Edición 218 Periódico Estudiantil Nexos - Univesidad EAFIT

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Asociación Cultural Periódico Estudiantil Nexos MARZO 2020

ESE DIRECTOR

ES UN MAGO Tony Jerónimo Beltrán Gómez |

@tonyakus / @revistacacofonias

Los recursos que utiliza el mago para engañarnos/sorprendernos son los mismos del cineasta, por medio de sonidos, diálogos, objetos y ediciones logran su objetivo y nosotros como espectadores también, porque nos encanta que nos engañen. ¿En qué se parecen estos dos?

A Eduardo Otálora Marulanda

P

rimero se ajusta un cinturón que sostiene nueve sombrillas en su espalda, luego se pone un chaleco que le da un toque elegante y, finalmente, un sacoleva. Dentro de este último pone tres palomas blancas a cada lado de la apertura delantera envueltas en un trapo. En su oreja pega con cinta hilos “invisibles”. De la mesa recoge las cartas recortadas, algunas con dobleces. Mete una carta en su zapato derecho y, por si se equivoca en el show, en el izquierdo mete otra distinta. En los bolsillos traseros tiene dos botones, de un lado un botón que, si lo oprime, sale fuego de las mangas, del otro lado, si oprime, sale confeti. Se pone un sombrero de copa, alto y negro. Dentro de él un conejo blanco. Le da inicio a la música para elevar los sentimientos del público en los instantes correctos. Repasa una vez más el guion que él o alguien más le escribió. Recuerda a sus actrices qué harán. Salta al escenario. Hace su primer truco, todos aplauden. El mago está listo. El mago es un personaje que se parece más de lo que uno podría imaginar a un director de cine. Escribe, lee lo que otros le escriben o simplemente planea con anterioridad lo que hará, el show que dará y qué reacción espera en cada escena, en cada momento del truco. Al igual que un esquema clásico de una narrativa literaria o cineasta: inicio, nudo, desenlace. En la introducción le presenta al público los objetos que se van

a usar, el universo narrativo, las posibilidades que existen con todo eso. Por ejemplo: una mujer, una caja y un serrucho. La gente se imagina lo que pasará, es el efecto cuando se le entrega parte de las pistas, pero no todo. No. Nunca se le dice qué hay dentro de la caja o detrás de las cámaras. Sigue la ejecución, donde se plantea el problema. Corta a la mujer. Aparentemente es un problema imposible de solucionar. Luego, gracias a los poderes que también se habían planteado de alguna manera desde el principio, como mostrando el traje y diciendo que era un show de magia, el mago la une y soluciona el “problema”. Así opera la narrativa que normalmente manejan los magos y los directores. Hay películas de magos donde vemos –o más bien sentimos, ya que nosotros como espectadores realmente no vemos mucho– que la película es un triple show de magia en uno. Como una matrioshka del engaño. A este efecto se le llama metaficción, tratar un tema con su mismo formato, es algo autorreferencial. Es decir, una película de magos, en la que un mago habla sobre la magia y sobre el engaño. Cómo está construido nos hace pensar algo al principio que al final es todo lo contrario: nos engaña. Ese es el caso de The Prestige, que empieza con un personaje que nos narra y explica cómo son los actos de magia, y bajo esos mismos actos se va construyendo la película. La presentación del objeto, cómo se

desaparece y el prestigio, que es cuando las cosas vuelven, se resuelve, y solo quedan los aplausos. El truco que muestra el mago mientras hace su monologo es el de desaparecer un pájaro y reaparecerlo, dividido en esos tres momentos: Primero, la presentación de los objetos: un pájaro, una jaula y una manta. Segundo, la desaparición, en donde se pone al animalito dentro de la jaula y esta se cubre con la manta. Aplana la jaula de un solo golpe y solo queda la manta. La jaula y el pájaro desaparecen. El tercer paso, el prestigio, es reaparecer al pájaro: hace una floritura con sus manos y el ave sale volando. La niña frente al mago y los espectadores detrás de las pantallas se sorprenden (nos sorprendemos). La estructura de la película es parecida: presentación de los personajes, conflicto de la desaparición de alguno de ellos y desenlace. Aquí en este último punto nos aclaran cómo funciona la magia, como si al final de una película nos mostraran los trucos que hicieron para lograr efectos especiales. A veces encontramos el detrás de cámaras como contenido extra, pero para entender la película no es fundamental ver esto, en cambio en el caso de The Prestige es indispensable que nos muestren los trucos empleados para comprenderla. En esta historia no solo una vez se voltean los papeles de quién es el bueno y quién es el malo, sino que este proceso ocurre varias veces. Uno no sabe de qué lado estar,

si del de un mago o del otro. En el cine y en la magia ocurre este sentimiento de amor y desconfianza por el protagonista. La gente sabe que está siendo engañada, pero lo disfruta. Hablando de metaficción y de Christopher Nolan, Inception inicia con la pregunta: “¿Cómo llegamos aquí?”. En una película hay cortes, es casi imposible hacer películas de corrido, en plano secuencia, como intenta hacerlo ver Birdman. Esta vendría a ser como un día consciente, sin intervalos de desconcentración, sin tiempos muertos en los que nuestras cabezas se van a otro lado, como cuando imaginamos o pensamos mucho en un trayecto del metro y terminamos en una estación que ni idea. ¿Cómo llegamos aquí? En la vida diaria no pasa mucho, solemos ser conscientes de adónde vamos y de dónde venimos, pero es en el sueño donde existe esta elipsis. Sabemos que pasó tiempo por alguna razón, tal vez por el color del cielo, porque las personas que nos rodean ya no son las mismas o porque el lugar donde estamos es al otro lado de la ciudad o del mundo. Todos los directores de cine en las películas deben trabajar con ese formato de sueño, de tener cortes que luego se juntan. ¿Quién sueña un solo sueño en una noche y con una lógica lineal constante que nunca se rompe? ¿Qué películas ruedan de corrido? Inception pone al sueño y a la película en condiciones iguales de cortes inesperados pero que, como especta-


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