza el lema del año.
• Saludo.
• Canto: ¡Espíritu Santo, ven!
• Invocación trinitaria y ofrecimiento.
• Objetivo del encuentro: reconocer que el don del Espíritu Santo es fundamental para nuestra relación con Dios, porque el Espíritu abre nuestro corazón a la presencia de Dios y a sentir el
gozo de hermanos que se mueven hacia la paz.
• Oremos juntos: recemos juntos la oración inicial.
Oración inicial
“Señor Jesús, en este momento de oración quiero poner toda mi confianza en Ti. Sé que me conoces hasta lo más profundo de mi ser y que me entiendes, y quieres que yo escuche tus palabras de vida. Ayúdame a hacer silencio en mi interior para escuchar tu voz y así acogerla en mi corazón”. Amén.
Segundo momento
Texto bíblico: (Rm 8, 14-15)
En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Salmo 51, 12-13
R. Crea en mí, oh Dios, un corazón puro.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, un espíritu firme renueva dentro de mí; no me rechaces de tu presencia, no apartes de mí tu Espíritu Santo. R.
Reflexión
(Mensaje del Papa Francisco en la Biblioteca de Palacio Apostólico Vaticano - 17 de marzo de 2021)
El primer don de toda existencia cristiana es el Espíritu Santo. No es uno de los muchos dones, sino el Don fundamental. El Espíritu es el don que Jesús había prometido enviarnos. Sin el Espíritu no hay relación con Cristo y con el Padre. Porque el Espíritu abre nuestro corazón a la presencia de Dios y lo atrae a ese “torbellino” de amor que es el corazón mismo de Dios.
Nosotros no somos solo huéspedes y peregrinos en el camino en esta tierra, somos también huéspedes y peregrinos en el misterio de la Trinidad. Somos como Abrahán, que un día, acogiendo en su tienda a tres viajeros, encontró a Dios. Si podemos en verdad invocar a Dios llamándolo “Abbá – Papá”, es porque en nosotros habita el Espíritu Santo; es Él quien nos transforma en lo profundo y nos hace experimentar la alegría conmovedora de ser amados por Dios como verdaderos hijos. Todo el trabajo espiritual dentro de nosotros hacia Dios lo hace el Espíritu Santo, este don. Trabaja en nosotros para llevar adelante nuestra vida cristiana hacia el Padre, con Jesús.
El Catecismo, al respecto, dice: «Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos atrae al camino de la oración. Puesto que Él nos enseña a orar recordándonos a Cristo, ¿cómo no dirigirnos también a él orando? Por eso, la Iglesia nos invita a implorar todos los días al Espíritu Santo, especialmente al comenzar y al terminar cualquier acción importante» (n. 2670). Esta es la obra del Espíritu en nosotros. Él nos “recuerda” a Jesús y lo hace presente en nosotros — podemos decir que es nuestra memoria trinitaria, es la memoria de Dios en nosotros— y lo hace presente en
Jesús, para que no se reduzca a un personaje del pasado: es decir, el Espíritu trae al presente a Jesús en nuestra conciencia.
Si Cristo estuviera tan solo lejano en el tiempo, nosotros estaríamos solos y perdidos en el mundo. Sí, recordaremos a Jesús, allí, lejano, pero es el Espíritu que lo trae hoy, ahora, en este momento en nuestro corazón. Pero en el Espíritu todo es vivificado: a los cristianos de todo tiempo y lugar se les abre la posibilidad de encontrar a Cristo. Está abierta la posibilidad de encontrar a Cristo no solamente como un personaje histórico. No: Él atrae a Cristo en nuestros corazones, es el Espíritu quien nos hace encontrarnos con Cristo. Él no está distante, el Espíritu está con nosotros: Jesús todavía educa a sus discípulos transformando su corazón, como hizo con Pedro, con Pablo, con María Magdalena, con todos los apóstoles. ¿Pero por qué está presente Jesús? Porque es el Espíritu quien lo trae en nosotros.
La primera tarea de los cristianos es precisamente mantener vivo este fuego, que Jesús ha traído a la tierra (cf. Lc 12,49), ¿y cuál es este fuego? Es el amor, el Amor de Dios, el Espíritu Santo. Sin el fuego del Espíritu las profecías se apagan, la tristeza suplanta la alegría, la costumbre sustituye al amor, el servicio se transforma en esclavitud. Viene a la mente la imagen de la lámpara encendida junto al tabernáculo, donde se conserva la Eucaristía. También cuando la iglesia se vacía y cae la noche, también cuando la iglesia está cerrada, esa lámpara permanece encendida, continúa ardiendo: no la ve nadie, pero arde ante el Señor. Así es el Espíritu en nuestro corazón, está siempre presente como esa lámpara.
