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CIRUGÍA EN TIEMPOS DE COVID-19

LA CIRUGÍA EN TIEMPOS DE COVID-19

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asta la llegada de la pandemia, la preparación de un paciente antes de cirugía consistía en averiguar si en su estado de salud no había ninguna alteración que pudiera traerle complicaciones o muerte durante o después de la intervención. Luego del COVID-19, aparte de lo anterior, es obligatorio que se determine mediante un análisis de PCR para SARS–Cov2 si el paciente esta positivo o negativo. ¿Por qué hay que averiguarlo? Porque hay un aumento considerable en las complicaciones y en la mortalidad de los pacientes con pruebas positivas cuando se someten a cirugía. Debido a los anterior, nadie deberá ser operado de ninguna cirugía si no tiene su análisis de laboratorio para conocer su condición de salud respecto a la COVID-19. El personal de salud se ocupará de vigilar que los pacientes con pruebas negativas para COVID - 19 no se contagien en ninguna de las etapas del proceso que los lleva a su intervención quirúrgica, y que los devuelve a sus hogares al momento de su alta médica. En la etapa pre-operatoria, comenzando por la consulta con el cirujano, se observarán las medidas de distanciamiento en las salas de espera, uso de mascarillas y guantes, alcohol – gel, etc., por parte del paciente; dentro del consultorio el médico, el profesional cumplirá a su vez estrictamente con las medidas de protección al momento de interrogar y examinar al paciente. Dentro del quirófano deberán garantizarse todas las medidas que impidan al máximo el contagio del paciente. Igualmente, los tiempos de internamiento se acortarán todo lo posible para disminuir los riesgos de contagio. En los tiempos de la COVID-19 es imprescindible que los pacientes conversen con sus cirujanos sobre las facilidades disponibles en cualquiera de las etapas del proceso quirúrgico. Debido al aumento considerable en las complicaciones y en la mortalidad de los pacientes con pruebas positivas para la COVID-19 se deberán aplicar las siguientes precauciones para prevenirlas. Se suspenderán todas las operaciones por condiciones de salud que no constituyan un peligro inminente o inmediato para la vida de los pacientes. Se incluirán dentro de este grupo aquellas condiciones en las que se puedan ofrecer alternativas de tratamiento fuera del quirófano, en tanto las curvas epidemiológicas mantengan aun patrones de crecimiento exponencial. Ejemplos de lo anterior serian: cirugías estéticas, bocios, hernias, tumores benignos, etc. Por el contrario, problemas como hemorragias, obstrucciones o perforaciones del tubo digestivo; traumas que requieran manejo inmediato, por hemorragias internas, fracturas óseas; cesáreas, entre otros, deberán ser realizados de manera impostergable, aunque tengan la prueba positiva. En los casos específcos de pacientes con apendicitis agudas no complicadas y colecistitis agudas no complicadas, se debe considerar la posibilidad de manejo conservador en la medida en la que el mismo no ponga en peligro la vida del paciente. Por último, con el especifco grupo de los pacientes con tumores malignos se recomienda priorizar tratamientos como quimioterapia y radioterapia, mientras el contexto epidemiológico del país potencialmente implique para ellos un riesgo porque pertenecen a un grupo altamente vulnerable a complicaciones y mortalidad. Las cirugías de este último grupo se retomarán, dentro de lo posible, una vez las curvas declinen y haya menos riesgo de contagio.

JPC-PROD/shutterstock.com

El nuevo consentimiento informado es el último cambio importante en los tiempos de la COVID-19. La diferencia con relación al documento tradicional es que en el nuevo deberán incluirse todas las informaciones relacionadas con esta enfermedad viral, que pudieran tener un impacto negativo sobre las complicaciones y la mortalidad, así como, los riesgos de contraer el virus en los ambientes médicos. El paciente deberá tomar en cuenta que las pruebas de laboratorio no solo pueden dar falsos negativos, sino que también es su responsabilidad personal evitar exponerse a situaciones de riesgo, tanto antes de las operaciones, como después de las mismas, por el efecto negativo que esto tendría para la evolución de su convalecencia.

EN LOS TIEMPOS DE LA COVID-19:

1. Todo paciente que vaya a cirugía debe tener hecha prueba de PCR para SARS-CoV2. 2. El paciente deberá exigir que se le garantice máxima seguridad en el pre – operatorio, durante la cirugía y en el postoperatorio. 3. Todas las cirugías en las que su posposición no conlleve riesgo absoluto de muerte, o complicaciones, se postergarán. 4. En los pacientes oncológicos, en los que se pueda agotar una alternativa no quirúrgica, como sería quimioterapia o radioterapia, se preferirá hacerlo mientras dure el riesgo de infectarse en el quirófano, debido a que la curva epidemiológica aún esté en fase exponencial. 5. Todo paciente deberá ir con su consentimiento informado nuevo debidamente consensuado con su cirujano. Al fnal de “El amor en los tiempos del cólera”, a la que hay un guiño explicito en el título del artículo, le preguntan a Florentino Ariza, – “¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir?” “Toda la vida”. Toda la vida también durarán muchas de las medidas nuevas en la Cirugía en los tiempos del COVID-19.

DR. FRANCISCO R. GARCÍA PÉREZ Cirugía General, Oncológica y Nutriología Clínica.

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