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• Momento de reconocimiento del Espíritu Santo: enumerar experiencias, espacios u obras que nos evidencien la presencia del Espíritu Santo, en medio de nuestras propias realidades.
Compromisos
1. Escuchar su voz y seguir su guía en todas las decisiones.
2. Ser un instrumento de su amor y gracia para los demás.
3. Vivir una vida de oración y comunión constante con Él.
4. Estar lleno de los frutos del Espíritu como amor, alegría, paz y paciencia.
5. Ser un testigo de su poder y presencia en el mundo.
6. Crear un ambiente de fe y esperanza donde quiera que vayas.
7. Pedir su ayuda y fortaleza en momentos de debilidad o tentación.
8. Ser sensible a su convicción y arrepentirse de pecados y errores.
Recuerda que estos compromisos son personales y pueden variar según la relación con el Espíritu Santo. Lo importante es buscar una conexión más profunda con Él y seguir su guía en nuestra vida.
Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el
Semana por la Paz 2024
vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el Espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
Cuarto encuentro
Amarás a tu prójimo, un mandamiento para la paz
Momento inicial
• Orientación: para este encuentro el moderador organiza el espacio colocando la imagen de amor al prójimo y la Cruz que debe ir en todos los encuentros como signo que refuerza el lema del año.
• Saludo.
• Canto: un mandamiento nuevo.
• Invocación trinitaria y ofrecimiento.
• Objetivo del encuentro: dar a conocer que el amor por el prójimo, está hecho de cercanía, escucha, compartir y cuidado del otro.
• Oremos juntos: recemos juntos la oración inicial.
Oración Inicial
(Oración inspirada por Fratelli Tutti, nº. 64, 67, 70)
“Señor Jesús, tú nos enseñas en tu parábola que hay dos clases de personas: los que se inclinan para ayudar y los que miran para otro lado. ¿Qué tipo de personas seremos? Decimos: “Sí, Señor, te amaré y amaré a mi prójimo”.
Pero luego preguntamos: el migrante ... ¿es mi prójimo? Los pobres ... ¿son mis prójimos? Víctimas de la guerra en el mundo ... ¿son prójimos? El que se enfrenta al racismo... ¿es mi prójimo? Los discapacitados o los ancianos ... ¿son mis prójimos? Tú nos recuerdas: sí. Todos somos vecinos.
Muéstranos cómo amar, Señor. Que abramos nuestros ojos. Que salgamos de nuestro cómodo aislamiento. Que podamos construir un mundo de compasión y dignidad. Señor Jesús, tú que fuiste el prójimo de todos, Ayúdanos a perseverar en el amor. Ayúdanos a restaurar la dignidad al sufrimiento. Ayúdanos a construir una sociedad basada no en la exclusión, sino en la comunidad”. Amén.
Segundo momento
Texto bíblico: (Mt 22, 36-40)
Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley? Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo, es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas». Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Reflexión
(Papa Francisco: se ama a Dios si se ama al prójimo - 26 de octubre de 2020)
San José de Cúcuta, septiembre 1 de 2024
El Papa explica que este tema es “una de las principales novedades de la enseñanza de Jesús” en la que “establece dos fundamentos esenciales para los creyentes de todos los tiempos: el primero es que la vida moral y religiosa no puede reducirse a una obediencia ansiosa y forzada, sino que debe tener como principio el amor. El segundo es que el amor debe tender juntos e inseparablemente hacia Dios y hacia el prójimo”.
El Papa continúa afirmando: “Jesús concluye su respuesta con estas palabras: “De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas” (v. 40). Esto significa que todos los preceptos que el Señor ha dado a su pueblo deben ser puestos en relación con el amor de Dios y del prójimo”, y subraya: “De hecho, todos los mandamientos sirven para realizar y expresar ese doble amor indivisible”. Francisco cita al Apóstol Juan, quien afirma: “Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (1 Jn 4, 20), y utiliza este planteamiento para concretizar cómo se realiza y expresa el mandamiento del amor: “El amor por Dios se expresa sobre todo en la oración, en particular en la adoración. Y el amor por el prójimo, que se llama también caridad fraterna, está hecho de cercanía, de escucha, de compartir, de cuidado del otro”. El Papa puntualizó que una falta para con el amor es el hecho de que “a veces no tenemos tiempo para consolar al otro, pero sí tenemos tiempo para comentar, para chismear sobre él”.
El Papa nos muestra cómo “Jesús nos ayuda a ir a la fuente viva y que brota del amor. Tal fuente es Dios mismo, para ser amado totalmente en una comunión que nada ni nadie puede romper”. Esta comunión es frágil y hay que fortalecerla para que “no se deje esclavizar por los ídolos de este mundo”.
El amor al prójimo es la manera de verificar la eficacia de nuestro camino de conversión, afirma Francisco: “Mientras haya un hermano al que cerremos nuestro
corazón, estaremos todavía lejos del ser discípulos como Jesús nos pide. Pero su divina misericordia no nos permite desanimarnos, es más nos llama a empezar de nuevo cada día para vivir coherentemente el Evangelio”.
“Dios, que es amor, nos creó por amor y para que podamos amar a los demás permaneciendo unidos a Él. Sería ilusorio pretender amar al prójimo sin amar a Dios; y también sería ilusorio pretender amar a Dios sin amar al prójimo. Las dos dimensiones del amor a Dios y al prójimo, en su unidad, caracterizan al discípulo de Cristo”.
Oración por el prójimo
Dios amoroso, vuelve mis ojos al prójimo, que pueda ver a cada uno como tú me ves a mí, con una dignidad innata que trasciende apariencias, circunstancias, clase y todo estatus terrenal que son temporales.
Ayúdame a ver al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Vuelve mis oídos al prójimo, que pueda escuchar su clamor tal como tu escuchas el mío, con una compasión y ternura que me acerca más, en medio del sufrimiento.
Ayúdame a escuchar al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Vuelve mi mente al prójimo, que yo pueda llegar a entenderlos como tú me entiendes, luchando por encontrar sentido y plenitud en un mundo que está fragmentado, y tu luz en un mundo sombrío.
Ayúdame a comprender al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Vuelve mis pies al prójimo, que pueda acercarme a ellos a través de las brechas que nos separan, brechas ampliadas con demasiada frecuencia por las ilusiones de la familia, la tribu, credo, raza... incluso la propia alteridad.
Ayúdame a acercarme al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Vuelve mis manos al prójimo, que los pueda servir como tú me sirves—
sirves, con un toque que purifica, sana, alimenta, y que tranquiliza.
Ayúdame a servir al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Vuelve mi corazón al prójimo, que pueda amarlos como tú me amas; firme, clemente, siempre misericordioso, con paciencia, viendo mi alegría en la suya.
Ayúdame a amar al prójimo como tu hijo amado, eternamente. Dios amoroso, vuelve mi vida al prójimo, que pueda vivir en solidaridad con ellos, y por lo tanto contigo, para siempre. Amén.
Compromisos
Oremos por los demás demostrando nuestra empatía y solidaridad, incluso por aquellas personas que no conocemos.
Apoyemos a los que más lo necesitan, esta labor nos ayudará a construir un mundo más justo en el que las personas pueden empoderarse y salir adelante.
Quinto encuentro
Buscar la paz por el camino de la dignidad humana y el perdón
Momento inicial
• Orientación: para este encuentro el moderador organiza el espacio colocando la imagen de la unidad por la paz por el camino de la dignidad humana y el perdón; y la Cruz que debe ir en todos los encuentros como signo que refuerza el lema del año.
• Saludo.
• Canto: mensajero de la paz.
• Invocación trinitaria y ofrecimiento.
• Oremos juntos: recemos juntos la oración inicial.
Oración Inicial
(Oración al Creador del Papa Francisco -‘Fratelli Tutti’-)
Señor y Padre de la humanidad, que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad, infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal. Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo, de justicia y de paz. Impúlsanos a crear sociedades más sanas y un mundo más digno, sin hambre, sin pobreza, sin violencia, sin guerras. Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra, para reconocer el bien y la belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas. Amén.
Segundo momento
Texto bíblico: (Mt 5, 43-48)
Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre Celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como
es perfecto vuestro Padre celestial. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Reflexión
(Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Conferencia Episcopal8 de julio de 2021)
A nivel mundial, particularmente en Colombia y en nuestras familias, el ser humano está pasando por una crisis de convivencia, manifestado esto en corazones llenos de odio y resentimiento que generan cada día más violencia y confusión al interior del grupo familiar y de la sociedad. Se escucha desde distintos enfoques que es necesario un proceso de perdón y reconciliación para llegar a la paz. Sin embargo, no se llega a la tan anhelada paz, tan querida por todos, porque en la humanidad prevalece el uso de la fuerza y la violencia para resolver sus conflictos, al tiempo que se desea vivir en paz.
Al hablar de perdón y reconciliación se está tocando un aspecto central de la fe cristiana. Muchas situaciones personales, familiares, sociales, etc., que se viven en conflicto, hacen necesario un proceso de perdón y reconciliación, pero no se concreta quitando a Dios del centro de la vida, de tal manera, que la virtud de la fe es definitiva cuando se quiere hablar de perdón y reconciliación; por eso, es que a las comunidades cristianas en Colombia, hay que pedirles como primera obra en el trabajo de la reconciliación, que se encuentren para rezar. La oración es el clamor de quien no se resigna a vivir en el odio, el resentimiento, la violencia y la guerra.
El perdón y la reconciliación son virtudes cristianas que brotan de un corazón que está en gracia de Dios, nos permite ver la dimensión del don de Dios en nuestras vidas. Nacen estas virtudes de la reconciliación con Dios, mediante el perdón de los pecados que recibimos, cuando arrepentidos nos acercamos al sacramento de la penitencia a implorar la misericordia que viene
del Padre y que mediante el perdón nos deja reconciliados con Él. Estar en gracia de Dios, perdonados y reconciliados son características fundamentales de la fe cristiana.
El perdón y la reconciliación son gracias de Dios y por eso no son fruto de un mero esfuerzo humano, sino que son dones gratuitos de Dios, a los que el creyente se abre, con la disposición de recibirlos, haciéndose testigo de la misericordia del Padre y convirtiéndose en instrumento de la misma, frente a los hermanos.
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Compromisos
Poner en práctica la concordia, la paz y la reconciliación en la vida de la familia y en los ambientes donde desarrollo mi existencia.
Oración por la paz
San Francisco de Asís
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu paz. Donde haya odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la unión. Donde haya duda, que lleve yo la fe. Donde haya error, que lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar.
Porque es: Dando, que se recibe; Perdonando, que se es perdonado; y muriendo, que se resucita a la Vida Eterna” Amén.
Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación
La Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebra hoy 1 de septiembre de 2024, se centra en la creación como “paraíso terrenal” debe ser un lugar de alegría y promesa de felicidad para todos, de manera que fortalezca el optimismo de todos los cristianos que se fundamentan en una vida nueva en Cristo.
“Queridos hermanos: “Espera y actúa con la creación” es el tema de la Jornada de oración por el cuidado de la creación, hace referencia a la Carta de san Pablo a los romanos 8, 19-25, donde el Apóstol aclara lo que significa vivir según el Espíritu y se concentra en la esperanza cierta de la salvación por medio de la fe, que es la vida nueva en Cristo.
1. Partamos entonces de una pregunta sencilla, pero que podría no tener
una respuesta obvia: cuando somos verdaderamente creyentes, ¿cómo es que tenemos fe? No es tanto porque “nosotros creemos” en algo trascendente que nuestra razón no logra entender, el misterio inalcanzable de un Dios distante y lejano, invisible e innombrable. Más bien, diría san Pablo, es porque habita en nosotros el Espíritu Santo. Sí, somos creyentes porque el mismo «amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado» (Rm 5, 5). Por eso el Espíritu es ahora, realmente, «el anticipo de nuestra herencia» (Ef 1, 14), como pro-vocación a vivir siempre orientados hacia los bienes eternos, según la plenitud de la humanidad hermosa y buena de Jesús. El Espíritu hace a los creyentes creativos, pro-activos en la caridad. Los introduce en un gran camino de libertad espiritual, no exento, sin embargo, de la lucha entre la lógica del mundo y la
“Espera y actúa con la creación” (Rm 8, 19-25)
lógica del Espíritu, que tienen frutos contrapuestos entre ellos (cf. Ga 5, 1617). Lo sabemos, el primer fruto del Espíritu, compendio de todos los otros, es el amor. Conducidos, entonces, por el Espíritu Santo, los creyentes son hijos de Dios y pueden dirigirse a Él llamándolo «¡Abbá!, es decir, ¡Padre!» (Rm 8, 15), precisamente como Jesús, con la libertad del que ya no cae más en el miedo a la muerte, porque Jesús resucitó de entre los muertos. He aquí la gran esperanza: el amor de Dios ha vencido, vence y
seguirá venciendo siempre. A pesar de la perspectiva de la muerte física, para el hombre nuevo que vive en el Espíritu el destino de gloria es ya seguro. Esta esperanza no defrauda, como nos recuerda también la Bula de convocación del próximo Jubileo.
Felicidades en su fiesta patronal
Los medios de comunicación de la Dió cesis de Cúcuta, se unen con alegría en la presentación de las comunidades pa rroquiales, anunciando las fiestas de su santo patrono. En esta oportunidad, fe licitamos de manera especial a los bau tizados que se congregan en las parroquias: San Ezequiel Moreno, San Pío X, María Reina de Todos los Santos, Santa Rosa de Lima, San Bartolomé, Santa Mónica, San Agustín; y les animamos para que continúen creciendo en la fe y el dinamismo pastoral, de la mano de sus párrocos.
El Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta (CCDC) ofrece el servicio de Trámite de Partidas en Colombia para:
San José de Cúcuta, septiembre 1 de 2024
Por: Pbro. Juan Carlos Ballesteros Celis, párroco de Santa Clara de Asís y miembro de la pastoral de catequesis
“Yo soy la luz del mundo, el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8, 12).
Continuando con los títulos con que Jesús se autodefine, en esta oportunidad se abordará la referencia a Jesús como la Luz, que de manera velada viene a indicar una confesión de su divinidad, pues la luz plena es Dios que emana hacia todas sus criaturas.
1. La imagen de la luz, en la infancia de Jesús
San Lucas nos ofrece exquisitos detalles sobre la infancia de Jesús, resaltando en diversos momentos, la imagen resplandeciente de Jesús que viene al encuentro del hombre. Desde el instante mismo de la encarnación de Jesús, su presencia se manifiesta como luz que se gesta en el vientre de María (cfr. Lc 1, 35). En el relato de la visitación de María a Isabel, su presencia se torna como luz que llena de gozo y de Espíritu Santo a Isabel y hace saltar de alegría la criatura que llevaba en su vientre (Cf. Lc 1, 41-44) dado que identifica en quien les visita, la presencia de aquel que llega como luz resplandeciente a iluminarles.
Una vez acontecido el nacimiento de Juan el Bautista, su padre Zacarías quien hasta ahora había permanecido mudo por su incredulidad, proclama a Jesús como: “La luz que viene de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte” (Lc 1, 78-79).
Cuando sucede el nacimiento de Jesús, justamente su presencia se identifica como luz, manifestada en esa noche a los pastores: “La Gloria del Señor los envolvió con su luz” (Lc 2, 9) y que enseguida evidenciaron como primeros testigos del nacimiento del Salvador (Lc 2, 16). Posteriormente a los cuarenta días siendo presentado Jesús en el templo, Simeón le confiesa como: “Luz para iluminar a las naciones y gloria de su pueblo Israel” (Lc 2, 32).
Por último, en estos relatos de la infancia, Jesús como luz, se manifiesta en el
Jesucristo: la luz del mundo
signo de la estrella, que ven aparecer los magos venidos de Oriente, identificando esa estrella con el nacimiento del “rey de los judíos” a quien se disponen a adorar (Cf. Mt 2, 2).
2. El Reino de Dios: manifestación luminosa de Jesús
A partir del Bautismo de Jesús, en que “se abrieron los cielos” (Mt 3, 16) la vida y obra de Jesús se torna en una manifestación esplendorosa de la gloria de Dios, en cada una de sus Palabras anunciadas y en cada uno de los milagros realizados, con un profundo sentido salvífico, pues inaugura en la tierra el Reino de Dios, en que todos los hombres están llamados a entrar. El Reino de los cielos ha sido inaugurado en la tierra por Cristo: “Se manifiesta a los hombres en las palabras, en las obras y en la presencia de Cristo” (Lumen Gentium 5).
tos sino a pecadores” (Mc 2, 17). Les invita a la conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos (Cfr. Lc 15, 11-32) y la inmensa “alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta” (Lc 15, 7). La prueba suprema de este amor será el sacrificio de su propia vida “para remisión de los pecados” (Mt 26, 28).
“Desde el instante mismo de la encarnación de Jesús, su presencia se manifiesta como luz que se gesta en el vientre de María”.
En la medida que el hombre, es capaz de acoger esa invitación de entrar al Reino de Dios, erradicando de su vida lo que le separa de Dios y haciendo una elección preferencial para alcanzar ese reino, será presencia luminosa de Dios en su vida, que le libera de las tinieblas del pecado y le permite entrar en la dimensión de la luz de la eternidad.
3. La Transfiguración de Jesús
La Transfiguración, concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo “el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo” (Flp 3, 21) gloria que contemplaron Pedro, Santiago y Juan; en aquel momento y que a su vez, Moisés y Elías ya habían contemplado en la montaña.
Su transfiguración, es la evidencia de la certeza de la luz de la vida que promete Jesús, cuando se auto revela como la luz del mundo (Cf. Jn 8, 12) en la medida en que se le crea y se le acepte como salvador.
4.
En el Evangelio de San Mateo, Jesús advierte que: “La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu cuerpo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso, pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Si la luz que hay en ti es oscuridad ¡que oscuridad habrá! (Mt 6, 22-23) invitando de esta manera a hacer una elección preferencial por Dios, dejando claro que “nadie puede servir a dos señores” (Mt 6, 24).
Ya en el capítulo quinto de este evangelio, Jesús había enseñado “ustedes son la luz del mundo” (Mt 5, 14) animando a quienes le escuchaban, a la coherencia de vida y la necesidad de resplandecer luminosos en la realización del bien: “Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos” (Mt 5, 16).
Ser luz significa, hacer todo lo posible para vivir cada día de una manera que agrade a Dios, en una total apertura y disposición a Dios, permitiendo que se cumplan sus designios y propósitos, sintetizados en la regla suprema del amor que ha dejado: “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado” (Jn 15, 12).
En ese sentido el Catecismo de la Iglesia católica (CIC n. 545), ofrece una síntesis de lo que implica en el mundo, la inauguración del reino de Dios: Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: “No he venido a llamar a jus-
Por un instante, Jesús manifiesta su gloria divina, como visión anticipada del Reino. Relata San Lucas que: “El rostro y los vestidos de Jesús se pusieron fulgurantes como la luz, Moisés y Elías aparecieron y le hablaban de su partida, que estaba para cumplirse en Jerusalén” (Lc 9, 29-31).
Justamente la vivencia del amor, es lo que posibilita permanecer en “Dios que es luz, en quien no hay tiniebla alguna” (1 Jn 1, 5) conduciendo al creyente a tener claro que “quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza” (1 Jn 2, 10).
TRANSFORMANDO REALIDADES A TRAVÉS DEL ARTE EN CÚCUTA 25 AÑOS
En el corazón de San José de Cúcuta, Norte de Santander, la Corporación y escuela de formación artística y cultural, “Música, danza y arte (Mudarte)” ha marcado una diferencia durante 25 años con su inquebrantable compromiso con las artes escénicas y la transformación social, ya que se ha destacado no solo como una institución de formación artística, sino como una organización de cambio y desarrollo cultural que ha dejado una huella indeleble en la comunidad.
La idea de trabajo cultural asociado nace en el Corregimiento El Carmen de Tonchalá “Cuna de Cúcuta”, donde se logra dejar la semilla en teatro, danzas y música; sin embargo, arranca en el barrio Guaimaral en 2010 llegando a la consolidación en su actual sede, ubicada en la avenida 10 # 12-55 del barrio El Contento, que avanza en procesos de mejora en infraestructura, encaminados a ofrecer una experiencia novedosa a todos sus visitantes, para enriquecer la vida de personas de todas las edades y habilidades con un enfoque inclusivo.
La actual directora de la Corporación, Martha Margarita Ramírez Calderón, con esta iniciativa
ha contribuido con su arduo trabajo al fortalecimiento de talentos y habilidades artísticas integrales en niños, jóvenes, adultos y personas en condición de discapacidad (ciegos, sordos, autistas, asperger y cognitivos leves).
Entre los proyectos innovadores y de mayor impacto social en el marco de la inclusión, ‘Mudarte’ enlista: la noche de luz de músicos invidentes; el concierto de ciegos para sordos y la noche a ciegas.
La Corporación es un espacio conocido como “la calle que habla del territorio de los artistas”, ese es el núcleo palpitante de ‘Mudarte’. Allí, artistas locales y visitantes se unen para contribuir a la formación del público a través de teatro, danza y música. Este lugar se ha convertido en un escenario vibrante donde cada actuación es una celebración de talento, creatividad e inclusión.
Por estos meses ofrecerá un descuento del 50% en las matriculas y mensualidades, para que más niños se puedan vincular a estos procesos de formación artística.
ENCUENTRO 1 COMIENZO DEL EVANGELIO DE JESÚS
La Animación Bíblica de la Pastoral, a través del Periódico La Verdad, ofrecerá encuentros bíblicos para niños. Esperamos sea de mucho provecho este material, para sembrar la semilla de la Palabra de Dios en los pequeños de la casa.
Ambientación
Invocación Trinitaria. Oración.
Tema
de estudio
Análisis de la realidad
¿Sabes quién era san Marcos?
¿Qué has escuchado sobre el Evangelio de Marcos?
¿Qué crees que tendrá qué ver Marcos con un león?
Lee la historia de san Marcos
El Evangelio de Marcos da un mensaje de esperanza para todos, muestra que Jesús es el Cristo. Es el Evangelio más corto de los cuatro del Nuevo Testamento; tiene 16 capítulos y se centra en la vida y el misterio de Jesús, y enfatiza en su muerte y resurrección.
Marcos no fue discípulo directo de Jesús, sino que fue un seguidor de Pedro. Su nombre compuesto es Juan Marcos; Juan era su nombre judío. Era un hombre conciso y directo, un hombre de fe, coraje, conocimiento y sabiduría, misericordioso, noble, devoto y de oración. Era como la gran melena y realeza del león, las cuales usaba para predicar (rugir) y para ser útil en la misión. Marcos es representado con un león y su festividad se celebra el 25 de abril.
Signo: “Imagen de un león”
Dinámica:
Escribe las características que tiene un león.
Lectio Divina
Invocación al Espíritu Santo.
Oración para antes de leer la Biblia:
Jesús Maestro que has dicho: donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos, quédate con nosotros reunidos para meditar y comulgar con su Palabra.
Tú eres el Maestro y la Vida: ilumínanos para que comprendamos mejor las Sagradas Escrituras.
Tú eres el guía y el camino: haz que seamos dóciles en tu seguimiento.
Tú eres la vida: haz que nuestros corazones sean la buena tierra donde la semilla de tu Palabra, produzca frutos abundantes de santidad y apostolado.
Jesús, Maestro, Camino, Verdad y Vida: Ten piedad de nosotros.
Canto: “Quiero escuchar tu Palabra”.
Texto bíblico
Mc 1, 35-39
Leer ¿Qué dice el texto?
¿Quiénes son los personajes?
¿Qué hizo Jesús cuando se levantó?
¿Qué hicieron Simón y sus compañeros y que le dijeron a Jesús?
¿Qué les dijo Jesús y que hicieron?
Meditar ¿Qué me dice el texto?
¿Qué invitación te hace el texto Bíblico?
¿Qué cualidades necesitas para cumplir esa invitación, que te hace el texto?
Orar ¿Qué le digo a Dios, motivado por Su Palabra?
Canto: • “No hay Dios tan grande como tú”. Comparte de manera espontánea una oración.
Compromiso:
Tienes el compromiso, así como Marcos de continuar transmitiendo las Sagradas Escrituras a otros niños.
ACTIVIDAD
Completa los recuadros teniendo en cuenta la lectura de quién era san Marcos. Luego, colorea la imagen.
¿Cuál es el nombre de este evangelista?
¿Cuál es el mensaje que transmite el Evangelio de san Marcos?
¿Cómo era san Marcos?
Describe sus características.
¿Qué características tiene el Evangelio de san Marcos?
¿Cómo se representa san Marcos y cuándo es su festividad?
¿Cómo comienza este Evangelio de san Marcos? Busca en tu biblia el cáp. 1
Tú eres el Cristo, participemos en la liturgia
Domingo XXII del Tiempo Ordinario (Mc 7, 1-8.14-15.21-23)
Después de llevarnos durante algunas semanas a investigar un discurso complejo, como aquel en el que Jesús se identifica con el pan de vida, meditando sobre Juan en el capítulo 6, la liturgia nos devuelve al Evangelio de san Marcos, compañero de viaje de este año litúrgico en el ciclo B.
Se nos ofrece un discurso importante que nos lleva a un examen de conciencia bastante exigente: la autenticidad de la fe. La ocasión es el diálogo que se produce entre los fariseos y los escribas que observan escrupulosamente la Ley sin dejar que esta les transforme la vida y purifique el alma. Están tan preocupados por las muchas reglas y por respetarlas que pierden de vista el centro de ellas. El amor.
Nosotros tampoco estamos lejos de esta
visión legalista de la relación con Dios, muchas veces pensamos que estamos llamados a hacer cosas por el Señor; y sin la práctica la relación con Él se desvanece.
Jesús, en cambio, nos invita a una relación libre y verdadera con Él, hecha no de prácticas y fórmulas; sino habitada por una verdadera libertad interior, que nos hace descubrir que estamos llamados a amar a los demás y a comprender que en el otro está el rostro de Dios y que nuestro hermano es imagen y semejanza del Creador. Sólo partiendo de una verdadera intimidad con Él en el marco de una relación libre y verdadera. Podemos llegar a una verdadera libertad interior que no nos haga juzgar como lo hacen los fariseos en el pasaje evangélico que la liturgia nos propone y que encontramos en muchas ocasiones.
Domingo XXIII del Tiempo Ordinario (Mc 7, 31-37)
La Palabra de Dios en este domingo es una clara invitación a la esperanza en la vida, la salud física y espiritual. El profeta Isaías en la primera lectura nos invita a la valentía: «¡Ánimo, no tengáis miedo! He aquí tu Dios, viene la venganza, la recompensa divina. Él viene a salvarte. “Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se abrirán los oídos de los sordos. Entonces el cojo saltará como un ciervo, la lengua del mudo gritará de alegría, porque correrán aguas en el desierto, correrán arroyos en la estepa. La tierra arrasada se convertirá en pantano, la tierra reseca en manantiales de agua”. El profeta anticipa lo que se realizará plena, verdadera y constantemente con la venida de Jesucristo, el buen samaritano que cura las heridas de tantos enfermos, que sana con su amor y su ternura; de hecho, leemos en el Evangelio de hoy la curación realizada por Jesús de un hombre sordo y mudo.
Es uno de los muchos milagros que relatan los evangelistas y que san Marcos en particular presenta con detalle, casi como si fuese un reportaje para un periódico.
Jesús acepta la invitación a hacer algo por ese buen hombre y procede según su manera de actuar con discreción. Llevó al sordomudo a un lado, lejos de la multitud y en ese momento, cuando estuvieron solos, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con la saliva. Toda intervención desde arriba requiere siempre una petición desde abajo. Dios sólo nos concede lo que humildemente le pedimos. Si no lo necesitamos, ciertamente no nos abandona, pero no nos obliga a golpear por necesidad las puertas de su corazón.
Tomemos ejemplo de este hombre sanado en el cuerpo y sobre todo en el
corazón y también nosotros seamos trabajadores de alegría y esperanza en el mundo en el que vivimos y que también
espera nuestro humilde y sencillo gesto de bondad, atención y amor hacia Dios y hacia los demás.
SOPA DE LETRAS: “LA EUCARISTÍA“
• DIARIAMENTE
• EUCARISTÍA
• SACRIFICIO
• PRINCIPIO
• CRISTIANA
• ENCUENTRO
• PARROQUIA
• VERDADERO
• CELÉBRELA
• NOSOTROS
• PROFUNDO
• IGLESIA
• ORACIÓN
• ASISTIR
• COMEMOS
• SUBLIME
• GRACIAS
• PASCUAL
• CULMEN
• ACCIÓN
• CRISTO
• OFRECE
• VÍVELA
• PUEDES
• AMÉN
• DIOS
• VIDA
• DONA
• DÍA
El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz (Sal 29, 11)
PRIMER ENCUENTRO LUNES 9 DE SEPTIEMBRE
SEGUNDO ENCUENTRO MARTES 10 DE SEPTIEMBRE
TERCER ENCUENTRO MIÉRCOLES 11 DE SEPTIEMBRE
CUARTO ENCUENTRO JUEVES 12 DE SEPTIEMBRE
QUINTO ENCUENTRO VIERNES 13 DE SEPTIEMBRE
Padre nuestro, con tu Palabra danos la paz.
Tú eres el Cristo, con tu Palabra danos la paz.
Llenos del Espíritu Santo y la palabra grabada en el corazón que fundamenta el amor y la paz.
Amarás a tu prójimo, un mandamiento para la paz.
Buscar la paz por el camino de la dignidad humana y el perdón.
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Davivienda 0660 0096869-4 / Bancolombia 816-00001155 A nombre de la Corporación para la Animación Bíblica Diocesana NIT 900.220.913 - 8
Donaciones en físico
• Acercarse a la parroquia más cercana y donar una biblia.
• Oficina de la ABP ubicada en la Curia Diocesana de 8:00 a 10:00 a.m.
Lugar: Atrio de la Catedral San José Día: 13 de septiembre de 2024
Hora: 8:00 a.m. - 4:00 p.m.
Mayor información: 311 457 3746
E-mail: animacionbiblica@diocesisdecucuta.com Animación Bíblica de la Pastoral